El Efecto Invernadero

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Efecto Invernadero

El efecto invernadero es el fenómeno por el que la energía solar recibida en cada


momento por la Tierra que proviene de la radiación solar natural no puede volver al
espacio.

Es decir, cuando rebota sobre la superficie terrestre se queda atrapada en la


Tierra por la barrera de los gases de efecto invernadero que forman una capa que no
deja que este calor se vaya.

Dichos gases deterioran las partículas de la capa de ozono, responsables de protegernos


de la radiación, hasta generar enormes agujeros por los que penetran con mayor
intensidad los rayos del sol.

Eso quiere decir que, por un lado, nos envían más calor a la Tierra y, por otro, nos lo
retienen en el planeta. Y aquí empieza todo...

Más sobre el fenómeno


El calentamiento de la Tierra no es algo exclusivo de nuestra época. Desde que se
formó, el planeta Tierra ha experimentado un cambio constante y permanente, y su
temperatura media ha aumentado.

El efecto invernadero se produce por la acción de varios componentes de la atmósfera


planetaria: dióxido de carbono, metano, el vapor de agua, el óxido de nitrógeno y el ozono
son algunos de ellos.

Sin los gases de efecto invernadero, la temperatura promedia de la superficie terrestre


sería alrededor de −18 °C, en lugar de la media actual de 15 °C.

No obstante, esto no es excusa para mantener los niveles de calentamiento global y


efecto invernadero de la actualidad. ¡Debemos actuar!

La involucración del ser humano en el efecto


invernadero
La diferencia es que hasta hace poco era un proceso natural, ahora no: ha sido acentuado
en las últimas décadas por la acción del hombre con la emisión de, esencialmente,
dióxido de carbono y metano, principales causas del cambio climático.

A raíz de la Revolución Industrial, en la que comenzó una intensa actividad en materia


del uso de combustibles fósiles, se ha visto incrementar su presencia en la atmósfera, y
eso origina la situación de efecto invernadero que ahora nos preocupa.
Así que el fenómeno beneficioso del efecto ha sido alterado provocando modificaciones
en el clima y generando múltiples cambios en el equilibrio de los ecosistemas. ¿Intuyes
las consecuencias?

¿Qué puede pasar?


Es crucial tener en cuenta que el efecto invernadero es esencial para el clima de la
Tierra. El problema es la contaminación. En una situación de equilibrio, la cantidad de
energía que llega al planeta por la radiación solar se compensa con la cantidad de energía
radiada al espacio.

Tal como hemos comentado más arriba, esto ya no sucede en la Tierra.


Las consecuencias para el planeta y para sus habitantes son desastrosas.

Deshielo de los polos


Uno de los efectos más conocidos del calentamiento global es el deshielo de los
casquetes polares, que provoca un notable aumento del nivel del mar que podría llevar
a inundar ciudades y poblaciones.

En caso de que la temperatura aumente por encima de los niveles normales, aumentará
el nivel del océano y se inundarán grandes regiones habitadas.

Desertización
Otra de las consecuencias es el aumento de la desertización, gracias a esas altas
temperaturas y a la escasez de lluvias (lo cual, a largo plazo, puede afectar seriamente
la agricultura y las cosechas).

Cambios en las estaciones del año


El efecto invernadero produce también unos cambios graves en las distintas estaciones del
año (de lo que nosotros mismos nos podemos dar cuenta) que afectan a los procesos de
migraciones de los animales e incluso a su reproducción.
El ser humano es el único que puede parar estos cambios graves en la vida de la Tierra y solo
de nosotros depende si ponemos rumbo a un mundo sano o lo seguimos destrozando,
destruyendo, a su vez, a la humanidad misma.

Vale la pena tomar conciencia y educar a nuestros hijos e hijas desde la infancia sobre la
importancia que tiene vivir en una Tierra feliz y sana, con el efecto invernadero equilibrado y
natural. ¡Ponernos en marcha ya no es una opción, es nuestra única salida!

Balance de Calor
La mayor parte de la energía que llega a nuestro planeta procede del Sol. Viene en forma de
radiación electromagnética. El flujo de energía solar que llega al exterior de la atmósfera es una
cantidad fija, llamada constante solar. Su valor es de alrededor de 1,4 • 103 W/m2 (1354 Watios por
metro cuadrado según unos autores, 1370 W•m-2 según otros), lo que significa que a 1 m2 situado
en la parte externa de la atmósfera, perpendicular a la línea que une la Tierra al Sol, le llegan algo
menos que 1,4 • 103 J cada segundo.

Para calcular la cantidad media de energía solar que llega a nuestro planeta por metro cuadrado de
superficie, hay que multiplicar la anterior por toda el área del círculo de la Tierra y dividirlo por toda
la superficie de la Tierra lo que da un valor de 342 W•m-2 que es lo que se suele llamar constante
solar media

En un período suficientemente largo el sistema climático debe estar en equilibrio, la radiación solar
entrante en la atmósfera está compensada por la radiación saliente. Pues si la radiación entrante
fuese mayor que la radiación saliente se produciría un calentamiento y lo contrario produciría un
enfriamiento.2 Por tanto, en equilibrio, la cantidad de radiación solar entrante en la atmósfera debe
ser igual a la radiación solar reflejada saliente más la radiación infrarroja térmica saliente. Toda
alteración de este balance de radiación, ya sea por causas naturales u originado por el hombre
(antropógeno), es un forzamiento radiactivo y supone un cambio de clima y del tiempo asociado.

Los flujos de energía entrante y saliente interaccionan en el sistema climático ocasionando muchos
fenómenos tanto en la atmósfera, como en el océano o en la tierra. Así la radiación entrante solar
se puede dispersar en la atmósfera o ser reflejada por las nubes y los aerosoles. La superficie
terrestre puede reflejar o absorber la energía solar que le llega. La energía solar de onda corta se
transforma en la Tierra en calor. Esa energía no se disipa, se encuentra como calor sensible o calor
latente, se puede almacenar durante algún tiempo, transportarse en varias formas, dando lugar a
una gran variedad de tiempo y a fenómenos turbulentos en la atmósfera o en el océano. Finalmente
vuelve a ser emitida a la atmósfera como energía radiante de onda larga.2 Un proceso importante
del balance de calor es el efecto albedo, por el que algunos objetos reflejan más energía solar que
otros. Los objetos de colores claros, como las nubes o la superficie nevada, reflejan más energía,
mientras que los objetos oscuros absorben más energía solar que la que reflejan. Otro ejemplo de
estos procesos es la energía solar que actúa en los océanos, la mayor parte se consume en la
evaporación del agua de mar, luego esta energía es liberada en la atmósfera cuando el vapor de
agua se condensa en lluvia.
Balance anual de energía de la Tierra desarrollado por Trenberth, Fasullo y Kiehl de la NCAR en
2008. Se basa en datos del periodo de marzo de 2000 a mayo de 2004 y es una actualización de
su trabajo publicado en 1997. La superficie de la Tierra recibe del Sol 161 w/m2 y del Efecto
Invernadero de la Atmósfera 333w/m², en total 494 w/m2,como la superficie de la Tierra emite un
total de 493 w/m2 (17+80+396), supone una absorción neta de calor de 0,9 w/m2, que en el tiempo
actual está provocando el calentamiento de la Tierra.

La Tierra, como todo cuerpo caliente superior al cero absoluto, emite radiación térmica, pero al ser
su temperatura mucho menor que la solar, emite radiación infrarroja por ser un cuerpo negro. La
radiación emitida depende de la temperatura del cuerpo. En el estudio del NCAR han concluido una
oscilación anual media entre 15,9 °C en julio y 12,2 °C en enero compensando los dos hemisferios,
que se encuentran en estaciones distintas y la parte terrestre que es de día con la que es de noche.
Esta oscilación de temperatura supone una radiación media anual emitida por la Tierra de 396 W/m2

La energía infrarroja emitida por la Tierra es atrapada en su mayor parte en la atmósfera y reenviada
de nuevo a la Tierra. Este fenómeno se llama Efecto Invernadero y garantiza las temperaturas
templadas del planeta.
El efecto invernadero es un fenómeno atmosférico natural que permite mantener una temperatura
agradable en el planeta, al retener parte de la energía que proviene del sol. A través de las
actividades humanas se liberan grandes cantidades de carbono a la atmósfera a un ritmo mayor de
aquel con que los productores y el océano pueden absorberlo, éstas actividades han perturbado el
presupuesto global del carbono, aumentando, en forma lenta pero continua el CO2 en la atmósfera;
propiciando cambios en el clima con consecuencias en el ascenso en el nivel del mar, cambios en
las precipitaciones, desaparición de bosques , extinción de organismos y problemas para la
agricultura.
Gases como el CO2, ozono superficial (O3)4, óxido nitroso (N2O) y clorofluoralcanos se acumulan
en la atmósfera como resultado de las actividades humanas, derivando en un aumento del
calentamiento global, esto ocurre porque los gases acumulados frenan la pérdida de radiación
infrarroja (calor) desde la atmósfera al espacio. Una parte del calor es transferida a los océanos,
aumentando la temperatura de los mismos, lo que implica un aumento de la temperatura global del
planeta. Como el CO2 y otros gases capturan la radiación solar de manera semejante al vidrio de
un invernadero, el calentamiento global producido de este modo se conoce como efecto
invernadero.

Efecto Invernadero

Gases de Efecto Invernadero (GEI)

Gases integrantes de la atmósfera, de origen natural y antropogénico, que absorben y emiten


radiación en determinadas longitudes de ondas del espectro de radiación infrarroja emitido por la
superficie de la Tierra, la atmósfera, y las nubes. Esta propiedad causa el efecto invernadero. El
vapor de agua (H2O), dióxido de carbono (CO2), óxido nitroso (N2O), metano (CH4), y ozono (O3)
son los principales gases de efecto invernadero en la atmósfera terrestre. Además existe en la
atmósfera una serie de gases de efecto invernadero totalmente producidos por el hombre, como
los halocarbonos y otras sustancias que contienen cloro y bromuro, de las que se ocupa el
Protocolo de Montreal. Además del CO2, N2O, y CH4, el Protocolo de Kiyoto aborda otros gases
de efecto invernadero, como el hexafluoruro de azufre (SF6), los hidrofluorocarbonos (HFC), y los
perfluorocarbonos (PFC).
Las moléculas de los GEI tienen la capacidad de absorber y re emitir las radiaciones de onda larga
(esta es la radiación infrarroja, la cual, es eminentemente térmica) que provienen del sol y la que
refleja la superficie de la Tierra hacia el espacio, controlando el flujo de energía natural a través
del sistema climático. El clima debe de algún modo ajustarse a los incrementos en las
concentraciones de los GEI, que genera un aumento de la radiación infrarroja que es absorbida
por los GEI en la capa inferior de la atmósfera (la troposfera), en orden a mantener el balance
energético de la misma. Este ajuste generará un cambio climático que se manifestará en un
aumento de la temperatura global (referido como calentamiento global) que generará un aumento
en el nivel del mar, cambios en los regímenes de precipitación y en la frecuencia e intensidad de
los eventos climáticos extremos (tales como tormentas, huracanes, fenómenos del Niño y la Niña),
y se presentará una variedad de impactos sobre diferentes componentes, tales como la agricultura,
los recursos hídricos, los ecosistemas, la salud humana, entre otros

Gases de Efecto Invernadero

Gas de Efecto Invernadero Fuente Actividad

 Quema de combustibles fósiles (petróleo,


carbón y gas natural)
 Deforestación  Transporte y generación
 Cambio de uso del suelo térmica
Dióxido de Carbono (CO2)
 Quema de bosques  Forestal
 Transporte y generación térmica  Agricultura
 Forestal  Incendios Forestales
 Agricultura
 Incendios Forestales

 Botaderos de basura
 Excrementos de animales  Descomposición de desechos
Metano (CH4)  Gas natural orgánicos
 Descomposición de desechos orgánicos  Ganadera
 Ganadera  Petrolera
 Petrolera
 Combustión de automóviles
 Fertilizantes
 Transporte
 Alimento de ganado
Óxido Nitroso (N2O)  Agricultura
 Fertilización nitrogenada
 Industrias
 Estiércol
 Quema de desechos sólidos
 Desechos sólidos

Carburos Hidrofluorados (HFC) y


 Sistemas de refrigeración
Carbonos Perfluorados (PFC)   Industria frigorífica
Industria frigorífica

 Sistemas de refrigeración
 Plástica
Clorofluorocarbonos (CFC)
 Aerosoles  Sector Industrial
 Electrónica
 Sector Industrial

 Aislante, eléctrico y estabilizante


 Interruptores eléctricos (breakers)  Sistema interconectado de
Hexafluoruro de azufre (SF6)
 Transformadores redes eléctricas
 Sistema interconectado de redes eléctricas  Extintores de incendios
 Extintores de incendios
Fuente: Segunda Comunicación Nacional sobre Cambio Climático – Ecuador, 2011

La capa de ozono
La naturaleza nos ha provisto de elementos que son indispensables para la vida. La capa de
ozono es uno de ellos. Pero como todo proceso natural, este ciclo también se ha visto
seriamente afectado por la acción del hombre. Con algunas de sus prácticas se ha encargado de
destruir su grosor obviando que sus efectos pueden ser letales. En este artículo te explicamos qué
es la capa de ozono, su importancia y las causas y consecuencias de su deterioro.
¿Qué es la capa de ozono?
Algunos dicen que es un cinturón de gas natural. Otros, que es un paraguas, un manto o un escudo.
Lo cierto es que es una parte de la estratosfera que está formada por moléculas de ozono, un
gas incoloro, que requiere de condiciones de temperatura y presión atmosférica muy específicas
para su existencia.

Se encuentra entre los 10 y los 50 kilómetros de altura sobre el nivel del mar. Actúa como una capa
protectora natural que filtra el paso de los rayos solares UV-A y absorbe la potente radiación
ultravioleta UV-B, impidiendo que sus componentes dañinos atraviesen la atmósfera y caigan
directamente en la superficie terrestre. De esta manera, la función de la capa de ozono es permitir
la vida en el planeta. Pero en los últimos cien años, el hombre ha sido responsable de que esa capa
haya comenzado a deteriorarse.

En 1974 se publicaron por primera vez cuáles eran las principales amenazas para la conservación
de la capa de ozono, y en 1985 se descubrió que había un agujero en la capa de ozono sobre el
casquete antártico, gracias a que determinadas sustancias generaban el agotamiento del ozono. Esto
encendió las alarmas mundiales y despertó una preocupación que se mantiene vigente.

Causas de la destrucción de la capa de ozono


La destrucción o adelgazamiento de la capa ozono no es más que la disminución de la cantidad de
ozono en la estratosfera terrestre. Se produce, principalmente, por la liberación de átomos de cloro
y bromo que son los que destruyen el ozono.
Entre las causas naturales que contribuyen al agotamiento de la capa de ozono, se encuentran:
 Las erupciones volcánicas.
 Las corrientes de aire de la estratosfera.
 La actividad solar.
 Las bajas temperaturas, especialmente en invierno, que hacen que aumenten los niveles de
cloro y de bromo, elementos que acaban rápidamente con el ozono. Por eso en la Antártida,
en el Polo Sur, es donde tiene su origen el agujero de la capa de ozono, allí el frío extremo
y las grandes cantidades de luz aceleran la conversión de los clorofluorocarbonos en
cloro. La Antártida es entonces la zona con menos ozono del planeta.
 El calentamiento global es causa y efecto de la destrucción de la capa de ozono. Por un lado,
es perjudicial, pero por el otro, permite su regeneración. La subida de la temperatura en la
superficie terrestre conlleva una disminución en la estratósfera donde se concentra 90% de las
reservas de ozono. Ahora bien, mientras más grande se hace el agujero en la capa de ozono,
mayor será el aumento de la temperatura terrestre.
Pero ese proceso natural deja de ser equilibrado cuando la actividad humana entra en juego.
 Los Clorofluorocarbonos (CFCs) son los principales responsables del deterioro. Estos
compuestos han sido creados por el hombre para la elaboración de aerosoles (desodorantes,
insecticidas o ambientadores), de refrigerantes de los aires acondicionados y motores de
algunos electrodomésticos, de disolventes y propelentes. En principio, se decía que eran
amigables con el medioambiente, pero luego se descubrió que al usarlos, estos productos
químicos se descomponen por la acción de la luz y liberan átomos de cloro que se elevan a la
estratósfera, donde rompen las moléculas de ozono. Ahora bien, lo que más preocupa de ellos
es su permanencia. Tienen una vida de entre 50 y 100 años, lo que quiere decir que muchas de
las moléculas de cloro emitidas en los años 70 y 80, aun permanecen en la atmósfera como
agentes contaminantes. Razones suficientes para que desde hace algunos años se decidiera
regular su uso.
 Otros productos, como los pesticidas agrícolas o los fertilizantes, que contienen bromo,
bromuro de metilo y óxido de nitrógeno, también dañan la capa de ozono.
Consecuencias de la destrucción de la capa de ozono
La acelerada destrucción de la capa de ozono trae consigo una mayor incidencia de los rayos
ultravioletas que resultan perjudiciales para el medio ambiente y las personas que lo habitan.
El debilitamiento de la capa de ozono, según el Programa de Naciones Unidas para la Protección
del Medioambiente (PNUMA) ha llegado a ser 60% más severo en algunas partes de la estratosfera,
en especial aquellas que cubren los territorios más poblados que es donde se emite la mayor
cantidad de gases contaminantes. Y estos son algunos de los efectos resultantes:

En la salud humana:
La radiación UV-B puede llegar a modificar las moléculas de ADN y provocar ciertos cambios en
el organismo. En consecuencia, puede:
 Afectar el sistema inmunológico de tal manera que se haga más sensible a infecciones
ocasionadas por virus y bacterias.
 Alterar la visión hasta generar cataratas, presbicia o infecciones oculares.
 Aumentar las probabilidades de padecer enfermedades cutáneas, como cáncer de piel,
dermatitis y alergias.
 Generar problemas respiratorios como el asma.

En los animales:
 El fitoplancton es especialmente vulnerable a la incidencia de la radiación ultravioleta UV-B
que aumenta sus posibilidades de muerte. La disminución de la población de organismos
unicelulares como las algas afecta la cadena alimentaria, pues es el alimento básico de
muchos peces. Lo que a su vez pone en riesgo la existencia de otras especies marinas.
 Algunas especies marinas abandonan las zonas más cálidas. Esto modifica los ecosistemas y
los ciclos de reproducción y cría de peces jóvenes, gambas, cangrejos, salamandras y ranas.

 En los animales terrestres, las consecuencias son similares a las que pueden llegar a sufrir las
personas.
En las plantas:
 El proceso de la fotosíntesis experimenta cambios que alteran los ciclos de floración y
crecimiento de ciertas especies.
 Se modifican los sistemas de cosecha de productos agrícolas.
En el ambiente:
 Los ciclos bioquímicos, como el del carbono, experimentan cambios que pueden incidir
directamente en el efecto invernadero.

¿Se puede recuperar?


Cientos de estudios han demostrado que los productos que contiene clorofluorocarbonados (CFC)
son extremadamente perjudiciales para la capa de ozono. En ese sentido, se han tomado medidas
que buscan prohibir su fabricación y uso.
Tal es el caso del Protocolo de Montreal firmado por 197 países en el año 1987. Con esta
manifestación de voluntad de los gobiernos se acordaron medidas para reducir la producción y
comercialización de dichas sustancias químicas que dañan la capa de ozono.
A partir de ahí, a los CFC se les añadió hidrógeno, para sustituirlos por los hidrofluorocarbonos o
HCFC, que no atacan directamente la capa de ozono. Pero estos provocan un incremento en el
efecto invernadero y por ende, contribuyen al cambio climático.

Otra preocupación más.

Estas acciones si bien no han reparado el daño por completo, sí han ayudado a tener indicios de
una leve recuperación de la capa de ozono.

 El agujero de ozono alcanzó su tamaño máximo en el año 2000, cuando llegó a medir 28.4
millones de kilómetros cuadrados.
 Según una medición realizada por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio
de Estados Unidos (NASA), para septiembre de 2016, el tamaño del agujero era de 23 millones
de kilómetros cuadrados, una reducción del 20% desde el 2005, gracias a la disminución de los
niveles de cloro que destruyen la capa de ozono.

 En septiembre de 2019 se registró la mayor disminución del tamaño del agujero de ozono hasta
la fecha, llegando a los 16.4 millones de kilómetros cuadrados. Esta cifra se redujo hasta los 10
millones de kilómetros cuadrados durante finales de septiembre y la primera mitad del mes de
octubre.
 Algunos estudios sugieren que los daños a la capa de ozono podrían ser revertidos casi en su
totalidad para mediados del siglo XXI.
La Organización Mundial de Meteorología considera que la recuperación de la capa de ozono se
pueda lograr para el 2050. Claro está, para ello es necesario la aplicación y supervisión de
protocolos, reglamentos y demás medidas que incentiven, cada vez más, la sustitución de los
clorofluorocarbonos.

Mientras tanto, algunos países sufren más que otros, las consecuencias del daño a la capa de ozono.

 Los países con altas latitudes en el hemisferio sur tienen mayor exposición a los rayos
ultravioletas. Argentina y Chile son más vulnerables al estar más cerca del agujero, junto con
Nueva Zelanda y Australia.
¿Cómo podemos ayudar a preservarla?
Si no quieres que el planeta quede desprotegido, puedes seguir las siguientes recomendaciones:

 Evita el uso de aerosoles. La mayoría, por no decir todos, contienen clorofluorocarbonos.

 No uses fertilizantes que contengan bromuro de metilo, ni productos que contengan halones,
como es el caso de los extintores.

 Reduce las emisiones de dióxido de carbono, pues estas propician el calentamiento global y este
a su vez el aumento de la temperatura en la estratosfera y la disminución del ozono.

 Utiliza abonos no contaminantes.

 Usa bombillas de bajo consumo.


Aunque hay huellas de una posible recuperación de la capa de ozono, aún queda mucho por hacer
para combatir este y todos los problemas ambientales que hemos ocasionado y cuyas consecuencias
pueden ser devastadoras.

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