El Conexionismo. José Luis Fernandez
El Conexionismo. José Luis Fernandez
El Conexionismo. José Luis Fernandez
l. Introducción
¿Por qué dentro lle un conjunto de trabajos que tratan sobre el pasado, el presente y el
futuro de la psicología, parece conveniente incluir el tema del conexionismo? En primer
lugar, al hablar del presente y futuro de la psicología hay que hablar necesaria mente del
conexionismo, porque si no es la última novedad en psicología, sí al menos es una de las
últimas novedades.
Sin duda en la psicología aplicada hay temas de la última actualidad que no tienen nada
que ver con el conexionismo. Así son muchos de los últimos temas que ha abor dado la
psicología aplicada, como son, por ejemplo, la medicina conductual, la psicología de la
salud o la psicología de las organizaciones. Basta pasearse por una de las impo.rtantes
universidades mundiales, para comprobar la actualidad que hoy tienen en psicología los
temas aplicados y específicos.
Pero si en la psicología aplicada, al preguntamos por la última novedad en psicolo gía,
podríamos hablar de muchas cosas que nada tienen que ver con el conexionismo, en la
psicología básica, por el contrario la última novedad lo constituye un solo tema y este tema
es el conexionismo. Si, pues, en un conjunto de trabajos se pretende tratar el presente más
actual de la psicología básica parece obligado tratar del conexionismo.
Existe, sin embargo, para mí particularmente otra razón que me obliga a enfrentarme con
este tema. Si se ha criticado, durante mucho tiempo, las debilidades que presentaba el
paradigma de la psicología cognitiva de los últimos afios, parece obligado adoptar,
también, una posición positiva y tratar de ofrecer esta nueva alternativa que en el es
tudio de la mente y conducta humana representa hoy el conexionismo. Si hemos estado
aliado de los que durante los aftos sesenta y setenta han hecho caer muchas ilusiones de las
albergadas por la psicología cognitiva, parece obligado apresurarse en mostrar las
posibilidades de esperanza e ilusión que muchos encuentran en la psicología co
nexionista.
La psicología cognitiva de los últimos afias nos ha llevado, como seftala entre mu chos· el
psicólogo italiano R. Luccio (1982), a intentar entender la mente humana con "modelos
cada vez más abstractos y alejados de la realidad" (p. 255). Nada de extraño que la
psicología cognitiva se haya ido convirtiendo poco a poco o bien en un lenguaje casi
filosófico, de tipo racionalista, como se muestra en las obras de Fodor o Pylyshyn, o bien
en un estudio de programas de ordenador, como ocurre hoy bajo el férreo dominio de la
Inteligencia Artificial. No deja de ser curioso, en este sentido, que un cierto número de
psicólogos actuales estén ahora estudiando el aprendizaje en modelos de ordenador más
bien que examinando las tareas y los procesos explícitamente en los seres humanos.
Frente a todo ello, el conexionismo pretende alejarse del modelo del computador 25
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nexionismo.
3. El conexionismo: su descripción
No obstante el avance de la tecnología actual, el hombre es mejor que las máquinas.
Sin duda hay muchas razones que pueden dar cuenta de nuestra afirmación anterior. Pero
hay una razón fundamental y ésta es que el cerebro emplea una arquitectura de
computación que está mucho más adaptada a lo que el hombre hace, que las arquitec
turas de computación que emplean las máquinas.
En este sentido Feldman y Ballard (1982) señalan que los modelos comutacionalcs de
la psicología deben ser plausibles por lo menos en los recursos que requieren. Pues bien,
uno de los recursos críticos en la computación es el tiempo necesitado para realizarla y el
hombre, con un cerebro lento en comparación a la velocidad de muchos ordenadores, no
puede gastar mucho tiempo en la realización de sus conductas.
Muchas de las conductas complejas que el hombre realiza puede ejecutarlas en unos
pocos cientos de milisegundos. Esto significa que el hombre realiza las conductas com
plejas en menos de cien pasos de tiempo, si hablamos en términos de computador. Sin
embargo, los programas de simulación y los modelos de Inteligencia Artificical
necesitarían millones de pasos de tiempo para realizar esas mismas conductas com plejas.
Nuestro cerebro, aunque es más lento, requiere menos tiempo que un programa de un
ordenador para realizar muchas de las conductas complejas ¿Cuál es la razón de ello?
La premisa fundamental del conexionismo es que su modelo consta de un número
masivo de unidades elementales que son como neuronas y que esas unidades no
transmiten grandes cantidades de información simbólica, sino que realizan la com
putación conectándose entre ellas de un modo apropiado. Dicho con otras palabras, un
sistema de computación lento requiere poco tiempo en comparación del computador
convencional, si dicho sistema consta de números masivos de unidades y conexiones en
lugar de unas pocas macroestructuras que almacenan grandes cantidades de infor mación
simbólica y sobre las que opera un centro director del proceso que contiene un conjunto
de reglas explícitas. Pero vayamos por pasos.
3.1. Necesidad de las interacciones
Una cantidad mínima de información, lo que se llama un bit de información, necesaria
para resolver Qn simple problema con dos alternativa es una restricción de probabilidad.
Por ejemplo, si queremos averiguar en cual de los dos semicírculos en que el diámetro
divide. ~n círculo hay un punto o señal, basta un bit de información para restringir la
probabilidad de esta alternativa. Un sólo bit de información nos proporciona el que
podamos resolver el problema de saber en cuál de los dos semi
círculos está el punto. Dicho con otras palabras, un bit de información constituye una
restricción de la probabilidad. Con el bit de información el punto pierde la probabilidad
de estar en el otro semicírculo. Naturalmente para resolver problemas más complejos en
que las alternativas son muchas hacen falta múltiples restricciones. Ahora bien, en la
teoría de la información esas restricciones actuan binariamente y, por tanto, tienen que
actuar secuencialmente. En el ejemplo anterior tendríamos que ir informando si
hiciéramos el problema más complejo; el punto está en el círculo no en las otras figuras
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que no son círculos; dentro del círculo está en el semicírculo derecho, no en
el izquier do; dentro del semicírculo izquierdo está en el cuadrante superior
no en el inferior cte. Es decir, la solución de un problema complejo requiere
múltiples restricciones, pero un sistema de información convencional lo hace
secuencialmente.
Sin embargo, hay restricciones múltiples simultáneas, como señalan
Rumelhart y McClelland (1986), para una conducta tan simple como
extender la mano para apretar un botón. Son las restricciones que ponen la
estructura del brazo y los músculos, la forma del botón, su posición etc.
Dichos autores hacen hincapié en las múltiples restricciones simultáneas que
son necesarias para el procesamiento del lenguaje. La sin
taxis constrii'ie el significado. Las reglas de la sintáxis son necesarias para
que enten damos. Dicho con otras palabras la sintaxis determina de alguna
manera la semántica. Pero las relaciones semánticas determinan a su vez la
estructura sintáctica. Los autores citados ponen un ejemplo claro: en las
siguientes dos oraciones es la semántica la que determina la estructura
sintáctica. Las dos oraciones son: "vi el gran cai'ión volando a Nueva York"
y "vi a una oveja pastando en el campo".
La conclusión es que el conocimiento se consigue mediante la interacción de
múlti ples fuentes. Se requieren mecanismos en que un aspecto de la
información pueda ac tuar sobre otros y al revés. Esto es lo que pretende el
conexionismo: procesar la infor mación a través de las interacciones de un
número masivo de elementos simples que se
envían entre ellas, mediante conexiones, sei'iales excitatorias o inhibitorias.
Dicho con otras palabras, gracias a la interacción de múltiples unidades
elementales conectadas entre sí se pueden dar restricciones múltiples
simultáneas. Por esto el modelo de procesamiento conexionista se llama
procesamiento Paralelo Distribuído (en inglés PDP). Distribuido porque se
expande sobre un gran número de unidades y paralelo porque estas no se
conectan serial o secuencialemente sino simultáneamente y en diversos
niveles.
3.2. Relación con la neurofisiolog[a
Si los modelos de la psicología cognitiva, tal como ha sido hasta ahora, no
eran plausibles fisiológicamente, los modelos conexionistas sí lo son y tienen
una inspira ción neural. Ahora no se trata de encontrar una máquina que nos
sirva para explicarnos el cerebro, como han sido los formalismos
computacionales, convencionales. Ahora se trata de lo contrario, se trata de
hacer un formalismo computacional que imite al cerebro, que funcione como
el cerebro.
Esta inspiración neurofisiológica del conexionismo ha constituido sus
primeras raí ces. A finales del siglo pasado y en la primera mitad del nuestro
ya hubo autores como J ackson que descartó la teoría simplista de las
localizaciones cerebrales y defendió concepciones distribuidas y
multiniveles. En la segunda mitad del presene siglo, en 1966, el ruso
Alejandro Luria ha defendido que un proceso cognitivo o conductual re sulta
de la coordinación de muchos componentes, localizados en muy diferentes
regiones del cerebro. En 1949 Donald Hebb aportó conceptos que han tenido
gran repercusión como la regla de modificación sináptica y los conceptos de
asambleas celulares y sintonización de fases. En 1950 Lashley afirmaba que
no existen células es peciales para almacenar memorias especiales e insiste en
una concepción de represen tación distribuida.
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Es verdad que estas concepciones quedaron en la neurofisiología y que fueron
con ceptualizaciones demasiado vagas, poco claras y demasiado especulativas a
veces. Pe ro, sin embargo, no han faltado psicólogos que han llamado la atención
en que el camino correcto era observar cómo funciona el cerebro y no cómo
funciona una má quina. En 1962 Rosenblatt publica unos principios de
ncurodinámica y nos abre a la esperanza de un enfoque neural en el estudio de la
computación. Finalmente, aunque no faltaron algunos intentos en la década
pasada, es a partir de los primeros años ochenta cuando se intensifica el estudio de
la computación inspirada neuralmente. J. A. Ander son (1983) ha publicado un
trabajo con el significativo nombre de "Computación psicológica y cognitiva con
modelos neurales". Uno de los objetivos de este trabajo es, precisamente, discutir
el hardware del sistema nervioso real y, luego, desarrollar modelos neuronales
simples para procesos cognitivos que trabajen con las mismas restricciones con
que lo hace la naturaleza.
Nada de extraño que W. Schneider (1987) nos diga que el conexionismo es el
cam bio más dramático que ha ocurrido en la psicología en los últimos veinte años.
Porque si hasta ahora se ha intentado describir el cerebro en términos de una
máquina, una red telefónica o, incluso, una red semántica, ahora es al revés, se
trata de describir la com putación según la interacción de unidades que actúan
como las neuronas. Antes era in tentar ver qué clase de máquina es el cerebro,
ahora se trata de intentar ver cómo fun cionan los modelos que son como o imitan
al cerebro.
Pero el conexionismo es psicología y estudia la computación que realizan los
proce sos cognitivos, no es neurofisiología. El conexionismo no estudia el potenial
de acción de la diferencia en polarización de la membrana, ni que elementos
químicos actúan como transmisores, neuromoduladores o neurohormonas.
Tampoco estudia macroes tructuras cerebrales como los componentes del sistema
límbico ni conexiones neuroanatómicas entre las diversas regiones del cortex. Se
trata de construir un modelo de computación, cuyo hardware pudiera ser el
sistema nervioso superior, pero no de es tudiar ese sistema nervioso.
3.3. Características básicas del conexionismo
Hay varias características que son comunes a todos los modelos conexionistas y
que, por tanto, pueden servir para definir el conexionismo. Algunas de ellas las
hemos señalado ya, pero es conveniente hacerlo ahora aquí de una manera
sistemática.
En primer lugar, el procesamiento ocurre de modo simultáneo en una población
de elementos simples. W. Schneider pone como ejemplo el procesamiento de la
letra H en una población de ocho elementos que pueden tener cada uno de ellos
valores binarios. En este caso serían, simetría vertical, simetría horizontal,
simetría diagonal, no redon
dez, no cerrada, sin inclinación. Rumelhart y McClelland (1986) ponen el ejemplo
de una hipótesis sobre la identidad de una palabra que se distribuiría en la
activación de un gran número de unidades.
En segundo lugar, la actividad consiste en que esas unidades elementales envíen
sus sei'iales de activación e inhibición a cada otra unidad, hasta que la actividad
combinada de una población o conjunto de unidades empuja a todo el sistema
hacia una acción. Es, pues, necesario distinguir entre activación y acción. La
activación es de cada una de las unidades del sistema, la acción es del sistema en
conjunto, de todo el sistema.
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Una acción consiste en que el sistema se establece dentro de una particular
dis tribución de activación a través de las unidades del sistema. Dicho con
otras palabras, la acción del sistema resulta de un patrón de activación
distribuído sobre las unidades del sistema.
Tales acciones no son el producto de un "centro de control del proceso" o
especie de ejecutivo que manipula la información almacenada
representativamente en grandes al macenes com memoria a largo plazo etc.
Precisamente aquí hay una gran diferencia entre el conexionismo y la
psicología cognitiva anterior. Aquí cada unidad determina su propia
actividad sobre la base, por un lado de su propio estado de activación inicial
y, por otro lado, del input que recibe de las otras unidades.
Esta concepción de la activación de las unidades y de la acción del sistema,
que tiene un marcado carácter neurofisiológico, se pude interpretar
psicológicamente de dos maneras. Una de ellas, consiste en considerar que
cada unidad en el sistema representa una hipótesis y el grado de activación
representa su confianza. Se trata de una inter
pretación cognitiva y es la que siguen Rumelhart y McClelland (1986). Si yo
quiero es cribir la palabra "malo" se activa una unidad para la palabra y ésta,
a su vez, activa cuatro unidades para las letras y éstas, finalmente, activan los
movimientos de la mano y los dedos. Naturalmente hay un juego de mas
fuerte activación para la letra y movi
mientos con los que se ejecuta su escritura en el momento correspondiente.
Quizá la interpretación cognitiva de la activación se entiende mejor con el
ejemplo que pone Bechtel (1985) con el modelo de reconocimiento de las
palabras. La conexión excitatoria indica que las hipótesis se sostienen unas a
otras (en realidad lo que se sos tiene es la activación de unas a otras, pero
aquí se da esta interpretación cognitiva como si cada unidad fuese una
hipótesis y su activación es su sostenimiento). En el re conocimiento de la
palabra "por", si queremos poner un ejemplo, la hipótesis de la letra "p, en la
primera posición y la unidad que representa la palabra "por" se activan
mutuamente y la hipótesis se sostiene.
La segunda manera de interpretar psicológicamente la actividad de las
unidades no proporciona una interpretación cognitiva para cada una de las
unidades individuales, sino sólo para los patrones de actividad que se
expanden sobre un conjunto de unida des. A esta interpretación se le llama
perspectiva de representación local. Pero, como vemos, es también un
modo de hablar o interpretar, porque no se trata de ninguna representación
cognitiva, que en todo caso sería algo emergente, sino de un patrón de
activación.
La tercera característica del conexionismo consiste en que el conocimiento no
se al macena de modo representativo simbólico en macroestructuras o
almacenes, sino que se almacena en asociaciones o fuerzas de conexión entre
esos elementos o neuronas. Dicho con otras palabras, todos los patrones de
activación que el sistema ha adquirido para responder al estímulo se suman
en una matriz de asociación; esto es, todo el cono cimiento se almacena en un
pequefto número de matrices de asociación. En realidad no hay nada
almacenado a no ser fuerzas de conexión, esto es lo que determina que al
producirse la activación se forme un patrón entre las unidades más
fuertemente co nexas.
La cuarta característica es que la combinación de los inputs que realizan las
unidades es una combinación simple; esto es, una suma o multiplicación y
las transformaciones
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de sus inputs que realizan dichas unidades no es lineal. Dicho con otras
palabras no hay comparación de símbolos, sino suma o multiplicación de
actividades solamente. Rumelhart y McClelland en la obra ya citada
coinciden con W. Schneider (1987) en señalar como característico del
conexionismo tanto el que el conocimento no se al
macena en una copia estática de un patrón, ni hay patrones almacenados
en grandes estructuras, como el que las combinaciones de la activación y
sus transformaciones se hacen de la manera más simple.
Finalmente la quinta característica del conexionismo consiste en que el
aprendizaje implica modificar las conexiones. Esto es, aprender es
modificar las conexiones de tal manera que se facilite el que un patrón de
inputs antiguo evoque un patrón de outputs nuevo. Aprender es
establecer las correctas fuerzas de conexión, de tal manera que los
patrones correctos de activación se produzcan bajo las circunstancias
correctas.
En el aprendizaje no se trata de formular esquemas o reglas explícitas que
se al macenan y que utilizaría el centro de control del proceso o ejecutivo
cuando manipula las representaciones almacenadas, tal como se ha
pensado en la psicología cognitiva -anterior. No es que yo aprenda la
regla de aftadir la sfiaba "ed, para formar el preterito de los verbos
ingleses y hay un conjunto de reglas almacenadas para que el "ejecutivo"
proceda, es simplemente que la activación de pretérito está asociada a la
activación de la sOaba "ed, al final de la forma verbal. La regla puede ser
algo emergente, lo real es la sociación de activaciones. Aprender es
establecer la conexión correcta.
Como resumen de todas estas características del conexionismo podemos
decir que éste se opone radicalmente al concepto de computador de von
Neuman que tan radicalmente ha modelado a la psicología cognitiva, tal
como se ha desarrollado hasta ahora. No hay una_ estructura de datos y
un ejecutivo, como esencialmente proponía el computador de von
Neuman. Por eso el aprendizaje no consiste en instruir al ejecutivo para
que realice ciertas operaciones sobre los elementos de la estructura de
datos.
En este sentido, dentro de la psicología cognitiva. Pylyshyn (1984) dice
que lo que caracteriza la arquitectura de la mente son las reglas y las
representaciones. Por esto la psicología cognitiva ha explicado los
procesos mentales defendiendo que la mente posee un almacen de
representaciones o símbolos y un conjunto de reglas que se pue
den usar para operar según la lógica sobre esas representaciones. El
conexionismo rechaza que la mente sea una máquina que emplee reglas
explícitas sobre representa ciones formales. Lo que en la mente hay son
unidades elementales y conexiones entre ella. Por eso es importaritísimo
distinguir entre la descripción de la actividad misma y la descripción de
lo que emerge de dicha actividad de la mente.
Finalmente y en relación con todo lo dicho hay un último punto en que el
co nexionismo se parta radicalmente de la psicología cognitiva. Es el
tema del innatismo. El conexionismo es asociacionista y. por tanto,
empirista. La psicología cognitiva es racionalista y, por tanto, tiene
ciertas tendencias innatistas.
Como ya hemos dicho, para la psicología cognitiva la cognición es un
proceso de la mente que opera sobre las representaciones. Ahora bien, la
mente .tiene un conjunto de procedimientos para procesar
representaciones. Estos procedimientos se toman como algo innato a la
mente. Esta concepción nativista es fácil siempre que se haga una dis
tinción entre representaciones y procesos. Se considera a la mente como
una máquina con ciertas capacidades fijas. Dadas las representaciones, la
mente tiene ciertas
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capacidades para hacer con ellas una serie de cosas, como razonamientos,
discursos, etc. Pensar que estas capacidades fijas en cuanto procedimientos
de procesar son in natos es cosa fácil.
El conexionismo no distingue entre representaciones y procesos. El sistema,
como hemos dicho repetidas veces, no tiene representaciones almacenadas
sobre las que se realizan operaciones según ciertos procedimientos. El
sistema tiene sólo fuerzas de conexión entre unidades que permiten la
creación de representaciones o. más exac
tamente, patrones de activación. Las fuerzas de conexión hacen el trabajo de
los proce sos. pero también crean las representaciones. No hay distinción
entre reglas o procedi mientos constantes'y representaciones variables.
Lo dicho tiene también importantes implicaciones para el aprendizaje porque
en el conexionismo no puede haber mecanismos de aprendizaje con
capacidades com putacionales poderosas, que incluso podían poseer
conocimiento innato. Para el co nexionismo lo que hay es modulación de las
fuerzas de conexión de tal manera que se produzca un nuevo ajuste de
dichas fuerzas entre las unidades.
Este cambio de concepción ya se había producido en la bioquímica del
cerebro. Se pensó que la memoria y el aprendizaje tenían su hardware en los
ácidos nucléicos. Así era fácil de explicar a nivel bioquímico el almacenaje
de representaciones estables e in cluso se podía pensar en conocimiento
innato. Tal concepción bioquímica de la memo ria y el aprendizaje llegó a
estar tan arraigada que se llegó a vender en las farmacias medicamentos
como la "nucleserina" para aumentar la capacidad de memoria y apren
dizaje.
Sin embargo, ya hace tiempo que la bioquímica ha seftalado que en la
concepción bioquímica de la memoria y el aprendizaje lo importante no es
el núcleo. sino la mem brana de la neurona. Lo importante no está en los
ácidos nucléicos que se tienen o ad quiere. Lo importante está en los
mecanismos de conexión del axon de una neurona con las dendritas de la
neurona con la que se conecta. De patrones estáticos la bioquímica del
cerebro ha pasado a patrones de fuerzas de conexión; esto es, a patrones
dinámicos.
La revolución que hizo en su día la bioquímica del cerebro intenta hacerla
ahora el conexionismo en el campo de la psicología en relación a los
modelos computacionales de la psicología cognitiva. La explicación de la
percepción, la memoria, el aprendizaje etc. ya no se hace a partir de
procedimientos o reglas estáticas, almacenadas e innatas. Ahora todo ello se
explica en virtud de las fuerzas de conexión entre las unidades elementales.
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Se puede pensar que la mecanógrafa primero programa un golpe de letra, luego el
siguiente etc. Sin embargo, esto no es en realidad así: las manos y los dedos mientras se
golpea una letra se anticipan para golpear la siguiente. Vamos a hacer un modelo de
cómo la mente controla esta conducta.
Desde fuera del proceso de escribir a máquina viene la decisión de escribir una pala
bra. Este input activa un patrón de fuerzas de conexión correspondiente a dicha pala bra.
Este patrón activa, a su vez, los patrones o unidades correspondientes a las letras que
componen la palabra. La unidad para la primera letra inhibe las activaciones de las
unidades de las otras letras. La unidad para la segunda inhibe también la actividad de la
unidad para la tercera letra etc. Ahora bien, como resultado de las múltiples interac
ciones de activaciones e inhibiciones entre las fuerzas de conexión de las diferentes
unidades, la unidad para la primera letra resulta la más activada (no sufre ninguna in
hibición), menos activada la unidad para la segunda letra, aún menos la unidad para la
tercera letra.
Cada unidad para una letra influencia la mano y el dedo implicado en escribirla. Una
vez que el dedo está en la distancia adecuada para golpear, se pulsa la tecla. El acto de
golpear inhibe la activación de la unidad para la primera letra; esto es, de la letra ya
escrita. Lo cual permite que la letra segunda tenga su unidad o patrón el más activado et.
De este modo la activación distribuida y paralela explica no sólo que se escriba se
cuencialmente, sino que hay una anticipación para escribir las letras siguientes. Como
podemos ver, según este modelo, el control motor ocurre como en el sistema nervioso.
Todo el sistema se activa y la interacción múltiple de las fuerzas de ac tivación e
inhibición realiza el control motor. Naturalmente un modelo conexionista es algo más
complicado que lo que hemos expuesto aquí, pero este ejemplo, resumido y
esquemático, puede darnos una idea de lo que es un modelo conexionista y cómo se di
ferencia de los modelos convencionales de la psicología cognitiva.
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específica y que~ frente a esa situación de desesperanza, aparezca la
esperanza de que es posible marchar hacia adelante con el cambio que
se da en la ciencia. En tercer lugar, que la comunicación entre los
científicos se haga difícil, porque el cambio de un paradigma a otro
hace que la comunicación sea inevitablemente parcial. Finalmente y en
cuarto lugar, que se de un solapamiento, aunque parcial~ entre los
problemas que se pueden resolver por el antiguo paradigma y por el
nuevo.
Según Schneider (1987) con la llegada del conexionismo se cumplen
esas cuatro características que seftala Kuhn para definir un cambio de
paradigma a otro hace que la comunicación sea inevitablemente
parcial. Finalmente y en cuarto lugar, que se de un solapamiento,
aunque parcial, entre los problemas que se pueden resolver por el an
tiguo paradigma y por el nuevo.
Según Schneider (1987) con la llegada del conexionismo se cumplen
esas cuatro características que seftala Kuhn para definir un cambio de
paradigma. En consecuencia cree que el conexionismo representa un
cambio significativo de paradigma en la psicología actual, un cambio
tan profundo como fue el cambio del conductismo a la psicología del
procesamiento de la información y que puede ser que sea el cambio
más importante en la psicología que los psicólogos actuales van a
presenciar a lo largo de sus vidas. Pero veamos cuál es la
argumentación de Schneider.
En primer lugar, el paradigma de la psicología cognitiva se ha hecho
borroso y se dan anomalías en sus reglas de investigación. Así durante
los aftas setenta se ha ido pasando de los modelos de cajas y sus
diagramas de flujo a una variedad de representa ciones de modelos,
como los niveles de procesamiento, los esquemas, las redes semán
ticas y los sistemas de producción. En pocas palabras, que si nos
preguntamos cuál es el modelo que usa la psicología cognitiva para
describir los procesos cognitivos, no sabemos bien si son cajas o redes
semánticas u otra cosa. El paradigma, pues, aparece borroso. Además
se ha producido una relajación en las normas de investigación hasta el
extremo que muchos psicólogos ya no investigan los procesos
cognitivos en los seres humanos explícitamente, sino en programas de
ordenador. Se da pues la circunstancia de que la psicología cognitiva
presenta un paradigma borroso y anomalías en la inves tigación.
En cuanto a la segunda característica de cambio de paradigma es
evidente que mien tras el entusiasmo por el conexionismo es tan fuerte
que los autores recomiendan prudencia cautela, la actitud hacia el
paradigma de la psicología cognitiva es ya en mu chos algo que puede
resumirse en las palabras de R. Luccio (1982) citadas anteriormen te:
"creo no equivocarme si considero más que probable que el
cognitivismo, tal como lo hemos conocido, ha agotado, o está a punto
de agotar, su función" (p. 255).
Por otra parte, el conexionismo está introduciendo nuevo vocabulario,
nuevo trata miento matemático e incluso nueva metodología que son
ajenas a la ciencia cognitiva anterior, por lo que el entendimiento del
conexionismo desde la psicología cognitiva se hace parcial y difícil.
Finalmente y por referirnos a la cuarta de las características sefialadas
por Kuhn, en el momento actual de la psicología es innegable el
solapamiento de conexionismo y cognitivismo en cuanto a muchos de
los problemas que pretenden estudiar, como es el caso realmente
llamativo del aprendizaje. ¿Tendremos que admitir, en ·consecuencia,
que el conexionismo es un nuevo paradigma y que la psicología
cognitiva tal como ha
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s"ido hasta ahora está a punto de morir? Esta es una cuestión a la que algunos autores,
como hemos ya señalado, contestan afirmativamente, pero que han de ser los hechos y
el tiempo los que en definitiva terminen por aclarar la cuestión.
Es por otra parte es fácil de asegurar una controversia entre cognitivistas y co
nexionistas, quizá como la hubo entre el conductismo y el cognitivismo. Hoy por hoy el
conexionismo aparece con grandes esperanzas, pero todavía tiene que resolver el
problema, en mi opinión, de no convertirse en una pura teoría de los procesamientos.
Como señala Schneider (1987) si deseamos tener un modelo de la cognición humana es
crucial que generemos predicciones verificables empíricamente. El conexionismo, pues,
necesita para afianzar su establecimiento en la psicología de un serio y extenso bagaje
experimental.
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aprendizaje. Esto es aducir sólo dos razones, pero son dos poderosas razones.
No puede negarse que el conexionismo es una vuelta a un cierto tipo de
asociacionismo. Las unidades elementales de los modelos de procesamiento
distribuído paralelo puede concebirse como aquellas ideas del empirismo y
asociacionismo inglés que se unían en virtud de la experiencia. Si esto es así,
tiene que ser igualmente válido afirmar que en este sentido el conexionismo
se acerca a la tradición conductista, puesto que ésta sostiene una asociación
de estímulos y respuestas, de tal manera que sus modelos explicativos son
también asociacionistas.
Naturalmente que el conexionismo no es una conexión entre estímulos y
respuestas públicamente obsetvables, ni aun siquiera podríamos decir es algo
fundamental en su concepción la conexión entre inputs y outputs. Las
conexiones ahora son entre unida des que son como neuronas y que no son
públicamente observables. La dificultad, sin embargo, no está tanto en que
las unidades sean públicamente observables o no, pues en el conductismo se
admitió condicionamientos encubiertos, sino en que la red de aso ciaciones
no es ahora entre sensaciones o conductas ni las asociaciones se rigen por la
semejanza ni la contigüidad. Las unidades elementales del conexionismo no
son direc tamente inputs sensoriales o outputs motores y la asociación de
fuerzas de activación se produce por un gradiente descendente y no por las
leyes clásicas de asociación.
Los modelos de procesamiento distribuído paralelo son modelos de
procesamiento interno, lo que pretenden estudiar es la estructura de la mente,
proporcionar una estruc tura en que la actividad mental pueda ocurrir. En este
sentido los modelos de procesamiento distribuído paralelo tienen quizá
mayor ligazón con los modelos cog nitivos que con los modelos estímulo y
respuesta del conductismo.
Por otra parte, hay otro hecho que une al conexionismo con el conductismo y
este hecho es el énfasis que el conexionismo pone en el aprendizaje.
Mientras la psicología cognitiva soslayaba el tema del aprendizaje ya que los
mecanismos de la mente tendían a tomarse como innatos, el conexionismo
estudia un sistema de conexiones capaz de modificar las ya existentes y
apreder otras nuevas explicando así mejor cómo es la estructura de la mente
que media la producción de la conducta futura.
Ahora bien, volver al aprendizaje parece ser de alguna manera volver al
conductis mo. Sin embargo, también hay profundas diferencias. En el
conductismo lo que se es tudiaban eran las leyes que caracterizan la conducta
de aprendizaje, en el conexionismo lo que se estudia es el desarrollo de una
estructura interna. La pregunta ahora es ¿cómo se almacena la información
en un sistema dinámico y de unidades elementales? ¿Cuáles son los
procedimientos por los que el sistema es capaz de aprender? Todo esto no es
contigüidad, pero tampoco es almacenaje de reglas explícitas. Aprendizaje es
lo que el sistema hace ante una situación particular.
La conclusión de todo esto dista mucho de estar clara. Sin duda el
conexionismo se preocupa por la mente y la cognición, cosa que el
conductismo no hizo; trata de unida des intrínsecas y no de estímulos y
respuestas extrínsecas. Pero no cabe duda que el conexionismo es
asociacionista y fundamentalmente es una teoría del aprendizaje.
7. Conclusión
el co 37
38
REFERENCIAS
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