Xvii Domingo T.o-Ciclo B
Xvii Domingo T.o-Ciclo B
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CICLO B
MONICIÓN DE ENTRADA.
"El hombre, especialmente el de estos tiempos, tiene hambre de muchas cosas: hambre
de verdad, de justicia, de amor, de paz, de belleza; pero, sobre todo, hambre de Dios.
¡Debemos estar hambrientos de Dios!, exclamaba San Agustín. ¡Es Él, el Padre
Celestial, quien nos da el verdadero Pan!". (San Juan Pablo II, homilía en Castengaldolfo,
29/07/79).
Por ello con deseo de alimentarnos del pan de la palabra y el pan eucarístico
participemos devotamente del sacrificio del altar.
LITURGIA DE LA PALABRA.
Monición general.
Monición propia.
Dos grandes figuras proféticas, aunque muy distintas entre sí, protagonizan las lecturas
de hoy: Eliseo y Jesús. Ambos realizan grandes signos que intentan orientar a la gente
hacia Dios. El pan que multiplican contiene una fuerza divina y sacia todo tipo de
hambre, física y espiritual.
MONICIÓN FINAL.
Vayamos ahora a invitar a la Mesa eucarística a los hermanos hambrientos, que vagan
desconsolados por las calles porque ignoran que en cada Misa Jesús vuelve a hacer un
milagro de multiplicación del Pan. La diferencia es que este Pan es Él mismo y sacia
definitivamente.
ORACIÓN DE FIELES.
Con toda la fuerza del espíritu, oremos, hermanos, y pidamos a Dios nuestro Padre, que
escuche en su bondad nuestras plegarias, diciendo:
PADRE BUENO, ESCÚCHANOS.
Para que Dios siga saciando de favores especiales a nuestra Santa Madre Iglesia,
en la cabeza del Papa Francisco y todos los consagrados. Oremos.
Pidamos hoy de manera especial por los hogares en los que falta el pan para el
sustento diario, para que Dios les colme hoy de bienes. Oremos.
Oración.
Oh, Padre, que, en la pascua dominical, nos llamas a compartir el Pan Vivo bajado del
Cielo, ayúdanos a esperar de la caridad de Cristo también el alimento terrenal, para que
sea saciada toda hambre del cuerpo y del espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.