La Fascinación Por La Radio Aficion
La Fascinación Por La Radio Aficion
La Fascinación Por La Radio Aficion
La radio produce acción a distancias inmensas sin conexión física que pueda ser percibida por nuestros sentidos.
Una forma moderna para desmitificar la radio es decir que la radio es una clase de luz que nuestros ojos no
pueden ver. Para aquellos de nosotros adictos a la radio de onda corta, es un atrevido reino que podemos
explorar. La escucha en nuestros receptores de radio es comparable a usar el telescopio Hubble para explorar los
cielos. La onda corta es fascinante porque no puedes predecir lo que estás haciendo para escuchar. Puedes
escuchar una radiodifusión desde una exótica capital extranjera. Puedes sintonizar un SOS de un barco
hundiéndose en una tormenta o pueden ser informes meteorológicos de un radio aficionado en la isla Pitcairn. La
siguiente noche en la misma banda puede estar completamente vacía excepto un par de aficionados al otro lado
de tu propia ciudad discutiendo de la Super Bowl. O puedes recibir mensajes codificados lanzados por algún
espía oculto en tu país.
No estoy bromeando. Rutinariamente escucho tales mensajes codificados consistentes en grupos de letras en las
bandas de aficionado de 10,1 a 28,1 MHz. Los códigos son enviados normalmente en código Morse, pero
algunas veces puedes escuchar una voz recitando los grupos de letras. Algunas veces la locutora finaliza diciendo
“¡Gracias por decodificar este mensaje!” Ya que los aficionados tienen prohibido usar códigos o modos de
modulación que no sean fácilmente decodificados, estas comunicaciones son al menos ilegales.
Sí, es cierto que la onda corta no es vital para las actividades mundiales como lo fue una vez, pero si hay algo
romántico en tu alma, la onda corta es aún atractiva y lo será siempre. Este libro es acerca del uso de la
radioafición para repescar la aventura de los primeros días de la radio y traerla al presente. También es para
aprender tecnología electrónica y radio. Si lees de este libro, la onda corta aún será fascinante pero ya no
misteriosa.
Las “dashes” son tres veces más largas que las “dots”.
Mi introducción a la radioafición fue a través de Alexander (“Mac”) McKenzie. Cuando era un chiquillo Mac era
el padre de mi mejor amigo, Garth McKenzie. El padre de Garth era un aficionado y tenía una habitación al lado
del comedor atestada de equipos de radio. En los 40, los equipos de radio de calidad estaban contenidos dentro de
sombríos paneles de aluminio negro de 55 centímetros de ancho, 20 centímeros de alto y montados en altos
estantes. Los controles eran enigmáticos mandos negros con etiquetas extrañas como “grid drive” y “loading”.
Los indicadores normalmente solo eran medidores con títulos igualmente arcanos como “S-meter”, “plate
current”.
La familia McKenzie tenía una cabaña en New Hampshire. La señora McKenzie y los chicos pasaban la mayoría
de cada verano en la cabaña. Mac iba a New Hampshire los fines de semana cuando podía, pero la mayoría del
tiempo permanecía en contacto con su familia por radio. Un amigo del padre de Garth, el Sr. Henny, vivía cerca
de la cabaña de los McKenzies. También era un aficionado, de modo que en las mañanas de los sábados Mac
tenía una cita regular para hablas con el Sr. Henny usando el código Morse, o “CW” (onda continua) como
todavía se conoce. Yo estaba intrigado cuando escuchaba estos contactos programados y esperaba ver a Mac
operando su estación. Llegaba a casa de McKenzie a la hora fijada.
Con suficiente seguridad, acorde con la cita, el código Morse surgía sobre la estática. El padre de Garth escribía
las letras en un bloc. Miraba por encima de su hombro la punta del lápiz. Era fantástico oír el código y ver las
palabras y frases aparecer en el papel. Desdichadamente no podía entender ninguna de las letras que el Sr.
McKenzie estaba enviando, de modo que me cansaba rápidamente de la conversación unilateral. A despecho de
esto, el código Morse tenía un misterio, una calidad de otro mundo, y quedé enganchado.
Entre el equipamiento en el cuarto de radio del Sr. McKenzie estaba un equipo Loran. El Loran es un buscador
de dirección de largo rango, la versión en 1950 del sistema de posicionamiento global (GPS) de hoy.
Mac me demostró como encontrar la latitud y longitud usando una diminuta pantalla verde de osciloscopio. La
pequeña pantalla redonda era solo de 5 u 8 cm de ancho y nada parecida a ninguna otra de aquellos estantes de
paneles negros de 55 cm de ancho. Mac tenía este equipo simplemente para divertirse, por supuesto. El Loran
estaba diseñado para usar en un barco y la casa de McKenzie ciertamente no iba a ningún lado.
Una TV es extremadamente complicada y fue necesario un gran tablero de circuito. Afortunadamente Barbara
McKenzie era una mujer tolerante. Aproximadamente durante un año la mesa del comedor incluyendo sus
prolongaciones, estuvo completamente cubierta con una circuitería de televisión de aproximadamente 1 por 2,5
metros.
Al final del año la TV comenzó a trabajar. Los chicos regresábamos a casa desde la escuela y nos sentábamos en
el suelo y veíamos programas en el diminuto tubo de imagen de cinco pulgadas en el extremo de la mesa. Las
imágenes eran en un vívido " verde y negro". Veíamos “Zoo parade” con Marlin Perkins y nuestro programa
favorito, “Flash Gordon”. La TV era diferente entonces. Flash Gordon eran cortes de película de 15 minutos pero
la mayoría de programas eran en directo. Incluso los anuncios eran en directo. Recuerdo la risa tonta por un
anuncio de un aspirador en el cual el anunciante enchufó la manguera en el extremo equivocado del limpiador.
La máquina sopló todo el polvo por la sala mientras el anunciante pretendía que estaba trabajando perfectamente.
Temporalmente Mac instaló su TV en la carcasa de una vieja grabadora reproductora. Para hacer la imagen más
grande puso una gran lupa enfrente de la pantalla. Cuando veía la TV, apuntalaba la tapa abisagrada de la carcasa
en un ángulo de 45 grados y veía la imagen aumentada en un espejo montado en el lado inferior de la tapa. Mac
McKenzie me demostró que, con paciencia, puedes construir casi cualquier cosa. Y, a mayores, habitualmente es
mucho más satisfactorio construir una posesión que comprarla. También me dijo que los proyectos deben ser
construidos y probados un trozo cada vez. Si construyes todo de una vez sin probar las partes, cogerán en la
carcasa, pero es casi cierto que no trabajarán. Hay muy pocos atajos.
El radioaficionado completo
Este libro trata sobre la construcción de equipos de radioaficionado. Lo cierto es que es mucho, mucho más fácil,
comprar el equipo. De hecho, los equipos comerciales de aficionado de hoy son tan baratos, que comprarlo
entero es menos caro que comprar los componentes por separado. Las buenas noticias son que el equipo que tú
construyas por ti mismo tendrá un valor y significado para ti que no puede ser valorado. A lo largo del camino
aprenderás mucho más sobre electricidad, incluso aprenderás leyendo el manual de operador de equipos
comerciales. La mayoría de nosotros nunca seremos un Edison, Marconi o Armstrong, pero podemos aprender lo
que ellos sabían y podemos compartir algo de las emociones que ellos sintieron cuando sus inventos comenzaron
a funcionar. Cuando tu estación construida está finalmente en el aire, tendrás la misma diversión que están
teniendo otros aficionados. Pero a diferencia del resto del rebaño, serás el "Radioaficionado completo".
La oportunidad perdida
Los armadores probablemente siempre han deseado poder comunicar con los barcos en el mar. Hasta el final del
siglo XIX la fortuna de un barco podía ser totalmente desconocida por meses o incluso un año. Cuando
finalmente el barco arribaba al puerto de partida, el armador podía averiguar repentinamente que era
extremadamente rico. O el barco podía no regresar nunca y el armador podría perder una basta inversión. Siendo
capaz de comunicar a unos cientos de millas o incluso una docena de millas de la costa podía salvar la vida en
una emergencia.
En 1900 los científicos sabían que el “telégrafo sin hilos” podía comunicar a través del Canal de Inglaterra
usando transmisores y antenas gigantes, pero no eran capaces de recibir un mensaje más lejos de eso. Entre su
imperio de empresas, el multimillonario/financiero J.
P. Morgan poseía una flota de barcos. Si podía ser desarrollado un telégrafo práctico de largo rango, lo esperaba
para sus barcos. Marconi ya tenía un buen comienzo en una radio barco-a-costa y ya había demostrado la
comunicación de rango corto barco-a-costa tanto en Inglaterra como Norteamérica. A despecho de esta vía,
Morgan se aproximó a Tesla quien ciertamente tenía el conocimiento y experiencia para desarrollar
comunicaciones prácticas de radio. J. P. Morgan le dio a Tesla una gran dotación financiera para hacer este
trabajo. Tesla preparó un laboratorio en Colorado Springs para inventar radio de larga distancia, o eso le
concedió creer a Morgan.
Desgraciadamente, hablar tan solo con barcos era aburrido para Tesla. Tesla prefirió desarrollar lo que llamó “El
Centro Mundial Telegráfico”. Tesla buscó preparar un centro de comunicaciones que no solo pudiese hablar con
los barcos, sino con cualquiera en el mundo. Su visión de lo que estaba intentando construir suena a los oídos
modernos como la Internet de una vía o si acaso la CNN. No veía tener que meditar acerca de las dificultades de
manejar todos los mensajes mundiales a través de solo un gigantesco transmisor de baja frecuencia. Volviendo
atrás, no había servidores de Internet para organizar todo ese tráfico de mensajes en cadenas digitales de
información. Considerando la frecuencia operativa de sus transmisores, su relación de datos debería haber estado
limitada a unos pocos kilobytes por segundo más que a los terabytes manejados hoy por un simple nodo en la
Internet.
Los transmisores de radio de Tesla ciertamente fueron adecuados para comunicación transoceánica. Pero en lugar
de desarrollar también un receptor de radio sensible, Tesla casi gasto todo su esfuerzo en desarrollar enormes
transmisores de radio de baja frecuencia. Sus transmisores fueron de este modo poderosos, experimentó con
transmisión de energía eléctrica al igual que información. Tesla propuso usar bobinas sintonizadas para iluminar
lámparas de luz fluorescentes a millas de su transmisor. Si, su idea trabajó pero solo a una eficacia
extremadamente baja. Si, las luces funcionaban, pero el suelo húmedo, las vacas, la gente, las alambradas de púas
y cualquier otro conductor eléctrico dentro del rango podían ser calentados con la energía derrochada, justo como
un horno microondas.
Tesla construyó una gigantesca “Bobina Tesla” que producía chispas de radio frecuencia de 18 metros de
longitud. Siempre exhibicionista, a Tesla le gustaba ser fotografiado sentado entre las chispas y fuego, mientras
leía tranquilamente un libro. Realmente usaba exposiciones dobles para crear la ilusión de estar sentado entre las
chispas. La máquina de Tesla era tan enorme y tenía tal capacidad única que la Fuerza Aérea americana
construyó una copia de ella 80 años después para investigación.
Con toda esta dramática actividad futurista, Tesla nunca construyó la radio de barco-a-costa que Morgan le pagó
para desarrollar. Cuando le dio a Morgan un informe de progreso, Tesla intentó entusiasmar a Morgan en sus
esquemas futuristas. Morgan estaba furioso con él por no seguir la tarea y estaba poco interesado en las ideas de
Tesla. Morgan no obstante forzó a Tesla a asignarle la propiedad de todas las patentes útiles que pudiesen surgir
de su trabajo. Morgan no era conocido por la generosidad.
Después que Morgan le dio a Tesla una reprimenda, le dio una segunda oportunidad. Pero en lugar de ponerse
seriamente a la comunicación barco-a-costa, Tesla derrochó el dinero en construir su “Centro Telegráfico
Mundial” en Wardenclyff, Long Island, New York. Fue un edificio imponente con una enorme torre alojando el
transmisor de bobina Tesla. El centro de comunicaciones no llegó a nada y Morgan detuvo los fondos. Tesla
vivió en el Hotel Waldorf Astoria en la ciudad de New York y llegó a convertirse en una especie de lagarto de
salón auto-absorbido. Vestía esmoquin y sombrero de copa y gorreaba a sus amigos.
En las décadas siguientes, Tesla se aplicó a inventar y dio con varios dispositivos interesantes que fueron casi
suficientemente buenos para convenir a la tecnología estándar. Por ejemplo, diseñó un motor de calor con
“turbina sin palas”, de la clase del motor de vapor o motor de combustión interna. Hay unos cuantos diseños de
motor de calor útiles que son fundamentalmente diferentes, de modo que inventar uno nuevo era un triunfo
intelectual. Desgraciadamente, el motor de calor de Tesla no tenía tanta eficacia como los otros métodos y de
lejos ha sido bueno usarlo. También desarrolló un velocímetro que era excelente y fue usado en varios coches de
lujo. Convertir la velocidad de un eje rotativo en un suave movimiento lineal de aguja es mucho más duro de lo
que parece. Sin embargo, el método de Tesla era más caro que el diseño de medidor que realmente llegó a ser
usado universalmente para ese propósito.
Tesla finalizó como un viejo solitario alimentándose de palomas en un hotel de 3ª categoría en New York.
Después que murió en 1943, se descubrió que había pagado su renta de varios meses dándole al director del hotel
un “rayo de muerte” como garantía. Tesla le dijo al director que el rayo de muerte estaba valorado en 10.000
dólares. La pistola de rayos era realmente un puente Wheatstone, un sensible dispositivo de medición de
resistencias encontrado habitualmente en laboratorios eléctricos.
Marconi logra el trabajo hecho
Guglielmo Marconi había nacido en una prospera familia en Bolonia, Italia, el 25 de abril de 1874. Se educó en
Bolonia y más tarde en Florencia. Estudió física en el colegio Leghom. Estaba fascinado con el descubrimiento
de Herz de las ondas de radio y se interesó por la telegrafía sin hilos en 1890. Comenzando en 1894, Marconi
trabajó en prototipos caseros en su sótano.
Hoy la mayoría de nosotros pensamos en un radio receptor como en un tipo de estetoscopio amplificado que nos
permite escuchar el mundo oculto del espectro de radio. En tiempos de Marconi el principal precedente de la
radio fue la telegrafía. Este concepto de un operador telegráfico lanzando telegramas a otro operador usando
código Morse influenció a Marconi la visión de lo que tenía que intentar construir. En la telegrafía convencional
la señal en el cable enganchaba un resonador que era un tipo de relé electro-magnético. El resonador hacía ruidos
de chasqueo que el operador receptor interpretaba como dots y dashes.
De igual modo, la primera transmisión de radio de Marconi a otra sala de la casa resonaba una campana cuando
era detectada la señal. No había auriculares que escuchara una persona. Los primeros experimentadores
construyeron radios que recordaban más los sistemas de radio control que dispositivos de escucha. Según se
desarrolló la tecnología, el radio operador llegó a ser una parte vital del sistema. La destreza y entrenamiento de
oídos del operador llegó a ser responsable de la calificación y práctica del sistema. Un operador adiestrado podía
escuchar señales de código Morse que no eran más fuertes que la estática atmosférica. A diferencia de un simple
sistema de campana, un operador puede copiar una señal de código Morse mientras ignora otra. Llevó cien años
computerizar el procesado de señales digitales para sobrepasar la habilidad de un operador de radio adiestrado y
volver a la visión de Marconi de un receptor robótico.
A las 05:40 AM del sábado 24 de enero de 1909, el vapor de pasajeros de 15.000 toneladas RMS Republic
navegaba hacia Nantucket, Massachusetts a través de la espesa niebla. El Republic había partido de New York.
El Republic tenía mucho en común con el posterior Titanic. El Republic era propiedad de la misma British White
Star Line y estaba considerado imposible de hundir. Su casco estaba dividido en múltiples compartimentos por
tabiques herméticos de modo que varios compartimentos se podían inundar antes de que el barco se pudiese
hundir. También como el Titanic, el Republic llevaba solo la mitad de los botes salvavidas necesarios para sus
800 pasajeros y tripulación.
Según el Republic navegaba a través de la niebla hacía sonar su sirena de niebla periódicamente y los vigías del
barco escuchaban por otras posibles sirenas. La tripulación escuchó la sirena de otro barco y respondió sonando
una bocina de vapor. Era un acuerdo de aquel tiempo que cuando los barcos intercambiaban bocinazos ambos
barcos debían virar a la derecha y con ello evitar la colisión. Hay alguna evidencia de que el barco de pasajeros
italiano “Florida” en lugar de ello giró a la izquierda. El Florida apareció repentinamente de entre la niebla y
chocó contra el centro del Republic. Siete personas murieron debido a la colisión. El Florida golpeó el tabique
entre las dos salas de máquinas del Republic, inundando con ello los dos más grandes compartimentos por debajo
de la línea de flotación. Los motores tuvieron que detenerse lo cual también terminó con la electricidad necesaria
para mover las bombas y la radio.
El amanecer de la radioafición
En los primeros días de la radio cualquiera que quería salir al aire podía construir su propio transmisor y
simplemente hacerlo. La asignación de frecuencias estaba basada en quién estaba en el aire primero con el mayor
transmisor y la mejor antena. Los manitas comenzaron a construir su propio equipo de radio y la radioafición
estaba naciendo. En aquellos días no había licencias, de modo que al principio los aficionados se dieron a si
mismos las letras de llamada. Todas las comunicaciones de radio en el comienzo eran a baja frecuencia, longitud
de onda de 200 metros o mayor. Esto significa que todas las comunicaciones ocurrían en lo que hoy es la radio
AM (1.700.000 Hz a 555.000 Hz) y por abajo. Frecuencias superiores eran ineficaces para ser generadas y se
creía que frecuencias más altas solo eran buenas para comunicación local.
Cuando un radioaficionado moderno lee descripciones de los primeros transmisores de radio y antenas, se
impresiona por la escala industrial del equipo comercial. Por ejemplo, el transmisor de ranura de chispa giratoria
del Titanic estaba preparado para 5.000 vatios. Era tan enorme y ruidoso que fue instalado en una sala separado
del receptor. Con toda esa potencia y tamaño, su rango fiable durante el día era de solo 400 Km. Durante la
noche el rango podía alejarse tanto como unos 1600 Km. Desde el punto de vista moderno, parece que la mayor
debilidad de los primeros equipos era la insensibilidad de sus receptores. Los receptores de aficionados
simplemente eran tan malos y probablemente peores. Además, los aficionados eran incapaces de competir con la
potencia usada por las estaciones comerciales. Por lo tanto, los aficionados tenían suerte de hablar con el
condado vecino, dejando sola cualquier distancia significativa.
Debido a que los primeros radioaficionados estaban limitados a corta distancia, se agruparon para formar “redes
repetidoras” de modo que los mensajes podían ser repetidos a los destinos muchos cientos de millas más allá.
Esta organización llegó a formalizarse como la American Radio Relay League en 1914.
Durante la 1ª Guerra Mundial el gobierno de USA agrupó la radioafición como una medida de seguridad
nacional. Después de la guerra en 1919 la American Radio Relay League bajo el liderazgo de Maxim Percy
presionó al gobierno para permitir a los aficionados a volver al aire. El gobierno, especialmente el militar, fue
incomprensible. Para aplacarlos, finalmente el gobierno dio a los aficionados todas las frecuencias “sin valor”
por encima de los 200 metros. Eso era a grandes rasgos lo que hoy es la radio AM.
El receptor súper-heterodino
La solución de Armstrong para vencer el problema fue convertir las señales de radio entrantes a una "frecuencia
intermedia" constante, una "IF". La frecuencia IF permanece igual sin tener en cuenta que estación de radio fue
sintonizada. En otras palabras, un súperheterodino es un receptor TRF de una sola frecuencia con un convertidor
de frecuencia en el extremo. La etapa de IF es sintonizada en fábrica. Nunca necesita ser ajustada de nuevo. Otra
ventaja importante fue que la señal en la etapa IF podía ser filtrada de modo que podría admitir solo un paso de
banda igual al ancho real de la señal. Por ejemplo, un receptor de radio AM puede tener un paso de banda IF de
20.000 ciclos por segundo (un cps = un hercio). Por supuesto, una señal de código Morse necesita 100 Hz de
ancho de banda o menos. De modo que cuando se usa un filtro de ancho de banda estrecho en la IF, el receptor
puede seleccionar solo una señal de muchas que pueden estar apiñando la banda. En contraste un receptor TRF o
incluso un receptor súper-regenerativo te pueden forzar a escuchar un ancho de banda de 50.000 Hz a la vez.
El súper-heterodino genera la OF por medio de un “oscilador local de RF”. El principio puede ser ilustrado con
sonido audible. Cuando dos frecuencias diferentes de sonido se mezclan juntas, las ondas de sonido se cancelan y
se refuerzan unas con otras generando componentes de frecuencia que son la suma y diferencia de las dos
señales. Por ejemplo, si pulsas dos teclas adyacentes de un piano simultáneamente, el sonido es discordante. Esto
es porque estás escuchando esa suma y diferencia de frecuencias. En otro ejemplo, los aviones con doble motor
están equipados con sincronizadores de velocidad del motor de modo que los motores no hacen un batido
desagradable de frecuencia de sonido “WAH-WAHWAH”. Este sonido es la diferencia en frecuencia entre las
dos velocidades de los motores. El mimo principio trabaja con ondas senoides eléctricas para las frecuencias de
radio. A diferencia de los ejemplos audibles molestos, en la radio, la frecuencia de batido normalmente es el
producto deseado y eso fue el invento de Armstrong.
Un súper-heterodino está sintonizado, pero no por un filtro en la antena, sino más por un oscilador de onda
senoide que está desplazado de la señal que deseas escuchar. La cantidad de desplazamiento de frecuencia es
igual a la frecuencia intermedia. Por ejemplo, en una radio casera de FM, si quieres sintonizar una estación de
radiodifusión en 100 MHz, entonces el oscilador local de sintonía es sintonizado a 110.7 MHz. La diferencia
entre las dos frecuencias es de 10.7 MHz que es la IF usada habitualmente en las radios FM. Ya que el oscilador
de sintonía genera solo una frecuencia precisa, y porque el filtrado IF puede ser bastante estrecho, la sintonía de
un receptor superheterodino puede ser extremadamente selectiva. El superheterodino se hace más sensible
poniendo varios amplificadores IF en serie. O, como se explicó anteriormente, puedes ver los amplificadores IF
como un receptor TRF de simple frecuencia.
Al final de los 20 los transmisores de chispa fueron prohibidos y sustituidos por osciladores de onda senoide de
tubos de vacío. Los osciladores de onda senoide generan simplemente una frecuencia discreta. Después de esta
mejora, cientos de señales de código Morse se podían distribuir por una banda sin interferir unas con otras. Y
usando el superheterodino de Armstrong, el receptor podía seleccionar solo una de esas señales de código Morse.
Dominando la tecnología
Según la tecnología de la civilización llega a ser más sofisticada, el conocimiento básico entre nuestra población
consigue fracturarse más y más. Aunque la cantidad de conocimiento que individualmente tiene la gente educada
en sus cabezas puede ser la misma, cada ciudadano conoce más acerca de menos. El manejo de los modernos
transceptores de radioafición recuerda el manejo de un complejo VCR. Si, el equipo puede manejar todos los
modos modernos y frecuencias. Pero primero debes leer el manual y pulsar 48 botones para seleccionar los
menús y opciones correctos. No es fácil de manejar una de estas maravillas que-lo-hacen-todo. Pero cuando lo
consigues, realmente no has aprendido mucho de la electrónica.
Los transceptores modernos me recuerdan los circuitos integrados. Los transceptores están empaquetados con
docenas (o cientos) de circuitos integrados conteniendo quizás varios millones de transistores. Como un
transceptor es un todo, un circuito integrado no puede ser fijo, su contenido es misterioso y normalmente es un
sólido rectangular, negro, con “patas” o hilos. Incluso con el manual de servicio de un moderno radio transceptor
en frente de ti, es arduo conseguir más que una idea general de su diagrama de bloque y como trabaja.
¡Pero seguro que los ingenieros que diseñaron estas maravillosas radios modernas conocen como trabajan! No,
no realmente. Si, puede haber un puñado de ingenieros en el mundo que tienen una buena compresión de todas
las tecnologías de un transceptor moderno. ¡Pero no apostaría por ello! Cada ingeniero se especializa en
ensamblar o programar módulos que son comprados de otras fábricas. Los módulos están sellados y no pueden
ser reparados. Exactamente lo que hay dentro de esos módulos es probablemente tan misterioso para ellos como
para el resto de nosotros.
Durante el último siglo, el espacio de conocimiento de un radio operador ha continuado encogiéndose. Hace cien
años, los primeros pioneros de la radio no solo probaban radios al aire, también trabajaban en los materiales para
construir los componentes para sus radios.
Esta tendencia puede ser ilustrada por una “pirámide tecnológica” para la tecnología de la radioafición. En la
parte más alta de la pirámide está el conocimiento de cómo manejar una radio de dos vías. En la parte inferior de
la pirámide está el buscador que explora la inmensidad y encuentra primero los materiales crudos necesarios para
hacer una radio y toda la demás tecnología moderna. En medio están las habilidades necesarias para construir tu
propio equipo de radio.
Un modo para ver el cambio es que la radioafición se ha retirado lentamente de la pirámide para llegar a ser solo
otro producto de consumo como las televisiones y los teléfonos celulares. La mayoría de aficionados aducen que
la radioafición puede hacer más cosas que nunca y por ello es más interesante. Podemos transmitir televisión de
aficionados en directo, redes de mensajes e-mail y faxes. Afortunada o desafortunadamente las mismas
tecnologías han llegado ha estar disponibles para la gente ordinaria sin licencias. ¿Por qué molestarse con la
radioafición?