5 Pasos para Negar A Jesus
5 Pasos para Negar A Jesus
5 Pasos para Negar A Jesus
- muchas desertan
Hoy estudiaremos el proceso que lleva poco a poco a un cristiano a abandonar a su maestro.
Mc 14:66-72: "Pedro estaba abajo, en el patio. En esto llegó una de las sirvientas del sumo
sacerdote; y al ver a Pedro, que se estaba calentando junto al fuego, se quedó mirándolo y le
dijo: —Tú también andabas con Jesús, el de Nazaret. Pedro lo negó, diciendo: —No lo conozco,
ni sé de qué estás hablando. Y salió fuera, a la entrada. Entonces cantó un gallo. La sirvienta vio
otra vez a Pedro y comenzó a decir a los demás: —Este es uno de ellos. Pero él volvió a negarlo.
Poco después, los que estaban allí dijeron de nuevo a Pedro: —Seguro que tú eres uno de ellos,
pues también eres de Galilea. Entonces Pedro comenzó a jurar y perjurar, diciendo: —¡No
conozco a ese hombre de quien ustedes están hablando! En aquel mismo momento cantó el
gallo por segunda vez, y Pedro se acordó de que Jesús le había dicho: «Antes que cante el gallo
por segunda vez, me negarás tres veces.» Y se echó a llorar."
Mc 14:29-31: "Pedro le dijo: —Aunque todos pierdan su fe, yo no. Jesús le contestó: —Te
aseguro que esta misma noche, antes que cante el gallo por segunda vez, me negarás tres veces.
Pero él insistía: —Aunque tenga que morir contigo, no te negaré. Y todos decían lo mismo."
Los israelitas fueron inducidos al pecado, precisamente cuando se hallaban en una condición de
ocio y aparente seguridad. Se olvidaron de Dios, descuidaron la oración, y fomentaron un espíritu
de seguridad y confianza en sí mismos…Así precisamente es cómo Satanás procura aún la ruina del
alma.
Jn 18:4-11: "Pero como Jesús ya sabía todo lo que le iba a pasar, salió y les preguntó: —¿A quién
buscan? Ellos le contestaron: —A Jesús de Nazaret. Jesús dijo: —Yo soy. Judas, el que lo estaba
traicionando, se encontraba allí con ellos. Cuando Jesús les dijo: «Yo soy», se echaron hacia
atrás y cayeron al suelo. Jesús volvió a preguntarles: —¿A quién buscan? Y ellos repitieron: —A
Jesús de Nazaret. Jesús les dijo otra vez: —Ya les he dicho que soy yo. Si me buscan a mí, dejen
que estos otros se vayan. Esto sucedió para que se cumpliera lo que Jesús mismo había dicho:
«Padre, de los que me diste, no se perdió ninguno.» Entonces Simón Pedro, que tenía una
espada, la sacó y le cortó la oreja derecha a uno llamado Malco, que era criado del sumo
sacerdote. Jesús le dijo a Pedro: —Vuelve a poner la espada en su lugar. Si el Padre me da a
beber este trago amargo, ¿acaso no habré de beberlo?"
Mc 14:53-54,66-68: "Llevaron entonces a Jesús ante el sumo sacerdote, y se juntaron todos los
jefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley. Pedro lo siguió de lejos hasta
dentro del patio de la casa del sumo sacerdote, y se quedó sentado con los guardianes del
templo, calentándose junto al fuego. … Pedro estaba abajo, en el patio. En esto llegó una de las
sirvientas del sumo sacerdote; y al ver a Pedro, que se estaba calentando junto al fuego, se
quedó mirándolo y le dijo: —Tú también andabas con Jesús, el de Nazaret. Pedro lo negó,
diciendo: —No lo conozco, ni sé de qué estás hablando. Y salió fuera, a la entrada. Entonces
cantó un gallo."
- negó a Jesús.
Conclusión
Jn 21:15-19: "Terminado el desayuno, Jesús le preguntó a Simón Pedro: —Simón, hijo de Juan,
¿me amas más que estos? Pedro le contestó: —Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: —
Cuida de mis corderos. Volvió a preguntarle: —Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro le contestó:
—Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: —Cuida de mis ovejas. Por tercera vez le
preguntó: —Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro, triste porque le había preguntado por tercera
vez si lo quería, le contestó: —Señor, tú lo sabes todo: tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: —Cuida
de mis ovejas. Te aseguro que cuando eras más joven, te vestías para ir a donde querías; pero
cuando ya seas viejo, extenderás los brazos y otro te vestirá, y te llevará a donde no quieras ir. Al
decir esto, Jesús estaba dando a entender de qué manera Pedro iba a morir y a glorificar con su
muerte a Dios. Después le dijo: —¡Sígueme!"