Diosa Usa Tiempos Diferentes para Llamar Nuestra Atención
Diosa Usa Tiempos Diferentes para Llamar Nuestra Atención
Diosa Usa Tiempos Diferentes para Llamar Nuestra Atención
Limitaciones
Excusas
Circunstancias
Dudas
Impedimentos
Dios llama a Gedeón y le señala las cualidades como líder lleno de su poder.
Lo primero que el ángel le dice es: Jehová está contigo es una declaración en
singular y presente, pero Gedeón quiere entender en plural y pasado y le
responde al ángel sí Jehová está con nosotros ¿Por qué nos ha sobrevenido esto?
Era un reclamo directo a Dios, intentado hacerle responsable de la situación.
Y de esa manera somos nosotros muchas veces culpamos a Dios de lo que nos
sucede. Es como cuando le decimos a Dios.
¿Dónde están los milagros que me contaron mi madre, mi padre?
¿Los milagros de los que habla el pastor en sus predicas dónde están?
Nos contaron de 7 plagas a nuestros opresores, pero hay gente que se ríe de mí y
me humilla.
Me hablaron de maná y a veces no hay comida en mi mesa. Y empezamos a crear
un muro de limitaciones, excusas, dudas e impedimentos que detiene nuestros
servicios.
¿Será que Dios ha visto algo bueno en mí?
No soy súper inteligente o talentosos. Cuando empezamos a darle importancia al
que va decir, como me van a ver, y a poner por encima nuestras debilidades
nuestras limitaciones, imperfecciones y del llamado.
Vamos a terminar creyendo que Dios nunca, nos va a usar en su obra, jamás
podremos hacer algo para edificar su reino.
Sentimos y hasta nos lo hemos creído que seremos la última persona del mundo
que Dios puede usar.
A manera de ilustración les contare anécdotas.
1. Estando en un ayuno, sentí la necesidad de ir darle un abrazo a una señorita y
orar por ella. Pero la miraba y decía “que van a pensar los hermanos, no mejor no.
Otra vez sentí lo mismo, quise hacerlo, pero sentí vergüenza, no voy, a quien soy
yo para ir… y una tercera vez… pero no lo hice, pensé que va decir la hermana. Al
terminar el ayuno nos dice, sentí como que alguien llegaba y ponía sus manos
sobre mi…. Y pude sentir como Dios me fortalecía.
Dios quería usar, el me enseño que no me necesitaba, pero que quería utilizarme
para ser de bendición, pero mis temores y mis miedos no lo permitieron. V. 15.