1ra Mocion Oposicion
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Los opositores a la experimentación animal dicen que sí existen alternativas a su uso, como los cultivos
celulares, pero que no se usan porque son más caras. Desde el animalario responden que «un cultivo celular
nunca será como un organismo vivo. Por ejemplo, podrías estar probando un nuevo fármaco para evitar la
metástasis de un tumor, y puede que veas en tu cultivo que es muy bueno controlando la metástasis, pero
que al probarlo en un paciente le destroces el riñón. Si solo utilizas un cultivo podrías concluir que el fármaco
es buenísimo, cuando en realidad estarías matando a una persona». Respecto al tema económico, añaden
que usar animales es más caro que cualquier otra opción. «Por ejemplo, nosotros tenemos animales
inmunodeprimidos que tienen que estar en unas condiciones muy caras: hay que esterilizar las jaulas, la
comida, la bebida y todo lo que está en contacto con los animales, mantener unas condiciones de esterilidad
permanentes y hacer muchas revisiones. Además, son ratones transgénicos y producirlos es muy caro. Si
pudiéramos evitarlo y ahorrarnos todo eso, lo haríamos», apuntan desde la UV. Leyes muy estrictas
Mucha gente desconoce que la experimentación animal es un campo muy controlado. En concreto, en España
está regulada mediante la normativa 53/2013 del 1 de febrero, que establece las pautas básicas para la
protección de los animales utilizados en experimentación. De hecho, esta ley solo permite utilizar animales si su
uso está justificado por una buena finalidad y siempre que no existan alternativas. Además, la ley contempla el
‘principio de las tres erres’; es decir, el reemplazo, la reducción y el refinamiento de los procedimientos. Esto
deja fuera a la experimentación cosmética, que está prohibida en Europa.
La ley también establece qué requisitos de control hay que aplicar a los proyectos. Por ejemplo, todo
experimento que necesite animales tiene que ser aprobado por un comité ético, demostrar que es necesario y
que cumple con el citado principio. Además, los experimentos se evalúan de forma continua para ver si están
obteniendo resultados y cumplen la normativa.
Muñoz Ballester añade que todos estos pasos se cumplen «sin ninguna duda. Los comités éticos son muy
estrictos, cosa que se agradece. En ocasiones los científicos nos quejamos por lo abrumadora que puede
resultar toda la burocracia asociada a la experimentación con animales y todos los requisitos existentes, pero
sabemos que todo ese trabajo está justificado. No he conocido ni un solo caso en todos estos años en el que la
legislación no se haya cumplido».
Imaginar un mundo sin experimentación animal permite entender qué significaría dejar de utilizarla. Por
ejemplo, la mortalidad infantil podría ser unas veinte veces superior, y la esperanza de vida media rondaría los
55 años. La causa es que algunos avances importantes para la medicina no podrían haberse realizado, como la
comprensión del sistema inmunológico, el papel de las proteínas, el uso de la insulina para tratar la diabetes, el
descubrimiento de las vitaminas y su papel en el organismo, la quimioterapia para tratar el cáncer, la vacuna
contra numerosas enfermedades (fiebre amarilla, la poliomielitis, la meningitis o el virus del papiloma humano),
los trasplantes de órganos y así un largo etcétera.
Por otro lado, los detractores argumentan que no es ético utilizarlos, aunque pueda ser útil. Pero ante este
dilema cabe recordar un dato: si se tiene en cuenta que cada año se sacrifican de forma directa 200.000
millones de animales para consumir su carne —según estimaciones bastante conservadoras—, se aprecia que
los vertebrados utilizados en el mundo para experimentación científica supondrían el 0,06% de esa cantidad.
Esto no significa que usar animales en el laboratorio sea correcto, pero nos hace entender la magnitud del coste
que supone, en vidas animales, el avance científico frente a otras cuestiones menos útiles. Más, si tenemos en
cuenta que uno de los mayores problemas de salud de nuestra sociedad es la sobrealimentación y el consumo
excesivo de carne.
Mucha gente admite el avance que ha supuesto experimentar con animales, pero argumenta que ya estamos
suficientemente avanzados y que habría que dejar de usarlos. No obstante, cabe recordar que, en España, el
cáncer aún mata al año a más de 100.000 personas —el 27% de todas las muertes—. Además, otras como el
sida, la esclerosis múltiple, el ébola o el alzhéimer —y así un largo etcétera— aún no cuentan con una solución.
Los científicos, desde sus pequeños laboratorios y sus presupuestos cada vez más escasos, luchan contra la
enfermedad y por el avance del conocimiento. Y a veces utilizan animales.
Carmen Muñoz concluye con su opinión al respecto: «Quizá los científicos somos optimistas, pero yo quiero
creer que mientras haya personas que estén sufriendo y muriendo por enfermedades que pueden ser curadas
gracias a nuestro avance científico, siempre tendremos la obligación ética de seguir buscando estas soluciones.
Y, desgraciadamente, ese camino hacia las soluciones pasa por la experimentación animal».
VALENCIA.- Una pregunta habitual es qué tipo de animales se utilizan en los laboratorios. Los responsables del
animalario de la Facultad de Medicina de la Universitat de València y del Hospital Clínico explican que en ese
animalario tienen «aproximadamente un 90% de roedores, un 8% de conejos y un 2% de cerdos. Los cerdos,
por ejemplo, son necesarios para que los médicos aprendan técnicas antes de aplicarlas en humanos». Otra
pregunta es, además, cuántos animalarios como este son necesarios para mantener la investigación científica
en la Universitat de València. «Estaríamos hablando de tres animalarios y una planta de acuarios. Los otros dos
animalarios están en la Facultad de Psicología y en el Campus de Burjassot. Y con eso damos servicio a la
Universitat de València, el Hospital General, la Universitat Politècnica, y algunos centros de investigación más»,
responden.
Para saber cuántos animales se utilizan habitualmente en toda España, se puede acudir a los datos publicados
por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Por ejemplo, en 2016 se utilizaron 917.986
vertebrados. Pero ¿de qué tipo de animales estamos hablando? Sobre todo se trata de roedores, peces y aves
de corral. Aunque también hay una pequeña cantidad de otros animales cuyo uso es más polémico, como los
macacos —en 2016 se utilizaron 228—. No obstante, no hay que olvidar que estas investigaciones son
imprescindibles, por ejemplo, para el estudio del cerebro humano y estar más cerca de curar algunas
enfermedades como el alzhéimer o el párkinson. En palabras de la investigadora afincada en EEUU Carmen
Muñoz: «Siempre he usado, cuando era posible, cultivos celulares. Sin embargo, el cerebro es un órgano muy
complejo con muchos tipos celulares diferentes que interactúan entre sí. Es imposible entender cómo funciona
sin trabajar con animales».
El estatus legal de los animales en América Latina no es en lo esencial muy diferente del que reciben en otros
lugares, como Europa. Los animales siguen siendo considerados legalmente meros objetos de derecho o cosas.
Pese a esto, en los últimos años se han producido numerosas modificaciones de cierto calado en las
legislaciones de los países de América Latina, debido a las exigencias por parte de la población de que los
animales no humanos sean tenidos en mayor consideración, lo cual muestra que el escenario social está
cambiando. Conforme a esto, se han producido importantes cambios respecto a la calificación jurídica de los
animales no humanos,1 con fórmulas como seres vivos dotados de sensibilidad o seres sintientes. No obstante,
estos cambios no tienen un reflejo significativo en la protección legal recibida por los animales.
Por ejemplo, en este sentido, leyes de varios países —Honduras, Costa Rica o Nicaragua, por ejemplo— tienen
en cuenta, de uno u otro modo, las cinco libertades básicas de los animales declaradas por la Organización
Mundial de la Salud Animal.2 Pero esta incorporación tiene un carácter figurado. Y, además, no representa una
consideración significativa de los intereses de los animales que impida que su explotación tenga lugar, o la
limite de manera muy importante. Esto al margen del hecho de que las normativas en materia de protección
animal se incumplan de forma sistemática en todos los países por diversos motivos. Ello sucede en mayor
medida en las industrias de explotación de animales destinados al consumo humano.
Veremos a continuación en más detalle cuál es la legislación que afecta a los animales en América Latina. Hay
que tener en cuenta que no existe una normativa unificada en materia de protección animal a nivel
internacional en el conjunto de la región. Así pues, encontramos una regulación dispersa entre los distintos
ordenamientos jurídicos de cada país.
ARG: 2
OPOSICION-MOCION 1
¿Qué se ha conseguido con la investigación animal?
La calidad y duración de vida ha mejorado en los últimos años, disminuyendo el sufrimiento gracias a los
avances de la investigación médica llevada a cabo con animales. Este mayor conocimiento ha permitido el
desarrollo de nuevos fármacos, vacunas, nuevos procedimientos diagnósticos, técnicas de trasplantes,
perfeccionamiento de procedimientos quirúrgicos y últimamente, las terapias génicas. Estos avances permitir
salvar no sólo vidas humanas, sino también animales, ya que estas investigaciones también se aplican en la
medicina veterinaria.
Son numerosos y espectaculares los ejemplos de avances médicos en todos los campos que han hecho posible
que los seres humanos vivamos más y con mejor salud.
Como mero ejemplo, algunos de los más relevantes:
INVESTIGACIÓN E INNOVACIÓN
Estos puntos han sido elaborados con información de fuentes que pueden ser consultadas por el público
general:
Generalidades
La experimentación animal ha jugado un rol vital en la práctica totalidad de los descubrimientos médicos de la
última década.
Prácticamente todos los premiados con el Nobel de Medicina desde 1901 han confiado en los datos obtenidos
de modelos animales.
Compartimos el 95% de nuestros genes con los ratones, lo que los hace un modelo efectivo para aplicar en
humanos.
Los animales y los humanos son muy similares; tenemos los mismos sistemas orgánicos realizando las mismas
funciones más o menos de la misma forma.
Los animales se aquejan de enfermedades similares a los humanos, incluyendo cáncer, tuberculosis, gripes y
asma.
Si bien los métodos alternativos a los animales juegan un papel importante, no pueden remplazar por completo
el uso de la experimentación animal.
Las técnicas in vitro y los modelos computerizados complementa a los modelos animales.
Muchos medicamentos de uso veterinario son los mismos que los usados en humanos, incluyendo; antibióticos,
analgésicos y tranquilizantes.
Los anestésicos modernos, las vacunas del tétanos, la penicilina y la insulina han dependido de experimentación
animal para su desarrollo.
Las modernas técnicas quirúrgicas incluyendo prótesis de cadera, trasplantes de riñón, trasplante de corazón y
las trasfusiones de sangre han sido perfeccionadas usando animales.
Las técnicas de diagnóstico como el TAC y la resonancia magnética han sido desarrollados usando animales.
Motivos médicos
Gracias a la experimentación animal, principalmente en ratones, las tasas de supervivencia del cáncer ha
aumentado.
Trastuzumab (herzeptin) una proteína de ratón humanizada, ha ayudado a aumentar la tasa de supervivencia
de los enfermos de cáncer. No se podría haber obtenido sin las investigaciones sobre ratones.
Gracias la experimentación animal se han desarrollado terapias con Anti-retrovirales Altamente Activos
(HAART) por los cuales el SIDA ha dejado de ser la condena a muerte que era hace 30 años.
Si bien Fleming descubrió la penicilina sin usar animales, compartió el Premio Nobel con Florey y Chain quienes,
experimentando en ratones, descubrieron que podía usarse para combatir infecciones.
La investigación animal ha permitido desarrollar inhaladores para el asma. El asma mata 200.000 personas
cada año. [1]
La experimentación animal ha ayudado a desarrollar vacunas, como por ejemplo contra la polio, tuberculosis,
meningitis y, recientemente, el papilomavirus humano (PVH) el cual está relacionado con el cáncer de cervix.
El desarrollo del Tamoxifeno mediante experimentación animal ha hecho descender un 30% la tasa de
mortalidad debido a cáncer de mama en los años 90.
La insulina ha sido desarrollada gracias a la experimentación en conejos y perros. En España cada año hay 4000
nuevos diabéticos tipo I [2]
Estadísticas
El 97% de las investigaciones en Reino Unido se hace sobre ratones, ratas, peces y aves.
El Reino Unido consume 300 veces más pescados cada año que el número total de animales usado para
investigaciones medicas.
Los gatos domésticos matan aproximadamente 5 millones de animales cada semana- más del total de animales
usado para experimentación cada año- .
El número de pollos consumidos en un año en RU es mayor al número de todos los animales usados para
experimentación animal en los 2 últimos siglos en Gran Bretaña.
Legislación
España posee uno de los mayores estándares de bienestar para animales de laboratorio del mundo. [3]
Todos los laboratorios que experimentan con animales en España deben ser autorizados por la autoridad
competente. [3]
Existen comités éticos que se aseguran de que los posibles beneficionos superen con creces el posible
sufrimiento que se les pueda causar a los animales. [4]
La experimentación animal solo puede llevarse a cabo en España cuando no existen alternativas. [5]
Citas célebres
«Los americanos están viviendo más y más, vidas más sanas, y le debemos la mayor parte al éxito de las
investigaciones biomédicas» – Dr. Robert Palazzo, Presidente de la Federación Americana de Experimentación
Biológica (FASEB)
«La experimentación animal ha sido fundamental en todos los descubrimientos médicos del último siglo. Ha
salvado cientos de millones de vidas en todo el mundo» – Joan Ryan, ex- ministro de Interior de RU.
Según el comité de expertos de la Càmara de los Lores «la experimentación animal ha contribuido
enormemente a los avances científicos».
El Nuffield Concil de Bioética opina que «la producción de nuevas medicinas es un proceso largo y complejo…las
pruebas en animales juegan un rol vital».
El ex-Director Ejecutivo del Consejo de Investigaciones Médicas, Profesor Colin Blakemore, expuso que «[los
primates] son únicamente usados cuando otras especies u otros métodos no pueden dar respuestas a
preguntas sobre patologías como el Alzheimer, ictus, Parkinson, lesiones espinales, desórdenes hormonales y
vacunas contra VIH».
Albert Sabin, creador de la vacuna contra la polio, dijo; «Sin la investigación animal la polio estaría aún
cobrándose miles de vidas cada año».
Hechos
Los grandes simios (orangutanes, bonobos y gorilas) no pueden ser usados para investigaciones en España
Tan polémico como poco comprendido, el uso de animales para la experimentación es necesario para salvar
vidas. Los controles son mucho más estrictos de lo que dicen los detractores e incluso los investigadores
dicen que preferirían no hacerlo, pero no hay alternativa
20/06/2018 -
VALÈNCIA.- El político canadiense William Maxwell dijo que la noticia no es que un perro muerda a un
hombre, sino que un hombre muerda a un perro. Pero, en el caso de Joseph Meister, se equivocó. El 6 de julio
de 1885, y cuando solo tenía nueve años, al chaval le mordió un perro. Y eso cambió el curso de la historia.
Entonces, ser atacado por un animal rabioso era sinónimo de una muerte lenta y dolorosa, y para desgracia de
Joseph Meister, el perro estaba contagiado. Pero en ese momento apareció un científico llamado Louis
Pasteur y, con unas inyecciones, salvó al niño. La curación de Joseph fue noticia en todo el mundo y al poco
tiempo se inició la era de la vacunación. Enfermedades como la rabia, la polio, la viruela, y así un largo etcétera,
dejaron de matar a millones de personas al año. Ahora bien, poca gente sabe que, para conseguirlo, los
científicos tuvieron que experimentar con animales durante décadas. Pero ¿qué entendemos por
experimentación animal?
La experimentación animal es el uso de animales en ambientes controlados para realizar estudios científicos, y
lleva usándose desde hace siglos para permitir el avance de la medicina. Actualmente, la comunidad científica
utiliza grandes cantidades de animales para investigación. De hecho, se estima que en 2012 se utilizaron en
todo el mundo unos 118 millones de vertebrados. Y ante esa situación, muchos se preguntan por qué se utilizan
animales en el laboratorio y si es necesario.
Una de las primeras dudas al hablar de experimentación animal es para qué se utiliza. Sobre su trabajo Carmen
Muñoz Ballester, doctora en biotecnología por la Universitat de València e investigadora de la Virginia
Polytechnic Institute and State University (EEUU), explica: «En estos momentos estoy en un proyecto que se
centra en entender cómo los astrocitos, las células mayoritarias del cerebro, están implicados en la aparición de
epilepsia tras un traumatismo craneoencefálico».
La investigación que lleva a cabo Muñoz Ballester podría ser útil para salvar vidas, ya que ese tipo de epilepsia
es muy difícil de tratar y hace que muchos pacientes no puedan llevar una vida normal, muriendo en algunos
casos. En cuanto al uso de animales, añade: «En mi laboratorio se ha desarrollado un modelo animal que
reproduce lo que ocurre en el cerebro tras un accidente de tráfico, por ejemplo. Con este nuevo modelo los
ratones desarrollan epilepsia de un modo similar al que ocurre en los pacientes. Podríamos cambiar la vida de
muchas personas», concluye la investigadora.
El caso de Carmen no es una excepción. Algunos campos como la neurobiología, la genética, la oncología o el
estudio de las enfermedades raras dependen para su avance del uso de animales. Sobre esta cuestión se
pronuncian desde el animalario de la Facultad de Medicina de la Universitat de València y del Hospital Clínico:
«Si nuestro animalario desapareciera, sería un retroceso. A día de hoy, sin experimentación animal, las
investigaciones sobre cáncer, párkinson, alzhéimer o enfermedades tan duras como la ELA se quedarían
estancadas».
JOSÉ BLANCA: «NO EXISTE NINGÚN SER, NI SIQUIERA UNA BACTERIA, QUE CONOZCAMOS LO SUFICIENTE
PARA HACER UN MODELO Y SUSTITUIR UN EXPERIMENTO»
Los opositores a la experimentación animal dicen que sí existen alternativas a su uso, como los cultivos
celulares, pero que no se usan porque son más caras. Desde el animalario responden que «un cultivo celular
nunca será como un organismo vivo. Por ejemplo, podrías estar probando un nuevo fármaco para evitar la
metástasis de un tumor, y puede que veas en tu cultivo que es muy bueno controlando la metástasis, pero que
al probarlo en un paciente le destroces el riñón. Si solo utilizas un cultivo podrías concluir que el fármaco es
buenísimo, cuando en realidad estarías matando a una persona». Respecto al tema económico, añaden que
usar animales es más caro que cualquier otra opción. «Por ejemplo, nosotros tenemos animales
inmunodeprimidos que tienen que estar en unas condiciones muy caras: hay que esterilizar las jaulas, la
comida, la bebida y todo lo que está en contacto con los animales, mantener unas condiciones de esterilidad
permanentes y hacer muchas revisiones. Además, son ratones transgénicos y producirlos es muy caro. Si
pudiéramos evitarlo y ahorrarnos todo eso, lo haríamos», apuntan desde la UV.
Otra de las alternativas más citadas por los detractores son los modelos creados a partir de la información
genética. José Blanca es doctor en biología e investigador del Centro de Conservación y Mejora de la
Agrodiversidad Valenciana, donde se ha especializado en el análisis bioinformático de genomas, y explica que
«secuenciar el genoma no implica entender su función, solo que has determinado la estructura del mapa. El
genoma es un mapa genético fino. Una herramienta muy útil, pero no tiene una gran información funcional».
Sobre la opción de utilizar la información genética para sustituir la experimentación con organismos vivos,
añade: «No existe ningún animal, ni siquiera una bacteria que conozcamos lo suficiente, para el que podamos
hacer un modelo que sustituya a un experimento real».
Mucha gente desconoce que la experimentación animal es un campo muy controlado. En concreto, en España
está regulada mediante la normativa 53/2013 del 1 de febrero, que establece las pautas básicas para la
protección de los animales utilizados en experimentación. De hecho, esta ley solo permite utilizar animales si su
uso está justificado por una buena finalidad y siempre que no existan alternativas. Además, la ley contempla el
‘principio de las tres erres’; es decir, el reemplazo, la reducción y el refinamiento de los procedimientos. Esto
deja fuera a la experimentación cosmética, que está prohibida en Europa.
La ley también establece qué requisitos de control hay que aplicar a los proyectos. Por ejemplo, todo
experimento que necesite animales tiene que ser aprobado por un comité ético, demostrar que es necesario y
que cumple con el citado principio. Además, los experimentos se evalúan de forma continua para ver si están
obteniendo resultados y cumplen la normativa.
Muñoz Ballester añade que todos estos pasos se cumplen «sin ninguna duda. Los comités éticos son muy
estrictos, cosa que se agradece. En ocasiones los científicos nos quejamos por lo abrumadora que puede
resultar toda la burocracia asociada a la experimentación con animales y todos los requisitos existentes, pero
sabemos que todo ese trabajo está justificado. No he conocido ni un solo caso en todos estos años en el que la
legislación no se haya cumplido».
José Blanca, investigador del Centro de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (AITOR
TORRIBIO)
Imaginar un mundo sin experimentación animal permite entender qué significaría dejar de utilizarla. Por
ejemplo, la mortalidad infantil podría ser unas veinte veces superior, y la esperanza de vida media rondaría los
55 años. La causa es que algunos avances importantes para la medicina no podrían haberse realizado, como la
comprensión del sistema inmunológico, el papel de las proteínas, el uso de la insulina para tratar la diabetes, el
descubrimiento de las vitaminas y su papel en el organismo, la quimioterapia para tratar el cáncer, la vacuna
contra numerosas enfermedades (fiebre amarilla, la poliomielitis, la meningitis o el virus del papiloma humano),
los trasplantes de órganos y así un largo etcétera.
Por otro lado, los detractores argumentan que no es ético utilizarlos, aunque pueda ser útil. Pero ante este
dilema cabe recordar un dato: si se tiene en cuenta que cada año se sacrifican de forma directa 200.000
millones de animales para consumir su carne —según estimaciones bastante conservadoras—, se aprecia que
los vertebrados utilizados en el mundo para experimentación científica supondrían el 0,06% de esa cantidad.
Esto no significa que usar animales en el laboratorio sea correcto, pero nos hace entender la magnitud del coste
que supone, en vidas animales, el avance científico frente a otras cuestiones menos útiles. Más, si tenemos en
cuenta que uno de los mayores problemas de salud de nuestra sociedad es la sobrealimentación y el consumo
excesivo de carne.
Mucha gente admite el avance que ha supuesto experimentar con animales, pero argumenta que ya estamos
suficientemente avanzados y que habría que dejar de usarlos. No obstante, cabe recordar que, en España, el
cáncer aún mata al año a más de 100.000 personas —el 27% de todas las muertes—. Además, otras como el
sida, la esclerosis múltiple, el ébola o el alzhéimer —y así un largo etcétera— aún no cuentan con una solución.
Los científicos, desde sus pequeños laboratorios y sus presupuestos cada vez más escasos, luchan contra la
enfermedad y por el avance del conocimiento. Y a veces utilizan animales.
Carmen Muñoz concluye con su opinión al respecto: «Quizá los científicos somos optimistas, pero yo quiero
creer que mientras haya personas que estén sufriendo y muriendo por enfermedades que pueden ser curadas
gracias a nuestro avance científico, siempre tendremos la obligación ética de seguir buscando estas soluciones.
Y, desgraciadamente, ese camino hacia las soluciones pasa por la experimentación animal».
Carmen Muñoz Ballester, investigadora de la Virginia Polytechnic Institute and State University (EEUU).
Hablemos de números
VALENCIA.- Una pregunta habitual es qué tipo de animales se utilizan en los laboratorios. Los responsables del
animalario de la Facultad de Medicina de la Universitat de València y del Hospital Clínico explican que en ese
animalario tienen «aproximadamente un 90% de roedores, un 8% de conejos y un 2% de cerdos. Los cerdos,
por ejemplo, son necesarios para que los médicos aprendan técnicas antes de aplicarlas en humanos». Otra
pregunta es, además, cuántos animalarios como este son necesarios para mantener la investigación científica
en la Universitat de València. «Estaríamos hablando de tres animalarios y una planta de acuarios. Los otros dos
animalarios están en la Facultad de Psicología y en el Campus de Burjassot. Y con eso damos servicio a la
Universitat de València, el Hospital General, la Universitat Politècnica, y algunos centros de investigación más»,
responden.
Para saber cuántos animales se utilizan habitualmente en toda España, se puede acudir a los datos publicados
por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Por ejemplo, en 2016 se utilizaron 917.986
vertebrados. Pero ¿de qué tipo de animales estamos hablando? Sobre todo se trata de roedores, peces y aves
de corral. Aunque también hay una pequeña cantidad de otros animales cuyo uso es más polémico, como los
macacos —en 2016 se utilizaron 228—. No obstante, no hay que olvidar que estas investigaciones son
imprescindibles, por ejemplo, para el estudio del cerebro humano y estar más cerca de curar algunas
enfermedades como el alzhéimer o el párkinson. En palabras de la investigadora afincada en EEUU Carmen
Muñoz: «Siempre he usado, cuando era posible, cultivos celulares. Sin embargo, el cerebro es un órgano muy
complejo con muchos tipos celulares diferentes que interactúan entre sí. Es imposible entender cómo funciona
sin trabajar con animales».