Introduccion A La Filosofia - KARL JASPERS

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KARL JASPERS

INTRODUCCIÓN
A LA
FILOSOFÍA

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KARL JASPERS

INTRODUCCIÓN
A LA
FILOSOFÍA

CÍRCULO
DE LECTORES
1989
l.

¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA?

Qué es la filosofía, y cuál es su valor, es algo que se ha discutido


largamente. Tan pronto se espera de ella que ofrezca revelacio-
nes extraordinarias como se la deja de lado con indiferencia
considerándola un pensar carente de objeto. Se la mira con res-
peto, como el importante quehacer de ciertas personas extraor-
dinarias, pero también se la desprecia como el inútil cavilar de
unos sofiadores. Por una parte, se considera ·que interesa a to-
dos y que, por lo tanto, en el fondo debe ser simple y de fácil
, comprensión, pero por otra se la tiene por algo tan sumamente
difícil, que dedicarse a ella constituiría una empresa desespe-
rante. Y es bien cierto que lo que se presenta bajo el nombre de
filosofía proporciona ejemplos suficientes para justificar apre-
ciaciones tan opuestas.
Para una persona que crea en la ciencia, lo peor de todo es el
hecho de que la filosofía carece de principios universalmente
válidos y por lo tanto susceptibles de ser sabidos y poseídos, ya
que mientras la ciencia ha adquirido, en cada uno de sus cam-
pos, conocimientos de cuya certeza no cabe dudar y que son re-
conocidos por todos, la filosofía, a pesar de los esfuerzos reali-
zados a lo largo de milenios, no ha logrado nada semejante. No
es posible negarlo: en la filosofía no hay unanimidad acerca de .
lo conocido definitivamente. Lo que por razones imperiosas es
aceptado y reconocido por todos se ha convertido como conse-
cuencia en un conocimiento científico; por lo tanto, ya no es fi-
losofía, en la medida en que pertenece a un dominio especial
de lo cognoscible.
. El pensamiento filosófico tampoco tiene, tal y como es pro-
pio de las ciencias, el carácter de un proceso progresivo. Desde
luego, hemos llegado más lejos que Hipócrates, el médico
INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA
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· go pero no Podemos afirmar que estemos
. d más adelanta-
dgrie ' Únicamente nuestro nive. 1 . e conocimientos
0 s que Plat6n.
científicos es supe rior al que poseía
fi este 1u timo.. En. .lo que al
1
filosofar propia. mente dicho se re iere, ta vez ni siquiera este-
mos a su altura. dº r . .
Por otra pa rte, el hecho de que, a irerencia de las ciencias ,
.
ninguna ere ación de la filosofía sea. aceptada de modo uná-
.
n1me, se debe, sin duda, a la propia naturaleza
. de su con-
ten1'do. La clase de certeza que trata .de alcanzar .la filosofía no
es la científica, igual para todos los intelectos, sino que es un
cercionarse en cuya consecución interviene la esencia entera
del hombre. Mientras que el saber científico se centra en he-
chos concretos, cuyo conocimiento no es, ni mucho menos,
indispensable para todo el mundo, la filosofía considera la to-
talidad del ser, que interesa al hombre en cuanto hombre y
que conduce a una verdad que, cuando se manifiesta, cautiva
y cala más hondo que cualquier conocimiento científico.
Ahora bien, la filosofía bien trabajada está vinculada a la
ciencia, en la medida en que la sitúa en el estado más avan-
zado al que haya llegado en la época correspondiente. Pero el
espíritu de la filosofía tiene otro origen. Brota antes que cual-
quier ciencia allí donde el espíritu humano se despierta.

Esta <~losofía sin ciencia» se manifiesta en algunos fenóme-


nos dignos de mención:
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Pri ero. Cuando se trata de cuestiones filosóficas, práctica-
~en~e. todo el mundo ·se considera apto para emitir sus pro-
pios J~tcios. Mientras que en materia de ciencia se admite que
estudio y métod0 d' . .
. son con tetones indispensables para su com-
prensión en el t d h
. .' erreno e la filosofía se reivindica el derec 0
a part1c1par y · • • fi
·
c1ente la · opinar sin más ' considera'ndose premisa su 1•
periencia.prop1a humanidad, el propio destino y la propia ex-
Esta libertad d · d
vías q e opinar debe ser aceptada. Las complica as
ue recorren I r · ín
de sentid • os prores1onales de la filosofía carecer ª
o s1 no desemb . í ue
precisarnent ocaran en el ser hombre en s , q
e se caract · ry
la concienc1· d eriza por su conocimiento de ese se
a e sí rn·
tsmo en el · seno de éste.
¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA?
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Seg11ndo. El pensamiento filosófico debe ser siempre original.
Cada uno debe llevarlo a cabo por sí mismo.
Una maravillosa señ~l de que el hombre, como tal, filosofa
originalmente la constituyen las preguntas de los nifios. Con
frecuencia escucham~s en bocas infantiles conceptos que, por
su sentido, apuntan directamente a la profundidad del filosofar.
Veamos algunos ejemplos:
Un niño dice, asombrado: «Intento pensar que soy otra per-
1sona y siempre acabo siendo yo.» Este niño ha dado con uno de
los orígenes de toda certeza: la conciencia del ser en la concien-
cia del yo. Se admira ante el enigma del ego, este yo que no se
puede medir ni concebir por medio de ningún otro. El niño,
con su dilema, se detiene ante esta frontera.
Otro niño escucha la historia de la creación: Al principio
Dios creó el cielo y la tierra... y pregunta en el acto: «¿ Y qué ha-
bía antes del principio?» Este niño ha experimentado la infini-
tud de la duda, la imposibilidad de que el intelecto se detenga,
de que exista una respuesta concluyente que lo satisfaga de
forma definitiva.
Durante un paseo, una niña, frente a un prado en un claro
de un bosque, escucha el cuento de las ninfas que de noche
bailan en él en corro... «Pero si no existen ... », exclama. Se le
habla luego de realidades, se le muestra el movimiento del
Sol, se le aclara si es la Tierra o el Sol el que se mueve, se le
explican los argumentos que hablan en favor de la forma esfé-
rica del globo y de que se mueve alrededor de su eje... «Pero...
¡eso no es verdad!», contesta la niña golpeando con el pie en
el suelo. «La Tierra está quieta. ¡Sólo creo lo que veo!» «En-
tonces tampoco debes creer en Dios, porque no puedes verlo.»
Sorprendida, la niña vacila unos momentos y luego contesta
decidida: «Si no existiera, tampoco existiríamos nosotros.» La
nifia ha sido cautivada por la sorpresa de la existencia: ésta no
es obra de sí misma. Ha entendido incluso la diferencia que
estriba entre la pregunta concreta acerca de un o~jeto ~n el
mundo y el preguntar por el ser y por n~estra existencia en
el universo.
Otra nifia, que va de visita, sube una escalera. Se percata de
que todo va cambiando, pasa de !argo y finalmente desaparece
CCIÓN A LA FILOSOFÍA
JNTR ODU
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.. ás h hiera existido. «Pero tiene que haber algo que
como si 1am . u ¡esto! el que yo ahora esté subiendo la esca-
rdure algo 6iJo... , ' ·
pe '. 1 de mi da esto lo quiero conservar para mí »
lera hacia a casa ' d ºd d 1 . .
b 1 espanto ante la ca uci a y o pasaJero de las
El asom ro Ye busque desesperadamente una realidad.
cosas hacen que . 1 d í d 1· .
.
Quien se e d cidiera a recopilar a,. po rF a ar amp ta informa-
.
.
ción acerca e d la filosofía de los ntflos. . rente a pensamientos
.
tan serios, no podemos obJ'etar que los ntftos no hacen más que
repettr• lo que han oído a sus padres . o a otras personas. . Asi-
· mo la obJºeción de que esos n1ftos no van a seguir filoso-
mis , ºb . .r: .
fando, y que por lo tanto cabe atrt u1r sus manirestaciones a la
casualidad, carece de fundamento, ya que pasa por alto un he-
cho: los niños poseen con frecuerifia un talento y una originali-
dad que pierden cuando crecen. Parece como si con los años
entráramos en la prisión de las convenciones, los fingimientos
y los puntos de vista tradicionales y perdiéramos la espontanei-
dad del niño. Éste aún se encuentra abiertamente en ese estado
en que la vida brota; percibe, ve y pregunta acerca de cosas que
pronto se le escaparán para siempre. Acaba por olvidar lo
que por un momento constituyó una revelación, y se sorprende
luego cuando los adultos que han tomado nota de lo que dijo y
preguntó, se lo recuerdan.
Tercero. El filosofar original se presenta tanto en los niños
como en los enfermos mentales. Es como si algunas, raras, ve-
ces se rompieran las cadenas de la oscuridad y hablase una ver-
dad conmovedora.
Al principio de algunas enfermedades mentales tienen lugar
revelaciones metafísicas de índole estremecedora, aunque por
su forma Y su rango no puedan incluirse en la categoría de
aquellas cuya rep ·, . .
C ercus1on a1canza una significación obJet1va.
Vasos aparte los constituirían el poeta Holderlin y el pintor
an Gogh. Pero qui 1 .
- d
Pres16n e que aquí en as escuche no podrá sustraerse a la 1m-
d'
• ·
0 ariamente se rasga
nuestra .st . uno de los velos que ocultan or i-
dará 1 . . exi encia. Más de una persona sana recor-
a expenenc1a de fu d 1
despertar de · pro n as revelaciones, presentes a
Pués ' cof'\"I ~n suefto, que desaparecen inmediatamente des-
u~o Sl ya no fu ,
fundo sign'fi d eramos capaces de ellas. Hay un pro-
1 º k frase que afirma que los niños y los lo-
¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA? 19
cos dicen la verdad. Ahora bien, la originalidad creadora, a la
que debemos las grandes ideas filosóficas, no reside aquí, sino
en algunos contados personajes que, desde su libertad e inde-
pendencia, han dejado constancia de su pensamiento a lo largo
de los milenios. .
Cuarto. Dado que la filosofía es indispensable para el hom-
bre, está siempre presente, a la vista, ya sea en los refranes tra-
dicionales, en los aforismos filosóficos corrientes, en las con-
vicciones dominantes -por ejemplo, en el lenguaje de los
hombres ilustrados-, en las creencias políticas, pero sobre todo,
y desde el comienzo de la historia, en los mitos. No es posible
escapar a la filosofía. El problema es si será consciente o no,
buena o mala, confusa o transparente. Quien la rechaza adopta
a su vez una postura filosófica y profesa, aunque de manera in-
consciente, una filosofía.

¿Qué es, pues, la filosofía, que se manifiesta de una manera tan


universal y con formas tan singulares?
La palabra griega filósofo (philósophos) se formó en oposición
a sophós. Es el que ama el conocimiento (el saber), a diferencia de
aquel que, estando en posesión del conocimiento, se hacía lla-
mar sabio o sapiente. Este significado de la palabra se ha conser-
vado hasta hoy. La búsqueda de la verdad, no su posesión, es el
auténtico sentido de la·filosofía, por mucho que se vea traicio-
nada por el dogmatismo, esto es, por un saber expresado en pro-
posiciones, definitivo y enseftable. Filosofía quiere decir ir de
camino. Sus preguntas son más importantes que sus respuestas, y
cada respuesta se convierte en una nueva pregunta.
Pero este ir de camino -el destino del hombre en el tiempo-
implica la posibilidad de una profunda satisfacción y, en ciertos
elevados momentos, incluso de alcanzar la plenitud. Esta pleni-
tud no estriba en una certeza enunciable ni en proposiciones ni
confesiones, sino en la realización histórica del ser hombre en
el momento en que toma conciencia de su ser. Alcanzar esta
realidad en la situación en que se halla cada hombre es el ver-
dadero sentido del filosofar.
Ir de camino buscando' encontrar el descanso y, la plenitud
del momento... no son definiciones de la filosofía. Esta no tiene
INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA
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. a su lado. No se puede derivar de n.
cima ni . tngu.
nada ¡,oren sea hay que experimentar1o. Así, la fil 11a
otra cosa, Lo ~ue o la realización del pensamiento vi osoffa
. 1110 uemp d vo y l
es al mis d éste. Dicho e otra manera: el hac a
'6 acerca e . . . er y el
refleXl n él A partir de la propia experiencia Podremos e
hablar de · el mundo nos encontremos en forma de r-
'
ri
sofía, d dar más fórmulas acerca del sentido de fi
Pero Po emos 1 , . . . 1a i-
N'1 na de ellas será a unica ni agotará este sentid
losofía. . ~~ad se decía: la filosofía es (según cuál sea su bo.
En la ant1gue d' . h o-
.eto) 1a cognición de las cosas ivinas y umanas, cognición
J
te en cuanto ente es además (por su meta) aprender a
de 1o. en la búsqueda consciente
. d e 1a re
.r, 1· 'd d
ici a . ,. es la apr0 .,,.;
morir, es . 41-

mación, es, por último (en su sentido más amplio), el saber de


todos los saberes, el arte de todas las artes, en definitiva, la
ciencia que no se circu.nscribe a ninguna parcela determinada.
Hoy día posiblemente podamos hablar de la filosofía en los
siguientes términos; su sentido es:
-ver la realidad en su origen;
-captar la realidad a través del diálogo interior con uno
mismo;
-abrirnos a la vastedad que nos rodea;
-aventurarse a un diálogo de hombre a hombre en una lu-
cha amorosa basada en el espíritu de verdad.
-mantener despierta la razón incluso frente a lo más hostil
y más extrafto.
La filosofía es el pensamiento mediante el cual el hombre
llegaª ser el mismo en la medida en que se hace partícipe de
la realidad.

Sfiabemos que la filosofía a través .de ideas tan simples como


e icaces, pued . . u
elabo . e mover a todo hombre, incluso al nifto, pero s
ración con · · m-
pre . . sciente es una tarea 1·amás acabada, que sie
se repite y s . h d re-
sente· e re ~ce constantemente como un to O P
' aparece en I Ob eco
en los tn as ras de los grandes filósofos y como
· enores L • . ' en
la fortn · ª conciencia de. este deber permanecera,
Desdª que· sea' tni entras 1os hombres sigan
. . . d· o ho,ft'\bres.
sien ....
e tiempos . . l'f ne-
tntnemoriales se ha atacado la filosorJ ª
¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA? 2. I

gándola en su totalidad y calificándola de superflua y nociva.


¿Para qué sirve? ¡Si en caso de _apuro se tambalea!
El pensamiento eclesiástico autoritario ha despreciado la fi-
losofía independiente porque aleja de Dios, tienta con lo
mundano y pervierte el alma con algo que en el fondo no es
nada.
El pensamiento político autoritario hace el siguiente repro-
che: Los filósofos han interpretado el mundo de distintas ma-
neras, pero de lo que se trata es de transformarlo. Ambas
maneras de pensar han calificado a la filosofía de peligrosa
por fomentar el espíritu independiente y con él la indignación
y la rebeldía que engaftan al hombre y lo desvían de su misión
verdadera. Tanto la atracción de un más allá alumbrado por
un Dios conocido como el poder absorbente de un más acá
que lo pide todo para sí quisieran contribuir a su extinción.
A todo ello cabe sumar, por parte del sano y cotidiano sen-
tido común, el sencillo baremo de la utilidad, ante el cual la
filosofía fracasa. Tales, considerado uno de los primeros filó-
sofos griegos, fue blanco de las burlas de una sirvienta
cuando, observando las estrellas, cayó dentro de un pozo.
¿Qué estaría buscando en lo lejano cuando se mostraba tan
torpe en su entorno más cercano?
O sea que la filosofía debe justificarse. Esto es del todo im- .
posible. No puede justificarse con otra cosa para la cual sea
necesaria como instrumento. Sólo puede volverse hacia esas
fuerzas que impulsan al hombre a filosofar. Puede saber que
su causa es desinteresada, que prescinde de toda utilidad o no-
cividad mundanal y que se realizará mientras vivan hombres.
Ni siquiera las potencias que le son hostiles pueden prescindir
del pensar acerca de su propio sentido para luego crear estruc-
turas de pensamiento ligadas a una causa, que constituirán un
sustituto de la filosofía, pero que obedecerán a la obtención
de un efecto buscado. El marxismo y el fascismo constituyen
un ejemplo de esto último. Tales estructuras de pensamiento
también atestiguan la imposibilidad de esquivar la filosofía.
La filosofía siempre está ahí. No puede luchar, no puede pro-
barse, pero puede comunicarse. Allí donde es rechazada no
puede ofrecer resistencia. Donde se la escucha no puede jac-
INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFfA
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. en el terreno de la unanimidad, esa unani""' .d


tarse. Vive . d d . "4'1 ad
r do de la hum.anida pue e unir a todos e
en e1 ron . . . . on tod0
que
Desde hace dos mil quinientos
h
años existe la filos e¡
. . olla de
s.
n gran estilo y co erencia sistemática en O . sa,
rro11ada e d . . cc1den
China y la India. Un gran lega o nos di~i~ la palabra. La rn te,
·r mi'dad de la filosofía, sus contradicciones las se ul,
tiror ' ntencias
n pretensión de verdad que se excluyen mutuament
co d' . d e, todo
ello, con todas sus contra icciones, con. uce hacia una .d
que se manifiesta en el fondo y que nadie posee y alreded d
. I
la cual giran todos los es fiuerzos serios: a filosofía una y et
or e
. . s· .
la philosoph,a perenn1s. i aspiramos a pensar de manera esenci
erna,
1
y con la conciencia clara, deberemos remitirnos a este fonda
0
histórico de nuestro pensamiento.

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