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Lengua Castellana y

Literatura

2ºBachillerato

Comentarios
literarios
Federico García Lorca
Comentario Literario “La casa de Bernarda Alba”
(texto 3)
Nos encontramos ante un fragmento de la obra La casa de Bernarda Alba de Federico
García Lorca. Dicho fragmento se corresponde con la escena final del acto tercero y
último de la obra dramática.
Federico García Lorca nació en Granada en 1898. Estudió en la famosa Residencia de
Estudiantes música y pintura, disciplinas fundamentales para el desarrollo posterior de “La
Barraca”, una compañía teatral con la que recorrió tierras españolas. Fue director de
teatro, compositor de canciones, poeta y dramaturgo. Debido a su ideología y fama, fue
una de las víctimas mortales de la Guerra Civil Española.
Si analizamos el marco histórico en el que se sitúan Lorca y su obra, nos encontramos
con un periodo importante con la convivencia de Movimientos Vanguardistas con los
Novecentistas y la Generación del 27, a la que Lorca perteneció. En cuanto al ámbito
político de la época, entre 1923 y 1939 sucede la dictadura de Primo de Rivera, la
proclamación de la II República, y finalmente, la
Guerra Civil de 1936, año en el que Lorca escribió esta obra y en el que
desgraciadamente fue asesinado.
La casa de Bernarda Alba es la última obra dramática que escribió Lorca y su origen
es enigmático, es decir, no se conoció sobre su escritura hasta 1945, año en el que fue
editada. Los personajes están basados en personas reales y es innegable que los
sucesos reflejan la sociedad andaluza de la época; reprimida y con las preocupaciones
sobre el “qué dirán”. La obra comienza con el funeral del segundo marido de Bernarda,
tras el cual se impone un riguroso luto de 8 años. La hija mayor, Angustias, heredera del
dinero del primer marido de Bernarda, encuentra pretendiente, Pepe el Romano, lo que
produce la envidia de las otras hermanas y una situación conflictiva en la casa.
El carácter literario de este texto se puede observar en el hecho de que la finalidad del
autor es crear un texto con intención artística, transmitiendo a través del mismo una serie
de valores y sentimientos. Esta obra pertenece al género teatral, ya que puede ser
representada y su subgénero es el dramático debido al ambiente de la obra y a las
muertes que en ella suceden. En cuanto a las funciones del lenguaje, cabe destacar
tres; la apelativa, ya que se ve una clara relación entre el autor y el receptor por medio del
diálogo que presenta el texto; la poética, ya que se pretende embellecer el mensaje
mediante el uso de recursos literarios; y la expresiva, porque todos los personajes
expresan sus deseos y sentimientos.
El tema principal es la disputa entre Bernarda y sus hijas, el enfrentamiento entre
la tradición y los nuevos valores que quieren introducir las hijas. Otros temas son
la pasión, la frustación, la honra, el amor o la muerte.
La estructura externa de la obra sigue un orden cronológico, sin saltos en el tiempo. La
obra está dividida en tres actos. En el primero se halla la presentación (el duelo del
marido de Bernarda) y parte del desarrollo (el compromiso de Angustias). En el segundo
acto tienen lugar las primeras sospechas de los encuentros de Adela con Pepe el
Romano. Finalmente, en el tercer acto, se descubre la verdad, Adela muere y Bernarda
reafirma su autoridad sobre sus hijas.
En la estructura interna de la obra, asistimos al momento en el que Adela acaba de
encontrarse con Pepe el Romano, quien estaba prometido con su hermana Angustias.
Bernarda reprocha a su hija menor que tenga este comportamiento indigno y ella se
refugia en su dormitorio provocando el desenlace final y trágico, su suicidio. Pese a lo
que cabe esperar, Bernarda no rompe de dolor, sino de rabia e impotencia, e insiste en
que su hija “ha muerto virgen”.
En cuanto a los personajes, la obra está compuesta principalmente por personajes
femeninos, aunque aparece una gran presencia de Pepe el Romano, que a pesar de no
aparecer físicamente, es aludido constantemente por los demás personajes. Bernarda
es la protagonista, una mujer con un fuerte carácter autoritario, hasta el punto que los
demás personajes le temen. Bernarda tiene cinco hijas a las que trata con mano dura,
según los principios de la sociedad española de la época. Angustias es la hija mayor,
que es la única que puede comprometerse, lo cual hizo con Pepe el Romano. Adela es
la hija más joven y se podría decir que es la más rebelde de la familia debido a que es la
única que se enfrenta a su madre, reclamando su libertad. Amelia y Magdalena son
personajes secundarios. Amelia, a diferencia de Magdalena, tiene un gran aprecio a
Adela y al resto de sus hermanas. Martirio, otra hermana, es muy enamoradiza y ama en
secreto a Pepe el Romano. Como se ha comentado anteriormente, aunque Pepe no
interviene en el diálogo, es un personaje principal, ya que la enemistad entre las
hermanas gira en torno a él. Otros personajes son María Josefa, madre de Bernarda y
Poncia, quien es una de las dos criadas que trabajan para Bernarda, que conoce los
secretos del hogar y quien es capaz de advertir el conflicto entre las hijas.
Si se atiende al tiempo y el espacio, podemos ver cómo Lorca innova el teatro
convencional mediante el trazo de estos dos parámetros. La obra transcurre dentro de la
casa de Bernarda, en una habitación con paredes blancas y puertas de arco con cortinas,
esto simboliza la opresión. El único contacto con el exterior lo vemos a través del patio,
las ventanas y los encuentros entre Angustias y Pepe, o bien, Adela y el mismo, que para
las hijas es la única salida a la libertad. El fragmento ante el que nos encontramos se
desarrolla tanto en el patio interior como en la habitación de Adela. En lo que se refiere al
tiempo, la obra se desarrolla en un caluroso día de verano. El fragmento ante el cual nos
encontramos sucede en el anochecer, es decir, el fin del día y de los problemas. Es la
noche en el momento en el que se desencadena el desenlace.
Las acotaciones nos proporcionan información esencial sobre la puesta en escena y la
intención comunicativa del personaje. Sabemos por estas, que Adela rompe el bastón de
su madre y que también se ahorca, pues Poncia se lleva las manos al cuello. Por otro
lado, también aportan detalles como el tono de voz y los gestos.
El diálogo es dinámico debido a la facilidad con la que se puede leer, gracias a lo que
nos podemos imaginar la escena. En este fragmento en concreto predomina el estilo
coloquial con frases exclamativas, interrogativas e imperativas por la presencia de
discusión.
En cuanto al nivel léxico-semántico, encontramos palabras pertenecientes al campo
semántico de muerte como son “sangre”, “luto” o “hundiremos”, y también al del cuerpo
como son “cabeza”, “manos”, “dedos” o “cara”. Aparecen sinónimos como “muerte, fin” o
“vara, bastón”, y antónimos como “vida, muerte” o “entrar, salir”. Podemos observar que
la palabra más repetida en el fragmento es “silencio”, como símbolo de represión, y
también “bastón”, que representa la autoridad de Bernarda.
En el texto se encuentran recursos literarios, sobre todo metáforas como son “un rayo
entre los dedos”, “un río de sangre” y “un mar de luto”, todas hiperbólicas y de gran
fuerza expresiva debido al dramatismo de la escena. También podemos destacar
símiles: “respirando como si fuera un león”, “en voz baja como un rugido” (acotación).
Por otra parte, en la morfología predomina el de la segunda persona y sobre todo el
imperativo, usado por Bernarda hacia sus hijas (“déjala”, “abre”). Es importante destacar
el uso futuros, (“dominará”, “irás corriendo”), lo que le da al texto una sensación de
predicción. Sintácticamente, predominan las oraciones simples e incluso algunas
nominales, (“¡Adela!”, “¡Dios mío”), que ayudan al modo imperativo del texto , como
“maldita” o “por ella”. Además, destaca el uso de exclamativas e imperativas en las
intervenciones de Bernarda (“¡Esa es la cama de las mal nacidas!” o “¡Abre, porque
echaré abajo la puerta!). También podemos observar oraciones interrogativas retóricas
(“¿Por qué lo has dicho entonces?”, “¿Me habéis oído?”) que acentúan la idea y le dan
valor emocional.
Sin duda, nos encontramos ante una obra de teatro muy representativa de la sociedad
de la época, sobre todo la parte rural. Las personas se mueven por sus pasiones y
emociones y es lo que Lorca trata de representar: la lucha del deseo contra la realidad.
Federico García Lorca
Comentario Literario “La casa de Bernarda Alba”
(texto 1)
Nos encontramos ante un fragmento de la obra La casa de Bernarda Alba de Federico
García Lorca. Dicho fragmento se corresponde con el comienzo de la obra, en el acto
primero.
Federico García Lorca nació en Granada en 1898. Estudió en la famosa Residencia de
Estudiantes música y pintura, disciplinas fundamentales para el desarrollo posterior de “La
Barraca”, una compañía teatral con la que recorrió tierras españolas. Fue director de
teatro, compositor de canciones, poeta y dramaturgo. Debido a su ideología y fama, fue
una de las víctimas mortales de la Guerra Civil Española.
Si analizamos el marco histórico en el que se sitúan Lorca y su obra, nos encontramos
con un periodo importante con la convivencia de Movimientos Vanguardistas con los
Novecentistas y la Generación del 27, a la que Lorca perteneció. En cuanto al ámbito
político de la época, entre 1923 y 1939 sucede la dictadura de Primo de Rivera, la
proclamación de la II República, y finalmente, la
Guerra Civil de 1936, año en el que Lorca escribió esta obra y en el que
desgraciadamente fue asesinado.
La casa de Bernarda Alba es la última obra dramática que escribió Lorca y su origen
es enigmático, es decir, no se conoció sobre su escritura hasta 1945, año en el que fue
editada. Los personajes están basados en personas reales y es innegable que los
sucesos reflejan la sociedad andaluza de la época; reprimida y con las preocupaciones
sobre el “qué dirán”. La obra comienza con el funeral del segundo marido de Bernarda,
tras el cual se impone un riguroso luto de 8 años. La hija mayor, Angustias, heredera del
dinero del primer marido de Bernarda, encuentra pretendiente, Pepe el Romano, lo que
produce la envidia de las otras hermanas y una situación conflictiva en la casa.
El carácter literario de este texto se puede observar en el hecho de que la finalidad del
autor es crear un texto con intención artística, transmitiendo a través del mismo una serie
de valores y sentimientos. Esta obra pertenece al género teatral, ya que puede ser
representada y su subgénero es el dramático debido al ambiente de la obra y a las
muertes que en ella suceden. En cuanto a las funciones del lenguaje, cabe destacar
tres; la apelativa, ya que se ve una clara relación entre el autor y el receptor por medio del
diálogo que presenta el texto; la poética, ya que se pretende embellecer el mensaje
mediante el uso de recursos literarios; y la expresiva, porque todos los personajes
expresan sus deseos y sentimientos.
El tema principal es la disputa entre Bernarda y sus hijas, el enfrentamiento entre
la tradición y los nuevos valores que quieren introducir las hijas. Otros temas son
la pasión, la frustración, la honra, el amor o la muerte.
La estructura externa de la obra sigue un orden cronológico, sin saltos en el tiempo. La
obra está dividida en tres actos. En el primero se halla la presentación (el duelo del
marido de Bernarda) y parte del desarrollo (el compromiso de Angustias). En el segundo
acto tienen lugar las primeras sospechas de los encuentros de Adela con Pepe el
Romano. Finalmente, en el tercer acto, se descubre la verdad, Adela muere y Bernarda
reafirma su autoridad sobre sus hijas.
En la estructura interna de la obra, asistimos con la retirada de las vecinas y se
presenta a Bernarda indignada por la murmuraciones de las mujeres. Aparecen, además,
sus hijas Magdalena, Amelia, Martirio y Adela. Bernarda anuncia el luto que reinará en la
casa durante 8 años.
En cuanto a los personajes, la obra está compuesta principalmente por personajes
femeninos, aunque aparece una gran presencia de Pepe el Romano, que es aludido
constantemente por los demás personajes. Bernarda es la protagonista, una mujer con
un fuerte carácter autoritario, hasta el punto que los demás personajes le temen.
Bernarda tiene cinco hijas a las que trata con mano dura, según los principios de la
sociedad española de la época. Angustias es la hija mayor, que es la única que puede
comprometerse, lo cual hizo con Pepe el Romano. Adela es la hija más joven y se podría
decir que es la más rebelde de la familia debido a que es la única que se enfrenta a su
madre, reclamando su libertad. Amelia y Magdalena son personajes secundarios.
Amelia, a diferencia de Magdalena, tiene un gran aprecio a Adela y al resto de sus
hermanas. Martirio, otra hermana, es muy enamoradiza y ama en secreto a Pepe el
Romano. Aunque Pepe no interviene en el diálogo, es un personaje principal, ya que la
enemistad entre las hermanas gira en torno a él. Otros personajes son María Josefa,
madre de Bernarda y Poncia, quien es una de las dos criadas que trabajan para
Bernarda, que conoce los secretos del hogar y quien es capaz de advertir el conflicto
entre las hijas.
Si se atiende al tiempo y el espacio, podemos ver cómo Lorca innova el teatro
convencional mediante el trazo de estos dos parámetros. La obra transcurre dentro de la
casa de Bernarda, en una habitación con paredes blancas y puertas de arco con cortinas,
esto simboliza la opresión. El único contacto con el exterior lo vemos a través del patio,
las ventanas y los encuentros entre Angustias y Pepe, o bien, Adela y el mismo, que para
las hijas es la única salida a la libertad. El fragmento ante el que nos encontramos se
desarrolla en el patio interior. En lo que se refiere al tiempo, la obra se desarrolla en un
caluroso día de verano. El fragmento ante el cual nos encontramos sucede en plena luz
del día, se alude al calor por lo que se podría decir que se trata de mediodía.
Las acotaciones nos proporcionan información esencial sobre la puesta en escena y la
intención comunicativa del personaje. Sabemos por estas, que salen del interior de la
casa hacia el patio interior, el inicio del llanto de Magdalena y cuando Bernarda golpea el
bastón, que indica la autoridad que esta posee. Por otro lado, también aportan detalles
como el tono de voz y los gestos.
El diálogo es dinámico debido a la facilidad con la que se puede leer, gracias a lo que
nos podemos imaginar la escena. En este fragmento en concreto permite ver una intensa
crítica social: las mujeres tienen asignadas tareas que las repliegan al interior de la casa,
mientras que los hombres pueden experimentar la vida exterior, “eso tiene ser mujer”,
“Hilo y aguja para las hembras. Látigo y mula para el varón”. Además se hace referencia a
las diferencias de clase, “Eso tiene la gente que nace con posibles”.
En cuanto al nivel léxico-semántico, encontramos palabras que hacen referencia al agua
como son “río” o “pozos”. Aparecen sinónimos como “hombre, varón” o “mujer, hembra”, y
antónimos como “entrar, salir”. Podemos observar que la palabra más repetida en el
fragmento es “luto”, como símbolo de muerte.
En el texto se encuentran recursos literarios, metáforas como es “el veneno de sus
lenguas. También podemos destacar símil con tono exagerado, tratándose de una
hipérbole: “Igual que si hubiese pasado por ella una manada de cabras”. Además
aparecen múltiples símbolos como “Tome usted. (Le da un abanico redondo con flores
rojas y verdes)” como vitalidad o “Dame uno negro y aprende a respetar el luto de tu
padre” como muerte.
Por otra parte, en la morfología predomina el de la segunda persona y sobre todo el
imperativo, usado por Bernarda hacia sus hijas (“échales”, “dame”). Sintácticamente,
predominan las oraciones simples (“Eso tiene ser mujer”, “Yo no tengo calor”). Además,
destaca el uso de exclamativas (“¡Andar a vuestras cuevas a criticar todo lo que habéis
visto!” o “¡Cómo han puesto la solería!).
Sin duda, nos encontramos ante una obra de teatro muy representativa de la sociedad
de la época, sobre todo la parte rural. Las personas se mueven por sus pasiones y
emociones y es lo que Lorca trata de representar: la lucha del deseo contra la realidad.
Federico García Lorca
Comentario Literario “La casa de Bernarda Alba”
(texto 2)
Nos encontramos ante un fragmento de la obra La casa de Bernarda Alba de Federico
García Lorca. Dicho fragmento se sitúa al final del segundo.

Federico García Lorca nació en Granada en 1898. Estudió en la famosa Residencia de


Estudiantes música y pintura, disciplinas fundamentales para el desarrollo posterior de
“La Barraca”, una compañía teatral con la que recorrió tierras españolas. Fue director de
teatro, compositor de canciones, poeta y dramaturgo. Debido a su ideología y fama, fue
una de las víctimas mortales de la Guerra Civil Española.
Si analizamos el marco histórico en el que se sitúan Lorca y su obra, nos encontramos
con un periodo importante con la convivencia de Movimientos Vanguardistas con los
Novecentistas y la Generación del 27, a la que Lorca perteneció. En cuanto al ámbito
político de la época, entre 1923 y 1939 sucede la dictadura de Primo de Rivera, la
proclamación de la II República, y finalmente, la Guerra Civil de 1936, año en el que
Lorca escribió esta obra y en el que desgraciadamente fue asesinado.
La casa de Bernarda Alba es la última obra dramática que escribió Lorca y su origen
es enigmático, es decir, no se conoció sobre su escritura hasta 1945, año en el que fue
editada. Los personajes están basados en personas reales y es innegable que los
sucesos reflejan la sociedad andaluza de la época; reprimida y con las preocupaciones
sobre el “qué dirán”. La obra comienza con el funeral del segundo marido de Bernarda,
tras el cual se impone un riguroso luto de 8 años. La hija mayor, Angustias, heredera del
dinero del primer marido de Bernarda, encuentra pretendiente, Pepe el Romano, lo que
produce la envidia de las otras hermanas y una situación conflictiva en la casa.
El carácter literario de este texto se puede observar en el hecho de que la finalidad del
autor es crear un texto con intención artística, transmitiendo a través del mismo una serie
de valores y sentimientos. Esta obra pertenece al género teatral, ya que puede ser
representada y su subgénero es el dramático debido al ambiente de la obra y a las
muertes que en ella suceden. En cuanto a las funciones del lenguaje, cabe destacar
tres; la apelativa, ya que se ve una clara relación entre el autor y el receptor por medio del
diálogo que presenta el texto; la poética, ya que se pretende embellecer el mensaje
mediante el uso de recursos literarios; y la expresiva, porque todos los personajes
expresan sus deseos y sentimientos.
El tema principal es la disputa entre Bernarda y sus hijas, el enfrentamiento entre
la tradición y los nuevos valores que quieren introducir las hijas. Otros temas son
la pasión, la frustración, la honra, el amor o la muerte.
La estructura externa de la obra sigue un orden cronológico, sin saltos en el tiempo. La
obra está dividida en tres actos. En el primero se halla la presentación (el duelo del
marido de Bernarda) y parte del desarrollo (el compromiso de Angustias). En el segundo
acto tienen lugar las primeras sospechas de los encuentros de Adela con Pepe el
Romano. Finalmente, en el tercer acto, se descubre la verdad, Adela muere y Bernarda
reafirma su autoridad sobre sus hijas.
En la estructura interna de la obra, asistimos con la discusión de las hermanas acerca
de Pepe el Romano y las sospechas de que este se ve a escondidas con Adela ya han
sido confirmadas por Martirio. En ese momento es cuando interrumpe la criada para
avisar de que hay un gran gentío en la calle, y Bernarda le ordena que averigüe qué
sucede. Martirio sugiere a su hermana que podría haberla delatado. Adela le responde,
que ella también desea a Pepe. Se enzarzan en una pelea que solo es interrumpida por
la noticia de la persecución de la hija de la Librada. Bernarda y Martirio aprueban la
matanza de la mujer. Adela se pone a favor de la mujer mientras ella misma toca su
vientre.
En cuanto a los personajes, la obra está compuesta principalmente por personajes
femeninos, aunque aparece una gran presencia de Pepe el Romano, que es aludido
constantemente por los demás personajes. Bernarda es la protagonista, una mujer con
un fuerte carácter autoritario, hasta el punto que los demás personajes le temen.
Bernarda tiene cinco hijas a las que trata con mano dura, según los principios de la
sociedad española de la época. Angustias es la hija mayor, que es la única que puede
comprometerse, lo cual hizo con Pepe el Romano. Adela es la hija más joven y se podría
decir que es la más rebelde de la familia debido a que es la única que se enfrenta a su
madre, reclamando su libertad. Amelia y Magdalena son personajes secundarios.
Amelia, a diferencia de Magdalena, tiene un gran aprecio a Adela y al resto de sus
hermanas. Martirio, otra hermana, es muy enamoradiza y ama en secreto a Pepe el
Romano. Aunque Pepe no interviene en el diálogo, es un personaje principal, ya que la
enemistad entre las hermanas gira en torno a él. Otros personajes son María Josefa,
madre de Bernarda y Poncia, quien es una de las dos criadas que trabajan para
Bernarda, que conoce los secretos del hogar y quien es capaz de advertir el conflicto
entre las hijas.
Si se atiende al tiempo y el espacio, podemos ver cómo Lorca innova el teatro
convencional mediante el trazo de estos dos parámetros. La obra transcurre dentro de la
casa de Bernarda, en una habitación con paredes blancas y puertas de arco con cortinas,
esto simboliza la opresión. El único contacto con el exterior lo vemos a través del patio,
las ventanas y los encuentros entre Angustias y Pepe, o bien, Adela y el mismo, que para
las hijas es la única salida a la libertad. El fragmento ante el que nos encontramos se
desarrolla en el patio interior. En lo que se refiere al tiempo, la obra se desarrolla en un
caluroso día de verano. El fragmento ante el cual nos encontramos sucede en plena luz
del día.
Las acotaciones nos proporcionan información esencial sobre la puesta en escena y la
intención comunicativa del personaje. Sabemos por estas, que entra la criada a la casa, el
grito de una mujer y los rumores, que indica la importancia de las apariencias y el qué
dirán. Por otro lado, también aportan detalles como el tono de voz y los gestos.
El diálogo es dinámico debido a la facilidad con la que se puede leer, gracias a lo que
nos podemos imaginar la escena. En este fragmento en concreto permite ver un claro
contrapunto representado por la piedad de Adela: “¡No, no, para matarla no!” y la posición
de Bernarda y Martirio: “¡Matadla!¡Matadla!” . Lorca a través de un personaje secundario,
nos muestra la crueldad de una sociedad reprimida y represiva. Además se hace
referencia a la opresión de la mujer cuando las mujeres no puedes salir por el luto
impuesto y es la criada quien se encarga de salir para enterarse de lo que pasa.
En cuanto al nivel léxico-semántico, encontramos sinónimos de muerte como “acabad
con ella” o “¡que pague lo que debe!”. La palabra que más se repite en el texto es “matar”,
que hace referencia a la muerte.
En el texto se encuentran recursos literarios, metáforas como es “¡Él me quiere para su
casa!''. También podemos destacar símil: “He ido como arrastrada por una maroma”.
Además aparece un hipérbaton: “En lo alto de la calle hay un gran gentío…”.
Por otra parte, en la morfología predomina el de la segunda persona y sobre todo el
imperativo, usado por Bernarda (“matadla”, “acabad”). Sintácticamente, predominan las
oraciones simples (“¡Primero muerta!”, “¡Matadla!¡Matadla!”). Además, destaca el uso de
exclamativas (“¡Lo tendré todo!” o “¡He visto cómo te abrazaba!).
Sin duda, nos encontramos ante una obra de teatro muy representativa de la sociedad
de la época, sobre todo la parte rural. Las personas se mueven por sus pasiones y
emociones y es lo que Lorca trata de representar: la lucha del deseo contra la realidad.
Antonio Machado
Comentario Literario “A un olmo seco”
Nos encontramos ante un texto literario perteneciente a Antonio Machado, titulado “A un
olmo seco”, poema incluido en la obra ``Campos de Castilla´´, que fue publicada en
1912. Machado nació en Sevilla en el 1875 en una familia acomodada. Tras trasladarse
junto a su familia a Madrid se formó en la Institución Libre de Enseñanza. Años después
viajó a París, donde trabajó para una editorial y conoció a importantes autores como
Rubén Darío. Machado comenzó siendo un miembro del Modernismo, pero fue
evolucionando hasta la Generación del 98, que fue un movimiento ideológico que
reflejaba la crisis de valores que sacudía a la sociedad desde finales del siglo XIX hasta
los comienzos del siglo XX en España, y que se caracteriza por ser una generación
pesimista. Los principales representantes de este grupo son Unamuno, Baroja y Azorín a
quienes más tarde se unirán Valle Inclán y Antonio Machado. Se considera que es a
través de esta obra, Campos de Castilla, por la que Machado entra de lleno en la
Generación del 98, ya que esta obra se caracteriza por la expresión de las inquietudes
existenciales. Campos de Castilla tuvo dos ediciones: la primera en 1912 y la segunda en
1917. Otras obras destacadas son Soledades, y Galerías y otros poemas.
Campos de Castilla refleja la tierra castellana: el autor estuvo en Soria un tiempo, y
entró en contacto con la tierra, los paisajes y las personas del lugar. El poeta se sintió
identificado con las circunstancias, y aprovechó para comunicar su preocupación
filosófica y meditación en torno al destino de España. CXV
El carácter literario de la obra que analizamos se puede observar en el hecho de que el
fin primero del autor es crear un texto con una intención artística, transmitiendo a través
del mismo una serie de valores y sentimientos. Este poema se encuentra en el género
lírico, ya que este género se refiere al mundo de los sentimientos y emociones. No lo
podemos clasificar en ningún subgénero debido a que no observamos ninguna
característica de alguno de ellos.
El tema del poema es la descripción de un olmo viejo, del cual resurge la vida
gracias a la primavera.
En el poema “A un olmo seco” encontramos distintas funciones del lenguaje, tales
como: la poética, que podemos observarla en “milagro de la primavera”, “que lame el
Duero” o en “álamos cantores” ya que se trata de un poema y por este motivo es
predominante; y la expresiva que la encontramos en “Mi corazón espera", donde se hace
presencia del yo poético. A un olmo seco, poema CXV, podemos interpretarlo de dos
maneras; la primera puede que hable de su mujer Leonor cuando aún estaba viva, pues
en los últimos versos, late un sentimiento de esperanza que podría referirse a la
recuperación de la misma enfermedad que finalmente la llevaría a la muerte; por el
contrario, Machado con este poema se podría referir a la España de la época, que está
pasando por una gran crisis debido a la pérdida de sus últimas colonias, por lo que podría
haber hecho una comparación de España con el olmo.
La estructura externa del poema es de 30 versos mayoritariamente endecasílabos de
arte mayor, pero también encontramos algunos versos heptasílabos, aunque en menor
cantidad, por lo que son de arte menor. Tiene una rima consonante debido a que existe
una igualdad fonética de todos los sonidos consonánticos entre dos o más versos y
además existe un verso suelto sin rima en el número 24. La estructura del poema tiene
dos partes. Una primera parte, que comprende desde el primer verso hasta el
decimocuarto, que constituyen un soneto, y una segunda parte, que se trata de una silva,
que concluye el poema.

En cuanto a la estructura interna, el poema se puede resumir de acuerdo con el tema.


El poema, en principio, parece tratar sencillamente de la descripción física de un olmo
viejo y seco al que le ha brotado una hoja verde. Este detalle llama la atención del
poeta, ya que esa rama verde constituye realmente un milagro dadas las características
físicas del olmo, que hacen pensar en un
ser muerto o a punto de morir, lo que lleva al poeta también a una especie de reflexión
filosófica sobre el destino que aguarda el olmo. Si observamos detenidamente como se
desarrolla este argumento, son distinguibles las siguientes partes: primero se hace una
presentación del olmo (del primer verso al cuarto), después hay una descripción del olmo
(del verso número 5 al 14), en tercer lugar el autor tiene una especie de conversación con
el olmo donde habla sobre que le pasará si lo talan (del verso 15 al 25) y, por último el
autor expresa un pensamiento de que el olmo puede revivir (del verso 26 al 30).
En cuanto al nivel léxico-semántico, nos encontramos un abundante uso de sinónimos
como “árbol=olmo” “luz=vida”, y de antónimos como “lluvias=sol” y “río=mar”. En cuanto a
campos semánticos, no encontramos con el de partes de un árbol con palabras como
“hoja”, “tronco” o “corteza”. Con respecto a los símbolos, cabe destacar “el río”, que
simboliza la vida, y el “mar”, que simboliza la muerte.
Desde el punto de vista formal, predomina la utilización de 3º persona para una mejor
descripción, como por ejemplo “le mancha”, aunque también de la 2º persona en la parte
del diálogo “te convierta” y de la 1º persona para la expresión del yo poético, como por
ejemplo “mi corazón espera”. Del mismo modo para la descripción predomina el
presente de indicativo, por ejemplo “quiero”, encontramos la utilización del presente del
subjuntivo que da sensación de posibilidad en el futuro, por ejemplo “derribe” o “lame" y,
por último, solo se utiliza el futuro en el verso nueve “no será cual los álamos cantores”.
En relación a los recursos estilísticos debemos señalar que el uso de anáforas es
realmente llamativo, el que más es el siguiente: “Antes que te derribe…//antes que
rojo…//antes que te descuaje…//antes que el río…”, observamos una antítesis en “con
las lluvias de abril y el sol de mayo”, y una hipérbole en “A un olmo viejo hendido por
el rayo”. Luego, encontramos un paralelismo en “hacia la luz y hacia la vida”, porque
se repite la misma estructura gramatical. Además podemos observar una metonimia
en ``álamos cantores´´.
En cuanto al nivel morfológico, encontramos sustantivos propios como “mayo” o “abril”
y sustantivos concretos y abstractos como “hojas”, “campana”, “hormigas” o “milagro”.
También podemos encontrar adjetivos explicativos como “mísera careta”, que permiten a
Machado una mejor descripción. Sin embargo, también encontramos varios
especificativos como “amarillento”, “podrido” o “blanquecina”. Con respecto a los
adverbios, tenemos la repetición de “antes” (tiempo), “no” (negación) y algún CC de lugar
(“en la colina”). Debemos resaltar el uso del nexo “y”, que tiene como finalidad sumar
ideas o añadir grupos de palabras.
Sintácticamente, se utilizan oraciones simples que ayudan a la subjetividad del poema,
como “mi corazón espera”. Podemos encontrarnos con la utilización de oraciones
adjetivas como “cual álamos cantores”, que se utilizan para dar una musicalidad y ritmo al
poema. Entre los versos 15-17 encontramos una oración compuesta coordinada
copulativa. Sin embargo, la sintaxis es sencilla, ya que se usa mucho la coma para dividir
oraciones y dar un respiro al lector. Una sintaxis con construcciones más complejas
ralentizaría mucho el ritmo del poema.
En cuanto al léxico, nos encontramos con una derivada de “verde" que es “verdecida”, lo
que le da un sentido connotativo al poema y un carácter subjetivo. Además, se utiliza un
vocabulario sencillo, evitándose el uso de cultismos, de forma que es posible una fácil
comprensión.
Sin duda, nos encontramos ante un poema muy representativo de los rasgos que
caracterizan al Machado de la Generación del 98. Aunque se puede apreciar algo de
optimismo al final del poema, está claro que el autor está mostrando su preocupación ante
el estado de su mujer y, cabría también pensar que se refiere a España en general, pues
se encuentra en crisis social al haber perdido la guerra del 98.
Gabriel García Márquez
“Crónica de una muerte anunciada”
(texto 2)
Nos encontramos ante un fragmento de la obra Crónica de una muerte anunciada,
novela corta publicada en 1981, que es una de las obras más conocidas y apreciadas de
García Márquez. Márquez, nacido en Colombia en 1928, es la figura más representativa
de lo que se ha venido a llamar el “realismo mágico” hispanoamericano, movimiento
de la mitad del siglo XX a la que pertenecen una generación de narradores entre los que
se encuentran autores de la talla de Vargas Llosa o Isabel Allende. Entre los rasgos de
dicha generación aparece una nueva concepción del mundo y de la vida en la novela,
consecuencia de los cambios sociales, políticos y económicos que se estaban dando en
Hispanoamérica. A estas novedades se le añaden las influencias de la narrativas europea
y norteamericana del momento, una crítica de la moral burguesa y además como temas
aparece la crisis existencial del individuo, el dictador y la historia de Hispanoamérica.
Márquez inicia sus estudios de Derecho y empieza a trabajar como periodista. Fue
además guionista de cine, cuentista y novelista, y alcanzó la fama tras la publicación en
1967 de Cien años de Soledad, donde recrea la geografía imaginaria de Macondo, un
lugar aislado del mundo en el que la realidad y mito se confunden. Otras obras
memorables son: El coronel no tiene quien le escriba, El otoño del patriarca, El amor en
los tiempos del cólera y varias colecciones de cuentos magistrales.
En el 1928 recibió el Premio Nobel de literatura con el que alcanza el
reconocimiento internacional.
Crónica de una muerte anunciada, novela corta publicada en 1981, es una de las
obras más conocidas y apreciadas por García Márquez. Relata en forma de
reconstrucción periodística el asesinato de Santiago Nasar a manos de los gemelos
Vicario. Desde el comienzo de la narración se anuncia que Santiago Nasar va a morir: es
el joven hijo de un árabe emigrado y parece ser el causante de la deshonra de Ángela,
hermana de los gemelos, que tras haber contraído matrimonio el día anterior, ha sido
rechazada por su marido.
Esta obra pertenece al género narrativo, ya que es un narrador quien nos cuenta la
historia, y concretamente al subgénero de novela ya que la narración es larga y sus
personajes son redondos, es decir, con muchas características, por lo que son complejos.
En cuanto a las funciones del lenguaje podemos decir que la representativa es
predominante, por el mero hecho de que la intención comunicativa aparentemente es
objetiva, sin embargo la importancia del texto va ligada al lenguaje connotativo por lo que
abundan funciones como la expresiva “En prueba de mi amor te envío mis lágrimas” y la
poética “las verdades amargas que llevaba podridas en el corazón”, para embellecer el
mensaje.
El tema de este fragmento es la obsesión de Ángela Vicario por Bayardo San
Román. Resumiendo el fragmento, Ángela Vicario siente una profunda obsesión por
Bayardo, tanto es así que le escribió una carta semanal durante diecisiete años,
expresándole sus a menudo, contradictorios sentimientos, desde el amor y la pasión
hasta el odio y el resentimiento. Hasta que un día Bayardo aparece, tan disminuido como
ella tras casi dos décadas y con él trae dos maletas, una para la ropa y otra llena de las
cartas de Ángela aún sin abrir.
En cuanto a la estructura externa, el autor divide la historia en cinco capítulos (sin
título y de extensión muy similar), en los que se realiza una investigación detallada de los
sucesos del crimen de Santiago Nasar, con numerosas vueltas al pasado
(flash-backs-analepsis) y anticipaciones de hechos futuros (flash-forwards-prolepsis).
Cada uno de los capítulos desarrolla temas concretos y gira en torno de los diferentes
protagonistas, alterándose tanto el orden de los hechos como su continuidad temporal,
presentando así cierta sensación de caos.
En cuanto a la estructura interna, nos encontramos ante el desenlace de la
historia del matrimonio, esta corresponde al final del capítulo 4. Este fragmento lo
podemos dividir en tres partes: un planteamiento correspondiente al primer párrafo
donde se nos presenta los sentimientos de Ángela; un nudo que abarca desde el
segundo párrafo hasta el cuarto, donde se nos explica su transformación del amor a la
obsesión; y un desenlace, que corresponden a los últimos párrafos, donde se cuenta el
encuentro con Bayardo.
En lo que se respecta a los personajes, dicha obra está cargada de numerosos
personajes, pero nos centraremos en sus tres principales: Ángela Vicario, es altanera y no
se deja embaucar fácilmente, se casa con Bayardo pero es devuelta por su marido, lo que
supone una deshonra para ella y su familia, de lo que culpa a Santiago Nasar; Bayardo
San Román, el forastero, arrollador, altivo y soberbio, lo único que busca de Ángela es
someterla y se casa con ella pero la devuelve después de la noche de bodas tras
descubrir que no era virgen; y por último, Santiago Nasar, hombre de 21 años que
abandona los estudios de secundaria tras fallecer su padre para dirigir "El Divino Rostro”.
Es soñador, alegre y que no se mete en líos, asesinado por los hermanos Vicario tras ser
señalado por la hermana de estos como el que le quitó la virginidad.
Con respecto al espacio hay que destacar que la acción en la novela transcurre en
Aracataca, pueblo natal del autor y se hace referencia a Manaure y Riohacha, mitad real ,
mitad espacio mítico. Toda la obra transcurre en la plaza de un pueblo y las casas que
están alrededor, con referencia a otros lugares. Se describe la casa de Santiago Nasar y
la del viudo Xius, la de la familia Vicario, la plaza, el muelle, las calles… En el fragmento
que comentamos, el espacio se sitúa en la casa donde Ángela vivía con su madre, en un
pueblo cercano al Caribe, Manaure, donde la mandó su madre a “enterrarla en vida”.
Con respecto al tiempo externo se observa en la obra un doble plano temporal: el
tiempo en el que se desarrolla la trama y el tiempo en el que el narrador realiza su trabajo
de investigación (23 años después de la muerte de Santiago Nasar). En cuanto al tiempo
interno, el tiempo narrativo es discontinuo, es decir se hace uso de “flashbacks”
constantemente. La obra se inicia con la técnica de anticipación, anunciando la muerte de
Santiago pero en el trabajo de investigación del cronista se rememora a menudo el
pasado.
El tipo de narrador que presenta esta obra es un narrador cronista, que ha vuelto al
pueblo con la intención de establecer hechos pasados en lo que él mismo participó. El
narrador se vale de varios recursos para la reconstrucción de los hechos tales como el
sumario, informe de la autopsia, las cartas de su madre, además de sus propios
recuerdos. Esto aporta variedad de perspectivas. También podríamos hablar de narrador
omnisciente ya que conoce el trasfondo psicológico de los personajes, así como su
pasado.
En cuanto al nivel léxico-semántico, el lenguaje del fragmento es sencillo, que roza
lo coloquial y directo aunque cargado de simbología y sentimiento, vemos dos tipos de
registros como el coloquial “muerta de risa”, “verga” y “carajo” y el formal “dueña por
primera vez de su destino…”. Destacan símbolos como “pájaros de papel”, que
simbolizan la libertad y “cartas” como símbolo de nostalgia. Podemos observar el campo
semántico de la pasión como son “amor”, “brasas”u “obsesión” y también el de la epístola
(papelitos, cartas, billetes, esquelas, cartas), sinónimos como “locura” y “ delirio”,
antónimos como “casada” y “soltera”. Por último, la representación constante del
pronombre “él” para referirse a Bayardo.
En cuanto a los recursos estilísticos encontramos con una antítesis en el mero
comienzo “odio y amor” y un oxímoron con “rencor feliz”, varias metáforas como
“brasas de su fiebre” o “revolvían las tripas”, una personificación “carta febril” y también
vemos algunas metáforas hiperbólicas como “te envío mis lágrimas”, para dar mayor
énfasis.
Morfológicamente, abundan sustantivos abstractos que retratan los sentimientos de
Ángela “destino”, “rencor” o “locura” y concretos “carta”, “maleta”, “ropa”, para presentar
los hechos, por otro lado, se observan adjetivos especificativos como “rencor feliz” o
“billetes perfumados”. En cuanto al verbo, predomina la tercera persona del singular en la
descripción de los sentimientos, están mayoritariamente en pretérito perfecto simple
“descubrió” que denotan la acción terminada y del pretérito imperfecto, fundamentalmente
en las descripciones. Los adjetivos que aparecen tienen un valor especificativo (“pasiones
recíprocas”, “rencor feliz”, “bordadoras atónitas”), ya que restringen el significado del
sustantivo al que acompañan. Con respecto a los adverbios, encontramos alguno de
lugar (“aquí”) y de negación (“ni”, “no”). También localizamos varios complementos
circunstanciales de tiempo (“una madrugada de vientos”, “un medio día de agosto”).
Sintácticamente, la modalidad oracional imperante es la enunciativa, gracias a ella
añadimos información. Predominan oraciones complejas para la explicación de los
hechos: coordinadas copulativas “cambiaron la empleada del correo y seis veces
consiguió…”, subordinadas adjetivas “soltó sin pudor las verdades amargas que llevaba
en el corazón” y subordinadas sustantivas “descubrió entonces que el odio y el amor son
pasiones…”, “sintió que alguien llegaba a la puerta”.
Sin duda, nos encontramos ante una obra muy representativa de los rasgos que
caracterizan al Gabriel García Márquez de la época del Realismo Mágico. Lo mítico se
une a lo literario a partir de “Cien años de soledad”, y se puede apreciar no sólo en esta
obra, sino también en las posteriores.
Gabriel García Márquez
“Crónica de una muerte anunciada”
(texto 1)
Nos encontramos ante un fragmento de la obra Crónica de una muerte anunciada,
novela corta publicada en 1981, que es una de las obras más conocidas y apreciadas de
García Márquez. Márquez, nacido en Colombia en 1928, es la figura más representativa
de lo que se ha venido a llamar el “realismo mágico” hispanoamericano, movimiento
de la mitad del siglo XX a la que pertenecen una generación de narradores entre los que
se encuentran autores de la talla de Vargas Llosa o Isabel Allende. Entre los rasgos de
dicha generación aparece una nueva concepción del mundo y de la vida en la novela,
consecuencia de los cambios sociales, políticos y económicos que se estaban dando en
Hispanoamérica. A estas novedades se le añaden las influencias de la narrativas europea
y norteamericana del momento, una crítica de la moral burguesa y además como temas
aparece la crisis existencial del individuo, el dictador y la historia de Hispanoamérica.
Márquez inicia sus estudios de Derecho y empieza a trabajar como periodista. Fue
además guionista de cine, cuentista y novelista, y alcanzó la fama tras la publicación en
1967 de Cien años de Soledad, donde recrea la geografía imaginaria de Macondo, un
lugar aislado del mundo en el que la realidad y mito se confunden. Otras obras
memorables son: El coronel no tiene quien le escriba, El otoño del patriarca, El amor en
los tiempos del cólera y varias colecciones de cuentos magistrales.
En el 1928 recibió el Premio Nobel de literatura con el que alcanza el
reconocimiento internacional.
Crónica de una muerte anunciada, novela corta publicada en 1981, es una de las
obras más conocidas y apreciadas por García Márquez. Relata en forma de
reconstrucción periodística el asesinato de Santiago Nasar a manos de los gemelos
Vicario. Desde el comienzo de la narración se anuncia que Santiago Nasar va a morir: es
el joven hijo de un árabe emigrado y parece ser el causante de la deshonra de Ángela,
hermana de los gemelos, que tras haber contraído matrimonio el día anterior, ha sido
rechazada por su marido.
Esta obra pertenece al género narrativo, ya que es un narrador quien nos cuenta la
historia, y concretamente al subgénero de novela ya que la narración es larga y sus
personajes son redondos, es decir, con muchas características, por lo que son complejos.
En cuanto a las funciones del lenguaje podemos decir que la representativa es
predominante, por el mero hecho de que la intención comunicativa aparentemente es
objetiva, sin embargo la importancia del texto va ligada al lenguaje connotativo por lo que
abundan funciones como la expresiva “En prueba de mi amor te envío mis lágrimas” y la
poética “las verdades amargas que llevaba podridas en el corazón”, para embellecer el
mensaje.
El tema de este fragmento son las apariencias. El fragmento, gira en torno a la
presentación de Bayardo San Román y Ángela Vicario. Además, se trata la compra de la
casa del viudo Xius, donde Bayardo San Román convence al anciano a pesar de que
este no esté de acuerdo por el valor sentimental que tiene el hogar para él.
En cuanto a la estructura externa, el autor divide la historia en cinco capítulos (sin
título y de extensión muy similar), en los que se realiza una investigación detallada de los
sucesos del crimen de Santiago Nasar, con numerosas vueltas al pasado
(flash-backs-analepsis) y anticipaciones de hechos futuros (flash-forwards-prolepsis).
Cada uno de los capítulos desarrolla temas concretos y gira en torno de los diferentes
protagonistas, alterándose tanto el orden de los hechos como su continuidad temporal,
presentando así cierta sensación de caos.
En cuanto a la estructura interna, nos encontramos ante la presentación de dos
importantes personajes, esta corresponde al capítulo 2. Este fragmento lo podemos
dividir en tres partes: un planteamiento correspondiente al primer párrafo donde se nos
explica la disconformidad de Ángela con su futuro matrimonio; un nudo que abarca el
segundo párrafo, donde cuenta el noviazgo y describe la casa de Xius ; y un desenlace,
que corresponden a los últimos párrafos, donde se nos explica como Bayardo convence
y compra la casa del viudo Xius.
En lo que se respecta a los personajes, dicha obra está cargada de numerosos
personajes, pero nos centraremos en sus tres principales: Ángela Vicario, es altanera y
no se deja embaucar fácilmente, se casa con Bayardo pero es devuelta por su marido,
lo que supone una deshonra para ella y su familia, de lo que culpa a Santiago Nasar;
Bayardo San Román, el forastero, arrollador, altivo y soberbio, lo único que busca de
Ángela es someterla y se casa con ella pero la devuelve después de la noche de bodas
tras descubrir que no era virgen; y por último, Santiago Nasar, hombre de 21 años que
abandona los estudios de secundaria tras fallecer su padre para dirigir "El Divino
Rostro”. Es soñador, alegre y que no se mete en líos, asesinado por los hermanos
Vicario tras ser señalado por la hermana de estos como el que le quitó la virginidad.
Con respecto al espacio hay que destacar que la acción en la novela transcurre en
Aracataca, pueblo natal del autor y se hace referencia a Manaure y Riohacha, mitad real ,
mitad espacio mítico. Toda la obra transcurre en la plaza de un pueblo y las casas que
están alrededor, con referencia a otros lugares. Se describe la casa de Santiago Nasar y
la del viudo Xius, la de la familia Vicario, la plaza, el muelle, las calles… En el fragmento
que comentamos, el espacio se sitúa en el Club Social donde Bayardo y el viudo Xius
entablan una conversación.
Con respecto al tiempo externo se observa en la obra un doble plano temporal: el
tiempo en el que se desarrolla la trama y el tiempo en el que el narrador realiza su trabajo
de investigación (23 años después de la muerte de Santiago Nasar). En cuanto al tiempo
interno, el tiempo narrativo es discontinuo, es decir se hace uso de “flashbacks”
constantemente. La obra se inicia con la técnica de anticipación, anunciando la muerte de
Santiago pero en el trabajo de investigación del cronista se rememora a menudo el
pasado.
El tipo de narrador que presenta esta obra es un narrador cronista, que ha vuelto al
pueblo con la intención de establecer hechos pasados en los que él mismo participó. El
narrador se vale de varios recursos para la reconstrucción de los hechos tales como el
sumario, informe de la autopsia, las cartas de su madre, además de sus propios
recuerdos. Esto aporta variedad de perspectivas. También podríamos hablar de narrador
omnisciente ya que conoce el trasfondo psicológico de los personajes, así como su
pasado.
En cuanto al nivel léxico-semántico, el lenguaje del fragmento es sencillo, que roza
lo coloquial, vemos dos tipos de registros como el coloquial “vainas de mujeres” y el
formal “También el amor se aprende”. Podemos observar sinónimos como “seducirla” y “
hechizó”, antónimos como “día” y “noche”.
En cuanto a los recursos estilísticos encontramos una metáfora “hablaba con el
alma en la mano” y unas sinestesias con “se veía el paraíso sin límite de las ciénagas
cubiertas de anémonas moradas” y “en los días claros del verano se alcanzaba a ver el
horizonte nítido del caribe”.
Morfológicamente, abundan sustantivos abstractos que retratan los sentimientos
de Ángela “destino”, “horror” o “falta de amor” y concretos “casa”, para presentar los
hechos, por otro lado, se observan adjetivos especificativos como “bonita” o “feliz”. En
cuanto al verbo, predomina la tercera persona del singular en la descripción de los
sentimientos, están mayoritariamente en perfecto simple como “aprende” y del
pretérito imperfecto, fundamentalmente en las descripciones. Con respecto a los
adverbios, encontramos alguno de tiempo (“antes”) y de negación (“no”). También
localizamos varios complementos circunstanciales de tiempo (“misma noche”, “en los
días claros del verano”).
Sintácticamente, la modalidad oracional imperante es la enunciativa, gracias a ella
añadimos información. Predominan oraciones complejas para la explicación de los
hechos: coordinadas copulativas “Estaba en una colina barrida por los vientos, y
desde…”.
Sin duda, nos encontramos ante una obra muy representativa de los rasgos que
caracterizan al Gabriel García Márquez de la época del Realismo Mágico. Lo mítico se
une a lo literario a partir de “Cien años de soledad”, y se puede apreciar no sólo en esta
obra, sino también en las posteriores.
Gabriel García Márquez
“Crónica de una muerte anunciada”
(texto 3)
Nos encontramos ante un fragmento de la obra Crónica de una muerte anunciada,
novela corta publicada en 1981, que es una de las obras más conocidas y apreciadas de
García Márquez. Márquez, nacido en Colombia en 1928, es la figura más representativa
de lo que se ha venido a llamar el “realismo mágico” hispanoamericano, movimiento
de la mitad del siglo XX a la que pertenecen una generación de narradores entre los que
se encuentran autores de la talla de Vargas Llosa o Isabel Allende. Entre los rasgos de
dicha generación aparece una nueva concepción del mundo y de la vida en la novela,
consecuencia de los cambios sociales, políticos y económicos que se estaban dando en
Hispanoamérica. A estas novedades se le añaden las influencias de la narrativas europea
y norteamericana del momento, una crítica de la moral burguesa y además como temas
aparece la crisis existencial del individuo, el dictador y la historia de Hispanoamérica.
Márquez inicia sus estudios de Derecho y empieza a trabajar como periodista. Fue
además guionista de cine, cuentista y novelista, y alcanzó la fama tras la publicación en
1967 de Cien años de Soledad, donde recrea la geografía imaginaria de Macondo, un
lugar aislado del mundo en el que la realidad y mito se confunden. Otras obras
memorables son: El coronel no tiene quien le escriba, El otoño del patriarca, El amor en
los tiempos del cólera y varias colecciones de cuentos magistrales.
En el 1928 recibió el Premio Nobel de literatura con el que alcanza el
reconocimiento internacional.
Crónica de una muerte anunciada, novela corta publicada en 1981, es una de las
obras más conocidas y apreciadas por García Márquez. Relata en forma de
reconstrucción periodística el asesinato de Santiago Nasar a manos de los gemelos
Vicario. Desde el comienzo de la narración se anuncia que Santiago Nasar va a morir: es
el joven hijo de un árabe emigrado y parece ser el causante de la deshonra de Ángela,
hermana de los gemelos, que tras haber contraído matrimonio el día anterior, ha sido
rechazada por su marido.
Esta obra pertenece al género narrativo, ya que es un narrador quien nos cuenta la
historia, y concretamente al subgénero de novela ya que la narración es larga y sus
personajes son redondos, es decir, con muchas características, por lo que son complejos.
En cuanto a las funciones del lenguaje podemos decir que la representativa es
predominante, por el mero hecho de que la intención comunicativa aparentemente es
objetiva, sin embargo la importancia del texto va ligada al lenguaje connotativo por lo que
abundan funciones como la expresiva “En prueba de mi amor te envío mis lágrimas” y la
poética “las verdades amargas que llevaba podridas en el corazón”, para embellecer el
mensaje.
El tema de este fragmento es el destino. Resumiendo el fragmento, se sitúa en los
momentos previos a la muerte de Santiago Nasar, una vez se han celebrado las nupcias
entre Bayardo San Román y Ángela Vicario, este ha descubierto su falsa virginidad y
devuelto a Ángela a su familia. Se describe el posterior apuñalamiento y muerte de
Santiago Nasar y la huida de los gemelos Vicario.
En cuanto a la estructura externa, el autor divide la historia en cinco capítulos (sin
título y de extensión muy similar), en los que se realiza una investigación detallada de los
sucesos del crimen de Santiago Nasar, con numerosas vueltas al pasado
(flash-backs-analepsis) y anticipaciones de hechos futuros (flash-forwards-prolepsis).
Cada uno de los capítulos desarrolla temas concretos y gira en torno de los diferentes
protagonistas, alterándose tanto el orden de los hechos como su continuidad temporal,
presentando así cierta sensación de caos.
En cuanto a la estructura interna, nos encontramos ante el desenlace de la
historia del matrimonio, esta corresponde al capítulo final de la obra, cinco. Este
fragmento lo podemos dividir en tres partes: un planteamiento correspondiente al primer
párrafo donde se nos presenta los sentimientos de Ángela; un nudo que abarca desde el
segundo párrafo hasta el cuarto, donde se nos explica su transformación del amor a la
obsesión; y un desenlace, que corresponden a los últimos párrafos, donde se cuenta el
encuentro con Bayardo.CAMBIAR
En lo que se respecta a los personajes, dicha obra está cargada de numerosos
personajes, pero nos centraremos en sus tres principales: Ángela Vicario, es altanera y no
se deja embaucar fácilmente, se casa con Bayardo pero es devuelta por su marido, lo que
supone una deshonra para ella y su familia, de lo que culpa a Santiago Nasar; Bayardo
San Román, el forastero, arrollador, altivo y soberbio, lo único que busca de Ángela es
someterla y se casa con ella pero la devuelve después de la noche de bodas tras
descubrir que no era virgen; y por último, Santiago Nasar, hombre de 21 años que
abandona los estudios de secundaria tras fallecer su padre para dirigir "El Divino Rostro”.
Es soñador, alegre y que no se mete en líos, asesinado por los hermanos Vicario tras ser
señalado por la hermana de estos como el que le quitó la virginidad.
Con respecto al espacio hay que destacar que la acción en la novela transcurre en
Aracataca, pueblo natal del autor y se hace referencia a Manaure y Riohacha, mitad real ,
mitad espacio mítico. Toda la obra transcurre en la plaza de un pueblo y las casas que
están alrededor, con referencia a otros lugares. Se describe la casa de Santiago Nasar y
la del viudo Xius, la de la familia Vicario, la plaza, el muelle, las calles… En el fragmento
que comentamos, el espacio se sitúa en varios lugares del pueblo, la plaza, la casa de
Nasar, la puerta de la cocina,...
Con respecto al tiempo externo se observa en la obra un doble plano temporal: el
tiempo en el que se desarrolla la trama y el tiempo en el que el narrador realiza su trabajo
de investigación (23 años después de la muerte de Santiago Nasar). En cuanto al tiempo
interno, el tiempo narrativo es discontinuo, es decir se hace uso de “flashbacks”
constantemente. La obra se inicia con la técnica de anticipación, anunciando la muerte de
Santiago pero en el trabajo de investigación del cronista se rememora a menudo el
pasado.
El tipo de narrador que presenta esta obra es un narrador cronista, que ha vuelto al
pueblo con la intención de establecer hechos pasados en lo que él mismo participó. El
narrador se vale de varios recursos para la reconstrucción de los hechos tales como el
sumario, informe de la autopsia, las cartas de su madre, además de sus propios
recuerdos. Esto aporta variedad de perspectivas. También podríamos hablar de narrador
omnisciente ya que conoce el trasfondo psicológico de los personajes, así como su
pasado.
En cuanto al nivel léxico-semántico, el lenguaje del fragmento es sencillo, que roza
lo coloquial , vemos dos tipos de registros como el coloquial “olor a mierda” en
contraposición con el formal. Podemos observar el campo semántico de la muerte como
son “escopeta”, “sangre” u “entrañas” y sinónimos como “tripas” y “vísceras”.
En cuanto a los recursos estilísticos encontramos una metáfora: “el racimo de sus
entrañas”, una sinestesia como “Lo que nunca pude olvidar fue el terrible olor a mierda” y
también vemos una hipérbole: “paralizados de susto”.
Morfológicamente, abundan sustantivos concretos “sangre”, “tripas”, “vísceras”,
para presentar los hechos. En cuanto al verbo, predomina la tercera persona del
singular en la descripción de los sentimientos, están mayoritariamente en pretérito
perfecto simple “entró” que denotan la acción terminada y del pretérito imperfecto,
fundamentalmente en las descripciones. Con respecto a los adverbios, encontramos
alguno de cantidad (“más”) y de negación (“nunca”, “no”). También localizamos varios
complementos circunstanciales de lugar (“en su casa…”, “en el polvo…”).
Sintácticamente, la modalidad oracional imperante es la enunciativa, gracias a ella
añadimos información. Predominan oraciones complejas para la explicación de los
hechos: coordinadas copulativas “con su escopeta de matar tigres, y por otros árabes
desarmados…”.
Sin duda, nos encontramos ante una obra muy representativa de los rasgos que
caracterizan al Gabriel García Márquez de la época del Realismo Mágico. Lo mítico se
une a lo literario a partir de “Cien años de soledad”, y se puede apreciar no sólo en esta
obra, sino también en las posteriores.
Josefina de la Torre
Comentario literario “Me busco y no me
encuentro”

Nos encontramos ante el poema “Me busco y no me encuentro” de la autora


canaria Josefina de la Torre, incluido en su obra “Marzo incompleto”, publicada en 1968.
Josefina de la Torre nació en el año 1907 en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria,
en el seno de una familia acomodada y de las más inquietas del panorama intelectual y
artístico de la isla.Recibió influencia de su hermano, el gran poeta y dramaturgo Claudio
de la Torre. La autora se apoyaba e influenciaba de los poetas de la Generación del 27
como Lorca o Neruda, además de varios intelectuales de la Residencia de Estudiantes de
Madrid, a donde tuvo que llegar para terminar sus estudios. Nuestra autora se formó
como soprano, pero además fue dobladora en cines. Regresó a Gran Canaria durante la
Guerra Civil, y junto a su hermano abrió una editorial llamada “La novela ideal” donde
continúa con su obra literaria la cual se ve dificultada por la situación política del país. En
esta editorial publicó bajo el seudónimo de Laura Comminges varias obras. Destaca su
obra Poemas de la isla. Finalmente, el Gobierno de Canarias le concedió el premio de la
Cruz de la Orden por su trayectoria artística.
En su producción destacan rasgos como la importancia de la memoria, el valor de lo
sensorial, un imaginario de lo femenino diverso, un tono confesional a veces calificado
de postromántico y su sencillez.
La obra Marzo incompleto, publicada en la década de los años 70 pero escrita en los
años 30, es un libro íntimo, aunque con un tono más trágico, donde se plantean temas
como el paso del tiempo y la soledad y se divide en 5 partes más un poema introductorio.
Se puede leer casi como un torturado diario interior en el que Josefina de la Torre parte de
la niñez y desemboca en su propio funeral.
Me busco y no me encuentro es el último poema de la cuarta parte y
corresponde a este describirse como proyecto de vida frustrado.
El carácter literario de este texto se puede observar en el hecho de que el fin primero
de la autora es crear un texto con intención artística, transmitiendo a través del mismo
una serie de emociones y sentimientos. Este poema pertenece al género lírico debido
el tema íntimo que expresa la poetisa.
Podemos observar dos funciones del lenguaje predominantes: la expresiva, que se
encuentra en el mero comienzo del poema, donde el yo poético expresa su inquietud ante
un pensamiento que ronda su mente; y la poética, que el poema en su conjunto podría
considerarse un ejemplo, pues es muy rico en recursos “no acierto en el eco de mis
incertidumbres”, donde se refiere a un pensamiento que se repite en bucle en su cabeza.
En el poema aparece una doble tensión en la experiencia de la frustración: la
autoincrepación por su esterilidad y la imaginería religiosa de un Cristo-Josefina. En
este poema se presenta cierto tono de serenidad trágica griega.
El tema de este poema es la imposibilidad de la autora de ser madre y su insatisfacción
vital. En cuanto a la estructura interna del poema, se puede dividir en tres partes: La
primera parte, del verso 1 al 4 la autora expresa su vacío y frustración vital. En la segunda
parte, del 5 al 9 nos desvela el motivo de dicha frustración, la maternidad que nunca
podrá experimentar. Finalmente, del verso 10 hasta el 13 reflexiona sobre la muerte que
se acerca. En lo que se refiere a la estructura externa del poema, consta de una única
estrofa de 13 versos de rima asonante con las vocales i,a “misma”, “esquina”…, que
combinan Arte Mayor y Arte Menor, concretamente versos alejandrinos y heptasílabos
que le aportan musicalidad. Esta estructura métrica es cercana a la de una silva, la
presencia del alejandrino hace que su clasificación como tal sea poco rigurosa, por lo que
puede que sea una innovación de Josefina dada su influencia vanguardista.
En cuanto al nivel léxico-semántico, podemos decir que se utiliza un lenguaje
connotativo, lo que es lógico tratándose de un poema. Encontramos el campo semántico
de oscuridad como “noche”, “tinieblas” y “sombra”, debido a su pensamiento negativo y el
campo asociativo del “Oído” (“sordas”, “silencio”, “eco”, “sonido”). Así como antónimos
como “silencio” y “sonido” y sinónimos como “sombra” y “tinieblas”. Aparecen diversos
símbolos, como “tinieblas”, que simbolizan la muerte, y “paredes” como símbolo de
represión o de sentirse encerrado, incluso como símbolo de cuerpo. Si nos referimos a
los recursos estilísticos, encontramos aliteraciones de la r en los versos 2,3 y 4, que
pretender dar musicalidad. Además, vemos una anáfora en los versos que comienzan
con la conjunción “y”, también una enumeración en los versos 8 y 9. Además, vemos una
personificación en “sordas paredes”, atribuyendo a las paredes la cualidad humana de oír
y varias metáforas como “oscuras paredes de mí misma”, y también “no pude ser tierra”
refiriéndose a la maternidad.
Morfológicamente, el poema destaca por el predominio de sustantivos abstractos como
“silencio”, “vacío”, “eco”. Aunque también presenta sustantivos concretos como “paredes”
y “herida”. Abunda también el uso de adjetivos explicativos como “torpe vacío” o “oscuras
paredes”, que sirven para describir sus sentimientos. Los verbos están mayoritariamente
en primera persona y en presente ya que el yo poético los utiliza para contar una realidad
en la que se encuentra en ese mismo momento y encontramos algunos en pasado “no
pude ser”, al referirse a la imposible maternidad. Con respecto a los adverbios, hay
pocos, pero tendríamos que destacar la presencia y repetición del adverbio de negación
“No”, expresa acciones que no puede conseguir la autora. Resaltamos también la
aparición del nexo “y”, que va sumando o añadiendo las ideas.
Sintácticamente, la modalidad oracional imperante es la enunciativa negativa para
expresar sus sentimientos y las positivas para añadir información. Abundan oraciones
copulativas “me busco y no me encuentro” subordinadas adjetivas como “que son fruto,
sonido, creación, universo”, o “No este desalentado y lento desgranarse que convierte en
preguntas todo cuanto es herida”. En general, la sintaxis debe ser sencilla para no
ralentizar el ritmo del poema.
En conclusión, este poema es un gran ejemplo de lo que significó para las letras
hispánicas la figura de la canaria Josefina de la Torre. Marzo incompleto supuso un
cambio más trágico en el tono de sus libros anteriores. Podemos ver reflejado que la obra
poética de Josefina de la Torre está marcada por la tradición modernista insular y por las
vanguardias.
Comentario Literario “Un día
habrá una isla”
Pedro García Cabrera - “Las islas en que vivo”
Nos encontramos ante el poema ’'Un día habrá una isla’', escrito por el autor canario
Pedro García Cabrera, incluido dentro de su obra Las islas en que vivo , publicada en
1971. Pedro García Cabrera nació en 1905 en Vallehermoso, La Gomera. En 1912 se
mudó a Sevilla pero volvió tres años después a Tenerife. Se afilió al PSOE y participó en
la guerra civil en el bando republicano, por lo que fue encarcelado dos veces. Años
después, en 1981, fallece en Tenerife. García Cabrera está incluido en las ideas
renovadoras de las vanguardias europeas, y además destacan sus tendencias
neopopularistas y ultraístas. Fue uno de los fundadores de la revista Gaceta de arte,
donde se anunciaba la adhesión del poeta a la estética surrealista. Además de Las islas
en que vivo, destaca otra obra, Ojos que no ven.
La obra Las islas en que vivo, es muy destacada gracias a la crítica social y política
que hay en ella. En la obra, la fuerza expresiva de las formas elaboradas por el pueblo
canario dan calor a la palabra poética.
El carácter literario del texto lo podemos observar en que el fin primero del autor es
crear un texto con intención artística, transmitido a través del mismo una serie de
hechos y valores. Este poema pertenece al género lírico, debido a la expresión de
sentimientos que hay en él, aunque no lo podemos clasificar en ningún subgénero
específico debido a que no encontramos ninguna característica de alguno de ellos.
Podemos observar dos funciones del lenguaje predominantes: la expresiva, que la
podemos encontrar en el verso “solo no estoy” ya que utiliza la primera persona ; y la
poética, que la podemos observar nada más al comienzo del poema a través de la
utilización de la metáfora “silencio amordazado”, esto hace referencia a la isla que se
menciona a lo largo de todo el poema.
En el poema, este autor canario presenta una serie de temas ligados a la situación
en la que se encontraba, un momento histórico marcado por la dictadura franquista. Así,
la libertad de expresión se presenta como el sueño al que el autor pretende llegar. En
contraste, el dolor ante el encadenamiento de su libertad también se expresa, como ese
“silencio amordazado”, que caracteriza a la época en la que vive. Por ello, García
Cabrera anhela la libertad colectiva y la denuncia con un tono esperanzador.
En resumen, el poema trata sobre la esperanza por un futuro mejor gracias a la
libertad no solo para los castigados por el régimen franquista, sino para todos.
En cuanto a la estructura interna del poema podemos apreciar como está dividido en
tres partes: primero, de los versos 1 al 5 presenta su deseo de que los canarios puedan
expresarse con libertad y acabar con la represión, luego del verso 6 al 13 se dirige a los
que han sido víctimas del Franquismo; y, finalmente, del verso 13 al 18 repite ese deseo
pero ya como una predicción.

En lo que se refiere a la estructura externa del poema, consta de 18 versos,


heptasílabos y endecasílabos, combinando versos de Arte Menor y Arte Mayor, cuya rima
es asonante en los versos impares, aunque encontramos uno asonante en un verso par.
Debido a lo nombrado sobre su estructura externa reconocemos que se trata de una
silva.
En cuanto al nivel léxico-semántico cabe destacar que el autor utiliza un léxico
sencillo para que todos los lectores puedan entender su mensaje. Se puede observar
símbolos como “mar”, que representa la libertad y “tormentas”, que simboliza las
adversidades. Son símbolos que encajan con la temática. También se encuentra el
campo semántico de guerra que son “heridas”, “rabia” o “combate” y antónimos como
“silencio y rumores” y “vivo y muero”.
Si nos referimos a los recursos estilísticos, desde el comienzo del poema
encontramos una metáfora “la alegría del mar le pido a todos”, siendo el mar la libertad
que tanto anhela. Se observa una personificación “mi libertad dé sus rumores”, y una
aliteración con la que el autor ha intentado reproducir el sonido del mar con la “s”, “a
todos los que pisen sus orillas”. Además, se encuentra una antítesis “del combate en que
muero y en que vivo”, contraponiendo los verbos vivir y morir.
Morfológicamente, destacan los verbos en presente “estoy”, “están”, ya que se
está hablando de sentimientos en la propia época; también encontramos verbos en
presente del subjuntivo (“sea”, “liberen”, “partan”) y en futuro, como “habrá”, para
mostrar esperanza. Al mismo tiempo, se encuentran adjetivos especificativos como
“silencio amordazado” y “carne viva”. Hay una amplia combinación de sustantivos
abstractos “libertad” o “rabia” y de concretos “isla”, “pan”. Por último, nos encontramos
con el uso predominante del adverbio “no”, debido a que constantemente se hacen
negaciones. Por último, destacamos la presencia del nexo “y”, que tiene como finalidad
ir añadiendo o sumando ideas.
Sintácticamente, las oraciones son largas y están separadas por comas, pero no
ralentizan el ritmo del poema. Hay una abundante adjetivación dentro del poema de forma
sintáctica, a través de oraciones subordinadas adjetivas como (“aquellos que no cesan”,
“…en que muero”, “en que vivo”), que aportan subjetividad, y adverbiales de tiempo y
espacio aludiendo al lugar en el que vive “donde mi libertad de sus rumores”. Por último,
encontramos alguna coordinada copulativa (“están conmigo siempre… y se tragan el
tiempo…”).
Sin duda, García Cabrera no abandonará nunca sus preocupaciones políticas y
sociales ni su orientación socialista y la búsqueda de una identidad propia canaria, la
que condicionó tanto su vida como sus actividades intelectuales. Pero, esto lo convirtió
en uno de los escritores canarios más importantes del Siglo XX.

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