Ensayo de Ciencias Sociales

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Notas:

 "Si recordamos la TV en blanco y negro, produce una especie de melancolía dulce.


Hacían televisión blanca. Programas por ejemplo donde Juan Gonzalo Rose hacía
guiones para programas...algo pasa en los 80, coincide con la brutalización de una
ola neoliberal que empieza con Reagan y con la Tatcher que empodera a una serie de
círculos y gentes que antes no habrían tenido ninguna relevancia, les concede una
autoridad que no tiene que ver con la meritocracia sino con la imposición del mercado",
explicó Hildebrandt. Marco Aurelio Denegri completó esta tesis con una teoría
interesante."Hay una necesidad mundial de que la gente esté menos informada, que
sea menos lúcida. El capitalismo con hipercríticos no funciona", expresó Hildebrandt a
lo que Denegri completó: "El inmediatismo, el fragmentarismo, el superficialismo y
el facilismo, estos son 4 ismos que están despotenciando al ser humano porque
dependen de la multiplicación de prótesis, ahora no podrías concebir a un ser humano
sin estas, si le quitas todo esto lo dejas sin saber qué hacer".
  En lugar de irse construyendo un Estado republicano con leyes y marcos
normativos adecuados, con funcionarios que hacen cumplir la ley y con ciudadanos
que van aprendiendo a sentirse parte de una sociedad incluyente que los
considera, a diferencia de esto, se va perfilando y consolidando un Estado sin
derecho, en el que las leyes están dadas para no ser cumplidas, y donde las formas
patrimoniales del poder se van remodelando y recreando en cada periodo de la
historia. La corrupción atenta persistentemente contra el desarrollo nacional y se
pierden importantes oportunidades para lograrlo.
 Discursos y reflexiones sobre el estado presente e los reinos del Perú exponiendo
de manera implacable el mal funcionamiento de la administración colonial y
soluciones siendo considerado como Quiroz como un reformista
 . Tanto en Lima como en el interior del país, la población señala a la delincuencia (62%), la
corrupción (46%) y el consumo de drogas (30%) como los mayores problemas
 Virreyes como Torres y Portugal, Pedro Álvarez de Toledo, Amat y Juniet que personifica el
abuso de poder y ganancia privada del corrompido del sistema colonial y entre muchos casos
más
Historia de la corrupción:
La corrupción es uno de los mayores problemas que han crecido y persisten con
el paso del tiempo. El 46% de peruanos señala a la corrupción como uno de los
principales problemas del país y el 61% de los encuestados menciona a la corrupción
de funcionarios y autoridades como el más serio problema percibido según un estudio
de la Asociación Civil Proética, difundido con motivo del Día Internacional contra La
Corrupción. Quiroz define la corrupción como el mal uso del poder político burocrático
por parte de camarillas de funcionarios coludidos con mezquinos intereses privados
para obtener ventajas económicas o políticas contrarias a las metas del desarrollo
social mediante la malversación o el desvío de recursos públicos y la distorsión de las
políticas e instituciones, quiere decir que es el abuso de los recursos públicos a favor
de algunos. Este problema ha venido desarrollándose desde antes; se comenzará a
relatar con la época colonial

¨el fracaso de las reformas coloniales (1750-1820) ¨

Desde ahí se sospechaba que los asuntos de las colonias americanas no del todo iban
bien; había una mala administración colonial, contrabando de mercaderías que tenían
como principal causa a las autoridades locales, maltratos hacia los indios como el
exceso de los cobros del tributo y abusos a través del reparto de mercancías, la venta
de cargos públicos, el uso de la plata piña, plata sin sellar ni quintar, como medio de
pago por parte de las autoridades corruptas que generaron la demora del pago de
deudas y fue usada en el contrabando. A demás, los virreyes y su relación con los
grupos de interés aprovechaban la ausencia del rey para obtener beneficios, ventajas
políticas, ganancias privadas, dar favores, tener deudas a favor y también fue la mala
administración de las minas de Huancavelica (Santa Barbara), punto máximo de
extracción de mercurio para el refinamiento de la plata; todo ello llamado por Ulloa
como un purgatorio de continuos desabrimientos, ya que los juicios de residencia no
eran procesados como correspondía. Quiroz menciona que el contrabando contribuyo
significativamente a que la corrupción publica y privada formarán parte integral del
liderazgo económico y político del virreinato peruano.

¨cimientos socavados de la temprana república (1821-1859) ¨

La corrupción había terminado por llevar a la colonia peruana al declive y de igual


forma paso en la república. Después de haberse dado el grito libertador se comenzaría
con un saqueo a gran escala perpetrado por los caudillos militares y así mismo las
campañas libertadoras fueron causantes de expropiaciones entregadas a los militares
por sus hazañas, es decir mientras se salía de los españoles otros seguían con la
corrupción. Además, la falta de apoyo popular por las luchas internas y separatistas,
los repartos de cargos oficiales por la inexistente meritocracia sumado a eso la llegada
de Bolívar, en donde el Perú debía pagarle un millón de pesos por su liberación, que
decretó, en 1824-1825, la confiscación de las rentas, la expropiación y la extracción de
ornamentos de la iglesia para financiar su ejército llevó a nuestro país ahora libre en la
misma situación que en la colonia. «Desafortunadamente para el Perú -escribió en
mayo de 1824 William Tudor, cónsul estadounidense en Lima al secretario de Estado
John Quincy Adams- los invasores que vinieron a proclamar la libertad y la
independencia eran crueles, rapaces, carentes de principios e incapaces. Sus malos
manejos, su despilfarro y su sed de saqueo pronto alienaron los afectos de sus
habitantes» y perdiéndose así oportunidades para realizar reformas. El crédito interno
encubría el saqueo de la corrupción y tuve que recurrirse al préstamo externo para
saldar las deudas siendo el primer contrato externo firmado en el gobierno de José de
la Riva Agüero (1822) y tras la retirada de los libertadores surgirán los nuevos caudillos
bajo el mismo de patronazgo e instituciones colapsadas, algunos personajes serían
Andrés de Santa Cruz, Agustín Gamarra, Ramón Castilla y José Rufino Echenique. El
régimen minero (1841) fue una gran oportunidad para el país, pero la crisis interna
relacionadas con la corrupción lo impedían. Por una parte, los consignatarios,
encargados de comercializar el guano en el extranjero, y las casas comerciales no
desaprovecharon la oportunidad para sacarle provecho. También la consolidación de la
deuda interna, que era para renovar la confianza, llevo a que regresarán los fraudes y
especulaciones inflándose la deuda de 5 millones a 24 millones y por último la
compensación de la manumisión, libertad de esclavos, en donde hubo muchos fraudes
generando que el crédito público colapse. A mediados del siglo, el militarismo baja en
intensidad, pero con los vientos de la Guerra del Pacífico recupera presencia, y,
justamente, el financiamiento de la guerra le devuelve el derecho y la oportunidad para
recuperar poder y dinero. La posguerra abre una década de influencia y poder militar
que se aviva al siguiente siglo con Sánchez Cerro y Benavides, luego el doceno militar
y el fujimorato, durante el que gobiernan por la mano de Montesinos. Son en su
mayoría los momentos de mayor corrupción en la historia del Perú. A continuación, se
mencionará algunos procesos de corrupción:

Gobierno de Augusto B. Leguía

Tuvo un régimen dictatorial conocido como la «Patria Nueva». Testifico su proceder


con la excusa de combatir conspiraciones recurrentes y así Leguía destruyó a la
dirigencia civilista mediante encarcelamientos en la isla de San Lorenzo y siguió con
una devastadora agresión contra grupos políticos. La prensa independiente fue cerrada
o mantenida bajo la constante amenaza de ser clausurada; y la libertad de expresión
en las universidades quedó limitada drásticamente, ello llevo a confundir a la opinión
pública nacional e internacional. Una vez que los contrapesos políticos fueron
violentamente desmantelados, Leguía pudo dedicarse a la política con grandes obras
públicas plagadas de corrupción y financiadas con un masivo endeudamiento externo.
La corrupción prevaleció en todo ámbito administrativo: el mal ejemplo fue dado por los
ministros y empleados públicos de alto rango, que llegaron a su cargo sin riqueza
personal y, en corto tiempo, aparecían amasando fortunas. También el expresidente
recompensaba a los oficiales militares y navales en un grado sin precedentes,
corrompiendo profundamente a las fuerzas armadas en ello varios oficiales fueron
ascendidos luego del golpe del 4 de julio de 1919.

Gobierno de Alán García

Busco manipular el manejo económico para conseguir resultados políticos. Sus


medidas intervencionistas recordaban a las implementadas por los gobiernos de
Bustamante y Velasco puesto que favorecían los controles de precios, importaciones y
divisas extranjeras, todas ellas fuentes principales de un abusivo poder discrecional,
favoritismo y tráfico de influencias. Además, dio políticas que reducían la capacidad
industrial subutilizada y daban un acceso privilegiado a las divisas extranjeras, a una
tasa subsidiada más baja (dólar de mercado único de cambio o dólar MUC), fueron
particularmente beneficiosas para aproximadamente una docena de grupos conocidos
como los «doce apóstoles» por su compromiso con García que habían contribuido
discreta pero generosamente a su campaña presidencial. Asimismo, la estrategia
económica y financiera de García descansaba sobre la temprana y controversial
decisión de limitar el pago de los intereses de la deuda externa al 10 por ciento de los
ingresos totales de las exportaciones peruanas lo que coloco al Perú en una situación
incómoda con la comunidad financiera internacional; esta vulnerabilidad eventualmente
tuvo consecuencias negativas para las finanzas y reservas peruanas. Durante los
primeros años de gobierno, los medios de comunicación tuvieron una actitud benigna
con García, ya que los dueños de diarios, radios y empresas televisivas tenían un
acceso privilegiado a los dólares MUC, a la tasa oficial para importar bienes y pagar
por servicios en el extranjero. Los escándalos de corrupción comenzaron a salir a la luz
tras la fallida nacionalización de la banca en 1987, que convenció a un importante
sector de la élite y de los medios de masas de oponerse a las inconsistencias, políticas
contradictorias y traiciones de García como, por ejemplo, Dionisio Romero, uno de los
banqueros más ricos e influyentes del Perú, declaró en el canal 5 de televisión que él
había contribuido al financiamiento de la campaña electoral de Alan García.

Gobierno de Alberto Fujimori

Montesinos contribuyó decisivamente a la campaña electoral de Fujimori y logró


obtener cuantiosas donaciones de dudoso origen. A partir de estos obscuros orígenes,
la corrupción se propagó en casi todas las direcciones durante la «década infame» del
régimen de Fujimori. Montesinos hizo un cambio militar; los nuevos jefes militares
incluían a generales y almirantes que brindaron las bases del poder subterráneo
preferidas por Fujimori y Montesinos para consolidar su régimen. Desde el inicio del
régimen de Fujimori, las crecientes redes encubiertas de inteligencia y militares
operaron para derribar los contrapesos constitucionales, parlamentarios y judiciales
que estorbaban el control autoritario del Estado. Este objetivo se logró consolidar
rotundamente con el autogolpe de abril de 1992. Semejante golpe fue justificado
ideológicamente como necesario para conseguir la derrota del terrorismo. Fujimori fue
respaldado por un núcleo interno de parientes y amigos que se beneficiaron de varias
tramas de corrupción, el núcleo interno de Montesinos constaba fundamentalmente de
oficiales de inteligencia y administradores al interior del SIN, así como de agentes o
testaferros financieros, traficantes de armas y abogados encargados de facilitar el flujo
de fondos ilegales dentro y fuera del país que garantizaban confidencialidad y
confianza en tales negocios.

Hoy la corrupción es un motivo de preocupación central de la opinión pública. Hay


mayor conciencia sobre la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas,
está en funciones una Comisión de Alto Nivel Anticorrupción que cuenta con un plan de
trabajo, metas e indicadores; la Alianza para el Gobierno Abierto (AGA). Sin duda que
hay más control social e institucional, una prensa que denuncia y una sociedad civil
cada vez mejor articulada y atenta. Las redes sociales son un gran activo para la
denuncia y, a pesar de todo, con enorme esfuerzo, somos un país más moderno y
democrático.
El papel de los medios de comunicación:
La corrupción es uno de los mayores problemas que va en contra de todos los principios de la
decencia moral. Las consecuencias de los comportamientos corruptos por parte de
organismos públicos y empresas son claros: el debilitamiento del bienestar, porque los
recursos públicos no llegan a los ciudadanos y a cubrir sus necesidades básicas. Si bien la
corrupción se ha puesto como sello de gobierno, la peor corrupción de todas es la de los
medios de comunicación porque ahí lo que se vende es la libertad, no sólo la de prensa, sino
el concepto máximo de lo que esa palabra significa. Ello le quita la libertad al pueblo ya que,
por ejemplo, una información manipulada y sometida a los intereses de las élites induce a
adoptar determinadas decisiones de la ciudadanía según Manuel Domínguez Moreno. De
este mismo modo La prensa popular, que tuvo una relación bastante particular con el
gobierno, a menudo cumplió con la estrategia comunicativa con Fujimori lo que se observó en
la forma de presentar de modo positivo al candidato-presidente y difamar a los opositores.
El inicio del primer mandato de Fujimori se produce en el marco de una prensa de información
dentro de la cual la presencia de la prensa popular es minoritaria. Hacia el final de su
mandato, el panorama es totalmente distinto. La década de los noventa vio así aparecer los
diarios El Mañanero (1993), Ajá (1994), El Chino (1995), La Chuchi (1996), El Chato y El Tío
(1998), La Yuca, El Polvorín y Vistazo (2000), entre otros. En mayo del 2000, momento de la
segunda reelección de Fujimori, había en Lima 17 diarios populares, de los cuales 15 tenían
una línea editorial favorable al régimen. “Gradualmente, el gobierno pragmático de Fujimori
desarrolló una estrategia provechosa para manejar a los periodistas: a los que se portaban
bien les daban acceso privilegiado y eran alimentados con primicias; el resto era marginado”
(Bowen, 2000). Es decir, cualquier periodista que se mostrara a favor del partido era premiado
con noticias que hasta los mismos agentes del SIN conseguían y grababan.
La prensa chicha toma un papel importante en la política, pues tenía un alto índice de lectores
en la época más crítica de nuestro país. Muchos periodistas se mostraron indignados por las
labores ejercidas por sus “colegas” en estos diarios Medios y opinión pública 66 y estos
comenzaron a mostrarse en contra del régimen de forma abierta. La labor del periodista pasó
por muchos altibajos y es cuestionada hasta el día de hoy.

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