2 Sistema Nervioso Autónomo

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 13

El Sistema Nervioso en general y el Sistema Nervioso Autónomo en particular

Para que el conjunto de órganos, aparatos y sistemas que constituyen nuestro


organismo funcionen coordinadamente, como un todo y con finalidades
variables según las circunstancias, se requiere que algunos componentes del
mismo asuman esta función coordinadora. Estos componentes son el Sistema
Nervioso y el Sistema Neuroendócrino. En este capítulo nos ocuparemos del
primero.
Como puede verse en la figura 1, el sistema nervioso puede considerarse
desde, un punto de vista topográfico, constituido por una división central y una
periférica.

Figura 1

(Tomado de www.educomputación.cl)

El sistema nervioso central (SNC) es aquella parte del mismo que ocupa una
posición medial en el cuerpo y que está contenido dentro de estructuras que lo
sostienen y protegen. Estas estructuras son la cavidad craneana y el canal
medular. Este canal está formado por la superposición en sentido céfalo –
caudal de los agujeros vertebrales de cada una de las vértebras que forman la
columna vertebral y en el está contenida la médula espinal. La figura 2a
muestra el diseño de una vértebra y la 2b lo hace mostrando la médula espinal
en su interior y los elementos nerviosos que la rodean. Téngase en cuenta que
el cuerpo de la vértebra está orientado hacia adelante y la apófisis espinosa
hacia atrás.

Figura 2a
Figura 2b

Tomado de www.denasiberica.com

En el interior de la cavidad craneana se encuentra el encéfalo conformado por


el cerebro, el cerebelo, los tubérculos cuadrigéminos, los pedúnculos
cerebrales, la protuberancia y el bulbo raquídeo. Cuando la masa nerviosa
atraviesa el agujero occipital se continúa con la médula espinal alojada, como
se dijo antes, en el canal medular vertebral.
En el SNC se encuentran las regiones y núcleos neuronales que darán origen a
las funciones motrices, sensitivas, autonómicas y psíquicas.
Las neuronas conforman la denominada sustancia gris y en ellas se origina la
información que es trasmitida por las fibras nerviosas que conforman la llamada
sustancia blanca. Estas fibras nerviosas pueden estar o no rodeadas de una
vaina de mielina y de eso va a depender su velocidad de conducción de los
impulsos nerviosos.
El sistema nervioso periférico (SNP) está constituido por los nervios que
partiendo de sus regiones y núcleos de origen en el SNC salen del mismo
dirigiéndose a todas las regiones del cuerpo. Un nervio es un cordón que
contiene fibras nerviosas, axones y/o dendritas, para cumplir funciones
voluntarias o automáticas (autonómicas). Puede concebirse como un cable
coaxil, que es un cable grande y por el interior de él discurren multitud de
cables con distintas funciones (televisión, telefonía, Internet). Existen nervios
exclusivamente motores, exclusivamente sensitivos y otros mixtos. Las fibras
en su interior pueden ser mielínicas o amielínicas y pertenecer al sistema
nervioso somático o de “la vida de relación” y al sistema nervioso autónomo o
de “la vida vegetativa”. La figura 3 muestra un esquema de la sección
transversal de un nervio perférico.

Figura 3

Tomado de abp2-química-biologia.blogspot.com

Otro criterio para comprender el sistema nervioso es el funcional que nos


permite dividirlo, como decíamos mas arriba, por una parte en un sistema
nervioso somático o de la vida de relación que controla las funciones de la
musculatura voluntaria y la sensibilidad originada en los órganos sensoriales y
por otra parte en un sistema nervioso autónomo o de la vida vegetativa.

EL SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO

El sistema nervioso autónomo (SNA) es la parte del sistema nervioso que


controla y regula aquellas funciones automáticas del organismo y que, por lo
tanto no dependen de la voluntad. Funciones como la variación del diámetro de
la pupila en relación a la intensidad de la luz que incide sobre el ojo o el tamaño
y distancia de un objeto observado; la secreción de saliva y de jugos digestivos
en relación a la ingesta de alimentos; la mayor o menor frecuencia cardíaca
según los requerimientos de oxígeno del organismo son algunos ejemplos de
esas funciones.
El centro integrador de este sistema se encuentra en el hipotálamo, una
estructura cerebral subcortical ubicada en una región evolutivamente antigua
denominada diencéfalo y de la que nos ocuparemos en detalle mas adelante.
Desde el hipotálamo hay fibras que descienden hacia la protuberancia, el bulbo
raquídeo y la médula espinal donde se sitúan los núcleos de origen de las
fibras periféricas del SNA.
El SNA ejerce sus funciones de regulación a través de dos subsistemas, el
Simpático y el Parasimpático que se equilibran mutuamente actuando uno
como estimulador y el otro como inhibidor variando en esta acción según el
aparato inervado. La figura 4 muestra un esquema de la organización periférica
del SNA.

Figura 4

Organización del sistema nervioso autónomo

La figura 4 muestra un esquema de la organización periférica del SNA. Para


comprenderlo debemos tener en cuenta que las figuras longitudinales situadas
en los extremos izquierdo y derecho del esquema representan una porción del
SNC que comprende protuberancia, bulbo y médula espinal donde se pueden
ver los núcleos de origen del SNA. A la izquierda se representa el sistema
simpático con sus núcleos de origen ubicados en las regiones torácicas y
lumbares de la médula y a la derecha el parasimpático con sus núcleos de
origen en protuberancia y bulbo (o sea en estructuras intracraneales) y en la
región sacra de la médula.
En el centro del esquema se ubican los aparatos inervados. De arriba hacia
abajo se representan el ojo, las glándulas lagrimales, las glándulas salivales, el
aparato respiratorio, el corazón (y por extensión el aparato circulatorio), el
aparato digestivo (donde se dibujan el hígado, el estómago, el intestino y el
páncreas) los riñones y sobre ellos las glándulas suprarrenales o adrenales de
gran importancia en los temas que se desarrollan en este libro. Los riñones
representan por extensión al aparato urinario y en la parte inferior se
representa la vejiga y la uretra como parte final de este aparato. Conjuntamente
representa también al aparato reproductor.

Pueden verse por fuera de la médula, un conjunto de puntos negros de


diferente tamaño que representan a los ganglios del SNA. Se los ve tanto a
izquierda (simpático) como a derecha (parasimpático) pero son más notables
del lado izquierdo y muchos de ellos conforman una cadena ganglionar
simpática paralela a la columna vertebral que es la que contiene a la médula.
Del lado derecho (parasimpático) no tenemos una cadena pero podemos ver
como desde el núcleo central bulbar representado mas abajo nace un conjunto
de fibras que se dirigen a inervar al aparato respiratorio y que presenta
múltiples ramificaciones que se dirigen a inervar al aparato digestivo. Este
conjunto representa al décimo par craneal denominado nervio vago (por el
largo camino que recorre) o neumogástrico (porque inerva al aparato
respiratorio (neumo = aire) y al digestivo (gástrico = estómago).

También observando la figura 4 vemos que hay fibras que salen de las
regiones nucleares del SNC y que llegan a los ganglios del SNA, tanto
simpáticos como parasimpáticos y que desde allí sale otra fibra que se dirige al
órgano inervado. En el SNC se encuentra la primera neurona de esta vía y en
el ganglio se encuentra la segunda. Por lo tanto en el ganglio del SNA se
produce una sinapsis. Las fibras que van del SNC al ganglio se denominan
fibras preganglionares y las que van desde el ganglio al órgano fibras
posganglionares.
En la región inferior de la figura, del lado derecho o sea en el sector
parasimpático parece no haber ganglio pero esto no es así. Ocurre que el
ganglio que contiene a la segunda neurona está ubicado muy próximo al
órgano. Por lo tanto una característica anatómica del SNA es que es sistema
simpático tiene fibras preganglionares cortas y pos ganglionares largas
mientras que en el parasimpático la preganglionares son largas y las
posganglionares cortas.

Un esquema general de la unidad funcional del SNA es el siguiente:


La gran mayoría de las sinapsis en el sistema nervioso son electroquímicas.
Esto significa que el impulso nervioso se trasmite por el nervio a través de un
intercambio de iones (átomos con carga eléctrica) y cuando llega al extremo
terminal del axón libera una sustancia química (neurotrasmisor) que actúa
sobre un receptor específico de la neurona siguiente, activándola y permitiendo
la propagación del impulso. De esta forma se conforman redes, muchas veces
muy complejas, de trasmisión nerviosa (figura 5).
Figura 5

En la sinapsis ganglionar del SNA el neurotrasmisor que libera la fibra


preganglionar y que estimula a la segunda neurona es la acetilcolina (Ach). El
impulso se propagará entonces por la fibra posganglionar y llegará al órgano
que corresponda. A ese nivel la fibra posganglionar parasimpática liberará Ach
y la simpática liberará noradrenalina (NA)

Un esquema del parasimpático sería el siguiente:

Un esquema del simpático sería:


LAS FUNCIONES DEL SNA

El Parasimpático

Las funciones vitales requieren energía. En principio para el mantenimiento


básico de las mismas y luego para todo lo que implique acción y movimiento.
En caso de afrontar situaciones de estrés el gasto es mucho mayor. Por lo
tanto es preciso que exista un sistema que permita incorporar energía al
organismo y que permita administrar su gasto. De esto se ocupa el SNA.
Podemos decir, en un sentido general, que el sistema parasimpático se ocupa
de las funciones necesarias para incorporar y recuperar la energía y que el
sistema simpático se ocupa de administrar su gasto en las situaciones que lo
requieran (habitualmente mencionadas como reacciones de huída y/o de
lucha).
Así se puede comprender que el parasimpático sea un estimulador de las
funciones digestivas ya que es a través de las mismas como el cuerpo
recupera energía. Por lo tanto el parasimpático estimulado hará que aumente la
secreción de saliva por parte de las glándulas salivales (parótida, submaxilares
y sublinguales), la secreción de los jugos gástrico y entéricos (intestinales), la
secreción pancreática, la secreción biliar por parte del hígado y la excreción de
bilis por parte de la vesícula biliar. También, y en consonancia con todo esto,
aumenta los movimientos (motilidad y peristaltismo) del aparato digestivo en
toda su extensión y relaja la musculatura de los esfínteres (válvulas musculares
que regulan el paso del bolo alimenticio entre las diferentes partes del mismo.
Estos esfínteres son, en sentido céfalo – caudal: el cardias, entre el esófago y
el estómago, el píloro, entre el estómago y el duodeno (primera parte del
intestino delgado), el esfínter llamado válvula ileocecal (entre el ileon, que es la
última parte del intestino delgado y el ciego, que es la primera parte del
intestino grueso o colon) y finalmente los esfínteres anales interno y externo.
Este último depende también, parcialmente, de la motilidad voluntaria.
Se comprende fácilmente que la hiperestimulación de este sistema provocará
diarreas.
La figura 5 provee un esquema del aparato digestivo e ilustra lo explicado.
Figura 5
Además de las funciones de estimulación digestiva el sistema parasimpático
produce la contracción del músculo de la vejiga, denominado detrusor y la
relajación del esfínter vésico – uretral permitiendo la micción o emisión de
orina.

Sobre el ojo provoca miosis, o sea cierre del iris con disminución del diámetro
de la pupila regulando en menos la entrada de luz y permitiendo, al mismo
tiempo, un mejor enfoque.

Sobre el aparato cardiovascular tiene un efecto inhibitorio provocando la


disminución de la frecuencia cardíaca (bradicardia) y de la fuerza de
contracción del miocardio (músculo cardíaco) con una tendencia, por lo tanto, a
reducir la presión sanguínea (o tensión arterial). Se comprende que estos
efectos disminuyen el requerimiento de energía
de la función cardiovascular.

Sobre el aparato respiratorio tiende a contraer el árbol bronquial y a aumentar


la secreción de moco por sus glándulas disminuyendo la luz y dificultando el
flujo de aire, lo cual debe ser tenido en cuenta en relación a las crisis asmáticas

Respecto de la función sexual, el parasimpático interviene en los procesos de


erección en el varón y de lubricación en la mujer.

Siendo la acetilcolina el neurotrasmisor final, a nivel de los órganos, del sistema


parasimpático, todos estos efectos descriptos en los distintos aparatos del
organismo resultan ser efectos de la misma. Se dice que son efectos
colinérgicos. Estos efectos son bloqueados por medicamentos de acción
anticolinérgica como por ejemplo los antiespasmódicos que se utilizan muchas
veces para tratar los espasmos (retortijones) y diarreas del aparato digestivo.
Es de interés, para los profesionales de la salud mental que muchos
medicamentos de acción ansiolítica, como las benzodiacepinas, y de acción
antidepresiva, como los antidepresívos tricíclicos, tienen acción anticolinérgica.
Este tema se trata con más detalle en el capítulo de psicofarmacología.

El Simpático

El simpático es la parte del sistema nervioso autónomo que en condiciones


normales asegura las funciones vitales básicas a través de los aparatos
respiratorio y cardiocirculatorio, permitiendo la llegada de oxígeno a todas las
células. Para ello requiere un gasto de energía que podríamos llamar normal y
esto se relaciona con los conceptos de homeostasis y alostasis vistos en el
capítulo anterior.
También permite afrontar situaciones que representan una amenaza para el
organismo (estrés) y lo hace preparándolo “para la huída y/o la lucha” con el
consiguiente aumento del gasto de energía para asegurar la supervivencia
(carga alostática).

Sobre el aparato respiratorio, el simpático estimula la dilatación bronquial


permitiendo, de esta manera, un mayor flujo de aire que va llegar hasta las
estructuras terminales, mas pequeñas y de tejido mas delgado, de los
pulmones, llamadas alvéolos pulmonares y que están en íntimo contacto con
los capilares de la circulación pulmonar o circuito de pequeña circulación que
son las últimas subdivisiones de la arteria pulmonar y que, obviamente, forman
parte del aparato circulatorio. A este nivel se produce el intercambio gaseoso
entre los pulmones y la sangre, proceso que se denomina hematosis. El
oxígeno que llega por el aire inspirado a través del árbol bronquial hasta los
alvéolos pasa a los capilares mientras que el dióxido de carbono, producto final
del metabolismo del organismo, pasa desde los capilares hacia los alvéolos
para ser eliminado con el aire que se espira.
El oxígeno, que pasó a la sangre, es transportado por la hemoglobina de los
glóbulos rojos o eritrocitos a través de las venas pulmonares hasta la aurícula
izquierda del corazón. Pasa a través de la válvula mitral, durante la diástole
ventricular, al ventrículo izquierdo desde donde es bombeado, durante la
sístole ventricular hacia la arteria aorta pasando por la válvula aórtica. Ya
estamos en el terreno de la circulación general o gran circulación. La sangre,
con alto contenido de oxígeno, se distribuye a través de las sucesivas
subdivisiones de la arteria aorta siendo éstas cada vez de menor calibre. El
anteúltimo eslabón lo constituyen las arteriolas, arterias muy pequeñas y que
en
relación a su tamaño tienen una gran capa media muscular, lo que adquiere
gran importancia en el mecanismo de regulación de la tensión arterial.
Finalmente se llega al nivel de los capilares, desde donde la sangre entrega
oxígeno y nutrientes para las células y éstas entregan sus productos de
deshecho y el dióxido de carbono. Ahora recorremos un camino inverso, desde
vasos de pequeño tamaño que van confluyendo hacia vasos cada vez de
mayor calibre. Los capilares conforman vénulas, que a su vez forman venas
hasta llegar a las mas grandes que son las venas cavas superior e inferior que
terminan haciendo llegar al corazón la sangre carboxigenada. Las venas cavas
ingresan a la aurícula derecha. De ahí, durante la diástole y a través de la
válvula tricúspide la sangre pasa al ventrículo derecho y durante la sístole pasa
a la arteria pulmonar a través de la válvula pulmonar y se dirige, por la
circulación pulmonar hasta los capilares pulmonares, completándose el ciclo.
Las figura 6 muestra tres esquemas, el superior del aparato respiratorio, el
medio. de las circulaciones general y pulmonar y el inferior, de la circulación
general, que ilustran lo antedicho.

Figura 6

a) Aparato respiratorio
Sobre el aparato circulatorio, el simpático aumenta la fuerza de contracción del
miocardio haciendo que en cada sístole ventricular se descargue una mayor
cantidad de sangre. Además aumenta la frecuencia cardíaca, es decir el
número de latidos por minuto. Por lo tanto, al aumentar la cantidad de sangre
expulsada en cada contracción y el número de contracciones por minuto
aumenta el volumen de sangre descargado por minuto.

Descarga sistólica x frecuencia cardíaca = volumen minuto

Sobre los vasos sanguíneos y especialmente sobre las arterias que están
dotadas de una capa muscular mayor que la de las venas, el sistema simpático
tiende a contraer dicha capa muscular produciendo una vasoconstricción. Esta
vasoconstricción ocurre en casi todo el organismo con excepción de los vasos
del SNC, de las que abastecen de sangre al propio corazón (arterias
coronarias) y de las arterias que nutren a los músculos voluntarios.
Compréndase la importancia que tiene que estos tres territorios conserven una
buena irrigación de sangre para la función principal del sistema simpático que
es preparar al organismo para responder al aumento de demanda de energía y
las situaciones de estrés, lo que, como dijimos antes, se expresa generalmente
como conductas de lucha o huída.
De todas maneras, hecha la excepción de los tres territorios mencionados, ante
la estimulación del simpático predomina el fenómeno de vasoconstricción,
fundamentalmente a nivel de las arteriolas (recuérdese lo dicho mas arriba
sobre su importante capa muscular en relación a su tamaño) por lo cual, en la
mayoría de los vasos sanguíneos aumenta la resistencia al flujo de sangre,
como ocurriría si comprimiésemos una manguera por la que fluye agua. En
este caso notaríamos que el chorro de agua se hace mas fino pero que puede
llegar mas lejos porque al comprimir la manguera estamos aumentando la
presión del agua dentro de la misma.
Esto es lo que pasa también en el organismo al estimularse el sistema
simpático. Por un lado aumenta el volumen minuto y por otro la
vasoconstricción produce un aumento de la resistencia periférica lo que
produce el aumento de la presión sanguínea o tensión arterial que es como
deberían denominarse correctamente en lugar de la denominación habitual de
presión arterial. De hecho, a las enfermedades por exceso o defecto las
llamamos hipertensión arterial o hipotensión arterial respectivamente.

Tensión arterial = Volumen minuto x resistencia periférica

La estimulación del sistema simpático sobre el ojo produce dilatación de la


pupila, a lo que se denomina midriasis generando una mayor entrada de luz y
por lo tanto permitiendo una mejor adaptación a la oscuridad.

Tiende a inhibir la secreción de las glándulas salivales, las secreciones


gástricas, intestinales, biliares y pancreáticas y la motilidad del aparato
digestivo.
Puede razonarse pensando que si la resultante global de la estimulación
simpática es una vasoconstricción, les llegará menos sangre a las glándulas
exocrinas del aparato digestivo y por lo tanto tendrán menos agua disponible
para producir sus jugos. Por otra parte, teniendo en cuenta la economía
orgánica, la función digestiva se inhibe ante situaciones de estrés, que es
cuando se estimula el simpático dándole prioridad a las funciones respiratoria,
circulatoria y a aquellas relacionadas con permitir la disponibilidad de energía.

También se inhibe la función renal en lo que hace a su actividad como


formador de orina, lo mismo que la motilidad de la vejiga.

Sobre la actividad sexual el sistema simpático interviene en la emisión seminal


en el varón mientras que ambos sistemas parecen estar involucrados en la
eyaculación masculina y en el orgasmo en ambos sexos

Siendo la noradrenalina, de estructura y acción similares a las de la hormona


adrenalina, el neurotrasmisor del sistema simpático, a sus efectos se los
denomina como adrenérgicos.
Cuando se necesita, en el acto médico, aumentar las acciones del simpático,
es decir que se necesita aumentar la acción adrenérgica se recurre a
medicamentos que producen ese efecto. Así, si recordamos las acciones del
simpático, podremos comprender que se utilice un medicamento adrenérgico,
como el salbutamol para tratar una crisis asmática (generalmente por
aspiración o en nebulizaciones) ya que provocan dilatación bronquial mientras
que la crisis asmática conlleva una constricción bronquial. También son drogas
de acción adrenérgica las que se utilizan en las gotas descongestivas nasales y
oculares, que provocan una vasoconstricción y así generan la descongestión
de las mucosas. La tristemente célebre efedrina es también una droga de
acción adrenérgica, y una droga análoga de ella, la pseudoefedrina, forma
parte de la fórmula de muchos medicamentos antigripales, por su acción
descongestiva y estimulante y generalmente asociada a algún antitérmico
como la aspirina, el paracetamol o el ibuprofeno, a algún antihistamínico
(antialérgico) y a veces con el agregado de cafeína para reforzar la acción
estimulante
Se utilizan drogas adrenérgicas cuando se precisa aumentar la presión
sanguínea en personas hipotensas como la etilefrina (Effortil).
Por el contrario, cuando se precisa disminuir la acción del sistema simpático
como ocurre en personas hipertensas, o que sufren de taquicardia u otras
arritmias cardíacas, uno de los recursos disponibles es utilizar medicamentos
que bloqueen los efectos adrenérgicos como los bloqueantes beta
adrenérgicos y ponemos como ejemplos al propranolol y al atenolol.
Al hacer referencia al bloqueo beta adrenérgico se hace necesario aclarar que
existen efectos adrenérgicos diferentes, denominados alfa y beta y que
dependen de los receptores estimulados pero su descripción excede las
finalidades de este libro.

También podría gustarte