Educacion en La Fe
Educacion en La Fe
Educacion en La Fe
Propósitos Generales
Abrirse al conocimiento de las verdades de la fe.
Comprender la fe y acercarse a lo esencial de su vivencia.
Descubrir los compromisos personales que conlleva el conocimiento de Dios en la vida
diaria
DESARROLLO
Sugerencias
o Este tema debería servir al joven para analizar el grado de conocimiento y de
convicción que tiene en la vida cristiana, en la vivencia de su fe.
o Es muy necesaria esta formación en todas las etapas, pero sobretodo en la
adolescencia, cuando se van dando los fundamentos de la vivencia de la fe.
o Debemos como institución Educativo Pastoral ayudar a los jóvenes a no hacer las
cosas –ir a misa, estar en un grupo, o ser creyentes- mecánicamente, sino
concientemente y con unas buenas convicciones..
o Por eso es importante que cada uno reflexione personalmente sobre lo que piensa y lo
que siente de verdad, mirando su vida, su historia y su experiencia.
o Habría que crear un clima de confianza para que salgan todas las dudas de fe, y sobre
esas dialogar y que respuestas se pueden dar.
o Será bueno comenzar con las dudas de fe que se tiene como jóvenes en su vida, en su
experiencia o en la realidad en la que se encuentran. Realizar un examen personal con
las verdades de la Fe. Por ejemplo comenzar con verdades básicas: ¿Quién es Dios?
¿Quién es Jesús? ¿Qué dicen los demás sobre Dios?, etc.
o Se pueden repartir temas y de ahí que los jóvenes generen preguntas y dudas que se
pueden responder.
o Se puede realizar una plenaria donde cada grupo expone el tema propuesto y de ahí
sacar dudas y preguntas.
o No olvidemos que esto no se reduce a una clase o una charla, debería buscarse
momentos de lectura durante el año o en el proceso de aprendizaje.
o De la misma forma, la metodología debería ser partir de la realidad y conocimiento de
los jóvenes, de las dudas que tienen y sobre eso responder a cada interrogante, si van
surgiendo más dudas hacer un debate, que los demás también presenten su postura y
responder a las dudas de fe.
Punto de partida
Comenzar con la frase: “Dios se revela al hombre”, y se generan preguntas como ¿Qué te
sugiere? Si se la dijeras a compañeros de tu edad, de tu curso ¿Qué respuestas te darían? Si
les dijeras que deben ir todos los domingos a misa ¿Qué imaginas que te podrían contestar?
Y si te lo dices a ti mismo ¿Qué contestas?
Elementos de reflexión
CATECISMO de la DOCTRINA CRISTIANA
En base al escrito por el P. Gaspar Astete
Este catecismo fue empleado por siglos en la Iglesia (más de mil ediciones) con mucho fruto gracias a que enseña
lo básico y por su sencillez. En 1992 se promulgó el Catecismo de la Iglesia Católica y posteriormente en 2005
se promulgó el Compendio del Catecismo. Todo cristiano debería conocer al menos el Compendio y si tuviera
algo más de cultura el Catecismo entero.
Hemos adaptado el catecismo del P. Astete corrigiendo expresiones antiguas y actualizado doctrinalmente
algunas expresiones. Esto no pretende ser un catecismo completo. Es como un índice para despertar la
inquietud por un conocimiento más profundo de la propia fe.
LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS son diez. Los tres primeros pertenecen al
honor de Dios, y los otros siete al provecho del prójimo.
El primero, amar a Dios sobre todas las cosas.
El segundo, no jurar su santo nombre en vano.
El tercero, santificar las fiestas.
El cuarto, honrar padre y madre.
El quinto, no matar.
El sexto, no fornicar.
El séptimo, no hurtar.
El octavo, no levantar falso testimonio, ni mentir.
El noveno, no desear la mujer de tu prójimo.
El décimo, no codiciar los bienes ajenos.
Estos diez mandamientos se resumen en dos: Servir y amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a
nosotros mismos.
SEGUNDA PARTE
LA ORACIÓN EN LA VIDA CRISTIANA
P.: ¿Quién enseñó el Padre Nuestro? R: Jesucristo.
P.: ¿Para qué? R: Para enseñarnos a orar.
P.: ¿Qué cosa es orar? R: Es elevar la mente y el corazón para hablar con Dios.
P.: ¿De cuántas maneras es la oración? R: De dos: mental y vocal.
P.: ¿Qué cosa es la oración mental? R: Es la oración que ejercita las cualidades interiores de la persona:
memoria, inteligencia y voluntad poniéndolas en relación con Dios.
P.: ¿Qué cosa es la oración vocal? R: Es la que se hace con palabras exteriores. Se denomina rezo, rezar.
P.: ¿Y cómo se ha de orar? R: Con atención, humildad, confianza y perseverancia.
P.: Cuando dices el Padre Nuestro, ¿con quién hablas? R: Con Dios nuestro Señor.
P.: ¿Dónde está Dios nuestro Señor? R.: En todo lugar, especialmente en el cielo y en el sacramento de la
eucaristía
P.: ¿Cuál de las oraciones es la mejor? R: El Padre Nuestro.
P.: ¿Por qué? R.: Porque la dijo Cristo por su boca a petición de los Apóstoles.
P.: ¿Por qué más? R: Porque tiene siete peticiones fundadas en el amor de Dios.
P.: ¿Cuáles son? R.: La primera es: santificado sea el tu Nombre.
P.: ¿Qué se pide en esa petición? R: Que el nombre de Dios sea conocido y honrado por todo el mundo.
P.: ¿Cuál es la segunda? R: Venga a nosotros tu Reino.
P.: ¿Qué se pide en esa petición? R: Que reine Dios en nuestras vidas ahora por la gracia, y después nos dé
la Gloria.
P.: ¿Cuál es la tercera? R: Hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo.
P.: ¿Qué se pide en esa petición? R: Que hagamos la voluntad de Dios los que estamos en la tierra, como la
hacen los Bienaventurados en el Cielo.
P.: ¿Cuál es la cuarta? R: Danos hoy nuestro pan de cada día.
P.: ¿Qué se pide en esa petición? R: Que nos dé Dios cuanto necesitamos para vivir humanamente y como
hijos de Dios.
P.: ¿Cuál es la quinta? R.: Perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden.
P.: ¿Qué se pide en esa petición? R: Que nos perdone Dios nuestros pecados, como nosotros perdonamos a
los que nos hacen mal.
P.: ¿Cuál es la sexta? R: No nos dejes caer en la tentación.
P.: ¿Qué se pide en esa petición? R: Que Dios nos dé la fuerza para resistir a la tentación, para vencer la
prueba y no caer en el pecado.
P.: ¿Cuál es la séptima? R: Y líbranos del mal.
P.: ¿Qué se pide en esa petición? R: Que nos libre Dios de todos los males y peligros espirituales y
corporales.
P.: ¿Por qué se dice primero: Padre nuestro que estás en el Cielo? R: Para elevar la mente y el corazón a
Dios con humildad y confianza.
P.: ¿Qué quiere decir la palabra, Amén, que se dice al final? R: Así es. Así sea.
P.: ¿Qué oraciones se dicen principalmente a nuestra Señora? R: El Ave María y la Salve.
P.: ¿Quién dijo el Ave María? R: Comienza con el saludo del Arcángel Gabriel, enviado a la Virgen María;
después las palabras de su pariente Isabel cuando le visitó María y la segunda parte es la oración de la
Iglesia.
P.: ¿Quién dijo la Salve? R: Es la oración que ha rezado la Iglesia a la Virgen María desde el siglo décimo.
P.: ¿Quién es nuestra Señora la Virgen María? R: Es la mujer llena de gracia, escogida por Dios para ser
madre de Cristo, hijo de Dios y madre nuestra.
P.: ¿Quién es la imagen de la Virgen que está en el templo? R: Es una representación de la Virgen María
para que viéndola veneremos a la madre de Dios que está en el cielo.
P.: ¿Y las imágenes de los santos? R: Nos recuerdan el ejemplo y la ayuda de los hermanos que vivieron
fieles al amor de Dios y están en el cielo.
P.: ¿Podemos hacer oración también a los Ángeles y a los Santos? R.: Sí, como a nuestros hermanos que
pueden interceder por nosotros.
P.: ¿Quiénes son los Ángeles? R: Son Espíritus mensajeros de Dios, que gozan de la presencia de Dios.
P.: ¿Para qué los creó Dios? R: Para que le sirvan, le alaben y bendigan eternamente.
P.: ¿Y para qué más? R: Para que, como Ministros suyos, protejan a la Iglesia y guarden a las personas.
P.: ¿Tú tienes un ángel que te guarde? R: Sí tengo, y cada persona tiene el suyo, por eso le guardo respeto
y me encomiendo a su cuidado.
LO QUE SE HA DE OBRAR
P.: ¿Cuál es el primer Mandamiento de la ley de Dios? R: Amar a Dios sobre todas las cosas.
P.: ¿Quién ama a Dios? R: El que guarda sus Mandamientos.
P.: ¿Qué es amarle sobre todas las cosas? R: Preferir perderlo todo antes que ofenderle.
P.: ¿Qué más nos pide este Mandamiento? R: Adorarle sólo a Él sin que nadie ni nada le quite el primer
lugar como propósito de la propia vida.
P.: ¿Quién peca contra esto? R: El que adora o cree en Ídolos o dioses falsos; el que cree alguna cosa
contra la Fe o duda de alguno de sus Misterios o ignora los necesarios; el que no hace, cuando está obligado,
actos de Fe, Esperanza y Caridad, o desconfía de la misericordia de Dios o recibe indignamente algún
Sacramento.
P.: ¿Quién más? R: El que cree en agüeros, supersticiones, usa de magia o hechicerías.
P.: ¿Cuál es el segundo? R: No tomar el Nombre de Dios en vano.
P.: ¿Quién toma el nombre de Dios en vano? R: El que lo nombra sin respeto, el que lo pone por testigo
sin verdad, sin justicia o sin necesidad.
P. ¿Y cómo peca el que jura en falso o con duda de sí lo que jura es verdad? R: Gravemente, aunque el
juramento sea sobre cosa leve.
P.: ¿Qué es jurar sin justicia? R: Jurar una cosa injusta y mala, como hacer algún mal al prójimo.
P.: ¿Y cómo peca el que jura sin justicia? R: Mortalmente, si la cosa injusta es grave, y, venialmente, si es
leve.
P.: ¿Qué es jurar sin necesidad? R: Jurar sin causa grave o por cosas de poca importancia.
P.: ¿Y qué pecado es éste? R: Venial, no faltando ni a la verdad ni a la justicia del juramento.
P.: ¿Y el que jura o hace voto o promesa de hacer alguna cosa buena está obligado a cumplirla? R: Si,
y el no cumplirla o retardarla notablemente, es pecado grave si la materia es grave.
P.: ¿Y es pecado jurar en vano por las criaturas? R: Sí, porque se compromete a Dios que es su creador.
P.: ¿Cómo se jura por las criaturas? R: Diciendo, por mi vida, por el Cielo, por la tierra, etc., que esto es
así.
P.: ¿Qué remedio hay para no jurar en vano? R: Acostumbrarse a decir sí o no como Cristo nos enseña.
P.: ¿Y se prohíbe alguna cosa más en este Mandamiento? R: Si, se prohíbe también la blasfemia, que es
decir palabras injuriosas contra Dios o sus Santos, lo que es pecado muy grave.
P.: ¿Cuál es el tercero? R: Santificar las Fiestas.
P.: ¿Quién santifica las Fiestas? R: El que participa en Misa entera y no trabaja sin necesidad en ellas.
P.: ¿Cuál es el cuarto? R: Honrar Padre y Madre.
P.: ¿Quién honra a los Padres? R: El que les obedece, socorre y respeta.
P.: ¿Quiénes pecan gravemente contra esto? R: Los hijos que no obedecen a sus Padres en las cosas del
gobierno de la casa y buenas costumbres; los que no los socorren en sus necesidades; los que les maldicen o
hacen burla de ellos o les levantan la mano.
P.: ¿Quiénes otros son considerados como Padres? R: Los mayores en edad, dignidad y gobierno.
P.: ¿Y en este Mandamiento se comprenden más obligaciones que las de los hijos para con los Padres?
R : Sí, las de los Superiores para con sus menores y las de los Padres para con los hijos.
P.: ¿Y cuáles son éstas? R.: Alimentarlos, enseñarlos, corregirlos, darles buen ejemplo y prepararlos para la
vida.
P.: ¿Cómo pecan los que faltan a estas obligaciones? R: Por lo general gravemente.
P.: ¿Cuál es el quinto? R: No matar.
P.: ¿Qué se manda en este Mandamiento? R: No hacer mal a nadie ni en hecho, ni en dicho, ni aún por
deseo.
P.: ¿Y quién peca mortalmente contra este Mandamiento? R: EI que a sí mismo o a su prójimo desea la
muerte o algún otro mal grave o le tiene odio; el que a otro mata, hiere o maltrata; el que se embriaga,
consume productos nocivos para su salud, pone en peligro su vida o se la quita; y el que a sí mismo o a otros
maldice.
P.: ¿Qué cosa es maldecir? R: Pedir para sí o para otro algún mal grave.
P: ¿Qué clase de pecado es maldecir? R: Si es con deseo de mal grave es pecado mortal.
P.: ¿Cuál es el sexto? R: No fornicar.
P.: ¿Qué se manda en este Mandamiento? R: Que seamos limpios y castos en pensamientos, palabras y
obras.
P.: ¿Quiénes pecan mortalmente contra este Mandamiento? R.: los que advertidamente se deleitan en
pensamientos impuros, aunque no los pongan ni deseen poner por obra; los que hablan y cantan cosas torpes
o con complacencia las oyen; y los que consigo mismo o con otros tienen acciones deshonestas o las desean
ejecutar.
P.: ¿Cuál es el séptimo? R: No hurtar.
P.: ¿Qué se manda en este Mandamiento? R: Respetar los bienes ajenos; no quitar, malograr, retener o
querer lo ajeno contra la voluntad de su dueño.
P.: ¿Y quiénes pecan mortalmente contra esto? R: los que ejecutan cualquiera de esos actos o de alguna
otra manera hacen daño al prójimo en sus bienes en materia grave.
P.: ¿Quienes hacen daño al prójimo en sus bienes de cualquiera manera les queda alguna obligación?
R: Quedan con la obligación grave de restituir y satisfacer cuanto antes todos los daños que le han hecho.
P.: ¿Cuál es el octavo? R: No levantar falso testimonio ni mentir.
P.: ¿Qué se manda en este Mandamiento? R: No afirmar cosas falsas, no juzgar ligeramente, esto es, sin
motivo ni fundamento, mal del prójimo, ni decir ni oír sus defectos.
P.: ¿Quién quebranta este Mandamiento? R: El que sin fundamento ni autoridad juzga, difama, descubre
secretos o miente.
P.: ¿Y el que difama al prójimo gravemente diciendo de él algún delito falso, o verdadero pero oculto,
echándole en cara sus defectos, queda con alguna obligación? R: Con la obligación de restituirle y
satisfacerle la honra o la fama que le ha quitado.
P.: ¿Qué se prohíbe en el noveno y décimo mandamiento? R: La codicias sensual y de bienes ajenos.
M.: ¿Cuáles son los Mandamientos de la santa Madre Iglesia: R: Los Mandamientos de la santa Madre
Iglesia son cinco:
El primero, participar en la Misa entera todos los Domingos y Fiestas de guardar.
El segundo, confesar a lo menos una vez en el año o antes si espera haber peligro de muerte o si ha
de comulgar.
El tercero, comulgar por Pascua.
El cuarto, ayunar cuando lo manda la santa Madre Iglesia.
El quinto, ayudar al mantenimiento de la Iglesia según sus posibilidades.
P.: ¿Para qué son estos Mandamientos? R: Para guardar mejor los mandamientos divinos.
P.: Y el primero de oír misa, ¿a quiénes obliga? R: A todos los bautizados que tienen uso de razón.
P. ¿Y cómo la han de participar? R.: Participando en la oración, el canto, el recogimiento, la escucha de la
Palabra de Dios y la comunión sacramental o espiritual, es decir por el deseo de recibir al Señor.
P.: Y el que sin impedido real no está en la misa o en parte notable o permanece sin atención y sin las
muestras de respeto, ¿peca? R.: Si, por desprecio al Sacramento de Cristo y a su invitación.
P.: Y el segundo y tercero de confesar y comulgar, ¿a quiénes obligan? R: El segundo a quienes han
incurrido en pecado mortal y el tercero a todos los cristianos que tienen uso de razón.
P.: Y los que se confiesan y comulgan sacrílegamente, ¿cumplen con ellos? R: De ninguna manera, y en
cada una de estas dos cosas cometen dos pecados mortales.
P.: Y si uno en peligro de muerte no tiene Confesor, ¿qué debe hacer? R : Un Acto de perfecta contrición
con propósito de confesarse.
P.: Y el cuarto que es ayunar, ¿a quiénes obliga? R: A los que han cumplido veintiún años.
P.: ¿Y cómo se ha de ayunar? R: Absteniéndose de manjares prohibidos y comiendo una sola vez al
mediodía.
P.: El precepto de guardar abstinencia en los viernes de cuaresma a quién obliga? R: A todos los que
tienen uso de razón.
P.: ¿En qué días obliga el precepto del ayuno? R: Los días señalados por la Conferencia Episcopal; En Bolivia
el último viernes de cuaresma y el Viernes Santo.
P.: ¿Y quienes no están comprendidos en la edad del ayuno tienen alguna obligación en esos días? R:
Sí, privarse de gustos y satisfacciones para someter sus inclinaciones al querer de Dios y hacer obras de
caridad.
LOS SACRAMENTOS
P.: ¿Por qué se llaman pecados Capitales? R: Se llaman Capitales porque son cabeza, como fuentes y
raíces de otros vicios que de ellos nacen; y no es correcto llamarlos mortales pues muchas veces sólo son
veniales o las malas inclinaciones consecuencias del pecado original.
P.: ¿Cuándo son mortales? R: Cuando son contra la caridad de Dios y del prójimo.
P.: ¿Cuándo son contra la caridad? R: Cuando por ellos se quebranta algún Mandamiento de Dios o de
la Iglesia en materia grave.
P.: ¿Qué es Soberbia? R: Un apetito desordenado de ser preferido a otros.
P.: ¿Qué es Avaricia? R.: Un apetito desordenado de poseer.
P.: ¿Qué es lujuria? R: Un apetito desordenado de placeres carnales.
P.: ¿Qué es Ira? R.: Un apetito desordenado de venganza.
P.: ¿Qué es Gula? R.: Un apetito desordenado de comer y beber.
P.: ¿Qué es Envidia? R: Un pesar del bien ajeno.
P.: ¿Qué es Acidia o Pereza? R: El descuido o desgana en hacer el bien.
CONTRA ESTOS VICIOS hay siete virtudes
Contra Soberbia, Humildad. Contra Avaricia, Largueza. Contra Lujuria, Castidad. Contra Ira,
Paciencia. Contra Gula, Templanza. Contra Envidia, Caridad. Contra Pereza, Diligencia.
ACTIVIDADES
o Intenta decir dónde y cómo has obtenido la imagen que tienes de Dios.
¿Ha ido evolucionando a lo largo de tu vida? ¿Por qué?
o Coloca por orden de importancia, de donde recibiste estas verdades de
la fe en tu vida.
o ¿Qué razones darías a un ateo para justificarle como creyente?
o ¿Cuáles son las dificultades u obstáculos que encuentras para creer en
Dios.
o Lee la Creación del mundo y del hombre en la Biblia. Lo que se dice ¿es
verdad o mentira? ¿Qué quieren decir? ¿Qué relación tienen con las
teorías y los adelantos científicos que se dan en la actualidad?
SINTESIS Y EVALUACION
No sabemos como es Dios hasta que lleguemos a la otra vida: verdadero o
falso, ¿Por qué?
La fe es creer como verdadero algo que nos dicen, sin que podamos
comprobarlo: verdadero o falso, ¿Por qué?
COMPROMISO PERSONAL
o Lee la parábola del Hijo Prodigo, Lc 15, 11 – 32.
o Responde ¿Qué imagen de Dios nos da? ¿Podrías hacer un cuento o
parábola más corta con la idea que tienes de Dios?
o Define tu fe y compárala con tus compañeros.
o Ponte un compromiso de lectura de las verdades de la fe, o de la lectura
de la Palabra de Dios, para cada día.
EXPRESION
Lee el pasaje de hebreos 1, 1- 4, o el Salmo 8, y después de escuchar la
Palabra de Dios, realiza una oración de compromiso con lo que te sugiera tu
corazón.
Busca el pasaje de la Biblia que habla de las “maravillas de Dios” y recita dicho
cántico.
LECTURA SUGERIDA
DELEGACION NACIONAL SALESIANA DE PASTORAL JUVENIL,
Animadores de Grupos de Fe I, Ed CCS, Madrid 1996.