El Arte de El Teatro (Madrid. 1906) - 15-2-1908
El Arte de El Teatro (Madrid. 1906) - 15-2-1908
El Arte de El Teatro (Madrid. 1906) - 15-2-1908
MATILDE MORENO
R e t r a t o á la acuarela por Cecilio P l á .
Dfícínas: San Mateo í, Madrid NUMERO 6 0 CÉNTIMOS 1 Telefono Í.95Í :: Apartado 3S9
AÑO III NUM. 46
DI*:
EL ARTE DELTEATRO
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Publicación quincenal ilustrada Redacción, Administra-
Madrid: Trimestre, 3 P t t i . - Se-
mestre, 5,50. — Año, 10. ción y Talleres,
Provincias: Semestre, 7 Ptas. —
Ano, 12,50. DIRECTOR: E. CONTRERAS Y CAMARGO Calle de San Mateo, núra. I
Extranjero: Año, 20 ffinco».
Número suelto, 0,75 francos. Teléí. 1.951* - Apart. 389.
TEATRO REAL res Sánchez en las obra^La Alegre Tiompetería y E> tenorio^ feminista.—
Carlos M. Ortega,
La excesiva sensibilidad fisiológica de los artistas líricos, de uno y otro Veraorus. — En el teatro Dehesa ha actuado, con muy buen éxito, la
sexo, obligó á la empresa del Real á suspender las representaciones varios compañía de ópera italiana de que son empresarios los Sres. López Julián
días consecutivos. y Compañía.
Hasla SobinofT, que por ser IUSO debe estar hecho á las bajas tempe- En la interpretación de las obras representadas han conquistado mu-
raturas, se constipó á los pocos días de licuar á Madrid, y no pudo can lar. chos aplausos María Giudicc, Berentce, D'Pasquali, Linda Monti, Urunni y
¡Qué extraño que las divas, inás sensibles de suyo, por su doble condición los Sres. Agostini, Cerda, Ardito, Luccnti y Rizzo,
de divas y de ellas, sufriesen indisposiciones que impidieran á la empresa La compañía ha salido para México, — Pedro P. Castañeda.
organizar función I...
I'tro, al tin, restablecidos los enfermos, pudimos asistir á la represen- Buenos Aires. - En el Nacional ha celebrado su beneficio el notable
tación de Sansón y Dalila, por Bíel y la Kotkoska, que fue, por cierto, una actor de la compañía de Jerónimo Podestá, Julio Escárcelo. En obsequio al
representación excelente, líiel hizo gala de su pótenle voz, cantando con beneficiado tomaron parte en la función los actores españoles Enrique Gil,
brío las escenas del primer acto; con la ternura que requieren, las del se- Rogelio Juárez y Félix Mesa, que gozan aquí de gran popularidad.
gundo, especialmente el gran dúo, en el que fue aplaudídisimo, y con el ri- — En el teatro Victoria debutará muy en breve una compañía cómico-
gor propio de la situación, las del tercero. dramática, en la que figuran las actrices Carmen Arguelles, Cristina Ar-
La Kotkoska fue una inspiradísima Dalila, y también vio premiada su mengol, Josefa Díaz, Carmen Fernández, Concepción González, Antonia
labor con nutridos aplusos. l'ellicer, Matilde Ros y Soledad Ruiz, y los actores Manuel Díaz de la
El tenor Sobinoff y la soprano Angelina Pandolfini sirvieron al públi- Haza, Tomás Díaz, Maximiliano Fernández, Horacio González, Víctor
co un MeJistóftUí admirable. La voz fresca, dulce y sugestiva del tenor, Nano, Juan Leonel, Enrique Rodríguez, Fernando Vázquez, Julio Verdier
captóle, desde luego, la simpatía de los inteligentes, y al concluir la ro- y Jacinto Jiménez.
manza del epílogo, que cantó con exquisito sentimiento, hasta los más in- Entre las obras nuevas que representará esta compañía figuran Floña-
transigentes de las alturas ovacionaron al artista. na, Mareas vivas, De armas tomar y Los ojos de los muertos.
La Pandolfini, con su voz espléndida y su depurado arte, entusiasmó — En Apolo se ha estrenado, con muy buen éxito, la comedia dramá-
al público, que la aclamó calurosamente. En el último acto lució sus es- tica en un acto Los entenados, original de D.Julio C. Traversa.
pléndidas facultades, siendo premiada su labor de gran artista con nutridos El asunto de la obra es sencillo, pero interesante, y ofrece indudable
aplausos. novedad. Se inspira en el conflicto que plantea en el hogar el matrimonio
La Srta. Urrulia mereció también unánimes elogios, asi como el maes- de un viudo con hijos, que son objeto del aborrecimiento de la madrastra.
tro Villa, que dirigió la obra magistral/» en/e. En la interpretación estuvo inspiradísima Lea Conli, y muy acertado
Hl estreno de la ópera de Saint-Sacns, libro de Armando Silvestre y el Sr. Podestá. — L. P.
Leoncio Delroyant, Enrique VIII, que la empresa del Real ha servido con Habana. — En Albisu sigue representándose La patria chica, que es
la esplendidez que le impone su buen gusto, y la fama del autor, no obtuvo una de las obras que más ha gustado á este publico, y se han estrenado
la sanción del público, que llenaba el teatro. con éxito Lysistrata, El principe real, Ei señorito y La hostetia del Laurel.
Anticuada en los procedimientos, falta del vigor dramático que el En la interpretación de estas obras han alcanzado muchos aplausos las
asunto exige, con un poema que no abunda en situaciones ni produce tiples Luisa Rodríguez, Torrijos, Moscat, Sánchez, Biot, y los Srcs. Villa-
emoción en ningún momento, y que, por consecuencia, no ofrece al com- rreal. Palomera, Escriba y del ("ampo.
positor ocasiones en que inspirarse, la partitura, como el libreto, resulta Se preparan los estrenos de Los falsos dioses y La Alegre Trompetería.
incolora, desigual y únicamente en muy contadas ocasiones trae á la me- — En el Nacional, terminada la temporada de ópera, que ha sido bri-
moria los méritos del ilustre músico á quien se debe. llante, comenzó á actuar la compañía de Francisco Fuentes, en la que figu-
La Baldassarre, en el papel de la reina Catalina; la de Marsan, en el de ran las primeras actrices Antonia Arévalo y María Lujan. Inauguróse la
Ana líolena, y los Srcs. Berriel c Iribarne, en los de Enrique VIH y Don temporada con Madame San bañe, que interpretó muy bien toda la compa-
(jóme/., hicieron laudables esfuerzos en pro de la obra, sin conseguir que ñía, distinguiéndose Antonia Arévalo y Francisco Fuentes en los papeles
el público saliera de la indiferente frialdad con que presenció la represen- de Maríscala Lcfcvre y Napoleón.
tación. — A. tí. Los éxitos mayores que hasta ahora ha conquistado la compañía, co-
rresponden á las representaciones de las obras: hl amor que pasa. La dicha
ajena, La buena gente, Tierra hija, El abuelo, Boilus de plata, Marta Victoria
EL TEATRO EN AMERICA y Nido de águilas.
México. — Espléndido éxito artístico ha tenido en su iübul en el tea- En la interpretación de estas obras han obtenido muchos aplausos las
tro Arbeu la hermosa artista Tina di Lorenzo y su compañía. En Magda, actrices Antonia Aróvalo, María Lujan, Rosa Castillo y Josefa Abad, y los
obra de presentación, La ¡tama de las camelias, Frou-frou, Batalla de Ja- actores Francisco P"ucntcs, Colom, Waldo Fernández, Nieva, Rendueles,
mas y Felipe Derblay, Tina de Lorenzo y Luiggi Carine han sido ovaciona- Rivero y Uhthoff.
dos en todas las representaciones. — La invasión del cinematógrafo y del cupletismo, que constituye su
obligado apéndice, amenaza derrocar definitivamente el teatro.
— La compañía de zarzuela que actuaba en el teatro Orrin ha pasado Como si no fuera bastante que imperara en Payret, Marti, Alhatnbra,
al teatro Virginia Fábregas, en donde seguirá por algunos días. Con esta Actualidades y multitud de locales más, asegúrase que hará su irrupción en
compañía debutó la tiple Consuelo Sala, qne no gustó. Albisu, y hasta se teme que llegue al Nacional.
— La compañía de zarzuela del teatro Lírico dio fin á su campaña. En Este furor cinematográfico se explica por la preferencia con que el
este teatro se ha estrenado una zarzuela titulada Ni tanto que queme al san- público distingue el espectáculo; lo que ya no es tan fácil explicar es la
to, que es una transcripción de la obra española Cinematógrafo nacional. razón de esta preferencia.
La zarzuela fue bien recibida, á pesar de la falta de originalidad que acusa Como reinas del tablado triunfan hoy en la Habana la Marqués, la
en sus autores, los hermanos Michel. La música es lo mejor de la obrita y bella Montalvito, Carita y Carola, la Argelina y Esperanza Zarzo, y se es-
ha sido compuesta por el maestro Germán Liberal. pera una nueva legión, en la que figuran, según se dice, la Bella María,
— La compañía del teatro Principal ha estrenado en la quincena las Viola da Costa, la bella Otcrito y la Fornarina, si acepta las proposiciones
obras La feliz pareja y La vida alegre. La primera no gustó y la segunda que le ha hecho la empresa de Actualidades. — Luis Crespo.
tuvo éxito, sin llegar á entusiasmar. En este teatro debutó la tiple Elvira
Lapuente, cuyo trabajo fue aplaudido. Bayaino. — El cuadro de zarzuela formado por el tenor cómico don
— Se espera, para la próxima semana, el debut de una compañía de Félix Ramírez y el maestro Sr. Pastor Torres, ha dado algunas funciones
ópera italiana en el teatro Virginia Fábregas, y en la que figura la soprano con buen éxito. El trabajo de los citados artistas, de la tiple María de To-
María Giudice. rres y del bajo portorriqueño Sr. Vélez, ha sido muy aplaudido. — J. A,
— En el teatro Lelo Je Larrea obtuvo dos merecidos éxitos Paca Ci- liurset.
DDG
.* CRÓNICA TEATRAL
O D O Q
la Península hasta el año 10/33, c n (lue> ventajosamente ca Matrás y explica el entusiasmo indescriptible con que
contratada por la empresa del teatro Albisu, embarcó el público acogió siempre su presencia en escena y los ca-
para América. lurosos elogios que la Prensa americana le ha prodigado.
El público de la capital de Cuba hizo á Blanca Matrás En obras tan varias como Bohemios, La revoltosa,
objeto de tan entusiastas aplausos y de tan efusivas mues- Venus-Salón, La cuna, La gaíita blanca, La viejecita, Ca-
tras de admiración y de cariño, que la notable artista ramelo, El estuche de monerías, La trapera, El húsar de la
prorrogó su permanencia en la Habana y se decidió á guardia, La ola verde, El recluta, Carceleras, El arte de
aceptar otros importantes contratos que para,diferen- ser bonita y muchas otras cuya enumeración sería inter-
tes puntos le fueron propuestos antes de regresar á Es- minable, en que tan opuestas condiciones exige á la ar-
paña, donde había de permane- tista una acertada interpretación,
cer muy poco tiempo, pues in- conquistó Manca Matrás los mis-
mediatamente salió para Lisboa mos efusivos éxitos, demostran-
contratada por la empresa del do que para sus condiciones
teatro de Doña Amelia, para el excepcionales no hay obstácu-
Que se había formado una exce- los que no venza con gallardía
lente compañía de zarzuela, en la ductilidad de su talento; y
la que, con Blanca Matrás, figu- muchas de estas obras, que in-
raban como primeras tiples Am- terpretadas por otras artistas no
paro Taberner y Clotilde Rovira. habían conseguulo agradar, cons-
He regreso de esta excursión, tituyeron para la Matrás éxitos
que fue brillantísima, como lo ha- personalísimos que, como los que
bía sido la que anteriormente hizo ha obtenido siempre y en todas
por América, trabajó algún tiem- partes interpretando F.l estuche
po en varias poblaciones de Es- de motarías, han contribuido po-
paña, embarcando nuevamente derosamente á su popularidad y
con rumbo á México, en cuyo á su fama. Manca Matrás, que
teatro Principal actuó con éxito después de permanecer algunos
verdaderamente ex traordinario días en la corte ha marchado á
durante seis meses, pasando des- París para renovar su guardarro-
pués á la Habana para cumplir pa, a c t u a r á probablemente en
ventajosísimos contratos que le Barcelona durante la actual tem-
hicieron las empresas de Albisu porada, no siendo difícil que el
y Payret. año próximo pueda aplaudirla el
público madrileño en uno de los
En esta segunda excursión principales teatros.
por las principales poblaciones
de América, los triunfos de la Así mis lo ha dado á enten-
artista fueron tantos y de tal mag- der el notable músico Sr. Cam-
nitud,que su nombre llegó á cons- pos, que como empresario y di-
tituir el atractivo más poderoso rector de la compañía en que
para los carteles, y todos los em- Blanca Matrás figura corno pri-
presarios que podían per- mera tiple, ha acompañado
mitirse el lujo de ofrecer á la artista en su viaje á
al público una figura escé- España, proporcionándo-
nica de la importancia que nos la satisfacción de feli-
había a d q u i r i d o Blanca citarle por los triunfos que
Matrás, disputábanse á la desde bien temprana edad
tiple, ofreciéndole contra- hicieron famoso su nombre
tos á cual más ventajosos. en América y le han pro-
El ilustre maestro di- porcionado sólido prestí-
rector U. Gustavo de Ma-
na Campos fue el que ob- gio.
Blanca Matrás en ,,E1 arte de ser bonita". El maestro Campos, hijo
tuvo el privilegio de llevar
su compañía á la Malrás, de un notabilísimo músico,
hizo los estudios propios
haciendo una temporada brillantísima en Payret, que fue de su arte á edad tan temprana, que cuando solamente
elU<prólogo de otras tan espléndidas corno provechosas en contaba nueve años brillaba ya como concertista notable.
L í-rto R l c o y b r a c a s , donde los méritos de la artista Su rara maestría hízole bien pronto popular, no solamen-
e.ui/aron el prodigio de llenar el teatro durante muchas te en México, sino en toda América. Una decidida afi-
c es consecutivas, constituyendo su permanencia allí el ción al teatro hízole abandonar los conciertos,, en que
uceso teatral más importante que durante muchos años tantos triunfos alcanzara, para ingresar en el Nacional
ama conseguido romper la indiferencia de aquel público. como romo maestro de coros, cargo
camo que
míe desempeñaba
He«*pmi>pñ;itvi magís-
maaís-
éxito extraordinario de la Matrás en toda Améri- tralmente, no obstante la escasa respetabilidad que pare-
ca se explica, no solamente por sus méritos como actriz cía propio que inspiraran sus pocos años.
y como cantante, sino también, y acaso más que por estos Una enfermedad del director de orquesta, Sr. Ale-
mismos, por la ductilidad maravillosa de su temperamento sio, decidió á la Empresa á confiar al infantil músico que
artístico, que la permite interpretar con la más exquisita tan elocuentes pruebas había dado de su talento y su sa-
pertección los tipos más opuestos y dar personalidad á las ber, la dirección de aquel brillante cuerpo de profesores,
más antagónicas figuras. Esta condición, que tan contadas Con gran asombro de todos, aun de aquellos que cono-
artistas poseen, constituye el rasgo característico de Blan- cían sus méritos excepcionales, Campos llevó la orques-
PAG. 4 EL ARTE DEL TEATRO
Don Facundo, Sr. PALANCA Elena, Sr¿. PINO Carlos, Sr. THUILLIER
A LA LUZ DE LA LUNA
Faso de comedía, original de Serafín y Joaquín AJvarez Quínterot estrenado en eí teatro Español.
ELENA (Soltando la carcajada). — ¡Já, jñ, jñ! ELENA. — ¡Alt!, pienso como usted, Carlos; lo mismo que usted,
CARLOS. — ¡Oh, qué risa más cristalina y más alegre! ¡Se ha estre- CARLOS. — Que me place.
mecido el bosque al oírla! (Gritando.) ¡Eco! ¡Misterioso eco! ¿Qué ha- ELIÍNA. — Si el amor no es un sentimiento tan Tuerte que anula y
ces que no te la llevas en tus alas para alegrar los campos? absorbe á todos los demñ.s, que se enseñorea del cora/ón y del pensa-
ELENA. — ¡Já, já, já! miento, que es capa/, de revolverlo todo, de trastornarlo todo, de crear
("ARLOS. - Ríase, ríase más y más, que me refresca el alma... y un mundo y unas leyes sólo para él, sólo para sus horas... si el amor
al inism.i tiempo me deja ver su dentadura, que es monísima. no es eso, vaya noramala el amor.
ELENA. - Ahí tiene usted; como digo una cosa digo otra: los dien-
lus pierden á la luz de la luna. Manan con la del sol. ELENA. — Pero ¿está usted seguro de que es amor lo que yo siento
CAKLOS. — El sol y la luna y las estrellas son los que pierden á suahora y lo que siente usted?
lado de usted, señorita. CARLOS (Yendojunto A ella).— ¡Seguro! ¡Segurísimo! ¿Qué puede
ELENA. — Señora. ser si no es amor esa sonrisa con que usted me escucha, este ardimien-
CARLOS. — ¡Ah, señora! ¿No es usted soltera? to con que yo le hablo, esa luz que asoma á sus ojos, este fuego que
ELENA. — No, señor. Si fuese soltera, ;cree usted que estaría aquí? incendia los míos, ese suave temblor de su seno, esta inquietud que
CARLOS. —¿Cómo es eso? Pues qué, ¿las solteras no descarrilan"- de todo mi sor se apodera, esta viva alegría que va por camino invisi-
ELENA. — ¡Si, señor! Pero no andan con esta libertad... A menos ble de usted ñ mí y de mí á usted, creciente como la IIM de la maña-
que descarrilen de otro mudo. na?. . . ¿Qué puede ser todo esto, si no es amor, y amor de ese que le
CARLOS. — Eso si. ¿De manera, mi dulce aparecida, que, por des- encanta á usted leer en los libros?...
gracia, todos sus irresistibles encantos tienen dueño? ELENA. — Tal vez, Carlos, tal vez... No me atrevo á decir que
ELENA. — Lo tenían. n o . . . Acaso ahora mismo pasa el amor por esle bosque solitario...
CAKLOS. — ¡Ah, vamos!... ¿Ha aplastado la máquina á su esposo' CARLOS.— Pues no 1" dejemos pasar, Elena encantadora. Apri-
ELENA. -Jesús, hijo, sionémoslo a q u í entre
qué atrocidad! La máquina nosotros.
no h:i aplastado á nadie.
CARLOS.— Usted dis~ ¡Ay, si viniera un cura un
pense. v\ tren!
ELENA. — Ni ha sitio ELENA.—¿Para qué,
preciso. Mi esposo, el po- Carlos mío?
brecito, se murió repenti- CARLOS.— ¡Para ca-
namente. samos mañana al salir el
CARLOS.— ¡ A h , ca- sol, como soñó casarse
r a m b a ! ¿Hace m u c h o 11. Alvaro el indiano! ¿Qué
tiempo? tienes? ¿Por qué se nubla
ELENA.- Cuatro años. tu seniblente, luz de mis
C A K L O S . — Menos ojos1
mal. Xo se ponga usted ELENA (Con triste-
triste. ¿Usted tiene mucho za).—\Xy, Carlos! Has
que hacer esta noche? pronunciado la p a l a b r a
ELENA. - P e r o ¡qué trágica. ¡Casarnos!
cosas dice usted, hombre
de 1 )ios! Esperar á que lle- CARLOS.—¿No hay
gue el tren de auxilio. ¿Y poesía en el mulrimonio?
usted? KI.KNA — La p o e s í a
CARLOS. — Yo, nada. con que tú suenas, no.
Verla á usted, oiría á us- CAKLOS.— ¿Xo h a y
ted, admirarla á u s t e d . poesía en tener un hijo?
Nada más. Siéntese, sién- ELENA. — La más pu-
tese junto á mí. (Carlos ex- ra de todas. Pero por lo
tiende su galidn sobre el mismo que es la más ¡tu-
tronco de árbol que antes te ra, se quiebra de sutil, y
sirvió de almohada y los dos como hija del cielo, el más
se sientan.) leve aliento mundano la
ELENA. — Con muchí- mata.
simo gusto. Me encanta el CARLOS. — Tampoco
lance. Todo ]<• extraordi- Elena, Sra. PINO Cario», Sr. THUILLIER te comprendo ahora.
nario me atrae, me subyu- ELENA.—¡Ay!, pues es
ga. Y este lance lo es. muy claro. Considera que
CARLOS. — Aquí todo es extraordinario: mi suerte, su belleza... se van como un sueño las dulces horas de la luna de miel, y que á esa
todo. luna sigue otra menos melosa, y que id fin y al cabo entran las aguas
ELENA. ¿ES usted poeta? de nuestra vida en su cauce corriente... y llama á nuestras, puertas
t 'ARLOS. — Como lodo enamorado, señora. un hijo...
KI.BNA. — ¿Está usted enamorado, caballero? ("ARLOS, — ¡Un hijo tuyo!
CARLOS. —¿NO lo ha advertido usted, Luisa? ELENA. —¡Y tuyo!
ELENA. ¿Luisa? CARLOS. — ¡Es natural!
CAKLOS. - Qué, ¿no es su nombre Luisa? ELENA. — Ese de que tú hablabas... sonrosadito... rubio...
ELENA. — No, señor, que es Elena. ('ARLOS. — Con los ojos azules...
CARLOS, — ¡Oh, Elena, Elena! ¡Precioso nombre! ¡Cómo no adivi- ELENA. — Negros... negros...
né que era Elena? CARLOS. — Astiles... como los tuyos...
ELENA. — Porque eso es muy difícil, Mateo. ' ELENA. — N o . . . como los tuyos, negros...
CARLOS. — ¿Quién le ha dicho á usted que me llamo Mateo? CARLOS. — Azules...
ELENA (Contrariadiñma). -¿Pero se llama usted Mateo? ELENA.— Negros...
CARLOS. - ¡No, señora! ¡l>c ninguna manera! Me llamo Carlos. Un CARLOS. — Bueno: ¡uno azul y otro negro!... Sigue.
nombre vulgar, pero bonito. ELENA.— Imagina que ese ángel de Murillo nos sale llorón, y
ELENA. — ¡Carlos, Carlos!... tienes til que pasarte las noches, porque te da lástima de tu mujercila.
CARLOS. — Si no le gusta, me confirmo inmediatamente. Carlos es ascándote en camisa de dormir por la alcoba, con el rorro en los
mi nombre; mi apellido Quintana. Resido en Madrid casi todo el ano;
mi carrera es la de arquitecto, peni no hago más que castillos en el
C razos, cantándole la nana.
CARLOS. - ¡Oh, qué puerilidad! El amor que le tendré á nuestro
aire; vivo de mis rentas; soy libre como el pájaro, y deseo perder esta hijo lo idealizará todo.
libertad en seguida. Si es posible, esta noche. ELENA. — ¿Y si no es uno solo el rjue te doy, sino que tras el pri-
ELENA. — ¿Está usted loco? mero vienen tres ó cuatro, 6 cinco... o seis... ó siete?
CARLOS. — Completamente loco, Rlena. Me han robado el juicio CARLOS. — ¿Llorones todos?
esos divinos ojos de usted, que ojalá me miraran con amor. ELENA. — Todos. Cual más, cual menos. Es ley de la infancia.
ELENA. —¿Con amor y todo? Llora porque nace. Los niños son la poesía que cantaba en nuestros co-
('ARLOS. — Con amor, que es todo. ¿Por qué hemos de creer que razones, que protesta de verse convertida en realidad... y llora por eso.
el amor necesita de preámbulos, n¡ de antesalas, ni de paseas por la CARLOS. — Acaso digas una triste verdad... pero recargas los co-
calle, ni de cartas retóricas, n¡ de presentaciones ridicula?, á los papas? lores del cuadro... Eres cruel, Elena. ¡Mira que siete niños, llorones
El amor, o estalla como un incendio, ó no es amor; es una amistad todos! . '.
bastardeada é indigna.
EL ARTE DEL TEATA'O PAC?
grande y conquistar grandes triunfos en lodas las obras, y el limitado espacio de que podemos disponer, liaste de-
muy especialmente en La tempestad, Jugar con fuego, Los cir que, tanto en la zarzuela grande como en las (pie cons-
diamantes de la Corona, El rey que rabió, tituyen el repertorio del género chico, la
El anillo de hierro y tantas otras del anti- Parada se hizo aplaudir con entusiasmo
guo y del nuevo repertorio, que exigen por el püblioi, y elogiar por la Prensa
en sus intérpretes, además de excepcio- con unanimidad y efusión que raras ve-
nales dotes artísticas, una bella y gentil ces consigue una artista.
figura. De su campaña en aquel país dejó
Pero en lamentable decadencia el un recuerdo gratísimo, y en su función
género, y aceptando las ventajosas pro- de gracia, como en la de su despedida,
posiciones que le hizo el primer actor recibió, por parte del público, las más
Pedro Ruiz de Arana, ingresó en la com- calurosas y entusiastas manifestaciones
pañía de género chico que este aprecia- 1I0 cariño.
ble artista había formado para actuar en Km: obsequiada, por los numerosos
Valladolid. admiradores que su belleza y sus méritos
En Julio de 1904 ingresó en la com- le captaron, con valiosísimos presentes;
pañía de 1). Ricardo Ruiz y el maestro al aparecer ella en escena, el suelo se
Bauza, realizando una brillantísima ex- cubrió de flores que, desde todas las lo-
cursión por España. Kntrc los notables calidades, lanzaba el público; y cuantas
artistas que formaban aquella compañía, personalidades de alguna significación
Elena Parada fue- una de las que más en- residían entonces en la Habana pusie-
tusiastas triunfos alcanzaron y de las que ron su firma en un artístico álbum, que
más grato recuerdo dejaron en el públi- ella conserva como el más preciado re-
co de su labor artística. En Gijón, Va- cuerdo de su campaña, y en cuyas hojas
lladolid, Burgos, Santander, Logroño y la admiración, que de manera tan vehe-
Zaragoza, el público mostró efusivamen- mente lograba inspirar, dejó impresos
te á la artista su cariñosa simpatía y su sentidos pensamientos y bellas estrofas.
entusiasta admiración. Necesitando la empresa de Eslava
Y, como todas aquéllas cuyos méri- una tiple de las condiciones excepciona-
tos han popularizado su nombre, solicita- les de Elena Parada, hízole proposicio-
da por la empresa de Albisu, partió para nes al saber que habla regresado de
América en Marzo de 1905, para aumen- América, y el día 16 de Enero debutaba
tar allí, con una serie no interrumpida de en aquel teatro la hermosa tiple con La
triunfos, la fama que había conquistado diva, conquistando el triunfo entusias-
en España. ta á que es acreedora por sus méritos.
De su campaña en la capital déla e ser bonita"
Isla de Luba sena imposible dar idea en i. Ouro y Coremlou El Bachiller Bambalina
EL ARTE DEL TEATRO PAG. 9
Acto I. Consuelo, Srj. PINO Rosa María, Sr.i. GUERRERO E! abuelo, Sr. PACANCA Bernardo, S*. THUILUEK
Gabriel, Sr. DIAZ DE MENDOZA
LAS FLORES
Representaciones extraordinarias en el teatro Español de la hermosa obra de los Sres. Alvarez Quintero
por las compañías de Rosario Pino - Emilio Thtiíllíer y María Guerrero - Fernando Díaz de Mendoza.
escenógrafo Sr. Martínez Garí para mismo y tos te queremos iguá, Ro-
pintar la decoración, y tres de las sa María.
escenas más interesantes de la be- ROSA MARÍA. — ¡Qué sé yo!...
llísima producción de los hermanos Me mira madre de una manera...
Quintero, que ha Hado ocasión á Yo no sé cuándo me hase más daño:
este interesantísimo suceso: aque- si cuando se ascrca á mí y me da
llas en que Rosa María, que buscó un beso, ó cuando la veo pasa por
piadoso consuelo del abandono de ergüerto cayá como una sombra.
su amante en el hogar de que antes CONSI:KLO. — Pa la pobre lia sío
huyera, muestra su rara psicología, un gorpe mortá; eso tú lo sabes...
en la que el arrepentimiento y el l'a tos nosotros ha sío una pena co-
dolor quedan avasallados pur el im- mo ninguna; yo no le sé engaña.,.
pulso vehemente, impetuoso de sus Pero cya y tos te hemos perdonao,
amores: y ahora lo que queremos es que sea
ESCUNA 111 verdá que estás arrepentía...
CONSUELO Y ROSA MAKÍA ROSA MARÍA. — ¡Qué güeña
(Salen las dos, abrazadas por la cintura, por eres! ¡Si vieras cuánto me he acor-
la puerta de la casa que da heme al pú- dao de ti!... Ca vez que ese mal
blico;. hombre hasía conmigo una felonía,
CONSUELO. — Anda, sarte aquí, no sé por qué eras tú la única de
Gabriel, que ahí dentro ahoga la caló. acá que se me representaba en er
Sr. DÍAZ DE MtiNDOZA ROSA MARÍA. — Me da lo mis- pensamiento. Un día yegó á pegar- Sr. PALANCA
mo: estoy que ni siento ni paezco. me; me amenasó con abandonarme
CONSUELO. — l'os eso no vale. Es menesté que te so- pa siempre; huyó de la casa; me dejó sola... Y yo yoréy
siegues y que te animes. Giierve á sé la que eras. y oré, y mientras y (.traba se me vino á la idea er despego
ROSA MARÍA. — ¡La que e r a l . . . con que tú lo resibiste la primera vez que entró en er
CONSUELO. — Siéntale. güerlo, y me acordé también de aqueya tarde e toros en
ROSAMAKÍA (Obedeciéndola maquinalmente). — N o t e
que me dijiste al oído: «Rosa María, cuidao con ese hom-
vayas tú. bre.» Paese que te estoy oyendo toavía: fueron tus pala-
CONSL'EI.O, — Tengo que acostrí á aqueyus demonios.
bras. . . Pero yo estaba siega, siega... no vía na.
ROSA MARÍA. — Déjalos un ratiyo más y quéate aquí CONSI'KLO. — Si no fuera por eso, no tendrías perdón
conmigo. (Consuelo se sienta á su lado). No sé por qué, me de Dios ni de nosotros.
hayo á tu vera más d gusto que ar lao de nadie. Junto al ROSA MARÍA. — Créeme que estaba siega... La tarde
agüelo, junto .1 ('harito, junto á madre, estoy acorrala, te- e mi desgrasia fue lo mismo: hasta cr pensamiento se me
miendo argo que no sé lo que e s . . . Junto á ti estoy tran- segó. Perdí er sentío y la memork: ni me acordaba de ti,
quila. ni de madre, ni de ninguno . .. Xo vía más que á Gabrié;
C'ONSKKLO. — Pos ya tú ves que acá tos sernos lo pa mí no había familia, ni mundo, ni na; Gabrié por den-
Aclo II. Barra»* Sr. DÍAZ JulUot, Sr. CAKO El abuelo, Sr. PALANCA María Jesús, s*u. CANCIO
Angeles. Sita. BARCENA Consuelo» Sr». PINO
EL ARTE DEL TEATRO PAG. ii
NUESTRA INTERVIÚ c=
HABLANDO CON JULIO RUIZ
que, para despejar el incógnito, lo llamaremos por sa nom- — ¿Entonces opinará usted lo mismo de los maestros
bre: el simpático Sr. Maestre. compositores, en ese caso?
Son testigos de esla interviú 1<>s Sres. I). Miguel Gon- — Exactamente lo mismo. También me gusta toda
zález y D. Gabriel Barcia, empresarios del popular actor la música. Yo he sido músico en mis principios de arlísla.
madrileño; L). Alvaro Knciso, director-gerente de la Agen- ¡Ya hace un rato!
cia; U. Alvaro Bonct, interventor de la misma, grave, se- Tocaba el violín, y era cosa de ver, según afirmaban
sudo y reposado; D. Luis Piazza, sevillano y amigo y mis compañeros, la gallardía de mi figura y el chic espe-
acompañante del cronista, y el repetido Sr. Maestre. cial que imprimía yo al movimiento del arco.
Julio se presta fácil al sacrificio, y nosotros le aborda- Además, para diferir de todos, yo no ponía nunca re-
mos con impiedad. sina en el arco: le untaba sebo y, ¡es claro!, el sonido, si
— ¿Cuanto tiempo falta usted de España? aquello era sonido, resultaba verdaderamente infernal.
— Ocho años, próximamente. Siilí de aquí contrata- Ahora que, á distinción en la postura y á arrogancia en
do para el teatro del Re- mis maneras, no pudo ga-
nacimiento, de México, narme nadie, y . . . ¡vaya-
con Paco Alba. Termina- se lo uno por lo otro!
dos mis compromisos con Una carcajada gene-
aquella empresa, recorrí ral celebró la graciosa
todos los Estados mexi- anécdota.
canos, haciendo excelen- — ¿Cómo ha encon-
tes temporadas. trado usted á España?
En Mérida de Yuca- — Encantadora, co-
t;íu perdí á mi hijo, que mo siempre. Sólo una cosa
hubiera sido un excelen- me entristece de veras.
te actor, y dolorido por la — ¡Y es?
tremenda desgracia aban- — Ver la vejez pre-
donó aquellas tierras para matura de los de mi tiem-
trasladarme á la isla de po. Ya usted ve, yo soy
Cuba. un muchacho todavía. No
— ¿A que punto de tengo ni una cana.
la isia se dirigió usted? Y, a p o y á n d o s e en
— A Santiago de ligera inclinación sobre la
Cuba, donde he estado mesa, me dijo en un inge-
b a s t a n t e Iíempo. A11 í nioso aparte:
inauguré los dos teatros — No vaya usted á
que llevan por nombre descubrir la virtualidad
Novedades y I Icredia, y de mis tintes.
en ellos he hecho prove- — ¿ Y de. . . las ha-
chosas campañas. bladurías que hablan por
— ¿Qué impresión ahí)
sintió usted al pisar nue- — N'i gota. Xo lo
vamente tierra española? pruebo hace ya mucho
— Enorme, profun- tiempo. Créalo usted fir-
dísima. Puede usted creer memente.
que, sin poder explicar- — ¿A qué atribuye
me la causa, fueron á mis usted 1 a noticia de su
ojos las lágrimas y me apócrifo fallecimiento?
sentí hondamente emo- — Xo lo sé; me pier-
cionado. do en un mundo de con-
— ¿Ha trabajado us- jeturas, y dudo todavía,
ted á su regreso...? en mis ratos de ocio, si
— En Santander y estaré vivo ó muerto, si
en Bilbao; y ambos pú- Julio R u i ; con su esposa y BUS hijos. Fot. J B I Í Z . andaré por este ó por el
blicos, cariñosísimos, me otro mundo y si estos
han obligado por la gratitud. Mañana empezaré en Apolo, viajes los haré con licencia del sepulturero.
ya lo sabe usted, para hacer tres únicas funciones, y en — ¿Entonces no piensa usted en volverse á morir?
seguida... á pasar el charco otra vez. — ¡Ah, no! Ni lo he pensado nunca. Es más: voy sos-
— ¿Tardará usted mucho en regresar á España? pechando que no moriré jamás. Me siento inmortal.
— ¡Ah, no lo sé! Eso depende de la voluntad de mis Otra nueva enreajada unánime puso término á nues-
empresarios, a quienes estoy sometido en absoluto por tra conversación.
mil razones, entre las que ocupa el lugar preeminente mi
agradecimiento. Ellos se han acordado de mí estando tan
lejos y . . . El cronista ha terminado su misión. Recoge sus cuar-
Y aquí se interrumpe un momento la interviú para tillas, ofrece sus respetos á los caballerosos empresarios
abrir un paréntesis á la buena crianza. argentinos, estrecha las manos del actor populan simo y
— Y diga usted: de los autores modernos á quienes de los amables agentes, y en la grata compañía de su ami-
no conoce usted más que por las obras que de los mismos go se sumerge en las sombras de la escalera y abandona
haya representado usted allí, ¿á cuál prefiere? la casa de la calle de Belén, no sin dirigir una mirada de
— A . . . todos; para mí todos son igualmente buenos. gratitud á la portera previsora.
Un traspunte
EL ARTE DEL TEATRO PAG. 15
EL LAZO VERDE
Juguete cómico, en un acto y en prosa» original de los Sres. D. Ángel Caamaño y D. Isidro Soler.
A obrita últimamente estrenada en el lindo teatro se traslada rápidamente á la residencia de sus sobrinos,
L de Lara fue muy bien acogida pur el distinguido
público que presenció la primera representación.
El lazo verde es, ni más ni menos, que una comedia fina
donde Kicardo le explica todo, conviniendo en lo que ha
de contestar cuando comience el inevitable interroga-
torio.
y culta, de aquellas que tuvieron siempre marcu adecua- Vuelve Matilde, lamentándose de la no llegada del
do en la bombonilre de D. ("andido, y que, como es tradi- tío; hace éste su entrada triunfal y, mediante una escena
ción en aquel teatro, tuvo una interpretación esmera- altamente cómica, Matilde queda convencida, al parecer,
dísima. de la inocencia de Ricardo.
El argumento, á grandes rasgos contado, es el si- Entra después Leopoldo y, al dar cuenta Matilde de
guiente; la próxima llegada de Pilar, manifiesta 1). Justo que ha
Ricardo y Matilde, matrimonio joven y feliz, pasa los pensado contraer segundas nupcias, y que la elegida es
veranos en una finca de su propiedad, situada en un pue- Tilar.
blecillo cercano á Madrid. Con el matrimonio está cortas Asombro general, protestas de Leopoldo, y Ricardo
temporadas Pilar, sobrina de Matilde, muchacha lindísima, (tutor de la muchacha) niega el consentimiento; trata de
de la que llega á enamorarse Leopoldo, un vecino joven. convencer al lío, y, por último, le dice aparte que Pilar es
Ricardo que, ya casado, tuvo una aventurilla amoro- la de la cita, la del lazo.
sa, por olvido no ha destruido la carta en que se le con- Matilde, enterada de tal resolución, enreda el asunto
testó: Te espero, Ricardo mío, y la guarda con un lazo ver- diciendo que no hay tal cosa, porque la que acudió á la
de, que en sus manos dejn al huir la dama de la aventura. cita fue Narcisa, su doncella, con lo que Ricardo se hace
Revolviendo papeles, da Matilde con el paquete, y el un verdadero lío, mientras don Justo insiste en sus pro-
esposo no encuentra otra salida que hacer protagonista pósitos.
de aquel suceso á su tío D. Justo, que en él depositó el Queda así el asunto, á reserva de aclararlo después;
secreto, para evitar que se enterase su difunta esposa. y Matilde, para favorecer los amores de su sobrina y Leo-
Mientras Matilde va á la estación á esperar al tío, poldo, obliga á Narcisa á que, á solas, manifieste á Ricar-
éste, avisado por Ricardo, utiliza el apeadero próximo, y do que si consiente la boda de don Justo lo dirá iodo, y a
PAG. 16 EL ARTE DEL TEATRO
que le entregue una carta (rápidamente escrita por Matil- cho sigilo, mucho silencio, y empiezas dando voces...
de), en la que insiste en MIS amenazas, á fin de no perder RICARDO. — Por si le oía Matilde...
cincuenta duros que la ofrecen lus novios. JUSTO. — ¡Ah! ¿Pero está tu mujer?
TÍO y sobrino hacen variar de opinión á la criada, en- RICARDO — ¡Claro! (Cierra la puerta del segundo tér-
tregándola doble cantidad á cambio de su silencio. mino derecha.)
Cuando de esto se entera Matilde, revela d su espuso JUSTO. — ¡Toma, turna! Pues si lo llego á saber no
que el novio de Narci- utilizo el apeadero.
sa ha jurado matar al RICARDO. — Pues
seductor de su novia, ¿qué creía usted?
pur no explicar ella JUSTO. — Que tu
satisfactoriamente la encargo para que de-
procedencia del di- jase el tren antes de
nero. llegar á la estación
Ricardo, asusta- obedecía á algo extra-
dísimo, entera á su th> ordinario, á alguna
de lo que ocurre; don aventura que me hi-
Justo huye despavori- ciera r e c o r d a r mis
do, y entre ambos es- buenos tiempos.
posos hay una escena KICAKDO.—No en-
altamente cómica, de tiendo. . .
rodillas, de la que re- JUSTO. — L*na mu-
sulta que no Pilar ni jer hermosa, casada
Xarcisa, sino la propia por supuesto, y sedu-
Matildefué laque acu- cida por tí, la cual se
dió a la cita y perdió me abalan/aba al cue-
el lazo en cuestión. Ricardo, St. PUGA Justo, Sr. RUBIO
llo, diciéndome: «¡Es
Y aquí surge la Narcisa, Srta. TOSCANO un infame, un pérfi-
reconciliación, expli- do. Me quiere aban-
caciones, la cuenta para la interesada doméstica, y tntti donar!. . . ¡Ampáreme usted, ó me suicido!.
contenti. RICARDO. — jQué barbaridad!
La compañía de Lara interpretó maravillosamente el JUSTO. — ¿Y en lugar de eso me encuentro con lo co-
jugue-tillo. rriente, con lo eterno? ¡.Me has timado, sobrino, me has
Nieves Suarez, en el papel de Matilde; Rosario Tos- timado! (Se sientan.)
can", en el de Narcisa; Fuga, en el de Ricardo; Rubio, en RICARDO. — Pues sepa usted que hay aventura.
el de Justo; Barraycoa, en el de Leopoldo, y Suárez, en JUSTO. — ¡Hola! ¡Venga, venga!
el de Marcelino, estuvieron á la altura de la fama que RICARDO. — ¡Ay, lío de mi alma! Me encuentro en
aquella compañía se lia conquistado, en lo que se refie- una situación apuradísima.
re á inlcrpreiar las obras de modo primoroso. JUSTO. — ¿También eso? ¿También sablazo?
Para que nuestros lectores puedan formar idea de la RICARDO. — ¡No se trata de eso!
gracia y animación del diálogo, reproducimos á continua- JUSTO. — ¿Qué es entonces?
ción un fragmento de la esce- RICARDO. — Óigame usted.
na IV, en la que intervienen Yo tengo una mujer encantado-
Ricardo, Sr. Puga; Marcelino, ra, y la quiero con delirio.
Sr, Surez, y Justo, Sr. Rubio. JUSTO. — ¡Noticia fresca!
RICARDO. — ¡Ay, tío! ¡Todo
eso constituye mi mayor des-
ESCKNA IV gracia!
RICARDO. A |,oco MARCKLINO. JUSTO. — ¡Caracoles!
Despuís JUSTO RICARDO. — Me explicaré.
Cuando yo era muchacho...
R I C A R D O . — ¡Gracias A JUSTO. — ¿Desde entonces
Dios!... ¡Y los otros sin venir!... lo vas A tomar? Te advierto que
{Consultando el reloj.) Pues el sólo dispongo de un par de días.
tren ya debió llegar al apeade- RICARDO. — Mi padre me
ro hace rato. (Asomándose al dedicó al comercio, y durante
balcón.) ¿Habrá hecho Marceli- algunos años no hice más que
Matilde, SrU. SUÁREZ Ricardo, Sr. PUGA
no alguna de las suyas?... ¡Lo números, y no repasé más li-
mato! . . . (Llaman en la puer- bros que el de Caja.
ta de escape) ¡Ah!... ¡Por fin!. (Abriendo.) ¿Está ahí? JUSTO. — Fin del tomo primero.
MARCELINO. — Sí, señor. RICARDO. — Después conocí á Matilde, y al verla, no
RICARDO. — ¡Que suba! sé lo que sentí.
MARCELINO.—-|En seguida! {Retirase Marcelino.) JUSTO. — Yo tampoco; pero me lo figuro.
RICARDO. — ¡Pobre tío! Ya sabía yo que no desoiría RICARDO. — Nos casamos en seguida, y fui un mari- •
nü ruo^o.. . ¡Tío del alma! (Yendo hacia Justo, que aparece do ejemplar. No salía por las noches... Me acostaba tem-
en traje de viaje.) pranito. . .
JUSTO. — ¡Chist! ¡Más bajo! JUSTO. — No leerías en la cama, porque eso les da
RICARDO. —¿Qué pasa? mucha rabia á las mujeres.
JUSTO. — Tú sabrás. Me recomiendas en tu carta mu-
EL TEATRO EN AMÉRICA Las Sras. Molina, (iuillén, líenítez y Srtas. Rosales y Mariino, guapísi-
mas y muy elegantes.
San Juan de Puerto Rico. — 1.a compartía contratada por la Socie- La Sra. (juillén, en la Diosa del tango, lució un traje precioso, y ella
dad M iis ico -Teatral ha conseguido conquistarse el favor del público, mer- estuvo afortunadísima.
ced á la buena voluntad que iodos los artistas que la forman ponen en la Los Sres. Casáis, Lamas, Sánchez Pino, Vallejo, Lucuix y Castaño, to-
i o te rp re tac ion de las obras. dos, sin excepción, muy bien.
Las que mayor éxito han alcanzado por la labor que han hecho, las Nuestro aplauso á la empresa por su esplendidez y conciencia artísti-
tiples señoritas Arregui, Chaves, Núñez y Blandían, y los Sres. Freixas, ca, lamentando no poderle dar la enhorabuena por el resultado de la obra.
Puiggros y Vidal, han sido La mala sombra, Ln cañamonera, La tragedia de Se ha celebrado el beneficio del popular primer actor Antonio (ion-
Pierrot y Moros y cristianos. zález ((jonzalilo), tan querido de nuestro público. En El Chato del Albaicin,
Santiago de Chile. — La compañía de zarzuela que, bajo la dirección El Sr. yoaquin, Los chicos de la escuela y Ln victoria del Cake, hizo reír mu-
del popular actor Pepe Vila y el maestro I). Remigio Acevedo, aclúa en el cho al numeroso público, que le hizo objeto de calurosas ovaciones. Ade-
t«alro Santiago, está haciendo una brillante campaña. más, fue obsequiado con muchos y valiosos regalos de sus admiradores y
amigos.
En las obras últimamente representadas, El palacio de cristal, La mar-
cita de Cádiz, El húsar, La rabalera y £ / seminarista, obtuvieron muchos Para muy en breve se anuncia el estreno de Patria chica.
aplausos la Sra. Silles, Srtas. Riuton, Fernández, García, Castillo y Ci- Se encuentra enferma la aplaudida tiple Juana B. Benítez, á quien de-
fuentes, y los Srcs. Larrosa, Vila, Simón y Monjardin. seamos rápido alivio. — A', Diaz Clauijo.
Se ensayan, para estrenarse en breve, .\inon, La tremenda. El pipiólo y Grauada. — Se han estrenado con éxito, en el teatro Cervantes, Alma
Et chuto del Albaictn. de Dios y María Luisa. Cada una por su índole, ambas gustaron mucho. La
Mayagüez. — En el teatro Municipal acida la compañía de zarzuela opereta bufa Lysistrata fue también aplaudida. Todos los artistas de la
que dirigen los Sres. Morales y maestro Mayoqui. De los elementos que la compañía Orlas trabajan con singular acierto.
fui man, ios que más aplausos obtienen en todas las obras que representan — En el Isabel la Católica ha estrenado La patria chica, con gran éxito,
son los Srcs. Barajón y Morales. El Sr. Zimmerman, como tenor del géne- la compañía de Francisco Alarcón. También ha logrado buena acogida El
ro grande, resulta muy deñciente. pelotón de los torpes.
La primera tiple Julia Mesa y el actor Vera conquistaron muchos aplau-
sos. — /'. Román.
EL TEATRO EN PROVINCIAS
Valladolid. — La compañía de zarzuela que actúa en el teatro de Lope
Bilbao. — Con las zarzuelas La viejecita y JM Rabalera debutó en el de Vega csU llevando á cabo una campaña muy brillante.
teatro de los Campos Elíseos Lucrecia Arana, lil público la saludó con En las obras que ha representado, han sido muy aplaudidos las seño-
una salva de aplausos al presentarse en escena, repitiéndose aquellos du- ritas Sans (Carmen y JuanaJ, Zapatero, y los Sres. Lia, Enciso, Padilla y An-
rante la representación, especialmente en la última de dichas obras, que golotti.
interpreta de un modo magistral. Vióse obligada á bisar repetidas veces la — En Zorrilla han menudeado los estrenos, pero únicamente han ob-
famosajota, en medio de entusiastas aplausos. tenido éxito unánime A la Piñata ó la verdadera matchicha y L<i bella Luce-
Todas las obras en que la Arana toma parte son otros Untos triunfos rito. Entre las que no lograron convencer del todo al público, se encuentran
para I» genial artista. La banda nueva. Nanita ¿Vana, El chato del Albaicin, El estudiante, l-aspie-
Con las obras El gaitero, el estreno del drama en dos cuadros, de los dras preciosas, Los veteranos, El nhlo de San Antonio y El señorito.
hermanos (Quintero, Las bruvun, La Czarina y Los mosqueteros, celebró su Por lo que se ve, el público valisoletano es difícil de contentar, pues
beneficio el primer actor y director de la compañía, Kmilío Duval; en todas muchas de estas obras han sido aplaudidas en Madrid y en muchas otras
las obras el beneficiado alcalizó muchos aplausos, por la excelente inter- pablacíones.
pretación que aupo dar á todos y cada uno de los personajes que represen- Se prepara el estreno de El hijo de Budha, con gran aparato escénico.
taba, recibiendo muchos y valiosos regalos de la empresa, amigos, compa- — y. Casado Pardo.
ñeros y admiradores.
Compartieron con el beneñciado los triunfos las tiples Paquita Ciar, üibraltar. — La notable compañía de zarzuela que actúa en el Assam-
Teresa Hordas, Lucrecia Arana, Consuelo Muyendia, Caí Iota i>anfor, la no- bly Uroms y en la que figura como primera tiple María Severini, está ha-
table característica Sofía Romero, y los actores Vitiegaín, Rafael López, ciendo una brillante campaña.
Kuiz París, Elias Peris, y Morales, quienes trabajaron con verdadero cari- Además de la citada artista, que obtiene nutridos aplausos en cuantas
ño y inminable compañerismo hacia su apreciado director. obras representa, se distinguieron las Srtas. Paisano, (iuerra, Sra. Martín, y
íirata sorpresa causó en el público el anuncio del debut del gran actor los Sres. Martelo, Rojas, Zambruno, Ledesma, Melgosa y Aguado.
Julio Ruiz, quien, de paso para ln corte, se detuvo, con objeto de darse á Las obras últimamente representadas que mayor éxito han obtenido,
conocerá! público bilbaíno. Kl solo anuncio déla presentación en escena han sido El pipiólo, El tambor de granaderos, La viejedta y La mala som-
de tan renombrado primer actor, basto para que se llenara el teatro. bra. — y. c.
Las obras que representó, en las dos noches que trabajó, fueron La ale- Las Palmas. — En el teatro Pérez (jaldos ha hecho su debut la compa-
gria de la huerta y El santo de la hidra; y para despedida, puso en escena ñía de Enrique Horras, representando Tierra baja. F.l trabajo de este artis-
La marcha de Cádiz, el monólogo Ruiz y el disparate Filippo, originales de ta gustó mucho, siendo aplaudidisimo.
julio Ruiz. — En Santa Cruz de Tenerife funciona con excelente éxito la compa-
En todas las obras en que tomó parte tuvo al auditorio en constante ñía de zarzuela en que figura como primera tiple la Srta. Amalia tsaura,
hilaridad, demostrando poseer un gran ingenio, del que hizo verdadero de- cuyo trabajo es aplaudídísimo por el público y calurosamente elogiado por
rroche, siendo al anal aclamado con entusiasmo; prometiendo solemne- la prensa. En la zarzuela Las estrellas conquistó la Srta. Isaura un gran
mente al público volver en el mes de Septiembre, que será cuando regrese triunfo, interpretando de un modo magistral el papel de Antoñita.
de Buenos Aires, para donde está escriturado. — y ove. Del resto de la compañía destacan la Sra. Figuerola, y los Sres. Soti-
Sevilla. — En el teatro de San Fernando ha empezado á actuar la com- llo, Férriz y Suárcz. — E. S.
pañía que dirige Francisco García Ortega, y en la que figura como primer» Zaragoza. - La compañía de Pablo López, que actúa en el teatro Prin-
actiizjoscfina Nestosa. cipal, ha puesto en escena en las últimas quince noches y vermouhts, las si-
— En el Salón Imperial se ha estrenado con gran éxito, por la compa- siguientes obras: Sinon, La pena negra, La tempranica, Gazpacho andaluz,
ñía que dirige D. Juan Esparualeón, la preciosa comedia de Üenavente, Los La guardia amarilla. De Madrid tí París, La noche de Reyes, La tragedia de
intereses i reados. Pierrot, I*o reina mora, I-ÍÍ canta blanca, Sangre moza, etc., etc.
Se preparan los estrenos de varias obras de autores locales. De óperas: Caballería rusticana, Rigoletto, Los payasos, Lucia de Latn-
— La brocha gorda, revista estrenada en el teatro del Duque, ha sido un mermoor y L>/ sonámbula, en la que ha debutado el primer bajo Celeste
gran éxito, al que han contribuido grandemente, con su esmerada labor, Seccardí.
Fa Srta. Guillen, que estuvo inimitable de gracia y travesura; Srtas. Rosa- Se han estrenado: La infanta de los bucles de oro, que es un cuento en
les (T, y N.) y Mariino; Sra. B. Benttez, y Sres. Casáis, Lamas, Sánchez acciñn para entretenimiento de los niños, y El lego de San Paldo, obra en
Pino, Lucuix y Vallejo. tres actos de corte antiguo, con tipos y situaciones falsas, y con música
El Chato del Albaicin, estrenado más tarde, ha conseguido pasar sin muy inferior á la de otras brillantes partituras del maestro Caballero.
pena ni gloria, y su permanencia en los carteles ha sido corta. La obra fue aplaudida por deferencia al autor, .Sr. Fernández La Puen-
La empresa de este teatro, siguiendo su costumbre de dar lo suyo á te, que se encontraba en el teatro. La empresa se esmeró en la presenta-
cada obra, ha hecho un derroche de gusto y de dinero para presentar la ción de la obra, por lo que merece plácemes. La interpretación deficiente,
revista Cinematógrafo nacional. Siete decoraciones, que son otras tantas á excepción de Pablo López y Andrés López, que cumplieron bien, y el
preciosidades; vestuario riquísimo, etc., etc. barítono Sr. Roblas, que se ajustó al personaje que representaba. Se prepa-
i Lástima que la obra esté en su mayor parte pasada de actualidad, y ran las reprises de Sangre baturra, del aplaudido maestro señor Beltrán, y
que sea de un corte que en Sevilla gusta bien poco! de Mi niño, de los Sres. Tomás Arnaz y Ruiz de Velasco.— R. de S.
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