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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN

538/2021

RECURRENTE: ********** (TERCERA


INTERESADA)

ASUNTO RELACIONADO: AMPARO


DIRECTO EN REVISIÓN 539/2021

VISTO BUENO
SR. MINISTRO
PONENTE: MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA
COTEJÓ
SECRETARIO: MIGUEL ANTONIO NÚÑEZ VALADEZ
COLABORADOR: LUIS DIAZ ESPINOSA

Ciudad de México. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación, en sesión correspondiente al diez de noviembre de dos mil
veintiuno, emite la siguiente:

SENTENCIA

Mediante la cual se resuelve el amparo directo en revisión 538/2021,


promovido en contra de la sentencia dictada el veintisiete de enero de dos
mil veintiuno por el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo
del Quinto Circuito en los autos del juicio de amparo directo **********.

El problema jurídico a resolver por esta Primera Sala de la Suprema Corte


de Justicia de la Nación consiste en estudiar el alcance de los derechos a la
justa indemnización y acceso a la justicia y la interpretación realizada en la
sentencia de amparo respecto a los artículos 2086, 2087, 2088, 2109, 2112
y 2113 del Código Civil para el Estado de Sonora, en torno a la procedencia
de la indemnización por daño moral cuando se reclama con motivo de la
responsabilidad civil objetiva y el alcance del vocablo “herederos”
tratándose de la reparación del daño patrimonial.

I. ANTECEDENTES DEL CASO

1. Hechos y antecedentes. El veintitrés de junio de dos mil quince, **********


(de ahora en adelante “María Teresa”, “actora” o “recurrente”) presentó en la
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vía sumaria civil una demanda de responsabilidad civil objetiva en contra de


********** e ********** (de ahora en adelante “Sergio”, “Irma” o “padres del
menor”), así como de “**********, Compañía de Seguros, Sociedad Anónima
de Capital Variable” (de ahora en adelante “**********”, “empresa
aseguradora” o “aseguradora”), por las siguientes prestaciones:

a) El pago de $2’188,800.00 (dos millones ciento ochenta y ocho mil


ochocientos pesos 00/100 M.N.) por concepto de daños y perjuicios
de orden patrimonial por la muerte de ********** (de ahora en adelante
“Francisco Javier”);
b) El pago de $4’000,000.00 (cuatro millones de pesos 00/100 M.N.) por
indemnización de reparación de daño moral por la muerte de
Francisco Javier;
c) El pago de intereses legales que se generen por falta del pago
oportuno de la indemnización del daño materia;
d) El pago de intereses moratorios que se generen por el retardo en el
cumplimiento de las obligaciones a cargo de la aseguradora, y
e) El pago de gastos que originara el juicio.

2. Como antecedentes, en su escrito de demanda, la actora sostuvo que, el


uno de mayo de dos mil quince, su hermano Francisco Javier regresaba de
sus labores a bordo de una bicicleta en las inmediaciones de Ciudad
Obregón, Sonora, cuando fue atropellado por un automóvil conducido por
un menor de edad (hijo de Sergio y de Irma, quien en esa fecha contaba
con diecisiete años) que circulaba a exceso de velocidad; adolescente que,
tras el incidente, huyó del lugar Señalándose que Francisco Javier perdió la
vida con motivo del impacto y al haber pasado el automotor encima de su
cuerpo; manifestándose a su vez que el respectivo vehículo era propiedad
de Sergio y se encontraba asegurado por ********** (razón por la cual se
demandó a los padres y a la empresa aseguradora), así como que
Francisco Javier era una persona que en ese momento tenía cincuenta y
dos años y se dedicaba a la albañilería.

3. Trámite y fallo del juicio ordinario. La demanda fue admitida por el


Juzgado Tercero de Primera Instancia de lo Civil del Distrito Judicial de

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Cajeme, Sonora, y se registró con el número de expediente **********.


Seguido el juicio en todas sus etapas legales, el quince de noviembre de
dos mil dieciséis, se dictó sentencia en la que se tuvo por acreditados todos
los elementos de la acción de responsabilidad extracontractual en contra de
Sergio e Irma, por hecho ajeno al ser los que ejercían la patria potestad del
menor, y respecto a la empresa aseguradora, por virtud del contrato de
seguro.

4. En ese orden, se condenó solidariamente a los demandados a lo siguiente:


a) pagar en favor de la parte actora la cantidad de nueve mil pesos
mensuales por concepto de daño patrimonial (como pensión mensual
durante el término probable de vida que hubiera correspondido a la víctima
calculado hasta octubre de dos mil treinta y cinco 1); b) pagar por concepto
de daño moral la cantidad de $4’000,000.00 (cuatro millones de pesos
00/100 M.N); c) en caso de incurrir en mora en cualquiera de ambas
prestaciones, se determinó un interés anual del 9%, y d) finalmente se
condenó a gastos y costas.

5. Apelación. En desacuerdo, la parte actora y los demandados Sergio, Irma y


la empresa aseguradora interpusieron recursos de apelación, los cuales
fueron registrados de manera conjunta por la Primera Sala Mixta del
Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Sonora con el número de
expediente **********. El veintisiete de febrero de dos mil diecinueve, dicho
Tribunal emitió su resolución en la que modificó la sentencia impugnada.

6. En específico, tras declarar como incorrectos la mayoría de los agravios de


los apelantes (entre otros, que se debía llamar a juicio al menor de edad
porque había cumplido dieciocho años o que la parte actora no podía
interponer la acción pues no era la legítima heredera al no haberse
tramitado previamente un juicio sucesorio), se le dio la razón a la
aseguradora en torno a que únicamente se encontraba obligada a cubrir el
25% de la suma asegurada por concepto de responsabilidad civil en

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Pensión mensual que, según el juez, deberá depositarse en una institución fideicomisaria
legalmente autorizada para operar el capital necesario para cubrir las pensiones mensuales
vitalicias; en el entendido de que la parte deudora puede ofrecer garantías reales del cumplimiento
de su obligación, en caso de que su capacidad económica no le permita constituir algún capital en
fideicomiso.

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atención al contrato de seguro. Esto, pues sólo respondía conforme a lo


pactado por las partes en la cláusula 1, apartado 3, de las condiciones
generales de la póliza de seguro y su liquidación debería realizarse
conforme a lo pactado una vez que quedara firme la sentencia y mediante el
incidente correspondiente. En consecuencia, se absolvió a la empresa
aseguradora del pago de costas en segunda instancia y se condenó al pago
de costas de ambas instancias a Sergio e Irma.

7. Juicio de amparo directo. En contra de esa decisión, el quince de abril de


dos mil diecinueve Sergio e Irma promovieron una demanda de amparo
directo. El Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del
Quinto Circuito admitió a trámite el asunto y lo registró con el número de
expediente **********. Aunado a ello, tanto la empresa aseguradora como la
parte actora interpusieron juicios de amparo, los cuales se registraron
respectivamente con los números de expedientes ********** y **********.

8. Substanciados los trámites correspondientes, por lo que hace al primer


juicio de amparo **********2, el veintisiete de enero de dos mil veintiuno, el
órgano jurisdiccional dictó sentencia en la que concedió el amparo a
Sergio e Irma para los siguientes efectos: a) que la Sala responsable dejara
insubsistente la resolución impugnada y dictara una nueva en la que,
analizara de manera fundada, motivada, congruente y exhaustivamente, el
tercero de los agravios que fue planteado en el respectivo recurso de
apelación (en relación a la serie de factores que se debieron ponderar para
que resultara procedente en el caso el pago del daño moral); y b) que la
Sala de Apelación tomara en cuenta la falta de legitimación de la actora
para reclamar el daño patrimonial y resolver conforme a derecho.

9. Esto, pues a su parecer, de conformidad con lo establecido en el Código


Civil sonorense, no es procedente en la responsabilidad extracontractual
objetiva una condena por daño moral al no existir un hecho ilícito; por su
parte, son los herederos los que, en primer término, pueden demandar los

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El Tribunal Colegiado, en el juicio de amparo **********, concedió el amparo bajo las mismas
razones y efectos (toda vez que los conceptos de violación eran casi idénticos). Por su parte,
respecto al juicio de amparo **********, decidió sobreseerlo sin realizar el análisis de los respectivos
conceptos de violación ante la concesión de amparo en los otros juicios relacionados.

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daños patrimoniales, no así un familiar (hermana) sin haberse acreditado


antes la falta de herederos o la imposibilidad para designarlos.

II. PRESENTACIÓN Y TRÁMITE DEL RECURSO DE REVISIÓN

10. Recurso de revisión. Inconforme, el primero de marzo de dos mil


veintiuno, María Teresa (actora en el juicio ordinario y tercera interesada en
el juicio de amparo) presentó ante el órgano de amparo un escrito en el que
señaló que interponía recurso de revisión. Tras su trámite, el día nueve del
mismo mes y año, el Presidente de esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación registró el recurso con el número 538/2021 y lo admitió a trámite;
designando al Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena como ponente del
asunto.

11. Asimismo, cabe resaltar que la propia actora presentó una revisión en
contra de la diversa sentencia del juicio de amparo **********; recurso que
se registró en esta Corte como 539/2021 y que se encuentra íntimamente
interrelacionado con el que ahora nos ocupa.

12. Radicación. Finalmente, el dos de junio de dos mil veintiuno, la Presidenta


de esta Primera Sala determinó que ésta se avocaba al conocimiento del
asunto y ordenó el envío de los autos al Ministro Ponente para la
elaboración del proyecto de resolución.

III. COMPETENCIA

13. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es


legalmente competente para conocer del presente recurso de revisión, en
términos de lo dispuesto por los artículos 107, fracción IX, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; 81, fracción II y 83, de la Ley de
Amparo en vigor, y 21, fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación; así como en los puntos primero y tercero del
Acuerdo General 5/2013, emitido por el Pleno de este Alto Tribunal el trece
de mayo de dos mil trece y publicado en el Diario Oficial de la Federación, el
veintiuno del mismo mes y año. Lo anterior es así, toda vez que el recurso

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fue interpuesto en contra de una resolución pronunciada en amparo directo


por un Tribunal Colegiado de Circuito en materia civil, competencia de esta
Sala, cuya resolución no requiere la intervención del Tribunal Pleno.

IV. OPORTUNIDAD

14. El recurso de revisión se interpuso dentro del plazo legal correspondiente.


La sentencia de amparo se notificó por medio de lista el quince de febrero
de dos mil veintiuno, surtiendo sus efectos al día siguiente; por lo que el
plazo de diez días que establece el artículo 86 de la Ley de Amparo corrió
del miércoles diecisiete de febrero al martes dos de marzo del mismo año,
sin contar de dicho cómputo los días veinte, veintiuno, veintisiete y
veintiocho, de febrero, por ser inhábiles, de conformidad con los artículos
19, 22 y 31, fracción III, de la Ley de Amparo. En tales condiciones, dado
que del expediente se desprende que el recurso de revisión se presentó el
primero de marzo de dos mil veintiuno en el buzón judicial del respectivo
circuito (recibido por el órgano colegiado al día siguiente), resulta notorio
que se satisface el presente requisito procesal.

V. LEGITIMACIÓN

15. Esta Primera Sala considera que la parte recurrente está legitimada para
interponer el presente recurso de revisión, pues queda probado que se le
reconoció el carácter de tercera interesada en el juicio de amparo directo
********** del índice del Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y del
Trabajo del Quinto Circuito.

VI. ELEMENTOS NECESARIOS PARA RESOLVER

16. A fin de dar respuesta a la materia del presente recurso de revisión, es


imprescindible hacer referencia a los conceptos de violación, las
consideraciones de la sentencia recurrida y a los agravios esgrimidos por la
tercero interesada.

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17. Demanda de amparo. Sergio e Irma expusieron sus razonamientos en


siete grupos de conceptos de invalidez.

a) Argumento genérico. El acto reclamado viola los principios de


legalidad, seguridad jurídica, debido proceso y acceso a la justicia.
Entre otros aspectos, pues no se fijó correctamente la litis ni la
sentencia impugnada carece de exhaustividad y congruencia.
b) Primero. La Sala responsable incorrectamente declaró infundado el
agravio relativo a la legitimación en la causa. La parte actora en el
juicio ordinario de origen carece de legitimación activa, toda vez que
comparece a juicio por su propio derecho, a ejercitar la acción de
responsabilidad civil objetiva, reclamando el pago de la indemnización
por daño material y moral derivado de la muerte de su hermano.
Cuando en realidad debió acudir el o los herederos.
c) En relación a ello, en el artículo 2086, fracción I, del Código Civil de
Sonora se establece que existen tres hipótesis acerca de las personas
que tienen derecho a la reparación del daño provocado en una persona
que pierde la vida; a saber: 1) los herederos de la víctima y a falta de
ellos; 2) quienes hubieren dependido económicamente de la víctima; o
3) con quienes convivía familiarmente.
d) La autoridad responsable violó lo establecido en dicho numeral debido
a que la actora María Teresa no es titular del derecho que reclama, por
no contar con el reconocimiento de heredera y por no ostentarse como
tal, situación que no debió soslayar la Sala responsable; de tal suerte
que la activa procesal no cumple con la condición que le impone la ley
para acreditar la titularidad del derecho que reclama, por lo que la
autoridad responsable comete una omisión al no analizar de manera
exhaustiva y resolvieron de manera contradictoria respecto a la
postura, conducta e interés jurídico de la parte actora en el juicio
original.
e) No es obstáculo que la actora sea hermana del fallecido, pues lo que
se debe acreditar primero es la falta de herederos para que se puedan
actualizar los otros dos puestos legales. Incluso, la parte actora ni
siquiera se adjudicó como heredera potencial o legítima heredera.

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f) Segundo. La Sala responsable no tomó en consideración la confesión


expresa realizada por la actora en su propio escrito de demanda,
cuando en el hecho número dos del capítulo relativo, expuso que
“dedicándonos ambos a ayudarnos mutuamente tanto en las labores
propias del hogar como económicamente, (…)”; de lo cual se
desprende que en lo económico la accionante no dependía en su
totalidad de la víctima; de ahí que la Sala no resolvió en su totalidad la
litis de origen y, por ende, violentó los principios de congruencia,
exhaustividad, fundamentación y motivación.
g) Tercero. Contrario a lo resuelto por la autoridad responsable, la
persona que conducía el vehículo no fue oída ni vencida en juicio, por
lo que no puede condenárseles solidariamente a sus padres por
hechos de los que no formaron parte. Al respecto, si bien el artículo
2084 del Código Civil de Sonora aluden a la responsabilidad indirecta
(por hecho ajeno), debe tomarse en cuenta también lo dispuesto en los
artículos 2081, 2084, 2086, 2090, 2100 y 2112. Así, primeramente
debe determinarse la persona que directamente causó el daño, para
sólo después asignar responsabilidad solidaria a sus representantes.
h) Además, consta quien conducía el vehículo al momento del accidente
(uno de mayo de dos mil quince), si bien era menor en esa fecha, en la
actualidad resulta ser una persona mayor que adquirió esa calidad
durante el procedimiento civil de donde proviene el acto reclamado;
consecuentemente, se le debió llamar a juicio como parte de un
litisconsorcio pasivo necesario, pues se le imputa el hecho de usar un
mecanismo peligroso y, por tanto, debe ser condenado en forma
solidaria. Esto, pues la sentencia le causa un perjuicio, dado que en un
futuro podría ser sujeto de una demanda para el reembolso de los
posibles montos pagados en condena.
i) Por su parte, es criterio de los tribunales federales que si bien el
requisito de legitimación procesal se tiene cubierto con la
comparecencia a juicio de los menores de edad por medio de su
representante legal; empero, a partir de que se llega a la mayoría de
edad, ese requisito ya no puede tenerse por satisfecho de la misma
forma y debe comparecer el ahora mayor de edad. Incluso, el juez
debe advertir tal situación y en el momento que la persona adquiere la

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mayoría de edad, notificarle personalmente el estado de proceso


(equiparándose ello a un emplazamiento).
j) Cuarto. La Sala responsable desestimó incorrectamente el agravio
relativo a que el juez, sin el debido fundamento y motivación, condenó
al pago del daño moral y, a su vez, incluso siendo improcedente dicha
condena, omitió considerar todos los factores previstos en el artículo
2087 del Código Civil para el Estado de Sonora.
k) La parte actora tenía la obligación de presentar los documentos
idóneos dentro del juicio para acreditar la existencia del daño moral, ya
que solo así se hubiera realizado un pronunciamiento a fondo en
relación al origen del daño que refieren sufrir; lo cual, debió advertir
dicha Sala, bajo el principio de debido proceso y seguridad jurídica.
Citaron en apoyo las tesis de rubro: “DAÑO MORAL. LAS PARTES
PUEDEN ALLEGAR PRUEBAS AL JUZGADOR PARA ACREDITAR
UNA MAYOR O MENOR GRAVEDAD DE AQUÉL”, “ACCIÓN.
NECESIDAD DE PRECISAR LOS HECHOS EN QUE SE FUNDA” y
“DEMANDA CIVIL. LA OMISIÓN DE NARRAR LAS
CIRCUNSTANCIAS DE TIEMPO, MODO Y LUGAR DE CIERTOS
HECHOS, NO ES FACTIBLE SUBSANARLA NI DE ACREDITAR
ÉSTAS POSTERIORMENTE CON LAS PRUEBAS APORTADAS”.
l) Quinto. La Sala responsable transgredió en su perjuicio los artículos 1,
14, 16 y 17 constitucionales, en relación con los artículos 2081, 2084,
2086 y 2090 del Código Civiles (sic) para el Estado de Sonora. Del
juicio de origen se desprende que la acción que intenta la parte actora
es la de responsabilidad civil objetiva, misma que radica en que los
daños provienen de una conducta lícita, jurídica e inculpable,
consistente en aprovechar un objeto peligroso que crea riesgo de
daños; responsabilidad fincada entonces en dicho riesgo y que tiene su
apoyo en un elemento externo como lo es el riesgo creado. Por ello,
para que se produzca la obligación de reparar el daño moral se
requiere de acreditar que el daño se ocasionó y que dicho daño sea
consecuencia de ese hecho que dio lugar al riesgo creado.
m) Bajo ese tenor, se estima que la indemnización del daño moral a la que
fueron condenados resulta improcedente, pues los elementos de
ilicitud, antijuridicidad y culpabilidad no se encuentran actualizados. Es

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decir, la condena por daño moral no es procedente respecto a la


responsabilidad objetiva, pues no hay una conducta ilícita, sino
simplemente un riesgo creado. El daño moral es sólo para las
conductas ilícita. Citan en apoyo la tesis de rubro:
“RESPONSABILIDAD OBJETIVA. NO IMPLICA LA REPARACIÓN
MORAL”.
n) Además, la reparación del daño moral se encuentra a cargo de la
persona que despliega la conducta activa en el hecho dañoso, por ser
quien causó directamente el daño y a quien haga uso de mecanismos
peligrosos y cause un daño; en consecuencia, si ellos no intervinieron
de forma directa en la generación y producción del hecho dañoso,
resulta ilógico que sean condenados al pago de dicho concepto.
o) Sexto. La autoridad responsable pasa por alto lo establecido en el
artículo 2089 del Código Civil para el Estado de Sonora; por lo que en
el indebido caso de que se determine algún pago por concepto de daño
moral, debe ser aplicado dicho numeral. En la sentencia reclamada no
se tomó en cuenta.
p) Séptimo. La Sala responsable indebidamente confirmó la condena
impuesta a la demandada por el pago de $9,000 pesos hasta el año
2035, pues dicha cantidad no es acorde con lo dispuesto en el numeral
2112 del Código Civil para el Estado de Sonora; por lo que, si los
nueve mil pesos se dividen entre tres, entonces las dos terceras partes
solo suman la cantidad de seis mil pesos, lo cual dejó de considerar la
autoridad responsable y, por ende, transgredió dicho artículo, así como
los principios de congruencia, exhaustividad, fundamentación y
motivación. Esto, al no analizar la forma correcta en que debían ser
cuantificadas las pensiones mensuales a que se les condenó,
atendiendo a los escritos de demanda y contestación, a la litis del juicio
y las pruebas allegadas al mismo.

18. Sentencia de amparo. El Tribunal Colegiado declaró fundados los


conceptos de invalidez cuarto y quinto, concediendo el amparo para el
efecto de que la autoridad responsable dejara insubsistente el acto
reclamado y emitiera otro en el que, analizara de manera fundada,
motivada, congruente y exhaustivamente, el tercer agravio que le fue

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planteado en el recurso de apelación; asimismo, para que determinara la


falta de legitimación de la actora para reclamar el daño patrimonial. Esto a
la luz de las siguientes consideraciones:

a) En primer lugar, declaró infundado el argumento consistente en que,


dado que la persona que se vio involucrada en el accidente cumplió la
mayoría de edad, debía ser llamado a juicio y, en su caso, ser
condenado de forma solidaria. Para el Tribunal Colegiado, aun cuando
la persona que conducía el vehículo en la fecha del siniestro cumplió la
mayoría legal de edad durante el juicio, esa circunstancia no obliga al
juzgado de origen a llamarlo al procedimiento, toda vez que en la
demanda de origen, quienes figuran como demandados directos son
los padres del conductor que participó en el percance; lo cual implica
que el hecho generador de las obligaciones ocurrió cuando los padres,
en su carácter de ascendientes del menor, tenían la obligación de
resarcir el daño de conformidad con el artículo 2092 del Código Civil
para el Estado de Sonora.
b) Para ser necesario llamar a juicio a la persona que obtuvo la mayoría
de edad, era necesario que éste hubiera sido demandado y haya
comparecido al juicio por medio de sus representantes. Sin embargo,
consta que la demanda se planteó directamente en contra de sus
padres por hecho ajeno, conforme a la normatividad aplicable. Así, no
existe la posibilidad de que los padres, ahora que su hijo es mayor de
edad, le reclamen la subrogación de los daños: en su momento ellos
debían de responder por los hechos del menor.
c) Se citó como aplicable la tesis de rubro: “RESPONSABILIDAD CIVIL.
EL HECHO DE QUE UN MENOR HAYA COMETIDO UN ILÍCITO
CUANDO SE ENCONTRABA BAJO LA PATRIA POTESTAD DE SUS
PADRES Y, POSTERIORMENTE, ALCANZA LA MAYORÍA DE
EDAD, ELLO NO OBSTA PARA QUE EL AGRAVIADO PUEDA
DEMANDAR A ÉSTOS AQUÉLLA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
GUANAJUATO)” y señaló como inaplicable la tesis citada por los
quejosos de rubro: “PRINCIPIO DISPOSITIVO. SU ALCANCE
FRENTE AL JUZGADOR COMO DIRECTOR DEL PROCESO”.

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d) Por otro lado, se declaró inoperante el argumento en el que se


desestimó el agravio relativo a que el juez, sin el debido fundamento y
motivación, condenó al pago del daño moral omitiendo considerar que
dicha condena debía ser consecuencia de un hecho u omisión ilícito;
pues lo cierto es que los quejosos nunca realizaron esa alegación en el
escrito de agravios de apelación. En efecto, únicamente adujeron que
no se analizaron los factores o valores establecidos en el artículo 2087
del Código Civil para el Estado de Sonora; empero, nada expresaron
respecto a la procedencia de la condena por daño moral.
e) Consiguientemente, la inoperancia se actualiza porque constituye un
razonamiento novedoso no alegado. Se citó en apoyo las
jurisprudencias de rubro: “CONCEPTOS DE VIOLACIÓN
INOPERANTES EN EL JUICIO DE AMPARO DIRECTO. SON
AQUELLOS QUE ATACAN CONSIDERACIONES AJENAS A LA
LITIS CONSTITUCIONAL” y “CONCEPTOS DE VIOLACIÓN EN EL
AMPARO DIRECTO. INOPERANCIA DE LOS QUE INTRODUCEN
CUESTIONAMIENTOS NOVEDOSOS QUE NO FUERON
PLANTEADOS EN EL JUICIO NATURAL”.
f) No obstante lo anterior, en tercer lugar, se consideró como fundado el
concepto de violación consistente en que la autoridad responsable
desestimó el agravio relativo a que el juez, sin la debida
fundamentación y motivación, condenó al pago del daño moral
omitiendo considerar todos los factores previstos en el artículo 2087 del
referido Código; pues efectivamente el acto reclamado contiene la
omisión que se le atribuye.
g) Para el colegiado, la respuesta a dicho agravio carece del debido
fundamento y motivación. Para que se cumpla con dichos requisitos
debe expresarse con claridad cuáles fueron los motivos y razones por
los cuales se considera que en el caso, el juez de instancia sí hizo el
estudio respectivo y exponer, por parte de la responsable, porqué ello
resultaba correcto, tomando en cuenta que son diversos los aspectos
que deben ponderarse para tener por acreditado el monto pecuniario
justo por concepto de daño moral; así como aplicar la disposición legal
correcta.

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h) No es lo que las partes soliciten en sus escritos de demanda o


contestación, respecto del monto de indemnización por daño moral, lo
que están obligadas a demostrar o la autoridad responsable a valorar;
pues el arbitrio judicial de quien resuelve debe hacerse valer,
ponderando en cada caso particular los factores que establece el
artículo 2087 del Código Civil para el Estado de Sonora: tales como los
derechos lesionados, el grado de responsabilidad, la situación
económica del responsable y de la víctima, así como las demás
circunstancias del caso. Se citaron como aplicables las tesis de rubro:
“INDEMNIZACIÓN POR DAÑO MORAL Y RESARCIMIENTO POR
DAÑOS MATERIALES. DISTINCIÓN ENTRE SU FINALIDAD Y
CUANTIFICACIÓN” y “DAÑO MORAL. LA CUANTÍA DE LA
INDEMNIZACIÓN DEBE DETERMINARSE POR EL JUEZ,
INDEPENDIENTEMENTE DE LA CANTIDAD PEDIDA EN LA
DEMANDA”.
i) En ese tenor, el monto reclamado por la actora en nada vincula a la
autoridad responsable para resolver sobre ese aspecto, pues el arbitrio
judicial del juzgador es lo que debe permear en la fijación del monto
correspondiente. La reparación del daño moral lo que pretende es
resarcir la afectación que en sus sentimientos sufre la persona con una
cantidad monetaria. Así, para una correcta condena en contra del
demandado, debe tomarse en cuenta la capacidad económica de quien
va a recibir la indemnización; debiéndose considerar también la
situación económica del demandado.
j) Por lo tanto, si la autoridad responsable se basó en la presunción del
daño moral que recibe el familiar de la persona fallecida, en este caso
su hermana María Teresa), sin exigir que el juez de la causa realizara
una ponderación detallada de los demás aspectos previstos en el
artículo 2087, se transgreden los principios de legalidad, seguridad
jurídica e impartición de justicia; aplicándose la tesis de rubro: “DAÑO
MORAL. ASPECTOS QUE DEBEN PONDERARSE PARA
CUANTIFICAR SU MONTO”. El Tribunal de Apelación debió de
explicar de manera detallada cómo se aplicaba cada elemento previsto
legalmente para efecto de la condena por daño moral.

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k) Aunado a lo anterior, se sostiene que también resulta fundado el


argumento en el cual los quejosos alegaron que, contra lo resulto por la
autoridad responsable, tratándose del reclamo atinente al daño
patrimonial, conforme a lo establecido en el artículo 2086, fracción I,
del Código Civil para el Estado de Sonora, los legitimados para
demandar en orden preferente son los herederos de la víctima,
entendiéndose aquéllos así reconocidos en el juicio sucesorio
correspondiente.
l) Del proceso legislativo que dio origen a los capítulos “de las
obligaciones que nacen de los hechos ilícitos” y “de la responsabilidad
objetiva o riesgo creado” del Código Civil para el Estado de Sonora y
de un análisis sistemático, funcional e histórico se obtiene qué se
entiende por daño moral, quiénes están sujetos a la reparación del
daño moral y, en su caso, cuáles son las obligaciones a cargo del
responsable de producir un daño extra-patrimonial.
m) La responsabilidad civil objetiva es una acción distinta a la
responsabilidad subjetiva que no trae como consecuencia la
indemnización del daño moral. En todo caso, conlleva a que se repare
el daño causado conforme al artículo 2109 del Código Civil local; esto
es, a que sea procedente el pago de daños y perjuicios, más no a la
indemnización por reparación de daño moral, en virtud de que este
precisa de elementos y sujetos distintos (es decir, sólo puede provenir
de una conducta y derivar de un hecho ilícito, al tenor del artículo 2087
del referido código).
n) La intención del legislador sonorense fue que la indemnización del
daño moral proceda en caso de responsabilidad subjetiva (hecho ilícito)
y no cuando se trate de responsabilidad objetiva (riesgo creado), al
considerar que en el primer supuesto debe haber una reparación total,
como sanción estricta, debido a la culpa o dolo de la conducta
desplegada; mientras que en la última una reparación parcial,
compartiéndose el riesgo debido a que en la comisión del daño no
hubo actuación ilícita, sino el uso de cosas o mecanismos peligrosos.
o) Consideraciones expuestas en la tesis de jurisprudencia (derivada de
la contradicción de tesis 3/2019) del Pleno de Quinto Circuito de rubro:
“INDEMNIZACIÓN POR DAÑO MORAL. NO PROCEDE CUANDO SE

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TRATE DE RESPONSABILIDAD OBJETIVA -RIESGO CREADO-


(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE SONORA)”.
p) Precisado lo anterior, teniendo como marco jurídico para diferenciar
entre la responsabilidad civil objetiva y subjetiva que se rigen por
distintas reglas, como se dijo, asiste razón a los quejosos porque,
efectivamente, tratándose del reclamo de la reparación del daño
patrimonial derivado de la responsabilidad objetiva conforme al artículo
2113 que remite al diverso numeral 2086, fracción I, del Código Civil
para el Estado de Sonora, se advierte que se establecen distintos
sujetos que se encuentran legitimados para demandar este tipo de
daños y, en primer orden, se encuentran los herederos de la víctima;
entendiéndose éstos como aquellos así́ reconocidos en el juicio
sucesorio correspondiente, por conducto del albacea nombrado.
q) La responsable consideró en la sentencia reclamada al atender el
primer agravio planteado en la apelación, que en lo que se refiere al
daño patrimonial, la legitimación debe entenderse que a falta de
herederos de la víctima, tienen ese derecho a la pensión quienes
hubieren dependido económicamente o convivían en familia con ella.
Tal determinación es incorrecta.
r) Conforme al artículo 2086 del Código Civil, hay una determinación en
el sentido de que la indemnización por daños patrimoniales derivados
de acciones que causan la muerte de la víctima, se acordará por el
juez en favor de los herederos y hay que otorgar un peso
preponderante al texto expreso del artículo mencionado para subrayar
que son en primer orden los herederos, y no cualquier familiar, los
legitimados para reclamar la indemnización correspondiente, no
habiendo lugar para hacer una interpretación en sentido diverso.
s) En efecto, cuando se menciona en este numeral que los herederos son
los que tienen el derecho correspondiente, está claro que se refiere a
quienes así́ hayan sido declarados en el juicio sucesorio relativo y solo
a falta de éstos, podrían demandar los restantes [a), b) y c)]; lo cual
implica por principio de cuenta relatar en la demanda correspondiente
al juicio en el que se reclame la reparación del daño patrimonial, que
no existen herederos, y superado este requisito (a falta de herederos),
podrían reclamar las restantes personas, como son, a) los que hayan

15
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

dependido económicamente de la víctima, en su defecto b) aquellos de


quienes la víctima dependía económicamente o c) con quienes
convivía de manera familiar; cuanto más si se considera que en el caso
la actora en el juicio natural, no refirió́ en su demanda que la acción
intentada la deducía a falta de los herederos de la víctima, toda vez
que éstos son los legitimados, en primer término, para ejercer la acción
correspondiente.
t) Entonces, no hay otra interpretación que pueda darse a este precepto
legal, más que la que se determina que el reclamo debe ser hecho
inicialmente por los herederos y en caso de que éstos no sean
nombrados, las personas restantes, es decir, de manera alternativa
primero los herederos y después los otros; pues entender como lo hizo
la autoridad responsable, en el sentido de que están legitimados para
demandar la pensión derivada de la responsabilidad objetiva, aquellos
que dependen económicamente de la víctima o que convivieron de
manera familiar con ella, es dejar al margen la determinación especifica
de que en primer término son los herederos y solo, es decir,
únicamente a falta de éstos, pueden demandar las personas restantes
con la calidad ahí́ especificada.
u) Por ende, resulta lógico que dicha indemnización sea solicitada por
medio del albacea de la sucesión y éste es quien tiene que accionar
porque, la indemnización la reconoce la ley a los herederos, mientras
que la identidad y derechos respectivos de estos aún no han sido
determinados, no porque se trate de un derecho perteneciente al
patrimonio de la víctima.
v) Cobra aplicación la jurisprudencia emitida por la Tercera Sala de la
Suprema Corte de rubro: “RESPONSABILIDAD CIVIL OBJETIVA.
LOS HEREDEROS DE LA VÍCTIMA SON LOS LEGITIMADOS PARA
RECLAMAR LA INDEMNIZACIÓN RELATIVA. (INTERPRETACIÓN
DE LOS ARTÍCULOS 1915 Y 1836 DE LOS CÓDIGOS CIVILES
PARA EL DISTRITO FEDERAL Y EL ESTADO DE JALISCO, A
PARTIR DE SUS REFORMAS DEL DIECISÉIS DE DICIEMBRE DE
MIL NOVECIENTOS SETENTA Y CINCO Y VEINTIOCHO DE
DICIEMBRE DE MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y DOS,
RESPECTIVAMENTE)”; la que regula la reparación del daño

16
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

patrimonial resentido por una persona, no la relativa al daño moral, y


que sucede lo mismo con el referido artículo 2086, respecto a que
tendrán derecho a dicha pensión los herederos de la víctima. Por lo
que, si dicho precepto fue interpretado en la aludida jurisprudencia,
debe decirse que son los herederos en primer lugar y no cualquier
familiar, los legitimados para reclamar la indemnización por daño y
perjuicios patrimoniales.
w) Por su parte, no escapa de la atención del colegiado que la Primera
Sala de la Suprema Corte, en la ejecutoria correspondiente a la
jurisprudencia de rubro: “RESPONSABILIDAD POR DAÑO MORAL.
CUANDO LA VÍCTIMA DE UN ACTO ILÍCITO FALLECE, SU
FAMILIA TIENE LEGITIMACIÓN ACTIVA PARA RECLAMAR EL
PAGO DE LA INDEMNIZACIÓN RELATIVA, NO ASÍ SUS
HEREDEROS POR MEDIO DEL ALBACEA DE LA SUCESIÓN
(INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 1849 DEL CÓDIGO CIVIL
PARA EL ESTADO DE VERACRUZ)”, determinó que cuando la
víctima de un acto ilícito fallece y se reclama la reparación del daño
moral, es innecesario que el albacea de la sucesión reclame dicha
responsabilidad porque los familiares de la víctima están legitimados
para ello.
x) En la ejecutoria que dio lugar a dicha jurisprudencia se dejó en claro
que esto no sucede tratándose del daño patrimonial, porque la
legitimación corresponde a los herederos y no a cualquier familiar. Así,
si bien el daño moral puede ser reclamado por los familiares de la
víctima, el daño material por disposición de ley corresponde a los
herederos reclamarlo en primer orden y no a los potenciales o
probables herederos.
y) Por otro lado, tampoco se pasa por alto lo dispuesto en la tesis de
rubro “RESPONSABILIDAD CIVIL PROVENIENTE DE UN HECHO
ILÍCITO Y RESPONSABILIDAD OBJETIVA, ESTÁN LEGITIMADOS
PARA RECLAMARLA LOS PADRES DE UN MENOR FALLECIDO
QUE DEPENDÍA ECONÓMICAMENTE DE ELLOS. (LEGISLACIÓN
DEL ESTADO DE SONORA)”, en la que se dice que si bien de
acuerdo con lo establecido por los artículos 2086, fracciones I y IV,
2113, 1758 y 1785 del Código Civil para el Estado de Sonora, las

17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

acciones correspondientes a la responsabilidad civil proveniente de un


hecho ilícito y a la responsabilidad objetiva deberán ser ejercitadas por
el albacea de la sucesión, en virtud de que las indemnizaciones
correspondientes se consideran como parte de los bienes hereditarios,
debe interpretarse que conforme a los artículos 2108, 2114 y 1332,
fracción V, así como 64, fracción IV, y 38 del propio Código Civil, si
dentro de los dos años que se establecen como términos de la
prescripción para ejercer esas acciones, no se ha designado albacea,
corresponde dicho ejercicio a aquellas personas de quienes la víctima
dependía económicamente, especialmente cuando además de ser los
presuntos herederos, posteriormente son reconocidos con tal carácter
y uno de ellos es designado albacea de la sucesión.
z) Sin embargo, en el caso concreto no quedó acreditado que pudiera
haberse actualizado el supuesto de que al omitirse designar albacea en
el juicio sucesorio de la víctima y que, por ello, María Teresa,
dependiente económico y presunta heredera, pudiera ejercer la acción
de responsabilidad objetiva dentro de los dos años establecidos en los
artículos 2108, 2114, 1332, 64 y 38 del Código Civil de Sonora, a fin de
que ésta no prescribiera; puesto que en primer término, no se promovió
el juicio sucesorio y, en segundo lugar, no transcurrieron los dos años;
pues el accidente que derivó en la muerte de Francisco Javier sucedió
el uno de mayo de dos mil quince, mientras que la demanda civil de
origen fue presentada el veintitrés de junio siguiente; por ende, no se
surte el supuesto de que la actora se vio obligada a accionar como lo
hizo porque estaba por prescribir la mencionada acción de
responsabilidad.
aa) En suma, queda claro que María Teresa, como lo dicen los quejosos,
no cuenta con la legitimación para reclamar, por su propio derecho y en
calidad de hermana del fallecido, el pago del daño patrimonial
generado con motivo de la muerte del citado familiar, pues la actora no
relató en su demanda que deducía la acción respectiva ante la falta de
herederos de la víctima; esto, a fin de poder actualizar las diversas
figuras de legitimación a que se refiere el artículo 2086, fracción I, del
Código Civil para el Estado de Sonora, toda vez que por orden los
primeros legitimados, como ya se destacó́ , son los herederos.

18
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

bb) Finalmente, el colegiado advirtió que la Primera Sala resolvió la


contradicción de tesis 196/2019 de rubro: “RESPONSABILIDAD CIVIL
OBJETIVA EN CASO DE MUERTE. LOS FAMILIARES DE LA
VÍCTIMA Y NO SÓLO SUS HEREDEROS LEGALMENTE
DECLARADOS EN LA SUCESIÓN, TIENEN LEGITIMACIÓN ACTIVA
PARA RECLAMAR LA INDEMNIZACIÓN RESPECTIVA (CÓDIGOS
CIVILES DE LOS ESTADOS DE GUERRERO Y DE LA CIUDAD DE
MÉXICO) (INTERRUPCIÓN DE LA JURISPRUDENCIA 3A./J. 21/92)”.
cc) Empero, se señaló que la misma resulta inaplicable al caso pues se
interrumpió la aplicación de otra jurisprudencia que al momento de la
presentación de la demanda resultaba aplicable, lo cual implica que se
estaría transgrediendo el principio de irretroactividad previsto en el
artículo 217, último párrafo, de la Ley de Amparo. Esto, tal como se
dispone en la tesis de jurisprudencia “JURISPRUDENCIA. ALCANCE
DEL PRINCIPIO DE IRRETROACTIVIDAD DE AQUÉLLA TUTELADO
EN EL ARTÍCULO 217, PÁRRAFO ÚLTIMO, DE LA LEY DE
AMPARO”.
dd) Por último, se calificaron como inoperantes los argumentos que van
encaminados a controvertir lo atinente a que la accionante no dependía
económicamente en su totalidad de la víctima, por lo que no estaba
legitimada para reclamar el daño patrimonial, así como lo relativo a la
condena que le fue impuesta en el acto reclamado por ese concepto;
esto, al haberse resuelto que ciertamente como lo aducen, María
Teresa no tiene legitimización activa para reclamar por su propio
derecho el pago del daño patrimonial generado con motivo de la
muerte de su hermano.
ee) Como consecuencia de todo lo anterior, se decidió no realizar algún
pronunciamiento respecto a los alegatos formulados por el Ministerio
Público de la Federación, en virtud de que no se advierte cambio de
criterio a partir de su estudio.

19. Recurso de revisión. Se expusieron los siguientes agravios:

a) Aclaración inicial. Se presenta el recurso en contra de una sentencia


emitida por el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo

19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

del Quinto Circuito en el juicio de amparo **********; asunto que se


relaciona con otros dos juicios de amparo que derivaron de la misma
resolución de apelación: los amparos directos ********** y ********** del
mismo tribunal. Aclarándose que el recurso de revisión se plantea en
contra de dicha sentencia, pues en ésta se aplicaron normas
generales y jurisprudencias que son inconstitucionales o, al menos,
cuya interpretación realizada por el tribunal resulta inconstitucional. En
específico, lo relativo a lo previsto en el segundo párrafo de la fracción
I del artículo 2086 del Código Civil para el Estado de Sonora, así como
la jurisprudencia 3a./J. 21/92.
b) Esto es así, pues dichas interpretaciones violan los principios pro
actione, pro persona, perspectiva de género, acceso a la justicia,
protección judicial y el derecho a una justa indemnización reconocidos
en la Constitución Federal y en la Convención Americana sobre
Derechos Humanos. Lo que hace que el caso revista una importancia
y trascendencia mayúscula; en concreto, porque resulta contrario al
paradigma constitucional que se limite la indemnización de daño moral
y que sea exclusivamente el albacea de la sucesión quien pueda
reclamar el daño patrimonial tratándose de una responsabilidad civil
extracontractual, así como porque se aplicó en la sentencia de amparo
una jurisprudencia de la Tercera Sala de la Suprema Corte que
controvierte directamente el nuevo parámetro de regularidad
constitucional.
c) La jurisprudencia 3a./J. 21/92 perdió su vigencia, debido a que la
reforma constitucional de dos mil once en materia de derechos
humanos, entre otras tantas cuestiones, trajo consigo la incorporación
de los principios pro actione y pro persona y de los derechos humanos
de acceso a la justicia, protección judicial y justa indemnización; lo que
implica que conforme al artículo sexto transitorio de la Ley de Amparo,
dicha jurisprudencia resulta inaplicable desde el 10 de junio de 2011.
d) Inclusive, esto ya fue advertido de esta manera por el Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, al resolver el juicio que
dio lugar a la tesis de rubro: “RESPONSABILIDAD CIVIL OBJETIVA.
LOS HEREDEROS POTENCIALES DE LA VÍCTIMA ESTÁN

20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

LEGITIMADOS PARA RECLAMAR LA INDEMNIZACIÓN RELATIVA


(INAPLICABILIDAD DE LA JURISPRUDENCIA 3a./J. 21/92)”.
e) Además, dicha tesis de la Tercera Sala ya fue motivo de discusión por
la Suprema Corte en la contradicción de tesis 196/2019, que derivó en
la jurisprudencia 1a./J. 89/2019; en la que sólo faltó señalar la
inaplicabilidad de tal jurisprudencia desde la emisión de la reforma
constitucional en materia de derechos humanos. De no adoptarse
dicha postura, se estaría violentando el acceso a la justicia y la
seguridad jurídica de todas aquellas víctimas que, a partir del 10 de
junio de 2011 hasta el 9 de diciembre de 2019 (fecha en que entró en
vigor formalmente la tesis 1a./J. 89/2019), hayan interpuesto la acción
de responsabilidad civil con motivo del fallecimiento de su familiar. Es
pues inconstitucional e inconvencional que se aplique el contenido de
la tesis 3a./J. 21/92 cuando dejó de tener vigencia y aplicabilidad
desde la referida reforma constitucional.
f) Agravios. Es inconstitucional la aplicación de las normas o, al menos,
la interpretación que le dio el Tribunal Colegiado al artículo 2086,
fracción I, segundo párrafo del Código Civil para el Estado de Sonora,
así como de la citada jurisprudencia 3a./J. 21/92. Esto es así, toda vez
que su aplicación y/o interpretación es contraria a los principios pro
actione y pro persona y al derecho a la protección judicial contenido en
el artículo 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
g) El Tribunal Colegiado, al resolver la legitimación activa para demandar
el daño patrimonial derivado de la responsabilidad civil objetiva, omitió
decidir si en el caso aplicaba el derecho de acceso a la justicia,
protección judicial, y los principios pro actione y pro persona, o bien,
decidir por qué no eran aplicables al caso. La recurrente siempre
fundamentó su legitimación con base en dichos derechos y principios;
es decir, el tema de la interpretación conforme del segundo párrafo de
la fracción I del artículo 2086 del Código Civil para el Estado de
Sonora fue planteado desde la misma demanda, al señalar que se
violaban tales principios y derechos si se interpretaba que sólo podría
ser hecha valer la demanda de responsabilidad civil por el albacea de
la sucesión y no por sus familiares.

21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

h) Como se puede observar de la sentencia de amparo, el Colegiado


realizó una interpretación obsoleta e inconstitucional del artículo 2086,
fracción I, del Código Civil de Sonora, al manifestar que no hay otra
interpretación posible que pueda darse a ese precepto, mas que la que
determina que el reclamo debe ser hecho inicialmente por los
herederos y, en caso de que éstos no sean nombrados, las personas
restantes.
i) Lo anterior significa que el Tribunal entró al estudio de
constitucionalidad del referido precepto y, para poder afirmar lo
anterior sobre quiénes pueden acudir a reclamar la responsabilidad
material, confrontó tal artículo con el derecho al acceso a la justicia y
los principios pro persona y pro actione. Así, se interpretó de manera
directa la Constitución, pues se valoró que tales derechos y principios
constitucionales no tiene cabida en el segundo párrafo de la fracción I
del artículo 2086 del Código Civil para el Estado de Sonora, al no
existir otra posibilidad de interpretación.
j) Todo lo anterior es incorrecto por parte del colegiado, debido a que la
acepción “HEREDEROS DE LA VÍCTIMA” de tal precepto si permite
otra posibilidad de interpretación que le dé sentido al derecho
involucrado y al principio pro persona y, que a su vez facilite la acción,
lo que conlleva a cumplir con el principio pro actione y los derechos al
acceso a la justicia, protección judicial y justa indemnización.
k) La interpretación que debió hacer el tribunal colegiado a efecto de
darle sentido a los anteriores principios y derechos es la siguiente:
“Así, en cuanto daño patrimonial regulado en el artículo 2086 fracción
I, segundo párrafo, del Código Civil para el Estado de Sonora, la
acepción herederos, se debe interpretar con base en la calidad de
herederos potenciales que tienen los actores con base en el vínculo
de parentesco tan cercano con la víctima, sin que sea dable exigir
previamente a intentar la acción de reparación de daño patrimonial
tramitar el juicio sucesorio, con lo que, además, incurriría en inversión
de tiempo y en gastos, es decir, más daños materiales y
revictimización, en un caso en que es innegable la relación de familia,
por ende, dicha potencialidad de heredero debe bastar para tener por
acreditada la legitimación activa. Ahora bien, con independencia de lo

22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

anterior, también es dable interpretar que a falta de herederos, ya


sean nombrados o no mediante juicio sucesorio, también debe
encontrarse legitimada aquella persona y/o víctima indirecta que
acredite una relación de dependencia económica, o bien, de
convivencia familiar.
l) Lo anterior ha sido interpretado de esa manera por distintos tribunales
colegiados. Cita en apoyo las tesis de rubro: “RESPONSABILIDAD
CIVIL POR DAÑO MATERIAL Y MORAL EN CASO DE MUERTE. LA
LEGITIMACIÓN DEBE ESTABLECERSE A PARTIR DE CÍRCULOS
CONCÉNTRICOS DE AFECTO EN TORNO A LA VÍCTIMA, DE
MANERA QUE LOS MÁS PRÓXIMOS EXCLUYAN A LOS MÁS
LEJANOS”, “RESPONSABILIDAD CIVIL POR DAÑO MATERIAL EN
CASO DE MUERTE. FORMA DE ACREDITAR LA LEGITIMACIÓN
DE LOS HEREDEROS CONFORME A LOS PRINCIPIOS PRO
ACTIONE Y PRO PERSONA” y “RESPONSABILIDAD CIVIL
OBJETIVA. LEGITIMACIÓN PARA RECLAMAR INDEMNIZACIÓN
CUANDO LA VÍCTIMA FALLECE”.
m) Entonces, afirma que sí existen varias posibilidades de interpretar el
artículo en comento, conforme al principio PRO PERSONA y PRO
ACTIONE; por lo que la interpretación que le dio el tribunal colegiado
es inconstitucional, toda vez que existían al menos tres formas de
interpretar la citada norma del Código Civil (que el concepto heredero
sea declarado mediante juicio sucesorio, que sea una persona
potencialmente heredera o que, sin juicio sucesorio, se acredite esa
potencialidad de ser heredera y haber tenido con la persona fallecida
una relación de dependencia económica o convivencia familiar) y el
tribunal eligió la forma más restrictiva de hacerlo, contraviniendo los
referidos principios y violando el derecho al acceso a la justicia y el
artículo 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
n) No es obstáculo a lo anterior la jurisprudencia 3a./J.21/92, emitida por
la Tercera Sala de la Suprema Corte, toda vez que se insiste la misma
dejó de tener aplicabilidad a partir de las reformas constitucionales de
2011, que trajo consigo la reforma al artículo 1º constitucional, mismo
que adoptó el principio PRO PERSONA y PRO ACTIONE. Lo anterior,
fue corroborado por la Primera Sala de la Suprema Corte en la

23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

jurisprudencia de rubro: “responsabilidad civil objetiva. Los herederos


potenciales de la víctima están legitimados para reclamar la
indemnización relativa (inaplicabilidad de la jurisprudencia 3a./J.21/92).
o) Asimismo, sostiene que su legitimación también se fundamentó en el
hecho de haber dependido económicamente y convivido familiarmente
con la víctima, situación que dejó de lado el tribunal colegiado; por lo
que solicita se haga una interpretación conforme del segundo párrafo
de la fracción I, del artículo 2086 del Código Civil para el Estado de
Sonora, para efecto de que se le tenga por legitimada en la causa a
efecto de obtener la reparación del daño patrimonial; de igual forma,
se declare la inconstitucionalidad de la interpretación dada por el
colegiado a dicho precepto y, a su vez declare que la multi-referida
jurisprudencia de la Tercera Sala, dejó de tener aplicabilidad a partir
de la entrada en vigor de las reformas constitucionales de derechos
humanos de dos mil once.
p) Finalmente, como peticiones especiales solicita que se modifique la
resolución que tuvo por sobreseído el amparo directo **********,
sustanciado ante el mismo Tribunal Colegiado; por otro lado, señala
que al estudiar el presente recurso se tome en cuenta el criterio
aplicado en el recurso de revisión 1585/2020, en el cual se planteó la
misma problemática y toda vez que el asunto cumple con los requisitos
para ser juzgado con perspectiva de género.

VII. PROCEDENCIA DEL RECURSO

20. Tomando en cuenta los antecedentes del caso y los razonamientos


expuestos por el Tribunal Colegiado y por la recurrente, se estima que el
presente asunto actualiza los requisitos de procedencia de un amparo
directo en revisión en atención a las consideraciones que siguen.

Criterios de procedencia del recurso

21. El recurso de revisión en amparo directo se distingue por ser un medio de


impugnación extraordinario, el cual sólo es procedente cuando se cumplen
los requisitos establecidos en la Constitución Federal y en la Ley de

24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

Amparo, motivo por el cual deben ser analizados previamente al estudio de


fondo.

22. Al respecto, los requisitos de procedencia han sido interpretados y


clarificados en numerosas tesis jurisprudenciales y aisladas de esta Corte y
desarrollados normativamente por el Acuerdo General Plenario 9/2015. En
suma, se ha sostenido que las facultades de este Tribunal Constitucional
para conocer de la revisión de un amparo directo se activan cuando en la
sentencia se decida o se omita decidir (por haber sido planteado en la
demanda) sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad de una norma
general, o se establezca la interpretación directa de un precepto
constitucional o de derechos humanos establecidos en los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte. Asimismo, este
criterio formal se acompaña con uno de índole sustantivo y de valoración
por parte de esta Suprema Corte, el cual consiste en que dichos temas de
constitucionalidad entrañen un criterio de importancia y trascendencia.

23. Siendo importante mencionar, para efectos de la resolución del presente


asunto, que dicho criterio general de procedencia ha sido objeto de
importantes aclaraciones. Por ejemplo, se ha sostenido que la procedencia
del recurso se actualiza también cuando es el Tribunal Colegiado el que
realiza, motu proprio, una interpretación directa de la Constitución o un
examen de constitucionalidad de una norma general 3, así como que dentro
de las cuestiones propiamente constitucionales debe comprenderse tanto
las interpretaciones conformes4 como las interpretaciones realizadas por los
3
Criterio que se refleja en la tesis 1a./J. 63/2014 (10a.), emitida por la Primera Sala, publicada en
la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 11, Octubre de 2014,
Tomo I, página 480, de rubro: “REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. PROCEDE ESTE RECURSO
CONTRA LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO EN LA QUE, MOTU
PROPRIO, REALIZA UNA INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL, NO OBSTANTE QUE NO SE
HUBIERE PLANTEADO EN UN JUICIO DE AMPARO PREVIO UN TEMA DE
CONSTITUCIONALIDAD”.
4
Criterio que se refleja en la tesis 1a. CCCLXVIII/2013 (10a.), emitida por la Primera Sala,
publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 2, Enero de
2014, Tomo II, página 1122, de rubro y texto: “REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. DIFERENCIAS
ENTRE CUESTIONES PROPIAMENTE CONSTITUCIONALES Y SUPUESTOS DE
INTERPRETACIÓN CONFORME, PARA EFECTOS DE LA PROCEDENCIA DE AQUEL
RECURSO. El artículo 107, fracción IX, de la Constitución Federal, establece las bases procesales
del juicio de amparo y contempla la existencia del recurso de revisión en el amparo directo, cuya
procedencia se condiciona a la constatación de "cuestiones propiamente constitucionales". Así,
para determinar cuándo se está en dichos supuestos, se han utilizado criterios positivos -que
identifican su naturaleza-, así como negativos -que reconocen cuáles no lo son-; uno de estos
criterios negativos consiste en identificar su opuesto, esto es, si se trata de una cuestión de
legalidad, la que se define en términos generales como la atinente a determinar la debida
aplicación de una ley. Sin embargo, esta distinción no es categórica, al existir casos en los cuales

25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

órganos colegiados que condicionen el examen de violación de derechos


de la demanda de amparo5.

24. Igualmente, se ha dicho reiteradamente que el tema de constitucionalidad


puede ser introducido vía agravios cuando, derivado de las particularidades
del juicio de amparo, los agravios formulados en el recurso de revisión
constituyen la única vía con la que cuenta el recurrente para hacer valer
sus planteamientos de constitucionalidad; esto, ya sea porque no estaba en
aptitud de acudir al juicio de amparo en calidad de quejoso, o bien porque
estándolo, el planteamiento de constitucionalidad deriva de la resolución del
tribunal colegiado de circuito, al ser dicha sentencia el primer acto de

una cuestión de legalidad puede tornarse en una de constitucionalidad, por ejemplo, en el supuesto
de la interpretación conforme. Ahora bien, de los precedentes de esta Suprema Corte de Justicia
de la Nación, deriva una exploración progresiva para diferenciar entre una cuestión propiamente de
legalidad y una que encierre una interpretación conforme, relevante para determinar la procedencia
del recurso de revisión, pues sólo esta segunda interpretación permite su admisión. En ese sentido,
la división de categorías de legalidad en oposición a las de constitucionalidad, en términos
generales, se ha establecido de la siguiente forma: 1) se tratará de una cuestión de legalidad
cuando existan varias interpretaciones de una disposición, y ninguna de ellas tenga la
potencialidad de vulnerar la Constitución, por lo cual la opción de una modalidad interpretativa no
puede ser materia de escrutinio constitucional, y 2) se tratará de una cuestión constitucional
cuando se cuestione que la modalidad interpretativa adoptada, aunque en el ámbito de legalidad,
tiene el potencial de vulnerar la Constitución, siendo posible encontrar una intelección que la torne
compatible con ésta, por lo que la opción de una modalidad sobre otra implica pronunciarse sobre
la constitucionalidad de la norma. Por tanto, se está frente a una cuestión de legalidad cuando se
reclame que una interpretación es mejor que otra a la luz de los fines de la figura legal en cuestión
o se reclame que cierta opción es la que mejor acomoda todas las normas secundarias, pues
aunque comparte con aquélla la metodología de buscar la mayor conformidad con ciertos principios
o fines, lo relevante es que se trata, en todo caso, de una cuestión interpretativa conforme a lo
dispuesto por el legislador, pero no con lo previsto en un contenido constitucional”.
5
Criterio que se refleja en la tesis 1a. XLIX/2010, emitida por la Primera Sala, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXXI, Marzo de 2010,
página 943, de rubro y texto: “REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. DENTRO DE LAS
CUESTIONES PROPIAMENTE CONSTITUCIONALES MATERIA DE ESA INSTANCIA, DEBE
COMPRENDERSE LA INTERPRETACIÓN QUE DE LAS DISPOSICIONES IMPUGNADAS
REALIZAN LAS AUTORIDADES RESPONSABLES. Del artículo 107, fracción IX, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se advierte que la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, órgano terminal en materia de revisión de la constitucionalidad de leyes,
tiene facultades para conocer del recurso de revisión contra sentencias que los tribunales
colegiados de circuito pronuncien en amparo directo, siempre que en esa instancia subsistan
cuestiones propiamente constitucionales, las cuales no sólo comprenden los argumentos relativos
a la confrontación de la norma ordinaria con la Ley Suprema, sino también aquellos en los que la
afectación al quejoso no deriva de la norma expresamente establecida por el legislador, sino de
aquella disposición surgida de la interpretación que lleva a cabo la autoridad responsable. Esto es,
si el análisis de constitucionalidad de una ley atiende a dos premisas, por un lado, al parámetro de
control que está integrado por el sentido y alcance de la disposición fundamental cuya
transgresión se aduce y, por otro, a la disposición objeto de control que deriva de la interpretación
de la norma expresa, es innegable que entre las cuestiones materia del recurso de revisión en
amparo directo se encuentra la relativa a determinar si esa interpretación es o no contraria a la Ley
Fundamental, condicionando a ese resultado la estimación o declaratoria de constitucionalidad, o
bien, la desestimación y consecuente declaración de inconstitucionalidad de la disposición
impugnada. Por tanto, cuando se presenta un problema en el que la inconstitucionalidad
reclamada no deriva de la disposición expresa contenida en la norma jurídica combatida, sino de
la interpretación en un caso concreto, es evidente que el examen de constitucionalidad no se
ejecuta directamente sobre aquélla, sino respecto de la que emana del quehacer de las
autoridades responsables”.

26
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

aplicación de la norma combatida o la primera vez que se introduce la


interpretación constitucional que se controvierte6.

Aplicación al caso concreto

25. Partiendo de las aclaraciones anteriores, como se adelantó, se estima que


el recurso es procedente por dos razones interrelacionadas. A nuestro
juicio, por un lado, el Tribunal Colegiado, motu proprio, realizó una
interpretación directa del alcance de los derechos humanos de acceso a la
justicia y de justa indemnización y, por otro lado, apoyado en dicha
valoración constitucional, llevó a cabo una interpretación del contenido y
alcance de los artículos 2086, 2087, 2088, 2109, 2112 y 2113 del Código
Civil para el Estado de Sonora, que condicionó el examen de los conceptos
de violación y dio lugar a determinar la improcedencia de la parte actora
para reclamar los daños patrimoniales y negar la reparación del daño moral
tratándose de la responsabilidad objetiva; lo cual permite que la
interpretación constitucional emitida por el colegiado pueda ser traída a
debate en el recurso de revisión, pues la hoy recurrente detentaba el
carácter de tercero interesada y la sentencia de amparo es la primera
ocasión en que le depara perjuicio tal interpretación constitucional.

26. A mayor abundamiento, como se describió en párrafos previos, la sentencia


de apelación fue impugnada por los demandados (Sergio e Irma y por la
empresa aseguradora), así como por la parte actora. El Tribunal Colegiado,
mediante dos sentencias diferenciadas (dictadas en los juicios de amparo
********** y **********), decidió otorgar el amparo a los demandados y, por
virtud de otra sentencia, sobreseer el juicio de amparo de la parte actora
ante la revocación del fallo de apelación.

27. Las razones del Tribunal Colegiado para haber otorgado la protección
federal fue, en primer lugar, que la Sala responsable no había fundado y
motivado adecuadamente su condena de daño moral de conformidad con

6
Criterio que se refleja en la tesis 1a. XLII/2017 (10a.), emitida por la Primera Sala, publicada en la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 41, Abril de 2017, Tomo I,
página 871, de rubro: “AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN. SUPUESTO EN EL QUE LA
INTRODUCCIÓN DEL TEMA DE CONSTITUCIONALIDAD EN LOS AGRAVIOS DEL RECURSO
PUEDE DAR LUGAR POR EXCEPCIÓN A SU PROCEDENCIA”.

27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

los diferentes elementos previstos en el artículo 2087 del Código Civil para
el Estado de Sonora. Y en segundo lugar, se sostuvo que, atendiendo al
contenido e historia legislativa de los artículos 2081 a 2088 (que regulan la
responsabilidad por hecho ilícito) y de los artículos 2109 a 2114 (que
regulan la responsabilidad objetiva) del referido Código, debía determinarse
que no era posible reparar los daños morales tratándose de la
responsabilidad objetiva y que, de acuerdo a lo establecido
específicamente en el artículo 2086, fracción I, las personas legitimadas
para demandar la reparación del daño patrimonial por la muerte de una
persona son primigeniamente los herederos de la víctima y, sólo a falta de
estos, los dependientes económicamente o con quienes convivía
familiarmente.

28. Valorando holísticamente las consideraciones de la sentencia de amparo,


se advierte que el Tribunal Colegiado realizó una interpretación directa de
la Constitución: aunque no se expuso un análisis detallado de los derechos
involucrados, al momento de declararse fundados los conceptos de
violación, su decisión se fundamentó en cierto alcance de los derechos de
acceso a la justicia y justa indemnización que le permitió llegar a las
conclusiones recién detalladas. Es decir, para poder fallar la improcedencia
de la reparación del daño moral y la falta de legitimación para demandar la
reparación de los daños patrimoniales, el Tribunal Colegiado valoró de
manera sustancial que tales determinaciones se encontraban respaldadas
por la Constitución Federal; en específico, por el contenido y alcance de los
derechos de acceso a la justicia y justa indemnización. A su parecer,
implícitamente, nada de estos derechos impedía su conclusión.

29. Los Tribunales Colegiados son órganos de amparo cuya primordial función
es la salvaguarda de la Constitución. Sus sentencias parten
necesariamente de la preconcepción del contenido de los derechos
involucrados; por ello, una decisión sobre la procedencia del daño moral y
la legitimación para demandar la reparación de daños patrimoniales con
motivo de la muerte de un familiar, implica una fijación de postura sobre lo
que puede o no puede permitirse a la luz de los derechos de justa
indemnización y acceso a la justicia.

28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

30. Por su parte, atendiendo a esa misma lógica, de la sentencia de amparo


también se advierte expresamente que el Tribunal Colegiado escogió un
determinado sentido de los artículos 2086, 2087, 2088, 2109, 2112 y 2113
del Código Civil sonorense y esa fijación de contenido legal se hizo pues, a
su juicio, era la única valoración posible; por lo que se considera que, para
el órgano colegiado, esa determinación normativa era la única acorde a la
Constitución, ya que de lo contrario no se entendería cómo puede respaldar
una determinada interpretación que podría ser violatoria de derechos como
el acceso a la justicia y la reparación integral.

31. En el recurso de revisión, María Teresa alega que esas interpretaciones


sustentadas por el Tribunal Colegiado le deparan un perjuicio que se
materializa desde la sentencia de amparo, toda vez que son
interpretaciones violatorias del correcto alcance de diferentes derechos
humanos (entre ellos, el acceso a la justicia y la justa indemnización) que,
si no se revisan mediante el recurso de revisión, adquirirán la calidad de
cosa juzgada y no podrán ser modificadas por la Sala de apelación.

32. Así las cosas, se insiste, esta Primera Sala llega a la convicción que nos
encontramos ante cuestiones propiamente constitucionales porque el
Tribunal Colegiado escogió una valoración de alcance normativo de los
artículos 2086, 2087, 2088, 2109, 2122 y 2113 y, al hacerlo, realizó una
interpretación directa de la Constitución al fijar el alcance de los derechos
humanos a la justa indemnización y al acceso a la justicia. Supuestos que
actualizan la procedencia del recurso conforme a las tesis y jurisprudencia
citadas anteriormente7.

7
Sin que sea un impedimento para esta conclusión que el Tribunal Colegiado haya citado como
fundamento de su decisión la tesis de jurisprudencia PC.V. J/26 C (10a.) emitida por el Pleno del
Quinto Circuito, en la que justamente se falló que la responsabilidad civil objetiva en Sonora no
abarca la indemnización por daño moral. El texto de esta jurisprudencia es el siguiente:
“INDEMNIZACIÓN POR DAÑO MORAL. NO PROCEDE CUANDO SE TRATE DE
RESPONSABILIDAD OBJETIVA –RIESGO CREADO– (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
SONORA). De la historia legislativa del artículo 2087 del Código Civil para el Estado de Sonora, se
advierte que fue voluntad del legislador establecer la indemnización por daño moral únicamente
con motivo de un hecho u omisión ilícito, traducido en la conducta culpable de una persona que
lesiona injustamente la esfera jurídica ajena, siempre que el daño se haya producido como
consecuencia de la culpa o negligencia inexcusable de la víctima –responsabilidad civil subjetiva–,
y no cuando se ejercita la acción de responsabilidad civil objetiva (riesgo creado), que se apoya en
un elemento ajeno a la conducta, como lo es la utilización de un objeto peligroso por sí mismo”
[Tesis publicada Semanario Judicial de la Federación. Libro 72, Noviembre de 2019, Tomo II,
página 1393]. Precedente: Contradicción de tesis 3/2019. Unanimidad de seis votos.

29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

33. Ahora bien, aunado al cumplimiento de este primer paso formal, esta Corte
estima que esta materia de constitucionalidad cumple a su vez con el
criterio sustantivo de procedencia al ser un asunto que permitirá fijar un
criterio de importancia y trascendencia. Es cierto que no es la primera vez
que nos pronunciamos sobre los derechos de acceso a la justicia y justa
indemnización en relación con la responsabilidad civil.

34. No obstante, la oportunidad que nos brinda el presente asunto es


inmejorable para efectos de delinear los contornos internos de los derechos
de acceso a la justicia y justa indemnización cuando se acciona una
responsabilidad civil extracontractual objetiva y se demanda por parte de un
familiar la reparación tanto de daños patrimoniales como de daños morales
o inmateriales. Aspectos esenciales para otorgar seguridad jurídica en la
aplicabilidad de la responsabilidad civil extracontractual, pues dada la
relevancia de los derechos que se encuentran en juego en la vida de las
personas, resulta indispensable que esta Corte otorgue una respuesta
desde la Constitución y no solamente a partir de las consideraciones de los
legisladores estatales.

35. Consecuentemente, vistos conjuntamente, los temas a revisión serán:

a) ¿Cuál es el alcance del derecho a la justa indemnización en torno a


la responsabilidad extracontractual objetiva y si, a partir de tal
alcance, es posible derivar de los artículos 2109 y 2112, en relación
con los diversos 2086, 2087 y 2088 del Código Civil sonorense, que
es improcedente la reparación del daño moral tratándose de la
responsabilidad extracontractual objetiva? y
b) ¿Cuál es el contenido del derecho de acceso a la justicia y si, a partir
de tal contenido, es posible interpretar del artículo 2086, fracción I, en
relación con el artículo 2113 del referido código, que la legitimación
para demandar la reparación del daño patrimonial corresponde

Lo anterior es así, dado que esta tesis de jurisprudencia del Pleno de Circuito no es vinculante para
esta Suprema Corte y, aunque era obligatoria para el Tribunal Colegiado, el uso de un criterio
obligatorio no demerita la existencia de una cuestión de constitucionalidad en la sentencia de
amparo conforme a las reglas de procedencia de la Constitución del amparo directo en revisión.

30
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

primigeniamente a los herederos que se designen previamente


mediante juicio sucesorio?

36. No es obstáculo para esta procedencia que esta Suprema Corte haya
fallado el trece de enero de dos mil veintiuno el Amparo Directo en Revisión
1585/2020, en el que sustancialmente se trató la misma temática. Esto es
así, debido a que tal asunto no constituye jurisprudencia y, dada la reciente
reforma constitucional de once de marzo de dos mil veintiuno, la resolución
del presente asunto servirá para constituir jurisprudencia por precedente.

VIII. ESTUDIO DE FONDO

37. Como se señaló al inicio de esta ejecutoria, en contra de las sentencias que
emitió el Tribunal Colegiado en las que concedió el amparo tanto a Sergio e
Irma como a la empresa aseguradora, la actora María Teresa interpuso dos
escritos de revisión. Aunque no son idénticos los agravios en ambos
recursos, atendiendo de manera integral a la problemática inmersa desde el
juicio ordinario, la apelación y las sentencias de amparo, y advirtiendo la
causa de pedir de la hoy recurrente en el escrito de revisión que nos
ocupa, se advierte que su planteamiento radica en que la interpretación
realizada por el órgano de amparo da pie a una violación, entre otros, a los
derechos a la justa indemnización y al acceso a la justicia.

38. Para la recurrente, la interpretación que se hace de los derechos a la justa


indemnización y acceso a la justicia por parte del Tribunal Colegiado se
aparta del adecuado contenido y alcance de dichos derechos que se prevé
en la Constitución y en los tratados internacionales; lo que conlleva que,
desde su punto de vista, resulta inconstitucional la interpretación
sustentada en la sentencia de amparo (partiendo de esos derechos) de los
artículos 2086, 2087, 2088, 2109, 2112 y 2113 del Código Civil para el
Estado de Sonora (misma que permitió determinar la improcedencia de la
reparación del daño moral en la responsabilidad extracontractual objetiva y
la falta de legitimación en el juicio para demandar la reparación del daño
patrimonial como hermana del fallecido).

31
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

39. Esta Primera Sala considera parcialmente fundados estos razonamientos.


En suma, contrario a la posición del Tribunal Colegiado, el derecho a la
reparación integral o justa indemnización implica que se busque que la
persona que sufrió un daño provocado por otra persona (que no tiene la
obligación de resentir) vuelva al estado en el que se encontraba o que se
fije una indemnización por tal situación; lo cual engloba satisfacer
necesariamente cualquier tipo de daño ocasionado, sea patrimonial o
moral. Por su parte, el derecho de acceso a la justicia tiene como
consecuencia que no puedan imponerse requisitos para presentar una
acción que genere cargas desproporcionales en las personas que
pretenden acceder a los tribunales, como puede ser la necesaria
presentación de un juicio sucesorio para hacer valer una pretensión de
responsabilidad civil extracontractual cuya razón de ser no es ejercer
derechos que se transmiten mortis causa.

40. Así, para efectos de respetar el derecho humano a la reparación integral o


justa indemnización reconocido en la Constitución y en diversos tratados
internacionales, los artículos 2109 y 2112, en relación con los diversos
2086, 2087 y 2088 del Código Civil de Sonora deben interpretarse de
conformidad con la Constitución en el sentido de que la reparación derivada
de la responsabilidad extracontractual objetiva incluye la posibilidad de
exigir la reparación de los daños morales. Además, de acuerdo al correcto
alcance del derecho de acceso a la justicia, el artículo 2086, fracción I, en
relación con el artículo 2113 del referido código, también debe
interpretarse de conformidad con la Constitución a fin de entender por
“herederos” de la víctima a los familiares de éste, acotándose a las
personas que por ley estarían llamados a la sucesión legítima del de cujus.

41. Para explicar a detalle estas conclusiones, siguiendo lo fallado en el citado


Amparo Directo en Revisión 1585/20208, el presente apartado se dividirá
en dos apartados: en el primero se abordará la temática del daño moral y el

8
Fallado por esta Primera Sala el trece de enero de dos mil veintiuno por mayoría de cuatro votos
de las Ministras y los Ministros Norma Lucía Piña Hernández, quien se reserva su derecho a
formular voto concurrente, Jorge Mario Pardo Rebolledo (Ponente), Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y
Presidenta Ana Margarita Ríos Farjat. El Ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá votó en
contra, reservándose su derecho a formular voto particular. Del contenido de ese voto se advierte
que consideraba que el recurso era improcedente, pues no se trataba de la primera aplicación en
perjuicio de las normas del Código Civil sonorense.

32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

derecho a la justa indemnización (A) y, en el segundo, lo relativo al acceso


a la justicia y la legitimación para demandar la reparación del daño
patrimonial por parte de los familiares de una persona fallecida (B).

A
Derecho a una justa indemnización y la prohibición de resarcir el daño
moral causado por responsabilidad civil objetiva

42. Para dar respuesta a los agravios de la recurrente, el presente apartado se


dividirá a su vez en cuatro secciones: en la primera se desarrolla el derecho
humano a una indemnización justa y la reparación integral (A.1.); en la
segunda se aludirá a las nociones más relevantes sobre la responsabilidad
civil (A.2.); en la tercera se explicará en qué consisten los denominados
daños morales (A.3.), y en la cuarta aplicaremos tales consideraciones al
caso concreto (A.4.).

A.1.
Derecho humano a una justa indemnización o reparación integral

43. No es la primera ocasión que nos pronunciamos sobre el derecho a la


reparación integral o justa indemnización. Esta Suprema Corte cuenta con
una gran variedad de precedentes en los que hemos delimitado de manera
exhaustiva el contenido y alcance de este derecho humano.

44. En primer lugar, debe retomarse el amparo directo en revisión


5826/20159, en el que se estableció el aspecto histórico sobre la reparación
integral del daño. En éste, se indicó que desde la promulgación de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en mil novecientos
diecisiete y hasta el dos mil, no existió noción textual alguna de “reparación
del daño”; de modo que su regulación fue objeto exclusivamente de la
legislación secundaria. Sin embargo, cambió dicha situación pues:

9
Resuelto el ocho de junio de dos mil dieciséis, por unanimidad de cuatro votos de los señores
Ministros: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Norma Lucía Piña
Hernández, quien se reservó el derecho de formular voto concurrente, y Alfredo Gutiérrez Ortiz
Mena.

33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

(i) El veintiuno de septiembre de dos mil se publicó en el Diario Oficial


de la Federación (“DOF”) un decreto que introdujo en el texto del
artículo 20 constitucional un apartado B, en el que se estableció un
elenco mínimo de derechos de las víctimas u ofendidos por la
comisión de delitos, uno de los cuales era el reconocimiento de la
facultad de solicitar una reparación del daño;
(ii) El decreto publicado en el DOF el catorce de junio de dos mil dos
reformó el artículo 113 constitucional para adicionarle un segundo
párrafo, de acuerdo con el cual la responsabilidad del Estado por su
actividad administrativa irregular es objetiva y directa y da lugar al
pago de una indemnización a favor de la persona que haya
resentido el daño10;
(iii) Con motivo de la reforma constitucional en materia procesal penal
publicada en el DOF el dieciocho de junio de dos mil ocho, el
catálogo de derechos antes mencionado formó parte del apartado C
del artículo 20 constitucional e incluyó el reconocimiento, en la
fracción VII, del derecho de las víctimas u ofendidos a impugnar
determinaciones del Ministerio Público que afecten su derecho a
obtener una reparación del daño; y
(iv) El veintinueve de julio de dos mil diez se publicó en el DOF un
decreto mediante el cual se introdujo en la Constitución el
fundamento de las acciones colectivas, dejando a la legislación
secundaria la regulación de los mecanismos de reparación del daño.

45. Así, se puso de manifiesto que, en todos estos supuestos, la legislación


secundaria desarrolló el contenido de las reparaciones o de la
indemnización bajo una base eminentemente civil y con un contenido
apoyado principalmente en la teoría de las obligaciones. Empero, la
situación cambió sustancialmente a partir de la reforma constitucional en
materia de derechos humanos, publicada el diez de junio de dos mil once;
esto, toda vez que se incluyó en el tercer párrafo del artículo 1º
constitucional un catálogo con las obligaciones genéricas y los deberes
específicos del Estado mexicano en materia de derechos humanos, en el
cual se reconoció la reparación por violaciones a derechos humanos.
10
A partir de la reforma publicada en el DOF el 27 de mayo de 2015, dicho precepto pasó a ser el
último párrafo del artículo 109 constitucional.

34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

46. Para entender las implicaciones del concepto de “reparación” en el texto


constitucional, en el precedente se retomó el proceso legislativo de la
reforma y se puso de manifiesto que se valoró la “reparación de violaciones
a derechos humanos” como un derecho de las víctimas que comprende
medidas de restitución, rehabilitación, satisfacción, no repetición e
indemnización; esto, en el entendido a la luz del derecho internacional de
los derechos humanos como reparación integral del daño en casos de
violaciones a derechos humanos.

47. Por ello, luego de relatar algunos antecedentes del concepto en cuestión,
se evidenció que si bien el concepto de reparación integral surgió en el
Sistema Universal, fue en el Interamericano donde ha alcanzado su
máximo desarrollo. En ese sentido, se indicó que, en dicho Sistema, el
derecho a una reparación se desprende principalmente de los artículos 2 y
63.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y, señalado lo
anterior, se hizo un recuento histórico breve del artículo 63.1, en el que se
destacó que:

[E]l proyecto de Convención elaborado en 1959 por el Consejo Interamericano de


Jurisconsultos y los dos proyectos aportados por Uruguay y Chile en 1965,
propusieron replicar el esquema previsto en el modelo europeo. A diferencia de estas
propuestas, durante la Conferencia de San José de 1969, la delegación guatemalteca
propuso tres conceptos sobre los cuales se redactó la versión definitiva del actual
artículo 63 de la Convención Americana: (i) reparar de las consecuencias de la
violación; (ii) garantizar al lesionado en el goce de sus derechos o libertades
afectados; y (iii) pagar una indemnización11. Así, resulta evidente que las
delegaciones participantes en la aprobación del Pacto de San José
reconocieron la necesidad de consagrar un concepto de reparación que fuese
más allá de una simple indemnización.

No obstante, a pesar de que la Convención Americana se suscribió en


1969, no fue sino hasta el 10 de septiembre de 1993, con motivo de la
sentencia de reparaciones dictada en el caso Aloboetoe y otros vs.
Surinam, que la Corte Interamericana empezó el desarrollo del
concepto de reparación integral, pues en sus tres sentencias anteriores
sólo había ordenado como reparación el pago de indemnizaciones.
Esta sentencia se emitió dos meses después de la publicación del
primer informe del relator Theo van Boven. A partir de ese momento, el
tribunal interamericano ha desarrollado de manera contundente el
concepto.

11
Sergio García Ramírez, “Reparaciones de fuente internacional”, en Miguel Carbonell y Pedro
Salazar, coords., La reforma constitucional de derechos humanos: un nuevo paradigma. México,
Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM, 2011, p. 175.

35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

48. Tomando en cuenta lo anterior, se recalcó que, a partir de ese momento,


fue claro el cambio de paradigma para entender los derechos humanos y
cómo es que el reconocimiento de su función objetiva implica un
entendimiento de su transversalidad en todas las relaciones reguladas por
el derecho; lo que a su vez conlleva un necesario replanteamiento de
múltiples figuras que habían permanecido incólumes durante décadas.

49. Destacándose que el cambio inició en el propio texto constitucional con la


procedencia de la reparación en materia penal, administrativa y de acciones
colectivas, pero que también se empezó a desarrollar cuando en ciertas
materias como la civil y laboral, se detectó que podían presentarse casos
cuyo tema de fondo implicaba la violación de derechos humanos, que
debían repararse en términos del artículo 1° constitucional; de ahí que se
comenzó a revisar el alcance del nuevo concepto de reparación integral en
cada materia, tomando como base que en el fondo se trata de una violación
de derechos humanos.

50. Ahora bien, por lo que hace a esto último y respecto al ámbito civil, otro de
los precedentes más relevantes es el amparo directo en revisión
1068/201112, en el que esta Primera Sala destacó que la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha desarrollado los criterios relativos
a la naturaleza y alcances de la obligación de reparar 13 y, dentro de éstos,
el concepto de daño inmaterial y los supuestos en que corresponde
indemnizarlo14 atendiendo al daño causado.
12
Fallado el 19 de octubre de 2011, por unanimidad de cinco votos de los Señores Ministros: Jorge
Mario Pardo Rebolledo (ponente), José Ramón Cossío Díaz, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Olga
Sánchez Cordero de García Villegas y Presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
13
Cfr. Corte IDH. Caso Castañeda Gutman Vs. Estados Unidos Mexicanos. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de agosto de 2008. Serie C No. 184,
párr. 214. Caso González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 16 de noviembre de 2009. Serie C No. 205, párrs. 446 y 447.
Caso Radilla Pacheco Vs. Estados Unidos Mexicanos. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 23 de noviembre de 2009. Serie C No. 209, párr. 327. Caso
Fernández Ortega y Otros Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 30 de Agosto de 2010. Serie C No. 215, párrs. 220 y 221. Caso Rosendo Cantú y
otra Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto
de 2010. Serie C No. 216, párr. 203, y Caso Cabrera García y Montiel Flores Vs. México.
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2010.
Serie C No. 220. párr. 208 y 209.
14
Ese Tribunal ha establecido que el daño inmaterial “puede comprender tanto los sufrimientos y
las aflicciones causados a la víctima directa y a sus allegados, el menoscabo de valores muy
significativos para las personas, así como las alteraciones, de carácter no pecuniario, en las
condiciones de existencia de la víctima o su familia”. Caso Fernández Ortega y Otros Vs. México.
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de Agosto de 2010, Serie C
No. 215, párr. 289. Caso Rosendo Cantú y otra Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2010. Serie C No. 216, párr. 275 y Caso

36
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

51. Tal como se explicó en el precedente, una “justa indemnización” o


“indemnización integral” implica volver las cosas al estado en que se
encontraban, el restablecimiento de la situación anterior y, de no ser
esto posible, establecer el pago de una indemnización como
compensación por los daños ocasionados 15 al surgir el deber de
reparar16; de esa forma, la reparación debe, en la medida de lo posible,
anular todas las consecuencias del acto ilícito y restablecer la
situación que debió haber existido con toda probabilidad, si el acto no
se hubiera cometido.

52. Para justificar lo anterior, en el precedente esta Sala retomó la


interpretación realizada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos
respecto del derecho de reparación y se indicó que el daño causado es el
que determina la indemnización, y que las reparaciones consisten en
las medidas que tienden a hacer desaparecer los efectos de las
violaciones cometidas. Asimismo, que su naturaleza y su monto
dependen del nexo causal con los hechos del caso, las violaciones
declaradas, los daños acreditados, así como con las medidas solicitadas
para reparar los daños respectivos17. Las reparaciones no pueden implicar
ni enriquecimiento ni empobrecimiento para la víctima o sus sucesores18.

53. Bajo esa lógica, se aludió al documento “Lineamientos Principales para una
Política Integral de Reparaciones” aprobado por la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos el diecinueve de febrero de dos mil ocho, y se indicó
que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que la
Cabrera García y Montiel Flores Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 26 de noviembre de 2010. Serie C No. 220, párr. 255.
15
Cfr. Corte IDH. Caso González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México.
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 16 de noviembre de 2009.
Serie C No. 205. párrs.450 y 451.
16
Cfr. Corte Permanente de Justicia Internacional, caso Chorzów, PCIJ reports, Ser. A, núm 17,
1928, p.4.
17
Cfr. Corte IDH. Caso González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México. Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 16 de noviembre de 2009. Serie C No. 205. párr.447.
Caso Fernández Ortega y Otros Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 30 de Agosto de 2010, Serie C No. 215, párr. 221; Caso Rosendo Cantú y otra Vs.
México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2010.
Serie C No. 216. párr. 204, y Caso Cabrera García y Montiel Flores Vs. México. Excepción
Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2010. Serie C No.
220. párr. 209.
18
Cfr. Corte IDH. Caso González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México. Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 16 de noviembre de 2009. Serie C No. 205. párrs.450
y 451.

37
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

reparación adecuada del daño sufrido debe concretizarse mediante


medidas individuales tendientes a restituir e indemnizar.

54. Asimismo, se retomaron los principios y directrices de la Organización de


las Naciones Unidas19 en los que se establece la obligación de los Estados
de respetar, asegurar que se respeten y aplicar las normas internacionales
de derechos humanos y que hay diversos alcances como proporcionar a
las víctimas una reparación adecuada, efectiva y rápida del daño sufrido -
en lo que interesa- en las formas de restitución e indemnización.
Posteriormente, se señaló que:

 La restitución, siempre que sea posible, ha de devolver a la víctima a


la situación anterior
 La indemnización ha de concederse, de forma apropiada y
proporcional a la gravedad de la violación y a las circunstancias de
cada caso, atendiendo a: (a) el daño físico o mental, (b) la pérdida de
oportunidades, en particular las de empleo, educación y prestaciones
sociales, (c) los daños materiales y la pérdida de ingresos, incluido el
lucro cesante, (d) los perjuicios morales, y (e) los gastos de asistencia
jurídica o de expertos, medicamentos y servicios médicos y servicios
psicológicos y sociales; y
 La reparación ha de ser proporcional a la gravedad de las violaciones
y al daño sufrido.

55. En este mismo precedente, se puso especial énfasis en que la


jurisprudencia de la Corte Interamericana relativa a los alcances de la
obligación de reparación integral ha sido desarrollada atendiendo
principalmente a las violaciones de derechos humanos perpetradas por los
Estados, sus órganos o funcionarios, pero que lo anterior no significaba que
la vulneración a los derechos fundamentales de los gobernados, realizada
por particulares, estuviera permitida.

56. En ese sentido, se especificó que si se entendiera lo contrario, se haría


nugatorio el respeto a los derechos humanos de los gobernados, así como

19
El dieciséis de diciembre de dos mil cinco aprobó la Resolución 60/147.

38
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

la obligación que el artículo 1º de la Constitución Federal y los tratados


internacionales que imponen a los órganos del Estado de promover,
respetar, proteger y garantizar la eficacia de los derechos humanos. Por
ello, se consideró que al Estado le corresponde tomar las medidas
necesarias para asegurarse de que cualquier violación a los derechos
fundamentales de los gobernados, ocasionada por particulares, sea
reparada por el causante del daño.

57. Consecuentemente, se delimitó que el derecho a una indemnización


integral es un derecho sustantivo, cuya extensión debe tutelarse en
favor de los gobernados y que no debe restringirse en forma
innecesaria, salvo en función de una finalidad constitucionalmente
válida que persiga el bienestar general. De estas consideraciones surgió
el siguiente criterio:

DERECHO FUNDAMENTAL A UNA REPARACIÓN INTEGRAL O


JUSTA INDEMNIZACIÓN. SU CONCEPTO Y ALCANCE. El derecho
citado es un derecho sustantivo cuya extensión debe tutelarse en favor
de los gobernados, por lo que no debe restringirse innecesariamente.
Ahora bien, atento a los criterios emitidos por la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, el derecho a la reparación integral permite, en
la medida de lo posible, anular todas las consecuencias del acto ilícito y
restablecer la situación que debió haber existido con toda probabilidad,
si el acto no se hubiera cometido, y de no ser esto posible, procede el
pago de una indemnización justa como medida resarcitoria por los
daños ocasionados, lo cual no debe generar una ganancia a la víctima,
sino que se le otorgue un resarcimiento adecuado. En ese sentido, el
derecho moderno de daños mira a la naturaleza y extensión del daño a
las víctimas y no a los victimarios. Así, el daño causado es el que
determina la naturaleza y el monto de la indemnización, de forma que
las reparaciones no pueden implicar enriquecimiento ni
empobrecimiento para la víctima o sus sucesores; además, no se
pretende que la responsabilidad sea excesiva, ya que debe
subordinarse a requisitos cualitativos. Por otro lado, una indemnización
será excesiva cuando exceda del monto suficiente para compensar a la
víctima, sin embargo, limitar la responsabilidad fijando un techo
cuantitativo implica marginar las circunstancias concretas del caso, el
valor real de la reparación o de la salud deteriorada; esto es, una
indemnización es injusta cuando se le limita con topes o tarifas, y en
lugar de ser el Juez quien la cuantifique justa y equitativamente con
base en criterios de razonabilidad, al ser quien conoce las
particularidades del caso, es el legislador quien, arbitrariamente, fija
montos indemnizatorios, al margen del caso y de su realidad 20.

20
Tesis 1a./J. 31/2017 (10a.), emitida por la Primera Sala, publicada en la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 41, Abril de 2017, Tomo I, página 752.

39
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

58. Por su parte, complementando lo anterior y como se señaló en el citado


amparo directo en revisión 5826/2015, resulta importante resaltar que la
reparación tiene una doble dimensión: (i) por un lado se entiende como un
deber específico del Estado que forma parte de la obligación de garantizar
los derechos humanos; y (ii) por otro lado constituye un auténtico derecho
fundamental de carácter sustantivo.

59. Partiendo de esa base, en el precedente se sostuvo que el incumplimiento


a cualesquiera obligaciones necesarias para la adecuada tutela de los
derechos humanos (entendida como género), hace surgir para la parte
responsable de la violación una nueva obligación, subsidiaria, de reparar
las consecuencias de la infracción; incluso, el énfasis en la necesidad de
reparar un daño ha dejado de ponerse en el repudio de una conducta
individual considerada antijurídica, para ubicarse en el impacto
multidimensional de un hecho lesivo, incluyendo tanto el sufrimiento
de la víctima como la cadena de impactos negativos desatada por un
hecho.

60. De igual manera, se precisó que una violación a derechos humanos debe
valorarse a partir del principio de indivisibilidad porque para entender el
hecho victimizante (como la privación de la vida), no debe revisarse sólo la
gravedad del daño, sino el impacto que pudo tener en otros derechos. La
vulneración a un derecho humano suele traer la trasgresión de otros
derechos; lo cual exige que el órgano jurisdiccional identifique todas las
consecuencias del hecho generador del daño, pues sólo así pueden
identificarse las medidas que serán necesarias para reparar el daño.

61. La reparación de una violación a derechos humanos tiene como finalidad


intentar regresar las cosas al estado que guardaban antes del hecho
victimizante, lo cual exige la contención de las consecuencias
generadas y su eventual eliminación o, en caso de no ser ésta posible,
su disminución. Esto implica un enfoque simultáneo en el que se busque
la reparación de cada uno de los derechos afectados.

A.2.

40
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

Nociones sobre la responsabilidad civil

62. Ahora bien, de acuerdo a la doctrina reiterada de esta Suprema Corte,


cuando se habla de responsabilidad civil se refiere a la obligación que
tienen las personas de reparar los daños y perjuicios causados a otra, con
motivo de una acción u omisión que deriva del incumplimiento de un
contrato o de un deber de cuidado.

63. En el derecho civil se reconocen dos tipos de responsabilidad jurídica:


contractual y extracontractual. En la contradicción de tesis 93/2011 21, esta
Primera Sala expuso que tratándose de la responsabilidad contractual las
partes están vinculadas con anterioridad al hecho productor de la
responsabilidad por el acuerdo de voluntades; en cambio, en la
responsabilidad extracontractual, el vínculo nace por la realización de los
hechos dañosos. Así, la responsabilidad contractual emana de un acuerdo
de voluntades que ha sido transgredido por alguna de las partes, en tanto
que la responsabilidad extracontractual deriva del incumplimiento del deber
genérico de no afectar a terceros.

64. Por su parte, en el amparo directo en revisión 4555/201322, esta Primera


Sala señaló que la responsabilidad civil extracontractual puede ser de
naturaleza objetiva o subjetiva. Es de naturaleza subjetiva cuando deriva de
un hecho ilícito, el cual requiere para su configuración de tres elementos:
que provenga de una conducta antijurídica, culpable y dañosa23. Por el
21
Fallada el veintiséis de octubre de dos mil once, por mayoría de cuatro votos en cuanto a la
competencia, de los señores Ministros: Jorge Mario Pardo Rebolledo, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia,
Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Presidente (Ponente) Arturo Zaldívar Lelo de Larrea,
en contra del emitido por el Ministro José Ramón Cossío Díaz y por unanimidad de votos respecto
al fondo del asunto
22
Fallado el veintiséis de marzo de dos mil catorce, por unanimidad de cinco votos. El Ministro José
Ramón Cossío Díaz se reservó su derecho a formular voto concurrente.
23
Resulta aplicable la tesis: 1a. LI/2014, Décima Época, Registro: 2005532, visible en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro 3, Febrero de 2014, Tomo I, de rubro y
texto: “HECHO ILÍCITO. SU DEFINICIÓN. La doctrina ha sostenido que la configuración del hecho
ilícito requiere de tres elementos: una conducta antijurídica, culpable y dañosa. Así, se entiende
por una conducta antijurídica, aquella que es contraria a derecho, ya sea porque viole una
disposición jurídica, o el deber jurídico de respetar el derecho ajeno. Asimismo, obra con culpa o
falta quien causa un daño a otro sin derecho; dicha culpa o falta se traduce en no conducirse como
es debido, esto es, una conducta culposa es aquella proveniente de la negligencia o falta de
cuidado. Finalmente, el daño es una pérdida o menoscabo que puede ser material o
extrapatrimonial; de ahí que desde un punto de vista económico, el daño es la pérdida o
menoscabo que una persona sufre en su patrimonio, y el perjuicio es la privación de la ganancia
lícita a la que tenía derecho. Por su parte, el daño o perjuicio extrapatrimonial (también conocido
como daño moral) es la pérdida o menoscabo que sufre una persona en su integridad física o
psíquica, en sus sentimientos, afecciones, honor o reputación. En conclusión, un hecho ilícito
puede definirse como la conducta culpable de una persona que lesiona injustamente la esfera

41
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

contrario, la responsabilidad civil objetiva deriva del uso de objetos


peligrosos que crean un estado de riesgo para los demás,
independientemente de que la conducta del agente no haya sido culposa y
de que no haya obrado ilícitamente. La responsabilidad objetiva se apoya
en un elemento ajeno a la conducta, como lo es la utilización de un objeto
peligroso por sí mismo.

65. Se indicó que esta regulación tiene sus orígenes en la revolución


industrial24. Una vez que se introdujeron las máquinas en los centros de
trabajo, se empezaron a ocasionar diversos accidentes en los que los
trabajadores resultaban lesionados; sin embargo, la carga de la prueba
para el trabajador era muy difícil, pues tenía que probar la culpa de su
patrón, cuando la mayoría de los accidentes se originaban por casos
fortuitos, lo que ocasionaba que el trabajador se quedara sin una
indemnización.

66. Lo anterior dio lugar a la responsabilidad civil objetiva o por riesgo creado,
la cual busca eliminar la imputabilidad del hecho que causa daños a la
culpa de su autor. En la responsabilidad objetiva, la noción de riesgo
remplaza a la de culpa del agente como fuente de la obligación.

67. Bajo ese tenor, se precisó que para que exista responsabilidad objetiva, en
principio, sólo es necesaria la concurrencia de los siguientes elementos:

a) El uso de mecanismos, instrumentos, aparatos o sustancias


peligrosas por sí mismos, por la velocidad que desarrollen, por su
naturaleza explosiva o inflamable, por la energía de la corriente
eléctrica que conduzcan o por otras causas análogas;
b) La existencia de un daño; y
c) La causalidad entre el hecho descrito en el inciso a) y el daño
referido en el inciso b).

jurídica ajena.”
24
Borja Soriano, Manuel, “Teoría General de las Obligaciones”, Editorial Porrúa, 12ª. Edición,
México, 1991, p. 348 y siguientes.

42
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

68. Se indicó que la doctrina ha desarrollado razones diversas para justificar


que el patrimonio del agente que usa aparatos o mecanismos peligrosos
por sí mismos, sea el que responda por el daño causado, aun obrando
lícitamente, y sin culpa o negligencia de su parte. Entre otras, se citan las
siguientes:

 El agente que utiliza el mecanismo es quien se beneficia del mismo.


Por regla general, percibe algún lucro o beneficio económico;
 Por regla general, dichos aparatos son costosos, por tanto, quien los
adquiere o emplea tiene una situación más afortunada y podrá más
fácilmente sufrir la pérdida, o tiene la posibilidad, o incluso la
obligación, de asegurarse contra las consecuencias de su
responsabilidad;
 Por estar en contacto con el objeto peligroso más frecuentemente, y
conocer su forma de utilización, tiene más posibilidades de evitar el
accidente;
 Pone en riesgo a la sociedad con el uso del mecanismo, y es
aplicable el principio de solidaridad en el reparto de las pérdidas25.

A.3.
Daño moral

69. El daño moral es un tema ampliamente debatido en la academia, en el


derecho nacional y en el derecho comparado. Se ha discutido sobre su
definición, su dificultad probatoria, sus vías de prueba, su monto
indemnizatorio, entre otras tantas cuestiones. La jurisprudencia de esta
Suprema Corte no es la excepción.

70. Ya desde la Quinta Época hemos emitido criterios para delimitar el alcance
de su conceptualización o la procedencia de su indemnización en ciertos
supuestos. Sin embargo, en los últimos años, nuestra jurisprudencia ha
sido particularmente copiosa. Cada día esta Corte se enfrenta más a casos
en donde se nos solicita pronunciarnos sobre, por ejemplo, la forma en que
deben valorarse los parámetros de cuantificación, si es posible o no
25
Ibídem. Páginas 350 a 359. Rojina Villegas, Rafael, Derecho Civil Mexicano, Tomo Quinto,
Volumen II, Obligaciones, Editorial Porrúa, México, 1985, pp. 67-80.

43
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

establecer topes indemnizatorios, cómo se configura tal tipo de daño en


materias específicas como la sanitaria o en la propiedad industrial.

71. Sin ánimos de hacer una relatoría exhaustiva sobre la totalidad de nuestros
precedentes, es posible afirmar que la base de nuestra actual doctrina se
encuentra plasmada en las sentencias de los amparos directos 8/2012,
30/2013 y 31/2013, fallados respectivamente el cuatro de julio de dos mil
doce y el veintiséis de febrero de dos mil catorce. Dicha doctrina se basa en
las siguientes consideraciones.

72. Como punta de lanza en nuestra jurisprudencia, en el amparo directo


30/2013, esta Primera Sala manifestó explícitamente que en la
responsabilidad civil extracontractual se pueden causar daños
patrimoniales o denominados materiales; sin embargo, también se señaló
que existen otro tipo de afectaciones no pecuniarias a las que se les ha
otorgado derecho a la reparación: los aludidos daños morales o
inmateriales.

73. Al respecto, aunque existen diferentes corrientes de opinión en torno al


concepto de daño moral,26 se considera que nuestra tradición jurídica se
adhiere a aquella que considera que el daño moral se determina por el
carácter extra-patrimonial de la afectación; la cual puede tratarse de la
lesión a un derecho o a un simple bien o interés de carácter no pecuniario.27

26
De acuerdo a Pizarro, Ramón Daniel, Daño moral. Prevención. Reparación. Punición. El daño
moral en las diversas ramas del derecho, 2ª edición, Buenos Aires, Hammurabi, 2004, existen
diferentes concepciones del daño moral, a saber: 1. Aquellas que lo definen por exclusión del daño
patrimonial (así, el daño moral es todo daño no patrimonial). 2. Aquellas que identifican el carácter
del daño con el tipo del derecho vulnerado. 3. Aquellas que definen el daño moral como afectación
a intereses no patrimoniales, la cual puede derivar de la vulneración a un derecho patrimonial o
extrapatrimonial, y 4. Aquella que identifica el daño moral con la consecuencia de la acción que
causa el detrimento. En este último caso, el daño ya no se identifica con la sola lesión a un derecho
extrapatrimonial (visión 2), o a un interés que es presupuesto de aquél (visión 3), sino que es la
consecuencia perjudicial o menoscabo que se desprende de la aludida lesión.
27
Mazeaud, Henry, Mazeaud, León y Tunc, André, Tratado teórico práctico de la responsabilidad
civil delictual y contractual, Buenos Aires, Ejea, 1977, ts 1-I y 3-I. Savatier, René, Traité de la
responsabilité civile en droit français,2ª ed., Paris, 1951. Laloy, H., Traité practique de la
responsabilité civile, 5ª ed, París, 1955. Brebbia, Roberto H., El daño moral, Rosario, Orbir, 1967.
Acuña Anzorena, Arturo, La reparación del agravio moral en el Código Civil, LL, 16-536. Saloas,
Acdeel E., La reparación del daño moral, JA, 1942-III-47, secc. doctrina. Iribarne, Héctor P., “De la
conceptualización del daño moral como lesión a derechos extrapatrimoniales de la víctima a la
mitigación de sus penurias concretas en el ámbito de la responsabilidad civil”, en La
responsabilidad, homenaje al profesor Isidoro H. Goldenberg, Alterini, Atilio A., López Cabana,
Roberto M. (dirs.), Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1995.

44
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

74. El propio legislador ha sostenido que existen afectaciones a los


sentimientos, afectos, creencias, decoro, honor, reputación, vida privada,
configuración y aspectos físicos, o bien en la consideración que tienen los
demás sobre la persona (véase, por ejemplo, lo previsto en el artículo 1916
del Código Civil Federal, que regula el régimen del daño moral en el orden
federal). Tales intereses, si bien pueden provenir de la vulneración a
derechos no patrimoniales, no necesariamente se identifican con éstos.

75. Asimismo, la doctrina mexicana ha evidenciado que dicha postura es la


prevista en nuestro ordenamiento jurídico. Por mencionar algunos autores
que comparten tal visión, Rojina Villegas señala, por ejemplo, que el daño
moral es toda lesión sufrida por la víctima en sus valores espirituales:
honor, honra, sentimientos y afecciones, la cual admite una indemnización
equitativa.28 Borja Soriano también acepta la actualización de un daño
moral cuando se afectan, por una parte, los intereses que hieren a un
individuo en su honor, su reputación, su consideración; y, por otra parte, los
que hieren a un individuo en sus afectos.29

76. Consecuentemente, esta Primera Sala ha considerado que la


conceptualización del daño moral centra su objeto y contenido en los
intereses no patrimoniales o espirituales que pueden verse
afectados.30 De ahí que las angustias, las aflicciones, las humillaciones, el
padecimiento o el dolor constituyen daños a la moral en tanto son
afectaciones a intereses no patrimoniales. El daño moral consiste pues en
la lesión a un interés de carácter extrapatrimonial, que es a su vez
presupuesto de un derecho.31 Por ello, resulta adecuado definir al daño

28
Rojina Villegas, Rafael, “Teoría General de las obligaciones, tomo III”, en Compendio de Derecho
Civil, 21ª edición, México, Editorial Porrúa, 1998, p. 301.
29
Borja Soriano, Manuel, Teoría General de las Obligaciones,20ª edición, México, Editorial Porrúa,
2006, p.371.
30
Pizarro, Ob. Cit., p. 34.
31
Se adhieren a esta idea central, aunque con importantes matices diferenciales: De Cupis, El
daño, trad. de la 2ª edición italiana por Ángel Martínez Sarrión, Barcelona, Bosch, 1975. Alpa,
Guido, La persona. Tra cittadinanza e mercato, Milán, Feltrinelli, 1992. Perfetti, M., Prospettive di
una interpretazione dell’art. 2059 C.C., en “Rivista Trimestrale di Diritto e Procedura Civile”, 1978.
Visitine, Giovanna, il danno ingiusto, en “Rivista Crítica di Diritto Privatto”, nov. 1987. Zannoni,
Eduardo A., El daño en la responsabilidad civil, 2ª ed., Buenos Aires, Astrea, 1987. Bueres, Alberto
J., El daño moral y su conexión con las lesiones a la estética, a la sique, a la vida de relación y a la
persona en general, “Revista de Derecho Privado y Comunitario”, Santa Fe, Rubinzal-Culzoni,
1992, n°1. Vázquez Ferreyra, Roberto “Los presupuestos de la responsabilidad profesional”, en La
responsabilidades profesionales, La Plata, Platense, 1992. Stiglitz, Gabriel, Echevesti, Carlos A.,
en Responsabilidad civil, Mosset Iturraspe (dir.), Buenos Aires, Hammurabi, 1992.

45
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

moral como la lesión a un derecho o interés no patrimonial (o


espiritual) que es presupuesto de un derecho subjetivo.

77. Ahora bien, atendiendo a esa lógica, y retomando las consideraciones del
amparo directo 8/201232, es posible advertir ciertas características que cabe
la pena resaltar del daño moral, las cuales son: (i) hay tipos de daño moral
de acuerdo al interés afectado; (ii) el daño moral puede tener
consecuencias patrimoniales y extrapatrimoniales, así como consecuencias
presentes y futuras; (iii) el daño moral es independiente del daño material y
puede darse tanto por responsabilidad contractual como extracontractual, y
(iv) para ser indemnizable el daño debe ser cierto y personal, el cual debe
ser probado (pero no necesariamente a través de pruebas directas).

(i) Tipos de daño moral de acuerdo al interés afectado

78. Por lo que hace al primer aspecto, tal cual lo sostuvo explícitamente esta
Primera Sala en el Amparo Directo 8/2012, el daño moral puede clasificarse
de acuerdo al carácter del interés afectado. De modo que, en nuestro
ordenamiento jurídico se plantea una distinción del tratamiento de la
responsabilidad por daño al patrimonio moral, dependiendo de su
carácter.33 En efecto se puede sostener que el daño moral es un género el
cual a su vez se divide en tres especies; a saber: daño al honor, daños
estéticos y daños a los sentimientos.

79. El daño al honor o el daño a la parte social del patrimonio moral, como se le
conoce en la doctrina,34 se entiende como aquellas afectaciones a una
persona en su vida privada, su honor o su propia imagen. Por su parte, el
daño estético causa un daño moral al damnificado, mortificándolo, como
consecuencia de la pérdida de su normalidad y armonía corporal. 35 Por

32
Resuelto el cuatro de julio de dos mil doce, por mayoría de cuatro votos de los Ministros Jorge
Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz, Olga Sánchez Cordero de García Villegas, y
Presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (Ponente). El Ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia votó
en contra.
33
Amparo Directo 8/2012, resuelto el 4 de julio de 2012, por mayoría de cuatro votos de los
Ministros Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz, Olga Sánchez Cordero de
García Villegas, y Presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (Ponente). El Ministro Guillermo I. Ortiz
Mayagoitia votó en contra, p. 27.
34
Mazeaud Henri y Mazeaud León, Elementos de la Responsabilidad Civil. Perjuicio, Culpa y
Relación de Causalidad, Bogotá, Leyer Editorial, 2005, pp. 65-66 y Borja Soriano, Ob. Cit., p. 371.
35
Pizarro, Ob. Cit., p. 557.

46
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

último, los daños a los sentimientos o a la parte afectiva del patrimonio


moral, como se les ha denominado en la doctrina, 36 hieren a un individuo en
sus afectos. Esta especie de daño moral se encuentra regulada en el
artículo 1916 del Código Civil Federal.

(ii) Consecuencias del daño moral

80. Adicionalmente, la conceptualización de daño moral antes apuntada


permite distinguir entre el daño en sentido amplio (la lesión a un derecho o
un interés extrapatrimonial) y el daño en sentido estricto (sus
consecuencias o perjuicios). Así, una cosa sería el interés afectado (daño
moral en sentido amplio) y, otra, las consecuencias que la afectación
produce (los perjuicios causados por ese daño).

81. Así, no es exacto que la lesión a un derecho extrapatrimonial arroje


necesariamente un daño en estricto sentido de esa misma índole. “la
realidad demuestra que, por lo general, un menoscabo de aquella
naturaleza (v.gr., lesión a la integridad sicofísica de una persona) puede
generar además del daño moral, también uno de carácter patrimonial (si,
por ejemplo, repercute sobre la aptitud productiva del damnificado
produciendo una disminución de sus ingresos). Inversamente, es posible
que la lesión a derechos patrimoniales sea susceptible de causar, al mismo
tiempo, no sólo un daño patrimonial sino también de carácter moral
(incumplimiento de un contrato de transporte que frustra las vacaciones o el
viaje de luna de miel del acreedor).”37

82. Por tanto, resulta acertado calificar al daño moral como la afectación a un
derecho o interés de índole no patrimonial, el cual puede producir tanto
consecuencias extrapatrimoniales como patrimoniales. No debe
confundirse el daño en sentido amplio con las consecuencias/perjuicios que
éste puede generar, es decir, con el daño en sentido estricto, que puede
ser tanto patrimonial como extrapatrimonial.

36
Mazeaud, Ob. Cit., pp. 65-66 y Borja Soriano, Ob. Cit., p. 371
37
Pizarro, Ob. Cit. 35.

47
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

83. Ahora, por otro lado, el daño moral también tiene dos tipos de
proyecciones: presentes y futuras.38 En todas ellas el juez debe valorar no
sólo el daño actual, sino también el futuro. 39 Por ende, además del carácter
económico o extraeconómico de las consecuencias derivadas del daño
moral en sentido amplio, éstas también pueden distinguirse de acuerdo al
momento en el que se materializan.

84. Así, el daño (en sentido estricto) es actual cuando éste se encuentra ya
producido al momento de dictarse sentencia. Este daño comprende todas
las pérdidas efectivamente sufridas, tanto materiales como
extrapatrimoniales (en estas últimas entrarían los desembolsos realizados
en atención del daño). Por otra parte, el daño futuro es aquel que todavía
no se ha producido al dictarse sentencia, pero se presenta como una
previsible prolongación o agravación de un daño actual, o como un nuevo
menoscabo futuro, derivado de una situación del hecho actual. 40 Para que
el daño futuro pueda dar lugar a una reparación, “la probabilidad de que el
beneficio ocurriera debe ser real y seria, y no una mera ilusión o conjetura
de la mente del damnificado”.41

85. En síntesis, un acto puede afectar derechos o intereses patrimoniales o


extrapatrimoniales, en el segundo caso estaremos ante un daño moral.
Dicho daño en sentido amplio, tiene tanto consecuencias/perjuicios
patrimoniales como extrapatrimoniales, los cuales a su vez pueden ser
consecuencias presentes o futuras.

(iii) El daño moral es autónomo al daño material y procede por


responsabilidad contractual y extracontractual

86. Por otro lado, tal como se sostuvo en los precedentes citados al inicio de
esta sección, esta Primera Sala considera que la acción de reparación de
daño moral puede demandarse autónomamente a las reclamaciones de

38
Ibid 126. “piénsese por ejemplo en ciertos detrimentos que se proyectan en el tiempo en forma
continuada (v.gr., ceguera, pérdida de la posibilidad de caminar, impotencia sexual, etc.)”.
39
Zannoni, Ob. Cit. p. 73. “Existe pérdida de chance cuando se frustra una oportunidad de obtener
un beneficio, o de evitar un menoscabo de índole patrimonial o espiritual”.
40
Pizarro, Ob. Cit. 123.
41
Mazeaud y Tunc, Ob. Cit. p. 312.

48
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

responsabilidad donde se aleguen daños patrimoniales/materiales. En otras


palabras, no es una acción dependiente del denominado daño patrimonial.

(iv) Particularidades del daño y su prueba

87. Por último, debe destacarse que el daño moral para ser indemnizable debe
ser cierto y personal. El daño es cierto cuando cualitativamente resulta
constatable su existencia, a pesar de que no sea posible determinar su
cuantía con exactitud42; por lo que no puede tratarse de un daño moral
eventual o meramente hipotético. Consideración que no afecta la distinción
entre daños actuales y futuros. Un daño hipotético no se asimila a un daño
futuro.

88. De igual manera, el daño moral es personal, lo que quiere decir que sólo
la persona que sufre la afectación (de manera directa o indirecta) puede
reclamar su resarcimiento. El daño es directo cuando el titular del interés
afectado es la propia persona que sufre el ilícito e indirecto cuando la
afectación invocada por una persona (a su esfera extrapatrimonial) tiene su
origen en la lesión a bienes patrimoniales o extrapatrimoniales de un
tercero43 (por ejemplo, cuando una madre demanda su propio daño moral
ante la muerte de su hijo).

89. Siendo necesario abundar, tal como se hizo en los referidos amparos
directos 30/2013 y 31/2013 (páginas 87 y 88 del engrose), que, por regla
general, el daño moral debe ser probado al ser un elemento
constitutivo de la pretensión de los actores. Sin embargo, tal regla no
implica que el daño moral deba ser forzosamente probado por pruebas
directas. El daño puede acreditarse indirectamente (lo cual es lo más
común por la naturaleza de los intereses involucrados); a saber, el juez
puede inferir, a través de los hechos probados, el daño moral causado.

90. Por ejemplo, en el orden federal, el Código de Procedimientos Civiles


permite la prueba indirecta a través de las presunciones legales y humanas.
Así, como se afirmó en los referidos precedentes, existe la posibilidad de
42
Pizarro, op. cit., pp. 122-123
43
Ibidem, p. 134.

49
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

que ciertos daños morales sean presumidos ante la dificultad de probar tal
tipo de daño moral relacionado con intereses extrapatrimoniales; lo que
quiere decir que bastará probar el evento lesivo y el carácter del actor para
que opere la presunción y el daño moral se tenga por probado 44 y,
consecuentemente, será el demandado quien deberá desahogar pruebas
para revertir la presunción de la existencia del daño.

A.4.
Estudio del caso concreto

91. Dicho todo lo anterior, como se anticipó, la parte recurrente refuta la


interpretación directa que realizó el Tribunal Colegiado del derecho a la
justa indemnización y, con ello, sostiene que resulta inconstitucional la
determinación adoptada sobre los artículos 2109 y 2112, en relación con
los diversos 2086, 2087 y 2088, todos del Código Civil sonorense, por violar
precisamente el correcto alcance del derecho a la justa reparación.
Consecuentemente, señala que debe corregirse esa interpretación
constitucional y, en su caso, realizar una interpretación conforme de los
referidos artículos para contemplar que la responsabilidad extracontractual
objetiva engloba los daños morales.

92. Esta Primera Sala coincide sustancialmente con esta postura. Es


incorrecta la interpretación constitucional directa realizada en la sentencia
de amparo y, a partir de ello, inadecuada la conclusión legal sobre el daño
moral y la responsabilidad civil objetiva.

93. Para justificar lo anterior, de inicio, debe darse cuenta de los artículos más
relevantes que regulan la responsabilidad civil extracontractual en el Estado
de Sonora (negritas añadidas):

CAPITULO VI. DE LAS OBLIGACIONES QUE NACEN DE LOS


HECHOS ILÍCITOS.

Artículo 2081.- Todo hecho del hombre ejecutado con dolo, culpa,
negligencia, falta de previsión o de cuidado, que cause daño a otro,
obliga a su autor a reparar dicho daño.

44
Pizarro, Ob. Cit., p. 626.

50
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

Para los efectos de este artículo, se considera que obra con culpa el
que procede en contra de la ley o de las buenas costumbres, causando
daño a otro.

No existirá la obligación de reparar el daño, cuando se demuestre que


éste se produjo como consecuencia de culpa o negligencia
inexcusables de la víctima.

[…]

Artículo 2086.- La reparación del daño debe consistir en el


restablecimiento de la situación anterior a él, y cuando ello sea
imposible, en el pago total de los daños y perjuicios de orden
patrimonial y moral.

La valorización de tales daños y perjuicios se hará por el juez,


condenando al pago de una reparación total en los casos de daño a las
cosas.

Cuando el daño se cause a las personas y produzca la muerte o


incapacidad total, parcial o temporal para el trabajo, la indemnización
de orden patrimonial consistirá en el pago de una pensión mensual,
que se calculará en los siguientes términos:

I.- Si el daño origina la muerte de la víctima, la pensión mensual será


equivalente al sueldo o utilidad que estaba percibiendo en el último
año, conforme al promedio que resulte. Tendrán derecho a esta
pensión los herederos de la víctima, excepto el Estado; a falta de ellos,
quienes hubieren dependido económicamente de la víctima; en su
defecto aquellos de quienes ésta dependía económicamente, o con
quienes convivía familiarmente;

II.- Si no fuere posible determinar dicho sueldo o utilidad, éste se


calculará por peritos tomando en cuenta las capacidades y aptitudes de
la víctima en relación con su profesión, oficio, trabajo o índole de la
actividad a que normalmente se había dedicado. Si los peritos carecen
de bases suficientes para fundar su opinión, lo mismo que en el caso
de que la víctima no disfrutara sueldo, salario o desarrollare actividad
alguna, la pensión se calculará sobre la base del salario mínima legal;

III.- Si el daño origina una incapacidad total permanente para el trabajo,


se aplicarán las reglas anteriores para indemnizar a la víctima con una
pensión vitalicia, que se cubrirá por prestaciones mensuales cuyo
monto será regulado en los términos de las fracciones I y II;

IV.- Los interesados en el caso de muerte de la víctima, recibirán la


pensión mensual indicada en las fracciones I y II, durante el término
probable de vida que hubiere correspondido a la citada víctima, según
su edad y que determinará el juez. En el caso de que todos los
beneficiarios mueran antes de dicho término, la pensión se extinguirá
con la muerte del último. Corresponderá a la sucesión, representada
por el albacea, exigir y recibir la indemnización mencionada, o a los
beneficiarios si no hubiere albacea; si habiéndolo, éste se negare a
intentar la acción, o si hubiere concluido el juicio sucesorio; y,

V.- Si el daño originare una incapacidad temporal, bien sea total o


parcial, la indemnización será regulada atendiendo a las reglas

51
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

especificadas en las fracciones I, II y III, debiendo determinarse por


peritos el tiempo de la incapacidad y el grado de la misma, a efecto de
que el juez establezca la duración de la pensión y el monto de ella,
según que la incapacidad fuera total o parcial.

Artículo 2087.- Por daño moral se entiende la afectación que una


persona sufre en sus sentimientos, afecto, creencias, decoro,
honor, reputación, vida privada, prestigio o aspecto físico. Se
presumirá que existe daño moral cuando se vulnere o menoscabe
ilegítimamente la libertad o la integridad física o psíquica de las
personas.

En ningún caso se considerarán ofensas al honor las opiniones


desfavorables de la crítica literaria, artística, histórica, científica o
profesional. Tampoco se considerarán ofensivas las opiniones
desfavorables realizadas en cumplimiento de un deber o ejerciendo un
derecho cuando el modo de proceder o la falta de reserva no tenga un
propósito ofensivo.

Cuando un hecho u omisión ilícito produzca un daño moral, el


responsable del mismo tendrá la obligación de repararlo mediante
una indemnización en dinero, con independencia de que se haya
causado daño material.

El monto de la indemnización lo determinará el juez, tomando en


cuenta los derechos lesionados, el grado de responsabilidad, la
situación económica del responsable y la de la víctima, así como las
demás circunstancias del caso.

En el caso de que la afectación sufrida por la víctima sea en su


integridad física y la lesión que esto le origine no la imposibilite total o
parcialmente para el trabajo, el juez fijará el importe del daño moral,
tomando en cuenta, además de lo previsto en el párrafo anterior, si la
parte lesionada es o no visible, así como el sexo, edad y condiciones
de la persona.

Una vez acreditado el daño moral, a petición de la víctima y con cargo


al responsable, el juez podrá ordenar la publicación de un extracto de
la sentencia que refleje adecuadamente la naturaleza y alcance de la
misma, a través de los medios informativos que considere
convenientes. En los casos en que el daño derive de un acto que haya
tenido difusión en los medios informativos, el juez ordenará que los
mismos den publicidad al extracto de la sentencia, con la misma
relevancia que hubiere tenido la difusión original.

Sin perjuicio de lo establecido en otras disposiciones legales, estarán


sujetos a la reparación del daño moral de acuerdo a lo establecido por
este ordenamiento y, por lo tanto, las conductas descritas se
considerarán como hechos ilícitos:

I.- El que comunique a una o más personas la imputación que se hace


a otra persona física o moral, de un hecho cierto o falso, determinado o
indeterminado, que pueda causarle deshonra, descrédito, perjuicio, o
exponerlo al desprecio de alguien; y

II.- Al que ofenda el honor, ataque la vida privada o la imagen propia de


una persona.

52
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

La reproducción fiel de información no da lugar al daño moral, aun en


los casos en que la información reproducida no sea correcta y pueda
dañar el honor de alguna persona, pues no constituye una
responsabilidad para el que difunde dicha información, siempre y
cuando en dicha reproducción se cite la fuente de donde se obtuvo.

La acción de reparación del daño moral no es transmisible a terceros


por acto entre vivos y sólo pasa a los herederos de la víctima cuando
ésta haya intentado la acción en vida.

La indemnización por daño moral es independiente de la patrimonial y


se decretará aun cuando ésta no exista.

Artículo 2088.- Sumando las indemnizaciones por daño patrimonial y


por daño moral, cuando el riesgo no ocasione la muerte, pero sí
lesiones que produzcan incapacidad total o parcial permanente, podrá
cambiar el juez la pensión vitalicia en pensión temporal, por el lapso
que estime prudente y sin sobrepasar el posible importe de la vitalicia,
a fin de reeducar o readaptar a la víctima a formas de trabajo
adecuadas a los defectos que le hubiere causado el riesgo sufrido. Es
de interés público el cumplimiento de este precepto, tratándose de
menores.

[…]

CAPÍTULO VII
DE LA RESPONSABILIDAD OBJETIVA O RIESGO CREADO

Artículo 2109.- Cuando una persona utilice como poseedor originario,


derivado o simple detentador, mecanismos, instrumentos, aparatos,
cosas o substancias, peligrosos por sí mismos, por la velocidad que
desarrollen, por su naturaleza explosiva o inflamable, por la energía de
corriente eléctrica que conduzcan o por otras causas análogas, está
obligada a responder del daño que cause, aunque no obre ilícitamente
o no exista culpa de su parte, a no ser que demuestre que ese daño se
produjo por culpa o negligencia inexcusable de la víctima.

[…]

Artículo 2112.- El monto de la reparación del daño en los casos a


que se refieren los artículos de este Capítulo se fijará en las dos
terceras partes de la cantidad que resulte aplicando las bases
establecidas en el artículo 2086. Cuando el daño se cause por
empresas de servicios públicos, el monto de la reparación del daño
será la mitad del que se fija en el artículo mencionado.

94. En los artículos transcritos del Capítulo VI se establece: la definición de


responsabilidad civil subjetiva, culpa y la excepción a la regla general en
este caso (artículo 2081); la fijación de lo que consiste la reparación del
daño, que en un principio se ve la restitución y si no es posible la
compensación; la forma en que se debe calcular una pensión mensual
cuando el daño produce la muerte o la incapacidad total o parcial para el

53
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

trabajo, así como las personas que tienen derecho a reclamar dicha
pensión en caso de muerte y el momento en que se extingue ésta (artículo
2086); la definición de daño moral, las excepciones, quién tiene obligación
de repararlo, cómo se calcula la indemnización, el daño moral causado por
ejercicio de las libertades de expresión e información, la restricción de
transmisión y la autonomía de la indemnización por daño moral (artículo
2087); la temporalidad de las indemnizaciones por daño material y moral en
caso de incapacidad total o parcial permanente (artículo 2088).

95. Por lo que hace a las normas del Capítulo VII, se prevé cuándo se debe
responder por riesgo creado y la excepción (artículo 2109); la fijación del
monto de la reparación tomando en cuenta las bases establecidas en
el artículo 2086, y el caso específico de empresas de servicios públicos
(artículo 2112).

96. Atendiendo a estos contenidos y a los conceptos de violación de la


demanda de amparo, el Tribunal Colegiado afirmó lo siguiente:

 La responsabilidad civil objetiva debe repararse tomando en cuenta el


artículo 2109, en el entendido que implica elementos y sujetos que son
diferentes a los que se prevén en el artículo 2087; este último
establece que el daño moral existe cuando un hecho u omisión ilícitos
ocurren, lo que contradice la configuración de la responsabilidad civil
objetiva.
 De conformidad con el proceso legislativo, se destaca que el legislador
excluyó el daño moral para el caso de responsabilidad civil objetiva. Lo
anterior, ya que en el caso de responsabilidad civil subjetiva, debe
haber una reparación total que incluya aspectos patrimoniales y
extrapatrimoniales; en cambio, para el caso de la responsabilidad
objetiva, debe haber una reparación parcial en la que se comparte el
riesgo, puesto que en la comisión del daño no hubo una conducta
ilícita.
 La remisión del artículo 2112 al diverso 2086 no tiene el alcance de
hacer procedente el pago de la indemnización por daño moral en caso

54
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

de responsabilidad civil objetiva; simplemente, la remisión se hace para


las bases de cuantificación del daño patrimonial.
 El hecho que el artículo 2088 tuviera el vocablo “riesgo”, no puede
asociarse con la responsabilidad civil objetiva porque contraviene la
voluntad del legislador.

97. Siendo un elemento importante para la toma de su decisión el proceso


legislativo del Congreso Local que dio origen a la redacción actual del
Código; especialmente, en la parte que se alude a los artículos 2086 y
2087:

El artículo 2081 amplía el concepto restringido que sobre hechos


ilícitos proporciona el Código del Distrito, ya que no basta decir que
tales hechos son los que se ejecutan en contra de la ley o de las
buenas costumbres, sino que es preciso incluir en general a los que se
realizan con dolo, culpa, negligencia, falta de previsión o de cuidado,
por virtud de los cuales se cause daño a otro.

Se reglamentan en capítulos diversos las obligaciones nacidas de


hechos ilícitos y de responsabilidad objetiva, ya que en este último
caso se parte de la hipótesis de que no existe dolo o culpa,
fundándose la obligación de reparar el daño en el uso de cosas
peligrosas.

En el artículo 2086 se fijan reglas para cuantificar la indemnización,


distinguiéndose la reparación total en el caso de daño a las cosas y la
compensatoria o por equivalente, cuando se lesione a las personas.

Para el caso de muerte de la víctima, o en la hipótesis de incapacidad


de la misma para el trabajo, se establecieron bases que logran, dentro
de lo posible, la compensación adecuada. En esta materia se
consideró que el criterio seguido por el Código del Distrito, en su
reforma al artículo 1915, es inadecuado y contrario a la equidad;
pues además de que se equiparan desde el punto de vista de la
indemnización los casos de responsabilidad objetiva y de
responsabilidad por hechos ilícitos, lo cual es jurídicamente
injustificado, se establecen reparaciones extremadamente
reducidas, siguiendo las normas de la Ley Federal del Trabajo,
sin tomar en cuenta de que se trata de situaciones jurídicas
totalmente distintas. Además, se olvida que en el caso de hecho
ilícito, debe haber una reparación total, como sanción estricta,
debido a la culpa o dolo.

En cambio, en el caso de responsabilidad objetiva, la reparación


debe ser parcial, compartiéndose el riesgo; supuesto que se parte
de la base de que en la comisión del daño no hubo actuación
ilícita, sino simplemente el empleo de cosas o mecanismos
peligrosos, que, a la vez, debe distinguirse el caso de las empresas o
particulares que prestan servicios de utilidad general, empleando tales
cosas o mecanismos, de aquel otro en que no existe ese beneficio

55
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

colectivo, para establecer una mayor responsabilidad en esta última


hipótesis.

Se resuelve, asimismo, quién tiene derecho a reclamar la reparación


del daño en el caso de muerte de la víctima, a cuyo efecto se concede
esta acción a los herederos de la misma, exceptuando al Estado, y a
falta de ello a los que hubieren dependido económicamente de la
víctima. En defecto de uno y otros, a aquellos de quienes la misma
dependía o con quienes convivía familiarmente. Las razones que
fundan tales reglas son las siguientes: existiendo herederos, éstos
deben ser preferidos por ser tal solución la más adecuada conforme a
nuestro sistema hereditario, y porque, además, se trata de una
indemnización de carácter patrimonial transmisible por herencia,
aunque la víctima muera instantáneamente, dado que desde el punto
de vista jurídico siempre es posible distinguir entre la lesión mortal que
se infiera en vida del sujeto y la consecuencia o efecto que produce la
misma muerte. Como la reparación se establece en atención al daño
causado, el cual se infiere en vida de la víctima basta un instante para
considerar que el derecho a la indemnización entró a su patrimonio y,
por consiguiente, que fue [sic] objeto de transmisión hereditaria, y aun
cuando es cierto que la reparación se determina tomando en cuenta la
muerte de la víctima, no debe olvidarse que el derecho de ésta
comprende no sólo los daños causados por la lesión, sino aquellos
otros que necesariamente deben causarse como consecuencia directa
e inmediata de la misma. Es decir, el ofendido tiene en el momento
preciso en que recibe la lesión mortal, el derecho no sólo de reclamar
el daño causado por esa lesión, sino el que necesariamente va a
sobrevenir y, por tanto, transmite a sus herederos la acción
correspondiente.

A falta de herederos, se otorga el derecho a los que dependían


económicamente de la víctima, por razones de equidad. Se excluye al
Estado por el mismo motivo, pues de lo contrario éste sería llamado a
suceder, lo que evidentemente sería ajeno al fin de reparación del
daño.”

El criterio de la dependencia económica no debe prevalecer en el


derecho civil sobre el sistema hereditario, pues en verdad tal
dependencia es un simple hecho que hasta ahora no se ha reconocido
como fuente de obligaciones y derechos ni, menos un, como causa de
transmisión de los mismos a título universal o particular.

Se estableció que el que cause un daño, aun cuando se trate de


incapaces o de irresponsables, debe repararlo, pues no es justo que él
sufra las consecuencias del acto de otro, solamente porque éste al
obrar no incurrió en responsabilidad por falta de discernimiento. Por lo
que atañe a los empleados públicos, se les impuso al Estado la
obligación subsidiaria de responder de los daños por ellos causados
en el ejercicio de sus funciones.

También en esta materia se hizo aplicación de la doctrina del no


abuso del derecho, estableciéndose que cuando al ejercitar un
derecho se causa daño a otro hay obligación de indemnizarlo, si se
demuestra que el derecho sólo se ejercitó a fin de causar el daño, sin
utilidad para el titular del derecho.

56
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

98. En síntesis, atendiendo al texto, a su sistematicidad y al proceso legislativo


de los artículos 2109 y 2112, en relación con los diversos 2086, 2087 y
2088, el Tribunal Colegiado escogió un determinado sentido normativo de
dichos preceptos consistente en que las víctimas o perjudicados de un
evento de responsabilidad civil objetiva sólo tienen la posibilidad de
reclamar la indemnización por daño patrimonial, no así por daño moral; lo
anterior, toda vez que ésta sólo es procedente para casos de
responsabilidad civil subjetiva al estar presente un hecho ilícito.

99. Sin que el derecho a la justa indemnización fuera un impedimento para


adoptar tal determinación. A su juicio, las víctimas o perjudicados,
independientemente del daño moral que hayan sufrido, únicamente tienen
el derecho a reclamar el que se haya causado en lo patrimonial por ser
lícita la actividad y porque entonces se tiene que compartir el daño.

100. Siendo importante aclarar que, se dice que se “escogió” dicho alcance
normativo, pues del texto de esas normas no existe dicha limitación de
manera expresa, pero para el colegiado era la única determinación
normativa posible conforme a sus pautas interpretativas. Es decir, la
restricción del daño moral fue producto de la interpretación (funcional,
sistemática y teleológica) realizada por el Tribunal, la cual se basó en que
la regulación del daño moral se encuentra en el capítulo de la
responsabilidad de los hechos ilícitos y que el legislador tuvo como objetivo
que en la responsabilidad objetiva se compartiera el riesgo al no concurrir
una actividad ilícita45.

101. Ahora, como se adelantó, la pregunta relevante que presenta este caso es
si esa decisión del Tribunal Colegiado realmente es acorde a la
Constitución; en concreto, si su determinación más bien se apartó o no del
contenido del derecho humano a la justa indemnización o reparación

45
Tan fue una determinación que escogió el Tribunal, que atendiendo al texto de las normas y al
proceso legislativo, existe la posibilidad incluso semántica y sistemática de haber adoptado otra
posición. De la parte del proceso legislativo que refirió el Tribunal no hay una referencia explícita
sobre que la limitación a la indemnización en la responsabilidad objetiva obedece a excluir el daño
moral. Por el contrario, bien pudo afirmarse que lo detallado por el legislador buscaba más bien
una limitación al monto de la indemnización que pudiera resultar de ese régimen de
responsabilidad objetiva (indemnización parcial, pero compuesta por daños patrimoniales y
morales), tal como el Congreso lo detalló en el diverso artículo 2112, no así al tipo de daño a ser
satisfecho.

57
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

integral. Nuestra respuesta es contraria a la adoptada en la sentencia


de amparo: las interpretaciones sustentadas por el Tribunal Colegiado
contradicen los alcances de nuestra jurisprudencia en materia de justa
indemnización.

102. Al respecto, en principio, cabe señalar que la decisión que tomó el Tribunal
Colegiado no es una postura carente de ejemplos en otras latitudes. En el
derecho comparado han existido sistemas jurídicos precursores de la
responsabilidad civil extracontractual que han excluido el daño moral del
régimen de responsabilidad objetiva. A saber, previo a una importante
reforma en dos mil dos, el Código Civil alemán (§§ 832 y ss. BGB) tendía a
excluir la indemnización del daño moral en la responsabilidad objetiva46.

103. No obstante lo anterior, contrario a la posición que implicó el Tribunal


Colegiado, esta Primera Sala quiere ser enfática en que el derecho a la
justa indemnización o reparación integral, tal como se encuentra
reconocido en nuestro ordenamiento constitucional, no permite limitar
de manera generalizada y de antemano las tipologías de daños que
pueden repararse como consecuencia de la actividad de otra persona.

104. El derecho humano reconocido en la Constitución a una justa


indemnización implica volver las cosas al estado en que se
encontraban (el restablecimiento de la situación anterior) y, de no ser
posible, establecer una indemnización como compensación por los daños
ocasionados; asimismo, la reparación debe, en la medida de lo posible,
anular todas las consecuencias de la fuente del daño y restablecer la
situación que debió haber existido con toda probabilidad si el acto no
hubiera acontecido.

105. Con la reforma del artículo 1° de la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos y el reconocimiento del derecho a una justa
indemnización en toda su dimensión, los principios y objetivos de ésta
46
Situación que cambió con la reforma que entró en vigor el primero de agosto de dos mil dos, en
la que se reconoce con carácter general la indemnización del daño moral derivado de una lesión
corporal, a la salud, a la libertad o autodeterminación sexual, sin distinguir entre regímenes de
responsabilidad por culpa u objetiva. Para mayor explicación sobre distintos ordenamientos donde
se limita el daño moral, véase, Martín Casals, Miquel y Solé Feliú, Josep, “Capítulo 31. El Daño
Moral”, en Derecho Privado Europeo, Constitución y Leyes-CODEX, 2003, pp. 859 y 860.

58
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

permean en el ordenamiento mexicano, incluido el aspecto civil y la relación


entre particulares (los derechos humanos irradian en la relación entre
particulares). Así, es sustancial comprender que en atención al derecho de
reparación, el daño causado es el que determina la indemnización y que
las reparaciones son las medidas que tienden a hacer desaparecer los
efectos de las violaciones cometidas. No son los tipos de regímenes de
responsabilidad los que necesariamente condicionan los daños que se
pueden sufrir.

106. Sobre estos aspectos, no se pasa por alto la inquietud (jurisprudencial


comparada o doctrinaria) consistente en que la responsabilidad
extracontractual objetiva regula conductas inherentemente lícitas, pero
riesgosas; por lo cual, se dice, es debatible que tenga que repararse todo
tipo de daños cuando el propio ordenamiento jurídico permite dicha
actividad y no se violó ningún deber de cuidado47.

107. Al respecto, en primer lugar, debe señalarse que no toda conducta riesgosa
regulada mediante la responsabilidad civil objetiva cumple con deberes de
cuidado. Por ejemplo, en Sonora, conducir un automóvil a una alta
velocidad en desatención de las normas de tránsito, implica también la
violación de un deber de cuidado; sólo que el legislador decidió abarcar tal
supuesto mediante la responsabilidad objetiva.

108. Por otro lado, el que la responsabilidad objetiva abarque en algunas


ocasiones a conductas inherentemente lícitas, no tiene como resultado
necesario que las consecuencias que surgen de la interacción de personas
que se ven involucradas en esas conductas sean irrelevantes para el
ordenamiento jurídico. Algunas de esas consecuencias pueden ser
negativas para una de las partes que la sufre, por lo que para esta Primera
Sala esa persona no tiene el deber de soportar dicha afectación (causada

47
Esta propia posición es debatida en la doctrina. Algunos autores han considerado que la
responsabilidad objetiva es una mera extensión de la culpa (Weinrib, Ernest, The idea of Private
Law, Harvard University Press, 1995, Cambridge, pp. 188-190) o que más bien la culpa es el factor
de atribución principal de toda responsabilidad civil y la responsabilidad objetiva una excepción
justificada (Orgaz, Alfredo, La culpa (actos ilícitos), Lerner, Córdoba, 1970, pp. 27-28). Incluso,
también se ha dicho que toda responsabilidad es objetiva y que la culpa es una forma particular de
causación (Epstein, Richard, “A Theory of Strict Liability”, en Journal of Legal Studies, num. 2, pp
151-204). Visiones que no han sido respaldadas en México por las diferentes legislaciones que
regulan la responsabilidad objetiva.

59
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

por la actividad riesgosa) cuando la misma es injustificada, por más lícita


que sea la actividad del dañador.

109. Existe pues en nuestro ordenamiento jurídico el deber de no dañar y el


correlativo derecho a no ser dañado, así como el derecho a ser
compensado por los perjuicios causados y el deber de reparar los perjuicios
que se causen48; derechos y deberes que son aplicables tanto para el
régimen de la responsabilidad civil subjetiva como la objetiva.

110. Sin que estos deberes o derechos sean absolutos. Se insiste, sólo surgen
cuando la afectación que sufre una persona es injustificada, y ese supuesto
se actualiza cuando la persona afectada sufrió una violación (conforme a
las reglas y principios del ordenamiento jurídico para que se dé esa
violación) de cierto derecho humano (como, por ejemplo, el de propiedad,
vida, salud, integridad física o emocional, etc.) por conductas dolosas, no
diligentes a partir de un determinado deber de cuidado o por conductas
inherentemente riesgosas reguladas por el legislador.

111. El fundamento axiológico de esos derechos y deberes de indemnidad es


justo la protección de ciertos derechos humanos (propiedad, vida, salud,
integridad física o emocional, etc.), en correlación con el derecho humano a
la reparación integral. Como destacamos, el derecho a la reparación
integral es un auténtico derecho fundamental de carácter sustantivo, que
debe valorarse a partir del principio de indivisibilidad respecto a otros
derechos humanos.

112. A nuestro juicio, conforme a nuestro modelo constitucional que irradia


incluso las conductas entre los particulares, la necesidad de reparar un
daño ha dejado de ponerse en el repudio de una conducta individual
considerada antijurídica, para ubicarse en el impacto multidimensional de
un hecho lesivo, incluyendo tanto el sufrimiento de la víctima como la
cadena de impactos negativos desatada por un hecho. La reparación
intenta regresar las cosas al estado que guardaban antes del hecho

48
Sobre la importante discusión doctrinaria sobre la existencia o no de derechos y deberes de no
dañar y de ser compensado, véase, entre otros, Papayannis, Diego M., Comprensión y justificación
de la responsabilidad extracontractual, Marcial Pons, Madrid, 2014, p. 317 y ss.

60
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

victimizante, lo cual exige la contención de las consecuencias generadas y


su eventual eliminación o, en caso de no ser ésta posible, su disminución.
Esto implica un enfoque simultáneo en el que se busque la reparación de
cada uno de los derechos afectados.

113. Por ello, tratándose de la regulación de conductas mediante el régimen de


responsabilidad objetiva, por más lícita que pueda ser una conducta, si una
persona ejerciendo su plan de vida llevó a cabo una actividad riesgosa, no
puede esperar que la persona que se vio afectada por esa actividad sea
quien solvente los perjuicios materiales o los inmateriales que esa conducta
causó (se aceptaría con ello que una persona puede ser instrumento de
otra). Al final de cuentas, el afectado por la conducta de otro fue el que vio
disminuido de manera injustificada el goce/ejercicio de sus derechos a la
propiedad, vida, salud, integridad física o emocional, etcétera.

114. Sin que lo anterior signifique, se reitera, que toda y cada una de las
consecuencias de una conducta de una persona frente a otra deba ser
reparada civilmente. Eso haría la vida prácticamente inviable. Solo ciertas
afectaciones son relevantes para el ordenamiento en atención a la
importancia y grado de afectación del derecho o interés jurídicamente
protegido; lo cual, es especialmente trascendente tratándose del daño
moral, pues aunque cada persona tiene una autoridad epistémica exclusiva
respecto a su dolor o emociones, no toda molestia o incomodidad en torno
a los sentimientos, emociones o honor será relevante para el ordenamiento
jurídico a efectos de exigirse su reparación.

115. Con esto se evita caer en una tautología. El derecho humano a la justa
indemnización conlleva precisamente una reparación integral del daño;
pero sólo de aquel daño resarcible; el cual dependerá de la valoración que
se haga de la existencia de un derecho o interés jurídicamente protegido y
de los perjuicios patrimoniales o extrapatrimoniales que efectivamente se
causen.

116. Así las cosas, en resumen, para esta Primera Sala, la elección por parte del
legislador de un régimen de responsabilidad civil extracontractual no puede

61
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

condicionar de antemano el tipo de daños que pueden ser reclamados


ni los tipos de perjuicios a incluir, bajo una idea preconcebida de lo
que debe o puede repararse según dicho sistema. Eso sería darle
mayor importancia al sistema de responsabilidad civil como institución
jurídica que a los derechos involucrados. Más bien, no puede perderse de
vista que lo que busca la implementación de un régimen de responsabilidad
civil extracontractual (basado en la culpa o en la denominada
responsabilidad estricta -responsabilidad objetiva-) es respetar y proteger
los derechos humanos de las personas, haciendo valer sus respectivos
derechos y deberes a no ser dañado y a no dañar y a ser reparado o a
reparar integralmente.

117. Consecuentemente, mas que la especificación de los tipos de daños que se


pueden reclamar, la selección de un determinado régimen de
responsabilidad tiene como uno de sus principales objetivos idear las
condiciones idóneas para que se respeten y protejan los diferentes
derechos de las personas. Por ejemplo, distinguiendo las actividades
riesgosas que, por su propia naturaleza, se considera que pueden poner en
entredicho los derechos de las personas (como la propiedad, vida, salud o
integridad física o emocional, etc.), de aquellas conductas que al no
detentar esas características requieren de un aspecto subjetivo que obligue
a dicha persona a respetar el derecho de otra persona a no ser dañada y a,
en su caso, a reparar el daño que causó de manera injustificada, a fin de
salvaguardar los derechos humanos que se vieron trastocados.

118. Incluso, y esto es un debate en la doctrina contemporánea, esa selección


de régimen tiene implicaciones que no se ven a primera vista: como cuál es
el nivel de precauciones que deben entonces tomar todas las personas
para no dañar o para no sufrir un daño (ese nivel de precaución varía si se
trata de responsabilidad subjetiva u objetiva); o cuál es el mejor régimen
para efectos de que cierto grupo pueda hacer valer de manera efectiva sus
derechos que fueron injustificadamente transgredidos y, por ende, su
derecho a la reparación integral49.
49
Las reglas de responsabilidad civil distribuyen la forma de ejercer derechos; en particular, las
reglas procesales o las reglas que establecen requisitos para interponer una acción. Por ende, la
doctrina ha mencionado que cuando existe información asimétrica, un régimen de responsabilidad
objetiva es mucho más ventajoso procesalmente que uno basado en la culpa; por lo que la

62
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

119. Debiéndose resaltar que todo lo anterior no significa que el derecho a la


justa indemnización o reparación integral, como derecho sustantivo, no
pueda ser regulado por el legislador o, incluso, que dicha regulación tenga
cierto carácter restrictivo. Como lo hemos afirmado reiteradamente: ningún
derecho humano es absoluto; por lo que, inclusive, se ha discutido si
partiendo de la premisa de que inicialmente debe repararse todo tipo de
daño (sea patrimonial o moral), cabría o no entonces una regulación, por
ejemplo, del quantum de la respectiva indemnización dependiendo si se
trata de responsabilidad civil subjetiva u objetiva o la manera en que debe
ser satisfecha la indemnización que corresponda. Regulaciones que, en su
caso, al poderse valorar como una restricción al derecho de acceso a la
justicia, deben sujetarse al test de proporcionalidad, para verificar su
finalidad, idoneidad, necesidad y proporcionalidad en sentido estricto50.

120. Ahora bien, en atención a lo recién expuesto, se advierte claramente lo


alejado de la interpretación que realizó el Tribunal Colegiado respecto
al contenido y alcance del derecho a la reparación integral y, por ende,
porqué resulta incorrecta la determinación que se tomó sobre el daño moral
en el caso concreto. En particular, es posible apreciar que los citados
artículos 2109 y 2112, en relación con los diversos 2086, 2087 y 2088 del
Código Civil para el Estado de Sonora admiten, al menos, dos
interpretaciones posibles:

a) La primera radica en que la responsabilidad objetiva, al ser un


régimen de responsabilidad por actividades lícitas pero riesgosas, no
doctrina ha sostenido que este debe utilizarse cuando la mayoría de los posibles afectados está en
una situación de clara desventaja frente al dañador. Para un estudio exhaustivo sobre esta
interesante discusión, véase, Keren-Paz, Tsachi, Derecho de daños, igualdad y justicia distributiva,
Marcial Pons, Madrid, 2016.
50
Esta Primera Sala cuenta con una gran diversidad de precedentes en donde se ha explicado y
aplicado dicho estándar. En concreto, el criterio se refleja en las tesis CCLXIII/2016 (10a.),
CCLXV/2016 (10a.), 1a. CCLXVIII/2016 (10a.), 1a. CCLXX/2016 (10a.) y 1a. CCLXXII/2016 (10a.),
emitidas por la Primera Sala, publicadas en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación,
Décima Época, Libro 36, Noviembre de 2016, Tomo II, página 915, 902, 911, 914 y 894, de rubros:
“TEST DE PROPORCIONALIDAD. METODOLOGÍA PARA ANALIZAR MEDIDAS
LEGISLATIVAS QUE INTERVENGAN CON UN DERECHO FUNDAMENTAL”, “PRIMERA
ETAPA DEL TEST DE PROPORCIONALIDAD. IDENTIFICACIÓN DE UNA FINALIDAD
CONSTITUCIONALMENTE VÁLIDA”, “SEGUNDA ETAPA DEL TEST DE
PROPORCIONALIDAD. EXAMEN DE LA IDONEIDAD DE LA MEDIDA LEGISLATIVA”,
“TERCERA ETAPA DEL TEST DE PROPORCIONALIDAD. EXAMEN DE LA NECESIDAD DE
LA MEDIDA LEGISLATIVA” y “CUARTA ETAPA DEL TEST DE PROPORCIONALIDAD.
EXAMEN DE LA PROPORCIONALIDAD EN SENTIDO ESTRICTO DE LA MEDIDA
LEGISLATIVA”.

63
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

engloba los daños morales, pues éstos únicamente se actualizan


como consecuencia de hechos ilícitos que se configuran a través de
la responsabilidad extracontractual subjetiva. Esto, pues el daño
moral se encuentra regulado únicamente en el capítulo de los hechos
ilícitos y el legislador pretendió generar una reparación parcial en el
régimen objetivo al no violarse un deber de cuidado, tal como se
advierte de los artículos 2109 y 2112.

b) La segunda consiste en que el daño moral es la lesión a un derecho


o interés no patrimonial (o espiritual) que es presupuesto de un
derecho subjetivo; por lo que es un tipo de daño que forma parte del
régimen de responsabilidad extracontractual objetiva, ya que en este
régimen se responde por todo daño causado, con independencia de
la ausencia del elemento subjetivo o del deber de cuidado;
incluyendo los que deriven tanto de daños patrimoniales como
morales. Esto, pues en los artículos 2109 y 2112 se dice que en la
responsabilidad objetiva se está obligado a responder del “daño que
se cause” (sin ninguna limitación al tipo de daño) y para el monto de
la reparación se remite a las bases del artículo 2086, y no hay nada
en los artículos 2086, 2087 y 2088 que fije el daño moral a la
violación de un deber de cuidado: simplemente se dice que este tipo
de daño es una afectación que una persona sufre en sus
sentimientos, afecto, creencias, decoro, honor, reputación, vida
privada, prestigio o aspecto físico, lo cual se puede originar por
actividades lícitas pero riesgosas.

121. A nuestro parecer, dado que estas interpretaciones implican una


modulación a los derechos involucrados en el régimen de responsabilidad
civil tanto de los dañadores como de los que resienten el daño (pues
dependiendo de que se escoja una u otra, se da pie a cierto nivel de
reparación), se estima que únicamente la segunda interpretación supera
un examen de constitucionalidad mediante un test de
proporcionalidad. La primera interpretación -que fue la sustentada por
el Tribunal Colegiado- ni siquiera supera la primera grada del estándar
de proporcionalidad.

64
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

122. A saber, si se adopta la primera interpretación, la única finalidad del


legislador es fijar indemnizaciones por responsabilidad civil extracontractual
a partir de la conducta del responsable. Lo anterior no sólo no tiene
sustento constitucional, sino además se contraviene la obligación del
Estado mexicano respecto de proteger el derecho a una justa
indemnización.

123. En efecto, como se subrayó con anterioridad, el derecho a una justa


indemnización busca volver las cosas al estado en que se encontraban o al
menos fijar una compensación, de forma que el daño que se causó es el
que determina la indemnización; sin embargo, bajo esta interpretación, el
legislador no fija la indemnización correspondiente en atención a lo que
realmente puede acontecer al momento que se incurre en responsabilidad
civil extracontractual; más bien, aun antes de que se genere el evento
dañoso y sin que se tengan que atender a las circunstancias particulares,
decide que el elemento que determina la procedencia para la reparación del
daño depende del aspecto interno del responsable.

124. Así, en el afán de distinguir la responsabilidad civil subjetiva de la objetiva,


se estima que quien actúa con culpa debe reparar integralmente a la
víctima, pero quien lo hace por usar un objeto peligroso (haya empleado
toda la diligencia debida para operar el objeto o no) sólo debe hacerlo
parcialmente; olvidándose de que los sistemas indemnizatorios, aun
cuando acontecen entre privados, deben formularse a la luz del derecho a
una justa indemnización, y en consecuencia, a partir de los daños que
efectivamente fueron causados.

125. En todo caso, no se considera que el aspecto subjetivo sea irrelevante, sino
que éste debe tomarse en cuenta al momento de estudiar las
particularidades del caso y fijar el monto que corresponde de
indemnización; lo que sin duda no puede acontecer es que se restrinja de
forma absoluta y previa la procedencia de la indemnización por daños
patrimoniales o extrapatrimoniales para matizar a quien no actúa con culpa,
pues esto debe reflejarse en la cantidad de indemnización y no en la

65
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

procedencia. Pensar en el sentido opuesto, sería permitir que las víctimas


soporten un daño aun cuando no han participado en la generación del
mismo ni tienen beneficio por el uso del objeto peligroso.

126. Es cierto que la doctrina civil –la gran mayoría escrita mucho antes de la
reforma constitucional de dos mil once en materia de derechos humanos–
refiere que aun cuando la responsabilidad civil objetiva implica el uso de
objetos peligrosos que ponen en riesgo a todas las personas, pero no se
llega al grado de prohibir dicha actividad por considerarla ilícita, sino que se
permite o tolera porque implica un beneficio para la sociedad; sin embargo,
no por ello puede concluirse que, en efecto, la víctima tenga un beneficio
económico por el uso del objeto peligroso, al grado que tenga un riesgo
compartido como si contribuyera en la generación del daño y tenga que
soportarlo.

127. Es decir, se debe entender que hay una conformidad para efecto de que el
uso de objetos peligrosos no implique una actividad ilícita, pero no tiene el
alcance de ser un eximente de responsabilidad. Todo lo anterior evidencia
la falta de adecuación constitucional de la primera interpretación legal
referida.

128. Ahora, tratándose de la segunda interpretación referida, esta Primera


Sala llega a la convicción de que valorando en ese sentido las
disposiciones normativas se trata entonces de una medida legislativa
consistente con el alcance del derecho a la justa indemnización, que es
idónea, necesaria y proporcional en sentido estricto.

129. Por un lado, como bien lo señaló la parte recurrente, la remisión hecha en
el capítulo de responsabilidad civil objetiva al capítulo de hecho ilícito debe
entenderse en su totalidad, para efecto de que se tenga derecho a la
indemnización por daño patrimonial, así como por daño moral. Esto, pues el
artículo 2112 establece que “el monto de la reparación del daño en los
casos a que se refieren los artículos de este Capítulo se fijarán en las dos
terceras partes de la cantidad que resulte aplicando las bases
establecidas en el artículo 2086”. Además, el artículo 2086 dispone que

66
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

“la reparación del daño debe consistir en el restablecimiento de la situación


anterior a él, y cuando ello sea imposible, en el pago total de los daños y
perjuicios de orden patrimonial y moral”.

130. Por su parte, el artículo 2112 ordena, para fijar el monto de la reparación
del daño en caso de responsabilidad civil objetiva, aplicar las bases
establecidas en el artículo 2086 y, en el artículo 2109, tras describir las
actividades riesgosas, el legislador sonorense señala explícitamente que la
respectiva persona estará “obligada a responder del daño que cause,
aunque no obre ilícitamente o no exista culpa de su parte”.

131. En ese sentido, cabe entender que las bases a las que se refiere el artículo
2112 incluyen el primer párrafo del artículo 2086, que abarca la posibilidad
de exigir la reparación por daño moral y no sólo la remisión al párrafo
tercero y sus fracciones que se refieren a la procedencia de una pensión
mensual para el caso de muerte de la víctima o incapacidad total o parcial
permanente. Y que cuando el artículo 2109 alude al daño que se cause,
engloba a cualquier tipo de daño. A su vez, a nuestro parecer, cuando en el
procedimiento legislativo se dice que en el caso de la responsabilidad
objetiva, la reparación debe ser parcial, no buscaba limitar ese régimen a
los daños patrimoniales, sino era la justificación para lo previsto en el
artículo 2112 en el que se dice que el quantum de la indemnización (sobre
el cual no adelantamos criterio sobre su regularidad constitucional),
corresponde a las dos terceras partes de la cantidad que resulte aplicando
las bases establecidas en el artículo 2086.

132. Esta interpretación, se insiste, supera un examen de proporcionalidad. En


principio, tiene como finalidad proteger los derechos humanos afectados
(propiedad, vida, salud, integridad, etc.) con motivo de una conducta de una
persona que incide de forma injustificada la esfera jurídica de otra, así
como la protección entonces del propio derecho humano a la reparación
integral ante los daños causados con motivo de esa violación de derechos;
esto, estableciendo un régimen de responsabilidad que se activa cuando
ciertas actividades ponen en entredicho el goce y ejercicio de los referidos
derechos, por su propia naturaleza como riesgosas.

67
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

133. La medida legislativa es idónea y cumple adecuadamente también con


dicha finalidad, sin que existan alternativas igualmente idóneas. Un régimen
de responsabilidad objetiva que abarca cualquier tipo de daño (patrimonial
o moral), busca proteger los aludidos derechos y deberes y lo hace a partir
de un modelo que no requiere de un elemento subjetivo. Pretender que sea
necesaria la culpa en cualquier modelo de responsabilidad, como medida
igualmente idónea, sería no entender la diferencia que existe entre
conductas que no generan riesgos inherentes de aquéllas que por su propia
naturaleza son riesgosas o peligrosas; lo que justifica que el legislador las
diferencie ante su potencialidad para afectar los derechos humanos de las
posibles víctimas

134. Finalmente, es una medida legislativa proporcional en sentido estricto, toda


vez que es cierto que la aceptación de un régimen de responsabilidad
extracontractual objetiva que incluye daños patrimoniales como morales
incide, de alguna manera, en los derechos de las personas que generaron
el daño; en particular, en caso de ser condenados, estas personas tendrán
que reparar integralmente, lo que puede incluir indemnizaciones monetarias
que reducen su capacidad económica y sus derechos de propiedad.

135. Sin embargo, esta incidencia en la esfera jurídica del dañador se encuentra
plenamente justificada ante la reparación en los derechos de la persona
que se vio afectada, la cual se insiste no tiene el deber de soportar ese
daño. De tener ese deber, no se incurriría ni siquiera en responsabilidad
civil. La incidencia en los derechos de los dañadores se encuentra
justificada y no es más gravosa que lo que sería dejar incólume la
afectación producida en los diferentes derechos de una persona que sufrió
un daño material o inmaterial que no tiene el deber de soportar.

*****

136. Como consecuencia de todo lo anterior, se estima que la interpretación


directa realizada por el Tribunal Colegiado fue incorrecta y que, en
contraposición a su decisión final, los referidos artículos del Código Civil

68
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

para el Estado de Sonora, si se interpretan de conformidad con la


Constitución, abarcan cualquier tipo de daño (patrimonial o moral) en
la responsabilidad extracontractual objetiva.

137. Sin que esta interpretación del contenido y alcance del derecho a la
reparación integral y esta interpretación conforme de los artículos se pueda
apreciar como un adelanto de criterio sobre la regularidad constitucional de
todo el contenido normativo de los artículos 2086, 2087, 2088, 2109 y 2112
del Código Civil sonorense; al no ser parte de la materia del presente
recurso de revisión.

138. Es decir, esta Primera Sala no adelanta criterio sobre si es constitucional o


no que se limite el monto indemnizatorio en la responsabilidad
extracontractual objetiva (artículo 2112) o si realmente se exige que ante la
muerte de una persona, la indemnización de orden patrimonial consistirá
forzosamente en una pensión mensual (artículo 2086, fracción I) y si dicha
exigencia es constitucional o no. Inquietudes que esta Suprema Corte
aprecia que fueron sujetas a discusión por las partes en diferentes etapas
del conflicto y que, incluso, en el amparo directo **********, la parte actora
en el juicio ordinario solicitó se declarara la inconstitucionalidad de la
exigencia de pensión mensual como medida indemnizatoria.

B
Vulneración del derecho de acceso a la justicia en caso de reclamar la
indemnización por daño patrimonial ante la muerte de una persona por
responsabilidad civil objetiva

139. En su sentencia de amparo, el Tribunal Colegiado sostuvo que la parta


actora en el juicio ordinario carecía de legitimación activa para reclamar la
reparación del daño patrimonial derivado de la muerte de su hermano, toda
vez que no se trataba de su heredera. Para el colegiado, el artículo 2086,
fracción I, del Código Civil para el Estado de Sonora, en relación con el
artículo 2113 del propio código, no admitía ninguna otra interpretación más
que la literal; de forma que sólo los herederos son los legitimados para
reclamar de manera primigenia los daños y perjuicios patrimoniales; de ahí

69
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

que debía instaurarse previamente un juicio sucesorio. Sin que el derecho


de acceso a la justicia fuera un impedimento para adoptar dicha conclusión.

140. En contra de esa decisión, la parte recurrente indicó que la interpretación


realizada por el colegiado se aleja del correcto alcance del derecho de
acceso a la justica, pues más bien resultaba inconstitucional la
determinación de que son los herederos, a la luz del juicio sucesorio, los
que primigeniamente podían accionar la demanda de responsabilidad
extracontractual objetiva. En concreto, atendiendo al derecho de acceso a
la justicia, la recurrente afirmó que la acepción “herederos” del citado
artículo 2086 admite una diversa interpretación consistente en ser un
potencial heredero y no tener que forzosamente haber iniciado el juicio
sucesorio; toda vez que aceptar la interpretación del colegiado sería la
posición más restrictiva de su derecho de acceso a la justicia, en tanto que
se le obligaría a tramitar un juicio sucesorio previo que involucra el gasto en
tiempo y dinero, para sólo así poder acceder a la indemnización por daño
patrimonial que nada tiene que ver con el juicio sucesorio.

141. Al respecto, esta Primera Sala estima que son fundados los argumentos
de la parte recurrente. No se comparte la valoración constitucional que
hizo el Tribunal Colegiado de los requisitos para acceder a la justicia
en este caso concreto y, por ende, tampoco se coincide con la
determinación sobre los supuestos de legitimación en la causa adoptada en
la sentencia de amparo. Los artículos 2086, fracción I, y 2113 admiten
una interpretación de conformidad con la Constitución y el derecho de
acceso a la justicia, que hace posible que un familiar pueda exigir la
reparación patrimonial por la muerte de su familiar sin tener que agotar
previamente el inicio de un juicio sucesorio.

142. Para explicar lo anterior, el presente apartado se dividirá en dos secciones:


en la primera aludiremos a nuestra concepción sobre el derecho a la justicia
(B.1.) y, en la segunda, explicaremos porqué es incorrecta la decisión
sustentada en la sentencia de amparo y cómo deben entenderse más bien
los referidos artículos del Código Civil sonorense (B.2.).

70
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

B.1.
Derecho de acceso a la justicia

143. El derecho de acceso a la justica se encuentra consagrado en los artículos


14, 17, 20, apartados B y C, de la Constitución Federal, y los artículos 8 y
25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (“CADH”). Al
respecto, esta Primera Sala ha sido consistente en señalar que uno de los
elementos integrales del acceso a la justicia es el derecho a la tutela
jurisdiccional efectiva. Esto quiere decir que la garantía de este segundo
derecho es una condición de posibilidad del acceso a la justicia, por lo que
su violación entraña una transgresión al derecho más general de acceso a
la justicia.51

144. En cuanto al contenido específico del derecho a la tutela jurisdiccional


efectiva, en la jurisprudencia 1a./J. 103/2017 (10a.) esta Primera Sala lo
definió como el “derecho público subjetivo que toda persona tiene, dentro
de los plazos y términos que fijen las leyes, para acceder de manera
expedita a tribunales independientes e imparciales, a plantear una
pretensión o a defenderse de ella, con el fin de que, a través de un proceso
en el que se respeten ciertas formalidades, se decida sobre la pretensión o
la defensa y, en su caso, se ejecute tal decisión.” 52 De esta definición cabe
51
Cfr. Entre otros, Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo en Revisión
352/2012, sentencia del diez de octubre de dos mil doce, fallada por unanimidad de votos, p. 13;
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo Directo en Revisión
1159/2014, sentencia del diez de septiembre de dos mil catorce, fallada por mayoría de cuatro
votos, párrs. 55-56, y Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo Directo
en Revisión 993/2015, sentencia del diecisiete de febrero de dos mil dieciséis, fallada por
unanimidad de cuatro votos, párr. 52.
52
Jurisprudencia 1a./J. 103/2017 (10a.), Primera Sala, Décima Época, publicada en la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, Libro 48, Tomo I, noviembre de 2017, registro electrónico
2015591, de rubro y texto: “DERECHO DE ACCESO EFECTIVO A LA JUSTICIA. ETAPAS Y
DERECHOS QUE LE CORRESPONDEN. De los artículos 14, 17 y 20, apartados B y C, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 8 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, deriva el derecho de acceso efectivo a la justicia, el cual comprende, en
adición a determinados factores socioeconómicos y políticos, el derecho a una tutela jurisdiccional
efectiva y los mecanismos de tutela no jurisdiccional que también deben ser efectivos y estar
fundamentados constitucional y legalmente. Ahora bien, en la jurisprudencia 1a./J. 42/2007, de
rubro: "GARANTÍA A LA TUTELA JURISDICCIONAL PREVISTA EN EL ARTÍCULO 17 DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. SUS ALCANCES.", la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación definió el acceso a la tutela
jurisdiccional como el derecho público subjetivo que toda persona tiene, dentro de los plazos y
términos que fijen las leyes, para acceder de manera expedita a tribunales independientes e
imparciales, a plantear una pretensión o a defenderse de ella, con el fin de que, a través de un
proceso en el que se respeten ciertas formalidades, se decida sobre la pretensión o la defensa y,
en su caso, se ejecute tal decisión; de ahí que este derecho comprenda tres etapas, a las que
corresponden tres derechos: (i) una previa al juicio, a la que le corresponde el derecho de acceso a
la jurisdicción, que parte del derecho de acción como una especie del de petición dirigido a las
autoridades jurisdiccionales y que motiva un pronunciamiento por su parte; (ii) una judicial, que va
desde el inicio del procedimiento hasta la última actuación y a la que concierne el derecho al

71
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

poner especial énfasis en tres elementos: a) que el acceso a la jurisdicción


es “dentro de los plazos y términos que fijen las leyes”; b) que este acceso
debe ser “de manera expedita”, y c) que el acceso que se debe garantizar
es a los “tribunales independientes e imparciales.”

145. En ese tenor, lo primero que debe destacarse es que ha sido criterio
reiterado de esta Suprema Corte que la tutela jurisdiccional efectiva puede
segmentarse en tres etapas, a las que corresponden tres derechos con
contenido propio: “(i) una previa al juicio, a la que le corresponde el derecho
de acceso a la jurisdicción, que parte del derecho de acción como una
especie del de petición dirigido a las autoridades jurisdiccionales y que
motiva un pronunciamiento por su parte; (ii) una judicial, que va desde el
inicio del procedimiento hasta la última actuación y a la que concierne el
derecho al debido proceso; y, (iii) una posterior al juicio, identificada con la
eficacia de las resoluciones emitidas.”53

146. Respecto a la primera vertiente, dado que el acceso a la jurisdicción debe


ser, conforme a nuestra definición, “dentro de los plazos y términos que
fijen las leyes”, se ha reconocido que es perfectamente válido que “el
órgano legislativo establezca condiciones para el acceso a los tribunales y
regule distintas vías y procedimientos, cada uno de los cuales tendrá
distintos requisitos de procedencia que se deberán cumplir para justificar el
accionar del aparato jurisdiccional”54. Sin embargo, se ha dicho que tal
debido proceso; y, (iii) una posterior al juicio, identificada con la eficacia de las resoluciones
emitidas. Ahora, los derechos mencionados alcanzan no solamente a los procedimientos ventilados
ante Jueces y tribunales del Poder Judicial, sino también a todos aquellos seguidos ante
autoridades que, al pronunciarse sobre la determinación de derechos y obligaciones, realicen
funciones materialmente jurisdiccionales.”
53
Ibid.
54
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Amparo Directo en Revisión
993/2015, Op. Cit. párr. 58. Este criterio quedó expresado en la jurisprudencia 1a./J. 90/2017
(10a.), Primera Sala, Décima Época, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, Libro 48, noviembre de 2017, Tomo I, página 213, registro electrónico 2015595, de
rubro y texto: “DERECHO FUNDAMENTAL DE ACCESO A LA JURISDICCIÓN. SU CONTENIDO
ESPECÍFICO COMO PARTE DEL DERECHO A LA TUTELA JURISDICCIONAL EFECTIVA Y SU
COMPATIBILIDAD CON LA EXISTENCIA DE REQUISITOS DE PROCEDENCIA DE UNA
ACCIÓN. De la tesis de jurisprudencia de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación 1a./J. 42/2007, (1) de rubro: "GARANTÍA A LA TUTELA JURISDICCIONAL PREVISTA EN
EL ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.
SUS ALCANCES.", deriva que el acceso a la tutela jurisdiccional comprende tres etapas, a las que
corresponden tres derechos que lo integran: 1) una previa al juicio, a la que atañe el derecho de
acceso a la jurisdicción; 2) otra judicial, a la que corresponden las garantías del debido proceso; y,
3) una posterior al juicio, que se identifica con la eficacia de las resoluciones emitidas con motivo
de aquél. En estos términos, el derecho fundamental de acceso a la jurisdicción debe entenderse
como una especie del diverso de petición, que se actualiza cuando ésta se dirige a las autoridades
jurisdiccionales, motivando su pronunciamiento. Su fundamento se encuentra en el artículo 17 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, conforme al cual corresponde al Estado

72
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

potestad está condicionada a tener fundamento en ley y a cumplir criterios


de proporcionalidad (como se explicará a continuación).

147. Es decir, la exigencia de que el acceso a la jurisdicción sea “dentro de los


plazos y términos que fijen las leyes” implica examinar varios aspectos.
Uno, el que corresponde a una garantía fundamental para los justiciables:
que los requisitos de acceso a la jurisdicción tienen que estar previstos en
ley. Los jueces pueden interpretar los diversos requisitos establecidos por
el legislador, pero de ninguna manera erigir nuevas condicionantes. El texto
de la ley es un límite y un presupuesto necesario (aunque no suficiente) 55
para que podamos hablar de una restricción válida al acceso a la
jurisdicción.

148. Y otro es que el acceso a la jurisdicción debe ser “de manera expedita.”
Este requisito, tal como establecimos en la jurisprudencia 1a./J. 42/2007,
“significa que el poder público -en cualquiera de sus manifestaciones:
Ejecutivo, Legislativo o Judicial- no puede supeditar el acceso a los
tribunales a condición alguna, pues de establecer cualquiera, ésta
constituiría un obstáculo entre los gobernados y los tribunales, por lo que
es indudable que el derecho a la tutela judicial puede conculcarse por
normas que impongan requisitos impeditivos u obstaculizadores del
acceso a la jurisdicción, si tales trabas resultan innecesarias, excesivas y

mexicano impartir justicia a través de las instituciones y procedimientos previstos para tal efecto.
Así, es perfectamente compatible con el artículo constitucional referido, que el órgano legislativo
establezca condiciones para el acceso a los tribunales y regule distintas vías y procedimientos,
cada uno de los cuales tendrá diferentes requisitos de procedencia que deberán cumplirse para
justificar el accionar del aparato jurisdiccional, dentro de los cuales pueden establecerse, por
ejemplo, aquellos que regulen: i) la admisibilidad de un escrito; ii) la legitimación activa y pasiva de
las partes; iii) la representación; iv) la oportunidad en la interposición de la acción, excepción o
defensa, recurso o incidente; v) la competencia del órgano ante el cual se promueve; vi) la
exhibición de ciertos documentos de los cuales depende la existencia de la acción; y, vii) la
procedencia de la vía. En resumen, los requisitos de procedencia, a falta de los cuales se actualiza
la improcedencia de una acción, varían dependiendo de la vía que se ejerza y, en esencia,
consisten en los elementos mínimos necesarios previstos en las leyes adjetivas que deben
satisfacerse para la realización de la jurisdicción, es decir, para que el juzgador se encuentre en
aptitud de conocer la cuestión de fondo planteada en el caso sometido a su potestad y pueda
resolverla, determinando los efectos de dicha resolución. Lo importante en cada caso será que
para poder concluir que existe un verdadero acceso a la jurisdicción o a los tribunales, es necesario
que se verifique la inexistencia de impedimentos jurídicos o fácticos que resulten carentes de
racionalidad, proporcionalidad o que resulten discriminatorios.”
55
Se afirma que es una condición necesaria pero no suficiente porque, conforme a la jurisprudencia
1a./J. 90/2017 (10a.) (citada supra, nota 54), los requisitos de procedencia de las acciones deben
ser racionales, proporcionales y no resultar discriminatorios.

73
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

carentes de razonabilidad o proporcionalidad respecto de los fines que


lícitamente puede perseguir el legislador.”56

149. En consecuencia, por lo que hace a la vertiente previa al juicio del derecho
de acceso a la justicia, esta Primera Sala ha afirmado de manera
contundente que ésta implica que es posible que el legislador establezca en
ley requisitos para plantear una determinada pretensión ante los tribunales;
no obstante, tal potestad no es absoluta, sino que tales requisitos deben
asegurar que el acceso a la jurisdicción sea expedito y que no se
conviertan en condiciones que impidan u obstaculicen de manera
irrazonable o desproporcional el acceso a la justicia. Requisitos que, en su
caso, para verificar su regularidad constitucional, deben sujetarse a un
examen de proporcionalidad.

B.2.
Análisis del caso concreto

150. Dicho lo anterior, como se adelantó, esta Primera Sala llega a la convicción
que es desacertada la decisión del Tribunal Colegiado. Esto, retomando las
consideraciones plasmadas en la Contradicción de Tesis 196/201957, en
la que justamente el problema jurídico que abordamos fue resolver quién
tenía legitimación activa para hacer valer la acción de responsabilidad civil
56
Jurisprudencia 1a./J. 42/2007, Novena Época, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Tomo XXV, abril de 2007, página 124, registro electrónico 172759, de
rubro y texto: “GARANTÍA A LA TUTELA JURISDICCIONAL PREVISTA EN EL ARTÍCULO 17
DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. SUS ALCANCES.
La garantía a la tutela jurisdiccional puede definirse como el derecho público subjetivo que toda
persona tiene, dentro de los plazos y términos que fijen las leyes, para acceder de manera expedita
a tribunales independientes e imparciales, a plantear una pretensión o a defenderse de ella, con el
fin de que a través de un proceso en el que se respeten ciertas formalidades, se decida sobre la
pretensión o la defensa y, en su caso, se ejecute esa decisión. Ahora bien, si se atiende a que la
prevención de que los órganos jurisdiccionales estén expeditos -desembarazados, libres de todo
estorbo- para impartir justicia en los plazos y términos que fijen las leyes, significa que el poder
público -en cualquiera de sus manifestaciones: Ejecutivo, Legislativo o Judicial- no puede supeditar
el acceso a los tribunales a condición alguna, pues de establecer cualquiera, ésta constituiría un
obstáculo entre los gobernados y los tribunales, por lo que es indudable que el derecho a la tutela
judicial puede conculcarse por normas que impongan requisitos impeditivos u obstaculizadores del
acceso a la jurisdicción, si tales trabas resultan innecesarias, excesivas y carentes de razonabilidad
o proporcionalidad respecto de los fines que lícitamente puede perseguir el legislador. Sin
embargo, no todos los requisitos para el acceso al proceso pueden considerarse inconstitucionales,
como ocurre con aquellos que, respetando el contenido de ese derecho fundamental, están
enderezados a preservar otros derechos, bienes o intereses constitucionalmente protegidos y
guardan la adecuada proporcionalidad con la finalidad perseguida, como es el caso del
cumplimiento de los plazos legales, el de agotar los recursos ordinarios previos antes de ejercer
cierto tipo de acciones o el de la previa consignación de fianzas o depósitos.”
57
Fallada el seis de noviembre de dos mil diecinueve por unanimidad de cuatro votos de la Ministra
y los Ministros: Norma Lucía Piña Hernández, Luis María Aguilar Morales, Jorge Mario Pardo
Rebolledo y Juan Luis González Alcántara Carrancá.

74
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

objetiva con el objeto de reclamar el daño material generado como


consecuencia de ocasionar la muerte de una persona.

151. En principio, cabe subrayar que en este precedente se analizaron las


legislaciones civiles de la Ciudad de México y del Estado de Guerrero, en
las que las respectivas disposiciones normativas señalaban que, en caso
de muerte, la indemnización por daño patrimonial correspondería a los
“herederos de la víctima”. La pregunta que se hizo esta Suprema Corte es
si dicha indicación normativa debía interpretarse de manera literal o cabía
otra interpretación que salvaguardara de mejor manera el derecho de
acceso a la justicia.

152. Al respecto, en un primer momento, esta Primera Sala indicó que una
interpretación literal de exigencias de este tipo era aparentemente neutra y
no reflejaba un conflicto constitucional; sin embargo, se advirtió que para
determinar que alguien tiene el carácter de heredero, era necesario el
trámite previo de la sucesión (sea judicial o extrajudicial, testamentaria o
intestamentaria), así como la asignación del albacea que habría de actuar
en representación. Por ende, se estimó que la interpretación literal
impactaba en el derecho de acceso a la justicia del promovente
(concretamente en su vertiente del derecho de acción), pues el ejercicio de
la acción se condicionaba a un procedimiento sucesorio previo en el que se
obtuviera la declaración como heredero y la designación del albacea.

153. Identificada esta limitación, para efectos de decidir si el respectivo requisito


era o no una exigencia adecuada, se llevó a cabo un examen de
proporcionalidad. Así, se precisó que la medida tenía por objeto dotar de
certeza a las personas y operadores jurídicos sobre a quién le corresponde
el derecho de reclamar la indemnización, lo que se traducía en un fin
constitucionalmente válido; esto, porque dar claridad se traduce en una
garantía al ejercicio del derecho de acceso a la justicia porque permite
saber a quién le corresponde la titularidad de la acción.

154. Continuando con el test, se determinó que la medida era idónea y


necesaria, toda vez que al atender a la literalidad de la norma, las personas

75
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

que se encuentren ante dicho supuesto puedan saber con mayor facilidad
quién puede acudir ante los órganos judiciales a plantear este tipo de
reclamaciones. No obstante lo anterior, se advirtió que la medida no era
proporcional, pues no existía un equilibrio entre el fin buscado (dotar de
certeza jurídica respecto de quién tiene el derecho de acción) y la
restricción que la interpretación literal genera en el derecho de acción.

155. A nuestro juicio, si atendiendo a la interpretación literal de los preceptos, la


indemnización por daño material por concepto de responsabilidad civil
objetiva derivado de la muerte de una persona corresponde a los herederos
de la víctima y por éstos se entiende quienes han sido declarados como
tales en los procedimientos sucesorios respectivos, resulta entonces que el
derecho de acción se supedita por completo al trámite y desahogo -al
menos parcial- de un diverso procedimiento como lo es el sucesorio, con
todas las cargas que esto implica y teniendo en cuenta además que los
plazos de prescripción de la acción de responsabilidad civil no son tan
amplios.

156. En adición, se consideró que la medida arrojaba una restricción


desproporcionada al derecho de acceso a la justicia, en su vertiente del
derecho de acción, porque el resultado que arroja la interpretación literal no
se corresponde con la configuración del derecho a la reparación en estos
casos, lo que significa que la restricción analizada no se justifica tampoco
desde la perspectiva de la figura indemnizatoria; la explicación de esta
afirmación fue porque el derecho a la reparación surge como consecuencia
de la muerte de una persona por un supuesto de responsabilidad civil
objetiva y no es un derecho que nazca a favor del finado para luego
transmitirse mortis causa en favor de sus herederos.

157. Así, se destacó que el derecho a la reparación nace directamente en favor


de quienes sufren un daño material derivado de la muerte de la persona, es
decir, son éstos los titulares del derecho desde el primer momento y no por
vía de una transmisión mortis causa; de forma que los artículos ahí
analizados, preveían que la acción de responsabilidad civil en principio es
intransmisible y sólo pasaba a los herederos de la víctima cuando ésta

76
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

haya intentado la acción en vida (como también se prevé en el Código Civil


para el Estado de Sonora).

158. Por lo anterior, se determinó que el derecho a la reparación en caso de


muerte de una persona no puede tratarse de un derecho que nazca a favor
del finado porque: (i) el hecho que ocasiona el surgimiento del derecho a la
reparación es la muerte de la víctima; y (ii) pero además, si se considerara
que la víctima puede transmitir el derecho a favor de sus herederos, tendría
que intentarlo en vida, lo cual es fácticamente imposible.

159. Ante la imposibilidad comprobada, se concluyó que si la ley reconoce


expresamente un derecho a la reparación patrimonial como consecuencia
de la muerte de una persona, era claro que el derecho no nacía en favor de
la víctima para transmitirse a sus herederos, sino que se trataba de un
derecho que nace directamente en cabeza de quienes sufren el daño
material.

160. Expuesto lo anterior, se fijó que si la interpretación literal arroja un resultado


restrictivo del derecho de acceso a la justicia en su vertiente del derecho de
acción, dicha interpretación no se justifica en tanto el sacrificio que se
impone es demasiado fuerte frente al beneficio obtenido, y además la
medida no encuentra armonía ni congruencia con la configuración del
derecho a la reparación, debe concluirse entonces que dicha restricción no
puede considerarse razonable.

161. Como consecuencia, se atendió al principio de supremacía constitucional y


la aplicación del principio pro persona, para encontrar otra opción
interpretativa distinta a la literal, que equilibrara la necesidad de dar certeza
jurídica y efectividad del derecho de acción. Así, se consideró que para
llegar a dicho equilibrio se debía entender por herederos de la víctima a
sus familiares y otorga a ellos la legitimación activa para iniciar la acción
de responsabilidad civil objetiva en aquellos casos que se reclame el daño
patrimonial generado como consecuencia de la muerte de una persona;
aunado a que por familiares de la víctima deberían atenderse aquellos que
por ley estarían llamados a la sucesión legítima del de cujus, de tal suerte

77
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

que serán ellos quienes podrán ejercer la acción y por tanto, iniciar el juicio
a fin de reclamar el daño material generado por responsabilidad civil
objetiva como consecuencia de la muerte de una persona.

162. En razón de lo anterior, se precisó que con esta definición no se quiere


señalar que sólo las personas que efectivamente hereden vía
intestamentaria son quienes tienen legitimación activa en el juicio para
reclamar la indemnización de mérito, sino que para cumplir con dicho
presupuesto procesal basta con que quien acuda a juicio acredite a partir
de su entroncamiento con la víctima, ser alguno de los sujetos que de
acuerdo a la ley de la materia estaría llamado a heredar por la vía
intestamentaria.

163. Finalmente, se hizo la precisión que no se surte la regla que establece que
los parientes más próximos excluyen a los más remotos, puesto que por
especialidad, tratándose del derecho a la reparación, debe prevalecer la
regla consistente en que todo aquel que haya sufrido un daño o un perjuicio
derivado de un hecho ilícito tiene derecho a ser reparado, por lo que todas
las personas que se ubiquen como familiares de la víctima en los términos
precisados, que se estimen afectados materialmente por su muerte, tienen
derecho a acudir a juicio a reclamar la reparación, aun ante la concurrencia
de otros familiares; y (ii) la conclusión alcanzada, no dice respecto a quién
tiene derecho a ser indemnizado, pues dicho aspecto corresponderá en
todo caso al análisis de fondo del juicio respectivo, en el que habrá de
valorarse quién sufrió efectivamente un daño material o un perjuicio.

164. Además, se estableció que, el hecho de reconocer que los primeros


afectados con la muerte de una persona son sus familiares, por eso es a
ellos a quienes se les otorga la legitimación activa para hacer valer en juicio
el derecho a la reparación cuando la ley refiere que la indemnización
corresponderá a los herederos de la víctima; pero no porque se estime que
ese derecho se transmite mortis causa, sino porque se presume que son
los familiares los primeros en resentir la afectación derivada de la muerte
de una persona; por eso son ellos los sujetos que llenan el contenido de
dicha fórmula normativa para efectos únicamente de la legitimación activa.

78
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

165. Ahora bien, expuesto todo lo anterior y aplicándolo al caso concreto,


se hace evidente cómo nos encontramos en el mismo supuesto. El
derecho de acceso a la justicia implica que los requisitos legales deben de
cumplir requisitos de proporcionalidad para que la tutela jurisdiccional sea
efectiva y expedita. Contrario a la posición del Tribunal Colegiado en el
caso que nos ocupa, no toda exigencia legal literal es automáticamente
acorde a la Constitución.

166. Por ello, esta Primera Sala estima que el artículo 2086, fracción I, del
Código Civil para el Estado de Sonora, en la parte que dice que el
derecho a la indemnización por la muerte de una persona corresponde a
los herederos de la víctima, en relación con el artículo 2113 que regula la
responsabilidad extracontractual objetiva, admite al menos dos
interpretaciones posibles. La primera, que fue la adoptada por el
Tribunal Colegiado, radica en que son herederos los que así sean
declarados en términos de ley –judicial o extrajudicialmente en la sucesión
testamentaria o intestamentaria–, el cual además debería actuar a través
del albacea designado en la sucesión, elementos que debían estar
acreditados desde el primer momento.

167. Esta opción interpretativa es inconstitucional, toda vez que es una medida
que adolece de proporcionalidad en sentido estricto. El derecho de acción
se supedita por completo al trámite y desahogo -al menos parcial- de un
diverso procedimiento como lo es el sucesorio, con todas las cargas que
esto implica y teniendo en cuenta además que los plazos de prescripción
de la acción de responsabilidad civil no son tan amplios. Por lo tanto, el
sacrificio al cual se somete el derecho de acción es demasiado fuerte frente
a la tutela del principio de seguridad jurídica.

168. Además, se insiste, la acción por responsabilidad civil extracontractual


objetiva por la muerte de un familiar no es un derecho que nazca en favor
del finado para luego trasmitirse mortis causa en favor de sus herederos58.
58
En la doctrina, a este supuesto se le conoce como un daño patrimonial puro, el cual es aquél en
el que hay una afectación meramente patrimonial (disminución del patrimonio), sin haberse
causado un daño a la persona o a sus cosas; y esto justamente ocurre cuando una persona, sin
haber sido directamente afectada en su integridad personal o en sus cosas, sufre un menoscabo

79
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

El derecho a la reparación en este supuesto nace directamente en favor de


quienes sufren un daño material derivado de la muerte un tercero; es decir,
son éstos los titulares del derecho desde el primer momento y no por
vía de una transmisión mortis causa. Diferente supuesto es cuando el
fallecido intentó la acción todavía en vida.

169. Ahora, una segunda opción interpretativa es que el concepto de


heredero abarque a los familiares de la persona fallecida, acotándose a las
personas que por ley estarían llamadas a la sucesión legítima; modalidad
interpretativa que esta Primera Sala estima sí cumple con las existencias
del test de proporcionalidad para respetar el contenido y alcance del
derecho de acceso a la justicia.

170. Es una medida que tiene como finalidad otorgar seguridad jurídica a
quienes pretendan obtener una reparación del daño patrimonial por la
muerte de un tercero. Medida que, conforme al citado precedente, es
idónea, necesaria y proporcional en sentido estricto, ya que tiende
directamente a la consecución de dicho fin y no observamos medidas
alternativas igualmente idóneas; adicionalmente, los beneficios superan los
costos, ya que aunque se acota las personas que de manera primigenia
puedan acudir a exigir una reparación patrimonial por la muerte de un
tercero, esa limitación es funcional a lo que se busca con una
indemnización de este tipo: que las personas que se consideran son las
primeras afectadas por la muerte de una persona, puedan acudir ante los
tribunales para exigir una reparación por el daño provocado por otra
persona que no tienen el deber de soportar. Sin que en este momento nos
pronunciemos anticipadamente sobre la constitucionalidad o no respecto a
si se debe privilegiar el criterio de heredero y no el de dependencia
económica para efectos de la reparación patrimonial.

171. En consecuencia, atendiendo al caso concreto, se llega a la plena


convicción que el Tribunal Colegiado debió entender por “herederos”
patrimonial con motivo del daño generado a un tercero (por ejemplo, el daño que sufrió su madre o
su hermano) derivado de lesiones corporales o muerte. A este último caso se le conoce como
“daño patrimonial puro de relación”. Para un mayor análisis de estos supuestos, véase, Martín
Casals, Miquel y Solé Feliú, Josep, “Capítulo 32. ‘Pure economic loss’: La indemnización de los
daños patrimoniales puros”, en Derecho Privado Europeo, Constitución y Leyes-CODEX, 2003, pp.
883 a 920.

80
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

de la víctima a los familiares de éste, acotándose a las personas que


por ley estarían llamados a la sucesión legítima del de cujus.
Concretamente, debió corroborarse la legitimación de quienes acudían a
juicio con base en el artículo 1678 del Código Civil para el Estado de
Sonora59:

Art. 1678.- Tienen derecho a heredar por sucesión legítima:


I.- Los descendientes, cónyuge, ascendientes, parientes colaterales
dentro del cuarto grado y la concubina o el concubinario, si se
satisfacen los requisitos señalados en el artículo 1711; y

II.- A falta de los anteriores, el Estado.

*****

172. Por último, debe señalarse que no se pasa desapercibido que el Tribunal
Colegiado afirmó que no se sujetaba a lo fallado en la citada
Contradicción de Tesis 196/2019 (cuya obligatoriedad inició el nueve de
diciembre de dos mil diecinueve), pues de hacerlo se generaría
retroactividad de la jurisprudencia en perjuicio de los promoventes del
amparo dado que al momento de la presentación de la demanda de la que
deriva el acto reclamado (veintitrés de junio de dos mil quince) resultaba
aplicable la jurisprudencia 3a./J. 21/92 de la Tercera Sala de la Suprema
Corte; retroactividad prohibida por el artículo 217, último párrafo, de la Ley
de Amparo.

173. Es decir, para el Tribunal Colegiado, la jurisprudencia de la Tercera Sala


que definía quién es heredero para la reparación del daño patrimonial en la
responsabilidad objetiva se encontraba vigente al momento de iniciarse el
juicio de responsabilidad civil; por lo que no podía modificarse tal
determinación con motivo de un nuevo criterio jurisprudencial emitido por la
Primera Sala de la Suprema Corte hasta el dos mil diecinueve.

59
Sin que esta decisión implique un pronunciamiento anticipado de constitucionalidad sobre la
preminencia de la condición de heredero por sucesión legítima sobre la dependencia económica u
otro tipo de relación familiar.
Asimismo, tampoco es un pronunciamiento anticipado sobre cómo deben calcularse los montos
indemnizatorios respectivos ni a quién ni cómo se distribuye la indemnización por responsabilidad
patrimonial en caso de muerte cuando se trate de un solo perjudicado o de varios perjudicados en
razón de dicha muerte (ya sea por la sucesión o relación de dependencia económica o familiar).

81
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

174. Para justificar esa postura, citó el criterio de la Segunda Sala que se refleja
en la tesis de rubro: “JURISPRUDENCIA. ALCANCE DEL PRINCIPIO DE
IRRETROACTIVIDAD DE AQUÉLLA TUTELADO EN EL ARTÍCULO 217,
PÁRRAFO ÚLTIMO, DE LA LEY DE AMPARO”60, en la que se dice que el
efecto retroactivo de una jurisprudencia en perjuicio se da cuando: i) al
inicio de un juicio o procedimiento existe una jurisprudencia aplicable
directamente a alguna de las cuestiones jurídicas relevantes para la
interposición, tramitación, desarrollo y resolución del asunto jurisdiccional;
ii) antes de emitir la resolución jurisdiccional respectiva, se emite una
jurisprudencia que supera, modifica o abandona ese entendimiento del
sistema jurídico; y iii) la aplicación del nuevo criterio jurisprudencial impacta
de manera directa la seguridad jurídica de los justiciables.

175. De ahí que si el gobernado orientó su proceder jurídico o estrategia


legal conforme a una jurisprudencia anterior, siguiendo los lineamientos
expresamente establecidos en ésta -ya sea para acceder a una instancia
jurisdiccional, para plantear y acreditar sus pretensiones, excepciones o
defensas o, en general, para llevar a cabo alguna actuación jurídica-, no es
dable que la sustitución o modificación de ese criterio jurisprudencial afecte
situaciones legales definidas, pues ello conllevaría corromper la seguridad
jurídica del justiciable, así como la igualdad en el tratamiento jurisdiccional
de las mismas situaciones y casos, con lo cual, se transgrediría el principio
de irretroactividad tutelado en el artículo 217, párrafo último, de la Ley de
Amparo.

60
Tesis 2a./J. 199/2016 (10a.), publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación,
Décima Época, Libro 38, Enero de 2017, Tomo I, página 464, de texto: “De acuerdo al citado
principio, la jurisprudencia puede aplicarse a los actos o hechos jurídicos ocurridos con anterioridad
a que cobre vigencia, siempre y cuando ello no conlleve un efecto retroactivo en perjuicio de las
personas, como acontece cuando: (I) al inicio de un juicio o procedimiento existe una jurisprudencia
aplicable directamente a alguna de las cuestiones jurídicas relevantes para la interposición,
tramitación, desarrollo y resolución del asunto jurisdiccional; (II) antes de emitir la resolución
jurisdiccional respectiva, se emite una jurisprudencia que supera, modifica o abandona ese
entendimiento del sistema jurídico; y (III) la aplicación del nuevo criterio jurisprudencial impacta de
manera directa la seguridad jurídica de los justiciables. De ahí que si el gobernado orientó su
proceder jurídico o estrategia legal conforme a una jurisprudencia anterior, siguiendo los
lineamientos expresamente establecidos en ésta -ya sea para acceder a una instancia
jurisdiccional, para plantear y acreditar sus pretensiones, excepciones o defensas o, en general,
para llevar a cabo alguna actuación jurídica-, no es dable que la sustitución o modificación de ese
criterio jurisprudencial afecte situaciones legales definidas, pues ello conllevaría corromper la
seguridad jurídica del justiciable, así como la igualdad en el tratamiento jurisdiccional de las
mismas situaciones y casos, con lo cual, se transgrediría el principio de irretroactividad tutelado en
el artículo 217, párrafo último, de la Ley de Amparo”.

82
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

176. Al respecto, en primer lugar, esta Primera Sala considera necesario


subrayar que aunque este criterio jurisprudencial recién citado de la
Segunda Sala sigue vigente, se estima que los tribunales de este país
tienen que ser bastante cuidadosos en su uso para no entrar en conflicto
con un criterio posterior del Tribunal Pleno. El dieciséis de octubre de dos
mil diecisiete, el Pleno de la Suprema Corte resolvió la Contradicción de
Tesis 182/201461. Durante su discusión, se abordó el tema de si todo hecho
o acto de las personas que intervienen en un juicio que se basó en una
jurisprudencia debía permanecer incólume; pues de cambiarse, se afectaría
la estrategia legal de las partes.

177. Sobre este aspecto, la gran mayoría de las Ministras y los Ministros se
apartó de una solución tan abstracta de dicha problemática como la que se
refleja en la tesis de la Segunda Sala. Se aceptó por ciertos integrantes del
Pleno que para que exista aplicación retroactiva debe al menos existir una
jurisprudencia que fue modificada o sustituida. Sin embargo, se puso
especial hincapié en que lo que debía valorarse en cada caso concreto es
la afectación o no a la seguridad jurídica, pues eso es lo que actualizaría el
perjuicio de la aplicación retroactiva de una jurisprudencia.

178. Así, no todo aspecto de un juicio que se base o se relacione con una
jurisprudencia goza automáticamente de absoluta inmutabilidad. Es por eso
que en la sentencia de la referida Contradicción de Tesis 182/2014, el
Pleno se limitó a señalar que los: “efectos retroactivos es una restricción
temporal a la obligatoriedad de la jurisprudencia que hace que una nueva
jurisprudencia que sustituye a otra no puede ser aplicada en aquellos casos
en los cuales la jurisprudencia sustituida haya surtido sus efectos dentro
de un juicio, ya que los juzgadores se encuentran atados a aquellas cosas
que fueron resueltas de conformidad a un criterio obligatorio. Una vez que
un tribunal ha generado una jurisprudencia, esta no puede ser desconocida
si con base en ella alguna de las partes adecuó su conducta procesal a
61
Fallada por de ocho votos de las Ministras y los Ministros Gutiérrez Ortiz Mena, Luna Ramos,
Pardo Rebolledo, Piña Hernández, Medina Mora I., Laynez Potisek, Pérez Dayán con precisiones y
Presidente Aguilar Morales, respecto de los apartados VI y VII relativos, respectivamente, al
estudio de la contradicción y a la decisión. Los Ministros Cossío Díaz, Franco Gonzáles Salas y
Zaldívar Lelo de Larrea votaron en contra. El Ministro Presidente Aguilar Morales anunció voto
concurrente. La Ministra y los Ministros Gutiérrez Ortiz Mena, Pardo Rebolledo, Piña Hernández y
Laynez Potisek reservaron su derecho de formular sendos votos concurrentes. Los Ministros
Cossío Díaz y Zaldívar Lelo de Larrea anunciaron sendos votos particulares.

83
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

la hipótesis que preveía dicha jurisprudencia”. Al utilizar conceptos como


“surtido sus efectos”, “fueran resueltas” y adecuación de su “conducta
procesal”, lo que el Tribunal Pleno implicó es que se trataran de aspectos
con respuestas definitivas dentro de un juicio (como son ciertas actuaciones
procesales), y no aspectos que estuvieran sub judice.

179. Esta problemática ha sido incluso identificada por esta Primera Sala, ya que
se entiende que hay aspectos de un juicio que, aunque se encuentran
delimitados por una jurisprudencia, son debatidos precisamente por las
partes (por ser precisamente la materia de la litis de un juicio/recurso o
porque implican una cuestión de análisis oficioso por parte de un juzgador)
y la razón del reclamo en sede judicial es lograr una decisión diferente a lo
establecido en dicha determinación jurisprudencial. Como se dijo por esta
Sala en la Contradicción de Tesis 91/201562, hay diferentes aspectos en
los juicios o recursos que no gozan de la característica de firmeza (se
encuentran sub judice) y, por eso, pueden seguir siendo debatidos. Si no se
aceptara la posibilidad de cuestionar la forma en que se materializa cierto
criterio obligatorio, de nada servirían ni los recursos, ni el amparo ni los
mecanismos dentro del juicio de amparo para sustituir, modificar o
abandonar una jurisprudencia.

180. En palabras previas de esta Sala: “cuando la aplicación de la jurisprudencia


durante el trámite de un proceso judicial ha dado lugar a que determinadas
decisiones adquieran firmeza o produzcan la adquisición de ciertos
derechos, es evidente que el juez, rector del procedimiento, no está en
aptitud de aplicar posteriormente, dentro del mismo juicio ni en ulteriores
instancias, un criterio diferente de la misma jerarquía que haya superado al
anterior, pues en tal supuesto violentaría el contenido del artículo 217 de la
Ley de Amparo. Por el contrario, si el derecho sustantivo en disputa aún se
encuentra sub júdice, o sujeto a revisión, sea por la interposición de algún
recurso o medio de defensa ordinario e incluso, por encontrarse pendiente
62
Fallada el veinticuatro de agosto de dos mil dieciséis por mayoría de cuatro votos de la Ministra y
los Ministros: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Norma Lucía Piña
Hernández y Presidente Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, en cuanto a la competencia legal de esta
Primera Sala en contra del emitido por el Ministro José Ramón Cossío Díaz (ponente); y, por
mayoría de cuatro votos en contra del emitido por la Ministra Norma Lucía Piña Hernández, en
cuanto al fondo del asunto, quien se reserva el derecho de formular voto particular. Los Ministros
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea y José Ramón Cossío Díaz se reservan el derecho de formular voto
concurrente.

84
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

de resolver un medio de defensa extraordinario que pueda dar lugar a


alguna modificación en lo sentenciado, como es el juicio de amparo, el
órgano jurisdiccional que conozca de éste debe aplicar el criterio novedoso
si acaso le es obligatorio por razón de jerarquía, sin perjuicio de que,
durante el juicio o en instancias anteriores, se hubiera aplicado la
interpretación que ha sido abandonada”63.

181. En segundo lugar, al margen de esta aclaración y siendo lo más relevante


para el caso que nos ocupa, debe señalarse que es falsa la premisa sobre
la que partió el Tribunal Colegiado para aludir a un posible efecto
retroactivo de la jurisprudencia en perjuicio. La tesis 3a./J. 21/9264 no era un
criterio obligatorio para resolver el respectivo asunto, pues se trataba de
una jurisprudencia que abordó únicamente las legislaciones del entonces
Distrito Federal y del Estado de Jalisco, no del Estado de Sonora.

182. El Tribunal Colegiado no debió aplicar de manera acrítica dicha


jurisprudencia. En su caso, si a su juicio dicho criterio de la Tercera Sala
detentaba consideraciones que eran relevantes para resolver el caso, como
por ejemplo, la definición de herederos; el uso de esos argumentos se
tendría que haber justificado por analogía y no precisamente por
obligatoriedad.

183. En consecuencia, la valoración de lo que debía interpretarse o no como


heredero por lo que hace al Código Civil para el Estado de Sonora no
estaba sujeta en ningún momento a una fijación jurisprudencial y, como se

63
Ibídem, párrafos 67 y 68.
64
Tesis de la Tercera Sala, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Núm.
59, Noviembre de 1992, página 18, de rubro y texto: “RESPONSABILIDAD CIVIL OBJETIVA. LOS
HEREDEROS DE LA VICTIMA SON LOS LEGITIMADOS PARA RECLAMAR LA
INDEMNIZACION RELATIVA. (INTERPRETACION DE LOS ARTICULOS 1915 Y 1836 DE LOS
CODIGOS CIVILES PARA EL DISTRITO FEDERAL Y EL ESTADO DE JALISCO, A PARTIR DE
SUS REFORMAS DEL DIECISEIS DE DICIEMBRE DE MIL NOVECIENTOS SETENTA Y CINCO
Y VEINTIOCHO DE DICIEMBRE DE MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y DOS,
RESPECTIVAMENTE). Si del texto expreso de los artículos 1915 y 1836 mencionados, se
desprende con claridad que la intención del legislador en cuanto a que quienes están legitimados
para reclamar la indemnización a que esos preceptos se refieren son los herederos de la víctima,
no ha lugar para hacer alguna interpretación en sentido diverso; de tal suerte que no cualquier
familiar está legitimado para incoar la acción de responsabilidad civil objetiva sino precisamente los
herederos, en su caso, por conducto del albacea de la sucesión, de acuerdo con lo dispuesto en el
artículo 1705 del Código Civil para el Distrito Federal y su correlativo 1620 del Estado de Jalisco”.
Precedente: Contradicción de tesis 9/92. Entre las sustentadas por el Quinto Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito y Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito. 5
de octubre de 1992. Unanimidad de cuatro votos. Ausente previo aviso a la Presidencia: Miguel
Montes García. Ponente: Ignacio M. Cal y Mayor Gutiérrez. Secretario: Anastacio Martínez García.

85
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

puede apreciar, era un aspecto que no gozaba de firmeza dentro del juicio;
más bien, se encontraba sujeto a discusión desde el inicio como parte de la
materia del juicio, de la apelación y del amparo.

IX. DECISIÓN Y EFECTOS

184. En síntesis, por las razones apuntadas, esta Primera Sala estima que
ciertos agravios del recurso son fundados, lo cual es suficiente para
revocar la sentencia de amparo y devolver los autos del juicio al Primer
Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Quinto Circuito a fin
de que analice nuevamente los conceptos de violaciones; esto, basándose
en el alcance fijado en esta ejecutoria de los derechos de justa
indemnización y acceso a la justicia y en la interpretación conforme
realizada de los artículos 2086, 2087, 2088, 2109, 2112 y 2113 del Código
Civil para el Estado de Sonora, en lo que respecta a la procedencia de la
indemnización por daño moral cuando se reclama con motivo de la
responsabilidad civil objetiva y el alcance del vocablo “herederos”
tratándose de la reparación del daño patrimonial.

185. Por su parte, como se reseñó al inicio de esta ejecutoria, este recurso
538/2021 guarda relación con el Amparo Directo en Revisión 539/2021.
Ambos asuntos se resuelven con el mismo sentido en esta misma sesión,
dando lugar a la revocación de las sentencias de los juicios de amparo
********** y **********, que partieron de demandas prácticamente idénticas y
en las que se utilizaron las mismas razones por el Tribunal Colegiado para
haber concedido los amparos.

186. A su vez, al ser la presente sentencia un criterio vinculante, y toda vez que
lo aquí resuelto entra en conflicto con lo fallado por el Pleno del Quinto
Circuito en la contradicción de tesis 3/2019, que dio lugar a la tesis PC.V.
J/26 C (10a.) de rubro “INDEMNIZACIÓN POR DAÑO MORAL. NO
PROCEDE CUANDO SE TRATE DE RESPONSABILIDAD OBJETIVA –
RIESGO CREADO– (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE SONORA)”, dese
vista a la Coordinación de Compilación y Sistematización de Tesis de esta

86
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

Suprema Corte para que haga las anotaciones respectivas en dicho criterio
jurisprudencial.

187. Finalmente, no se pasa por alto que el Tribunal Colegiado no entró al


estudio de fondo y sobreseyó el juicio de amparo relacionado **********, por
una razón estrictamente formal: porque se había revocado la sentencia de
apelación a través de las sentencias de los citados juicios de amparo
********** y **********. En ese caso, si bien en esta ejecutoria no puede
levantarse el sobreseimiento dictado en ese juicio ********** (como lo solicitó
la recurrente), en caso de que con motivo del nuevo análisis que tiene que
hacer el Tribunal Colegiado se revoque la sentencia de apelación y la Sala
responsable tenga que emitir una nueva, la parte actora en el juicio
ordinario cuenta con la potestad de hacer valer, de seguir siendo viables,
los argumentos que no le fueron analizados por el Tribunal Colegiado ante
el sobreseimiento.

Por lo expuesto y fundado, se

RESUELVE

PRIMERO. En la materia de la revisión, se revoca la sentencia recurrida.

SEGUNDO. Devuélvanse los autos al Primer Tribunal Colegiado en


Materias Civil y de Trabajo del Quinto Circuito, para los efectos precisados
en la parte final de la presente ejecutoria.

Notifíquese; con testimonio de la presente resolución, devuélvanse los


autos a su lugar de origen y, en su oportunidad, archívese el presente toca
como asunto concluido; asimismo, dese vista al área de Coordinación de
Compilación y Sistematización de Tesis.

Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación


por unanimidad de cinco votos de las Ministras y los Ministros: Norma Lucía
Piña Hernández, Juan Luis González Alcántara Carrancá, quien se reservó
su derecho a formular voto concurrente, Jorge Mario Pardo Rebolledo,

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 538/2021

Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena (ponente) y Presidenta Ana Margarita Ríos


Farjat.

Firman la Ministra Presidenta de la Sala y el Ministro Ponente, con el


Secretario de Acuerdos que autoriza y da fe.

PRESIDENTA DE LA PRIMERA SALA

MINISTRA ANA MARGARITA RÍOS FARJAT

PONENTE

MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA

SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA

MAESTRO RAÚL MENDIOLA PIZAÑA

Con fundamento en el artículo 73 de la Ley de Amparo, se publica el presente proyecto. En términos de lo previsto en los
artículos 113 y 116 de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, y 110 y 113 de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública; así como en el acuerdo General 11/2017, del Pleno de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, publicado el dieciocho de septiembre de dos mil diecisiete en el Diario Oficial de la Federación, en
esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en
esos supuestos normativos.

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