Documento 2
Documento 2
Documento 2
Conciencia:
La palabra conciencia (y, en algunos casos, consciencia) posee
diferentes significados, todos relacionados con la mente humana
y con la lucidez, es decir, con la capacidad para percibir nuestro
entorno. No se trata de un término simple de definir, y de ello se han
ocupado disciplinas tan distintas como la filosofía y la psicología.
En su origen, tanto conciencia como consciencia provienen del
vocablo latino conscientia, fruto del prefijo con- (“unión”, “junto”) y el
verbo scire (“discernir” o “separar mentalmente una cosa de otra”), y
que provenía del adjetivo conscius (“confidente”).
Alrededor del siglo I a. C. esta palabra se utilizaba para referirse a los
saberes compartidos, al conocimiento general y, por lo tanto, al
autoconocimiento del ser humano, o sea, al conocimiento que tenía
que ver con su existencia, su pensamiento y sus acciones.
En ese mismo siglo, sin embargo, el término fue empleado por
primera vez con el sentido de “remordimiento”, por el poeta latino
Horacio (65-8 a. C.), para traducir el término griego syneidesis
(equivalente más o menos a “capacidad imaginativa”). A partir de
entonces comenzó a usarse con el sentido de “tener algo en la
conciencia”.
Como podemos apreciar, la palabra ha tenido una historia de
cambios y matices que han ido engrosando su significado. Hoy en
día le atribuimos casi todos esos sentidos provenientes del latín, en
especial los que se relacionan con el conocimiento de sí mismo
(como en “ser consciente”) y el juicio moral de las propias acciones
(como en “tener limpia la conciencia”).
Por lo tanto, cuando hablamos de conciencia nos estamos refiriendo
a:
• La capacidad de conocer nuestro entorno y ubicarnos en él, o
sea, la lucidez.
• La capacidad de reflexionar sobre la realidad y asumir una
postura frente a ella.
• La capacidad de juzgar nuestras acciones desde una
perspectiva moral (buenas o malas).
Juicio de moral:
Juicio moral es un acto mental que permite diferenciar entre lo correcto o
incorrecto. Es una valoración que la persona realiza frente a una acción
juzgando si es buena o mala.
El juicio moral está comprendido por 3 elementos; el objeto está referido por la
conducta elegida por el sujeto, las circunstancias es el grupo de condiciones
que acompañan el acto y la intención es aquello por el cual el hombre realiza
una determinada acción.
Juicio de valor:
En el análisis del sociólogo alemán Max Weber sobre los métodos de estudio de las ciencias
sociales, Weber define la idea de juicio de valor como la evaluación práctica de un
fenómeno que es capaz de ser influenciado por nuestras acciones, ya sea en su favor o en
su contra. Para Weber, realizar un juicio de valor es evaluar una idea, una tesis, un valor
contable, una política económica, y el etcétera más largo que nos podamos imaginar,
siempre y cuando esta idea o concepto sea susceptible de nuestra influencia.
la idea del juicio de valor nos rodea constantemente en nuestra vida diaria. Forma parte de
la manera como interactuamos entre nosotros, como valoramos nuestras posesiones, o
cómo entendemos las políticas económicas de un país.
El juicio de valor es un concepto algo abstracto con aplicaciones en todos los ámbitos de las
ciencias, la economía o la política. Vamos a intentar resumir su significado focalizándose en
su aplicación en el ámbito de la economía y la empresa.