La Narración LE II
La Narración LE II
La Narración LE II
El narrador
Antes de comenzar a escribir, debemos tener claro quién va a ser el narrador,
desde qué punto de vista vamos a contar la historia sobre la que queremos
escribir, có mo vamos a hacerlo. La elecció n que hagamos condicionará el texto.
Podemos clasificarlos en varios tipos:
Narrador omnisciente: Es aquel narrador que conoce todos los detalles sobre
los personajes y sus acciones. Escribe en tercera persona.
La historia
El siguiente paso es definir los puntos clave de la historia. En un primer momento
el autor puede recurrir al tradicional esquema planteamiento-nudo-desenlace,
pero a partir de ahí no hay reglas. A medida que el relato se va desarrollando,
pueden ir surgiendo nuevos personajes y nuevas tramas que no estaban previstas.
Así que, entre las cuestiones para tener en cuenta en este punto, está n la trama
primaria, las posibles tramas secundarias, el final prefijado y los finales
alternativos.
Vasos comunicantes: Varias historias que influyen las unas en las otras.
Cajas chinas: Una historia elaborada a partir de má s historias, contenidas unas
en otras.
Iceberg: En el relato aparece reflejada solamente una parte de lo que realmente
constituye la historia.
Dato escondido: La obra se desenvuelve sin que aparezca un dato clave, que se
desvela en un momento determinado.
Los diálogos
Ademá s de la trama, también hay que tener presentes detalles como la estructura
que tendrá la obra, en cuá ntos capítulos y de qué extensió n o si habrá o no
diá logos.
Los diá logos pueden ser:
Diá logos de estilo directo: Aparecen reflejadas las palabras textuales de los
personajes.
El tiempo narrativo
El tiempo es imprescindible para articular el texto. Evidentemente, el tiempo de
una obra literaria es distinto al tiempo real. La opció n má s comú n es el tiempo
lineal, en el que un momento sucede a otro, pero el autor puede decidir alterarlo de
diferentes maneras:
Racconto: Saltos en el tiempo siempre hacia el mismo momento del pasado, con
la intenció n de que el lector conozca todos los detalles de este momento.
Leyes de la narración
La unidad y el movimiento son las leyes fundamentales de la narració n de las que
se derivan todas las demá s:
1) La unidad de la narració n se consigue con la bú squeda del punto de vista, es
decir, el centro de interés de las ideas y de los hechos. Al igual que en la
descripció n, el punto de vista nos servirá de guía para seleccionar ideas: -las ú tiles,
será n conservadas; las inú tiles, rechazadas. Esta es, en esencia, la ley de la utilidad
Unas veces, el centro de interés de la narració n será el personaje; otras, lo será la
acció n central; en ocasiones atraerá nuestra atenció n un objeto del mundo
material; otras veces, será un problema moral el nudo fundamental de la narració n.
Los detalles ú tiles, es decir, conformes con el punto de vista, habrá que buscarlos
entre los elementos de la ‘narració n; éste es el trabajo que los autores llaman
invenció n o bú squeda de ideas. No se olvide que una narració n consta de actores,
acció n, circunstancias de lugar y tiempo, causas o mó viles’ de los hechos, modo o
manera de ejecució n, resultado y juicio (implícito o explícito) de tales hechos.
2) Pero la narració n no es una construcció n fija, sino algo que se mueve, que
camina, que se desarrolla y transforma. Este movimiento progresivo está regulado
por la ley del interés. Porque narrar es contar una cosa (un hecho. o un suceso) con
habilidad, de tal modo que se mantenga constantemente la atenció n del lector.
Ahora bien, ¿có mo se logra el interés?, ¿có mo se mantiene la atenció n? He aquí un
pequeñ o «intríngulis» que descansa en tres principios fundamentales: arrancar
bien, no explicar demasiado y terminar… sin terminar rotundamente.
a) Arrancar bien significa que el principio -el buen comienzo- es esencial en toda
narració n. Evítense los principios blandos, explicativos, lentos … Bú squese, desde
la primera línea, un hecho, una idea, una escena o un dato significativos, que
atraigan la atenció n del lector.
b) No explicar demasiado, porque una narració n no debe confundirse nunca con la
informació n. En el reportaje informativo se debe descubrir todo; en la narració n
hay que « descubrir a medias un objeto nuevo». No lo descubramos del todo
porque muere la curiosidad. Narrar, pues, no es explicar, sino sugerir, es decir,
explicar a medias para que el lector colabore con el autor en la comprensió n de la
tesis que se le muestra en el relato.
e) Terminar sin terminar rotundamente; es decir, que la buena narració n no debe
tener un final definitivo, seco, matemá tico. Es má s bello, má s artístico, el final
indeterminado, impreciso, un tanto vago. En nuestra vida nada acaba de golpe y
porrazo; todos los episodios de nuestra existencia acaban sin acabar, y en
ocasiones, esos finales son el principio de otro episodio. La vida, en suma, es una
cadena, cuyos episodios o trances, son a modo de eslabones. Ni siquiera la muerte
es un final definitivo.
Ademá s, conviene dejar al lector un tanto en suspenso para que él, con su
imaginació n, colabore con el autor en la construcció n definitiva del final
inconcluso.
6.2. Perspectivas del narrador.
Da igual que le llamemos punto de vista, enfoque, focalizació n o perspectiva del
narrador. Es todo lo mismo, significa lo mismo en narrativa; se trata, con
seguridad, de la altura desde la cual el narrador (también una figura de ficció n)
cuenta la historia.
Focalización cero
La perspectiva del narrador, en este caso, es la del llamado narrador omnisciente.
Tiene conciencia plena de todo lo que ocurre en la historia, puede ir al pasado a
buscar informació n o plantear juicios de valor u opiniones sobre cualquier
personaje y sobre todo lo que está sucediendo. Tal vez se le llama «focalizació n
cero» porque la perspectiva del narrador no está asociada a ningú n personaje, ni a
la trama, etc.
Focalización interna
En este otro caso, la perspectiva del narrador pivota sobre un personaje, má s bien
sobre una mente (o sobre varias, dado el caso, en que la narració n se va
desplazando de un personaje a otro). Y en el caso extremo, varios personajes
adoptan sucesivamente el papel del narrador, contando su propia y exclusiva
versió n de los hechos o acontecimientos que se suceden o han sucedido (o van a
suceder).
Focalización externa
Por fin, para completar la tríada, esta perspectiva del narrador ofrece la novedad
de que las mentes de los personajes son inaccesibles. En cualquier caso, el
narrador se limita a contar lo que ocurre, los sucesos de la acció n de la historia, sin
prejuzgar los pensamientos o sentimientos de cada personaje. Obviamente este
tipo de focalizació n está asociada a los narradores «objetivos» (se les llama
también de otras maneras).
Ejemplo:
Del libro “A través de mi ventana” de Ariana Godoy
B) Conflicto o nudo
Esta es la parte donde se desarrolla completamente el planteamiento, donde se
explican los sucesos y pasos que tienen los personajes de la narració n.
C) Conclusión
Aquí se finaliza la narració n y se llega a la conclusió n el tema.
Elementos y participantes den la narració n:
El narrador
Este selecciona los sucesos o hechos, los acomoda y desarrolla caracteriza los
personajes y marca la forma en que transcurren los sucesos.
La acción
Aquí se expresan todos los sucesos de la narració n, situaciones, procesos y
conflictos si es que los hay.
Se desarrollan los argumentos exponiéndose la trama, es el nudo de la narració n y
también incluye el desenlace.
Los personajes
Estos son todos los personajes, reales o ficticios que forman parte de la narració n o
del tema de la narració n.
El marco narrativo-Espacio
Aquí se expresa dó nde y có mo suceden las cosas, el orden de los sucesos y cuá nto
tiempo hay entre los diversos sucesos.
Tiempo
El tiempo corresponde al ritmo de la exposició n y a la vez de los tiempos histó ricos
y físicos de la narració n.