Termina Lo Que Empiezas

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Termina lo que empiezas

¿Alguien sabe la edad de Salomón al convertirse en rey? La edad de Salomón no


se especifica en la Biblia, pero se cree que se encontraba entre los 15 y 20 años.

Los más grandes de ustedes, los chicos de prepa, tienen entre 15 y 18 años, yo
tengo veinte, no sé ustedes, pero gobernar un pueblo es una responsabilidad inmensa,
ahora, hacerlo a esta edad, pareciera que debería de ser todavía más complicado. Sin
embargo, Salomón al principio de su reinado, demostró el bien ante los ojos de Dios.
Además, de manera general, esta etapa de Israel en su mayoría fue muy buena, hubo
paz y prosperidad, Israel se amplió geográficamente como nunca lo había hecho, sus
cuerpos militares imponían ante cualquier conflicto externo y la riqueza del pueblo
como la del rey incrementó tanto que hoy podría ser difícil de imaginar que una sola
persona posea tanto.

Y digo, Salomón fue un rey muy querido además de muy inteligente, tenía
conocimientos sobre la botánica, zoología, arquitectura, filosofía y literatura. Podríamos
decir que preparado estaba y que era alguien con un éxito en potencia, sin embargo, en
2 de Crónicas 1:1 nos dice Jehová su Dios estaba con él y lo engrandeció de gran
manera. Dios lo acompañó y lo prosperó porque Salomón, en su juventud, teniendo la
edad de muchos de ustedes, demostró que su corazón y su vista estaba en seguir el
camino del Señor.

1 Reyes 3:9 dice … más no quedó en eso, continuamos con 1 Reyes 3:10-13 que
dice Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese eso. Y le dijo Dios: Porque has
demostrado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni
pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír
juicio, he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón
sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de tu
se levantará otro como tú. Y aún también te he dado las cosas que no pediste,
riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos
tus días.

La humildad y el compromiso de Salomón con Dios y su pueblo le agradó tanto a


Dios que no sólo le dio un corazón sabio, como ningún otro ha habido o habrá jamás,
sino que también le dio una fama, un poder y una riqueza de la que no somos capaces
ni de imaginar. Proverbios 3:5 dice Fíate de Jehová de todo tu corazón y no te apoyes
en tu propia prudencia. Salomón al inicio de su reinado, en su juventud, fue prueba de
esto.

Sin embargo, a lo largo de los 40 años de reinado, Salomón fue creciendo y


comenzó a olvidarse de Dios, se dejó llevar por su poder, por su riqueza y por todos los
placeres que conseguía a través de todo esto, olvidó que dependía de Dios.

Cuando nosotros hablamos de “Terminar lo que empiezas” hablamos de muchas


cosas, pero una muy importante, es el compromiso. La palabra “comprometer” tiene
varios significados, uno de ellos es el “ceder” y el “tener una obligación”. Cuando nosotros
aceptamos a Cristo y comenzamos a establecer una relación, una comunión con Él, nos
comprometemos al Señor, a seguir sus mandatos y a permanecer en sus caminos
buscando Su voluntad. El compromiso de Salomón con Dios comenzó a tambalearse en
el momento en que prefirió priorizar su compromiso consigo mismo.

Como ejemplos tenemos su matrimonio con la hija del Faraón para poder
entablar un tratado de paz con Egipto, Dios claramente dice en su palabra que
desaprueba en su totalidad el yugo desigual, y aún así, Salomón prefirió quedar bien con
su pueblo y el extranjero, antes que con su Dios. También encontramos que Salomón
permitía y protegía los centros de adoración idólatras para poder tener tranquila a la
gente de alrededor que adoraba a estas deidades de los cananeos. Temía a la opinión de
la gente y prefería tenerlos a su lado, antes de temer a Dios y mantenerlo a Él de su lado.

Y seamos honestos, ¿cuántas veces nosotros hemos hecho lo mismo? Muchos de


nosotros a veces, servimos al Señor de manera que no ofenda al diablo. Y no me
contesten, pero a mí me ha pasado, hemos temido más al hombre, a la opinión del
mundo, que a la de Dios.

Bueno, si continuamos con la vida de Salomón encontramos todavía más desvíos


del camino. Destronó a Dios sin darse cuenta, sin darse cuenta comenzó a importarle
más sus placeres, su riqueza y su fama, que se olvidó de quien lo había puesto ahí en
primer lugar. Llegó a realizar un trato, en el que daba un porcentaje de territorio de Israel
para poder seguir construyendo su palacio, todos sabemos de la construcción del
templo en su reinado, un templo precioso el cuál verdaderamente necesitaba Israel, sin
embargo, tardaron 7 años en construirlo, porque tardaron 13 años más en construir su
palacio. Además, cayó en más pecado, en una adicción sexual en la que de acuerdo a 1
Reyes 11:3 dice Y tuvo 700 mujeres reinas y 300 concubinas, y sus mujeres, desviaron
su corazón.

El estilo de vida de Salomón comenzó demostrando que tenía el potencial de ser


un gran siervo de Dios y un gran rey. Pero esto no fue así, no pudo terminar como
comenzó, las escrituras claramente demuestran que Dios es lento para la ira y que
perdona, sin embargo, también nos dice que castigó, y aquí no fue la excepción,
Salomón en Proverbios 12:14 escribió El hombre será saciado de bien del fruto de su
boca; y será pagado según la obra de sus manos. Y así fue, pagó sus consecuencias.
Perdió al reino, uno de sus siervos más leales lo traicionó levantando una Guerra Civil la
cual resultó dejando la herencia de Salomón en una sola tribu, perdió la esperanza
Eclesiastés 2:10-11 dice No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi
corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo y esta fue mi
parte de faena, Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el
trabajo que tomé para hacerlas, y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y
sin provecho debajo del sol. Y al final, perdió la relación que tenía con Dios.

Como Salomón, nosotros nos hemos equivocado, hemos deshonrado a Dios, pero
ese no tiene porque ser nuestro final, acompáñenme a leer Apocalipsis 3:19-21

Yo reprendo y castigo a todos los que amo, sé, celoso, y arrepiéntete. He aquí,
yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y
cenaré a él, y él conmigo. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi
trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.
Dios nos da una segunda oportunidad que no merecemos, mandó a su Hijo a
morir por nosotros a sufrir tu castigo.

¿Cómo quieres terminar lo que empezaste, lo que empezó Dios en ti? Tú que
estás aquí has sido elegido por Dios para seguir su voluntad y ser parte del plan perfecto
que tiene para nuestras vidas y su creación, tienes el potencial de éxito que el ser hijo de
Dios conlleva, úsalo, aprovéchalo, cuando termines algún proyecto, alguna tarea, cuando
llegues a la meta y cuando termine tu estancia aquí en la tierra, ¿cómo quieres que sea?
No sé ustedes, pero a mí me gustaría que todos pudiéramos vencer y sentarnos a lado
de nuestro Señor. Oremos.

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