Lectura2 PsicologíaDiferencial-19-26

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MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO

Psicología Diferencial

Categorías de clasificación: diversidad e individualidad


Tema n.° 2

Dentro de la psicología diferencial contamos con una serie de conceptos y categorías básicas,
entre las que destacan las ideas de diversidad y de individualidad, así como el hecho de que
ser humano puede ser único entre muchos de su especie. Para comprender los conceptos ini-
ciamos con una definición básica de la PD, para pasar luego a las categorías que representan
el objeto de estudio y que explican tanto la diversidad como la individualidad.

1. Definición de la psicología diferencial

La psicología diferencial es aquella que se interesa por la delimitación de distintos fenómenos


de variabilidad del comportamiento, de modo tal que pueda explicarlos y predecirlos utilizando
métodos de investigación empírica que consoliden sus resultados. La variabilidad como fenó-
meno es intrínseca al desarrollo y la organización de organismos vivos; así, dentro de una misma
especie, vemos diferentes características. Por ejemplo, en el caso de los perros, podemos obser-
var cómo dentro de una misma raza se aprecian diferencias estructurales en los niveles de acti-
vidad, la agudeza de sus instintos, etc., lo cual hace que consideremos única a cada mascota.

El desarrollo y la evolución de los organismos vivos llevan a niveles de individuación mayores, los
cuales se expresan en la conducta y son el resultado de su propia organización y desarrollo. De
este modo cada ser vivo desarrolla su propia idiosincrasia y, en el caso del hombre, su propia
personalidad.

Los rasgos diferenciales de cada individuo constituyen una categoría de variables psicológicas
imprescindibles en el estudio de la conducta.

2. Objeto de estudio

La psicología diferencial se enfoca en la variabilidad de la conducta observable de los organis-


mos y en aquellos procesos psíquicos que la provocan. Esto suena como una definición general
del objeto de estudio; para profundizar en su comprensión, es importante desarrollar tres aspec-
tos de este objeto, a saber: (1) la conducta en términos de respuesta o rendimiento y ejecución
observables, que pueden ser motores, verbales o fisiológicos; (2) la organización mental o proce-
sos cognitivos detrás de la conducta; y (3) la base energética o dinamizadora de la conducta, lo
cual sería la emoción o activación. Los dos últimos aspectos ocurren en el terreno no observable
y preceden a la conducta. La PD se enfoca en la variabilidad de estos aspectos, identificando
tres categorías básicas: las variables intergrupales, las interindividuales y las intraindividuales.

2.1. Variables interindividuales

Este tipo de variables son las más características de la PD porque se refieren a un hecho natural,
que son las diferencias entre los individuos de una misma especie o población. Suelen ser varia-
bles según un criterio de clasificación de una dimensión comportamental, como el rendimiento,
el aprendizaje, la inteligencia, etc. Las diferencias aparecen debido a que cada persona ocupa
una posición concreta en la dimensión de clasificación utilizada, la cual es distinta a la de los
demás.

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Las diferencias entre las personas aparecen en el inicio y se refuerzan a lo largo del desarrollo,
siempre como resultado de la combinación entre herencia y ambiente. Por ello la variabilidad
es una constante, y las variables analizadas pueden ser ubicadas en una categoría taxonómica,
conductual o psicológica, donde cada individuo ocupa un lugar determinado en ese continuo.
Si la categoría tiene relevancia psicológica se le denomina dimensión y pasa a convertirse en
objeto de estudio de la PD.

2.2. Variables intergrupales

En este caso, las variables intergrupales hacen referencia a las diferencias entre los grupos. Estas
variables se relacionan con la estandarización, en tanto que el estudio de una misma variable
dentro de un grupo brinda parámetros estadísticos que la identifican y la diferencian de otros
grupos. A pesar de estar basadas en las diferencias individuales no están causadas por los mis-
mos procesos, puesto que la organización de estos grupos se basa en una dimensión que actúa
como común denominador. Por ejemplo: cuando evaluamos la inteligencia en un grupo de 100
personas, como resultado creamos tres grupos con rangos de inteligencia bajo, promedio y alto;
la inteligencia es una dimensión psicológica, una variable interindividual, pero en este caso se
emplea como base para un estudio de grupos.

2.3. Variables intraindividuales

Además de la comparación entre grupos y la comparación entre personas, hay una tercera
fuente de diferencias, que denominamos variables intraindividuales, las que son el resultado de
la comparación del individuo consigo mismo. Este tipo de variabilidad se produce cuando ob-
servamos las variables a lo largo del tiempo o en situaciones específicas. Este tipo de variables
tienen dos aspectos: el primero es la variabilidad diacrónica, que hace referencia a los cambios
a lo largo de periodos de tiempo, como durante la infancia o adolescencia, los cuales son irre-
versibles por su relación con el proceso de desarrollo. El segundo es la variabilidad sincrónica,
que se refiere al modo en que cada sujeto está organizado con respecto a distintas dimensiones
psicológicas; estas pueden cambiar bajo distintas circunstancias. La organización del estudio
de estas variables se basa en la permanencia del cambio o la diferencia. Por ejemplo: los ritmos
biológicos o el modo de reacción al estrés son variables reversibles, de acuerdo con los con-
textos, pero los resultados del envejecimiento o de algunos daños neurológicos son estáticos y
permanentes.

3. Categorías de clasificación: Conducta, hábito, rasgo, estado y tipos

Las conductas suelen estar dadas de acuerdo a las diferentes situaciones que enfrentamos; de
este modo, si por ejemplo tenemos una presentación con nuestros jefes en un par de horas, es
posible que nos encontremos un poco más tensos de lo normal, a diferencia de si estuviéramos
en la playa tomando sol. Pero también podemos apreciar cómo las personas tiendan a portarse
de modo similar en situaciones distintas; así, podríamos hablar de tendencias medianamente
consistentes. Eso ocurre porque la variabilidad interindividual de las conductas depende en gran
medida de características propias de la persona que las ejecuta. Las conductas habituales o
frecuentes se denominan hábitos, sea en el ámbito observable como o en el plano mental.

A esta dinámica entre situación y tendencias personales se suma la especificidad de la situación,


es decir, qué tipo de estímulo es al que nos enfrentamos; esto es sumamente importante para
las conductas automáticas. De este modo, nos alejamos de las cosas que implican peligro o nos
acercamos a cosas que nos dan ternura. Para poder explicar las conductas y la variabilidad
utilizamos la inferencia, principalmente basada en el conocimiento previo o en la observación

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repetida de su forma de actuar; en el marco científico, pasaremos de la inferencia a la genera-


lización en otros contextos, de modo tal que podamos conseguir una aproximación explicativa
de la variabilidad de la conducta. La generalización se produce en dos formas, a saber: en el
tiempo, cuando generalizamos la conducta de los individuos a lo largo de un periodo, lo que
nos permite ver su estabilidad; y de acuerdo con las situaciones en las que ocurren, en las que
se brinda la consistencia de la conducta.

Para describir la estabilidad y la consistencia de la conducta en la práctica cotidiana utilizamos


atributos o propiedades descriptivas como «ella es servicial» o «Él es conservador», que hacen
referencia a un comportamiento usual de una u otra persona. Gracias a ello podemos antici-
parnos o tener unas expectativas específicas sobre la interacción con ellas. Estas disposiciones
son atributos de la persona que inferimos a través de la conducta y los rasgos son un tipo de dis-
posición. Para intentar definir los rasgos, podemos decir que son una disposición a comportarse
de una forma parecida en diferentes situaciones. Se constituye como el concepto que mejor
representa la unidad de análisis de las diferencias individuales, y se emplea en muchas áreas,
como personalidad, temperamento, inteligencia o en la evaluación.

Los rasgos pueden ser agrupaciones extensas de hábitos de conducta y pueden ser amplios,
como la ansiedad general, o restringidos, como la ansiedad cognitiva. En función de su ampli-
tud, nos brindan conocimiento descriptivo de las personas. Cuando los rasgos son muy amplios,
pasamos a considerarlos tipos, lo que constituye un concepto proveniente de los estudios clasifi-
catorios del temperamento. Un ejemplo puede ser la extroversión como tipo, que incluye rasgos
como social, dinámico y hablador.

A lo largo del desarrollo de la PD los rasgos han sido controversiales, pues para algunos son es-
pecíficamente dependientes de la situación y para otros son establecidos por las tendencias
personales. Los rasgos como concepto amplio se emplean sobre la base de diferencias en varias
áreas, destacando el área de personalidad, pues en torno de la inteligencia se modifica la pa-
labra y se prefiere el concepto de capacidades cognitivas. Finalmente, Zuckerman (en Andrés
Pueyo, 1997, 232) resume una serie de condiciones que ha de cumplir el atributo para ser consi-
derado rasgo de personalidad:

a. Identificación fiable, mediante análisis factorial, en muestras de conducta, obtenidas por


distintos métodos, que varíen en sexo, edad y cultura.

b. Estabilidad temporal intraindividual

c. Identificación de dimensiones iguales o paralelas en especies no humanas.

d. Un nivel al menos moderado de heredabilidad

e. Identificación de algunos correlatos biológicos significativos

En el día a día el intento de establecimiento de rasgos es común; por ejemplo, si estamos ma-
nejando y el carro que tenemos delante frena de improviso, decimos que el conductor es un
desconsiderado, un egoísta, un tonto, etc.; esto es, utilizamos una categoría y la aplicamos, pues
es lo que interpretamos en su conducta. Si luego constatamos que había un niño que saltó re-
pentinamente a la pista, nuestra visión cambia: ese conductor ya no es un desconsiderado, sino
que, por el contrario, es alguien extremadamente considerado con la vida. En la psicología di-
ferencial y el estudio de los rasgos, el proceso es similar, solo que, aplicando con mayor cautela,
investigación y profundidad, y utilizando elementos fiables en la medición, como la observación,
los autorreportes y el análisis factorial para el manejo de la información y su validación.

Diferentes autores han propuesto distintas clasificaciones de los rasgos; entre ellos, destaca el
trabajo de Cattell, Guilford y Eysenk. En líneas generales se considera que pueden existir un total

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de 50 o 60 rasgos distintos que constituyen la personalidad humana, pero no todos ellos tienen la
misma naturaleza ni el mismo papel en las diferencias individuales.

Los estados psicológicos hacen referencia a una reacción compleja inmediata, pero de más
duración que una simple reacción emocional. La diferencia básica entre estado y rasgo es
comparable a la diferencia entre estar y ser. Lo que observamos al registrar una conducta es
el efecto de un estado que representan los efectos de la situación sobre las disposiciones del
sujeto, mientras que los rasgos nunca son directamente observables, sino que se infieren de las
conductas a lo largo del tiempo o en distintas situaciones.

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Metodología científica en estudios diferenciales


Tema n.° 3

El análisis estadístico es el principal método de investigación en la psicología diferencial. Galton


percibió la necesidad de encontrar un método para organizar y trabajar con la información que
recolectaba a efectos de enfocarse en el interés en la curva de distribución normal y el de la
correlación. La distribución normal hace referencia a la distribución de frecuencias como méto-
do para organizar hechos cuantitativos con el fin de comprenderlos y conocer sus tendencias.
Sobre el método de la correlación, Galton desarrolla un índice de correlación para el manejo
de variables, que luego Karl Pearson, su discípulo, perfecciona. A continuación, veremos la evo-
lución del método y su aplicación actual en la psicología diferencial.

1. El método científico natural aplicado a la psicología

La adopción del método científico es lo que caracterizó la separación de la psicología de la


filosofía y su ingreso a las ciencias. La intención de introducir el método científico se realizó por
la determinación de hacer un estudio positivo y empírico de la variabilidad del comportamiento
humano, y para ello se consideró la necesidad de incorporar al estudio categorías no observa-
bles que son responsables de esas diferencias (rasgos, dimensiones, estados); así como también
introducir al sujeto en los procedimientos de investigación empírica de la teoría psicológica.
Estos dos elementos caracterizan la aplicación del método científico natural (MCN) en la psico-
logía diferencial y la distinguen de su aplicación en la psicología general o experimental.

El método científico se adoptó en la tradición empirista aplicando el método analítico inductivo


(un ejemplo es el conductismo skinneriano) y también el método hipotético deductivo (en la
Gestalt). En la actualidad se prefiere una combinación de ambos, propuesta por Cattell, que
se conoce como método inductivo-hipotético– deductivo o IHD. Este método permite que la
investigación psicológica de naturaleza racionalista pueda incorporar el enfoque empirista y
se visualiza como un proceso científico que abarca una espiral en la que se enlazan secuen-
cialmente las etapas de inducción, hipótesis y deducción, de modo que los resultados abren
la oportunidad de iniciar un nuevo proceso. Este proceso de investigación científica supone las
siguientes tres fases:

• Determinación y descubrimiento de los fenómenos (hechos) y su comprobación empírica


(inducción).

• Abstracción, clasificación y categorización de las generalizaciones empíricas (hipótesis).

• Interpretación de los hechos mediante la formación de una teoría o modelo teórico (de-
ducción).

Esta propuesta puede colaborar como otros métodos e introducir distintos elementos como el
análisis factorial. Sin embargo, en la psicología diferencial permanece la coexistencia de dos
tradiciones marcadas, conocidas como la correlacional y la experimental, y ambas representan
dos formas de organizar la estrategia de la investigación para la mejor comprensión del compor-
tamiento humano. La primera se basa en la observación natural y el tratamiento estadístico de
los datos, mientras que la segunda, la más utilizada, se enfoca en la manipulación para obtener
datos.

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1.1. Métodos

1.1.1. Experimental

Se origina con la tradición de Wundt–Pavlov en la psicología y proviene de una imitación directa


de las ciencias clásicas, es de naturaleza bivariada y obtiene los efectos que quiere estudiar por
medio de la manipulación de variables exógenas. El objetivo fundamental es la comprensión de
los fenómenos estudiados basándose en la causalidad provocada experimentalmente bajo el
control de investigador. Emplea la aplicación de la estadística inferencial siguiendo el modelo
del AVAR, y por la naturaleza de la propia técnica experimental suele ser univariada o bivariada.

1.1.2. Correlacional

Se origina en los trabajos de Galton y Spearman, quienes se interesaron en conocer la causa de


las diferencias en la conducta de los individuos. Basados en la tradición naturalista y antropomé-
trica, utilizaron las técnicas de medida para establecer empíricamente la magnitud de las dife-
rencias. Poner en práctica coeficientes de correlación, la regresión y posteriormente el análisis
factorial los llevó a inferir las dimensiones comunes que justificaban las diferencias individuales.
Obtener medidas en un contexto natural implicó que se planteara un tipo de investigación en
que se debían observar los efectos de todas las variables que actuaban; en tal virtud, este mé-
todo ostenta la característica multivariada.

1.2. Variedades metodológicas

Estas variedades dentro de la investigación de basan en la variable tiempo y hacen referencia


al momento del estudio.

1.2.1. Transversal

Una investigación transversal es aquella donde se comparan datos de distintas muestras en el


mismo momento, es decir, simultáneamente. El análisis estadístico es más simple ya que se hace
una comparación de datos obtenidos en poblaciones representativas de muestras distintas.

1.2.2. Longitudinal

La investigación longitudinal suele funcionar adecuadamente como un método de comproba-


ción. Se basa en el estudio de un mismo individuo o grupo de individuos mediante la medición
de una variable en distintos momentos de su vida. Son estudios a largo plazo, que suelen estudiar
la evolución de una variable o un proceso de desarrollo.

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M. C. N.
- Covariación - Experimentación
- A. Factorial - AVAR
- Multivariado F. Galton I. Pavlov - Uni o Bivariado
Ch. Spearman W. Wundt

R. B. Cattell R. S. Woodworth
H. J. Eysenck E. C. Tolman

Correlación Causación

Figura 3. Representantes del método científico natural. Extraído de Andrés Pueyo, 1997, p. 92.

2. Formas de estudio del ser humano

Cuando hablamos de las diferencias individuales, estamos hablando de un estudio minucioso


del hombre, de sus características, sus potencialidades, sus parámetros, etc. En el marco de la
psicología hay dos formas de afrontar nuestro objeto de estudio, a saber:

Tabla n.° 2: Formas de estudio. Elaboración propia.

NOMOTÉTICO IDIOGRÁFICO
Predecir y controlar el Comprender al ser humano en
Objetivo
comportamiento. cuanto individuo.
Métodos Cuantificación y medida. Cualidad, intuición y empatía.
Se centra en el supuesto de que los
Se centra en el supuesto de que los
hombres son únicos y por lo tanto su
Teoría hombres son parecidos y por lo tanto
objetivo es comprender al ser huma-
busca encontrar leyes generales.
no individual.
Se centra en el examen selectivo de Se centra en el examen selectivo de
Metodología
muchos sujetos. pocos sujetos.
La psicología diferencial recurre
a un enfoque nomotético, pues
busca la predicción del compor-
tamiento, y se ayuda del enfoque
idiográfico para extraer hipótesis
(que contrastará posteriormente
mediante métodos nomotéticos).

3. El análisis factorial (AF)

Es esencial para comprender el desarrollo de la psicología diferencial, debido a que se constitu-


ye como la herramienta más utilizada en la investigación sobre las diferencias individuales. Se le
conoce como un procedimiento matemático desarrollado por psicólogos como una extensión
del instrumento ordinario de la correlación; así, se trata de un método para expresar la variación

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de un número de medidas (variables) en términos de un menor número de dimensiones teóricas,
llamadas factores. Podemos dividir el AF en 4 fases (Andrés Pueyo, 1997, p.31)

3.1. Preparación

En esta fase se define el problema y se señala que tipo de funciones y actividades se deberá
utilizar para resolverlo. Formulamos hipótesis que orientarán trabajos posteriores y definimos qué
factores se espera encontrar al final del análisis. Es una etapa creativa que va a depender del
marco teórico del investigador. Además, se seleccionan las pruebas o test por emplear en una
muestra de sujetos.

3.2. Factorización

En esta fase, intentamos averiguar cuántos factores comunes es necesario incluir para explicar
las correlaciones. Se prepara una matriz de correlaciones, que es un mapa que refleja las dife-
rentes variables junto con sus aspectos comunes. Es una fase netamente estadística, y emplea
diferentes procesos para transformar la matriz correlacional en una matriz factorial, donde las
variables se encontrarán agrupadas de acuerdo con el factor que las conecta. Al llevarla a la
práctica hay que tener en cuenta cuatro acotaciones:

• El AF no pretende descubrir todos los factores que intervienen en la solución de cada


prueba, sino solo aquellos que son comunes a dos o más pruebas.

• El enfoque consiste en descubrir los factores centrales, no aquellos que intervienen modi-
ficando la actividad de manera leve o casual.

• El AF parte de la premisa de que cada individuo manifiesta tus características de manera


estable en diferentes situaciones, brindando unidad funcional, lo cual indicará la exis-
tencia de principios generales de acción, de factores organizados y de directores de la
actividad psíquica.

• Siempre cabe la posibilidad de que se sospeche de un factor que no aparece en los


resultados pero que es trascendental, por lo cual se requerirá la demostración de su pre-
sencia para la reorganización del análisis.

3.3. Rotación

En esta fase se aplica la estadística y algoritmos matemáticos con la finalidad de hallar una
estructura, de modo que cada variable (prueba o test) aparezca como función del mínimo
número de factores. Dichos factores son un producto matemático, que posteriormente tendrán
una interpretación basada en las variables que representa.

3.4. Interpretación

En esta fase las variables ya están agrupadas en factores y han sido verificadas, y dichos facto-
res se interpretan sobre la base de la importancia y significación de las variables que contienen.
Representa un ordenamiento cuantitativo que nos permite identificar la naturaleza de la varia-
ble y etiquetar el factor descrito.

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