M2043 Liderazgo y Relaciones Humanas - Lección 4
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Jesús es el modelo perfecto de un líder siervo. El dijo a sus discípulos: “Pero no será así entre vosotros,
sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el
primero, será siervo de todos. Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para
dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:43-45). El liderazgo de servicio se mani esta al agradar a
Dios, servirle, ministrar mediante los dones espirituales, e imitar a Cristo. Los líderes que sirven son personas
con integridad que mantienen patrones bíblicos y tienen un compromiso verdadero con sus seguidores.
Sus prioridades incluyen profunda devoción a la Palabra de Dios y a la oración, interés por la familia,
mayordomía el del tiempo y el dinero, y estudio diligente para equiparse a sí mismo para su tarea. Un espíritu
de servicio debería ser la marca distintiva de cada líder cristiano.
LECCIÓN 4
Ya hemos establecido que los líderes son parte importante de la iglesia y que
in uyen en sus seguidores para el cumplimiento de los propósitos que Dios tiene para
ellos. En verdad, sin líderes la iglesia de Jesucristo no podría funcionar con e cacia en
cumplir el mandato de Jesús de predicar el evangelio a todas las naciones y llevar a los
cristianos a la madurez (Mateo 28:19,20). El apóstol Pablo escribió: “Si alguno anhela
obispado [líder], buena obra desea” (1 Timoteo 3:1). En Hebreos 13 el escritor enfatiza
la importancia de los líderes en el plan de Dios para la iglesia (vv. 7, 17, 14).
Llegamos ahora al corazón mismo del liderazgo cristiano: el tema del servicio.
Jesús vino al mundo para cumplir las profecías del Antiguo Testamento de que el
Mesías sería el “Siervo de Jehová” (Isaías 42:1-4; 44:1-2).
En vista del ejemplo de Jesús, parece extraño que el liderazgo de servicio no sea
un asunto de interés para muchos líderes cristianos. Algunos más bien perseguirían las
más avanzadas técnicas de administración y las más exitosas fórmulas de venta para
producir el crecimiento de la iglesia. Pero esto está lejos del modelo bíblico que Jesús
estableció para los líderes. A medida que estudie los principios en esta lección podría
ser una experiencia liberadora que creará en usted el deseo de seguir el ejemplo de
Jesucristo y ser un líder siervo.
bosquejo de la lección Agradando a Dios
El deber cristiano
La tarea principal del líder
La meta de los apóstoles
El ejemplo de Jesús
Sirviendo a Dios
Trasfondo del Antiguo Testamento
Enseñanza del Nuevo testamento
La importancia de una vida llena del Espíritu
Ministrando mediante los dones espirituales
La importancia de los dones espirituales
La naturaleza de los dones espirituales
Imitando a Cristo
El vino para servir
El demostró humildad
El fue un pastor
El fue desinteresado
1. Estudie la lección según el procedimiento usual. Busque y lea todas las referencias tareas de la lección
bíblicas que se dan en el desarrollo de la lección, conteste todas las preguntas de
estudio. Busque en el Glosario al nal de este libro de texto para encontrar las
de niciones de las palabras clave que sean nuevas para usted.
2. Tome el autoexamen y compruebe sus respuestas.
EL EXTERIOR
INTERIOR
CUERPO
Edificando al cuerpo Ministrando al mundo
DE
CRISTO
.....................................................................................................................................
b El ministerio interior de los dones espirituales:
.....................................................................................................................................
La otra palabra usada para describir los dones espirituales es diakonía, que ya
hemos descubierto que signi ca “servicio”. Esta palabra indica que los dones se dan
para el bienestar de otros y no para el nuestro. Cristo mismo es nuestro ejemplo en el
uso de los dones espirituales. La grandeza cristiana no se mide por el número de dones
que se le ha dado a uno, sino por el humilde y el uso de nuestros dones para otros.
La actividad soberana de Dios en la vida del cristiano es su fuente de poder para el
servicio. Los dones son siempre los dones del Espíritu. ¡Nunca son nuestros!
Cuatro pasajes de las Escrituras enumeran los dones del Espíritu: Romanos 12:6-8;
1 Corintios 12:8-10; Efesios 4:7-13; y 1 Pedro 4:10,11. Aparentemente estas listas no
tienen la intención de ser completas. Más bien, parecen indicar la variedad y naturaleza
de los dones. Tampoco tendrían el propósito de proporcionarnos una clasi cación
de los dones. El esfuerzo de clasi car los dones en orden de prioridad por lo general
termina en frustración porque las listas parecen estar al azar en las Escrituras.
Examinaremos estos puntos en un momento.
15 Explique el signi cado de estas palabras como ellas describen la naturaleza de los
dones espirituales:
a Diakonía: .....................................................................................................................
b Charisma: ....................................................................................................................
El valor de cada don no se determina por el orden en que se enumeran los dones.
Hay una ocasión cuando Pablo categoriza los dones (1 Corintios 12:28), pero esta es
claramente un orden de función para establecer una nueva iglesia. Podemos ver la
lógica de Pablo: Primero un apóstol pone los fundamentos, mientras que los profetas
dan a los santos un depósito de revelación y la Palabra de Dios en forma oral. Los
maestros luego consolidan la doctrina y aplican la Palabra a la vida diaria. Los
milagros de sanidad, los enfrentamientos de poder, y otros ministerios de los dones
llegan a ser los medios de salud, provisión, y testimonio al mundo que observa.
Es signi cativo que el asunto del amor (1 Corintios 13) se coloca entre los
capítulos 12 y 14 que tratan de los dones espirituales. Sin amor los dones no tienen
valor. Los líderes necesitan ejercer sus dones libres de motivos egoístas. Entonces no
hay lugar para el orgullo o la jactancia. Un líder que usa su don en esta manera tendrá
1) un ministerio equilibrado, 2) un ministerio compartido y 3) una iglesia armoniosa.
Él vino a servir
Marcos 10:35-45
Jesús dijo a sus discípulos: “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido,
sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:45). En Marcos
10:35-45 hay un relato de la respuesta de Jesús a la petición egoísta de Santiago y
Juan y a la igualmente impetuosa reacción de los otros discípulos. Jesús explicó a
los discípulos lo que realmente es la grandeza espiritual al contrastar los valores del
mundo con los del reino de Dios. En el mundo, la prueba de la grandeza descansa en
el número de seguidores que uno podría dominar o someter. En el reino de Dios, la
prueba de la grandeza descansa en el número de personas que uno podría servir.
Jesús enfatizó que el más grande honor que un líder podría obtener era servir a
otros. Con el propósito de subrayar esta verdad, Jesús señaló a su propio ministerio. El
había venido a servir, y el más alto nivel de su servicio era dar su vida como un rescate
Él demostró humildad
Filipenses 2:3-11
En Filipenses 2:3-11, Pablo recuerda a los cristianos que ellos ya no gobiernan su
propia vida. Antes bien, deben tener la misma actitud de Jesucristo. Si hacían esto, no
se conducirían de esta manera:
1.Declarando su propia integridad y espiritualidad.
2.Defendiendo y demandando su derecho a dirigir.
3.Promoviendo sus propios intereses y programas.
4.Viviendo para sí mismos.
Estos versículos de Filipenses están entre los más profundos de la Biblia, porque
hablan del vaciamiento de gloria y poder que Cristo hizo a sí mismo. Aun cuando era
el Hijo de Dios, coexistente, co-igual, y co-eterno con el Padre, renunció a todos sus
derechos divinos y se vistió a sí mismo de humanidad. Alguien ha comparado esta
acción a la de un rey que se viste de los harapos de un mendigo y vive en las calles
con el propósito de identi carse con su pueblo. Si un rey hiciera tal cosa uno podría
considerar esto como un gran acto de humildad. En vista de su gloria y poder, ¡cuán
increíble fue que el Hijo de Dios viniera a la tierra en la forma de un bebé!
Una frase de especial signi cado para nosotros es que Jesús tomó “la forma de
siervo” (v. 7). Literalmente, Jesús se convirtió en un esclavo. En el primer siglo un
esclavo debía ser totalmente obediente a su amo. Cristo demostró la extensión de su
obediencia como siervo de Dios al estar dispuesto a aceptar la decisión de su Amo de que
fuera cruci cado por causa de los pecadores. ¡Este es el más grande ejemplo de servicio!
En la noche de la Ultima cena de Jesús con sus discípulos El tomó una oportunidad
nal para modelar el servicio para ellos. Arrodillándose en la privacidad del Aposento
Alto lavó el polvo de los pies de ellos. Parece que la humildad que Cristo mostró al lavar
los pies de los discípulos tuvo un impacto inmediato sobre ellos. Cuando Jesús les dijo
más tarde que uno de ellos lo entregaría, cada uno preguntó: “¿Soy yo, Señor?” (Mateo
26:22). En ese momento de intensa honestidad cada uno de los discípulos supo que sería
capaz de un acto así. Cada uno podía reconocer su debilidad latente. En su humildad en
esa ocasión ninguno de ellos señaló a otro y preguntó: “¿Señor, es él?” Quizás en sus
últimas horas con Jesús nalmente entendieron el signi cado de la humildad.
Es cierto que un líder cristiano tiene un papel especial en la iglesia, fuera del
espíritu de servicio nunca debería reclamar superioridad para él mismo. La iglesia
debería ser el último lugar para quienes buscan estatus, autoridad, o poder. El apóstol
Juan hizo el comentario revelador sobre uno de los hombres en la iglesia: “Diótrefes,
al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos” (3 Juan v. 9). Cree usted que Diótrefes
se avergonzaría de que su ejemplo de buscar estatus haya sido pasado a través de las
generaciones de cristianos como una advertencia?
Él fue un pastor
Juan 10:1-18
Los pastores que no tienen amor ven las “ovejas” como números en la lista de
a liación. Ven las ovejas como unidades económicas (que proveen fondos para la función
de la iglesia) o como un auditorio que viene a oírlos predicar. Un líder que ha modelado su
pastorado en el de Jesús aprende a conocer sus ovejas y a amarlas (Juan 10:14,15).
22 Lea Juan 10:1-18, luego contraste el líder como un “verdadero pastor” con el líder
como un “asalariado”.
a El verdadero pastor:
.....................................................................................................................................
b El asalariado:
.....................................................................................................................................
Cuando consideramos los pastores y las ovejas en los tiempos bíblicos, observamos
una cercana relación entre los dos. El pastor siempre estaba cerca de su rebaño y
arriesgaba su propia seguridad por amor de la oveja. David, por ejemplo, luchó contra
un león y lo mató sólo con sus manos porque su oveja estaba en peligro (1 Samuel
17:34,35). Jesús era el Buen Pastor que ponía las necesidades de sus ovejas por encima
de sus propias necesidades, aun dando su vida por ellas.
Puesto que mi cuñado es un granjero que tiene un rebaño de varios miles de ovejas,
una característica que he notado sobre su pastoreo es que siempre planea la siguiente
estación. El anticipa la pastura, el refugio, y el cuidado alimenticio que su rebaño
necesitará en los meses venideros. Esto me recuerda que Jesús preparó las necesidades
de sus seguidores. El nunca ignoraba lo que debía hacer, nunca fue tomado por
sorpresa, y nunca tuvo que abandonar un proyecto por no haber anticipado algún
problema. En contraste, nuestro liderazgo a menudo está lleno de pánico de último
minuto y de apremio porque no hemos pensado, orado, y planeado adecuadamente.
Él fue desinteresado
Filipenses 2:5-11
Hoy se hace énfasis en la autoaceptación, en la autocon anza, en la seguridad de
uno mismo, en la autoestima, y cosas por el estilo. Note la recurrencia de la palabra
auto. Mientras que estos no son necesariamente conceptos negativos, señalan el peligro
real de que los líderes cristianos lleguen a tener demasiada conciencia de sí mismos, de
La iglesia debería ser el último lugar para quienes buscan estatus, autoridad, o
poder.