Geometía Molecular
Geometía Molecular
Geometía Molecular
Imagine que ata dos globos idénticos por sus extremos. Como se aprecia en la
figura a), los globos se orientan naturalmente de modo que apuntan en direcciones
opuestas; es decir, tratan de “estorbarse mutuamente” lo menos posible.
a) b) c)
Puesto que hay cuatro pares de electrones alrededor del átomo de N, las
repulsiones de los pares electrónicos se minimizarán si los pares apuntan hacia
los vértices de un tetraedro. La distribución tetraédrica de los pares de electrones
en el amoníaco se muestra en la siguiente figura:
Al ver la estructura de Lewis del fosgeno podríamos esperar una geometría plana
trigonal con ángulos de enlace de 120°. Sin embargo, el doble enlace actúa de
forma parecida a un par de electrones no enlazante, y reduce el ángulo de enlace
Cl – C – Cl de 120° a 111°. En general, los electrones de los enlaces múltiples
ejercen una fuerza de repulsión mayor sobre los pares de electrones adyacentes
que la ejercida por los enlaces sencillos.
Moléculas con capas de valencia expandida
En una posición axial, un par electrónico está situado a 90° de tres pares
ecuatoriales. En una posición ecuatorial, un par electrónico está situado a 120° de
los otros pares ecuatoriales y a 90° de los dos pares axiales.
Supongamos que una molécula tiene cinco pares de electrones, uno o más
de los cuales son no enlazantes. ¿Los pares no enlazantes ocuparían posiciones
axiales o ecuatoriales? Ya que podríamos colocar los pares libres en dos sitios
diferentes, deberemos determinar cuál sitio minimiza la repulsión entre los pares
de electrones. Las repulsiones entre pares de electrones son mucho mayores
cuando los pares situados a 90° unos de otros que cuando se sitúan a 120 °.
Puesto que los pares ecuatoriales están a 90° de otros dos pares, experimentan
menos repulsión que los pares axiales, que están a 90° de otros tres pares. Dado
que los pares no enlazantes ejercen una mayor repulsión que los enlazantes,
siempre ocupan las posiciones ecuatoriales.
La geometría de pares de electrones más estable para seis pares de
electrones es el octaedro. Como se muestra en la siguiente figura,
un octaedro es un cuerpo con seis vértices y ocho caras, cada una de las cuales
es un triángulo equilátero. En una molécula octaédrica como el SF 6, el átomo
central está en el centro y los pares de electrones apuntan hacia los vértices.
Todos los ángulos de un octaedro son de 90°, y las seis posiciones son
equivalentes. Por tanto, si una molécula tiene cinco pares de electrones no
enlazantes y uno no enlazante, no importará dónde lo coloquemos en el octaedro.
Sin embargo, si hay dos pares de electrones no enlazantes, sus repulsiones se
minimizarán si los colocamos en lados opuestos del octaedro.
δ+ δ- →
H–F o H–F
Las designaciones “δ+” y “δ-“indican las cargas parciales positiva y negativa en los
átomos de H y F. En la notación de la derecha la flecha denota el desplazamiento
de la densidad electrónica hacia el átomo de flúor.
Las moléculas polares se alinean en un campo eléctrico:
μ = Q.r
1Å 3,34.10-30 C-m
La polaridad de una molécula que contiene más de dos átomos depende tanto de
la polaridad de los enlaces como de la geometría de la molécula. Para cada
enlace polar de una molécula podemos considerar el dipolo de enlace; es decir,
el momento bipolar debido únicamente a los dos átomos enlazados. A
continuación debemos preguntarnos qué momento bipolar global se obtiene al
sumar los dipolos de enlace individuales. Por ejemplo, consideremos la molécula
de CO2, que es lineal. Como se muestra en la parte a) de la siguiente figura, cada
enlace C – O es polar y, dado que los enlaces C – O son idénticos, los momentos
bipolares tienen la misma magnitud.
Cada átomo tiene un solo electrón en un orbital 1s. Al solaparse los orbitales, la
densidad electrónica se concentra entre los núcleos. Dado que los electrones en la
región de solapamiento son atraídos simultáneamente por ambos núcleos,
mantienen unidos a los átomos y se forma un enlace covalente.
La idea de que el solapamiento de orbitales produce un enlace covalente se
aplica igualmente bien a otras moléculas. Por ejemplo, consideremos la molécula
de HCl. El cloro tiene la configuración electrónica [Ne]3s 23p5. Todos los orbitales
de valencia del cloro están llenos con excepción de un orbital 3p, que contiene un
solo electrón. Este electrón se aparea con el único electrón del H para formar un
enlace covalente. En la figura anterior b) se muestra el solapamiento del orbital 3p
del Cl con el orbital 1s del H. Asimismo, podemos explicar el enlace covalente de
la molécula de Cl2 en términos del solapamiento del orbital 3p de un átomo con el
orbital 3p de otro, como se muestra en la figura anterior c).
Siempre hay una distancia óptima entre los dos núcleos enlazados en
cualquier enlace covalente. En la siguiente figura se muestra cómo cambia la
energía potencial del sistema a medida que dos átomos de H se acercan para
formar una molécula de H2:
A medida que la distancia entre los átomos disminuye, el solapamiento de los
orbitales 1s aumenta. A causa del consecuente aumento en la densidad
electrónica entre los núcleos, la energía potencial del sistema disminuye; es decir,
la fuerza del enlace aumenta, como indica la disminución de la energía en la
curva. Sin embargo, la curva también muestra que si los átomos se acercan
mucho, la energía aumenta rápidamente. Este rápido aumento se debe
principalmente a la repulsión electrostática de los núcleos, que se hace
significativa a distancias internucleares cortas. La distancia internuclear en el
mínimo de la curva de energía potencial corresponde a la longitud de enlace
observada. Así, la longitud de enlace observada es la distancia en que las fuerzas
de atracción entre cargas distintas (electrones y núcleos) se equilibran con las
fuerzas de repulsión entre cargas iguales (electrón-electrón y núcleo-núcleo).
Orbitales híbridos
Orbitales híbridos sp
Al igual que los orbitales p, los nuevos orbitales tienen dos lóbulos cada uno, pero,
a diferencia de los orbítales p, un lóbulo es mucho más grande que el otro. Los
dos nuevos orbitales tienen forma idéntica, pero sus lóbulos grandes apuntan en
direcciones opuestas. Hemos creado dos orbítales híbridos, orbitales formados
mezclando dos o más orbitales atómicos de un átomo en un proceso llamado
hibridación. En este caso hemos hibridado un orbital s y uno p, así que llamamos
a cada híbrido orbital híbrido sp.
Para el átomo de Be del BeF2, escribimos el diagrama de orbitales para la
formación de dos orbítales híbridos sp como: 1s 2(sp)2. Los electrones de los
orbitales híbridos sp pueden formar enlaces de electrones compartidos con los dos
átomos de flúor:
Puesto que los orbitales híbridos sp son equivalentes entre sí pero apuntan en
direcciones opuestas, el BeF2 tiene dos enlaces idénticos y una geometría lineal.
La promoción de un electrón 2s a un orbital 2p del Be requiere energía.
¿Porqué, entonces, contemplamos la formación de orbitales híbridos? Los
orbitales híbridos tienen un lóbulo grande y por tanto pueden dirigirse hacia otros
átomos mejor que los orbitales atómicos no hibridados; por tanto, pueden
solaparse más con los orbitales de otros átomos que los orbitales atómicos, y el
resultado es un enlace más fuerte. La energía liberada por la formación de los
enlaces compensa con creces la energía que debe invertirse en la promoción de
electrones.
Orbitales híbridos sp2 y sp3
Siempre que mezclamos cierto número de orbitales atómicos obtenemos el mismo
número de orbitales híbridos. Cada uno de éstos es equivalente a los demás pero
apunta en una dirección distinta. Así, la mezcla de un orbital 2s y un orbital 2p
produce dos orbitales híbridos sp equivalentes que apuntan en direcciones
opuestas. Es posible hibridar otras combinaciones de orbitales atómicos para
obtener geometrías diferentes. Por ejemplo, en el BF 3, un electrón 2s del átomo de
B se puede promover a un orbital 2p desocupado. Si mezclamos el orbital 2s y dos
de los orbitales 2p obtendremos tres orbitales híbridos sp 2 (se pronuncia “ese pe
dos”) equivalentes:
promover hibridar
2s22p → 2s2p2 → (sp2)3
Los tres orbitales híbridos sp 2 están en el mismo plano, con una separación de
120°, y forman tres enlaces equivalentes con los tres átomos de flúor para producir
la geometría plana trigonal del BF3:
Cabe señalar que uno de los orbitales 2p no se hibrida. Este orbital no hibridado
será importante para nuestra explicación de los dobles enlaces.
Un orbital s también puede mezclarse con los tres orbitales p de la misma
subcapa. Por ejemplo, el átomo de carbono del CH 4 forma cuatro enlaces
equivalentes con los cuatro átomos de hidrógeno. Imaginamos que este proceso
es el resultado de la mezcla de los orbitales atómicos 2s y los tres orbítales
atómicos 2p del carbono para crear cuatro orbitales híbridos sp 3 equivalentes:
promover hibridar
2s22p2 → 2s2p3 → (sp3)4
Cada uno de los orbitales híbridos sp3 tiene un lóbulo grande que apunta hacia un
vértice de un tetraedro:
Estos orbitales π se solapan para formar un par de enlaces π. Así, el triple enlace
del acetileno consiste en un enlace σ y dos enlaces π.
El enlace π sólo puede formarse si hay orbitales p no hibridados en los
átomos enlazados. Por consiguiente, sólo los átomos que tienen hibridación sp o
sp2 pueden participar en tales enlaces π. Además, los dobles y triples enlaces (y
por tanto los enlaces π) son más comunes en moléculas que tienen átomos
pequeños, sobre todo C, N y O. Los átomos más grandes, como S, P y Si, forman
enlaces π con menor facilidad.
Enlaces π deslocalizados
En cada una de las moléculas que hemos visto, los electrones enlazantes están
localizados. O sea, que los electrones están asociados por entero a los dos
átomos que forman el enlace. Sin embargo, en muchas moléculas no podemos
describir adecuadamente los enlaces como totalmente localizados. Esta situación
se presenta sobretodo en moléculas que tienen enlaces π y más de una estructura
de resonancia.
Una molécula que no se puede describir con enlaces π localizados es el
benceno, C6H6, que tiene dos estructuras de resonancia:
Para describir los enlaces del benceno en términos de orbitales híbridos,
primero encontramos un esquema de hibridación congruente con la geometría de
la molécula. En vista de que cada carbono está rodeado por tres átomos con
ángulos de 120°, el conjunto de orbitales híbridos apropiado es sp 2. Se forman
seis enlaces σ C – C localizados y seis enlaces σ C – H localizados a partir de los
orbitales híbridos sp2, como se muestra en la parte a) de la siguiente figura:
Una descripción que refleja mejor ambas estructuras de resonancia contempla los
tres enlaces π distribuidos entre los seis átomos de carbono, como se muestra en
la parte c) de la figura anterior. Observe cómo esta figura corresponde al dibujo de
“círculo en el centro de un hexágono” que se suele usar para representar el
benceno. Este modelo nos lleva a la descripción de cada enlace entre átomos de
carbono vecinos como el promedio de un enlace sencillo y un enlace doble,
congruente con las longitudes de los enlaces C – C que se observan en el
benceno.
Ya que no podemos describir los enlaces π del benceno en términos de
enlaces de pares de electrones entre átomos vecinos, decimos que los enlaces π
están deslocalizados entre los seis átomos de carbono. La deslocalización de los
electrones de sus enlaces π confiere al benceno una estabilidad especial. Por
ejemplo, el bromo ataca fácilmente el enlace π del etileno, pero el sistema de
enlaces π del benceno es mucho menos reactivo.