“DONDE HAY PODER, CODICIA Y DINERO, HAY CORRUPCIÓN.

Canturin Común Luz María

luz.canturin.mariainmaculada.com.pe

Estudiante de la I.E. “María Inmaculada” 5° J

INTRODUCCIÓN

La corrupción es objeto de investigación, análisis y discusión desde distintas

perspectivas dentro y fuera de las Ciencias Sociales. Sin lugar a dudas, este fenómeno
es uno de los principales problemas a nivel nacional debido a que involucra a políticos
tanto del centro como la periferia y corrompe los intereses de los mismos; los actos
de corrupción terminan por dañar a la ciudadanía de forma económica y moral.

La corrupción se constituye hoy en día, en uno de los más serios problemas sociales
que no conoce diferencias sociales, económicas, políticas, culturales, étnicas, capaz
de haber traspasado todas las fronteras, hasta constituirse en un grave flagelo
mundial.

El problema se agrava cada día más, porque las modalidades de la corrupción son
diversas y se multiplican, además de las ya reconocidas en los Códigos Penales
(Enriquecimiento Ilícito, Peculado, entre otros), surgen modalidades nuevas
asociadas al avance del crimen organizado, los avances tecnológicos y la
globalización. Unido a ello, la corrupción no se queda a nivel de los Gobiernos y áreas
de poder visible, sino que está llegando a las organizaciones y colectividades sociales,
es decir instituciones tutelares de la sociedad, entidades empresariales y financieras,
asociaciones de todo tipo (educativas, deportivas, etc).

Lo más grave es que en el Perú, la corrupción no sólo denota una ausencia de

sentido de nación, sino que progresivamente pone en riesgo la viabilidad del país. Sin
lugar a dudas, la corrupción empobrece a la nación, la debilita en tanto proyecto y la
empobrece materialmente haciendo más pobres a los pobres.

Nuestra nación ha sido golpeada por una de sus más fuertes olas de corrupción
que ha reflejado inequívocamente una profunda quiebra de los principios éticos
DESARROLLO

En nuestro país se constata que la corrupción tiene una larga historia, por ello
algunos hombres reconocidos, han exclamado frases como por ejemplo "En el Perú
lo que no da asco, da risa".

Actualmente, en el Perú se conmociona ante la intensa pugna entre la

administración de la justicia, la persecución a la corrupción y la administración política;
pero los choques entre estas fuerzas no son solamente actuales, son notorios a lo
largo de toda la historia del país. En la presente reflexión se parte de constatar la
sensación que existe en el pueblo desde hace ya muchas décadas para luego precisar
el sentido de la justicia como la administración del derecho, el carácter instrumental
de ella y cómo es susceptible de ser objeto de las presiones sociales y la corrupción,
luego se hace una constatación de cómo esta situación ha devenido desde el origen
del Perú como república, hasta la actualidad. “Indagando en sus posibles causas y
se proponen algunos lineamientos de acción para actualmente, combatir la
corrupción planteándose el perfil que deberían tener quienes desde las
instituciones públicas tienen el encargo de administrar la justicia” (León, 10 de
diciembre de 2020, pág. 8).

La corrupción, en general, se entiende como el aprovechamiento ilegal de los

poderes o atribuciones de cargos institucionales por personas o grupos
particulares en beneficio propio y en perjuicio del bien público “la corrupción
quiebra el principio de igualdad y establece categorías de acceso a servicios
clave dentro del Estado, en base a criterios que no sea el reconocimiento de
la igualdad como ciudadanos de un mismo Estado” (Velarde Bazán, 2010, pág. 26).

JUSTICIA Y DERECHO

Cuando empleamos la palabra justicia, muchos la usamos como sinónimo de

derecho, lo cual es en términos coloquiales, correcto; y aunque se haga una
diferenciación académica entre justicia como dar a cada uno lo que le corresponde,
esto será de acuerdo con su derecho; es justo lo que se ajusta o se actúa de acuerdo
con el derecho. Entre los diferentes sentidos del término derecho, registrados por la
academia de la lengua española, aquel que considera la “facultad del ser
humano para hacer legítimamente lo que conduce a los fines de su vida” (REAL
ACADEMIA ESPAÑOLA, 2001).

La justicia también ha de ajustarse al contexto concreto de los seres humanos que

la instrumentalizan. Es para ello que se constituyen las instituciones jurídicas. La
justicia tiene pues un carácter instrumental, al igual que sus instituciones Y es por ello
que el hombre, al tratar de utilizarla para sus fines, a veces va más allá de ella, tratando
de desarrollarla, si considera que no representa lo ideal para la sociedad, pero en
otros casos, hay quienes tratan de evadirla, de quebrarla, de pervertirla, si no coincide
con sus intereses.

“Es el propio hombre quien amenaza el cumplimiento de sus

intereses primigenios es por eso que las sociedades instituyen
reglas (jurídicas) de comportamiento que faciliten y aseguren la
convivencia o cooperación social. La función original del derecho
es ser un instrumento que regule a aquellas conductas sociales que
pudieran afectar los intereses primigenios del hombre” (Castillo,
2015)

CARÁCTER CRÓNICO DE LA CORRUPCIÓN EN EL PERÚ

Como hemos empezado a mostrar, la situación crítica de la justicia en el

Perú no es nada reciente, ya en un trabajo de investigación de inicios de los noventa
hacía notar que antes del gobierno de Fujimori y su golpe de estado, había una
continuidad de casos de “corrupción y de práctica de antivalores que permitía concluir
que se vivía una crisis generalizada, entre ellas la crisis de valores y que esta crisis
era crónica y estructural en el Perú” (Palomino, 2019, pág. 13)

El Perú es más corrupto que Chile y algunos países vecinos; esto puede ser
tentador para futuras agresiones militares de los países vecinos; dado que un país
corrupto es más vulnerable. Asimismo, Junín es el departamento más corrupto a nivel
nacional, con 12,5% de índice de corrupción y gobernabilidad, por el cual es llamado
“la capital de la corrupción”. Todo esto se inserta dentro de un marco cultural y
económico, por eso, para el ciudadano común y corriente el profesional del derecho
es el profesional más corrupto y es la fuente de la corrupción en general, dado que
dicho profesional recala principalmente en el poder judicial. “Esto permite que la
corrupción impida el inicio de todo proceso de desarrollo, ya que la corrupción genera
pobreza, recesión y desempleo” (DIARIO PRIMICIA, 2015).

Junín tiene 1 996 casos que la procuraduría anticorrupción tiene registrados y se

mantiene entre los primeros de las 24 regiones del país desde 2016 cuando ocupó el
segundo lugar en corrupción después de Lima, con más de 2 mil casos.

Quien dio a conocer esta información fue el congresista Moisés Guía Pianto y
además agregó que Enco evalúa solicitar la instalación de una procuraduría
especializada en este delito en Junín. “Ante nuestro reclamo por la cantidad de casos
de corrupción en Junín, procurador Amado Enco, manifestó la necesidad de crear una
procuraduría especializada que enfrente escandalosos casos delictivos desatendidos
desde hace 20 años” (DIARRIO CORREO, 2019).

CAUSAS

Determinar las causas de este fenómeno es realmente una tarea que escaparía a
una modesta exposición como la presente, sin embargo, diversos investigadores han
planteado algunos factores que condicionan la aparición y desarrollo de la corrupción:

La ausencia de valores en la sociedad, explica la interesada poca claridad para

determinar lo correcto de lo incorrecto en el ejercicio de la función pública. “La
distribución política del poder en la administración pública de forma intolerablemente
concentrada, discrecional y sin ejercicio transparente del mismo” (Lipset, 2018, pág.
6).

EFECTOS

Pues bien, esta generalidad y extensión de la corrupción, así como las nuevas
características que viene adquiriendo en este último tiempo, llevan consigo efectos
sumamente graves en la vida política, económica y social de un país. En el ámbito
político, efectivamente, la corrupción influye en la inestabilidad política de los Estados.
Los cambios de régimen, en mayor o en menor medida, son explicables desde la
constatación de factores de corrupción precedente. Y es que este fenómeno socava
brutalmente la confianza de la ciudadanía en el funcionamiento regular de las
instituciones políticas. Esta desconfianza detiene el desarrollo de estas instituciones
y encuba situaciones que pueden determinar un explosivo ambiente de insatisfacción
social. Como señala la profesora Ackerman, “la corrupción sistemática socava la
legitimidad de los gobiernos, especialmente la de los democráticos, los que incluso
pueden verse amenazados por golpes de Estado” (RODRIGUEZ, 2017, pág. 17)

PROPUESTAS PARA UNA LUCHA EFICAZ Y DEMOCRÁTICA CONTRA LA

CORRUPCIÓN

Ninguna disposición normativa o diseño organizacional alternativo puede resultar

eficaz contra la corrupción si no se presentan y mantienen dos presupuestos básicos:
en primer lugar, es imprescindible un mínimo consenso político favorable a esta causa.
Este contexto no sólo dota de legitimidad a las políticas que se implementen, sino que
otorga continuidad a las mismas por encima de las coyunturas particulares. En
segundo lugar, resulta necesaria la garantía de una suficiente independencia interna
(dentro de su propio aparato institucional) y externa (respecto de influencias del poder
político o económico de turno) de los órganos responsables del sistema de
administración de justicia (Ministerio Público, Poder Judicial y Policía Nacional del
Perú). Efectivamente, el Ministerio Público como titular único de la acción penal, así
como el Poder Judicial, órgano de decisión de los conflictos, son órganos del sistema
de justicia que deben superar su histórica pasividad e ineficacia frente a los abusos
del poder. “La independencia en el desarrollo de sus funciones es presupuesto
esencial de una política eficaz de persecución de la corrupción” (CASTRO, 2009, pág.
83)

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Percepciones de la Corrupción en el

Perú, elaborada en el año 2011 en el marco del Programa Umbral Anticorrupción, la
ciudadanía considera que los tres principales problemas del Perú continúan siendo la
delincuencia, la corrupción (46%) y la falta de trabajo. “Dicha investigación revela, que
la corrupción es percibida como un problema nacional, más que regional, y que en los
últimos años se habría reducido el número de iniciativas para combatirla”
(DEFENSORIA DEL PUEBLO, 2021, pág. 3).

La corrupción debilita las instituciones públicas haciendo perder credibilidad en el

gobierno, perjudicando la equidad y la eficiencia en la asignación de recursos; de igual
forma, genera un daño social y provoca que se violente el Estado de Derecho. “Debilita
los principios morales, daña los principios de autoridad, propicia la injusticia, permite
la impunidad, desvaloriza el esfuerzo, el mérito y los logros” (Reséndiz Reyes, 2006,
pág. 2)
CONCLUSIÓN

Perú tiene un problema de corrupción de los servidores públicos en la

Administración Pública, debido al bajo nivel de transparencia en sus operaciones,
asociado a la inadecuada o inoportuna rendición de cuentas a la ciudadanía respecto
a la gestión gubernativa, así como la impunidad, representando uno de los flagelos
actuales de la nación que incide en un deficiente desarrollo de sus sistemas político y
económico.

La corrupción ha llegado a grandes niveles y en algunas instituciones se ha

generalizado, provocando que la normatividad pierda sentido para los ciudadanos;
tanto que la gran mayoría de la población opina que nuestros servidores públicos, en
lugar de hacer la tarea para la que están encomendados de acuerdo a la ley, por lo
contrario, sólo buscan obtener beneficios propios y recursos ilícitos.

Los ciudadanos están cansados de la corrupción y de que se violente el Estado de

Derecho, así como de que sus derechos humanos no sean respetados por los
servidores públicos, y únicamente se quejan de la situación y no proceden a la
denuncia o queja formales por temor a represalias o simplemente por la pérdida de
tiempo para nulos resultados.

Dentro del sistema jurídico vigente de responsabilidades resulta obvio que un

problema es la difícil aplicación de las sanciones a los servidores públicos corruptos,
esto es debido al mismo fenómeno de la corrupción, ya que no se aplican las leyes a
todos por igual, principalmente a los altos funcionarios, puesto que en ocasiones se
convierten en juez y parte, lo que no genera justicia ni equidad.

La corrupción debilita las instituciones públicas haciendo perder credibilidad en el

gobierno, perjudicando la equidad y la eficiencia en la asignación de recursos; de igual
forma, genera un daño social y provoca que se violente el Estado de Derecho. Debilita
los principios morales, daña los principios de autoridad, propicia la injusticia, permite
la impunidad, desvaloriza el esfuerzo, el mérito y los logros. En suma, la corrupción
genera muchos problemas a la sociedad mexicana y sólo beneficia a unos cuantos,
como sería el caso de algunos servidores públicos que se aprovechan de sus empleos
para obtener recursos, insultando con sus fortunas a la ciudadanía, a la nación y a sus
sistemas político y jurídico.
 REFERENCIAS

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Obtenido de https://www.defensoria.gob.pe/areas_tematicas/un-pais-sin-corrupcion/

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https://issuu.com/diarioprimiciahyo/docs/edicion_05-04-15

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Velarde Bazán, C. (5 de Junio de 2010). BLOG DE LA DEFENSORIA DEL PUEBLO. Obtenido de Programa
de Ética Pública y Prevención de la Corrupción:
https://www.defensoria.gob.pe/blog/corrupcion-etica-publica-e-injusticia/