El Árbol de Los Antivalores
El Árbol de Los Antivalores
El Árbol de Los Antivalores
En la guarida de un denso bosque vivían dos malvadas brujas que se pasaban el tiempo
haciendo hechizos y preparando pócimas mágicas.
Un día, aburridas de hacer siempre lo mismo, decidieron salir de la guarida para dar un
paseo por el bosque subidas en sus escobas voladoras.
Mientras volaban observaron a unos loros y a unas ardillas en las ramas de un frondoso
árbol compartiendo amablemente nueces y frutas.
Gruñó la bruja Mariza diciendo: _ ¡No me gusta la amistad que hay en ese árbol!
Refunfuñó la bruja Nahia: _ ¡Uhh, tengo una idea! ¡Destruyamos ese árbol y
construyamos el árbol de los antivalores! _
Preguntó la bruja Mariza _ ¿Qué son los antivalores?
Explicó la bruja Nahia: _ ¡Los antivalores son una forma incorrecta y dañina de actuar!
Comprendió la bruja Mariza diciéndole _ ¡Ahh, esa es la manera en la que nosotras
siempre actuamos!
Entre risas ambas brujas lanzaron unos polvos mágicos y destruyeron el frondoso árbol.
_ Gritaron ambas. _ ¡Ahora construyamos el árbol de los antivalores!
La bruja Nahia fumando un cigarro lanzó humo negro por la boca y gritó:
_ El antivalor de la enemistad es para las raíces, el antivalor de la desobediencia es
para el tronco. Los antivalores de la envidia, el egoísmo, la pereza, el orgullo, el
prejuicio y la suciedad son para las ramas.
También la bruja Mariza fumando un cigarro y lanzando humo negro por la boca
vociferó:
_Los antivalores del odio y la venganza son para todas las hojas.
De esta manera ambas brujas construyeron el árbol de los antivalores. Era un árbol feo,
seco, negro y tenebroso; que evidentemente destruyó la paz y la amistad entre las
ardillas y los loros.
Las ardillas cambiaron la amistad por la enemistad y los loros cambiaron el canto por
palabras malsonantes ofendiendo en cada momento a las ardillas.
Los animales se odiaban y se peleaban entre ellos de tal manera, que la convivencia en
el árbol de los antivalores era insoportable.
Ante este acontecimiento las brujas celebraban con mucho orgullo el gran trabajo que
habían hecho.
Pero de repente, se asustaron al ver llegar al hada del bosque que se les acercaba
diciéndoles:
_ El único valor que puede destruir todos los antivalores es el amor.
En ese instante el hada del bosque lanzó un beso de amor sobre el árbol haciendo que
cada antivalor cayera al suelo reventado.
Después de esto empezó a renacer y a florecer el frondoso árbol devolviendo la amistad
y la armonía entre las ardillas y los loros.
Ante este acontecimiento las brujas temblaron de miedo. Y el hada del bosque
lanzándoles un lazo de luz las arrojó a sus guaridas dejándolas encerradas para siempre.