Tema 26
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Tema 26
LA ECONOMÍA
SEÑORIAL. DEBATE HISTORIOGRÁFICO.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
1. CONCEPTOS
1.1. Señorío y feudo
2. MARCO CRONOLÓGICO Y GEOGRÁFICO
3. ORÍGENES DEL FEUDALISMO: DINÁMICAS E INSTITUCIONES
3.1. Origen de las instituciones
4. ESTRATIFICACIÓN SOCIAL
4.1. Campesinos
4.2. Nobleza
4.3. Clérigos
4.4. Burgueses
5. EL DEBATE ACERCA DE LA ECONOMÍA SEÑORIAL
6. FEUDALISMO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
CONCLUSIÓN
INTRODUCCIÓN
La cuestión histórica de la génesis del feudalismo en la Antigüedad es análoga a la del capitalismo;
preguntémonos: ¿en qué punto la economía deja de ser feudal y se convierte en capitalista? ¿En qué
punto el feudalismo sustituye al esclavismo? En realidad estas cuestiones son espurias, puesto que
la realidad nos muestra que en todas las épocas se encuentran trazas de unos sistemas y de otros.
Entonces, lo verdaderamente importante es la generalización de estas prácticas y su viabilidad con
sistemas sociales, culturales y políticos más amplios. No obtendremos una respuesta a estos
interrogantes (puesto que son incorrectos en sí mismos), pero sí tendremos una visión más veraz de
los acontecimientos que nos proponemos estudiar.
1. CONCEPTOS
El concepto de FEUDALISMO ha estado continuamente en disputa y no existe consenso científico
al respecto de una definición operativa. Los primeros usos del término se remontan al siglo XVI por
parte de juristas ingleses, y fue en el XVIII cuando se empieza se extiende el uso peyorativo entre
los revolucionarios.
La elección de una definición u otra por parte de los historiadores se ha orientado por los aspectos
que quería ilustrar de la sociedad medieval. Así, para BOUTRUCHE el feudalismo ha sido la
estructura social y jurídica propia de una sociedad en la que se habían desintegrado los poderes
públicos. Para autores de mayor o menor filiación marxista como HILTON, el feudalismo es ante
todo un modo de producción, entendido como un conjunto de relaciones sociales de producción que
constituyen la base material de unos epifenómenos como las leyes y las instituciones.
GANSHOF ha dividido los abordajes teóricos del feudalismo en las siguientes visiones: una visión
“estrecha”, que considera el feudalismo únicamente en oposición a los Imperios y a la monarquía,
tratándolo como un fenómeno marginal y transitorio. Una visión “amplia”, que considera el feudo
como expresión de un conjunto de relaciones sociales y económicas amplias y complejas,
considerando el feudalismo base de la historia occidental del siglo V al XIV. Otra visión marxista
que, si bien se ha alejado de la rigidez conceptual propia, se centra en la evolución de las relaciones
sociales de producción durante la Edad Media y considera el feudalismo una categoría
eminentemente político-económica.
A esto podemos añadirle la visión de la escuela de los ANNALES, que si bien no ofrece una
definición operativa y excluyente, se centra en abordar la Edad Media y el feudalismo desde puntos
de vista integradores que tienen en cuenta la historia de las mentalidades y la antropología.
1.1. Señorío y feudo
Debemos diferenciar estos dos términos a nivel conceptual: el feudo es la tierra que el señor
proporciona al vasallo, entendida en su conjunto o en su particularidad, considerada idealmente “el
salario del caballero”. El señorío viene a ser el conjunto de relaciones sociales de estratificación o
de derecho que imperan en un feudo, y más ampliamente el conjunto de relaciones sociales que se
daban durante el feudalismo.
Coloquialmente los dos términos se usan de manera indistinta. Esto se debe a que con la concesión
de muchos feudos venían incluidos los vasallos y los derechos jurisdiccionales sobre ellos, por lo
que no era extraño que las dos realidades se dieran de manera simultánea.
La historiografía muestra opiniones divididas en torno al comportamiento de estas variables. Entre
los historiadores marxistas, como HILTON, estas dos realidades vienen a ser distintas caras de la
misma moneda, que en última instancia contribuyen a mantener el dominio de la clase feudataria.
Para BOUTRUCHE, por ejemplo, se trata de dos realidades contemporáneas pero independientes.
Destaca la particularidad europea del fenómeno del señorío, frente a la relativa universalidad del
feudo. Para Boutruche, esto se explica en que el señorío tiene su origen en el DERECHO DE
INMUNIDAD carolingio, sin el cual no se puede entender el concepto de SEÑORÍO
JURISDICCIONAL tan dado en la Francia medieval.
4.2. Nobleza
El debate historiográfico en torno a este concepto también nos ofrece una visión “amplia” y otra
“estrecha”. Para POLY y BOURNAZEL, que estudiaron los usos históricos del concepto
NOBILITAS, el término ha hecho referencia a realidades históricas distintas e incluso
contradictorias. Para BLOCH, de manera mucho más concreta, acota la nobleza en torno al
significante de clase social, y postula a partir de aquí que la nobleza como tal no existió hasta el
siglo XII.
La realidad histórica parece dar la razón a ambas posturas. Por un lado, la existencia de un
estamento social, de origen heterogéneo, que vivía de las rentas de los hombres que trabajaban la
tierra, y no de su explotación, ha sido casi una constante en la historia. Incluso en la Alta Edad
Media el ejercicio del señorío no estuvo ligado a una clase social concreta, siendo el origen de los
señores variable (funcionarios, clérigos, campesinos enriquecidos…), si bien es verdad que por
regla general el derecho de señorío se obtenía MANU MILITARI.
Pero por otro lado, BLOCH nos recuerda una interesante paradoja: solo cuando la oligarquía
nobiliaria bajomedieval vio sus privilegios amenazados por la nueva burguesía, se comenzó a hablar
de nobleza como CATEGORÍA JURÍDICA. Entonces, para Bloch, la nobleza como clase social
organizada solo existiría desde, como mucho, el siglo XII.
4.3. Clérigos
El clero ya gozaba de un estatus jurídico propio con anterioridad al feudalismo, aunque este grupo
se componía de miembros de distintos niveles económicos, culturales y sociales. El proceso más
reseñable desde el punto de vista histórico es la FEUDALIZACIÓN de la Iglesia: todos sus
miembros, tanto el alto como el bajo claro, debieron entrar en el circuito de relaciones sociales y
económicas propio de la época.
Parece ser que en un principio fue normal que los grandes DOMINIOS FUNDIARIOS de la Iglesia
se explotaran de manera señorial, con excepción de las órdenes regulares, que mantuvieron un
comunitarismo empapado de maneras señoriales. El clero seglar, por su parte, se vio obligado a
entrar en las redes de VASALLAJE.
Desde el siglo V se reconocía el derecho a los obispos y abades de formar iglesias propias como
extensión de una Diócesis concreta. Pero a partir del siglo VIII, con el CONCILIO DE TROSLY,
cuando se reconoció que la iglesia formaba parte del DOMINIUM del señor feudal, aunque la
responsabilidad de su mantenimiento y ejercicio fuera del clérigo en cuestión.
Esto en la práctico significó una alianza muy fecunda entre señores y alto clero para mantener los
privilegios de ambos, lo que explica la profusión de movimientos heréticos, revueltas, acusaciones
de corrupción y tentativas de reforma durante toda la Edad Media. El mayor problema fue el de las
INVESTIDURAS, en las que los laicos, como reyes y nobles, acababan por investir cargos
religiosos, como resultado de esta simbiosis perfecta. Esto alcanzó su paroxismo en Inglaterra,
donde la ley del ADVOWSON permitía a los señores feudales nombrar directamente a los clérigos
de sus dominios.
Quizá una de las mayores contribuciones del clero fue la ideología feudal, destacando el
TRIESTAMENTALISMO, basado en el pensamiento de San Agustín, aunque no fue el único. La
división de la sociedad en Oratores, Pugnatores y Laboratores se empieza a encontrar enunciada de
forma explícita en el siglo IX en Wessex en el marco de la lucha contra los vikingos, y para el siglo
XI se halla extendido por toda Europa.
4.4. Burgueses
Al comienzo de la Edad Media “burgués” designaba al mero habitante del burgo, pero con el tiempo
acabó por designar a los sectores más económicamente activos, enriquecidos por el PRÉSTAMO y
el COMERCIO. Paradójicamente y como veremos adelante, estos sectores activos comenzaron a
proliferar en torno a los siglos XII-XIII como consecuencia de la mejora generalizada de la
economía agraria que trajo el FEUDALISMO PLENO. Las relaciones de la oligarquía señorial con
estos sectores fue ambigua, ya que por un lado era frecuente que pusieran trabas a su actividad, y
por otro se codearon con los más adinerados.
La vida social en las ciudades del siglo IX-XIII se organizaba tratando de desvincularse del poder
señorial, creando para ello las CARTAS COMUNALES DE FRANQUICIAS URBANAS. En
esencia, se trataba de contratos de “juramento mutuo”, que reproducían el esquema del vasallaje si
bien, al menos de iure, las relaciones eran entre iguales.
Los historiadores han visto en estos hechos distintas realidades. Para BLOCH, por ejemplo, estas
ciudades representaron en su apogeo un contrapoder a la nobleza y la contradicción principal que
haría caer a la nobleza como clase social. Pero si empleamos una clave de interpretación micro, nos
damos cuenta de que sería un error considerar las ciudades como “islas” ajenas o superadoras del
feudalismo, debido a que de facto, que no de iure, se acababan imponiendo las mismas dinámicas.
POLY y BOURNAZEL han señalado esto, además de los vínculos entre la burguesía, los señores
cercanos y el alto clero, dando como resultado un esquema feudal que impregnaba la vida cotidiana.
Por ello, ellos proponen el término de SEÑORÍO COLECTIVO para referirse al burgo
altomedieval.
CONCLUSIÓN
Nos hemos dejado en el tintero otros debates importantes como la cuestión del fin del feudalismo, o
el fenómeno de la transición al capitalismo. A este respecto, Santiago Armesilla, desde una visión
marxista, ofrece en sus obras de historia económica una hipótesis sugerente. En todas las épocas se
encuentran trazas de todos los modos de producción, siendo prácticamente imposible establecer el
momento en el que se pasa del dominio de uno a otro. Así, en el marco del dominio de las
relaciones feudales, persistían relaciones esclavistas y las relaciones capitalistas luchaban por
abrirse paso en pequeños núcleos desde muy temprano. Incluso en el capitalismo pleno se dan
interesantes persistencias de formas sociales que pueden relacionarse con el feudalismo.
Podemos concluir en que la época de los siglos V-XV, en la que se produce el nacimiento, el
dominio y la caída de las relaciones feudales, es demasiado compleja como para reducirla a una
“edad oscura” o a una época de “inmovilismo” y decadencia respecto al mundo clásico. La
historiografía de los últimos siglos ha ayudado a esclarecer este complejo e interesante fenómeno
que es la Edad Media, a pesar de que en la cultura popular predomine aún una visión evolucionista.