Batalla de Salta

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INDICE

PREPARATIVOS ANTES DE LA BATALLA DE SALTA………2

AVANCE Y ATAQUE…………………………………………….….3

CAPITULACION DE LA FUEZAS REALISTAS…………………5

CONSECUENCIAS…………………………………………………5

DESPUES DE LA VICTORIA DE LA BATALLA……………….8

LA HISTORICA CRUZ……………………………………………..8

PATICIPANTES DE LA BATALLA DE SALTA………………..10

MONUMENTO A LA BATALLA DE SALTA………………...…13

ALBUM DE FOTOGRAIFAS……………………………………. 17

CONCLUSION FINAL……………………………………………..20

1
PREPARATIVOS ANTES DE LA BATALLA DE SALTA
A los dos días de la ceremonia realizada a orillas del río Juramento,
el ejército patriota llegó a Cobos; desde allí avanzó hasta
Lagunillas, donde acampo. Belgrano, mediante una avanzada que
se enfrenta con los realistas en La Higuerilla, se entera que los
enemigos habían cubierto la entrada del Portezuelo, único acceso a
la ciudad. Auto- riza entonces al capitán Apolinario Saravia
(conocido como "Chocolate Saravia") a introducirse, disfrazado de
leñador, en la ciudad y averiguar el emplazamiento de las fuerzas
realistas.

Monumento 20 de febrero, en Salta

El capitán Saravia regresa con las noticias de que los españoles


dirigidos por Pio Tristán se hablan fortificado a lo largo del Tagarete
de Tineo (actual Avenida Belgrano) y en el Canal del Este (hoy
avenidas Virrey Toledo e Hipólito Yrigoyen), cubriendo también el
Portezuelo, por lo que aconseja a Belgrano entrar en la ciudad por
la quebrada de Chachapoyas, que conducía a la estancia de
Castañares. Guiados por este arriesgado salteño, Belgrano y su
ejército desvían rumbo hacia el Norte para sor- prender a los
españoles.

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AVANCE Y ATAQUE
Avance y ataque El ejército patriota avanzó en medio de grandes
dificultades debido a la lluvia torrencial, hasta llegar al Campo de
Castañares, donde acamparon-el 19 de febrero.

Finca castañares, en Salta

Al día siguiente Tristán se entera, no sin sorpresa, que los patriotas


ya estaban en Salta; retira sus tropas del Portezuelo y las reúne en
el Tagarete de Tineo. El general Belgrano se apresura a atacar a
los realistas. La batalla se llevó a cabo entre la zona comprendida
entre el cerro San Bernardo, las Lomas de Medeiros, la Avenida
Belgrano y la calle Aniceto Latorre. El cruento encuentro duró más

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de tres horas. En medio del combate, por las Lomas de Medeiros
apareció un grupo de paisanos dirigidos por doña Martina Silva de
Gurruchaga, que se unía a la lucha.

Desplazamiento de las tropas durante la batalla de Salta

Mientras, una parte del ejército avanzó y se apoderó de la iglesia de


la Merced (entonces Caseros y 20 de Febrero) y el general Superí,
subiendo al campanario hizo flamear su poncho azul en señal de
anticiado triunfo. Las fuerzas de Tristán comenzaron a abandonar
desorientadas el campo de batalla y a refugiarse en la Catedral
(ubicada entonces en Mitre y Caseros). Pio Tristán debió capitular.
Era el 20 de febrero de 1813.

Batalla de salta
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CAPITULACION DE LA FUEZAS REALISTAS
El enviado realista a parlamentar fue el coronel La Hera quien
negoció con Belgrano que al día siguiente los soldados
abandonarían la ciudad en marcha, con honores de guerra, y
depondrían las armas; Belgrano garantizaba su integridad y libertad
a cambio del juramento de no empuñar nuevamente las armas
contra los patriotas, un gesto inusual que ganó para su causa a no
pocos de los combatientes enemigos. Los prisioneros tomados
antes de la rendición serían liberados a cambio de los hombres que
José Manuel de Goyeneche retenía en el Alto Perú.

CONCECUENCIAS
Como consecuencia del triunfo patriota en la batalla de Salta, todo
el ejército realista fue muerto o puesto en cautividad, los 3.398
combatientes. Los españoles tuvieron 481 muertos, 114 heridos
(capturados) y 203 prisioneros sanos, incluidos 17 oficiales; otros 2
generales, 7 jefes, 117 oficiales y 2.023 hombres que se rindieron al
día siguiente,7 entregando 2.188 fusiles, 1.096 bayonetas, 156
espadas, 17 carabinas, 10 cañones y 6 pistolas, también todo el
parque de guerra y tres banderas reales. Durante la batalla habían
sido capturados 5 de los cañones y 500 de los fusiles. Otras fuentes
elevan el número de capitulados a 2.786 hombres. El ejército de las
Provincias Unidas tuvo 101 soldados y 2 oficiales muertos más 419
soldados y 14 oficiales heridos.
La generosidad de Belgrano, que abrazó a Tristán y lo dispensó de
entregar sus símbolos de mando –los unía una estrecha amistad
personal; habían sido condiscípulos en Salamanca, convivido
en Madrid y amado allí a la misma mujer, atraería sorpresa en
Buenos Aires, pero la resonante victoria silenció las críticas y le
granjeó un premio de 40.000 pesos dispuesto por la Asamblea.
Belgrano declinaría recibirlo, disponiendo que el dinero se destinara
a crear 4 escuelas en Tarija, Tucumán, Jujuy y Santiago del Estero;

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el libramiento de los fondos sería una deuda histórica que comenzó
a pagarse 161 años después, hasta que Se equiparon las de Tarija
en 1974, la de Tucumán en 1998 y la de Jujuy en 2004. La de
Santiago del Estero no se sabe qué paso.
La batalla de Salta fue la lid en que por primera vez flameó la
enseña patria en una acción de guerra y resultó una nueva e
importante victoria para los revolucionarios. Como consecuencia de
este triunfo los ejércitos realistas fueron detenidos en su avance
hacia el sur y estas tierras nunca más pudieron ser recuperadas
para el extinto Virreinato.

Parte de Guerra del general Manuel Belgrano sobre la


capitulación del general Pío Tristán, luego de la Batalla de
Salta. Museo Histórico del Norte. Salta.

Esta decisiva batalla fue:


La primera y única rendición de un cuerpo de ejército enemigo en
batalla campal, que registra la Guerra de la Independencia. 11
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Belgrano nombró a Díaz Vélez gobernador militar de la provincia de
Salta y este colocó a la bandera argentina por primera vez en el
balcón del Cabildo y los trofeos apoderados de los realistas los
ubicó en la Sala Capitular.

Bandera argentina en la actualidad colgada en el cabildo de


salta

Los triunfos de Tucumán y Salta permitieron la recuperación del Alto


Perú por los rioplatenses. Díaz Vélez, como jefe de la avanzada del
ejército vencedor en la segunda campaña al Alto Perú, entró
triunfante en la ciudad de Potosí, el 7 de mayo de 1813.

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DESPUES DE LA VICTORIA DE LA BATALLA
Al día siguiente de la victoria, en el lugar donde se encuentra
actualmente el Colegio Belgrano, con la bandera en alto, el ejército
patriota en perfecta formación esperó al de Tristán. Éste marchó
con sus banderas, tambores y armas, las rindió y prestó juramento
de no volver a combatir jamás contra las Provincias Unidas.
Belgrano abrazó a Tristán y entró triunfante en la ciudad que lo
aclamaba con in- menso júbilo.

Doña Martina Silva de Gurruchaga fue nombrada por Belgrano


Capitana Honoraria del Ejército. Esta dama salteña estaba casada
con don José de Gurruchaga, hermano del representante ante la
Junta Grande.

LA HISTORICA CRUZ

Cruz del campo de Castañares.

Belgrano dispuso se enterraran los 480 caídos realistas y los 103


independentistas en una fosa común. Allí ubicó una cruz de madera

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con la leyenda: “Vencedores y vencidos en Salta, 20 de febrero de
1813”.
Esta sencilla cruz de madera fue sustituida poco tiempo después y
por solicitud del propio Belgrano, al entonces gobernador Feliciano
Chiclana, por otra cruz pintada de color verde y que llevaba
únicamente la leyenda “a los vencedores y vencidos”.
En 1834 el gobernador Pablo Latorre ordenó la restauración de la
cruz y la colocación de un basamento.
La cruz quedó olvidada hasta finales del siglo XIX en que se partió y
se cayó al piso. Sus restos fueron recuperados por seminaristas
y monseñor Piedra buena los dio a las autoridades.
La cruz fue restaurada gracias a la Comisión Pro Monumento, y en
el mes de mayo de 1899 las maderas depositadas en una caja de
hierro con vista de cristal. Los artesanos Bellagamba y Rossi de
Buenos Aires fueron los autores de esta encomienda.
Se ubicó primeramente en el atrio de la Catedral de Salta y
posteriormente fue trasladada a la Iglesia de la Merced, donde se
halla hasta la actualidad.

PATICIPANTES DE LA BATALLA DE SALTA


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MANUEL DORREGO MANUEL BELGRANO

IGNACIO WARNES

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MARTIN RODRIGUEZ

APOLINARIO SARAVIA MARTINA SILVA DE GURRUCHAGA

11
JUAN ANTONIO ALVAREZ DE ARENALES

MONUMENTO A LA BATALLA DE SALTA


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Producido el éxito de la Batalla de Salta, rápidamente la Asamblea
General, el 6 de marzo de 1813, mandó que:
Queda decretado un monumento duradero que se erigirá cerca del
campo de batalla en honor de la memorable victoria conseguida el
20 de febrero de 1813.
Durante toda la época patria nada se hizo por conmemorar tamaña
lid y fue el 15 de mayo de 1899, a través de un decreto del
gobernador de la provincia de Salta que se ordenó “La restauración
del monumento, de tal modo que resulte digno de los hechos
conmemorados ocupando además, un sitio en los terrenos
destinados para parque”. Los terrenos habían sido donados a la
Municipalidad de Salta, con el propósito de “beneficiar a la
población dándole un local adecuado y saludable para paseo y
descanso... para que se construya un parque” por los señores Ángel
y Victorino Solá en 1884.
A fin de construir el monumento se creó una comisión integrada por
el Vicario General y Gobernador de la Diócesis Monseñor Julián
Toscano, el Intendente Municipal doctor Manuel Anzoátegui, y los el
doctores Miguel Ortiz, Aniceto Latorre y Manuel Solá.
.

En 1890,
los

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señores Solá ratificaron la donación realizada anteriormente
respecto de las cuatro manzanas situadas en el campo de la Cruz
“destinadas a la construcción del parque 20 de Febrero”
Fueron siete los proyectos que se presentaron como consecuencia
del llamado a concurso para su erección. El 28 de febrero de 1901
fue seleccionado el boceto de Torquat Tasso, artista catalán, “por
su interpretación más armónica del acontecimiento de 1813”.
La piedra fundamental de la edificación fue colocada en
conmemoración del 25 de mayo de 1901. La construcción del
monumento tardó nueve años. Fue inaugurado el 20 de febrero de
1910, para el Centenario Argentino.

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El importante y bello monumento está formado por cuatro cuerpos o
planos cubiertos en piedra.
El primer cuerpo constituye su basamento en cuyos cuatro ángulos
se ubican, en cada uno de ellos, las estatuas que simbolizan las
cuatro virtudes cardinales: la prudencia, la justicia, la fortaleza y la
templanza. Esta base se alza en forma de pirámide de las que
nacen cuatro escaleras centrales que poseen dos leones de bronce
cada una. Las escalinatas culminan en una terraza.
El segundo cuerpo presenta, en cada uno de los cuatro ángulos,
una corona de laureles de bronce con el nombre de los cuatro
principales héroes de la batalla: el General Belgrano, el Mayor
General Díaz Vélez, el teniente Coronel Zelaya y el Comandante
Dorrego. Sobre cada una de estas cuatro coronas se ubica un
águila, también de bronce.
En las cuatro caras de este segundo cuerpo la comisión dispuso la
inclusión de cuatro bajos relieves de bronce que representan cuatro
momentos históricos de importancia:
La formación del Ejército del General Manuel Belgrano en el Río
Las Piedras, en 1813 donde el año anterior se había librado batalla.
El Juramento de la Bandera sobre las márgenes del Río Pasaje o
Juramento.
La capitulación del General Pío Tristán.
La fisonomía del Campo Castañares y de la Batalla del 20 de
febrero de 1813.
Arriba del segundo cuerpo se ubica el tercer que es un monolito
donde, también en cada uno de sus cuatro ángulos y a modo de
composición con el segundo cuerpo, se levantan las figuras,
confeccionadas en la misma aleación, del General Manuel Belgrano
-empuñando la bandera- del Mayor General Eustoquio Díaz Vélez,
del teniente Coronel Cornelio Zelaya y del Comandante Manuel
Dorrego.

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Más arriba del frente del monolito se ubica la cruz que Belgrano
colocó sobre la fosa común de los vencedores y vencidos.
En el cuarto y último cuerpo sobresale una estatua, compuesta de
bronce, que respresenta la victoria en la celebre batalla.
Las estatuas de Belgrano, Díaz Vélez, Zelaya, Dorrego, que son
obras de arte de Torcuato Tasso y del ingeniero Francisco Schmidt,
fueron fundidas en París bajo la supervisión de la escultora salteña
Lola Mora.
En la casa Du Val D'Osne de París se fundieron las cuatro estatuas
alegóricas colocadas en los ángulos del basamento, que
representan las virtudes de la prudencia, la justicia, la fortaleza y la
templanza, la bandera del General Belgrano, los ocho leones de las
escalinatas y las cuatro águilas.
Los cuatro bajorrelieves y la estatua de la victoria fueron fundición
del Arsenal de la Nación.

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ALBUM DE FOTOGRAFIAS

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CONCLUSION FINAL
Durante los cuatro meses que siguieron al sonado triunfo de
Tucumán, se refuerzan los efectivos del ejército y se aprovisiona
para hacer frente a las necesidades de la próxima campaña, que
tiene por meta a Salta.
A principios de enero de 1813 el ejército se pone en marcha hacia
el norte. Ya para el 11 de febrero el grueso de las tropas había
cruzado el río Pasaje. Allí decide Belgrano que las tropas presten el
juramento de fidelidad a la Asamblea General Constituyente que,
con; gran pompa, ha inaugurado sus sesiones en Buenos Aires el
31 de enero.
En momentos en que el ejército comandado por el general Belgrano
avanzaba hacia Salta con intención de vencer a las fuerzas
españolas que bajo el mando del general Pío Tristán se
encontraban a la sazón, acantonados en la ciudad de Salta; se
encontró con un fuerte impedimento: la desmesurada fortificación
que había realizado el general español del único paso de acceso a
la ciudad, el portezuelo; lo que planteaba a su jefe una disyuntiva de
hierro: entablar un combate en circunstancias desventajosísimas o
desistir del propósito y retroceder.

En tales circunstancias, el 17 de febrero de 1813, el capitán


Apolinario Saravia, ayudante del Gral. Belgrano comenta el General
Paz en sus memorias- "se ofreció para conducir al ejército y
salvarlo, avisando al General que, como salteño y habitante de por
allí, tenía conocimiento de una senda extraviada y así por nadie
conocida que, pasando por el escabroso laberinto de las montañas,
pues los cerros se suceden unos a espaldas de otros, y poblada de

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vegetación, conducía en su prolongación hacia el norte, por cosa de
dos leguas entre el seno de los montes, hasta dar con una pequeña
quebrada llamada de chachapoyas que desembocaba en la
estanzuela de castañares, que estaba precisamente en el campo
norte y lindero con la tablada de Salta, al opuesto lado de la sierra".
El general Belgrano tras recorrer pormenorizadamente el itinerario
propuesto dió órdenes de como proceder para que el ejército
avancen por él. Esa noche, azotados por una lluvia espantosa, se
inició la marcha de las fuerzas patriotas a través del fracturado
terreno cubierto de espeso malezal, portando cincuenta carretas
con pertrechos y doce piezas de artillería. La estrechez del camino
y lo torrencial de la caída de las aguas por las laderas circundantes,
agudizaban las dificultades que la quebrada presentaba de por si
para semejante tránsito, más, la decisión, el fervor, el Ansia de
libertad que todos y cada uno de los componentes de la fuerza
llevaban en su corazón, los impulsaba para que la suma de
dificultades no los arredraran en su empeño e hicieran que en el
amanecer del día 18 arribaran a la finca de castañares donde
permanecieron hasta las 11 de la mañana del día 19, cuando
iniciaron su marcha a la chacras de Gallinato.
El general Belgrano pernoctó el día 18 en una de las habitaciones
de la casa de campo del Coronel Saravia, progenitor del capitán, su
ayudante, que tan acertadamente había servido de guía.
Haciendo uso eficaz del color tostado de su piel, este leal oficial a
quien llamaban "Chocolate Saravia", ansioso por conocer la
cantidad y calidad de las fuerzas de Tristán, tanto como las
posiciones que ocupaban; vistiendo ropas similares a la de los
aborígenes, arreando una recua de burros cargados de leñas
marcha hacia la casa de sus padres sita en la calle Buenos Aires de
la ciudad de Salta. Su disfraz le posibilitó cruzar frente al ejército
realista y llegar a destino, donde entregó la carga de leña y regresar
después a castañares para informar al General y posteriormente
combatir junto a él.
El ataque comenzó el día 19, a las 11 de la mañana, en la pampa
de Castañares con el ataque a la posición realista por la
retaguardia. Belgrano, seriamente enfermo, había preparado un
carro para efectuar en él los desplazamientos, pero a último
momento pudo reponerse y montó a caballo. Al mediodía la

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situación varió. La furibunda carga de Dorrego arrasó el flanco
izquierdo junto a las columnas de Cornelio Zelaya, Francisco Pico,
Carlos Forest y José Superí (compartieron el honor de ser los
primeros oficiales triunfantes de la ciudad) sostenían la persecución
de las calles. En tanto el centro y el ala izquierda patriota fue
quebrando inexorablemente la resistencia.
Con la retirada cortada, los realistas vencidos retrocedieron
desordenadamente quedando entrampados en el corral que
circunda la ciudad, denominado Tagarete del Tineo, donde fueron
diezmados por los criollos. El tramo final de la lucha se concentró
alrededor de la Plaza Mayor, mientras el desbande y la persecución
eran confusos y cruentos.
La calma llegó cuando desde la iglesia de La Merced doblaron
campanas por la patria anunciando la rendición incondicional del
invasor.
Queda acordado que al día siguiente los soldados realistas salgan
de la ciudad con los honores de la guerra, a tambor batiente y con
las banderas desplegadas, y que a las tres cuadras rindan las
armas y entreguen los pertrechos de guerra, quedando obligados
por juramento, desde el general hasta el último tambor, a no volver
a tomar las armas contra la Provincias Unidas hasta los límites del
Desaguadero. Belgrano devolverá todos los prisioneros, a cambio
de igual actitud por parte de los realistas, quienes deberán entregar
los prisioneros patriotas que tiene Goyeneche en el Alto Perú.
Así desfilan 2.786 hombres. La caballería echa pie a tierra y rinde
sus sables y carabinas; la artillería entrega sus cañones, carros y
municiones. Belgrano dispensa al general Tristán de la humillación
de entregarle personalmente la espada, y lo abraza ante todos los
presentes.
Rendición del Gral. Pío Tristán
Tres banderas son los trofeos de esta victoria. Diecisiete jefes y
oficiales fueron hechos prisioneros en el campo de batalla; hubo
481 muertos, 114 heridos, 2.776 rendidos. En total, 3.398 hombres
que componían el ejército de Tristán, sin escapar uno solo.
Además, diez piezas de artillería, 2.188 fusiles, 200 espadas,
pistolas y carabinas y todo el parque y la maestranza.

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Luego de enterrar a los héroes del 20 de febrero de 1813, el
General Manuel Belgrano colocó una humilde cruz de madera en la
fosa común de los 600 guerreros muertos de ambos lados. El
Gobernador Feliciano Antonio Chiclana la reemplazó, a pedido del
mismo Belgrano, por otra cruz pintada de verde, con la leyenda
cristiana ``A los Vencedores y Vencidos''.

Las capitulaciones firmadas con Tristán, permitían a los realistas


volver a sus casas, previo el juramento de no tomar nuevamente las
armas contra las Provincias Unidas. Esta lenidad en las
condiciones, desató, contra Belgrano, las críticas de los partidarios
de una acción enérgica. "Siempre se divierten - le escribía a
Chiclana: los que están lejos de las balas y no ven la sangre de sus
hermanos... También son esos los que critican las determinaciones
de los jefes. Por fortuna dan conmigo que me río de ellos, y hago lo
que me dicta la razón, la justicia y la prudencia y no busco glorias
sino la unión de los americanos y la prosperidad de la patria. . . ".

La Asamblea Constituyente. con fecha 8 de marzo, dispuso premiar


a Belgrano con 40.000 pesos y un sable con guarnición de oro por
el brillante triunfo obtenido.

Generosamente declinó el obsequio Manuel Belgrano. Y al hacerlo,


comprometió para siempre la gratitud de Tarija, Jujuy, Tucumán y
Santiago del Estero, para quienes dispuso, con ese dinero, la
creación de cuatro escuelas. "Que renunciar, es poseer".

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