Pueblos Antiguos de Italia

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Pueblos antiguos de Italia

Los pueblos antiguos de Italia, llamados genéricamente itálicos,1 2​ ​ son los diferentes pueblos, tribus y
etnias que habitaron, en la prehistoria y la protohistoria en la península itálica. Estos pueblos eran en su
mayoría de origen indoeuropeo y llegaron a Italia en el curso del II milenio  a.  C., especialmente en el
contexto de la cultura de los campos de urnas, aunque también los había de origen preindoeuropeo,
habitantes nativos anteriores a las invasiones de las etnias itálicas.

Índice
Orígenes y etimología
Migraciones indoeuropeas
Panorama étnico al comienzo de la historia
Período protohistórico
Lenguas de la antigua Italia
Referencias
Enlaces externos

Orígenes y etimología
La Italia antigua estuvo habitada por poblaciones diferenciadas tanto por su lengua y los usos y costumbres
como por las estructuras socio-económicas y la expresión religiosa y artística, hasta la unificación política, y
posteriormente lingüística y cultural, de la península, llevada a cabo por Roma.

El nombre de Italia ha sido usado desde antiguo, al menos desde el siglo  viii  a.  C., inicialmente para
designar a las regiones del sur, y posteriormente también a las del centro, de la que se conoce como
península itálica, haciendo referencia a los pueblos itálicos, hablantes de las lenguas llamadas igualmente.3 ​

Según el historiador griego Antíoco de Siracusa, el vocablo Italia designaba, antes del siglo  v a. C.,4 ​ a la
parte meridional de la actual región italiana de Calabria —el antiguo Brucio—, habitada por los itàlii, el
grupo más meridional de los itálicos (actualmente esta zona comprende las provincias calabresas de Reggio,
Vibo Valentia y partes de la provincia de Catanzaro).5 ​Es posible que los itálicos tomaran su nombre de un
animal-tótem, el ternero, que, en una lejana primavera sagrada, los había guiado hasta los lugares en los que
se asentaron definitivamente. También según el arqueólogo Pallottino el nombre de Italia derivaría del
gentilicio de uno de los pueblos itálicos nativos de la región de Calabria, los (v)itàlii, el cual mutua su
nombre de su animal sagrado: el ternero (viteliú en idioma osco, vitulus en latín y vitello en italiano); y que
fue usado por los antiguos griegos como término general para designar a los habitantes de toda la
península.6 ​

En el siglo  ii a. C., el historiógrafo griego Polibio llamaba Italia al territorio comprendido entre el estrecho
de Mesina y los Apeninos septentrionales, aunque su contemporáneo Catón el Viejo extendió el concepto
territorial de Italia hasta el arco alpino. El término se consolidó de manera definitiva sobre todo desde que,
la ciudad itálica de Roma, a partir del siglo  v a. C., unificó gradualmente toda la península conquistando y
federando al resto de pueblos itálicos peninsulares, empezando por los latinos, de los cuales la misma
constituía una aldea, y terminando con los etruscos hacia el norte y los brucios hacia el sur, unificando así
todo el territorio peninsular bajo un único régimen y dándole nombre de Italia, la cual, desde entonces,
constituirá el territorio metropolitano de la misma Roma.7 8​ ​

El nombre de Italia fue usado también en monedas acuñadas durante la guerra Social por la coalición de los
socii (aliados) itálicos, en lucha contra Roma y las demás ciudades itálicas ya provistas de ciudadanía
romana, para obtener, a su vez, la plena ciudadanía romana,9 ​ la cual fue otorgada tras la guerra Social a
todos los habitantes libres de Italia a través de la Lex Plautia Papiria.10 ​Posteriormente, el norte de Italia
(ex Galia Cisalpina), fue añadido oficialmente al territorio de la Italia romana en el curso del siglo  i a. C.,
llevando así, de iure , el nombre de Italia hasta los pies de los Alpes;11 ​ mientras, las islas de Sicilia,
Cerdeña y Córcega, no pasarán a formar parte de Italia hasta el siglo  iii d. C., como consecuencia de las
reformas administrativas de Diocleciano, aunque sus estrechos lazos culturales con la península permiten
considerarlas como parte integrante.

Migraciones indoeuropeas
Italia estaba densamente habitada al menos desde el Neolítico. La difusión de las tecnologías metalúrgicas
al parecer se dio por las migraciones de nuevas poblaciones, que pudieron organizarse patriarcalmente y
habrían hablado lenguas indoeuropeas. Modernamente se distinguen cuatro oleadas de migraciones desde
los Alpes septentrionales:12 13
​ ​

1. Una primera oleada migratoria, probablemente indoeuropea se dio hacia el III milenio a. C.
Son características de este periodo las estelas o estatuarias de tipo menhir, que
frecuentemente llevaban grabados signos solares, aparentemente signos distintivos
indoeuropeos.
2. Una segunda oleada entre el final del III milenio y los inicios del II milenio a. C. llevó a la
difusión de poblaciones asociadas a la cultura del vaso campaniforme y del bronce en la
llanura padana, en Etruria y en las zonas costeras de Cerdeña y Sicilia.
3. Hacia la mitad del II milenio a. C., una tercera oleada correspondiente a la cultura de las
terramaras y al subgrupo de pueblos itálicos conocido como latino-falisco,14 ​ que difunden
el uso del hierro y la incineración de los muertos.
4. Hacia el final del II milenio y la primera mitad del I milenio a. C., se da la cuarta oleada
asociada a la cultura de los campos de urnas y al subgrupo de pueblos itálicos conocido
como osco-umbros (y probablemente también a otros los latino-faliscos), leponcios y
vénetos.

Panorama étnico al comienzo de la historia

Los pueblos itálicos como tales, incluyendo en ellos todos los que aparecen en Italia a comienzos de la
historia, representan el producto de las condiciones actuantes dentro del primer milenio a. C. en el territorio
peninsular.15 ​ Identificación étnica y desarrollo histórico constituyen las dos facetas de un mismo
fenómeno, para el que las raíces en el pasado forman un elemento más, que, en verdad, en determinados
momentos, puede desempeñar un papel importante, en parte por su propia entidad, en parte por el uso o
abuso que se hace de ellas.15 ​

De este modo, el pasado legendario pasa a representar un nuevo papel precisamente cuando la
configuración reciente de los grupos étnicos se va haciendo más sólida.15 ​ Las oleadas indoeuropeas solo
adoptan una personalidad étnica dentro de Italia y solo toman conciencia de ella dentro de Italia.15 ​
Período protohistórico
En época protohistórica, algunos pueblos viven ya en asentamientos estables desde fechas más o menos
remotas, mientras que otros siguen todavía en estado nómada. Son gentes que hablan lenguas distintas, pero
pertenecientes al mismo grupo, conocido como itálico, de la familia de las lenguas indoeuropeas, como los
latino-faliscos, los osco-umbros (o umbro-sabelios), los vénetos y los sículos; otros en vez hablan lenguas
indoeuropeas pertenecientes a grupos distintos, como los italiotas (antiguos griegos del sur de la península
itálica), los yápigos y los celtas. Mientras que los etruscos, retios, picenos septentrionales, sicanos, élimos y
sardos, pertenecen a grupos lingüísticos de otro origen, no siempre identificable, pero seguramente no
indoeuropeo.

Según la tradición antigua, los brucios y los lucanos, de estirpe sabélica, se habrían impuesto, a partir del
siglo VI a. C., a las poblaciones autóctonas de la Calabria y la Lucania actuales, conocidas con el nombre
de ítalos, morgetes, enotrios, conios y ausonios. También los sículos se habrían ido trasladando
sucesivamente hacia la parte oriental de Sicilia empujando hacia occidente a los sicanos y a los élimos.
Remontando la península, a lo largo de la cadena de los Apeninos, se encuentran numerosos pueblos de
estirpe sabélica: los alfaternos cerca de Nuceria, los campanos en las proximidades de Capua, los sidicinos
de Téano, los frentanos al norte del Gargano, y los samnitas -los sabelios por excelencia-, subdivididos a su
vez en cuatro tribus: hirpinos, caudinos, pentros y carecinos, que habitaron la Campania oriental, el Molise
y la parte meridional de los Abruzos.

Según las fuentes antiguas, los sabélios ocuparon el territorio de los ausonios y de los oscos. Mientras que
el nombre de los ausonios desaparece, la denominación "oscos" se mantiene para designar, en épocas más
recientes, a las población de estirpe sabélica, cuya lengua recibió el nombre de osca. Con estas estirpes se
relacionaron los otros pueblos que hablaban dialectos de tipo osco, que vivían en los Abruzos
septentrionales y en el Lacio oriental y meridional, como los sabinos, los marsos, los pelignos, los
marrucinos, los vestinos y los picentinos, a lo largo de la costa del mar Adriático. En el Lacio meridional y
en los Abruzos occidentales se establecieron los ecuos, los hérnicos y los volscos. Su tipo lingüístico parece
aproximarse más al umbro, variante innovadora del osco, que al auténtico osco. Los umbros, por su parte,
habitaron la parte de la actual Umbría a lo largo de la orilla izquierda del Tíber, desde donde alcanzaron la
costa adriática hasta la altura de Rávena, probablemente en el siglo VI a. C., procedentes del área osca.

En el cuadro étnico de la Italia meridional se encuentran también los pueblos de Apulia como los yápigos
(los apulianos de los romanos). Polibio y el geógrafo griego Estrabón llaman yápigos a todas las gentes de
Apulia, que, en realidad, se dividían en tres grupos: los daunios en el norte de Apulia, los peucetios en el
centro y los mesapios y en sur de la región. Los mesapios llegaron a Italia en la noche de los tiempos,
procedentes de la península balcánica, como lo atestigua la presencia de yápides en Dalmacia septentrional.
Los latinos se establecieron, ya en época muy antigua, entre el curso bajo del Tíber y los montes Albanos.
En seguida establecieron contacto con gente de idioma osco y en particular con los sabinos, que,
introduciéndose poco a poco en su territorio, destruyeron la originaria unidad étnica. Un núcleo de
población estrechamente emparentado con los latinos desde el punto de vista lingüístico fueron los faliscos,
en el Lacio oriental, próximo a Civita Castellana.

El territorio comprendido entre la orilla del Tíber y el Arno perteneció a los etruscos, los tirrenos de las
fuentes griegas, que se distinguieron de los pueblos limítrofes por su lengua no indoeuropea y por sus
formas culturales absolutamente originales.

Los ligures habitaron originariamente el territorio comprendido entre los Alpes Apuanos y el Ródano, pero
con el tiempo sus asentamientos se restringieron a la Liguria y al Piamonte actuales. Estaban subdivididos
en tribus, entre las cuales destacaban por su ferocidad guerrera los apuanos, los taurinos, los salasses y los
leponcios. Elementos celtas procedentes de Europa central se infiltraron en época prehistórica en el
territorio de los ligures, lo que podría justificar el hecho de que los autores antiguos consideraran unas veces
celtas y otras ligures a los salesses.

Los leponcios históricos de la Lombardía septentrional y del contiguo Cantón Ticino eran gentes de origen
celta. Es difícil señalar la frontera entre su territorio y el de los retios, pueblo montañés que ocupó el
Trentino-Alto Adigio actual, extendiéndose hasta áreas transalpinas. Al sur y al este de los retios se
encuentra, finalmente, un grupo étnico ya definido en los siglos IX-VIII a. C., el pueblo de los vénetos, que
habitó también parte de la Carniola y de la Carintia actuales.

Cerdeña y Córcega siempre gravitaron en torno a la península ibérica y el África septentrional, pero
también mantuvieron contactos estrechos con Italia. Estaban habitadas por los sardos y por los corsos, que,
según Diodoro, eran descendientes de antiguas poblaciones iberas.

Hacia mediados del II milenio  a.  C., grupos procedentes de la Grecia micénica llegaron hasta Sicilia y
Apulia y, más tarde, hasta el golfo de Nápoles y Etruria. En el siglo X  a.  C., también los fenicios
empezaron a frecuentar Sicilia y Cerdeña. Los primeros enclaves coloniales griegos, Ischia y Cumas en el
golfo de Nápoles, Naxos y Siracusa en Sicilia, se remontan al siglo viii a. C.

En el siglo VI  a.  C. comenzó la infiltración celta en Lombardía y en Emilia, aunque el asentamiento
definitivo de los celtas no se produjo hasta mediados del siglo V  a.  C. Subdivididos en varias tribus,
ocuparon Lombardía y Emilia llegando hasta las Marcas septentrionales. Considerando el papel
desempeñado por los pueblos itálicos en la historia de la península, sorprende el escaso interés mostrado
por los escritores antiguos en compararlos.

Lenguas de la antigua Italia


Las lenguas testimoniadas de la antigua Italia pertenecen mayoritariamente a la familia indoeuropea, aunque
también existen lenguas claramente no indoeuropeas como el estrusco, e incluso existen pueblos
testimoniados de los que carecemos de evidencias suficientes para clasificar sus lenguas. La clasificación de
las lenguas antiguas de Italia es importante para determinar el origen de los pueblos de la antigua Italia o
como mínimo la procedencia de algunos de sus habitantes. Las lenguas testimoniadas se engloban en los
siguientes grupos:

Lenguas indoeuropeas autóctonas de Italia


Lenguas itálicas, habladas en el centro y sur de Italia, y subdivididas en dos
macrogrupos:
Lenguas osco-umbras
Lenguas latino-faliscas.
Lenguas celtas de Italia, habladas en el noroeste de Italia.
Lenguas paleobalcánicas de Italia, que incluiría un grupo heterogéneo de lenguas
habladas por los yápigos, entre las cuales está el idioma mesapio (emparentado con las
lenguas ilíricas).
Venético, hablado en el noreste de Italia, posiblemente itálico o independiente.
Lenguas no indoeuropeas autóctonas de Italia
Lenguas tirsénicas, que englobarían al:
Etrusco
Rético.
Picénico septentrional, conocido
por la inscripción de Novilara.
Lenguas no indoeuropeas de
Sicilia:
Sicano
Élimo.
Lenguas indoeuropeas alóctonas de
Italia:
Antiguos dialectos griegos,
implantados por la colonización
griega.
Lenguas no-indoeuropeas alóctonas
de Italia:
Púnico de Sicilia, Cerdeña y
Córcega, implantado por la
colonización fenicia.

Otra lengua como el ligur, conocido solo por


topónimos, es difícil de clasificar, aunque se ha
sugerido que podría ser una lengua
preindoeuropea con fuertes influencias
indoeuropeas derivadas del contacto con las
lenguas celtas. De otras lenguas, como las
lenguas prerromanas de Cerdeña asociadas a la
Lenguas de la Italia prerromana: C1, Galo; C2, Lepóntico;
civilización nurágica, no tenemos testimonios.
I1, Picénico meridional; I2, Umbro; I3-I8, Osco-Sabelio; I9,
Sículo; N1, rético; N2, Etrusco; N3, Picénico de Novilara;
Referencias N4, Ligur; N5, Nurago(?); N6-N7, Sicano-Élimo; G1-G3,
lenguas griegas; P1, púnico.
1. «Real Academia Española. Itálico, ca:
Perteneciente o relativo a Italia, y en
particular a la Italia antigua.» (https://dle.rae.es/it%C3%A1lico).
2. «Encyclopædia Britannica. Ancient Italic people: Los itálicos constituyen el conjunto de los
pueblos antiguos de Italia, como los latinos, los samnitas, los oscos y, posteriorente, los
romanos, hablantes lenguas indoeuropeas del grupo itálico y conocidos conjuntamente con
este nombre —incluyendo dentro de estos también a los pueblos de Italia no hablantes
lenguas indoeuropeas, como los etruscos— sobre todo a partir de la época romana.» (http
s://www.britannica.com/topic/ancient-Italic-people).
3. «Encyclopædia Britannica: History of ancient Italic people. Encyclopaedia Britannica» (http
s://www.britannica.com/topic/ancient-Italic-people).
4. «Sen. Berlingieri: Origine del nome Italia» (https://www.senato.it/service/PDF/PDFServer/D
F/333395.pdf).
5. Etimología de Italiano (http://etimologias.dechile.net/?italiano), etimologias.dechile.net,
Consultado el 21 de octubre de 2009.
6. Guillotining, M., History of Earliest Italy, trans. Ryle, M & Soper, K. En Jerome Lectures,
Seventeenth Series, p. 50.
7. «Encyclopædia Britannica: Italy, ancient Roman territory» (https://www.britannica.com/place/
Italy-ancient-Roman-territory-Italy).
8. «Encyclopædia Britannica: Sharply distinguished from Italy were the provinces of the
empire.» (https://www.britannica.com/place/ancient-Rome/The-Roman-Senate-and-the-urba
n-magistracies#ref298559).
9. «Dr. Christopher J. Dart:The Social War, 91 to 88 BCE.A History of the Italian Insurgency
against the Roman Republic» (https://books.google.it/books?id=yRidBQAAQBAJ&printsec=f
rontcover&hl=it&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false).
10. «Gallo Anna Rosa, Università degli Studi di Bari: lex Plautia Papiria» (https://www.uniba.it/d
ocenti/gallo-annarosa/attivita-didattica/materiale-didattico/parte-istituzionale-lex-plautia-papi
ria/view).
11. «Università Ca' Foscari di Venezia: La Gallia Cisalpina, dalla morte di Cesare alle lotte
triumvrali. (Lex Roscia del 49 a.C. - Annessione all'Italia romana 42 a.C.)» (http://dspace.uni
ve.it/bitstream/handle/10579/7213/834168-1190610.pdf?sequence=2).
12. J. P. Mallory , Douglas Q. Adams - Encyclopedia of the Indoeuropean cultures , Bell Beaker
pg. 53,54,55
13. J. P. Mallory , Douglas Q. Adams - Encyclopedia of the Indoeuropean cultures , Italic
languages pg. 315,316,317,318,319
14. Theodor Mommsen, Historia de Roma, Vol. I, cap. II, par. 2
15. Plácido Suárez, Domingo; Alvar Ezquerra, Jaime; González Wagner, Carlos (1991). «Roma
y la península itálica». La formación de los estados en el Mediterráneo occidental.
Vallehermoso: Síntesis. p. 16. ISBN 8477381046.

Enlaces externos
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