Ink 2022

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Nicolás García Barrera

INK2022
Ink2022

© 2022 Nicolás García Barrera

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Se terminó de editar en noviembre del 2022.

Hecho en Colombia.
Nicolás García Barrera

INK2022
Día 01

Jakabok Botch escribe sus páginas de


venganza

Así que, para no convertirme en un lunático,


escribía todas mis frustraciones sobre
cualquier cosa en la que pudiera hacerlo
(papel, madera, incluso trozos de ropa) que
luego escondía bajo una tabla suelta del suelo
de mi cuarto. Me volcaba completamente
en aquellas páginas. Fue la primera vez
que comprendí el poder de lo que tú estás
mirando ahora mismo: las palabras.

Clive Barker
Demonio de libro

4
Día 02

Pesadilla a 20.000 pies

Wilson se quedó clavado a su asiento, incapaz


de dar respuesta. El tiempo se detuvo y
perdió su significado. Todas las funciones y
análisis cesaron. Todo se quedó paralizado
en el hielo del estupor. Sólo continuó el
latido del corazón, como un saltar frenético
en la oscuridad. Wilson no era capaz ni de
parpadear. Con los ojos abiertos, sin aliento,
devolvía la mirada de la criatura.

Entonces, bruscamente, cerró los ojos y su


mente, libre de la visión, se recompuso. No
está ahí, pensó. Apretó los dientes, el aliento
temblando en sus narices. No está ahí,
sencillamente no está ahí.

Richard Matheson
Pesadilla a 20000 pies

6
Día 03

Kai Tangata

This is the work of Tūmatauenga


The cry of guns, the blows of the taiaha
The sweet flesh of our enemies
The ovens fill our bellies with revenge
This is the work of Tūmatauenga

Alien Weaponry
Kai Tangata

8
Día 04

Flor de huesos

They go like one after cold last kiss


Dark-boned bodies from the trees
Have passed the door to the after-life meet
In skull forest light has fled
Oh, boneflower adorns the dead
From the branches lovers hang
One way trip to the promised land
Side by side and hand in hand
Nobody knows if dreams were found

Avatarium
Boneflower
Avatarium

10
Día 05

David mata a Goliat

Así venció David al filisteo con honda y piedra;


e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David
espada en su mano. Entonces corrió David y
se puso sobre el filisteo; y tomando la espada
de él y sacándola de su vaina, lo acabó de
matar, y le cortó con ella la cabeza.

La biblia
1 Samuel 17:50-51

12
Día 06

Pilares de fuego

And I swear we heard


how the nightingale sings
3 a.m, 7th June
We demolished the bottom of Messines
Trigger down,
torn apart by the whirlpool of flame
Nineteen explosions,
10, 000 were killed, colonel said

1914
Pillars Of Fire (The Battle Of Messines)
Where Fear And Weapons Meet

14
Día 07

Regan

—Yo no soy Regan —rugió, manteniendo la


horripilante sonrisita, que ahora le pareció a
Karras una expresión permanente.

—¡Ah, claro! Bien, entonces creo que


deberíamos presentarnos. Yo soy Damien
Karras —dijo el sacerdote—. ¿Quién eres tú?

—El demonio.

William Peter Blatty


El exorcista

16
Día 08

Los marcianos salen del cilindro

Creo que todos esperaban ver salir a un


hombre, quizá algo diferente de los terrestres,
pero, en esencia, un ser como los humanos.
Estoy seguro de que tal fue mi idea, Pero
mientras miraba vi algo que se movía entre
las sombras. Era de color gris y se movía
sinuosamente, y después percibí dos discos
luminosos parecidos a ojos, Un momento
más tarde se proyectó en el aire y hacia mí
algo que se asemejaba a una serpiente gris
no más gruesa que un bastón. A ese primer
tentáculo siguió inmediatamente otro.

H. G. Wells
La guerra de los mundos

18
Día 09

El señor Hyde se mira en el espejo

Con todo, cuando miré aquel horrible


ídolo en el espejo, su imagen no provocó
en mi repugnancia, sino más bien deseos
de bienvenida. Aquél, era asimismo yo:
parecía natural y humano. Ante mis ojos
representaba una imagen más viva del
espíritu; parecía expresar y particularizar más
que el imperfecto y dividido semblante que
hasta entonces llamaba mío.

Robert Louis Stevenson


El extraño caso del doctor Jekyll
y el señor Hyde

20
Día 10

Gordo Charlie le habla a la araña

Entonces le vino a la cabeza algo que le había


dicho la señora Higgler, y las palabras salieron
de su boca sin que él se diera ni cuenta. A lo
mejor fue cosa del diablo que llevaba dentro.
Probablemente fuera más bien el alcohol. —
Si ves a mi hermano —le dijo Gordo Charlie a
la araña—, dile que debería dejarse caer por
aquí un día de éstos para saludar. La araña
se quedó dónde estaba y levantó una pata,
casi como si estuviera pensándoselo y, luego,
echó a andar por la losa en dirección al seto y
desapareció.

Neil Gaiman
Los hijos de Anansi

22
Día 11

El ruido de un trueno

Estaban en la antigua selva. Unos pájaros


lejanos gritaban en el viento, y había un
olor de alquitrán y viejo mar salado, hierbas
húmedas y flores de color de sangre.

—No queremos cambiar el futuro. Este


mundo del pasado no es el nuestro. Una
máquina del tiempo es un asunto delicado.
Podemos matar inadvertidamente un animal
importante, un pajarito, un coleóptero,
aun una flor, destruyendo así un eslabón
importante en la evolución de las especies.

Ray Bradbury
El ruido de un trueno

24
Día 12

Froschkönig

Y ella le amó y lo aceptó como compañero,


exactamente tal como había deseado el rey.
El príncipe le contó que una bruja malvada le
había lanzado un maleficio, y que solo ella, la
princesa, podía rescatarle del pozo. Es más, le
contó que al día siguiente llegaría un carruaje
para llevárselos a los dos al reino del príncipe.

Los hermanos Grimm


El rey sapo, o Heinrich el de los hierros

26
Día 13

El libro de Azathoth

Gilman tenía que conocer al Hombre Negro


e ir con ellos hasta el trono de Azathoth, en
el mismo centro del Caos esencial. Esto era
lo que decía la bruja. Tendría que firmar en
el libro de Azathoth con su propia sangre y
adoptar un nuevo nombre secreto, ahora que
sus investigaciones independientes habían
llegado tan lejos.

H. P. Lovecraft
Los sueños en la casa de la bruja

28
Día 14

Dafne

Vencida por el esfuerzo de la huida, mirando


las aguas del Peneo, dice: «Ayúdame, padre,
si es que los ríos tenéis poder, echa a perder,
transformándome, la figura por la que he
gustado en exceso». Apenas terminada la
súplica, un intenso torpor se apodera de
sus miembros, una tenue corteza rodea su
blando pecho, los cabellos se le convierten en
hojas, los brazos en ramas; los pies, hace poco
tan veloces, quedan clavados por inmóviles
raíces, la copa ocupa el lugar del rostro;
solamente allí permanece su brillo.

Ovidio
Las metamorfosis

30
Día 15

La Doncella de Orleans

Burning was the sunset


like the portent of doom
On the saintly iron maiden
as she fell from her wound
But visions and ambition
never listened to submission
And as she was on a mission
from the highest above
To Lord upon the slaughter
like a sword through hissing water
She arose where archers sought her
for the death, the death of love
The righteous death of love

Cradle of Filth
The Death of Love
Godspeed On The Devil’s Thunder

32
Día 16

Lestat de Lioncourt

—Las ratas pueden ser bastante buenas —


dijo. Y llevó la rata hasta la copa de vino, le
cortó el cuello y llenó rápidamente el vaso
con la sangre. Lanzó la rata por encima de la
barandilla y Lestat levantó la copa llena, con
aire de triunfo.

—Quizá tengas que vivir de ratas de vez en


cuando, así que no pongas esa cara —dijo—.
Ratas, gallinas, ganado. —Y entonces bebió
de la copa con la misma delicadeza que si
se tratara de borgoña; hizo una mueca—. Se
enfría tan rápido…

Anne Rice
Entrevista con el vampiro

34
Día 17

Aquel súbito universo simulado

Yo, todo lo que me rodeaba, el aire que


respiraba, todas y cada una de las moléculas
de mi universo… no eran más que una
realidad falseada. Un medio ambiente
simulado, diseñado y regido por un mundo
mucho mayor de existencia absoluta.
Cada persona y cada objeto, las paredes
que me rodeaban, el suelo que pisaba,
las estrellas que cubrían sin número el
infinito… todo, todo aquello no eran más que
maquinaciones y estratagemas ingeniosas.
Un medio ambiente análogo. Una creación
simuelectrónica.

Daniel Francis Galouye


Simulacron-3

36
Día 18

La tristeza de la princesa de Aurum

Tan grande era su sufrimiento que una


tormenta de granizo envolvió la fortaleza, las
alfombras de la habitación se convirtieron
en fango y las serpientes de la cama de
la princesa cobraron vida, siseando y
aterrándola al punto que la princesa creyó
haber perdido la razón.

Carolina Andújar
La princesa y el mago sombrío

38
Día 19

Danny golpea la ventana de Mark

Mark Petrie se dio la vuelta en la cama y


miró por la ventana, y ahí estaba Danny Glick
con los ojos fijos en él a través del cristal,
con la cara de una palidez sepulcral, los ojos
desencajados y enrojecidos. Tenía los labios
y el mentón embadurnados con alguna
sustancia oscura, y cuando vio que Mark le
miraba le sonrió, mostrando unos dientes
horriblemente largos y agudos.

—Déjame entrar —susurró.

Stephen King
El misterio de Salem’s Lot

40
Día 20

Tántalo

Vi asimismo a Tántalo, el cual padecía crueles


tormentos, de pie en un lago cuya agua le
llegaba a la barba. Tenía sed y no conseguía
tomar el agua y beber: cuantas veces se
bajaba el anciano con la intención de beber,
otras tantas desaparecían el agua absorbida
por la tierra; la cual se mostraba negruzca en
torno a sus pies y un dios la secaba. Encima
de él colgaban las frutas de altos árboles, —
perales, manzanos de espléndidas pomas,
higueras y verdes olivos; —y cuando el viejo
levantaba los brazos para cogerlas, el viento
se las llevaba a las sombrías nubes.

Homero
La Odisea

42
Día 21

Muerte

De todas maneras, no soy bendita ni


misericordiosa. Sólo soy yo, tengo un trabajo
y lo hago, incluso mientras hablamos, estoy
ahí con viejos y jóvenes, inocentes y culpables,
los que mueren juntos y los que mueren
solos. Estoy en coches, aviones, en hospitales
y mataderos. Para algunos la muerte es
liberación, para otros es abominación, algo
terrible. Pero al final estoy allí para todos.

Neil Gaiman
The Sandman #20, Façade

44
Día 22

La casa de Asterión

Donde cayeron, quedan, y los cadáveres


ayudan a distinguir una galería de las otras.
Ignoro quiénes son, pero sé que uno de ellos
profetizó, en la hora de su muerte, que alguna
vez llegaría mi redentor. Desde entonces no
me duele la soledad, porque sé que vive mi
redentor y al fin se levantará sobre el polvo.
Si mi oído alcanzara todos los rumores del
mundo, yo percibiría sus pasos. Ojalá me
lleve a un lugar con menos galerías y menos
puertas.

Jorge Luis Borges


La casa de Asterión
El Aleph

46
Día 23

El Fantasma habla con Christine

—¡Mira! —gritaba inclinado sobre mí—, ¡has


querido ver, ve, pues! ¡Impregna tus ojos,
embriaga tu alma con mi maldita fealdad!
¡Mira el rostro de Erik! ¡Ahora conoces el
rostro de la Voz! ¿No te bastaba, dime, con
escucharme? Has querido saber cómo estaba
hecho. ¿Por qué sois tan curiosas las mujeres?

Gastón Leroux
El fantasma de la ópera

48
Día 24

Billy Pilgrim y los Tralfamadorianos

—Bienvenido a bordo, señor Pilgrim —dijo el


altavoz—. ¿Alguna pregunta?
Billy se pasó la lengua por los labios, se quedó
pensando un momento y al final preguntó:

—¿Por qué yo?

—Esa es una pregunta muy terrenal, señor


Pilgrim. ¿Por qué usted? ¿Por qué nosotros?,
podríamos decir. ¿Por qué cualquier cosa?
Porque este momento, sencillamente, es. No
hay ningún porqué.

Kurt Vonnegut
Matadero cinco

50
Día 25

Bond juega bacará

La suerte era el siervo, no el señor. Uno debía


aceptarla con indiferencia o aprovecharla
hasta el límite, porque en el juego es pecado
mortal confundir el jugar mal con el tener
mala suerte. Y a la suerte, en todas sus
facetas, había que amarla, no temerla. Bond
comparaba la suerte con la mujer, a la cual
hay que cortejar con delicadeza o asaltar con
brutalidad, pero nunca consentir ni perseguir.
Sin embargo, era lo bastante sincero consigo
mismo para admitir que todavía no le habían
hecho sufrir ni las cartas ni las mujeres,
nunca.

Ian Fleming
Casino Royale

52
Día 26

Edipo descubre la verdad

En seguida que la vio el desdichado, dando


un horrible rugido, desató el lazo de que
colgaba; y cuando en tierra cayó la infeliz,
arrancándole los broches de oro con que
se había sujetado el manto, se hirió los
ojos diciendo que así no verían más ni los
sufrimientos que padecía ni los crímenes
que había cometido, sino que, envueltos en
la oscuridad, ni verían en adelante a quienes
no debían haber visto, ni conocerían a los que
nunca debieron haber conocido.

Sófocles
Edipo rey

54
Día 27

El sombrero seleccionador

—Mm —dijo una vocecita en su oreja—. Difícil.


Muy difícil. Lleno de valor, lo veo. Tampoco la
mente es mala. Hay talento, oh vaya, sí, y una
buena disposición para probarse a sí mismo,
esto es muy interesante… Entonces, ¿dónde
te pondré?

Harry se aferró a los bordes del taburete y


pensó: «En Slytherin no, en Slytherin no.»

J. K. Rowling
Harry Potter y la piedra filosofal

56
Día 28

Caperucita roja

Era enorme, de ojos rojos y fauces grandes


y babeantes. Cualquiera se habría muerto
de miedo al verlo, excepto la hija de unos
montañeses. Se le lanzó a la garganta, como
hacen los lobos, pero ella le asestó un golpe
con el cuchillo de su padre y le cortó la pata
derecha. La pata del lobo cayó al suelo, pero
ya no era la pata de un lobo. Era una mano,
cortada por la muñeca; una mano endurecida
por el trabajo y moteada por la edad. En el
índice tenía una verruga y, en el corazón, una
alianza. Por la verruga, supo que era la mano
de su abuela.

Angela Carter
La cámara sangrienta

58
Día 29

Rip Van Winkle

Gradualmente desapareció el miedo y la


aprensión de Rip. Hasta se atrevió, cuando
nadie le miraba, a probar aquella bebida, en
la cual encontró el sabor de una excelente
ginebra. Como era una naturaleza sedienta,
pronto se sintió tentado a repetir el trago.
Como no hay dos sin tres, persistió en sus
besos a la copa, con tanta asiduidad que
finalmente perdió el sentido, le bailaron los
ojos, inclinó gradualmente la cabeza y se
durmió profundamente.

Washington Irving
Rip van Winkle

60
Día 30

Laura y Carmilla

El rostro que tenía ante mí era el mismo


que se me había aparecido durante aquella
terrible noche de mi infancia, el rostro que
tanto me había impresionado y sobre cuya
aparición había reflexionado durante años,
horrorizándome en secreto. Era un rostro
encantador, y su expresión conservaba la
melancólica dulzura que tenía cuando lo vi
por primera vez. De repente, se iluminó con
una sonrisa, como si también la joven acabara
de reconocer a una vieja amiga.

Sheridan Le Fanu
Carmilla

62
Día 31

El extraño

Traté de levantar la mano y disipar la visión,


pero estaba tan anonadado que el brazo
no respondió por entero a mi voluntad. Sin
embargo, el intento fue suficiente como
para alterar mi equilibrio y, bamboleándome,
di unos pasos hacia adelante para no caer.
Al hacerlo adquirí de pronto la angustiosa
noción de la proximidad de la cosa, cuya
inmunda respiración tenía casi la impresión
de oír. Poco menos que enloquecido, pude no
obstante adelantar una mano para detener
a la fétida imagen, que se acercaba más y
más, cuando de pronto mis dedos tocaron
la extremidad putrefacta que el monstruo
extendía por debajo del arco dorado.

H. P. Lovecraft
El extraño

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