Relatividad Especial (Feb 2021)

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Introducción a la

Relatividad Especial

por
Dr. Gastón Moreno
[email protected]

U NIVERSIDAD T ÉCNICA F EDERICO S ANTA M AR ÍA


C AMPUS S AN J OAQU ÍN

2021
Índice general

1. Introducción: Relatividad Galileana, Mecánica Newtoniana 2


1. Transformación de Galileo (TG) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
2. LMN y la Naturaleza del Movimiento Propio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
3. Revisión crı́tica: las dos convicciones modernas que originan la LMN . . . . . . . . 5
4. Problema de Dos cuerpos en Fı́sica Newtoniana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
5. Distintos Sistemas de Referencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
6. Digresión: cómo cambian las trayectorias bajo una TG . . . . . . . . . . . . . . . . 13

2. Relatividad y Electromagnetismo 16
7. Problema: Campo Electromagnético vs. TG. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
8. Transformación de Lorentz (TL) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
9. Peculiaridades de la TL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
10. Dilema: TG vs. TL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
11. El Experimento de Michelson-Morley (EMM) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36

3. Consecuencias de la Transformación de Lorentz 40


12. Simultaneidad y Dilatación del Tiempo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
13. Contracción de las Longitudes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
14. El Experimento Michelson–Morley según la Transformación de Lorentz . . . . . . . 45
15. Intervalo y Causalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
16. Ejercicio Guiado: La vida media del muón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48

4. Dinámica Relativista 50
17. Postulados de Einstein . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
18. Una Nueva Ley de Movimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
19. Movimiento bajo una fuerza constante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
20. Energı́a Relativista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
21. Fotones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
22. Procesos en Fı́sica de Altas Energı́as . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
23. Aplicaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71

Bibliografı́a 82

1
Capı́tulo 1
Introducción: Relatividad Galileana, Mecánica Newtoniana

1. Transformación de Galileo (TG)


El problema fundacional de la Mecánica es predecir el movimiento de una partı́cula puntual una vez
que conocemos las fuerzas que actúan sobre ella. Para esto debe contar con una relación entre las cau-
sas del movimiento (las fuerzas) y el movimiento en sı́, entendido como consecuencia de las primeras.
La Ley de Movimiento de Newton (LMN) establece dicha relación a partir de
N
d(m~v )
 ~F i = dt
i=1
d~v dm (1.1)
=m +~v
dt dt
m=cte
! m~a

en que m~v = ~p es el momentum, o cantidad de movimiento de la partı́cula. Esta no es una relación


empı́rica, a la que se llegue midiendo independientemente la aceleración del cuerpo y la fuerza sobre
él, constatando que son iguales. No. Lo anterior es la definición de Fuerza en término de variaciones
cinemáticas observables. Es, por otra parte, una identificación cuantitativa entre las causas del movi-
miento y su consecuencia cinemática: Causa = Efecto. Podemos parafrasearla diciendo que ahı́ donde
observamos variación del momentum de un cuerpo, inferimos la existencia de una fuerza que lo pro-
duce. La LMN no informa si la fuerza es de origen eléctrico, gravitacional, de fricción u otro; tan sólo
señala que hubo una fuerza que produjo el cambio. Es casi un asunto de lenguaje. La no trivialidad
de esta formulación yace en que relaciona, asocia, la noción de fuerza (entendida siempre como un
agente externo al cuerpo) con el efecto de la aceleración. Lo novedoso de esto es el quiebre con el
pensamiento tradicional, anterior a Newton (y originado en Aristóteles, s. IV A.C.), donde se entendı́a
que las fuerzas eran necesarias incluso para que un cuerpo mantuviera una velocidad constante. Dis-
cutiremos más sobre esto en §2.

Las nociones de la Fı́sica Newtoniana (FN) penden de cantidades empı́ricas como velocidad y acele-
ración, ante lo cual alguien tiene que medirlas para inferir la existencia de una fuerza. Surge ası́ un
problema: ya que hablamos de cantidades cinemáticas, ¿qué tan relevante es (y debe ser) el estado de
movimiento del observador que mide estas cantidades a la partı́cula? En el s. XVII Galileo Galilei se
preguntaba cómo cambiaba la descripción del movimiento según era vista por un observador a bordo
de un Sistema de Referencia (SR) S que, al que considerararemos en reposo, versus lo que dice otro
observador a bordo de un SR S 0 que se mueve respecto de S (Figura 1.1). Nos interesa el caso en que S
y S 0 tienen un movimiento relativo de tipo rectilı́neo uniforme, de modo que los orı́genes de ambos se

2
separan según el vector~r SS 0 =~v Rt, donde~v R es la velocidad constante que S mide a S 0 . El observador
S registra una partı́cula de masa m que se mueve sobre una trayectoria G, describiendo un vector po-
sición~r (t), teniendo una velocidad~v = ~r˙ y aceleración ~a = ~v˙ = ~r¨ , de lo cual infiere la acción de una
fuerza neta ~F = m~a. Nos gustarı́a saber qué registra el observador S 0 , en particular, qué fuerza neta
~F 0 infiere de sus mediciones cinemáticas. El tratamiento Galileo-Newtoniano resuelve este asunto del

Γ m

r'
r

S'
rss'

Figura 1.1: Se denomina TG a la equivalencia entre cantidades fı́sicas medidas según S y S 0 cuando sus
orı́genes se mueven con movimiento rectilı́neo uniforme relativo,~r SS 0 =~v R t, en que~v R = cte es la velocidad
relativa entre ambos.

modo siguiente. El triángulo vectorial de la Fig. 1.1 se traduce en 1

~r 0 =~r ~v Rt 0 . (1.2)

Asumimos que S y S 0 encienden sus relojes en el mismo instante, t = t 0 = 0. El sentido común,


sı́ntesis de la experiencia cotidiana, no arroja evidencias para creer que al cabo de cierto lapso uno
de estos relojes se atrase respecto del otro. Por este motivo establecemos la hipótesis de que ambos
observadores miden el mismo intervalo de tiempo,

t = t0. (1.3)

Luego, puesto que~v R = cte,

d~r 0
~v 0 =
dt
=~v ~v R
(1.4)
0 d~v 0
~a =
dt
=~a .

Las Ecs. (1.2)-(1.3) se conocen como Transformación de Galileo (TG), mientras que la relación (1.4)
es referida como Ley de Transformación de Velocidades de Galileo (TVG).
1 En un instante dado la partı́cula se está en un único punto P del espacio, pero ese punto es referido necesariamente desde
algún SR; ası́,~r y~r 0 son dos etiquetas equivalentes para P.

3
2. LMN y la Naturaleza del Movimiento Propio
Detengámonos en la siguiente interrogante Galileana: al percibir el movimiento de un objeto, ¿cómo
sabemos que es efectivamente el objeto quien se mueve, o si somos nosotros quienes vamos en direc-
ción contraria? Desde luego descartamos la respuesta mundana del tipo “ porque yo sé que estoy en
reposo”. La razón es porque ese no es un criterio fı́sico y, peor aún, no responde a la inquitud inicial.
Uno puede afirmar que está en reposo sobre su silla, y ésta en reposo sobre el suelo, pero eso no ase-
gura que el planeta al que estamos sujetos esté también en reposo. Sabemos que ese no es el caso de la
Tierra. La solución a todo esto es simple, aunque quizás un poco decepcionante: el movimiento es un
fenómeno relativo. No es correcto decir que un objeto X se mueve, sino que se mueve respecto de de
un Sistema de Referencia Y . Luego, nos preguntamos si la acelaración es un atributo intrı́nseco a un
objeto o si es tan relativo como su velocidad. Es decir, ante un objeto acelerado, ¿podemos decidir si
es él quien acelera, o si somos nosotros que lo hacemos en sentido contrario? A fines del Siglo XIX el
fı́sico austriaco Ernst Mach reflexionaba sobre este punto y sostenı́a que no hay un modo de decidirlo
(dos siglos antes, Newton sostenı́a motivos para lo contrario); que, en efecto, un observador puede
verificar la aceleración de un cuerpo (e incluso la suya propia) sólo al notar que su alrededor se mueve
aceleradamente respecto de él. Llevando esta idea al lı́mite Mach conjeturó el siguiente silogismo:

• La inercia es la oposición que presentan los cuerpos al cambio de velocidad (en mecánica new-
toniana es identificada con la masa),

• Notamos lo anterior cuando intentamos acelerar un objeto (nuestros músculos lo atestiguan),

• La aceleración del objeto sólo puede notarse cuando comparamos su posición con la de otros
cuerpos, recién medimos su aceleración,

• Esos cuerpos de referencia son, en su conjunto, todo el universo,

• En consecuencia, según Mach, la inercia serı́a un fenómeno que se explica en la medida que los
objetos se enteran de los demás cuerpos del universo. La interacción mediante la cual ocurre lo
anterior serı́a la gravitación.

Esta relación (presunta, ahora superada) entre inercia y gravitación fue una de las hipótesis que Eins-
tein tomó como punto de partida para desarrollar la Teorı́a General de la Relatividad.
La relatividad (indecidibilidad) de la aceleración implica que la LMN cambia su aspecto cuando es
evaluada por observadores en SR mutuamente acelerados, debido a que lo que uno de ellos mide como
aceleración~a el otro registra como~a ~a R , en que~a R =~a SS 0 es la aceleración entre ambos SR (Ec. (1.4)
con ~v R 6= cte). Decimos que la LMN es ciega a la velocidad del obsevador, pero no a su aceleración.
Lo complicado de esto es que mientras S infiere una fuerza ~F = m~a sobre la partı́cula, el observador S 0
0
afirma que la fuerza que actúa sobre ella es ~F = m(~a ~a SS 0 ) 6= ~F , pero ambos la atribuyen al mismo
agente externo, aun cuando pueden desconocer totalmente la dinámica que origina esta fuerza. Consi-
deremos el caso de una partı́cula de masa m y carga q en presencia de campos eléctrico y magnético.
El observador S ve los campos ~E y ~B, quienes producen sobre ella una fuerza ~F ; mientras, S 0 ve los
0 0 0
campos ~E y ~B , los que, para él, producen una fuerza ~F . La LMN exige que

~F = q(~E +~v q ⇥ ~B ) y ~F 0 = q(~E 0 +~v q0 ⇥ ~B 0 )


= m~a = m~a 0 , (1.5)

de modo que las Ecuaciones de Maxwell (EM) deben, por sı́ solas, predecir campos que originen las
0
aceleraciones~a = ~F/m y~a 0 = ~F /m para cada SR. Hay dos casos posibles,~a R = 0 y~a R 6= 0, y un análisis

4
detallado permite concluir que en ninguno de ellos la Electrodinámica predice los valores esperados
para~a y~a 0 .
Una de las grandes reflexiones que aportó Einstein a comienzos del Siglo XX es que la LMN no es
suficientemente correcta y general como para aplicarse en todos los SR. En particular, si el movimiento
relativo~v R = cte. es y debe ser indecidible, el conjunto LMN–EM debe predecir la misma fuerza sobre
la partı́cula, y la misma aceleración. De lo contrario cada observador podrı́a decidir si está o no está
en resposo.

3. Revisión crı́tica: las dos convicciones modernas


que originan la Ley de Movimiento de Newton
• Principio de Inercia. La noción aristotélica sobre la relación entre movimiento y fuerza esta-
blece que la condición natural de los cuerpos es el reposo; en consecuencia, fuerza es aquello
que les provee una velocidad distinta de cero. Se entendı́a que para que un cuerpo se moviera
era necesario aplicarle una fuerza, de otro modo permanecı́a en reposo o bien cesaba su mo-
vimiento. En sı́mbolos, tal convicción lucirı́a como ~v µ ~F , es decir, ahı́ donde medimos ~v 6= 0
inferimos la existencia de una fuerza, sin necesidad de referirnos al fenómeno de la aceleración
de los cuerpos. Visto retrospectivamente esto no es absurdo. En efecto, es un hecho empı́rico
que a los cuerpos hay que aplicarles una fuerza para que mantengan su velocidad. Ejemplo de
esto es el movimiento de un libro sobre una mesa: basta dejar de empujarlo para que se detenga.
Hoy disponemos de la noción de fuerza de fricción, y, con ella, de la posibilidad de disminuirla
(mediante el alisamiento de las superficies de la mesa y el libro), consiguiendo que el movimien-
to perdure tanto más. Pero este es un hallazgo que vino de la mano de Galileo, muchos siglos
después de Aristóteles. La noción de inercia de Galileo, que no es otra que un refinamiento de
aquella debida a Aristóteles, consiste en establecer que la condición natural de los cuerpos es
mantener su velocidad constante (no necesariamente en cero). Luego, a partir de esta noción
galileana como Fuerza a aquello que produce variación de velocidad, o bien~a µ ~F .
Siendo más precisos, Newton define Fuerza sobre un cuerpo no en función de su aceleración,
sino del cambio de su momentum ~p = m~v , entendido este vector como indicativo de la cantidad
de movimiento. Cuando la masa es constante esto se reduce a ~a = ~F/m, en que ~F representa la
suma de las todas las fuerzas que actúan sobre el cuerpo.

• Principio de Relatividad. La ley de fuerza ~F = m~a está formulada en términos de cantidades


invariantes bajo TG: según vimos en §1, si un observador mide una aceleración ~a en un objeto,
todos los observadores que se muevan con velocidad ~v R constante respecto de él también me-
dirán la aceleración~a . Por otra parte, la masa (entendida grosso modo como aquello que miden
las balanzas) no tiene representación cinemática, no es función de las coordenadas del cuerpo, y
por lo tanto no cambia con una TG 2 . En consecuencia, la LMN toma la misma forma en todos
los Sistemas de Referencia Inerciales (SRI):
TG 0
S : m~a ⌘ ~F ! S 0 : m 0~a 0 ⌘ ~F (1.6)
0
en que m = m 0 , ~a = ~a 0 y, en consecuencia, ~F = ~F . Es claro que el sólo uso de la LMN nos
impide saber a bordo de qué SR estamos, si S o S 0 , debido a que en ambos verificamos la
misma fuerza. Celebramos esto como una virtud de la LMN, ya que es suficientemente general
como para usarla en cualquier SR. En otras palabras, un observador no puede, usando la LMN,
2 Piense usted en otras cantidades (Fı́sicas o no–Fı́sicas) que no cambian con una TG.

5
decidir si está en reposo o con Movimiento Rectilı́neo Uniforme. La razón de fondo para esta
incapacidad es que la misma LMN se expresa con cantidades (m, ~a ) que adquieren los mismos
valores en SR que difieren por una velocidad relativa constante. Visto ası́, gracias a que la LMN
es como es, el estado de movimiento de un observador inercial es irrelevante. Algo muy bueno,
ya que nadie que esté al tanto del lugar que ocupa nuestro planeta en el cosmos puede aseverar
que está en reposo. Note usted cómo una ley fı́sica es parte de la visión filosófica sobre el lugar
que los humanos ocupamos en el universo.

El Lado B del último ı́tem es que resulta válido sólo al comparar observadores moviéndose con ve-
locidad relativa constante. Evidentemente la LMN no es igual para observadores que aceleran entre
0
sı́, pues adjundican distintas fuerzas donde miden distintas aceleraciones (la diferencia ~F ~F en la
Ec. (1.5) es lo que se conoce en mecánica newtoniana como fuerza ficticia, aquella que se deduce de la
aceleración relativa entre dos SR). Usando fenómenos no electromagnéticos Newton notó este defec-
to de su formulación, pero lo justificó razonablemente. Una vez entendido que la ley de movimiento
debı́a poder ser usada incluso por observadores no inerciales, Einstein formuló la Teorı́a General de
la Relatividad (TGR, 1916) como una teorı́a matemática de la mecánica que toma la misma forma en
todos los SR, incluidos los acelerados.

En estos apuntes estudiaremos la Teorı́a de la Relatividad Especial (TRE, 1905), una formulación
de la mecánica y el electromagnetismo que es invariante bajo las llamadas Transformaciones de Lo-
rentz (TL, §8), que son una generalización de las TG para Sistemas de Referencia Inerciales. En las
secciones 10–11 esclareceremos por qué las leyes fı́sicas deben ser invariantes de forma ya no bajo las
TG, sino bajo las TL.

4. Problema de Dos cuerpos en Fı́sica Newtoniana


Se indica bajo este nombre al caso de dos cuerpos que intercambian momentum debido a una in-
teracción. El mecanismo que subyace a este intercambio es una colisión o una acción a distancia,
tı́picamente mediante una fuerza gravitacional, eléctrica o magnética. Cada cuerpo cumple, por sepa-
rado, el Principio de Inercia, en el sentido que su movimiento permanece rectilı́neo y uniforme si la
suma de fuerzas sobre él es cero. Asimismo, sus momenta, definidos como ~p i = mi~v i (con i = 1, 2)
cambian si sobre ellos actúa una fuerza neta. Tal es la LMN, también conocida como Segunda Ley de
Newton. Además de esto, Newton intuyó otro concepto: el Principio de Acción y Reacción (PAR), y
lo hizo en estrecha relación con sus definiciones de momentum y fuerza. Su genialidad radica en haber
definido 3 estas cantidades de modo que al chocar dos cuerpos las fuerzas que se ejercen mutuamente
son iguales y opuestas. En sı́mbolos,

~F 2,1 = d~p 1 y ~F 1,2 = d~p 2


dt dt
~F 2,1 ⌘ ~F 1,2 (PAR) (1.7)
d
=) (~p +~p 2 ) = 0 , o bien ~p 1 +~p 2 = cte.,
dt 1
3 Newton hizo mediciones del momentum total en choques y constató que se mantenı́a constante. Hasta ahı́ podrı́a parecer
que este Principio no es tal, sino sólo la generalización de un resultado empı́rico. Pero no es ası́, pues la medición del
momentum demanda haberlo definido antes; la genialidad de Newton yace en la intuición de que lo importante no es
comparar las velocidades inicial y final de las partı́culas, sino sus productos de masa por velocidad. De esa observación
nace la definción del momentum como cantidad fı́sica relevante.

6
en que ~F 2,1 es la fuerza que la partı́cula 2 ejerce sobre la partı́cula 1 en la interacción, y vice–versa.
Reconocemos en la Ec. (1.7) una herramienta de suma utilidad para relacionar las velocidades inicia-
les y finales de las partı́culas que participan en un choque.

El PAR es una hipótesis sobre la naturaleza de las Interacciones que ocurren entre las partı́culas.
No es difı́cil constatar sus efectos en una colisión; pero las fuerzas que concurren en una colisión real,
es decir, entre las partes de partı́culas compuestas, suponen interacciones eléctricas, cuya dinámica
espacial y temporal fue explicada por Maxwell dos siglos después de Newton. Si ahondamos en el
origen de las interacciones eléctrica y gravitacional vemos, por ejemplo, que las fuerzas que siente
cierta partı́cula 1 (masa m1 y carga q1 ) por parte de una partı́cula 2 (m2 , q2 ) vienen dada por

~F (g) m1 m2 ~F (e) 1 q1 q2
2,1 = G 2
r̂r 12 , 2,1 = 2
r̂r 12 , (1.8)
r12 4pe0 r12

en que~r 12 es el vector posición de la partı́cula 2 respecto de la partı́cula 1 (i.e., hemos puesto el origen
del Sistema Coordenado en la partı́cula 1). Asimismo, las fuerzas que siente la partı́cula 2 por parte
de la partı́cula 1 son, respectivamente,

~F (g) m2 m1 ~F (e) 1 q2 q1
1,2 = G 2
r̂r 21 , 1,2 = 2
r̂r 21 , (1.9)
r21 4pe0 r21

obviamente con ~r 12 +~r 21 = 0. Recién ahora, a la vista de las Ecs. (1.8)–(1.9), tenemos una jus-
tificación para el PAR en términos de las interacciones que se dan entre las partı́culas. El PAR,
~F (g,e)
1,2 =
~F (g,e)
2,1 , funciona porque estas Interacciones son invariantes bajo la aplicación de dos operacio-
nes simultáneas: (i) el re-etiquetamiento de las partı́culas (REP) 4 , m1 $ m2 , q1 $ q2 , y (ii) el despla-
zamiento del origen coordenado (DOC),~r 12 $~r 21 , pudiendo situarlo indistintamente en la partı́cula 1
o en la partı́cula 2. En otras palabras, las Interacciones gravitacional y eléctrica (i) tratan de igual modo
a todas las partı́culas del universo, (ii) siéndole indiferente dónde situamos el origen de nuestro siste-
ma coordenado. Parece claro que la invariancia señalada anteriormente es un hecho más fundamental
que el PAR en sı́ mismo. Tanto es ası́ que en la actualidad (hablamos de la Fı́sica de los últimos 60
años) se exige un principio de invariancia como el anterior y de él se deduce un resultado como las
Ecs. (1.8)–(1.9). Podemos entender lo anterior a la luz del siguiente mapa:

Exigencia de invariancia a Fuerza asociada


una Interacción entre dos =) a la interacción =) La Interacción conserva
partı́culas (REP, DOC) satisface el PAR Momentum interno del sistema

Centro de Masa
Las siguientes secciones están dedicadas al estudio del momentum total de dos partı́culas interactuan-
tes. En primer lugar, dadas las posiciones ~r 1 y ~r 2 de estas partı́culas (de masas m1 y m2 , respectiva-
mente), definimos la posición del Centro de Masa (CM) de ambas (sistema 1+2) de acuerdo a

~r CM =~r c
m1~r 1 + m2~r 2 (1.10)
=
m1 + m2
4 Esto no se cumplirı́a si las interacciones fuesen proporcionales, por ejemplo, a q1 q22 y m32 m21 , puesto que el re-
etiquetamiento cambiarı́a la magnitud de las fuerzas. Claramente q1 q22 6= q2 q21 y m32 m21 6= m31 m22 .

7
en que m1 + m2 = M es la masa del sistema. La ubicación de~r c es una especie de posición promedio
de las dos partı́culas, en que los vectores~r 1,2 aparecen ponderados por el cociente entre su masa y la
masa total del sistema. De hecho,

~r c = x~r 1 + (1 x)~r 2
=~r 2 x~d ,

en que x = m1/M y ~d =~r 2 ~r 1 es el vector que va desde la partı́cula 1 a la partı́cula 2 (Fig. 1.2).
Recordamos que la FN sólo trata con partı́culas masivas, por lo que 0 < x < 1. El CM queda en la
lı́nea que une a ambas partı́culas, cortando al vector ~d a una distancia x|~d | de la partı́cula 2. Algunos
casos especiales son:

• x ! 0 (i.e., m1 ⌧ m2 ), tal que el CM queda casi en la partı́cula 2,

• x ! 1 (es decir, m1 m2 ), cuando el CM queda casi en la partı́cula 1.

• m1 = m2 = m, por lo que x = 1/2 y~r c = (~r 1 +~r 2 )/2. En la Fig. 1.2 vemos que~r c = ~s/2 corta al vector
~d justo en su mitad, el punto Q, que es el centro geométrico del paralelogramo definido por los
vectores~r 1 y~r 2 .

CM

Figura 1.2: Dado cierto origen O, localizamos a las partı́culas con los vectores~r 1,2 y a su Centro de Masa
mediante el vector~r c . Las diagonales del rombo definidas por~r 1,2 vienen dadas por~s =~r 2 +~r 1 y ~d =~r 2 ~r 1 .

Siendo~r c el vector posición promedio del sistema, sus derivadas temporales,

~v CM =~v c ~a CM =~a c
d~r c d~v c
= =
dt dt
m1~v 1 + m2~v 2 m1~a 1 + m2~a 2
= , = ,
M M
corresponden a la velocidad y aceleración del Centro de Masa del sistema, convirtiéndose en cantida-
des cinemáticas representativas de él. Definimos el momentum total como la suma de los momenta de
cada partı́cula:

~p s = m1~v 1 + m2~v 2
(1.11)
= M~v c ,

de modo que el momentum de dos partı́culas equivale al momentum de una sola partı́cula, con ma-
sa M = m1 +m2 y velocidad~vc . Es claro que esta partı́cula se encuentra instantáneamente en la posición

8
~r c del Centro de Masa. En otras palabras, y esto es extensible al problema de N partı́culas, dicho siste-
ma se comporta como si toda su masa, M, estuviese concentrada en el CM, quedando su movimiento
representado en la dinámica de este único punto 5 .

Reducción al Problema de un Cuerpo


Apliquemos la LMN a las partı́culas 1 y 2 de la Fig. 1.2, desglozando la fuerza que actúa sobre cada
una de ellas en fuerzas internas y externas. Ası́,

m1~r¨ 1 = ~F 1 + ~F 1
(i) (e)
(1.12a)
m2~r¨ 2 = ~F + ~F ,
(i) (e)
2 2 (1.12b)
(i)
en que ~F 1 = ~F 21 es la suma de las fuerzas que siente la partı́cula 1 debida al resto del sistema (en este
caso sólo la partı́cula 2; la notación ~F 21 refiere a la fuerza que hace la partı́cula 2 sobre la partı́cula
(e)
1), mientras que ~F 1 corresponde a la suma de las fuerzas que siente la partı́cula 1 debido a todo lo
que es ajeno al sistema. Un ejemplo de esto es la fuerza debida a un campo eléctrico producido por
cargas ajenas al sistema. Asimismo, ejemplos de fuerzas internas son la interacciones gravitacional
y eléctrica entre 1 y 2, ası́ como la fuerza de contacto que se ejercen mutuamente en una colisión.
(i) (e)
(Las definiciones para ~F 2 = ~F 12 y ~F 2 son análogas.) Pues bien, el PAR, Ec. (1.7), establece que
~F 21 = ~F 12 , algo fácilmente verificable cuando las fuerzas internas son de origen gravitacional o
eléctromagnético, y atienden al sentido común (newtoniano) cuando son de contacto. En cualquier
caso, todas ellas desembocan en la conservación del momento lineal.

Al sumar las Ecs. (1.12) obtenemos


⇣ ⌘ ⇣ (e) ⌘
m1~r¨ 1 + m2~r¨ 2 = ~F 21 + ~F 12 + ~F 1 + ~F 2
(e)

d (e)
(m1~v 1 + m2~v 2 ) = ~F (usando el PAR) (1.13)
dt
d~v c ~ (e)
=) M =F ,
dt
es decir, el CM del sistema, que se puede entender como una única partı́cula de masa M = m1 + m2 ,
se mueve como si todas la fuerzas externas actuaran directamente sobre él, cancelándose entre sı́ las
fuerzas internas.

Multiplicamos la Ec. (1.12a) por m2 , la Ec. (1.12b) por m1 y restamos, obteniendo


⇣ ⌘ ⇣ ⌘ ⇣ ⌘
m1 m2 ~r¨ 1 ~r¨ 2 = m2~F 21 m1~F 12 + m2~F 1 m1~F 2
(e) (e)

d 2~d (1.14)
m1 m2 = M~F 12 + · · ·
dt 2
¨
=) µ~d = ~F 12 ,

en que expresamos ~F 21 en términos de ~F 12 (no al revés). Orientamos este análisis al tipo de casos en
que los últimos términos de la primera lı́nea pueden despreciarse o bien considerarse similares, tal que
5 Deténgase un minuto en la Ec. (1.11) y reflexione sobre lo maravilloso de este resultado: cómo un problema complejo (dos
partı́culas) puede entenderse y resolverse en términos de un problema más simple (sólo una partı́cula). Distintos desarrollos
de la Mecánica Newtoniana (Dinámica del Sólido Rı́gido, Mecánica de Fluı́dos, etc.) tratan sobre cómo reducir el estudio
de un sistema de muchas partı́culas (no es rara la aproximación N ! •) a unos pocos grados de libertad. El motivo úlimo
de esto es que la LMN, que es la ley fundacional de la Mecánica, está hecha para resolver el problema de una sola partı́cula.

9
se anulan; si es lo primero decimos que el sistema está aislado del resto del universo. El segundo caso,
(e)
en que las ~F j 6= 0 (con j = 1, 2), es tanto más interesante. Un ejemplo de él ocurre cuando las fuerzas
externas son gravitacionales y las partı́culas 1 y 2 están separadas por una distancia |~d | mucho menor
que aquella que las separa de las masas que originan dicha fuerza gravitacional. Por ejemplo, la fuerza
que ejerce la Luna sobre su teléfono y sobre su bicicleta vienen dadas respectivamente por

~F Lt = ML mt r̂r tL y ~F Lb = ML mb r̂r bL ,
R2Lt R2Lb

en que RLt es la distancia entre la Luna y el teléfono, mientras que r̂r tL es el vector unitario que va desde
éste a aquélla. Tomando en cuenta que RLt ' RLb y r̂r tL ' r̂r bL es claro que

mb~F Lt mt~F Lb ' 0 ,

de modo que, digamos, una colisión entre el teléfono y la bicicleta puede considerarse como aislada
respecto de la atracción gravitacional de la Luna. Pues bien, la Ec. (1.14) indica que la partı́cula 2 se
mueve respecto de la partı́cula 1 como si tuviese una masa µ = m1 m2/M, llamada Masa Reducida del
Sistema, y su dinámica estuviese gobernada sólo por la fuerza que recibe desde la partı́cula 1.

En sı́ntesis, las Ecs. (1.13)-(1.14) señalan que el movimiento de dos partı́culas, observadas desde un
origen arbitrario O (Fig. 1.2) y sometidas a fuerzas internas y externas, puede modelarse como sigue:

el CM del sistema, tratado como una partı́cula con masa M, se mueve gobernado sólo por
las fuerzas externas, mientras que la partı́cula 2 se mueve respecto de 1 como si tuviese
(i)
una masa µ y sintiese sólo la fuerza ~F 12 = ~F 2 debida a ésta.

Energı́a
De acuerdo a la LMN, cuando una fuerza ~F = ~F (~r ) actúa sobre una partı́cula produce una aceleración
en ella. Tal es la noción que define a una Fuerza. Pese a esto, existen algunas fuerzas cuyos efectos son
especiales: (i) las que no producen variación de velocidad (D~v = 0) y (ii) aquellas que, produciendo
un D~v 6= 0, mantienen constante la rapidez de la partı́cula (D|~v | = 0). Ejemplos de esto son, respectiva-
mente, (i) la Fuerza Normal (~F n = m(~g · n̂nn̂n)) que recibe una partı́cula por parte de la superficie donde
2
se encuentra, y (ii) La Fuerza Centrı́peta (~F c = m~v /r ) que mantiene a una partı́cula en trayectoria cir-
cular de radio r.
El rasgo distintivo de estas fuerzas es que no cambian la rapidez de una partı́cula, ante lo cual decimos
que no realizan Trabajo. Ası́, el Teorema del Trabajo y la Energı́a Cinética 6 establece que
1 1 2
WAB = m~v 2B m~v
2 2 A (1.15)
= DK ,

es decir, una partı́cula cambia su energı́a cinética cuando una Fuerza realiza Trabajo sobre ella 7 . Para
(i)
estudiar el Trabajo que realizan las fuerzas de colisión (obviamente internas, las ~F j de la Ec. (1.12))
asumimos que la partı́cula 1 va desde el punto A hasta el punto B sobre la trayectoria G1 , en medio de
6 En §20 demostramos este resultado, tanto en Fı́sica Newtoniana como Relativista.
7 Como formulación, esto no es muy distinto a la noción de Fuerza: una partı́cula varı́a su momentum si sobre ella actúa una

Fuerza. No vemos la Fuerza, sino su efecto, D~p ; asimismo, no vemos el Trabajo, sino DK.

10
C

A
B

Figura 1.3: Colisión entre dos cuerpos. Para hacer la teorı́a microscópica del choque y obtener la canti-
dad Q (Ec. (1.17)) cabe considerarlos como masas no–puntuales, en cuyo caso modelamos la interacción
sobre una región finita R.

la cual choca con la partı́cula 2, que va entre los puntos C y D a bordo de la trayectoria G2 (Fig. 1.3).
Ası́,

Wtotal = W1,AB +W2,CD


Z B
Z D
= ~F 21 · d~r 1 + ~F 12 · d~r 2
G1 , A G2 , C
Z B
Z D
(1.16)
= m1 d~v 1 ·~v 1 + m2 d~v 2 ·~v 2
G1 , A G2 , C
= (K1,B K1,A ) + (K2,D K2,C )
= DKs ,

en que Ks = K1 + K2 es la energı́a cinética del sistema 1+2. Ahora bien, no es obvio cuánto vale el lado
izquierdo de esta ecuación. Y no tiene que serlo. En él se esconde toda la dinámica de la interacción
que ocurre durante la colisión; fenómenos que ocurren durante un muy breve tiempo y cuyos detalles
involucran Teorı́a de la Elasticidad y Termodinámica, algo nada trivial. Para nuestros fines basta con
saber lo siguiente: si toda la energı́a cinética inicial, que durante el choque se ocupa en deformar a los
cuerpos, es luego restituida como energı́a cinética final. Hay dos casos posibles:

• Sı́, se restituye. La energı́a mecánica se conserva y decimos que el choque es elástico,

• No se restituye. La energı́a mecánica no se conserva y decimos que el choque es inelástico 8 .

Entonces, decimos que Wtotal = Q, en que Q es la cantidad de energı́a mecánica que se pierde durante
la colisión (note que Q > 0), de modo que
1 1 1 1
m1~v 21,d + m2~v 22,d = m1~v 21,a + m2~v 22,a Q, (1.17)
2 2 2 2
donde los ı́ndices a y d se refieren a antes y después del choque. El hecho que Q 6= 0 da cuenta de la
no–reversibilidad de la colisión, en el sentido que el proceso de deformación de los cuerpos durante
ella se distingue energéticamente del proceso de desdeformación; tal es el origen de la disipación de
8 Elllamado coeficiente de restitución de una colisión un valor 0  e 1. Si e = 1 el choque es elástico. Cuando e = 0 se
dice que el choque es plástico, o perfectamente inelástico, quedando las dos partı́culas pegadas después de la colisión. Para
más detalles revise (Alonso y Finn, 1970b), Cap. 9.

11
energı́a mecánica. Desde el punto de vista fenomenológico, esta disipación se traduce en el aumento
de la Temperatura de los objetos chocantes. Entendida como aquello que miden los termómetros, la
Temperatura es una cantidad que no tiene representación en coordenadas (igualmente la masa, la carga
eléctrica o el precio del pan), de modo que es invariante bajo TG. Luego, dada una colisión inelástica,
la cantidad Q es la misma para todos los SRI.

La conservación del momentum del sistema durante una colisión no implica la conser-
vación de la energı́a mecánica. Son resultados distintos. El primero obedece al Principio
de Acción y Reacción. Lo segundo, más complejo, involucra la presencia de fuerzas no
conservativas entre los átomos y moléculas que interactúan durante el choque.

En §22 retomaremos la Ec. (1.17) en su versión relativista. Habrá novedades importantes.

5. Distintos Sistemas de Referencia


Consideremos que las partı́culas de nuestro sistema tienen masas m1 y m2 y que están aisladas del
(e)
resto del universo (i.e., ~F 1,2 = 0). El observador O de la Fig. 1.2, quien se considera en reposo y mide
las velocidades de todo cuanto existe respecto de sı́ mismo, es lo que en la literatura se conoce como
Sistema de Referencia de Laboratorio (SRL, Olab ) ya que su punto de vista equivale al de un laboratorio
donde se hacen chocar dos partı́culas, midiéndose las velocidades antes del choque (~v 1,a ,~v 2,a ) y después
del choque (~v 1,d ,~v 2,d ). Este observador verifica la conservación del momentum total ~p s de acuerdo a

~p s,a = ~p s,d
m1~v 1a + m2~v 2a = m1~v 1d + m2~v 2d (1.18)
6= 0 (SRL) ,

y lo justifica usando la LMN y el PAR. En consecuencia, visto desde el SRL, la posición del CM
viene dada por ~r c =~r c,0 + (~p s/M)t, propia de un movimiento con velocidad constante ~v c = ~p s/M. Por
otra parte, un observador Ocm a bordo del CM (o moviéndose con su misma velocidad sobre una recta
paralela a~r c ) es un observador inercial tan válido como el SRL, pues difiere de él sólo en una velocidad
constante~vR =~vc . El observador Ocm se conoce en la literatura como Sistema de Referencia del Centro
de Masa (SRCM), y mide velocidades que dan lugar a

~p s,a = ~p s,d
m1~v 1a + m2~v 2a = m1~v 1d + m2~v 2d (1.19)
=0 (SRCM) ,

de modo que
m1 m1
SRCM: ~v 2a = ~v 1a y ~v 2d = ~v 1d , (1.20)
m2 m2
es decir, si este observador conoce la velocidad de una de las partı́culas (antes o después) le es muy
fácil calcular la velocidad de la otra partı́cula (también, antes o después). Los SR de Laboratorio y del
Centro de Masa son los más usados para resolver problemas de colisiones, tanto en FN como en FR;
esto, aún cuando el SRCM tiene la ventaja de cálculo que supone la Ec. (1.20).

Ya que estudiamos un sistema aislado, las partı́culas sólo pueden cambiar su momentum cuando cho-
can, manteniéndose constantes sus velocidades en todo otro instante (a o d). De este modo, cualquiera
de ellas puede también considerarse como un observador inercial, en cuyo caso hablamos del Sistema

12
de Referencia de la Partı́cula (SRP). Por ejemplo, desde el punto de vista de la partı́cula 2, antes de
chocar, o de la partı́cula 1 después de chocar, las Ecs. (1.18)–(1.19) toman la forma

SRP2a ,~v 2a = 0: ~p s,a = ~p s,d


m1~v 1a = m1~v 1d + m2~v 2d ,
(1.21)
SRP1d ,~v 1d = 0: ~p s,a = ~p s,d
m1~v 1a + m2~v 2a = m2~v 2d .

Independientemente del SR que usemos para describir la colisión, siempre se cumple la conservación
del momentum (Ecs. (1.18)–(1.21)) y la Ec. (1.17) para la energı́a, debiendo cuidar que las veloci-
dades individuales (1a,2a,1d,2d) son distintas para cada SR, y están relacionadas entre sı́ mediante
la TVG 9 , Ec. (1.4).

6. Digresión: cómo cambian las trayectorias bajo una TG


Queremos saber qué trayectorias ven los observadores S y S0 a una partı́cula sometida a una fuerza
~F = ~F 0 . Para responder a esto, primero notamos que una trayectoria G es siempre una relación entre
las coordenadas (x, y, z) que puede escribirse como

f (x, y, z) = 0 , (1.22)

en que (x, y, z) =~r están medidas necesariamente desde algún SR, digamos S, y que la dependencia
~r (t) es obtenida una vez que dicho observador integra la LMN. Debido a que tal integración arroja
coordenadas como función del tiempo (x = x(t), y = y(t), z = z(t)), la relación sólo entre coordenadas
de la Ec. (1.22) puede obtenerse en la medida que logramos eliminar la variable temporal (en esta
sección revisaremos un ejemplo en que esto es posible, y otro en que no lo es). Pues bien, no deberı́a
sorprendernos el hecho que la ecuación anterior sea cierta incluso después de hacer una TG. En con-
secuencia, es claro que si el SR S ve la trayectoria G definida por la Ec. (1.22), el observador S 0 verá
una trayectoria G 0 dada por
TG
S: f (x, y, z) = 0 ! S0 : f (x(x 0 ,t 0 ), y = y 0 , z = z 0 ) = 0
(1.23)
f (x 0 + vRt, y 0 , z 0 ) = 0 ,

en que tan sólo hemos cambiado x por x 0 + vRt según la TG. Revisemos un par de ejemplos.

Caı́da libre
Consideremos primero el caso en que el observador S describe el movimiento de un objeto sometido
a la fuerza gravitacional. Él integra la LMN dada por

~F = m~g = m~a ,
9 Solo por claridad, las velocidades que mide el SRL y el SRCM pueden escribirse como (~v (lab) (lab) (lab) (lab)
1a ,~v 2a ,~v 1d ,~v 2d )
y (~v (cm) (cm) (cm) (cm)
1a ,~v 2a ,~v 1d ,~v 2d ),
respectivamente. La afirmación anterior se refiere, por ejemplo, a que

~v (lab) (cm)
1a =~v 1a ~v R y ~v (lab) (cm)
2d =~v 2d ~v R ,

en que~v R es la velocidad relativa entre el CM y algún SRL.

13
⇥m⇤
en que~g = gŷy (g ' 9.8 s2
) y obtiene

1 2
x(t) = x0 + vx0t , y(t) = y0 + vy0t gt , z(t) = z0 + vz0t ,
2
1 2
= 0, = y0 + vy0t gt , =0 (para x0 = z0 = 0 y vx0 = vz0 = 0) ,
2
ante lo cual asegura que la partı́cula sufre una caı́da libre 10 . Ahora bien, lo que el observador S ve
como las coordenadas (x, y, z) de la partı́cula el observador S 0 registra, de acuerdo a la TG, según

x = x 0 + vRt , y = y0 , z = z0 (1.24)

de modo que

x0
x = 0 = x 0 + vRt , =) t= (aquı́ es donde eliminamos la variable t.)
vR
1 2
y = y 0 = y0 + vy0t gt
2
✓ 0◆ ✓ 0 ◆2
x 1 x
= y0 + vy0 g
vR 2 vR
vy0 0 g 02
= y0 x x
vR 2v2R
z = z0 = 0 .

Es decir, S 0 afirma 11 que la partı́cula sigue una trayectoria parabólica idéntica a la de un proyectil
lanzado con velocidad inicial y ángulo inicial dados por (ver Fig. 1.4)
q vy0
v0 = v2y0 + v2R
0
y tan q00 = , (1.25)
vR
es decir, que se mueve hacia la izquierda de x0 = 0.
y,y'

0.8

0.6

0.4

0.2

x,x'
-2.5 -2.0 -1.5 -1.0 -0.5

Figura 1.4: Comparación


⇥m⇤ de las⇥ trayectorias
⇤ vistas por los observadores S (rojo) y S 0 (azul), cuando
m
x0 = y0 = 0, vy0 = 4 s y~v R = 3 s x̂x.

10 Desistimos de escribir la ecuación f (x, y, z) = 0 para la trayectoria G porque x(y) y z(y) son funciones multivaluadas
cuando vx0 = vz0 = 0.
11 Este observador sabe que un proyectil lanzado con velocidad inicial u 0 y ángulo inicial a 0 (respecto del eje x 0 ), sigue una
0 0
trayectoria parabólica dada por
gx 0 2
y 0 (x 0 ) = y00 + tan a00 x 0 2
.
2u0 cos2 a00
0
.

14
Movimiento Circular Uniforme (MCU)
Esta vez el observador S, que podemos considerar en reposo, verifica que una partı́cula de masa m
sigue una trayectoria circular dada por

x(t) = R cos wt , y(t) = R sin wt , z(t) = 0 ,

de lo cual infiere que existe una fuerza centrı́peta de magnitud mac , apuntando hacia el centro del
cı́rculo, encargada de proveer la aceleración centrı́peta ac = mw 2 R. La trayectoria dibujada por esta
partı́cula viene dada por la relación

f (x, y, z) = x2 + y2 R2 = 0 (1.26)

Pues bien, si un observador S 0 se desplaza hacia la derecha con velocidad~v R = vR x̂x relativa a S, realizará
la misma transformación de coordenadas que la Ec. (1.24) y concluirá que, en efecto,

x 0 = R cos wt
vRt y 0 = R sin wt , z0 = z = 0 . (1.27)
⇣ 0⌘
Despejando t = w1 arcsin yR reemplazamos en x0 (t) y obtenemos que 12
 ✓ 0◆ ✓ 0◆
1 y 1 y
x = R cos w arcsin
0
vR arcsin
w R w R
s ✓ 0 ◆2 ✓ 0◆
y vR y
=R 1 arcsin .
R w R

Si bien esta vez no podemos expresar y0 (x0 ), calculamos las componentes del vector ~r 0 en función
del parámetro t de acuerdo a la Ec. (1.27) y definimos la Trayectoria G0 como el lugar geométrico
~r 0 = (x 0 (t), y 0 (t), z 0 (t)). La Fig. 1.5 muestra dichas trayectorias observadas desde los SR S y S 0 para
dos valores de wR y vR . El Observardor S0 ve que las cosas se mueven hacia atrás (también en la
Fig. 1.4), pero esto es sólo un efecto debido a que él se mueve hacia adelante (respecto de S).
y,y'

1.0

y,y'
0.5
1.0

x,x' 0.5
-5 -4 -3 -2 -1 1
x,x'
-6 -4 -2
-0.5
-0.5

-1.0 -1.0
⇥m⇤ ⇥m⇤ ⇥m⇤
(a) Usando wR = 2p s y vR = 2 s . (b) Usando wR = vR = 2p s .

Figura 1.5: El SR S ve un MCU (rojo), mientras que S 0 registra una cicloide (azul).

Ejercicios § 6
1. Demuestre los resultados de la Ec. (1.25).

2. Verifique que ambos observadores calculan la misma altura máxima para el movimiento de la
partı́cula. Justifique la pertinencia de este resultado en términos de la TG.

3. Calcule el alcance R 0 del proyectil según el observador S 0 .


p
12 El estudiante puede mostrar cos(arcsin x) = 1 x2 .

15
Capı́tulo 2
Relatividad y Electromagnetismo

En este capı́tulo revisamos los principales hitos que llevaron a un puñado de Fı́sicos de fines del S. XIX
y principios del S. XX 1 a determinar que la Fı́sica Newtoniana, TG incluidas, era incompatible con
la Electrodinámica que pocas décadas antes habı́a sintetizado James Clerck Maxwell (1831–1879) en
las ecuaciones que llevan su nombre. En particular, fue Einstein quien en un célebre artı́culo de 1905
resolvió el problema con los fundamentos de la Teorı́a Especial de la Relatividad (RE), redefiniendo
la Mecánica e incorporando de un modo decisivo a la Geometrı́a en la formulación de las leyes fı́sicas.
Revisaremos los resultados más importantes sin ahondar en los detalles matemáticos.

7. Problema: Campo Electromagnético vs. TG.


En esta sección veremos lo que ocurre a algunos resultados de la Electrodinámica de Maxwell luego
de aplicarles una TG. Constataremos que la Fı́sica involucrada cambia radicalmente su aspecto cuando
es vista desde distintos SR.

Ecuación de OEM
Uno de los resultados más impresionantes de la Electrodinámica es que tan sólo manipulando las EM,
r
Div ~E = Div ~B = 0
e0
∂~B ∂ ~E
Rot ~E = Rot ~B = µ0~J + µ0 e0 , (2.1)
∂t ∂t

en que (r,~J ) son las densidades de carga y de corriente, respectivamente, es posible obtener que los
campos eléctrico y magnético satisfacen 2

∂ 2~E
Div(Grad~E ) = µ0 e0 2 (2.2)
∂t
∂ 2~B
Div(Grad~B ) = µ0 e0 2 (en el vacı́o, con r = 0 y ~J = 0) . (2.3)
∂t
1 Un papel excepcional desempañaronen Hendrik Lorentz (1853–1928), Henry Poincaré (1854–1921), Herman Minkows-
ki (1864–1909) y Albert Einstein (1879–1955).
2 El operador Grad(Div~f ), Gradiente de la Divergencia del vector ~f , es conocido como Laplaciano de ~f , quen en coordena-
2~ 2~ 2~
das cartesianas toma la forma Div(Grad~f ) = (— · —)~f = —2~f = ∂ 2f + ∂ 2f + ∂ 2f .
∂x ∂y ∂z

16
En consecuencia, la teorı́a de Maxwell predice que ⇥ mestos
⇤ campos se propagan en el vacı́o como ondas,
con una velocidad c = (µ0 e0 ) 1/2 8
' 3.00 ⇥ 10 s . Esto es relevante, puesto que una función que
depende de la posición y del tiempo según una ecuación como (2.2) tiene asociada una fenomenologı́a
bien especial: la fı́sica de las ondas. En el caso más simple, donde uno de los campos, digamos ~E ,
depende sólo de la coordenada x, la solución de la ecuación de Onda Electromagnética (OEM) siempre
puede escribirse como
~E (x,t) = ~E + (x + ct) + ~E (x ct) , (2.4)

conocida como Solución de D’Alembert, en que ~E ± se interpretan como perturbaciones de campo


eléctrico que se desplazan en la dirección ⌥x con velocidad c y cuya forma (es decir, la dependencia en
x para un tiempo dado) se determina a partir de la condición inicial ~E (x,t0 ). La solución de D’Alembert
establece que el argumento de la función ~E (x,t) sólo puede ser alguna de las combinaciones x ± ct; de
otro modo no satisface la ecuación de onda. En la Fig. 2.1 vemos la evolución temporal de un pulso
gaussiano, proporcional a exp[ (x ct)2 ]. Al lector deberı́a resultarle claro que la forma del pulso
se conserva durante la propagación; en efecto, en un instante t = t1 hay un punto x = x1 tal que el
argumento de la exponencial produce cierto campo ~E 1 = ~E (x1 ct1 ). Evidentemente, en un instante
posterior t2 será otro punto x = x2 el que satisfará x2 ct2 = x1 ct1 tal que el campo eléctrico tome
el mismo valor (por estar evaluado con el mismo argumento que en el caso (t1 , x1 )). Note que x2 =
x1 + c(t2 t1 ), lo cual significa que el punto con ~E = ~E 1 se desplaza hacia la derecha con velocidad c.

... En realidad no se desplaza el punto, pues el espacio está quieto; quién sı́ lo hace es la
onda y el campo oscilante que ella define, dotando a distintos puntos x2 de un campo ~E 1 .
Este es el motivo por el cual interpretamos a c = (µ0 e0 ) 1/2 , el coeficiente que acompaña
a la doble derivada temporal en las Ecs. (2.2) y que multiplica a t en la solución de
D’Alembert, como la velocidad de propagación de la onda.

E(x-ct)

t=5.0 s

t=3.0 s

t=1.0 s

x
5 10 15 20

Figura 2.1: Pulso gaussiano desplazándose hacia la derecha con velocidad c, sin alterar su forma. El valor
de la función en un (x,t) dado indica la magnitud del campo eléctrico ~E en dirección de polarización.

Digamos que las Ecs. 2.1–2.4 y la fenomenologı́a de la Fig. 2.1 son vistas desde un sistema de refe-
rencia S, al que podemos considerar en reposo. Nos hacemos ahora la pregunta que se habrı́a hecho
Galileo si hubiese conocido el trabajo de Maxwell: dado lo que observa este observador S y las ecua-
ciones que formula, ¿qué comportamiento adjudica al campo eléctrico un observador S 0 que se mueve
con velocidad relativa~v R = cte respecto de S? En otras palabras, ¿Observa S 0 un comportamiento on-
dulatorio en ~E tal como lo hace S? En particular, si el observador S verifica una OEM que se propaga

17
con velocidad c = (µ0 e0 ) 1/2 , ¿qué velocidad de propagación aparece en las ecuación de onda para ~E
y ~B que registra S 0 ? Esta es una pregunta especialmente pertinente, ya que una velocidad como c debe
estar referida a un SR; sin embargo, en el análisis que va desde las Ecs. (2.1) a las Ecs. (2.2) nunca
hablamos de algo ası́ 3 .
⇥m⇤
Dejaremos como una incógnita a bordo de qué SR hay que estar para medir una velocidad c ' 3.00 ⇥ 108 s
a la propagación de las OEM. Por lo pronto, apliquemos la TG al operador diferencial de la ecuación
de OEM. Podemos escribir dicha ecuación en la forma
✓ ◆ ✓ ◆
1 ∂2 2 ~ 1 ∂2 2 ~
— E =0 — B=0 (2.5)
c2 ∂t 2 c2 ∂t 2
| {z }

en que ⇤ es conocido como el operador de D’Alembert (o D’Alambertiano), e involucra segundas


derivadas espaciales (x, y, z) y temporales (t) según un observador inercial S. Para saber qué obser-
varı́amos desde un SR S 0 que se mueve con velocidad relativa~v R = vR x̂x respecto de S, donde se usan
las coordenadas (x 0 , y 0 , z 0 ) y el tiempo t 0 , debemos revisar cómo actúan las derivadas sobre una función
arbitraria f (t, x, y, z) según cada observador. Introduciendo la notación ∂ a/∂ b = ab y usando la regla de
la cadena tenemos
∂f ∂f
= f x 0 x 0 t + ft 0 t 0 t + f y 0 y 0 t + f z 0 z 0 t = f x 0 x 0 x + ft 0 t 0 x + f y 0 y 0 x + f z 0 z 0 x
∂t ∂x
= vR f x 0 + f t 0 = fx 0
∂f ∂f
= ft 0 t 0 y + f x 0 x 0 y + f y 0 y 0 y + f z 0 z 0 y = ft 0 t 0 z + f x 0 x 0 z + f y 0 y 0 z + f z 0 z 0 z (2.6)
∂y ∂z
= fy 0 = fz 0 ,
donde, ahora, f = f (t 0 , x 0 , y 0 , z 0 ) = f (t(x 0 ,t 0 ), x(x 0 ,t 0 ), y 0 , z 0 ), habiendo evaluado las derivadas 4, de las
coordenadas de S 0 respecto de las coordenadas de S de acuerdo a la TG, Ecs. (1.2)-(1.3). Luego,
∂2 f ∂2 f ∂2 f ∂2 f
= ft 0 t 0 + v2R fx 0 x 0 2vR fx 0 t 0 , = fx 0 x 0 , = fy 0 y 0 , = fz 0 z 0 .
∂t 2 ∂ x2 ∂ y2 ∂ z2
∂ 2
En consecuencia, si el SR S usa el operador ⇤ = c12 ∂t 2 —2 entonces el observador S 0 ha de usarlo
bajo la forma

TG 1 ∂2 2 ∂
2 ∂2 ∂2 ∂2 ∂2
⇤ ! 2 + v 2v R
c ∂t 0 2 R
∂ x0 2 ∂ x 0 ∂t 0 ∂ x 0 2 ∂ y0 2 ∂ z0 2

1 ∂2 v2 ∂ 2 2vR ∂ 2
= 2 0 2 —0 2 + R2 0 2 ,
c ∂t c ∂x c2 ∂ x 0 ∂t 0

En particular, si ~E = ~E (x,t) para el observador S, el observador S 0 deberá resolver una ecuación


diferencial dada por
⇣ ⌘
gR 2 ∂ 2 ∂2 2vR gR2 ∂ 2 ~E 0 = 0 , (2.7)
c ∂t 0 2 ∂ x0 2 c2 ∂ x 0 ∂t 0
| {z }
⇤0
3 Véase Grifftihs, D. J. Introduction to Electrodynamics, 3rd Edition (1999), Ch. 9.
4 Por ejempo, para~v R = vR x̂x, tenemos
∂ x0 ∂
xt0 = = (x vR t) = vR
∂t ∂t
.

18
1/2
donde gR = 1 v2R/c2, declarando, por ahora sin justificación, que el observador S 0 mide un cam-
0
po eléctrico distinto del que mide S, ~E (x 0 ,t 0 ) 6= ~E (x,t) (desarrollaremos esto en §7). Vemos que hay
dos diferencias importantes en el D’Alambertiano que usa cada observador:

• Si el observador S registra ondas que se propagan con velocidad c, debemos esperar, de acuer-
do a la Ec. (2.7), que el observador S 0 vea algo (algo que no obedece una ecuación de onda)
que se propaga con velocidad c 0 = c/gR . En principio eso no es un problema, ya que las ve-
locidades cambian al cambiarnos entre sistemas de referencia inerciales 5 . Sin embargo, cabe
preguntarnos cómo⇥sabe ⇤ el observador S que precisamente es él quien puede usar la veloci-
8 m 0
dad c ' 3.00 ⇥ 10 s , y no cualquier otra velocidad c ; o bien, ¿cómo sabe un observador si
le corresponde usar el operador ⇤ o ⇤ 0 ? (Esta es una pregunta profunda, casi filosófica, que
difı́cilmente podrı́amos responder desde la Fı́sica.)

• El observador S 0 no verifica un comportamiento ondulatorio, sino aquello que se sigue de la


0
ecuación diferencial (2.7) que satisface ~E . Si bien es una ecuación diferencial lineal, cuya
solución admite el principio de superposición, no es el mismo tipo de comportamiento que
adveritirı́a el observador S. Acá, nuevamente, no es claro cómo un observador podrı́a saber si
es S ó S 0 , tal que los fenómenos que observe se expliquen con alguna de las ecuaciones (2.5) y
(2.7).
La conclusión de todo esto es que la Fı́sica que observa cada SR depende de su estado de mo-
vimiento, un defecto que la mecánica newtoniana no tiene. De hecho, vimos que una de las
grandes virtudes de la FN era que, usándola, no podı́amos decidir a bordo de qué SRI estába-
mos. Pues bien, la Electrodinámica sı́ nos permitirı́a decidirlo y, en consecuencia, el estado de
movimiento del observador dejarı́a de ser un dato trivial, irrelevante. (Revise §3 y convénzase
del retroceso conceptual que esto supone.)

Corolario: De acuerdo a esto, en el universo existirı́a sólo un Sistema de Referencia Inercial, clara-
mente privilegiado, en que los⇥ campos
⇤ eléctrico y magnético se propagan (i) como una onda, (ii) con
una velocidad c ' 3.00 ⇥ 108 ms 6 . En todos los demás SR la fenomenologı́a electromagnética serı́a
distinta, estando dada por la Ec. (2.7).

Las Fuerzas Eléctrica y Magnética según S y S 0


La definición newtoniana de fuerza radica en entenderla como aquello que cambia el momentum de
una partı́cula, o sistema de partı́culas. Ası́, si desde un sistema de referencia S verificamos que una
fuerza ~F actúa durante un pequeño instante de tiempo Dt sobre un sistema, el cambio de su momentum
debe ser

D~p = ~F Dt . (2.8)

En § 3 vimos que que esta variación debe ser registrada idénticamente por todos los SRI:
TG 0
D~p = ~F Dt ! D~p 0 = ~F Dt 0
(2.9)
⌘ D~p ,
5 Pese a ello, notamos que la relación c 0 = c/gR no obedece la Ley de TVG, Ec. (1.4).
6 Piense si hay motivos para asegurar que ese es el SR a bordo del cual estamos nosotros los terrı́colas, permitiéndonos el
hallazgo de leyes como las Ecs. (2.1)-(2.2).

19
conclusión que viene de aplicar la TG al lado izquierdo de la Ec. (2.8), mientras que el origen de la
fuerza (electromagnética, gravitacional, de roce, etc.) aparece en su lado derecho 7 . A continuación

Figura 2.2: Campos magnéticos vistos desde dos sistemas de referencia S y S 0 . Siempre podemos situarnos
en un SR tal que al menos una de las velocidades~v 0 ó~v q sean cero, anulando la fuerza magnética.

estudiamos cómo cambian los campos ~E y ~B bajo una TG, y juzgaremos si los lados izquierdo y
derecho de la Ec. (2.8), ahora con
TG 0 0 0
~F em ! ~F em = q(~E +~v 0 ⇥ ~B ) ,
0
son efectivamente iguales; es decir, si verdaderamente ocurre que ~F em Dt 0 = ~F em Dt = D~p. Para ello
consideremos el caso de la Fig. 2.2 donde a través de un alambre infinito y neutro, con densidades
de carga positiva (r+ ) y negativa (r ) tal que r+ + r = 0, fluye carga negativa hacia la derecha con
velocidad~v 0 = v0 x̂x, mientras que su carga positiva está en reposo 8 . Desde el momento que el alambre
es neutro el campo eléctrico que produce en su exterior es ~E = 0. Por otra parte, aplicando la Ley de
Ampére–Maxwell a un lazo de radio R que rodea al alambre obtenemos
I
~B · d~l = µ0 Ienc ^ ~B k d~l =) ~B = µ0 Ienc ĵ
j,
2pR
siendo R la distancia perpendicular entre el alambre y el punto de observación del campo. Ya que
Ienc = Dq/Dt podemos escribir
r DV r Dv0 DtA
Ienc = = = r v0 A , (2.10)
Dt Dt
en que A es la sección transversal del alambre y v0 es la velocidad de arrastre de sus portadores de
carga negativos. Si en el punto de observación ubicamos a una carga puntual de magnitud q y velocidad
~v q = vq x̂x este campo magnético inducirá una fuerza dada por
⇣ ⌘
~F em = q ~E +~v q ⇥ ~B

µ0 qr A(vq v0 )
= j
x̂x ⇥ ĵ
2pR
µ0 qr A(vq v0 )
= r,

2pR
7 Si pensamos que ~F actúa sobre una partı́cula de masa m y carga q, es sólo en el lado derecho donde debemos especificar si
~F = ~F g = m~g , ~F = ~F em = q(~E +~v ⇥ ~B ) , ~F = ~F roce = µ ~N ,

en que ~g , ~E y ~B , son, respectivamente, los campos gravitacional, eléctrico y magnético al cual está sometida la partı́cula,
mientras que~v es su velocidad y ~N es la fuerza normal que actúa sobre ella.
8 De acuerdo a la teorı́a de la conducción la carga positiva en reposo contiene los núcleos atómicos y los electrones del core,

aquellos que están más fuertemente unidos al núcleo y que no contribuyen a la de conducción de corriente.

20
en que r es el vector unitario usado en coordenadas cilı́ndricas (radial, saliendo desde cada punto del
alambre). En consecuencia, desde un SRI en que los portadores de carga se mueven con velocidad
~v 0 = v0 x̂x y la carga puntual externa lo hace con velocidad~v q = vq x̂x, la teorı́a electromagnética predice
una fuerza que empuja a la carga radialmente hacia el alambre, con una magnitud proporcional a
vq v0 . Asimismo, durante un intervalo de tiempo Dt (corto, mientras la partı́cula no cambie mucho su
distancia R al alambre) esta fuerza producirá un cambio de momentum

D~p = ~F em Dt
µ0 qr A(vq v0 )
= r.
Dt r̂
2pR
Pues bien, es ineludible que nos preguntemos qué predice la teorı́a electromagnética para este mismo
fenómeno cuando es visto desde otro SRI, S 0 , con velocidad relativa~v R = vR x̂x respecto de S y que ve
a los portadores de carga y a la carga externa con velocidades

~v 00 =~v 0 ~v R ~v q0 =~v q ~v R
= (v0 vR )x̂x = (vq vR )x̂x ,

respectivamente. Ya que la TG sólo afecta a las coordenadas y velocidades (dejando invariantes a las
cargas, densidades de carga, áreas y distancias), tenemos esta vez que S 0 deberı́a observar un campo
magnético y una fuerza magnética dadas por

~B 0 = µ0 r A(v0 vR ) 0 µ0 qr A [(vq vR )(v0 vR )]


j
ĵ ~F em = r.

2pR 2pR
0
Ası́, cuando ~F em actua sobre nuestra carga externa, según S 0 , durante un instante Dt 0 = Dt debe origi-
nar 9 un cambio
0
D~p 0 = ~F em Dt 0
µ0 qr A [(vq vR )(v0 vR )]
= r
Dt r̂
2pR
6= D~p

en su momentum. He aquı́ el problema, pues la TG aplicada a la teorı́a electromagnética predice varia-


ciones distintas en el momentum según cada observador inercial, mientras que su aplicación directa a
la definición de momentum nos lleva a esperar que sean iguales. Este es el problema que pronosticamos
en los últimos párrafos de § 2. Pues bien, algo debemos hacer para reestablecer la igualdad: (i) cambia-
TG
mos nuestra definición de momentum, tal que D~p ! D~p 0 6= D~p , o (ii) cambiamos nuestras nociones
TG 0
de electromagnetismo, tal que ~F em ! ~F em = ~F em .

El hecho que la TG desbalancea los lados izquierdo y derecho de la Ec. (2.8), i.e., que la mecánica y
el electromagnetismo se comportan distintamente bajo esta transformación, es algo que muchos fı́si-
cos notaron desde la década de 1890. Era necesario superar la TG. Fue Hendrik Lorentz quien aportó
una ley de transformación cuyo desarrollo conceptual permitió que la Mecánica y Electromagnetis-
mo tuvieran el mismo comportamiento bajo un cambio de coordenadas entre sistemas de referencial
inerciales.
9 Esto no es trivial. El observador S comienza a medir la variación de momentum D~p cuando la carga externa pasa por un
punto X, echando a andar su cronómetro, y detieniéndolo cuando pasa por un punto Y (por construcción del caso, próximo
a X), registrando un tiempo Dt. Asimismo, el observador S 0 activa y apaga su cronómetro cuando ve que la carga externa
pasa por los dos mismos puntos X e Y , midiendo un tiempo Dt 0 .

21
Invariancia Galileana, Fuerza de Lorentz y Ecuaciones de Maxwell
En § 3 vimos que la invariancia de la aceleración bajo TG implica la invariancia de la Fuerza, entendi-
da ésta como la causa de aquélla. Esto, porque la Fuerza se define como proporcional a la aceleración
que medimos a una partı́cula. Pues bien, una aseveración de este tipo serı́a sólo un juego de palabras
si no fuera por que el origen de tal fuerza puede investigarse independientemente de la medición de la
aceleración, arrojándonos otras luces sobre su verdadera Invariancia bajo una TG.

Detallemos este asunto. Consideremos que cierto observador inercial S verifica la presencia de un
campo electromagnético 10 (~E ,~B ) cuyos efectos sobre las partı́culas masivas vienen dados por la
Fuerza de Lorentz,
~F EM = q(~E +~v q ⇥ ~B )
d 2~r (2.11)
⌘m .
dt 2
En el mejor de los casos, integra estas ecuaciones y obtiene las funciones ~v =~v (t) y ~r =~r (t). En
especial, predice que en cada instante t la aceleración de la partı́cula puntual, localizada en la posición
~r =~r (t), con masa m y carga eléctrica q, es~a (t) = ~F EM (t)/m. Otro observador inercial, nuestro habitual
S 0 , con movimiento relativo uniforme respecto de S, espera medir, de acuerdo a la TG, la misma
0 0
aceleración sobre esta partı́cula: ~a 0 = ~a . Ası́, espera que los campos eléctricos que mide, (~E ,~B ),
producidos por las distribuciones de carga y corriente (r 0 , I 0 ) que él ve 11 reproduzcan esta expectativa.
Siguiendo lo que hicimos en la Ec. (1.6) para la LMN y usando m = m 0 , q = q 0 y ~v 0 =~v ~v R , los
observadores S y S 0 esperan que sus campos eléctrico y magnético satisfagan
0
~F EM = ~F EM
0 0 (2.13)
q(~E +~vq ⇥ ~B) = q 0 (~E + (~vq ~vR ) ⇥ ~B )
0
de modo que, en efecto, se cumpla ~a = ~a 0 : A iguales causas dinámicas, ~F EM = ~F EM , iguales conse-
cuencias cinemáticas, ~a =~a 0 . Puesto que la Ec. (2.13) debe ser válida para cualquier velocidad~v q de
la partı́cula concluimos lo siguiente: Para que los campos eléctrico y magnético produzcan la misma
aceleración en todos los SRI, la TG debe modificarlos según

~B 0 = ~B , ~E 0 = ~E +~v R ⇥ ~B 0
(2.14)
= ~E +~v R ⇥ ~B .

Pues bien, todo lo que sabemos sobre cómo se relacionan localmente los campos eléctrico y magnético
está contenido en las EM, que son, a fin de cuentas, las leyes del Electromagnetismo. Veamos ahora
cómo cambian estas leyes bajo la acción conjunta de la TG y su consecuencia directa, la Ec. (2.14).
10 Esto significa que el observador (i) verifica la existencia de cierta distribución de cargas y corrientes, (r, I), y (ii) usando
las Leyes de Coulomb y de Biot–Savart, predice la existencia de tales campos.
11 Recordamos que la masa y la carga eléctrica no tienen representación en coordenadas, por lo no cambian bajo una TG.

Además, puede mostrarse fácilmente que la TG tampoco varı́a las dimensiones de una región, de modo que el volumen
y, en consecuencia, la densidad de carga eléctrica, r = DQ/DV , son también Invariantes Galileanos. Por otra parte, en la
Ec. (2.10) vemos que la corriente eléctrica, I = dq/dt = rAv0 , varı́a con una TG a través de la velocidad de arrastre de los
TG
portadores de carga, según v0 ! v0 vR . En consecuencia, la densidad de carga r y la densidad de corriente ~J ⌘ r~J
cambian de acuerdo a:

r
TG
! r0 = r, ~J = r~v TG
! ~J 0 = r 0~v 0 = ~J r~v R (2.12)

22
Pausa. Aquı́ pueden pasar dos cosas:

• Al igual que la LMN, las EM son invariantes bajo la TG. Con esto confirmarı́amos
que todas las leyes fı́sicas son invariantes bajo la TG y, en consecuencia, que su
uso nos impide saber si estamos en reposo o con movimiento uniforme respecto de
cualquier otro marco de referencia. El movimiento inercial propio seguirı́a siendo
indecidible y, por lo tanto, trivial. (§3)

• Las EM sı́ varı́an con la TG. Un observador inercial podrı́a conocer su propia veloci-
dad a partir de la forma que toman para él las EM; esto, a partir del comportamiento
de los campos eléctrico y magnético que observa. El movimiento inercial propio
dejarı́a de ser un dato trivial porque existirı́a un SR privilegiado respecto del cual
las EM toman su aspecto correcto (el que encontramos en la literatura).

En el segundo caso reconocemos cierto retroceso respecto de lo irrelevante que es la


velocidad de un observador inercial en la formulación newtoniana de la mecánica.

Veamos cómo se comportan cada una de la EM bajo un TG. Primero, estudiamos las EM sin fuen-
tes (es decir, aquellas que no contienen a la densidad de carga r ni la densidad de corriente ~J ), y luego
aquellas con fuentes:

1. Tomamos la Ley de Gauss para el magnetismo y, usando las Ecs. (2.6) y (2.14) para convertir
las variables no–primadas en sus correspondientes primadas, obtenemos:

— · ~B = 0
(2.15)
TG
! ~ 0 = 0,
—0 · B

es decir, ambos SR ven que el campo magnético no tiene fuentes (inexistencia de monopolos
magnéticos).

2. Hagamos lo mismo con la Ley de Lenz–Faraday:

∂~B
— ⇥ ~E =
∂t !
0
TG 0 0 ∂~B 0
! — 0 ⇥ (~E ~v R ⇥ ~B ) = (~v R · — 0 )~B
∂t 0
2
0
0 ∂~B 0 0
— 0 ⇥ ~E = + (~v R · — 0 )~B + 4~v R (— 0 · ~B ) +
∂t 0 | {z } (2.16)
0, por Ec. (2.15)
3
~B 0 (— 0 ·~v R ) + (~B 0 · — 0 )~v R (~v R · — 0 )~B 0 5
| {z } | {z }
0 0
0
∂~B
= ,
∂t 0
en que hemos usado el hecho que~v R no cambia.

Concluimos que las EM sin fuentes son Invariantes Galileanos. Nada mal.

23
3. Consideremos ahora la Ley de Gauss para la electrostática y apliquemos lo anterior a las deri-
vadas y los campos:
r
= — · ~E
e0
TG r0 0 0
! = — 0 · (~E ~v R ⇥ ~B )
e0 (2.17)
0 0
= — 0 · ~E — 0 · (~v R ⇥ ~B ) ,
r0 0 0
~v R · (— 0 ⇥ ~B ) = — 0 · ~E .
e0

Es decir, mientras el observador S ve que las lı́neas de campo eléctrico emanan (— · ~E ) sólo
desde donde hay carga eléctrica (r), el observador S 0 constata que emanan tanto desde los
0
puntos donde hay carga (r 0 ) como de aquellos en que el rotacional de su campo magnético ~B
es no nulo, en una cuantı́a que depende de su velocidad~v R respecto 12 de S.

4. Por último, la Ley de Ampere–Maxwell:

1 ∂ ~E
— ⇥ ~B = µ0~J + 2
c ∂t 
TG 0 0 1 ∂ 0 0
! — ⇥ B = µ0 (J + r ~v R ) + 2
~
0 ~ 0
(~v R · — 0 ) (~E ~v R ⇥ ~B )
c ∂t 0
0 ( " 0
0 ∂ ~E 1 ∂~B 0
= µ0~J + 0 + µ0 r ~v R + 2 ~v R ⇥ 0 (~v R · — 0 )~E +
0
∂t c ∂t
0
io
+(~v R · — 0 )(~v R ⇥ ~B ) (2.18)
..
= . (El estudiante puede completar estos pasos)
0
0 ∂ ~E
= µ0~J + 0 +
( ∂t " 0 #)
1 h 0
i ∂~B 0
+ 2 ~v R — 0 · (~v R ⇥ ~B ) +~v R ⇥ (~v R · — 0 )~B
c ∂t 0

en que los términos entre llaves {· · · } es lo que sobra para que esta ley cobre el mismo aspecto
0
en ambos SR. (El lector puede verificar que el reemplazo de — 0 ⇥~B en la Ec. (2.17) no simplica
las cosas.)

Concluimos ası́ que cuando aplicamos la TG a los campos electromagnéticos sólo logramos invarian-
cia en las EM sin fuentes (Ecs. (2.15) y (2.16)), pero no ası́ en aquellas con fuentes (Ecs. (2.17) y
(2.18)), que toman un aspecto cuando menos tétrico en el SR S 0 . En otras palabras, las leyes del elec-
tromagnetismo cambian cuando se les aplica un TG. Ası́, si tanto las EM como la TG son correctas
12 Para 0 0
su sorpresa, el observador S 0 constata que — 0 · ~E depende de — 0 ⇥ ~B tanto más cuando cierto observador S (i) se
aleja más rápido de él y (ii) su velocidad de alejamiento es tanto más paralela a dicho rotacional. Algo ası́ hace pensar a
S 0 que el observador S (y todo lo que va a bordo de él) es especialmente importante en el universo. Ya que sólo en este
SR, claramente privilegiado, el campo eléctrico se relaciona correctamente con la carga eléctrica, entendemos a S como
un Marco de Referencia Absoluto, respecto del cual debemos juzgar si, en efecto, las cosas se mueven o no. Un SR estarı́a
en reposo, Reposo Absoluto, si verifica que — · ~E µ r, y estarı́a en Movimiento Absoluto (respecto de S) si verifica otra
cosa. Los alcances filosóficos de esta afirmación están a la vista.

24
tendrı́amos que distintos observadores inerciales deben observar distintos fenómenos fı́sicos, algo que,
como dijimos, permitirı́a decidir qué SR es correcto.

Comentarios:

• Acabamos de concluir que las EM parecen cobrar el aspecto que conocemos sólo en nuestro
SR, el de La Tierra (aquel en que fueron obtenidas).

• Por otra parte, sabemos perfectamente que La Tierra no está en reposo. Antes bien, rota sobre
su eje, traslada en torno al sol, el sol se mueve alrededor del centro de la galaxia y ésta, a su
vez, interactúa gravitacionalmente con otras galaxias cercanas, moviéndose (como un todo) de
un modo difı́cil de predecir. Entonces, ¿Cómo podrı́amos afirmar que precisamente el SR de La
Tierra es el correcto para enunciar las EM? 13

• Ası́, no parece haber motivos serios para creer que nosotros, a bordo de La Tierra, somos el
SR correcto (S). A menos que La Tierra ocupe un lugar privilegiado en el universo, es mucho,
muchı́simo más probable que sea otro el SR correcto, ante lo cual más valdrı́a identificarlo,
medir nuestra velocidad ~vR respecto de él y transformar las EM para ver cuál es su aspecto
verdadero.

• A la luz de esto último, es decir, la posibilidad cierta de que La Tierra sea un lugar como cual-
quier otro en el universo, es muy poco razonable pensar que las leyes fı́sicas han de tomar un
aspecto particularmente correcto para nosotros. Antes bien, y renunciando a cualquier preten-
sión geocentrista 14 , es más apropiado, al menos como hipótesis, creer que la Tierra ocupa un
lugar cualquiera en el universo.

• (La siguiente es una idea que nace con Galileo Galilei.) Entonces, si estamos en un lugar cual-
quiera del universo, no deberı́a ser el aspecto de las leyes fı́sicas (ni eso, ni ninguna otra cosa) la
que nos otorgue, a nosotros los terrı́colas, alguna pista de que ocupamos un lugar especial en el
Cosmos. En consecuencia, las leyes fı́sicas (las verdaderas leyes fı́sicas) deben tomar el mismo
aspecto en todos los SRI. La Fı́sica newtoniana satisface perfectamente este requisito a través
de la LMN, que es invariante bajo la TG, pero no ocurre lo mismo con las EM.

• Aceptamos ası́ que el hecho que las EM cambien su forma con una TG es un defecto de la teorı́a.
Es decir, algo no está bien en todo esto: (i) o las EM no son del todo correctas, o (ii) la TG no es
la transformación correcta, aquella que realmente debemos aplicar a las coordenadas. Las leyes
fı́sicas deben ser invariantes, pero no necesariamente bajo una TG.

Este es un buen momento para intentar, para inventar una nueva transformación a las coordenadas,
una que deje invariante no a la LMN, sino a las EM. En la siguiente sección estudiamos cuál es la
transformación de coordenadas que deja invariante a la ecuación de onda electromagnética, que es una
consecuencia directa de las EM.

8. Transformación de Lorentz (TL)


En §7 detectamos tres problemas con la TG en relación al electromagnetismo. En cada caso, dos ob-
servadores inerciales que difieren sólo en una velocidad relativa observan distintos fenómenos fı́sicos
13 Sin ir más lejos, de haber un SR correcto, éste podrı́a corresponder a Neptuno, o a la luna Fobos de Marte.
14 Esta es una buena ocasión para que el estudiante reflexione sobre la pertinencia del geocentrismo (sı́, incluso ahora, en el
siglo XXI), y su relación con un sesgo que puede ser aún más restrictivo: el homocentrismo.

25
cuando las cantidades que usan son sometidas a la TG. Lo que S describe como una onda (electro-
magnética) es visto por S 0 bajo otro tipo de ecuación, esperando otro comportamiento. Asimismo, lo
que S detecta como una fuerza magnética que produce cierta variación de momentum es visto por S 0
como una fuerza de distinta magnitud que, sin embargo, debe producir la misma variación de momen-
tum. Por último, la exigencia que los campos electromagnéticos produzcan la misma fuerza para S y
S0 implica que las EM no conserven su forma en ambos SR. A continuación resolvemos la primera
discrepancia, es decir, buscamos que tanto S como S 0 obtengan la misma ecuación de onda,
!
1 ∂ 2~E ∂ 2~E ∂ 2~E ∂ 2~E
Observador S: + 2 + 2 = 0,
c2 ∂t 2 ∂ x2 ∂y ∂z
0 0 0 0! (2.19)
0 1 ∂ 2~E ∂ 2~E ∂ 2~E ∂ 2~E
Observador S : + + = 0,
c 0 2 ∂t 0 2 ∂x 2
0
∂y 2
0
∂z 2
0

luego de someter sus coordenadas a la transformación que postulamos⇥ enseguida.


⇤ Debemos fijar que
ambos midan la misma velocidad de propagación, c 0 = c ' 3.00 ⇥ 108 ms , ya que de otro modo ellos
podrı́an saber cuál es el observador privilegiado que mide la velocidad tabulada“correcta”), y cuál es
el observador en movimiento. Ası́, al fijar c 0 = c sólo hacemos indistinguibles y, por tanto, irrelevantes
las etiquetas que ponemos a cada SR. Postulamos, a modo de hipótesis, que la ley que relaciona las
coordenadas S con las de S 0 , y que satisface la Ec. (2.19), puede construirse en base a los siguientes
requisitos:

• La TG es una relación lineal entre las coordenadas de S y S 0 . Lo mismo exigimos en esta


generalización. (Siempre es más fácil trabajar con relaciones lineales.)

• Asumiremos que las coordenadas perpendiculares a la velocidad relativa entre S y S 0 no se ven


afectadas. Fijando~v R = vR x̂x establecemos y 0 = y y z 0 = z.

• Esta vez permitiremos que el tiempo que mide S difiera del que mide S 0 , variando de un modo
similar a la coordenada x.

Llevado a sı́mbolos, tenemos:

t 0 = at + bx
x 0 = dt + ex
(2.20)
y0 = y
z0 = z ,

en que a, b, d y e son a lo sumo funciones de vR y c. Vemos que la Ec. (2.20) se reduce a la TG


en el lı́mite en que a = e = 1, b = 0 y d = vR ; esto es algo que vale la pena destacar, ya que toda
generalización debe incluir el caso particular del cual proviene. Usando la notación ∂ a/∂ b = ab que
introdujimos en §7 para las derivadas de una función f = f (t, x, y, z) en términos de las variables de
S 0 , tenemos que

ft = ft 0 tt0 + fx 0 xt0 + fy 0 yt0 + fz 0 zt0 fx = ft 0 tx0 + fx 0 xx0 + fy 0 yx0 + fz 0 zx0


= a ft 0 + d f x 0 = b ft 0 + e f x 0
fy = ft 0 ty0 + fx 0 xy0 + fy 0 yy0 + fz 0 zy0 fz = ft 0 tz0 + fx 0 xz0 + fy 0 yz0 + fz 0 zz0
= fy 0 = fz 0 .

26
Luego,
ftt = ( ft )t 0 tt0 + ( ft )x 0 xt0 + ( ft )y 0 yt0 + ( ft )z 0 zt0 , fxx = ( fx )t 0 tx0 + ( fx )x 0 xx0 + ( fx )y 0 yx0 + ( fx )z 0 zx0
= a(a ft 0 + d fx 0 )t 0 + d(a ft 0 + d fx 0 )x 0 = b(b ft 0 + e fx 0 )t 0 + e(b ft 0 + e fx 0 )x 0
2 2
= a ft 0t 0 + d fx 0 x 0 + 2ad ft 0 x 0 = b2 ft 0t 0 + e2 fx 0 x 0 + 2be ft 0 x 0

fyy = ( fy )t 0 ty0 + ( fy )x 0 xy0 + ( fy )y 0 yy0 + ( fy )z 0 zy0 , fzz = ( fz )t 0 tz0 + ( fz )x 0 xz0 + ( fz )y 0 yz0 + ( fz )z 0 zz0
= fy 0 y 0 = fz 0 z 0 .

Identificando f ! ~E la ecuación de onda en el SR S, que contiene al operador de D’Alambert, toma


la siguiente forma en S 0 :
1~
S:0= E tt (~E xx + ~E yy + ~E zz )
c2
1⇣ 0 0 0
⌘ h⇣ 0 0 0
⌘ 0 0
i
S 0 : 0 = 2 a2~E t 0t 0 + d 2~E x 0 x 0 + 2ad~E t 0 x 0 b2~E t 0t 0 + e2~E x 0 x 0 + 2be~E t 0 x 0 + ~E y 0 y 0 + ~E z 0 z 0
c
✓ ◆ ✓ ◆ ✓ ◆
a2 2 ~ 0 2 d2 ~ 0 ad ~ 0 0 0
= b E t 0t 0 e E x 0 x 0 + 2 be E t 0 x 0 + ~E y 0 y 0 + ~E z 0 z 0 .
c2 c2 c2
0
donde recordamos que ~E 6= ~E . La exigencia que ambos observadores, S y S 0 , describan una ecuación
de onda, cada uno con sus propias coordenadas, demanda
a2 1 d2 ad
b2 = , e2 = 1, eb = 0 ,
c2 c2 ⇣ c2 ⌘ c2
=) S 0 : 0 = ~E t 0t 0 ~E x 0 x 0 + ~E y 0 y 0 + ~E z 0 z 0 .

Realizando el álgebra reducimos las relaciones anteriores a


p
a2 1 p
b= , d = c a2 1 , e = a,
cp
a2 1
=) t 0 = at + x
p c
x 0 = c a2 1t + ax
y0 = y
z0 = z .
Ahora bien, la relaciones para x 0 y t 0 ,
p ! p !
0 c a2 1 0 a2 1
x = a x+ t t =a t+ x ,
a ac

deben reducirse a las TG en cierto lı́mite fı́sico que debemos decidir. En consecuencia, esperamos que
se cumpla
p
c a2 1 = v y a = 1 , (2.21)
en que v = vR es la velocidad relativa entre los SR. Desarrollando la primera igualdad obtenemos
p p
1 c a2 1 a2 1 v
a= p ⌘ g =) = v y = 2.
1 v2 2
/c a ac c

27
Haciendo v = vR y g = g(vR ) = gR tenemos, finalmente,
⇣ v ⌘
R
t 0 = gR t x
c2
x 0 = gR (x vRt) (2.22)
y0 = y
z0 = z ,

que son las relaciones buscadas. La cantidad a = g = gR es el llamado Factor de Lorentz, mientras que
las ecuaciones (2.22) se conocen como Transformaciones de Lorentz (TL) 15 . Destacamos que:

• En efecto, gR ! 1 en la medida que vR/c ! 0. Este es el lı́mite fı́sico que supusimos antes: la
TL se reduce a la TG para vR ⌧ c. Decimos ası́ que la TG es válida sólo mientras la velocidad
relativa entre dos SR es baja comparada con la velocidad de la luz en el vacı́o, c. Ahora bien,
qué tan pequeña tiene que ser vR para poder usar la TG dependerá de ⇥la ⇤precisión que usemos
en nuestras cálculos y medidas. Por ejemplo, para vR = 10 2 c ⇠ 106 ms el factor de Lorentz
⇥ ⇤ 1/2
es sólo de 1 (10 2 )2 ' 1.00005, un número cuyo efecto en la relación x 0 = x 0 (t, x)
demanda una precisión de una parte en veinticindo mil para distinguirse de la TG. En la Fig. 2.3
vemos que g = g(vR ) se despega apreciablemente de la unidad a partir de velocidades relativas
tan grandes como vR ⇠ 10 1 c.
R
6

vR
0.0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 c

Figura 2.3: Dependencia


⇥ ⇤ del Factor de Lorentz con vR/c. El lector puede verificar que cuando
m
vR ⇠ 0.004c ⇠ 106 s el resultado para x 0 (t, x) usando la TL difiere sólo en 0.001 % respecto de aquel
con la TG.

• La presencia del factor de Lorentz gR en las expresiones para t 0 y x 0 demanda que vR  c. De


otro modo obtendrı́amos tiempos y coordenadas imaginarias para S 0 , algo inaceptable. En otras
palabras, la TL establece que dos SR no pueden tener una velocidad relativa arbitrariamente
grande. Esto sı́ que es novedoso:

⇧ Ni la TG ni la mecánica newtoniana establecen velocidades máximas a nada.


⇧ Cualquier cosa con movimiento uniforme es candidata a considerarse un sistema de refe-
rencia inercial, también una partı́cula masiva como las que estudiamos en los cursos de
mecánica. Más adelante veremos que la dinámica relativista prohı́be consistentemente que
las partı́culas masivas se muevan con velocidad igual igual o superior a c.
15 Propuestas con su significado actual por Lorentz en 1904.

28
• La inversión de las TL, x = x(t 0 , x 0 ) y t = t(t 0 , x 0 ) se obtiene simplemente invirtiendo el signo
de la velocidad relativa,~v R ! ~v R . La razón de esto es que el observador S ve al observador S 0
con velocidad~v R , por lo que necesariamente S 0 ve a S con velocidad ~v R . Es decir,
⇣ vR ⌘
t = gR t 0 + 2 x 0
c
x = gR x 0 + vRt 0 (2.23)
y = y0
z = z0 , (Notar que g( vR ) = g(vR ).)

• Antes que trabajar con el tiempo t preferimos introducir la coordenada temporal ct, que tiene
dimensiones de longitud, igual que x, y, z. Fijemos los siguientes términos de uso común en
Relatividad Especial:

⇧ Evento: cualquier cosa que ocurre en el universo en un instante t y en un punto~r = (x, y, z)


del espacio. Conviene hablar de una cuadri–coordenada R = (ct, x, y, z), las que necesa-
riamente están definidas en un sistema de referencia S. En adelante hablaremos indistin-
tamente de coordenadas y cuadri–coordenadas; el contexto aclarará si nos referimos a un
objeto de tres componentes, ~r , o de cuatro componentes, R = (ct,~r ).
⇧ Dos eventos E1 y E2 ocurren, respectivamente, en las coordenadas R1 = (ct1 , x1 , y1 , z1 ) y
R2 = (ct2 , x2 , y2 , z2 ), tal que las diferencia entre ellas son Dt = t2 t1 (tiempo transcurrido
entre E1 y E2 ), Dx = x2 x1 , Dy = y2 y1 y Dz = z2 z1 (distancias coordenadas entre los
puntos donde ocurrieron, medidas a lo largo de los ejes x, y y z, respectivamente).
⇧ Es más significativo referir el efecto de las TL a las diferencias temporal (Dt) y espaciales
(Dx, Dy, Dz), medidas por cada observador que registra ambos eventos y luego comparar
estas cantidades con aquellas que mide otro observador inercial, con velocidad ~v R = vR x̂x
respecto de él.

• En consecuencia, escribimos la TL, Ecs. (2.22)-(2.23), referidas a las cuadri–diferencias DR (0) =


(Dt (0) , Dx(0) , Dy(0) , Dz(0) ) entre dos eventos (vistos desde los SR S y S0 ), en la forma matricial

DR 0 = LDR y DR = L 1 DR 0 , (2.24)

donde L = L(vR ) es una matriz de 4 ⇥ 4, llamada Matriz de Lorentz, dada por


0 1 0 1
gR gR vcR 0 0 gR +gR vcR 0 0
B gR v v
R
gR 0 0 C B
C y L 1 = B +gR c
R
gR 0 0 C
L=B @ 0
c
A @
C
A (2.25)
0 1 0 0 0 1 0
0 0 0 1 0 0 0 1

(Notar que L = L(vR ) y L 1 = L( vR ).)

• Magnitudes involucradas en la TL: Pensemos en dos eventos separados por 1[s] (un tiempo a
escala humana), al que le corresponde una coordenada temporal cDt ' 3.00 ⇥ 108 [m] ⇠ 108 [m].
(¿Le parece esta una distancia chica o grande? Considere que el diámetro terrestre es de unos
12800 [Km] ⇠ 107 [m].) Pues bien, de ese orden de magnitud deberı́a ser la separación Dx tal que
produzca un efecto apreciable en la ecuación para Dt 0 , el tiempo que otro observador S 0 percibe
entre los mismos dos eventos. Esto, contando con que vR/c no sea mucho menor que la unidad.
Asimismo, si queremos que una distancia del orden de Dx ⇠ 1 [m] (también a escalas humanas,

29
medida por S), produzca un efecto apreciable en el tiempo Dt 0 medido por S 0 , es necesario que
el tiempo Dt medido por S sea tan pequeño como 10 8[s], de modo que cDt sea comparable a Dx.
Ası́, no solo necesitamos velocidades relativas altas, comparables a c, para verificar los efectos
relativistas que se derivan de la TL, sino cierta relación entre los tiempos y las distancias que
median entre eventos. Es claro que tiempos como Dt ⇠ 10 8[s] y distancias como d ⇠ 107 [m]
no están al alcance de la experiencia humana cotidiana: otro buen motivo para entender por qué
tardamos tanto en necesitar y descubrir la TL.

• Lección Epistemológica (sobre cómo se construye el conocimiento): No cabe duda que la TL


introduce novedades en nuestros conceptos sobre cómo son percibidos el tiempo y la distan-
cia por distintos observadores inerciales. De pronto nos enteramos que todo el sentido común
que alberga la TG no es suficiente para garantizar, por ejemplo, la invariancia de la ecuación
de OEM. Sin embargo, todo lo nuevo que trae consigo la TL se refiere a un dominio fenome-
nológico al cual no estamos habituados (velocidades comparables a c), y del cual claramente
no tenemos noticias. La TL serı́a fácilmente refutable si propusiera novedades apreciables en el
dominio de bajas velocidades con que estamos familiarizados los humanos. En otras palabras,
la TL es novedosa, sı́, pero en ningún caso niega lo que sabemos sobre la TG y su aplicación a
la mecánica newtoniana; tan sólo acota su validez al lı́mite de bajas velocidades entre dos SR.

• En el Cap. 3 dilucidaremos el significado fı́sico y las principales consecuencias de la TL y


estableceremos la importante relación que tiene con un experimento cuyo resultado permitió el
advenimiento de la Teorı́a de la Relatividad.

Por último, es importante despejar una confusión que el estudiante podrı́a tener a estas alturas. ¿Por
que el observador S 0 deberı́a expresar sus tiempos y distancias en términos de aquellas que mide el
observador S? ¿Acaso S 0 no usa simplemente un reloj para medir el tiempo Dt 0 y una regla para medir
la separación Dx 0 entre dos eventos, no siendo necesario para ello una relación con las medidas que
hizo otro observador? Ası́, ¿qué función cumplen exactamente las Ecs. (2.22)–(2.23) que definen la
TL? Pues bien, dicho observador S 0 simplemente usa sus instrumentos y mide tiempos y separaciones
que llama Dt 0 y Dx 0 , respectivamente, tal como el observador S mide Dt y Dx, sin referencia a me-
didas hechas desde otros SR. La relevancia de las transformaciones de Galileo y Lorentz radica en
que, (i) efectivamente existe una relación entre las medidas hechas desde cualquier par de SR, (ii) que
tal relación es lineal (deténgase un momento a pensar sobre lo afortunado de esto, ya que se trata de
la relación más simple posible), (iii) que la diferencia entre lo que mide cada SR se explica sólo en
términos de tiempos y separaciones paralelas a la velocidad relativa ~v R . Podemos imaginar a S y S 0
comparando los tiempos y separaciones que midieron entre cierto par de eventos, discrepando irre-
ductiblemente al ver que sus números son distintos, pero, sin embargo, pudiendo llegar a un acuerdo
al notar que estos números se relacionan linealmente entre sı́ a través de la TL. No sólo eso, ya que
cada uno se consideraba a sı́ mismo en reposo, el uso de las TL (o su lı́mite galileano) les permitirı́a
saber cuál era la velocidad relativa entre ellos al momento de medir, siendo ese el único parámetro
responsable de sus diferencias.

9. Peculiaridades de la TL
A continuación comparamos la velocidad ~v = (vx , vy , vz ) y aceleración ~a = (ax , ay , az ) que mide un
observador S con aquellas que que mide un observador S0 , ~v 0 = (vx0 , vy0 , vz0 ) y ~a 0 = (ax0 , ay0 , az0 ). Obten-
dremos conclusiones muy importantes para juzgar la pertinencia de la LMN.

30
Ley de Transformación de Velocidades
Entonces, cierto observador S ve un objeto en la posición~r 1 = (x1 , y1 , z1 ) en el instante t1 (Evento 1), y
luego de un tiempo dt, en el instante t2 = t1 + dt, lo ve en el punto~r 2 =~r 1 + d~r = (x1 + dx, y2 + dy, z2 +
dz) (Evento 2). Ası́, define las componentes de la velocidad del objeto en términos de los diferenciales
dR = (dt, dx, dy, dz) de acuerdo a

dx dy dz
vx = , vy = , vz = .
dt dt dt
Por su parte, nuestro observador S0 considera los diferenciales dR 0 = (dt 0 , dx0 , dy0 , dz0 ), referidos al
mismo par de eventos, y define las componentes de las velocidades de la partı́cula según

dx 0 gR (dx vR dt)
vx0 = =
dt 0 gR (dt vR dx/c2 )
vx vR
=
1 bx bR
dy 0 dy
vy0 = =
dt 0 gR (dt vR dx/c2 ) (2.26)
vy
=
gR (1 bx bR )
dz 0 dz
vz0 = =
dt 0 gR (dt vR dx/c2 )
vz
=
gR (1 bx bR )

en que hemos usado la versión diferencial de la Ec. (2.24) e introducido la notación standard ba = va/c (con-
1/2
= (1 ~b R ) 1/2 ). Evidentemente la expresión para vx0 difiere
2
venimos en escribir gR = 1 ~v R/c2
0 , ya que es sólo en la dirección de la primera donde yace ~v . Ası́mismo, vale la pena
en forma de vy,z R
destacar que aún cuando las coordenadas transversales a ~v R no cambian, sı́ lo hacen las velocidades
respectivas (el motivo para eso es que éstas dependen del tiempo, que sı́ cambia). Algo que puede pa-
recer perturbador es que dichas velocidades transversales dependen de vx , y lo hacen no–linealmente,
haciendo que las componentes del vector ~v transformen, en su conjunto, no linealmente bajo TL. Es
decir, ahora ocurre que
0 0 1 0 1
vx vx
@ vy0 A 6= M @ vy A , (2.27)
vz0 vz

en que M = M(~v R ) serı́a alguna matriz cuyos elementos dependen sólo de~v R (como L, Ec. (2.25)). Aún
ası́, note que en el lı́mite de bx,R ! 0 las Ecs. (2.26) se reducen a la TVG, Ec. (1.4), como esperarı́amos.

31
Ley de Transformación de Aceleraciones y aplicación a LMN
Al igual que con la velocidad~v 0 , el observador S 0 define la aceleración en su SR según~a 0 = d~v /dt 0 , en
0

que dt 0 = gR (dt vR dx/c2 ) y


✓ ◆ ✓ ◆
vx vR dvx (vx vR ) dvx
dvx = d = + ( 1) bR
1 bx bR 1 bx bR (1 bx bR )2 c
dvx
= 2
gR (1 bx bR )2
✓ ◆
dvy vy dvx
dvy = + ( 1) bR
gR (1 bx bR ) gR (1 bx bR )2 c
(1 bx bR )dvy + by bR dvx
=
gR (1 bx bR )2
✓ ◆
dvz vz dvx
dvz = + ( 1) bR
gR (1 bx bR ) gR (1 bx bR )2 c
(1 bx bR )dvz + bz bR dvx
= ,
gR (1 bx bR )2

de modo que

dvx0 dvy0 dvy0


ax0 = ay0 = az0 = (2.28)
dt 0 dt 0 dt 0
ax (1 bx bR )ay + by bR ax (1 bx bR )az + bz bR ax
= , = , =
g 3 (1
R bx bR )3 gR2 (1 bx bR )3 gR2 (1 bx bR )3

o bien, haciendo la inversión entre ambos SR,~v R ! ~v R ,

ax0
ax =
gR3 (1 + bx0 bR )3
(1 + bx0 bR )ay0 by0 bR ax0
ay = (2.29)
gR2 (1 + bx0 bR )3
(1 + bx0 bR )az0 bz0 bR ax0
az = .
gR2 (1 + bx0 bR )3

Pues bien, vemos que las aceleraciones vistas por cada SR se relacionan de un modo tanto o menos
sencillo que las velocidades. Esta vez tampoco tenemos una relación lineal entre las componentes de
~a y ~a 0 . Quizás podı́a parecernos irrelevante, inofensiva, la no–linealidad de la transformación de ve-
locidades, Ec. (2.27), pero esta vez, con la aceleración, tal rasgo es peligroso. Y lo es porque entre
ellas sólo la aceleración es una cantidad cinemática que aparece en una ley fı́sica, la LMN. En conse-
cuencia, siguiendo la discusión que imaginamos al final de §8, los observadores S y S 0 medirı́an las
aceleraciones ~a y ~a 0 , claramente distintas, y convendrı́an, incluso sabiendo que entre ellos media una
velocidad relativa~vR k x̂x, que la relación entre ambas depende de las componentes de la velocidad de
la partı́cula. Esto supone el siguiente problema: si S usa la ley de movimiento m~a ⌘ ~F para inferir
y estudiar la fuerza externa que actúa sobre una partı́cula de masa m, al usar la Ec. (2.29), él sabrı́a
que la ley que ha de usarS 0 para describir el mismo fenómeno incluye a componentes de la velocidad,
puesto que
TL TL
ax ! f (ax , vx ) y ay,z ! f (ax , vx , ay,z , vy,z ) .

32
0
Luego, S 0 usarı́a m~a 0 ⌘ ~F e inferirı́a que la fuerza externa que actúa sobre dicha partı́cula depende,
en efecto, de variables que no aparecen en la formulación que usa el observador S:

S : m~a ⌘ ~F (2.30)
TL 0
! S 0 : m f (~v 0 ,~a 0 ) ⌘ ~F . (2.31)

Entonces:

• A diferencia de S, el observador S 0 usa una ley fı́sica (también vectorial) que no se aplica de
igual modo en todas las direcciones. En efecto,
✓ ◆ ✓ 0 + b b a0 ◆
0 ax0 0
(1 + bx bR )ay,z R y,z x
Fx = m 3 y Fy,z = m .
gR (1 + bx bR ) 3 gR (1 + bx bR )3
2

• A pesar de lo que S 0 sabe de mecánica newtoniana, debe asociar una fuerza en una dirección
donde no hay aceleración (por ejemplo, concluirá que Fy0 6= 0 cuando ay0 = 0 y sólo vy0 6= 0).

• Si S detecta una aceleración ~a que es adjudicable a una fuerza conservativa, ~F = —U (en que
U = U(~r ) es el potencial asociado al campo ~F ), S 0 inferirá necesariamente, a partir de ~a 0 , que
~F 0 6= —U 0 , en que U 0 = U 0 (~r 0 ) es un potencial equivalente para S 0 . La razón para esto es que
S 0 registrará una fuerza que depende de la velocidad de la partı́cula, algo impropio de las fuerzas
conservativas.

• Sabemos que allı́ donde actúan fuerzas del tipo ~F = —U se conserva la energı́a mecánica del
sistema partı́cula+campo. En consecuencia, lo que para S es un sistema conservativo, para el
observador S 0 aparece como un sistema disipativo.

Decimos entonces que la LMN cambia de forma al someterla a una TL, algo que no debe sorprender-
nos mucho, ya que la dinámica newtoniana fue formulada para ser expresamente invariante de forma
bajo la TG. Ası́, la LMN no sólo luce distinta para cada observador, sino que, en particular, luce mu-
cho más simple para S. Llegamos ası́ al mismo problema que declaramos al final de §7 (luego de la
Ec. (2.7)): ¿Cómo pueden saber los observadores S y S 0 que deben usar la LMN bajo la forma (2.30)
y (2.31), respectivamente? Después de todo, ambos pretenden considerase a sı́ mismo en reposo y,
más aún, sostienen, a la luz de §3, que no es el uso de una ley fı́sica lo que debiera avisarles que se
mueven con una velocidad constante especı́fica.

10. Dilema: TG vs. TL


El que ambos SR se consideren a sı́ mismo en reposo es la razón para que ambos usen una misma ley
de movimiento, con la misma forma, cada uno con sus propias coordenadas ((t, x, y, z) y (t 0 , x 0 , y 0 , z 0 )).
Es decir, una ley de movimiento que satisfaga la Ec. (1.6), pero usando la TL. Ahora bien, hasta ahora
tenemos dos tipos de leyes fı́sicas:

• La Ley de Movimiento de Newton, referida a la definición de fuerza como agente dinámico


externo, y

• Las Ecuaciones de Maxwell, sobre el comportamiento de los campos eléctrico y magnético.

33
Son dominios distintos, a los cuales se llega estudiando fenómenos de distinta naturaleza; esto, aun
cuando el estudio de las fuerzas eléctrica y magnética, Ec. (1.5), incluye la definición newtoniana
de fuerza 16 . Habiendo buenos motivos para creer que ambas son ciertas, válidas, exigimos que lo
sean para todos los SRI; sin embargo, la LMN y las EM son invariantes bajo distintas operaciones:
la primera bajo la TG, la segunda bajo la TL. Siendo este un requisito necesario, que pende de la
convicción de que el movimiento propio es y debe ser indecidible, debemos escoger cuál de las dos
leyes es verdaderamente correcta:

Si la LMN es correcta, la operación bajo la cual deben ser invariantes todas las leyes
fı́sicas es la TG (porque, sabrı́amos, deja invariante a una ley correcta); concluimos que
las EM tienen algún error, aun cuando funcionan. Si las EM son correctas, es la TL quien
debe dejar invariantes a todas las leyes fı́sicas de la naturaleza; concluimos que la LMN
no es correcta, debemos modificarla.

Mecánica Newtoniana Electromagnetismo


TG ⇥
TL ⇥

Tabla 2.1: ¿Bajo que operación deben ser invariantes las leyes fı́sicas?

En la Tabla 2.1 expresamos gráficamente lo anterior; vemos que ambas formulaciones no pueden ser
correctas al mismo tiempo. No importa que la TG esté incluida en la TL, siendo su lı́mite el de bajas
velocidades relativas. No importa cuánto valga~v R , ambos cuerpos de leyes deben ser invariantes bajo
una sóla de estas operaciones, ya que un SR dado se considera a sı́ mismo en reposo y no sabe, ni tiene
que saber, qué velocidad relativa le mide otro SR (¡de los cuales hay infinitos!).

Debemos decidir qué ley de transformación es correcta. Para esto cabe indagar no en la fı́sica new-
toniana ni en el electromagnetismo, pues precisamente llegamos a ellas por parecernos consistentes.
Necesitamos, antes bien, estudiar algún fenómeno para el cual la TG y la TL predigan resultados dis-
tintos. Distintos y medibles.

La FN establece que todo objeto se puede mover con cualquier velocidad. En particular, para un
cuerpo de masa m sometido a una fuerza constante ~F = F x̂x predice que las componentes y y z tendrán
movimiento uniforme, con vy,z = vy,z (t = 0), constantes, pero la componente x, aquella sobre la cual
actúa la fuerza, tendrá una aceleración constante dada por~a = F/mx̂x, de modo que
1 dx
x(t) = x0 + vx,0t + at 2 , vx (t) = = vx,0 + at , (2.32)
2 dt
en que x0 y vx,0 son la posición y velocidad iniciales a lo largo del eje x, por lo que la velocidad de la
partı́cula,
q
~v = v2x + v2y + v2z
q
= (vx,0 + at)2 + v2y,0 + v2z,0 ,
16 Esdecir, Coulomb y Biot-Savart llegaron a la conclusión, en cada caso, que una fuerza eléctrica y magnética actuaba
sobre un cuerpo usando la definición m~a ⌘ ~F .

34
aumenta lineal e ilimitadamente con el tiempo: vx (t ! •) = at ! •. Esta es la predicción de la fı́sica
newtoniana desde cierto marco de referencia S en que se aplican las condiciones iniciales antedichas;
si a ella aplicamos la TGV, Ec. (1.4), obtenemos que cualquier otro SRI en movimiento relativo res-
pecto de S 0 medirá a este cuerpo una velocidad~v ~vR , cuyo módulo también divergirá para t ! •.

Ahora bien, veamos qué hace la TL al módulo de una velocidad: si desde un SR S un cuerpo tie-
ne en cierto instante una velocidad ~v = (vx , vy , vz ) entonces, desde otro SR S 0 , con velocidad relativa
~v R = vR x̂x respecto de S, el módulo de su velocidad será
q
|~v 0 | = v0x2 + v0y2 + v0z2
s✓ ◆ ✓ ◆2 ✓ ◆2
vx vR 2 vy vz
= + +
1 bx bR gR (1 bx bR ) gR (1 bx bR ) (2.33)
v
u 2
u
t (1 bR2 )(1 ~b )
=c 1 ,
(1 bx bR )2

en que hemos usado la Ec. (2.26), y, como siempre,~v = c~b , vx = cbx y vR = cbR .
v'/c v'/c
2.0
14

12
1.5
10
0.01c
8
1.0 0.5c
0.9c 6

0.5 4

v/c v/c
0.0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 1.2 1.4 0 1 2 3 4 5 6

Figura 2.4: El mismo gráfico visto a distintas a escalas para p


la relación entre los módulos de la velocidad
de una partı́cula en dos sistemas de referencia, usando bx = |~v |/ 3 en la Ec. (2.33). Observe que si |~v | = c en
un SR, necesariamente |~v 0 | = c en el otro. (Las leyendas indican el valor de bR usado en cada caso.)

En la Fig. 2.4 vemos cómo se comporta |~v 0 | en función de |~v| para distintos valores de~vR . Cuando la
velocidad relativa es pequeña (bR = 0.05, tal que gR ' 1.001) la relación es lineal, es decir, la TL se re-
duce a la TG, como esperamos. Este comportamiento cambia gradualmente a medida que bR aumenta,
aproximándose a 1 (recuerde que bR  1 para que gR se mantenga Real 17 ). Notamos que cuando un SR
mide una velocidad |~v | = c a algo, todos los SR miden lo mismo (b 0 = c|~v 0 | = 1), independientemente
de su velocidad relativa |~v R |, lo cual puede constatarse directamente en la Ec. (2.33), haciendo |~b | = 1.

Es decir, la TL predice que la velocidad de la luz en el vacı́o, c, y sólo ella, es medida con
igual magnitud en todos los SRI. Se dice que “el número c” es Invariante bajo TL. Esto
es válido para todo lo que se mueve con velocidad c, sea luz u otra cosa.
17 Vemos en la Ec. (2.33) que cuando la componente vx de la velocidad de la partı́cula toma el valor vx = c2/vR > c la
velocidad v0 percibida por S0 diverge. Este absurdo nos lleva a sospechar que, de acuerdo a la TL, no es aceptable que la
velocidad de una partı́cula exceda a c (de hecho, vx = av, donde a 2 [0, 1]).

35
11. El Experimento de Michelson-Morley (EMM)
Si bien las TL fueron publicadas entrado ya el Siglo XX, desde mucho antes ya rondaba la pregunta
sobre cuál era el sistema de referencia correcto, aquél para el cual medı́amos una velocidad de pro-
pagación c a las OEM. Desde el momento que nosotros los humanos medimos dicho valor, c, parecı́a
que nuestro planeta era un buen candidato para considerarse aquel SR.

En febrero de 1990 la sonda espacial Voyager 1 tomó la fotografı́a mostrada el la Fig. 2.5a, donde
se ve a nuestro planeta, en medio de un rayo de luz, desde una distancia de 6000 millones de kilóme-
tros. Ante ella, el astrónomo y divulgador estadounidense Carl Sagan expresó sus pensamientos en
un sentido párrafo, donde nos referı́a como ese “pálido punto azul” (léalo acá). La fotografı́a de la
Fig. 2.5b fue tomada por la sonda Cassini en julio de 2013, con Saturno entre ella y nosotros, a unos
1.3 billones de kilómetros.

(a) Sonda Voyager 1, 1990. (b) Sonda Cassini, 2014.

Figura 2.5: El pálido punto azul.

Pues bien, el hallazgo de las EM sugerı́a que este pequeño y pálido punto azul donde vivimos es un SR
privilegiado, a bordo del cual registramos la forma correcta de esas ecuaciones. Y no sólo eso, pues a
mediados del Siglo XIX, y a la luz de las Ecs. (2.2), los fı́sicos planteron la célebre Hipótesis del Éter:

• Medio de Propagación. A diferencia de las ondas mecánicas, en que lo que oscila es materia,
y gracias a ello se propaga una onda, lo que oscila en las OEM no es materia, sino los campos
~E y ~B . Sin embargo, no se concebı́a que la propagación de estas ondas pudiese prescindir de
un medio material para hacerlo. Se requerı́a entonces de un medio fı́sico que actuara como
engranaje y facilitara el transporte de la onda. A este medio hipotético se le denominó Éter.

• Espacio Absoluto. Más importante aún, el Éter, concebido como un fluido en reposo que lle-
naba todo el universo, definı́a aquel sistema de referencia respecto del cual la luz se movı́a con
velocidad c. Con esto, las cantidades e0 y µ0 que aparecen en c = (e0 µ0 ) 1/2 se convertı́an en
atributos del éter, no del vacı́o. La aplicación de la TG predecı́a que cualquier SR en movimiento
respecto del éter debı́a medir a la luz una velocidad distinta de c.

El éter era la expresión material de una de las nociones newtonianas sobre las que se funda la mecánica:
la existencia de un Espacio quieto y absoluto, respecto del que deben medirse ciertas cantidades.

36
En 1887 los fı́sicos estadounidenses Albert Michelson y Edward Morley montaron un experimento
cuyo objetivo era medir el efecto del movimiento de La Tierra respecto del Éter en la velocidad que
medimos a la luz proveniente del Sol. ¡Nada menos! Simplificando un poco las cosas,
El fundamento del Experimento de Michelson-Morley (EMM) fue,
(i) establecer las predicciones que se obtienen de poner v = c en las Ecs. (1.4) y (2.33),
(ii) comparar dichas predicciones con sus resultados experimentales, y
(iii) decidir cuál de las dos operaciones, TG ó TL, se ajusta mejor a ellos.
Es decir, el EMM permitı́a juzgar, por fuera de la Mecánica y el Electromagnetismo, si la operación
correcta bajo la cual deben cambiar las coordenadas es la transformación de Galileo o de Lorentz.

B B B'

SRL SRE

L
L

L+vtc'
S S
L C C'

A A A' A''
λ C λ
vtB'
P P
Patrón de Patrón de
Interferencia Interferencia

Figura 2.6: Trayectorias de dos rayos de luz en el Interferómetro de Michelson–Morley vistas desde (a) el
Sistema de referencia del laboratorio (SRL), en el cual la luz viaja la misma distancia L a lo largo de cada
brazo, y (b) el Sistema de referencia del Éter (SRE), el único desde el cual todo rayo de luz se ve, por hipóte-
sis, con velocidad c, mientras que el SRL (es decir, La Tierra) es visto con velocidad (Laboratorio respecto
del Éter)~v LE = vx̂x ⌘~v R . (Los colores de los espejos indican dónde están en cada instante señalado.)

En la Fig. 2.6 vemos un esquema del Interferómetro de Michelson, diseñado en 1881, consistente en
dos guı́as de luz de largo L (brazos), perpendiculares entre sı́, por las cuales viaja radiación de longitud
de onda l originada en una fuente S (el Sol) que, al pasar por un espejo semireflectante A, se divide en
dos: de acuerdo a un observador terrestre, que ve al Laboratorio en reposo (SR del Laboratorio, SRL)
el rayo vertical va al espejo B, rebota y se reencuentra en A con el rayo que se reflejó en el espejo
C, produciendo entre ambos un patrón de interferencia caracterı́stico en la pantalla P. Evidentemente,
para el SRL los rayos viajan la misma distancia L en cada dirección, pero registra un efecto debido
al arrastre de la luz a través del éter, observando velocidades vy = c y vx = c ± vLE , en que~v LE = vx̂x
es su velocidad respecto del Éter. (Obviamente el SRL se considera a sı́ mismo en reposo, pero de
acuerdo a esta hipótesis en realidad está en movimiento respecto del SR privilegiado del Éter, aquél
en que vluz = c). Por su parte, un observador que está en reposo respecto del Éter (SRE) ve que el rayo
horizonal sale de A, se refleja en el espejo C (ubicado, para él, en el punto C 0 ) y vuelva a A 0 , mientras
que el otro rayo, esta vez diagonal, se refleja en B 0 , encontrándose con el primero en A00 y produciendo
otro patrón de interferencia, ya que las distancias recorridas por cada rayo son distintas. Este segundo
observador, que se precia de estar en reposo respecto del éter, afirma, de acuerdo a dicha hipótesis, que
los rayos de luz que él ve se mueven siempre con velocidad c, independientemente de las distancias y
direcciones recorridas dentro del interferómetro.
De acuerdo a la Hipótesis del Éter (HE), sólo es correcto el observador del SRE, pues
sólo él mide la velocidad c a la luz. Todos los demás SR, en movimiento relativo a SRE,

37
verı́an una Fı́sica distorsionada; en particular, sus EM tendrı́an la forma incorrecta que
obtuvimos en §7.

En consecuencia, lo que se ve desde el SRL debe analizarse en términos de lo que evalua el SRE, en
la Fig. 2.6b. Dicho observador ve que los espejos se mueven hacia la izquierda (junto al laboratorio)
con la velocidad de traslación de La Tierra, vT ' 30 [Km/s] 18 . Ası́, calcula que el rayo AC 0 viaja a la
velocidad c durante un tiempo tAC 0 y recorre una distancia
L
ctAC 0 = L + vTtAC 0 =) tAC 0 = .
c vT

Luego, al rebotar y volver hasta el punto A00 viaja, también con velocidad c, durante un tiempo tC 0 A00 ,
recorriendo una distancia 19
L
ctC 0 A00 = L vTtC 0 A00 =) tC 0 A00 = ,
c + vT
con lo cual el tiempo total de viaje a lo largo del brazo horizontal es

tH = tAC 0 + tC 0 A00
2L/c
= (2.34)
1 v2T/c2
2L
' 1 + v2T/c2 ,
c
en que hemos usado la aproximación (1 a)n ' 1 na, donde a = bT2 = v2T/c2 ⇠ 10 8 . De igual
modo, lo que el SRL ve como el rayo vertical AB, el SRE lo ve en la dirección diagonal AB 0 y también
con velocidad c (por la HE), tardando un tiempo tAB 0 en llegar al espejo de arriba y recorriendo una
distancia q L/c
ctAB 0 = L2 + (vTtAB 0 )2 =) tAB 0 = p ,
1 v2T/c2
y otro de igual valor para ir de B 0 hasta A00 . Luego, el tiempo total diagonal es

tD = 2tAB 0
2L/c
=p
1 v2T/c2 (2.35)
2L
' 1 + v2T/2c2 .
c
Con esto, el SRE predice que en el SRL estos rayos llegan con una diferencia de tiempo

Dt = tH tD
Lv2T (2.36)
=
c3
h i
18 Obtenga este resultado, es muy simple. La rotación terrestre, cuya velocidad angular es w = 1Rev/dı́a ' 7.27 ⇥ 10 5 Rad
s ,
hace que la máxima velocidad tangencial sobre la superficie terrestre se dé en latitudes ecuatoriales, con una magnitud vR =
wRT ' 0.50 [Km/s] (con RT =Radio Terrestre), añadiendo una corrección marginal al efecto debido a vT .
19 Note que las expresiones para t 0 y t 0 00 equivalen a decir que la luz recorrió la distancia L con velocidad horizon-
AC C A
tal c ⌥ vT , que no es otra cosa que la TVG. Es decir, la HE es compatible con la TG.

38
y, por lo tanto, con una diferencia de camino recorrido dada por

d = rH rD
= cDt (por la HE)
(2.37)
Lv2
= 2T ,
c
debiendo originarse un patrón de interferencia no trivial. Fijando L = 11 [m], el largo de los brazos
que usaron Michelson y Morley en 1887, y los valores para vT y c obtenemos d ' 1.1 ⇥ 10 7 [m].
Recordamos que las condiciones para Interferencia Constructiva (IC) o Interferencia Destructiva (ID)
dependen precisamente de cuántas veces cabe la longitud de onda usada l en d , según

IC: 0, l , 2l , · · ·
|d | = |rH rD | =
ID: l2 , 3l 5l
2 , 2 ,···

Entonces, usando l ' 500 [nm] obtenemos que d/l ' 0.22, una condición intermedia entre las in-
terferencias constructiva y destructiva. Ahora bien, la consecuencia última de este análisis es que el
efecto del viento de éter se manifieste también si rotamos el interferómetro en 90 . Al hacer esto
intercambiamos los roles de rH y rD , de modo que la diferencia entre los d s obtenidos con orienta-
ciones perpendiculares del interferómetro es D = 2d , lo cual debı́a traducirse en un cambio de fase
total D/l ' 0.44. Esto, claro, si la TG y la HE eran correctas. La resolución del interferómetro usado
en esa ocasión podı́a medir desfases totales tan pequeños como 0.02, pese a lo cual no detectaron
ningún efecto. Este experimento, ası́ como versiones depuradas de él que se hicieron hasta 1930 no
lograron registrar ningún desfase, incluso midiendo a distintas horas del dı́a y en distintas estaciones
del año (esto es, cambiando la dirección relativa entre la luz y el viento de éter).

En consecuencia, y aún cuando hubo muchos intentos por explicar estos resultados sin renunciar a
la HE y la TG, finalmente la comunidad cientı́fica aceptó que, de existir, el éter no produce efectos
medibles, conviertiéndose ası́ en una hipótesis innecesaria. En adelante, particularmente después del
artı́culo de Einstein de 1905, la hipótesis del éter fue desterrándose paulatinamente de la Fı́sica. Co-
mo corolario de todo esto se seguı́a que la TG no era tan correcta como se habı́a creı́do por casi tres
siglos. Desarrollos posteriores mostraron que la verdadera transformación que relaciona las coorde-
nadas temporal y espacial que ven dos observadores inerciales con velocidad relativa constante entre
sı́ es la Transformación de Lorentz. A la luz de la discusión sobre la Tabla 2.1 debemos aceptar que
el Electromagnetismo es correcto, por mantenerse invariante bajo la TL, a diferencia de la Mecánica
Newtoniana, que ahora cabe modificarse.

39
Capı́tulo 3
Consecuencias de la Transformación de Lorentz

En este capı́tulo desarrollaremos las principales consecuencias que tienen las TL en las mediciones
de tiempo y longitud que realizan dos observadores inerciales que difieren entre sı́ en un movimiento
relativo uniforme. Al igual que antes, convendremos en que el sistema de referencia S ve al observador
S 0 moviéndose hacia la derecha, con velocidad~v R = vR x̂x.

12. Simultaneidad y Dilatación del Tiempo


La TL introduce una novedad no trivial en cuanto a los intervalos de tiempo (Dt y Dt 0 ) medidos
por ambos observadores: cuando S registra dos eventos, E1 y E2 , que ocurren simultáneamente y en
distintos puntos del eje x, tal que t2 t1 = Dt = 0 y x2 x1 = Dx 6= 0, el observador S 0 mide
vR
Dt 0 = gR Dx y Dx 0 = gR Dx , (3.1)
c2
es decir, S declara dos eventos simultáneos, pero no ası́ S 0 . La razón algebraica de esto es que en la TL
Dt 0 es función no sólo de Dt (como en la TG, con Dt 0 = Dt), sino también de Dx, con una dependencia
proporcional a c 2 . Observamos que:
• El hecho que la TL se reduzca a la TG cuando vR ⌧ c equivale a decir que la TG asume tácita-
mente que c ! •. No en vano todos los efectos debidos a la finitud de c son desconocidos en la
FN. Podemos entender que en la FN (y su demandada invariancia bajo TG) la velocidad de la
FN
luz puede considerarse infinita: c ! cN = •.

• Al aplicar la TVG a cN obtenemos cN0 = cN vR = cN . Es decir, c es invariante bajo TL del mismo


modo que cN lo es bajo la TG.

• Por lo tanto, el resultado relativista Dt 0 6= Dt puede entenderse sólo en términos de la finitud de c,


un hecho del cual se tuvieron pistas a partir del siglo XVIII, y cuya comprensión fue posible
sólo con el advenimiento de la Electrodinámica, recién en el siglo XIX. En otras palabras, que
dos eventos dejen de ser simultáneos para todos los SRI se debe a que la velocidad a la cual se
propaga la información proveniente de ellos, c, es finita. Finita e invariante 1 .
En particular, si el evento E2 ocurre a la derecha de E1 , i.e., x2 x1 = Dx > 0, entonces el observa-
dor S 0 , quien se mueve hacia la derecha, medirá Dt 0 = t20 t10 < 0 y aseverará que el evento E1 ocurrió
1 Un observador se entera del evento E = (t, x, y, z) cuando llega a él la información de ese evento. La máxima velocidad con
que puede viajar esa información es c. Entonces, que todos los SRI vean que la información viaja a la misma velocidad es
un dato de suma relevancia para fines de lo que registran como Dt y Dx. De eso trata la TL.

40
después que E2 . La TL establece que la luz proveniente de E2 llega a S 0 antes que la luz proveniente
de E1 , no debiéndose a la ubicación de S respecto de S 0 (por ejemplo, que uno esté a la derecha del
otro), sino sólo a la velocidad relativa entre ambos.

Medimos Longitud, Calculamos Tiempo. Consideremos ahora dos eventos E1,2 que según un obser-
vador S ocurren en el mismo punto (Dx = Dy = Dz = 0) y están separados por un tiempo Dt > 0 (por
ejemplo, lanza una moneda hacia arriba y espera que vuelva al punto de partida). Al aplicar la TL
obtenemos que el observador S 0 medirá

Dt 0 = gR Dt Dx 0 = vR gR Dt Dy 0 = 0 Dz 0 = 0 , (3.2)

es decir, registrará un tiempo mayor entre E1 y E2 (recuerde que gR = (1 v2R/c2 ) 1/2 1). Entonces,

• La diferencia entre Dt y Dt 0 se explica, primero, por la finitud de c, pero más en profundidad por
el hecho que cada uno de ellos declara la ocurrencia de un evento sólo cuando les llega la luz
proveniente de él: S percibe que la luz proveniente desde E2 llega Dt segundos después de que
el pulso proveniente desde E1 ; ası́mismo, y sólo debido a la finitud e invariancia de c, S 0 percibe
que el pulso desdeE2 llega Dt 0 segundos después de que aquél desde E1 .

• La única variable que determina esta diferencia es la velocidad relativa~v R entre los observadores.
Es claro que si c fuese infinita los dos pulsos de luz llegarı́an instantáneamente a S y S 0 , en el
momento mismo de su ocurrencia y sin importar el valor de~v R ni la distancias mutuas entre E1 ,
E2 , S y S 0 , registrando ambos el mismo tiempo Dt.

• Los relojes que usan S y S 0 funcionan igual. Si compararan verı́an que los punteros se mueven
al mismo ritmo. La relatividad trata sobre la medida del tiempo, no sobre el mecanismo interno
de los relojes.

• Importante. Conviene distinguir dos nociones de tiempo: el tiempo psicológico, aquel que cada
uno siente en su mente, el transcurrir de las cosas, y el tiempo fı́sico, aquel sobre el cual versa
esta ciencia y al que podemos definir operativamente como aquello que miden los relojes. Es
decir, los relojes comienzan a medir tiempo cuando se les da la orden de hacerlo, y dejan de
medirlo cuando se les da otra orden. Identificamos esas órdenes como señales, los pulsos de luz
que van desde cada evento hasta el reloj, los que viajan con velocidad c y obedecen a la Fı́sica
de las TL. Ası́, la relación entre Dt y Dt 0 no trata estrictamente sobre el Tiempo, sino sólo sobre
su medida. Un observador cualquiera nunca mide el tiempo intrı́nseco entre dos eventos; a lo
sumo puede medir el tiempo que media entre las señales que llegan a él proveniente desde cada
evento.

El fenómeno Dt 0 > Dt se conoce como Dilatación del Tiempo, y se verifica cuando uno de los ob-
servadores registra ambos eventos en el mismo punto. En este caso, el tiempo que mide S, Dt ⌘ tp ,
se conoce como tiempo propio y es el mı́nimo tiempo que algún SRI puede medir entre E1 y E2 . El
término Dilatación alude a que cualquier observador S 0 medirá más segundos que S entre E1 y E2 .

13. Contracción de las Longitudes


Considere el siguiente método para medir la longitud de un objeto unidimensional en movimiento,
que se mueve con velocidad ~v obj = vobj x̂x. Para esto nos fijamos en la posición del extremo izquierdo

41
del objeto en el instante t0 y luego, en el instante t0 + t1 , vemos la posición de su extremo derecho,
constatando que su longitud es

L = L0 + vobjt1 . (3.3)

Es decir, la longitud aparente es más larga porque el extremo derecho se aleja del extremo izquier-
do (Fig. 3.1).

L0 vobj Δt

A, Ext B, Ext Ext derecho


izquierdo derecho aparente

Figura 3.1: Alargamiento aparente de un objeto en movimiento.

Ahora bien, entendemos que un observador S hace una medición correcta de la longitud cuando se fija
simultáneamente en la posición de sus extremos, Dt = t1 = 0, concluyendo que L = L0 . Otro obser-
vador inercial, nuestro habitual S 0 , se mueve con velocidad ~v R = vR x̂x respecto de S (y del objeto), de
modo que la longitud que mide viene dada por

L 0 = Dx 0 vobj Dt 0 , (3.4)

en que el signo delante de vobj = vR se debe a que S 0 ve al objeto moviéndose hacia la izquierda, de
modo que el extremo B se acerca al extremo A. Ante esto debemos decidir si usaremos la TG o la TL
para expresar las cantidades primadas. En el primer caso Dt 0 = Dt = 0 y ambos observadores, S y S 0 ,
miden el mismo largo: L 0 TG = L0 . Evidentemente, este resultado se sustenta en que la simultaneidad
es una hecho absoluto, en el que todos los SRI están de acuerdo. Más interesante es el caso en que
usamos la TL, donde Dx 0 y Dt 0 vienen dadas por las Ecs. (2.22),

L 0 = Dx 0 + vobj |Dt 0 |
⇣ vR ⌘
= gR Dx vR +gR 2 Dx
c (3.5)
r
2
vR
= L0 1 ,
c2
en que hemos usado |Dt 0 | para fijar el hecho que S 0 ve moverse al objeto durante un tiempo posi-
tivo
p t1 > 0, Ec. (3.3). Ası́, el observador S 0 registra un largo L 0 menor que L0 en un factor gR 1 =
2
1 vR/c2 . Este fenómeno, conocido como Contracción de las Longitudes (CL) tiene un origen ne-
tamente relativista, pues aparece al comparar la medida hecha por un observador en reposo respecto
del objeto (L0 ) con un cálculo, basado en la TL, hecho desde otro SRI, que ve al objeto moviéndose
con rapidez vR . La cantidad L0 es una longitud medida a un objeto en reposo, y es conocida como
Longitud Propia.
Si el objeto es tridimensional, con dimensiones Lx , Ly y Lz a lo largo de los ejes x, y y z, respectiva-
mente, entonces las longitudes perpendiculares a ~v R , Ly,z , no se ven afectadas por la TL. Si bien las
mediciones de Dy = Ly y Dz = Lz (hechas por S) también deben hacerse simultáneamente, los valores
que mide S 0 , Dy 0 y Dz 0 , no sufren el efecto de la Ec. (3.3), ocurriendo simplemente que Dy 0 = Dy = Ly
y Dz 0 = Dz = Lz . La CL afecta sólo a las longitudes paralalelas a~v R .

42
Explicaciones Alternativas
• Consideremos el acto de medir longitudes en términos de Eventos. En el lenguaje de las TL
introducido en §8 (pág. 29), para el observador S existen dos eventos simultáneos en este proce-
so: (i) E1 : registrar la ubicación del extremo izquierdo del objeto sobre la regla y (ii) E2 : registrar
la ubicación del extremo derecho sobre la regla. Ası́, establece que Dt = 0 y Dx = L0 es el largo
del objeto (Largo Propio). Veamos ahora cómo mide S 0 la misma longitud, tomando en cuen-
ta que ve al objeto moviéndose hacia la izquierda, con velocidad ~vR . Para este observador el
proceso es algo más complicado: desde el momento que quiere medir una longitud, él considera
que también debe fijarse simultáneamente en los extremos del objeto, de modo que Dt 0 ⌘ 0. Si
alguien le dice a S 0 que el observador S midió un largo Dx = L0 al objeto, él calcuları́a que aquel
proceso no fue simultáneo; antes bien, usando la TL establecerı́a que esos eventos estuvieron
separados por un tiempo Dt e tal que
⇣ ⌘
Dt 0 = gR Dte vR Dx ⌘ 0, (3.6)
c2
(S 0 sabe que S lo ve moviéndose hacia la derecha, de ahı́ el signo delante de vR ). En consecuen-
e = vR/c2 Dx y Dx = L0 el observador S 0 calcula que el largo que él mide (o
cia, con los datos Dt
debe medir) al objeto es

Dx 0 ⌘ L 0
⇣ ⌘
= gR Dx vR Dt e
✓ ◆
v2R (3.7)
= gR Dx 1
c2
r
v2R
= L0 1 .
c2

Esto es, S 0 hace una TL a los datos que sabe (Dx = L0 ) o presume (Dt) e del observador S.
El origen algebraico de la CL, Dt ! Dt, e no es otra cosa que el carácter no absoluto de la si-
multaneidad, el cual, como vimos en § 12, se debe a la finitud de c. Es decir, al hecho que las
coordenadas cambien de acuerdo a la TL, no la TG. Con esto, el observador S 0 se permite ima-
ginar que la medición de S no fue simultánea (Dt ! Dt e 6= 0), gracias a lo cual puede justificar
0
que la suya sı́ lo es (Dt ⌘ 0), que es la condición para realizar correctamente su medición.
e puede parecer rebuscada, sin embargo es sólo un artificio concep-
La introducción del tiempo Dt
tual que ideamos para compatibilizar el hecho que ambos observadores miden simultáneamente
los extremos del objeto. Como dijimos antes de la Ec. (3.6), Dt e es el tiempo que S 0 adjudica
a al proceso de medición de longitud realizado por S. Lo que S 0 declara como una medición
simultánea de los extremos (Dt 0 = 0) tiene que traducirse para S, según S 0 , como un proceso no
simultáneo.

• Medimos Tiempo, Calculamos Longitud. Consideremos los dos observadores de la Fig. 3.2,
cada uno dotado de relojes dispuestos para medir el tiempo que pasa entre los siguientes dos
eventos: (i) E1 , una nave pasa frente a una estrella amarilla y (ii) E2 , luego pasa frente a una
estrella roja. El observador azul (S) ve que la nave se mueve hacia la derecha con velocidad vx̂x,
tardando un tiempo ta en su viaje, por lo cual calcula que la distancia entre ellas es La = vta .
Por su parte, el observador verde (S0 ) es, digamos, el piloto de la nave, un observador inercial
tan válido como el primero, respecto del cual se mueve con velocidad relativa ~v R = +vx̂x. El
piloto se considera a sı́ mismo en reposo, viendo que en realidad son las estrellas quienes se

43
desplazan, según él con velocidad vx̂x, de modo que registra ambos eventos en el mismo punto.
Luego, el tiempo tv que mide entre ellos es, en efecto, un tiempo propio, lo que le permite usar
la expresión para la dilatación del tiempo ta = gRtv , en que gR = (1 v2R /c2 ) 1/2 . En base a esto,
el piloto calcula que la distancia entre las estrellas es
r
ta v2R
Lv = vtv = v = La 1 .
gR c2

Note que sólo el observador azul mide correctamente la distancia entre las estrellas, pues ha
registrado sus extremos simultáneamente. Mientras, el piloto calcula Lv usando el fenómeno de
la dilatación del tiempo, prescindiendo de la simultaneidad.

(a) SR en Tierra. (b) SR en la nave.

Figura 3.2: Eventos E1,2 vistos desde dos SRI: un observador azul y una nave verde, cuya velocidad
relativa es~v R = vR x̂x.

Digresión Crı́tica
A continuación ahondamos en un asunto escasamente abordado en la literatura. La Ec. (3.3) se refiere
a lo que obtenemos cuando medimos la longitud de un objeto en movimiento (Fig. 3.1). El objeto
puede estar moviéndose, pero en tal caso debemos fijarnos simulatáneamente en sus extremos; de otro
modo registramos una longitud que no es la del objeto, L 6= L0 . Visto ası́, se llama longitud propia, L0 ,
a lo que leemos en una regla cuando nos fijamos simultáneamente en los extremos del objeto, inde-
pendientemente de su velocidad. Pues bien, la cantidad L0 de la Ec. (3.5) no se obtiene midiendo, sino
calculando. Se trata de un cálculo que hacemos en nombre del observador S0 a partir de lo que mide
el observador S. Si bien es un cálculo válido, cuyos efectos ocupan un lugar notable dentro de la ci-
nemática relativista, L0 6= L0 no corresponde a la comparación de dos mediciones, sino a una medición
y a lo que se conoce como reducción de datos.

A propósito de comparar medidas hechas correctamente, es decir, con S y S0 fijándose simultánea-


mente en los extremos del objeto, la Ec. (3.4) es clara: ambos miden la misma longitud, L0 , pues la
simultaneidad anula cualquier efecto debido a vobj 6= 0. Entonces, la estudiante puede preguntarse cuál
es la TL que conecta a las mediciones

(cDt, Dx) = (0, L0 ) y (cDt 0 , Dx0 ) = (0, L0 ) ,

hechas, presuntamente, a bordo de los Sistemas de Referencia S y S0 . La Ec. (2.22) implica que estos
números son compatibles sólo si ~v R = 0, equivalente a que S y S0 compartan el mismo estado de
movimiento: una solución trivial, fuera de nuestro interés. Por otra parte, la TL compara números
asociados a los mismos eventos, sólo que vistos desde distintos SR; en este caso, los dos eventos
definidos a bordo de S, fijarse simultáneamente en los extremos del objeto (medir), difieren de los

44
dos eventos registrados por S0 al hacer lo propio, ya que la simultaneidad no es un hecho unánime
para observadores en movimiento relativo. En consecuencia, si dos pares de eventos, E1,2 y E3,4 , son
simultáneos para dos observadores que difieren en una velocidad relativa es porque E1,2 6= E3,4 , de
modo que (cDt12 , Dx12 ) y (cDt34
0 , Dx0 ) no están relacionados por una TL. Concluimos que dos SRI
34
que miden debidamente la longitud de un mismo objeto, con Dt = Dt 0 = 0, no pueden comparar sus
resultados mediante una TL directa, Ec. (2.22).

14. El Experimento Michelson–Morley según la Transformación de


Lorentz
Ahora estamos en condiciones de entender por qué el EMM no arroja el resultado esperado. Revisemos
las Ecs. (2.34)–(2.35) (antes de las aproximaciones finales), particularmente en sus dependencias en L,
el largo de los brazos del interferómetro de Michelson. El rayo diagonal AB 0 A00 de la Fig. 2.6 recorre,
en efecto, una distancia vertical L = L0 , correspondiente a la longitud propia del brazo (no contraı́da,
por ser perpendicular a ~v R ). Luego, la ecuación para tD µ L0 conserva su forma. Ası́mismo, es claro
que el rayo horizontal AC 0 A00 recorre, tanto de ida como de vuelta, una longitud contraı́da L 0 = L0/gR
en la dirección
p de ~v R . Esto demanda que en las expresiones para tAC 0 y tC 0 A00 debamos reemplazar
L ! L0 1 v2T/c2 , haciendo que
2L0/c
tH = tD = q ,
v2T
1 c2
lo cual se traduce en que los rayos emanados desde el espejo A00 lleguen al interferómetro con una
diferencia de camino óptico d = c(tH tD ) = 0 (compare con la Ec. (2.37)), no produciendo efecto
alguno de interferencia.

El resultado negativo del EMM (1887) sorprendió a la comunidad cientı́fica sin un argumento para
justificarlo. Después de todo, no era tan fácil renunciar a la TG y sus consecuencias, una de las cuales
era el patrón de interferencia esperado. Ası́, los fı́sicos George FitzGerald y el mismo Hendrik Lorentz
propusieron, en 1889 y 1892, respectivamente, una extraña hipótesis para justificar este resultado: por
algún motivo desconocido para ellos, el movimiento relativo entre dos SR (en este caso, el Éter y el
planeta Tierra) debı́a producir una contracción dada por la Ec. (3.5) en la dirección del movimiento,
dejando inalteradas las longitudes en las direcciones perpendiculares 2 . Sin duda una buena justifi-
cación algebraica al asunto, pero obviamente sin ningún fondo fı́sico que la sustentara. Vemos que,
como recurso, esta idea era acertada; sin embargo, como hipótesis carecı́a de todo antecendente, sien-
do aplicacable sólo al EMM. En sı́ntesis, salvaba la situación, funcionaba, pero no explicaba por qué
funcionaba. La CL fue legitimada en la medida que la comunidad aceptó a la TL como la operación
correcta que relacionaba a las coordenadas usadas por dos SRI.

15. Intervalo y Causalidad


Hemos visto que la TL induce cambios en las medidas del tiempo y de las coordenadas espaciales,
teniendo como consecuencia los fenómenos de dilatación del tiempo y contracción de las longitudes.
Nos preguntamos si, tal como ocurre con las rotaciones, las TL dejan invariante alguna cantidad rela-
cionada con las cuadri–coordenada R de un evento (o su diferencia, si son dos eventos). La respuesta
2 La contracción de las longitudes recibe también el nombre de Contracción de Lorentz-FitzGerald.

45
es que sı́ la hay: tal cantidad se conoce como Intervalo 3 y viene definido por
⇥ 2 ⇤
Ds2 ⌘ c2 Dt 2 Dx + Dy2 + Dz2 . (3.8)

En efecto, si aplicamos las Ecs. (2.24)–(2.25) a estas diferencias obtenemos 4


⇥ 02 ⇤
Ds2 ! Ds0 2 = c2 Dt 0 2 Dx + Dy0 2 + Dz0 2
TL

⇣ vR ⌘2 ⇥ 2 ⇤
= c2 gR2 Dt 2
Dx gR (Dx vR Dt)2 + Dy2 + Dz2
c
" ✓ ◆ ✓ ◆# (3.9)
v⇢2⇢ v2⇢

2
=◆g◆ c2 Dt 2 1 ⇢ R2 Dx2 1 ⇢ R2 Dy2 + Dz2
R
⇢ c ⇢ c
⇢ ⇢
2
= Ds .

Esto tiene consecuencias importantes:

• Ası́ como las rotaciones cambian las componentes del vector posición según
Rot
~r = (x, y, z) !~r 0 = R~r
= (x 0 , y 0 , z 0 ) ,

dejando invariante el módulo ~r 2 = x2 + y2 + z2 , la TL cambia las componentes de la cuadri–


coordenadaR según
TL
R = (cDt, Dx, Dy, Dz) ! R 0 = LR
= (cDt 0 , Dx 0 , Dy 0 , Dz 0 )
= (cDt 0 , D~r 0 ) ,

dejando invariante el intervalo Ds2 = (cDt)2 (D~r )2 . El Intervalo, asociado a R (en 4D) es
equivalente al módulo de un vector (en 3D).

• El hecho que la TL involucre a componentes del objeto R = (Dt, Dx, Dy, Dz) es la primera pista
de que la Relatividad Especial, basada en la TL, es una teorı́a que debe expresearse en un
espacio de cuatro dimensiones: las tres dimensiones espaciales habituales, (x, y, z), además de
una dimensión temporal, ct.

• En la literatura no se habla de la cuadri–coordenada, sino del Cuadrivector Posición

R = (ct, x, y, z) = (ct,~r ) .

Los cuadrivectores, que en general expresamos como A = (At ,~A) viven en el Espacio–Tiempo
de cuatro dimensiones (ct, x, y, z) y se caracterizan por tener una componente temporal At y tres
componentes espaciales, ~A = (Ax , Ay , Az ). En particular, la componentes temporal y espacial del
cuadrivector R son ct y~r = (x, y, z), respectivamente. Asimismo, aun cuando las componentes
de todo cuadrivector A varı́an con una TL (esto es, al evaluarlo en distintos SRI), la cantidad
2 02
At2 ~A = At0 2 ~A es invariante, tomando el mismo valor en todos los SRI.
3 También llamado Intervalo Relativista.
4 Ası́como~r 2 = (x, y, z)2 = x2 + y2 + z2 , la Ec. (3.8) equivale a elevar al cuadrado la cuadri–diferencia Ds = (Dt, Dx, Dy, Dz)
definida en la pág. 29, pero antecediendo un signo negativo al cuadrado de las componentes espaciales. Entendemos que
Ds2 = (Ds)2 , del mismo modo que Dt 2 = (Dt)2 y Dx2 = (Dx)2 .

46
Figura 3.3: La caı́da de una piedra vista como dos Eventos separados por un tiempo Dt y una distan-
cia |~r 12 |.

Tipos de Intervalo
Consideremos dos eventos cualesquiera 5 cuyas cuadriposiciones definen las diferencias Ds = (Dt, Dx, Dy, Dz)
y el intervalo

Ds2 = c2 Dt 2 (Dx2 + Dy2 + Dz2 )


= c2 Dt 2 ~r 212

en que~r 212 =~r 221 es la distancia entre los dos eventos. Desde el momento que el Intervalo es un número
invariante, en el cual coinciden todos los SRI que registran estos eventos, podemos hacer la siguiente
clasificación:

• Intervalo Tipo–Luz (ITL): Cuando los dos eventos ocurren en puntos e instantes tales que
c2 Dt 2 =~r 212 , lo cual permite que estos eventos estén conectados (literalmente conectados) por
un pulso de luz, en el sentido que la distancia |~r 12 | entre los eventos haya sido recorrida en un
tiempo Dt tal que |~r 12 |/Dt = c, algo que sólo puede lograr la luz (o cualquier cosa que se mueva
con velocidad c).

• Intervalo Tipo–Tiempo (ITT): En este caso la coordenada temporal entre los eventos cDt es
mayor que la distancia |~r 12 | que los separa (es como decir que están separados por más tiempo
que espacio); gracias a esto ocurre que el Intervalo caracterı́stico entre los eventos es Ds2 =
c2 Dt 2 ~r 212 > 0, o bien |~r 12 |/Dt < c, lo cual significa que ambos eventos pueden estar conectados
por algo más lento que la luz. Por ejemplo, pensemos robóticamente el hecho de dejar caer una
piedra sobre el agua (Fig. 3.3). Distinguimos los siguientes dos eventos: (i) E1 : cierta piedra es
soltada por una mano y (ii) E2 : cierta piedra llega al agua. El hecho que |~r |12/Dt < c nos permite
suponer que en los eventos E1 y E2 participó la misma piedra, precisamente porque objetos
materiales (con masa, como la piedra) se mueven con velocidades menores que c.

• Intervalo Tipo–Espacio (ITE): Como es de esperarse, estos intervalos corresponden a even-


tos separados por un tiempo y una distancia tales que |~r 12 |/Dt > c. Esto implica que si algo se
dirigió desde el punto ~r 1 en el instante t1 (evento E1 ) hasta el punto ~r 2 en el instante t2 =
t1 + Dt (Evento E2 ) debió moverse con una velocidad mayor que c. Algo ası́, sabemos incluso
antes de desarrollar la dinámica relativista, está prohibido para las partı́culas materiales.
5 Es decir, cualquier par de sucesos que ocurren en el universo y están referidos a un SR. Ejemplos de esto son: (i) E : Usted
1
lanza una piedra al lago, E2 : el caballo de Napoleón sufre un aneurisma (no necesariamente en orden cronológico); (ii) E1 :
Explota una supernova, E2 : aterriza un avión en el aeropuerto de Sidney.

47
Causalidad
El hecho que dos eventos definan intervalos tipo–luz (Ds2 = 0) o tipo–tiempo (Ds2 > 0) permite que
entre ellos hallan viajado partı́culas fı́sicas conocidas: en el primer caso, un fotón (partı́cula de luz), en
el segundo, una partı́cula material. Una sutil derivada conceptual de esto es la noción de Causalidad :
Dos eventos E1 y E2 están causalmente conectados (i.e., E1 provocó la ocurrencia de E2 , o vice–versa)
sólo si entre ellos pudo viajar alguna de tales partı́culas. Huelga decir que no necesariamente uno tu-
vo que ser la causa del otro, sino solamente que pudo serlo, ya que la posibilidad de comunicación
entre ambos es la condición mı́nima de causalidad. Ası́, cuando el intervalo entre dos eventos es tipo–
espacio, ninguna partı́cula fı́sica conocida alcanza a cubrir la distancia entre E1 y E2 en el tiempo Dt,
pues para hacerlo deberı́a viajar con una velocidad mayor que c 6 .

Importante: Ya que la clasificación de los intervalos se hace en base a un número invariante, Ds2 ,
todos los observadores inerciales están de acuerdo sobre el carácter causal o no causal de dos eventos:
cuando un SRI afirma que dos eventos están separados por mucha distancia (o muy poco tiempo) para
que uno provoque al otro (i.e., ITE), todos los SRI están de acuerdo en que no existe Conexión Causal
entre ambos. Se dice que estos eventos están causalmente desconectados.

16. Ejercicio Guiado: La vida media del muón


Los muones (µ) son partı́culas elementales que tienen carga qµ = 1 y masa mµ ' 105.7MeV /c2
(dato: me ' 0.511MeV /c2 ). El hecho que su masa sea tan grande posibilita su decaimeinto según el
proceso
µ ! e + nµ + n̄e ,
en que e es un electrón, nµ es un neutrino muónico y n̄e es un antineutrino electrónico, todos ellos
estables. De acuerdo al Modelo Estándar de la Fı́sica de Partı́culas (Standard Model, SM), una vez
producidos, los muones tardan un tiempo tµ ' 2.2 ⇥ 10 6 [s] en sufrir este decaimiento. La colisión
entre rayos cósmicos y ciertos núcleos atómicos presentes en la atmósfera produce unas partı́culas
llamadas piones (p), las cuales, a su vez, decaen en muones, los que viajan radialmente hacia La
Tierra con una velocidad vµ ' 0.98c.
1. Considere los Eventos (i) Producción (P) y (ii) Decaimiento (D) de un muón. Situese en el Sis-
tema de Referencia del muón (SRµ), es decir, aquél en que el muón está en reposo, e identifique
las coordenadas (ctP,D , xP,D , yP,D , zP,D ) de cada Evento (oriente convenientemente los ejes de su
Marco Coordenado). Defina también la cantidad (cDt, Dx, Dy, Dz).
2. Calcule el Intervalo Ds2 asociado a estos eventos e indique de qué tipo es.
3. Discuta si los Eventos P y D ocurren en el mismo punto cuando son vistos desde el SRµ.
Convénzase que es ası́.
4. Use cinemática básica para calcular la distancia que deberı́a viajar el muón entre P y D para ser
detectado en la superficie terrestre.
5. Se ha registrado la producción de muones a una altura de 3240[m] (en el Echo Lake, Denver,
Colorado, EEUU), y tambien su paso (no su producción) en alturas menores, en torno a 1600 [m]
sobre el nivel del mar (tambión en el Estado de Colorado). ¿Deberı́an estos muones llegar hasta
tan bajas alturas? Convénzase que no deberı́an hacerlo.
6 La partı́cula, hipotética, que viaja a velocidades mayores que c se conoce con el nombre de taquión. Existen desarrollos
teóricos sobre los taquiones que el estudiante puede buscar en Internet.

48
6. Deténgase y piense en cómo conciliar los resultados de los ı́tems 4 y 5.

7. Use la transformación correcta de coordenadas, aquella aplicable a objetos y/o sistemas de re-
ferencia rápidos, y calcule el tiempo de vida media que deberı́amos medirle a un muón a una
altura de, digamos, 1600 [m].

8. Use el tiempo de vuelo del muón calculado en 7 y calcule la distancia realmente recorrida.
Asegúrese que ahora todo calza.

Pos último, discuta por qué esta polémica no ocurre con la caı́da de un paracaidista.

49
Capı́tulo 4
Dinámica Relativista

El Experimento de Michelson–Morley puede explicarse sólo si la ley que relaciona las coordenadas y
el tiempo medidos por dos SRI no es ya la TG, sino la TL. En adelante entenderemos que esta es la
transformación correcta, por lo que debemos reformular la Dinámica de modo que mantenga su forma
bajo esta operación, del mismo modo que lo hace el Electromagnetismo.

17. Postulados de Einstein


Esta sección debe entenderse como la sı́ntesis de tres hitos: (i) el antecedente de invariancia de la LMN
bajo TG, (ii) la formulación del Electromagnetismo, incluida la necesidad de la TL, y (iii) el inesperado
resultado del EMM, es decir, la desligitimación de la TG en favor de la TL. Consecuencia de todo esto
son los dos requisitos siguientes, enunciados por Einstein en su célebre artı́culo de 1905 (Einstein,
1905):

• Principio de Relatividad: Las Leyes Fı́sicas deben adoptar la misma forma en todos los Sistemas
de Referencia Inercial.

• Invariancia de c: La velocidad de la luz en el vacı́o, c, es la misma para todos los SRI.

Desglosemos estas ideas: La primera de ellas está presente en la Fı́sica de Galileo–Newton, parti-
cularmente la LMN, que es patentemente invariante bajo la transformación de coordenadas que se
creı́a correcta en el Siglo XVII (Ec. (1.6)). La importancia de esto radica en la convicción (profunda,
filosófica) de que un observador en reposo es equivalente a otro con velocidad constante. Es decir,
que el movimiento uniforme es y debe ser indecidible, de ahı́ la conformidad con que la LMN sea
invariante bajo la TG. La novedad de este postulado es que extiende dicha convicción a las leyes del
electromagnetismo, exigiendo, ahora, que también las EM adopten la misma forma en todos los SRI.
El segundo postulado establece que las Leyes Fı́sicas deben ser invariantes bajo la Transformación de
Lorentz, la cual, como vimos en §10, deja invariante al número c, algo a su vez compatible con el
resultado del Experimento de Michelson-Morley. En sı́ntesis,

La Leyes Fı́sicas, todas, deben ser invariantes bajo las Transformaciones de Lorentz.

El electromagnetismo satisface esto, pero no ası́ la Ley de Movimiento de Newton. Debemos modificar
la dinámica.

50
18. Una Nueva Ley de Movimiento
Antes de seguir debemos aclarar que en estos apuntes no desarrollamos la Relatividad Especial (RE)
en todo su rigor matemático, por lo que algunas definiciones serán presentadas sin la justificación
que merecen. Ejemplo de esto es la noción newtoniana de momentum, ~p = m~v , que ahora debemos
reemplazar por 1
~p = g~v m~v
m~v (4.1)
=q ,
2
1 ~v /c2
expresión conocida como momentum relativista, que, claramente, se reduce a la definición newto-
niana en el lı́mite de velocidades bajas. Con esto, definimos Fuerza como la causa que modifica el
momentum de una partı́cula, es decir,

~F ⌘ d (g~v m~v )
dt  ✓ ◆ (4.2)
2 ~v ·~a
= mg~v ~a + g~v ~v
c2
en que hemos derivado según la regla del producto y usado el hecho que dg~v/dt = g~v3 (~v ·~a/c2 ) (demuéstre-
lo!). Entendemos, a la usanza newtoniana, que sobre un cuerpo actúa una fuerza si, y sólo si, su mo-
mentum varı́a; si varı́a rápido, la fuerza es grande, y es chica si varı́a lento. Al igual que antes, esta
definición no nos informa sobre la naturaleza de la fuerza que actúa sobre el cuerpo, sino sólo su
existencia y su cuantı́a. Se requieren otras indagaciones para saber si esta fuerza es de tipo eléctrico,
magnético, de fricción, etc., ası́ como cuál es su dependencia con el tiempo y la posición del cuerpo.
En la Ec. (4.2) notamos que:
• Cuando un cuerpo no acelera (~a = 0) la Fı́sica Relativista (FR) entiende que no hay fuerzas
externas (netas) sobre él: ~a = 0 =) ~F = 0, lo mismo que aprendimos en FN. Pero esta vez
cambia algo: si bien ~F 6= 0⇣ =)⌘~a 6= 0, lo contrario no es necesariamente cierto. Puede haber
instantes en que ~a = g~v2~v ~vc·~2a 6= 0, implicando que ~F = 0. En §19 vemos un ejemplo donde
existe aceleración a lo largo de direcciones en que no hay fuerza.
• No obstante el punto anterior, cuando todas las componentes de la aceleración son cero, obte-
nemos, necesariamente, que todas las componentes de la fuerza son también nulas.
• Siempre con~a 6= 0, ya no definimos la acción de una fuerza sólo en la dirección de la aceleración
de la partı́cula, sino también en la dirección de su velocidad ~v . Vemos que esta componente
tangencial, proporcional a c 2 no es aparente en el lı́mite de velocidades bajas, manifestándose
sólo cuando la velocidad de la partı́cula tiende a c. (Revise la Lección Epistemológica que vimos
a propósito de las TL, en la pág. 30.)
• Haciendo |~v | = c en la Ec. (4.2) vemos que cuando una partı́cula masiva alcanza la velocidad de
la luz, la fuerza sobre ella tiene que ser infinita. La lectora puede reflexionar sobre qué significa
exactamente una fuerza infinita y qué tan factible es lograrla.
1 Existe literatura en que la cantidad m de la Ec. (4.1) es referida como masa en reposo (a veces con el sı́mbolo m0 ), mientras
que la cantidad g~v m es entendida como masa relativista (a veces escrita con el sı́mbolo mR ). Esta interpretación, que media
entre un punto de vista anticuado sobre el concepto de masa y un recurso didáctico para introducir las novedades de la FR,
es, a nuestro juicio, innecesaria, además de errada. El concepto de masa, entendido como inercia, o, finalmente, como la
cantidad de materia que tiene un cuerpo, no tiene una representación en coordenadas (no ası́ la posición~r y la velocidad
~v = d~r/dt ), por lo que no tiene sentido pensar que varı́a con la velocidad de la partı́cula.

51
Analicemos con mayor detalle el contenido de esta definición de Fuerza y cómo es su efecto en la
aceleración. Para ello descompondremos el movimiento de una partı́cula en dos Marcos Coordenados
distintos.
1. Sistema Coordenado Tangencial–Normal (T N): En la Fig. 4.1a vemos los vectores unitarios T̂ T
N (normal a T̂
(tangecial a la trayectoria) y N̂ T , apuntando hacia el centro instantáneo de curvatura
de la curva en el punto donde se encuentra la partı́cula). Usando el formalismo de Geometrı́a
Diferencial no es difı́cil mostrar que la velocidad ~v de la partı́cula siempre es tangente a la
trayectoria, mientras que la aceleración ~a tiene dos componentes, una tangencial y otra a lo
largo del vector normal N̂N:
d~r
~v =
dt
T
= vT̂
(4.3)
d~r
~a =
dt
T + aN N̂
= aT T̂ N,
en que v = ds/dt es la rapidez, entendida como el cociente entre el elemento de arco ds (alojado
sobre G) y el tiempo dt que la partı́cula tarda en recorrerlo, mientras que aT = dv/dt es la ace-
leración tangencial y aN = v2/r es la aceleración centrı́peta, que reside en la dirección normal,
siendo r el radio de curvatura instantáneo 2 ). Pues bien, descomponemos tanto la aceleración
como la fuerza de la Ec. (4.3) en este sistema y, notando que~v ·~a = (vT̂ T ) · (aT T̂
T + aN N̂
N ) = vaT ,
obtenemos que
~F = FT T̂
T + FN N̂
N
h ⇣ va ⌘i
T + aN N̂
= mg~v (aT T̂ T )g~v2
N ) + (vT̂ T
,
c2
FT (4.4)
=) T:
T̂ aT =
mg~v3
FN
N:
N̂ aN = ,
mg~v
es decir, cada componente de la aceleración es proporcional a la fuerza aplicada en su misma
dirección (aN no depende de FT ). A propósito del módulo de la aceleración,
s v !2
u
2u
1 ~v t 2 ~v 2
|~a | = 1 FT 1 + FN2 ,
m c2 c2

concluimos que (i) se anula en el lı́mite |~v | ! c, lo cual implica que la velocidad nunca supera
a c, y, por lo tanto, (ii) que la partı́cula necesitarı́a un tiempo infinito para alcanzar |~v | = c. Es
decir, no la alcanza. La ventaja de este sistema coordenado es que las ecuaciones diferencia-
les que debemos resolver (Ecs. (4.4), están desacopladas. La desventaja es que para conocer
exactamente dónde y en qué orientación reside el par (T̂ T , N̂
N ) en cada instante primero debemos
conocer cuál es la trayectoria de la partı́cula (la curva G, una función del tipo f (x, y, z) = 0, como
vimos en §6), que es precisamente lo que desconocemos antes de resolver las Ecs. (4.4). Este
sistema coordenado es fácil de implementar cuando conocemos previamente la trayectoria que
sigue la partı́cula.
2 Vemos que cuando una partı́cula se mueve en lı́nea recta su aceleración centrı́peta es cero porque el radio de curvatura de
T.
esta trayectoria es infinito. En consecuencia, su aceleración es sólo tangencial:~a = aT T̂

52
m m

(a) (b)

Figura 4.1: Sistemas Coordenados (a) Tangencial–Normal (T N), en que el vector unitario T̂T es tangente
a la trayectoria G de la partı́cula, y (b) Longitudinal–Transversal (lt), cuya orientación se define arbitraria-
mente. En cada caso entendemos que una de estas direcciones, digamos N̂ N y t̂t , es en realidad un plano que
contiene a las dos direcciones perpendiculares a T̂T y l̂l , respectivamente.

2. Sistema Coordenado Longitudinal–Transversal (lt): En la Fig. 4.1b definimos arbitrariamente


las direcciones l̂l y t̂t , mutuamente perpendiculares, y expresamos los vectores velocidad y ace-
leración según
~v = vl l̂l + vt t̂t , ~a = al l̂l + at t̂t ,
tal que~v ·~a = vl al + vt at y

~F = Fl l̂l + Ft t̂t
 ✓ ◆
2 vl al + vt at
= mg~v (al l̂l + at t̂t ) + (vl l̂l + vt t̂t )g~v
c2
✓ ◆
Fl vl al + vt at
=) l̂l : = al + vl g~v2
mg~v c2
✓ ◆
Ft vl al + vt at
t̂t : = at + vt g~v2 .
mg~v c2

Despejando las aceleraciones tenemos


 ✓ ◆
1 1 vl vt gl2
al = Fl Ft
m g~v gl2 c2 g~v
✓ ◆ ⇢  ⇣ v v ⌘2 (4.5)
1 gl 2 g~v vl vt Ft l t
at = F l + 1 + g v ,
m g~v gl2 c2 g~v c2
~

1/2
(en que gl = 1 v2l /c2 ) donde vemos que las ecuaciones diferenciales para al,t = dvl,t/dt
están acopladas a través de las fuerzas Fl,t y las velocidades vl,t , de modo que, ahora, la ace-
leración en cierta dirección depende de la fuerza aplicada en otra dirección. El aspecto de las
Ecs. (4.5) es mucho más intimidante que aquel de las Ecs. (4.4), siendo esta una desventaja; sin
embargo, su ventaja es que, al ser arbitrarias las direcciones l̂l y t̂t , habrán casos en que podremos
elegirlas de modo que una de las componentes de la fuerza, digamos Ft , sea nula.

53
Vemos que
Fl Ft
al ⇠ 2
+ 2
g~v gl g~v
✓ ◆2
Fl gl ⇥ 1 ⇤
at ⇠ + Ft g~v + 1 .
g~v g~v

Usando~v 2 = v2l +~vt2 el estudiante puede mostrar que (gl/g~v )2 = 1 ~vt gl2/c2 , lo cual muestra que to-
2

dos los términos de al,t se anulan en el lı́mite de velocidades altas, vl,t ! c, haciendo imposible 3
que, en el umbral de |~v | = c una aceleración no nula permita a la partı́cula alcanzar efectiva-
mente esa velocidad. Ası́, conforme la velocidad de la partı́cula se aproxima a c desaparece la
aceleración, impidiendo que alcance y supere dicho valor. Esto es independiente del valor que
tome Ft,l , pudiendo ser cualquier función del tiempo t o de la coordenada~r de la partı́cula.

Importante: Este análisis demuestra que la Fı́sica Relativista impide que las partı́culas
masivas alcancen la velocidad de la luz. No es una razón técnica lo que impone esta
restricción, sino teórica.

A continuación usamos el sistema coordenado l̂l t̂t para estudiar el movimiento de una partı́cula someti-
da a una fuerza constante y uniforme ~F = F0 l̂l , donde entenderemos que t̂t reside en el plano perpendi-
cular a l̂l . Antes de resolver en detalle este problema, esperamos, a la luz de la Ec. (4.5), que exista una
F0 vl vt
aceleración transversal at = mg ~v c2
6= 0, eventualmente negativa (dependiendo, en cada instante,
de los signos de vl,t ). En particular, si en el instante inicial ocurre que vl,t (t = 0) = vy,x,z (t = 0) > 0,
las velocidades transversales sufrirán un decrecimiento, debido a que at < 0. Nada de esto tiene ante-
cedentes en la Fı́sica Newtoniana.

19. Movimiento bajo una fuerza constante


Nos gustarı́a esclarecer qué es exactamente una fuerza constante en el contexto de la RE. En FN
identificamos una fuerza tal a partir de la observación de una aceleración constante. El ejemplo más
importante de⇥esto⇤ es la fuerza de gravedad sobre la superficie terrestre: verificando empı́ricamente
que~a ' 9.8 sm2 ŷy concluimos, a partir de la definición ~F ⌘ m~a , que la fuerza que produce este mo-
vimiento tiene que ser m~g , es decir, una conclusión sobre su cuantı́a, sin informarnos nada sobre su
naturaleza y origen. El hecho de identificar ~F = m~g con el peso del cuerpo, parafraseándolo como una
fuerza de atracción entre La Tierra y la partı́cula, no es información que se averigüe sólo midiendo la
aceleración de las partı́culas; antes bien, obedece a la noción (newtoniana, moderna) de que las cosas
caen porque sienten la atracción terrestre 4 .
Entonces, si ~F = Fl ŷy, donde Fl = F0 es constante y uniforme, concluimos que Ft = Fx,z = 0 y las
Ecs. (4.5) predicen una aceleración variable. Ya no es cierto que una Fuerza constante se infiere de
una aceleración constante. Entonces, ¿Cómo sabemos que una fuerza es efectivamente constante an-
tes de conocer su aceleración ~a (t) (algo que demanda la solución de las Ecs. (4.5))? Si bien esto lo
aclararemos en cuanto dispongamos de las expresiones para ~r (t), ~v (t) y ~a (t), podemos anticipar la
conclusión: una fuerza constante es aquella que produce un movimiento con aceleración constante
2
3 Llegamos a la misma conclusión notando que (gl/g~v )2 0, es decir, ~b t  1 bl2 , o bien v2l +~vt2 =~v2  c2 .
4 Aun cuando Newton describe cuantitativamente la Fuerza de Gravedad sin plantear una explicación causal para ella,

reconocemos en la noción de peso del cuerpo un indicio de explicación; al menos en el sentido de fijar la idea de que los
cuerpos caen, todos con aceleración~g , porque sienten esta fuerza.

54
mientras la velocidad de la partı́cula es pequeña en comparación con la velocidad de la luz, diga-
mos |~v |/c . 10 2 .
Puesto que ~F = F0 ŷy = cte., el problema matemático que enfrentamos consiste en resolver las siguien-
tes ecuaciones diferenciales:
0 1 0 1 0 1
d @ mvx A d @ mvz A = 0, d vy
q = 0, q m @q A = F0
dt 2 2
1 ~v /c dt 2 2
1 ~v /c dt 2
1 ~v /c2
(4.6)
=) mg~v vx (t) = px , mg~v vz (t) = pz , mg~v vy (t) py0 = F0t ,

en que g0 = g(~v 0 ) = (1 ~v20/c2 ) 1/2 , mientras que las constantes

py0 = mg0 vy0 , px = mg0 vx0 , pz = mg0 vz0

corresponden a los momentos lineales iniciales en las direcciones y, x y z, respectivamente. (Note que
los momentos relativistas px,z son constantes porque la fuerza es nula en esas direcciones.) Vemos que
vx (t) = az vz (t)/ax , gracias a lo cual es muy fácil obtener una de estas funciones una vez que conocemos
la otra. Toda la dificultad matemática de este problema proviene de la presencia de ~v 2 = v2x + v2z + v2y
1/2
en todas las ecuaciones a resolver, a través del factor g~v = 1 ~v 2/c2 . Luego de un poco de trabajo
algebraico con las Ecs. (4.6) logramos expresar

p2x (1 by2 ) p2z (1 by2 )


bx2 = , bz2 = ,
(mc)2 + pt2 (mc)2 + pt2
=) ~v 2 = c2 (bx2 + by2 + bz2 )
 2 2
2 (mvy ) + pt (4.7)
=c
(mc)2 + pt2
2
) g~v = (1 ~b ) 1/2
q
gy
= (mc)2 + pt2 ,
mc

donde gy = (1 v2y/c2 ) 1/2 , mientras que


q q
pt = p2x + p2z = g0 m v2x0 + v2z0 = g0 mvt

es el momentum lineal en el plano xz, transversal a la dirección l̂l . Imponiendo las condiciones iniciales

vx (t = 0) = vx0 , vy (t = 0) = vy0
(4.8)
vz (t = 0) = vz0 , ~v 2 (t = 0) =~v 20
= v2x0 + v2y0 + v2z0 ,

55
obtenemos las siguientes soluciones para cada componente de la velocidad:
Z t
F0
y: t= d(g~v vy )
m 0
= g~v vy g0 vy0 (por la Ec. (4.6))
q
F0 gy vy
t + g0 vy0 = (mc)2 + pt2
m mc
cu
vy (t) = p ,
A2 + u2
p2 (1 v2y/c2 ) (4.9)
x: v2x = c2 x 2
(mc) + pt2
cpx
vx (t) = p ,
A2 + u2
p2 (1 v2y/c2 )
z: v2z = c2 z 2
(mc) + pt2
cpz
vz (t) = p ,
A2 + u2
en que A2 = (mc)2 + pt2 y u = u(t) = py0 + F0t 5 . Un hecho interesante de notar es lo ocurre con el
cuadrado de la velocidad total:
~v (t)2 = vx (t)2 + vy (t)2 + vz (t)2
c2 (p2x + p2z + u(t)2 )
=⇥ ⇤
(mc)2 + p2x + p2z + u(t)2 (4.10)
c2~p (t)2
=
(mc)2 +~p (t)2
de lo cual concluimos dos cosas importantes: (i) esta fuerza origina un momentum cuyo módulo |~p |
crece indefinidamente, pero cuando su valor es mucho mayor que mc la partı́cula llega a una veloci-
1
dad lı́mite~v ⇠ c 1 + (mc)2/|~p |2 ! c, y (ii) podemos aplicar este resultado a una partı́cula sin masa:
la FR predice que su velocidad siempre es c, sin necesidad de acelerarla e independientemente de F0 y
de las condiciones iniciales de su movimiento. Por su parte, la FN no es aplicable a partı́culas sin masa.

Por último, imponemos las condiciones iniciales

x(t = 0) = x0 , y(t = 0) = y0 , z(t = 0) = z0 , (4.11)

para la posición e integramos las Ecs. (4.9) respecto del tiempo, obteniendo
c hp 2 i
y: y(t) = y0 + A + u2 g0 mc ,
F0
"✓ ◆p 2 #
g0 cpx c vy0 A + u2 + u
x: x(t) = x0 + log p ,
F0 c + vy0 A2 + u2 u (4.12)
"✓ ◆p 2 #
g0 cpz c vy0 A + u2 + u
z: z(t) = z0 + log p ,
F0 c + vy0 A2 + u2 u

que son las componentes del movimiento como función del tiempo t. En la Fig. 4.2 vemos la evolución
5 Noteque u(t) corresponde a py (t), la componente y del momentum relativista, el cual crece linealmente con el tiempo
porque la fuerza en esa dirección es constante.

56
x,y,z vx,vy,vz,v

7
1.0
vx (t)
6
x(t) 0.8 vy (t)
5 y(t) vz (t)
4 z(t) 0.6 vx,NR (t)
xNR (t) vy,NR (t)
3
0.4
zNR (t)
vz,NR (t)
2
zNR (t)
0.2 |v |
1

t t
1 2 3 4 5 0 1 2 3 4 5

(a) (b)

Figura 4.2: Movimiento relativista bajo una fuerza constante ~F = F0 ŷy como función del tiem-
po, Ecs. (4.9)–(4.12). (a) Componentes de la posición (x, y, z) (lı́neas sólidas) y el caso no relativista
(xNR , yNR , zNR ) (lı́neas punteadas). (b) Componentes de la velocidad (vx , vy , vz ) (lı́neas sólidas)
q y su con-
traparte no relativista (vx,NR , vy,NR , vz,NR ). Vemos que el módulo de la velociadad |~v | = v2x + v2y + v2z se
aproxima a c conforme t ! •. (Fijamos v0,x , v0,y , v0,z 2 [ 1, 1] y c = 1.)

de las componentes de la posición y la velocidad como función del tiempo, Ecs. (4.9) y (4.12), para
tiempos que van entre t = 0 y t = 5ta = 5 py0/F0 y a partir de velocidades iniciales altas (del orden de
0.2c 0.5c para cada componente). Vemos que para tiempos pequeños (mucho menores que ta ) las
curvas de posición y velocidad se reducen al comportamiento newtoniano, es decir, y(t) ! yN (t) ⇠
v0yt + at 2 /2 y vy (t) ! vy N (t) ⇠ at; sin embargo, para tiempos mayores ocurren fenómenos nuevos:

• La componente que deberı́a crecer cuadráticamente, y(t), lo hace sólo linealmente, lo cual su-
pone una velocidad constante. Asimismo, las componentes transversales crecen a un ritmo más
bajo que su contraparte newtoniana, tendiendo a estancarse con tiempos crecientes, algo com-
patible con velocidades vx,y (t) que se anulan.

• Con las velocidades ocurren cosas aún más sorprendentes. Luego de partir desde valores positi-
vos, las componentes transversales vx,z disminuyen, algo sólo explicable mediante aceleraciones
F0 vl0 vt0
negativas, anticipadas en §18 a través del término at0 = mg 0 c
2 < 0.

• Es precisamente gracias a este juego entre aceleraciones positivas (longitudinal) y negativas (trans-
versales) que la velocidad total tiene el lı́mite máximo c.

Ejercicios § 19.

1. Reemplace t = 0 en las Ecs. (4.9) y muestre que vx (t = 0) = vx0 , vy (t = 0) = vy0 y vz (t = 0) = vz0 .

2. La solución newtoniana al problema con fuerza constante es vy (t) = vy0 + at, en que vy0 = py0/m
y a = F0/m son la velocidad y aceleración iniciales, respectivamente. De igual modo, la depen-
dencia temporal de la coordenada y viene dada por la parábola y(t) = y0 + v0yt + 12 at 2 . Muestre
que el instante a partir del cual comienza a dominar el término cuadrático es ta = 2vy0/a = 2py0/F0 .
Grafique esta función y verifique que para tiempos pequeños domina el término lineal, mientras
que para tiempos grandes domina el término cuadrático.

3. Lı́mite no relativista de vy (t). Use Wolfram Mathematica y obtenga la Expansión de Taylor de


vy (t) hasta tercer orden en t. (Utilice para esto las funciones Series y SeriesCoefficient. Busque
en Internet si no sabe como usarlas.)

57
2
4. Usando el polinomio que obtuvo en 3 para vy (t), muestre que a partir del tiempo t = tR = 2(mc)
3py0 F0
el término cuadrático domina al término lineal. Este es el instante en que comienzan a aparecer
efectos relativistas.

5. Obtenga un valor para tR usando velocidades iniciales pequeñas y grandes. Juzgue si tR le parece
chico o grande en cada caso.

6. Expanda y(t) a tercer orden en t. Compruebe este resultado integrando el polinomio a segundo
orden vy (t) que obtuvo en 3. Encuentre el tiempo tR a partir del cual aparecen efectos relativistas
en y(t).

20. Energı́a Relativista


Sea el caso de una partı́cula que se desplaza sobre una trayectoria G, actuando sobre ellas una serie de
fuerzas, ~F i , cuyo efecto neto, ~F = Â ~F i = m~a , da cuenta de su aceleración. El trabajo neto realizado
por estas fuerzas cuando la partı́cula va desde el punto A hasta el punto B viene dado por
Z ~r B
W= ~F · d~r , (con~r A ,~r B 2 G: Trayectoria de la partı́cula)
G,~r A
Z ~r B Z ~r B ~r
d(m~v ) 1 2 rB
= · d~r = m ~v · d~v = m~v
G,~r A dt G,~r A 2 ~r A
= E p (~r B )
N
E p (~r A ) ,
N
(4.13)

en que identificamos la Energı́a de la Partı́cula E pN (~r ) = m~v (~r )2/2 = K como una cantidad de carácter
eminentemente cinético, ya que es una función monótona de la velocidad que se anula cuando~v = 0.
Siguiendo esta idea, no es difı́cil aceptar que la variación del momentum relativista ~p = g~v m~v de una
partı́cula sea debida al Trabajo hecho por la Fuerza ~F responsable de esta variación, donde
Z ~r B
W= ~F · d~r
G,~r A
0 1
Z ~r B Z ~r B h i
d @ m~v A ~v 2/c2
1/2
= q · d~r = m ~v · d ~v 1
G,~r A dt 2 G,~r A
1 ~v /c2
Z ~r B h i
3/2
=m ~v · g~v d~v +~v ( 1/2) 1 ~v 2/c2 ( 2~v ·d~v/c2 )
G,~r A
Z ~r B 
~v 2/c2 ~r B
=m g~v (~v · d~v ) 1 + 2 2 = g~v mc2 ~r (4.14)
G,~r A 1 ~v /c A

= E p (~r B ) E p (~r A ) ,

resultado equivalente al que obtuvimos en la Ec. (4.13), pero donde identificamos la Energı́a Relati-
vista de la Partı́cula como 6 E p = g~v mc2 . Vemos que E p es función de la velocidad, pero, a diferencia
de E pN , no se anula cuando~v = 0, razón suficiente para no llamarle energı́a cinética. En otras palabras,
el desarrollo anterior conduce a un hecho novedoso respecto del resultado newtoniano, y este es que
las partı́culas en reposo tienen energı́a. Esta energı́a,

E0 = mc2 (Energı́a en Reposo) , (4.15)


6 Estaenergı́a es de carácter relativista, por lo que bien podrı́amos escribirla como E pR ; omitiremos el superı́ndice R por
simplicidad, dejando sólo la etiqueta N para la expresión newtoniana, Ec. (4.13).

58
es proporcional a la masa de la partı́cula y su magnitud (enorme) no tiene comparación con aquellas
que estudiamos en FN. Por ejemplo,
⇥ ⇤ en un caso tı́pico, una partı́cula cuya masa es de 2 [Kg] y se
mueve con una velocidad de 1 ms tiene una energı́a cinética (newtoniana)

K = 2 ⇥ 12 /2 = 1 [J] ,
pero su energı́a en reposo es
E0 = 1 ⇥ (3 ⇥ 108 )2 ⇠ 1017 [J] (!)
Otro ejemplo, a escalas microscópicas, es el de un electrón sometido a un potencial eléctrico de V0 = 1 [V]
y que tiene, por lo tanto, una energı́a 7
19 19
1eV0 = (1.6 ⇥ 10 ) ⇥ 1 = 1.6 ⇥ 10 [J] ⌘ 1 eV ,
mientras que su energı́a en reposo E0,e = me c2 es
31
(9.1 ⇥ 10 )(3 ⇥ 108 )2 ' 8.2 ⇥ 10 14
[J] ' 0.51 MeV.
En vista de esto, y reconociendo que E p depende efectivamente de la velocidad, es convieniente des-
glosarla como
E p = K + E0 ,
en que
K = Ep E0
2
= mc (g~v1)
0 q 1
2 (4.16)
1 1 ~v /c2
= mc2 @ q A
2 2
1 v
~ /c

es la Energı́a Cinética Relativista de la Partı́cula, pues claramente se anula cuando~v = 0. Ası́, K tiene
un equivalente en la FN, a diferencia de E p , pese a lo cual, veremos, es ésta quien tiene mayor impor-
tancia al momento de formular la dinámica de la partı́cula.

Comentarios:
• El lector puede preguntarse qué relación tiene K con la conocida expresión newtoniana para
2
la energı́a cinética, K N = m~v /2. La clave para responder esto está en recordar que, hasta ahora,
todas las expresiones relativistas que hemos encontrado se reducen a las formas newtonianas en
el lı́mite de velocidades bajas comparadas con c. Constatamos que en dicho lı́mite la expresión
para la Ec. (4.16) se convierte en 8
h i
lı́m K = mc2 (1 ~v /c2 ) /2 1
2 1
(donde |~v | = v.)
v/c!0
⇥ ⇤
= mc2 1 ( 1/2) ~v /c2 + · · · 1
2
(4.17)
1
= m~v 2 + O(~v /c2 ) .
4

2
7 Defininimos 1 eV como la energı́a electrostática que obtiene un electrón (o cualquier partı́cula con su misma carga) some-
tido a un Voltage de 1 [V]. Esta unidad de energı́a, cuyo uso es especialmente conveniente en Fı́sica Atómica y Nuclear,
permite escribir masas en unidades de MeV/c2 . Por ejemplo, la masa de un electrón es 9.1 ⇥ 10 31 [Kg] = 0.51 [ MeV/c2 ], tal
que su energı́a en reposo es, en efecto, de 0.51 [ MeV/⇢ ◆2 = 0.51 MeV. De igual modo, las masas de un protón y un neutrón
c2 ] c
son, respectivamente, mP ' 938.27 [ MeV/c2 ] y mN ' 939.57 [ MeV/c2 ].
8 Usando el desarrollo en Serie de Taylor es fácil mostrar que (1 x)n = 1 nx + n(n 1) x2 + · · · , en que · · · representa
2
potencias superiores de x. Para nuestros fines, x = ~v /c2 y n = 12 .
2

59
Ası́, la expresión para K es sólo la primera contribución de la velocidad a la energı́a cinética
relativista, siendo la única que no depende de c.
• Significado de E0 . Entonces, ¿qué significa que una partı́cula tenga energı́a en reposo? Por aho-
ra sólo cabe entender a E0 como una energı́a que está ahı́, presente, disponible para intercam-
biarse con otras formas de energı́a. En §23 veremos casos de colisiones en que las partı́cu-
las iniciales no son las mismas que las partı́culas finales. Ejemplo de esto es cuando un par
electrón–antielectrón (eē) colisionan, dando lugar,9 a un par muón–antimuón (µ µ̄). El balance
de momentum y energı́a relativistas da
~p inicial = ~p final
me (g~ve~v e + g~vē~v ē ) = mµ g~v µ~v µ + g~v µ̄~v µ̄
Einicial
(R)
= Efinal
(R)
(4.18)
(me c2 + Ke(R) ) + (me c2 + Kē(R) ) = (mµ c2 + Kµ(R) ) + (mµ c2 + Kµ̄(R) )
Ke(R) + Kē(R) = Kµ(R) + Kµ̄(R) + 2(mµ me )c2 ,
donde podemos ver que las energı́as en reposo son irrelevantes sólo cuando las partı́culas inicia-
les y finales son iguales, pues se cancelan, reduciéndose todo a una balance de energı́as cinéticas
relativistas. De otro modo, el balance de energı́a se reduce, en el lı́mite de bajas velocidades, a
1 1 1 1
me~v 2e + me~v 2ē = mµ~v 2µ + mµ~v 2µ̄ (por la Ec. (4.17)) ,
2 2 2 2
recobrando el análisis newtoniano usado para colisiones elásticas. En la Fı́sica de Altas Energı́as
(High Energy Physics, HEP) ocurren procesos donde los Productos pueden difierir de los Reac-
tantes, volviéndose relevantes las energı́as en reposo, al menos para fines de conocer la relación
entre las energı́as cinéticas final e inicial. Solemos usar la notación de Reacciones Quı́micas
para referir estos fenómenos; en el ejemplo anterior, tenemos que eē ! µ µ̄.
• En un sentido más profundo que el anterior, la noción de energı́a en reposo permite relacionar
conceptos que en fı́sica newtoniana están desconectados. Recordemos que la FN no define con
precisión el concepto de masa; antes bien lo intuye a través de la noción de inercia: es tanto más
difı́cil acelerar a una partı́cula conforme mayor es su masa. Por otra parte, la palabra energı́a
aparece en el contexto del teorema del trabajo y la energı́a cinética: W = DE p = DK (Ec. (4.13)).
Luego, siempre dentro de la FN, conforme aparecen cantidades que pueden intercambiarse con
K introducimos otras formas de energı́a (principal ejemplo:la energı́a potencial). Sin embargo,
aun cuando sabemos que la energı́a es una cantidad que se conserva, no contamos con una
definición clara de ella. Entonces, aun cuando no contamos con una definición satisfactoria,
redonda, para masa y energı́a 10 , la expresión (4.15) establece que la masa es una forma de
energı́a, siendo, además, la menor energı́a que puede tener una partı́cula (Fig. 4.3a).
• Relaciones relativistas entre~v , ~p y E p . Dadas las expresiones para el momentum y energı́a re-
lativistas, Ecs. (4.1) y (4.14), es fácil ver que su relación con la velocidad de la partı́cula viene
dada por
~p
~v = c2 . (4.19)
Ep
9 La masa de una antipartı́cula es idéntica a la masa de la partı́cula correspondiente: me = mē y mµ = mµ̄ . Sus cargas
eléctricas tienen igual módulo pero signos contrarios: qe,µ = 1 y qē,µ̄ = +1.
10 En las Ciencias Naturales no se definen todos los conceptos que se usan. La Fı́sica tan sólo intuye las nociones fundamen-

tales de masa, distancia, tiempo e incluso energı́a, sin congelarlas en una definición única y certera. Tales son sus pilares,
y sobre su base establece leyes sobre la Dinámica, el Electromagnetismo, la Gravedad, etc.

60
K

1.5

1.0

KFR = mc2 ( -1)

1 2
0.5 KFN = mv
2

| v |/c
0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 1.2 1.4

(a) (b)

Figura 4.3: (a) Relación de energı́a–momentum en Fı́sica Newtoniana (FN) y en Fı́sica Relativista (FR).
(b) Energás cinéticas en FN y FR. En ambos casos usamos m = 1 y c = 1, en unidades arbitrarias.

Aún más importante aún es la relación entre Energı́a y Momentum relativista. Despejando,

c~p
~v =~v (~p ) = q (4.20)
(mc)2 +~p 2

es fácil obtener la expresión


q
E p = c (mc)2 +~p 2 , (4.21)

conocida como relación Energı́a–Momentum relativista, la cual se reduce a

E p = c|~p|
(4.22)
= Ef

para partı́culas sin masa 11 . La notación Ef refiere a un fotón, la más famosa de las partı́culas sin
masa.

• Partı́culas con |~v | = c. Si escribimos la Ec. (4.14) como


q
Ep 1 ~v 2/c2 = mc2 ,

donde E p es la energı́a (finita) de la partı́cula, concluimos que esta puede, en efecto, moverse
con velocidad c, pero sólo si su masa es cero. (Velocidades mayores que c conducirı́an a energı́as
imaginarias, algo fı́sicamente inaceptable.). Ası́,

La FR permite que una partı́cula se mueva con velocidad c, pero sólo si su masa es
cero. Revise la discusión que sigue a la Ec (4.10).

Comportamiento de E p y ~p bajo una Transformación de Lorentz


Desde cierto Sistema de Referencia S vemos, en el instante t0 , a una partı́cula de masa m que está
en la posición ~r p (t0 ) =~r moviéndose con velocidad ~v p (t) =~v . Definimos su momentum y energı́a
de acuerdo a las Ecs. (4.1) y (4.14), respectivamente. Ahora bien, nos gustarı́a saber qué energı́a y
11 En 2
FN tenemos que ~p = m~v y E = m~v /2, por lo que el equivalente newtoniano de la Ec. (4.21) es E p = ~p /2m, relación
2

claramente inaplicable para partı́culas sin masa.

61
momentum mide un observador S0 (como siempre, con velocidad constante ~v R = vR x̂x respecto de S),
y, en particular, cómo se relacionan sus medidas, (E 0 ,~p 0 ), con el par (E,~p ). Ya que el observador S0
mide una velocidad ~v 0 a la partı́cula, este problema se reduce a escribir sus cantidades dinámicas,
E 0 = g~v 0 mc2 y ~p 0 = g~v 0 m~v 0 ,
2 1/2 2 1/2
en términos de ~v , g~v = 1 ~v /c2 y, eventualmente, gR = 1 ~v R/c2 , el factor de Lorentz aso-
ciado al cambio de coordenadas entre S y S . Usando la Ec. (2.26) para las componentes de~v 0 tenemos
0

~v 02 = v02 02 02
x + vy + vz

= (1 bx bR ) 2
(vx vR )2 + (1 ~b 2 )(v2 + v2 )
R y z
!
2 ~v 02
g~v 0 = 1
c2 (4.23)
⇥ 2 2

= (1 bx bR ) (1 bx bR ) (bx bR ) (by2 + bz2 )

(1 ~b 2 )(1 ~b 2 )
R
=
(1 bx bR )2
) g~v 0 = gR (1 bx bR )g~v .
De este modo, el observador S0 mide una energı́a
E 0 = g~v 0 mc2
= gR (mg~v c2 mbR bx g~v c2 ) (4.24)
✓ ◆
E0 E
= gR bR px ,
c c
en que px = mg~v vx es la componente x del momentum medido por el observador S. Ası́mismo,
p0x = g~v 0 mv0x
✓◆
vx vR
= gR (1 bx bR )g~v m
1 bx bR
= gR (mg~v vx mg~v vR )
✓ ◆
E
= gR px bR , (4.25)
c
y p0y,z = mg~v 0 v0y,z
vy,z
= mgR (1 bx bR )g~v
gR (1 bx bR )
= mg~v vy,z
= py,z
Definimos entonces el Cuadri–momentum de una partı́cula como P = (E/c, px , py , pz ) y observamos
que sus componentes vistas desde distintos SR se relacionan matricialmente, de acuerdo a
0 0 1 0 10 1
E /c gR bR gR 0 0 E/c
B p0x C B bR gR gR 0 0 C B C
B 0 C=B C B px C
@ py A @ 0 0 1 0 A @ py A
0
pz 0 0 0 1 pz (4.26)
o bien P 0 = LP
=) P = L 1P 0 ,

62
es decir, el objeto P transforma linealmente y bajo la misma regla que la cuadri–coordenada R, i.e.,
de acuerdo a una Transformación de Lorentz, Ecs. (2.24)–(2.25).

Comentarios:
• Se dice, a la luz de la cuadri–coordenada R = (ct,~r ), que E/c y ~p son, respectivamente, la
componente temporal y la componente espacial del cuadri–momentum P.

• Definimos el cuadrado del cuadri–momentum de manera similar al intervalo, como P 2 = (E/c)2 ~p 2 ,


antecediendo un signo – al cuadrado de la componente vectorial. Es fácil obtener que

P 2 = m2 g~v2 (c2 ~v 2 )
(4.27)
= (mc)2 ,

es decir, P 2 es una cantidad invariante bajo TL. (Obviamente, el producto de dos cantidades
invariantes, m y c, es también invariante.)

• Los objetos más básicos con los que se trabaja en Fı́sica Relativista son aquellos que (i) son inva-
riantes (como m, c o la carga eléctrica q), o que (ii) transforman linealmente bajo una TL (como
R o P). Estos últimos se conocen con el nombre genérico de Cuadri–Vectores.

• En principio no es obvio que cantidades como E/c y ~p = (px , py , pz ) pertenezcan a un mismo


objeto P. Por ejemplo, podrı́amos tomar la carga q de una partı́cula y unirla con su momentum
~p , definiendo el cuadrivetor a = (q,~p ), del mismo modo como conseguimos R o P. Pero
no. No cualquier objeto de cuatro componentes es un cuadrivector 12 . En efecto, entendemos
como tal a un objeto cuyas cuatro componentes se relacionan linealmente, de acuerdo a una TL,
cuando son evaluados desde SR que difieren en una velocidad relativa constante. La componente
temporal de a, la carga q, es invariante bajo TL. Luego, es imposible que a transforme como
un todo según una TL.

• Se puede definir objetos más complejos (i.e., con más de cuatro componentes) y hacer Fı́sica
con ellos. En aras de satisfacer el Primer Postulado de Einstein (§17) estos objetos (conocidos
en general como Tensores, T ) deben mezclarse linealmente bajo una TL. En sı́mbolos simplifi-
cados dirı́amos que las 4n componentes de un Tensor T vistas en el SR S0 se relacionan con sus
componentes en el SR S de acuerdo a una relación del tipo T 0 = (L)n T , en que L es la Matriz
de Lorentz que relaciona a las coordenadas de ambos SR. El estudio de otros Cuadrivectores y
Tensores asociados a ellos excede el objetivo de estos apuntes.

21. Fotones
En la primera etapa de este curso estudiamos la interacción de los campos eléctrico y magnético con un
conjunto de partı́culas cargadas, todos contenidos en un volumen arbitrario V limitado por la superficie
SV . Para nuestros fines, los campos ~E = ~E (~r ,t) y ~B = ~B(~r ,t) se deben a distribuciones de cargas y
corrientes remotas, pero satisfacen localmente las EM. Vimos que el conjunto de N partı́culas tiene un
momentum lineal total
N N
~p p = Â ~p i = Â mi~v i (Para un total de N partı́culas) , (4.28)
i=1 i=1
12 Es más, usted podrı́a pensar en cuadricosas tan exóticas como (a, b, c, d), donde a es el diámetro terrestre, b es el equiva-
lente en Pesos de la Libra Esterlina, c corresponde a su edad actual y d es alguna función de los dı́gitos de su R.U.N.

63
y una energı́a cinética total
N N
1
Kp = Â Ki = Â mi~v 2i , (4.29)
i=1 i=1 2

que satisfacen las ecuaciones (Griffiths, 1999)


I
d ! ~
(~p p +~p EM ) = T · dA
dt SV
I (4.30)
d ~S · d~A ,
(Kp +UEM ) =
dt SV

en que
Z Z
~pEM = ~ EM dV
P y UEM = uEM dV , (4.31)
V V

corresponden, respectivamente, al momentum y energı́a electromagnéticos contenidos en el volumenV ,


obtenidos a partir de la integración de las respectivas densidades,
2
1 2 ~B
~ EM = µ0 e0~S
P y uEM (~r ,t) = e0~E + .
2 2µ0
!
Las integrales de superficie, tanto del Tensor de Maxwell 13 T como del vector de Poynting ~S (~r ,t) =
~E ⇥~B/µ , dan cuenta de los flujos de energı́a y momentum electromagnéticos a través de la superficie S .
0 V
Con esto, las Ecs. (4.30) dicen que la cantidad total de energı́a y momentum contenidos en el volumen
V , debidos a partı́culas y campos, son constantes, a menos que un flujo de ellos a través de SV los haga
cambiar.
Cuando los campos electromagnéticos presentes en V se deben a la propagación de una Onda Elec-
tromagnética Periódica y Plana (OEMPP) en el vacı́o, sus valores en cada punto~r e instante t vienen
dados por
~E (~r ,t) = ~E 0 sin(~k ·~r wt)
(4.32)
~B (~r ,t) = ~B 0 sin(~k ·~r wt) .

Usando estos campos para evaluar las cantidades de la Ec. (4.31) obtenemos, luego de promediar en
un ciclo,
Z ⇣
e0 ~ ~ ⌘
~p EM = |E 0 ||B 0 |k̂k dV
V 2
2 !
e0~E 0
= V k̂k (4.33)
2c
1 2
UEM = e0~E 0V ,
2
donde V es el volumen donde interactúan las partı́culas con los campos. Notamos que el momentum
y la energı́a electromagnética satisfacen siempre

UEM = c|~pEM | , (4.34)


13 Este es un objeto matricial que depende localmente de los campos ~ !
E y ~B . El producto punto de una matriz ( T ) y un
vector (d~S ) resulta en otro vector.

64
independientemente del volumen considerado, algo que nos recuerda a la relación Energı́a–Momentum
de una partı́cula relativista sin masa, Ec. (4.22), salvo que ahora no hablamos de una partı́cula, sino de
una onda. Consideremos, para esclarecer esta aparente coincidencia, el caso en que dentro deV no hay
partı́culas materiales, sino sólo campos; nos preguntamos, entonces, cuándo, en qué caso, el análisis
que nos llevó a la Ec. (4.34) se parece a lo que obtendrı́amos para una partı́cula, entendida ésta como
un ente puntual. La respuesta obvia es que esto ocurre cuando el volumen V tiende a cero. Ası́, el
análisis de los campos ~E y ~B incluye dentro de sı́, como un caso lı́mite, la posibilidad de interpretar a
la OEM como un conjunto de partı́culas sin masa que, por lo tanto, se mueven con velocidad c (¡la mis-
ma velocidad de propagación de la OEM!). Pese a esto hay un problema que vulnera peligrosamente
la idoneidad de esta interpretación corpuscular de una OEM: si los entes cuya energı́a y momentum
satisfacen la Ec. (4.34) son efectivamente partı́culas, entonces deben sobrevivir como tales al lı́mite
V ! 0; vemos, sin embargo, que entonces obtenemos UEM = 0 y |~p EM | = 0, perdiendo todo sentido
dicha relación.

Postulado de Planck
Reconocemos que es de toda lógica el hecho que la energı́a y momentum electromagnéticos contenidos
en un volumen V ! 0 sean nulos, a fin de cuentas la dinámica de los campos electromagnéticos trata
con ondas, las cuales distribuyen su energı́a y momentum sobre una región. Lo contrario, un punto
con energı́a y momentum, es precisamente una partı́cula. Pues bien, no existen tales partı́culas en la
concepción maxwelliana de los campos ~E y ~B . La descripción ondulatoria de estos campos se conoce
como Clásica, en contraste con su contraparte Cuántica, que es la inaugurada por el Postulado de
Planck (PP).
Fue a raı́z de un asunto muy particular (el Problema de la Radiación de Cuerpo Negro, (Eisberg y
Resnick, 1989, Cap. 1).) que en Diciembre de 1900 el Fı́sico alemán Max Planck postuló que un
volumen V ! 0 tiene que contener una cantidad finita de energı́a, dada por
lı́m UEM = h f
V !0 (4.35)
⌘ Eq , q: Energı́a de carácter cuántico (quantum)
en que f = w/2p es la frecuencia de la OEM (Ec. (4.32)) y h ' 6.63⇥10 34 [J s] es un número conocido
como Constante de Planck. Vemos que h tiene una magnitud muy pequeña, al menos usando las uni-
dades del SI, por lo que cabe indagar cuán pequeña es efectivamente la cantidad h f . Consideremos la
máxima Intensidad de energı́a que pueden portar, de acuerdo a la norma chilena 14 , las ondas de la Ban-
da GSM (Red de Celulares, con frecuencias fcel ⇠ 109 [Hz]) en torno a los lugares sensibles (hospitales,
asilos de ancianos, jardines infantiles, etc.). Dicha intensidad máxima, IEM = 10 [µ W/cm2 ] = 10 1 [W/m2 ],
equivale a la magnitud promedio del Vector de Poynting,
2
IEM = |~S | = e0 c~E 0/2 ,
el cual se relaciona con la energı́a electromagnética contenida en un volumen V según
1 2
UEM = e0~E 0
2
(4.36)
|~S |V
= .
c
Ası́, un cubo de lado a contiene una energı́a
10
UEM ' (3.3 ⇥ 10 )a3 [J/m3 ] ,
14 Véase http://antenas.subtel.cl/LeyDeTorres/preguntas.

65
de modo que Eq = h fcel ' 7.0⇥10 25 [J] es una energı́a que cabrı́a en un cubito de lado ac ⇠ 10µ (radio
de una célula). Con esto, el PP establece, como novedad, que cubitos de lado a < ac contienen una
energı́a que no disminuye con a, sino que se mantiene fija en Eq = h f . Gracias a esto, concluimos, la
energı́a contenida en un punto (V ! 0) es, en efecto, finita e igual a h f . En otras palabras, dicho punto
es una partı́cula electromagnética, llamada fotón, cuya energı́a y momentum vienen dadas por
Ef h
Ef = h fOEM , pf = = (4.37)
c lOEM
en que fOEM = f y lOEM = l = c/ f son la frecuencia y la longitud de la OEM de la Ec. (4.32). Podemos
2
definir el volumen crı́tico V = Vc como aquél que, dados ~E 0 y f , contiene exactamente la energı́a h f
del fotón asociable a esa OEM. En sı́mbolos,
1 ~2 2h f
e0 E 0Vc = h f =) Vc = 2
.
2 e0~E 0

Ası́, para saber la energı́a y momentum que contiene un volumen V . Vc no podemos usar las fórmulas
clásicas de la Ec. (4.33), debiendo reemplazarlas por
hf h
UEM ! Ef = h f y ~p EM ! ~p f = k̂k = k̂k (V . Vc ) .
c l
Entonces, puesto que el momentum y la energı́a clásicos son proporcionales al volumen, y este puede
escribirse, aproximadamente, como nVc concluimos que
✓ ◆
1 ~2
UEM = e0 E 0 nVc
2
= nEf
2! (4.38)
e0~E 0
~p EM = nVc
2c
= n~pf ,

en que n es un número entero grande que corresponde a la cantidad de fotones con que modelamos
el momentum y la energı́a de la OEM en un volumen finito. La Ec. (4.38) expresa el hecho que la
energı́a de una OEM está discretizada, pudiendo tomar sólo valores que sean múltiplos enteros de la
cantidad h f , la energı́a del fotón asociado a la OEM.

La hipótesis cuántica, Ec. (4.37), consiste en tratar a la energı́a y el momentum de una


OEM como variables discretas.

Aclaración: El PP establece que volúmenes V  Vc contienen una energı́a h f , fija; gracias a esto, en
el lı́mite V ! 0 tenemos un punto con energı́a y momentum, la partı́cula fotón. Ası́, sólo para V > Vc
podemos suponer que Vc corresponde al volumen de un fotón, diciendo que la OEM tiene la energı́a y
momentum de n = V/Vc fotones. Es claro que esta interpretación es confusa para volúmenes menores
que Vc , ya que la idea de cuantización impide hablar de fracciones de fotón.

¿Cómo no nos dimos cuenta antes de esto? Es simple: la textura discreta de la energı́a y el momentum
de una OEM es inapreciable cuando consideramos volúmenes grandes, pudiendo verse su carácter
discreto sólo al estudiar volúmenes pequeños. Esto es similar a lo que ocurre cuando vaciamos un
balde de arena en la playa: vista desde lejos, puede parecer como la caida de un lı́quido (un continuo).

66
Pero las cosas se ven muy distintas cuando tomamos un poco de arena en las manos; entonces distin-
guimos claramente que está formada por pequeñas unidades fundamentales, los granos. Dirı́amos que
los granos son los quantos de arena.

Lección Epistemológica. Si bien el PP establece novedades sobre la naturaleza de la energı́a y el


momentum, destacamos que no desmiente nuestro conocimiento empı́rico sobre el asunto. Todo lo
que se sabı́a al respecto antes del año 1900 provenı́a del estudio de fenómenos macroscópicos (quizás
el mejor ejemplo de esto es el desarrollo de la Radiofonı́a), no teniendo los fı́sicos de esos tiempos
noticias directas sobre lo que realmente ocurre en escalas pequeñas (digamos ac ). Ası́, concluimos, la
teorı́a que habı́a de nacer con el PP, la Mecánica Cuántica, se aplica naturalemente al dominio de bajas
dimensiones (longitudes moleculares y menores), debiendo reducirse a los resultados de la mecánica
newtoniana cuando se aplica a dimensiones mayores. (En §8 demostramos que la TL se corresponde
del mismo modo con la TG.) Por último, y sólo para ilustrar, la Tabla 4.1 muestra qué áreas de la
Fı́sica cubre cada dominio fenomenológico, según la escala y las velocidades involucradas.

Escalas/Velocidades Lento, v/c ⌧ 1 Rápido, v/c . 1


Fı́sica Newtoniana, Electromagnetismo,
Grande, d lOM
Termodinámica Relatividad Especial y General
Mecánica Cuántica No–Relativista, Mecánica Cuántica Relativista,
Chico, d . lOM
Ecuación de Schrödinger Teorı́a Cuántica de Campos

Tabla 4.1: Áreas de estudio de la Fı́sica según escalas y velocidades. Denotamos con d la dimensión tı́pica
del objeto estudiado, mientras que lOM se refiere a la longitud de Onda de Materia asociada a dicho objeto,
un tema que estudiaremos en la unidad Fundamentos de Mecánica Cuántica.

Efecto Doppler Relativista


Lo que sigue es una aplicación de nuestros primeros resultados de FR, que, conjugados con el PP,
nos permitirán saber cómo cambia la frecuencia f = w/2p de una OEMPP con la velocidad relativa
entre su fuente emisora y el observador que la detecta. Fijaremos el lenguaje y consideremos que la
fuente F emite hacia la derecha una señal con frecuencia f . Todos los observadores en reposo respecto
de S detectan la misma frecuencia. Del mismo modo que el movimiento relativo entre la fuente y el
observador afecta la percepción de la frecuencia de las ondas sonoras (tal es la causa), esperamos que
algo similar ocurra con la frecuencia de las OEM. Ahora bien, ya que las velocidades involucradas en
el primer caso son bajas podemos ⇥ mrealizar
⇤ nuestro análisis usando la TG 15 (la velocidad del sonido
3
en un sólido es del orden de 10 s , a su vez mucho mayores que las velocidades entre los humanos
que emiten y perciben estas ondas); sin embargo, al tratar con OEM involucramos a la velocidad de
la luz, c, por lo que debemos basar nuestro análisis en la TL. Si bien la relación de frecuencias puede
obtenerse a partir de consideraciones cinemáticas 16 , nosotros preferimos aplicar lo que aprendimos en
§20 y §21. Ası́, en el SR inicial (S) registramos, de acuerdo al PP, fotones cuya energı́a y momentum
vienen dados por

E/c = h f/c , px = +h f/c , py,z = 0 , (4.39)


15 Véase (Alonso y Finn, 1970a), Cap. 18
16 Véase (Serway, Moses, y Moyer, 2005), Cap. 1.

67
mientras que el SR S0 , con velocidad relativa ~v R = vR x̂x (en principio hacia la derecha, en el mismo
sentido que el fotón), percibe fotones con una energı́a

E 0/c = gR (E/c bR px )
(h f/c bR h f/c)
= q (por el PP)
2
1 ~v /c2
hf0 h f/c (4.40)
=p (1 vR/c)
c (1 vR/c)(1 + vR/c)
s
0 1 vR/c
=) f =f ,
1 + vR/c

donde bR 2 [ 1, 1]. La Fig. 4.4 muestra esta relación para velocidades relativas que van entre c y
c (aún cuando, sabemos, ningún SR ni partı́cula pueden viajar a esta velocidad). En particular nos
interesan los casos lı́mite bR = ⌥1.
f'/f
7

-1.0 -0.5 0.0 0.5 1.0 R

Figura 4.4: Relación entre las frecuencias propia y percibida para valores positivos (alejamiento relativo
entre fuente y observador) y negativos (acercamiento relativo) de bR . Obviamente las frecuencias son iguales
cuando la velocidad relativa es cero.

El primero de ellos, bR = 1 (acercamiento relativo), supone el equivalente electromagnético del


Mach 1 17 , aquel en que toda la energı́a de la OEM es percibida instantáneamente por el observa-
dor ( f 0 ! •); ası́, de acuerdo al PP, este fotón con energı́a E 0 µ f 0 infinita es equivalente al estruendo
causado por los aviones que alcanzan la velocidad del sonido. Por otra parte, cuando el observador se
aleja con velocidad vR ! c percibe una onda con frecuencia nula, equivalente a una oscilación (de los
campos ~E y ~B ) con periodo infinito, algo muy parecido a no percibir la OEM (o fotones con energı́a
cero). Este resultado es similar a lo que obtendrı́amos si aplicáramos directamente la TG, pues la onda
nunca alcanzarı́a al observador.

22. Procesos en Fı́sica de Altas Energı́as


En esta sección aplicamos la Dinámica Relativista al estudio de procesos tı́picos de la Fı́sica de Al-
tas Energı́as. Primero, y para fijar lenguaje, definimos como tal al dominio de fenómenos donde
las energı́as cinéticas de las partı́culas son al menos comparables con sus energı́as en reposo. Por
ejemplo, un electrón, una de las partı́culas elementales más livianas, tiene una energı́a en reposo
17 Esto es, cuando la fuente (S) alcanza la velocidad del sonido (en principio, con el observador en reposo), pero en este caso

suponemos que la fuente está en reposo y es el observador (S0 ) quien va a su encuentro, con velocidad~v R ! cx̂x.

68
⇥m⇤
E0e = me c2 ' 0.51 MeV. Si su velocidad es, digamos, de 10 4 c ⇠ 104 s , tendrá una energı́a cinética
igual a
h 1/2
i
Ke = me c2 1 ~v e/c2
2
1 (Usando FR)

1
= 0.51 p 1
1 10 8
= 0.51 ⇥ (0.00000005)
= 2.6 meV , (4.41)
!
1 ~v e2
Ke(N) = me c2 (usando FN)
2 c2
= 0.5 ⇥ 0.51 ⇥ (10 4 )2
= 2.6 meV ,
es decir, (i) mucho menor que E0e , (ii) con K' Ke(N) , ante lo cual, (iii) preferimos, por simplicidad, usar la
expresión newtoniana. En la Fig. 4.3b vemos que los regı́menes newtoniano y relativista de la energı́a
cinética se distinguen 18 a partir de velocidades en torno a 0.4c. Luego, partı́culas con velocidades por
debajo de 0.1c pueden considerarse lentas (al menos para estos fines).

Principios y Fenomenologı́a
El Principio de Acción y Reacción también es parte de la Dinámica Relativista. Si bien su mención no
es explı́cita en la literatura, aparece implı́citamente en la noción de que un sistema aislado debe con-
servar su momentum lineal, ~p s = Âi mi g~vi~v i ; esto, tal como en la FN, porque las fuerzas ejercidas entre
sus partes se cancelan mutuamente. Pues bien, semejante aseveración asume que las Interacciones
que aparecen en FR, y cuyo actuar gobierna la dinámica de las partı́culas relativistas, son invariantes
bajo el re-etiquetamiento de las partı́culas (REP) y el desplazamiento del origen coordenado (DOC)
que vimos en §4. Algo ası́, si bien es más aceptable, no es gratuito, en el sentido que podrı́an existir
interacciones que no se ajusten a tales exigencias (todas las interacciones conocidas lo respetan). En
estos apuntes asumiremos que un sistema aislado, cuyas partes interactúan de a pares, conserva su
momentum lineal.

La forma bajo la cual se aplica la conservación del momentum en FR supone algo que usualmente
no se declara en FN, a saber, el hecho que las partı́culas iniciales pueden ser distintas de las partı́culas
finales. Cuando dos cuerpos macroscópicos chocan, la misma FN permite esta opción 19 , pero bajo
el entendido manifiesto que no trata con partı́culas elementales. Para la Fı́sica Macroscópica es un
hecho que lo que entiende como partı́cula elemental conserva su identidad en un proceso como los
que estudiamos en estas secciones. Si dos electrones interactúan mediante la Fuerza de Coulomb, en
principio no hay motivo para creer que de ello resulte otro par de partı́culas (quizás muones). Pues
bien, este dato deja de ser cierto en la Fı́sica de Altas Energı́as; en este dominio de fenómenos, cuan-
do las partı́culas involucradas tienen energı́as muy altas (no menores que sus energı́as en reposo), se
verifican cosas tan raras como
18 Esto es lo que constatamos al inspeccionar visualmente la Fig. 4.3b. En la práctica, qué régimen debe usarse depende de
la precisión de los instrumentos que usemos para medir la energı́a cinética de la partı́culas. Por ejemplo, un electrón (ahora
con me = 0.5109989461 [MeV/c2 ]) que se mueve con velocidad de 10 2 c tiene Ke(N) = 25.5499 eV y Ke(R) = 25.5519 eV, lo
cual demanda una precisión de al menos 10 3 eV para decidir si lo tratamos como una partı́cula lenta (newtoniana) o
rápida (relativista).
19 Por ejemplo, cuando chocan dos piedras y resultan tres piedras como producto final; ocurriendo que la suma de las masas

iniciales equivale a la suma de las masas finales.

69
(i) Colisiones en que las partı́culas inciales difieren de las partı́culas finales (elementales o com-
puestas, todas),

(ii) Decaimientos, en que una partı́cula (elemental o compuesta) se convierte espontáneamente en


otras partı́culas.

En cualquiera de estos casos el estudiante no debe perder de vista lo siguiente:

• No existe una Ley Fı́sica que impida que una partı́cula (una o más) se convierta en otra partı́cula
(o más de una). No existe un principio o ley sobre la conservación de identidad de las partı́culas.

• Lo que sı́ existe, como principio y como resultado, son las leyes de conservación del momento
lineal relativista, la energı́a relativista de las partı́culas y el momento angular. En estos apuntes
ocuparemos sólo los dos primeros.

• En particular, lo que debe conservarse es la energı́a del sistema, no su masa. La conservación


de la masa no es un Principio Fı́sico, sino sólo un resultado que se da en el dominio de bajas
energı́as 20 .

Ası́, en un proceso de colisión o desintegración, donde verificamos ni reactantes y ñ f productos,


debemos usar las siguientes leyes de conservación para relacionar las variables iniciales y finales:

~p 1 +~p 2 + · · · +~p ni = ~p 10 +~p 20 + · · · +~p n f


(4.42)
E1 + E2 + · · · + Eni = E1̃ + E2̃ + · · · + Eñ f + Q
en que

~p a = ga ma~v a ,
y Ea = ga ma c2
q
= c (ma c)2 +~p a2
= E0,a + Ka ,

son el momentum y la energı́a relativistas de la a-ésima partı́cula, mientras que Ka es su energı́a


cinética y Q 0 es la cantidad de energı́a que se pierde en el proceso, definiéndose de igual modo que
en FN (§4): cuando Q = 0 la colisión es elástica, e inelástica en otro caso.

Recalcamos que siempre es posible simplificar la dinámica y el álgebra de un problema usando alguno
de los Sistema de Referencia que estudiamos en §5: Laboratorio (SRL), Centro de Masa (SRCM, don-
de el Momentum total nulo), o el de alguna de las partı́culas involucradas en el proceso (SRP). En los
Decaimientos suele usarse el SR de la partı́cula inicial, la que decae.

Centro de Masa en Fı́sica Relativista


En esta sección realizaremos un upgrade a la noción de Centro de Masa que vimos en §4. Entonces
tratamos el caso de dos partı́culas y definimos la ubicación instantánea del CM como un punto medio
entre ellas, en que la posición de cada una aparecı́a ponderada por su masa, Ec. (1.10). Obtuvimos
20 La conservación de la masa es un hecho tan común y universal en las Ciencias Quı́micas que suele enunciarse como
Principio (Ley de Lavoisier). Los fenómenos quı́micos ocurren en escalas atómicas/moleculares (0.1–10Å) e involucran
energı́as en el rango de 1–100 eV, muy por debajo de las energı́as necesarias para crear un electrón. En §23 someteremos
a estos números a una interesante comparación.

70
ası́ que el momentum total del sistema, ~p s = ~p 1 +~p 2 , podı́a escribirse como el momentum de una
partı́cula de masa M = m1 + m2 , localizada en el CM y que se movı́a con una velocidad ~v c = ~p s/M.
Ahora, en FR, no definimos la ubicación del CM, sino sólo su velocidad, ~v c , a través del momentum
lineal del sistema:
~p s = g1 m1~v 1 + g2 m2~v 2
(4.43)
⌘ gc M~v c ,
1/2
donde gc = g(~v c ) = 1 ~v 2c/c2 . Luego de hacer un poco de álgebra es fácil obtener que

~p s ~p s
~v c = = q ,
(Mgc )
c (Mc)2 +~p s2
q
resultado que, a la luz de las Ecs. (4.19)–(4.20), permite intrepretar a gc Mc2 = c (Mc)2 +~p s2 como
la energı́a Es del sistema, y asociarla al mismo punto material que antes referimos al momentum ~p s , es
decir, al CM. Diferenciando la Ec. (1.10) y multiplicando la Ec. (4.43) por el diferencial dt obtenemos

m1 m2
FN: d~r c = d~r 1 + d~r 2 , (4.44a)
M M
E1 E2
FR: d~r c = d~r 1 + d~r 2 (4.44b)
Es Es
relaciones que muestran cómo varı́a, en los regı́menes newtoniano y relativista, la ubicación del CM
conforme se mueve cada una de las partı́culas que constituye al sistema. En FN es claro que el CM
se mueva más en la dirección que se mueve la partı́cula con mayor masa. En FR ocurre algo simi-
lar, pero esta vez la variable relevante no es la masa de cada partı́cula, sino su energı́a. Visto ası́,
el concepto de Centro de Masa bien podrı́a renombrarse como Centro de Energı́a (CE), algo que se
justifica plenamente en FR, donde la masa de un cuerpo corresponde a su mı́nima energı́a. En otras
palabras, el CM de la FN es la versión a bajas velocidades del CE. De hecho, en este lı́mite ocurre
E m g1,2 c2
que E1,2s = 1,2
Mgc c2
! m1,2/M, reduciéndose la Ec. (4.44b) a la Ec. (4.44a). Es importante notar que la
Ec. (4.44a) puede integrarse trivialmente para obtener la posición del CM según su definición original,
la Ec. (1.10); la razón para esto es que los coeficientes m1,2/M que multiplican a los diferenciales d~r 1,2
son independientes de la dinámica del sistema. De igual modo, vemos que en FR el diferencial d~r c no
puede integrarse a priori debido a que los coeficientes de d~r 1,2 en la Ec. (4.44b) dependen explı́cita-
mente de la velocidades instantáneas~v 1,2 de las partı́culas, algo que puede conocerse sólo después de
resolver su dinámica (es decir, la Ec. 4.2).

23. Aplicaciones
A continuación estudiaremos algunos fenómenos microscópicos de especial interés. Si bien se insertan
en un dominio donde reinan los preceptos de la Mecánica Cuántica, en ellos suelen aparecer masas
muy pequeñas y/o velocidades muy altas 21 , por lo que es imprescindible aplicar los resultados de
Dinámica Relativista que obtuvimos en las secciones anteriores.
21 La velocidad de un electrón atómico está en torno a 10 2 c, pero cuando es acelerado con energı́as moderadas de 1.0 GeV
su velocidad llega hasta 0.9999998c. Asimismo, trabajaremos con masas tan pequeñas como la del pión, el electrón, los
neutrinos y el fotón (' 140 MeV/c2 , ' 0.5 MeV/c2 , ⇠ 0.1 eV/c2 y 0 eV/c2 , respectivamente).

71
Efecto Compton
Este fenómeno trata sobre la colisión elástica entre fotones de Rayos X y electrones de átomos de
grafito. Su comprensión 22 permitió confirmar aspectos claves de la formulación relativista en el do-
minio subatómico pues, como veremos, la luz (Rayos X) es entendida como un haz de fotones que
intercambian momentum y energı́a con electrones. Ya que la frecuencia tı́pica de los Rayos X es del
orden fX ⇠ 1016 1019 [Hz], la energı́a de los fotones que asociamos a esta OEM reside en el ran-
go EX ⇠ 102 106 eV, cuyo lı́mite superiorestá muy por sobre la energı́a en reposo de los electrones.
Tal es la razón para hablar de electrones relativistas: las energı́as involucradas son no mucho menores
que E0,e .

f,d
D

f,a e,a
Fotones X,
C G
e,d

(a) Esquema del montaje. (b) Variables dinámi-


cas usadas.

Figura 4.5: Dispersión Compton

En la Fig. 4.5a mostramos esquemáticamente los elementos usados en este experimento. Dispone-
mos de un Cañón de Rayos X (C) dirigido contra un blanco de grafito (G). Cuando los fotones, de
energı́a Ea (antes), interactúan con los electrones de estos átomos se dispersan en una dirección que
forma un ángulo q con la dirección incidente, siendo capturados por un Detector (D) que les registra
una energı́a final Ed (después). Los electrones se quedan dentro del material, por lo que, en principio,
no hay modo de estudiar su dinámica. El Efecto Compton (EC) da cuenta de cómo varı́a la energı́a
de los fotones con el ángulo de dispersión q ; en estos apuntes seguiremos la convención usada en la
literatura y compararemos, no la energı́a inicial y final de los fotones, sino las longitudes de la OEM
incidente y dispersada a la que los asociamos. A continuación detallamos las hipótesis usadas en el
análisis de esta colisión:

1. Modelamos la energı́a y el momentum de la OEM de Rayos X, de frecuencia fX = f , como


un chorro de partı́culas sin masa, los fotones que estudiamos en §21. Sus energı́as y momenta
individuales vienen dados por Ef = h f y pf = Ef/c = h/l .

2. Entendemos la Interacción entre fotones y electrones como una colisión elástica de dos cuerpos.
En consecuencia, se conserva el momentum lineal, el momentum angular y la energı́a mecánica
del sistema fotón+electrón. La conservación de la segunda de estas cantidades implica, entre
otras cosas, que la colisión ocurre en un plano.

3. Los electrones de un átomo de Carbono tienen energı́as de ionización Eion ⇠ 10 eV. Grosso
Modo, esta es la energı́a (electrostática) de enlace entre el núcleo de este átomo y el menos
ligado de sus electrones.La energı́a de los Fotones X que bombardean a estos electrones es
22 Losexperimentos fueron llevados a cabo en la Universidad de Washington (St. Louis, Missouri) por el Fı́sico estadou-
nidense Arthur H. Compton en el año 1923, mientras que su formulación teórica fue hecha en 1928 por Oskar Klein y
Yoshio Nishina, a la luz de la naciente Electrodinámica Cuántica (QED).

72
unos cinco órdenes de magnitud mayor, por lo que bien podemos considerarlos como electrones
libres, sometidos en todo momento a un potencial eléctrico nulo.

4. No obstante lo anterior, la energı́a que recibe cada electrón es algo mayor que su energı́as en
reposo, razón suficiente para trabajar con cantidades relativistas. En consecuencia,

~p f,a +~p e,a = ~p f,d +~p e,d


(4.45)
Ef,a + Ee,a = Ef,d + Ee,d (en que ~p e,a ⇠ 0 y ~E e,a ' E0,e = me c2 ) ,

mientras que q
~p e = g~v me~v y Ee = g~v me c = c (me c)2 +~p e2
2

son el momentum y la energı́a del electrón. Note que en el balance de energı́a omitimos las
energı́as electrostáticas del electrón en relación a su núcleo.

En la Fig. 4.5b definimos la dirección del momentum del fotón inicial a lo largo del eje x; luego,
usando las variables mostradas escribimos el detalle de las Ecs. (4.45) según

momentum–x : pf,a = pf,d cos q + pe,d cos f


momentum–y : 0 = pf,d sin q pe,d sin f (4.46)
Energı́a : cpf,a + Ee,0 = cpf,d + Ee,0 + Ke,d ,
q
en que Ke,d = Ee2,0 + c2~p e2,d Ee,0 es la enegı́a cinética que adquiere el electrón en la colisión. Al
eliminar la variable f entre las ecuaciones de momentum obtenemos que

p2e,d = p2f,a + p2f,d 2pf,a pf,d cos q ,

de modo que el balance de energı́a se convierte en

c2 (pf,a pd,d )2 + Ee2,0 2c(pf,a pd,d )Ee,0 = Ee2,0 + c2 p2e,d


=) c2 (p2f,a + p2f,d 2pf,a pf,d ) 2cEe,0 (pf,a pf,d ) = c2 (p2f,a + p2f,d 2pf,a pf,d cos q ) .

Luego de reducir algrabraicamente y usar el Postulado de Planck para el momentum de los fotones
obtenemos el importante resultado

Dl = ld la
hc (4.47)
= (1 cos q ) ,
Ee,0

que da cuenta de cómo varı́a la longitud de onda de los Rayos X en función del ángulo de dispersión.
La cantidad
hc
LC ⌘
Ee,0
h 12
= ' 2.43 ⇥ 10 [m]
(me c)

es conocida 23 con el nombre de Longitud Compton. Su significado y consecuencias son múltiples:


23 Enla literatura se habla de Longitud de Onda Compton (lC ); sin embargo, en este análisis no existe una onda cuya
longitud sea LC . Para evitar lı́os conceptuales preferimos hablar de Longitud Compton.

73
2 C

/2

Figura 4.6: Variación de la longitud de onda de los Rayos X en función del ángulo de dispersión en el
Efecto Compton.

1. Es probablemente la primera cantidad fı́sica que aparece en la teorı́a cuyo carácter es cuántico y
relativista a la vez (esto, por la presencia de h y c). La estudiante debe tener claro que no existe
relación alguna, numérica ni conceptual, entre la Longitud Compton h/mv y la Longitud de Onda
de De Broglie lom = h/|~p | asociadas a una partı́cula de masa m y momentum ~p = g~v m~v . La
primera de ellas es intrı́nseca a la partı́cula, mientras que la segunda depende de su velocidad.
Además, sólo la segunda se refiere al carácter ondulatorio de la partı́cula, mientras que LC es
sólo una dimensión caracterı́stica asociada a ella.

2. La Ec. (4.47) da cuenta de cómo varı́a la longitud de onda de los Rayos X que interactúan con
electrones (libres) en función del ángulo de dispersión. Vemos que LC define el orden de magni-
tud de esta variación; de hecho, Dl 2 [0, 2LC ]. El gráfico de la Fig. 4.6 muestra que el máximo
aumento de longitud de onda (i.e., máxima disminución de frecuencia, y de su energı́a, puesto
que D f = cDl/l 2 ) ocurre cuando lo fotones rebotan hacia la dirección del Cañón C, con un
ángulo q = p, es decir, cuando mayor es el cambio en el momentum ~p f de los fotones. Asimis-
mo, los fotones que no se dispersan (q = 0) no varı́an su energı́a, algo que puede interpretarse
desde afuera como una no–interacción con los electrones.

3. Este análisis supuso electrones aproximadamente libres que interactúan con fotones de energı́a
EF & Ee,0 = me c2 , por lo que la cantidad LC es, en efecto, un atributo de este tipo de electrones.
La Ec. (4.47) puede escribirse en términos de la variación relativa de la longitud de onda co-
mo Dl/l ⇠ EF/E0,e , en que el lado derecho se refiere a cuán grande es la energı́a de los fotones
comparada con la energı́a inicial de los electrones.

Este es un buen momento para que el estudiante piense en cómo se reduce el concepto
de Energı́a en Reposo al contexto de la Fı́sica Newtoniana. Por lo pronto,
• ¿Cuánto vale c en FN (o en la TG)?
• ¿Cuánta energı́a se necesita para crear a una partı́cula en FN?
• En particular, en fı́sica clásica (pre-relativista) modelamos esta interacción como
una Difracción (onda contra obstáculo). ¿Qué predice este punto de vista para
Dl ?
• ¿Son consistentes todas sus respuestas?

4. En consecuencia, podemos aventurar que el EC es extensible a otros dominios energéticos.


Por ejemplo, si usamos radiación con longitud de onda l̃ para bombardear protones libres,
la variación Dl̃ que sufrirá esta radiación en función del ángulo de dispersión vendrá dada

74
también por le Ec. (4.47), pero donde LC = LC,p = h/(m p c) ⇠ 10 15 [m]. Luego, para apreciar esta
variación necesitamos que l̃ ⇠ 10 15 [m]. Concluimos que los rayos g son capaces de ver a un
protón libre e intercambiar momentum con él, del mismo modo que los Rayos X lo hacen con
electrones libres.
5. Importante: En otras palabras, podemos entender que una partı́cula libre de masa m equivale a
un obstáculo de dimensión a ⇠ LC = h/mc, el cual puede ser visto por radiación electromagnética
con longitud de onda l ⇠ a. Decimos que cierta radiación ve a un obstáculo en la medida que
éste es capaz de alterarla; en efecto, la expresión (4.47) da cuenta de cómo cambia la longitud
de la onda dispersada luego de interactuar con un electrón libre. En la primera parte de este
Curso estudiamos cómo una abertura u obstáculo de ancho a alteraba el patrón de intensidad de
una OEM,pero sin modificarle su longitud de onda. Esta vez, ya usando preceptos cuánticos y
relativistas, concluimos que electrones libres son capaces de modificar la longitud de una onda
sólo si ésta reside en torno a LC , razón por la cual podemos interpretarlos como obstáculos de
extensión a ⇠ LC .
6. Asimismo, si lanzamos radiación con longitud l contra una partı́cula–obstáculo cuya masa m
es tal que h/mc ⌧ l ocurrirá que Dl ⇠ h/mc ⌧ l , no apreciándose el EC. Esto, claro, suponiendo
que se satisfacen las condiciones para producirlo. Cuando f µ l 1 es muy pequeña puede pasar
que la energı́a de los fotones quede muy por debajo de la energı́a en reposo de la partı́cula,
quedandonos fuera del régimen relativista; además, estos fotones deben tener un momentum
apreciablemente mayor que éstas para ası́ poder usar la condición ~p a ' 0 de la Ec. (4.45).

Estados Hadrónicos
Comencemos hablando de Estados Ligados, aquellos en que dos partı́culas se encuentran unidas debi-
do a cierta interacción. Ejemplos conocidos de esto son el Sistema Tierra–Luna (Gravedad), un Átomo
(Electrostática) y una Molécula (Electrostática). En particular, y ya habiendo revisado detalles sobre
el modelo Atómico de Bohr para el Hidrógeno, sabemos que sus radios y energı́as de enlace posibles
vienen dados por
E1
En =
n2
rn = n2 a0 , n = 1, 2, 3, · · · (4.48)
e2 1
=) E⇠
8pe0 r
donde E1 ' 13.6 eV es la energı́a necesaria para ionizar al átomo 24 y a0 ' 0.5Å, el Radio de Bohr,
es el radio de la órbita más ligada (cuando E = E1 ). Ası́, el sistema está tanto más ligado conforme
mayor es el producto de las cargas interactuantes (cuando el núcleo está formado por Z protones dicha
dependencia se convierte en Ze2 ), de modo que el producto de su Energı́a y Talla tı́picas es constante.
Es decir, a menor tamaño del átomo, tanta mayor energı́a es necesaria para confirnarlo en esa zona, una
conclusión que no hace sino recordarnos el Principio de Inercia: los cuerpos mantienen su estado de
movimiento (~v =cte.) a menos que una Fuerza los obligue a otra cosa (Fuerza cuyo trabajo se traduce
en una energı́a de confinamieto). Si aplicamos la Ec. (4.48) a un Átomo, al que entendemos como un
Estado Ligado por fuerza electrostática, y que emite fotones con energı́as EF ⇠ Elig,A ⇠ 10 eV, pode-
mos inferir que su tamaño está en el rango de 1Å. Extendiendo este resultado a otras interacciones,
24 Notamos el importante hecho que la energı́a de enlace tı́pica dentro de un átomo, Elig,A ⇠ 10 eV, es mucho menor que las
energı́as en reposo de las partı́culas interactuantes, me ⇠ 0.5 MeV y m p ⇠ 940 MeV, razón por la cual el Modelo de Bohr
se vale sólo de nociones newtonianas (no–relativistas) para estudiar la dinámica del electrón.

75
establecemos que una fuerza que disminuye con el cuadrado de la distancia produce Estados Ligados
cuyo tamaño es inversamente proporcional a la Energı́a de Enlace necesaria para formarlos (y para
destruirlos); la constante de proporcionalidad, y, con ella, las Dimensiones y Energı́as caracterı́sticas
del Estado, es función de los parámetros que definen la Interacción. Decimos que se necesita tanta
más energı́a para confinar partı́culas en una zona tanto más acotada.

Ahora nos preguntamos cuánta energı́a se requiere para formar estados ligados tan pequeños como
un núcleo atómico o un protón (con radios en torno a 10 4 Å y 10 5 Å, respectivamente), y qué fuerza
es capaz de lograr algo ası́. 25

Pues bien, tal es la llamada Fuerza de Color, la cual es capaz de actuar dentro de dos rangos de
distancia: el de los Núcleos Atómicos, logrando que protones y neutrones vivan dentro de esferas de
radio RN ⇠ 10 14 [m], y el de los Hadrones, nombre genérico con que conocemos a los Estados Liga-
dos conformados por unas partı́culas fundamentales llamadas quarks, y que podemos visualizar como
esferas de radio RH ⇠ 10 15 [m]. Ahora bien, un Protón está formado por dos quarks u y un quarks
d (decimos que P = uud; ası́mismo, un Neutrón se forma con la interacción de dos quarks d y un
quark u, N = udd), donde la suma de sus masas es 2mu + md ' 10 [ MeV/c2 ], ¡mientras que la masa del
Estado Ligado completo es mP ' 938 [ MeV/c2 ]! Entonces, ¿por qué el protón tiene tanta masa?

La respuesta es muy simple a la luz de la Fı́sica Relativista. Lo que desde afuera del Hadrón se
ve como masa corresponde a la energı́a de interacción entre los quarks que lo constituyen. En el en-
tendido que la Masa es la mı́nima energı́a que puede tener una partı́cula, interpretamos a la masa del
protón como la suma de todas las masas contenidas en la esferita de radio RH ⇠ 10 15 [m],
Elig,P
mP = 2mu + md + (4.49)
c2
donde Elig,P ' 930 MeV, la energı́a con la cual se atraen los quarks, es unos ocho órdenes de magnitud
mayor que la energı́a Elig,A con que ese mismo Protón atrae a un electrón en un átomo de Hidrógeno.
Ası́, entendemos que un protón es mucho más chico que un átomo, RH ⌧ a0 , porque la Fuerza que lo
conforma es mucho más intensa que la Interacción Electromagnética que configura a los átomos, lo
que se traduce en energı́as de interacción muy disı́miles, Elig,P Elig,A .

Finalmente, la equivalencia entre masa y energı́a permite generalizar la Ec. (4.48) a


n
MµR (n > 0) ,

donde M = Emin es la energı́a total mı́nima de un Estado Ligado (suma de masas y energı́as de ligazón),
R es su radio tı́pico y n es un exponente que depende de las caracterı́sticas de la interacción y de las
partı́culas interactuantes. Conforme más masiva es una partı́cula compuesta menor debe ser su tamaño.
25 Las cuatro interacciones fundamentales de la naturaleza son: Fuerza Débil, Fuerza Electromagnética, Fuerza de Gravedad

y Fuerza de Color. Las dos primeras comparten un origen común (habitualmente se habla de Fuerza ElectroDébil), mien-
tras que la última tiene dos versiones según la escala donde se manifiesta; cuando actúa entre protones y neutrones recibe
el nombre de Fuerza Nuclear Remanente (también llamada Fuerza Nuclear Débil), mientras que dentro de los Hadrones,
entre los mismos quarks, se conoce con el nombre de Fuerza Nuclear Fuerte. Los Hadrones formados por dos quarks (es
decir, un quark y un antiquark) se conocen como Mesones, mientras que aquellos formados por tres quarks se denominan
Bariones (como el protón y el neutrón).
Para mayor información sobre las masas, cargas e Interacciones entre las partı́culas elementales conocidas, véase
https://es.wikipedia.org/wiki/Quark y http://www.quantumdiaries.org/wp-content/uploads/2014/
03/2000px-Standard Model of Elementary Particles.svg .jpg.

76
Interacción Interacción Producto más
Partı́cula (Sı́mbolo) Ligante Decaedora habitual t[s]
Electrón (e ) – – – •
Muón (µ ) – D n µ + ne + e ⇠ 10 6
Aún no
Bosón de Higgs (H) – D W + +W , Z + Z medido
Átomo de Sodio (Na) EM – – •
Núcleo de Carbono 14 (14 C) C D 14 N + e + n
e ⇠ 1011
Neutrón aislado (n) C D p+ + e + ne ⇠ 103
Mesón Pi Cargado (p ± ) C D µ ± + nµ ⇠ 10 8
Mesón Pi Neutro (p 0 ) C EM g +g ⇠ 10 16
Protón (p+ ) C – – •

Tabla 4.2: Distintos Estados Ligados de la Fı́sica Atómica, Núclear y Subnúclear, indicando el tipo de
fuerza que mantiene unidas a sus partes (Interacción Ligante) y aquella responsable de su desintegración (In-
teracción Decayente), las cuales pueden ser de tipo Electromagnético (EM), Débil (D) y de Color (C). La
última columna indica el Tiempo de Vida Media (t) de cada Estado. Por definión, los Estados Estables tienen
una Vida Media t ! •.

Decaimiento del Mesón p (Pión)


Entendemos como Estado Estable a aquellos sistemas (elementales o compuestos) cuya dinámica in-
terna los mantiene unidos eternamente, sin separarlos. Pues bien, tal es el caso de toda la materia in-
animada macroscópica: átomos y moléculas, granos de arena, ladrillos, rocas, montañas y planetas. Su
destrucción requiere la intervención de fuerzas externas que rompan los enlaces que unen a sus partes.
En otras palabras, dadas las energı́as que definen a dichos enlaces, las fuerzas externas deben apli-
car energı́as mayores para romperlos. Ejemplo familiar de esto es el átomo de Hidrógeno: la energı́a
de interacción entre sus partes es del orden de 10 eV, y el electrón puede girar eternamente en torno
al protón a menos que una fuerza externa lo extraiga, ionizando al átomo y destruyendo el Estado–
Hidrógeno. Pues bien, decimos que la materia atómica, molecular y macroscópica es estable 26 . Pero
las cosas cambian cuando estudiamos estados ligados más pequeños, como algunos núcleos atómicos,
un neutrón e incluso partı́culas elementales, donde es un hecho comprobado que todas las partı́culas
elementales más pesadas que el electrón se convierten, decaen, al cabo de cierto tiempo caracterı́stico,
en estados más livianos. En la Tabla 4.2 vemos algunos ejemplos de los productos más frecuentes
en que decaen algunas partı́culas del mundo subnuclear. Note los tiempos de vida de estos Estados,
muchos de ellos completamente vedados a la percepción humana.

En esta sección no estudiamos las causas ni el mecanismo interno que provocan el decaimiento de
un estado ligado, sino sólo la dinámica de las partı́culas que resultan de esto. Ası́, y a la luz de la Fı́si-
ca Relativista que hemos aprendido, deseamos predecir la energı́a y el momentum de las partı́culas
que resultan de un decaimiento. Para estos fines enunciaremos las leyes de conservación de cada una
de estas cantidades y nos situaremos en un SR particular para resolver lo que necesitemos saber.

Veamos un ejemplo concreto: el decaimiento del Pión cargado, cuya desintegración más frecuente
es la reacción
p ! µ + nµ
26 Obviamente la materia viva no es estable en este sentido; más aún, requiere intercambiar materia y energı́a con su entorno

para mantenerse viva.

77
en que la última partı́cula corresponde a un antineutrino muónico (la barra en n denota carácter de
antipartı́cula). Las leyes de conservación aplicables a este caso son:

Energı́a: Eantes = Edespués


q q q
c (mp c)2 +~p 2p = c (mn c)2 +~p 2n + c (mµ c)2 +~p 2µ
(4.50)
Momentum: ~p antes = ~p después
~p p = ~p n +~p µ ,

donde hemos denotado con el subı́ndice n a la masa y el momentum del antineutrino. Pues bien, una
interrogante tı́pica en este proceso es acerca de las velocidades (~v µ,n ) y momenta (~p µ,n ) de los pro-
ductos. Sin embargo, tal cual están las cosas, tenemos tres incógnitas y sólo dos ecuaciones. En el
entendido que las partı́culas iniciales y finales tienen un movimiento inercial, variando sus cantidades
cinemáticas sólo en el instante de su aniquilación/creación, evaluamos las cantidades de la Ec. (4.50)
en un SR particular. De acuerdo a lo visto en §22, preferimos el SRCM, en el cual nos movemos para-
lelamente al pión inicial, percibiéndolo con momentum nulo; gracias a esto resolvemos las Ecs. (4.50)
según

~p µ = ~p n
cûu ⇥ 4 ⇤1/2
= m + m4µ + m4n 2 m2p m2µ + m2p m2n + m2µ m2n
2mp p (4.51)
cûu
' m2p m2µ (SRCM) ,
2mp
en que ûu corresponde a la dirección unitaria sobre la cual se mueven las partı́culas finales; esto, claro,
según el observador que ve en reposo al pión inicial. No sabemos cuál es esa dirección 27 , pero con-
viene orientar uno de los ejes del marco de referencia xyz a lo largo de ella, digamos ûu ⌘ x̂x. Asimismo,
en la última lı́nea despreciamos la masa del neutrino 28 . Ası́, no es difı́cil mostrar que las energı́as del
pión y el neutrino vienen dadas por
q
Eµ = c (mµ c)2 +~p 2µ
!
m2p + m2µ
' c2
2mp
' 109.4 MeV
q (4.52)
En = c (mn c)2 +~p2n
!
m2p m2µ
' c2
2mp
' 30.6 MeV (SRCM) .
27 En el SRCM no hay una dirección privilegiada antes del decaimiento, a lo largo de la cual ocurra algo especial, pues
sólo vemos a un pión en reposo. En consecuencia, no hay motivos para esperar que las partı́culas finales salgan en alguna
dirección ûu particular.
28 La masa del pión cargado es m ± ' 140.0 [ MeV/c2 ] ⇠ 280m , mientras que m ' 105.7 [ MeV/c2 ] ⇠ 210m , en que m es
p e µ e e
la masa del electrón, al tiempo que las masas de todos los neutrinos (ne , nµ y nt ) son inferiores a 0.1 eV . 10 5 me .
Recomendamos al lector que visite los sitios http://pdg.lbl.gov/2013/tables/rpp2013-sum-mesons.pdf y
http://pdg.lbl.gov/2013/tables/rpp2013-sum-leptons.pdf.

78
Note que la suma de las energı́as finales equivale a la energı́a inicial, que en este SR no es otra que la
energı́a en reposo del pión. El lector puede verificar que los módulos de las velocidades finales son

|~p µ |c2
|~v µ | =

!
m2p m2µ
' c
m2p + m2µ
' 0.28c
(4.53)
|~p n |c2
|~v n | =
En
c
=r
2
1 + (m~pn2c)
pn

' c(1 a) (SRCM) ,


⇣ ⌘2
en que a = 2 mm2 p mmn2 ⇠ 10 18 , lo cual da cuenta de un neutrino ultra–relativista 29 . Note que |~v n | < c
p µ
precisamente porque mn 6= 0, confirmando nuestra conclusión de que sólo los objetos con masa cero
pueden moverse a la velocidad de la luz (§20, página 61).

Pues bien, todo lo anterior referente a las partı́culas finales también puede ser evaluado desde un SR
donde una de ellas está en reposo. Elijamos al antineutrino nµ ⌘ n para estos fines, tal que ~p 0n = 0.
Ası́, las Ecs. (4.50) toman la forma
0 0
Energı́a: Eantes = Edespués
q q q
2
c (mp c)2 +~p 0p2 = c (mn c)2 +~0 + c (mµ c)2 +~p 0µ2
(4.54)
0 0
Momentum: ~p antes = ~p después
~p 0p = ~p 0µ (SRn) ,

donde hemos agregado una prima (0 ) a las energı́as y momenta para explicitar que están evaluados en
un SR distinto a aquél de las Ecs. (4.51)-(4.53). Ası́ las cosas, el desarrollo algebraico de las Ecs. (4.54)
29 Cualquier función y(x) se puede escribir como un polinomio en potencias de x, es decir,

dy x2 d 2 y
y(x) = y|0 + x + +··· ,
dx 0 2! dx2 0

lo cual se conoce como Desarrollo en Serie de Taylor de la función y(x) en torno a x = 0 (considere la nota-
ción z|0 = z(x = 0)). En las Ecs. (4.51) y (4.53) tenemos x = m2n e y = ~p n . En nuestro resultado para ~p µ (tercera lı́nea)
fijamos mn = 0; esta vez necesitamos algo más de precisión para predecir el momentum ~pn del neutrino, por lo que
⇣ ⌘2
dy
agregamos la primera contribucuión de x = m2n a y = ~p n . El resultado es dx = 2c m2mpm2 .
0 p µ

79
lleva
~p 0p = ~p 0µ
cûu0 ⇥ 4 ⇤1/2
= mp + m4µ + m4n 2 m2p m2µ + m2p m2n + m2µ m2n
2mn
cûu0
' m2p m2µ ,
2mn
2 !2 31/2
c 2 2mn mp
=) Ep0 = (m2p m2µ )2 41 + 5 (4.55)
2mn m2p m2µ

c2
' (m2 m2µ )(1 + a) ,
2mn p
Eµ0 = Ep0 mn c2
" #
m2
c2 µ
' (m2 m2µ ) 1 + 2 a (SRn) .
2mn p mp

Es decir, a bordo del SRn vemos que el pión, viajando con momentum ~p µ0 , se convierte, de pronto,
en un muón con el mismo momentum. Asimismo, observamos que las energı́as de estas partı́culas
difieren en una pequeña cantidad, la energı́a en reposo del neutrino, E0,n = mn c2 ⇠ 0.1 eV. Dejamos
al lector la evaluación de las energı́as y momentum de la Ec. (4.54).

Ejercicio guiado: La desintegración del pión y las Transformaciones de Lorentz.

Tenemos resultados cinemáticos para el pión y el muón evaluados en distintos SR: aquel del CM
y el del neutrino. Con esto, podemos verificar la relación entre las cantidades que registra cada SR a
través de una Transformación de Lorentz. Nos concentraremos en las variables posteriores a la desin-
tegración.

1. Para empezar, explicitamos que en el SRCM el neutrino sale con una velocidad ~v n constante,
por lo que bien puede considerarse un SR en sı́.

2. Sea, entonces, el SRn, a bordo del cual el neutrino está en reposo. Establezca un Marco Coor-
denado (x, y, z) conveniente y exprese la velocidad~v R de SRn respecto del SRCM. Es decir, note
que ~v R ⌘ ~v n en la Ec. (4.53). Hablamos, entonces, de dos Sistemas de Referencia inerciales
separándose a una velocidad muy alta, vR = vn ' c(1 a).

3. Muestre que el factor g debido a la velocidad entre ambos SR viene dado por
1
gR = (1 v2n/c2 ) /2
1
' (Ec. (4.53)) (4.56)
2a
⇠ 1012 .

4. Exprese el cuadri–momentum del muón (Eµ/c,~p µ ) en el Marco Coordenado (x, y, z). Simplifique
su vida eligiendo, por ejemplo, ûu ⌘ x̂x; es decir,~v R =~v n = vn x̂x.

5. Ahora bien, lo que usted acaba de responder en 4 corresponde a cantidades expresadas en


el SRCM. Use la TL, con la velocidad relativa~v R = vn x̂x, para expresarlas en el SRn, (Eµ0 /c,~p µ0 ).

80
Es decir, ✓ ◆ ✓ ◆✓ ◆
Eµ0 /c 1 bR Eµ/c
= gR .
pµ0 bR 1 pµ

6. Haga el álgebra y verifique que, en efecto, los valores de (Eµ0 /c, pµ0 ) se obtienen a partir de (Eµ/c, pµ )
usando la TL adecuada.

Habiendo hecho todo correctamente, sus resultados del punto 6 deben ser los mismos que en las
Ecs. (4.54). Si no es el caso, devuélvase, revise y proceda nuevamente. No olvide que siempre puede
discutir sus dudas con sus Compañeros, Ayudantes y Profesores.

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Bibliografı́a

Alonso, M., y Finn, E. (1970a). Fı́sica, Volumen II: Campos y Ondas.


Alonso, M., y Finn, E. (1970b). Fı́sica, Volumen I: Mecánica.
Einstein, A. (1905). On the electrodynamics of moving bodies. Annalen Phys., 17, 891-921. ([Annalen
Phys.14,194(2005)]) doi: 10.1002/andp.200590006
Eisberg, R., y Resnick, R. (1989). Fı́sica Cuántica: Átomos, Moléculas, Sólidos, Núcleos y Partı́culas.
Editorial Limusa.
Griffiths, D. J. (1999). Introduction to Electrodynamics. 3rd Edition. Prentice Hall.
Serway, R., Moses, C., y Moyer, C. (2005). Modern Physics, Third Edition.

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