CLAROSCURO

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Claroscuro

Introducción

Es de suponer que a esta altura ya te resultará indiscutible que la palabra claroscuro


está vinculada a temas donde la luz es protagonista fundamental. También resulta claro
que la ausencia total de luz imposibilita la visión a los seres humanos, por lo tanto las
infinitas variables posibles de iluminación, aplicadas a distintos tipos de objetos
volumétricos y al espacio en que se encuentren, serán los generadores de realidades
claroscuristas, definidas por los contrastes de claros y oscuros producidos.
Restringiendo las posibilidades de representación a situaciones en el plano, o sea en
dos dimensiones, podremos referirnos entonces tanto al dibujo y a la pintura como a la
fotografía. Veamos pues algunos ejemplos.

Leonardo Da Vinci “La dama del armiño”

Fotografía de publicidad
Caravaggio, “Vocación de
San Mateo”

Una de las principales características del claroscuro es la ausencia de la línea, la


forma surge por el contraste de manchas claras y oscuras; básicamente, se trata de
un trabajo tonal, pudiendo ser tanto monocromático como cromático. En esta Unidad
veremos ejemplos de las dos modalidades. En el primer caso los medios más
tradicionales son el grafito, la carbonilla, la sanguina y la sepia; se trata más que nada
de técnicas gráficas secas; a pesar de que se
pueden lograr valiosos claroscuros con
aguadas de tinta china. Mientras que en el
segundo caso y atendiendo al color, las
variables pueden ir desde el óleo o los
acrílicos, pasando por los pasteles, lápices de
color, témperas, acuarelas o tintas, con todas
las variables y mezclas que tu imaginación te
sugiera.

Alberto Mossi “El dibujo enseñanza


aprendizaje”, ejercicio de alumno en 5 tonos
A la izquierda, obra de Francisco Guardi, “Villa veneciana", tinta con pluma y aguada; a
la derecha. Autorretrato de Goya (1812) Imagesgoogle.com

Definición e importancia del tema

Gombrich en su “Historia del Arte” nos brinda una muy breve pero clara definición
diciendo al respecto “…… es la definición técnica del contraste de luz y sombra” .
Mientras que Crespi y Ferrario en su “Léxico técnico de las Artes Plásticas” definen el
claroscuro como la “Distribución de los valores tonales en la organización de la obra de
arte”, agregan algunos elementos, hablan de “valores”, se refieren por lo tanto a
claridad u oscuridad, pero además mencionan la “distribución”, debiendo existir
entonces un criterio para el ordenamiento, arbitrario o no; todo lo que nos introduce en
un tema de orden estético, cuya resolución dependerá de la intención de cada creador.

Sobre la importancia y utilidad del tema manifiesta Gombrich en “El legado de Apeles”,
“En la vida y en el arte la distribución de la luz y la sombra nos ayuda a percibir la forma
de las cosas”, se constituye en una valiosa herramienta que nos permite percibir y
representar el mundo en que vivimos, sus objetos y sus relaciones espaciales pero nos
aporta aún más información al decir “La presencia o ausencia de reflejos nos informa
sobre la textura de su superficie”, proporcionándonos entonces datos sobre el tipo de
materiales que constituyen esos objetos.
Lo vemos ejemplificado en las siguientes fotografías de publicidad

Queda bastante claro entonces que el claroscuro es un lenguaje expresivo, que permite
representar la realidad en dos dimensiones, generando la ilusión de volumen, la tercera
dimensión, basándose en los contrastes lumínicos, pudiendo llegar a convertirse en
verdaderas trampas al ojo, “trompe l´oeil”, como ya se mencionó.

Veamos un ejemplo en la obra de


Diego Velázquez (1599 - 1660) “El
aguador de Sevilla” donde parece
que casi podemos tomar los objetos
de cerámica y vidrio.

Óleo sobre lienzo, 1.06 x 82 cm,


1620, Apsley House, Londres

Detalle

Elementos del claroscuro


Cuando hablamos de claroscuro debemos distinguir dos elementos básicos, por un
lado la fuente lumínica y por otro los objetos y su entorno (la espacialidad). Lo primero
que debemos analizar referido a la fuente luminosa es si es natural o artificial, dentro
de la luz natural encontramos el sol como elemento principal y comúnmente utilizado, y
luego la luna; lo principal a tener en cuenta con respecto a este tipo de luz es que es
cambiante, o sea que si iniciamos un trabajo con este tipo de iluminación nuestro
referente se va a estar modificando constantemente. Dentro de la iluminación artificial
existen muchos tipos, desde los más primitivos, el candil o la vela que producen una luz
amarillenta y muy puntual, hasta las actuales bombitas incandescentes y las
fluorescentes, cálidas o frías, focos halógenos, etc. Debemos tener en cuenta además
si existe un solo foco de luz o más, así como su dirección respecto a los objetos,
pudiendo ser: frontal, lateral, cenital o en picado y en contrapicado. Pude ser también
iluminación directa o indirecta, cuando se utilizan rebotes y pantallas difusoras o
reflectoras. Ya se analizaron estas situaciones en la Unidad anterior.

Te invitamos ahora a analizar estas fotografías de publicidad, cuya característica es


tener una iluminación muy cuidadosamente estudiada
Los sistemas lumínicos actuales, luz eléctrica, incandescente o fluorescente, y todas
las variables, no existían en la antigüedad, por lo tanto es importante también tenerlo
en cuenta. La situación de los artistas cuando empezaron a plantear el claroscuro, era
muy distinta a nuestra realidad actual de despliegues tecnológicos; por ejemplo
Rembrandt (1606 – 69), en su casa en Ámsterdam más puntualmente en su taller,
situado en el tercer y último piso tenía enormes ventanales con orientación norte, que
captaban en forma espléndida la luz natural, pero al caer la tarde, todo se
transformaba, solamente por el cambio en la iluminación.

Rembrandt, Muchacha en la ventana,


1645

Continuamos ahora analizando los elementos a ser iluminados: los objetos y su


entorno, su forma – curvas o planas - y del tipo de superficies – opacas, reflejantes o
semireflejantes, todo lo que tiene relación directa con lo lisas u ásperas que sean y el
tipo de material en sí. Dependiendo del modo en que se relacionen estas variables se
generarán infinitas gradaciones lumínicas de mayor o menor intensidad, hasta la
ausencia misma de la luz en algunos casos.
Mossi, ejemplo de ejercicio de estudio de luz y
sombra sobre una esfera, resuelto con nueve
tintas

Trabajo de alumna de Imagen 1 - IPA


Veamos ahora algunos ejemplos de claroscuros generados por texturas naturales
valorizadas por la incidencia de luces y sombras
Antecedentes del claroscuro

Realizando una muy escueta síntesis respecto a la utilización e importancia otorgada al


estudio de la luz en la Historia del Arte, podemos decir que no siempre ha existido la
preocupación por generar la ilusión de los volúmenes el plano, utilizando la iluminación
para lograrlo. En la Edad Media, por ejemplo, el tratamiento era totalmente
esquemático y planista.

Veamos unos temples de esa época

Cristo, de San Clemente de Tahull

A. Sozio, Cristo de la Catedral de Spoleto

Los autores Crespi y Ferrario, realizan una separación diferenciando dos grandes
tendencias en el manejo del lenguaje del claroscuro, y su organización de los valores
tonales, a) una arbitraria, utilizada según los criterios de la obra, representada por los
primitivos, la pintura oriental y la pintura moderna en general ; b) “la otra tendencia, la
que se inclina por la búsqueda de la tercera dimensión” frecuentemente partiendo de
un foco luminoso que modela los objetos, obteniendo gradientes de claros y oscuros
“que module los valores con una finalidad y sugerencia realista más marcada”, que es
la que más nos interesa en esta Unidad.

Dentro del primer grupo, del manejo más arbitrario ubicamos la pintura de Giotto di
Bodone (1267 – 1337). A pesar de que se le considera el antecesor del Renacimiento,
por ser el primer artista preocupado por incluir de alguna forma, aunque un tanto
primitiva, la noción de tridimensionalidad en su obra, en sus rostros, los pliegues de los
ropajes, mediante el manejo de luces y sombras; no llega a manejar un criterio
unificador en la iluminación de sus obras.

Veamos algunas de ellas

Observa las zonas más iluminadas y


trata de imaginar la dirección o
direcciones de la luz.

"La adoración de los magos"

Ya en el Renacimiento, italiano sobre todo, la preocupación por la representación


realista –naturalista, tanto del espacio como de todos los objetos, se constituye en una
característica preponderante, Leonardo Da Vinci (1450 – 1516) es su máximo
exponente.

Leonardo para solucionar el problema de la ilusión de la volumetría, de la rigidez y falta


de vida en los retratos, crea el procedimiento del “sfumato “(del italiano fumo, humo) es
decir, como él sostenía “sin límites ni bordes, a la manera del humo…” (I. Chilvers,
883), de tal forma que siempre aparece algo sin definir totalmente, algo para adivinar,
el más claro ejemplo lo constituye su obra “Mona Lisa”. El sfumato es “el contorno
borroso y los colores suavizados que permiten fundir una sombra con otra” explica
Gombrich (249), consiste entonces en utilizar las gradaciones de tonos o de colores
fundidos sin transiciones visibles. Además de su probada utilidad en los retratos es un
procedimiento indispensable a la hora de realizar la perspectiva atmosférica como
recurso para generar especialidad, sobre todo en los paisajes.
Veamos dos de sus obras más representativas de la utilización del sfumato, la primera,
de la izquierda, la archi famosa Mona Lisa o también llamada La Gioconda, realizada
entre los años 1504 y 1506, es un óleo sobre tabla cuyas dimensiones son 77 x 53 cm;
la obra de la izquierda es San Juan Bautista, óleo sobre tabla, de 69 x 57 cm, pintado
alrededor de año 1513. Ambas se encuentran en el Museo del Louvre en Paris,
Francia.

Rafael Sanzio ( 1483- 1520)

Sagrada Familia con San Juan. Madrid Prado, 1518


En el período del barroco se generaron variables vinculadas al tratamiento más
dramático y teatral de las situaciones. Un ejemplo de la última tendencia planteada por
Crespi y Ferrario lo constituye particularmente Caravaggio (1571 – 1610), con su
manejo de luz pictórica focalizada en un objeto de manera tal que surge de la
oscuridad; pero no podemos dejar de mencionar a Rembrandt (1606 - 1669) y a
Velázquez (1599 -1660),cuyo planteo es similar; veamos algunos ejemplos.

Caravaggio “Cena de Emaus”, óleo sobre lienzo,141x196 cms,1600-01,National Gallery Londres

Rembrandt, Autorretrato Velázquez, Autorretrato


Jean Vermeer Van Deft (1632 – 1675)

“La joven de la perla”, óleo sobre lienzo, 46.5x40 cms.,

1665, Royal Gallery, La Haya

Este pintor flamenco contemporáneo de los


anteriores, es un bello ejemplo del manejo
barroco de la luz. Sus obras se caracterizaron
por la representación de escenas cotidianas en
las que nos dejó magníficos ejemplos de
claroscuro. Observa cómo la perla está sugerida
por el brillo, perdiéndose su forma en las
sombras de la nuca.

Avanzando rápidamente en el tiempo encontramos que además de los planteos


claroscuristas clásicos que acabamos de ver, existen otras formas de abordar el tema,
en los que sigue existiendo una intención de generar la idea de volumen, de rescatar
contrastes de claros y oscuros, pero con mayor libertad creativa, liberándose de las
rígidas reglas academicistas.

Las investigaciones de Newton fueron recibidas con sumo interés por los artistas,
siempre atentos a la ciencia, y pronto se incorporaron los conocimientos sobre el origen
del color y la luz. Esto se concretó en el cambio
conceptual que comenzó a aplicarse en la
conformación de la paleta, que dejó de ser un
complejo estudio comparativo de valores y
pasó a ser un laboratorio del color. Aparece así
el orden espectral en la paleta.

El siglo XIX confirmará el uso de este


ordenamiento y desterrará el negro como color.
Camille Pisarro realizó una demostración con
su paleta espectral, carente de negro, con la
cual pintó un paisaje en la paleta misma,
desafiando al escepticismo de los académicos.

Las experimentaciones de fines del siglo XIX


abrieron un amplio panorama a los artistas en
la expresión del claroscuro. Desaparecieron las
sombras con tierras y negros para dar lugar al
cromatismo en las oscuridades y zonas de Toulouse-Lautrec, Retrato de Van Gogh, 1887
menor luz. Esto supuso un cambio cualitativo en las imágenes y una inflexión en la
actitud del artista ante la creación

Como puedes notar en esta obra


Manet utiliza una iluminación viva y
lateral generando fuertes contrastes
de luces y sombras con los que
modela el rostro y los movimientos
de la ropa aplicando color a las
zonas de oscuridad.

Edouard Manet, Autorretrato, 1885

Veamos algunas propuestas de claroscuro presentadas por vanguardias del siglo XX


como el cubismo, surrealismo, expresionismo, etc.
Dentro del cubismo tomaremos a uno de sus creadores, Juan Gris (1887-1927) y
específicamente su obra “Retrato de Picasso” de 1912, un óleo sobre lienzo de 93.4 x
74.3 cms, que se encuentra en el Instituto
de Arte de Chicago.
Como puedes notar es un planteo muy
diferente, los cubistas proponen la
representación de la simultaneidad del
espacio en el plano, cada dirección
espacial es expresada en una misma
unidad espacio-tiempo. La obra debe
representar todos los puntos de vista del
espacio-modelo y para ello la imagen se
descompone en planos, resueltos
mediante una paleta muy acotada y
entonada, en el que la iluminación continúa
jugando un papel importante; no sólo
genera una cierta sensación de
profundidad y volumen sino que es
utilizada para definir los planos de ese espacio temporalmente relativizado, que debe
verse en todas sus facetas a la misma vez.

Veamos ahora unos ejemplos de los pintores surrealistas René Magritte (1898 - 1967)
Salvador Dalí (1904-89), y Giorgio De Chirico (1925- )

Salvador Dalí, “Cristo”

Renée Magritte, “El castillo de los Pirineos”

Tanto Dalí como Magritte tienen un planteo de situaciones ambiguas y casi


hiperrealista, y de un prodigioso manejo técnico,
aunque la propuesta de este último es más
conceptual.

La propuesta de De Chirico se interna en aspectos


metafísicos, aludiendo a cuestiones profundas de
la mente humana. Su obra se caracteriza por
imágenes atemporales y espacios infinitos
expresados con técnicas pictóricas claroscuristas.

De Chirico, “Canción de amor”


En los siguientes ejemplos de la publicidad y del arte contemporáneo, el claroscuro se
resuelve mediante la variación de un módulo, en el mosaico fotográfico, y con
grafismos que se agupan y dispersan para generar el efecto volumétrico.

En esta obra de S. Dalí, “Retrato de


mi hermano muerto”, de 1963,
podemos ver como interactúan dos
modalidades, una clásica y otra
gráfica, en la que la imagen se
resuelve por retículas de puntos.
Procedimientos técnicos del claroscuro monocromático

Cuando necesitamos expresar en forma minuciosa y detallada en el plano, situaciones


de tridimensionalidad, resulta insuficiente la utilización de la línea valorada, por lo que
se vuelve indispensable la aplicación de otro lenguaje expresivo, el claroscuro, en el
cual la luz es protagonista principal, con el doble sentido, de que la iluminación intensa
genera situaciones de claros y por otro lado la ausencia o restricción en la iluminación
provocan los oscuros, así como todas las situaciones intermedias posibles generan
infinitas gradaciones de valor.
La característica principal del claroscuro es que la forma se define por contraste, no
existiendo por lo tanto la línea, como contorno sostenedor de la forma; es muy
importante que lo recuerdes,
pues el contorno es el recurso
primario con el cual definir y
aproximar una forma, pero en
las etapas siguientes del
trabajo debe de ser absorbido
por la mancha y finalmente
desaparecer por completo.
Surgirán ocasiones en que el
contraste no exista provocando
que se desdibuje la forma
inicial, unificándose con la
contigua y modificándose,
generando una nueva forma, la
que generalmente nos cuesta
reconocer.
Veamos casos en los que el soporte es de un color de valor medio o directamente
negro. En ambos casos la metodología de trabajo es diferente.

Si el soporte es negro estarás


obligado a invertir la metodología
tradicional y comenzar colocando
los brillos y claros, tratando las
sombras más oscuras con
veladuras suaves.
Si el papel es de un color
mediatinta, es posible que tengas
que trabajar con un lápiz blando
o graso blanco y otro negro.

Lápiz blanco sobre soporte negro


Ejercicio de alumno de IPA
Claroscuro sobre soporte neutro (ocre) trabajado con lápiz
blanco y lápiz negro.
Ejercicios de alumnos de IPA

Trabajo a pluma
Trabajo en acrílico

Veamos algunos ejemplos de trabajos de alumnos de Formación Docente, realizados


con grafito sobre distintos soportes, uno en papel de grano grueso tipo Canson y otro
en papel de grano fino tipo Caballito.
Resumen

El claroscuro es un lenguaje expresivo, que permite representar la realidad en dos


dimensiones, generando la ilusión de volumen, la tercera dimensión, basándose en los
contrastes entre luz y sombra, pudiendo llegar a convertirse en verdaderas trampas al
ojo, “trompe l´oeil”.

Según Gombrich el claroscuro “…… es la definición técnica del contraste de luz y


sombra”. Cresi y Ferrario definen el claroscuro como la “Distribución de los valores
tonales en la organización de la obra de arte”.

Una de sus principales características es ausencia de la línea, la forma surge por el


contraste de manchas claras y oscuras; básicamente, en la versión clásica se trata de
un trabajo tonal, pudiendo ser tanto monocromático como cromático.

Además de los planteos claroscuristas clásicos, existen otras maneras de abordar la


tridimensionalidad en el plano mediante planteos creativos que permiten sugerir la
dialéctica lumínica con libertad expresiva como hemos visto en los ejemplos del arte de
vanguardia.

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