Predica Arad El Campo de Tu Corazon
Predica Arad El Campo de Tu Corazon
Predica Arad El Campo de Tu Corazon
Introducción:
Los israelitas son una nación de gente de campo y por tanto es muy común encontrar dentro de las
Escrituras ilustraciones relacionadas a la agricultura.
El profeta Oseas le dirige un mensaje de parte de Dios, por ser un pueblo apóstata, es decir
renunciaron al Dios que les ha librado de muchas batallas, por servir a los ídolos.
El mensaje de Dios de los que siembran justicia segaran misericordia, Pablo lo interpreto de otra
manera en su mensaje a los Gálatas diciendo: los que siembran para la carne, segarán corrupción,
los que siembran para el Espíritu, del Espíritu segarán la vida eterna. No os engañéis, Dios no puede
ser burlado, todo lo que el hombre sembraré eso también segará.
Dios es claro para con Israel, haciéndoles ver que no pueden cosechar buenos frutos, si no han
realizado bien el trabajo en la tierra. No pueden ver las bendiciones si la confianza está en lo que
tengo o lo que otros me puedan dar. Si queremos ver nuestra vida bendecida, prospera y en paz: ES
EL TIEMPO DE BUSCAR A JEHOVÁ
Los campesinos aran la tierra que ha permanecido baldío durante mucho tiempo. Cuando preparan
ese campo remueven toda mala hierba, piedra, raíces de árboles, de no hacerlo muy difícilmente
podrían tener cosechas prosperas. Eso es lo que significa en agricultura la palabra “BARBECHO” es
un sistema de cultivo dejando por un período de tiempo sin cultivar solo preparando el terreno y eso
es lo que Dios quería que Israel hiciera, es lo que Dios quiere que hagamos.
Para nosotros hacer barbecho quiere decir: cambiar la mente y el corazón limpiando y renovando a
tal estado que podemos recibir la Palabra de Dios para que esta produzca fruto agradable.
1.- Dios les dice a Israel que hagan barbecho en su corazón.
Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros
barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia.
a. Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia: Israel había
sembrado la semilla de pecado, y pronto cosecharían el juicio de Dios. Aún ahora, si sembraban
justicia, ellos segarían misericordia en la siguiente cosecha.
i. Todos sembramos en nuestra vida, ¿pero sembramos semillas de justicia? ¿Qué
“cosechas” crecerán de las semillas que sembremos hoy, o esta semana pasada, o del mes
pasado?
b. Haced para vosotros barbecho: God edifica sobre la ilustración de sembrar y cosechar al
decirle a Israel que haga barbecho - tierra que no ha sido arada por más de un años. Es una
tierra que es dura y testaruda, se resiste a la semilla. Hace poco bien el sembrar en barbecho;
debe abrirse primero.
i. En ocasiones, cuando la palabra de Dios sale y parece que tiene poco efecto, es debido a
que cae en barbecho - la tierra dura que no permitirá que la semilla de la palabra penetre y
se haga fructífera.
ii. Ya que el barbecho es duro, probablemente no “querrá” ser abierta. Esta dura y
compacta, y la navaja del arado duele mientras la abre. Si el barbecho pudiera hablar,
probablemente lloraría mientras es arado. Pero es inútil como tierra mientras permanezca
barbecho.
iii. Porque es el tiempo de buscar a Jehová nos recuerda de cómo abrimos el barbecho.
Lo hacemos al buscar a Jehová, no a nosotros mismos o los ídolos.
iv. Porque es el tiempo muestra que el tiempo para abrir el barbecho es ahora. “Esto
debiera de hacerse inmediatamente: la temporada está pasando; y si no pones la semilla en
la tierra, la lluvia temprana pasará; y tus campos estarán sin fruto.” (Clarke)
c. Hasta que venga y os enseñe justicia: Esto nos dice cuanto tiempo debemos de abrir el
barbecho y sembrar la semilla de justicia. Lo hacemos hasta que llegue la cosecha.
i. El uso de las ilustraciones de sembrar y cosechar de parte de Dios nos recuerda que la cosecha
esta en veces a una temporada de distancia. Algunas veces las personas esperan sembrar pecado
por años, pero el cosechar misericordia tan pronto hayan sembrado justicia en un día. Mantente
sembrando en justicia, y cosecharás misericordia a su debido tiempo.
2. Rompiendo el terreno baldío.
Porque así dice Jehová a todo varón de Judá y de Jerusalén: Arad campo para vosotros, y no
sembréis entre espinos. Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón,
varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea que mi ira salga como fuego, y se
encienda y no haya quien la apague, por la maldad de vuestras obras.
a. Arad campo: dios invitó a Judá y a Jerusalén a regresar a Él de una condición dura. El
campo son tierras que no han sido cultivadas, especialmente tierra que fue arada anteriormente
pero se ha dejado inactiva por un año o más. Es difícil de arar, pero no hay cosechas útiles que
se puedan cultivar hasta que el campo sea quebrado.
• El campo implica fecundad previa.
• El campo requiere mucho trabajo para ser quebrado.
• El campo implica alguna resistencia.
i. “No tendría sentido plantar semillas de arrepentimiento en una tierra que no sirve.”
(Harrison)
b. Y no sembréis entre espinos: Esto probablemente tiene en mente lo que sí crece en el
campo – hierbas y espino. No es como si nada creciera en el campo, simplemente nada útil
crece en el campo. Hablando espiritualmente, si Judá regresa debe poner su energía en
corazones preparados y arrepentidos.
i. “Debe haber una labranza profunda, y la erradicación de aquellos que obstaculiza el crecimiento,
tanto en el reino del espíritu como en el de la naturaleza, antes de que pueda haber una cosecha
abundante.”
La semilla que es la Palabra de Dios no lleva fruto si cae en el camino, en espinos, en piedras.
Permita que el Espíritu Santo remueva todo aquello que estorba e impide el camino. Necesario es
examinar el corazón. Porque es engañoso, el hacer nuestra voluntad. Mateo 13
2.- Quitad el prepucio de vuestro corazón dice el señor.
Circuncidaos a Jehová: Jeremías cambió las imágenes, alejándose de la idea de un campo sin
arar a la idea de la circuncisión de un bebé, en obediencia al pacto de Abraham. En lugar de
remover literalmente la piel del prepucio, Judá tenia que remover quitad el prepucio de
vuestro corazón, cortando la carne para el pacto de dedicación al Señor.
“Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de
Jerusalén; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien la apague, por la maldad
de vuestras obras” Jeremías 4:4
La circuncisión era la señal del pacto entre el pueblo escogido Israel y Dios, esto significaba quitar el prepucio de
los varones, para una definición más clara de que es circuncisión pueden buscar en nuestra página.
Ahora bien, la circuncisión era la muestra de obediencia y entrega al Señor, en este versículo Dios
habla por medio del Profeta Jeremías una palabra fuerte, pero que llevaba grandes verdades y
necesarias verdades para la vida cristiana.
Muchas personas ya no sienten que están en error, puesto que están tan acostumbrados a
mantenerse en el pecado que el Espíritu Santo de Dios en sus vidas se ha apagado, es decir se ha
contristado a tal punto que no puede redargüir de pecado, puesto que no se está en sintonía con el
Espíritu.
Por otra parte están aquellos que sin necesidad de cometer pecado a diario también se acomodan a
la vida cristiana y cuando hablo de esta clase de acomodo me refiero a aquellos que ya no oran, ya
no leen la Biblia, ya no sirven en su congregación, ya no sienten el deseo ferviente de asistir a la
Iglesia y si asisten se han acomodado a los domingos.
A toda esta clase de “cristianos” es que Dios le habla a través de este pasaje y les
dice: “Circuncidaos a Jehová y quitad el prepucio de vuestro corazón”, traduciéndolo al
lenguaje popular mío seria: “Obedezcan al Señor y entréguense por completo a Él”.
Hermanos amados, estamos en los últimos tiempos, ya no es momento de acomodados a una vida
cristiana apática a las cosas del Espíritu, ya no es tiempo de estar practicando el pecado, ya no es
hora de ser un cuerpo más en una banca de la Iglesia, si no más bien es hora de convertirnos al
Señor, es momento de volvernos de todo corazón Él.
Posiblemente tú has estado llevando una vida acomodada en el Señor, en donde no sientes ni el
mínimo deseo de mejorar tu vida espiritual, a ti te hablo en este momento y te digo: ¿Crees que
estás haciendo lo correcto?, ¿Crees que la vida que llevas te alcanza para obtener la vida
eterna?, ¿Si Cristo viniera hoy este preparado para irte con Él?
No es posible que mientras Dios se derrama en las vidas de aquellos que quieren hacer su voluntad,
tú estés acomodado criticando todo, creyendo que nada te llena, solo por el simple hecho que no
sientes nada en tu corazón porque estás apagado totalmente, acomodado diría yo.
Querido amigo, es momento de ponerte de pie y de permitir al Señor que te circuncide y quite el
prepucio de tu corazón, esto significa tener una verdadera relación personal con el Señor, obedecer
su Palabra y hacer un pacto de santidad y fidelidad a Él.
Pueda ser que el acomodo quiera venir una y otra vez a tu vida, pero cuando tu corazón está
realmente circuncidado delante del Señor, no abra nada ni nadie que quitara el gozo de buscar y
servir más y más al Señor.
SEMBRANDO PARA NOSOTROS
Jeremías 4:3
“Porque así dice Jehová a todo varón de Judá y de Jerusalén: Arad campo para vosotros, y
no sembréis entre espinos”.
Acá el Señor habla al pueblo para que se volviera de sus iniquidades, vemos como en el versículo 1 de
este mismo capitulo, el Señor comienza diciendo: Si te volvieres, oh Israel. Y esta conversión de los
malos caminos conlleva una bendición gloriosa para el pueblo de Dios. (Cap2)
Pero hay endurecimiento de corazón, que como un campo que se prepara para el cultivo debe ser
primero quebrantado, arado, preparado, para que la semilla caiga en tierra fértil y de su fruto a su
tiempo, como el Señor lo desea. De esa manera pide el Señor al pueblo que prepare su corazón: “Arad
campo para vosotros, y no sembréis entre espinos”, vemos que en el versículo 4 el Señor dice:”
Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón”.
Debemos doblegar nuestro corazón, humillar nuestro corazón delante de Dios, porque un corazón
altivo, es como un campo sin arar, seco y endurecido y no esta preparado para que la semilla de la
palabra de Dios rinda los frutos que debe de rendir.
Cuando preparemos nuestro corazón y la semilla sea recibida; el fruto va a ser abundante. Pero los
frutos después de cumplir con su primera misión, la de alimentar, todavía tienen una muy importante:
“Producir semilla para que la palabra de Dios sigan siendo sembrada”.
Después de meditar en este pasaje vino a mi mente la siguiente reflexión: “Que clase de semilla estoy
sembrando yo en los demás”. Constantemente tenemos la oportunidad de relacionarlos con muchas
personas en nuestro diario vivir, que he sembrado yo en cada una de ellas, que he hecho para que la
palabra de Dios llegue a los corazones que la necesitan. Esta reflexión me llevo a la acción: Tome 60
tratados y decidí que con cada persona con la que me encontrara compartiría por lo menos un tratado y
si me lo permitiera compartiría la palabra, pero no solo eso, no importara la situación o las
circunstancias, con todas las personas seria cortes y amable, regalando un saludo cordial, amistoso y
con una sonrisa decirle un “Dios le bendiga”. Y no es que seamos personas descorteces, sino que
muchas veces por los mismo afanes de la vida andamos distraídos o situaciones estresantes nos hacen
reaccionar de la manera que no quisieramos. Para mi sorpresa al final del día solo tenia 3 tratados,
significa que tuve la oportunidad de sembrar en 57 personas:
Estas personas aunque no las vuelva a ver, tendrán un recuerdo agradable de mi persona y al mismo
tiempo estaré dando un buen testimonio y la palabra no estará siendo vituperada por mi culpa. ¿Como
queremos que nos recuerden? y mejor aun, si tenemos la oportunidad de volver a encontrarnos tendrán
ese recuerdo de nosotros, de cuando fuimos amables y como creen que nos trataran esa personas: Con
amabilidad y sobre todo aceptaran con mas facilidad la palabra de Dios, porque muchas veces sucede
que no aceptan la palabra de Dios, porque no nos aceptan a nosotros, por nuestra actitud, nuestro mal
comportamiento, etc.
y cuando sucede eso es porque hemos estado sembrando entre espinos.
“Arad campo para vosotros”, el campo es el mundo según Mateo 13:38 "El campo es el mundo; la
buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo".
En el debo de sembrar la justicia de Dios, si queremos un trato justo, comencemos por nosotros mismo.
(Oseas 10:12) “Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para
vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia”.
Y para finalizar, no debemos de pasar por alto los consejos que nos da la palabra de Dios: