Protección Radiológica

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Protección Radiológica

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calculo-de-blindajes

Protección Radiológica En Tomografía


Computada Cálculo De Blindajes.
VERGARA MAURICIO
RADIOLOGÍAIMÁGENES DIAGNÓSTICASTOMOGRAFIA COMPUTADA

Resumen

La tarea básica al diseñar espesores y calidad del material de muros en la


instalación de un tomógrafo computado (TC)

Desde hace algunos años todos los fabricantes de tomógrafos computados


proveen datos de dosis, medidos con fantomas, en el entorno del equipo y
ajustables a diferentes técnicas de uso clínico. Ello permite calcular blindajes en
estas instalaciones con resultados más realistas. El Organismo Internacional de
Energía Atómica (OIEA) recomienda su utilización. En este trabajo se muestra su
uso y resultados para una instalación típica.
Introducción
Antecedentes
La tarea básica al diseñar espesores y calidad del material de muros en la
instalación de un tomógrafo computado (TC) es definir la energía y número
de fotones que se generan durante la operación del equipo y que inciden en las
zonas de la sala definidas como susceptibles a la presencia sincronizada
de personas diferentes al paciente y operador (público general). En un TC el haz
primario de radiación está orientado de forma permanente al paciente y
solo fotones secundarios, originados en el paciente (radiación dispersa), deben
considerarse en el cálculo de blindajes. Nuestro problema es entonces
caracterizar cualitativa y  cuantitativamente estos fotones. Todos los TC
disponibles en el mercado operan con una alta tensión de 120 a 140 kVp entre
filamento y target del tubo, y corrientes de filamento de 100 a 300 mA y una
geometría del haz emergente muy rígida, definida por el colimador (0,5 mm a 10
mm) y el número de líneas de detectores (4 a 64, usualmente y, en
algunos diseños, incluso 300). El espectro inicial de energías (valor máximo de
140 keV) es fuertemente modulado con filtros en un rango razonablemente
estrecho. Hasta aquí el haz primario. Respecto al haz secundario emergente del
paciente (o simulador fantoma), su geometría es originalmente esférica, pero
drásticamente modificada por la atenuación del gantry. Las interacciones del haz
primario con los tejidos del paciente generan un espectro de energía muy amplio
que dificulta su caracterización con una energía efectiva representativa. Existen
innumerables trabajos que estiman numéricamente esta energía efectiva (modelos
Montecarlo), pero su validez experimental es dudosa. Los métodos para cálculos
de blindajes exigen como dato inicial una energía efectiva, esto es, un valor único
de energía,  no un rango de 0 a 140 keV. Las tablas de atenuación requeridas
para estos cálculos son monoenergéticas o, por razones históricas, para espectros
de radiación primaria generados en equipos radiográficos. El uso de la ley del
inverso del cuadrado de la distancia para estimar la densidad de fotones no es
aplicable a radiación secundaria; la geometría no es divergentemente cónica. En
este contexto, la única solución es utilizar datos experimentales en condiciones
reales de operación de un TC. Esta tarea es compleja y costosa para el usuario.
Sin embargo, todos los fabricantes de TC deben proveer esta información por
regulaciones de la FDA en EE. UU., y están disponibles para, en forma simple y
eficaz, generar cálculos de dosis realistas en cualquier punto de la sala de un
TC. El objetivo de este trabajo es presentar en forma detallada los cálculos de
blindajes para un TC y una sal en particular, siguiendo el formato establecido por
el  Organismo Internacional de Energía Atómica1.

Material y método 
En nuestro caso, utilizaremos los datos de dosis para un TC BrightSpeed Elite de
GE Healthcare. Es interesante observar que, para TC multicortes, estos datos son
muy similares para los diferentes fabricantes y modelos. Este equipo opera con un
máximo de 64 líneas de detectores, 140 kVp y corrientes de 100 a 300 mA. Los
datos de dosis en el entorno del TC se muestran en formato de curvas de isodosis,
en unidades de μGy/scan (figura 1), para distancias específicas.
Es claro que con esta información nuestro trabajo se simplifica enormemente. Solo
debemos acoplar a ellos el cálculo de  la carga de trabajo anual y luego proceder a
calcular el % de transmisión B a las distancias especificadas. La última etapa del
cálculo es estimar el espesor de plomo para lograr una dosis anual inferior a 1
mSv. En la literatura hay tablas (o curvas) de equivalencia de
diferentes materiales2 de construcción (concreto, ladrillo, yeso, vidrio, etc.) con el
plomo como estándar de referencia. En esta etapa final del cálculo de blindajes es
importante observar que los resultados son conservadores (sobreestimados). La
razón es que estas tablas se implementaron para radiación primaria  (en nuestro
caso, 140 kVp) y no para nuestra condición real de radiación secundaria. Este es
el protocolo del OIEA adoptado en este trabajo.
Resultados Cada rotación (scan) cubre 4*5,0 mm en un tiempo de 1 segundo, con
una técnica de 140 kVp y 100 mA, en un fantoma plástico de 360 cm de
diámetro (abdomen). 

Carga de trabajo W 
El protocolo OIEA estima la carga de trabajo W asumiendo una mezcla de 140
estudios abdominales y de 100 de cerebro, promedio por semana. Esta
condición es similar a la registrada en nuestras actuales instalaciones de TC. Los
estudios de abdomen se especifican con un recorrido de 240 mm y los de cerebro
con 55 mm en una geometría de rotación (scan) de 10 mm por scan, 140 kVp, 250
mAs. En nuestro caso, la geometría es de 4*5 = 20 mm por scan, con técnica de
200 mA y 140 kVp por segundo. En otras palabras, en nuestra situación se
requiere la mitad de rotaciones asumidas por el OIEA. Para simplificar
conservadoramente nuestros cálculos asumiremos la misma geometría y curvas
de isodosis para abdomen y cerebro, pero (como recomienda el OIEA) la dosis en
cerebro será la mitad de un abdomen. W = 140 abdomen *12 scan + (100 cráneo
*3 scan)*0,5 = 1.680 + 150 = 1.800 scan semanales. 

Dosis en muros 
Se calcula la dosis en un punto a 250 cm del isocentro del TC, correspondiente a
la ubicación de los muros laterales (paralelos a la línea isocentro-mesa del TC) y
del muro en la zona de egreso del paciente (detrás  del gantry del TC). Estas
zonas, detrás de los muros corresponden a corredores y baños, con factor de
ocupación 1/16 = 0,063. De las curvas del fabricante (figura 1) se obtuvo la gráfica
de dosis vs. distancia del isocentro (figura 2). De ella resulta una dosis aproximada
de 1,9 μGy/scan a 250 cm del isocentro, para 100 mA. Para 200 mA la dosis
será de 3,8 μGy a 250 cm del isocentro (zona de muros laterales). Siguiendo el
protocolo OIEA, la dosis acumulada en una semana será:
Para el operador asumiremos una distancia de 400 cm al isocentro, dosis de 0,57
μGy (ver figura 3 dosis vs. distancia) y un factor de ocupación del 50% (2
turnos de tecnólogo para 40 estudios diarios). En esas condiciones: W = 1.800
scan semanales D = 1.800 scan * 0,57 μGy * 0,5 = 513 μGy B = 1 mGy / (0,513
mGy * 50) = 0,039 (3,9 %); 1/B = 25,65 De aquí resulta que en ese punto (400 cm)
se requiere blindaje de plomo de: X = 0,571 * ln ((25,65 + 4,1) / 5,1) = 1,0 mm O
su equivalente en concreto de: X = 38,05 * ln ((25,65 + 1,93) / 2,93) = 85 mm
Conclusiones
El método del OIEA1 para calcular protecciones radiantes en un TC, utilizando
curvas de isodosis en el entorno del equipo (provistas por el fabricante) es simple
y seguro. El resultado final se entrega en espesores de plomo, referencia
internacional para seleccionar el espesor en el material definitivo (de
común acuerdo con el constructor) según tablas de equivalencia disponibles en la
literatura.

Referencias

1. R adiation Protection in Diagnostic and Interventional Radiology. Shielding and X-Ray

room design. IAEA; 2003. 

2. R adiological Protection Institute of Ireland; 2009.

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