Modalidades en Las Obligaciones

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Obligaciones puras y simples

En principio toda obligación es pura y simple, aquella que tiene efecto


inmediato e inminentemente exigible desde el momento en que
mediante la autonomía privada de las partes o por cualquier otra fuente
de las obligaciones nace a la vida jurídica.

Cuando no se dan de esta forma se considera que la obligación está


sometida a modalidades, circunstancias especiales o acontecimientos
que pueden ocurrir o no ocurrir y que modifican tanto el nacimiento,
extinción, ejercicio o exigibilidad de la obligación.

La modalidad
Es una de las excepciones a la norma general que toda obligación es
pura y simple; la modalidad se constituye entonces como excepción que
puede nacer tanto de la ley como del convenio de las partes.

De acuerdo con lo anterior, las modalidades son ciertos acuerdos


accidentales que se insertan en una obligación para modificar sus
efectos, sin embargo, en el comercio jurídico actual se puede apreciar
que la actividad humana cotidiana crea obligaciones que en su mayoría
están sometidas a modalidades, estableciéndose así más como regla
general que como excepción.

Un ejemplo de esto, es cuando un sujeto x realiza un pedido en preventa


con un pago mínimo anticipado a cancelar antes de que el pedido llegue
a estar disponible en el inventario de la tienda y pueda ser preparado
para la entrega. Es común que la parte que adquiere los productos no
cancele inmediatamente el costo de los productos que adquirió, sino
que está sujeto a un tiempo determinado, el cual está previamente
acordado entre las partes.

Las modalidades se dividen en tres clases: Condición, Plazo; Carga o


Modo
Plazo

El plazo o término también está compuesto por dos elementos, un


hecho futuro y la certeza respecto a este último. El artículo 1551 del
Código Civil define el plazo como la época fijada para el cumplimiento
de la obligación. Esta definición con respecto al plazo suspensivo. No
obstante, del plazo también puede pender la extinción de un derecho,
siendo el caso del plazo resolutorio. Así, el suspensivo se da cuando se
pactan 30 días para que el pago de una suma de dinero prestada se
haga exigible, pero es extintivo cuando en un contrato de prestación de
asesoría profesional se dice que tiene vigencia de un año. Luego de ese
año, no tendrá la empresa asesorada que seguir pagando las sumas
acordadas con el asesor.

El plazo puede ser expreso, si lo estipulan las partes en el contrato ya


sea de manera verbal o escrito, o tácito, si a pesar de no haber sido
pactado se desprende de la relación en que se encuentran las mismas,
ya que es absolutamente indispensable para que el deudor cumpla su
obligación, de lo contrario, puede incluso convertirse en una obligación
natural.

Plazo tácito es el absolutamente indispensable para que el deudor


pueda cumplir su obligación.

El plazo legal es el señalado expresamente por la ley.

El plazo judicial es el que señala el juez cuando la ley lo autorizase para


ello, el juez tiene la facultad para fijar el plazo cuando este sea
totalmente ambiguo o sobre él difieran las partes.

Dentro del plazo voluntario se encuentra tanto el plazo expreso o tácito,


es decir, se constituye como el que las partes han fijado.

Plazo determinado es el que se sabe cuándo va a verificarse o


cumplirse.

Plazo indeterminado es el que no se sabe cuándo pero hay certeza


respecto al acaecimiento del hecho, inexorablemente debe cumplirse.
Ejemplos de tal es la muerte de cualquier sujeto puesto que es un hecho
cierto, aunque no se sabe el día exacto en que ocurra.

Plazo Resolutorio el cual libera hacia el futuro al deudor de la obligación


pactada y Plazo Suspensivo, el cual detiene o suspende el cumplimiento
y la exigibilidad de la obligación.

El acreedor no puede exigir el pago de la obligación antes de haber


expirado el plazo, no obstante, existen ciertas excepciones para que la
obligación aun así sea exigible (Art. 1553 C.C.);

En primer lugar, cuando el deudor se haya constituido en quiebra o en


una evidente insolvencia.
En segundo lugar, cuando al deudor se le han extinguido o han
disminuido de valor las garantías o cauciones, en este último caso el
deudor podrá pedir el beneficio del plazo y renovar o mejorar sus
cauciones.

Empero, en el plazo sí existe obligación y por lo tanto esta ha nacido a la


vida jurídica.
Si dado el caso, el deudor paga antes de cumplirse el plazo, este no
tiene derecho a repetición, puesto que el pago realizado es totalmente
válido ya que se está frente a la existencia de una deuda. Esto obedece
a que el plazo se establece inicialmente en favor del deudor, por lo que
puede renunciar a él por mandato del artículo 1554 del Código Civil, a
menos que exista estipulación en contrario o la renuncia contraría los
intereses del acreedor.

Caso: Una persona recibió una tarjeta de crédito con el propósito de


activarla si lo consideraba necesario. Meses después se comunicó con
el banco s para informar sobre la solicitud de activación de la tarjeta de
crédito, sin embargo, la entidad determinó que esto no era posible pues
se había encontrado que la actividad que él desempeñaba (como pastor
de una iglesia cristiana) se encontraba dentro de las excluidas en las
políticas de crédito fijadas por la subgerencia de crédito. Esto ocurrió
cuando en el banco C sí le autorizaron dos tarjetas de crédito, sin aducir
que su actividad era óbice para el uso de estas. Indicación Corte
Constitucional. Sentencia T-763 de 2005. M.P. Marco Gerardo Monroy
Cabra).
Plazo extintivo: Mientras está pendiente, la obligación es pura y simple;
una vez cumplida la obligación se extingue, sin que se produzcan
efectos ex tunc o ex nunc puesto que no hay incertidumbre al respecto y
la obligación tenía tal límite de tiempo para su desaparición de la vida
jurídica.

Plazo suspensivo: Mientras se encuentra en estado pendiente, la


obligación no será exigible, por lo tanto, no hay lugar a que corra la
prescripción ya que la inacción del acreedor es obligatoria; no pueden
compensarse las prestaciones, ya que uno de los requisitos para que
opere la compensación es que se trate de prestaciones exigibles;
además, el acreedor puede entablar medidas conservativas.

Una vez cumplido el plazo la obligación es pura y simple.

El plazo se extingue por:

1. Vencimiento: Ocurre cuando el plazo se ha cumplido, es decir, que la


época fijada ha llegado y se hace exigible o se extingue la obligación.

2. Renuncia: Sucede cuando el deudor decide cumplir antes del plazo o


término fijado para su prestación, claro está, si no existe estipulación
contraria o la renuncia del plazo no afecta los intereses del acreedor.

3. Caducidad: Se da una vez el deudor haya sido declarado en


quiebra,162 o como actualmente se denomina, insolvencia.

Se considera a una persona en estado de insolvencia cuando, aunque


su pasivo sea inferior a su activo, el capital que posee se encuentra
materializado en bienes con los que le es imposible cancelar deudas; es
decir, que puede declararse como una persona en estado de insolvencia
aun siendo capital, pero ilíquido.

La segunda causa para que caduque el plazo; se considera a un deudor


insolvente cuando su pasivo es superior a su activo, la insolvencia es
susceptible de ser declarada judicialmente y puede abrirse concurso de
acreedores contra el deudor a la vez que se solicita la declaración de
exigibilidad de la obligación aun así no se haya vencido el plazo (art.
1553 C.C.).
Condición

El término condición tiene diferentes sentidos o acepciones desde el


punto de vista jurídico:

1. Puede ser considerado como condiciones de existencia del Negocio


Jurídico, requisitos esenciales a los que hace referencia el artículo 1501
del Código Civil.

2. También este vocablo hace relación en la órbita jurídica a las


condiciones de validez consagradas en el artículo 1502 del Código Civil
3. Por último, puede corresponder a las condiciones de eficacia del
negocio jurídico, en la medida en que en este se pacten cláusulas que
devengan interés sólo para las partes y que puedan producir efectos
jurídicos que no están prohibidos de forma imperativa.

En síntesis, se puede hablar de condición en términos jurídicos en dos


sentidos totalmente diversos: el primero de ellos es aquel del que
surgen las normas jurídicas generales y abstractas que el legislador
tiene en cuenta para pensar, realizar y expedir la legislación, condición
como modalidad de la obligación, hace referencia a un hecho o
acontecimiento futuro e incierto del que depende la consolidación o
extinción de un derecho (art. 1530 C.C.). La condición está entonces
formada por dos elementos que se hacen indispensables: el primero, un
hecho futuro y el segundo, la incertidumbre del mismo. Este último
requisito radica en un hecho objetivo que realmente es incierto.
Si se trata de una obligación positiva respecto a un hecho pasado,
entonces esta se entenderá como pura y simple.

La condición puede ser tanto positiva como negativa si consiste en el


acontecer de una cosa, o en la abstención o no acontecimiento de un
hecho.

Además, la condición positiva debe ser física y moralmente posible para


que pueda ser viable su cumplimiento, así lo preceptúa el artículo 1532
del Código Civil; se considera físicamente imposible cuando
contravienen las leyes naturales y la lógica humana en ese momento
establecidas, así por ejemplo, si hace varios siglos se hubiera hecho un
contrato en el cual se garantiza el transporte aéreo de cualquier
mercancía, se hubiera considerado imposible, pero en la actualidad es
un contrato que está ajustado a las reglas de la experiencia normal de la
vida mercantil.

Cabe decir además, que se considerará que la condición no es


ejecutable cuando acarrea un hecho constituido como ilícito u opuesto a
las buenas costumbres y al orden público.

La imposibilidad desde el punto de vista jurídico debe ser absoluta,


significa esto, que no sea posible para persona alguna, o persona
determinada como en los contratos con intuito personae.

En materia de obligaciones este punto hace referencia al principio Ad


Imposibilia Nemo Tenetus, a lo imposible nadie está obligado.

Si se pacta una condición negativa de un hecho físicamente imposible,


la obligación que surge del convenio se entenderá como pura y simple;
si por el contrario reside en una condición positiva en imposible, tal
disposición se tendrá como nula.

Pueden también clasificarse las condiciones según las causas a las que
obedece, es decir, en condición;

1. Potestativa; aquella cuya causa depende de cualquiera de las


partes contratantes, ya sea del acreedor o del deudor.
2. Casual: será la condición que obedece a la voluntad de un tercero
o a cualquier causa ajena y mixta se denominará condición que se
sujeta a la voluntad de un tercero o un acaso y a la vez a una de
las partes.
3. Mixta.

La condición también puede ser:

1. Determinada: es una especie de conjunción entre la misma condición


y el plazo, es decir, la realización de un hecho incierto dentro de un
término que por ser así es obviamente cierto, un ejemplo de tal puede
ser: una invitación a almorzar antes de las 12 del día siempre y cuando
no llueva, hay un hecho cierto que es la hora fijada y un hecho incierto
que es que llueva o no.
2. Indeterminada: Es aquella que no se enmarca dentro de un plazo fijo
para su acontecimiento, y que no se sabe si acontecerá en el mundo
fáctico.

Condición suspensiva: cuando se suspende la existencia de una


obligación. Condición resolutoria: cuyo cumplimiento resuelve la
obligación, volviendo las cosas al estado que tenían, como si la
obligación no hubiera existido.

La condición resolutoria es por el contrario el hecho futuro e incierto del


cual depende la extinción de la obligación, una vez acaecido el hecho, el
derecho se suprime de la vida jurídica.

La condición puede encontrarse en tres estados; los cuales son:


pendiente, cumplida y fallida. Si se trata de una condición suspensiva
mientras está en estado pendiente no hay obligación, su nacimiento se
encuentra netamente suspendido por tratarse de un hecho futuro e
incierto y por ende tampoco puede ser exigible.

Artículo 1549. Transmisión de derechos sometidos a condición


El derecho del acreedor que fallece en el intervalo entre el contrato
condicional y el cumplimiento de la condición, se transmite a sus
herederos; y lo mismo sucede con la obligación del deudor.
Obligaciones con carga o modo

Las obligaciones modales o con carga se definen en el artículo 1147 del


Código Civil de la siguiente manera:

Si se asigna algo a alguna persona para que lo tenga por suyo, con la
obligación de aplicarlo a un fin especial, como el de hacer ciertas obras
o sujetarse a ciertas cargas, esta aplicación es un modo y no una
condición suspensiva.

El modo, por consiguiente, no suspende la adquisición de la cosa


asignada. Por consiguiente, el modo es la manera en que se debe
cumplir la obligación; en materia de asignaciones modales si el legatario
no cumple con el modo, está en la obligación de restituir la cosa y los
frutos, lo anterior se ha denominado cláusula resolutoria puesto que se
extingue el derecho del legatario, y por ende todo vínculo que lo ate con
la persona que le delegó un determinado bien o derecho.

Gran parte de la doctrina ha incluido dentro de este tipo de modalidad


las obligaciones propter rem por considerar, que entre estas últimas y la
carga o modo no reside, existe diferencia relevante que haga imperativa
la distinción.

Las obligaciones propter rem son aquellas que surgen no de una


persona, sino de un determinado bien, así por ejemplo, el dueño de un
bien inmueble tiene que verse abocado a pagar unos tributos
específicos por ser el propietario de este, si decide vender su propiedad,
el comprador será el que adquiera dicha obligación, y así
sucesivamente.

Esta clase de obligación está en cabeza de quien ostente el dominio o la


posesión de la cosa, debido a esto, si hay transferencia de dominio el
nuevo propietario será también el nuevo deudor en la obligación real.

El sujeto titular del derecho real se encuentra en la obligación de llevar a


cabo ciertas prestaciones constituidas por mandato legal, aunque
nuestra legislación no elabora un listado de las obligaciones propter
rem, los elementos y consideraciones proporcionados por la inveterada
doctrina hacen destacar algunas de ellas.
El artículo 855 del Código Civil, establece que el usufructuario debe
soportar las cargas periódicas, pensiones y cánones, con los que haya
sido anteriormente gravada la cosa y los que se devengan durante el
usufructo.

Obligaciones positivas y negativas

Se consideran obligaciones positivas aquellas cuya prestación es de dar


o hacer, por el contrario, cuando la misma es de no hacer, se trata de
una obligación negativa. La importancia de esta clasificación radica en
que ciertas figuras sólo tienen cabida en las obligaciones positivas, la
mora, por ejemplo, sólo puede darse en las obligaciones positivas, en
este tipo de obligaciones el acreedor ante el incumplimiento del deudor
puede pedir tanto los perjuicios compensatorios o moratorios, en
cambio, en la obligación negativa sólo puede exigir los perjuicios
compensatorios.

Obligaciones de hacer

La obligación positiva de hacer consiste bien sea en la ejecución de una


prestación positiva, que implica la prestación de un servicio, o la
entrega de una cosa cuando no se transfiere el dominio. o. El artículo
1610 estipula las facultades del acreedor cuando la obligación es de
hacer y el deudor se ha constituido en mora.

Obligaciones de no hacer

La obligación de no hacer consiste, como ya lo mencionamos, en una


abstención u omisión a la que el deudor se ve obligado; es la inhibición
por parte del sujeto pasivo de ejecutar un hecho previamente
determinado. Si no intercediera pacto entre las partes, el deudor podría
realizar plenamente los hechos a los que ha renunciado. El artículo 1612
del Código Civil.

Obligaciones de cuerpo cierto y género

Las obligaciones de especie o cuerpo cierto son aquellas que tienen por
objeto una cosa totalmente singularizada de tal modo que no pueda
confundirse con otras similares; las obligaciones de género son
aquellas cuya prestación tiene como objeto una cosa incluida dentro de
una amplia clasificación, es decir, cuando el objeto es indeterminado de
una clase o género determinado (art. 1565 C.C.).

Obligaciones dinerarias y de valor

Las deudas de dinero en general son aquellas que tienen como finalidad
la entrega o dación de sumas de dinero, constituyéndose el dinero como
uno de los bienes de mayor relevancia en el tránsito jurídico actual, más
específicamente en el obligacional. El dinero como bien tiene la finalidad
de acrecentar el patrimonio de los sujetos, ya que es susceptible de
producir frutos civiles mediante la explotación por medio de la
realización de negocios e inversiones. El dinero es el bien a través del
cual se pueden extinguir las obligaciones por antonomasia.

Pluralidad de prestaciones

En líneas anteriores se había mencionado a las obligaciones alternativas


y facultativas, ha llegado el momento oportuno de estudiar
detenidamente este tipo de obligaciones. Estas obligaciones son las que
en su objeto no se limitan a la realización de una prestación, sino que al
contrario su objeto, su prestación es múltiple y versa sobre varias.

Obligaciones alternativas

Estas obligaciones son en las que existe una multiplicidad de


prestaciones, en las que la realización de una sola de ellas exonera del
cumplimiento de las demás. Al respecto el Código Civil en su artículo
1556 define: Obligación alternativa es aquella por la cual se deben varias
cosas, de tal manera que la ejecución de una de ellas exonera de la
ejecución de las otras.

Obligaciones facultativas

Las obligaciones facultativas en contraposición a las obligaciones


alternativas, no recaen en una multiplicidad de prestaciones que con la
ejecución de una permite la liberación de las demás. Las obligaciones
facultativas son las que determinan una sola prestación para su
materialización, pero que en el caso que no se puedan ejecutar, se
podrá reemplazar con otra. En otras palabras, las obligaciones
facultativas son aquellas cuyo objeto puede ser reemplazado por otro en
el momento del pago, a voluntad del deudor

Obligaciones con pluralidad de sujetos

El artículo 1495 del Código Civil define el contrato o convención como el


acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer
alguna cosa. Cada parte puede ser de una o de muchas personas. De tal
concepto se deduce que tanto la parte activa —acreedores— como su
extremo opuesto, la parte pasiva — deudores— puede estar integrada
por varias personas; en estos casos se habla de obligaciones con
pluralidad de sujetos

Obligaciones simplemente mancomunadas

Las características fundamentales de la obligación mancomunada, son


pluralidad de sujetos, unidad de prestación cuyo objeto es material e
intelectualmente divisible. En materia de Derecho Procesal, en esta
clase de obligaciones, para constreñir a la parte pasiva a que cumpla
con la totalidad de la prestación, se habla de litisconsorcio necesario, ya
que no se debe demandar a un solo deudor, sino que debe ser a todos,
si sólo un deudor fuese forzado a cumplir, este respondería por su cuota
en el crédito. Así mismo, si se trata de pluralidad de acreedores, debe
formarse un litisconsorcio necesario por activo, pues si sólo uno de los
acreedores demanda, este sólo tendrá derecho a reclamar su parte. En
conclusión, hablar de pluralidad de sujetos en materia civil (y comercial)
es equivalente a hablar de litisconsorcio en materia procesal.

Obligaciones solidarias

El segundo caso de obligaciones con pluralidad de sujetos son las


obligaciones solidarias, la solidaridad es el vínculo jurídico en el cual
existe pluralidad de sujetos acreedores o deudores, en donde uno de los
acreedores puede exigir la totalidad de la obligación del deudor y donde
uno de los deudores está en la obligación de cumplir íntegramente con
la prestación.
Solidaridad activa: Los efectos de la solidaridad activa son tanto
externos, aquellos que envuelve relaciones coacreedores y deudor,
como internos, los cuales incluyen las relaciones entre los
coacreedores.

Solidaridad pasiva: existe cuando hay pluralidad de sujetos deudores y


cada uno de ellos está en la obligación de responder por la totalidad de
la deuda.

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