Relato de San Martín
Relato de San Martín
Relato de San Martín
MARTÍN
Fue el grande que liberó
Argentina, Chile y Perú,
y fue un niño como todos,
que creció en Yapeyú.
Su lucha era por su pueblo,
su destino era la gloria
y, atravesando los Andes,
dejó su hazaña en la historia.
Hoy su ejemplo es un espejo
donde podemos mirarnos
para ser un pueblo unido
y comenzar a abrazarnos.
1
José Francisco de San Martín nació el 25 de febrero
de 1778, en un pueblito de la provincia de Corrientes
que se llama Yapeyú. Su papá era don Juan de San
Martín y había sido destinado allí como gobernador;
y su mamá, Gregoria Matorras, quien cuidaba de
José y de sus cuatro hermanos mayores.
2
A los cuatro años se trasladó con su familia a
Buenos Aires y dos años después partieron para
España en una fragata. En ese país José comenzó
la carrera militar, igual que sus hermanos y su padre.
3
Y así fue creciendo, convirtiéndose en hombre, y
supo que las colonias americanas donde había
nacido empezaban a luchar por conseguir su
libertad. Eso lo hizo pensar mucho y tomar una
decisión: volver a Buenos Aires para luchar por su
Patria. Fue así que en 1812, cuando tenía 34 años,
se embarcó en una fragata y dejó España.
4
Se encontró con su Patria puy pobre; no había
hombres, caballo ni armas para formar un ejército,
pero nada lo detuvo. Puso manos a la obra trayendo
jinetes de Misiones, llamó oficiales de Buenos Aires
y organizó una colecta para reunir caballos y armas.
Y así formó un ejército de soldados valientes y
disciplinados.
5
Aunque tenía muchas obligaciones, José de San
Martín asistía a reuniones y fiestas donde siempre lo
invitaban. En una de esas reuniones conoció a una
joven llamada remedios de Escalada, con quién e
casó y tuvo una hija: Mercedes Tomasa. En esa
época San Martín era gobernador intendente de
Cuyo y preparaba al ejército de los Andes.
6
En el año 1817, con el apoyo de todo el pueblo (cada
uno daba lo que podía: caballos, mulas, armas,
uniformes, víveres), el Ejército de los Andes se puso en
marcha para cruzar la cordillera. Nevaba, el viento era
helado, había precipicios; parecía una misión imposible
pero san Martín y sus soldados valientes lo lograron.
Después de varios enfrentamientos con tropas realistas,
libertaron a Chile y más tarde continuaron con la idea
de “libertad e independencia” de los pueblos
americanos, y así se dirigieron a Perú, donde también
lograron su objetivo.
7
Cuando regresó de Perú, San Martín se enteró de la
muerte de su esposa. Lleno de dolor y sin
reconocimiento del gobierno ni del pueblo, decidió
abandonar su Patria y viajar con su hija a Europa.
Mercedes creció, se casó y tuvo dos hijitas. Don
José, un abuelo cariñoso, pasó sus últimos días
junto con ellas hasta su muerte, el 17 de agosto de
1850. Sus restos fueron trasladados a Buenos Aires
treinta años después.