10 Sintomas Psiquiátricos Tratables Con Homeopatía

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sintomas psiquiátricos tratables con homeopatía

La Psiquiatría es la disciplina médica que se ocupa de los fenómenos mentales, para su conceptualización
divide estos fenómenos en síndromes, conjuntos de síntomas que suelen aparecer agrupados en la
práctica, sin embargo este agrupamiento no presupone que linealmente debamos aceptar, sin más, que
responda a una entidad preestablecida fija y natural, más bien parece que tales agrupamientos se deben a
nuestra manera particular de conceptualizar el sufrimiento psíquico, en una manera de proceder que es
calcada del naturalismo. La nosografía psiquiátrica carece de una validación experimental más allá del
empirismo observacional que la alimenta desde el siglo XIX.

Es frecuente en Psiquiatría que resolvamos en un diagnóstico de un síndrome cualquiera ante un


paciente que presenta síntomas mezclados de distintos síndromes, por ejemplo el síndrome ansioso, el
depresivo, el fóbico y el de despersonalización suelen presentarse muy frecuentemente unidos. El
síndrome anoréxico, el síndrome obsesivo y el síndrome bulímico, junto con la impulsividad y la
somatización también suelen presentarse agrupados en los pacientes individuales, planteando problemas
epistemológicos comunes a la Psiquiatría, no solamente entre síndrome y síndrome , sino también entre
síndrome (estado) y rasgo, llevando al absurdo las clasificaciones categoriales en dos ejes.

Otra característica epistemológicamente ambigua de la psiquiatría procede de la tozudez de Descartes y


de la negación de lo psíquico que arrastramos desde que se sacara a empujones el hecho anímico del
hecho corporal y más aún: se negara el hecho psíquico en si mismo asimilándolo a una forma distinta de
manifestación de la materia. La división del hombre en trozos, y más aún, de la medicina en
especialidades responde a esta manera de pensar, lo que ha propiciado que ni los médicos somáticos
consideren el hecho psíquico como un fenómeno asociado al malestar físico ni los psiquiatras lleguen a
considerar el hecho médico o somático que se encuentra detrás de un malestar psíquico. Es evidente que
esta manera de pensar ha hecho crecer y progresar algunas disciplinas médicas como por ejemplo la
cirugía, también es cierto que se han conseguido dominar prácticamente todas las enfermedades agudas
gracias a los antibióticos, sin embargo son de señalar en el debe, la mutación de los gérmenes hacia
formas más virulentas, la aparición de nuevos virus patógenos para los humanos, la contaminación con
metales pesados y productos de la degradación industrial ,la multiplicación de enfermedades neoplásicas
y la elevación de la frecuencia de malestares crónicos que proceden de un mal tratamiento preventivo de
casi todas las enfermedades agudas que no responden a los tratamientos con frecuencia demasiado
agresivos de la alopatía. El resultado de la compartimentación del saber médico ha sido una
profundización en la brecha que separa lo mental de lo corpóreo en la errónea convicción de que un
malestar mental reside necesariamente en procesos bioquímicos averiados en el cerebro, usualmente a
nivel de sistemas de neurotransmisión, perdiendo de vista el hecho de que un malestar mental puede
tener su origen en una víscera alejada y sin lesión estructural alguna.

La homeopatía como la medicina china por el contrario no intenta clasificar los fenómenos mentales
separadamente de los físicos, sino que los incluye en un continuo, donde la toxicidad conocida o
experimentalmente reproducida del fármaco en cuestión se hace coincidir con el síndrome clínico que
presenta el paciente para elegir un medicamento determinado. Su campo de observación no es la clínica
sino la toxicología, su campo de saber procede de los efectos tóxicos de plantas, minerales o productos de
origen animal bien conocidos por sus efectos tóxicos y cuando estos efectos tóxicos son desconocidos
 
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recurre al proving, a la toma repetida de un medicamento en una persona sana observando qué efectos
produce no solamente a nivel físico, sino también a nivel mental incluyendo lo onírico.

A continuación me propongo dar a conocer aquellos síntomas psiquiátricos que son sensibles a un
medicamento homeopático cualquiera. Todos los médicos, incluyendo a los psiquiatras deberían
conocerlos, no solamente porque no existen alternativas a muchos de ellos en el arsenal medicamentoso
convencional, sino porque muchas veces su mecanismo de acción irá más allá de la indicación precisa que
propongo, sucederá cuando ese medicamento indicado sintomáticamente coincida con el constitucional,
algo que suele suceder con frecuencia y que deja al médico y al propio paciente atónitos ante el alcance
terapéutico de la homeopatía.

La homeopatía puede utilizarse de dos modos, uno sintomático, es decir dirigido hacia un síntoma
concreto y otro genérico o constitucional, dirigido hacia un modo reaccional específico. Cuando la
utilizamos de modo sintomático debemos usar diluciones bajas, usualmente diluciones decimales 4, 8, 12,
18, 20, 28, DH, etc. Cuando la usamos de un modo constitucional precisamos de diluciones más altas,
usualmente de 30 CH hacia arriba. Recientemente se ha propuesto un modo terapéutico novedoso, el
acorde de potencias, es decir utilizar un preparado con distintas potencias o diluciones en el mismo
preparado. Este modo de proceder tiene algunas ventajas sobre el tradicional modelo unicista: por una
parte evitar las agravaciones homeopáticas y por otro prestar al clínico un preparado que va a ser útil
para un determinado síntoma al mezclar distintas diluciones en una sola toma con independencia de que
coincida o no con la reactividad particular del sujeto. En contradicción con esta forma de pensar, el
modelo unicista es decir el uso de un solo medicamento para cada individuo solo logrará ser eficaz en el
caso de estar bien elegido y si además no existen bloqueos. Dicho de otra manera, el margen de error al
prescribir un fármaco por encima de las 30CH es muy grande, tanto que contradice la teoría del placebo
para la homeopatía pero también constriñe el uso de la homeopatía a unos pocos iniciados.

Personalmente no he visto nunca ninguna curación homeopática que pueda deberse al placebo, algo que
si he podido observar en los tratamientos alopáticos. Además existe otra condición que hace que un
medicamento aun bien elegido, no haga ningún efecto, se debe a lo que conocemos con el nombre de
bloqueo, un estado hipoérgico donde el sujeto no responde a ningún estimulo, ni siquiera a los pequeños
estímulos que representan los tratamientos homeopáticos que siempre trabajan empujando la fuerza
vital a través de su flujo natural, dicho de otro modo la homeopatía ayuda a que el organismo se defienda
por si mismo algo que sucede en la mayor parte de los casos, incluso cuando de lo que se trata es de morir
en paz.

Por último no es necesario decir que cuando se acierta con el medicamento constitucional o con el alma
de la situación actual cualquier síntoma puede responder. ¿Todos los síntomas responden? He de decir
que me he llevado muchas sorpresas con la homeopatía, pero mi casuística es demasiado poco extensa y
circunscrita a mi especialidad – la Psiquiatría‐ para generalizar resultados, diré sin embargo que en mi
opinión la homeopatía resuelve las enfermedades curables y a veces algunos síntomas concretos que no
responden a ningún tratamiento alopático conocido. Más allá de eso no me atrevo aun a decir nada más.

1.‐Agitación nocturna

 
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La agitación nocturna es un síntoma extraordinariamente frecuente en Psiquiatría, Neurología y Geriatría
y tan rebelde que a veces pone patas arriba no solo uno sino casi todo el vademécum psiquiátrico
convencional. Los psicofármacos tienen efectos paradójicos en los ancianos, las benzodiacepinas en lugar
de sedar puedan provocar excitación paradójica y disforia, los antipsicóticos tan utilizados en la sedación
rápida provocan utilizados crónicamente síntomas extra piramidales y obesidad, los antidepresivos
pueden ser mal tolerados debido a sus efectos anticolinérgicos, y hasta los antihistamínicos más suaves
pueden provocar somnolencia, caídas con frecuentes fracturas y excitación paradójica en los ancianos.

La homeopatía dispone de un medicamento adecuado para el tratamiento de la agitación o inquietud


nocturna. El Arsenicum album, un anhidrido arsenioso que a nivel tóxico da un cuadro similar de
agitación e inquietud, pero que en diluciones homeopáticas es ideal para el tratamiento sintomático de
estos pacientes inmanejables con medicamentos convencionales que son o muy sensibles a los
psicofármacos o por el contrario se encuentran embotados precisamente por un abuso de medicamentos
sedativos. El Arsenicum album por si solo puede controlar la sintomatología de agitación de pacientes
ancianos, siempre y cuando este estado empeore de noche. Para ello utilizo el preparado de los
laboratorios Phinter‐Heel en acordes Arsenicum Injeel forte que se encuentra en ampollas que pueden
inyectarse o beberse. El Mezereum Homarcord del mismo laboratorio posee diluciones de Chininum
arsenicosum en acorde y en gotas. Utilizo 30 gotas diluidas en un litro de agua, a consumir durante un día
entero a tragos agitando intensamente antes de beber. Su efecto es realmente sorprendente y todo
médico debería de contar con este medicamento en su vademécum alternativo.

El Arsenicum album está descrito en muchas Materias médicas como el medicamento de elección en la
anorexia. Personalmente no estoy de acuerdo con esta prescripción, no he visto nunca ninguna anoréxica
que mejore con este medicamento, sin embargo esta discrepancia personal procede otra vez de mi
epistemología psiquiátrica. Para mí una anorexia es algo distinto a la simple falta de apetito, es un
síndrome psiquiátrico de rechazo al alimento por motivos estéticos unido a la amenorrea y la
obsesividad. Sin embargo debo decir que es cierto que Arsenicum album es un buen remedio para la
anorexia simple, es decir para la inapetencia o para aquellas personas, usualmente mayores que rechazan
los alimentos (sitiofobia) y no pueden tolerar su presencia o su olor. Este tipo de cuadros alimentarios no
son anorexias, sino cuadros psicosomáticos abigarrados donde probablemente existan otras causas
metabólicas o toxicidades tisulares que hacen que el paciente rechace la comida a veces imitando una
anorexia mental, este tipo de cuadros cada vez son más frecuentes en población adulta y probablemente
respondan a una mimetización del malestar similar a la que hacen las anoréxicas mentales adolescentes a
partir de la inanición. Es decir la inanición puede desarrollar síndromes anoréxicos experimentales por si
misma, este tipo de inanición responde bien al Arsenicum album y no las anorexias mentales clásicas
donde la paciente no presenta dolores quemantes, ni ansiedad nocturna, dos de las condiciones para una
buena respuesta al Arsenicum.

Por último, el Arsenicum album es un buen medicamento de senectud, los jóvenes con constituciones
simpáticas, rápidos y trabajadores que no pueden estarse quietos responden mejor al Phosphorus. El
Arsenicum es el Phosphorus de los mayores, del mismo modo el Kali sulphuricum es la mejor sal de
potasio para este tipo de pacientes de edad avanzada que sufren problemas asociados de arteriosclerosis
vasculares. Como medicamento coadyudante para este tipo de personas utilizo el Barijodeel (de Phinter‐
Heel) en comprimidos que lleva Arnica, el propio Kalium Phosphoricum y Anacardium.
 
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2.‐ Despersonalización

Aunque ubicua en toda la sintomatología psiquiátrica, la despersonalización, la desrealización y la


disociación no cuentan en el vademécum psiquiátrico con ningún especifico concreto para mejorar o
mitigar estos estados que algunas veces son enormemente desagradables para quien los sufre.
Contrariamente a esta idea existen evidencias de que determinados medicamentos como las
benzodiacepinas poseen un efecto disociativo por si mismas que se utiliza en anestesia para inducir
olvidos del pre o postoperatorio. Las drogas tipo cannabis también tienen efectos disociativos así como el
café o las experiencias agudas de estrés. La disociación leve y poco intensa es un síntoma psiquiátrico que
afecta muy probablemente al 60‐70% de la población en algún momento de su vida bien de forma
espontánea o bien después de algún estrés o toma de fármacos o drogas de abuso.

Los psiquiatras consideran con frecuencia la disociación como un síntoma banal que procede de la
activación de un mecanismo de defensa universal y probablemente tengan razón, en tanto que se trata de
un mecanismo cuya función es mantener determinados materiales (cognitivos, mnésicos, afectivos o
conductuales) desagregados entre si con objeto de hacerse irreconocibles para la conciencia. En este
sentido la disociación es el mecanismo opuesto a la asociación mediante la cual agregamos aspectos
concretos a una determinada experiencia a la vez que la vinculamos con aspectos históricos del Yo. La
asociación en este sentido trabaja para conseguir un sentido unitario, histórico de la experiencia humana,
mientras que la disociación opera en sentido contrario y nos aleja de la historicidad que como sujetos
vamos construyendo con nuestra vida y experiencia acumuladas. Se trata en todo caso de un mecanismo
de alarma que tiende a preservar la experiencia del “aquí y ahora” aunque a veces la intensidad de esta
experiencia de lugar a situaciones catastróficas como el estupor, la fuga o amnesia disociativa persistente
o más frecuentemente a experiencias corporales inusuales, distorsiones perceptivas o el más frecuente
fenómeno de la autoscopia, verse a si mismo como si el Yo estuviera fuera del cuerpo, algo frecuente en
los postoperados debido a los medicamentos administrados en la anestesia.

Con todo, lo más frecuente es que estos fenómenos disociativos estén incluidos en formas abortivas de
trastornos por pánico. Algunas personas son capaces de desdoblar su conciencia cuando se ven sumidos
en un ataque de pánico y pueden modificar el miedo y transformarlo en una experiencia inusual de tipo
disociativo. Evidentemente siempre será mejor sentir que uno se encuentra fuera del cuerpo unos pocos
segundos que el ataque de pánico con el desagradable cortejo vegetativo acompañante y que estas
personas logran eludir. Otros consiguen minimizar sus ataques y convertirlos en ataques de vértigo, otros
en movimientos coreiformes de las piernas y otros por fin en un cuadro psicosomático como diarrea o
vómitos, en todos estos casos existe un fenómeno disociativo asociado que permite eludir si bien no las
consecuencias cognitivas del miedo si al menos sus consecuencias glandulares. Hay que recordar que no
existe somatización sin disociación, sin ese trabajo de mantener separados los afectos de sus
consecuencias viscerales o mentales.

Si la Psiquiatría carece de soluciones específicas para la disociación más allá de los antidepresivos,
algunos de los cuales pueden mejorar – no tanto la disociación‐ sino el estado de ánimo basal. La
homeopatía dispone de dos medicamentos enormemente útiles para las vivencias disociativas, se trata de
Anacardium Orientale y de Cannabis Indica, ambos son muy parecidos en su mecanismo de acción
aunque en el caso de Anacardium nombraré además un síntoma que me parece de interés: su tropismo
 
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en el estómago. ¿Qué relación tiene el estómago con la disociación? Para un medico occidental ninguna
relación pero un medico chino no se sorprendería tanto de esta comorbilidad. Para la medicina china la
disociación no está en el cerebro sino en el estómago y más concretamente en el duodeno, es allí
precisamente donde la digestión separa (disocia) lo puro de lo impuro, lo asimilable de lo inasimilable. La
función mecánica de la digestión corresponde al duodeno pero la función mental corresponde a las
energías del duodeno, es decir a las energías Fuego, hay que recordar que el duodeno es la víscera hueca
(Yang) que se corresponde con el corazón (Yin).

Lo cierto es que Anacardium es tanto un buen antidisociativo como un magnifico medicamento para la
ulcera gastroduodenal. Hay que recordar que si lo usamos para la ulcera habrá que darlo a bajas
diluciones pero si lo utilizamos como antidisociativo habrá que usarlo a 30 CH o 200 CH. recomiendo
comenzar por 30 CH si existen problemas gastroduodenales en una persona con ataques disociativos
cosa sorprendentemente frecuente. En ocasiones Anacardium es también de utilidad en esas personas
que poseen clarividencia, que creen poseer o poseen un don curativo y que efectivamente tienen cierta
intuición para tener sueños proféticos o sincrónicos.

Cannabis indica es muy parecido a Anacardium y está indicado en esas personas que habiendo abusado
de la marihuana han alcanzado lo que se conoce como un estado amotivacional, suelen ser adolescentes
que presentan problemas en sus elecciones a largo plazo, disconformidades con la sociedad o la
identidad, experiencias perceptivas distorsionadas generalmente asociadas a las dos mitades del cuerpo,
presentan trastornos en la percepción del tiempo, son extremadamente sensuales y relatan experiencias
beatificas concretas que sin llegar a ser delirantes resultan cuando menos inusuales, además tienen
antecedentes de consumo de marihuana de forma crónica y persistente.

3.‐Duelo reciente

Como psiquiatra he de decir que el medicamento homeopático más interesante y el que primero utilicé
con éxito fue Ignatia. Lo realmente curioso de Ignatia (cuyo principio activo es la estricnina) es que se
adapta muy bien a todas las pérdidas, desengaños, sufrimientos sentimentales o perdidas de seres
queridos siempre que esta pérdida sea reciente con independencia del síndrome clínico que presente el
paciente. Lo he administrado en trastornos de pánico, depresiones reactivas, o en situaciones de estrés
vinculadas al sufrimiento sentimental. Ignatia se adapta muy bien a los terrenos de la mujer liberada,
asertiva y competente, pero también a las tipologías matriarcales, madres que sufren por la emancipación
de sus hijos, “el nido vacío” a el alejamiento ocasional o definitivo del marido o hijos. Es un medicamento
clásico de lo que la Homeopatía llama histeria, un rótulo que en Psiquiatría ya no se usa debido a su
ambigüedad, en realidad Ignatia resolverá perfectamente tanto un síntoma psicosomático, como el bolo
esofágico (un síntoma que siempre se nombra en las materias medicas acentuando su aspecto
paradójico) como cualquier otro, desde la depresión hasta la bulimia siempre y cuando en cuyo origen se
encuentre el desengaño, la decepción o la pérdida.

Es evidente que ante una pérdida no todo el mundo reacciona igual, la homeopatía ha descrito en el
capitulo sobre “Trastornos por…” múltiples formas reactivas en cuyo origen se encuentra la perdida
misma. Si sospechamos que un determinado evento tiene relación con un desarrollo mórbido lo que
debemos preguntarnos es ¿Desde qué emoción concreta ha vivido esta persona esa pérdida? ¿La ha
vivido, desde la cólera suprimida, desde la pena silenciosa, desde la decepción universal, desde la
 
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vergüenza, o desde la indignación? Cada medicamento homeopático se adaptará mejor a unas
reactividades que a otras.

Por ejemplo,

Opium es ideal cuando algo se ha vivido desde la vergüenza y se trata de ocultar,

Staphysagria estará indicado cuando se ha ofendido el honor o el pudor y es la indignación evidente la


emoción fundamental.

Ignatia se adaptará a las pérdidas o desengaños que se viven desde la decepción o la pena silenciosa y

Colocynthis es de elección frente a la ira suprimida que se somatiza en aparato digestivo o vísceras
huecas.

Usualmente utilizo un preparado de los laboratorios Phynter‐ Heel llamado Ignatia homarcord, que
además de Moschus, un medicamento antihistérico‐antisomatización contiene un balanceo en acorde de
la propia Ignatia y además se presenta en gotas que pueden diluirse (30 de ellas) en un litro de agua y
consumirse a tragos durante un día.

4.‐Indiferencia y estupor

Hay que recordar que Hipnos era el Dios del sueño, hermano gemelo de Tanatos, ambos hijos de la noche
(Nix). La mitología griega les otorga la condición de necropompos, “los que acompañan al moribundo al
Hades”. Existen cuatro personajes fundamentales para esta tarea, primero entra Hipnos en acción
provocando un estado similar al sueño, la inmovilidad, luego Tanatos acompaña al moribundo a la tumba,
allí le recoge Hermes‐Mercurio que le baja al inframundo, Caronte le lleva en la barca hasta la otra orilla y
es depositado al cuidado de Hades ya en el Tártaro. Hipnos a su vez tuvo un hijo incestuoso con su madre,
Morfeo cuya función es disfrazarse para aparecer en los sueños de los hombres.

La indiferencia afectiva es un síntoma ubicuo en Psiquiatría, lo podemos encontrar en formas muy graves
en patologías como la esquizofrenia o la melancolía. No conviene confundir la indiferencia que es un
estado de no‐dolor, con la anhedonia que es un estado de no‐placer, aunque a veces las podemos
encontrar mezcladas formando parte de un mismo síndrome psiquiátrico. En sus formas psiquiátricas
más graves puede llegar al estupor catatónico y en sus formas somáticas más intensas casi siempre a la
parada respiratoria, sin embargo lo más frecuente son esos conglomerados afectivos de embotamiento,
desinterés, ausencia de dolor (cuando debería haberlo), un aspecto que se ha señalado como de
congelamiento afectivo, anergia e hiporeactividad a los estímulos. En su extremo más intenso puede
asimilarse al coma.

Hay que recordar ahora que este cuadro es precisamente la intoxicación hípnica atribuible al opio y a su
“similinum” homeopático de Hipnos, el dios del sueño, que imita a la muerte, la inmovilidad y la falta de
reacción incluso la más arcaica, de ellas, el dolor. Opium está indicado en este tipo de cuadros, más aun
cuando su origen es un traumatismo craneoencefálico, un trauma mental o una pérdida vivida desde la
vergüenza o el deshonor y que además trata de ocultarse.
 
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5.‐ Dolor somatomorfo

El dolor somatomorfo es probablemente la enfermedad crónica por la que los pacientes somáticos son
remitidos con más frecuencia a los psiquiatras. Se trata del conocido dilema que presentan los clínicos a
la hora de etiquetar un síntoma invalidante que carece de justificación orgánica alguna. Es usual que
cuando un médico convencional no encuentre razones para justificar un determinado dolor lo etiquete
como histérico, es decir como falseado y lo remita al psiquiatra con intención de conceptualizarlo desde
el punto de vista psicógeno. Algo así ha pasado con la entidad misteriosa conocida como fibromialgia,
sospechosa en un principio de tratarse de una nueva enfermedad psiquiátrica, ha sido retomada por
reumatólogos y rehabilitadores ante la presión de las asociaciones de enfermos por conseguir la
depsiquiatrización de este malestar por otra parte muy común y en amplia extensión en las sociedades
opulentas. En un principio se sospechó que la fibromialgia era una enfermedad mental, ante la falta de
evidencias de lesiones objetivas, además existía otra causa de sospecha: las pacientes con fibromialgia
respondían bien a la amitriptilina, un antidepresivo tricíclico y además eran en su mayoría mujeres solas
con cargas familiares y en el umbral de la menopausia. Hoy, aunque la fibromialgia ha pasado a formar
parte de la clientela de distintos especialistas, es evidente que se encuentra desubicada nosológicamente
planteando dilemas a la división de la medicina en especialidades y refractaria a casi todos los
tratamientos ensayados con la exclusión de la amitriptilina que mejora en parte el dolor al mejorar el
estado de ánimo a expensas de introducir molestos efectos secundarios.

Mi opinión sobre la fibromialgia es que se trata de una enfermedad de origen desconocido, pero presumo
que tiene más de orgánico que de puramente psiquiátrico. Estoy al tanto de los avances que sobre ella se
van dando y me estimulan las teorías sobre el intestino permeable y la toxicidad muscular de
determinados metabolitos del ciclo de Krebs (el ácido tartárico) quizá como consecuencia de una
infección crónica del intestino grueso por Candida Albicans. En mi experiencia profesional he tratado a
un sin número de fibromiálgicas, tanto con alopatía (con pobres resultados) y últimamente con una
combinación de medicamentos homeopáticos y homeotoxicologia. Concretamente estoy estudiando los
resultados de una combinación de fármacos de los laboratorios Phinter en un grupo de 7 fibromiálgicas
que siguen además diversos tratamientos rehabilitadores en mi Hospital. Dado que los resultados no
están todavía cuantificados debido a que el ensayo no ha terminado, no voy a publicarlo aquí y ahora,
pero me gustaría adelantar algunas cosas que han resultado parcialmente eficaces. Se trata de dos
medicamentos del laboratorio nombrado más arriba: El Coenzyme Compositum , un medicamento
homeotoxicológico que contiene varios enzimas involucrados en el ciclo de Krebs y que se presenta en
ampollas, el Lymphomyosot, un drenador linfático de la matriz extracelular y el Spascupreel, un
medicamento homeopático a base de acordes de Colocynthis que disminuye el dolor musculo‐
esquelético. La Chamomila, un medicamento de enorme interés en Pediatría es también aplicable en
aquellas personas que reaccionan exageradamente al dolor.

En mi opinión sea cual sea la etiología de la fibromialgia existe un estado de hipereactividad al dolor por
probables lesiones difusas de la matriz extracelular que envuelve todo el organismo, es posible
imaginarse que esa matriz se haya vuelto rígida por depósitos de sustancias inertes en ella que impidan el
normal trasiego de sustancias y detritus. Hay que recordar que en esa matriz extracelular existen fibras
nerviosas tanto simpáticas como parasimpáticas que podrían estar microscópicamente comprometidas a
partir de estos depósitos (usualmente glicoproteinas). He observado que el drenaje linfático que se
 
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consigue de muchas formas pero también mediante el remedio homeopático Lymphomyosot prepara al
organismo frente a otros remedios como el Spascupreel que probablemente administrado sin el previo
drenaje no mostraría su actividad. Espero más adelante publicar los resultados de mi investigación en
algún lugar, pero mientras tanto quiero decir que la homeotoxicología y la homeopatía pueden resultar
de un extraordinario interés para tratar esta patología tanto si en su origen se encuentra un factor
psicógeno desencadenante, usualmente un divorcio o una mortificación crónica, como un enfriamiento o
un tratamiento con antibióticos, tres de los grandes estresores que podemos encontrar como
precipitantes.

En cuanto a la personalidad de la fibromiálgica y su relación con el síndrome de fatiga crónica, véase el


epígrafe sobre agotamiento y fatigabilidad.

6.‐ Paranoia y rencor.‐

La paranoia es una enfermedad psiquiátrica afortunadamente poco frecuente en sus formas más graves y
que carece en la actualidad de tratamiento alguno más allá de la administración crónica de antipsicóticos
que la mayor parte de las veces resultan ineficaces en la transformación del delirio de los sujetos. La
diferencia que existe entre una paranoia y una esquizofrenia paranoide es que los paranoides conservan
una cierta estructura en su personalidad, deliran sobre cosas posibles (engaños, amores, inventos,
enfermedades o persecuciones) en comparación con los esquizofrénicos cuyos delirios son
fragmentarios, cambiantes, fantásticos o francamente bizarros. Además los paranoides por lo general
pueden llevar una vida más adaptada y suelen enquistar su delirio, de manera que pueden aparecer como
personas normales siempre y cuando no se hable de la temática concreta que es la base del delirio.

La Psiquiatria ha perdido mucho tiempo clasificando los delirios paranoides según su temática y muy
poco tiempo estudiando las actitudes profundas de la personalidad con respecto al propio delirio. La
medicina china por ejemplo propone que la paranoia procede del riñón (miedo) y más concretamente de
la viscera yang del riñón: la vejiga de la orina, según su fisiopatología podemos encontrarnos con dos
formas de paranoia, una por un defecto de yin del riñón que se vería incapaz de controlar el fuego del
corazón y otra por el “fuego de agua” es decir por un incendio energético de los excesos yang de riñón.
Hablando en términos psicopatológicos es verdad que la paranoia puede desarrollarse en personas que
han vivido en ambientes aterradores, en este sentido el miedo podría enfermar al riñón tal y como lo
conceptualizan los médicos chinos, pero también existe otra vía de entrada la paranoia: las vivencias de
humillación que provocarían excesos yang en el riñón. Siguiendo la ley madre‐hijo existiría aun otra
posibilidad que la pena (metal) enfermara al riñón (miedo). Dicho de una manera más ortodoxamente
psiquiátrica a la paranoia se puede llegar de tres maneras, mediante la repetición de vivencias de terror,
de humillación o de pena, sin contar con las desarmonías de Qi innatas.

Naturalmente los síndromes paranoides que corresponderían a estas tres etiologías sería distinta, el
primer caso, aquellas causadas por el terror es seguro que se traduciría en una personalidad desconfiada
y hostil, pero también con un comportamiento activo, querulante, peleador y malicioso. En el segundo
caso podríamos encontrarnos casos de paranoia donde el miedo, la reacción de huida y evitación, la
“atmósfera de persecución” o la “atmósfera de evitación o escape social” representarían extremos entre la
menos y la más adaptada de las formas. El tercer caso, por fin serían aquellas vivencias paranoides que

 
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acompañan a la melancolía o a la depresión, una enfermedad donde lo paranoide puede aparecer
entremezclando el sindrome paranoide y el depresivo.

Nitricum acidum es el ácido nítrico (NO3H) y representa a uno de esos medicamentos homeopáticos
dirigidos al miasma sifilítico. Para Hahneman la psora, la sicosys, la sífilis y la tuberculosis no eran
simplemente enfermedades individuales, sino improntas genéticas que se transmitían al linaje de los
humanos mediante la impregnación del material genético , esta idea que en parte contradice la teoría
darwinista de que sólo podemos heredar de nuestros padres los caracteres heredables, parece que vuelve
a poner de moda el modelo de herencia lamarckiano, que sostenía que los caracteres adquiridos también
pueden heredarse. Lo cierto es que existen niños que contraen el SIDA en el útero de sus madres, por no
hablar del síndrome alcohólico fetal o de los estigmas dentarios de la sífilis connatal, bien es cierto que en
estos casos el feto se infecta en el útero si la madre también es portadora de sífilis, SIDA o es una
alcohólica crónica. No está por tanto demostrado que el padre pueda introducir en el código genético de
sus hijos mensajes que reproduzcan su alcoholismo, blenorragia, sífilis o tuberculosis directamente.
Algunos homeópatas no toman las ideas de Hahneman al pie de la letra y se conforman con admitir la
herencia de estas tendencias, algo que por otra parte no necesita demostración alguna y sostienen que en
los tiempos del maestro no se sabía lo suficiente de genética para conocer las leyes de la herencia, así que
Hahnneman echó mano de una metáfora, el miasma.

Con metáfora o sin ella, lo cierto es que Nitricum acidum es un medicamento a tener en cuenta por los
psiquiatras que trabajan con este tipo de personas, paranoides, con antecedentes de alcoholismo en
alguno de sus padres, querulantes, hostiles, vengativos, maliciosos y donde el rencor da lugar a
fenómenos sociopáticos y conductas disadaptadas. Nitricum acidum tiene una indicación no psiquiátrica
que justamente aparece con mucha frecuencia en este tipo de personas: me refiero a la patología rectal o
anal, se trata de un magnifico medicamento de los orificios, sobre todo cuando existen grietas, erosiones,
sangrados, condilomas, ulceras, neoformaciones o verrugas perianales.

Desde el punto de vista psiquiátrico Nitricum acidum se adapta al síntoma paranoide activo, querulante,
donde el sujeto se siente víctima de una injusticia y que no duda en mantener pleitos diversos con todas
las instituciones a las que culpa de su desgracia.

7.‐ Perfeccionismo.‐

El perfeccionismo es uno de esos síntomas con que los psiquiatras nos encontramos desvalidos a la hora
de dar un remedio para aliviarlo. Nosotros lo conceptualizamos como un rasgo de carácter y no como un
síntoma, lo cual le hace, si cabe, aún más refractario a cualquier tratamiento. El perfeccionismo es sin
duda uno de esos síntomas que más hacen sufrir a la humanidad, se trata de uno de los grandes enemigos
de la felicidad y del bienestar cuando se convierte en una compañía intensa y común de la personalidad,
algo demasiado frecuente como acompañamiento de las anorexias restrictivas, una de las enfermedades
más comunes de nuestros adolescentes opulentos.

El perfeccionismo es probablemente una solución de compromiso que no tiene un único origen: por una
parte existe un modelo social que presiona en una determinada dirección y que consigue abrumar a
muchas chicas responsables, que buscan la excelencia y que tienen buenos rendimientos académicos. La
paradoja es que estas chicas realizan un esfuerzo extraordinario para mantener estos rendimientos a la
 
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vez que intentan responder a las expectativas que sus padres y sobre todo, la sociedad entera pone hoy
sobre las mujeres, una tarea heroica, porque conjugar la belleza con los roles tradicionales de la mujer y
al mismo tiempo encajar los valores emergentes como la competencia masculina en un mundo fascinado
por el dinero, los resultados y las demostraciones de brillo, es una tarea frecuentemente imposible.

Además existe otro factor psicológico y personal: la muchacha debe realizar este esfuerzo en un momento
de cambio, donde aun no ha integrado los cambios hormonales, ni las modificaciones de su cuerpo,
mientras intenta construir una identidad que dé cabida a las exigencias anteriores, mientras
simultáneamente pone a prueba su capacidad de seducción ante merodeadores masculinos y mientras se
compara con sus iguales. Semejante tarea precisa de un apoyo similar en intensidad del padre y aquí
viene precisamente el conflicto, muchos padres apoyarán a sus hijas si estas se muestran dóciles,
obedientes, son cariñosas y extravertidas, es decir si coinciden con los modelos femeninos del padre, pero
negarán este apoyo a aquellas muchachas ambiciosas, independientes e introvertidas que son
precisamente las que tienen más riesgo de enfermar de perfeccionismo, de excelencia, sin olvidar
tampoco a las madres que pueden sentirse humilladas por los rendimientos o voluntad férrea de sus
hijas.

Usualmente lo que hacen estas muchachas, es llegar a una situación de negación de lo que de femenino
hay en ellas mediante un retroceso de la formula hormonal prepuberal, utilizando una estrategia de
retardo del crecimiento a través de la inanición, al mismo tiempo este estado de emaciación electiva
favorece la aparición de fenómenos obsesivos, al tiempo que provoca modificaciones del estado de
conciencia aumentando la percepción de autoeficacia en la joven que es así incluida en un torbellino o
bucle sin fin de ayunos, inanición y perfeccionismo aumentado.

Los médicos chinos conceptualizan los fenómenos obsesivos de tres maneras fundamentales: el exceso de
reflexión procede de las energías Tierra cuya función es establecer vínculos, y la Tierra puede enfermar a
su vez por un exceso de reflexión u obsesividad. Además, la Tierra nutre el metal, la transformación de los
vínculos, el perfeccionismo es un fenómeno obsesivo que procede del metal, que puede enfermar tanto de
pena, como de un déficit de las energías Tierra. Por último existe otra estirpe obsesiva en el Agua
(miedo), lo que nosotros conceptualizamos como fobias impulsivas y que se produciría a través de una
disfunción primaria del riñón o bien de un defecto de las energías del metal que se verían comprometidas
a la hora de nutrir el Agua del mismo, este cuadro sería más fóbico que compulsivo, usualmente
representado por el miedo a dañar.

Nosotros conceptualizamos el perfeccionismo como un fenómeno obsesivo pero sabemos que existen
ciertas diferencias con el trastorno obsesivo‐compulsivo verdadero (que estaría ligado a las energías
Tierra), y la obsesividad entendida genéricamente. Siguiendo el modelo tradicional chino, el
perfeccionismo metálico de las anoréxicas de nuestro tiempo representaría un exceso Yang del metal al
que se llegaría mediante una insuficiencia de la Tierra para expandir los vínculos del Metal (o para
separarse de él) y que corresponde psicológicamente con las transiciones de las lealtades y afectos desde
los padres hacia los iguales, frecuentemente incluyendo los primeros escarceos sexuales y sus ansiedades
consiguientes. En este sentido considero la anorexia como una estrategía de evitación de la muchacha por
identificarse con la función materna o al menos para retardarla, en esta constelación el perfeccionismo
representaría los esfuerzos de la niña para recuperar los apoyos del padre (o de la madre) perdidos en su
 
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batalla por lograr emanciparse al mismo tiempo que precisa apoyarse en figuras a veces ausentes,
insuficientes o distantes.

Otras muchachas ante este mismo problema optan por estrategias diferentes aun manteniendo su
mascarada núbil de inanición, se posicionan hipertrofiando su pasividad femenina, su indolencia, o su
dependencia, dando a entender que carecen de deseos y simplemente esperando a que algo suceda, como
Perséfone parecen esperar que alguien las rapte o las rescate de si mismas. Otras por el contrario optan
por la rebeldía, la insumisión o el desafío social.

Sepia es el medicamento homeopático que mejores resultados da con el perfeccionismo extremo de las
muchachas del primer grupo aquellas que optan por la autoexigencia, la excelencia, suprimen su
sexualidad y sus reglas y presentan rituales compulsivos como síntoma central. En realidad estos rituales
obsesivos, tanto como el perfeccionismo representan la dificultad de estas muchachas para conjugar su
sexualidad, con las soluciones que en un determinado momento resultaron adaptativas para asegurarse
el apoyo del padre ( o la madre). Hay que señalar que ninguna muchacha puede progresar afectivamente
ni desplegará toda su potencialidad sin ese efectivo apoyo paterno, algo que suele ser fácilmente
detectable, aunque posteriormente este mecanismo se libera porque provoca una percepción de
autoeficacia que resulta en una universalización del mismo para toda situación.

Si Sepia resulta un buen medicamento para reducir el perfeccionismo de las muchachas autoexigentes
que buscan la excelencia, Silicea es ideal para aquellas otras que como Perséfone simplemente aguardan,
disminuyen sus rendimientos académicos debido a su incapacidad para resultar competentes en esa
vorágine y se abandonan pasivamente a su destino. Tanto uno como otro son remedios constitucionales
que deben emplearse a altas diluciones para aliviar los síntomas mentales. Silicea es más lento de acción
que Sepia.

8.‐ Agotamiento y fatiga.‐

Probablemente la fatigabilidad es una de las demandas médicas más frecuentes en medicina de familia y
que usualmente se resuelve mediante la administración de vitaminas, complejos energéticos y con
determinada frecuencia mediante antidepresivos.

Nuestra conceptualización acerca del agotamiento está huérfana de teorizaciones y también de ubicación
nosológica. Todo pareciera indicar que el agotamiento no puede existir si hay una buena alimentación y
en consecuencia una avitaminosis o una carencia, algo que los médicos dan por supuesto con demasiada
facilidad. Como decía en el epígrafe anterior la inanición de la anoréxica debería manifestarse en un
síndrome de agotamiento, sin embargo las pacientes nos aparecen como vivaces, bien despiertas y en
absoluto cansadas, se trata de una consecuencia bien conocida de la inanición por si misma. La
hiperactividad de la persona inane es consecuencia de la misma inanición, sin embargo tanto esta
hiperactividad como la postración del enfermo febril deben tener el mismo tratamiento médico. Hay que
considerar el agotamiento tanto si se encuentra disfrazado de hiperactividad como si es evidente en la
postración.

 
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Los acidum son medicamentos homeopáticos extraordinarios para todas las condiciones del agotamiento
o la fatigabilidad. Disponemos de dos medicamentos fundamentales, el Phosphoricum acidum (ácido
fosfórico) y el Muriaticum acidum (acido clorhidrico).

Muriaticum acidum está indicado cuando el agotamiento está referido a la función materna, tanto en
sentido literal como alegórico. Funcionará tanto cuando el agotamiento esté relacionado con partos,
lactancias y crianzas prolongadas tanto como si este agotamiento se debe a la “función de cuidado”, algo
que ha venido en llamarse el síndrome del cuidador. Es bastante frecuente que aquellas personas que
tienen la responsabilidad de cuidar de otros, tanto parientes como enfermeras quiebren su salud durante
el tiempo en que ejercen sus cuidados y a veces que inmediatamente después de cesar en estos cuidados
inicien ellos a su vez un estado mórbido que muchas veces se confunde con un duelo. He visto casos
donde el cuidador ha muerto repentinamente mientras cuidaba de un enfermo que más tarde se
recuperaba, este tipo de circunstancias nos obligan a pensar en las energías que se consumen durante el
cuidado de un enfermo, sobre todo cuando el pariente se niega a apartarse de él, cosa que es posible
observar con madres que cuidan de un hijo grave.

Algunas personas tienen un riesgo más elevado de sucumbir a este tipo de experiencias: se trata de
aquellas personas que tienen según la medicina tradicional china, un déficit de Yin de hígado. El elemento
madera es el responsable de la agresión de defensa, pero también de la asertividad, la planificación y la
decisión. Energéticamente hablando pueden enfermar de dos maneras, o bien por la incapacidad de
retirarse o bien por la incapacidad de implicarse o de rendirse o desanimarse fácilmente. La incapacidad
de retirada es la que ahora nos interesa conocer para vincularla al tema del agotamiento, se trata de
personas que son incapaces de dejar algo a medias, si son amas de casa no serán capaces de aplazar una
determinada tarea, si han sido humillados en alguna cosa, no cesarán de acosar al humillador hasta
obtener una compensación, si discuten por algo trataran de llevar la discusión hasta el esperpento. Nunca
se retiran, se rinden o abandonan. Este tipo de personas son incapaces de descansar, de sobreponerse o
de reponer energías, su sueño es además de mala calidad y no reparador. Para ellas no existe la palabra
ceder, convalecer o apartarse, si ceden será por un accidente, un colapso nervioso o una enfermedad
grave.

El elemento madera (sistema energético del hígado) tiene entre otras funciones la nutrición de músculos
y tendones, es usual que este tipo de personas asimilables a lo que nosotros clasificamos como
personalidad masoquista o pasivo‐agresiva, planteen problemas de agarrotamiento muscular,
pinzamientos, protusiones, hernias y contracturas musculares. En relación con la fibromialgia que antes
nombré, existen muchas evidencias de que el síndrome de fatiga crónica y la propia fibromialgia
participen de un cuadro clínico común y que dinámicamente exista una supresión de la agresividad que a
veces puede alcanzar incluso a la autoafirmación de cualquier área del ser que puede estar inhibida, algo
que podría explicar la acción benefactora de Colocynthis.

El agotamiento de la función materna como cualquier otra ansiedad puede llegar a traspasar los limites
del individuo y contagiarse a otros, usualmente a los hijos. Es frecuente que un niño pueda responder a
Muriaticum acidum cuando su madre se encuentre en una situación de agotamiento debido a los
cuidados que pueda estar brindando a otra persona, usualmente a un anciano.

 
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Phosphoricum acidum es un magnifico medicamento de agotamiento físico y psíquico, por ejemplo el que
encontramos en jóvenes que se someten a dietas excesivas, ejercicio o planes de estudios devoradores.
En este sentido Phosphoricum acidum es un buen medicamento coadyudante de la anorexia,
adelgazamiento, y de primera elección en la fatigabilidad y agotamiento psico‐fisico.

9.‐Deficits cognitivos ligados a la edad.‐

Los especialistas estamos tan acostumbrados a trabajar con diagnósticos operativos que cuando vemos a
un paciente que presenta un problema de memoria lo primero que hacemos es iniciar una larga tarea de
diagnóstico para demostrar un cuadro demencial – de base orgánica‐ que siempre sospechamos ante un
paciente de edad que inicia problemas de memoria.

Esta actitud es seguramente adecuada, pero la mayor parte de las veces no encontramos ninguna prueba
de neuroimagen (costosísimas), ni de neuropsicología que demuestre nada más allá de una cierta pérdida
cognitiva sin filiación alguna. Es decir nos encontramos lo normal, lo esperable: un sufrimiento casi
siempre sin filiación que deja al paciente sin ningún remedio que pudiera mitigar sus déficits subjetivos.
Además de eso nos podemos encontrar un paciente abotargado, excesivamente sedado y multitratado
con medicamentos que tienen en el hígado la primera barrera de detoxificación, múltiples malestares
tratados crónicamente con antihipertensivos, antidepresivos, sedantes, por nombrar tan sólo algunos de
los más utilizados y que en los pacientes de edad avanzada debido a la ralentización de su metabolismo
operan como auténticos venenos.

En este contexto es muy característico que los pacientes mejoren después de suprimir o de redefinir la
toma de fármacos. En Psiquiatría es muy frecuente observar que un paciente que nos ha sido remitido
por una sospecha psiquiátrica mejore después de suspender alguna de estas explosivas mezclas que
representan la dispersión del saber médico en especialidades sin que nadie ponga un cierto orden o
priorice qué fármacos son necesarios y cuales son prescindibles. Es realmente curioso que seamos los
psiquiatras que hemos sido con frecuencia acusados de utilizar fármacos peligrosos los que con
frecuencia pongamos un cierto sentido común en las multiprescripciones.

Cuando me llega un paciente así, usualmente me dedico a descargar el sistema hepático de tanta agresión
externa, a veces simplemente retirando fármacos convencionales y utilizando fármacos
homeotoxicológicos. Para el drenaje y limpieza de un organismo sobrecargado de este modo utilizo, la
solución detoxificante de Phinter‐Heel, un combinado de tres frascos, uno lleva Lymphomyosot, ya
nombrado, otro Berberis, un mágnifico drenador del riñón y el tercero Nux vomica el drenador digestivo
universal. 30 gotas de cada frasco en 1 litro de agua y día. También son útiles el Chelidonium Homarcord,
y Galium heel, ambos existen en forma de gotas

El déficit de memoria suele responder a dos medicamentos, uno de ellos es el Plumbum y el otro la Ambra
grisea. El Plumbum (plomo metálico) es un medicamento asombroso, cuando está indicado mejora
notablemente las capacidades cognitivas y afectivas de los sujetos que lo toman, se trata de un metal que
está indicado en aquellas personas que derivan hacia la esclerosis desde una posición de rigidez o dureza
emocionales, también en el Parkinson y en realidad en cualquier enfermedad neurodegenerativa, sin
embargo mi experiencia con él no pasa de algunos casos tratados con éxito de pacientes que presentan
déficits cognitivos, usualmente la dificultad para recordar nombres, fechas, citas o quehaceres.
 
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Los metales pesados como se sabe no se deben encontrar en el organismo humano pero también
sabemos que se encuentran con frecuencia debido al problema de la contaminación de la cadena
alimentaria. Una fuente común de contaminación con el plomo son las industrias de esmaltes y cerámica
y también en linotipistas o los que trabajan en imprentas con materiales tóxicos que contienen el metal.
La intoxicación crónica con plomo provoca una enfermedad llamada saturnismo que probablemente ha
desaparecido de nuestro ambiente, desde que las conducciones de agua fueron sustituidas por cobre, sin
embargo mi opinión es que es posible presuponer que existan reacciones de hipersensibilidad al plomo
(y al resto de metales pesados) que sean idiosincrásicas para determinadas personas. Cuando sospecho
un paciente “Plumbum metallicum” suelo pedir una determinación en sangre y siempre me encuentro
con algún que otro picogramo de plomo, que no permite por supuesto diagnosticar una intoxicación (un
saturnismo), pero si permite especular con una especial sensibilidad al metal sobre todo cuando el
paciente responde al plomo homeopático. Eludir los metales pesados es probablemente imposible en una
sociedad contaminada e industrializada como la nuestra y donde nadie parece decidido a renunciar al
bienestar que esta industrialización y gran consumo nos depara, pero al menos el médico debe saber que
determinados contaminantes pueden resultar mórbidos en ausencia de intoxicación franca o letal, algo
que en el futuro nos vamos a encontrar cada vez con más frecuencia, en los plásticos, el mercurio y otros
contaminantes, incluyendo a lo que ya se conoce con el nombre de disruptores hormonales, sustancias
químicas que funcionan como estrogenos‐like y que pueden estar implicados en la baja fertilidad
masculina de determinadas zonas geográficas.

Plumbum como Silicea en la infancia‐adolescencia se adapta a la constitución fluórica, melancólica, lenta


y simpática que se manifiesta por asimetrías, implantación dental incorrecta, paladar ojival e hiperlaxitud
ligamentosa que se corresponde con el miasma sifilítico de Hahneman.

La Ambra grisea es un medicamento de senilidad pero también de transiciones, retardo en la dentición o


retardo en abandonar “el paquete”, está indicada en la vejez prematura y en todas las situaciones ligadas
a la senilidad. Uso un preparado llamado Cerebrum compositum en ampollas, que lleva todos los
principios homeopáticos ligados al envejecimiento.

10.‐ Terrores nocturnos

El miedo es una emoción universal en el ser humano y probablemente una señal de alarma arcaica e
innata. Al margen de que algunos pacientes tienen motivos más que sobrados para ser miedosos, debido
a que han sido expuestos a condiciones de terror durante su crianza, bien por proceder de entornos
aterradores como aquellos que tienen padres maltratadores o abusivos, la verdad es que existen
personas más miedosas que otras. La constitución cárbónica que en homeopatía se describe como gordos
y fofos, pero que pueden ser conceptualizados como parasimpáticos y lentos son las constituciones más
vulnerables al miedo y a desarrollar estructuras fóbicas o evitativas en la época de adultos.

La manifestación más común del miedo en los niños, son sin duda tres: el miedo a estar solo, el miedo a la
oscuridad y el terror nocturno. Los tres síntomas suelen ir unidos y suelen responder a medicamentos de
la serie carbónica como Calcarea carbonica o Kali carbonicum, ambos como tratamientos de fondo, pero
quiero referirme sobre todo a los terrores nocturnos que se manifiestan con pesadillas.

 
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La pesadilla es un ensueño de carácter terrorífico que suele despertar al soñante que no recupera el
estado de vigilia hasta después de haber pasado un cierto tiempo y haber despertado del todo, a veces es
necesario ser despertado, de tan vividos que son los contenidos de la pesadilla, de manera que en cierto
modo la pesadilla supone la irrupción de material inconsciente en la interfase de sueño‐vigilia. Los
materiales que suelen componer estas pesadillas son mágicos y primitivos, contenidos del inconsciente
que aun se encuentran activos entre los infantes, a veces monstruos, fantasmas, vampiros o seres
mitológicos alimentados por películas o narraciones a las que los niños se exponen demasiado
precozmente debido a la ubicuidad de la televisión y a la sobrecarga de imágenes a las que se ven
sometidos.

Este tipo de niños suelen poseer una intensa vida imaginativa y presentar alucinaciones hipnopómpicas
(al despertar) e hipnagógicas (al dormirse) muy vividas y que suelen recordar estando despiertos
confundiéndolas con experiencias reales en estado de vigilia.

Los terrores nocturnos suelen desaparecer con la edad a veces dejando ciertas secuelas de evitación,
rasgos de personalidad temerosa o ansiedad o hipersensibilidad sociales. Por el contrario los adultos
también pueden tener pesadillas después de haber sido afectados por alguna clase de estrés, destacan
sobre todo las pesadillas recurrentes sobre un hecho traumático que acaecen en un trastorno por estrés
agudo o postraumatico, quizá el síndrome clínico que con más frecuencia involucra a las pesadillas en el
adulto.

El Estramonium es el mejor medicamento homeopático antipesadilla, se trata de una solanácea (datura


estramonium) cuyos principios activos (como en el beleño y la belladona) son alcaloides bien conocidos
por los médicos, ya que todos ellos contienen atropina. La atropina es un agente anticolinérgico que tiene
la capacidad de inducir una intoxicación del SNC con hipertermia que puede ir desde una psicosis con
delirio alucinatorio visual, hasta la muerte. Las psicosis atropínicas han sido bien estudiadas a partir de la
intoxicación accidental de pacientes que la ingerían y también a través de ciertas practicas
psicodislépticas comunes en la cuenca mediterránea con el uso folklórico de los extractos secos de estas
tres plantas, que se utilizaban para inducir trances místicos, midriasis y visiones en el contexto de
ceremonias rituales. La atropina sigue utilizándose en medicina como midriatico y sus derivados como la
Buscapina como antiespásmodicos, sin embargo el beleño y la belladona han dejado de utilizarse debido
a su toxicidad.

Sus formas homeopáticas – sin embargo‐ poseen enormes indicaciones en psiquiatría homeopática como
antipsicóticos homeopáticos, de ellos el estramonio posee indicaciones en los delirios de tipo religioso y
el Hyosciamus (beleño) en los celos delirantes o delirios eróticos (erotomania de Clerambault). Mi
experiencia sin embargo con estos fármacos se limita al tratamiento de algunos casos de estrés
postraumático con pesadillas terroríficas y en las pesadillas infantiles. El estramonio homeopático
(Estramonium Injeel Forte) junto con el Aconitum son los medicamentos de elección con estos pacientes
infantes que en ningún caso deberían ser tratados con psicofármacos.

 
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