Lara, Jesus - La Literatura de Los Quechuas (1980)
Lara, Jesus - La Literatura de Los Quechuas (1980)
Lara, Jesus - La Literatura de Los Quechuas (1980)
Repete. Relato.
Pauqarwara. Poemas.
Llalllypacha. Novela.
LA LITERATURA
DE
LOS QUECHUAS
ENSAYO Y ANTOLOGIA
TERCERA EDICION
(CORREGIDA)
El autor
EPOCA PREHISPANICA
EL LENGUAJE
EL RUNASIMI
· Aparte de los recursos que posee al igual que los idiomas eu-
ropeos el quechua dispone de otros que contribuyen a dar relieve
a su musicalidad, a su plasticidad y a su flexibilidad, otorgando
un sello de gran vigor a su fisonomía de conjunto. Son notables los
agentes onomatopéyicos que podrían catalogarse en la casilla de
las interjecciones y que desempeñaban un· papel preponderante en el
lenguaje y en particular sirven para dar colorido y jerarquía a la
expresión.
11
LOS KHIPUS
Entre los que asignan a los cordeles anudados un papel más amplio
que el meramente aritmético, tenemos en primer lugar a Pedro Sar-
miento de Gamboa, historiador, taumaturgo, aventurero y favorito
del virrey Francisco de Toledo. Escribió. su "Historia dEt los Incas"
en 1572, en una época en que las naciones europeas miraban c1>n
LA LITERATURA DE LOS QUECHUAS 17
Para analizar esta tesis y el estudio previo que ella propone, Car-
los Radicati di Primeglio considera necesario admitir la definición
más amplia que de la escritura han dado los especialistas, según la
cual ella es un "conjunto de signos convencionales de cualquier es-
pecie, de que se vale el hombre para comunicar a sus semejantes,
en el tiempo y en el espacio, ideas y acontecimientos".
LA BIBLIOGRAFIA COLONIAL
A todos estos testimonios hay que agregar los que han hecho
llegar hasta nosotros algunos conservadores y coleccionistas com•J
Antonio Valdez. Pablo Policarpo Justiniani, Ismael Vásquez y José
Armando Méndez. Los dos pcimeros tienen el mérito de haber con-
servado el drama Ollántay. Vásquez y Méndez coleccionaron versos
de origen muy antiguo.
I I
LA PO E SI,A
1.- EL JAILLI
Entre los himnos sagrados que han llegado hasta nosotros hay
fragmentos de profunda belleza, intérpretes del alto nivel de espiri-
tu¡-¡ lidad que alcanzó la cultura incaica. Muchos de esos himnos se-
ducen por su transparente simplicidad, por la gratitud elemental que
emana de ellos para la deidad que crea y gobierna y que otorga el
sustento. la paz y la felicidad. Muchos cautivan por su elevación
hasta los planos que lindan con la metafísica.- Todos, por la fuerza
emotiva que palpita en ellos. Hay escritores que los comparan con
harto fundamento con los cánticos del Rig-Vcda.
LA LITERATURA DE LOS QUECHUAS 37
Wiraqucha, Deslumbradora,
Kámaj, chúraj, mos que gobierna y preserva,
Qhari kachun, Que crea con s61o decir
Warmi kachun "Sea hombre, \
Jljispa rúraj. Sea mujer".
En el resto del himno el Inka hace votos por que sus hijos y
sus nietos se dirijan a los wak'as en iguales términos, ya que a él,
siervo de T'unapa Tarapaka y del sabio Wiraqucha, le fué dado exe-
crarlos durante toda la vida.
Otros himnos
Otro autor que recogió la poesía sagrada de los Inkas fue don
Felipe Guamán Poma de Ayala, indio neto como el anterior y con-
temporáneo suyo. Su obra Nueva Corónica y buen gobierno ya ha te-
nido bastante difusión y cuenta con numerosos comentaristas. Los
jaillis que transcribe este autor se cantaban particularmente _en
tiempos de sequía. Hay uno dirigido a la Madre Luna como una im-
ploración del hombre que ve sus sementeras desfallecientes y su co-
secha comprometida por la larga ausencia de la lluvia. El es un ser
infeliz que sin el don deJ cielo no podrá subsistir.
Killa Quya Mama. Reina y Madre Luna,
Yakujsallayki, Danos el don de tus aguas
Unajsallayki, Y el amor de tus lluvias.
Ayauya waqaylli, ¡Ay, oye nuestra invocación!
Ayauya pupuylli. ¡Ay, atiende nuestra congoja!
2.- EL ARAWI
"Caylla llapi
Puñanqul
Chaupituta
Samusac".
"Al cantico
Dormirás
Media noche
Yo vendré".
El poema entero es una queja del amante que padece los mar-
tirios de la ausencia. Queja que arranca el amor quebrado por la
ley, queja del mitimaku que no volverá a ver los ojos ni las manos de
la amada. Palpita en los 'versos un dolor tan tierno y tan bellamen-
te expresado, que el con]unto constituye una creación que sólo pu-
do haber sido lograda por un genio poético de altos quilates. Véase
esta otra estrofa:
3.- EL WAWAKI
4.- EL TAKI
5.- EL HUAY~U
6.- LA QHASHWA
. 7.- EL ARANWAY
8.-EL WANKA
Pero ahora se aleja solo, con los ojos y los labios cerrados, pa-
ra siempre. El ser que queda no sabe qué árbol podrá en lo sucesivo
otorgarle su sombra, ni qué cascada le dará su canto. El pequeño
poema termina con esta estrofa que pinta lo inmensa y dolorosa que
será la soledad del que aún vive:
¿Ima k'uichin kay yana k'uichi ¿Qué iris nefando es este negro
_ Sayarimun? Iris que se alza?
Qósqoj auqánpaj millay wach'i Horrenda flecha el enemigo
lllarimun. Del Cuzco blande.
¡Túkuy imapi sajra chijchi Granizada sinie1tra por doquiera
T'akakamun! Se desparrama!
111
EL TEATRO
Las referencias que nos ofrecen los autores citados en este ca-
pitulo y otros elementos de juicio hallados en diversas fuentes nos
dan la evidencia de que los Incas conocieron en su teatro dos géne-
ros perfectamente diferenciados: el wanka y el aránway. El primero
era de carácter eminentemente histórico y se encargaba .de reme-
morar la vida y hazañas de los monarcas y de los grandes adalides
del imperio. En este punto es preciso poner de relieve que el prota-
gonista debla ser un personaje que en la vida real había dejado de
existir. No se permitía. por ley o por costumbre, llevar a escena he-
chos de personajes que aun vivian. El género aránway disponia de
una temática más amplia, pues podía abordar cualésquier episodios
relacionados con la vida ordinaria.
La falta de equivalentes exactos en castellano dió margen pa-
ra que Garcilaso y otros autores se refiriesen al wanka y al aránway
como si fueran llanamente idénticos a la tragedia y la comedia eu-
ropeas. Pero la única semejanza que hay entre el wanka y la trage-
dia es que ambos actúan con personajes ilustres. En el wanka no
concurren el acento trágico ni el desenlace funesto, impresci~dibles
en la tragedia. El wanka es una página de historia antes que ex-
posición de grandes infortunios. El aránway era más aproximado a
la comedia y se diferenciaba de ésta sólo en la admisión de la mú-
sica y el canto. Música y canto, elementos ajenos a la comedia, go -
zaban de enorme prestigio no sólo en el aránway, sino asimismo en
el wanka. · ·
a) LA BIBLIOGRAFIA DE LA OBRA
La paternidad de Valdez
anónimos, como aquel que puso la nota en la última página del se-
gundo códice dominicano. El caso de Pi y Margan es en cierto mo-
do semejante al de Markham. En su "Historia General de América",
publicada en 1878, el notable publicista español acoge llanamente la
segunda opinión del quechuista inglés, que atribuía la paternidad
del drama al cura de Sicuani. Pero ocho años después, habiendo co-
nocido los trabajos de Pacheco Zegarra y de otros, cambió de crite-
rio y en un breve y vigoroso prólogo puesto en la versión castella-
na del Ollántay del ilustre cuzqueño, sostuvo que el drama era an-
terior a la llegada de los españoles al Perú. "No hay en él - dijo -
nada que revele la manera de pensar ni de sentir de Europa, ni na-
da que no este adecuado a las instituciones, a las costumbres y al
estado social de aquel vasto imperio ... "
Los que, sin tomar en cuenta la paternidad de Valdez, conside-
ran que el Apu Ollántay es obra netamenle colonial, se manifiestan
ante todo cuando hallan la ocasión de impugnar la tesis del origen
precolombino del drama. Entre estos hay figuras de gran volumen,
como Bartolomé Mitre, Marcelino Menéndez Pelayo, Ricardo Pal-
ma, Diego Barros Arana, Ricardo Rojas. Figuras menores, como
Gastón Masperó, Mariano Prado Ugarteche, Jesús Arriaga, J. H.
Rowe y otros. A varios de ellos, los veremos más adelante.
Una circunstancia importante que debemos anotar es que los
partidarios de la primera tesis. e'J{ceptuando a Luis Cordero, no co-
nocen el quechua y basan sus estudios en simples traducciones, las
cuales no pueden ofrecer de ningún modo los elementos necesarios
para llegar a una conclusión áceptable.
Los que no están de acuerdo con la paternidad del cura de Si-
cuani, le niegan toda validez a la información del "Museo erudito"'
70 JESUS LARA
La Incanidad de la obra
era heredado. No hay, por tanto, ningún elemento que sugiera una
elección popular. Forzando con alguna habilidad el significado de
una frase no es imposible llegar a la. conclusión que se desea, y es-
to es lo qu~ ·precisamente han hecho algunos críticos del drama.
Aclaración parecida hay que hacer respecto del "entierro" del Inka.
En ese punto, no se expresa el acto de introducir el cadáver bajo
tierra. Willka Urna dice:
Janza del que actuaba en el Olllmtay. Se nos podría argüir que Pi-
kichaki, si bien no tiene antecesores en la escena española, los tie-
ne en los bufones de las cortes europeas. Pero estamos en condicio-
nes de demostrar que personajes bastante parecidos había en el Cuz-
co. El pueblo conserva todavía el término exacto con que se los de- ·
signaba: qamchu. Esta palabra sólo se utiliza cuando se recuerda
a los graciosos que servían de diversión a los monarcas y otros al-
tos dignatarios. Con este detalle se halla consignada también en los
antiguos vocabularios.
Otro personaje explotado por Mitre y sus adeptos es Rumiña-
wi. A juicio de ellos, se trata de una figura desprendida de l11s "His-
torias" de Heródoto. En la misma forma como Zópiro, sátrapa per-
sa, se cortó las orejas y la nariz para· impresionar al enemigo y
hacerse digno de su confianza, así también aparece Rumiñawi co!l
la cara cubierta de heridas para engañar a Ollanta. Y lo notable
del caso es que ambos personajes consiguen el mismo fin. Realmen-
te, los que no conocen la cultura quechua y sus tradiciones popula-
res, quedan impresionados por una identidad tan singular y no dudan
de que el autor del Olllmtay conoció y asimiló muy bien la obra del
"Padre de la historia". Pero los entendidos, principalmente aque-
llos que conocen la obra de Pacheco Zegarra y las de Markham,
verlm que se trata de una simple coincidencia de hechos históricos.
La hazaña de Rumiñawi es de carácter histórico y está probada por
testimonios incuestionables. En primer término, tenemos la tradi-
ción popular, cuyo origen prehisplmico no es posible poner en duda.
Luego ha existido un objeto de cerámica inkaica, un vaso antropo -
morfo que representaba a un guerrero de alto rango con la cara cu-
bierta de heridas. Este valioso testimonio, conocido como retrato de
Rumiñawi, era a principios del siglo XIX propiedad de Fabián Ti-
tu, indio noble de los alrededores del Cuzco. En 1837 el objeto fue
obsequiado por el propietario al prefecto Antonio Maria Alvarez. En
esa oportunidad el indio refirió que el vaso había sido transmitido
de generación en generación desde tiempos inmemoriales.
CONCLUSIONES
e) EL ARGUMENTO
En el convento del Cuzco, Ima Súmaj oye cada noche los an-
~ustiosos lamentos y tras una insistencia de muchos días obtiene que
Pitu Salla le confíe el secreto y la conduzca a la cueva oculta en que
alguien vivía prisionera. Allí encuentran un cuerpo inerte de mujer.
La impresión de Ima Súmaj es profunda delante de aquella vida que
parece muy cerca de su fin. La cautiva resulta ser Kusi Qóyllur,
encerrada alli por orden de su padre, y la niña no es otra que la hi-
ja de la pasión que determinó su desventura. ,
EL TEXTO DE CHAYANTA
EL ARGUMENTO DE LA OBRA
cia del monarca; pero sabe que son gentes ávidas de oro y plata; por
tanto, si los pidieran, habría que entregarles cuanto quisieran. Ata-
wallpa, a su vez, le ofrece a Pizarro cubrir de oro y plata la lla-
nura en la extensión que abarque el tiro de su honda. La oferta no
satisface a Pizarro, que -~xige que el Inka cubra la llanura entera.
Sairi Túpaj se muestra dispuesto a aceptar la exigencia del adver-
sario. Pero acto seguido Pizarro manifiesta que no dejará de llevar-
se la cabeza o el llaat'u del cautivo. En brusca reacción Atawallpa
lanza este repro~he a la cara del invasor:
ojos en él. Errará sin reposo y por feroces enemigos será destroza-
do. Tendrá que maldecir eternamente la índole inconmovible del po-
der del Inka.
CARACTERISTICAS DE LA OBRA
DEDUCCIONES
dos al través del examen, nos induce a presumir que la obra que
tenemos en la mano puede ser la que primitivamente fue represen-
tada en Potosi. Ella, compuesta en su origen en el quechua chincha,
ha llegado a nosotros trasferida al cuzqueño y con notoria interven-
ción del collasuyano. De todos modos, se trata de una pieza suma-
mente antigua, pues entramos en ella como en la belleza de aquellos
ciclópeos recintos de granito pulimentado que •aun se preservan en
lo inaccesible de los riscales andinos. Ella nos trae el aire y el sa-
bor de los siglos pasados y, al mismo tiempo, nos deja la impresión
de la herid~ aun sangrante y de la muerte que todavía enluta lo:::
corazones. ·
IV
EL RELATO
Kuniraya y Kawillaka
El diluvio
El mendigo Wathiaquri
Llujllaywankupa
Pachakámaj
Costumbres y ritos
Anchikara y Wayllama
Qullqiri y Kaphiama
con muy poca cortesía, arrojó al fuego los presentes que le había
·nevado e hizo matar a cuatro de los que componían la embajada.
De regreso, cumplió su anhelo de visitar a la amada. Aquí presen-
ciamos un encuentro como aquellos que nos describen los autores
románticos del siglo XIX: " ... vió delante de si, sin creerlo, a aquel
que cuando estaba ausente no se le apartaba de la vista; y la que
se hacía muy retórica reprendiéndolo cuando no lo veía, ahora que
lo .ve está muda y, turbada con la repentina visita, no supo qué
hacer, y tomó por último remedio para encubrir su acortamiento,
llamar con voz temblante y turbada, a Qarwa, Tijlla, su tía". En-
tre tanto, el joven no estaba "menos turbado que la doncella, ha-
blando harto más con el corazón y ojos que con la .lengua". Killku
pidió un plazo de dos años para unirse en matrimonio con la don-
cella. Qarwa Tijlla, condescendiendo a los sentimientos de su sobri-
na, halló prudente fijar en tres años el plazo.
Era un óptimo patatar del que los ladrones robaban cada no-
che. Los dueños resolvieron que su hijo fuese a vigilar el predio. La$
primeras dos noches, aunque se las pasara en vela, el joven no pudo
evitar el robo, pues los ladrones aprovecharon unos breves instantes
en que el sueño cayó sobre sus párpados. La tercera noche no se
rindió del todo y entonces vió que ·una multitud de hermosas don•
cellas, con rostros como flores y con cabelleras de oro, habían in-
vadido el patatar. Eran las estrellas que, tomando formas de mu--
jer, habían descendido del cielo: El muchacho logró aprisionar &
una y se enamoró de ella. "Los padres recibieron asombrados a
esa criatura - dice el relato, - de tal manera luminosa y bella
que la palabra no es capaz de describirla. La cuidaron y criaron,
teniéndola muy bien amada. Sin embargo no la dejaron salir. Y na-
die la conoció ni vió". Vivieron felices un tiempo; pero el hombre
tuvo un día que ir a trabajar lejos ~e la casa, y la joven se volvió
al cielo. Mas, incapaz de resignarse a su infortunio y resuelto a
ir en busca de ella hasta encontrarla, el esposo recurrió al auxilio
del cóndor. Este se lo puso a la espalda y alzó el vuelo. El joven de-
bía proveerle de alimento en todo el trayecto; pero la provisión no
tardó en agotarse. Entonces fue cortándose la pantorrilla por pe-
dazos a fin de que al animal no le faltara sustento. Al cabo de un
año de vuelo llegaron a orillas de un mar. Cerca se veía el suntuo-
so templo del Sol y de la Luna. Alli, mediante ciertas señas que le
dió el cóndor, el hombre fue a rescatar, de entre un sinnúmero de
doncellas de incomparable hermosura, a su compañera. Vivieron en
casa de ella y esta vez el joven debía esconderse de los ojos extra-
ños, pues no estaba en su mundo. Al cabo de un año la estrella
abandonó al esposo para siempre. El infeliz se dirigió a la orilla del
mar, del mar que hay en el cielo. AUi, acudió nuevamente en su
ayuda el cóndor y, al cabo de otr~ año de vuelo, le devolvió a fo
tierra, al bogar de sus padres. El hombre no volvió a tomar esposa
y su corazón vivió en constante agonía. El relato acaba con estas
LA LITERATURA DE LOS QUECHUAS 121
palabras: "Hé aquí este corazón que amó tanto a una mujer. He va-
gado sufriendo todos los dolores. Y he de entregarme ahora al llan-
to".
LA POESIA
1.- LA LIRICA SAGRADA
Tenemos otra muestra del acierto con que el clero de los pri-
meros tiempos coloniales aprovechó la poesía indígena. Entre los
jaillls sagrados del Inkario hemos comentado uno que lleva el título
de RanakámaJ. Este himno fue adaptado en forma poco menos que
parafrástica a las exigencias del dogma católico. Aparecen los mis-
mos elementos, pero revestidos con un ropaje retórico exuberante.
La ad1:1ptación es bella, más que el original; pero ha perdido su es-
tructura métrica, convirtiéndose en un cántico en prosa, por· más que
se presenta con un llamativo estribillo. Su intención misma es dife-
rente, puesto que en el primitivo el hombre rinde adoración al Crea-
dor de igual manera que los demás elementos de la naturaleza, en
tanto que en el nuevo es mostrado como un ser ingrato, indigno, co-
rrompido y sordo a la palabra de Dios. Pero el propio texto colonial
no ha podido mantenerse uniforme en su contenido literal; ha veni-
do sufriendo notables alteraciones al través del tiempo. Tenemos el
texto que Fidel Domingo Pinelo transcribe en "Devocionario Híbri-
do-lírico", 1898, y el que copia y traduce José María Arguedas en
"Mar del Sur", 1948. Se trata del mismo cántico; el fondo del con-
tenido y aun el número de versículos son los mismos, pero las frases
han sido objeto de cambios y variaciones de alguna importancia. Pi-
nelo conserva el titulo antiguo de "Himno matutino"; Arguedas nos.
:ia uno nuevo: "Pacha paqáriy uylla" (Plegaria del amanecer). El
primero consigna el estribillo de KamaJnln Dios kuslkunánpaj (Para
:¡ue Dios, su conductor, se regocije) y el segundo el de Kamajnlnta
yupaychanánpaj (Para rendir homenaje a su conductor). Tomemos
::orno ejemplo una estrofa de Runakámaj:
de Diego Torres Rubio, hecha en 1700, una poesía intitulada "El pa-
nal". Aunque ella no es de índole propiamente religiosa, la mencio-
namos aquí por haber sido compuesta por un sacerdote. La poesfa
comienza con esta estrofa:
El Manchay Puitu
cura potosino que vivió a mediados del siglo XVIII. Se sabe que
era indio de origen; pero su nombre no ha podido llegar hasta
nosotros. Beneficiario de la Iglesia Matriz de la Villa Imperial. no
tenia en su casa otra compañia que la de una joven india, sirvien-
ta suya. Nació el amor entre ellos, de espaldas a toda ley divina y
más fuerte que toda norma humana. Fueron felices. Pero un día, por
orden del arzobispado de La Plata, el sacer-dote tuvo que emprender
un largo viaje a Lima. En su ausencia, la amante cayó enferma y
la muerte vino a recogerla. Vuelto el hombre a Potosí, no pudo re-
signarse a su desgracia. Todas las noches iba al cementerio, hasta
que acabó por desenterrar el cadáver y arrancarle una tibia. El
hueso fue convertido en quena, al mismo tiempo que nacían el poe-
ma y su, música. El cura andaba unas veces tocando la quena y otras
cantando los versos, hasta que un dia se lo halló muerto. Esta le-
yenda fue aprovechada en el siglo anterior por el tradicionista pe-
ruano Ricardo Palma, quien forjó con ella una tradición muy inte-
resante, transportando el escenario a una parroquia del Cuzco y atri-
buyendo al cura unos versos del todo ajenos al poema que conoce-
mos.
SU VIDA
SU OBRA
primitivos que nos transcribe Waman Puma; sólo que el aqoyraki del
siglo XIX es mucho más -intenso y desolado, porque nace de un tor-
mento tres veces secular.
Los poemas parecen contener el proceso del drama pasional
vivido por el hombre, tal es la indole de los sentimientos que se es-
calonan a través de ellos.
Munarikúway, en efecto, es un poema que se nos presenta co-
mo un probable punto de partida. En versos que fluyen con diafani-
dad y con música del manantial de la llanura, el poeta canta el amor
concebido y la manera como el hechizo de la mujer cae sobre él.
Inti jinamin Igual que el sol
:filawiyniyqeqa Tus ojos
~uqápaj k'anchan. Fulguran para mí
~áuraj t'ikari De tu faz se derraman,
Uyayk1manta Para regalo mio,
J:iluqapaj paran. Todas las flores.
Munakujkuna, Enamorados,
Sunqoyujkuna, Gentes con algo de corazón,
Uyariwaychis: Esto escuchadme:
¿Ima phuyun jáqay phuyu ¿Qué nnbe puede ser aquella nube
Yanayásqaj wasaykamun? Que obscurecida se aproxima?
Mamáypaj waqayninchari Será .tal vez el llanto de mi madre
Paraman tukuspa jamun. Que viene en lluvia convertido.
VI
EL TEATRO
Desde los dias de la conquista los espafioles vieron que los in-
dios demostraban una afición particular al teatro. En las fiestas
150 JESUS LARA
Uska Páuqar
LA MUERTE DE ATAWALLPA
vn
EL RELATO
Hemos visto que dentro de la colonia hubo de desaparecer P.l
arawiku y que eran principalmente mestizos los autores de la nueva
poesía. Wallparrimachi y el autor del Mánchay Puitu fueron dos
excepciones. No sucedió otro tanto con el relato, que siguió fluyen-
do de fuentes indígenas y circulando entre la raza. Los escritores
de aquella época no repararon en él, porque ya no traía un conteni-
do idolátrico digno de ser impugnado y si más bien se inspiraba
en leyendas y supersticiones católicas. De suerte que siguió vivien-
do en la memoria del pueblo, mezclado con el antiguo relato inkai-
co. En ,los prim~ros ·tiempos de la era republicana no varió su desti-
no. Algunos relatos fueron aprovechados literariamente dentro de
la segunda mitad del siglo pasado por algunos escritores perua-
nos como Clorinda Matto de Türner y Ricardo Palma. Sólo en las
últimas décadas han aparecido coleccionistas de aquella riqueza.
156 JESUS LARA
-0-----
Esta misma fábula, junto con otras, figura en "El arte fol.-
klórico de Bolivia", de M. Rigoberto Paredes. Otras igualmente iri-
geniosas, recogió el etnólogo belga Edgar Ernalsteen en "Etnologia
de la alta región andina", obra que nos fue permitido consultar
inédita.
EPOCA REPUBLICANA
En las últimas décadas del siglo XIX y en las primeras del ac-
tual vivió el canónigo Saturnino Olañeta, predicador quechuista y poeta
de relevantes méritos. Compuso únicamente poesía quechua; al menos
no se le conoce ninguna composición castellana. Eran tiempos aquellos
en que la lengua aborigen no encontraba acogida en la prensa ni en el .
público de Bolivia. Alguna vez, algún periódico registraba un verso
quechua como una simple curiosidad. De ahí que la poesía de Olañeta
circulaba solamente manuscrita. Muy pocos de sus trabajos pudieron
aparecer en letras de m~lde. Entre ellos es importante mencionar
una hermosa y delicada composición que lleva el título de "Yuyari-
kúypaj t'ikan" (Flor del recuerdo) y que fue escrita en 1914, en el
pueblo de Talina, lejano cantón del departamento de Potosí. El poe-
ta canta en versos claros y cadenciosos, con el acento de la nostal-
gia, las bellezas de la tierra cochabambina. Versos henchidos de
fervor y de música, constituyen una pintura expresiva y profunda
del pajsaje de nuestro valle. Hé aquí una estrofa:
IX
EL TEATRO
EL RELATO
JAILLI SAGRADO
Uyariway, ,Escúchame,
Ja:r ñimúway. Respóndeme.
Yurajyánay Ha1. que viva
Pacha kama, Por muchos días,
Ashka p'unchau kama Hasta la edad en que deba
Kausachíway, Encanecer,
Marq'ariway, Levántame,
Jatarichiway; Tómame en tus brazos
Saykújtiyri Y en mi cansancio
Sh•askichíway Auxillame,
Maypi kaspapas, Doquiera estés,
Wiraqucha. Padre Viracocha.
(lbid).
A TODAS LAS WAK' AS
(lbld).
OTRA ORACION
(lbid).
OTRA ORACION
Yau, Wiraqucha Yaya, Oh, Padre y Creador del mundo,
Tijsi Wiraqucha, Raiz del ser, Viracocha,
WallparHlaj, Tú que creas,
Kámaj, chúraj, Colocas y ordenas,
"Kay urin pachapi Al que tú colocaste
Mikhuchun, ujyachun" y ordenaste diciendo:
:&ispa churasqayk1ta "Que coma y beba
Kamasqayiuta En este mundo"
''Mikhuynin wachachun, Y diciendo: "Su comida
Papa, sara, Se multiplique,
Imaymana mikhunan Que tenga papa, maiz
Kachun" ñisqaykita Y toda suerte de alimentos",
_Kausáchiy, miráchiy A ése dale vida
Ama muchunmpaj, Y descendencia,
Qanpi iñinánpaj. Para que no sufra
Ama qasachunchu, Y tenga fe en ti.
Ama chijchi Que no haya helada
Urmamuchunchu. Ni caiga granizo.
Qasiltata Presérvale
Waqaycháykuy. En paz.
(Ibid).
J
ORACION AL SOL
Wiraqucha, Creador del mundo,
"P'unchau kachun, Tú que dices:
Tuta kachun" "Haya día
~ispa ñij, Y haya noche",
LA LITERATURA DE LOS QUECHUAS 183
OTRA O RACION
OTRA O RACION
Pachamama, Madre Tierra,
Qasillata, A tu hijo el lnka
Qhespillata Poderoso,
Qhápaj Inka Presérvaló
Wawaykita En tu regazo,
Marq'áriy, En medio de la paz
Jat'alliy. Y· el bienestar.
(lbld).
(lbld).
188 JESUS LARA
(lbid).
YAKARQAY EXORCISMO
Janan páchaj, En el nombre de Aquel que rige
Urin páchaj, Los mares. extendidos
Qhocha mant'arayajpa En el alto cielo
Kamaqenpa, Y en la tierra;
Túkuy atipakujpa, De aquel que prevalece sobre
(todos,
Sinchi ñawiyujpa, Y tiene la mirada
Mánchay atiyniynjpa, Imperturbable,
"Kay qhari kachun, Y tiene el poderlo
Kay warmi kachun" Incontrastable;
J.iiispa kamajpa De aquel que ordena:
Sutinwanmi "Este sea varón,
K'amichiyki. Esta sea mujer";
}>in kanki, En nombre de El te conjuro.
Mayqenmi kanki, ¿Quién eres, cuál genio eres
Irmttan ñinki. Y qué persigues?
Rimayñi. Contéstame ya.
(lbid).
(lbid).
LXXXIX LXXY.UC
Mask'asunki Su mirada
Ñawinwan, Te busca
\Vajyasunki Y ·sus manos
Makinwan. Te llaman.
Qayllayküriy Aproximate
Inkayman A mi lnka,
Makiykiwan Que tu mano
J allch ·áykuy. Le alivie.
Yawarninri Y al consumirse
Rauraspa Su sangre
Sunqoyikita .Ha de ir a colmar
Junt'anqa. Tu corazón.
J A I L L I ,A G R I C O L A
ARAwr· CANCION
MALLKIPAJ EL ARBOL
AR A W I
ARAWI CANCION
(Ibld).
200 JESUS LARA
SANK'AY CARCEL
(Ibld).
(Ibid).
lnka Inka
¡Arawi, arawi, ¡ !La canci6n, la canci6n!
Aray arawi! ¡Caramba, la cancl6n!
¡Arawi, yau arawi! ¡La canci6n, oh, la cancl6n!
LA LITERATURA DE LOS QUECHUAS 201
Hombres· Hombres
¡Warijsa, ayay warijsa, ¡La gallardfa, ah, la gallardfa!
Chamay warijsa, ¡Cómo me gusta la gall2'l'dia!·
Ayay warijsa! ¡Ah, la gallardfa!
Hombres Hombres
¡Ayau jailli, yau jailli! ¡Oh, el cantar, el cantar!
¿ Uchuyujchu chajrayki? ¿Tienes ají en tn sementera?
Uchuy tunpalla samúsaj. ¡Con el pretexto del ají vendré!
¿ T'ikayujchu chajrayki? ¿Hay flores en tu sementera?
T'ikay tunpalla sumúsaj. ¡Vendré con el pretexto de las
(Dores!
Un hombre Un hombre
¡Chaymi qoya! ¡He ahí la reina!
(Ibid).
SEGUNDO ARAWI
TERCER ARAWI
Urpi uywayta chinkachikuni En un paraje deshabitado perdf de
(pronto
Uj ch'inlleyllapi. A la paloma que me crié.
Pajta rikúwaj, tapukuypuni Búscala siempre por estos valles:
(tal vez te sel\
Kay k'itillapi. Dado encontrarla.
Willáway, urpi, ¿chay sunqoykiqa Dime, paloma, ¿de qué está hecho
Imamantátaj? Tu corazón?
Rumí kaspapis, wiqey Por más que fuera de dura roca,
(llujllaywan (con tantas lágrimas
Llanp'uyanmansis. Se ablandaría. ·
WAWAKI
WAWAKI WAWAKI
T A K I
QBA~ 1:IWA
QHASHWA QHASHWA
ARANWAY
W A N KA
WANKA WANKA
¿Ima k'uychin kay yana k'uychi ¿Qué iris nefando es este negro
Sayarimun? · Iris que se alza?
¡Qosqoj aunqánpaj millay wach'i Horrenda flecha el enemigo
Illarimun, Del Cuzco blande.
Túkuy imapi sajra chijchi. ¡Granizada siniestra por doquiera
Tºakakamun! Se desparrama!
Mijllayllanta; El regazo
Chunka makin kamariyninwan De aquel que nos regalaba con el
(poder
Rurusqanta, De sus múltiples manos,
Sunqollanpa rijrallanwan Y bajo el ramaje de su corazón
P'intuykuspa, Nos daba albergue,
Qhasqollanpa llikallanwan Y con la sombra de su pecho
Qhataykuspa. Nos abrigaba.
Llákej íjmaj qhajyaynillanwan Con lamentos de viudas
Qhaparispa, Desoladas
Pallakunan muyuykunña Le han rodeado las esposas
Yanakama. Enlutadas.
POESIA SAGRADA
CHUCHULAYA CHUCHULAYA
Waqayniywanmin súnqoy Tanto he llorado, que está ya
• (llanp'uña, (inerte mi corazón.
Qhawaykullayña, jatun Mamay. Vuelve a él los ojos, Madre
, (inmortal.
Unanchayniyta k'anchaykullayña Que tu luz bañe mi soledad,
Chakiykimanta nis ripusaj. Pues de otro modo de tus pies
(nunca me he de alejar.
ENDECHA A LA VIRGEN
Ah, k'anchaj qóyllur Fulgente estrella,
Súmaj Maria Bella Maria,
Mamayku, Madre nuestra,
Qantan anchhispa A ti, gimiendo
Qantan llakispa Acongojados,
Wajyayku. Te llamamos.
',
Wawaykikuna Como hijos tuyos
Juchapi intuspa, Estando envúelto1
Kashqaspa, En pecado,
Ñ'awisniykuta A ti volvemos
, Kutirichiyku Nuestras miradas
Waqaspa. Llorando.
(Colección de J. Lara).
224 JESUS LARA
EL PANAL
POESIA PROFANA
Mana imamanta túnpay inasi- Sin raz6n algnna eres como yo.
(cbéllay.
Chiricha cb'ipacha, waytacha Tenaz es el frio, bravfo es el
(wayracha, (viento.
(Ibtd).
ARAWI CANCION
De la colección Méndez)
WAY~U WAY~U
TAKI CANCION
De la colección Méndez).
POEMAS DE W ALLPARRIMACHI
MUNARIKUYWAY AMAME
(lbld).
KACHARPARI DESPEDIDA
WAY&U WAY&U
Munakujkuna, Enamorados,
Sunqoyujkuna, Gentes con algo de corazón,
Uyariwaychis: Esto escuchadme:
Amátaj waman Que no termine
Silluyninpeqa Entre las garras
Tukuchichunchu. Del gavilán.
De la colección Vásquez).
TAKI CANCION
(lbid).
(lbid).
KARUNCHAY PARTIDA
Qhesijrankúnaj En el tumulto
Kullachisqanmi De sus pestañas
j\jawinri asín. Rien sus ojos.
j\jauch'i senqanri Cómo seduce
j\jañu kayninpi El equillbrlo
Wich'uta llallin. De su nariz.
(lbid).
URPILLAY MI PALOMITA
Ayqechikunis Se me ha escapado,
Chinkachikunis Se me ha perdido
Urpichallayta. Mi palomita.
¿Mayllatan ripun, ¿Dónde se ha ido,
Pillan pusapun Quién se ha llevado
Munakusqayta? A mi adorada?
Jap'ipuwanqa, La atrapará
Irpa phurunta E inexorable
T'irarparispa Su tierno cuerpo
Qhasupuwanqa. Desgarrará.
ARAWI ARAWi
(lbld).
MAMAY MI MADRE
¿Ima phuyun JAqay pbuyu ¿Qué nube puede ser aquella nube
YanayAsqaj wasaykamun? Que obscurecida se apro:dma'l
MamAypaj ·waqayninchari Será tal vez el llanto de mi madre
Paraman tukuspa jamun. Que viene en lluvia convertido.
LA LITERATURA DE LOS QUECHUAS
(Ibid).
• • •
EPOCA REPUBLICANA
YARAVI YARAVI
(Colección J. Lara).
YUYARIKUWAY ACUERDATE DE MI .
Jánaj pachamantapuni
.
El mismo querer de Dios
Anpu atiynin lliphipichin; La hace brillar desde el cielo.
Intin, killan, yakun, wayran Su- luna, sol, agua y viento
Túkuy llajtas moq'erichin. De todas envidia son.
Qusqu sipas warma quya Moza del Cuzco, tierna rei)!.a, tú,
Uyaykiwan túkuy kusi Cuyos ojos despiertan la alegría
(rijch' arichij (del mundo,
~awiykiwan sunqu ruru Cuya mirada el corazón tras-
(kuyuríchij (toma,
Káusay kusilla llajtáykij t'ikan. Tú, flor de tu ciudad, vive feliz.
(lbid).
MACHUPI.JCHU MACHUPIJCHU
Por Andrés Alencastre
Machupijchu mauk'a llajta ja- Machupijchu, ciudad antigua, al-
(maut'akuna qurpáchaj (bergue• de los sabios,
Pachakuyúchij runakúnaj ya- Con sangre y sudor de hombres
(warjunp'inwan llank'asqa, (titánicos levantada,
_Qúnqur chakin napaykuyki chun- De hinojos y dilez veces inclinando
kakuti k'umuykuspa (la cabeza, te saludo
Khutu rumiykita q'uñi sunquy- Y beso tu piedra helada palpándo-
(wan tupaykachispan (la con el corazón
Much'aykuni yupaychaspa way- Y honrándola con el fueco joven
(na yáuraj simillaywan.
, (de mi palabra.
Jánaj pacha t'urpuj ari tumi Y a tus plantas cual verde ser-
(rit'i urqukuna (piente
Chakiykipítaj Willkamayu may- Se enrosca el Wlllcamayo
(t'uykukushan
Q'ómir amaru jina watan wa- Pregonando tu nombre eterna-
(tan sutiykita qaparishan. (mente.
WALQA WALQA
Por César Guardia Mayorga
JAMUY&A VEN YA
Por César Guardia Mayorga
(lbid).
I I
11 11
m m
Kunanqa, ¡Jatariychij, jllllp'aj ¡Ahora alzaos, hijos de la tierra!
(wawankuna!
Warak'áychij, wajujúichij, Gritad, voltead vuestras hondas,
Pututuykichijta qhaparichiychij. Tañed, vuestros pututus,
Túkuy orqokuna k'uchunpi, Que vuestro grito sea oído
Qhaparisqaykichij uyarikunán- En todos los rincones de los
(paj. (montes.
(lbid).
RELATOS PRIMITIVOS
KUNIRA Y A Y KA WILLAKA
-No suceda que quieras abrir .,este cofre. Sólo podrá abrir-
lo tu señor Wáyna QhápaJ en persona.
ver el contenido del cofre, lo abrió. Dentro del cofre vló a nna joven
de maravillosa belleza. S11 cabellera era ondulada y rubia como el
oro. S11 traje se veia asombrosamente lujoso. Dentro del cofre, ella
era de diminuta' apariedéia. No bien sus ojos la hubieron sorpren-
dido, la joven desapareció sin rastro:
de los últimos fines del amor, y con este pensamiento tomó su flau-
ta y empezó a tocar tan tristemente, que a las duras piedras enter-
necia; y ·en acabando de tocarla fue tan grande el sentimiento que
hizo, que cayó en el suelo amortecido, y cuando volvió en si dijo ver-
tiendo infinitas lágrimas, lamentando: ¡ay, ay, ay! de ti, desventu-
rado, triste pastor desdichado y sin <'Ontento, y cómo se te acerca
ya el dia de tu muerte, pues la esperanza te niega lo que tu deseo
pide, ¿cómo puedes, pobre pastor, remediarte, pues el remedio es
imposible alcanzar, ~iquiera a verlo?, y diciendo esto se tornó a !>U
chozuela, y con el grandísimo trabajo que había pasado se le ador-
mecieron los miembros y así se quedó dormido.
-Otra es mi casa.
Cuentan que vagó por los montes, llorando con locura, sonám-
bulo, enajenado, caminando por todas partes, Y en una de las ci-
mas solitarias adonde llegó se encontró con un cóndor. Entonces el
-Cóndor Je dijo:
-Bé aquí, señor, que era mía la mujer más hermosa. Aho-
1·a no sé por qué caminos ha partido. Estoy extraviado. Temo que
haya huido a los cielos de donde vino.
Y cuando dijo esto, el Cóndor le respondió:
Y el Cóndor le respondió:
-Bien. Te llevaré. Pero antes nos bañaremos en este mar.
Y ambos se bañaron; y rejuvenecieron.
Vagó por los caminos sin rumbo fijo, arreando sus llamas. Y
anduvo y anduvo, ~orante cuatro días y cuatro noches. Hasta que
se encontró con un señor; con un señor que venía montado en un ca-
ballo blanco. Y el señor le preguntó al hombre:
Una vez que llegaron al sitio donde el hombre dejó sus cargas
de harina, descansaron para esperar a nuestro padre Santiago. Allí
encontraron al menor de los hijos, que esperaba a su padre lloran-
do d,esoladamente en silencio.
E hizo que recogiera los tiestos que babia cerca del camino;
Y ordenando que golpeara los bordes, mandó que hiciera con ellos
292 JESUS LARA
ISICHA PUYTU
-Vivirás conmigo.
-Bien -dijo ella. Y se quedó en la casa del señor. Vivió con
él.
Dia y noche estaba con ella, con su amada. Con ella comía,
con ella dormía, con ella esperaba el anochecer. Isicha Puytu sa-
bía tocar una quena de hueso humano. Esas quenas que se tocan ba-
jo un cántaro alargado. Ella tocaba intensa y bellamente la quena.
Y por eso se llamaba Isicha Puytu. El kuraka le compró una quena
y un cántaro. Ella pone las manos dentro del cántaro y toca la que-
na. ¡El canta! Es el kuraka quien canta.
Asi vivían todos los días. Mientras tanto, los padres de ella,
la esperaban. Y como pasaba el tiempo y no volvia, la madre dijo
a los hermanos de Isicha Puytu.
-Si será verdad que nuestra hija es como sus hermanos cuen-
tan de ella. Anda y ve por ti mismo - dijo la madre a su marido.
Y ella contestó:
-Por. haber sido amante de un Señor como tú. Por eso ofen-
dí a mi padre y a mi madre. He caído ahora en las lágrimas de mi
padre y de mi madre. Mi madre me maldijo exprimiéndose los pe-
chos. Y esa misma noche me alcanzó la muerte. Ya no podré encon-
LA LITERATURA DE LOS QUECHUAS 303
PEDRO BURRO
Dos días con sus noches empleó en recorrer tan largo camino,
al cabo de los cuales comenzó a internarse entre los bosques, en
306 JESUS LARA
Una linda muchacha que apenas contaría quince años subió so-
bre una gran piedra y le dijo:
E I s h' as k i
Mas, hete alli que no solamente Josucho iba por aquel cami-
no. Llevándole la delantera acababa de sur1ir de una hondonada
una mujer de llijlla blanca y fandellin negro, sombrero alicaido y
at parecer ocupada en ovillar una madeja.
Con el propósito de acompaiarse Josucho la alcanzó, mirán-
dole agraciada y tentadora que apenas contaria su edad y la auda-
cia de sus pocos años le aconsejó dlri¡lrle la palabra.
-Mamay, ¿vas a Ayllukullama?
-¿ Y tú, Josucho?
-Allá me mandan a dejar estas cartas, ¿Me conoces? Yo no
recuerdo de ti.
LA LITERATURA DE LOS QUECHUAS 3l'i
LITERATURA PREHISPANICA
b) El jailliheroico y el agrícola . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
2.- El arawi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
3.- El wawaki . . . 49
111.- El Teatro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
Pág.
1.- El teatro entre los Incas . . • . . . . . . . • . . • . • . . . . . . . . . . 56
2.- Apu Ollántay . . . . . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. . .. 62
a) La bibliografía de la obra . .. .. . . .. . .. .. . . .. .. . . 62
b) El origen del drama . .. . .. . .. . . . . .. ... ... . .. . .. 68
La paternidad de Valdez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
La incanidad de la obra . . . . . . . . . . . . . .. . . . . .. .. . .. 72
La tercera corriente de opinión.... . . . . . . . . . . . . . . . 79
Conclusiones . . • . • . . . . . . • . . • . . . . • . • . • . • . . . .. . . • 85
c) El argumento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
d) Sus principales características • . . • • • • • • • . . 89
3.- Utqha Páuqar . . . . . . . . . . . . . . . .. . .. . 9U
4.- Atawállpaj p'úchukakuyninpa wankan . . . . . . . . 91
Caracterisdcas de la obra:
EPOCA COLONIAL
ANTOLOGIA
EPOCA PREHISPANICA
Sumaj ñust'a (Bella princesa) ....... '. ............... . 179
Oración primera al Hacedor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . •. 180
Otra oración para que multipliquen las gentes . . . . . . . . . . . 180
A todas las wak'as ................................ ·.... . 181
Otra oración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 181
Otra oración . . . • . • • . . . . . . . . . . . • • . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 182
Oración al so:t . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 182
Oración por el Inca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 183
Otra oración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 184
Otra oración . . . . . . . . • • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 184
Oración para todos los Incas . . . . . . . . . . .. lfl-1
Oración a todas las wak'as ............. . 185
Oración de Manco Qhápaj .. . .. . .. . .. . . .. 186
Oración de Manco Qhápaj a T'unupa . . . . .. 187
Manco Qhápaj a los sacerdotes . . . . . . . . . .. . .. . . . . .. . 188
Yakárqay (Exorcismo) .................•...•.•.•. 188
El Inca Wáskar a los wak'as . . . . . .. . .. . . .. .. . . .. .. . 189
Pachakámaj (Conductor del mundo) ......•...•.•... 190
Killa mama (Madre Luna) . . . . . .. . .. . . .. .. . . .. .. . 191
Runa kámaj (Conductor del hombre) ...•........... 191
LXXXIX . .................................... . 192
¡Ayau jailli! (¡Ea, el triunfo!) ..................... , .. 194
Ayau jailliniña (¡Ea, ya he triunfado!) ................. . 195
Arawi (Canción) ............................... . 196
Mallkípaj (Al árbol) . .. .. • .. . .. . .. . .. . .. • .. • .. • .. • 196
Jaray arawi (Canción doliente) . . . . . . .. 197
Jaray arawi (Canción doliente) ................ . 198
Arawi (Canción) . . . • . . . . . • . . . . • . . . • • • . . • . . .. 199
Sank'ay (Cárcel) . . . .. . . . . . . . .. . . . . .. . . . . . .. 200
Jucháyuj auki (Príncipe culpable) ...•.............. ... 200
Pág.
Warijsa arawi (Canción de la gallardía) ........... . ... 200
Sank'ay arawi (Canto de la prisión) •••.....•....•. • .• 201
Primer arawi del Ollántay .. . . .. .. . .. . . . . .. . . . . .. . ... 202
Segundo arawi . . .. • •·,. .. . .. . .. • .. • . .. .. • . .. . . . .. . .. . •.• 203
Tercer Arawi • . . . . • . . . . . . . . . . . . • . . • . . . . • . . . . . . . .. ••. 204
Wawaki ......................................... . ••. 206
¡Paras! (¡Lluvia!) ... ·... . .. .. . . . . .. . .. . .. . .. . .. . 207
Canción de Chujchi Qhápaj . . . . . . .. . . . . . . . . .. . •. 208
~ust'aj takin (Canción de la infanta) ............... . ... 20Q
Qhashwa •••.•••••....••..•..••.........•......• • •• 209
Atoj yárqay taki (La zorra hambrienta) . . . . . . . .. 210
Wanka .................................. .. • •. 212
Apu Inka Atawallpaman (Al Señor Inca Atawallpa) ... 213
Atawallpa wáñuy (La muerte de Atawallpa) •.. 217
EPOCA COLONIAL
EPOCA REPUBLICANA
RELATOS PRIMITIVOS
RELATOS COLONIALES
EPOCA REPUBLICANA