Maltrato A La Mujer
Maltrato A La Mujer
Maltrato A La Mujer
resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las
amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida
pública como en la privada» .
La violencia de pareja se refiere al comportamiento de la pareja o ex pareja que causa daño físico, sexual
o psicológico, incluidas la agresión física, la coacción sexual, el maltrato psicológico y las conductas de
control.
La violencia sexual es cualquier acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual u otro acto dirigido
contra la sexualidad de una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de su
relación con la víctima, en cualquier ámbito. Comprende la violación, que se define como la penetración,
mediante coerción física o de otra índole, de la vagina o el ano con el pene, otra parte del cuerpo o un
objeto.
Datos clave
Hoja informativa
La violencia contra las mujeres es una violación de derechos humanos, y un problema de salud pública
que afecta a todos los niveles de la sociedad en todas las partes del mundo. Desde niñas hasta mujeres
mayores, una de cada tres mujeres es golpeada, forzada a tener relaciones sexuales, o abusada de otra
manera en su vida. Estudios de la OMS muestran que la violencia por parte de una pareja íntima es la
forma más común de violencia contra mujeres en el mundo.
La violencia contra las mujeres causa consecuencias graves para la salud y el bienestar de las mujeres.
Estudios han documentado una asociación entre violencia contra las mujeres y una serie de problemas de
salud física y mental. Algunos comportamientos de alto riesgo son más frecuente entre las víctimas de
violencia de pareja y violencia sexual.
El sistema de salud puede desempeñar un papel vital en responder y prevenir la violencia contra las
mujeres. Este papel incluye identificar el abuso temprano, proporcionar tratamiento, y encaminar las
mujeres para que reciban atención adecuada. El sistema salud también debe trabajar para prevenir la
violencia. Y como el abordaje de salud pública para la prevención estipula claramente, el primer paso en
la prevención de la violencia es entenderla, y el sector de salud tiene un papel clave en ayudarnos a medir
y comprender la violencia contra la mujer.
Lo que la OPS hace
La OPS/OMS tiene una larga historia de trabajar para mejorar la prevención y respuesta a la violencia
contra las mujeres y a la violencia contra los niños y las niñas. A continuación se presentan cuatro áreas
prioritarias para la prevención de la violencia en la región:
1. Mejorar el alcance, la calidad, la difusión y la utilización de los datos sobre violencia contra la
mujer y violencia contra los niños y niñas para políticas y programas basados en la evidencia.
2. Fortalecer la capacidad para prevenir la violencia contra las mujeres y la violencia contra los
niños y las niñas.
3. Mejorar la respuesta del sector salud a la violencia contra las mujeres y la violencia contra los
niños y las niñas.
4. Apoyar la elaboración y revisión de las políticas y los planes nacionales de prevención y
respuesta a la violencia contra las mujeres y a la violencia contra los niños y niñas
La violencia contra la mujer es la que se ejerce por su condición de mujer, siendo esta «consecuencia de
la discriminación que sufre tanto en leyes como en la práctica, y la persistencia de desigualdades por
razones de género».1
En esta violencia se presentan numerosas facetas que van desde la discriminación y el menosprecio hasta
la agresión física, sexual, verbal, psicológica y el asesinato, manifestándose en diversos ámbitos de la
vida social, laboral y política, entre los que se encuentran la propia familia, la escuela, las religiones,
el Estado, entre otras.2 Este tipo de violencia suele considerarse una forma de delito de odio, que se
comete contra las mujeres o las niñas específicamente por el hecho de ser mujeres, y puede adoptar
muchas formas.3
En 1993, en asamblea general, las Naciones Unidas (ONU) aprobaron la Declaración sobre la
eliminación de la violencia contra la mujer, y en 1999, a propuesta de la República Dominicana con el
apoyo de 60 países más, declararon el 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la
Violencia contra la Mujer. En la declaración de 1993, la ONU establece que «la violencia contra la mujer
constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la
mujer» y «que la violencia contra la mujer es uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que
se fuerza a la mujer a una situación de subordinación respecto del hombre». 4
En 2008 el Secretario General de la ONU puso en marcha la campaña «Unidos para poner fin a la
violencia contra las mujeres» apelando al «imperio de la ley» como vehículo para su erradicación. Uno de
sus objetivos fue el de procurar que para 2015 todos los países hubiesen adoptado leyes específicas contra
este tipo de violencia de conformidad con las normas internacionales en materia de derechos humanos. 5
Kofi Annan, el entonces Secretario General de las Naciones Unidas, declaró en un informe de 2006
publicado en el sitio web del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM)6
La violencia contra las mujeres y las niñas es un problema de proporciones pandémicas. Al menos una de
cada tres mujeres de todo el mundo ha sido golpeada, obligada a mantener relaciones sexuales o ha
sufrido algún otro tipo de abuso a lo largo de su vida, y el agresor suele ser alguien conocido por la mujer
o niña.
En febrero de 2008 el Secretario General de Naciones Unidas Ban Ki-moon lanzó la campaña ÚNETE
para poner fin a la violencia contra las mujeres, proclamando el 25 de cada mes Día Naranja. Entre otras
actividades, en ese día se invita a llevar alguna prenda de ese color para resaltar el llamado a erradicar la
violencia contra la mujer.1
Las Naciones Unidas definen la violencia contra la mujer como «todo acto de violencia de género que
resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las
amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida
pública como en la privada».