Bachillerato Filosofia 2016
Bachillerato Filosofia 2016
Bachillerato Filosofia 2016
TU
REINO!
SINTESIS
FILOSÓFICA
3° FILOSOFÍA
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¡VENGA TU REINO!
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¡VENGA TU REINO!
ÍNDICE
Filosofía de la naturaleza…………………………………………………….………59
Lógica……………………………………………………………………………..…90
Filosofía de Dios…………………………………………………………………....164
Filosofía moral…………………………………………………...…………………192
Ética especial………………………………………………………………...……..208
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HISTORIA DE LA FILOSOFÍA ANTIGUA
1. Los Iónicos y los Pitagóricos: la causa material y primeras intuiciones de la causa formal, con particular referencia a Parménides con la tematización de
la filosofía del ser.
a) Los Iónicos y los Pitagóricos: la causa material y primeras intuiciones de la causa formal:
Los Iónicos:
Jonia, costa del Asia Menor, es la cuna de la filosofía griega. La mayor parte de los filósofos presocráticos los encontramos en Mileto, Éfeso, Clazomene, Colofón,
Samos. Tenían una pregunta en común: “¿Cuál es el elemento básico y primordial de todas las cosas?”
Hirschberger refiere que se ocuparon de la metafísica y no de una filosofía estrictamente pura de la naturaleza porque “el tema de los primeros principios roza
los fundamentos del ser”, además, “se trata de aclarar la esencia del ser como tal y no una simple comprobación de los últimos constitutivos materiales de los
cuerpos”.
Los Pitagóricos
Frente a los milesios representan los pitagóricos un necesario complemento. Aquéllos hablan siempre de lo común que está en el fondo de todas las cosas, pero
no tienen en cuenta que también ha de explicarse la peculiar individualidad de cada cosa. No sólo hay que preguntarse por el origen de las cosas, sino también
¿qué emanó de aquella materia primitiva? y ¿cómo ese “qué” se ha de entender? A lo último se han aplicado los pitagóricos sin descuidar lo primero. Ellos han
sido los primeros en salir por los fueros de la forma, configuradora de la materia.
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*El mundo de Sofía: “Los tres filósofos de Mileto pensaban que tenía que haber una -y quizás sólo una- materia primaria de la que estaba hecho todo lo demás.
¿Pero cómo era posible que la materia se alterara de repente para convertirse en algo completamente distinto? A este problema lo podemos llamar problema
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¡VENGA TU REINO!
del cambio.Desde aproximadamente el año 500 a. de C. vivieron unos filósofos en la colonia griega de Elea en el sur de
Italia, y estos eleatos se preocuparon por cuestiones de ese tipo. El más conocido era Parménides”.
Biografía
(aprox. 510-470 a. de C)
Reale&Antíseri: Parménides nació en Elea en la segunda mitad del siglo VI a.C., y murió a mediados del siglo V a.C.
Fue iniciado en la filosofía por el pitagórico Aminia. Se nos cuenta que fue un político activo y que otorgó sabias leyes
a su ciudad. De su poema Sobre la naturaleza nos ha llegado el prólogo íntegro, casi toda la primera parte y algunos
fragmentos de la segunda.
*El mundo de Sofía: “Nada puede surgir de la nada, Y algo que existe, tampoco se puede convertir en nada”
Reale&Antíseri: “Gracias a él la cosmología recibe una profunda y benéfica sacudida desde el punto de vista
conceptual, transformándose en una ontología (teoría del ser)”.
Rechaza Parménides la filosofía Pitagórica porque ellos admitieron el cambio y el movimiento. “Ambos son
ilusorios”.
El ser es:
Se ha de pensar y decir siempre que sólo el ser es, porque es ser; en cambio la nada no es.
Parménides responde al arjé planteado por Heráclito: “No hay un devenir sino un ser
“El devenir es la nada porque quiere decir ‘algo que se escapa y no algo que permanece en un ser’” Se puede pensar que
“el ser es algo estático (quietud - reposo)
- Hirschberger: “Nuestro pensar es un reflejo del mundo de los objetos, y en ese sentido es idéntico al ser, cuando
refleja un objeto como una copia de modelo”
- Mutua correspondencia entre la mente y lo real: “se aprehende la verdad cuando del ser se dice que es, y de lo que no
es, que no es” (Aristóteles)
- Aunque Parménides afirma la distinción entre la razón y la sensación, no lo hace para establecer un “sistema idealista”
sino un “sistema monista materialista” donde el cambio y el movimiento son rechazados como ilusorios. De la
negación del cambio no se sigue que el uno sea una idea. El uno es sensible y material. La razón puede aprehender la
realidad material. (Entiéndase “realidad” como ente, ser, es, existe y no puede “no ser”). Esto no es idealismo sino
materialismo.
- El ser es solamente uno, Universal y siempre el mismo, indiviso, individual y substancial, no hay grado de
intensidad, sin cambio ni movimiento, no conoce ni devenir ni perecer, está en perfecto reposo, rígido, semejante ala
forma de una bien redondeada esfera igual y uniformemente limitada.
-Copleston: “el ser de Parménides sólo puede ser aprehendido por el pensamiento, lo mismo que la realidad de
Tales o de Anaxímenes; pero identificar el ‘ser pensado’ con el ‘ser pensamiento’ es confundir las cosas (…) su
pensamiento contiene los gérmenes del idealismo”
*Características del ser: Esférico, único e idéntico, ingénito e imperecedero, entero-indivisible-limitado, inmóvil
Reale: Fundó en Elea la escuela filosófica llamada precisamente eleática, que tendría un influjo muy notable sobre el
pensamiento griego.
El mundo de Sofía: Cuando el autor narra la filosofía de Parménides, expone luego la teoría de Heráclito que es
totalmente distinta. Éste refiere que todo cambia y que sí nos debemos fiar de nuestros sentidos. Es interesante leérselo
porque nos abre el panorama a los pluralistas que se expone a continuación.
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EMPÉDOCLES (484/81 A.C - 424/21 A.C) ANAXÁGORAS (500-428) DEMÓCRITO (460 – 370a.C) LEUCIPO
(500-428 a.C)
Agrigento Clazomene Abdera Mileto
EL SER NO PUEDE NO-SER
“Lo que habría que rechazar es la idea de que Agua, aire, tierra y fuego no están en Reafirman que el nacer no es más que un Formula ideas
hay un solo elemento. Ni el agua ni el aire condiciones de explicar las innumerables «agregarse de cosas que son», y el morir, un fundamentales
son capaces, por sí solos, de convertirse en cualidades que se manifiestan en los «disgregarse» o un «separarse» de las cosas. del sistema
un rosal o en una mariposa, razón por la cual fenómenos. La concepción de estas realidades originarias atomista.
resulta imposible que la naturaleza sólo tenga Anaxágoras llama «gérmenes» o «semillas» es muy nueva. Se trata de un «infinito
un elemento” u Homeomerías a aquellas partes mínimas número de cuerpos, invisibles por su
“el ser es, y el no-ser no es” “No existen pues que contienen algo de todo. pequeñez y su volumen». Estos cuerpos son
nacimiento y muerte; son sólo mezclas y -Pensaba que la naturaleza está hecha de indivisibles y son á-tomos (en griego,
disoluciones de determinadas substancias, muchos elementos minúsculos invisibles significa «no-divisible») y, como es natural,
que permanecen eternamente iguales e para el ojo. , dice que estos elementos no engendrables, indestructibles,
indestructibles”. Tales substancias son: el existían desde la eternidad, distintos pero no inmutables-Sólo existen los átomos y el
agua, el aire, la tierra y el fuego. Son separados en la unidad del ser. vacío.
inalterables cualitativamente e -Para él los seres propiamente serían
intransformables. inmutables, imperecederos e indivisibles. Yarza: La diversidad de las cosas procede de
Al unirse dan origen a las cosas y al -Anaxágoras se imaginaba una especie de los átomos que se mueven en el vacío, ya que
separarse dan origen a su corrupción. fuerza que «pone orden» y crea animales el vacío existe y, cuando se juntan, producen
El amor y al odio son 2 fuerzas cósmicas de y humanos, flores y árboles. A esta fuerza la generación y cuando se separan, la
atracción y repulsión, es decir, lo que une las la llamó espíritu o entendimiento (nous). corrupción. La causa su movimiento no es
cosas es el amor y lo que los separa es el La inteligencia fue la que dio el impulso a otra que su misma naturaleza inestable, su
odio. la rotación universal, de forma que desde continuo movimiento. Pero se mueven sin
No es que el cosmos nazca del amor sino que un principio se llevase a cabo el finalidad
éste hace que los elementos se junten para movimiento rotatorio. Ella lo reconoce y
formar una unidad compacta, al que dispone todo, Éste emprendió el proceso -No es necesario suponer otros principios
denomina Uno o Esfera. de formación: a través de ella se forman como la mente, el amor y el odio sino que la
*Dificultad: en este universo todo es divino todas las cosas. (Léase el fragmento de la vida, el psiquismo y todo lo real se explican
(las 4 raíces; las fuerzas de amistad y pág. 66 de Historia de la Filosofía I, con los átomos.
discordia; Dios es la esfera; las almas son Reale&Antíseri)
demonios constituidas por los elementos y El fragmento contiene una intuición
las fuerzas cósmicas), pero no se ve QUÉ ES realmente genial: la intuición de un
LO QUE NO lo sería y CÓMO HABRÍA principio que es una realidad infinita,
UNA DIFERENCIA entre alma y cuerpo, separada de todo lo demás, la más sutil y
dado que ambos provienen de las mismas más pura de las cosas, igual a sí misma,
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raíces. inteligente y sabia.
2. Los Pluralistas: primeras intuiciones de la causa motriz: el origen del movimiento del cosmos:
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3. Los Sofistas: la crisis de la filosofía antigua con referencia del ser y de la verdad.
Sócrates y la impostación antropológica de la filosofía antigua; la primera demostración de Dios.
a) Los Sofistas: la crisis de la filosofía antigua con referencia del ser y de la verdad.
Los sofistas dudan de la siguiente máxima: “Nuestra razón es capaz de alcanzarla verdad”
“No es ya el interés objetivo de la verdad el que impele sino el propio y subjetivo”
“Protágoras dice que no existen verdades universalmente válidas y objetivas. La verdad no depende del
objeto; no se dan notas objetivas aprehendidas por nuestro espíritu e igualmente aceptadas por cualquier otro
espíritu; sino que siempre tiene allí su palabra el sujeto que conoce. Puede cada cual mirar las cosas a su
manera” (Hirschberger)
Cuando Protágoras habla del hombre se refiere al sujeto individual y no colectivo o genérico. Ello es
expresión de un relativismo absoluto. “El hombre es la medida de todas las cosas”, y esa medida es su
propio criterio.
En los sofistas dominaban aspiraciones de tipo práctico.
Existen dos ideas fundamentales: el relativismo escéptico y la doctrina política-moral del poder.
“El arte de la persuasión es la verdadera competencia- aptitud de los sofistas” “Los sofistas jamás han
filosofado con entera verdad, la apariencia y la palabra han significado para ellos más que la esencia y el
ser. El verdadero camino es la palabra, la capacitación, la persuasión (entendida como convertir en
argumentos sólidos y fuertes los más débiles)
Argumenta de cierto modo la crisis de verdad: “la persuasión no se pone al servicio de la verdad, es un
instrumento para un fin particular” (individualismo, interés, habilidad) Hirschberger:
“Los sofistas llevaron a cabo una revolución espiritual en sentido estricto, desplazando el eje de la
reflexión filosófica desde la Physis y el cosmos hasta el hombre y hasta lo que concierne la vida del
mundo en tanto que miembro de una sociedad”(Reale)
Protágoras parte del relativismo y su método es la antilogia; en cambio, Giorgias parte del nihilismo y
su método es la retórica.
- Sócrates nació en Atenas hacia el año 470. Pero su filosofía ya no es la filosofía de los antiguos jonios. Para
él, el hombre ocupa el puesto central de su pensamiento y precisamente aquél hombre para quien se dan
verdades y valores. (Hirschberger)
- Desde joven venía recibiendo mensajes prohibitorios o advertencias de una misteriosa ‘voz’, ‘señal’, o
‘daimon’. Taylor lo interpreta como “éxtasis” o “raptos”; Copleston supone que no son frutos más que de
“largas abstracciones”, no tenía un matiz místico-religioso. (Copleston)
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- Sócrates no quedó satisfecho con la filosofía naturalista, se concentró en la problemática del hombre,
como los sofistas; sin embargo, a diferencia de ellos, Sócrates supo llegar al fondo del asunto, tanto que
admitió ser muy versado en dicha materia.
Mientras que los naturalistas se preguntaban ¿Cuál es la naturaleza y la realidad última de las cosas?,
Sócrates se preguntaba ¿Cuál es la naturaleza y la realidad ultima del hombre? ¿Cual es su esencia?, a
lo que respondía: “El hombre es su alma”
¿Qué es el alma? Es nuestra razón, es la sede de nuestra actividad pensante y éticamente operante; es el yo
consiente, es decir, la conciencia y la personalidad intelectual y moral. Que la esencia del hombre es el alma
implica que la tarea del educador es enseñar a los hombres el cuidado de la misma, de manera que ésta llega
a ser óptima y virtuosísima. “Uno es el instrumento del que se sirve y el otro es el sujeto que se sirve del
instrumento”: con esto quiere decir que el hombre no es su cuerpo sino que es aquello que se sirve del
cuerpo. El alma (inteligencia) es lo que se sirve del cuerpo. El alma nos ordena conocer a aquél que nos
amonesta: “conócete a ti mismo”. (Reale)
- ¿Cómo el hombre alcanza su propio fin? ¿Cómo llega a ser feliz? Por medio de la virtud, que se
identifica con ciencia: el conocimiento más alto. Sócrates, respecto al cuerpo, da prioridad al alma y, por
tanto, invierte el orden de los valores éticos (en aquél tiempo, en Grecia, se colocaba por encima los bienes
del cuerpo: la salud, la fortaleza física, las riquezas, el poder, la fama) Postulaba que la ignorancia –causa del
mal moral- reagrupaba todos los vicios y, la ciencia –quien me permite obrar bien-, todas las virtudes.
“Sócrates caería en un grave intelectualismo; la voluntad no tendría ningún peso en el obrar humano,
y las malas acciones quedarían excusadas por involuntarias”. “El hombre virtuoso se hace autónomo,
suficiente para alcanzar con su propia razón la felicidad, sin necesidad de los bienes terrenos” (Yarza)
- La concepción de Dios que enseñaba Sócrates estuvo ya preparada por los filósofos naturalistas,
especialmente por Anaxágoras y Diógenes de Apolonia; nos referimos a la del Dios–Inteligencia
Ordenadora. Una providencia que se ocupa del mundo y también del hombre virtuoso en particular.
El mundo y el hombre están constituidos de un modo tal (orden, finalidad) que sólo una causa adecuada
(ordenadora, que otorga una finalidad y, por lo tanto, inteligente) puede dar razón de ellos.
a) Aquello que no es mero fruto del azar, sino que se ha constituido para lograr un objetivo y un fin postula
una inteligencia que lo haya producido ex-profeso. En particular, si observamos al hombre, advertiremos
que todos y cada uno de sus órganos poseen una finalidad, de modo que no pueden en ningún caso ser
explicados como consecuencia del azar, sino únicamente como obra de una inteligencia que ha concebido
expresamente dicha finalidad.
b) En contra de este argumento cabría objetar que, si bien los artífices de esta tierra aparecen junto a sus
obras, esta Inteligencia no se ve. Sin embargo, apunta Sócrates, la objeción no se sostiene, porque tampoco
nuestra alma (inteligencia) se ve, y no obstante nadie se atreverá a afirmar que, puesto que el alma
(inteligencia) no se ve, no existe, y que hacemos todo lo que hacemos por puro azar (sin inteligencia).
c) Finalmente, de acuerdo con Sócrates, es posible establecer, sobre la base de los privilegios que posee el
hombre con respecto a todos los demás seres (por ejemplo, la estructura física más perfecta y, sobre todo, la
posesión de alma y de la inteligencia), que el artífice divino se ha cuidado del hombre de una forma
totalmente peculiar. (Reale)
4. Platón; la causa formal con la doctrina de las ideas: la “segunda navegación”, la división del
universo en dos esferas, la espiritual y la materia, con la temática de la participación
a) Platón
Aristocles nace en el año 427 a.C. en Atenas. De familia aristocrática por lo que desde joven viera en la
política 7su propio ideal y sus intereses en la misma los escribe en la “República”. Cuestionado desde joven
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por encontrar la verdad de las cosas, inició su búsqueda por el camino de la poesía, pero luego de encontrarse
con Sócrates- aproximadamente a los 20 años de edad-, dedicó su vida entera al conocimiento filosófico de
la verdad y del bien. Tras la muerte del mismo, abocó su interés por la política, por el Estado. Sin éxito, se
dedica a la filosofía. Funda hacia el 387 su escuela llamada ‘Academia’. Colaboró con él su discípulo
Aristóteles. Muere en el año 347.
b) La causa formal con la doctrina de las ideas: la “segunda navegación”, la división del universo en
dos esferas, la espiritual y la material, con la temática de la participación.
-Copleston: Cuando Platón se refiere a Las IDEAS o FORMAS se refiere a los contenidos objetivos de
nuestros conceptos universales referenciadas a la realidad. Por ejemplo: Belleza. Hay muchas cosas bellas,
pero formamos un único concepto universal de la belleza misma
Entonces, es de carácter objetivo o universal subsistente, que existen en un mundo trascendente que le es
propio en algún lugar.(Que tienen realidad por si misma y en si misma)
“Los universales subsisten o bien existen o bien no existen pero en cierto modo poseen un misterio, una
realidad esencial o independiente”
con esta teoría pretende dar una respuesta a los grandes problemas del ser, de la esencia y de la
verdad, salvando por una parte la multiplicidad real de las cosas y de la realidad del movimiento; pero
a la vez buscando el fundamento del ser, de la verdad, y la ciencia, en objeto fijos, estables y absolutos
por encima de la movilidad, la imparmenencia y la contingencia de las cosas del mundo que perciben
los sentidos.
Platón, al ver el intento de los presocráticos por resolver el problema, presenta su propia solución en
dos modos:
a) El descubrimiento de las realidades suprasensibles como causa de lo sensible.
b) El descubrimiento que él denominó segunda navegación (por lo tanto para él existe dos planos de
realidad: Sensible material e inmaterial e invisible):
Reale: “La ‘segunda navegación’ entraba subrepticiamente cuando las fuerzas físicas de los vientos, en la
bonanza, no eran ya suficientes, y se confiaba a las fuerzas humanas que empujaban la nave con los remos:
para Platón esa representaba a la filosofía que, con las fuerzas de la razón, se esfuerza por descubrir las
verdaderas causas de la realidad, además de las CAUSAS físicas.”
Ejemplo: ¿Porqué una cosa es bella?
Platón dice: No se puede explicar lo bello con los elementos puramente físicos (como dirían los
naturalistas: “el color, la figura”); ya que no son las verdaderas causas sino son medios o con-causas.
Entonces, es preciso postular la existencia de una CAUSA SUPERIOR, algo inteligible, no sensible. Esto es
la IDEA o FORMA pura de lo bello en sí, que – mediante su participación, su presencia, su comunidad o
una relación determinante- hace que las cosas empíricas sean bellas, es decir, se realicen a través de la
forma, del color y de la proporción que por fuerza se requieren para ser bellas.
Esto significa que PARA QUE EXISTA CUALQUIER OBJETO FÍSICO, HAY UNA CAUSA
SUPREMA y ÚLTIMA que no es de carácter físico, sino DE CARÁCTER META-FÍSICO(como se dirá
utilizando un término acuñado con posterioridad)
Julián Marías: Platón distingue dos grandes regiones de lo real: el MUNDO SENSIBLE (de las cosas) y el
MUNDO INTELIGIBLE(de las ideas), que simboliza en dos segmentos de una recta. Cada una de estas dos
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regiones se divide en dos partes, que señalan dos grados de realidad dentro de cada mundo; hay una
correspondencia entre las primeras y las segundas porciones de los dos segmentos. A cada una de las cuatro
formas de realidad corresponde una vía de conocimiento; las dos que pertenecen al mundo sensible
constituyen la opinión o doxa; las del mundo inteligible son manifestaciones del nous. (Resonancia: la
doctrina de Parménides) La realidad tiene esta estructura:
Por la intervención del hombre se unifican las dos grandes regiones de la realidad en la realidad.
Julián Marías: Las cosas no tienen ser por sí, sino que lo tienen recibido, PARTICIPADO de otra realidad
que está fuera de ellas: LAS IDEAS. Ellas hacen que las cosas sean. Para descubrir una cosa primero debo
ver su idea, es decir, su SER. Las ideas son como un velo, que cubre a varias cosas, y ellas participan de él
Las cosas participan de las ideas.: La idea del hombre es como un velo común que cubre a todos los
hombres. La participación es un estar presentes las ideas en las cosas.
Por ejemplo:
IDEA: HOMBRE: “El hombre es un viviente y es racional”.
¿CUÁL ES SU SER?: Su ser es la IDEA DEL HOMBRE.
(Queda un problema por resolver: ¿Cómo explicar que Carlos es la participación de la idea de viviente y de la
idea de racional? A continuación Julián Marías explica lo que Platón concibe por comunidad de las ideas
para llegar a las dos nociones importantes: La idea del ser como GÉNERO SUPREMO; y La idea del bien
como EL SOL DE LAS IDEAS, LA IDEA DE LAS IDEAS.)
5. Aristóteles; la causa motriz: desde la naturaleza hasta el primer motor; la causa final: la razón de
ser como causa última, desde los modales acto y potencia hasta el Acto Puro; la sistematización de la
filosofía clásica con la teoría de la ciencia y la noción de la sustancia.
a) Aristóteles
Julián Marías y Reale: Nació en Estagira en el año 383(ó 384) a.C. Su padre, Nicómaco, era médico y amigo
del rey de Macedonia Amintas II. A los 18 años viaja a Atenas e ingresa a la escuela de Platón donde
permaneció hasta la muerte de Platón (aproximadamente 20 años). Abandona Atenas y se instala en Asia
Menor. Funda en Aso una escuela (junto con Jenócrates, Erastro y Corisco) y permanece allí 3 años. Luego
se traslada a Mitilene en la isla de Lesbos impulsado por Teofrasto (su futuro sucesor)En el año 343 a.C es
llamado a la corte de Filipo el Macedonio y le encarga la educación de su hijo Alejandro Magno. En el año
334 regresa a Atenas y alquila unos edificios cerca a un templo dedicado a Apolo que habían de constituir el
Liceo. Imparte enseñanzas mientras paseaba, por eso se llamaron “peripatéticos”. Alejandro Magno muere
en el año 323 a.C y se suscita en Atenas un movimiento antimacedónico que para el Estagirita le resultó
hostil. Fue acusado de impiedad y se trasladó a Calcis (en la isla de Eubea) donde muere el año 322 a.C.
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b) La causa motriz: desde la naturaleza hasta el primer motor:
Aristóteles critica las Ideas platónicas: “El mundo material no es puro devenir, tiene consistencia propia
gracias a la naturaleza de las cosas, que es fija y eterna, aunque cambien los individuos” Para estudiar el
devenir, el orden es “ir de las cosas que son para nosotros más conocidas y claras, a aquéllas otras que son
más claras y cognoscibles en sí” (I. Yarza)
En la naturaleza hay una multitud de sustancias individuales que subsisten por sí solas o
independientemente y que están compuestos por materia prima y forma sustancial; además existen los
accidentes en la sustancia. Éstos están en movimiento.
Todo movimiento es para un fin, es algo imperfecto; cuando no hay movimiento será entonces Acto Total
o Completo. 4 son sus causas: el sujeto del cambio o la materia, el acto imperfecto del mismo cambiar o
movimiento, LA CAUSA MOTRIZ (Todo lo que se mueve es movido por otro) y, por último, el fin o
dirección en que se realiza el cambio.
Ley básica del movimiento: “Para que el movimiento o cambio sea posible, se requiere que haya proporción
entre el motor y el móvil”
A la causa motriz se le llama también causa eficiente y se profundiza en metafísica. (Yarza)
Diccionario de filosofía de Ferrater Mora: “Todas las cosas están en movimiento y todo lo que está en
movimiento es movido por algo”:
“El primer motor que pone en movimiento el resto de la realidad no puede ser movido por nada, entonces
habría todavía alguna realidad superior a Él que lo moviera, hay que suponer que es inmóvil”
“Hay un motor inmóvil, un primer motor que es causa del movimiento del Universo”
Características: Substancia simple y eterna; es pura forma e inteligencia; mueve (como el objeto del deseo)
mediante atracción; pensamiento de pensamiento, el contenido de su pensamiento es sí mismo por su
perfección.
Dificultades: ¿Es trascendente o inmanente? ¿Es causa final o causa eficiente? ¿Tiene conocimiento de sí o
del Universo? ¿Es impersonal? ¿Es Uno o plural?
c) La causa final: la razón de ser como causa última, desde los modales acto y potencia hasta el Acto
Puro:
Yarza: Aristóteles piensa que cada astro está animado por un propio motor y que su movimiento circular,
perfecto y exacto, se debe en última instancia al Primer Motor, Acto Puro.
División del cosmos:
Mundo sublunar.- De la luna a la tierra. Lo contingente
-El Universo no ha tenido un principio temporal. .- Las sustancias terrestres se mueven según su naturaleza.
Es rectilíneo.
Materia: El fuego (se mueve hacia arriba), la tierra (se mueve hacia abajo), el aire, el agua.
Mundo supralunar.-
Está rodeada por esferas superpuestas y tienen un movimiento circular. Son 55.
Sui materia: el quinto elemento: éter, es algo divino, inengendrado e incorruptible. Su movimiento: circular
y eterno; gobernado por una ley necesaria y proviene del impulso uniforme del PRIMER MOTOR que
mueve a modo de causa final. Cada astro está animado por un propio motor y su movimiento se debe al
Primer Motor, Acto Puro.
Conclusión: Su visión del universo nos da la idea de una jerarquía de las sustancias en orden ascendente de
perfección y cuyo vértice lo ocupa el Acto Puro.
Yarza: El Primer Motor lo considera como causa final en el sentido de ser aquello hacia lo que todo
movimiento tiende.
Este Principio Motor ha de ser Acto Puro, sin mezcla ninguna de potencia. Demostración: Supongamos
que dejara de producir el movimiento, entonces el movimiento, el cambio, no sería necesariamente eterno
como lo es (recordemos que el tiempo está vinculado esencialmente al cambio, por tanto éste es eterno); por
esa razón ha de haber un Primer Motor que sea Acto Puro e Inmaterial, ya que la materialidad implica la
posibilidad de ser pasivo y cambiante
Yarza: Para Aristóteles, las cosas singulares del mundo sensible son compuestas de acto y potencia. No
son realidades simples sino estructuras o composiciones de principios simples. Acto significa perfección.
Tiene absoluta prioridad y superioridad sobre la potencia.
El acto: a) es anterior a la potencia en cuanto a noción y b) tiempo (con la condición de que el ser en acto sea
considerado como idéntico a otro ser en potencia de la misma especie). c) Además, el acto tiene razón de fin
y término de la potencia: cualquier potencia alcanza su fin y perfección sólo cuando llega el acto.
Aristóteles afirma que nada se mueve de la potencia al acto sino por un ser en acto. Al acto trascendente a
los entes corruptibles lo llama Acto Puro
Aristóteles explica que la ciencia es el conocimiento cierto por las causas. Distingue la ciencia de la opinión,
define así que la ciencia no se basa en proposiciones probables si no en la certeza del como y por qué es una
cosa y eso implica remontarse a sus causas necesarias. Este saber es mediato, elaborado, parte de principios
inmediatos, necesarios universales (evidentes e indemostrables) ejemplo tenemos en el principio de no
contradicción del todo mayor que la parte.
Es la ciencia un conocimiento universal, en el sentido de inmutable y balido para todo un tipo de entes
también en cuanto opuesto a particular.
Aristóteles distinguió en tres ramas las ciencias: a) la ciencias especulativas (las que busca el saber por si
mismo: física, matemática y metafísica), b) la ciencia ética (persigue el saber en función del
perfeccionamiento moral). c) las ciencias productivas buscan el saber para ser cosas.
“Substancia, en su sentido propio, primario y principal, es aquello que ni se predica de un sujeto ni está en un
sujeto; por ejemplo este hombre, este caballo” (Aristóteles, Metafísica)
Hirschberger: Es el fundamento del ser de los accidentes. El ser que no necesita apoyarse en otro para vivir,
subsiste per se
Julián Marías nos dice que sustancia se entiende así en su sentido riguroso, más, en su sentido menos
estricto, se llama sustancia segunda y lo desarrolla con la composición hilomórfica: materia y forma
6. Las escuelas filosóficas helénicas: el principio de individualidad y la fundación de la ley natural con
el estoicismo.
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¡VENGA TU REINO!
EPICUREÍSMO ESTOICISMO ESCEPTICISMO ECLECTICISMO CINISMO
ANTÍSTENES (discípulo
PIRRÓN
FUNDADO EPICURO ZENÓN FILÓN DE de Sócrates) e impulsado
(365/360 a.C – 275/270
R (341 a.C-270 a.C) (333/332 a.C-262 a.C) LARISA con gran fuerza por
a.C)
Diógenes de Sínope
A partir del s. II y
ATENAS desde finales del s.IV ATENAS
LOCALID ATENAS finales del s. IV a.C predominantement
a.C hasta la era cristiana (en un gimnasio:
AD (en un jardín) e s. I a.C
(En un pórtico) Cinosargo)
(110 a.C)
DERECHO NATURAL base
EJE ÉTICA DEL PLACER VIDA PRÁCTICA
para la Ley Natural
“es posible vivir con arte
OBJETIVO “Encontrar la solución del problema de la vida” una vida feliz, aun sin la
verdad y sin los valores”
Se opuso a las concepciones fundamentales Lógica - No fundó una escuela - El eclecticismo Diógenes iba en contra
de los estoicos, platónicos y peripatéticos. Todos los seres humanos forman propiamente dicha; más se proponía de la especulación
Partió de una doble necesidad: la de parte de la misma razón universal o que discípulos en sentido reunir en un filosófica, de la
eliminar el temor a los dioses (que había “logos”. Ese Logos dirige el pensar estricto, se trataba de conjunto lo mejor abstracción teórica y, en
engendrado el tipo de individuo y el obrar humano, conduce a la admiradores y de de las diversas cambio, acentuaba la
excesivamente piadoso, casi el felicidad, ésta radica en el imitadores que buscaban escuelas. practicidad de la vida, la
supersticioso), y la de desprenderse del conocimiento de las cosas humanas en Él un nuevo modelo de - Filón: “No hay cual se debía de centrar
temor a la muerte. y divinas. vida al que hacer criterio de verdad, solo en la satisfacción de
Lo primero se consigue declarando que los CADA SER HUMANO ES referencia constante, una sólo hay las necesidades.
dioses son tan perfectos, que están más COMO UN MUNDO EN prueba segura de que aún apariencias que nos El cinismo promovía una
allá del alcance del hombre y de su MINIATURA, UN se podía lograr la dan una mera vida alejada de la
mundo; los dioses existen pero son “MICROCOSMOS”, QUE A SU felicidad y la paz del probabilidad”. relación con los demás,
indiferentes a los destinos humanos. Lo VEZ ES REFLEJO DEL espíritu, aunque se Antíoco, discípulo una vida libre de todo y
segundo se consigue advirtiendo que “MACROCOSMOS”. EXISTEN considerase imposible de Filón: de todos. La palabra y la
mientras se vive no se tiene sensación de INDIVIDUOS CONCRETOS, construir o proponer otra reemplaza la acción eran las
la muerte y que cuando se está muerto no pero todos diferentes porque cada serie de valores. probabilidad herramientas para llegar a
se tiene sensación alguna. cosa posee su propio carácter y - Renuncia al ser y a la mediante la certeza satisfacer las necesidades
- Fin de su doctrina: la vida tranquila, nada es idéntico a otra cosa. verdad, todas las cosas veritativa: “la básicas; para esto se
Epicuro recomienda no ocuparse de la vida Pero lo que caracteriza a cada no son estables, son vana verdad no sólo buscaba un desapego al
política, origen de innumerables sinsabores. individuo es su manera de ser apariencia. Es por esto existe, sino que placer y cualquier atadura
La felicidad se consigue cuando se porque todos los seres están que la razón, que se ocupa también es personal o social
conquista la AUTARQUÍA y, a través de coordinados entre sí, todos de lo material, no podría cognoscible”. ‘superflua’. El cínico era
ella, la ATARAXIA, no para concurren a la armonía del mismo emitir juicios valorativos estimado como el
insensibilizarse por completo, sino para modo. sobre la realidad, por lo hombre a quien las cosas
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¡VENGA TU REINO!
alcanzar el estado de ausencia, de temor, Física que el abstenerse de dar del mundo eran
de dolor, de pena y de preocupación. Ofrece una visión del mundo como una opinión sería la indiferentes.
un todo unitario y armonioso actitud correcta y sincera
El sabio: a) debe suprimir todos los regido por la ley universal. ante la vida: “hay que
obstáculos que se oponen a la felicidad b) Redujeron las 4 causas de permanecer
debe cultivar todo aquello que contribuya Aristóteles a dos únicos principios indiferentes, hay que
a aumentarla. (por ejemplo: la amistad) El que son: “un principio pasivo, y un abstenerse del juicio”.
sabio no debe suprimir los placeres de los principio activo”. Lo real es Entonces, ya que no se
sentidos (gusto, oído, tacto, vista) sino aquello que actúa o padece una puede llegar a
ordenarlos y subordinarlos a su bienestar acción, todo lo real es corpóreo. conocimiento alguno de la
físico y espiritual. No se trata de un estado La doctrina estoica es pues realidad, la ‘afasia’ (no
de completa ausencia de afecciones, más estrictamente materialista porque emitir algún juicio
bien de un estado de posesión de éstas el principio activo es valorativo) es una actitud
conducente a la vida dichosa. No se trata simultáneamente la causa eficiente coherente, que conduce a
de rechazar todas las sensaciones. A tal fin y la causa forma, y únicamente lo la ‘ataraxia’
hay que saber cuáles son las verdaderas que faltaría es la causa final. (imperturbabilidad), que
necesidades del hombre: son solamente las Ética es la vida feliz.
necesidades elementales. El sabio aspira a LOS ESTOICOS FUERON LOS
la salud del cuerpo, acompañada del QUE CREARON EL
ejercicio de la mente por medio de la CONCEPTO DE LA LEY
filosofía. La Filosofía es el ejercicio de la NATURAL. Según dijo en su
virtud, es ética, practica moral libro sobre la naturaleza humana
INDIVIDUALISMO, cada uno logra su “que el fin supremo del hombre
felicidad y su paz, no le hacen falta, pues, es vivir en conformidad con la
la ciudad, las instituciones, la nobleza, las naturaleza, que es la misma que
riquezas, ninguna otra cosa y ni siquiera vivir según la virtud ya que la
los dioses. El filósofo es como un consejero naturaleza nos conduce a la
de las almas, alguien que nos enseña a vivir virtud”
en esta sociedad tan difícil El fin supremo es vivir según la
naturaleza, es decir, según la
propia naturaleza y la
naturaleza del todo.
- Ser y cuerpo son idénticos,
porque posee la capacidad de
actuar y de padecer: “El hombre no
es sino un cuerpo que se disuelve
con la muerte, además, la raíz de
todo bien es el placer, porque los
placeres naturalesynecesarios
hacen feliz al hombre”
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¡VENGA TU REINO!
15
¡VENGA TU REINO!
7. La edad imperial; la filosofía romana: profundización de la filosofía ética. El Neoplatonismo,
Plotino, Porfidio y Proclo: Las síntesis conclusiva del pensamiento antiguo en orden a la filosofía
mística.
a) La edad imperial:
Fraile: La filosofía no entra en Roma hasta después de la conquista de Grecia. El contacto con el
pensamiento griego no es apreciable hasta el siglo II. En el año 161un senatusconsultum prohibía la
enseñanza de la filosofía como un peligro para la formación de la juventud. A mediados de ese siglo
apareció una escuela epicúrea, entonces los cesaristas adoptaron el epicureísmo y los republicanos el
estoicismo. La filosofía tuvo siempre en Roma un carácter ecléctico, que era el predominante en el momento
en que los latinos entraron en contacto con el pensamiento griego y que coincidía con el espíritu romano
poco amigo de especulaciones abstractas aquí tenemos a Cicerón y Varrón
Hirschberger: Con la entrada del imperio romano los tiempos se tornan aún más turbulentos, los hombres se
sienten más inseguros y anhelosos. Aparece la figura de Cristo, que dice de sí mismo que es la luz del
mundo, la resurrección y la vida. El cristianismo aparece y a la filosofía se le desvanece poco a poco de
entre las manos la dirección de los espíritus. A lo largo del imperio romano las antiguas escuelas filosóficas
continúan su vida. El neoplatonismo expresa un esfuerzo para despertar y reavivar el espíritu de la
vieja cultura. Ahora bien, la marcha del cristianismo no es una marcha de conquista y de destrucción, sino
una marcha tras la verdad; y por ello no extirpa la filosofía griega sino que la absorbe . Las eternas verdades y
valores alumbrados por la antigua filosofía son asimilados por el nuevo pensamiento. Era una vida nueva.
Epicteto: El bien y el mal sólo se encuentran en el grupo de las cosas que están en nuestro poder
(opiniones, deseos, impulsos y aversiones)puesto que dependen de nuestra voluntad. No se encuentran en
16
¡VENGA TU REINO!
el otro grupo, en aquellas que no están en nuestro poder, (cuerpo, parientes, propiedades, reputación), porque
no dependen de nuestra voluntad.
Séneca: Séneca descubre la consciencia en cuanto fuerza espiritual y moral fundamental para el
hombre. La conciencia es un conocimiento lúcido del bien y del mal, originario e imposible de eliminar.
Nadie puede esconderse ante ella, porque el hombre no puede ocultarse ante sí mismo. El malvado puede
huir del castigo de la ley, pero no de la conciencia que le remuerde de forma inexorable y que es el juez más
implacable.
Enesidemo: Negó que los conceptos de bien, de mal y de indiferentes (preferibles y no preferibles)
perteneciesen al dominio de la comprensión humana y del conocimiento. Criticó además la validez de las
nociones propuestas por los dogmáticos con respecto a la virtud. Por último puso en discusión de modo
sistemático la posibilidad de entender como fin la felicidad, el placer, la sabiduría o cualquier otro
concepto similar, oponiéndose a todas las escuelas filosóficas. Defendió, sin términos medios, la
inexistencia de un telos, es decir, de un fin. Para él, como para los escépticos que le precedieron, el único fin
podía consistir, en el mejor de los casos, en la suspensión del juicio y su consiguiente estado de
imperturbabilidad.
Sexto: Construye una especie de ética del sentido común, muy elemental, e intencionadamente primitiva.
Escribe: “No sólo no contrariamos la vida, sino que la defendemos, asintiendo sin dogmatismo a todo lo que
ella nos confirma, pero oponiéndonos a las cosas que los dogmáticos inventan por su cuenta”. De acuerdo
con Sexto se hace posible vivir según la experiencia común y según la costumbre, si nos atenemos a estas
cuatro reglas elementales: a) seguir las indicaciones de la naturaleza; b) seguir los impulsos de nuestras
afecciones, que nos empujan, por ejemplo, a comer cuando tenemos hambre y a beber cuando sentimos sed;
c) respetar las leyes y las costumbres del propio país, aceptando desde un punto de vista práctico la
correspondiente valoración de la piedad como bien y la impiedad como mal; d) no permanecer inactivo, sino
ejercer algún arte.
c) El Neoplatonismo, Plotino, Porfirio y Proclo: Las síntesis conclusiva del pensamiento antiguo en
orden a la filosofía mística:
El Neoplatonismo
Yarza: El neoplatonismo surge en la escuela de Ammonio Saccas, se consideró heredero de una tradición
cultural que las nuevas religiones parecían en alguna medida contradecir y ante las que reaccionó Plotino con
una actitud que dificultó el discernimiento, la comprensión de la verdad revelada en él, contenida en el
mensaje cristiano.
José Núñez: El neoplatonismo no significa un renacer del sistema platónico, sino tan solo alguna de sus
partes y enfocadas desde distintos puntos de vista. Culmina con la figura de Plotino y tras él se desvanece
como doctrina filosófica.
Estudió filosofía en Alejandría, ciudad que ya durante cien años había sido el gran lugar de encuentro entre
la filosofía griega y la mística orientalista, pero luego se fue a vivir a Roma. Su teoría sobre la salvación
compite con el cristianismo, cuando éste empezara a dejarse notar.
José Núñez:
Doctrina.-la filosofía de Plotino se centra en: Dios, la cosmogénesis y el hombre.
Dios: Uno (negación de la pluralidad), superior a la materia y al espíritu. Bien (relación de las cosas con el
uno) energía. Vida súper abundante que se desborda o emana que produce el universo: del Uno procede
el espíritu donde se dan las ideas, del espíritu procede el alma, y esta produce la materia sensible plasmando
en ella las ideas. Además, cada grado de universo retorna al uno.
17
¡VENGA TU REINO!
Ética espiritualista: En alma esta encarcela da en el cuerpo y desea ascender nuevamente a Dios a través de la
catarsis. La unión con Dios por medio del arrobo místico, el éxtasis
Fraile:
Vida.-Estudia en Alejandría y luego en Roma, el año 262, en la escuela de Plotino a quien lo sucedió en la
dirección de dicha escuela. Según un testimonio de Sócrates, había sido cristiano y apostatado después.
Acentúa la tendencia del ascetismo y trata de defender las prácticas religiosas del paganismo.
Doctrina.-Reproduce el esquema plotiniano, en su doctrina carece de originalidad:
-Uno: Los cuerpos están contenidos en el alma, el alma en la Inteligencia y todas las cosas en el Uno, pero el
Uno no es ninguna de las cosas particulares.
- Contraposición entre alma y cuerpo: El alma se reviste de un cuerpo a manera de vehículo. La salvación de
ella se logra con el autoconocimiento, el ascetismo, la purificación y el conocimiento de Dios. El alma debe
liberarse del cuerpo para retornar a su primer principio. Hay que suprimir las pasiones. El modo más eficaz
para que el alma se desprenda del cuerpo es a través de la muerte filosófica y ello por medio de la virtud. A
través de la carta a Anebón se conoce que Porfirio admite la magia, la teurgia, la astrología, y todos los
dioses paganos. Al cristianismo lo rechaza por completo y lo combate duramente.
Proclo (410-485)
Vida.-
Yarza: Su biografía fue escrita por su discípulo Marino de neapolis. Intelectualmente fue formado en
Alejandría y en Atenas estudio a Aristóteles, a platón luego las doctrinas teológicas contenida en los
oráculos caldeos, director de la academia en 437.
Doctrina.-
Lo imperfecto se deriva de lo perfecto.
Todo el desarrollo del sistema de Proclo se reduce a un movimiento continuo de descenso y asenso, en el
cual los seres particulares, primero proceden y después retornan a sus principios respectivos, pasando
primero de la unidad a la multiplicidad y, volviendo después de la multiplicidad a la unidad.
Yarza: La originalidad de proclo radica en la sistematicidad del conjunto, en la dialéctica propia de cada
realidad y de la realidad toda.
Todo pensamiento esta estructurado tríadicamente, su esencia es explicada mediante la manencia
(permanecer en si)- procesión (derivación desde la permanencia)- conversión (reunión de lo causado con el
principio). Se explica así la permanencia del Uno, su razón de ser como causa última y primera. Su postulado
tríadico manifiesta la estructura del ser y del pensamiento atemporal.
El pensamiento es explicada con la dialéctica platónica: la vía que conduce hacia el uno, necesitada de
transcendencia. La visión del Uno será mística no intelectual
18
¡VENGA TU REINO!
-La filosofía y el cristianismo no tuvieron mayores relaciones hasta el S.II, donde los apologistas defendieron
la fe contra el gnosticismo. Una ofensiva contra el cristianismo se abrió en el tiempo de Marco Aurelio, pero
fue defendida. En general la filosofía griega estaba aún muy débil y dispersa, pero en el S.III apareció el
neoplatonismo como una reacción filosófica, lo cual influyó en muchos cristianos, pero fue superado por
otros (Boecio, San Agustín, Pseudo Dionisio, etc.). “La patrística latina rechazó a la filosofía hasta antes de
San Agustín”1 .Algunos traductores y comentadores del S. IV como Calcidio, Mario Vittorino tomaron la
filosofía neoplatónica. San Justino buscó reconciliar la filosofía pagana con la fe.
-El cristianismo se vio en la necesidad de “hacer la fe y la doctrina cristiana inteligibles y justificables
racionalmente”2, por ello uso de algunas fuentes filosóficas de moda, usando solo algunas cosas. De los
escépticos y epicúreos casi no uso nada; de Aristóteles solo algunos conceptos, pues el Dios aristotélico
parecía muy distante, conceptual y frio; sobre Platón dice San Agustín “nadie se ha acercado tanto a
nosotros”, pues “su concepto de Dios, su ética, su escatología, su desprecio del mundo y su preferencia por
lo suprasensible y el mundo ideal despertaron máximo interés en el cristianismo primitivo” 3. La influencia de
los estoicos fue a través de Séneca y Epicteto, pues San Agustín tomó de ellos la ley eterna, las razones
seminales y la ciudad de Dios. También de Filón de Alejandría, que ya había formado puentes entre la
religión y la filosofía estoica, neo pitagórica y platónica; del platonismo medio a través de Plutarco, Apuleyo,
etc., y de los neoplatónicos también, pues los escritos de Plotino tienen bastante afinidad con el cristianismo
especialmente lo ético, lo místico, etc.
3 Ibíd. p.19
4. Severino Boecio: el proyecto filosófico para el renacimiento del mundo romano; la introducción de
la enseñanza de la lógica aristotélica; la cuestión de los universales y la metafísica de la
participación; filosofía y felicidad.
-Boecio (470-525) tenía la intención de traducir al latín las obras de Platón y Aristóteles para darlas a
conocer en occidente; también trataba de conciliar el platonismo y el aristotelismo para armonizar sus
ideas fundamentales. Realizó diversas traducciones y comentarios de Aristóteles.
-“Su mérito histórico está en haber transmitido a la escolástica una porción de conceptos y términos
fundamentales de la lógica y metafísica aristotélicas. Considera a la lógica como parte de la filosofía y
también como instrumento de esta (como la mano respecto del cuerpo) Es Boecio casi la única fuente del
6 Ibíd. P.206
7Reale- Antíseri, Historia de la filosofía 2. Patrística y escolástica, Ed. San Pablo, 2007, p.150
20
¡VENGA TU REINO!
aristotelismos medieval antes del S.XIII” 8
-Está de acuerdo con Porfirio que encontró tres temas referente a los universales: si existen o no, si son o
no corporales, y -suponiendo que sean corporales- si están unidos a cosas sensibles. Boecio responde: “El
universal existe solo en el entendimiento y por eso son incorpóreos. En la realidad existe la cosa
individual, y los universales se obtienen abstrayendo de lo individual las características comunes.” 9
Subsisten en unión con las cosas sensibles, pero no se conocen separadamente de los cuerpos, el espíritu
disocia y recompone datos, propiedades como el género y la especie.
-“La sustancia divina es forma sin materia y, por esto, es Uno y es el que es; lo demás no es lo que es” 10,
nos lleva a ver que Dios es el Ser mismo, forma absoluta y todas los demás entes son lo que son después
de recibir del ser la “forma essendi” (quo est- por el que es).
-En su libro “De consolatione philosophiae”, Boecio afirma que la filosofía está para indicarle al hombre
la verdadera felicidad y para separarlo de los bienes ficticios, pues el hombre se asemeja a Dios mediante
la virtud, y solo en Dios está la felicidad, de modo que “la filosofía tiene el privilegio de realizar la
divinización del hombre”11
Esto se entiende mejor partiendo de que para Boecio la libertad, que escoge el bien o el mal, es una
facultad más intelectiva que volitiva.
5. El cuerpo de las obras del pseudo- Dionisio Areopagita (S.VI) en la época carolingia; el sistema
filosófico- teológico de Juan Escoto Eriúgena.
-Su obra el “corpus dionysianum” ha influenciado notablemente en la edad media, pues es un esfuerzo
para exponer el cristianismo con una base neoplatónica, donde el pensamiento central es Dios, el súper-
Ser, el súper- Uno, que supera toda especulación existente, por ello su esencia es inefable, y lo mejor que
se puede decir de Él se expresa en lo que “no es Él” (teoría apofática-negativa), predicando sus atributos
negativos.
- En el S. IX sus obras fueron traducidos al latín por el teólogo Juan Escoto Eriúgena, y en esta forma
penetró el neoplatonismo cristiano en occidente.
-La principal obra de Escoto es “De divisionenaturae”, que sintetiza los saberes de su tiempo, siendo una
de las más importantes obras, dividida en 4 : a) La naturaleza increada y creadora, que es Dios como
principio; b) La naturaleza creada y creadora, es el logos o pensamiento divino que contiene las ideas de
las cosas y es el arquetipo de ellas; c) La naturaleza creada y no creadora, que es el cosmos; d) La
naturaleza increada y no creadora, que es Dios como término final (deificatio), cuando las cosas terminan
su proceso y retornen a Dios, y Dios sea todo en todo.
6. La lógica y teología en los S.XI –XII: San Anselmo de Aosta y las demostraciones de la existencia de
Dios; Pedro Abelardo y la ética de la intención; la difusión de las escuelas urbanas y su
organización.
-En los S.XI-XII marcados por el estudio de artes liberales, con esto se da un realce en lo referente a la
dialéctica (lógica), incluso algunos dejaban de lado la teología, otros la usaban como sierva.
-San Anselmo(1033-1109) Primero creer y aceptar misterios y después trabajar y explicarlos Intellectus
fidei, dos obras sobre la demostración de la existencia de Dios:
A)el monologion, donde usa pruebas a posteriori: 1)Si las cosas son buenas, existe una bondad absoluta;
2)De las grandezas existentes se llega a una grandeza suma; 3)Todo lo existente tiene una causa de ser;
4)Los grados de perfección;
B)El proslogion con el argumento ontológico a priori: Dios es el Ser perfecto, la existencia es una
perfección, entonces Dios existe. “Dios es el ser mayor de lo cual nada más grande puede pensarse”
-Pedro Abelardo (S.XII 1079-1142) MÉTODO: Sic et non. Afirmaba que no hay conflicto entre fe y
razón, escritura y santos padres, sino colaboración. En la ética, Abelardo afirmaba que la conciencia es la
fuente de la intención. “El pecado es el consentimiento que se da a la inclinación y se transforma en un
8 Ibíd. P. 314
9Reale- Antíseri, Historia de la filosofía 2. Patrística y escolástica, Ed. San Pablo, 2007, p.201
11 Ibíd. P.87
21
¡VENGA TU REINO!
acto de desprecio hacia Dios…de modo que… el valor de aquel que actúa no está en la acción, sino en la
intención.”12 Separa los vicios (instintos) del pecado (consiente racional). Distingue la bondad de la
intención y la del resultado (opus), sobre la primera se edificará la moralidad. Pero no solo se debe creer
que se agrada a Dios sino que debe agradarle.
-En el S.XII hubo también un periodo de esplendor de las escuelas palatinas y catedralicias, que
prevalecieron sobre las monacales que estaban en la zona rural.
-La escuela de Chartres (Notre Dame)Fue el centro cultural más importante del s.XII, conocido por la
lectura e interpretación de los clásicos (Platón), estudiaban las artes liberales. Representantes: Bernardo
(ejemplo del enano en hombro de gigantes) Teodorico, Guillermo de Conques y Gilberto Porretano.
-La escuela de San Víctor enfatiza en la mística, siendo sus mayores representantes Hugo y Ricardo. “En
Hugo se consolida el concepto de las artes liberales como preparación para el estudio de la filosofía, de
esta como vestíbulo para la teología, y finalmente, de la mística, que es la coronación de todo el saber, a
la cual se ordenan todas las ciencias humanas” 13. Además Hugo de San Víctor recomienda el estudio de
todas las ciencias y las divide en 4: las teóricas, prácticas, mecánicas y lógicas.
12 Ibíd. P.125
9. La filosofía de San Buenaventura; análisis del itinerario de una mente hacia Dios
-“Lo más importante en nuestro trato con el mundo es la idea de que el conocimiento de las cosas puede
convertirse en un itinerario hacia Dios” 15
-En el itinerario del alma hacia Dios, San Buenaventura expone seis iluminaciones por las que pasa el
alma hasta llegar a la paz extática, al que llega mediante la especulación y la oración.
-Los grados de la subida a Dios empiezan por especular a Dios por sus vestigios, pues toda la creación
refleja la perfección de Dios y nos conduce a conocerlo. Luego pasa a contemplarlo en el alma y sus
potencias como imagen de la trinidad. Después pasa a contemplar a Dios a través de los efectos de la
gracia y de sus dones. En el cap. V se refiere a la contemplación de Dios en sus atributos esenciales y
finaliza con la contemplación de Dios en sus propiedades personales: la suma igualdad, semejanza,
comunicabilidad, etc. En el final del itinerario se goza de la contemplación de Dios, en donde descansa el
entendimiento, y la voluntad arde de amor y se transforma en Dios.
-San Buenaventura “está en contra de una filosofía no cristiana, contra una razón autosuficiente que no es
capaz de aprender en el mundo la huella de Dios… La filosofía de Buenaventura es el prólogo e
instrumento de la teología y la mística.”16
10.La filosofía de Tomas de Aquino; el análisis de El ente y la esencia, del comentario al De Trinitate de
Boecio, del Sobre la eternidad del mundo; introducción a la suma contra los gentiles; profundizar los
siguientes temas: cognoscibilidad de Dios, estatuto de la metafísica, ética; nacimiento y desarrollo
del tomismo
-Dios es el objeto de sus reflexiones, y la teología condicionaba su filosofía, por eso “Tomás comienza
distinguiendo ambas, para concluir armonizando”17, pues filosofía y teología se complementan debido a
que razón y fe provienen de una sola fuente: Dios. En su síntesis se ve la confluación de varias filosofías
pero sobre todo la aristotélica.
-Ente y esencia: El ente es principio y fundamento de la actividad de la inteligencia. Todo el saber se
concentra en el ente, en su verdad, en sus propiedades. Conocemos la esencia y ese conocer lo
significamos en el lenguaje.
El opúsculo comienza indagando el significado de ente, pasa luego a la búsqueda de la esencia de los
diversos entes, y completa el estudio con el análisis de los conceptos del ente con las llamadas intenciones
lógicas.
16Reale- Antíseri, Historia de la filosofía 2. Patrística y escolástica, Ed. San Pablo, 2007, p.385
11.El averroísmo latino y las censuras de 1277; Siger de Brabante y Boecio de Dacia
-“Por el año 1260 apareció un aristotelismo que no se mostraba en absoluto preocupado por la
conciliación entre fe y razón: el averroísmo latino” 20. Esto a partir de las traducciones de los comentarios
de Averroes a Aristóteles (por Miguel Escoto).
-Siger (1235-1281/84) Aristotélico-averroísta, defendía la doble verdad (diferente pero me aferro a la
revelación), nunca usa la palabra “verdad” para la conclusión de la razón sino da rodeo, para é la
revelación es la VERDAD, la eternidad del mundo (eterno retorno como el ciclo de las estrellas), Dios es
solo causa final no eficiente y la unidad del entendimiento agente para la humanidad. Su doctrina fue
condenada en 1277 por el obispo de París (Esteban Tempier) por encargo de Juan XXI.
-Su discípulo Boecio también defendía el aristotelismo radical y exaltaba la autonomía de la razón sobre
la fe, a esta última la ´ignora´. El soberano bien es filosofar acerca de la verdad.
12.La crisis del aristotelismo latino en el S.XIV; Juan Duns Scoto: la reconfiguración de la relación
entre metafísica y teología y el descubrimiento de lo individual (lo singular); Maestro Eckhart: la
diferencia entre Dios y el ser; Guillermo de Ockham: realidad y lenguaje, intuición y abstracción,
20Reale- Antíseri, Historia del pensamiento filosófico y científico, Herder, 2005, p.511
24
¡VENGA TU REINO!
física y teología, ética y teología; Juan Buridan: la revisión de la filosofía natural aristotélica.
-Luego de la lucha contra el aristotelismo averroísta, aparece una lucha entre los mismos teólogos, que
bajo la bandera del agustinismo buscan rechazar la conciliación que hizo Santo Tomás entre el
aristotelismo y la fe, logrando que en la condena de los averroístas en 1277 se incluya el nombre del
aquinate, lo que provocó una confusión y un olvido del tomismo. Esto hizo prevalecer a otras corrientes
que en el S.XIV dieron origen al nominalismo.
-Frente a los problemas entre la filosofía pagana y la teología, Duns Scoto propone una ““metafísica
cristiana”, en donde las verdades reveladas por la fe podrían ser filosóficamente analizadas y pensadas” 21.
La metafísica estudia el ser en cuanto ser, en cambio la teología a Dios en cuanto Dios; la metafísica
(desde la fe) hará de bisagra entre la filosofía y la teología.
-Para Scoto el principio de individuación son las “haecceitas”, que es el “perfeccionamiento definitivo de
la forma sustancial”22, o sea el individuo actualizado. Así lo individual se valora más que lo universal,
puesto que el ente personal es un universal concreto, y el individuo es más perfecto que la especie. Así lo
individual se identifica con el acto de existir.
-Maestro Eckhart (1260-1327) sostiene que “Dios está por encima del ser, ya que toda causa está por
encima de su efecto”23. Sin Dios el ser sería una nada, pues todo participa de Dios. El ser es el atrio de
Dios, y puede ser conocido, pero Dios es inefable y no es el ser, es más.
-Ockham: Realidad y lenguaje.- todo lo que existe es singular, no hay división dentro de él (materia,
forma, esencia, etc.) sino que son términos que significan una sola cosa: lo individual. El universal no es
real, no existe fuera de la mente, son formas verbales que crea el hombre.
Intuición y abstracción.-el conocimiento intuitivo es el único cierto, cuando se trata de alcanzar la
existencia; el abstracto no nos permite saber si una cosa que existe, existe, o si no existe que no existe.
Intuición→ términos y realidad.
Física y teología.- En Dios no hay atributos, sino nombres. El mundo es sumamente contingente, no solo
en existencia sino en inteligibilidad; no dependen una cosa de otra porque estas son distintas (no hay
causas intermedias todo se remite a Dios)
Ética y teología.- El bien depende exclusivamente del querer de Dios. Inclusive como consecuencia de la
supresión radical de las esencias y los arquetipos universales, ya no queda ninguna barrera que pueda
contener la arbitrariedad del poder divino.
-Se vuelve a la física por una desconfianza a la metafísica (por influencia del nominalismo), Juan
Buridan sobresale por sus teorías sobre el movimiento desde la dinámica, refuta a Aristóteles (y a Platón)
en su teoría física sobre el movimiento, promoviendo la teoría del “ímpetus” que fue un preludio de la
mecánica moderna. Consistía en que el movimiento extrínseco es sostenido por el ímpetus, la fuerza
ejercida sobre el móvil por parte del motor (este es proporcional a la velocidad con que el motor mueve al
móvil y a la cantidad de materia del cuerpo que lo recibe).
22 Ibíd. P.271
Humanista (1450) para referirse a los que enseñan y cultivan la gramática, retórica, poseía, historia y la
filosofía moral.
Studia humanitatis: ya existía en la antigüedad latina-Cicerón, Aulo Gellio; hablaban de la humanitas, de la
Paideia (formación de una persona con el estudio de las letras, música, gimnasia y filosofía)
1350-1550: se produce una gran valorización de letras humanas. Antigüedad clásica griega y latina como
paradigma y punto de referencia para actividades espirituales y cultura en general.
Humanismo aparece a fines de la edad media, tendencia general con antecedentes medievales de la mano de
Petrarca (poeta) que se manifiesta de manera marcadamente nueva, marca el comienzo de un nuevo periodo
en la historia de la cultura y el pensamiento. Gran fervor por los clásicos griegos y latinos. Su influjo en la
filosofía se reduce poco más que a la labor literaria y filológica.
Giro antropocéntrico de la cultura, descubrimiento del hombre (había sido preso de la tradición).
26
¡VENGA TU REINO!
Por lo general se entiende por filosofía la construcción sistemática de sistemas de grandes
proporciones y se niega que la filosofía pueda ser también otro tipo de especulación no sistemática,
problemática y pragmática
Para Kristeller el renacimiento solo tendría una actitud filológica, para Garin eso sería justamente la
nueva filosofía (sentido histórico)
La nueva filosofía revela la vida histórica italiana del momento: libertades políticas
Fin de la cristiandad (Christianitas maior): Contexto: fin de la cristiandad (maior/Europa). Lutero 1517, lo
central del protestantismo es el libre examen, reduce la vivencia religiosa al interior del individuo. Negación
de la naturaleza social del hombre, (el hombre se perfecciona por la sociedad (Iglesia)). Según Lutero el
hombre se basta a sí mismo, no hay ni Magisterio ni Tradición. Sociedad ya no tiene que ser cristiana.
La clave del humanismo (del renacimiento): un nuevo sentido del hombre y sus problemas: expresiones
multiformes de la dignidad extraordinaria del hombre.
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¡VENGA TU REINO!
Igualdad social, trabajo moderado, puesto especial para los sacerdotes y literatos, sociedad
pacifista, abolición del dinero
Nicolás de Cusa (1401-1464):no es propiamente filósofo, sino un místico que emplea términos filosóficos.
Es neoplatónico; su edificio intelectual es de arriba abajo, donde la primera intuición es Dios. Como en todos
los platonismos, lo difícil será demostrar, no la existencia de Dios, sino la del mundo. Prueba: la pluralidad
del universo supone la existencia de una Unidad. Buscó la conciliación de todos los opuestos en el infinito.
La Docta Ignorancia comprende que no podrá llegar por sí misma al conocimiento de la verdad absoluta.
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¡VENGA TU REINO!
Cierta relación simbólica
Coincidencia de los opuestos en el infinito
Cantidad máxima
Cantidad mínima
Así la cantidad absoluta no es más máxima que mínima pues en ella lo máximo y lo mínimo
coinciden.
Llevados al infinito los opuestos coinciden: Dios, por tanto, es coimplicación y coincidencia
de los opuestos.
Los tres grados de conocimiento
Superación del modo común de razonar basado en el principio de no contradicción
Justificación: distinción platónica de los grados de conocimiento:
Percepción sensorial (positiva)
Razón (ratio)
Distingue (según el principio de no contradicción)
Entendimiento (intellectus)
Capta la coincidencia de los opuestos: iluminación superior, más allá de
cualquier afirmación o negación tradicional
Relación entre Dios y el mundo
Coimplicación: Dios contiene en sí todas las cosas: coimplica
Unidad coimplica todos los números
Explicación: El universo es explicación (imagen) de Dios.
Contracción: Dios está contraído en el universo.
‘Todo en todo’: cada ser resume el universo entero
La proclamación del hombre como microcosmos
Porque contrae en sí todas las cosas.
Está dotado de mente y conocimiento: implicación de las imágenes de todas las cosas (clave
espiritual de una época).
Marsilio Ficino (1433-1499): admira más a Platón (mira al cielo) que a Aristóteles (mira a la tierra). Se
propone realizar un “platonismo repensado en función del cristianismo,” para atraer a los incrédulos y judíos.
Giro decisivo en la historia del pensamiento humanista renacentista
Fundamentación teórica del primado del hombre y dignidad del hombre basada en la recuperación
y repensamiento de la gran tradición platónica.
Fue traductor, pensador y mago
Pensamiento
La filosofía como revelación divina: nace como iluminación de la mente por lo divino, el Logos.
Prisci theologi: los teólogos puros primeros: Hermes, Orfeo, Zoroastro, Pitágoras y Platón
No basta la religión de los sencillos sino una Docta Religio: Platonismo + Revelación cristiana. Así
ya no habrá ateos.
El alma como copula mundi
Estructura metafísica de lo real: sucesión de grados decreciente de perfección: el alma es la
conjunción entre el mundo inferior y el superior.
Anima mundi: el alma del mundo
Anima rationalis: Hombre
La teoría del amor platónico: el amor como reintegración del hombre empírico en Dios (theosis). El
amar a Dios es la recuperación de nosotros mismos.
La doctrina mágica:
Magia divina
Magia demoníaca
Magia natural: afirmación universal de todas las cosas
Espíritu: elemento material sutilísimo que permea toda la realidad. La magia natural es hacer
uso de medios naturales para disponer el espíritu que está en el hombre para que reciba lo más
posible el espíritu del mundo y absorba su poder por medio de los rayos de los astros.
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¡VENGA TU REINO!
Aristotelismo renacentista
Segunda escolástica
Juan de Santo Tomás (s. XVII): Dios es mente que se piensa a sí mismo, no es el Ser.
Card. Cayetano (s. XV): traductor de Tomás
Escuela de Salamanca (s. XVI)
Pietro Pomponazzi (1462-1525)
Negación de la posibilidad filosófica de la inmortalidad del alma
Retorno de la teoría ‘de las dos verdades’: verdad filosófica y verdad teológica
Escepticismo (moderado)
Michel de Montaigne (1553-1592)
“Los hombres son muy distintos los unos de los otros y al no poder establecer los mismos preceptos para
todos, es necesario que cada uno construya una sabiduría a su propia medida. Cada uno puede ser sabio solo
con su propia sabiduría, debe aprender a decir sí a la vida en toda circunstancia y aprender a aceptarla y
amarla como es, siempre.” (Reale)
Desde Copérnico con su obra ‘De Revolutionibus’ (1543) hasta Isaac Newton con su ‘De Principia’
(1687)
Copérnico: desplaza la Tierra del centro del Universo: la Tierra no es más el lugar privilegiado de la
creación.
La ciencia se convierte en un discurso experimental.
Se produce la independencia entre ciencia y fe (y filosofía).
La ciencia investiga la función y no la sustancia (de la física clásica a la física de la cualidad).
Presupuesto filosófico: el Dios que geometriza.
Raíces mágico – herméticas de la revolución científica moderna.
Nueva imagen del sabio: científico moderno que hace experimentos y que usa instrumentos.
La ciencia moderna se plantea como un acercamiento entre la técnica y el saber.
30
¡VENGA TU REINO!
‘No debe preguntarse la ciencia porqué las cosas son lo que son, sino establecer relaciones objetivas -
mesurables, cuantificables – entre los fenómenos.
Pensamiento tradicional Pensamiento moderno
Causa o razón de un fenómeno Analiza y controla las condiciones que
identificando una finalidad (teleología) hacen posible el fenómeno (Galileo, Bacon
¿Por qué es así? y Newton), y que permiten la manipulación
¿A qué fin obedece? objetiva (tradición mágico-hermética), al
margen de toda cuestión sobre su origen o
fin (nominalismo/escepticismo).
¿Cómo funciona?
Defensa del experimento y de una dialéctica rigurosa: verdadero aristotelismo.
Cardenal Baronio: ‘Las Sagradas Escrituras no nos enseñan cómo va el Cielo, sino cómo se va al Cielo’.
Proceso de Galileo: una leyenda negra contra la Iglesia.
Descartes (1596-1650)
Aspira a lograr una certeza absoluta. Desconfía de los sentidos y de la imaginación. Se recluye en la
interioridad de su conciencia. Quiere raciocinios cortos. Propone un método: la duda (no es la duda de los
escépticos, se propone combatirlos empleando su mismo procedimiento, acorralándolos hasta llegar a una
certeza. Esta duda es distinta a la de los escépticos, porque busca a la verdad y por eso la llaman duda
metódica, porque es paso obligado, pero provisional, para llegar a la vedad). En el Discurso del Método las
reglas del método son cuatro:
i. La evidencia racional, que se alcanza por un un acto intuitivo que se autofunda. Es decir, no hay
que admitir como verdadero más que aquello que se presente como claro y distinto.
ii. El Análisis, porque para la intuición es necesaria la simplicidad que se alcanza por la
descomposición y la composición en partes elementales. Dividir cada dificultad en tantas partes
como sea necesario para llegar a su resolución.
31
¡VENGA TU REINO!
iii. La síntesis, que debe partir de elementos absolutos y no dependientes unos de otros y proceder hacia
los elementos relativos o dependientes, dando lugar a una cadena de nexos coherentes. Conducir
ordenadamente el pensamiento, partiendo de objetos evidentes a otros más complejos.
iv. El control efectuado mediante la enumeración completa de los elementos analizados y la revisión de
las operaciones sintéticas. En resumen, para proceder correctamente en cualquier investigación es
necesario repetir el movimiento de simplificación y rigurosa concatenación típico del procedimiento
geométrico. Hacer recuentos y revisiones generales para no perder de vista la estructura racional.
Descartes aplica sus reglas al saber tradicional para ver si contiene alguna verdad clara y distinta que pueda
sustraerse a cualquier razón de duda. Si el resultado fuera negativo y no se pudiera llegar a ninguna certeza
ni verdad que tenga las características de claridad y distinción, entonces será necesario rechazar tal saber y
admitir su esterilidad. Pero si por el contrario la aplicación de estas reglas nos llevara a una verdad
indubitable, entonces se deberá asumir ésta como el comienzo de la larga cadena de razonamientos o como
fundamento del saber. Hay una condición: no aceptar como verdadero algún acerto que esté manchado por lo
dudoso. Para llegar a esto hay que examinar los principios sobre los que se fundó el saber tradicional. Si los
principios caen, las consecuencias no se sostendrán.
a) Buena parte del saber tradicional tiene por base la experiencia sensible, pero ¿puede ser cierto un saber
que parte de los sentidos que en ocasiones aparecen engañosos?
b) Otra parte del conocimiento se basa en la razón.
c) Finalmente está el saber matemático que parece indudable.
Descartes deseaba poner en crisis el dogmatismo de los filósofos tradicionales y al mismo tiempo combatir la
actitud escéptica que se deleitaba en poner en duda todo sin ofrecer nada a cambio. En él, la negación envía a
la afirmación, la duda a la certeza.
Descartes pasa a aplicar las reglas a los principios sobre los que se fundamenta el saber tradicional y pone
como condición para la aplicación no aceptar como verdadero ningún acerto que esté manchado por lo
dudoso. En este sentido no hay ningún sector del saber que resista, porque nada resiste a la fuerza corrosiva
de la duda, excepto la proposición “pienso luego existo”, que es una verdad inmediata, una pura intuición,
gracias a la cual percibo mi existencia en cuanto pensante, y esta existencia es una res cogitans, una
sustancia pensante.
La aplicación de las reglas del método lleva al descubrimiento de una verdad que, con retroactividad,
confirma la validez de esas mismas reglas para cualquier saber. La piedra de toque del nuevo saber,
filosófico y científico, es el sujeto humano, la conciencia racional y en todas las ramas del saber el hombre
debe proceder en cadena de las deducciones de verdad claras y distintas o de principios autoevidentes. La
filosofía no es ya más la ciencia del ser, sino doctrina del conocimiento, gnoseología. Este es el giro que
Descartes hace dar a la filosofía.
Cogito ergo sum es el principio teórico de la filosofía cartesiana, surgido de la duda radical: “Del hecho
mismo de dudar de las otras cosas, se sigue del modo más evidente y cierto que existo” porque “se ve
claramente que para pensar se necesita ser.”
La proposición “yo soy, yo existo” es una verdad si mediación alguna; no obstante esté formulada como un
silogismo cualquiera, la proposición “pienso, luego existo” no es un razonamiento sino una pura intuición,
un acto intuitivo gracias al cual percibo mi existencia en cuanto pensante. Esta existencia es una “ res
cogitans”, sin fractura alguna entre pensamiento y ser: la sustancia pensante y el pensamiento en acto, es una
realidad pensante.
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¡VENGA TU REINO!
Cuando en el cogito, ergo sum afirmamos nuestra propia existencia, la afirmamos como la existencia de algo
que piensa: pienso, luego existo como pensante. Por eso, a la pregunta de qué soy yo, debo responder: «Soy
una cosa que piensa. Pensar es, pues, tener conciencia. Pero toda esa gama de actos conscientes, por muy
extensa que sea, puede ser reducida a dos grandes grupos: percepciones y voliciones. Y es que entender,
sentir e imaginar son diversos modos de percibir, como también desear, sentir aversión, afirmar, negar,
dudar, etc. son, para Descartes, diversos modos de querer. (HISTORIA DE LA FILOSOFÍA MODERNA. J.
LUIS FERNÁNDEZ. EUNSA. Segunda edición revisada. 2006. Pág48 ss. )
Por ello, para Descartes existen sólo dos tipos de sustancias distintas e irreductibles la una a la otra: la
sustancia pensante (res cogitans) y la sustancia extensa (res extensa).
La res cogitans es la existencia espiritual del hombre sin fractura alguna entre pensar y ser, es el alma
humana como realidad pensante que es pensamiento en acto y como pensamiento en acto que es realidad
pensante.
La res extensa es el mundo material (comprendido ahí desde luego en el cuerpo humano) del que justamente
se puede predicar como esencial solo la propiedad de la extensión. (HISTORIA DE LA FILOSOFÍA 3.
GIOVANNI REALE – DARIO ANTÍSERI. SAN PABLO. 2011. Págs. 434 ss.)
Para Descartes, además de haber encontrado en la mente la primera verdad (pienso, luego existo) el criterio
de verdad o certeza (La claridad y la distinción) y también el método y sus reglas, dirá encontrar las ideas. Se
pueden distinguir tres tipos de ideas: las adventicias (que proceden de fuera que percibimos por los sentidos),
las facticias (hechas o inventadas por uno mismo) y las innatas (las nacidas con cada uno). Cf. (HISTORIA
DE LA FILOSOFÍA. JUAN JOSÉ ABAD PASCUAL – CARLOS DÍAZ HERNÁNDEZ. McGraw-Hill.
1996. Págs. 196 ss.)
El problema del mundo: El Mundo es una gran máquina cuyos elementos esenciales son la materia y
elmovimiento.
Dios garantiza que la facultad imaginativa y la sensible atestiguan la existencia objetiva del mundo corporal
pero solo la extensión es la única que puede concebirse como clara y distinta entre todas las cosas que llegan
a la conciencia del mundo exterior. En todo el universo no se da sino una materia extensa y la conocemos
porque es extensa en longitud, anchura y profundidad. Este es un punto de inmenso alcance revolucionario,
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¡VENGA TU REINO!
sacado a la luz ya por Galileo y que Descartes retoma ya que de él depende la posibilidad de poner en
marcha un discurso científico riguroso y nuevo. El universo es una gran “máquina”, cuyos elementos
esenciales son la materia y el movimiento. También el cuerpo humano y los organismos animales son
máquinas y por lo tanto, funcionan con base en principios mecánicos que regulan sus movimientos y sus
relaciones; lo que se llama “vida” puede reducirse a una entidad material, es decir, a elementos sutilísimos
que, vehiculados por la sangre, se difunden por todo el cuerpo y presiden las principales funciones del
organismo. (HISTORIA DE LA FILOSOFÍA 3. GIOVANNI REALE – DARIO ANTÍSERI. SAN PABLO.
1995. Pág. 451)
El mundo exterior existe, pues lo contrario se opondría a la veracidad y bondad de Dios. Lo contrario sería el
Genio Maligno.
El problema del hombre:En el hombre las dos sustancias, alma y cuerpo, se encuentran juntas.
Entre el mundo espiritual, la res cogitans y el mundo material, res extensa, no hay grados intermedios: se
trata de dos vertientes claramente distintas e irreductibles la una a la otra. Ahora bien, en el hombre, a
diferencia de todos los otros seres, las dos sustancias se encuentran juntas. En efecto, el alma y el
pensamiento, no la vida, y su separación del cuerpo no provoca la muerte; el alma tiene su sede en una
pequeña glándula, llamada pineal, situada en el centro del cerebro en donde se reúnen ramificados todos los
tejidos de las arterias que llevan la sangre al cerebro. (HISTORIA DE LA FILOSOFÍA 3. GIOVANNI
REALE – DARIO ANTÍSERI. SAN PABLO. 1995. Pág. 455)
Separación alma – cuerpo
Pienso luego existo: Pensamiento – Dios – Cuerpo
Pero el alma influye sobre el cuerpo y viceversa (dos relojes separados que dan la misma hora)
La coordinación entre ambos se da por el pneuma o espíritus animales, que se encuentran en la
glándula pineal.
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¡VENGA TU REINO!
Preocupación metodológica: el entendimiento humano solo tiene una función calculadora, no
busca esencias.
Sensismo: todos los pensamientos provienen de las sensaciones.
Nominalismo: no hay lugar para conceptos universales, solo para nombres comunes.
Antropología y moral hobbesiana
Hombre=conjunto de elementos materiales. Valor fundamental=la vida, = mera
conservación.
Es un cuerpo con pasiones: la pasión es un efecto de la acción de los cuerpos exteriores
sobre el cerebro. Hay dos pasiones: deseo (de poder) y aversión. El medio para satisfacer
la pasión es la razón.
Bien: objeto del deseo
Mal: objeto de la aversión
Bien y mal dependen del interés individual.
Abolición del mal y del bien absolutos. Desemboca en la guerra de todos contra
todos.
Filosofía política
Hombre: individuo asocial (contrario a Aristóteles)
La sociedad no es una realidad natural, sino artificial.
El estado de naturaleza es previo al establecimiento de la sociedad. En el estado de
naturaleza el hombre tiene:
Egoísmo, ansia de dominio, hostilidad hacia los demás
Todos tiene derecho igual a todas los cosas
Genera contradicción entre las personas: “Bellum ómnium contra omnes”; guerra de
todos contra todos.
“Homo homini lupus”; El hombre es el lobo del hombre.
El derecho es el poder. (Mightisright)
Valor fundamental: ley natural – conservar la vida, la paz.
El hombre, sin embargo, siempre es racional, y ante los horrores del estado natural la recta razón
impone la salida y el paso al estado civil. Es preferible renunciar a algunos derechos naturales para
conservar la vida.
Pacto social: ‘yo cedo a este hombre o a esta asamblea mi autoridad y mi derecho, con la condición
de que tú también cedes a este mismo hombre o a esta misma asamblea el derecho a gobernarte a ti
mismo y tu autoridad (Leviatán: Estado).’
Sometimiento de todas las voluntades de los particulares a una sola voluntad (a uno solo
o a una asamblea)
Leviatán: Estado= Dios mortal, Soberano, Poder absoluto, Pacto irrevocable,
Determinador de los justo y lo injusto
No es el pacto de Rousseau (entre el pueblo y el soberano, sino de todos entre sí)
Ventajas del estado civil: en el natural uno solo tenía sus propias fuerzas para
defenderse, en el civil se tienen, además, las fuerzas de todos los otros, y se garantiza el
orden y la paz.
Desde el realismo tomista el Estado no nos da derechos, el Estado reconoce los derechos. Es decir, el Estado
admite la anterioridad, la preexistencia de tales derechos, como lo es la dignidad de la persona. Según la
filosofía de Hobbes el Estado da los derechos convenientes.
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¡VENGA TU REINO!
Ideas primarias: los sensibles que se manifiestan a varios sentidos (movimiento,
extensión)
Ideas secundarias: los sensibles que se manifiestan a un solo sentido (sonidos, colores,
olores)
Restauración del nominalismo: solo existe lo concreto y lo sensible – las ideas son
elaboraciones de sensaciones en la mente: la ciencia por tanto es experiencia sensible y
concreta.
Posibilidad de estudiar la vida del espíritu por medios empiristas y experimentales.
Nacimiento del liberalismo democrático:
Actitud mucho más templada y moderada que el absolutismo de Hobbes
Si las ideas son meras formaciones del espíritu y no tienen validez objetiva
entonces lo que se requiere es la tolerancia.
Libertad tiene límites, es la sana razón que el Creador ha dado a todos los
hombres
Estado de naturaleza: obliga a todos a no dañar a otro en su vida, en su salud,
en su libertad y en su propiedad.
Ley natural es una condición de la sociedad. No es innata, es conocida a partir
de la experiencia sensible. Coincide con ley de la razón. No excluye a Dios, ya
que Dios ha dado al hombre la razón como regla. Ley natural es racional, por la
que los hombres forman una sociedad, esto los distingue de cualquier otra
criatura.
Los hombres se unieron libremente en sociedad mediante un pacto o un
contrato.
Función del estado: coordinar y defender las libertades (básicamente
económicas) de los individuos; defender el bien común.
Poder no es absoluto. Guiado por la voluntad de la mayoría, consultada
empíricamente por el sufragio.
David Hume (1771-1776)
No confía en la razón, quiere fundar pensamiento en la EXPERIENCIA inmediata. Escepticismo
empirista invalida todo saber que pretenda trascender la experiencia y trata de elaborar una ciencia al
margen de Dios, causa 1ra debe quedar excluida de la filosofía porque es un saber secularizado;
aunque no niega a Dios.
¿Alguien vio alguna vez la sustancia o la causalidad?... No, porque no existen.
Realidad: meros fenómenos aislados
Escepticismo, nihilismo.
Principio de causalidad- todo tiene una causa. Hume lo NIEGA.
Principio de causalidad es una asociación de impresiones sucesivas. Si esperamos el
efecto es solo porque estamos acostumbrados, se adquiere un hábito.
NADA AFIRMA QUE EL PROVENIR SERÁ IDÉNTICO AL PASADO. ES SOLO
PROBABLE.
Contra Hobbes, rechaza el estado natural de guerra de todos contra todos; rechaza también el
contrato social, niega que los reyes procedan por derecho divino (metafísica)
El hombre desea la sociedad y sus ventajas. Placer es debilitado estando solos. La sociedad le
proporciona al hombre mayor fuerza, seguridad y habilidad. También es ventajoso la atracción
sexual entre hombre y mujer. Aparece la familia como el núcleo de la sociedad.
Existencia del gobierno es atribuida a su utilidad (garantizar obediencia a leyes).
La religión ayuda a la sociedad ya que ordena el corazón del hombre, dándole templanza, orden y
obediencia.
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¡VENGA TU REINO!
La sustancia pensante (res cogitans):es la existencia espiritual del hombre sin fractura alguna entre pensar
y ser, es el alma humana como realidad pensante que es pensamiento en acto y como pensamiento en acto
que es realidad pensante.
La sustancia extensa (res extensa): es el mundo material (comprendido hay desde luego el cuerpo humano)
del que justamente se puede predicar como esencial solo la propiedad de la extensión.
En la conciencia, Descartes se encuentra con la idea innata de Dios, como la idea de “una sustancia infinita,
eterna, inmutable, independiente, omnisciente, y por la que yo mismo y todas las otras cosas existentes
fuimos creados y producidos”.
Spinoza
La concepción de Spinoza de Sustancia es la más radical que se haya propuesto en filosofía. Aristoteles decía
“la sustancia es lo que no está en otro y no se predica de otro”. Para la metafísica antigua, además, las
sustancia eran múltiples y ordenadas jerárquicamente y el mismo Descartes se había pronunciado a favor de
la existencia de una multiplicidad de sustancias.
Spinoza prosigue por esta línea, pero saca de ellas consecuencias extremas:
La sustancia es lo que está en sí y es concebido por sí y porque todas las cosas están en sí o están en otros,
entonces, más allá de Dios no puede darse ni concebirse sustancia alguna. Todo lo que existe, en efecto, está
en Dios y nada puede existir ni ser concebido sin Él.
Locke
Sustancias: corporales, espirituales y Dios
La idea de sustancia nace del hecho de verificar que algunas ideas simples van siempre unidas juntamente y,
por consiguiente, nos habituamos a suponer que existe un “sustrato” en el que perduran y del que resultan
mantenidas, aunque no sepamos qué cosas sean.
Locke no niega la existencia de sustancias, sino que niega que tengamos ideas claras y distintas de ellas, y
piensa que un conocimiento preciso de las mismas escapa a la comprensión de un entendimiento finito.
Leibniz (‘600-700)
Según el razonamiento que Leibniz hace a propósito de las formas sustanciales y de las sustancias es que: los
filósofos modernos se equivocan cuando las desacreditan, porque las formas pueden proporcionar una
explicación general de la realidad que no proporcionan las causas mecánicas. Por otra parte los antiguos
filósofos, en particular los escolásticos y ciertos aristotélicos, se equivocaron y lo hacen aun quienes se
inspiran en ellos cuando pretenden explicar con estas formas sustanciales los fenómenos particulares de la
física.
Por lo tanto, los aristotélicos y los escolásticos, obstinándose en basarse en las formas sustanciales, como
explicación de los fenómenos científicos, caen en absurdos evidentes; pero los nuevos filósofos caen en
excesos opuestos, negando en todo las formas sustanciales que son válidas en otros ámbitos de explicación.
Según Leibniz, más allá de la extensión y del movimiento y en su fundamento, hay algo que no es de
naturaleza física sino metafísica: es la sustancia entendida como fuerza original, que él denomina
entelequia y sobretodo mónada.
Idea de Naturaleza:
Pascal
El propósito de Pascal es poner de manifiesto que la naturaleza humana creada por Dios era buena, pero
quedó corrompido por completo por el pecado, corrupción que lleva consigo las de todas las facultades y
potencias del hombre tanto morales como intelectuales. La realidad es que el hombre no es más que un sujeto
lleno de error, sin la gracia.
La naturaleza no me ofrece nada que no sea materia de duda y de inquietud.
Spinoza
Dios es, pues, la sustancia con sus infinitos atributos. El mundo en cambio, es dado por todos los modos,
infinitos y finitos y como los modos no existen sin los atributos, entonces todo está determinado
necesariamente por la naturaleza de Dios, y no hay nada contingente: el mundo es la consecuencia necesaria
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¡VENGA TU REINO!
de Dios. Dios, en cuanto causa libre, es para Spinoza naturaleza naturante, mientras que el mundo es
naturaleza naturada, es efecto de aquella causa y es tal mientras mantenga la causa dentro de sí de ahí el
panteísmo de Spinoza, para quien todo es Dios, es decir, manifestación necesaria de Dios.
Contexto de la ilustración:
Las expresiones Ilustración, Siglo de las Luces, las Luces se han empleado como correspondientes a los
términos… todos ellos designan un periodo histórico circunscrito, en general, al siglo XVIII, y extendido en
toda Alemania Francia e Inglaterra.
El término Ilustración sigue siendo empleado como caracterización general de las tendencias intelectuales así
como políticas y sociales. Se ha caracterizado por su optimismo en el poder de la razón y en la posibilidad de
reorganizar a fondo la sociedad a base de principios racionales. Procedente del racionalismo del siglo XVII y
del auge alcanzado por la ciencia de la naturaleza, la época de la Ilustración
La ilustración (Carlos Valverde – Génesis, estructura y crisis de la modernidad – BAC Madrid 2011)
Toda la larga elaboración mental que se había desarrollado en Europa durante cuatro siglos, vino a confluir
en lo que se ha llamado enfáticamente la Ilustración o siglo de las luces. En ese siglo, el XVIII, en el que se
sacan las conclusiones de cuanto habían elaborado las filosofías de los siglos anteriores. Pero las
conclusiones que se deducen no son principalmente especulativas porque el siglo XVIII es muy pobre en
filosofía, a pesar de ser el siglo de “los filósofos”. Serán conclusiones antropológicas, sociales, políticas,
morales y religiosas con una inmediata incidencia en la vida que se darán cita definitiva en aquella tremenda
explosión que fue la Gran Revolución comúnmente llamada Revolución francesa, de 1789 a 1799.
Se dio por válido, por únicamente válido, el método experimental, y se pensó que había que concentrar todo
el esfuerzo mental sobre los datos y los hechos, y abandonar para siempre las especulaciones metafísicas que
les parecían un trabajo estéril y loco. Lo que Newton había hecho en el universo físico, observarlo, organizar
los datos y formular las leyes correctas de sus fenómenos de la vida psíquica, de la vida moral, de la vida
social, de la vida política, sin atender ni a principios metafísicos, ni a principios religiosos, ni menos a
autoridades y tradiciones.
La felicidad
Fue una especie de idea obsesiva y dominante: ningún impulso más fuerte en la naturaleza humana que el de
la felicidad. Luego es el primer derecho. La felicidad aquí en la tierra, no en el cielo. Los ilustrados carecían
de todo sentido religioso de trascendencia. Aquí en la tierra y pronto, cuanto antes. Una de las imposturas
cristianas era hacernos creer que la vida en la tierra era la peregrinación por un valle de lágrimas. Al
contrario esta vida puede estar llena de placeres y uno se perder conceder todos sus gustos si perder para
nada la inocencia.
Contra el cristianismo
Ya ha quedado indicado que en los postulados de la ilustración había siempre una intención polémica contra
el cristianismo. La exaltación de la razón como instancia suprema pretendía destronar la fe y la revelación
cristiana que había dado su fundamentación a la cultura toda de Europa. Ahora las luces de la razón venían a
sustituir ahora a la fe. En adelante, la sociedad, la religión, la moral, el arte debían ser racionales y solo
racionales. Decidieron frívolamente que la religión cristiana, las profecías, los milagros, los evangelios, la
vida de Jesús, no resistían un análisis racional. Jesús había sido un hombre admirable como buda, Confucio o
Sócrates, pero el cristianismo, la iglesia, los dogmas, los sacramentos, los ritos, las normas morales era
supercherías. Se mofaban del cristianismo y de todas las demás religiones porque eran todas iguales. Eran
hombres incapaces que se negaban a aceptar el misterio. Pensaban que en su cabeza tenía que caber todo,
incluso Dios
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¡VENGA TU REINO!
En este periodo la espiritualidad se hace cada vez más ciencia, sin que esto signifique que los escritores no
vivan ni experimenten lo que dicen. Sencillamente que se impone una nueva metodología dependiendo de
una nueva mentalidad “científica” del tiempo. Lo mismo sucederá con las ciencias afines: la hagiografía, que
incide en la noción del modelo de santidad a presentar como “canonizado” por la Iglesia. La mística es
desprestigiada por los quietistas, los antiquietistas y los “ilustrados”, pero sobrevivirá.
Vico se opone a la historia de los filósofos, porque en los filósofos modernos hay un desprecio por la
historia, la cual no la es considerada como ciencia, sino que, para algunos, es chismografía (Malebranche),
un medio para satisfacer curiosidades sobre el origen de las familias y de los estados, y escuela de moralidad
(Leibniz), inútil para incrementar el saber (Descartes). En general, la historia les parecía inferior en
comparación con la matemática y la filosofía.
Vico sostiene que la historia no es ciencia, pero puede y debe llegar a serlo, porque el mundo civil ha sido
hecho por los hombres y, por lo tanto, se le puede someter a la disciplina científica con mayor razón que a
cualquier otro ámbito de lo real.
También se opone a la historia de los historiadores, porque se hace con base en principios interpretativos
insuficientes o desviados, que Vico considera “jactancia de las naciones”, porque los estados tienden a
imaginar que tienen orígenes ilustres; y “jactancia de los doctos”, porque los historiadores contemporáneos
interpretan documentos históricos o literarios con la manera de pensar propia de sociedades muy posteriores
a aquella que los produjo.
Para Vico el hombre es protagonista de la historia, pero la historia también influye sobre él, y lo modifica. El
hombre es sociable por naturaleza, se le puede definir como “animal sociable”. El hombre también es libre, y
Vico defiende el protagonismo del arbitrio humano. La historia no es el fruto de una necesidad cósmica o
pura accidentalidad, sino lo que los hombres han querido que fuera, pero en el marco de las condiciones y
medios disponibles. El hombre crea también instituciones, que a su vez actúan sobre él, que las ha creado.
No se puede conocer las instituciones sin conocer a los hombres y viceversa.
Vico pretende establecer los principios de la “historia ideal eterna”, de acuerdo con la cual transcurren las
historias particulares.
1. Edad de los dioses: edad infantil, impera el noble salvajismo, es esencialmente poética. Se inaugura
con tres elementos: la religión, el matrimonio y la sepultura de los muertos. El temor es la manera
fundamental de la vida, todos los actos son actos atemorizados y realizados de acuerdo con la
divinidad. El derecho depende de Dios, el gobierno es teocrático, es decir, Dios gobierna en la figura
de los hombres superiores, quienes están llenos de intuición de poeta y de profeta: como poeta dice
lo que los acontecimientos son en su entraña; como profeta habla con Dios y de Dios. Es la época de
los sentidos, en que los primitivos sienten sin advertir, el hombre no tiene poder reflexivo, por lo que
atribuye los fenómenos de la naturaleza a las divinidades. En esta época no hay razones, sino
voluntades; no hay justificación, sino obediencia. La revelación constituye una parte esencial de la
historia de tales sociedades, su madurez se mide por la mayor o menor extensión de la cosas
reveladas.
2. Edad de héroes: también es poética, pero de una poesía menos elevada y grandiosa. Está
caracterizada por el predominio de la fantasía sobre la reflexión racional. Existe ahora un Estado
verdadero, porque el hombre busca un vínculo formal con sus semejantes, yfunda una estructura
social sobre una autoridad indiscutida e indiscutible, basada en el derecho heroico, basado a su vez
en la fuerza. El derecho de la fuerza se sobrepone al derecho divino. Los protagonistas son los
héroes. Los hombres se creen herederos de los dioses. Época de grandes enemistades entre pueblos
primitivos. Es el mundo heroico, poético y religioso a la vez. Finalmente llega un momento en que
los hombres se rebelan contra los dioses.
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¡VENGA TU REINO!
3. Edad de los hombres: o de la “razón manifestada por completo”. Durante esta época la historia se
fundamenta en una naturaleza humana inteligente y, por lo tanto, modesta, benigna, y razonable, que
reconoce como leyes a la conciencia, a la razón y el deber. El hombre se separa de Dios. El derecho
se vuelve humano, dictado por la razón humana; también los gobiernos son humanos, y todos los
hombres quedan igualados por las leyes, todos nacen libres en sus ciudades, las cuales también son
libres y populares; la forma de gobierno es la república popular o la monarquía moderada.
Esta edad es una transmutación general, porque el contenido de verdad se halla mejor ordenado y
asumido de manera racional. La metafísica natural de los primitivos es ahora metafísica razonada y
esto repercute en las instituciones sociales, religiosas y civiles.
Para Vico la “Providencia” es el artífice de aquel designio o historia ideal eterna sobre la cual transcurren en
el tiempo las historias de todas las naciones en sus surgimientos, progresos, estados decadencias y fines. La
presencia activa de esta providencia se ve en que el hombre ha ido transformándose paulatinamente en más
humano, puesto que los hombres desde sus orígenes advirtieron la presencia de este proyecto ideal, que se va
aclarando conforme avanzan los siglos. Este proyecto ideal no es obra de los hombres, ni fruto de la historia,
y los hombres nunca lo pueden entender por completo, porque no fue creado por ellos.
Vico habla de un Dios providente, y la relación que establece con el hombre se da a nivel de los ideales
supremos y la unión se produce en la historia, donde se concreta la dependencia y se revela el parentesco con
la divinidad.
Se deduce que el sentido de la historia está en la historia y, al mismo tiempo, fuera de la historia como
proyecto ideal que sirve de fermento en el seno del tiempo, sin reducirse únicamente a este. Vico considera
la historia como una especie de “teología civil y razonada de la providencia divina.”
Las naciones tienen la posibilidad de una renovación perpetua, por lo que la historia es un continuo
renacimiento y una interminable agonía.
LA ILUSTRACIÓN
Predomina una actitud hipercrítica y de rechazo con respecto a la tradición filosófica, religiosa y política; la
defensa de una razón que, una vez establecida, se erige en calidad de tribunal ahistórico de todos los
acontecimientos históricos. El siglo XVIII fue acusado por lo románticos de ser un siglo antihistórico. La
Ilustración sería la filosofía de una razón abstracta; de una razón sin historia; de una razón cuyos valores
éticos, teorías filosóficas, principios teológicos o normas jurídicas carecen de dimensión histórica.
Para los románticos el ilustrado es abstracto, para Hegel es superficial e incapaz de captar el verdadero
sentido de la historia.
Pero el ataque de los románticos a la ilustración, no es justificado, porque fue la filosofía ilustrada la que
conquistó el mundo histórico, pues gracias a la ilustración, se logró una conexión de toda la historia
universal, y un método comparativo, que se extendía a todos los estadios de la humanidad, empleando la
crítica dice Dilthey, “por primera vez la historia universal llegó a una conexión que nacía de su
consideración empírica misma; era algo racional, en virtud de la concatenación de todos los acontecimientos
según el principio de causa y efecto, y se mostraba críticamente superior en virtud del rechazo de toda
superación de la realidad dada, a través de representaciones que la trascienden. Los fundamentos de esta
construcción consistían en un empleo por completo desprejuiciado de la crítica histórica –que no se detenía
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¡VENGA TU REINO!
ante las más sagradas reliquias del pasado– y en un método comparativo que se extendía a todos los estadios
de la humanidad”. La ilustración se preguntó cuáles son las condiciones de la posibilidad del conocimiento
natural, y trató de establecer tales condiciones: se esfuerza por hallar el significado de los hechos históricos,
buscando un concepto claro y distinto, y proponiéndose establecer la relación que existe entre lo universal y
lo particular, entre la idea y la realidad, entre las leyes y los hechos, y señalar fronteras seguras entre unos y
otros
a) La humanidad fue siempre y en todos los lugares lo que pudo ser, según las circunstancias de los
tiempos y lugares.
b) La especie humana debe recorrer, cambiando de culturas y transformándose.
c) El desarrollo de la humanidad es real, debajo de las circunstancias de lugar y tiempo.
d) El desarrollo se realiza a la vez bajo las leyes de la bondad suprema reguladora de los destinos
humanos y del esfuerzo de los hombres, mediante la tradición y la imitación.
La religión tiene un puesto importante el desarrollo histórico de la humanidad, pues es la aspiración del
hombre a explicarlos fenómenos naturales, y brota espontáneamente en el espíritu del hombre. El
cristianismo es la forma más pura y la expresión más perfecta de la religión de la humanidad, su misión
consiste en agrupar todos los pueblos en uno solo, tanto para este mundo como para el futuro.
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¡VENGA TU REINO!
En su obra También una Filosofía de la Historia para la formación de la humanidad presenta su concepto de
historia como una manifestación de la humanidad, que desarrolla sus posibilidades y su potencialidad en las
etapas del proceso histórico. Consiste en un desarrollo biológico, semejante al de los organismos vivientes:
1ºInfancia (Oriente, historia de los patriarcas). 2º Adolescencia (Cultura egipcia y fenicia). 3º Juventud
(Grecia, edad de las artes, de la armonía, la curiosidad por saber, el patriotismo y la conquista de la libertad.
4º Virilidad (Roma, austeridad, dominio y poder). 5º Madurez (irrupción de los bárbaros, Edad media). 6º
Senectud (Decadencia. Ilustración. La inteligencia, alejada de la naturaleza primitiva). Rompe con la
historiografía de la Ilustración, que se presentaba a sí misma como el culmen.
Voltaire desconfía de todo lo que no sea civilización y pulimiento; en su escrito: “elogio histórico de la
razón” (invasión de los barbaros, toma de Constantinopla y por las sangrientas luchas religiosas de la época
moderna). Es una historia donde reina la ignorancia, el furor y el fanatismo. La razón y la verdad (su hija)
permanecen escondidas, solo salen cuando hay bellos días y se esconden cuando hay tempestades porque
están llenas de sequedad y cobardía. Esto quiere decir que la razón y la verdad pueden sucumbir fácilmente
ante la furia destructora de los hombres (es mortal y perece). La razón para el hombre es algo que él debe
conquistar con sus propias fuerzas; la razón no se revela sino que se descubre; la razón oculta es la
demostración de la precariedad del espíritu, entonces el espíritu, la verdad y la razón pueden desaparecer.
Cuando la razón se esconde no solo se dice que es cobardía, sino también prudencia, sin ese escondimiento
desaparecería el descubrimiento de la razón.
El espíritu se instala en el pecho, pero no en el corazón, ya que es la gran mentira, lugar de agitación y
cambio, es también el lugar donde se dan las pasiones y aunque sean bien intencionadas hay que desconfiar
de ellas radicalmente porque de ellas está empedrado el infierno. Es este espíritu menos heroico ya que se
esconde ante la crueldad. Por eso el espíritu se debe instalar en los hombres de inteligencia que buscan el
bien.
Lo que Voltaire quiere es “leer la historia en filosofo” que es leer el pasado a la luz de la razón y de la crítica.
Esta lectura no significa más que la crítica de una realidad en favor de otra realidad, tan justificada cuando
menos como la primera, y para Voltaire mucho más digna: la realidad de la lucha por la luz, por la claridad,
contra la miseria, la oscuridad, la superstición, la exageración, el fanatismo, el desconcierto de las pasiones,
la grosería de las fábulas. Todo esto pertenece a la historia, y ello hasta tal punto de que Voltaire llega a
preguntarse si hay algo más que crueldad e infortunio en la historia humana.
Para que subsista la razón debe aliarse con el poder, en este sentido, “leer la historia en filósofo significa
averiguar en qué raros instantes se ha producido en el escenario del mundo el rescate de la razón y su
conservación por el despotismo ilustrado.
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¡VENGA TU REINO!
“leer la historia en filósofo” también es abarcar la ancha faz de la tierra, descubrir las costumbres de todos
los pueblos y averiguar sobre todo cuál es el fondo de razón que late bajo las supersticiones y fanatismos.
La ilustración, siglo de las luces o edad de la razón, según las diversas denominaciones recibidas, rinde
también culto a la razón. La ilustración es un movimiento cultural o ideológico que, sin embargo, no es
organizado ni uniforme; tampoco constituye una teoría o sistema filosófico. Con ese término se expresa, por
encima de todo, una actitud, un espíritu, que se traduce en la confianza absoluta en la razón pura e inmutable,
liberada de todo presupuesto metafísico y teológico, que es rechazado como prejuicio. El “espíritu”
(iluminismo), contribuye a difundir una mentalidad que se difunde por Europa y el mundo occidental y
cristaliza en un conjunto de rasgos peculiares que conforman la imagen de lo que entendemos por “hombre
moderno”.
Entre estos rasgos característicos destacan los siguientes: en primer lugar, la idea de progreso que lleva
anexa una considerable dosis de optimismo en la capacidad del hombre para reformar la sociedad y mejorar
el modo de vida. Este empeño común favorece el auge de la educación, que se pretende poner al alcance de
todos, no solo de los más favorecidos, pues se confía plenamente en la capacidad de la razón humana para
dirigirse por sí misma, al margen de todas las instancias religiosas, políticas y sociales recibidas. Hay un
ideal de emancipación de todo prejuicio o de lo que se sospecha que puede serlo. Esta actitud, en algunos
países -sobre todo en Francia-, se torna combativa contra la religión positiva, especialmente la cristiana, que
es despreciada y sustituida por una religión natural o religión de la razón.
En esta época proliferan las tesis deístasy comienzan a aparecer las primeras manifestaciones de un ateísmo
declarado. Se refuerza asimismo la idea de autonomía y autosuficiencia del hombre, quien tiene en sus
manos su propio destino. Como fruto de esta autonomía surge, en relación con las cuestiones éticas y
religiosas, el “librepensamiento”, influido por algunas ideas protestantes. La tolerancia es elevada por
encima de todas las virtudes, aunque no siempre se practicó con la asiduidad con que se la invocaba. Es una
época en la que se manifiesta -de modo especial en el ámbito anglosajón- una gran preocupación teórica por
la ética y la moralidad, a las que se busca separar de la teología y la metafísica, con el fin de construir una
ética civil o moral laica válida universalmente y basada en la sola razón, al margen de toda fundamentación
trascendente.
S. XVI-XVII; el espíritu del racionalismo estuvo centrado en medios filosóficos universitarios muy
reducidos. La sociedad y el régimen político eran muy semejantes a la Edad Media. El espíritu religioso
continuaba vivo en todas las cosas sociales, aun en los países protestantes (secularización Lutero).
Ilustración o Iluminismo: Iluminar todos los sectores de la realidad para hacer que el hombre se guíe solo
por su razón, esto sería el progreso. El pasado son creencias irracionales, Tradición es saber oscuro y
superstición.
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¡VENGA TU REINO!
Contrato Social: El hombre nace libre, aunque se ha encadenado debido a los vínculos sociales. SER
INDIVIDUAL LIBRE. SER SOCIAL ENCADENADO. La debilidad del hombre le impulsa a reunirse con
sus semejantes. Cada uno pone su persona y poder bajo la dirección suprema de la voluntad general.
Perfección de una legislación consiste en la ausencia de la voluntad particular. Actuar contra voluntad
general es actuar, no solo contra la gente, sino contra sí mismo. Pierde libertad natural, gana libertad civil y
moral. SE LE OBLIGA AL HOMBRE A SER LIBRE.
Rev. Franc.: sistema político: Locke + Rousseau → esto se llama régimen liberal democrático. Consiste en
una negativa rotunda a las instituciones políticas y sociales tradicionales (gremios, municipios autónomos).
Según Rousseau corrompen al hombre al encuadrarlo. Locke dirá que se basan en principios religiosos y
morales que pertenecen a la interioridad y al artificio de cada mente y no pueden imponerse socialmente. En
resumen, las instituciones tradicionales son irracionales. (No son artificiales). Una institución es buena si ha
sido creada, si es artificial.
El individuo solo está ante el estado: estado gendarme/policía, que solo sirve para controlar, nacido por
sufragio popular (Locke) y por constitución política (racionalismo)
Immanuel Kant (1724-1804). Madre religiosa pietista. El colegio, lo alejó de la religión, aunque conservó la
fe en Dios. 1740, en la U de K, estudia filosofía, física y matemáticas; conoce doctrina de Newton. 1781 y
1787 primeras dos versiones de Crítica de la razón pura. 1788 Crítica de la razón práctica. 1790 Crítica del
Juicio. Al escribir sobre la religión en el 94’ fue acusado de escribir contra las escrituras, negó esta acusación
pero aceptó no volver a escribir sobre la religión. Coincide con la Revolución Francesa, la cual recibe con
entusiasmo. Fallece 1804.
“No conocemos nada de la realidad que no hayamos puesto en ella”. A PRIORI.
Lutero- Pietismo recibido en su colegio; valoraba más a la voluntad que la inteligencia. Se descuida
dogma-doctrina, se identifica la moral con la religión. KANT HEREDA UN MORALISMO
RIGUROSO, por eso concluye que la religión es un hecho exclusivamente moral. Libre examen
la conciencia=autónoma, solo obedece a leyes que se da a sí misma.
Lutero- convencimiento del carácter radical y universal del mal. Religión revelada, positiva, Jesús
mandado por Dios para ser reconocido como un DEBER. Religión natural, racionalista, algo es un
deber luego eso es conocido como mandamiento de Dios. (La fe es algo práctico). Kant opta por
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¡VENGA TU REINO!
actitud racionalista que no se preocupa del mensaje revelado. Religión es moral/natural. Cristianismo
es la única religión que puede reducirse a pura religión natural. Religión entendida como “puro
concepto práctico de la razón”.
Ilustración- para Kant la Ilustración es un hecho por el cual el hombre sale de la minoría de edad.
¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! AUTONOMÍA DE LA RAZÓN, al servicio de
un fin moral fuertemente secularizado. Hay optimismo, es una filosofía del progreso.
2. La Etapa Precrítica
Busca dar con el método adecuado de la metafísica. ¿Metafísica como ciencia? Poco a poco Kant se aleja del
racionalismo wolffiano y comienza a indagar en la física de Newton, sin dejar al lado la metafísica. Se
observaran, por tanto, los temas más importantes del periodo: la causalidad, la existencia y el espacio.
Critica la doctrina de la causa sui Dios como causa de sí mismo (Spinoza) y el argumento ontológico (San
Anselmo, Descartes).
Sobre la existencia, afirma que “el concepto de un ser absolutamente necesario es un concepto puro de
razón” al cual aún falta por ser demostrado. Con el tiempo Kant se aleja del racionalismo de Wolff. La
existencia ya no es un atributo o determinación de la esencia, sino la posición absoluta de una cosa solo se
conoce mediante la experiencia.
En el tema del espacio se detecta la mayor evolución del pensamiento kantiano. Concepción de Leibniz
espacio sería orden no sustancia; concepción de Newton espacio como algo previo a la existencia de los
cuerpos. Cada vez se apoya más y más en Newton, aunque después abandonará a ambos.
Carácter ideal y a priori del espacio y tiempo. El concepto de espacio es una intuición pura, puesto que es un
concepto singular, no compuesto de sensaciones, sino forma fundamental de toda sensación externa. Espacio
no es algo objetivo ni real, ni sustancia, ni accidente, ni relación, sino subjetivo e ideal, que brota de la
mente. Espacio sería principio formal y primero del mundo sensible, no es empírico.
Todo lo que se comporta como objeto respecto de nuestros sentidos es un fenómeno. Relación entre
intelectual y lo sensible será el problema que Kant querrá resolver en la primera Crítica.
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¡VENGA TU REINO!
priori; lo que precede (no sobrepasa) la experiencia con el exclusivo fin de hacer posible el conocimiento de
la experiencia.
a) Finalidad de la Obra
Los objetivos de Kant giran en torno a la razón y su autoconocimiento. Quiere que la “razón instituye un
tribunal que garantice sus pretensiones legítimas y que sea capaz de terminar con todas las arrogancias
infundadas, no con afirmaciones de autoridad, sino con las leyes eternas e invariables que la razón posee”.
Este tribunal es la crítica de la razón pura.
Está en juego la posibilidad/imposibilidad de la metafísica como ciencia. Hasta ahora la metafísica ha
fracasado, como “un mero andar a tientas.” Razón podría ser debido a un error en el método adaptado. Él
propone nuevo método de pensamiento. Es un tratado sobre el método, no un sistema sobre la ciencia misma.
No aspira a elaborar un sistema; no es un punto final, es un punto de partida.
Busca asentar los fundamentos de la facultad misma de razonar. Resultado: negación del conocimiento de
todo lo que trasciende la frontera de la experiencia sensible.
Busca una metafísica que se ocupe solo de la posibilidad y de los límites de la facultad de razonar. Jamás
debe traspasar los límites de la experiencia con la sola razón.
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¡VENGA TU REINO!
objetividad, objetividad significa validez universal. Es verdad lo que es afirmado necesariamente por todo
ser racional.
René Descartes: (1596-1650): La capacidad para aplicar la duda metódica presupone la libertad. La
conciencia de libertad es una idea innata, y esta certeza es lógicamente anterior a la certeza de la existencia
de Dios. Para Descartes, cuanto más dirigida está la voluntad hacia una opción preferible objetivamente,
tanto más soy libre. Una vez probada la existencia de Dios es necesario conciliar la predeterminación con la
libertad humana, para lo cual dice que Dios prevé el acto libre de un hombre porque éste va a realizarlo; no
es que éste vaya a realizarlo porque Dios lo prevea.
Las pasiones son emociones del alma causadas por el cuerpo, y “podemos definirlas en general como las
percepciones, sentimientos o emociones del alma que relacionamos especialmente a esta”. Son percepciones
distintas a las ideas claras y distintas del alma; las siente el alma y la mueven, la agitan o la perturban. “Son
todas buenas por naturaleza”, pero para que nos sean provechosas, hemos de juzgar qué acciones son
mejores, y eso es la virtud, que desemboca en la tranquilidad del alma.
Mientras que el entendimiento sea presa de dudas, propone la moral provisional: 1) Obedecer las leyes y
costumbres de mi país; 2) Perseverar en las acciones con la mayor firmeza y resolución posibles; 3) Vencerse
mejor a sí mismos que a la suerte y cambiar mejor los propios deseos que el orden del mundo; 4) Cultivar la
razón y el conocimiento de lo verdadero.
Spinoza opina que la sustancia creada debe entenderse necesariamente como una sustancia producida
por Dios. No hay pluralidad de sustancias ni diversas sustancias creadas. Las partes no son
autosuficientes; lo es el todo. La sustancia infinita posee infinitos atributos, de los cuales conocemos el
pensamiento y la extensión.
Existe una sustancia infinita, única, que se identifica con la totalidad de lo real. Cada atributo se
realiza en distintos modos: almas y cuerpos particulares.
Spinoza presenta un dualismo, de esta manera el cuerpo y el alma son modos finitos de Dios, y solo hay
una relación de correspondencia. El hombre posee un “connatus” que es u n esfuerzo para conservar
la especie, respecto al alma es la y voluntad y respecto a ambas son los apetitos.
El hombre se mueve solo por los deseos: utilitarismo. Respecto a la libertad esta obra por las causas y
es libre cuando es guiado por la razón que conoce las causas y es forzado a actuar, de esta manera la
libertad queda suprimida y solo se puede hablar de una perfecta intelección de la necesidad que
vendría ser una virtud.
Cuando el hombre es esclavo de los afectos no depende de sí mismo y está sujeto a la fortuna. Respecto
a la felicidad suprema es algo inmanente del Espíritu, y que se consigue en esta tierra.
“Así, pues, se puede formar una sociedad y lograr que todo pacto sea siempre observado con máxima
fidelidad sin que ello contradiga al derecho natural, a condición que cada uno transfiera a la sociedad
todo el derecho que él posee, de suerte que ella sola mantenga el supremo derecho de la naturaleza a
todo, es decir, la potestad suprema, a la que todo el mundo tiene que obedecer, ya por propia
iniciativa, ya por miedo al máximo suplicio”.
Para Hume las ciencias deberían estar en torno al hombre para poner fin a las disputas filosóficas. La
filosofía tiene un fin práctico que es la felicidad. La filosofía debería ser como la física, su fuente de
conocimiento es la experiencia que nos proviene de lo sensible y de la costumbre (memoria).
Todos los conocimientos de la mente humana nos provienen de dos tipos de percepciones:
Ideas: imágenes producidas por la memoria a partir de las impresiones, son vagas y débiles.
Impresiones: presentes con mayor fuerza-sensaciones/emociones
Bernard Mandeville(1670-1733):Filósofo y escritor satírico británico. Sus obras reflejan la teoría social
según la cual el interés individual beneficia a la sociedad. En 1705 publicó el poema The Grumbling Hive, or
Knaves Turn´d Honest (Fábula de las abejas o Pícaros honrados), que apareció en 1714 con el título La
fábula de las abejas o Vicios privados, beneficios públicos. El poema trata sobre una colmena de abejas a la
que se obliga a suprimir los vicios de su sociedad. Sin embargo, más tarde se descubre la necesidad de los
vicios para mantener la armonía social. Mandeville describe una sociedad compleja en la que la cooperación
inconsciente de los individuos, que trabajan en pro de sus propios intereses, produce como resultado la
satisfacción de los deseos de la comunidad. El bienestar económico es mayor cuanto menor es la
intervención del gobierno o de las organizaciones de caridad. A pesar de que entonces fue violentamente
atacada, sirvió para preparar el terreno al individualismo y al utilitarismo del siguiente siglo.
Immanuel Kant (1724-1804): No es el bien el que determina el deber, sino que el deber es lo que determina
el bien, a diferencia de los anteriores filósofos. Los empiristas identifican el bien con el placer o el interés, lo
cual es egoísta o subjetivo. Los racionalistas definen el bien como algo suprasensible, Kant pensaba que
tender hacia el bien es egoísta, por eso no se puede fundar la moralidad de un acto sobre el objeto (sobre la
materia), sino sobre la forma o intención dictada por la razón, en otras palabras, no depende del contenido.
La acción es buena cuando se hace por deber. El respeto es el principio subjetivo de la moralidad, es una
sumisión de la voluntad a la ley. El deber es el imperativo categórico, su fórmula es: “obra siempre según
una máxima que puedas erigir en ley universal”.
La razón dicta el deber y la libertad se da cuando la voluntad se somete al deber por el deber.
Adquirimos conciencia de la libertad precisamente porque tenemos primero conciencia del deber. “Debes,
luego puedes” ej. Sé que debo tener caridad, luego puedo hacerlo.
Las anteriores éticas eran heterónomas porque buscaban la felicidad, dependían del contenido, en cambio la
autonomía es actuar únicamente por el deber puro. La razón pura es capaz de determinar por sí sola
(libremente) a la voluntad, sin la intervención de impulsos sensibles.
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¡VENGA TU REINO!
Idealismo alemán: Sistema filosófico complejo que se desarrolló en el apogeo del romanticismo y que marcó
la historia de la filosofía contemporánea.
Kant intentó superar el dogmatismo racionalista y el empirismo británico al armonizar ambos sistemas. Los
pensadores postkantianos intentaran lo mismo, pero disociaran la síntesis kantiana para lograr su objetivo.
Aparecerán dos corrientes, una metafísica y otra anti-metafísica que se basa en la experiencia. Se concretizan
en el idealismo trascendental, realismo metafísico, idealismo de la inmanencia y variadas formas de
positivismo neokantiano, fenomenología, etc. Todas transforman la filosofía crítica kantiana.
Los idealistas declaran inexistente la cosa fuera del pensamiento y afirman la inmanencia de todo el mundo
empírico en la actividad creadora del sujeto pensante (opuesto al realismo). Desemboca en el Idealismo
Absoluto (LA REALIDAD ES CREADA POR EL ESPÍRITU HUMANO – No individual sino Supra
Individual. En los idealistas se denota la soberbia, la confianza en el poder de la razón. Fichte, Schelling y
Hegel parten de una intuición trascendental/visión inmediata de un absoluto, identificado con el espíritu. La
realidad es una auto manifestación de la infinita razón (detestan la experiencia). Los tres fueron estudiantes
de teología. Son los sucesores espirituales de Kant. Kant atribuía el conocer al sujeto (idealismo crítico), los
idealistas dan un paso más, afirmando que el sujeto produce también la materia y construye la realidad. Kant
no niega que existiese el mundo como Berkeley (idealismo fantástico).
Además de Kant, el idealismo nace del espíritu de la época, del romanticismo cuyo ideal era un
conocimiento absoluto cuya única fuente creadora fuera el espíritu humano.
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¡VENGA TU REINO!
FICHTE: (Idealismo subjetivo) siglo XVIII-XIX, conoce a Kant porque un alumno le paga para
explicárselo. Se entusiasma con la Razón práctica, el concepto de la absoluta libertad, del deber. Dirá que
obrar es el fin para el cual existimos. Busca reformar a la sociedad en la libertad.
Fichte transforma el “yo pienso” de Kant por un “yo puro”/conciencia del espíritu pensante entendido como
acto incondicionado y absoluto de la conciencia. El Yo sería principio original de toda la realidad, se
determina a sí mismo. No hay realidad fuera del absoluto. El objeto no solo es determinado por el sujeto
pensante, sino producido por él.Esencia del Yo es actividad. Actuando crea el Yo algo ajeno a sí mismo, no-
yo (la realidad material). El Yo obra sobre el no-yo superándolo en sucesivas ocasiones.
Su filosofía es conocida como Doctrina de la Ciencia, definida como la ciencia de la ciencia en general,
unifica las tres Críticas, consiste en tres principios. Primero Fichte introduce el principio del Yo que se
autopone ante sí, Yo=Yo. Este Yo es condición incondicionada; el yo no puede afirmar nada sin antes
afirmar su propia existencia. Segundo, el Yo opone a sí mismo un no-yo, “─A ≠ A”. El no-yo habita al
interior del Yo ya que nada es pensable por fuera del Yo. Finalmente, en el Yo absoluto, el yo limitado y el
no-yo limitado se limitan; ya no es actividad pura sino actividad objetiva que pone un objeto, ayuda a
explicar el conocimiento teórico y la acción moral. Este infinito yo es todavía en Fichte el yo humano.
La imaginación productiva (actividad infinita del Yo) produce la materia de nuestro conocimiento al
sintetizar los opuestos; (no A no es=A). El fin moral es la autoactividad, el hacer. El hombre se realiza
relacionándose con los otros hombres. Puesto que el principio primero del yo o autoconciencia lo explica
todo, afirmará que la doctrina de la ciencia debe ser realista. (Ironía). “Cuando el yo es puesto, toda la
realidad es puesta”. Idealismo=Realismo. El concepto de Dios trascendente es impensable dentro de este
marco idealista. La verdadera religión se revela en el acto moral.
El pensamiento de Fichte evolucionará después de haber sido considerado ateo; considerará al Absoluto
como infinito, superior al yo humano, aunque no elabora mucho este principio.
SCHELLING: (Idealismo objetivo) XVIII-XIX, Se adhirió al sistema de Fichte (el Yo es actividad original
que se autopone hasta el infinito) para después independizarse y buscar en la naturaleza el camino de un
nuevo idealismo objetivo (de la naturaleza). Schelling busca revalorar la naturaleza (que para Fichte solo era
el teatro de la acción moral) y la iguala al sistema de nuestro Espíritu. El objeto tendrá un contenido
ontológico como manifestación inmediata del absoluto o expresión del espíritu. El absoluto es objetivizado
en la naturaleza. Igual rechaza el dogmatismo de que existen cosas fuera de nosotros. La naturaleza se
resuelve en el espíritu, es inteligible, es una inteligencia inmadura y debe crear ideas que transforma en
cuerpos. Se materializan las leyes de la inteligencia en leyes naturales y agrega a lo formal lo material. El
objeto no es otra cosa que nuestro conocimiento necesario, por tanto, el objeto es el mismo yo, lo que el yo
mismo hace e intuye. La materia nace del espíritu por medio de un acto inconsciente. La naturaleza se
manifiesta en grados cada vez más altos, hasta llegar al hombre en el que se enciende la conciencia.
El dogmatismo identifica erróneamente el ser como originario, por tanto, la filosofía tiene por objeto el
conocer, no el ser. Se llegará del conocimiento al ser. Este principio ocurre en la autoconciencia, donde se da
la originaria identidad del ser y del fenómeno. El yo se pone a sí mismo y pone algo opuesto, un objeto real.
(Fichte=no-yo).
El objeto de la filosofía es el conocer y no el ser.
Su pensamiento lleva al panteísmo.
En el Absoluto (Dios mismo) luchan: Un principio oscuro e irracional (derivan, como “caída original” de
Dios: la naturaleza y la lucha entre el bien y el mal y la necesidad en el hombre). Y Un principio positivo y
racional (que en Dios vence eternamente y se revela poco a poco en todas las religiones, hasta la cristiana la
más perfecta).En la historia humana el principio positivo está destinado a vencer.
Divide la filosofía en filosofía positiva y filosofía negativa:
Filosofía positiva: especulación basada en la religión y la revelación y concierne a la existencia efectiva de
las cosas; debe integrar la Filosofía negativa: especulación basada en la sola razón que concierne a la
esencia de las cosas.
HEGEL: (Idealismo absoluto) Fichte ha sido caracterizado por su espíritu activo, Schelling por ser un
artista, Hegel lo será por ser un intelectual puro. La intuición trascendental le revela la “idea”, es decir, el
espíritu concebido como razón, creador de la realidad universal. La idea es lo Absoluto, se autogenera, se
actúa, se realiza como infinito que pone y supera al infinito. Es un círculo en que principio y fin coinciden
dinámicamente. Automovimiento de reflejarse dentro de sí misma, es una reflexión circular en ritmo tríadico.
La dialéctica es el método que garantiza el conocimiento del absoluto y eleva la filosofía a una ciencia. La
dialéctica es un movimiento circular. Tiene tres momentos: tesis, antítesis, y síntesis.
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¡VENGA TU REINO!
Tesis: afirmación del espíritu, momento intelectivo, el entendimiento eleva a lo universal, pero la filosofía
debe ir más allá del entendimiento
Antítesis: contracciones de la misma afirmación, momento negativamente racional, dialectico, cada concepto
parece invertirse en el respectivo opuesto. Ej.: el niño ha de morir como tal para llegar a ser adulto, lo
negativo consiste en la insuficiencia de los opuestos. Pide una síntesis superior.
Síntesis: tesis más amplia, supera las anteriores, momento especulativo, positivamente racional, capta lo
positivo de los opuestos y se muestra como totalidad concreta
Tesis Antítesis Síntesis
Idea=Absoluto Idea en sí Idea fuera de sí Idea que retorna a sí
Dios Logos divino Naturaleza Espíritu
Ciencia Lógica Filosofía de la Naturaleza Filosofía del Espíritu
Pensamiento antiguo incluían el 1er y 2do momento. El 3ero es la novedad hegeliana. El momento
especulativo es una superación ya que “quita” y “conserva”.
Fenomenología: Al filosofar el hombre se eleva más alto que la conciencia común, a la altura de la razón
pura, alcanza el punto de vista del absoluto. La fenomenología conduce al absoluto, el absoluto tomó el
mismo camino para llegar a sí mismo. Método es la dialéctica. Es la ciencia del aparecer y del manifestarse,
la aparición del espíritu en diversas etapas hasta llegar al saber absoluto. La historia de la conciencia del
individuo es recorrer la historia del Espíritu. Itinerario del espíritu: cada conciencia es autoconciencia, esta se
descubre como razón, la razón se realiza plenamente como Espíritu que, mediante la religión, llega al Saber
absoluto.
La lógica en Hegel llega a las verdades últimas. Pensar y ser coinciden, “Lo real es racional y lo racional es
real”. La realidad no es sustancia, es pensamiento/espíritu, es automovimiento. Lógica=metafísica. Esto se
realiza gracias a Kant. Es la exposición de Dios antes de la creación. Dios de la tesis. Dios después de la
creación es la síntesis.
La filosofía del espíritu: el espíritu es la más alta manifestación del Absoluto. Es el fin último de la
naturaleza. Filosofía: Espíritu::Religión: Dios. Se desarrolla en tres estadios
Esp. Subjetivo: Esp. Del individuo, ligado aún al finito
Esp. Objetivo: Esp. Colectivo que se realiza progresivamente: en la familia, sociedad civil, en el Estado
Esp. Absoluto: tres momentos progresivos: arte, religión y filosofía (tres momentos de la religión: oriental,
griega, cristiana; tres momentos de la filosofía: griega, medioevo, moderna germana) La idea misma goza de
sí eternamente como Espíritu absoluto.
En la práctica/política desemboca en un socialismo totalitario, se considera al espíritu universal como
realidad primaria y creadora. El Estado es una representación del espíritu, se justifica por sí mismo. Estado
es el ingreso de Dios al mundo. El ciudadano existe para el Estado. El Estado tiene poder absoluto, organiza
la vida de la sociedad. A su vez, desemboca en Marxismo. (Este simplemente sustituye el absoluto por otro
de carácter económico material.)
Uno de los errores dentro del sistema de Hegel radica en la Antítesis, puesto que en el Absoluto no puede
haber insatisfacción y por ende tampoco creación (alienación de la Idea=naturaleza) por necesidad. Con esto
pierde sentido el movimiento tríadico, y el sistema hegeliano.
2 EL HISTORICISMO HEGELIANO
La razón de ser de la historia no es divina ni humana, sino impersonal. Transcurre según una ley de la cual
puede darse razón. Es el resultado del desenvolvimiento dialectico de la Idea.
Idea es equivalente al Dios de la religión. La Idea no ha creado el mundo por amor sino por necesidad, por la
insuficiencia de la primitiva Idea. La idea quiere experimentarlo todo, experimentar los conflictos, para
alcanzar su plena verdad. La Idea quiere reconquistar su perdida libertad para llegar a ser verdaderamente
ella misma. Libre es el que hace lo que debe hacer para realizar su esencia. La libertad de la historia es
cumplimiento del fin. Es libre solo el que está en sí mismo/necesidad interna.
Protagonista de la historia es el Espíritu. La historia culmina con la liberación definitiva del Espíritu
convirtiéndose en Esp. Absoluto. Esta liberación definitiva no es posible sin pasar por el dolor, el sufrimiento
(antítesis). El Espíritu que busca su libertad busca su autosuficiencia. Se desarrolla en uno de los grandes
pueblos de la historia. Un pueblo existe auténticamente solo cuando lleva el Espíritu en su entraña. Lo que
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¡VENGA TU REINO!
verdaderamente ha acontecido en la historia es la reconciliación del Espíritu con su concepto. Hay 3 fases de
la llegada del Espíritu a sí mismo:
Infancia, Pueblos orientales, el único hombre libre es el déspota
Juventud, mundo griego y romano, fase de la reflexión del Espíritu sobre sí mismo, el hombre libre es el que
realiza sus fines a través del Estado
Madurez, mundo cristiano/germánico (bizantino, invasiones, mahometismo, Carlomagno, medioevo,
Renacimiento, Reforma, Estados Europeos, Rev. Fr.) El Espíritu comienza a vivir de su propia entraña y
sustancia. Solo necesita de sí mismo, se satisface pero satisface también al pueblo en que se encarna.
Historia es solo para Hegel la evolución del Espíritu y su lucha para llegar a ser sí mismo, para desvincularse
de la oprimente naturaleza y hacerse libre. El Estado es el único poder real de la historia, es el portador del
Espíritu. Solo en el Estado tiene el hombre existencia racional. De no haber decidido salir de sí misma la
Idea hubiera estado tranquila, más no satisfecha. Los “individuos cosmico-historicos” son momentos
particulares del espíritu del mundo, por los que el Espíritu teje sus designios (Napoleón).
La materia, sustancia originaria, es primer principio de toda la realidad. Toda forma, energía, la vida y la
conciencia derivan de la materia. Opuesto al IDEALISMO (reduce la materia de la forma ideal). Rechaza
dualismo (materia y espíritu). Niega a Dios, principio superior espiritual. La materia es eterna e infinita.
VOGT- el pensamiento es secreción del cerebro. Alma humana es resultado de fuerzas del organismo. Dios
personal pugna con la sana razón.
MOLESCHOTT- exaltación del valor absoluto de la ciencia. Realidad es la transformación de la materia.
La vida es un estado de la materia. Materia produce el pensamiento. Moralidad depende del ambiente, clima,
razas.
BUCHNER- Fuerza y materia(La biblia del materialismo) En la naturaleza solo encontramos la materia y
fuerza. Fuerza y materia son los principios de los seres y están unidas. Fuerza material sería como el
principio motor. Fuerza separada creadora es un absurdo. Materia es eterna. En la naturaleza nada se pierde,
nada se crea. Contra religión, leyes naturales impiden milagros, niega providencia ya que las leyes naturales
no pueden intervenir. (La obra es una superficialidad filosófica).
Materialismo histórico: Fue empleada por Engels para designar la doctrina de Marx sobre la evolución de
la sociedad. No es la conciencia de los hombres la que determina su ser, sino al contrario, su ser social
determina su conciencia. La estructura económica determina la superestructura de las Ideas. El modo de
producción de la vida material condiciona, en general, el proceso social. Con el cambio de la base estructura
económica se trastorna más o menos rápidamente toda la superestructura gigantesca. El hombre es diferente
del animal por la religión, la conciencia, pero COMENZARON a diferenciarse de los animales cuando
comenzaron a producir sus medios de subsistencia. EL HOMBRE DEPENDE DE LAS CONDICIONES
MATERIALES DE SU PRODUCCION. ESENCIA DEL HOMBRE ESTA EN SU ACTIVIDAD
PRODUCTIVA. Las ideas dominantes de una época han sido siempre solo las ideas de la clase dominante.
La historia verdadera y fundamental es la de los individuos reales, de su acción para transformar la
naturaleza y sus condiciones de vida (tanto las que encontraron ya existentes como de las producidas por su
propia acción).
Materialismo dialectico: Fue utilizada por Engels y sobre todo por Lenin para designar la visión filosófica
de mundo. La dialéctica es una explicación de la realidad, es la ciencia de las leyes más generales del
movimiento. Es el movimiento de la naturaleza. El mundo pasa por un cambio ininterrumpido de devenir. La
historia es dialéctica. Raíces en el sistema hegeliano: síntesis de los opuestos. Marx la invierte (suplanta la
IDEA por MATERIA/historia). Permite a Marx comprender el movimiento real de la historia. Todo
momento histórico genera contradicciones: estas son el resorte del desarrollo histórico, conducen a su
superación. Ej.: burguesía nace dentro de la sociedad feudal, con la Rev. Fr. La burguesía destruirá los
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¡VENGA TU REINO!
vínculos feudales. Inevitable- paso de la sociedad capitalista a la comunista (suspensión positiva de la
propiedad privada).
Historia de la sociedad es la lucha de clases (opresores y oprimidos, burguesía y proletariado). Los obreros
negaran y superaran a los burgueses en una revolución violenta. Los salarios tienden a reducirse al mínimo
necesario para la subsistencia. El producto del trabajo es propiedad no del trabajador sino del capitalista.
Plusvalía es el producto suplementario no pagado por el capitalista al obrero. Ve la necesidad del paso de una
sociedad de clases a una sin clases (comunismo: sociedad sin propiedad privada, sin clases ni alienación ni
Estado).
NIETZSCHE: La vida es cruel y ciega irracionalidad, dolor y destrucción. Solo el arte permite al individuo
enfrentar el dolor de la vida. Sócrates fue un gran enfermo, destruyó la fascinación dionisíaca (Grecia
presocrática s. VI a. C., arte trágico). La historia pasada no es un modelo, Nietzsche asume actitud crítica de
la historia como juez que mira al pasado condenando elementos que obstaculizan los propios valores.
Anuncia la muerte de Dios en nombre del espíritu dionisíaco que ama la vida, y ataca al cristianismo que ha
derrotado al mundo griego y ha envenenado a la humanidad, ha considerado pecado todos los valores y
placeres de la tierra. La moral cristiana es la moral de los débiles. Dios cristiano es divinidad de los
enfermos, contradice la vida. “En Dios se ha divinizado la nada”. La iglesia hizo de cada valor un antivalor.
El resentimiento está en la base de la moral de los esclavos, de los fracasados. Odian lo bello, la fuerza, la
salud. Esta moral permite un dominio de los débiles sobre los fuertes. El hombre ha matado a Dios, la
sociedad occidental se fue cansando de Dios y así lo mató; es la liberación de las cadenas de lo sobrenatural.
Desaparece el hombre viejo, valores antiguos. Hombre nuevo es el superhombre que ama la vida y crea el
sentido de la tierra, emerge de nuevo lo dionisíaco.
Nihilismo: consecuencia necesaria del cristianismo, de la moral y del concepto de verdad de la filosofía. Las
ilusiones, al perder sus máscaras, no queda nada, un abismo de la nada. Surge cuando buscamos sentido a
algo que no lo tiene. No hay valores absolutos, ni providencia, ni orden cósmico. El mundo solo tiene
necesidad de la voluntad, la voluntad de aceptarse a sí mismo y de repetirse. Eterno Retorno- el mundo no
avanza en línea recta hacia un fin (†) ni su devenir es progreso (Hegel), sino que todas las cosas retornan
eternamente. Amor fati- aceptación del Eterno Retorno, de la vida, sus aspectos buenos y malos.
El hombre debe inventar al hombre que se sobrepase. El superhombre sustituye los viejos valores por su
propia voluntad. El superhombre será la medida de todas las cosas (Protágoras). Volverá la sanidad, sus
valores serán la salud, fuerte voluntad, amor, embriaguez dionisíaca.
Critica: TODO EN NIETZSCHE ES AYUDA PSICOLÓGICA para vivir de manera dionisíaca. Puesto
que el ser es caótico, no se puede conocer. No existen ni la verdad (Nietzsche la condena), ni el bien, ni
la belleza. Por ello escribe novelas y no hace filosofía, ni teorías. Sus escritos son solamente meras
expresiones de su subjetividad, que no es verdadera ni falsa (para él mismo).
ES CONTRADICTORIO Y ABSURDO, PUESTO QUE DECIR QUE LA VERDAD NO EXISTE, ES
ADMITIR QUE ES POSIBLE LO CONTRARIO.
Sería como decir: “es verdad que la verdad no existe”. Y esto es absurdo.
A. COMTE, s. XIX, Desarrolla el positivismo sociológico, en el que las ciencias naturales son el
conocimiento. La Teología y la Metafísica no tienen base científica (van más allá del conocimiento
empírico). La humanidad pasa por tres estadios (la ley de los tres estados):
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¡VENGA TU REINO!
a) Teológico- infancia: los fenómenos se explican cómo productos de la acción directa y permanente de
agentes sobrenaturales.
b) Metafísica- juventud: los agentes sobrenaturales son sustituidos por fuerzas abstractas.
c) Positivo- madurez: el espíritu humano reconoce imposibilidad de lograr conocimientos absolutos (origen
del universo, causas íntimas de los fenómenos). Opta por descubrir por la razón sus leyes efectivas.
La filosofía positiva cree que solo una sociología científica puede ser considerada como la base sólida para la
reorganización social de los estados en crisis. Esta sociología consiste en el conocimiento de los hechos
sociales y políticos. El fin de la ciencia es la ley. Para Comte la ley es necesaria para prever, la previsión es
necesaria para la acción del hombre. La ley dará al hombre dominio sobre la naturaleza (Descartes y Bacon).
BENTHAM: máxima felicidad posible por el mayor número de personas. Alcanzar el placer, evitar el dolor.
STUARTMILL, s. XIX: principio de la máxima felicidad (Bentham). Añade a la cantidad de placer la
calidad. “Es preferible ser Sócrates enfermo que cerdo satisfecho”.
HERBERT SPENCERPositivismo evolucionista: publicó su concepción evolucionista años antes que
Darwin. La ciencia y la religión atestiguan que la realidad última es incognoscible y que el universo es un
misterio. La filosofía es la ciencia de los primeros principios. Un principio general es la redistribución
continua de la materia y del movimiento. El reposo absoluto no existe, cada objeto cambia cada instante (ley
de la evolución). Paso a una forma más coherente, de lo homogéneo a lo heterogéneo, de lo indefinido a lo
definido. La evolución del universo es un progreso necesario que avanza hacia lo mejor.
S. XIX-XX, es la filosofía de una nación orientada firmemente hacia el futuro, es la forma que tomó el
empirismo en Norteamérica. Empirismo: el conocimiento se basa en la experiencia, en datos sensibles;
Pragmatismo: la experiencia es apertura hacia el futuro. Rechaza la metafísica. La validez de toda teoría
radica en su capacidad de valer como guía de conducta práctica.
PIERCE: Es el fundador del Pragmatismo Americano; el conocimiento es investigación, y esta es parte de la
duda, que busca la creencia, la cual determinará nuestras acciones. Métodos para fijar las creencias: La
tenacidad: seguro solo en apariencia; autoridad: quien busca imponer las propias ideas por la
ignorancia/temor; a priori: metafísica, similar a la anterior; científico: formulación de hipótesis y de su
control. Solo la última es válida. La científica tiene tres razonamientos: deducción, inducción y abducción.
PIERCE CONSIDERA VERDAD LO QUE ES REFORZADO POR EL EXITO PRÁCTICO.
JAMES: Expresa que el pragmatismo es solo un método, es preciso retirar la vista de los principios y
atender a los hechos. Tiene en cuenta los efectos prácticos. La verdad de las ideas es identificada con su
capacidad operativa, con su utilidad para el mejoramiento de la condición vital de un individuo.
DEWEY: Lo verdadero es lo que pone en condición de resolver con éxito las situaciones problemáticas.
Instrumentalismo: conocimientos son instrumentos que los hombres usan para responder a problemas.
BERGSON: s. XIX-XX, Propone un doble modo de conocer las cosas: inteligencia e intuición, contrapuesto
al método científico. Es inmediato, intrínseco, alcanza lo absoluto. El conocimiento real de las cosas solo
puede ser conocido por la intuición, que es el instinto que ha llegado a ser desinteresado, consciente de sí
mismo, capaz de reflexionar sobre el propio objeto y ampliarlo indefinidamente. La intuición nos conduce a
la vida espiritual. Esta actúa mediante la simpatía. La intuición es la visión del espíritu por parte del espíritu.
Nos revela la duración de la conciencia y el tiempo real, nos hace conscientes de la libertad que somos
nosotros mismos.
BLONDEL: S. XIX-XX, La filosofía de la acción es de resultados religiosos, (católico). Es necesario
trasladar el centro de la filosofía a la acción, porque en ella se encuentra también el centro de la vida. La
acción expresa lo más profundo del hombre, de su voluntad. “Es esa síntesis del querer, del conocer y del
ser; es el punto en que convergen el mundo del pensamiento, el mundo moral y el mundo de la ciencia. Es el
elemento primero de la vida. (La filosofía será basada en la acción, no en el ser/prescinde de la metafísica
para llegar a lo trascendente). La ciencia no explica la acción. Sin embargo, hay una desproporción entre
voluntad y obra. El reconocimiento de la insuficiencia del orden natural permite al hombre reconocer y
recibir lo sobrenatural (método de la inmanencia). Solo Dios puede colmar el vacío que hay entre mi
voluntad y sus realizaciones.
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¡VENGA TU REINO!
¡Volvamos a la cosa en sí! Pasar del sujeto al objeto. Se parte de datos indudables, evidencias estables. Es
necesario buscar cosas manifiestas, tan evidentes que no puedan negarse. Descripción de fenómenos que se
presentan a la conciencia después de la epoché (suspensión de persuasiones filosóficas y conocimiento
natural). Consciencia es lo primero evidente. Respuesta al totalitarismo cultural de la filosofía positivista;
desconfía de todo apriorismo idealista.
La fenomenología es la ciencia de las esencias. No le interesan los ritos, himnos de la religión, sino que
desea comprender qué es la religiosidad. Husserl=idealista, las esencias son puestas por la conciencia;
Scheler= realista, son intuidas, objetivamente dadas.
HUSSERL: s. XIX-XX, Sus alumnos: Heidegger y Edith Stein. Padre de la fenomenología.
Judío→Luterano≈Católico. Profundiza en el comienzo del filosofar. El conocimiento comienza con la
experiencia de cosas concretas existentes, de hechos. Captamos una esencia cuando el hecho se presenta a la
conciencia. Esencia es lo que se encuentra en el ser de un individuo constituyendo lo que él es. Se obtienen
de la intuición eidética (visión directa de la esencias), y las esencias son todas las naturalezas captables por
dicha intuición.
La conciencia intencional se refiere siempre al objeto. Se describe lo que se manifiesta a la conciencia, el
fenómeno. No percibo la apariencia de un perfume, percibo el perfume mismo.
Epojé: (método fenomenológico) similar a la duda cartesiana, mas Husserl no duda de la existencia del
mundo, sino que no hace uso de esas convicciones. Significa retención, poner fuera de juego (escépticos
griegos). Suspensión de las convicciones científicas pero que pueden ser atacadas por la duda ya que una
filosofía rigurosa no puede basarse en ellas. La conciencia no puede ser puesta fuera de juego, su existencia
es firme. Deriva inevitablemente hacia el subjetivismo de una fenomenología trascendental, hacia la
afirmación del primado, la inmanencia de la conciencia como posición absoluta. La conciencia es posible sin
el mundo, sin el cuerpo y sin el alma.
SCHELER: adversario de la ética kantiana: “Tú debes porque debes,” mas esto no está justificado. Scheler
reemplaza el deber por el valor. Kant no comprende bienes y valores. Los bienes tienen valor, los valores son
esencias (Husserl). Bien es una pintura, pero lo es por el valor de su belleza. Los bienes son hechos, los
valores son esencias.
Doctrina ética del valor. Existe un ámbito de la realidad—el de los valores—en el que la mirada
fenomenológica es capaz de reconocer un orden legal objetivo; esto sería el fundamento de la ética filosófica.
Mayor obstáculo es la teoría ética kantiana que rechaza todas las éticas materiales ya que estas jamás podrán
tener principios universales por ser empíricas (alguien movido por compasión resuelve ayudar a una persona
necesitada—no actúa de acuerdo a un principio moral). Scheler dice que ciertas propiedades en la voluntad
nos motiva a obrar sin que intervenga un “placer práctico” (Kant). Estas propiedades son valores. Existe un
conocimiento apriórico de los valores, en el cual se funda la ética. El hombre puede actuar, no en base a los
sentimientos, sino al valor en el fin y que reconoce a priori.
La persona humana es una unidad esencial que efectúa actos, se manifiesta y transforma a través de sus
actos/vivencias.
STEIN: Alumna de Husserl; desarrolla la fenomenología de la empatía- podemos darnos cuenta de lo vivido
por otra persona por la empatía. Esencia de la empatía: “en mi experiencia vivida no-original, me siento
acompañada por una experiencia vivida original, que no ha sido vivida por mí, sin embargo se enuncia en mí,
manifestándose en mi experiencia vivida no-original”.
El conocimiento humano está limitado; la filosofía no puede darnos la verdad total y absoluta. La tarea más
importante de la filosofía cristiana es preparar el camino a la fe, como hizo Tomás.
Conocida también como filosofía analítica inglesa (Cambridge y Oxford), es un oficio ejercido “sobre” la
lengua para captar mejor el funcionamiento del “lenguaje” y ver en el mundo, a lo que se refiere el lenguaje.
La filosofía es análisis, clarificación del lenguaje y por ende del pensamiento. Wittgenstein dice, “no
busquen el significado, busquen el uso”. La filosofía ha de describir los usos que hacemos de la palabra y
hacer que surja el conjunto de reglas que regulan los diversos juegos lingüísticos. Para Moore, muchas de las
confusiones de los filósofos se dan porque estos intentan dar respuestas sin entender las preguntas. Según
Wisdom, la metafísica es una paradoja, es un intento de decir lo que no se puede decir.
El primer WITTGENSTEIN: Tractatus: la filosofía tradicional y las soluciones tradicionales proceden de la
ignorancia de los principios del simbolismo y del mal uso del lenguaje. El pensamiento es identificado con el
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¡VENGA TU REINO!
lenguaje; todo pensar válido habrá de reflejarse en una estructura lógica correcta del lenguaje. La obra trata
de la naturaleza del lenguaje y de su capacidad de representación simbólica e indagación del carácter
particular del lenguaje lógico y matemático. La función del lenguaje consiste en tener significado. Busca
resolver, a través del análisis lógico-lingüístico, problemas que la filosofía ha planteado.
La supervivencia del alma no resolvería ningún enigma; la solución de la vida está fuera del espacio y del
tiempo. No pertenece al campo de la ciencia. Aserciones como la oración y la adoración no encuentran un
análisis lógico correcto. Hablar de ética o religión es traspasar los límites del lenguaje, no pueden ser una
ciencia. Por tanto, de lo que no se puede hablar, mejor es callarse.
El último WITTGENSTEIN: Retirado 15 años de la filosofía. Critica su propio Tractatus.Ha tenido mucha
influencia de pragmáticos. El contacto con el lenguaje de niños lo impulsó a asumir una nueva perspectiva
teórica en la interpretación del lenguaje. Con nuestro lenguaje hacemos más que denominar objetos. Con el
lenguaje hacemos las cosas más variadas: oramos, imitamos, describimos, inventamos historias, cantamos,
etc. El lenguaje es un conjunto de juegos lingüísticos, y estos son innumerables. Existen diferentes funciones
de las palabras. La filosofía tiene la tarea precisa de describir el funcionamiento de los diferentes juegos-
lingüísticos. Los problemas filosóficos surgen cuando el lenguaje toma vacaciones.
Neopositivismo/Positivismo Lógico: (Positivismo- Única fuente de conocimiento es la percepción sensible.)
Es una corriente de análisis lógico y lingüístico. Surgió en Viena (1920-1930) en un grupo de científicos,
matemáticos y filósofos (Círculo de Viena). Para el neopositivismo no existen verdades a priori, superiores al
sentido. No tienen sentido enunciados de Dios, alma, trascendencia (estos son pseudo-problemas/actitud
antimetafísica). Dos tendencias:
SCHLICK: moderado, fundador del Círculo; primer neopositivista, insiste en el elemento empírico más que
el lógico: El principio fundamental del neopositivismo es el principio de la verificación: Toda proposición es
verdadera si puede ser verificada en la experiencia; excluye cualquier hecho meta empírico. La filosofía es la
actividad mediante la cual se descubre o determina el sentido de los enunciados. La metafísica es imposible.
CARNAP:radical, enfoca en los aspectos lógicos: el significado no requiere relación a elementos
extralingüísticos, sino que se salva totalmente dentro del mismo lenguaje. La filosofía deja de ser
conocimiento de las cosas, ahora es un simple conocimiento de las estructuras lingüísticas. La metafísica
solo ha producido pseudo-proposiciones, las cuales no tienen sentido.
FILOSOFIA DE LA NATURALEZA
La FILOSOFÍA es el conocimiento de todas las cosas por sus razones últimas, adquirido por la sola luz de la
razón. Siguiendo una distinción clásica, son tres los objetos de la reflexión filosófica: el MUNDO, el
HOMBRE y DIOS.
En filosofía clásica, el término naturaleza tiene dos acepciones, que están ligadas:
a) LA ESENCIA, entendida como principio de operaciones, en un sentido metafísico y amplio; y, en
un sentido restringido, como ordenamiento a un fin, y, por tanto, principio de movimiento.
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¡VENGA TU REINO!
b) El conjuntode OBJETOS que son SUJETOS DEL MOVIMIENTO, es decir, que son corpóreos,
materiales, y que conforman el cosmos o la physis.
De esta segunda acepción es de la que se ocupa la physica o filosofía de la naturaleza, también llamada
cosmología filosófica.
El análisis recién expuesto muestra que los términos “naturaleza” y “natural” no tienen un significado
univoco.
Relación con Metafísica: El que admita la existencia y la necesidad de una filosofía del ser en general, debe
admitir también la legitimidad y la necesidad de un análisis y una reflexión filosófica sobre el ser del mundo
físico en su especificidad, sobre su valor en sí y en relación al hombre, para insertar la realidad mundana en
la totalidad sistemática y jerárquica del ser en general.
Toda filosofía, para que sea completa, debe incluir una filosofía del mundo, que estudie no sólo su
cognoscibilidad, sino también su naturaleza.
Desde un punto de vista lógico, la filosofía natural depende de la metafísica, porque para determinar el
sentido del ser material, parece necesario aclarar antes el sentido del ser. Pero, por nuestro modo de conocer,
comenzando por las cosas sensibles y exteriores “la filosofía natural precede a la metafísica, y por esto
conviene estudiarla antes que ésta.
La filosofía de la naturaleza tiene un valor propedéutico en orden a la metafísica” (Artigas y Sanguineti). Al
estudiar la naturaleza descubrimos estructuras universales en las cosas, como la composición de sustancia-
accidentes, acto-potencia, o conocemos la actividad de las causas y su influjo en el ser de los entes físicos. Se
asciende al nivel de la metafísica, del ser como tal, que desborda los límites del ser móvil.
La filosofía de la naturaleza ofrece, pues, una sólida base para el conocimiento metafísico. Al saber que las
cosas tienen un orden y una naturaleza propia, el hombre adquiere una primera experiencia del ser
trascendente, es decir, de algo independiente de su inteligencia y de su voluntad.
La Filosofía del Mundo Físico, para lograr una visión completa de su objeto, no se reduce sólo a una
'filosofía de la naturaleza' ('ontología del mundo físico'), sino que debe abarcar también a la 'filosofía de la
ciencia', en sentido amplio ('epistemología del mundo físico').
Estudian las substancias y las potencialidades Necesita de las ciencias según los temas que
naturales, pero no se preguntan por la noción estudia. A veces, la experiencia ordinaria
misma de substancia o de potencia tal como lo hace proporciona suficiente base para la reflexión
la filosofía. filosófica. No obstante, también en esos casos es
interesante contar con las ciencias, para garantizar
que nuestra interpretación de la experiencia
ordinaria es correcta.
Sin embargo, es posible un diálogo interdisciplinar entre ambas ciencias, visto que la realidad que se trata de
conocer es, en definitiva, la misma.
a) Ambos saberes, con las diferencias apuntadas, coinciden en proporcionar conocimientos verdaderos de
la naturaleza material.
b) Las ciencias experimentales ayudan a la filosofía de la naturaleza en varios aspectos: aportan
conocimientos detallados acerca de las cosas materiales, mostrando cómo ciertas convicciones del
conocimiento ordinario son, en ocasiones, sólo hipotéticas o incluso erróneas.
c) La filosofía de la naturaleza permite plantear una adecuada interpretación de las conclusiones científicas
y del valor de verdad de las grandes teorías científicas.
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¡VENGA TU REINO!
d) En algunos temas concretos, las ideas filosóficas pueden alentar las investigaciones científicas, como de
hecho ha sucedido (se llega a la teoría atómica a partir de especulaciones filosóficas sobre la
constitución de la materia).
«En conclusión, existe una autonomía relativa entre estos dos saberes. El método filosófico no produce
descubrimientos científicos, y la metodología de las ciencias no sirve para filosofar. Y al mismo tiempo, se
da una unidad analógica del saber: la verdad filosófica no puede contradecir a la científica, ni viceversa, y
ambas se complementan». (Artigas y Sanguineti).
En ciencias aplicadas, el modelo matemático es uno de los modelos científicos que emplea algún tipo de
formulismo matemático para expresar relaciones, variables, parámetros, y relaciones entre variables y/o
entidades u operaciones, para estudiar comportamientos de sistemas complejos ante situaciones difíciles de
observar en la realidad.
La substancia es el ente en sentido más pleno y completo. Propiamente, no decimos que el accidente sea una
cosa o un ente, porque no le compete ser en sentido pleno, sino de modo secundario.
Observamos en todos los seres del mundo físico una serie de rasgos comunes:
Extensión: los cuerpos tienen dimensiones, son grandes o pequeños, ocupan un sitio u otro. En virtud
de esta propiedad, cambian su configuración externa y se mueven localmente
Cualidades sensibles: un cuerpo es tangible, duro o blando, luminoso y con colores, frío o caliente.
Mediante estas cualidades, unos cuerpos influyen en otros (tocar, quemar, romper)
Perceptibles a los sentidos: un cuerpo físico se puede ver, se puede palpar, oír. Sus cualidades tienen
repercusiones en nuestros órganos sensitivos.
Estas propiedades son necesarias para que un cuerpo sea cuerpo: un ente inextenso, sin cualidades sensibles
y no perceptible por los sentidos no sería una substancia corpórea. De estas tres propiedades, la extensión se
revela como la propiedad fenomenológicamente primaria de los cuerpos, como se ve en la siguiente
definición de Santo Tomás: “El cuerpo, en cuanto pertenece al género de la substancia, es aquello a cuya
naturaleza convienen dimensiones concretas”. Debemos tener cuidado ya que esta definición no es idéntico,
ni busca serlo, a la concepción cartesiana del cuerpo como extensión pura. Tomás busca afirmar que la
extensión es una propiedad esencial.
Un análisis interno desde un punto de vista filosófico nos permitirá comprender la naturaleza del ente
corpóreo. Vemos que las cosas corpóreas son esencialmente compuestas, y que la composición fundamental
es la de forma substancial y materia prima.
A diferencia de Platón, Aristóteles admite que la substancia puede estar sometida a procesos de desarrollo
vital y devenir (génesis), como observaba frecuentemente en los embriones de ave, mamíferos o reptiles. Así,
la substancia primera no será simplemente algo estático (una Idea eterna en Platón), sino una realidad capaz
de desarrollarse, devenir, perfeccionarse y crecer. Es un ser precario, que nace y puede perecer. La mejor
manera que Aristóteles encontró para explicar esta propiedad de la sustancia, de los individuos concretos, fue
considerarla un compuesto de materia (hylé) y forma (morphé). Un texto de Aristóteles ilustra bien esta idea:
«Lo que se llama forma no son cosas producidas [fabricadas o engendradas], sino que lo producido es el
compuesto de materia y forma, que recibe en su conjunto el nombre de la forma. Por ello todo lo que es
producido contiene materia. Una parte de la cosa es la materia y la otra es la forma» (Met., VII, 8, 1033 a 24-
b 20).
Forma es la esencia de la cosa, la sustancia segunda, la especie, y es eterna. Pero sólo existe en la
materia. Cuando fabricamos algún objeto de metal, madera o piedra producimos en realidad un
compuesto con una forma determinada. Por eso la forma no puede existir sin la materia. La forma es el
elemento más universal de las cosas, algo intrínseco a ellas. Aristóteles da prioridad a la forma sobre la
materia. La considera la verdadera esencia del individuo.
Materia es, por ejemplo, el bronce o la madera. A estas cosas le llama Aristóteles materia próxima o
segunda, perceptible por los sentidos. Admite cualquier forma. Pero habla también de una materia
primera absolutamente indeterminada, carente de forma, cualidades o extensión, incapaz de existir
independientemente. Esta noción recuerda al àpeiron de Anaximandro, o a la materia primordial del
Timeo. Sería algo así como el sustrato último de toda materia, del cual el bronce ya sería una esencia o
forma determinada. Dicha materia primera también sería eterna, pero imperceptible por los sentidos,
sólo por la inteligencia.
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¡VENGA TU REINO!
Lo que deviene o se engendra es el individuo concreto, compuesto de materia y forma. Ambas son eternas,
pero no existen independientemente, sino en forma de compuesto. Se denomina hilemorfismo o teoría
hilemórfica a esta doctrina filosófica que considera la realidad física y natural concreta compuesta de materia
y forma. Sólo las entidades físicas como un árbol, una casa o un mamífero tienen materia y forma. Pero no
conceptos abstractos como el bien, la justicia y la alegría.
Aristóteles concede prioridad a la forma porque es, al mismo tiempo: 1) la esencia de cada cosa; 2) la
naturaleza o "principio" inmanente de actividad. Sólo la forma es definible y cognoscible. Es lo común a
toda especie, por lo que tiene un carácter supra-individual.
La cantidad
La cantidad es el accidente primero de los entes corpóreos, puesto que todos los demás accidentes afectan a
la substancia a través de la cantidad.
La cantidad es un concepto relacionado con la magnitud, la medida, el número y la divisibilidad.
«Definición» de cantidad
«Todos los cuerpos se manifiestan como extensos, con una cierta magnitud y dimensiones: por eso pueden
dividirse, aumentar o disminuir de tamaño, y cambiar de lugar».
La cantidad como primer accidente«La substancia corporal es determinada inmediatamente por la cantidad
y, a través de ella, por los demás accidentes, que se realizan afectando directamente a la cantidad y
participando de algún modo de las dimensiones» (Artigas y Sanguineti).
Las cualidades
«La experiencia nos muestra que los cuerpos, además de tener unas características cuantitativas, tienen otras
que los determinan accidentalmente en su modo de ser: por ejemplo, la densidad, la temperatura, la
capacidad de ejercer acciones de diversos tipos sobre otros cuerpos, el olor, etc…».
«Mientras que la cantidad es un único accidente en cada substancia, las cualidades son múltiples . Todo
cuerpo está afectado por diversas cualidades, ya que es imposible que se dé una substancia material que solo
posea extensión, sin otra determinación accidental más que la cantidad»
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¡VENGA TU REINO!
Son accidentes intrínsecos: Determinan el modo de ser de la substancia: no se atribuyen a la substancia como
algo que depende de las circunstancias externas, sino como algo que afecta a su modo de ser.
Determinan a la substancia en relación con su forma: O sea, con su modo de ser, mientras que la cantidad es
también un accidente intrínseco, pero que determina a la substancia en relación con su materia. Por eso, se
dan cualidades en las substancias que espirituales que carecen de materia, mientras que esas substancias no
pueden tener cantidad».
«Podemos decir, por tanto, que la cualidad es un accidente intrínseco que determina a la substancia en
relación con su forma».
Recordemos que, como es un accidente, es decir, un género supremo del ser, la cualidad no puede ser
propiamente definido, sino de forma aproximada.
Ya se ha señalado que un rasgo básico de la substancialidad es la unidad estructural; si falta esa unidad, no
existirá una verdadera substancia, sino tan sólo una simple agregación. De nuevo, esta característica resulta
patente cuando se identifican las substancias con los sistemas naturales unitarios, a los que hemos
denominado unitarios precisamente para subrayar su unidad estructural.
La unidad estructural implica un cierto orden, que es especialmente fuerte cuando existe no sólo un orden
genérico sino una auténtica organización en la cual los componentes cooperan de modo funcional en la
existencia y en la actividad del sistema. Es lo que sucede en el caso de los vivientes, cuya estructura
prevalece sobre los componentes: considerados en su materialidad concreta, los componentes cambian
continuamente, pero la estructura fundamental permanece a través de esos cambios; además, la existencia y
la actividad de cada parte está condicionada por la funcionalidad cooperativa de las demás partes dentro de la
organización estructural unitaria.
La substancia natural posee, por tanto, un modo de ser propio que se caracteriza por una unidad estructural
específica. Se trata de un núcleo básico que puede permanecer a través de múltiples cambios que no llegan a
modificarlo (cambios accidentales), pero también puede transformarse en otro modo de ser cuando dejan de
darse las condiciones requeridas (cambio substancial).
Compuestos substanciales
Las substancias más simples pueden unirse, fusionarse, combinarse, para formar substancias más complejas.
En los compuestos una nueva forma substancial emergente organiza de modo más alto la materia y desplaza
a las formas substanciales inferiores.
Es evidente, sin embargo, que los componentes actúan y tienen cierta “presencia” en la substancia
compuesta, y que ésta pueda descomponerse en sus elementos constitutivos. Ejemplo, en el agua hay
oxígeno e hidrógeno que mantienen en parte sus propiedades, y por descomposición del agua se obtienen
individualizados. Se plantea así el problema de ver cómo es compatible esa presencia de los componentes
con la unidad substancial del compuesto.
La integración unitaria de las substancias complejas se explica por la presencia virtual de los componentes en
el compuesto. Si la substancia es verdaderamente tal, debe ser una y ha de poseer una única forma
substancial, que gobierna el comportamiento unitario del compuesto y explica sus leyes propias, irreductibles
a la simple suma de varios cuerpos. Señalaremos algunas características de esa presencia virtual:
a) El estado virtual es intermedio entre la pura potencia y el acto.
b) La presencia virtual de los componentes significa que permanecen sus cualidades, coordinadas en la
nueva forma substancial.
c) La presencia virtual de los componentes explica también la “heterogeneidad” (tienen una única
naturaleza específica, manifestando propiedades diversas.)
d) La coordinación cualitativa da la “ultimadispositiomateriae” para la forma.
e) La forma substancial del compuesto contiene virtualmente a las formas inferiores.
f) En la descomposición del compuesto, la forma substancial desaparece y los componentes se reactúan.
Se ha de tener presente, por otra parte, que al integrarse un tipo de componentes para formar una substancia
compuesta (por ejemplo: los átomos para formar moléculas), en la medida en que esa integración puede ser
muy variada, va dando lugar a diversas especies dentro de un mismo género de compuestos substanciales
(así, diversos tipos de átomos).
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¡VENGA TU REINO!
Cada grado superior –más complejo, más rico cualitativamente- “acumula” a veces las funciones y
perfecciones de los inferiores dentro del mismo género de compuestos (así, el organismo humano contiene
perfecciones de la vida vegetativa y sensitiva), pero evidentemente esos grados inferiores no son ya
substancias virtuales presentes en el todo (así, no hay en el cuerpo humano ni animales ni vegetales con
“presencia virtual”).
La sustancia corpórea
El análisis de los cambios accidentales conduce a la composición de substancia y accidentes en los entes
corpóreos.
«Son la primera complejidad» que manifiesta el mundo sensible.
«Observamos que en el mundo hay cosas “independientes”, distintas unas de otras. Al mismo tiempo, esas
realidades, siendo cada una algo unitario, poseen múltiples aspectos, y constituyen así “unidades dotadas de
multiplicidad”: un perro es algo uno, no se confunde con el ambiente que le rodea; pero a la vez tiene
numerosas propiedades: blanco, de pequeña estatura, lanoso, delgado, etc. Esos “centros unitarios” son las
substancias corpóreas, y sus propiedades son los accidentes». (Artigas y Sanguineti).
La descripción de las cosas corpóreas también conduce ala distinción entre substancia y accidentes. Estas
no son nociones puramente técnicas de la filosofía; cualquier persona conoce esta distinción fundamental, y
la utiliza en el lenguaje corriente. Una somera descripción del mundo -que debe ser precisada y corregida
eventualmente por las ciencias y la filosofía, pero que es perfectamente legítima en su propio orden- pone de
manifiesto que estamos rodeados de muchas substancias, o «cosas individuales», siendo nosotros mismos
una de ellas.
Respecto a los seres inorgánicos, nuestra descripción probablemente se encontraría con algunas dudas: ¿es
substancia, una montaña, o es un conjunto de substancia?, ¿el océano es una substancia? No cabe duda, al
menos, de que en esas realidades a un cierto nivel ha de existir la substancialidad. El problema consiste en
determinar si algo es substancia, parte de una substancia, o un conjunto de substancias.
Se advierte fácilmente que la substancia no es simplemente una «suma» o colección de accidentes, sino una
realidad profunda que los mantiene armónicamente unidos, constituyendo con ellos un único ente individual.
Por lo tanto, la sustancia primera es lo verdaderamente real, la sustancia en sentido estricto: es el sujeto
último o sustrato en el que tienen su existencia la especie y el género, la esencia y la forma. Por eso la
sustancia primera «subyace a todas las cosas”. El principal logro de esta distinción entre sustancias primeras
y segundas es que permite resolver de forma satisfactoria el problema de la unidad y la pluralidad. ej.: En
Sócrates (individuo, = sustancia 1ª) se encuentra realizada la esencia o especie (sustancia segunda, = «ser
humano», en este caso), la cual se predica de él (decimos: "Sócrates es humano"). Aristóteles afirma que este
mundo es el mundo real y que la pluralidad y el devenir son reales también (hay muchos individuos de la
misma especie, sometidos a cambios permanentes).
La sustancia individual y las especies de sustancia: acerca de la substancia individual nos apoyamos en
Aristóteles que los distingue de la siguiente manera:
a) Substancia primera. Es el ente individual y determinado por accidentes reales, que no pueden ser
predicado en ningún otro.
b) Substancia segunda. Es la esencia universal obtenida de lo individual por abstracción y predicable de
la substancia primera.
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¡VENGA TU REINO!
Hay una primera ousía (proteo usía) que es el individuo concreto, cada ser individual que existe por sí
mismo. Pero hay también una ousía segunda (deuteraousía), que es la idea, la esencia o quiddidad de ese ser.
Esto es la especie, el concepto que tenemos y que define a ese ser. El universal, los conceptos universales
nos muestran la esencia (que es) de las cosas. El concepto “perro” se aplica universalmente a todos los
animales de esta especie sin tener en cuenta sus accidentes. No se es más pero por tener el pelo castaño, o
una estatura más grande. Los conceptos universales se refieren a la esencia de los seres y no a sus accidentes,
que pueden cambiar y ser absolutamente deferentes en un pero y en otro.
Ser y devenir
La naturaleza posee aspectos estructurales y dinámicos: combina el ser de lo que ya existe con el devenir en
el que se producen cambios.
En la filosofía anterior a Aristóteles se planteó cómo compaginar el ser y el devenir. Aristóteles propuso
resolver el problema mediante los conceptos de ser en potencia y ser en acto. Ser en potencia significa que
existe una capacidad o virtualidad que, dadas las condiciones oportunas, puede conducir a ser en acto. Existe
un paralelismo entre esta idea y el desarrollo de los vivientes a partir de semillas o embriones; en efecto, en
los estadios iniciales la semilla o el embrión es muy diferente de lo que llegará a ser al cabo de cierto tiempo,
pero posee unas capacidades que se irán actualizando, de modo que se producirá finalmente el nuevo ser.
Modalidades del devenir
Los aspectos dinámicos de la naturaleza suelen designarse mediante términos que, si bien están relacionados
entre sí, tienen significados diferentes: «devenir», «cambio», «movimiento», «transformación», «mutación»,
«proceso». El uso de esos términos varía según los diferentes autores y contextos.
Se suele hablar de «devenir» en un sentido muy general, para expresar que todas las entidades naturales se
encuentran sumergidas en el flujo de los cambios. Se habla de «cambio» para designar cualquier tipo de
variación. El término «movimiento» designa a veces cualquier cambio, pero se utiliza habitualmente en un
sentido más estricto para designar el cambio de lugar o posición, o sea, el movimiento local. Los términos
«transformación» o «mutación» subrayan que el cambio afecta a un sujeto. Por fin, el término «proceso» se
utiliza para designar el conjunto de las fases sucesivas que conducen desde un estado inicial hasta un estado
final.
Obviamente, el significado más amplio corresponde a los términos «devenir» y «cambio». Y ambos se
relacionan estrechamente con el «movimiento», porque siempre suponen algún movimiento o cambio de
posición. El término «proceso» designa una realidad articulada: implica una serie de pasos que conducen a
un resultado; por tanto, en cualquier proceso se dan una serie de cambios y movimientos.
Al estudiar las entidades naturales, se distinguen dos tipos de cambios: el accidental, que se da cuando una
sustancia conserva su identidad pero cambia bajo algún aspecto accidental, y el substancial, que supone la
desaparición de una substancia y su transformación en otra diferente. Además, suelen distinguirse tres tipos
de cambio accidental: el cambio de lugar, que suele denominarse también movimiento local o simplemente
movimiento; el cambio en la cantidad, que puede ser de aumento o de disminución; y el cambio en las
cualidades, que se denomina alteración.
Entre estos cambios existe un orden. El más primario es el movimiento local, porque sólo implica un
desplazamiento, y puede darse aunque no haya otros cambios más profundos; por el contrario, cualquier otro
cambio en la naturaleza necesariamente implica la existencia de movimiento local: es imposible que algo
natural cambie sin que ninguna de sus partes se mueva. A continuación se encuentran el cambio en la
cantidad, que sólo supone el movimiento local, y el cambio de cualidad que supone los dos anteriores. Por
fin, el más profundo es el cambio substancial.
En el cambio accidental, la sustancia cambia, pero sólo accidentalmente, sin que el cambio llegue a afectar a
su identidad o modo de ser esencial; se trata, por ejemplo, de todos los cambios que se dan en un ser vivo
mientras mantiene su identidad. En el cambio substancial, la substancia cambia radicalmente, ya que deja de
existir una sustancia determinada y comienza a existir otra; es lo que sucede, por ejemplo, cuando muere una
planta.
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¡VENGA TU REINO!
El cambio substancial viene preparado por una serie de cambios accidentales que, cuando llegan a ser
suficientemente intensos, provocan el cambio de la identidad sustancial.
Que un cambio sea accidental no significa que sea poco importante; sólo significa que el sujeto de ese
cambio no deja de existir según su modo de ser esencial. Sin duda, existen cambios accidentales que son
muy superficiales, pero otros, por el contrario, pueden afectar seriamente al sujeto substancial.
¿Qué es una causa? Una conceptualización clásica es la siguiente: causa es el principio del que algo
depende en su ser o en su hacerse. Es un principio, pero no un principio cualquiera como podría ser un
simple comienzo; se trata de un principio que influye realmente en el ser de lo que existe o en la producción
de las transformaciones.
Las causas material y formal son intrínsecas, porque son la materia y la forma que constituyen los seres
naturales. En cambio, las causas eficiente y final son extrínsecas, porque no se refieren al ser mismo de las
entidades naturales, sino al agente que produce un proceso y al fin que guía su acción.
Causa material es aquello a partir de lo cual algo se hace, y que permanece intrínseco a la cosa hecha.
Se trata de la madera de una puerta, el vidrio de un ventanal, etc. Se habla de materia segunda cuando la
causa material son substancias que sólo cambian accidentalmente. En cambio, se habla de materia
prima para designar la materialidad común a todo lo natural, que puede considerarse como una especie
de substrato de todo cambio, también del cambio substancial.
Causa formal es aquello por lo que algo tiene un determinado modo de ser. Es la forma accidental o
modo de ser accidental que cambia en los cambios accidentales, o la forma substancial que expresa el
modo de ser de las substancias y que no cambia en los cambios accidentales. Los diferentes accidentes
son modos de ser accidentales y, por tanto, se pueden expresar como formas accidentales; en cambio, lo
que suele llamarse forma en el lenguaje ordinario corresponde a la forma y la figura.
En el nivel substancial, materia prima y forma substancial son, respectivamente, causa material y formal.
Pero son causas como principios constitutivos de la esencia de la substancia: no son cosas o seres completos,
ni trozos o partes de los seres, sino principios que constituyen los seres como potencia (la materia) y acto (la
forma). En el nivel accidental, la substancia se comporta como materia o sujeto (materia segunda), y los
accidentes como formas (formas accidentales); también se relacionan como potencia y acto.
Entendemos algo si sabemos responder a las preguntas acerca del por qué, lo cual equivale a conocer sus
causas. Algo resulta inteligible en la medida en que se le pueden asignar unas causas que lo expliquen.
La teoría aristotélica acerca de la causalidad proporciona importantes indicaciones, porque de algún modo
abarca los diferentes tipos de preguntas que pueden hacerse acerca de los entes naturales. En efecto, las
causas material y formal se refieren a su composición y modo de ser, la causa eficiente a su dinamismo, y la
causa final a su direccionalidad. Nuestras preguntas acerca de la naturaleza responden a aspectos de estos
cuatro tipos de causas.
La causalidad eficiente
La actividad de las entidades naturales responde a su modo de ser. El clásico aforismo el obrar sigue al ser
significa que una entidad puede realizar aquellas acciones que corresponden a su modo de ser: por tanto, a su
forma substancial y a sus formas accidentales. Un agente es un sujeto natural que actúa, siempre de acuerdo
con su modo de ser.
La causa material y la formal constituyen intrínsecamente los seres, la eficiente produce el movimiento, y la
final señala su dirección.
Aristóteles no utiliza la expresión «causa eficiente», cuya historia es compleja. Habla de «aquello de donde
procede el principio primero del cambio o la quietud», «la fuente primera del cambio o del llegar al reposo»,
«el principio del movimiento”. Se trata, por tanto, de la «causa motriz» o «causa agente».
El movimiento, como actualización de potencialidades, supone siempre sujetos dotados de dinamismo propio
y circunstancias que condicionan su despliegue. En definitiva, el movimiento requiere unas causas que lo
produzcan, unos sujetos el dinamismo natural. Esos sujetos son los sistemas unitarios o substancias, y las
agregaciones de substancias.
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¡VENGA TU REINO!
El concepto de finalidad
La noción de «fin» tiene tres sentidos principales: «término de un proceso”, “meta de una tendencia», y
«objetivo de un plan».
o En primer lugar, el fin designa el «término» de algo. Si se trata de entidades, el fin se refiere a sus
límites (el final de un libro o de un camino, por ejemplo). Si se trata de procesos que se
desarrollan en el tiempo, el fin designa la última fase con la cual terminan o finalizan (el final de
la lectura de un libro o del recorrido de un camino, por ejemplo). Estos dos fines son aspectos de
una misma realidad, considerada en su aspecto estático o dinámico: el final de un proceso es una
entidad o, en general, un estado de cosas al que se llega a través del proceso. Aquí nos interesa
subrayar el dinamismo y la actividad; en este sentido, la finalidad significa «término de un
proceso».
o En segundo lugar, el fin es la «meta» hacia la cual «tiende» una acción o un proceso. Este
sentido se añade al primero: no todo término es una meta, pero toda meta es el término de una
tendencia. El concepto de finalidad se encuentra estrechamente relacionado con el de
«tendencia», que sirve como criterio para reconocerla existencia de la finalidad. En este sentido,
la finalidad significa «meta de una tendencia».
o En tercer lugar, cuando el término se alcanza mediante una acción voluntaria, el fin es la meta de
un proyecto deliberado, el «objetivo» que se busca mediante la acción. Este tercer sentido supone
los dos primeros, y les añade la intención del sujeto. Los vivientes irracionales son capaces de
actuar de este modo, siguiendo sus inclinaciones naturales. En el caso de los sujetos inteligentes
y libres, capaces de proponerse objetivos, este sentido de la finalidad se identifica con el
«objetivo de un plan».
La finalidad se opone al azar. Decimos que algo sucede por azar cuando es el resultado de coincidencias
accidentales, no previstas, que no responden a una causa determinada. En cambio, la finalidad implica que
existen tendencias que explican los efectos; el efecto se debe directamente a causas propias, no a la
coincidencia accidental de esas causas.
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¡VENGA TU REINO!
circunstancias, garantizan que se alcancen metas determinadas. Existen muchas situaciones en las que existe
una organización estable y, por tanto, tendencias hacia metas determinadas.
Puede hablarse, en este sentido, de grados de direccionalidad, en función de los factores que intervienen en
una situación; se tratará, por ejemplo, de simples potencialidades, de capacidades más próximas a su
actualización, o de auténticas tendencias que conducirán a resultados concretos. En último término, siempre
se trata de potencialidades cuya actualización es sólo posible, o probable, o segura.
b) Cooperatividad:
La cooperatividad es un tipo particular de direccionalidad. Concretamente, es una potencialidad que se
refiere a la integración de diferentes factores en un resultado unitario. Al hablar de «resultado unitario», nos
referimos a sistemas holísticos, a propiedades emergentes, a nuevos tipos de dinamismo: o sea, a la aparición
de nuevos tipos de estructuración y dinamismo que no se reducen a la simple yuxtaposición de los factores
iniciales.
El conocimiento de muchas modalidades de cooperatividad en la naturaleza es uno de los principales
resultados del progreso científico reciente, en el que ocupa un lugar destacado la sinergia o acción
cooperativa.
En todos los niveles de la naturaleza ocupan un lugar central los sistemas holísticos, que se forman gracias a
la acción cooperativa de sus componentes. En el mundo microfísico, los protones, neutrones y electrones se
integran de acuerdo con interacciones específicas de modo que se constituyen los átomos, cuyos electrones
se disponen en niveles energéticos también muy específicos, determinando así las propiedades químicas de
los átomos y, por tanto, su capacidad de integrarse en sistemas mayores. A partir de ese nivel, existen
muchos otros tipos de cooperatividad que alcanzan su punto culminante en los organismos de los vivientes.
La cooperatividad hace posible la morfogénesis (aparición de formas) o producción de pautas holísticas
específicas, y se encuentra en la base de la especificidad de la naturaleza.
Si se considera la cooperatividad desde la perspectiva diacrónica (sucesión) de las teorías evolucionistas, es
fácil advertir que las sucesivas integraciones conducen a nuevos tipos de organización que, a su vez, abren
nuevas posibilidades y cierran otras.
Cuanto más se avanza en la organización, se abren nuevas rutas que antes no existían. En este sentido puede
subrayarse la inconsistencia de algunas críticas que se oponen a la evolución argumentando que es
sumamente improbable que coincidan al azar todos los componentes de un nuevo organismo, o todas las
variaciones que hacen falta para que surja un nuevo órgano. Efectivamente, la improbabilidad es enorme si
se piensa en una mezcla al azar de factores completamente independientes, como sucedería si se mezclasen
al azar las letras o las palabras que componen una obra literaria; en cambio, la probabilidad aumenta de
modo notable cuando se advierte que los componentes no son independientes, que existen tendencias
cooperativas, y que cada logro abre nuevas potencialidades cooperativas que anteriormente no existían y que
son cada vez más específicas. Las probabilidades son todavía mayores si se tiene en cuenta que, además de la
simple cooperatividad, existe un grado mayor de direccionalidad, en el cual pueden existir factores
reguladores cuyas variaciones permiten quizás explicar la producción simultánea de todo un conjunto de
cambios coordinados. Ese nuevo grado es la funcionalidad.
c) Funcionalidad:
Suele hablarse de «funcionalidad» para expresar que una parte desempeña un cierto papel dentro de un todo
mayor. La naturaleza se encuentra organizada de tal manera que existen sistemas que poseen una notable
funcionalidad. Y puede hablarse también de la funcionalidad de la naturaleza en su conjunto, en cuanto
proporciona las condiciones que hacen posible la vida humana.
La existencia de funcionalidad resulta patente en los vivientes. Cualquier tratado de biología puede ser
considerado como una exposición sistemática de la funcionalidad en los vivientes.
¿Puede hablarse de funcionalidad en el nivel físico-químico? Evidentemente, los sistemas de ese nivel no
poseen las características típicas de los vivientes, y no parece lógico atribuirles el mismo tipo de
funcionalidad; por ejemplo, tiene sentido hablar de las funciones que desempeñan los hematíes (glóbulos), el
hígado o el sistema nervioso, pero resultaría paradójico hablar de las funciones que desempeña un electrón
en el átomo o un átomo en la molécula. Los motivos de esta diferencia son patentes: un ser vivo posee unas
tendencias típicas cuya realización se logra gracias a las funciones que desempeñan sus componentes; en
cambio, no parece posible atribuir unas tendencias semejantes a las entidades físico-químicas.
Sin embargo, puede hablarse también de funcionalidad en el nivel fisicoquímico si se tiene en cuenta su
doble integración con el nivel biológico: como componente y como medio ambiente. La funcionalidad de los
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¡VENGA TU REINO!
vivientes depende de sus componentes físico-químicos, y el ejercicio de esa funcionalidad sólo es posible
cuando existe un medio ambiente que proporciona las condiciones imprescindibles o convenientes. En el
primer caso (componentes) puede hablarse de una «funcionalidad interna», y en el segundo (medio
ambiente) de una «funcionalidad externa».
Podemos llevar nuestras consideraciones más lejos, si consideramos que diferentes sistemas naturales se
integran en sistemas mayores. En la medida en que todo un conjunto de entidades naturales pueda ser
considerada como un auténtico sistema, puede atribuirse a sus componentes una «funcionalidad interna».
Es el caso, por ejemplo, de los ecosistemas, en los que existen componentes vivientes (las especies que lo
habitan) y no vivientes (los factores ambientales); de la biosfera, cuyos componentes se extienden a la
litosfera, la atmósfera y los océanos, además de los vivientes; e incluso puede hablarse del sistema total de la
naturaleza, puesto que existen estrechas relaciones de dependencia entre muchas de sus partes (desde la
perspectiva evolutiva, esas relaciones son especialmente estrechas).
Evidentemente, existen grados de funcionalidad. Por ejemplo, algunas funciones de los organismos resultan
completamente necesarias para su supervivencia, y otras, en cambio, son solamente convenientes. Algo
análogo sucede cuando consideramos sistemas mayores.
La funcionalidad es el aspecto dinámico de la estructuración. La estructuración de los organismos y de sus
partes es la base que hace posible la funcionalidad; y esto es una manifestación del entrelazamiento del
dinamismo y la estructuración. No es necesario examinar ejemplos: existen por doquier en los vivientes. En
cambio, es conveniente considerar la funcionalidad de los diferentes niveles naturales en cuanto unos son
condición de posibilidad de los otros.
En la naturaleza no sólo existe funcionalidad, sino una notable funcionalidad. No nos detendremos en
ejemplos particulares, que son, por lo demás, muy abundantes; los progresos de la biología molecular bastan
para advertir el enorme grado de sofisticación de las estructuras biológicas y de la correspondiente
funcionalidad. Se trata de coordinaciones que implican series enteras de procesos, y que se realizan con una
precisión admirable. Puede afirmarse que, en muchos aspectos, la organización funcional de la naturaleza
supera ampliamente las realizaciones humanas: en variedad, riqueza, armonía, eficiencia, simplicidad,
belleza y fantasía.
La cantidad es un accidente de las substancias naturales. Esta afirmación incluye implícitamente otras dos:
que la cantidad es un modo de ser real, y que ese modo de ser no se identifica con el modo de ser de las
substancias.
En primer lugar, la cantidad es un modo de ser real. Por una parte, todas las substancias naturales poseen
dimensiones espaciales; si no las poseyeran, se reducirían a un punto inextenso: pero los puntos inextensos,
como los que se emplean en las matemáticas, sólo existen en nuestra mente, nunca se trata de entidades
reales. Por otra parte, las substancias naturales poseen también dimensiones temporales; de nuevo podemos
pensar en «instantes» sin duración, pero también en este caso, cuando aplicamos el concepto de «instante» al
devenir, se trata de una idealización de la duración real. Podemos concluir que las substancias naturales
poseen dimensiones espaciales y temporales reales. Pero, cuando hablamos de «la cantidad», indicamos
precisamente que las substancias poseen un modo de ser que incluye ese tipo de dimensiones: se trata, por
tanto, de un modo de ser real. (Artigas).
La Cantidad es un accidente que acompaña necesariamente a la substancia corpórea. Sin embargo, no debe
confundirse con la substancia como hacen los mecanicistas y los materialistas.
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¡VENGA TU REINO!
«Es un accidente que determina a la substancia de modo intrínseco: tener cantidad no es algo que compete a
la substancia en virtud de sus relaciones con otros cuerpos, sino que, por el contrario, es su cantidad –
extensión, magnitud, etc…–la que hace que la substancia tenga determinadas relaciones con otros cuerpos»
«Aunque la cantidad es un accidente, que está íntimamente relacionada con la naturaleza específica de la
substancia a la que determina, y la da a conocer». (Artigas y Sanguinetti)
a) Continuidad
Al estudiar el significado de la cantidad, Aristóteles afirma que lo cuantitativo es divisible en partes
integrantes. Se habla de cantidad discreta si algo es divisible en partes discontinuas; si es finito, se llama
número y en este caso se habla de cantidad numérica. Se habla de cantidad continua si algo es divisible en
partes continuas; en este caso se habla de cantidad dimensiva, porque se refiere a la extensión de los cuerpos.
La cantidad discreta da origen al número, y la cantidad continúa a la línea, la superficie, el volumen, el
tiempo, el lugar: se trata de la magnitud, que en una dimensión es la longitud (línea), en dos dimensiones es
la latitud (superficie), y en tres dimensiones es la profundidad (cuerpo). En lo discreto, las partes están
separadas y no coinciden en ningún límite común. En lo continuo, las partes coinciden en un límite común:
las partes de la línea coinciden en un punto, las de la superficie en una línea, el tiempo presente coincide con
el pretérito y el futuro.
En esta perspectiva, la extensión se refiere a la cantidad continua. Una substancia tiene una unidad, y todo lo
que forma parte de ella constituye una continuidad.
Desde luego, las partes de una substancia pueden ser heterogéneas; basta pensar, por ejemplo, en los
diferentes tejidos y órganos de un viviente. Sin embargo, esa heterogeneidad cualitativa que se da entre las
partes de una misma substancia, que forman una unidad substancial, no impide la existencia de un
continuidad cuantitativa, porque todas las partes juntas constituyen el modo de ser unitario propio de la
substancia.
b) Divisibilidad
Dado que la extensión consiste en tener unas partes fuera de otras, todo lo extenso es divisible. En efecto, no
se entiende cómo podríamos llegar, por división, a partes inextensas; ni siquiera se entiende cómo podría
existir un ser material inextenso.
Nos referimos, claro está, a la divisibilidad «en principio». En la práctica, es posible que tropecemos con
límites que hagan imposible continuar la división.
Esos límites prácticos existen siempre, aunque cada vez llegamos a obtener partes más pequeñas. Incluso es
posible que exista algún tipo de límite infranqueable para la división física; sin embargo, ni siquiera en ese
caso podríamos afirmar una indivisibilidad absoluta: lo material es extenso y, como tal, siempre es divisible
en principio, incluso si sucede que, debido a las condiciones físicas, no es posible continuar el proceso de
división.
Una objeción clásica consiste en decir que, si lo extenso puede dividirse indefinidamente, esto significaría
que está compuesto de infinitas partes; en ese caso, entidades finitas estarían compuestas de infinitas partes y
deberían tener una extensión infinita, lo cual resulta contradictorio. Esta aparente paradoja suele presentarse
bajo el título la divisibilidad del continuo. La respuesta es también clásica, y consiste en distinguir la
«divisibilidad potencial», que siempre puede proseguir indefinidamente, y la «división actual», que siempre
proporcionará un número finito de partes: nunca llegaremos a partes que, en principio, sean indivisibles, de
tal modo que siempre será posible proseguir la división, sin que, sin embargo, lleguemos a obtener en ningún
momento un número infinito de partes en acto.
c) Mensurabilidad
Todo lo cuantitativo es extenso, tiene partes y, por consiguiente, puede ser dividido y también puede ser
medido. La divisibilidad implica la mensurabilidad.
Para medir algo, hay que determinar una unidad que se toma como patrón, y comprobar cuántas veces está
contenida esa unidad en lo que se desea medir. Esto es algo que siempre puede hacerse, en principio, cuando
lo que se desea medir es extenso.
El problema es mucho más complicado cuando se intenta medir algo que por sí mismo no es cuantitativo o
extenso. Tal es el caso de lo espiritual, pero también las cualidades materiales se encuentran en una
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¡VENGA TU REINO!
semejante dificultad. Sin embargo, en tanto en cuanto lo espiritual o lo cualitativo se relacionen con lo
material, podrían ser objeto de medición indirecta: propiamente se mide lo cuantitativo, pero esa medida
puede proporcionar información, aunque indirecta, sobre los aspectos cualitativos asociados a lo cuantitativo.
De hecho, una parte del proceso que condujo al nacimiento sistemático de la ciencia experimental en el siglo
XVII fue el progreso, realizado durante varios siglos, en la medición indirecta de cualidades.
d) Individuación
Lo cuantificado tiene una individuación que se debe precisamente a la cantidad.
En efecto, todo lo que posee cantidad posee, automáticamente, individuación, porque es extenso y tiene unas
partes individuales fuera de otras.
La individuación de las entidades materiales se atribuye a la materialidad y a la cantidad. Siguiendo una
expresión clásica, puede decirse que el principio de individuación de los entes materiales es la materia
señalada por la cantidad (materiaquantitate signata). Esto significa que, aun suponiendo hipotéticamente que
dos entidades materiales tengan un modo de ser completamente idéntico, serán diferentes porque ese modo
de ser se encontrará presente en dos individuos numéricamente diferentes: cada uno de ellos poseerá sus
propias condiciones espaciotemporales individuales, su cantidad propia.
La Extensión Dimensional
Hemos aludido a la distinción aristotélica entre la cantidad discreta y la cantidad continua. Esta última, la
cantidad continua, coincide con la cantidad dimensiva y se refiere a la extensión de los cuerpos; las
reflexiones del apartado anterior se han centrado completamente en ella. Vamos ahora a examinar la cantidad
discreta, que se da cuando algo es divisible en partes discontinuas y, si ese algo es finito, da origen al número
y a la cantidad numérica.
La extensión como propiedad básica de las substancias naturales
La Extensión
Según la definición clásica, es extenso lo que tiene partes que están unas «fuera» de las otras (partes extra
partes, en latín). Es fácil advertir que esta definición es casi una tautología, ya que la idea de partes
mutuamente externas se limita a explicitar lo que ya implica la idea de extensión. Pero es inevitable que sea
así; en efecto, la extensión es un concepto primario que difícilmente puede explicarse utilizando conceptos
más conocidos.
La idea de extensión se relaciona con la experiencia sensible, sobre todo con la que proviene de la vista, del
oído y del tacto. La aplicamos, sobre todo, a las entidades; pero la ampliamos, también en la vida ordinaria, a
todo lo que implica distancias espaciales.
En este sentido ampliado se encuentra estrechamente vinculada al concepto de espacio.
En este ámbito, casi todas las discusiones filosóficas se centran en torno al espacio; de la extensión como tal,
no parece posible decir gran cosa. Sin embargo, subrayaremos un aspecto que no suele mencionarse y que es
importante. Se trata de la estructuración espacial.
Hemos subrayado desde el principio, en efecto, que la estructuración es un aspecto básico de lo natural; y
además que, aunque no todo son pautas, en la naturaleza todo se articula en torno a pautas. En el ámbito
espacial, esas pautas son las configuraciones. Estas ideas desempeñan una importante función en vistas a
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¡VENGA TU REINO!
representar fielmente lo natural. En efecto, si consideramos tan sólo la extensión en general, obtendremos
una imagen indiferenciada de la naturaleza que, por el contrario, posee unos modos de ser muy específicos
que en buena parte se manifiestan a través de las configuraciones espaciales. Una nueva referencia a la
filosofía cartesiana ayudará a advertir la importancia de este problema.
El Reduccionismo Cartesiano
Descartes redujo la substancia material a extensión, porque la extensión era, según su perspectiva, la idea
clara y distinta que podemos tener acerca de la substancia material; las cualidades, en cambio, serían efectos
que se producen en el sujeto cognoscente como consecuencia de la estructura de su modo de conocer, y no
poseerían la objetividad propia de lo cuantitativo, que además puede estudiarse utilizando las matemáticas.
Galileo negó la realidad objetiva de las cualidades sensibles, porque varían en los distintos sujetos, porque no
son necesarias para el estudio matemático de la naturaleza, y porque podemos concebir la sustancia corpórea
sin cualidades, pero no sin figura y movimiento. Para Descartes, la sustancia corpórea se reduce a extensión,
todo cambio se reduce a movimiento local, y sólo son propiedades reales de los cuerpos las figuras y los
movimientos locales, que pueden ser objeto de tratamiento matemático.
El mecanicismo identificó la substancia corpórea y la extensión. En consecuencia, la naturaleza venía
reducida a dimensiones cuantitativas indiferenciadas, que nada tenían que ver con lo cualitativo. Esta imagen
conectaba fácilmente con la negación pura y simple de las cualidades, cuya objetividad se negaba,
reduciéndolas a las alteraciones provocadas en los sujetos cognoscentes por una naturaleza «cualitativamente
neutra». La reducción mecanicista proporcionó la base para la negación de toda dimensión no cuantitativa, y
se presentó como si estuviera avalada por la ciencia matemática de la naturaleza, que sería el único camino
para conseguir conocimientos auténticos sobre la naturaleza.
Afirmamos, por el contrario, que la reducción de la substancia corpórea a laextensión no se adecúa a nuestra
experiencia ni al progreso de la ciencia. Que no se adecúa a la experiencia es patente, porque conocemos lo
natural a través de sus cualidades sensibles. Pero si consideramos la ciencia, advertimos que lo material
adopta, en todos sus grados de organización, configuraciones muy específicas; por tanto, nada tiene que ver
con la imagen «indiferenciada» del mecanicismo, propia de un estadio muy poco desarrollado de la física
matemática.
Estas consideraciones muestran que existe una estrecha relación entre lo cuantitativo y lo cualitativo.
Equivalen, en efecto, a afirmar que la extensión real se articula en torno a pautas específicas, y que una
extensión «homogénea» o «indiferenciada » corresponde más bien a una idealización.
La Pluralidad Física
Unidad y multiplicidad
Nos referimos a la cantidad numérica o discreta (aquí, «discreta» significa «Separada»), cuando utilizamos
números para designar unidades materiales: por ejemplo, cuando hablamos de dos árboles, tres átomos, etc.
«Pluralidad» se opone a «unidad», porque la pluralidad numérica se refiere a un determinado número de
seres: no a uno, sino a varios o muchos, a un cierto número de ellos. Sin embargo, cada uno de esos seres
posee una cierta unidad; en efecto, si hablamos de dos árboles, es porque ambos son individuos, cada uno es
«un» árbol. Si no existiera la unidad propia de cada ser, tampoco podría existir la pluralidad que enumera
varios o muchos seres.
En la anterior reflexión hemos utilizado el término «unidad» con dos significados distintos aunque
relacionados, que suelen denominarse unidad trascendental y unidad predicamental.
La unidad trascendental se refiere al carácter unitario que posee un ser, a su unidad interna por la cual es
precisamente «un» ser; este tipo de unidad es denominada unidad trascendental en metafísica porque se
atribuye a cualquier ente que es realmente «un» ente, sea material o espiritual. Por eso se habla aquí de
unidad «trascendental», ya que se trata de un concepto que se aplica a todo ente y trasciende las distinciones
entre los entes.
La unidad predicamental es la unidad dimensiva que poseen los entes materiales, las substancias, los
sistemas unitarios. Cada substancia tiene una extensión propia, que es el predicamento «cantidad»: la
substancia tiene una extensión que se encuentra separada de las extensiones propias de otras substancias.
Evidentemente, ambos sentidos se encuentran relacionados. Tomás de Aquino, comentando a Aristóteles,
hace notar que la noción de unidad es analógica, pues se dice en sentidos parcialmente idénticos y
74
¡VENGA TU REINO!
parcialmente diferentes: la unidad trascendental es la que se aplica a todo ente unitario (también, por tanto, a
los seres espirituales), y la unidad predicamental es la que es principio del número, en el terreno de lo
material cuantitativo.
El número
El número es la medida de la cantidad discreta (en griego, el término correspondiente a «número» es
«métron», que significa «medida»). Para medir debemos disponer de una unidad de medida, y de una
multiplicidad a la que se aplica la unidad: el número expresa cuántas veces esa unidad está contenida en la
multiplicidad que se mide.
Podemos preguntarnos si el número puede utilizarse también para medir la cantidad continua, o sea, la
extensión. Parece que la respuesta debe ser afirmativa; en efecto, ¿acaso no medimos la longitud de las
líneas, el área de las superficies, la magnitud de los volúmenes?
En realidad, para medir la cantidad continua, la reducimos a cantidad discreta: la dividimos en partes reales o
imaginarias, aplicando procedimientos numéricos a la medición de lo continuo.Por este motivo, la medición
de lo continuo nunca es completamente precisa. En cambio, cuando medimos la cantidad discreta, nos
limitamos a numerar o contar los entes, que son numéricamente diferentes y se pueden contar exactamente.
El número de cosas que se cuentan suele llamarse número numerado, y el número abstracto que se utiliza
para contar o numerar se denomina número numerante.
Los números son abstractos, porque no representan ninguna entidad concreta, sino un procedimiento para
contar las entidades y, eventualmente, para medir las cantidades continuas.
Existen diferentes sistemas de numeración. El más básico es el de los números naturales, que se obtienen por
abstracción de cantidades de un grupo: porejemplo, a partir de la existencia de tres o cinco ovejas, se
abstraen los números«tres» y «cinco», y se aplican para contar cualquier tipo de entidades. Los
númerosnaturales sirven como base para construcciones matemáticas más abstractas.
Las Cualidades
“La experiencia nos muestra que los cuerpos, además de tener unas características cuantitativas, tienen otras
que los determinan accidentalmente en su modo de ser: por ejemplo, la densidad, la temperatura, la
capacidad de ejercer acciones de diversos tipos sobre otros cuerpos, el olor, etc…».
«Mientras que la cantidad es un único accidente en cada substancia, las cualidades son múltiples. Todo
cuerpo está afectado por diversas cualidades, ya que es imposible que se dé una substancia material que solo
posea extensión, sin otra determinación accidental más que la cantidad» (Artigas y Sanguinetti).
Tipos de cualidades
El estudio de los diversos tipos de cualidades que afectan a la sustancia corresponde también a la metafísica,
pero también tienen que ver con la filosofía de la naturaleza:
75
¡VENGA TU REINO!
Cualidades específicas / Cualidades individuales
Cualidades activas / Cualidades pasivas
Cualidades sensibles / Cualidades insensibles.
Aunque haya diversos tipos de cualidades, todas coinciden en varios aspectos que permiten considerarlas
como modalidades de un único accidente (la cualidad)»:
Por otra parte, las cualidades denominadas primarias (tamaño, figura, posición, movimiento, velocidad)
también dependen de nuestra conceptualización y de las circunstancias físicas. En cuantas cualidades
perceptibles, son tan reales y subjetivas las primarias como las secundarias: ambas son el resultado de datos
procesados e interpretados. (Artigas)
10. LA RELACIÓN
Los entes que componen el universo no constituyen piezas aisladas, sino que entre ellos existe una densa red
de relaciones diversísimas: de semejanza, dependencia, coordinación, causalidad, igualdad, etc. La relación
es el accidente cuya naturaleza consiste en la referencia u ordenación de una sustancia a otra. Mientras los
demás accidentes intrínsecos afectan a la substancia según lo que esta es en sí misma, la relación es
únicamente una referencia a otro, una ordenación que tiene un sujeto hacia otros entes distintos de él: «es un
ser hacia otro» o «ser respecto a». (La filiación que vincula un hijo a sus padres no es más que una relación
que no añade nuevas características intrínsecas al sujeto. La relación, es por decirlo así, un salir de sí hacia
otro. La realidad propia de la relación es, imperfecta y debilísima, al consistir en un puro «respecto a».
*Todos los seres constituyen según su grado de perfección un orden jerárquico, en el que las realidades
inferiores están en función de las superiores y todo el conjunto se ordena a Dios como causa primera y fin
último.
*En el ámbito del conocimiento, la función de las relaciones es también determinante. Las ciencias suponen
y verifican constantemente la realidad de orden, tratando de encontrar algunas de las muchas conexiones - de
causalidad, semejanza - que vinculan a las cosas entre sí.
*Además, la relación es uno de los fundamentos de la bondad que los hombres alcanzan con su obrar
Las relaciones de razón: las relaciones son de razón cuando faltan uno o varios de los elementos que requiere
la relación real: bien porque los dos extremos, o uno de ellos, no son reales, o no son realmente distintos
entre sí; bien porque no existe en sujeto un fundamento real de la relación.
76
¡VENGA TU REINO!
por tanto, que tradicionalmente se haya afirmado que el accidente dónde (ubi, en latín, de donde se deriva la
«ubicación» o localización) es un accidente extrínseco.
La idea aristotélica de localización corresponde a la experiencia ordinaria y expresa una característica real de
las entidades naturales. En efecto, encontrarse en un lugar determinado es algo accidental, pero real. No es lo
mismo encontrarse en un lugar que en otro. Incluso desde el punto de vista puramente práctico, la
localización puede tener consecuencias muy importantes.
No es necesario admitir la cosmovisión aristotélica para advertir que la localización es algo real y que la idea
aristotélica de «lugar» conserva su interés aunque se prescinda de los cuatro elementos y de los lugares
naturales.
Es algo real porque la localización supone que un cuerpo se encuentra en contacto con las dimensiones de
otros cuerpos. Si se admite que el cambio de lugar, movimiento local o desplazamiento es algo real, también
debe admitirse la realidad de la localización, sin la cual no tendría sentido hablar de cambio de lugar.
Es un modo de ser accidental porque no afecta al modo de ser esencial de la substancia. Desde luego, la
ocupación de un determinado lugar puede tener importantes consecuencias e incluso puede provocar un
cambio substancial, pero ello se deberá, en tal caso, a circunstancias particulares.
Además de real y accidental, es un modo de ser extrínseco, porque se predica de un cuerpo en relación a
otros. Lo que es intrínseco a la substancia es tener dimensiones. Que esas dimensiones se encuentren en
contacto con las dimensiones concretas de otros cuerpos es algo extrínseco, que no afecta por sí mismo a la
constitución interna de la substancia.
De todos modos, la localización, en general, es un modo der ser propio de todas las substancias materiales.
Lo natural existe en condiciones materiales, y una de ellas, muy importante, es la presencia circunscriptiva
en un lugar. Por su propia naturaleza, lo natural ocupa algún lugar.
La localización se encuentra estrechamente relacionada con la cantidad, y de algún modo puede considerarse
una consecuencia de ella. No obstante, dado que la cantidad es un accidente intrínseco, parece más apropiado
considerar la localización como un accidente distinto de la cantidad. (Artigas).
Síntesis 2015
Un cuerpo, en cuanto ser extenso, se relaciona con otros cuerpos adyacentes. Esta relación, sin embargo, no
es la de cercanía, o distancia, sino que se caracteriza por las siguientes notas: inmediatez, pues un cuerpo está
junto al sitio donde se dice que está, y no alejado del mismo; contacto dimensivo, pues esa inmediatez no es
puramente geométrica o ideal, sino el hecho físico de que las dimensiones de un cuerpo entran en contacto
con las del sitio localizante; carácter continente o circunscriptivo, ya que el cuerpo situado se encuentra
rodeado por el cuerpo situante.
Distinguimos entre lugar común y lugar propio; el común es ocupado por varios cuerpos, mientras que el
propio es exclusivamente de un cuerpo. Normalmente localizamos basándonos en el lugar común, en la
medida en que un determinado cuerpo está dentro de un recinto, que a su vez está circunscrito por ámbitos
cada vez más amplios (un individuo está en una habitación, en una casa, en una ciudad, etc.) Los comunes
dependen del propio.
Cuando decimos que los cuerpos se encuentran aquí o allí, predicamos de ellos un modo de ser real,
accidental y extrínseco, que consiste en una determinación real en relación con las dimensiones de los otros
cuerpos. Es un modo de ser real, puesto que la localización concreta lo es: ella supone que un cuerpo se
encuentra en contacto con unas dimensiones determinadas de otros cuerpos. Es un modo de ser accidental, ya
que no afecta esencialmente a la substancia corpórea, que tiene la misma naturaleza específica estando en
77
¡VENGA TU REINO!
uno u otro lugar. El ubi es un modo de ser extrínseco, porque se predica de un cuerpo en relación a otros. Las
dimensiones de la substancia material se encuentran en contacto con las dimensiones de otros cuerpos. El ubi
es, pues, un accidente derivado de la cantidad.
Aristóteles define el lugar como la superficie inmóvil del cuerpo continente, inmediatamente contigua al
cuerpo localizado. Dos observaciones: 1) La superficie se entiende en un modo físico aproximado, no con
exactitud geométrica; 2) La inmovilidad de esa superficie envolvente es posicional, aunque la materia del
cuerpo esté en continuo flujo, ej.: un pez quieto en el océano ocupa un lugar determinado, aunque el agua a
su alrededor se desplace continuamente.
Duración y Tiempo
En efecto, es propio de los entes naturales existir en condiciones temporales; su ser no está realizado
completamente en un instante: más bien se realiza sucesivamente.
La temporalidad es una determinación accidental, ya que una substancia no cambia su modo de ser esencial
por el simple hecho de estar sujeta al paso del tiempo.Sin embargo, se trata de una característica que marca
profundamente a todo lo natural y cuyo análisis resulta indispensable para comprender la vida humana,
porque nuestra vida está marcada por la combinación de la temporalidad, que resulta de nuestra pertenencia a
la naturaleza, y la trascendencia de la temporalidad propia de los seres espirituales.
Las dos características temporales básicas son la duración, que se refiere tanto a la permanencia en el ser de
las entidades como a la magnitud de los procesos, y la situación temporal, que expresa las relaciones
temporales con respecto a algún marco de referencia. Consideraremos ahora estas dos características, así
como el tiempo que, como el espacio con respecto a la extensión y la localización, es un concepto abstracto
construido a partir de la duración y de las relaciones temporales.
La duración
La duración se refiere a la sucesión temporal. La idea de la sucesión temporal se basa en nuestra experiencia
inmediata; es una idea primaria que no puede explicarse recurriendo a otras más conocidas. La temporalidad
del mundo material, incluido nuestro ser material, se presenta inmediatamente a nuestra experiencia.
Nuestra existencia no se agota en un instante: se extiende en una sucesión temporal; y lo mismo sucede con
todas las entidades naturales. La duración es algo real. Además, la duración se refiere a una sucesión
temporal que tiene una dirección única y determinada: el presente va dejando atrás la existencia pasada, que
sólo permanece en el recuerdo y a través de sus consecuencias.
Los seres materiales están sujetos a duración temporal y a cambios substanciales. La materialidad implica,
precisamente, una potencialidad radical, de modo que toda substancia material puede transformarse en otra u
otras. Además, la duración de lo material implica que su ser se va realizando sucesivamente mediante la
actualización de potencialidades.
Dentro del ámbito de los seres materiales, existen grados de ser y de temporalidad. Los vivientes poseen
individualidad y tendencias, lo cual les permite tener una historia en un sentido superior al de los no
vivientes
Entre los vivientes, los que están dotados de conocimiento poseen un nivel mayor de densidad ontológica,
porque pueden conservar memoria de lo pasado y, en cierto modo, prever el futuro e incluso anticiparlo.
Evidentemente, la persona humana se encuentra en un nuevo nivel de temporalidad que incluye a la vez las
características de lo material y de lo espiritual. Participa, por su materialidad, de las características propias de
la duración de los seres naturales, y a la vez trasciende este ámbito por su espiritualidad: es una persona
capaz de descubrir el sentido radical de los acontecimientos, tiene una responsabilidad moral que trasciende
el hoy y ahora, formula proyectos que también trascienden las condiciones del momento presente, y está
llamado a la participación en la eternidad divina propia de los seres espirituales.
78
¡VENGA TU REINO!
El Tiempo
A partir de las dimensiones temporales, construimos una noción abstracta de «tiempo» que se utiliza tanto en
la vida ordinaria como en las ciencias y en la reflexión filosófica. Examinaremos ahora, como lo hicimos con
la noción de espacio, la noción de tiempo en tres apartados:
la caracterización de la noción de tiempo,
de qué modo esa noción corresponde a algo real, y
cómo se utiliza la noción de tiempo en la ciencia experimental.
a) La noción de tiempo
Para medir el tiempo, es necesario escoger un movimiento que manifieste una regularidad uniforme, y a
partir de él se toman unas unidades a las que se refiere cualquier otro movimiento. Así, la división del tiempo
en años, días, etc., se basa en los movimientos de rotación de la Tierra sobre sí misma y de traslación
alrededor del Sol, aunque actualmente se recurre a procedimientos más regulares y precisos que se basan en
movimientos relacionados con los átomos.
Aristóteles definió el tiempo como el número del movimiento según el antes y el después («numerus motus
secundum prius et posterius») En esta definición se subraya que el tiempo mide cuánto dura un movimiento;
por tanto, como medida, el tiempo corresponde a algo real (la duración del movimiento) y, a la vez, implica
un sujeto que efectúe la medida. El movimiento posee una cierta cantidad, que es fluyente, continua y
sucesiva: no es la cantidad dimensiva relacionada con la extensión, sino una pluralidad de partes sucesivas.
En cuanto que es un continuo, el tiempo presenta analogías con el espacio. Así como el espacio se relaciona
con la extensión, el tiempo se relaciona con la duración; y tanto la extensión como la duración son algo real y
continuo, que puede ser dividido indefinidamente: siempre se pueden distinguir partes más pequeñas en la
extensión y en la duración, sin que eso signifique que existan realmente infinitas partes en acto.
Puede decirse que el tiempo es como un accidente del movimiento, ya que es su medida en lo que el
movimiento tiene de cantidad sucesiva.
La historia de los conceptos de espacio y tiempo coincide en gran parte. En algunos sentidos, el concepto de
tiempo es un concepto análogo al de espacio. Así, Newton definió un tiempo absoluto que, igual que el
espacio absoluto, era independiente de todo contenido material. Kant adjudicó a ese tiempo absoluto, junto
con el espacio, la función de ser una condición previa y permanente para toda experiencia sensible. La teoría
de la relatividad supuso la relativización de los conceptos de tiempo y de espacio. Y, en la actualidad, se
habla de estructuras espacio-temporales que tendrían una existencia propia, independiente de la materia.
Vamos a examinar a continuación qué tipo de realidad puede atribuirse a lo que denota el concepto de
tiempo.
En este contexto, puede decirse que sólo existe realmente el tiempo presente; en efecto, el pasado ya no
existe, y el futuro todavía no existe. En nuestro pensamiento podemos considerar el pasado y el futuro, pero
fuera de nuestro pensamiento sólo existe el presente. Evidentemente, los sucesos pasados tienen
repercusiones en el presente, y los presentes las tienen en los futuros: pero lo que existe ahora,
independientemente de toda consideración mental, es el presente, con determinadas relaciones respecto a los
sucesos pasados y futuros.
Teniendo en cuenta el paralelismo, parcial pero importante, entre los conceptos de espacio y tiempo a lo
largo de la historia, algunas reflexiones que hemos expuesto a propósito del concepto de espacio pueden
aplicarse, con las oportunas matizaciones, al concepto de tiempo.
En concreto, el tiempo no corresponde a una entidad real: son reales la duración y las relaciones temporales,
pero el tiempo no tiene una existencia independiente de ellas. Por tanto, valen también para el tiempo las
observaciones que a propósito del espacio se hicieron sobre la física newtoniana, donde se afirmaba, junto al
79
¡VENGA TU REINO!
espacio absoluto, un «tiempo absoluto» independiente de su contenido; ese tiempo absoluto no puede existir,
porque sería preciso, para definirlo, contar con un movimiento que también fuera absoluto, lo cual es
imposible.
Por otra parte, el tiempo no es una condición de nuestro conocimiento, al estilo kantiano, porque no existe un
tiempo homogéneo, como un receptáculo vacío donde se sitúen los acontecimientos. Kant afirmó que
espacio y tiempo son condiciones a priori del conocimiento sensible.
Síntesis 2015
El accidente quando es una propiedad de todos los seres corpóreos en cuanto cambian sucesivamente. Lo que
se predica de un cuerpo se relaciona con un estado pasado, presente y futuro. Solo se da en los entes
corpóreos, sujetos a cambio sucesivo. De modo analógico, se puede atribuir a las criaturas espirituales (los
ángeles), en cuanto son entes creados que pasan de potencia a acto. En cambio, no se puede atribuir de
ningún modo a Dios, que es Acto Puro: Dios no tiene duración alguna sino que es un constante y uniforme
presente.
Tomás de Aquino dirá que Dios es su Ser, y, por tanto, es su misma duración, que se llama eternidad. En
cambio, los entes creados no son su ser: lo tienen de modo limitado, es decir, tienen un modo de ser relativo
a una cierta especie. La eternidad es propia y exclusiva de Dios, y se sitúa en un plano diferente al de la
duración de cualquier ente creado.
Por debajo de la eternidad divina, en los entes creados hay diversos grados de ser y de obrar, y por tanto
diversos grados de duración en el ser. La duración más perfecta entre los entes creados corresponde a los
seres espirituales. No sujetos a la corruptibilidad, son naturalmente inmortales y por tanto participan en cierta
manera de la inmortalidad de Dios (esta duración es denominada eviternidad).
La duración más imperfecta es propia de las substancias materiales. Las cosas materiales poseen el ser de
modo contingente. Su permanencia en el ser es la duración en el tiempo, en el que el ser está sujeto a
sucesivas actualizaciones de aspectos potenciales. LA DURACIÓN SUCESIVA ES PROPIA DE LOS
SERES MUDABLES.
La existencia de dinamismo propio en los vivientes es indudable. Precisamente, los vivientes suelen
caracterizarse como seres capaces de auto-movimiento.
Es indudable que los vivientes poseen un dinamismo propio muy peculiar, que corresponde a una unidad y
una individualidad especialmente fuertes. Se trata de sujetos claramente diferenciados de otros, que poseen
partes organizadas de modo cooperativo en un organismo que tiene sus propias necesidades, metas y
tendencias. El dinamismo propio de los vivientes incluye la actividad de diferentes partes que cooperan en la
80
¡VENGA TU REINO!
realización de las metas del viviente: esas partes realizan funciones que se integran de modo unitario,
cooperando en el mantenimiento, desarrollo y reproducción del organismo.
b) Inmanencia y espontaneidad
El auto-movimiento es una característica de los vivientes. Si bien todo lo natural posee un dinamismo propio,
existen equilibrios dinámicos que ocultan en muchos casos ese dinamismo ante la experiencia ordinaria. En
los vivientes, el dinamismo propio es patente, y suele ser considerado como una característica fundamental
de esos seres.
El dinamismo de los vivientes se manifiesta en forma de una espontaneidad que, si bien puede atribuirse a
todo lo natural, en el nivel biológico posee rasgos muy peculiares, porque se refiere al dinamismo de seres
claramente unitarios e individuales que buscan activamente lo que contribuye al mantenimiento y al
desarrollo de su ser. Sin duda, un átomo o una molécula poseen un dinamismo propio y una estructuración
espacio-temporal unitaria, y poseen también una estabilidad y ciertas tendencias, pero no tiene sentido decir
que buscan activamente mantenerse en el ser, y menos aún desarrollarse o reproducirse. La actividad propia
de los vivientes se encuentra en un nivel diferente al de los seres físico-químicos.
Las peculiaridades de esa actividad pueden expresarse hablando de su inmanencia. Los vivientes, en cuanto
seres unitarios e individuales que actúan buscando su propia perfección, tienen una actividad cuyos efectos
permanecen dentro de ellos y que, por este motivo, se denomina «inmanente».
La inmanencia de los vivientes significa que, de algún modo, actúan teniéndose a sí mismos como fines.
Ellos son «beneficiarios» de sus propias acciones, lo cual no excluye que su actividad también beneficie a
otros y tenga fines fuera de sí mismos.
En el caso del ser humano, la inteligencia y la voluntad le sitúan en un nivel esencialmente superior al de
otros seres naturales, y en ese nivel se da un grado único de inmanencia en el que el ser humano encuentra su
perfección específica.
Ya nos hemos referido al auto-movimiento, indicando que es el dinamismo característico de los vivientes.
Aunque todo lo natural posea un dinamismo propio, los vivientes son seres que poseen una unidad e
individualidad fuertes, y su dinamismo es tal que su actividad tiene como resultado, en buena parte, algo que
contribuye a mantener y desarrollar el ser mismo del sujeto que la ejecuta. Además, el auto-movimiento de
los vivientes se manifiesta en dos aspectos que son típicos de ellos: el desarrollo y la reproducción.
La organicidad es otra característica típica de muchos vivientes. En relación con la organicidad, se
pueden citar algunas características que hacen posible el mantenimiento de los vivientes en su ser; tal
es el caso del metabolismo o conjunto de reacciones químicas en las que se produce la energía que el
organismo necesita para mantenerse y realizar sus funciones, y de la homeostasis o mantenimiento
de algunas características en niveles constantes a través de las circunstancias externas cambiantes. Se
trata de características muy generales, a las que se podrían añadir muchas funciones particulares que
se realizan en los diferentes tipos de vivientes.
La generación se refiere al comienzo de la existencia del viviente, que se forma como un ser
individual y unitario a partir de otros vivientes. En muchos vivientes la generación va seguida por un
81
¡VENGA TU REINO!
desarrollo gradual que conduce a la realización del tipo específico de acuerdo con pautas
establecidas, y, finalmente, por la muerte o desaparición del viviente, que deja de existir como tal y
se transforma en un conjunto de material inorgánico.
La reproducción constituye una de las características básicas de los vivientes, que transmiten de
generación en generación las características típicas de cada especie. Además, la herencia constituye
la base sobre la cual pueden darse mutaciones que hagan posible la evolución de las especies.
El concepto de orden
El concepto de orden es uno de los conceptos clásicos que no sólo ha sobrevivido hasta la época moderna,
sino que ocupa un lugar central en las discusiones científicas y filosóficas actuales.
El concepto de orden indica unidad en la diversidad; se refiere a partes diferentes que guardan una cierta
disposición. Sin embargo, al hablar de unidad y de disposición ya se están utilizando conceptos relacionados
con el orden. Cualquier intento de definir el orden sin utilizar conceptos que de algún modo lo incluyan está
destinado al fracaso; en efecto, algo que no poseyera ningún tipo de orden sería un caos absoluto, pero un
caos de ese tipo resulta impensable: ni siquiera podemos representarnos una realidad cuyos componentes no
estuvieran relacionados mediante algún tipo de orden. Cuando hablamos de caos, entendemos siempre un
caos relativo, una situación que posee un elevado grado de desorden, no un desorden absoluto que no puede
existir.
Por tanto, el orden abarca toda la realidad, y por este motivo se ha llegado a afirmar que se trata de un
concepto cuasi-trascendental. En consecuencia, no se puede definir el concepto de orden sin partir, de algún
modo, de ideas previas que ya lo suponen. Es posible, sin embargo, precisar algunos de sus rasgos más
importantes.
Uno de ellos es el carácter relacional. El concepto de orden es relacional: se dice siempre con respecto a
algo, es relativo a algún criterio que se toma como referencia. Se pueden adjudicar diferentes grados de
orden a una misma situación de acuerdo con el punto de vista adoptado: por ejemplo, los libros de una
biblioteca pueden clasificarse por materias, signaturas, tamaños, colores, o por combinación de estos y otros
factores; cuando se trata de libros de uso personal, cada uno tiene sus propios criterios y sucede con
frecuencia que una disposición aparentemente desordenada, que no responde a criterios manifiestos, es la
más útil y, para uno mismo, la más ordenada. Por tanto, el orden es relativo: siempre que se habla de orden,
se trata de orden en relación con algún criterio determinado.
En consecuencia, existen muchos tipos de orden. Teniendo en cuenta que lo que nos interesa es estudiar el
orden natural, analizaremos a continuación los tipos básicos del orden que se da en la naturaleza.
a) Orden y estructuración
La estructuración espacio-temporal es una dimensión básica de lo natural. Las entidades naturales poseen
configuraciones espaciales; los procesos se despliegan en una sucesión temporal; y tanto las configuraciones
espaciales como las sucesiones temporales suponen algún tipo de orden: una distribución de componentes o
fases que se encuentran relacionados entre sí. En este sentido, todo lo natural posee algún tipo de orden
espacial y temporal; incluso lo que parece más desordenado, es sujeto de relaciones espaciales y temporales.
82
¡VENGA TU REINO!
La estructuración espacio-temporal es una característica muy general que afecta a todo lo natural, y admite
muchas modalidades. Dos de ellas, especialmente importantes, son las pautas y la organización.
b) Orden y pautas
Utilizamos los términos «pauta» o «patrón» para designar las estructuras espaciales o temporales que, de
hecho, se repiten en la naturaleza. Denominamos «configuraciones» a las pautas espaciales, y «ritmos» a las
pautas temporales.
Las pautas se relacionan, por tanto, con la repetición, que es un aspecto central del orden. Afirmamos que
existe orden siempre que algo se repite. Puede tratarse de la repetición de una configuración espacial que se
encuentra realizada en diferentes sistemas, o de un ritmo temporal que se encuentra en diferentes procesos.
Las pautas se relacionan también con la regularidad. Una configuración o un ritmo suponen que existen
sistemas o procesos naturales que poseen una determinada estructuración que se produce de modo natural y
que, por ese motivo, se repiten en diferentes casos individuales.
En la naturaleza, las pautas desempeñan una función esencial. En teoría, podemos pensar en mundos que
posean muchas menos pautas que el nuestro. Pero la naturaleza que de hecho conocemos, y que hace posible
nuestra existencia, está surcada por pautas en todos sus niveles y en todos sus fenómenos: ya hemos
advertido que, si bien no todo son pautas en la naturaleza, todo se articula en torno a pautas. Las ciencias
buscan, precisamente, el conocimiento detallado de esas pautas, y cada avance científico significa que hemos
encontrado nuevas pautas en la naturaleza.
En definitiva, el orden natural se centra en torno a las pautas espacio-temporales: las configuraciones
espaciales y los ritmos temporales.
c) Orden y organización
Sin embargo, todavía existe otro paso fundamental en el orden natural: la existencia no sólo de pautas, sino
de organización.
El orden no equivale a la organización. La idea de organización tiene un sentido activo que no siempre se
encuentra en la idea de orden, y sugiere algo más elaborado que un simple orden genérico. La organización
es un caso particular del orden, un tipo especialmente fuerte de orden, que se da cuando existen componentes
estructurados que cooperan de modo funcional, o sea, cuando existe unidad y cooperatividad entre los
componentes de un sistema. Es el tipo de orden que se da en los sistemas cuyos miembros cooperan para su
mantenimiento y actividad, realizando funciones específicas que contribuyen a esos objetivos.
El caso típico de organización natural es el de los vivientes, cuyos sistemas físicos se denominan,
precisamente, organismos. En ellos se da una individualidad típica, acompañada de unidad, cooperatividad y
funcionalidad. Sin embargo, la organización no es exclusiva del nivel biológico; también se da en el nivel
físico-químico.
83
¡VENGA TU REINO!
naturaleza y de sus relaciones mutuas permiten, por primera vez en la historia, formular una cosmovisión
rigurosa que incluye los aspectos básicos de la organización de la naturaleza.
Consideraremos ahora cómo está organizada la naturaleza. Y lo haremos distinguiendo en primer lugar los
niveles que la constituyen, y analizando después como se integran esos niveles en la unidad característica de
la naturaleza.
El nivel físico-químico
El nivel físico-químico consta, ante todo, de componentes microfísicos, cuyo pequeño tamaño impide que se
los pueda observar directamente: las partículas subatómicas, los átomos (compuestos por partículas), las
moléculas y las macromoléculas (compuestas por partículas y átomos). A partir de esos componentes se
forman compuestos que suelen ser agregaciones, y pueden encontrarse en estado sólido, líquido o gaseoso,
según sea mayor o menor la fuerza que une entre sí los componentes microfísicos.
El nivel astrofísico
El nivel astrofísico consta de las estrellas, que se agrupan en galaxias, y de los planetas. Las estrellas
contienen un núcleo en el que se dan, a una temperatura de millones de grados, reacciones de fusión nuclear
en las cuales núcleos de hidrógeno se fusionan produciendo núcleos de helio y liberando una gran cantidad
de energía; por eso las estrellas tienen luz propia y pueden verse desde la Tierra, aunque se encuentren a
distancias inmensas de nosotros. En cambio, los planetas son simples agrupaciones de materia en estado
sólido, líquido y gaseoso; no poseen luz propia.
Las estrellas contienen casi toda la materia conocida. Son enormes agregaciones de materia que responden a
principios físico-químicos bastante simples: se trata de fenómenos que se desarrollan en torno al núcleo
estelar, que es un gigantesco horno de fusión termonuclear. Tienen su ciclo de formación, desarrollo y
desintegración: su vida, aunque suele ser muy larga, atraviesa por diferentes etapas y tiene un fin. En los
procesos que se desarrollan en el interior de las estrellas se forman los materiales básicos que sirven para la
construcción de los planetas y de los vivientes. Además, la vida que conocemos depende de la energía que
proporciona una sola estrella, el Sol.
El Sol es una estrella de tipo medio; tiene un radio de unos 696.000 km. y se encuentra a unos 150 millones
de kilómetros de la Tierra. Cada segundo pierde, como resultado de las reacciones termonucleares de su
núcleo, unos 5 millones de toneladas de materia, que se convierten en energía. Está en plena actividad al
menos desde hace 5.000 millones de años, y le queda combustible para unos 20.000 millones de años.
Las condiciones de un planeta como la Tierra responden a leyes físico-químicas. Tendemos a pensar que las
condiciones en las que vivimos son absolutamente estables. Sin embargo, a escala cósmica, las condiciones
actuales de la Tierra son muy singulares, y corresponden a una fase que ha tenido un comienzo y tendrá un
fin. Es probable que las condiciones en la Tierra hayan sufrido en otras épocas cambios bruscos debidos a
impactos con otros objetos. En cualquier caso, las condiciones actuales, que hacen posible la vida, dependen
de la intensidad de la energía que llega del Sol: cuando cambie en el futuro, no se darán las condiciones
necesarias para todas las formas de la vida que ahora conocemos, incluida la nuestra.
Se trata de un nivel de organización relativamente simple; sin duda, en el enorme volumen de las estrellas se
desarrollan procesos muy variados, pero los principios básicos que los rigen se pueden comprender con
cierta facilidad sobre la base de los conocimientos actuales sobre el nivel físico-químico.
El nivel biológico
La organización de la naturaleza alcanza su máxima expresión en el nivel biológico, cuya sutileza se conoce
en la actualidad cada vez mejor, gracias a los grandes avances de la biología molecular
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¡VENGA TU REINO!
Es oportuno subrayar la continuidad entre el nivel biológico y el físico-químico. La peculiaridad del nivel
biológico no reside en sus componentes, sino en el tipo de organización.
Encontramos aquí un nuevo motivo para subrayar también el carácter altamente específico del nivel físico-
químico. En efecto, la vida que conocemos es posible gracias a la existencia de propiedades físico-químicas
muy singulares. Pueden destacarse especialmente las propiedades del carbono, que permiten una enorme
cantidad de combinaciones consigo mismo y con otros elementos químicos y, de este modo, la existencia de
las biomoléculas que se encuentran en la base de los fenómenos biológicos.
Las estructuras biológicas forman una gran cadena, con múltiples ramificaciones, de sistemas y subsistemas
que poseen una organización muy específica y que despliegan un dinamismo altamente cooperativo.
Responden a principios estructurales relativamente simples pero muy eficientes.
El mundo bioquímico consta de un número relativamente pequeño de componentes, que bastan para que se
formen estructuras muy específicas y sofisticadas.
El azar:
Se suele admitir que el azar es el resultado de la confluencia de cadenas causales independientes. Decimos
que algo sucede por casualidad, o es debido al azar, cuando no es el efecto previsto de una causa: su
existencia se debe a la coincidencia de causas que no tendrían por qué coincidir. Por este motivo, se suele
distinguir la causalidad propia (causa per se, en la terminología clásica) y la causalidad accidental (causa
per accidens). Todos los agentes tienen efectos que se deben a su modo de ser, que son consecuencia de su
actividad natural; se trata de los efectos propios de tales agentes. Además, con frecuencia colaboran diversos
agentes de un modo unitario, produciendo también efectos cooperativos que entran dentro de los efectos
propios. Pero también sucede con frecuencia que coinciden diferentes causas sin que tengan por qué
coincidir, sin que haya una razón para ello, produciendo efectos que, por así decirlo, caen fuera de las
tendencias propias de las causas que intervienen, y es entonces cuando, como consecuencia de coincidencias
fortuitas, se producen efectos accidentales y se da el azar.
Lo característico del azar es que las causas que actúan conjuntamente son independientes, o sea, no hay
razón por la que deban coincidir, y ordinariamente no coinciden. El azar se encuentra en el terreno de las
causas accidentales; esto significa que, propiamente hablando, no es una causa: supone que existen causas
propias que coinciden en producir el efecto, pero tal coincidencia es fortuita o accidental porque nada exige
que deba darse necesariamente.
Así entendido, el azar existe realmente en la naturaleza. Además, desempeña una función importante en el
desarrollo de muchos procesos naturales. En efecto, la coincidencia de causas independientes es frecuente,
debido a la gran variedad de causas que existen en la naturaleza. No se trata sólo de nuestra ignorancia, de
que no seamos capaces de determinar qué causas han producido un efecto concreto: el azar no se debe
únicamente a nuestra ignorancia, aunque a veces puede ser así, porque el desconocimiento de los factores
que intervienen puede hacernos pensar en una coincidencia casual que, en realidad, no es tal.
El azar se relaciona con el indeterminismo de la actividad natural. Son muchos los factores causales que
pueden intervenir en los procesos naturales, y no existe una razón que permita prever qué factores
intervendrán en cada caso concreto. Por este motivo, el indeterminismo de la naturaleza puede ser
considerado como una característica real, del mismo modo que lo es el azar y por el mismo motivo. No se
trata sólo de que resulte difícil o imposible prever el futuro debido a las limitaciones de nuestro
conocimiento. Lo que sucede es que la complejidad de la naturaleza hace muy difícil o imposible esa
predicción, porque en cada caso particular intervienen factores que pueden estar ausentes en otros casos.
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¡VENGA TU REINO!
El azar desempeña una función en la producción de sucesivos niveles de complejidad en la naturaleza.
Existen coincidencias fortuitas, y pueden ser importantes para que se produzcan determinados efectos y no
otros.
Sin embargo, para Dios no existe azar. Como causa primera del ser de todo lo que existe, para Dios todo está
patente, tanto lo pasado como lo presente y lo futuro. Dios está fuera del tiempo y no le afectan estas
distinciones temporales. Además, todo depende completamente de Dios en su ser. Por consiguiente, aunque
desde el punto de vista de la naturaleza y del ser humano exista realmente el azar, esto no afecta al
conocimiento que Dios tiene de todo ni a la providencia con que todo lo gobierna.
Evolucionismo:
Si la evolución es un hecho, el evolucionismo es su interpretación. Por tanto, no significan lo mismo. Entre
todas las interpretaciones de la evolución, la darwinista es –con mucho– la más aceptada, hasta el punto de
que evolucionismo y darwinismo suelen confundirse en el lenguaje corriente. Pero no debería ser así. Como
atestigua la Historia Natural, de Buffon, el hecho de la evolución era conocido y debatido en el ámbito
científico desde finales del siglo XVIII, con un importante núcleo en la Academia de las Ciencias de París.
Sin embargo, todavía a mediados del XIX, Darwin y la mayoría de los naturalistas europeos pensaban que
cada especie había sido creada por Dios de forma independiente.
Por evolución se entiende genéricamente todo proceso de transformación de formas menos perfectas en
formas más perfectas de vida, tanto en el plano cósmico como en el biológico y en el antropológico. Por eso,
el evolucionismo indica en general una concepción o teoría según la cual toda la realidad creada se
caracteriza por una serie de dinamismos de crecimiento. Esto significa que también el hombre representa el
punto de llegada de un proceso que parte de los organismos vivientes inferiores; se entiende el origen del
cuerpo humano de una materia ya existente y viviente.
Darwin hablaba de la “descendencia”, es decir, las especies descienden unas de otras. Darwin halló que el
principio de la descendencia proporcionaba un hilo conductor que le permitía una visión armoniosa y
fecundamente explicativa del reino de la vida. Esto no deja de tener importancia, como se verá, porque
evolución dice más que descendencia, es decir, agrega la idea de un cambio de las especies que de algún
modo se transforman en otras especies. Gilson señala en De Aristóteles a Darwin (y vuelta), que Darwin al
principio hablaba de descendencia, y que fue por influjo de Huxley, uno de sus defensores, que empezó a
usar, luego de publicado su libro, el término evolución. Los hechos que Darwin y toda su Època buscaban
explicar eran, entre otros, la existencia de restos fósiles de especies actualmente extinguidas, las semejanzas
obvias entre las diversas especies naturales, así como sus diferencias.
Para Darwin el mecanismo de la evolución se trataba de la selección natural del más apto en el contexto de la
lucha por la vida.
En el Magisterio católico, se admite el origen del cuerpo del hombre a partir de organismos anteriores, pero
se exige reconocer una intervención directa de Dios para la creación-infusión del alma espiritual, que no
puede proceder de la evolución de la materia.
Según sus creencias religiosas los científicos se han decantado por uno u otro modelo del universo. Los
alérgicos a la Biblia han puesto todo su empeño en explicar el universo de tal manera que Dios no fuese
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¡VENGA TU REINO!
necesario como hipótesis de trabajo. La manera de no necesitar la existencia del Creador ha sido la de
imaginar un universo eterno. Si el universo es eterno, no tiene comienzo y parece que no necesita un autor,
se basta a sí mismo, es autosuficiente. Según santo Tomás, aunque el mundo fuese eterno no daría
explicación de sí mismo y su contingencia reclamaría la existencia del Creador.
Es más fácil reconocer que el universo es creado si se sabe que es temporal, es decir, que ha comenzado en el
tiempo o con el tiempo. De ahí que científicos no creyentes sostienen la eternidad del cosmos con tal de no
coincidir con la Biblia. De ahí que la ciencia haya tenido que recorrer un largo y arduo camino antes de
aceptar desde la física, un «principio» (comienzo temporal) del universo.
El siglo de las luces (s. XVIII) retardó muchísimo la comprensión del creacionismo. Se cuenta que Napoleón
preguntó a Laplace qué lugar ocupaba Dios en su teoría física: -«Señor, respondió el físico- no tengo
necesidad de esa hipótesis». Esto sólo podía ser considerando al universo autosuficiente, por lo tanto, eterno.
Sin embargo, el siglo XX es el siglo en el que se impone entre los cosmólogos la teoría del Big-Bang (Teoría
de la Gran Explosión) como origen del universo, instante en que tuvieron comienzo el espacio, el tiempo y la
materia, con otras palabras, el «momento de la creación». Esta teoría estaba ya de algún modo en los
antiguos teólogos, que reconocían la creación, con la cual comenzó el tiempo y no antes.
En el siglo XIII, el teólogo judeo-español Nashamánides (1195-1270), con un adelanto de más de siete siglos
presentó ideas que prefiguraban de un modo sorprendente la futura Teoría de la Gran Explosión o Big Bang.
En su Comentario sobre la Torá, escribe la siguiente: En el mínimo instante subsiguiente a la creación, toda
la materia del universo estaba concentrada en un lugar muy pequeño, no mayor que un grano de mostaza. La
materia, en ese momento, era tan poco densa, tan intangible, que carecía de sustancia real; pero tenía, sin
embargo, el potencial para ganar sustancia, formarse y convertirse en materia tangible. A partir de esa
contracción inicial de sustancia intangible en un lugar minúsculo, la sustancia se expandió, y expandió el
universo al mismo tiempo. Con el progreso de la expansión, se produjo un cambio en la sustancia; de ser
inicialmente incorpórea e intangible, pasó a adquirir los aspectos tangibles de la materia tal como la
conocemos. A partir de este acto inicial de creación [...] se formó todo lo que existe y todo lo que existirá,
todo lo que fue, es y será.
En 1927 George-Henri Le maître, cosmólogo belga, partiendo de las ecuaciones de Einstein, predijo, por
cálculo, que vivimos en un universo que se hincha como un globo, que se expande y que las galaxias huyen
de nosotros como los cascotes de una granada que estalla. En 1931 formula la Teoría del Átomo Primitivo,
en el cual se concentraba toda la materia y la energía que hoy conocemos. El Universo nació de la explosión
de ese Átomo Primitivo.
La teoría de Le maître tuvo poco éxito. ¿Por qué? Porque se parecía demasiado a Génesis 1, 1. Equivalía a
reconocer que el Universo no es eterno. Para mayor descrédito, Le maître era sacerdote.
Einstein se resistía a reconocer la Teoría de la Gran Explosión, no por motivos antirreligiosos, no era
beligerante con la religión. Le maître habló con Einstein del universo «histórico», pero no le prestó interés;
prefería un universo no en explosión y expansión, sino finito, eterno, relativamente tranquilo, curvo,
encerrado en sí mismo. Por eso, cuando Le maître le habló de su teoría, Einstein replicó con cierta
displicencia: «Esto recuerda demasiado al Génesis, se nota que es usted sacerdote». Pero, años más tarde,
Einstein rectificaría, reconociendo la evidencia científica que le superaba. Einstein había sido superado en
virtud de la física de Einstein: vivimos en un universo que se expande ante nuestros ojos a una velocidad
increíble, su radio crece sin cesar, como un globo inconmensurable que se hincha constantemente.
Stefan Hawking escribirá en su Historia del tiempo: “A mucha gente no le gusta la idea de que el tiempo
tenga un principio, probablemente porque suena a intervención divina”. Parece reconocer que ha sido por
motivos religiosos que se busca alternativa al Big Bang y se propone la Teoría del Universo en Estado
Estable o Estacionario, que no necesitaba la existencia de un Creador al principio del tiempo y evita el
Génesis. Fue muy bien acogida por el marxismo; la materia era eterna y se encontraba en un proceso de
evolución siempre ascendente.
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¡VENGA TU REINO!
En el último cuarto del siglo XX se consolida la teoría de que el universo ha tenido un origen. Algunos
suponen que la gran explosión aconteció hace unos quince mil millones de años en un resplandor de luz y
energía. La abrupta emergencia del mundo desde la nada con el Big Bang parece guardar concomitancias con
el «fiat lux» del Génesis. De todos modos, la idea de creación no equivale a un inicio cronológico.
Quienes tienen una confianza ciega en el continuo desarrollo de la ciencia y en la capacidad del Hombre para
controlar la naturaleza, se niegan por principio a aceptar un final de irremediable destrucción y muestran una
certeza inamovible de que el progreso científico sabrá siempre encontrar alguna salida aceptable.
Podemos esperar mucho de nuestro desarrollo, pero siempre nos faltará la capacidad de crear lo que no
existe, y toda nuestra tecnología tiene que usar la materia para transformarla con energías extraídas de ella
misma: un proceso que siempre tiene pérdidas de eficiencia y lleva, tarde o temprano, al final que hace
imposible nuestra supervivencia.
Intelligent design:
Frente a la visión puramente materialista que apoyan los partidarios del evolucionismo, la tesis de los
creyentes "ha acabado por cristalizarse en la fórmula Intelligentdesign, el diseño inteligente del Creador". El
diseño inteligente (DI) es la postura pseudocientífica que "ciertas características del universo y de los seres
vivos se explican mejor por una causa inteligente, no por un proceso no dirigido como la selección natural".
Como teoría científica, la tesis del "diseño inteligente" afirma que es "posible probar por el análisis mismo
de la creación, por tanto científicamente, que el mundo tiene un autor externo a sí mismo y muestra los
signos de una inteligencia ordenadora".
Según estos autores en la naturaleza existirían estructuras complejas que serían irreductibles (que no se
pueden reducir); o lo que es lo mismo, no podrían haber surgido por evolución biológica de otras estructuras
anteriores que paulatinamente se han ido transformando hasta dar lugar a una estructura compleja actual. Si
estas estructuras irreductibles no han podido surgir de un proceso de evolución biológica entonces ¿cuál es la
causa de su existencia? Según los partidarios del DI dichas estructuras habrían sido diseñadas por un
Diseñador Universal Inteligente. Se puede resumir brevemente como «Donde existe un diseño complejo,
tiene que haber habido un diseñador; la naturaleza es compleja; Por lo tanto, la naturaleza debe haber tenido
un diseñador inteligente".
Los partidarios del DI critican principalmente a Darwin, quien habría completado la revolución copernicana
al realizar su descubrimiento más importante: que la naturaleza exhibe un diseño sin diseñador. A
consecuencia de la selección natural, los organismos exhiben diseño. Pero el diseño de los organismos tal
como éstos existen en la naturaleza no es «diseño inteligente», impuesto por Dios como Supremo Ingeniero o
por los humanos; más bien, es el resultado de un proceso natural de selección, que fomenta la adaptación de
los organismos a sus entornos. Consideran que el darwinismo es incapaz de explicar un cierto tipo de
complejidad que podemos apreciar en los seres vivos. Afirman de manera neta que sólo el diseño ofrece una
explicación satisfactoria para dicha complejidad. Por tanto, buscan mostrar la insuficiencia del darwinismo
como teoría científica y afirmar el DI como única alternativa posible.
Principio antrópico:
El enorme desarrollo de las ciencias de la Naturaleza ha hecho que cuando los científicos llegan a los límites
de su conocimiento acaben por hacer Filosofía. No puede ser de otra manera porque la persona inteligente no
puede menos de preguntarse por el origen, las causas y el fin del universo y de la misma persona. Se ha
hecho notar que si las condiciones iniciales hubiesen sido ligeramente distintas, y, sobre todo, si las
constantes físicas no hubiesen sido cuidadosamente «seleccionadas» o, si en ellas se hubiese verificado una
pequeña alteración, la vida no hubiese aparecido, o se hubiese destruido, o, al menos, no se hubiese logrado
el hombre.
Esta problemática remite a un conjunto de cuestiones que se encierran bajo la denominación genérica de
principio antrópico. La denominación fue introducida en 1974 por Brandon Carter . Este autor hizo notar que
la estructura natural de los objetos cósmicos está en función de ciertas constantes de la Naturaleza de
potencia muy alta, por lo cual una variación eventual, aun pequeña, en ellas habría significado tales
variaciones en la estructura de conjunto que hubiesen hecho imposible el desarrollo de las formas biológicas
y, consiguientemente, del hombre, con independencia de la capacidad de adaptación de tales formas al medio
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¡VENGA TU REINO!
ambiente. Esto indica que la estructura biológica está en dependencia de una situación cosmológica
universal, o, lo que es lo mismo, que la vida ha sido y es posible por una combinación constante y
complicadísima de constantes de la Naturaleza, sin la cual no se hubiesen verificado las estructuras
biológicas en el universo.
La Tierra está situada justamente a una distancia del sol que posibilita la vida. Ni demasiado lejos, ni
demasiado cerca. Nos protege además la distancia: 150 millones de Km. Más cerca, el agua se evaporaría,
más lejos el agua se convertiría en hielo. En ambos casos la vida desaparecería. El hecho de que el planeta
Tierra gire sobre su eje permite también que toda su superficie sea iluminada y calentada. La Luna ya no
puede girar sobre su eje y por eso nos presenta siempre la misma cara, está en rotación sincrónica con la
Tierra. Si estuviéramos más cerca del sol le pasaría lo mismo a la Tierra.
El planeta tiene que girar, además, con velocidad adecuada. Si un planeta gira muy lentamente las
desigualdades de temperatura del día a la noche son enormes. Si la Tierra girase demasiado aprisa tampoco
permitiría un equilibrio de temperaturas; se formarían vientos muy violentos y temperaturas inadecuadas.
Cabe, pues, una pregunta: ¿Ha sido pretendido un universo y un proceso tan complejo y tan enorme para que
se produjera en este punto insignificante que es la Tierra, un equilibrio tal de elementos, de fuerzas y de leyes
constantes que hiciera posible la vida y, en el tronco vital, el hombre inteligente? Parece que hay que
concluir que sí y que no es probable que se hayan conjugado tantos factores en otro punto. Al menos no
tenemos ninguna noticia cierta de ello.
Carter ha formulado el principio antrópico de dos maneras una «débil» y otra «fuerte», el «principio
antrópico débil», expresa sencillamente el hecho de que la combinación de las constantes de la Naturaleza
reconocidas experimentalmente es una condición sine qua non de la vida y, gracias a ello, nosotros podemos
observar tal combinación porque sin ella no existiríamos. El «principio antrópico fuerte» es más audaz y
asume un carácter filosófico: Afirma que el hombre observador del mundo es el término final buscado y
logrado por el conjunto de elementos y constantes ya dichas, en tal manera que él confiere un sentido a la
evolución cósmica. Queriendo parafrasear a Descartes, B. Carter afirma: «Cogito, ergo rnundusest». Esto
significa, sencillamente, que la presencia del hombre inteligente en el Cosmos no es un hecho fortuito sino
buscado y pretendido por la evolución.
Dos científicos ingleses, Barrow y Tipler, van más lejos aún, y se atreven a proponer lo que llaman un
«principio antrópico terminal». Quieren decir lo siguiente: si todo ha sido programado para que los seres
inteligentes llegaran a la existencia en un momento determinado de la evolución, y después esta vida
inteligente desaparece totalmente, se hace inexplicable por qué ha llegado a la existencia este ser inteligente
que llamamos hombre. La evolución, usando un lenguaje antropomórfico, ¿se habría esforzado por poner al
hombre sobre la Tierra, para después destruirle y aniquilarle? Es impensable, porque sería absurdo. De ahí
que Barrow y Tipler formulen así el principio antrópico: «En el universo debe llegar a la existencia una
inteligente elaboración de la información, pero una vez llegada a la existencia, no morirá jamás».
No había, pues, ningún proyecto, ni el hombre es el término previsto de la evolución. Todo ha sido fruto de
casualidades. La bioquímica es la única ciencia que explica la aparición del hombre y se atiene a lo que
Monod llama «el postulado de la objetividad», que excluye cualquier «ilusión» o proyecto antropomórfico,
finalista o religioso. Reconoce que quedan regiones de lo humano no suficientemente iluminadas por los
conocimientos biológicos, como el lenguaje simbólico y el sistema nervioso central que es teleonómico,
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¡VENGA TU REINO!
pero, en cualquier caso, el pensamiento de una previsión finalista lo estima ilusorio y anticientífico.
Concluye: «la antigua alianza está ya rota; el hombre sabe al fin que está solo en la inmensidad indiferente
del universo de donde ha emergido por azar. Igual que su destino, su deber no está escrito en ninguna parte».
Lo considera una conclusión «científica» que confirma la teoría existencialista de Sartre: la vida humana es
absurda, un no-sentido y un sufrimiento inútil.
Otros, sin embargo, niegan el factor del azar que rige la explicación darwiniana. Es difícil comprender cómo
una búsqueda, fundamentalmente al azar, pudo tener como consecuencia la emergencia del mundo de los
seres vivientes con su complejidad conocida [...] cómo puede explicarse estadísticamente la casualidad de la
aparición de unos sistemas de grandísima complejidad, como el cerebro de los mamíferos, cuando un uno
por ciento de las conexiones de ese cerebro, organizado específicamente, representa una cantidad mucho
mayor de conexiones que toda la red mundial de comunicaciones».
Por lo que hace al emergentismo, es decir, a la teoría de que la vida emerge de la materia, se puede admitir
como afirmación de que lo material se auto-trasciende hacia una forma cualitativamente distinta, por un
proyecto previo inscrito en la misma materia evolutiva.
LÓGICA
INTRODUCCIÓN
DEFINICIÓN DE LA LÓGICA.
Conocemos por lo más clásico: que proviene de LOGOS = “razón” lo que nos permite decir
que:
“es la ciencia que estudia las leyes que rigen el entendimiento en el conocimiento
de la verdad”. Por ser ciencia es un conjunto de conocimientos razonados y
ordenados sistemáticamente.
o también:
“es el arte y la ciencia de los actos de la razón”.
“Arte” porque proporciona reglas para ordenar los actos mentales hacia un fin. “Ciencia”
porque se deduce mediante el raciocinio lo que no tenemos claro de lo que es claramente
conocido (la verdad);
“Actos de la razón” para que con ellos proceda con orden, facilidad y sin error.
26Ibíd. P. 259
28 Ibíd. P.25
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¡VENGA TU REINO!
- “La lógica tiene por finalidad dirigir el acto de la razón, su objeto es el conjunto de las
relaciones que el espíritu establece en su pensamiento entre las cosas que piensa.”29
- El significado y la referencia son dos aspectos centrales en el estudio del funcionamiento del
lenguaje y en su análisis han participado tanto los filósofos del lenguaje como los lingüistas.
La reflexión metalingüística nació con la Filosofía y en la mayor parte de su historia ha estado
incluida en ella. El análisis de las relaciones del lenguaje con la realidad conduce a la
Semántica mientras que las vinculaciones entre el lenguaje y la acción humana llevan a la
Pragmática. Los fundamentos de gran parte de la Lingüística, han sido elaborados por lógicos
y filósofos interesados en cuestiones semánticas y pragmáticas
-La teoría de la argumentación, o la argumentación, es el estudio interdisciplinario de la forma
en que se obtienen conclusiones a través de la lógica, es decir, mediante premisas. Incluye el
debate, el diálogo, la conversación y la persuasión. Estudia las reglas de la inferencia, la lógica
y las reglas procedimentales, tanto en el mundo real como en sistemas artificiales. Un
argumento no es solamente la afirmación de algunas opiniones, ni tampoco simplemente es
una disputa. Son intentos de apoyar opiniones con razones.
Partes: Tesis, premisas y argumento. Se reconocen tres tipos de discursos persuasivos: la
demostración, la argumentación y la descripción: La demostración trata de llegar a una
conclusión partiendo de premisas mediante razonamientos deductivos.
La argumentación trata de causas y consecuencias.
-“El lenguaje tiene tres aspectos: a) dimensión sintáctica o relación de unos signos con otros.
La unidad sintáctica mínima con sentido completo es la oración (proposición en lógica); b)
dimensión semántica o relación del signo con la cosa significada; c) dimensión pragmática o
de uso, que es la relación del lenguaje con los actos del sujeto hablante y sus interlocutores,
donde el hablante intenta hacer algo al pronunciar algo, ej. Un juramento, que da una fuerza
elocutiva al contenido conceptual”32.
34 Ibíd. Págs. 47 – 48
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¡VENGA TU REINO!
-Los sincategoremáticos son ciertas partículas de enlace que solamente significan junto con
aquellos, como son las conjunciones o preposiciones; son los signos de los conceptos
funcionales puros (ej. Pues, que, etc.)”35
-La falta de precisión en el significado de una palabra se llama vaguedad: una palabra es vaga
en la medida en que hay casos en los que su aplicabilidad es dudosa.
El lenguaje ambiguo nos enfrenta a varios significados, entre los que no es fácil determinar el
correcto ej. “¡Ese libro es tremendo!” (Ambiguo); “¡Qué libro!… ” (Vaga).
-“Conceptos análogos son los que se predican de sus sujetos en un sentido que en parte es
idéntico y en parte es diverso… expresan la misma perfección que se realiza de modos
distintos, en diversos sujetos y ámbitos de la realidad.” 36 Es imprescindible en metafísica y
teología.
-Tipos:
a) De atribución: Se dice algo de muchos según diversas relaciones a una misma realidad, ej.
Lo sano. Puede ser:
1) Extrínseca: según la intención y no según el ser, ej. Lo sano.
2) Intrínseca: según la intención y el ser, ej. Relación de causalidad.
b) De proporcionalidad: Se dice algo de muchos según proporciones semejantes, ej. Los seres.
Puede ser:
1) Metafórica: (impropia) por semejanza de operación; la perfección proporcionalmente
común se da propia y realmente en uno de los analogados y en los otros de modo sólo ficticio
e impropio; ejemplo: león, rey de la selva.
2) Propia: la perfección proporcionalmente común se da realmente en todos los analogados
(según el ser); ejemplo: palabra oral, escrita, mental, angelical, divina.
La analogía de proporcionalidad se funda en la de atribución.
5. Las proposiciones categóricas: proposiciones singulares; proposiciones universales y
proposiciones particulares; el cuadrado de las oposiciones: contradictoriedad y
contrariedad; la incoherencia de un conjunto de proposiciones
-Se llama así a las , compuestas por dos términos y una cópula, que se limitan a componer o
dividir un atributo de un sujeto, donde “o bien se unen mediante la afirmación dos ideas que se
han ofrecido, o bien se separan mediante la negación.”37 Se pueden clasificar según la
cantidad, la cualidad, la relación, la modalidad.
-Según la cantidad pueden ser:
a) Universales; donde el predicado se atribuye a toda la extensión del sujeto, ej. “todos los
hombres tienen alma”;
b) Particulares, donde el predicado se atribuye a una parte de la extensión del sujeto, ej.
“algunos hombres son cristianos”;
c) Singulares, donde el predicado se atribuye a un solo individuo, ej. “Nelson es ingenioso”.
-Según la cualidad pueden ser:
a) Afirmativos: Componen un predicado con un sujeto. ej. “Orlando es alegre”
b) Negativos:excluyen la conveniencia mutua de estos elementos. ej. “Letty no es egoísta”
-En la comparación entre las proposiciones podemos ver cuatro propiedades: La oposición,
equivalencia, conversión e ilación inmediata.
38 Ibíd. P.168
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¡VENGA TU REINO!
b) Contingentes, que enuncian algo que es, pero puede no ser, ej. “es contingente que ahora
haga buen tiempo”.
c) Posibles, que significan algo que no es, pero puede ser, ej. “es posible que apruebe el
examen”.
d) Imposible, que significan lo que no puede ser, ej. “es imposible que el círculo sea
cuadrado”.
-Es necesario distinguir el dictum y el modus. Ej. En la proposición “Dios es necesariamente
bueno”, el dictum es “Dios es bueno”, el modus es “necesariamente”.
-La modalidad se puede expresar con formas verbales propias, como necesitar, deber (usado en
necesidad moral) y poder. Es una de las vías de la lógica a la metafísica.
7. Las proposiciones compuestas (hipotéticas): proposiciones copulativas; proposiciones
disyuntivas; proposiciones condicionales
-Son las que están compuestas de proposiciones simples, en lógica matemática se les llama
moleculares y a las simples atómicas. Se distinguen dos tipos: Las abiertamente compuestas y
las ocultamente compuestas.
Hay tres clases de proposiciones abiertamente compuestas, que se diferencian según la
conjunción o cópula:
a) Copulativas, unidas por la conjunción “y”, Ej. Juan es arquitectoyPedro es ingeniero.
Para que una proposición conjuntiva sea verdadera, ambas proposiciones deben ser
verdaderas. Utilizando la tabla de verdad, de la lógica matemática:
P Q p.q
V V V
F V F
V F F
F F F
b) Disyuntivas, compuestas por la conjunción “o”, que a su vez puede ser exclusiva,
inclusiva e incompatible. Ej. Iré al campo o me quedaré en casa.
Hay casos en donde las proposiciones pueden ser que son inclusivas (en invierno nieva o hay
sol) y otras que son exclusivas (aprobé filosofía o no aprobé). Consideraremos solo el segundo
caso, por lo que una proposición compuesta es falsa solo cuando ambas proposiciones son
verdaderas o ambas falsas. Su tabla de verdad es:
p Q pvq
V V F
F V V
V F V
F F F
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¡VENGA TU REINO!
P Q pq
V V V
F V V
V F F
F F V
-Las ocultamente compuestas son aquellas cuya composición pasa inadvertida y que deben
desarrollarse para reconocerlas. Las más importantes son:
a) Las exclusivas, indicadas por solo, ej. “solo Dios es bueno”.
b) Las exceptivas, indicadas por salvo, ej. “Todo ser, salvo Dios, es creado”.
-El silogismo, palabra griega, que significa “raciocinio”, porque es el raciocinio por
excelencia; se define como un razonamiento formado por tres juicios o proposiciones de
tal manera entrelazados que, puestos dos de ellos se sigue necesariamente un tercero
llamado conclusión. (Aunque el raciocinio se conoce mas como una actividad del
entendimiento de manera interna, y el silogismo vendría a ser esa manifestación hablada o
puesta por escrito del raciocinio). 39El silogismo es la expresión verbal de un razonamiento
deductivo.
-Aristóteles lo define como “el discurso en el cual, dados ciertos elementos, necesariamente
sobreviene otro distinto de estos que han sido dados, por el hecho de darse estos
elementos.”40
“El silogismo es una argumentación muy sencilla, en la que a partir de dos verdades
conocidas, premisas, podemos conocer una tercera verdad desconocida, conclusión, pero
implícita o explicita en las premisas”41
-El paso de las premisas a la conclusión recibe el nombre de inferencia.
39 Cf. DORIGA, Enrique L.; Metodología del pensamiento, La lógica desde el hombre primitivo hasta la
informática. Ed.herder, Barcelona.1986 P.111s
Esquema de un silogismo.
“Todo hombre(M) es mortal(P)” M---P--------premisa mayor.
“Sócrates(S) es hombre(M)” S----M--------premisa menor.
“Sócrates(S) es mortal(P)” S----P---------conclusión.
Elementos del silogismo.
Son lostérminos y las proposiciones.
a).- Los términosson tres; dos extremos que se comparan con un tercero llamado medio.
1. Término mayor, es el que sirve de predicado en la conclusión = P
2. Término menor, es el que sirve de sujeto en la conclusión = S
3. Término medio, es el que se repite en las premisas, pero luego no aparece en
la conclusión = M
La conclusión en el silogismo categórico se da gracias al hecho de que hay este término
medio entre las dos premisas.
b).- Las proposiciones son también tres: dos premisas y una conclusión.
1. Premisa mayor, es aquella que posee el término mayor(P) antecedente.
2. Premisa menor, es aquella que posee el término menor(S).
3. Conclusión, aquella donde se comparan los dos extremos consecuente.
9. Silogismos categóricos: figuras y modos del silogismo categórico
Figuras.
Son las formas que reviste el silogismo según la posición que el término medio ocupe en las
premisas. Caben 4 figuras.
Modos.
Son las configuraciones de cada figura, según que las premisas sean A,E,I,O.
Combinaciones: según las reglas de la correcta deducción, 19.
M es P
1 S es M AAA – EAE – AII AmAndA, mE trAE, Al mIstI, En
S es P – EIO tIcO.
P es M EAE – AEE – EIO
2 S es M – AOO EmmAnuEl, trAE En, El tIcO, Al
S es P mOnO.
M es P AAI – IAI – AII – sarA I mI AmIgA InIestA
3 M es S EAO – OAO – cOmprArOn El rItO.
S es P EIO
P es M AAI – AEE – IAI – AnAnI, AprEndE, InvAdIr
4 M es S EAO – EIO EscuchAndO, El rIO.
S es P
101
¡VENGA TU REINO!
ii. Condición suficiente: Si es A, es B
Es A, luego es B
No es B, luego no es A
iii. Condición suficiente y necesaria: Si es A, es B
Es A, es B; no es A, no es B
Es B, es A; no es B, no es A
1. Falacias formales: Son las que se cometen por algún procedimiento sintáctico erróneo,
pero persuasivo, ej. AB ≠ BA
2. Falacias informales:
a. Las falacias de ambigüedad: Son argumentos deductivos que parecen válidos
pero que no lo son porque hay una modificación en el significado de alguno de
los términos. Hay de dos tipos:
i. Por equívoco: El término se usa dentro del mismo argumento con dos
significados distintos, por ejemplo:
Sólo el hombre es racional
Ninguna mujer es un hombre
Luego, Ninguna mujer es racional
ii. Anfibología: La anfibología se origina por una ambigüedad estructural o
por una ambigüedad semántica al interpretar un elemento que determina
la estructura lógica. Por ejemplo:
Todo Hombre ama a una mujer
43J. Sanguineti, Lógica, EUNSA, 1989, p.159
102
¡VENGA TU REINO!
Romeo ama a Julieta
Luego, Todo hombre ama a Julieta
b. Falacias materiales:
i. Las falacias de datos insuficientes:Son razonamientos inductivos
incorrectos, porque en ellos se presentan las premisas como base para la
generalización, cuando en realidad no la tienen. Este tipo de falacias son
muy comunes cuando generalizamos a partir de sólo varios casos
conocidos. "Todos los hombres son iguales", es un ejemplo. A menudo,
este tipo de generalizaciones resultan ser meros prejuicios.
ii. La falsa causa y la falsa prueba: Son razonamientos que apelan a una
causa o a una prueba para concluir alguna conclusión con la que no hay
una verdadera conexión causal. Por ejemplo:
El fumar es malo para la salud,
me duele un pie,
Eso es por el tabaco
iii. Las falacias de pertinencia: A menudo, son meros argumentos retóricos
o entimemas, que tienen el objetivo de convencer a alguien apelando a
argumentos o razones que no son lógicamente pertinentes. Entre las más
comunes podemos destacar las siguientes:
1. Ad hominem : Podemos atacar o desprestigiar la capacidad
argumentativa del que presenta la opinión, pero sin presentar
razones contra la opinión en sí . Por ejemplo cuando decimos en
tono despectivo aquello de 'si tú lo dices...'
2. Ad Baculum: Las que apelan al poder o la autoridad para
fundamentar una opinión. ¿Por qué? Porque lo digo yo.
3. Ad populum: Éstas apelan a emociones que conmueven no por
su fuerza lógica sino por su capacidad retórica.
4. Ad verecundiam: También resultan falaces las que se
aprovechan de la autoridad intelectual o del prestigio de alguien
para derivar una conclusión. Éstas tienen la siguiente estructura:
A afirma p, por tanto p.
5. Ad ignorantiam: Se basan en el desconocimiento o en la
carencia de refutación para afirmar una aserción, que, en estas
circunstancias, no resultaría confirmada. Por ejemplo, Nadie ha
podido refutar la existencia de Dios, por tanto tiene que existir.
6. La falacia tu quoque es un tipo de argumento muy utilizado, no
sólo en deducción lógicas sino también en excusas del deber o
en defensa de la culpa. Tu quoque significa 'tú también' y es la
idea de poder excusarse, acusando a quien acusa. Produce tomas
de decisión tan singulares como cuando todos hablan en clase,
por ejemplo, yo también me creo en el derecho de hablar.
103
¡VENGA TU REINO!
-Son las dos formas principales de argumentación. Silogismo es sinónimo de deducción. La
inducción tiene por función pasar de lo singular (objeto de los sentidos) a lo universal, (objeto
de la inteligencia). La inducción pasa del plano sensible al plano inteligible y la deducción se
mueve al nivel de lo inteligible. La deducción va a menudo de lo general a lo especial, de lo
universal a lo particular.
La inferencia inductiva parte de hechos que nos parecen semejantes en algo para alcanzar
conclusiones que generalizan dicha semejanza.
La inferencia deductiva se apoya en una regla general y en un caso al que puede serle
aplicada.
Hace un siglo que Pierce ideó, para estas formas de discurrir, un buen ejemplo que transcurre
en una tienda de ultramarinos:
Si veo que de un saco extraen un puñado de alubias y todas son blancas, induzco que todas las
alubias del saco son blancas. Si me dan un paquete cerrado con alubias que proceden de ese
mismo saco, deduzco, sin verlas, que son blancas.
Si me dan un puñado de alubias y son blancas, supongo que proceden del conocido saco de las
alubias blancas (digo supongo porque tal vez existan otros sacos aunque yo no lo sepa).
Si escribimos lo mismo en forma esquemática quedaría como sigue:
Inducción: Cada alubia que sale del saco es blanca. Luego todas las alubias del saco son
blancas.
Deducción: Todas las alubias de ese saco son blancas. Este paquete contiene alubias de dicho
saco. Luego las alubias de este paquete son blancas.
-En general, los argumentos basados en la experiencia u observación se expresan
mejorinductivamente y se sostienen mostrando los casos individuales.
-Los argumentos que se amparan en leyes, reglas, definiciones, u otros principiosampliamente
aceptados se expresan mejor deductivamente, mostrando que se puedeaplicar la ley, la regla o
la definición, al caso de que se trate.
Los argumentos que dan cuenta de informaciones fragmentarias o de signos, no tienenmejor
camino que la hipótesis, y se defienden aportando razones que hagan plausiblesnuestras
conclusiones.
Es obvio que muchas cosas se pueden argumentar tanto inductiva como deductivamente.Un
niño puede observar que cada vez que se mete en la bañera asciende el nivel del líquido
(¡incluso hasta derramarse fuera!). Quien conoce las leyes de Arquímedes puede llegar a la
misma conclusión sin recurrir a la experiencia. Claro está que ello exige que alguien (tal vez
Arquímedes) se haya metido varias veces en la bañera para establecer la ley que los demás
aplicamos, por ejemplo, en el baño de los niños. Tanto la inducción como la deducción
examinan el mismo fenómeno (alguien se mete en la bañera) y la misma consecuencia
(asciende el nivel del agua). La hipótesis recorre el camino al revés: si sube el nivel del
líquido, tal vez sea que alguien se baña. Si usted observa que cae agua por el techo de su
cuarto de baño exclamará hipotéticamente: Ya se ha metido el gordo del piso de arriba en la
bañera.
104
¡VENGA TU REINO!
En toda la historia del pensamiento se percibe la búsqueda del hombre por alcanzar la verdad, y haciéndolo
de varias formas:
ESCEPTICISMO:
Proviene de la palabra griega que significa “examinar” detenidamente. Por eso es la actitud que, tras un
pormenorizado examen, concluye que nada se puede afirmar con certeza, por lo que es mejor abstenerse de
juzgar.
Las escuelas:
Escépticos griegos:
- Pirronismo: forma extrema del escepticismo. Pirrón sostiene que hay que vivir en una completa
abstención del juicio para obtener la perfecta indiferencia ante todo (ataraxia = sabiduría).
- Probabilismo: esta postura admite la posibilidad de salirse de la duda al pronunciarse en favor de
una opinión que solo se admite como probable. No es posible conocer la verdad pero si
vislumbrar lo verosímil.
- Fenomenismo: para estos conocemos las cosas tal y como nos aparecen pero sin saber lo que son
en verdad. Constatan las apariencias pero sin afirmar o negar que les corresponde a lo real.
- Empirismo: es el desarrollo lógico del fenomenismo; sostienen admitidos ya los fenómenos en
su aspecto cierto, es posible buscar las leyes por las que se relacionan entre sí, pero sin superar
nunca lo dado por la experiencia.
Argumentos escépticos:
a) Diversidad de opiniones humanas y contradicciones de los filósofos: al percibir que hay opiniones
muy diversas entre los hombres creyendo que cada uno posee la razón, les llevaa concluir que no
podemos saber a ciencia cierta quien posee la verdad.
105
¡VENGA TU REINO!
b) El error y la ilusión: los errores que presentan los sentidos al pasar las apariencias por realidades, al
igual que la inteligencia al juzgar y al opinar.
c) La relatividad del conocimiento:todo objeto de conocimiento está teñido por el tono de la
subjetividad del cognoscente, es decir, que es relativo a un sujeto determinado.
d) Círculo vicioso:es un argumento de pura lógica. Esta postura afirma que no se debe tener nada por
cierto que no haya sido demostrado, y esta a su vez, demostrada con otra premisa anterior y así
sucesivamente hasta el infinito, lo cual nos lleva a entrar en un círculo vicioso: todo se demuestra
por todo = nada se demuestra por nada. Los escépticos no pretenden que sus argumentos sean
verdaderos, solo se sirven de ellos para demostrar,situándose en el terreno dogmático, que no se
puede afirmar nada.
Aristóteles hace un balance completo de las ideas filosóficas desarrolladas por sus predecesores y
contemporáneos. Al realizarlo se topa con errores que afectan a la totalidad del conocimiento humano. Tal
era el caso de algunos sofistas, que, al considerar al hombre como “medida de todas las cosas”, incurrían en
el relativismo que, a su vez, desemboca en el escepticismo.
Cabe destacar las argumentaciones de San Agustín frente a los escépticos, a cuya pretensión de duda
universal opone, entre otras certezas, la de la propia existencia del que duda.
EMPIRISMO:
Escuelas:
- Filosofía griega: el empirismo es solo un sensualismo. Porque el bien del hombre se encuentra solamente en
lo que nos enseñan los sentidos, es decir, en el placer.
- Edad media: está representado por Occam, tomando el nombre de nominalismo. La tesis central es que no
hay en el espíritu conceptos universales que representen la esencias sino son solamente palabras vacías.
- El empirismo inglés: sostienen que no hay en el espíritu ideas innatas, el conocimiento se reduce a
impresiones sensibles y a ideas, copias débiles de estas (imágenes). Las cualidades sensibles son subjetivas
y los primeros principios son asociaciones de ideas que se han hecho habituales. Así el conocimiento queda
limitado a los fenómenos.
- Positivismo: sostenido por Comte, que limita el conocimiento al estudio de los fenómenos naturales y de sus
leyes según los procedimientos del método experimental.
Argumentos:
La tesis principal, que lo define, es que es un hecho que todo conocimiento procede de la experiencia, que
ninguna afirmación es verdadera si no se funda en una experiencia, que una idea no es nada más que un
resumen de múltiples experiencias.
RACIONALISMO:
106
¡VENGA TU REINO!
Esta postura sostiene que los sentidos no nos ofrecen conocimientos ciertos y seguros, por eso acuden a la
razón.
Escuelas:
La filosofía griega:
Eleatismo: Para Parménides el camino de la experiencia solo conduce al error a diferencia de la razón que
conduce hacia la verdad (principio de identidad= el ser es y el no ser no es).
Estoicismo:Enla moral estoica, el sabio extirpa sus pasiones porque la felicidad reside en la virtud, que es
vivir según la razón.
Filosofía moderna:
- Descartes: para que un conocimiento sea científico debe desarrollarse a priori: partiendo de ideas claras y
distintas captadas por intuición.
- Kant: el racionalismo se profundiza, radicando enteramente entre la distinción entre la materia y la forma del
conocimiento. La forma consiste en un cierto número de leyes que dependen de la constitución del sujeto,
por eso es apriori, es decir, independiente de la experiencia (sensibilidad: espacio y tiempo; entendimiento:
doce categorías; razón: tres ideas). La materia es el contenido del conocimiento por eso es aposteriori; es
tan necesaria como la forma, pero es esta la que constituye los objetos.
Argumentos:
IDEALISMO:
Es la consideración del pensar como un fundamento del ser, invirtiendo de este modo el planteamiento
realista. Aunque tiene mucho parentesco con el racionalismo, el problema al que responden no es el mismo:
para uno es el medio del conocimiento, para el otro su valor.
El idealismo no niega en modo alguno la realidad del mundo, lo que niega es que el mundo exista en sí, es
decir, fuera de todo conocimiento o de toda representación. Es así, que en vez de negar su realidad por el
contrario, la fundamenta de la única manera que le parece sólida: sobre la actividad del espíritu.
Escuelas:
El padre del idealismo es Descartes, aunque las conclusiones de su sistema son realistas, éste siembra los
gérmenes del idealismo que crecerán después de él.
Con Kant se constituye y define el idealismo, definiéndola así: “la doctrina según la que el espacio y el
tiempo no son propiedades reales de las cosas, sino leyes de nuestra sensibilidad”, es decir, no podemos
conocer las cosas tal como son en sí mismas, sino solamente tal como nos aparecen en virtud de nuestra
constitución subjetiva. Somos nosotros quienes organizamos los diversos fenómenos dados por la
sensibilidad. Lo que Kant aun mantiene es la existencia de las cosas en sí, como causa de nuestras
impresiones sensibles, no obstanteque las declara incognoscibles. Sus discípulos suprimirán las cosas en sí y
profesarán un idealismo absoluto, hablando solo de lo que conocemos: de los fenómenos que son nuestras
representaciones, de las formas y categorías que son nuestras leyes a priori, de la actividad espiritual que
construye el mundo.
107
¡VENGA TU REINO!
Hegel(idealismo dialéctico) considera que la labor de la filosofía, será un construir un sistema de categorías.
Al cual lo llama “dialéctica”.
Fichte (idealismo crítico) sostiene que la labor de la filosofía es un análisis reflexivo del espíritu, única tarea
de ésta. Para ello el único método posible es remontarse de los actos del conocimiento científicoa los
principios que los explican. Descubriendo así las leyes o formas del espíritu, y más profundamente la
actividad que es el espíritu mismo. Y como la ciencia nunca está completa y sus descubrimientos son
imprevisibles, el análisis del espíritu se ha de volver a empezar siempre.
Argumentos:
El signo capital del idealismo es la consideración del pensar como fundamento del ser. Se trata de un
enfoque esencialmente criticista, en el que se problematiza de raíz la capacidad humana para alcanzar la
realidad tal como es en sí misma.
El error fundamental del idealismo radica en su principio fundante: el de inmanencia. Si bien es cierto que el
conocimiento es inmanente al sujeto que conoce, la realidad de lo que conoce no es inmanente a él, sino
trascendente, existente independientemente de quien la conoce, y susceptible de un conocimiento intelectual
que alcance la estructura esencial y causal real de las cosas.
EL REALISMO:
El término ‘realismo’ tiene principalmente dos acepciones en la historia de la filosofía: en primer lugar,
como una de las posiciones en torno al problema de los universales, opuesta al nominalismo y al
conceptualismo, y que sostiene que los universales se fundamentan en las esencias de las cosas reales. En
segundo lugar, como posición opuesta al escepticismo en torno al problema de la naturaleza del
conocimiento, sostiene que podemos alcanzar la verdad aunque no mirando la posibilidad del error, siendo
este un accidente. También se opone al racionalismo el empirismo porque conocemos la verdad no solo por
la experiencia o la razón, sino por ambas. Y como oposición al idealismo, sostiene que el espíritu humano
puede conocer al ser en sí, y que la verdad consiste precisamente en la conformidad del juicio con la
realidad.
El realismo sostiene que el origen de todo conocimiento intelectual se encuentra en los datos sensoriales,
pues nada hay en el intelecto que no haya estado primero en los sentidos.
Escuelas:
- Platón (desemboca en Agustín y Buenaventura): para él mundo sensible tiene tan poca consistencia que
no puede dársele el nombre de ser. Es mutable, mientras que el ser es inmutable. Y para fundamentar la
posibilidad de la ciencia, Platón dobla el mundo sensible con un mundo inteligible. Las ideas, que
existen en sí, son las esencias inmutables que requiere el conocimiento científico.
- Aristóteles (desemboca en Santo Tomás y la escuela tomista)sostiene en cambio que las ideas no existen
separadas, sino que son inmanentes en lo sensible, constituyen la esencia de cada cosa y no existen más
que individualizadas. De ahí se sigue que el conocimiento humano parte de la sensación, que nos pone
en contacto con lo real.
- Agustín, su postura está centrada en el problema de la verdad como necesaria, inmutable y eterna. Su
punto de partida es la tesis platónica de que el mundo sensible es demasiado inestable para poder ser
objeto de conocimiento verdadero. El hombre hace juicios verdaderos, incluso sobre las cosas
contingentes.
Argumentos:
El ser prima sobre el pensar y lo fundamenta: el pensamiento no constituye el ser del objeto,
sino que este último preexiste al sujeto;
El sujeto trasciende su ser mediante el conocimiento, y alcanza las cosas existentes; no se queda
en sus propias representaciones, sino que éstas son medios para conocer las cosas mismas de las
cuales proceden;
El conocimiento de la realidad es realizado mediante el proceso de abstracción: a partir de los
datos sensibles, la inteligencia llega a la captación de la esencia de las cosas, del sentido último e
íntimo que encierra lo real;
El ser de las cosas se conoce al principio de un modo confuso y superficial, para luego llegar al
esseipsum –acto de ser mismo-, como acto radical del ente;
Lo real es diverso y múltiple, con unidad analógica;
La aprehensión de lo real se resuelve inmediatamente en la del ente;
Es posible alcanzar la verdad, que es una y absoluta y de la cual podemos tener un conocimiento
erróneo, limitado y relativo;
La metafísica permite un conocimiento fundamental y último del ente, considerado en sus
estructuras, sus propiedades trascendentales y sus causas.
Los representantes del realismo vendrían a ser todos los hombres que admitan que la realidad es verdadera,
evidente, cognoscible por la experiencia y la razón del hombre que busca natural y confiadamente conocer.
Si queremos hacer una lista reducida de ‘realistas’, podemos mencionar a las siguientes parejas, similares y
distintas a la vez: Platón y San Agustín, Aristóteles y Santo Tomás.
SAN AGUSTÍN
Uno de los elementos fundamentales del itinerario intelectual de San Agustín es el deseo de alcanzar la
verdad. No se pretende, sin embargo, alcanzar una verdad cualquiera sino la VERDAD en sí misma, la
sabiduría en sentido griego.
-Solamente si el hombre la alcanza, encuentra la felicidad.
-Para alcanzar la verdad es necesario conocer, pues sólo por medio del conocimiento se puede alcanzar lo
que es, y esta tarea, siguiendo al platonismo, debe se una función del alma.
Niveles del conocimiento
Conocimiento sensible: pueden ser modificados por influencia de las cosas, no es un conocimiento
verdadero, fidedigno. (esto hace que nos movamos dentro de la apariencia) sólo es el punto de partida de la
experiencia.
Conocimiento racional: Elaboración efectuada por la razón a partir de los datos de los sentidos. Compara
estos datos con los modelos de las cosas, es decir, con las ideas de la mente divina que han dado lugar a la
creación, y así puede emitir juicios sobre las cosas,( es lo que lo diferencia al hombre)
TEORÍA DE LA ILUMINACIÓN
Alcanzar el nivel superior del conocimiento es una tarea que supera la mera capacidad humana. Por esta
razón, San Agustín, considera necesaria una ayuda exterior que lo haga posible. Dios “ilumina” la mente
finita para que sea capaz de alcanzar lo inmutable, aquello que se encuentra más allá de su propia naturaleza,
limitada y mudable.
La iluminación afecta a la parte más noble del alma humana, la ratio superior, allí donde es posible y se
origina la sabiduría. La iluminación actúa en el interior del hombre y es allí donde éste descubre la verdad.
Sin embargo, esta verdad no consiste en la contemplación de la esencia divina o de Dios mismo, sino en el
descubrimiento, por medio de la luz natural o razón, de las verdades esenciales que necesita el hombre para
alcanzar la felicidad. De esta forma, el hombre descubre en sí mismo algo ilimitado, algo que trasciende su
propia limitación: la sabiduría o a Dios mismo. Es lo que San Agustín llama iluminación.
SANTO TOMÁS
Tomás defiende la capacidad de conocer la verdad de las cosas que cada hombre tiene, sobre todo contra los
errores de su época: logicismo, nominalismo, averroísmo, etc. Mantiene la unidad de la verdad, la distinción
y armonía de la razón y la fe. La gnoseología de Santo Tomás se puede considerar como un realismo
metafísico, en el que el ser mide al conocimiento, y un realismo antropológico, según el cual el intelecto
humano alcanza la verdad de las cosas reales.
Realismo crítico: ambientes neoescolásticos han adoptado el planteamiento crítico, asumiendo el principio de
inmanencia. El realismo crítico ha intentado la imposible empresa de llegar al realismo por medio de un
método que toma prestado del idealismo. Si se comienza por el pensamiento, no se llega más que a seres
pensados, a objetos inmanentes al pensar. La dificultad de esta postura puede ser ejemplificada de la
siguiente manera: de un gancho pintado en la pared solo se puede colgar una cadena igualmente pintada.
Habiendo detectado tal dificultad podemos concluir que para conocer el ser real, hay que abandonar este
planteamiento.
¿Contrario?: GUILLERMO DE OCCAM
Consecuente con su concepción individualista del mundo y de los seres, en su teoría del conocimiento,
Occam da prioridad absoluta a aquel tipo de conocimiento que suponga la captación directa e inmediata del
objeto presente. LA GARANTÍA DE NUESTRO CONOCIMIENTO ES LA CERCANÍA AL OBJETO
El mundo Occamista, es un mundo de realidades contingentes, por lo que no cabe otra vía de conocimiento
que la intuición empírica, para los objetos accesibles a los sentidos; y la intuición intelectual, en los casos de
realidades no observables.
Para Occam sólo el conocimiento intuitivo del objeto es capaz de proporcionarnos certeza sobre su existencia
y condiciones. Según este supuesto, que Dios, el alma o la voluntad libre humana existan es indudable para
la fe, pero imposible de demostrar par la razón.
La percepción:
110
¡VENGA TU REINO!
La percepción se distingue de la sensación en que aquella es un conjunto complejo de sensaciones fundidas,
lo que captamos no son sensaciones aisladas sino estructuras totales de objetos, seres y acontecimientos,
unidades mayores y más complejas, dotadas de significación. Las percepciones poseen, como se dice en la
actualidad, carácter de forma, lo que significa que, en el conjunto de la percepción, no sólo intervienen los
estímulos y las sensaciones transmitidas por los órganos de los sentidos y el sistema nervioso central.
Cuando vemos un automóvil no vemos únicamente un color y una extensión neutras, «vemos» un automóvil,
es decir, tenemos una percepción que integra de alguna manera otras sensaciones, recuerdos y conceptos
previos (velocidad, ruido, comodidad, manejo, utilidad, elegancia, etc.). Cuando en el auditorio escuchamos
una orquesta, no escuchamos sonidos musicales sino la novena sinfonía de Beethoven, con todo lo que ella
puede evocarnos. No son sensaciones puras, son percepciones de realidades complejas.
Memoria:
Es la facultad de evocar, conscientemente o no, las imágenes del pasado. Pertenece a los sentidos llamado
internos, que se diferencian de los extremos en que su captación de las cosas no es inmediata, sino mediata.
La memoria ordena los actos en la noción interna del tiempo, los mantiene en potencia de ser actualizados
(reconstruidos, narrados) en cualquier momento (esto en distintos grados).
Pensamiento:
Es la comprensión conceptual, la actividad intelectiva en torno a los significados aprehendidos, que vendrían
a ser el objeto inmanente de esta acción. Estos objetos no permanecen aislados sino que se relacionan con
otros objetos percibidos y formalizados; esta relación es ordenada y puede permanecer en la inmanencia del
sujeto o trascender a través del lenguaje. Las operaciones del pensamiento se dan sobre una red de símbolos
y experiencias existenciales dinámicas (presentes en la memoria) que radican en nuestro cerebro (órgano del
pensamiento).
Actos y facultades:
Los actos son la realización o actualización de una capacidad; y son realizados por la persona, por un sujeto
concreto y es realizado por él o en él, ya sea de manera psíquica o física, en la realidad inmanente o
trascedente, realizado de manera intencional.
Podemos concebir la facultad, con los escolásticos, como un principio próximo de operación. La persona
humana está efectivamente dotada de actividades diversas. Los actos se ordenan según las facultades o
potencias cognoscitivas: el sujeto realiza un acto porque tiene la facultad correspondiente (Ejm: el hombre
recuerda porque tiene memoria). Existen facultades orgánicas (la vista, el oído) y facultades espirituales
(inteligencia, voluntad), las cuales no se contraponen sino que se necesiten y cooperan. Es indudable, pues,
111
¡VENGA TU REINO!
que en el hombre existen, como quiera que se interpreten, potencias o facultades con las cuales realiza los
actos de su vida.
Conocimiento y apetito:
En el origen de las actividades de conocimiento y de apetito, está el movimiento permanente del hombre
hacia lo que es bueno para él. La auto-experiencia humana nos dice que nos hallamos en medio de una
realidad conocida, en medio de otras personas y de infinidad de cosas con las que nos relacionamos y entre
las que realizamos nuestra compleja existencia. Es una experiencia inmediata. Esta realidad evidente está
suponiendo que conocemos a los demás, al mundo y a nosotros mismos como objetos reales. Es difícil
definir lo que es conocer humanamente, porque es una experiencia primaria e irrefutable pero complejísima
ya que el hombre tiene muchos y muy diversos modos y grados de conocer: la sensación, la percepción, el
recuerdo, el juicio, el concepto abstracto, la analogía, la deducción, etc. que no pueden caer bajo una única y
adecuada definición.
Nos aproximamos a una definición precisa comprendiendo el conocimiento como la actividad cognoscitiva
espontánea que se relaciona con el ser de las cosas en sí, ya que el ser es cognoscible, comprensible. Es
relación con el ser y la primera relación que se da es con el ser propio: un ser autoconsciente de sí mismo que
conoce otros seres. Es una actividad vital de nuestras facultades cognoscitivas que reaccionan ante la
realidad y, de manera intencional se apoderan de ella. Es por eso que a cada forma o modo de ser le
corresponde una forma determinada de conocimiento: sensible e intelectual.
Sensación e intelección:
El lenguaje corriente designa con este término cualquier vivir inmediato consciente, darse cuenta, sentir. La
sensación es el acto por el que un sentido conoce su objeto; es también un acto del conocimiento y no un
estado afectivo o emocional variable. El órgano de la sensación son los distintos sentidos, los cuales son
incapaces de emitir un juicio o reflexión sobre lo que transmiten. Los sentidos son infalibles en el
conocimiento de su objeto propio, ya que solo conocen y transmiten lo percibido, no se fijan en las esencias
ni en los contextos.
La ‘equivocación’ de los sentidos no se da en sentido propio respecto a su objeto, lo que hay es una
limitación de sus distintos órganos materiales, en cuanto que no determinan con precisión absoluta lo que
conocen (longitud, velocidad, matiz de color), solo pueden transmitir valores referenciales, relativos,
aparentes y aproximados. El error se da propiamente en el juicio del intelecto, que se hace sin suficiente
fundamento. Ejemplos son espejismos, ilusiones ópticas y alucinaciones. No existe una razón por la que haya
que dudar de los sentidos como tales (duda metódica cartesiana).
Ahora, la sensación no es una recepción pasiva: los distintos datos son seleccionados e integrados, para luego
ser ‘traducidos’ en información sensorial y así ser asociados en la percepción de un objeto determinado. De
manera que no solo es necesario el órgano sensitivo sino también el cerebro Si se intercepta la comunicación
con este desaparece la sensación aunque el órgano sensitivo permanezca ileso.
La intelección tiene por objeto la esencia de cada cosa (intuslegere: leer dentro). Se fija primero en lo
singular en cuanto que lo que conoce se sigue de los sentidos; esta esencia particular es elevada a la categoría
de universal, ya que la mente reconoce lo universal realizado en el particular. Es indirecta, en cuanto que
112
¡VENGA TU REINO!
primero necesita de la experiencia sensible; luego a través de la conversión de la información en una imagen
no material, es abstraída, conocida, ‘leída’ por la mente.
Las fases del conocimiento intelectivo: El intelecto agente ilumina la imagen sensible (phantasma), para
hacerlo inteligible en acto, produciendo la speciesintelligibilis. El intelecto posible recibe la
speciesintelligibilis y lleva a cabo el acto del conocimiento, produciendo a su vez la speciesintellecta. La
speciesintellecta es expresada por la palabra (vox).
No se pueden separar adecuadamente sensación e intelección, como si fuesen actos de dos facultades
esencialmente distintas, como si fuesen dos modos de conciencia. La inteligencia humana por estar inmersa
en la sensibilidad corpórea no puede tener acceso a la realidad si no es en y con los sentidos.
Debemos describir qué es el conocer, si no se sabe qué es el conocer no se podrán abordar los fundamentos
antropológicos y metafísicos porque el conocimiento se da entre el sujeto (antropología) y la realidad
(metafísica).
El conocimiento es un acto espontáneo en cuanto a su origen, inmanente en cuanto a su término, por el cual
el sujeto se hace intencionalmente presente un aspecto de la realidad.
es un acto
◦ no es un movimiento y no es una producción (error del idealismo)
◦ espontáneo (origen)- surge del sujeto porque en el sujeto hay potencias cognoscitivas:
inteligencia y sentidos
◦ inmanente (término)- el conocimiento permanece en el sujeto através de representaciones
intelectuales (concepto) y sensibles (imagen/phantasma)
el conocimiento es sensible e intelectual
◦ abstracción- de lo sensible a lo intelectual, de lo singular a lo universal, formamos un concepto
◦ conversión al phantasma (inversa de la abstracción), sentidos externos sienten.
◦ nivel espiritual posee dos potencias: conocimiento y apetito: inteligencia y voluntad
◦ nivel sensitivo posee dos potencias: conocimiento y apetito: 5 externos, 4 internos e irascibilidad
y concupiscencia
carácter representativo- se representa lo que ya está presente en la realidad
intencional, ≠ voluntario- cuando conocemos tendemos a algo, a un aspecto de la realidad
ser limitado- puede ser verdadero o erróneo
es inmaterial- porque las representaciones son inmateriales
asimilativo- asimilamos la forma de aquello que conocemos
Tipos de conocimiento- actual, habitual, intuitivo (captación directa de una realidad sin razonamiento),
discursivo, connaturalidad (a partir de la experiencia afectiva, la raíz está en el amor, una consecuencia del
amor es la unidad del amante con amado (experiencia mística)), contemplación.
La sensación o conocimiento sensitivo es un conocimiento experimental y orgánico: Es experimental,
porque se produce por la concurrencia de un estímulo exterior. Es orgánico, porque la sensación se produce
por la intervención causal y principal de un órgano nervioso específico.
La sensibilidad busca establecer las interacciones básicas de la persona con su entorno, con el cual la persona
tiene que adaptarse para vivir. La sensación es el elemento primario en la captación del mundo (ver un color,
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oír un sonido, sentir la dureza de una piedra). La sensación es una intuición, entendemos por intuición en
sentido amplio, el conocimiento inmediato de un objeto concreto presente. En el conocimiento sensible, el
objeto es concreto, está presente a los sentidos, no física sino intencionalmente a través de una imagen y es
inmediato, se produce sin razonamientos. Las sensaciones están asociadas a los sentidos, las facultades con
las que se captan.
Un sentido es una facultad: una facultad no es un ser ni una substancia pues no tiene existencia propia, existe
solamente en un ser vivo. Es pues un accidente.
Los sentidos son los órganos o potencias a través de los que se realiza el conocimiento sensorial o sensitivo
que se da en todos los animales; dicho conocimiento no capta ni puede elaborar ideas universales, conceptos
abstractos (p. ej., flor, ser, etc.), sólo capta lo material singular y concreto. Los sentidos externos tienen un
objeto puramente externo que captan de modo inmediato (p. ej., la vista, la luz); los internos se refieren a
objetos previamente conocidos y elaborados, ya interiorizados por el conocimiento de otro sentido, es decir,
que captan los objetos externos pero de forma mediata, ya que inmediatamente el sentido interno capta una
sensación del propio sujeto.
Las potencias del conocimiento sensible son los sentidos, que hacen posible la sensación y la percepción.
Los sentidos se distinguen en externos e internos.
Sentidos externos
Son potencias sensitivas o facultades orgánicas que se sirven de un órgano corporal (ojo, oído, lengua, etc.),
al que dan eficacia cognoscitiva.
Desde un punto de vista biológico, podemos afirmar que la función de los sentidos consiste en poner a los
seres vivos en relación con el medio físico en el que tienen que vivir y al que, para vivir, tienen que
adaptarse.
-vista; nos proporciona el contexto y la organización del mundo; gracias a ella sabemos dónde estamos, cuál
es el mundo que nos rodea y nos indica la dimensión de las cosas y su entidad; lo importante está situado al
centro de nuestra mirada, lo accesorio, en los extremos y desenfocado; objeto: color.
-oído; es el sentido ambiental por excelencia; nos circundan; se perciben simultánea o sucesivamente; la
dimensión vitalmente relevante de la audición es la voz humana; objeto: sonido.
SEGÚN JULIÁN MARÍAS ESTOS TRES PRIMEROS SON LOS ESENCIALES EN LA VIDA PARA EL
ADULTO
-gusto; objeto: sabor
-olfato; objeto: olor
El objeto de los sentidos es aquello que un sentido capta en razón de su naturaleza. Ahora bien, el objeto
puede ser propio o común.
Denominamos objeto propio al que sólo es perceptible por un sentido. Es el objeto formal estricto de un
sentido: el color, el sonido, el olor, el sabor y las cualidades táctiles; cada uno perceptible por un solo órgano.
El objeto común es aquel que puede captarse a través de varios sentidos. Que pueden ser: movimiento,
reposo, número, figura y magnitud
Sentidos internos
Los sentidos internos sólo captan el objeto por la intermediación previa de los sentidos externos. Los
sentidos internos son:
El sentido comúnposee dos funciones de integración. En primer lugar, integra las diversas cualidades
sensibles, captadas por los sentidos externos, en la síntesis perceptiva que permite aprehender la realidad
como una totalidad con significado. En segundo lugar, la actividad de los sentidos externos es referida a la
unidad del sujeto que siente.
La memoria es la potencia que permite fijar, conservar, evocar y localizar las vivencias pasadas en tanto
pertenecen al mismo sujeto. Por eso almacena desde sensaciones, percepciones hasta realidades mucho más
complejas como conocimientos científicos, el lenguaje y experiencias vitales y afectivas. Conserva las
valoraciones de la estimativa y los actos del viviente. Su acto propio es el reconocimiento de los recuerdos.
La cogitativa Es una potencia puente entre la sensibilidad y la inteligencia y entre la dinámica cognoscitiva y
la afectiva, la cual permite juzgar la utilidad o nocividad de las cosas o situaciones concretas percibidas. En
el animal, recibe el nombre de estimativa, y constituye el aspecto cognoscitivo que está implicado en el
instinto.
Es la cogitativa la que conduce a las organizaciones sensoriales secundarias, sirviéndose de los datos actuales
del sentido común, y de aquellos de la experiencia pasada conservados en la imaginación y reconocidos por
la memoria. La cogitativa tiene la función de cribar los contenidos múltiples de la experiencia y valorarlos en
concreto; por esto puede llegar a la formación de nuevas síntesis sensoriales de valor superior a las imágenes
que son los phantasmata.
No se llaman externos e internos sólo porque aquéllos perciban las cosas externas y éstos las internas, ni
porque los órganos de los sentidos externos sean extrínsecos y los de los sentidos internos interiores al
cuerpo. La distinción más bien se pone en que los externos siempre se excitan inmediatamente por algún
estímulo de orden físico, químico o mecánico, mientras que los internos no se ponen en acto sino con
posterioridad a la operación de los sentidos externos.
El conocer es la capacidad que tiene la persona de salir de sí misma, trascendiéndose, de acceder al mundo
que la rodea, comprenderlo y poseerlo de modo inmaterial.
El objeto común de la inteligencia es el ser. Tomás afirma esta tesis a partir de lametafísico: todo ser es verdadero. Todo lo que se conoce se conoce como ser o una porción de ser.
El objeto propio de la inteligencia humana es la quidditasde las cosas materiales representadas por la imaginación. No es la esencia en el sentido estricto y metafísico del término, sino el
quid est res. La inteligencia conoce directamente las cosas materiales. En cuanto a las cosas inmateriales, este conocimiento supone conocida la existencia de los seres espirituales y tiene
por objeto determinar su naturaleza o su esencia.
El objeto indirecto de la inteligencia humana es ella misma, las cosas singulares por reflexión y las cosas inmateriales por analogía.
El conocimiento intelectual, es la operación mediante la cual el ser humano obtiene en sí mismo las
representaciones inmateriales de un objeto, partiendo de la imagen material producida en el conocimiento
sensible. La idea inmaterial es universal, esto consiste en la posibilidad de ser atribuida de la misma manera
a todos los integrantes de la misma especie, mientras que la imagen sensible es singular. Tres son las
operaciones mentales de este conocimiento:
La aprehensión conceptual: El ser humano penetra con su inteligencia hasta una dimensión más
profunda el objeto conocido sensiblemente y de ahí abstrae una estructura esencial inmaterial. Esta
simple aprehensión consiste en que nuestra inteligencia desmaterializa la imagen sensible y produce
una imagen intelectual del objeto. Esta operación se llama también abstracción, ya que, mediante ella,
la inteligencia prescinde del elemento sensible y capta solamente la esencia inmaterial de un objeto. El
contenido captado en la aprehensión conceptual es el concepto, es decir, un contenido esencial
universal y aplicable de la misma manera a todos los objetos de la misma especie. El concepto es la
representación mental de un objeto, sin afirmar o negar nada de él. La expresión de un concepto es la
palabra o término.
El razonamiento: Es el pensamiento que está compuesto por varios juicios, es decir, por el
antecedente y el consecuente, por tanto el consecuente está unido con el antecedente. Estos además,
pueden ser inductivos o deductivos: el razonamiento inductivo es el proceso mental que parte de
juicios particulares para llegar a juicios universales; y el razonamiento deductivo es el proceso mental
que parte de juicios universales, para llegar a juicios particulares. Y para poder llegar a la expresión de
un razonamiento es por medio de la argumentación.
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¡VENGA TU REINO!
6. La reflexión sobre el juicio y la distinción de certeza, verdad y justificación .
El juicio es, una conexión lógica entre dos conceptos; es también la afirmación conocida de una
realidad objetiva. Por ende, la esencia del juicio está en que la proposición compuesta de sujeto, verbo
y predicado afirme que algo es así. Cuando por ejemplo, si alguien dice: “esta carpeta es pequeña,
este equipo de fútbol es una máquina, Agustín es muy estudioso, etc.”, se está afirmando la realidad
propia, es decir lo que es y como es. Pero sin embargo, no quiere decir que cada juicio tenga que ser
siempre verdadero, porque está acompañada del error, ya que la exactitud del juicio está condicionada
por circunstancias diversas.
En cambio, “la certeza no puede confundirse con la verdad, por la simple razón que hay certezas
erróneas. La verdad es un carácter primitivo del conocimiento: su conformidad con la realidad. La
certeza es un carácter secundario: un estado del espíritu respecto de la verdad.” 44A su vez, la certeza es
la adhesión firme de la mente a lo que se le presenta como una verdad evidente. Implica un estado o
situación del espíritu del hombre con relación a un juicio que se considera verdadero y excluye todo
temor a equivocarse; exige la objetividad del juicio a que se asiente y la posesión subjetiva de unos
motivos que fundamentan la adhesión.
No es lo mismo certeza que conocimiento cierto o simplemente verdad, ya que puede haber certezas
erróneas. Los motivos que generan la certeza pueden ser varios, según la verdad en cuestión, por lo
que hay diversas clases y grados: certeza natural, experiencia, científica, moral, de la fe, entre otros.
Existen dos posturas la imposibilidad de la justificación de la certeza: el escepticismo y el
dogmatismo.
La certeza:
Es el estado de la mente que se adhiere firmemente y sin ningún temor a una verdad. Primariamente es algo
subjetivo, un estado de la inteligencia en la que se juzga firmemente. Luego a la evidencia objetiva que
fundamente la certeza como estado de la mente. Por ello se habla de un “hecho histórico” porque es evidente
que se da, o de una “declaración incierta”45
Para que exista certeza se necesita una evidencia: la presencia de una realidad claramente dada, lo cual
otorga razones más fundamentadas para tener la seguridad de que un hecho es verdadero. Para Husserl, la
certeza es la “vivencia de la evidencia”. La evidencia puede ser inmediata (Ej: es evidente ver a una persona
y concluir que tiene padres) o mediata (Ej: es evidente que existan las moléculas pero para su conocimiento
se dan una serie de pasos).
Certeza no es lo mismo que la verdad. Mientras que la verdad es la conformidad del entendimiento con la
cosa, la certeza es un estado del espíritu que procede de hallarse en la verdad, de saber. Pueden intervenir en
la certeza diversos factores; por ejemplo, la voluntad libre puede mandar el asentimiento o el disentimiento a
verdades que no son de suyo evidentes. Por tanto, podemos estar subjetivamente convencidos de cosas que
son falsas. Sin embargo, el estar cierto tiene un fundamento objetivo del que carece la adhesión a lo falos.
Por lo tanto, decimos que se da propiamente la certeza cuando el entendimiento se adhiere a una proposición
verdadera. La verdad es causa de la certeza y no al contrario.
Santo Tomás afirma que existen grados de certeza:”…no debemos buscar el mismo grado de certeza en
todas las cosas; en materias contingentes – como son las cosa naturales y humanas – basta la certeza de que
una cosa es verdadera en la mayoría de los casos, aunque pueda faltar en contadas ocasiones… ”46
a) Certeza metafísica: está fundada en la esencia misma de las cosas, de tal modo que la
aserción contradictoria sea necesariamente absurda e inconcebible (por ej. ‘el todo es mayor
que la parte’)
b) Certeza física: está fundada en una ley natural, de modo que la aserción contraria sea
simplemente falsa.
c) Certeza moral: se funda en la ley moral, de modo que la aserción es verdadera en la mayoría
de los casos.
También la certeza puede ser inmediata o mediata, la primera se alcanza por el conocimiento
directo del objeto; la segunda, por demostración. Finalmente, puede ser intrínseca o extrínseca,
según se obtenga del conocimiento directo del objeto por evidencia o por la confianza en la
autoridad de un testigo.
La duda:
Es la actitud opuesta a la certeza, es así que “es la suspensión del juicio, es decir, estamos entre el ‘si’
y el ‘no’, porque percibe razones iguales para afirmar que para negar” 48el estado en el que el intelecto
fluctúa entre la afirmación y la negación de una determinada proposición, sin inclinarse más a un
extremo de la alternativa que al otro. Supone una actualización mínima de nuestra mente por la
verdad. “cuando dudamos, no tomamos como verdadero lo que es falso, ni estamos enteramente
privados sobre la verdad”49.
Los escépticos y criticistas de todos los tiempos han presentado la duda como un estado de espíritu
propio del sabio: la duda sería el camino parea asegurar las pocas certezas que al hombre le cabe
alcanzar. La duda es un estado potencial y, por lo tanto, imperfecto. Es una situación de inquietud, de
47Ibid., II-II,60,3, ad 1
Opinión:
Por encima de la duda está la opinión: admite una proposición sin excluir la posibilidad de que sea
falsa. Se le define como el asentimiento a la verdad de una parte de la contradicción, con temor de la
verdad de la opuesta. Se trata pues de un asentimiento débil. Pertenece a la esencia de la opinión el
que el asentimiento no sea firme. El hombre se ve obligado a opinar porque su conocimiento le impide
alcanzar siempre la certeza.
“Es una afirmación subjetiva de tal manera que no excluye la posibilidad del error, es decir, es un
asentimiento de una de las partes de las contradicción, sin excluir el riesgo de que no sea verdadera”, 51,
así por ejemplo: ‘Creo que hay buena cosecha’, yo escojo las dos partes de la contradicción ‘hay buena
cosecha’ y ‘no hay buena cosecha’ la primera, pero tomando en cuenta que podría ocurrir también la
segunda. En síntesis, la opinión, es aquello que puede y no puede ser, por eso es mucho más insegura
que la certeza y la fe.
El juicio:
Es un acto intelectual, su causa es la inteligencia, por ello el intelecto necesariamente tiene que
unificar las diferentes aprehensiones, es decir, los diversos objetos que se ha obtenido por el proceso
de abstracción. Se llama juicio a todo el proceso de composición, división y ordenamiento de
conceptos. Y la finalidad del juicio intelectual es juntar conceptos así como: ‘árbol’, ‘grande’y luego
unirlas para formar proposiciones como: ‘el árbol es grande’.
Pre-juicio:
Es una afirmaciónprevia, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal, es decir, que
se formula por adelantado, antes de haber considerado y conocido la realidad. Lo que es meramente
opinión o convicción subjetiva, se confunde con la realidad misma y se tiene como tal, es decir, el
hombre siempre busca la verdad en forma parcial y reprime ciertos conocimientos menos gratos.
Creencia:
Para Descartes y Bossuet, la creencia es el juicio […] puede ser también una afirmación mezclada con
alguna duda. Es este un sentido muy corriente. Se dice por ejemplo: “Creo que sí”, para no decir sí de
una manera absoluta. En esta concepción la creencia corresponde exactamente a lo que hemos llamado
opinión. Por ultimo, la creencia puede designar una certeza, la que se opone a la ciencia. Se le puede
llamar un acto de fe, pues si las definiciones de nombre son libres, conviene no designar con el mismo
nombre dos actitudes tan distintas como “creer que…” y “creer en…” 52
Sin embargo, la noción de adecuación está presente en las tres significaciones. En la primera se considera en
sí misma. En la segunda, se atiende a lo que esta adecuación causa: un conocimiento que no fuera efecto de
la verdad, no sería conocimiento, ya que conocer falsamente algo equivale sencillamente a no conocerlo.
Finalmente, en la tercera, nos referimos a la causa de la adecuación. Las cosas, por tanto, sólo se dicen
verdaderas con relación al entendimiento. De aquí que: “la verdad se encuentra de un modo más principal
en el entendimiento que en las cosas”54
Teorías de la verdad en el pensamiento contemporáneo:
Es una característica del actual momento cultural esta oscilación entre el positivismo cientificista y el
subjetivismo antropocéntrico. De lo que desde ambas perspectivas se pierde de vista, se pierde la capacidad
que el hombre tiene de conocer la verdad objetiva en toda su amplitud. 55
Teoría pragmática: La verdad tiene un valor práctico: está en relación directa con el bien útil que esa
creencia tiene para la vida del hombre. Las creencias verdaderas se confirman con la experiencia de muchos:
Kant, concedía a la razón práctica la supremacía sobre la razón teórica para la afirmación de las tesis
metafísicas. La ha titulado W. James en su obra “Pragmatismo” (es empirista, sólo considera indudables los
hechos de experiencia). Es verdadero lo que favorece la acción, es decir, la verdad se define por el éxito,
como resultado de una idea, y así sea su criterio de verdad. Sin embargo, este pragmatismo es una de las
perversiones más graves de la filosofía, por lo que nadie se conforma con esta definición. Solamente es
aplicada a verdades que tienen una relación directa con la vida práctica: las verdades morales y religiosas. 56
En ella se expresa formalmente la razón de lo verdadero; es decir, que esa conformidad o adecuación
de la cosa y el entendimiento se realiza lo que la verdad es en su propia esencia.
Se trata de una definición que comprende todos los sentidos que puede tener la verdad, que es
extensiva a todos ellos.58
En la edad moderna nos encontramos con varias concepciones aberrantes de la verdad: la idealista, la
sociológica y la pragmatista. Las tres derivan de Kant:
- La concepción idealista es la de Kant. La verdad es el acuerdo del juicio con las leyes inmanentes de
la razón, o, más simplemente, el acuerdo del pensamiento consigo mismo.
58Llano Alejandro. “Gnoseología” 6ta Ed., EUNSA, España, 2003, pp. 25-26
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¡VENGA TU REINO!
La justificación del juicio son un conjunto de teorías que se ocupan de analizar las creencias que respaldan o
sostienen un juicio, ya que se parte de que disponer de una justificación es requisito indispensable para que
tales creencias constituyan un conocimiento legítimo, es decir, sean consideradas válidas.
La teoría de la justificación se refiere a las técnicas, modos o estrategias a las que puede acudirse para probar
o sostener cualquier clase de juicio. Si una creencia es justificada, es porque hay algo que la avala: los
justificadores o razones por las que un individuo o grupo puede considerar apropiado o legítimo aceptar una
creencia o teoría. La verdad de un juicio se determinan según las razones que lo fundamenten: primacía del
criterio de verdad frente a la verdad misma.
Concepción deontológica:
La justificación es un acto normativo porque se define como un concepto que se relaciona con las reglas y
obligaciones ligadas a la obtención de conocimiento. Una creencia es justificada dependiendo de ciertas
virtudes epistémicas de quien las propone. Es esa virtud epistémica la que da derecho a mantener ciertas
creencias: se tiene una responsabilidad intelectual u obligación deontológica en aceptar la verdad y de
rechazar lo que es falso. Dependiendo de cuan bien alguien cumpla o no esa obligación deontológica tendrá,
o no, derecho a que sus opiniones sean consideradas justificadas.
Internismo:
La creencia debe ser justificada a través de conocimiento interno: todo lo necesario para proporcionar
justificación a una creencia se encuentra inmediatamente disponible en la conciencia.
Externismo: Existen fuentes externas que pueden ser utilizadas a fin de justificar una creencia.
Escepticismo: Se cuestionan la posibilidad del conocimiento cierto y, por lo tanto, de justificarlo. Es natural
en el hombre buscar la verdad y cuestionarse para llegar al conocimiento certero, válido, tratando de
desterrar toda falsedad. Esto lleva a que muchas veces se someta a examen lo que uno conoce; pero la
absolutización de este examen, de este cuestionamiento, como única fuente de veracidad y única manera de
conocer, hace que el espíritu del hombre desconfíe de manera radical de la realidad y de su capacidad de
conocerla. Esto es el escepticismo, que más que una escuela de pensamiento, es una actitud frente a la vida:
abstenerse de formular juicios sobre la realidad, ya que esta no se puede conocer. Se cuestionan la
posibilidad del conocimiento cierto y, por lo tanto, de justificarlo.
Naturalismo: Todos los conceptos relacionados con la consciencia y la mente tienen como justificación las
relaciones de interdependencia con fuerzas y causas naturales.
10. Modos de justificar el juicio: evidencia (a priori), experiencia, inferencia, testimonio; el rol de la
autoridad para el juicio de la persona. Doctrina escolástica de la evidencia intrínseca y
extrínseca.
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¡VENGA TU REINO!
Evidencia:
El fundamento propio de la certeza es la evidencia, la plena claridad con que la verdad se impone a la
adhesión de la inteligencia, es decir, es la presencia de una realidad como inequívoca y claramente dada: el
hecho de que lo conocido se halle ante el cognoscente en su misma realidad, de que está presente la realidad
misma.
También se le puede definir como un juicio cuya negación es inconcebible. La evidencia se puede clasificar
en dos formas fundamentales:
Evidencia intrínseca: es la manifestación del objeto mismo o de la verdad, la cual puede ser mediata o
inmediata. Tanto si la evidencia es mediata o inmediata, su efecto sobre el conocimiento humano es el
mismo: ve la verdad y se ve obligado a asentir.
Evidencia extrínseca: No se ‘impone’ necesariamente al conocimiento del hombre. Es la certeza de
conocimiento que se da al observar y tomar como verdaderas las consecuencias, huellas de un hecho que
no fue experimentado por el sujeto, o del testimonio de una o varias personas. La mente humana da su
asentimiento a dicha evidencia solo por un acto de su voluntad.
“…Una proposición puede ser evidente de dos maneras: 1.- en sí misma, pero no con respecto a
nosotros, o 2.- en sí misma y para nosotros. La causa de que una proposición sea evidente es
porque el predicado está incluido en el concepto del sujeto; por ejemplo, el hombre es animal,
pues animal entre en el concepto de hombre. Si, pues, todos conociesen la naturaleza del sujeto y
la del atributo de una proposición cualquiera, ésta sería evidente para todos, como lo son los
primeros principios…Pero, si hay quienes ignoran cuál es la naturaleza del sujeto y la del
predicado, la proposición en sí misma será, sin duda, evidente, pero no lo será para quienes
ignoran aquellos extremos…
Por consiguiente, digo que la proposición Dios es, en sí misma es evidente, porque en ella el
predicado se identifica con el sujeto, ya que, como veremos más adelante, Dios es su mismo ser.
Pero con respecto a nosotros, que desconocemos la naturaleza divina, no es evidente, sino que
necesita ser demostrada por medio de cosas más conocidas de nosotros, aunque por su naturaleza
sean menos evidentes, es decir, por sus efectos…” (I, 2, 1)59
Experiencia:
La significación etimológica de experimentar es alcanzar algo o explorarlo viajando. Desde el siglo XVIII el
término pasó a significar cada vez más un mero garantizar y percibir.
La verdad de un juicio es justificada porque el conocimiento de este se adquiere al haberlo realizado, vivido,
sentido o sufrido una o más veces, ya que la información conceptual no es la única forma de alcanzar el
conocimiento. Uno y otro quedarían incompletos si no se complementan.
Relación que realiza la mente entre varios juicios para trazar una línea lógica de condición o implicación
lógica y necesaria entre ellos. De esta forma se puede partir de la veracidad o falsedad de algún o algunos
juicios para deducir la veracidad de los siguientes. Los positivistas lógicos y la llamada Filosofía analítica de
nuestros días, atienden exclusivamente a la formalización lógica y deductiva de las proposiciones no a sus
contenidos reales. Procuran que unos enunciados se deriven lógicamente de otros enunciados de un modo
puramente formal, en virtud sólo de la forma (lógica) de los mismos, o reglas de inferencia. Por eso utilizan
la deducción, a veces de maneras muy complicadas, en las ciencias formales como la Lógica, la Matemática
o la Física teórica. No les interesa la atención a la realidad. Es la orientación que siguen Frege, Cantor,
Wittgenstein, Lukasiewicz, Whitehead, Russell.
Acogemos innumerables conocimientos por testimonios de personas o fuentes provenientes de ellas en las
que confiamos. Afirmamos como verdaderos distintos contenidos en virtud del testimonio de otros. Entonces
la justificación de una verdad se da no solo porque entienda que un contenido es verdadero, sino porque la
persona que me ha transmitido eso yo le atribuyo veracidad o confío que es garante de un conocimiento
cierto en el área en la cual es experta. Esta es una actitud humana natural y así lo expresa Juan Pablo II:
El hombre no ha sido creado para vivir solo. Nace y crece en una familia, para insertarse más
tarde con su trabajo en la sociedad. Desde el nacimiento, pues, está inmerso en varias tradiciones,
de las cuales recibe no sólo el lenguaje y la formación cultural, sino también muchas verdades en
las que, casi instintivamente, cree. De todos modos, el crecimiento y la maduración personal
implican que estas mismas verdades puedan ser puestas en duda y discutidas por medio de la
peculiar actividad crítica del pensamiento. Esto no quita que, tras este paso, las mismas verdades
sean ‘recuperadas’ sobre la base de la experiencia que se ha tenido o en virtud de un razonamiento
sucesivo. A pesar de ello, en la vida de un hombre, las verdades simplemente creídas son mucho más
numerosas que las adquiridas mediante la constatación personal. (…) El hombre, ser que busca la
verdad, es pues también aquel que vive de creencias.
Cada uno, al creer, confía en los conocimientos adquiridos por otras personas. En ello se
puede percibir una tensión significativa: por una parte, el conocimiento a través de una creencia
parece una forma imperfecta de conocimiento, que debe perfeccionarse progresivamente mediante
la evidencia lograda personalmente; por otra, la creencia, con frecuencia, resulta más rica desde el
punto de vista humano que la simple evidencia, porque incluye una relación interpersonal y pone en
juego no sólo las posibilidades cognoscitivas, sino también la capacidad más radical de confiar en
otras personas, entrando así en una relación más estable e íntima con ellas.
…En cuanto vital y esencial para su existencia, esta verdad se logra no sólo por vía racional,
sino también mediante el abandono confiado en otras personas, que pueden garantizar la certeza y
la autenticidad de la verdad misma. La capacidad y la opción de confiarse uno mismo y la propia
vida a otra persona, constituyen ciertamente uno de los actos antropológicamente más
significativos y expresivos.
11. Maneras de comprender la realidad: la ciencia, el sentido común, la ideología, el mito, la fe.
Ciencia:
La noción más aceptable de ciencia es conjunto de conocimientos objetivos sobre una materia determinada
que son obtenidos mediante un método necesario para llegar a la explicación de sus principios y causas. La
La ciencia se caracteriza por la utilización de una metodología adecuada para el objeto de estudio y la
sistematización de los conocimientos obtenidos. Un importante recurso metódico lo constituye la
terminología científica que procura ofrecer expresiones lo más claras y menos ambiguas.
Hay que distinguir entre el objeto material y el objeto formal. El material es el objeto íntegro concreto a que
se dirige la ciencia. El objeto formal es el aspecto particular en que se considera el todo. Lo que caracteriza a
cada ciencia es su objeto formal. El material puede ser común a varias ciencias.
Para Aristóteles la ciencia versa sobre lo general y universal, es una búsqueda de la esencia común que se
encuentra en las cosas mismas y no separada de ellas. La ciencia explica la realidad deduciendo lo particular
de lo universal (que es su causa). La ciencia, además de ser conocimiento de lo universal (no hay ciencia de
lo particular), es también un conocimiento necesario y, en consecuencia, verdadero.
Bacon busca reformar las ciencias. Las bases de la renovación quedarían sentadas con el NovumOrganum
(1620), nuevo método de lógica inductiva, llamado así para contraponerlo al Organon aristotélico, basado de
modo primordial en la silogística. La inducción, aplicada a la experiencia de forma rigurosa, permitirá una
nueva ciencia útil para el dominio del universo.
Según el Positivismo, la ciencia no puede ser, como Aristóteles la concibió, el conocimiento de cosas a
través de sus últimas causas, dado que las causas materiales y formales no son conocibles, las causas finales
son ilusión, y las causas eficientes simplemente son antecedentes absolutamente invariables, mientras que las
causas metafísicas, bajo cualquier forma, son ilegítimas. El positivismo reivindicó la primacía de la ciencia,
el único método de conocimiento son las ciencias naturales. El positivista sociológico Comte propone tres
estadios científicos de la humanidad. 1) Teológico- infancia, los fenómenos se explican como productos de la
acción directa y permanente de agentes sobrenaturales; 2) Metafísica- juventud, agentes sobrenaturales son
sustituidos por fuerzas abstractas; 3) Positivo- madurez, el espíritu humano reconoce imposibilidad de lograr
conocimientos absolutos (origen del universo, causas íntimas de los fenómenos). Opta por descubrir por la
razón sus leyes efectivas.
Sentido común:
Facultad común del hombre para captar los sensibles comunes. Buen juicio (razonable) respecto a la
realidad. Conocimiento ordinario que todo hombre posee por el ejercicio espontáneo de la razón.
Entre los sentidos internos, los escolásticos enumeraban el sentido común que recoge y discierne el material
de las sensaciones externas, la imaginación, la estimativa o cogitativa y la memoria:
Posee dos funciones de integración:
Ideología:
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¡VENGA TU REINO!
Significa en primer lugar ciencia de las ideas. Por ideología comprendemos el conjunto de ideas relacionadas
entre sí que forman un sistema de pensamiento relacionado a la posición del hombre frente a la vida y sus
distintos ámbitos. Suelen tener dos componentes: una representación del sistema, que proporciona un punto
de vista propio y particular sobre la realidad, un determinado ángulo; y un programa de acción, que tiene
como objetivo acercar en lo posible la realidad existente al sistema ideal pretendido.
Bacon anticipó el concepto de ideología en su teoría de los ídolos, donde critica la conciencia falsa, engañada
por los prejuicios sociales. Las desfiguraciones sociales de la conciencia pueden engendrarse de manera
intencionada y utilizarse así para asegurar el dominio. La clase burguesa desea mantener este dominio y por
eso tiene que representar sus intereses particulares como universalmente válidos (Marx). El marxismo-
leninismo llama ideología a todo sistema (también el propio) de ideas sobre la sociedad.
Mito:
Originariamentesignificaba lengua, mensaje, narración, leyenda de los tiempos antiguos, pasando luego a
designar una imagen o alegoría que traduce relaciones existentes en el universo o en la vida. Es un relato
tradicional algo fabuloso que se refiere a acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres
sobrenaturales o extraordinarios (dioses, semidioses, héroes, criaturas fantásticas), los cuales buscan dar una
explicación a un hecho o fenómeno, usualmente de carácter teogónico (origen de la divinidad) y
cosmogónico (origen del cosmos). Con la finalidad de reunir imágenes de idéntica orientación, que se van
acumulando en el subconsciente de las generaciones y en las que se expresan, en símbolos, determinados
aspectos de la vida humana.
En la vida y cultura de los pueblos ejercen graninfluencia el mito como intuitiva y grafica concepción del
universo y de la vida, las más de las veces personificada, en la que lo plástico no es mera alegoría externa de
lo conceptual, sino que forma con ello un indivisa unidad originaria, vivida especialmente por el hombre
primitivo como sí fuera la misma realidad.
Sirve no tanto para aclarar la realidad(racionalmente) sino para dominar mentalmente la realidad exterior y
acoplarse a ello.
Fe:
La voluntad mueve al entendimiento a asentir con certeza algo basándose en la autoridad de otro. El hombre
puede prestar una adhesión de creencia total a principios de carácter teológico, filosófico, científico, etc.,
aunque falte una evidencia plena e, incluso, suficiente. En la fe no hay temor a equivocarse, y por tanto, es
un tipo de certeza. La base de esta total confianza y adhesión es el testimonio de otro, que puede ser una
divinidad o un hombre. La certeza de fe es libre, en cuanto que depende de la voluntad. Este carácter libre se
manifiesta por lo siguiente: conocida la autoridad del testigo y conocido su testimonio acerca de alguna
verdad, la mente aún no tiene que asentir necesariamente a esa verdad.
Tomás puso de relieve que lo principal en el acto de fe es la persona, pues se cree precisamente su palabra, y
que el aspecto formal de la fe consiste en creer a Dios (ST II-II q. 11). La fe es fe en cuanto el hombre entra
en relación personal con Dios que le habla: aquí está el núcleo, esencialmente religioso, de la fe. Al
someterse y confiarse a la palabra divina, el hombre se entrega a Dios, que se le comunica y revela en el
mensaje salvífico, iluminado por la atracción interna de Dios hacia sí; esta respuesta del hombre afirma
implícitamente la existencia de la revelación divina (aun cuando el creyente no siempre se dé cuenta de ello).
La fe empieza siendo un valor por ser una necesidad para la vida verdaderamente humana. Todo el día nos
estamos relacionando con los otros, comprando o vendiendo, hablando o escuchando, prometiendo o
recibiendo promesas. La fe es cotidiana y omnipresente, como el aire que respiramos. Hay que aspirar y
expirar la fe, confiar en los otros y merecer que los otros confíen en nosotros, porque sin esto nos asfixiamos
en una patología inhumana. La fe es también como el aire, por cuanto parece efectivamente imponderable y
etérea. No se apoya en motivaciones interesadas, en ningún cálculo de dinero, poder u otra ventaja tangible,
alimento para el hombre pragmático, y no digamos para el psicólogo positivista.
126
¡VENGA TU REINO!
La fe es el orden de la persona y, como tal, es gracia y libertad. Liberación, por tanto, de los instintos
avivados por este mundo materializado y consumista que padecemos. En su apariencia imprecisa y etérea,
promete la realización del hombre. Por esto posee la fe una fuerza creativa. Repitiendo la frase de Unamuno,
podemos aceptar aquello de que creer es crear. Claro que no en el sentido en que lo dijo Unamuno, pues el
que cree no crea el objetivo de su deseo. Crea en el más modesto sentido de que realiza la más decisiva y
mejor de sus posibilidades reales, en el sentido de que, creyendo, establece lazos de confianza con los otros,
y en cuanto que, comportándose como un hombre fidedigno, contribuye a crear un clima de convivencia
auténticamente humana. Y esto en todos los niveles: en el nivel económico, social o político, en el de las
relaciones conyugales, familiares o de los amigos.
Incredulidad en sentido teológico es la falta de fe en la revelación y también la carencia de toda fe en Dios,
siendo aproximadamente sinónimo de ateísmo. Implica culpa cuando se rehúsa la fe conociendo con
suficiente certeza el hecho de la revelación.
La superstición se define como una falsa fe en la infalible eficacia de ciertas formulas o prácticas que,
naturalmente, no son adecuadas para el efecto deseado.
127
¡VENGA TU REINO!
ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA
Al ver tu cielo, hechura de tus dedos, la luna y las estrellas, que fijaste tú,
¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, el ser humano para darle poder?
Apenas inferior a un dios le hiciste, coronándole de gloria y de esplendor;
le hiciste señor de las obras de tus manos, todo fue puesto por ti bajo sus pies:
ovejas y bueyes, todos juntos, y aun las bestias del campo,
y las aves del cielo, y los peces del mar, que surcan las sendas de las aguas.
¡Oh Yahveh, Señor nuestro, qué glorioso es tu nombre por toda la tierra! PSAL 8
DEFINICIÓN
Su etimología proviene del griego “”-hombre y “”- razonamiento o tratado; y el
calificativo Filosófica indica la petición de explicar la esencia misma. 62 La antropología aristotélica
tradicional se fundaba en una definición, hombre, “animal racional”, ‘homo est animal rationale’63;
“TODOS LOS HOMBRES DESEAN SABER” 64 La aspiración natural de todo hombre por alcanzar la
verdad y la sabiduría se encuentra desde los orígenes mismos dela humanidad. Este saber se dirige de manera
especial hacia el hombre mismo, porque la pregunta acerca de la verdad del hombre afecta a lo más íntimo
de la felicidad y destino humano. « ¿Quién soy yo?»; « ¿qué he de hacer de mi vida para que sea una vida
61JUAN PABLO II, Fides et ratio, n. 1.
64 ARISTÓTELES, Metafísica, I, 1.
128
¡VENGA TU REINO!
plena?»; « ¿existe otra vida después de la muerte?». Estas preguntas son las formuladas, de manera más o
menos explícita, por todo filósofo, o mejor dicho, por todo hombre y en toda cultura. La persona es una
substancia, primero, un ser que existe en sí. Todo hombre se pregunta sobre sí mismo, busca saber lo que es
o mejor dicho quién es; las cuestiones quieren ser explicadas en términos más amplios.
No basta con la definición de la etimología del vocablo para obtener una definición de antropología
filosófica; ya que existen varios tipos de antropología.
- ANTROPOLOGÍA FÍSICA: Es el estudio del hombre desde el punto de vista físico, estudia los rasgos
corporales, morfológicos y fisiológicos de los individuos o grupos humanos, según las diversas
localizaciones geográficas y climáticas y temas etnológicos.
- ANTROPOLOGÍA PSICOLÓGICA: Estudia la conducta del hombre y lo psíquico o psicosomática.
- ANTROPOLOGÍA CULTURAL: Es el estudio etnológico de los pueblos primitivos, sus costumbres y ritos
(lenguaje, parentesco, religión); su desarrollo de su estructuralismo.
- ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA: es el estudio de la esencia del hombre a partir de los actos del sujeto, se
pregunta sobre el origen, fin y sentido de la existencia del hombre.
- ANTROPOLOGÍA SOCIAL: Estudia los modelos típicos de comportamiento de un grupo humano para
descubrir los códigos o reglas de hábitos o tendencias, tanto en el lenguaje, en las acciones, en las técnicas y
en las creaciones como en sus normas socio-políticas, su filosofía, su arte y su religión.
- ANTROPOLOGIA TEOLOGICA: Explica que es lo que Dios ha revelado a los hombres sobre la realidad
humana; en la teología católica clásica enseñaban los tratados sobre Dios creador, sobre el pecado original y
la elevación del hombre al estado de gracia y su justificación ante Dios. 65
PROFUNDIZACIÓN FILOSÓFICA
(YEPES STORK, Ricardo; Fundamentos de Antropología; EUNSA; pág. 26)
Los seres vivos e inertes se diferencian en que tienen vida, podemos explicarlo que esto significa en 5
características:
1. Movimiento. Moverse a uno mismo, “lo vivo es aquello que tiene dentro de sí mismo el principio de su
movimiento” (Aristóteles, Sobre el alma). Por un lado nos referimos al cambio de locación, en otro sentido
más propio nos referimos al término metafísico: el paso de la potencia al acto (VERNAUX, EUNSA).
2. Unidad. Todos los seres vivos son un individuo, a diferencia de los inertes que se cuentan en su conjunto. Si
se divide un ser vivo muere, los seres más “bajos”, originan dos nuevos individuos.
EL PRINCIPIO VITAL
(YEPES STORK, Ricardo; Fundamentos de Antropología; EUNSA; pág. 35)
(VALVERDE, Carlos; Antropología filosófica; EDICEP; pág. 205)
Alma es lo que constituye a un organismo vivo como tal, diferenciándolo de los seres inertes o muertos. Es
un concepto no solo humano, sino también animal y vegetal. Alma no se opone a cuerpo, más bien el ser
humano tiene dos dimensiones, una materia orgánica y un principio vital. “El primer principio de vida de los
vivos” (S.Th. I, 75, 1).
El alma es, pues, el principio que convierte al cuerpo en cuerpo humano, vivo dotado de movimiento, de
capacidad de sentir y entender. El hombre, pues, no consta de cuerpo y alma, como dos entidades distintas,
sino que es un cuerpo material cuyo principio determinante es el alma. Esta noción, es aplicable también a
las plantas, en cuanto que ellas también viven, y a los animales en cuanto que viven y sienten.
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¡VENGA TU REINO!
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¡VENGA TU REINO!
3. SENTIDOS INTERNOS: La actividad cognoscitiva continua en los sentidos internos la distinción entre
sentidos externos e internos no es aquello que perciban las cosas externas y estos los internos, ni porque los
órganos a los sentidos externos sean accidentales y de los sentidos internos siempre se exentan
inmediatamente por algún estimulo de orden físico, químico o mecánico, mientras que los internos no se
punen en acto sino con familiaridad a la operación de los sentidos externos. Es propio de los sentidos
externos transformar la energía física en energía fisiológica y psíquica. Producen inmediatamente un objeto
intencional. En cambio, lo propio de los sentidos internos es elaborar ulteriormente y perfeccionar aquella
energía ya transformada.
- SENTIDO COMÚN: No es, el buen sentido, es decir, la inteligencia en su actividad natural, o la razón,
“poder distinguir lo verdadero de lo falso”. Para Santo Tomás, el sentido común es un sentido, una función
del conocimiento sensible tampoco el sentido común no es, un sentido que tenga por objeto los “ sensibles
comunes” el sentido común es un sentido interno.
Función: hay dos hechos que conducen a admitir la existencia común: el primero es que distinguimos y
unimos cualidades sensibles diferentes, de orden diferente, común color y un sabor. En segundo nosotros
conocimos nuestras sensaciones. Sabemos que en lo sentimos permiten una función de conocimiento distinta
que tiene por objeto los actos directos del conocimiento sensible.
Naturaleza: El sentido común no es una reflexión. En efecto, reflexionar es volver sobre sí mismo.
Tampoco es una función intelectual, pues su objeto no es abstracto; es una función sensible, porque tiene por
objeto este acontecimiento concreto que es la sensación de un objeto determinado (perdido).
- LA IMAGINACIÓN: Que no tiene discusión, que la imaginación es una función de conocimiento sensible
que tiene por objeto el fantasma. La imagen no es la presentación, sino la representación de un objeto real, en
ausencia de este el conocimiento por imaginación se termina en la conciencia: su objeto es el fantasma, o el
EL CONOCIMIENTO INTELECTIVO
Punto de vista experimental: El pensamiento es un campo escasamente estudiado por la psicología
experimental. Es un hecho más fácil de comprobar: por otra parte, existe la dificultad de aislar las
operaciones intelectuales de las palabras en las que se encarnan.
Punto de vista biológico: No hay ninguna objeción de principio para estudiar el pensamiento desde el punto
de vista biológico, y tal vez se llega a él más profundamente que por la simple psicología experimental.
Desde este punto de vista, el pensamiento aparece como una necesidad vital para el hombre. Es ante todo una
condición necesaria de la vida.71
1. OBJETO: Podemos preguntarnos cuales son los objetos accesibles a la inteligencia. La suma de
los objetos conocibles es el objeto material de la inteligencia, pero la inteligencia puede ser
considerada de dos modos: Como inteligencia, teniendo las leyes y objeto formal de toda
inteligencia, cualquiera que sea por otra parte, infinita o finita, pura o encarnada.
2. NATURALEZA: La inteligencia humana es una facultad espiritual, es decir, subjetivamente
independiente del cuerpo. Es decir, en cuanto a su ser.
3. FASES Y CARACTERÍSTICAS:
- Aprehensión: este conocimiento se realiza, en o por un concepto por esto es frecuente llamar a la
simple aprehensión, concepción o también concepto. Pero es un error, pues el concepto es el medio
por el que el espíritu capta una esencia.
- Juicio: es la segunda operación cognoscitiva, gracias a la cual es posible reunir o integrar los
diversos aspectos que aisladamente ha ido percibiendo en sucesivas intelecciones en el sujeto.
Mediante el juicio, lo que realmente se halla unido en la estructura misma de las cosas que se dan
también intelectualmente ensalzado en nuestro modo de conocerlas.
- Razonamiento: es el acto de la inteligencia a través del cual esta, por medio de lo que ya conoce,
adquiere un conocimiento nuevo.
70R. VERNEAUX, HERDER, Pg. 65 -75.(CARLOS VALVERDE, Pg. 149)
DEFINICIONES
(VALVERDE, Carlos; Antropología Filosófica; EDICEP)
Se dice de un ser que es libre, cuando es causa de sí misma. El hombre con sus acciones libres se perfecciona
a sí mismo (se «auto perfecciona »); con otras palabras, se convierte en protagonista de su vida, autor de su
propia biografía. Por eso, sólo en el orden del obrar cabe hablar de «autorrealización». Se es persona desde el
principio, y no hay que esperar a «hacerse» persona, como si se tratara de un ser «en potencia».
Para Juan Pablo II, la libertad es, sobre todo y fundamentalmente, autodeterminación de la persona a través
de sus acciones. La libertad es la capacidad que tiene la persona de disponer de sí misma y de decidir su
destino a través de sus acciones. Este núcleo de la libertad, su estructura esencial.
Libertad no es un ser, ni substancia, ni facultad, ni tampoco acto; es un carácter de ciertos actos de voluntad.
Es un “accidente” de tercer grado: la substancia es el hombre, la voluntad una facultad, del que emana el acto
voluntario, y que a veces es libre. El ser libre es aquel que es “causa de sí mismo” (Tomás de Aquino; CG II
48; De Veritate 24, 1) que no significa que se crea, sino que es causa de su acto, por su libertad se mueve a sí
mismo a obrar. La voluntad no está en acto y potencia a la vez, está en acto con respecto a un fin, y está en
potencia con algún medio de conseguir ese fin: hay espontaneidad y hay indiferencia.
(BURGOS, Juan Manuel; Antropología: una guía para la existencia; PALABRA; pág. 167)
El concepto de libertad sugiere una gran cantidad de características, entre ellas tenemos: la apertura, ser
capaz de, otro es la elección, sin embargo identificar la libertad con elección hace referencia solo a las
acciones y no a la persona en cuanto tal. La libertad es más, es “autodeterminación de la persona a través de
sus acciones al bien” (K. Wojtyla): Autodeterminación: dependencia de sí. Es auto-poseerse, es ser dueño de
sí, autodominio, es “querer”: siempre se decide por sí mismo. Elección: independencia de los objetos.
Siempre que quiero “quiero algo”, es intencional, y ningún objeto me determina a elegirlo. Ambos aspectos
son indispensables, decido sobre mí, decidiendo sobre un objeto.
Los griegos usaron el término“” Libre, para designar al hombre no esclavizado. En efecto, el
hombre libre posee, libertad de espíritu o liberalidad.
El vocablo latino liber del cual deriva libre se aplica al hombre no sometido y de este significado derivan los
subsiguientes, como por ejemplo el de ser capaz de hacer algo por sí mismo. La noción de libertad no solo
incluye la posibilidad de decidir, sino la autodeterminación, la idea de responsabilidad para con uno mismo,
pero también hacia la comunidad.
ACTO LIBRE
“Como el hombre es señor de sus obras por la razón y la voluntad, se, llaman actos humanos los que
proceden de la voluntad deliberada.” 72 Los actos humanos nacen, pues, de la voluntad ilustrada por la
inteligencia, porque la voluntad no puede querer nada si no ha sido presentado antes por el intelecto.
El dominio de los actos, propio de la criatura libre, no es la simple espontaneidad que caracteriza toda
acción viviente.
LIBERTAD Y VERDAD
(GARCÍA CUADRADO, José Ángel; Antropología Filosófica; EUNSA; pág. 159)
La libertad es pura indeterminación, indiferencia o autonomía de la voluntad, pues ésta siempre hace
referencia al bien que es la verdad en el nivel práctico presentado por el entendimiento. La libertad tiene
como fundamento la relación del ser humano al bien en cuanto bien, al bien advertido y querido como tal; el
cimiento de nuestra libertad no es indiferencia hacia lo bueno o malo, hacia una cosa u otra, una suerte de
apatía abúlica; sino, en el extremo opuesto, una excedencia, la vigorosa tensión de nuestra voluntad, de toda
nuestra persona, a lo bueno en sí y en universal: a todo cuanto tiene razón de bien.
(WOJTYLA, Karol; Persona y Acción; pág. 160)
La referencia a la verdad forma parte intrínseca de la naturaleza misma de una decisión y se manifiesta de
forma especial en la elección, elegir no significa orientarse hacia un valor y apartarse de otros, sería una
concepción materialista de volición, es más bien tomar una decisión, según el principio de la verdad al elegir
LIBERTAD Y AMOR
(GARCÍA CUADRADO, José Ángel; Antropología Filosófica; EUNSA; pág. 159)
Reducir la libertad a la elección es trivializarla. Libertad es compromiso, poner en juego la propia existencia.
El mejor ejemplo de esto es el del martirio: a un cristiano se le amenaza de muerte si no renuncia a su fe.
¿Qué tiene más peso? ¿Qué quiero con más intensidad? En otras palabras, ¿qué amo con más fuerza? Como
responda, así actuaré. Esta es la estrecha vinculación entre amor y libertad: el amor «determina» mi voluntad
hacia el bien elegido previamente. Toda elección viene precedida de preferencias libremente asumidas
jerárquicamente. Esto constituye un «orden en el amor» que determina mi obrar.
(VALVERDE, Carlos; Antropología Filosófica; EDICEP)
Se es más libre en cuanto escojamos el bien. No siempre elegimos el bien mayor aunque lo reconozcamos
como tal. El acto humano no nace de una razón pura, depende mucho de la capacidad intelectual del sujeto,
de su amor a la verdad, de su apertura a los bienes mejores, de su temperamento, de las circunstancias, etc. y
en último término de su libertad.
(J. PABLO II; Veritatis Splendor; EPICONSA; n. 86, 87)
La libertad es autoposesión y apertura universal a cada ser existente, cuando sale de sí mismo hacia el
conocimiento y el amor a los demás. La libertad se fundamenta, pues, en la verdad del hombre y tiende a la
comunión. La libertad se realiza en el amor, es decir, en el don de uno mismo. Es el culmen de los objetos
del intelecto y la voluntad, verdad y bien: Amar.
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¡VENGA TU REINO!
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¡VENGA TU REINO!
En el trabajo se realiza aquel dominio sobre el mundo de la naturaleza, al que el hombre está llamado desde
el principio según las palabras del Génesis “someted la tierra”. […] Sabemos que estas palabras se refieren a
todos los recursos que el mundo visible encierra en sí, puestos a disposición del hombre. Sin embargo, tales
recursos no pueden servir al hombre si no es mediante el trabajo. Con el trabajo ha estado siempre vinculado
desde el principio el problema de la propiedad: en efecto, para hacer servir para sí y para los demás los
recursos escondidos en la naturaleza, el hombre tiene como único medio su trabajo. Y para hacer fructificar
estos recursos por medio del trabajo, el hombre se apropia en pequeñas partes, de las diversas riquezas de la
naturaleza: del subsuelo, del mar, de la tierra, etc. De todo esto se apropia convirtiéndolo en su puesto de
trabajo. […] En el desarrollo de su trabajo, el hombre se encuentra ante el hecho de la principal donación por
parte de la naturaleza, y del Creador. En el comienzo mismo del trabajo humano se encuentra el misterio de
la creación.
141
¡VENGA TU REINO!
La cultura es «un modo de vida, un particular ajuste del hombre a su medio ambiente y a sus necesidades
económicas […] es la manera de vivir de un pueblo determinado adaptado a un ambiente especial […] una
forma de vida organizada que se basa en una tradición común y está condicionada por un ambiente común»
(Dawson). En otras palabras la cultura sería un modo de hacer habitable el mundo natural, humanizarlo para
que el hombre pueda vivir en él. Dimensiones:
SUBJETIVA. (Realización personal del sujeto) es el ejercicio de las facultades espirituales mediante las
cuales éstas son puestas en condiciones de dar frutos más abundantes y mejores que su constitución natural
lo permita (V. Mathieu). Una persona culta es una persona cultivada, sabia, que se ha perfeccionado a sí
misma desde el punto de vista intelectual, pero también es práctico: moral. La maduración personal debe ser
cultivada, esto es el proceso de personalización y se cumple mediante la asimilación del lenguaje,
costumbres e instituciones que le hace participar en los valores de la cultura.
OBJETIVA. (Conjunto objetivado de las producciones humanas) está constituida por los frutos adquiridos
por el hombre mediante el ejercicio de sus facultades, ya sean espirituales u orgánicas (V. Mathieu). Son los
productos elaborados por el hombre, expresión de la racionalidad y liberta: las obras de arte, la producción
literaria, las instituciones jurídicas o educativas, el lenguaje, los avances tecnológicos, etc. Las realizaciones
concretas dependen de los condicionamientos históricos, geográficos, religiosos, etc., la realización concreta
de esa capacidad varía con las culturas.
El problema es cuando la C. objetiva se desvincula de la subjetiva: la cultura ya no está al servicio del
hombre, sino que es considerada como mera manifestación del espíritu objetivo. Una cultura que no sirve al
hombre se desnaturaliza, como en regímenes totalitarios. Por eso es preciso reconciliar estas dos
dimensiones: «Si relacionamos los aspectos subjetivos y objetivos de la cultura, comprobaremos que se da
una estrecha correspondencia entre ellos, pues la finalidad de la cultura objetiva es la cultura subjetiva. El
hombre cultiva y humaniza el mundo para cultivarse y humanizarse a sí mismo.
76 J. M. BURGOS Pg.39 - 43
144
¡VENGA TU REINO!
C) Cuerpo y alma son dos aspectos de una única realidad (pansiquismo).
D) No existe el alma, solo existen fenómenos psíquicos en sucesión ininterrumpida (actualismo,
conductivismo).
E) No comprende saber nada de lo meta sensible (empirismo, positivismo). 77
148
¡VENGA TU REINO!
Asombrados por la belleza y el orden del universo, los hombres se han esforzado continuamente por
alcanzar un saber último y fundamental acerca de la realidad. Por eso han surgido, a lo largo de la historia de
la humanidad, diferentes doctrinas que trataban de dar explicación profunda y total del universo, y ponían su
constitutivo más radical a diversas manifestaciones de un elemento, ya sea intrínseco al mundo (agua,
apeiron, materia, etc.), o extrínseca al mismo (Nous, Dios).
Estas interrogantes, no son puramente especulativas, sino que afectan profundamente a la vida del
hombre, no es lo mismo decir que en el universo solo hay materia, que decir, hay un ser trascendente y que
supera los límites del conocimiento sensible. La verdad no nos deja indiferentes; descubrirla es un
imperativo y necesidad que brota del corazón del hombre.
En el contexto del desarrollo de las distintas disciplinas filosóficas, la metafísica adquiere una capital
importancia. Puesto que aporta el sentido último y fundamental de la realidad. Estudia al ente en cuanto que
es ente, sus causas y los principios primeros y más universales de la realidad. En contraposición con las
demás ciencias particulares; que estudian un aspecto del ente o sector de la realidad, o sea, estudian al ente
en tanto y en cuanto que es tal ente. Entonces se puede decir que el objeto de estudio de la metafísica es toda
la realidad.
Hay diferentes puntos de vista de lo que es la metafísica. Comenzando por la edad antigua con los
filósofos presocráticos y terminando en la edad contemporánea con Heidegger.
Para los presocráticos lo más importante es el Arché, que es el elemento constitutivo del universo; es
decir, en el que tiene sus orígenes, su soporte y en lo que se convertirá. Por ejemplo: Para Thales de Mileto el
Arché era el agua, para Anaximandro era el apeiron (el infinito), para los pitagóricos el número, etc. Todos
los presocráticos, con excepción de los sofistas, trataron de explicar el universo, estos filósofos antiguos
aunque no fueron metafísicos, se hicieron preguntas metafísicas: “¿Cuál es el origen del universo?” Ya que
al buscar el ser, lo buscaban por las causas, que son materiales. Esto se lo planteó sobre todo Parménides y
Heráclito. Parménides cae en el monismo la inmovilidad del ser, Heráclito diciendo que todo es devenir.
Sócrates nos condujo por caminos mucho más profundos. El creía en la reflexión de sí mismo (el
hombre) porque allí se revela lo que está más allá, trascendiendo el mundo. Su método, basado en el diálogo
(mayéutica), estaba encaminado a que se despertara en los que enseñaba lo verdadero y trascendente. Porque
para Sócrates, desde el autoconocimiento se conoce lo que está “más allá”, el mundo o naturaleza, y, en otro
grado más lejano, lo que trasciende a la realidad en la que se encuentra el hombre. Al conocimiento de esta
realidad se dedicó su discípulo Platón. Para él el hombre era su alma, de ahí viene el que debamos cuidarlo
éticamente. Sócrates con su reflexión sobre el hombre abre nuevos caminos a la metafísica. Sócrates
descubre los principios fundamentales de la lógica, por los cuales se puede hacer metafísica. Con la pregunta
¿qué es? Sócrates daba paso a la obtención del concepto y la definición.
Platón, ya que fue discípulo de Sócrates, sigue su camino. La principal novedad de su filosofía
consiste en el descubrimiento de una realidad superior al mundo sensible, suprafísica o metafísica, del ser. Y
lo explica con la imagen marina de las dos navegaciones. Donde la primera era confiada a las fuerzas físicas,
explicadas por la filosofía de los naturistas; y ya cuando las fuerza físicas eran insuficientes para explicar el
mundo entra de forma escondida las fuerzas de la razón para descubrir las verdaderas causas de la realidad.
Según Platón la realidad está constituida por el mundo de las ideas, las cuales no son simples conceptos
mentales, sino que son “entidades” y “esencias” que subsisten en sí y por sí. La imagen de la “segunda
navegación” conduce, pues, a recorrer la existencia de dos planos de ser, el fenoménico y el
149
¡VENGA TU REINO!
metafenoménico. Este ejemplo es importantísimo porque señala la fundación de la metafísica. En el vértice
del mundo de las ideas se encuentra la idea de Bien, del Uno, seguidas por las ideas de verdad, principio del
ser y del valor, luego, a la par con la idea de Bien, las de las Diadas (indeterminación e ilimitación). Luego
las ideas matemáticas, números y figuras geométricas.
El mundo inteligible existe por la cooperación de los dos principios, Uno y Diadas. En cambio el
mundo sensible tiene necesidad de un mediador, el demiurgo, este construye el mundo sensible tomando las
ideas y lo plasma en la materia. Es decir, busca hacer bajar a la realidad física los modelos del mundo ideal,
en función de las figuras geométricas y de los números; trasforma lo caótico en orden. El mundo inteligible
es eterno, mientras que el sensible está en el tiempo, que es una imagen móvil de lo eterno. Es Platón
creador, por lo demás, del término méthexis (participación). Las cosas participan de la verdadera realidad de
las ideas por la mediación del demiurgo que las hace copias e imágenes semejantes a las ideas. Las ideas, a
su vez, participan de la idea de Bien o de Uno, porque la totalidad de las ideas se explica por la composición
o mezcla entre el principio originario del Uno y el principio de la Díada.
Aristóteles en su metafísica coincide con Platón en la aspiración a acceder a lo suprasensible, ya que
afirma la existencia de realidades inmateriales e inteligibles, que trascienden lo material y sensible. Lo que
rechazo de él fue la propuesta de que las sustancias y las esencias únicas e inmutables, por tanto, prototipo de
la realidad, este en el otro mundo y no en la realidad. Porque para Aristóteles accedemos a lo suprasensible
desde lo sensible. Aristóteles define la metafísica como la ciencia que considera universalmente el ente en
cuanto tal, o sea, la totalidad de las cosas en cuanto que son. Por otra parte dice que la metafísica es una
ciencia divina, en dos sentidos: “el primero, si Dios tuviese ciencia seria la metafísica, y la segunda, que el
objeto de la metafísica es Dios.” Por último la define como ciencia de la sustancia, ya que en todas las cosas
está presente la sustancia, y por esta el ente encuentra la unidad después de la multiplicidad. Lo resaltante del
estudio metafísico de Aristóteles fue la sistematización de la misma dándonos a conocer: La composición de
los entes corpóreos que son la sustancia - accidentes, materia – forma, esencia – acto de ser, potencia – acto.
La teoría de la abstracción, por el cual se llega a lo suprasensible. Las cuatro causas del ser (material, formal,
eficiente y final). Aristóteles dio respuesta metafísica al problema del movimiento, desde Heráclito que decía
que la realidad es puro devenir, hasta Parménides, que decía que la realidad es el ser inmóvil. La respuesta de
Aristóteles fue con la doctrina de acto y potencia.
Siguiendo a la tradición metafísica platónica, ya purificada por el ingreso del cristianismo a muchos
sectores del Imperio Romano, se encuentra San Agustín de Hipona. El punto central de la filosofía
agustiniana será Dios y el alma, de ahí su labor metafísico y teológico. Para Agustín el punto de partida, a
diferencia de Platón que es la realidad, es el alma como realidad intima; porque se llega a Dios desde la
realidad creada sobre todo desde la intimidad del hombre. Dios, siguiendo con la doctrina católica, ha creado
el mundo de la nada y libremente. Recoge la doctrina platónica de las ideas, pero en el sistema agustiniano
éstas están alojadas en la mente divina: son los modelos ejemplares, según los cuales Dios ha creado las
cosas en virtud de una decisión de su voluntad.
Santo Tomás de Aquino purifica el aristotelismo, y sus términos, pues Tomás no solo se queda ahí
sino que propone su propia filosofía. La gran novedad fue la concepción del acto de ser (esse). La metafísica
se ocupa del ente, pero el ente se refiere esencialmente al ser. Por su parte, el ser es la perfección de todas las
perfecciones; el acto de todas las cosas, incluso de las mismas formas. El ser está limitado por la esencia, que
es realmente distinta de él, pues el ser subsistente y puro es Dios. La metafísica tomista puede denominarse
«la metafísica de la participación», porque se funda en el concepto de participación para hallar una
explicación última de la realidad recurriendo a principios que están más allá del mundo de la experiencia.
René Descartes, padre del Racionalismo. Cambia el sentido de hacer filosofía, de una filosofía
metafísica a una filosofía del conocimiento, con cierto matiz metafísico. El criterio de verdad que propone
Descarte ya no está en las cosas mismas, sino está en la mera razón subjetiva. Descartes funda su filosofía en
el Cogito ergo sum, y sus principios funcionaran como axiomas matemáticos. Descartes representa un punto
de quiebre en la metafísica.
Christian Wolff, hijo del racionalismo, y fiel seguidor de Leibniz. La filosofía para Wolff es la
“ciencia de todas las cosas posibles” y enseña “cómo y por qué son posibles”. ¿Qué es lo posible? Es lo que
no implica contradicción, Wolff reduce toda posibilidad a simple lógica. La metafísica de Wolff se deduce a
partir del principio de no contradicción, que es principio fundamental por el cual se puede hacer metafísica,
las leyes del ser en general; luego las leyes de algunas formas particulares de ser, como el ser singular y
universal, el ser necesario y contingente, el ser simple, compuesto y relativo, etc. “El ser es posible que
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¡VENGA TU REINO!
exista, porque no hay nulidad lógica que le impida” dice él. Wolff cambia el sentido de hacer metafísica, ya
que tiene un matiz racionalista. Por eso cambiara el nombre de la ciencia, ya no se llamará metafísica, sino
ontología “tratado del ser”.
Empirismo inglés (Hume): Se propone destruir la metafísica falsa y abstrusa, y sustituirla por otra
práctica, basada en los hechos y la experiencia. Para Hume “debemos arrojar la Metafísica al fuego porque
no contiene más que sofismas e ilusiones” (Treatise I). Un camino clásico de aproximación a la Metafísica es
el principio de causalidad, pero Hume afirma que tal principio no es evidente por intuición inmediata,
porque nuestra única intuición es la experiencia inmediata. No se puede demostrar la conexión necesaria
entre dos objetos. Este principio tiene un valor empírico, pero no ontológico.
Immanuel Kant plantea por vez primera la cuestión de que la Metafísica parece ser una empresa a la
vez necesaria e imposible para la razón, y se decide a someter a examen los límites y las posibilidades de la
misma en la “Crítica de la razón pura” (1781-1787). Este problema lo denomina como problema general de
la razón pura. Kant compara a la Metafísica con las demás ciencias, sobre todo las ciencias matemáticas, las
cuales han encontrado pronto el camino seguro de la ciencia, en especial la lógica que se mantiene
esencialmente intacta desde su construcción por Aristóteles. También considera ciencias a la matemática de
los griegos y la física de Bacon y Galileo. No pasa lo mismo con la Metafísica que a pesar de ser más vieja
que todas las demás, “no ha hecho más que andar y desandar su camino, sin hacer progreso alguno.” C.R.P.
Los mismos metafísicos se contradicen entre sí, esto lo dice de la metafísica de Wolff porque es la única que
conoció. El método de la metafísica es erróneo, ir de lo sensible a lo inteligible. Introduce la Revolución
Copernicana, o sea es el cambio del método de conocer, ya no partiendo de los objetos sino del
conocimiento, esto permite el conocimiento a priori. (Paso del realismo al IDEALISMO). Tal conocimiento
es caracterizado por la necesidad y universalidad. Las ciencias, además, deben ser sintéticas—capaces de
ampliar nuestro conocimiento: (Juicios sintéticos a priori). Las metafísicas dogmáticas no acrecientan
nuestro conocimiento, son solo preparación para una metafísica verdadera.
El problema se resolverá en la 3ra parte de su “Crítica de la Razón Pura”- Dialéctica Trascendental: La
Metafísica es una ilusión natural e inevitable, la doctrina tradicional en torno al alma, el mundo y Dios es un
razonamiento ficticio y puro sofisma, por tanto es un abuso de la razón. Kant pasa a la historia como el
crítico demoledor de la Metafísica. Esta solamente tiene sustento en su moral: “vivir como existiera el Ser,
como si este mundo fuese creado, como si nuestra alma fuese inmortal”.
Parece que después de Kant, la metafísica ya no es posible; en realidad, la tradición de la metafísica
aristotélico-tomista sólo se renueva con el neoescolasticismo del s. XIX, mientras que a la construcción
metafísica idealista de Hegel se le oponen frontalmente el existencialismo naciente de Kierkegaard, las
filosofías de la vida y de la historia, y el marxismo, que lo transmuta en materialismo histórico.
En el afán de dar respuesta al constitutivo radical del universo, del cosmos, del hombre surge Hegel;
como una continuación de la filosofía de Kant. Hegel, representante principal del Idealismo Alemán, pone
todo el constitutivo radical del universo en la Idea, que es el Espíritu Absoluto que se autogenera,
produciendo al mismo tiempo la propia determinación y superándose completamente. El movimiento propio
de este es reflejarse en sí mismo, Hegel lo distingue es tres etapas: 1) El ser-en-sí. 2) El ser-otro o ser-fuera-
de-sí. 3) El retorno a sí mismo o ser-en-sí-y-para-sí. Este movimiento se repite en la realidad, y da origen, en
el Absoluto mismo, a tres momentos. El primero es la Idea en sí, que es el Logos, como racionalidad pura
(objeto de la Lógica). La segunda es la Naturaleza, que es la idea fuera de sí, es decir alienada (objeto de la
Fil. de la Nat.). El tercero el Espíritu en general que es la idea que retorna a sí misma de la alienación y
vuelta en sí y para sí (objeto de la filosofía del Espíritu). Al final Hegel afirma: Todo lo racional es real, y
toda lo racional es real, es decir, que la realidad es la evolución misma de la idea y viceversa.
Nietzsche es una descalificación global de toda la tradición filosófica de occidente y, en particular, de
la metafísica. Es ésta, para Nietzsche, la negación del sentido del mundo iniciada por Platón, a quien sigue el
cristianismo -no más que un platonismo popular- en la misma operación de distinguir entre mundo verdadero
y mundo aparente, error de la humanidad que no desaparece hasta llegar el «mediodía; instante de la sombra
más corta; final del error más largo» dirá Nietzsche.
151
¡VENGA TU REINO!
El positivismo lógico del Círculo de Viena representa una nueva crítica y una nueva descalificación
de la metafísica, al considerarla un tipo de discurso carente de sentido, por razón de que los términos que
emplea (Dios, ser, nada, absoluto, etc.) no son empíricamente verificables. Rudolf Carnap formula el
problema de una forma paradigmática en “Superación de la metafísica” mediante el análisis lógico del
lenguaje (1932), donde sostiene la tesis de que los enunciados de la metafísica aparecen, sometidos a un
análisis lógico, como pseudo-enunciados basados en «pseudo-conceptos», tesis que ejemplifica examinando
enunciados tomados de “¿Qué es metafísica?” de Heidegger, y el uso que suele hacerse de la palabra ser, o
Dios. En todo caso, a la metafísica le queda la posibilidad de servir para expresar la actitud emotiva ante la
vida.
Heidegger es, a la vez, crítico de la metafísica e iniciador de una nueva metafísica. En “¿Qué es
metafísica?” (1929) y en “Introducción a la metafísica” (1953), obra, esta última, en que da respuesta al
ensayo de R. Carnap, sostiene que la pregunta fundamental de la metafísica es ¿por qué hay ente y no más
bien nada? Esta pregunta no sólo es la más extensa (porque abarca todo: todo es ser), la más profunda
(porque el ser es el fundamento de todo) y la más originaria (o radical, porque «ser» es lo primero que es
todo), sino que, además, es incomparable, es la única que pregunta por el mismo porqué de la pregunta (« ¿el
porqué del por qué?»). Desmenuzando así la respuesta, pone en evidencia que, por encima de la respuesta,
importa reconocer qué se pregunta (por el ser, no por el ente) y percibir que la respuesta sólo puede hallarla
un tipo determinado de ente: el hombre (Dasein); la pregunta ¿Qué es metafísica? se convierte en « ¿qué
pasa con el ser?», y ésta en ¿qué es el hombre? Por no haberlo entendido, por no haber preguntado por el ser
del ente, sino sólo por el ente sin más, que el cristianismo convierte en el ente creado, la tradición metafísica
occidental ha sido culpable del olvido del ser.
La Metafísica solo nos da una representación de los entes (Suarez), pero es incapaz de darnos la
visión original del ser, no descubre el ser en su verdad. La Metafísica occidental es la historia del olvido del
ser, por qué ha pasado por una época de decadencia hasta el s. XIX con Nietzsche. Platón comenzó la
degeneración de la Metafísica al separar el mundo suprasensible del sensible: el mundo inteligible sería la
esfera del ente verdadero, mientras que el segundo solo sería apariencia. El cristianismo también corrompe a
la Metafísica al afirmar la postura platónica: distinción entre los seres inferiores y el Ente superior. Por tanto,
tenemos que abandonar la Metafísica y en cierto modo superarla,por el pensar en la verdad del ser. La
Metafísica no es olvidada. Mientras el hombre siga siendo un animal rationale, será también un animal
metaphysicum. Ya que reflexionando a partir de este podemos llegar a dar respuesta a la pregunta
heideggeriana.
2. La Metafísica del ser como “sabiduría y saber”
La metafísica estudia, en profundidad, la profundidad de lo real. No se contenta con estudiar al ente
en cuanto ente, sino que se pregunta por el porqué del ser ente. De este modo llega a lo máximamente
verdadero e inteligible: a Dios, como Ser por Esencia, autor y dador del ser a cuanto existe. Para Aristóteles,
en efecto, la sabiduría suprema es la metafísica. Por ello se impone, pues, la afirmación de que la filosofía es
la sabiduría adquirida por las solas luces de la razón natural.
La metafísica, que es ciencia, se hace entonces, y desde el principio de su búsqueda, sabiduría; saber
por las causas más altas. La metafísica es ciencia entre las ciencias y, en este sentido, no se entromete en el
campo de las otras ciencias, pero al dar con la profundidad de lo real señala el estatuto ontológico de las
demás ciencias. Y por esto mismo tiene una función orientadora en el cuerpo de las ciencias porque es la
cumbre del saber humano de orden natural: esta función se puede llamar sapiencial, ya que es propio de la
sabiduría ordenar y dirigir los conocimientos y actividades humanos a la luz de los primeros principios y del
fin último del hombre. La metafísica es la ciencia especulativa por excelencia; todas las ciencias filosóficas
son tales en la medida en que toman sus principios de la Metafísica. En cuanto se ocupa de los principios de
la razón (especulativa y práctica) es sabiduría: todas las ciencias se valen de los principios, pero ninguna los
investiga.
Aristóteles, para describir la noción de sabiduría, parte del sentido corriente de la palabra. En su
Metafísica la describirá de la siguiente manera: “Nosotros estimamos que en toda empresa los arquitectos
son más sabios que los obreros manuales, porque conocen las razones del trabajo, mientras que los últimos
152
¡VENGA TU REINO!
trabajan sin saber lo que hacen. No es la habilidad práctica la que hace ser más sabio, sino la comprehensión
y el conocimiento de las causas” (I, 1).
Santo Tomás distingue entre sabiduría y ciencia. Según él, la sabiduría considera las causas primeras,
mientras que la ciencia se detiene en las causas segundas o próximas. Así:
La sabiduría, implica grados y puede ser más o menos perfecta. Dentro de estos grados encontramos la
sabiduría pura y simple. Esta considera las causas absolutamente primeras y, en consecuencia, absolutamente
universales. De hecho, la sabiduría simple es la metafísica, y la causa absolutamente primera de todo el
universo es Dios. Por esto, Aristóteles estaba en lo cierto cuando juzgaba la sabiduría, contemplación de
Dios, como el bien supremo del hombre. La sabiduría es, según santo Tomás, como la cabeza, la cúspide de
todas las ciencias particulares.
Y como es cúspide se ordena al conocimiento natural de Dios, es decir, al conocimiento de la Causa a
través de sus efectos, a laadvertencia del Ser como causa del ser-ente. Este conocimiento de Dios no es el
que Dios tiene de sí mismo ni el que Dios transmite a los hombres por la Revelación. En el orden natural, la
metafísica es la ciencia que más puede decir de Dios y, por tanto, de la profundidad de las cosas y de los
hombres, criaturas de Dios.
El propósito de la metafísica consiste en el puro deseo de conocer y contemplar la verdad. Porque es
una amor desinteresado por la verdad. “Es evidente, reclama Aristóteles, que no buscamos la metafísica por
ninguna ventaja extraña a ella misma y más bien es evidente que así como llamamos hombre libre al que es
fin en sí mismo y no está sometido a otros, así llamamos libre a ésta sola, entre todas las otras ciencias: ella
sola es fin por sí misma”. Porque mira a la verdad que es buscada, contemplada y gozada en cuanto tal. Los
hombres, dice Aristóteles, al filosofar “buscaron el conocimiento con el fin de saber y no de conseguir
alguna utilidad práctica”.
La metafísica, por un lado, respeta la autonomía de las ciencias, pues ambas trabajan a distintos
niveles y se complementan. Por otro lado, sólo ella puede y debe ofrecerles su fundamento ontológico
(principios, propiedades, causas) y gnoseológico (principios del conocimiento, como el de causalidad y el de
no-contradicción). Por estar en la cima del monte, es capaz de guiarlas, juzgar sobre sus límites y su papel
específico, darles el panorama del mundo de conocimiento donde cada una pueda ocupar el puesto que le
corresponde sin pretender invadir los campos de las otras.
153
¡VENGA TU REINO!
comprensión del «ser del ente»; al «ser» llama das Sein y al «ente» Seiendes: el ser está en todos los entes,
pero no se identifica plenamente con ninguno de ellos.
Ente abarca todo tipo de realidades, y por esto es imposible dar una definición estricta de ente, y
porque es la primera noción no se definen ni se demuestran, sino que es evidente (per se nota). Al hacer
referencia al ente nos hemos situado en otro nivel: en el de la abstracción.
Nos maravillamos por la existencia de la realidad, por el hecho de que existan las cosas y nosotros
mismos, de que el ente sea ente. “Pues los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar movidos
por la admiratio; al principio, admirados ante los fenómenos sorprendentes más comunes, como la lluvia, los
rayos, el fuego; luego, avanzando poco a poco fueron planteándose problemas mayores, como los cambios
de la luna y los relativos al sol y a las estrellas, y la generación del universo. Pues el que se plantea un
problema o se admira, reconoce su ignorancia” (Metafísica 1, 2). Y Además porque, ya como dice
Aristóteles: “todo hombre por naturaleza desea conocer” (Metafísica 1,1). Surge entonces la pregunta
radical, que como Siger de Brabante, Leibniz, Heidegger, al unísono con Aristóteles se preguntan: ¿Qué es el
ente?, ¿Porque existe algo y no nada?
La admiración, sin embargo, no es la filosofía. Más bien, tiene eficacia para movernos a la aspiración
de la sabiduría, carece del definitivo valor intelectual. En todo caso, la admiración es sólo el principio de la
actividad filosófica. Esta no se limita a señalar cosas superiores ni a formular preguntas, sino que intenta
explicar aquéllos (las cosas superiores) y responder a éstas (formulación de preguntas). Por lo demás, en todo
ser, justamente por “ser”, está presente una misteriosa condición, fuente inagotable del filosofar.
El elemento principal del ente, su núcleo más íntimo, es el ser. La peculiaridad de la cuestión del ser
radica en que todo es, es decir, no hay ningún realidad que no sea; sin embargo, ninguno de los seres finitos,
es el ser puro, sino que consisten en modos determinados de ser, en realidades que son, pero no son el ser.
Entonces el ser es un acto, una perfección de las cosas. Es un acto universal, porque todas las cosas son;
como total, porque es el acto constitutivo y más radical de aquello por lo que las cosas son.
El acto de ser se da en grados de menor a mayor intensidad en las cosas, desde las realidades más
imperfectas hasta Dios, como Ser infinito y Causa Primera. Esta diversidad es, en definitiva, una gradación
en el ser; si la raíz de las perfecciones de cada cosa es su ser, es lógico que la intensidad de esas perfecciones
sea un reflejo de su intensidad de ser.
155
¡VENGA TU REINO!
Si la distinción esencia-ser no fuese real, el acto creador no dejaría ninguna huella en la estructura
misma de lo creado; ya que la criatura manifiesta su origen de la nada, su indigencia y su finitud, justamente
por su composición real de esencia y acto de ser, por la que el esse no se encuentra contenido de modo
necesario en la esencia. De este modo si no encontramos la huella no podríamos conocer al Ser.
b) Negativamente, rechazando la división interior, corresponde a todo ente la unidad. Cualquier cosa es
unum, o sea, tiene de cierta unidad; puesto que si la pierde deja de ser ente y origina a otros. Este
concepto se distingue de la unidad cuantitativa, porque esta es consecuencia de la materia. En
nuestro conocimiento, la noción de uno se presenta como una explicitación del ente, por tanto la
aprehensión del ente es anterior a la de la unidad, pero esta última defiende, afirma y explicita la
realidad del ente.
A los diversos grados de ser le siguen diversos grados de unidad. La unidad más perfecta, la de
simplicidad, es la del ente que carece de parte o pluralidad de principios: Dios.
Pero las criaturas poseen una unidad que alberga en sí pluralidad de elemento, como la sustancia,
accidentes; materia, forma; etc. Se le denomina unidad de composición. Esta se da de diferentes
formas en los siguientes seres: ángeles, hombres, animales, planta, una piedra. Mientras que la
158
¡VENGA TU REINO!
primera es la que más se asemeja a la simplicidad, los hombres en parte y lo animales son más
compuestos.
2) El ente considerado en relación a otros entes, se le puede advertir dos atributos opuestos: su distinción
respecto a los demás, y la conveniencia entre unas y otras.
a) Si nos ponemos a distinguir un entes con otro, afirmamos que cada uno de ellos es “algo” (aliquid),
entendemos la diferencia. Algo se debe entender en su sentido más técnico aliud quid “otro que”,
otra naturaleza; pues acentúa la distinción y separación con respecto a los demás.
b) Para poder decir que todos los entes tienen algo en común, deben considerarse en relación a algo que
pueda abarcar al ente en cuanto tal, por tanto a todo ente: el alma intelectiva; surgen de esta
relación los tres últimos trascendentales: verum, bonum y pulchrum.
i) Cuando el ente conviene al intelecto, el ente es verdadero (verum), en el sentido de que el ente
puede ser objeto de una autentica intelección, o sea, el ente es verdadero en cuanto que es
inteligible.
La verdad del entendimiento depende del ser, primero tiene que ser para que luego se le pueda
captar, además porque ente y verdad son equivalentes; Aún más, el ente es por el acto de ser, de
ahí que la verdad se funda más en el acto de ser que en las esencias de las cosas. Por tanto cada
cosa es cognoscible en cuanto está en acto, ya sea en el acto de ser o en la sustancia. Entonces se
puede resumir así: «cada cosa tiene verdad en la misma medida en que tiene ser» [Metaph. II].
Los entes son verdaderos en grados de cognoscibilidad o de inteligibilidad de los entes por
ejemplo: Dios, siendo el Ser, es más inteligible que los seres creados. Sin embargo, en nuestra
presente condición, nuestro entendimiento no capta primero lo más inteligible en sí, sino más
bien lo conoce a través de lo que es menos inteligible. Así, del conocimiento de los efectos,
menos inteligibles en sí, se puede llegar a inferir la existencia de la causa que es eminentemente
inteligible por ser eminentemente perfecta.
Los entes son verdaderos en distinto sentido, según se relacionan con la inteligencia de Dios o
con la inteligencia humana. En la primera, se relaciona en cuanto cumple aquello para lo que ha
sido hecho. Y la segunda, en cuanto que son capaces de originar la intelección en el
entendimiento humano. Por tanto la verdad del entendimiento humano, o lógica, consiste en la
adecuación del intelecto a las cosas. Como lo dice santo Tomás “La conveniencia del ente con el
entendimiento lo expresa el nombre de verdad” (De Verit., q.1 a.1); como lo dice Isaac Israelí
“La verdad es la adecuación entre el intelecto y la cosa”; igualmente Aristóteles dice en el IV
libro de la Metafísica que definiendo la verdad decimos “cuando se dice ser lo que es y no ser lo
que no es” y también como San Agustín: Lo verdadero es lo que es.
ii) El ente en relación a la voluntad es bueno. Todo ente es bueno (bonum) “todo lo que es, por ser,
es bueno”. La bondad añade al ente la conveniencia a un apetito, porque primero es intelegido.
Las cosas no son buenas porque las queremos, sino las queremos en tanto que son buenas;
porque la perfección de que algo sea apetecible es la perfección, o sea, en cuanto está en acto.
El bien se funda en el ente, porque ente y bondad son equivalentes; el bien es la misma
actualidad del ente en cuanto que perfecciona la propia naturaleza y también es en cuanto
difunde esa bondad, porque el bien tiende a comunicarse. Por eso hay grados de bondad.
Dios el mismo Ser por esencia, por eso a él le compete Ser Bueno por esencia; las criaturas son
buenas por participación. Todo ente creado tiene, así, una bondad natural (la de su ser) y está
finalizada para alcanzar la bondad en la operación, en acto segundo, que es asimilarse a Dios,
esto en los entes racionales ha de hacerse de forma libre.
El mal quita algo del ente, niega alguna perfección del ente, pero no cualquiera, sino una
perfección debida. Por tanto, el mal se da siempre en el bien. El mal no puede privar a su sujeto
de todo bien; el mal es siempre particular; sólo el bien es trascendental. Por eso se le define
como “ausencia de bien”. Dice Aristóteles en Metaphysica VI “que lo bueno y lo malo se dan en
las cosas, mientras que lo verdadero y lo falso se dan en la mente.”
159
¡VENGA TU REINO!
iii) Por último, según la conveniencia del ente al alma mediante una cierta conjunción de
conocimiento y apetito, o sea, causar un cierto placer cuando es aprehendido, esto es el pulchrum
(belleza); o sea, la verdad y la bondad de las cosas, al ser conocidas, causan agrado y deleite al
que las contempla.
Santo Tomás no escribió ningún tratado sobre la belleza ni incluye la belleza entre los
trascendentales que enumera en De veritate q.1, a. 1. Por consiguiente, se encuentran muchas
interpretaciones acerca de la belleza, unas a favor de lo bello como trascendental, otras en contra
de la trascendentalidad de lo bello.
Santo Tomás relaciona la belleza con la bondad, diciendo que ambas son idénticas ya que se
encuentran basadas en la misma cosa, es decir, en la forma.
Las ideas neotomistas han dado cierto impulso a los muchos estudios que han aparecido sobre la
belleza en la segunda parte del siglo XX hasta el momento presente. En su libro, Elementos de
filosofía cristiana, Gilson habla del pulchrum como del “trascendental olvidado”, y Maritain en
Arte y escolástica considera que lo bello es “el esplendor de todos los trascendentales juntos”.
Existen diversos grados de belleza, y se le puede definir por sus tres elementos: la integridad o
perfección; proporción y armonía; y por último la claridad. Por eso algo es bello en cuanto que
tiene estos tres elementos.
El primer grado de belleza es la divina, única y simple, y esta refleja belleza en las criaturas de
modos dispares. Y por la participación hace que también la belleza de los entes finitos sea
limitada, que ninguno de ellos posea toda la hermosura, sino sólo la que compete al modo
peculiar de ser determinado por su forma. Por ejemplo los ángeles, que no tienen su forma
sustancial limitada por ninguna materia, poseen toda la belleza que corresponde a su grado y
modo de ser. O por ejemplo los seres compuestos de materia, tienen la belleza con menor
perfección, debido a que no agota las perfecciones de su especie.
161
¡VENGA TU REINO!
La causa final es aquella en vista de lo cual se hace, o sea, aquello por lo que el agente se determina
a obrar, la meta a la que tiende con sus operaciones. En la causa final, se observa que el ente finito en cuanto
tal es bueno, y es bueno en orden a un fin. Todo agente actúa por un fin, por eso la operación del agente está
ordenada al fin de la operación. Tal fin unifica y hace inteligibles las acciones del agente, ya que lo propio
del fin es atraer. Las diferentes modalidades de causa final encontramos las siguientes:
Fin intrínseco y fin trascendente: Se denomina fin intrínseco de una operación al resultado natural de
la misma: aumento de temperatura en los cuerpos es fin de la acción del fuego sobre ellas; fin trascendente
de una acción es el objetivo al que está dirigida: un perro se dirige a un lugar concreto, porque allí podrá
pasar la noche a reparo o recibir el alimento que necesita.
Fin último y fines próximos: se llama fin último a aquel por el que se tiende a todos los demás fines
en un determinado ámbito; fin próximo, en cambio, es el que se pretende con vistas a otro fin ulterior; y así
el restablecimiento de la paz perdida por la guerra es la causa final de un ejército, en tanto que las distintas
victorias parciales son fines próximos, encaminados al triunfo final.
Se entiende por principio de causalidad, la dependencia causa – efecto entre las cosas. Pero como ya
hemos visto, es algo evidente posee ciertas formulaciones que se han inferido a partir del principio de
causalidad como: Todo lo que empieza tiene una causa, todo lo que es movido es movido por otro, todo lo
contingente tiene una causa, todo lo que conviene a algo y no es de su esencia le pertenece por alguna causa.
La causa formal y material se fundamentan en la causa eficiente, que siempre es trascendente al ente
causado; en cuanto a la causa final, va unida íntimamente a la causa eficiente.
El fin es la primera de las cuatro causas, es causa de la causalidad de todas las causas. El fin mueve
al agente, el agente deduce la forma, y la forma organiza la materia. La materia y la forma no se unen si no
es por la intervención de un agente, que a su vez no actúa si no es por la intención de un fin. Todo agente
obra por un fin. Así lo manifiesta el orden y la regularidad observables en las actuaciones de la naturaleza, en
las que advertimos que los mismos efectos suceden de modo certero las mismas causas, y que las causas se
ordenan a conseguir ciertos resultados: su fin propio. Tanto los seres libres, como los que actúan de forma
necesaria obran, justamente, para conseguir su fin; de lo contrario no actuarían. El fin último, es el último en
la ejecución y la primera en la intención, porque nada se movería a actuar si no se encuentra inclinado a ello,
o por su misma forma natural o por la aprehensión intelectual del fin; sin embargo, esta inclinación sólo se
actualiza y logra su término después que ha intervenido la causa eficiente y, luego esta, sobre la causa formal
y material.
Del papel preponderante del fin y de la dependencia de las demás causas con respecto a él, se
comprueba que existe una relación íntima entre las cuatro causas; por eso no deben concebirse yuxtapuestas
o aisladas, sino produciendo su causalidad según un orden determinado.
163
¡VENGA TU REINO!
FILOSOFÍA DE DIOS
I
LA TEOLOGÍA FILOSÓFICA, CUMPLIMIENTO DE LA METAFÍSICA
La teología natural es la parte de la metafísica que estudia a Dios. Es denominada también teodicea, justicia
o justificación). Este nombre fue acuñado por Leibniz en 1710 con su publicación Ensayos de Teodiceasobre
la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal.Con esta obra Leibniz pretendía defender o
justificar a Dios contra las objeciones de Bayle en el artículo Rorarius (Rorarii-orum .soldados armados a la
ligera vélites) de su Diccionario histórico y crítico, demostrando que la existencia del mal en el mundo no se
opone a la justicia, sabiduría y bondad divinas. El término teodicea ha pasado después a significar toda la
investigación filosófica sobre Dios, y ya no sólo la concerniente a esos atributos divinos.
El vocablo teología surgió con la acepción puramente filosófica con los filósofos griegos (que lógicamente
no conocían la teología sobrenatural). Además es preferible el nombre de teología natural por cuanto da
razón más perfecta de su objeto y contenido. Es teología, es decir tratado de Dios; y natural, por las solas
luces de la razón natural. Lo que falta señalar es la precisa formalidad por la que Dios es alcanzado, a saber:
Metafísica; es decir a partir de la ratioentis se alcanza la causa primera del ser de todas las cosas.
No se accede a Dios secundum quod in se est, lo que es Dios en su esencia (ésta es una formalidad teológica
sobrenatural), sino como causa de las cosas. De ahí la definición de la teología natural: parte de la metafísica
que estudia la primera causa de los entes.
En teodicea el espíritu de adhiere a los objetos que alcanza “a causa de su verdad intrínseca, percibida por la
luz natural de la razón”.
II
LA COGNOSCIBILIDAD DE LA EXISTENCIA DE DIOS
El hombre puede conocer a Dios por las solas fuerzas de la razón natural. En el conocimiento natural de Dios
hay varios grados; un primer grado es un modo deconocimiento precientífico o espontáneo; el segundo es
científico o metafísico. De lo que se trata aquí es de justificar racionalmente el conocimiento de Dios, es
decir, nos interesa el conocimiento científico o metafísico. Sin embargo, aludimos en primer lugar al
conocimiento espontáneo, que es paso obligado para el segundo:
Conocimiento sobrenatural: este conocimiento excede las fuerzas de la razón humana. Puede ser de dos
tipos:
a) Por la fe →Lumen Fidei. La cual proporciona un conocimiento de Dios más alto que el que
aporta la razón natural, ya que lo conocemos no por sus efectos, sino por medio de la Revelación
b) Por visión→ Lumen Gloriae. Que es conocerlo cara a cara, por experiencia, tal como es en sí
mismo (visión beatífica o experiencia mística).
Donde puede haber una intuición únicamente beatifica, se podrá conocer con evidencia lo que Dios es en sí
mismo: únicamente entonces el hombre podrá llegar a saber con evidencia inmediata que Dios es. El
conocimiento natural de Dios es el término de un proceso discursivo.
De la demostración de Dios.
El cometido de la de la filosofía es perfeccionar, precisar, distinguir, hacer explícito ese conocimiento
espontáneo. Si lo más conocido de las cosas es que son, la filosofía deberá preguntarse por el porqué del ser
de los entes.
«No se puede llegar al Dios verdadero, en el conocimiento natural, por medio de una ciencia particular,
como la lógica, la física, la antropología o la matemática. Mientras no se considere el ser de los entes, no se
plantea adecuadamente la exigencia de la Primera Causa» (Sanguinetti)
Existen determinadas posturas filosóficas que niegan la necesidad y/o posibilidad de una demostración de
Dios. Acontinuacion veremos las siguientes.
El Ontologismo- Dice que conocemos la existencia de Dios directamente en la intuición de las ideas
ejemplares. El conocimiento de Dios es original, es el primero de nuestros conocimientos y originario
(fuente) de todos los demás conocimientos humanos. Todo cuanto el intelecto conoce, lo conoce en
Dios. El conocimiento de Dios es inmediatamente evidente y por lo tanto su demostración sería
superflua
Para esta postura la demostración de que hay Dios es innecesaria pues es una verdad de evidencia
inmediata, para el hombre. “La más importante pretensión del ontologismo es el acceso al conocimiento sin
trabas ni mediaciones que lo desvirtúen” considera por tanto:
Primero que Dios es la intuición a priori de nuestro conocimiento.
Segundo queesta visión inmediata de Dios condiciona la posibilidad de cualquier otro
condicionamiento.
Para el ontologismo “El conocimiento de Dios es original, esto es, el primero de nuestros conocimiento, y
originario es decir, fuente de los demás conocimientos humanos”. (TRATADO DE METAFÍSICA. A
Gonzales Álvarez).
El ontologismo está estrechamente emparentado con el argumento ontológico (de hecho, todos los
ontologistas admiten ese argumento); sin embargo, no se da la reciprocidad ya que no todo partidario del
argumento ontológico es ontologista. Así, mientras el argumento ontológico es una prueba que pretende
demostrar a Dios por puros conceptos, el ontologismo pretende que la existencia de Dios es inmediatamente
evidente, con lo que su demostración sería, en rigor, superflua. Por eso no se entiende bien por qué los
ontologistas, después de su inicial aserción, proporcionan argumentos demostrativos de Dios.
Son representantes del ontologismo Malebranche, Gioberti y Rosmini.
166
¡VENGA TU REINO!
El tradicionalismo. Dice que conocemos la existencia de Dios, por tradición de una revelación
primitiva, que Dios hizo a los primeros hombres.
Agnosticismo.- Es la negación de la posibilidad de demostrar metafísicamente la existencia de Dios. El
agnóstico no niega la existencia de Dios, sino rechaza la capacidad del hombre para probar
argumentativamente dicha existencia. No podemos conocer a Dios por la razón especulativa, sino
postularlo por la razón práctica.El agnosticismo trunca el camino metafísico, no lo admite (niega la
noción de ser y de causalidad), aferrándose a la ciencia experimental como la única vía científica. Pero
el conjunto de las ciencias experimentales no agotan la vía científica; por encima de ellas está la ciencia
metafísica, única que permite el acceso a la demostración racional de la existencia de Dios.
III
EL ARGUMENTO ANSELMIANO Y SU FORTUNA EN EL PENSAMIENTO MODERNO
Anselmo de Aosta es el filósofo y teólogo escolástico de mayor importancia del s. XI. Es de los primeros en
intentar clarificar con la razón lo que ya se conoce mediante la fe, pues fe y razón no se contradicen porque
provienen del mismo autor. Anselmo comienza con una oración en la que aconseja al lector, apartar la
inquietud de la vida en el mundo llena de preocupaciones y de lágrimas, para descansar un poco en
Dios. Presupone que no habría que buscar y encontrar a Dios, si no se concibe a Dios mismo como maestro y
autor del buscar y encontrar. Él quisiera buscar a Dios como fin de su deseo, él quiere realizar este deseo en
la búsqueda y alcance de su consumación en el encuentro amoroso con Dios.
El argumento se remite a la existencia de Dios como presupuesto implícito de la búsqueda de Dios. Quien
afirme, con todo, que le es indiferente la cuestión de Dios, o discuta explícitamente la existencia de Dios,
apenas le impresionarán estas reflexiones. Anselmo ve ya él mismo el fenómeno de que muchos no se
plantean en general la pregunta por Dios, y lo hace suyo inmediatamente antes del comienzo de la
argumentación propiamente dicha; persigue, por tanto, claramente, fines que van más allá del puro auto-
convencimiento del que busca con fe. El punto de partida del argumento es un pensamiento que Anselmo
cree que lo entiende incluso un ateo.
Su fama se debe sobre todo a haber sido uno de los primeros en buscar argumentaciones sobre la existencia
de Dios: en el Monologion [Soliloquio] presenta argumentaciones a posteriori, del tipo de prueba
cosmológica, pero el más conocido de estos argumentos es el argumento a priori, que luego la tradición, a
partir de Kant, llamó argumento ontológico, que propone en el Proslogion.
San Anselmo propuso este argumento en su Proslogion de la siguiente manera: en la mente de todo hombre
existe la idea del ser mayor que el cual no se puede pensar otro. Pero este ser –Dios– ha de existir también en
la realidad. En efecto, existir en la mente y en la realidad es más que existir sólo en la mente. Pero si el ser
mayor que el cual no se puede pensar otro no existiera en la realidad, entonces no sería el ser mayor que el
cual no se puede pensar otro, pues se podría pensar otro mayor, a saber, el que, existiendo en la mente como
el mayor que se puede pensar, existiese también en la realidad. Luego el ser mayor que el cual no se puede
pensar otro, existe en la mente y en la realidad. Luego existe Dios.
San Anselmo expone con fuerza que –aunque esa noción le venga de la fe, no es exclusiva del creyente, sino
que todos la poseen, pues incluso los ateos entienden lo que significa, ya que en caso contrario no tendría
sentido lo que niegan. Cuando el ateo dice que no hay Dios, entiende lo que dice, y lo que entiende es un ser
omniperfecto, aquel ser cuyo mayor no cabe pensar otro. El concepto de Dios es, pues, universal. De la
universalidad del concepto ‘Dios’ no se sigue que exista en la realidad. El propio San Anselmo distingue en
el cap. II del Proslogion entre la existencia mental y la existencia real. Con el mismo ejemplo que trae a
colación, una cosa es un cuadro en la mente del pintor y otra el cuadro en la realidad; en el primer caso, el
cuadro posee una existencia mental, y en el segundo tiene existencia real.
Lo que acontece en el caso de Dios es que posee una existencia real necesaria. Ello es debido a que aquello
mayor que lo cual no puede pensarse nada no puede tener solamente una existencia mental, porque la
existencia real es una perfección, algo que debe poseer el ser omniperfecto o el ser mayor que el cual no
puede pensarse otro. Ello es así porque existir en la mente y en la realidad es mayor que existir sólo en la
mente. Si sólo existiese en la mente se incurriría en flagrante contradicción, pues si el ser cuyo mayor no
puede ser pensado sólo existe con existencia mental, podríamos pensar en otro que también posea existencia
real; de ahí se inferiría que el ser cuyo mayor no puede pensarse sería aquel cuyo mayor puede pensarse. El
máximo pensable solamente es máximo pensable si existe en la realidad; según San Anselmo, la existencia
real de Dios o el ser omniperfecto es una existencia real necesaria, porque de otro modo si el ser cuyo mayor
no puede ser pensado pudiera pensarse como no existiendo in re, eso cuyo mayor no puede pensarse nada no
sería lo mayor que puede pensarse. Y esa existencia real necesaria compete solamente al ser omniperfecto.
En conclusión, existe lo máximo pensable, y no puede pensarse que no exista. Ese máximo pensable es Dios.
El argumento de san Anselmo, ha sido defendido, de un modo u otro, por san Buenaventura, Duns Escoto,
Descartes, Leibniz y Hegel. Entre los grandes filósofos que lo han criticado se encuentran Tomás de Aquino
y Kant quien lo denomino como argumento ontológico.
S. Buenaventura
«Si Dios es Dios, Dios existe; pero el antecedente es de tal modo verdadero, que no puede pensarse que no
sea; luego la existencia de Dios es una verdad indubitable». La intrínseca evidencia del concepto o idea de
Dios es el fundamento de la afirmación de su existencia. La idea de Dios –el ser cuyo mayor no puede
pensarse– es evidente, porque es una idea claramente concebible, ya que entre el sujeto y el predicado no hay
contradicción alguna. S. Buenaventura remacha que eso es aplicable solamente a Dios, porque es el ser
perfectísimo porque todo lo que no es Dios es imperfecto
Duns Escoto
Demostrado que el ser infinito no es contradictorio debe decirse que es verdaderamente pensable; y si es
verdaderamente pensable es posible. Pero en el caso de la esencia del ser infinito –y sólo en este caso– la
posibilidad y la necesidad son lo mismo, porque un ser que es infinito en el ser es la totalidad del ser; en
consecuencia es necesario, luego existe necesariamente. En resumen, Dios es aquel ser que si se demuestra
que es posible, debe existir necesariamente.
El núcleo de la crítica radica en lo que comúnmente se denomina tránsito ilegítimo del orden ideal al orden
real. La realidad que se menta y la razón del nombre deben estar en el mismo plano. De ahí que «porque sea
concebido por la mente lo que se dice con este nombre ‘Dios’, no se sigue que Dios exista a no ser en el
168
¡VENGA TU REINO!
intelecto». Si se quiere salvaguardar el principio de no contradicción, es necesario que las propiedades
atribuidas a un sujeto estén en el mismo plano que el sujeto al que se atribuyen.
Como puede verse, se trata de un silogismo; la premisa mayor es la manifestación del criterio cartesiano de
verdad: será verdadero todo aquello que se conciba con claridad y distinción. La premisa menor es aplicación
de ese criterio al caso de Dios, en el que manifiestamente se observará que la existencia es propia de la
naturaleza divina. Y la conclusión es que Dios existe.
Al igual que San Anselmo, Descartes considera que la idea de Dios es universal; y lo que Dios significa para
todo mundo, lo que todos llaman Dioses «la cosa más perfecta que podemos concebir». Dios como
omniperfecto existe –con existencia mental– en todos los hombres; pero esa idea es posible, porque de suyo
no implica contradicción. La naturaleza divina tiene posibilidad lógica. Ahora bien, la existencia que
compete a Dios como omniperfecto no es sólo mental, sino necesariamente real, porque si Dios es
omniperfecto, no puede faltarle la existencia real, que es una perfección. Cuando entendámoslo que Dios es –
omniperfecto–, claramente se concibe que no le puede faltar la existencia: es tan imposible –señala
Descartes– separar de la esencia de Dios su existencia como de la esencia de un triángulo que la suma de sus
tres ángulos sea igual a dos rectos. Incluso se debe decir que la existencia real que a Dios compete es
necesaria, cosa que únicamente sucede en Dios, ya que en él la existencia está necesariamente incluida en la
esencia, por cuanto la existencia es una perfección, y la esencia de Dios es el conjunto de todas las
perfecciones.
Lo que Descartes pretende es conocer la esencia de Dios a través de su idea. Siendo la idea un calco de la
realidad, y encontrando en la idea de Dios incluida su existencia (ya que la idea de Dios es el conjunto de
todas las perfecciones y la existencia es una perfección), la existencia de Dios es evidente. Hay que negar en
redondo la consecuencia propuesta porDescartes. En último término, se trata también aquí de un tránsito
ilegítimo delo ideal a lo real. «La existencia ideal es propia de la idea del ser infinitamente perfecto; pero no
lo es de la naturaleza divina, ni de Dios. La existencia real sí que es propia de Dios, y aun de la naturaleza
divina en cuanto se identifica con Dios mismo; pero el que exista un estrecho paralelismo entre la idea de
Dios y Dios mismo, no autoriza a trasladar al plano real lo que es verdad en el ideal, pues así como la
existencia (ideal) de la idea de Dios la tenemos asegurada, y podemos, por tanto, predicarla necesariamente
de la esencia (ideal) de esa idea de Dios, no ocurre lo mismo con la existencia real de Dios, que todavía no
ha sido demostrada».
169
¡VENGA TU REINO!
La raíz del fallo cartesiano consiste en sus presupuestos subjetivistas. El principio de conciencia obra ya en
Descartes el trasvase de la metafísica a la lógica: la realidad dependería de nuestro conocimiento. Más bien
debe decirse que es al revés: nuestro conocimiento depende de la realidad. Descartes formula una posición
antitética a la de Tomás de Aquino; mientras para éste lo primero conocido y aquello en que todo otro
conocimiento se resuelve es el ente, Descartes intentará resolver el mismo ente en el verum de la razón
pensante. (Teología Natural. Ángel Luis González. EUNSA. Sexta Edición. 2000. Págs. 69-71)
La prueba ontológica de Leibniz: Leibniz recoge el argumento de Descartes, pero exige otra precisión:
conviene asegurarse de que el concepto de que se parte no implica ninguna contradicción, que el objeto que
designa es racionalmente posible. Se puede reconocer detrás de su argumento, su teoría de los posibles, los
cuales tienden a la existencia en proporción de sus perfecciones; el ser perfectísimo debe existir por su
misma posibilidad: la perfección absoluta de esencia exige su existencia.
El razonamiento leibniziano es el siguiente:
a) Dios (el ser necesario), si es posible, existe;
b) Es posible;
c) Luego existe.
La posibilidad como la entiende Leibniz, no es la posibilidad real aristotélica, o potencia de ser de Tomás de
Aquino, sino que se reduce a la posibilidad lógica.
Para perfeccionar el argumento, Leibniz considera que es preciso demostrar la posibilidad del ser
omniperfecto. No se puede presuponer sin demostración que la idea de Dios es la de un ser posible: es
preciso probarlo. Y ello incluso teniendo en cuenta que –según la propia doctrina leibniziana– todo debe
considerarse posible mientras no se demuestre su imposibilidad; existe siempre una presunción en favor de la
posibilidad, es decir, nadie tiene que demostrar que algo es posible, sino que más bien es el adversario de la
posibilidad de algo quien debe aportar las razones que posee para rechazarlo como posible. A pesar de ello,
la presunción de la posibilidad no es suficiente para dotar al argumento ontológico de evidencia.
Es posible todo aquello que no lleva consigo contradicción interna, lo que no es contradictorio, o mejor, lo
que no implica contradicción. La posibilidad del ser omniperfecto la prueba Leibniz en su Quod ens
perfectissimum existit. Se llama perfección a toda cualidad simple, positiva, absoluta, que expresa todo lo
que es sin ningún límite; es, por tanto, irreductible, irresoluble. Ahora bien, la incompatibilidad de dos
perfecciones no es demostrable, ya que la demostración requiere que los términos sean resolubles. Pero si la
incompatibilidad de las perfecciones no se puede demostrar, puede existir un Ser en el que todas las
perfecciones son compatibles entre sí. Por consiguiente, es un hecho que se puede entender el sujeto de todas
las perfecciones, es decir, el Ser perfectísimo; luego es evidente que también existe, pues la existencia está
contenida en el número de las perfecciones.
Crítica de Kant al argumento ontológico: Kant sostiene que la necesidad absoluta de los juicios no es la
necesidad absoluta de las cosas. Lo que acontece en el argumento ontológico es que al formarnos la idea de
un ente que llamamos Dios, la hemos determinado de manera que en ella esté incluida la existencia, pero si
se dice ‘Dios no existe’ se suprimen todos los predicados, puesto que eliminado el sujeto, desaparecen con él
todos sus atributos. Nos estamos moviendo en dos ámbitos: el lógico, y el real.
Los juicios analíticos para Kant son aquellos en que el predicado está contenido en el sujeto, y ningún juicio
existencial puede ser analítico, puesto que la existencia es la posición absoluta de una cosa, y no un
predicado, la existencia estaría determinada por la experiencia, es decir, su objeto sería existente, realmente
cuando coincide con las condiciones materiales de la objetividad. De esto se sigue, como conclusión, que no
es posible conocer la existencia de Dios. Esto es el agnosticismo kantiano.
Entre los errores de Kant se encuentran el no considerar la existencia como un principio de la realidad, que
junto con la esencia constituye la entidad de todo ente particular finito, sino como un concepto puro del
entendimiento, y no entender el ser como actualidad de la esencia, que da realidad a todo ente; Kant no
entiende el ser como acto, sino como existencia fáctica, pura presencia de lo presente, con lo cual olvida el
ser.
Hegel y el argumento ontológico: (Teología Natural. Ángel Luis González. EUNSA. 4ta Edición. 2000. Pág.
79 – 84).Hegel afirma que no es la razón del hombre la que conoce el Absoluto, sino al revés: es la
autoconciencia del Absoluto la que se sabe a sí mismo en el saber del hombre. Nuestro saber, sería un saber
en Dios.
El punto de partida es el concepto de Dios como ilimitado, en el sentido de ser plenaria e irrestricta
autodeterminación, como absolutamente perfecto. En su contra crítica a Kant, Hegel estima que es preciso
unificar dialécticamente lo que en Kant estaba separado, lo finito y lo infinito, el ser y el concepto. “Lo que
es racional es real, y lo que es real es racional”, de este modo sostiene que no existe el supuesto salto del
orden lógico al orden real, con el que se critica a Anselmo.
En Hegel, no hay un verdadero ascender hacia Dios, sino un rebajamiento de Dios en el espíritu humano, el
cual justifica a Dios y le proporciona contenido.
IV
LAS “CINCO VÍAS” Y LAS ARGUMENTACIONES ANTROPOLÓGICAS
Santo Tomás, como creyente y filósofo, buscó un fundamento racional a la existencia de Dios. Planteó dos
cuestiones previas:
a) ¿Es necesario demostrarla?;
b) ¿es posible?
Hoy se daría por supuesta la necesidad de demostrarla, pues está lejos de ser una idea evidente y asumida por
todos los pensadores. Pero en el contexto social y religioso de Tomás, la opinión predominante sostenía que
«el conocimiento de la existencia de Dios está imbuido de un modo natural en todos los hombres» (S. Juan
Damasceno). Y la tradición agustiniana defendía que Dios está en lo más íntimo del alma humana y es
posible alcanzar el conocimiento de su existencia a partir de la comprensión de la idea de Dios - argumento
ontológico de S. Anselmo-.
Aquino piensa que es posible demostrar la existencia de Dios, y que el procedimiento más adecuado es partir
de los seres que existen en el mundo natural hasta llegar a la causa inicial que originó el primero de todos los
antecesores. Es una demostración a posteriori, pues se remonta del efecto a la causa anterior -a priori sería ir
desde la causa hasta el efecto-.
Con argumentos y elementos tomados de la filosofía anterior -platonismo, aristotelismo y otras fuentes-,
Aquino propuso cinco vías o procedimientos argumentativos para demostrar la afirmación «Dios existe».
La formulación que realiza es una elaboración o sistematización a partir de demostraciones de otros autores
(principalmente, Aristóteles, Avicena, Platón y San Juan Damasceno), profundizándolas con su síntesis
filosófica original.
171
¡VENGA TU REINO!
Las vías son demostraciones a posteriori que parten de diversos aspectos de la criatura en cuanto tal
(efectos), conocidos por la experiencia, y se remontan a Dios como Causa. La sencillez de la exposición
tomista no debe llevar a pensar que las vías no suponen suficientes conocimientos metafísicos. Por el
contrario, cada paso de las argumentaciones está presuponiendo haber accedido a los puntos fundamentales
de la metafísica: la estructura trascendental del ente, la doctrina de la participación, la causalidad
predicamental intrínseca y extrínseca, y la necesidad de fundamentación de la causalidad predicamental por
parte de la causalidad trascendental.
1. Puntos fundamentales.
1. El ascenso de las vías a Dios es un ascenso metafísico . No son deducciones matemáticas ni
demostraciones físicas.
2. El ascenso metafísico hasta Dios tiene su inicio siempre en la consideración de las criaturas en
cuanto entes causados que están reclamando una causa incausada.
3. El punto metafísico central de ese tránsito consiste en que una vez que el ente se nos ha
manifestado compuesto o estructurado de esencia (lo que es) y esse (aquello por lo que es),
inmediatamente debe surgir la pregunta de por qué un ente es. Pero el ser es el acto de todo acto,
perfección de las perfecciones, lo que más inmediata e íntimamente conviene a cada cosa; luego su
causa no podrá encontrarse en la causalidad predicamental. Ésta explica el fieri del efecto, pero no
su esse; es necesario buscar la causa del esse, que se llama causalidad trascendental.
Ahora bien, la causa del esse no puede radicar en la naturaleza del mismo ente , ya que entonces se
produciría a sí mismo en el ser, lo cual es imposible: «No puede admitirse que el mismo esse sea
efecto de la forma misma o quididad de la cosa; pues se seguiría que una cosa sería causa de sí
misma y que alguna cosa lograría producirse a sí misma en el ser, lo cual es absurdo. Por
consiguiente, es preciso que toda cosa cuyo ser ( esse) es distinto de su naturaleza tenga el esse por
otro. Y porque todo lo que es por otro se reduce a aquello que es per se cómo a su causa primera,
resulta ineludible que haya alguna cosa que sea causa essendi para todas las cosas, por ser ella sólo
esse». Y esta causa del esse no basta con que sea, sino que tiene que ser el Ser: Ser por esencia.
4. Como veremos, la causalidad de la que se habla en las vías es causalidad metafísica y no física:
causalidad del ser y no causalidad de los fenómenos.
5. Antes de pasar al estudio de las vías conviene tener presente un principio, válido para toda la
teodicea y que puede desprenderse delsed contra del artículo en que Santo Tomás explana sus
cinco vías: en el ejercicio racional o demostrativo no se prescinde de la fe. Sin embargo, la fe no es
un “ingrediente” de la demostración metafísica; y también, como señala Tomás de Aquino, cabe
que alguien acepte por fe lo que de suyo es demostrable y cognoscible, por ejemplo porque no
entiende la demostración.
2. El proceso de la demostración:
Es preciso entender bien esos elementos; el más importante de ellos es el segundo, pues la causalidad se
constituye como el fundamento en que descansa el proceso de la demostración.
El punto de partida.- De que el punto de partida haya de ser siempre un hecho de experiencia no se sigue
que la demostración sea por eso experimental o física
La aplicación de la causalidad al punto de partida.- La causalidad tiene valor ontológico; no es percibida
por los sentidos, pero sí «inteligida», es decir, entendida por la inteligencia.
La imposibilidad de proceder al infinito en la serie de las causas.- La serie de las causas no puede ser
infinita, es decir, no es posible que toda causa sea causada; en el fondo, sería lo mismo que afirmar que es
posible un efecto sin causa alguna.
El término final: necesidad de la existencia de Dios.- Sólo la correcta intelección del significado de los
pasos, expuestos aquí sintéticamente, muestra la eficacia probativa de la existencia de Dios.
Primera vía: del movimiento: “Es cierto, por la experiencia, que en este mundo hay cosas que se mueven,
mover no es otra cosa que hacer pasar un ser de la potencia al acto. No es posible que el mismo ente esté a la
vez en acto y potencia, si no es en aspectos diferentes… por consiguiente, es imposible…. Que él se mueva
a sí mismo y, por lo tanto, es necesario que todo lo que se mueve sea movido por otro. Si, pues, el que da el
movimiento él mismo está en movimiento, es preciso que lo reciba de otro, y este de otro; pero no
procediendo hasta el infinito, porque en este caso, no habría primer motor y, por consecuencia, tampoco
habría algo que moviese a otro; porque los segundos motores no mueven, sino en cuanto son movidos por un
primero. Por consiguiente es preciso remontarse a un primer motor, que no sea movido por otro, y este
primer motor es el que todo el mundo llama Dios” (S. Th. I, q. 2, a. 3.)
Primer principio.- “Todo lo que se mueve es movido por otro”. Es ésta una aplicación directa del principio
de causalidad: el ser en movimiento no está en movimiento por sí mismo, lo está, pues, necesariamente por
otro. Dicho de otro modo, no hay ser móvil que sea independiente, no hay movimiento absoluto.
Segundo principio.- “Es imposible remontarse al infinito en una serie de causas (aquí motores) actualmente
subordinadas”. En una serie infinita de motores actualmente subordinados, todos los elementos serian
intermediarios, recibirían y transmitirían el movimiento: éste no se explicaría por ninguno de ellos ni por su
conjunto; el movimiento no tendría razón de ser, puesto que no habría primer motor.
Segunda Vía: Causalidad: La segunda prueba se deduce de la naturaleza de la causa eficiente. En efecto: en
las cosas sensibles hallamos cierto encadenamiento de causas eficientes. Ninguna cosa es causa de sí misma,
porque entonces sería anterior a sí misma; no es posible que, para las causas eficientes, se remonte uno de
causas en causas en una serie infinita, puesto que, en todas las causas eficientes ordenadas, la primera sea
causa de la intermedia y esta de la última, ya sea que las causas intermedias sean muchas o que solamente
haya una. Pero, quitada la causa, se quita también el efecto: si en la causas eficientes no se admite una
primera causa, no hay ni puede haber causa última ni intermedia, lo que, evidentemente, es falso. Luego es
necesario admitir una primera causa eficiente, y esta es la que todo el mundo llama Dios.” (S. Th. I, q. 2, a.
3.)
Tercera vía: De la necesidad y contingencia: La tercera vía parte del ente posible y necesario: en el mundo
hay cosas que son posibles de ser y no ser. Estos seres no son siempre, puesto que lo que es posible de no
ser, alguna vez no es. Si todas las cosas fueran posibles, alguna vez no existió nada; pero si esto es verdad
tampoco existiría nada ahora, porque lo que no es no empieza a ser sino por algo que es. Luego no todos los
entes son posibles, sino que debe existir alguno que sea necesario, que no tenga causa de su necesidad en
otro. No es posible proceder al infinito en los seres necesario que tienen causa de su necesidad. En
173
¡VENGA TU REINO!
consecuencia debe existir algo que sea necesario por sí mismo, que no tenga la causa de su necesidad fuera
de sí sino que sea la causa de la necesidad de los demás, al cual todos llaman Dios.
La tercera vía parte de la generación y corrupción, y llega a Dios como Ser Necesario por sí mismo. Sin
embargo, esa pretendida universalidad se fundamentaba en un equivocado concepto de contingencia, como
veremos; lo cual, por supuesto, no quiere decir que pruebe menos, sino únicamente que no es la vía
metafísica por excelencia ni la más propia según la metafísica de Santo Tomás.
a) Si en todas las vías es fundamental entender bien el punto partida, en la tercera es imprescindible,
ya que una equivocada noción de lo posible y necesario conduce a una distorsión del pensamiento
de Santo Tomás.
La tercera vía se toma de lo posible y necesario. Posible no se emplea aquí en el sentido de lo que
no es, pero puede ser, es decir, como el objeto propio de una determinada potencia activa, sino en
el sentido de lo que puede ser y no ser, que sería contingente. Necesario, en cambio, es lo que no
puede ser de otro modo, o mejor, lo que no puede no ser.
En consecuencia, sólo son contingentes, posibles de ser y no ser, los entes materiales. Los seres
espirituales son necesarios, aunque es claro que no son necesarios por sí mismos, sino que la causa
de su necesidad la tienen por otro. Quiere decirse que todos los entes finitos son no necesarios por
sí mismos, pero en diversos grados: no es lo mismo un ángel que una piedra.
Las cosas que se engendran, que comienzan a ser en un momento determinado, y que en otro
momento determinado se corrompen, dejan de ser, son limitadas en la duración. Esos entes son en
consecuencia contingentes.
b) De la misma noción de generación y corrupción se desprende que los entes que se generan, antes
no existían, y los que se corrompen no existen después de corromperse. Pero si las cosas que vemos
son contingentes, habría existido un tiempo en que no habría habido nada; «pero si esto es verdad,
tampoco ahora existiría nada, porque lo que no es no empieza a ser sino por algo que es». La nada
en cuanto tal no puede ser principio de algo. En consecuencia, no todos los entes son contingentes
sino que tiene que haber algunas cosas necesarias.
c) Esa necesidad es en sí mismo, o por otro. Una serie infinita de entes necesarios ab alio –que
reciben de otro su necesidad no tendría fundamento.
d) Se llega por tanto a la existencia de un primer Ente necesario por sí mismo, que no puede tener la
necesidad recibida, sino que es absolutamente necesario, es su mismo ser, el ser mismo subsistente:
Dios.
Cuarta vía: los grados de ser: La cuarta prueba está tomada de los diversos grados que se notan en los seres.
En efecto: se observa en la naturaleza algo más bueno o menos bueno; más o menos verdadero, más o menos
noble, y así en lo demás. El más y el menos se dicen de diversas cosas, según se aproximen de diversa
manera a algo que es máximamente: como es más cálido lo que más se aproxima a lo máximamente cálido.
Por tanto, existe algo que es verísimo, y en consecuencia, máximamente ente, ya que las cosas que son
máximamente verdaderas son máximamente entes. Ahora bien: lo que se dice máximamente tal en un género
es causa de todos los que están en aquel género, al igual que el fuego, que es máximamente cálido, es causa
de todo lo cálido. Por consiguiente, hay algo que es causa para todas las cosas del ser y de la bondad y
cualquier otra perfección. A este ser le llamamos Dios”
Esta parte de toda especie de perfección finita cuya noción pueda implicar un modo infinito: por ejemplo, la
belleza y la bondad de los seres, incuso en el orden sensible, el pensamiento y el amor en el orden espiritual.
Por vía de causalidad, el resplandor real, pero limitado, de las perfecciones conocidas por nosotros, será
referido como un reflejo, a un resplandor absolutamente perfecto, a un principio de todo bien.
Históricamente esta prueba proviene del platonismo. En el banquete, Platón invita al iniciado a remontarse
de grado en grado a la idea de lo bello en sí, se va elevando del mundo sensible al inteligible, es decir a las
ideas tales como la belleza y la justicia, dominadas por la idea suprema de bien. (Teología Natural o
Teodicea. Herder. M. Grisson. 4ta Edición. 1980. Págs. 73 - 74)
Santo Tomás de Aquino sitúa el argumento en un contexto filosófico diferente: aunque reconoce los grados
de perfección de las esencias, lo que pretende explicar es la existencias de las realidades más o menos
perfectas; su acto de existir requiere una causa, el ser por sí y perfecto.
Hay grados de perfección en las cosas; ahora bien, estos grados no solamente invitan a concebir un máximo
de perfección, sino que también requieren su existencia; pues una perfección que existiera por sí misma,
174
¡VENGA TU REINO!
existiría sin límite; todo obrado, todo límite denotan dependencia; una perfección limitada ha de ser
participada de un ser que la posee en plenitud y al que ella se aproxima más o menos. (Teología Natural o
Teodicea. Herder. M. Grisson. 4ta Edición. 1980. Pág. 75)
Todo lo que no existe por sí, existe por otro. La belleza, por ejemplo, que en sí misma, no implica límite
alguno, está, sin embargo, limitada a tal orden y a tal grado; hay la belleza de un edificio, de una melodía, de
un discurso, de una acción moral. La perfección se realiza en los seres, pero no se agota nunca. No tienen la
existencia por sí mismas, son participadas.
Conclusión: Hay una causa de las perfecciones limitadas: la perfección infinita no es un mero ideal. Las
perfecciones que implican grados no tendrían razón de ser si no fueran comunicadas, en último término, por
un ser absolutamente perfecto.
(Teología Natural o Teodicea. Herder. M. Grisson. 4ta Edición. 1980. Pág. 78)
Ahora bien, lo que se dice máximamente tal en algún género es causa de todos los que están en aquel género,
al igual que el fuego, que es máximamente cálido, es causa de todo lo cálido. Por consiguiente, hay algo que
es causa para todas las cosas del ser y de la bondad y de cualquier otra perfección. A este ser le llamamos
Dios».
La gradación de perfección se dice siempre por relación a lo perfectísimo, el más y el menos se predican de
algo por comparación a un máximo. Por el momento baste señalar aquí que la diferenciación entre los grados
que componen la señalada jerarquía ontológica es resultado de la mayor o menor participación que cumplen
respecto al Ser imparticipado: todas las cosas participan del Ser, y esas cosas se diversifican y se constituyen
en grados por el mayor o menor grado de participación. Ese mayor o menor grado de participación es lo que
constituye a todas las cosas, ordenadas en grados, en más o menos perfectas.
Por ello, como ya ha sido advertido, la cuarta vía no es una vía más para demostrar la existencia de Dios,
sino que representa mucho más: la precisa situación metafísica del ser participado, con las fundamentales
consecuencias que de ahí se derivan para el hombre y su vida, respecto a Dios, su Origen y su Fin. Es la vía
metafísica por excelencia. (Teología Natural. Ángel Luis González. EUNSA. 4ta Edición. 2000. Págs.
116-124)
La quinta vía: el orden: La quinta prueba está tomada del gobierno del mundo. En efecto: vemos que los
seres desprovistos de inteligencia, como los cuerpos naturales, obran de un modo conforme a un fin, pues se
los ve siempre, o al menos muy a menudo, obrar del mismo modo, para llegar a lo mejor; de donde se deduce
que no por casualidad, sino con intención, llegan de este modo a su fin. Los seres desprovistos de
conocimiento no tienden a un fin, sino en tanto que son dirigidos por un ser inteligente, que lo conoce: como
la flecha que es dirigida por el arquero. Luego hay un ser inteligente que conduce todas las cosas naturales a
su fin; y este ser es al que llamamos Dios.
La quinta vía parte de la experiencia de la finalidad de las cosas y llega a la existencia de Dios como
Inteligencia ordenadora del mundo. Es la más sencilla de entender en los términos empleados por Santo
Tomás, aunque su profundidad es inagotable, ya que implica también que todo y totalmente depende y
procede o ha sido creado por Dios, y sobre la creación se basa la providencia universal que Dios ejerce sobre
todas las cosas.
El punto de partida está radicado en la finalidad de las cosas del universo. Vemos efectivamente en el mundo
seres que se dirigen a un fin; no obran por azar o casualidad sino intencionadamente; todo agente tiende
hacia un efecto determinado, que tiene razón de fin. Sin embargo, la determinación del agente a realizar una
acción es distinta en los seres espirituales y en los que no lo son. En los primeros, al tener inteligencia se
mueven a sí mismos al fin propuesto y que antes han concebido en su inteligencia; en cambio los agentes
naturales, aun obrando por un fin, no se lo predetermina ya que no lo conocen; están como determinados por
otro y no por sí mismos. Precisamente el inicio de la vía está constituido por la actuación finalizada en los
entes que carecen de conocimiento. De otra manera: todo tiene racionalidad, “logos”, orden, leyes.
Dos precisiones.
1. La primera es que podría alguien estar tentado de decir que el ser inteligente que causa la
ordenación a un fin de los seres que carecen de conocimiento es el hombre, y no sería necesario
recurrir a Dios. Es patente que la mayoría de los seres naturales que carecen de conocimiento no
son ordenados a un fin por el hombre, no puede decirse que dependan absolutamente de la
inteligencia humana. Además deberíamos preguntarnos ¿quién ordena a un fin a la inteligencia
humana?
2. De ahí surge la segunda precisión; en la vía falta el paso denominado imposibilidad de un proceso
al infinito, que en este caso sería de la serie de entes inteligentes que a su vez son dirigidos. El
punto de partida de la demostración es la presencia de regularidad, orden e intencionalidad en los
seres irracionales en general, la necesidad de poner últimamente una providencia para todo el
mundo es una evidencia inmediata». Se concluye, pues, en la existencia de una Inteligencia
Suprema ordenadora, que responde a la definición nominal de Dios.
La prueba por la finalidad es la más antigua de las demostraciones de la existencia de Dios, la más fácil de
entender, como resultado de que el orden existente en la naturaleza muestra un fin que no puede ser
inmanente, sino que remite a Dios como finalidad de toda criatura.
a) Argumento deontológico: existe la ley moral natural en el hombre; esta ley no tiene su
fundamento en sí misma, sino que es causada o participada; y no pudiendo proceder al infinito en
las causas legisladoras, se admite la existencia de una primera causa legisladora, que es Dios.
b) Argumento eudemonológico: la aspiración, el anhelo de felicidad en todo hombre.
c) Argumento histórico: la existencia de Dios es clara a partir del hecho de la admisión o
consentimiento universal que los hombres de todas las épocas han tenido de Dios (Estoicos y
Cicerón)
d) Vía hermenéutica: Búsqueda de sentido de la existencia. Si la existencia está dotada de sentido,
tiene consistencia; si carece de sentido, se agota en un fluir de vivencias, que a la postre se revela
absurdo o ininteligible. En el primer caso conduce a la apertura hacia a Dios; en el segundo al
nihilismo.
V
EL CONOCIMIENTO ANALÓGICO DE DIOS
POR AFIRMACIÓN, POR NEGACIÓN, POR EMINENCIA
El carácter analógico de nuestro conocimiento de Dios hace que en todos los enunciados humanos sobre Dios
haya afirmación, negación y eminencia. En los textos de Santo Tomás, se señala la existencia de una triple
vía para el conocimiento teológico natural:
Vía de afirmación o de causalidad.
Vía de negación.
Vía de eminencia.
Pero importa mucho leerlos bien, es decir, leer todo y sólo lo que en ellos hay. Porque algunos autores
parecen disociar las tres vías y recorrer alguna de ellas, con exclusión de las otras, según la clase de
perfección de que se trate. Los tres modos son indisociables , es decir, se aplican a la misma perfección que
predicamos de Dios; no se trata, por tanto, de que unas perfecciones se apliquen a Dios por vía de afirmación
y otras por vía de negación o eminencia, es decir que las tres vías son solidarias, interdependientes y se
aplican a la misma perfección. Y es que, en realidad, se trata de una única operación que presenta un triple
aspecto: todo modo finito debe ser eliminado (vía negativa); la perfección de lo finito debe ser afirmada de
Dios como de su causa (vía afirmativa); esta perfección debe ser puesta en Dios de una manera infinita (vía
eminente). Los tres aspectos son inseparables: La vía negativa presupone la vía positiva, como la negación
se apoya en la afirmación; pues siempre es en las criaturas donde aprehendemos las diversas perfecciones; la
176
¡VENGA TU REINO!
combinación de estas dos vías implica la tercera, pues una perfección de la que se niega todo límite es
infinitamente eminente; y esta tercera vía no es practicable sin las dos primeras, pues jamás llegamos a una
visión directa de la naturaleza divina, y solo conociendo las criaturas podemos alcanzar a Dios, su
fundamento absoluto. (Tratado de Metafísica. Ángel González Álvarez. GREDOS 2da Edición. 1986.
Pág. 323)
En muchos lugares habla santo Tomás de esta triple vía del conocimiento de Dios. Veamos uno: «Por ello,
según la doctrina de Dionisio estas cosas se afirman de Dios de tres modos. Primero, afirmativamente, de
modo que podamos decir que Dios es sabio. Afirmación sobre Él necesaria, por darse en El la semejanza de
sabiduría que de Él fluye. En segundo lugar (negativamente) por no darse en Él la sabiduría tal como
nosotros la imaginamos y denominamos, de modo que puede hasta negarse en la realidad diciendo: Dios no
es sabio. Y en tercer lugar (eminentemente), porque al negarse la sabiduría en Dios no por deficiente en
sabiduría, sino por darse en Él más sobreabundantemente que lo que se puede decir o concebir, nos resulte
ineludible esta afirmación: Dios es supersabio». Por tanto:
Afirmación (o causalidad): Una perfección que vemos en las criaturas la afirmamos de Dios
como de su Causa: Dios es sabio.
Negación: se niega de Dios el modo limitado –mezclado de imperfección– en que la perfección se
encuentra en las criaturas, la perfección que entraña una perfección creada debe eliminarse cuando
esa perfección se aplica a Dios; así habría que decir que Dios no es sabio (tal como nosotros
concebimos la sabiduría).
Eminencia: se afirma esa perfección en Dios, como infinita o eminente; se atribuye a Dios una
determinada perfección según el modo subsistente e infinito. Propio de Dios: Dios es
eminentemente o infinitamente sabio.
La vía de la negación, excluidos los otros dos procedimientos de afirmación y eminencia, ha sido recorrida
en la historia de la filosofía por muchos pensadores, la mayoría de los cuales, de un modo u otro, están
ligados al neoplatonismo. La vía negativa, recorrida con la exclusión de la afirmativa, dio lugar a la llamada
teología negativa (o apofática), que se contrapone a la teología positiva (afirmativa, o catafática). Cierta-
mente la vía de la negación tiene enorme relevancia; ya hemos dado cuenta de cómo el propio Santo Tomás
reconoce que de Dios sabemos más lo que no es que lo que es, y la importancia que para el conocimiento de
Dios tiene la vía de remoción o negación; incluso con frase fuerte señala Santo Tomás que de Dios
conocemos lo que no es, e ignoramos absolutamente lo que es; qué sea Dios, permanece absolutamente
ignorado. Y así,tanto más nos acercamos al verdadero conocimiento del Dios verdadero cuando
consideramos que está sobre todo lo que podemos pensar de Él, ya que Dios trasciende el conocimiento
natural del hombre.
Sin embargo, estas expresiones, ciertas en sí mismas, deben ser entendidas a la luz de todo lo que antes ha sido
indicado; hay también un conocimiento positivo y verdadero de la ciencia divina, aunque limitado e i mperfecto
respecto al piélago de infinitud que es la esencia de Dios. Por ello se insistió en que el modo de conocimiento
analógico lleva indisociablemente unidos la afirmación y la negación (y la eminencia); no entenderlo así,
exagerando un modo y excluyendo los demás, lleva al agnosticismo de la esencia divina (en el caso de la
teología negativa) o a una especie de racionalismo teológico, tan erróneo como el anterior, y que Santo
Tomás rechaza con fuerza. Nuestro conocimiento de Dios es limitado, pero conocimiento.
Ya fue señalada la importancia del neoplatonismo de Plotino en la utilización por muchos filósofos
medievales de la vía negativa; particular relevan cia alcanzó ese uso de la teología negativa en el Pseudo
Dionisio Areopagita, quien con su Teología mística y Sobre los nombres divinos influyó mucho en toda la Edad
Media. Gran preponderancia adquirió esta vía en el misticismo especulativo alemán de los siglos X I V y XV,
y que llegaría a Bohme. Dentro del misticismo especulativo alemán destaca sobre tod o Meister Eckhart
(1260-1331), quien renovó a fondo el neoplatonismo y compuso una filosofía con afirmaciones altamente
originales. Señala que nada de lo que es en una criatura es en Dios, excepto como en su causa, y así, en Dios
no hay ser, sino la pureza de ser.
Un texto de la suma teológica nos dice que nuestro conocimiento natural, originándose en las cosas
sensibles, no puede alcanzar toda la virtud de la causa suprema, ni por consiguiente llegar a ver la esencia de
Dios. ¿Qué podemos decir, a partir de los bienes sensibles, respecto del modo del cual Dios es bueno?
177
¡VENGA TU REINO!
Primeramente, que este modo es el que conviene a la causa de todo bien: es este un conocimiento totalmente
relativo. Además, hay que negar de Dios, apartar de Él, todos los modos finitos de bondad que caen bajo
nuestra experiencia: conocimiento puramente negativo. Finalmente, se precisa que, si bien negamos de Dios
la bondad tal como es conocida en las criaturas, no es porque carezca de bondad, sino que por el contrario, la
posee de manera excelente, sobreeminente: por esta tercera vía se confirma la relación de desemejanza
implicada en la segunda pero conservando la semejanza analógica que implica la relación de causalidad.
(Teología Natural o Teodicea. Herder. M. Grisson. 4ta Edición. 1980. Pág. 152)
VI
EL NOMBRE MENOS IMPROPIO DE DIOS: EL MISMO SER SUBSISTENTE
(Teología Natural. Ángel Luis González. EUNSA. 4ta Edición. 2000. Pág. 153)
Entre los innumerables nombres con que podemos llamar a Dios, hay uno privilegiado que es el de Ser, con
el que Él mismo se denominó, dando respuesta a la pregunta de Moisés (Éxodo 3, 14). Dios es El que es; ese
nombre es el que designa a Dios en su realidad singular, designa la misma sustancia divina incomunicable.
Dios no puede ser encerrado en un concepto humano. No es “definible”. No puede ser descrito
exhaustivamente por un nombre. Lo cual no quiere decir que no se pueda hablar de Él. Aunque abarcarle en
plenitud es un deseo irrealizable, algo puede afirmarse de Dios en la medida en que él mismo se ha dado a
conocer, ya a través de la naturaleza creada, ya a través de la historia de la salvación u obras de gracia. Dios
es inefable no porque sea ininteligible, sino porque siempre está más allá y por encima de cuanto pueda
decirse. (S.Th I q13.)
Santo Tomás da tres razones para probar que es el nombre más propio de Dios (S. Th. I, q. 13):
a. Por su significado, el Esse que es la misma esencia divina. “Este nombre no significa una forma
determinada, sino el mismo ser, y puesto que el ser de Dios es su misma esencia, y esto a nadie
compete más que a Él, este será sin duda, entre todos, el nombre que le designa con mayor
propiedad, pues los seres toman nombre de su forma”. Dios es el único caso en que el nombre o
definición se toma del ser y no de la esencia.
Los filósofos cristianos defenderán con ahínco este nombre de Ser como el nombre más propio de
Dios; en lo que se diferencian es precisamente en el significado metafísico de ser. Se dio una
reducción del ente a la esencia que llevaría a entender a Dios como esencia; así ocurrió en toda la
Edad Media bajo el influjo platónico-agustiniano hasta las delimitaciones efectuadas por Santo
Tomás sobre el ser como acto; esa mayor profundización acarreará que el privilegiado atributo o
nombre de Dios será el de Ser, estribando la esencia metafísica de Dios en el Ipsum Purum Esse,
Acto Puro de Ser, o Ser Subsistente.
b. Por su universalidad en el modo de significar: el Esse incluye todo otro nombre; pero además
expresa la inefabilidad divina, ya que el Esse no corresponde a un concepto abstracto (como la
Bondad, etc.); para el hombre el esse se presenta necesariamente como acto de una potencia
(esencia, que es la que puede conocerse por abstracción): nunca puede representarse en sí (eso sería
comprehender a Dios). Sólo Dios es un Esse no coartado por su esencia, sino que su misma esencia
es su Esse, es el Ser Subsistente; mientras en todo lo demás el ser se predica por participación, el
Ser de Dios no es por participación, sino por esencia.
178
¡VENGA TU REINO!
No es que el ser sea lo más indeterminado, la más alta abstracción que el intelecto humano pueda
realizar, sino que, como ya sabemos, es el acto de todos los actos, la perfección absoluta
omnicomprehensiva de todas las perfecciones; pero al mismo tiempo excede toda representación:
esse significa el acto del ente en cuanto tal. De ahí que nosotros únicamente captamos al esse como
inherente en una esencia. Aferrar el esse sería aferrar a Dios. Sólo Dios es un Esse no coartado por
su esencia, sino que su misma esencia es su Esse, es el Ser Subsistente; mientras en todo lo demás
el ser se predica por participación, es decir, es distinto de la esencia de una cosa, el Ser de Dios no
es por participación, sino por esencia. De ahí que sea el nombre más propio de Dios en cuanto al
modo de significar, por cuanto expresa la incomprehensibilidad e inefabilidad divinas.
c. En tercer lugar, por lo que incluye su significado (co-significado): Ser siempre en presente o
eternidad. La plenitud de Ser que es Dios no tiene pasado ni futuro.
Los demás nombres que se le dan a Dios son en realidad atributos divinos.
Aunque Ser sea el nombre más propio de Dios, sin embargo, utilizamos el término Dios, pues, por el uso, ha
llegado a ser el nombre propio de Dios que designa la naturaleza divina. Los demás nombres con que
denominamos a Dios se le aplican para significar determinadas perfecciones: sabio, justo, etc.; en cambio,
Dios no significa una perfección determinada sino la misma naturaleza divina. Por eso es nombre
incomunicable, a la manera de un nombre propio, que designa lo distintivo.
VII
LOS ATRIBUTOS “ENTITATIVOS” DE DIOS
(Teología Natural. Ángel Luis González. EUNSA. 4ta Edición. 2000. Pág. 157)
1. La simplicidad de Dios:
Simplicidad es ausencia o negación de cualquier composición. No es lo mismo que unidad, pues esta es la
negación de división.
En Dios no hay composición de partes cuantitativas : Dios no es cuerpo, Dios es acto puro sin mezcla de
potencialidad. Un cuerpo no vive en cuanto que es cuerpo, sino que vive por alguna otra cosa, como
nuestro cuerpo por el alma; aquello por lo que el cuerpo vive es más noble que el cuerpo. En
consecuencia es imposible que Dios sea cuerpo.
Santo Tomás dirá:
a) Todo lo que tiene algo en potencia, en lo que tiene de potencia puede no ser, ya que lo que puede
ser, también podría no ser; pero Dios esencialmente no puede no ser. Además, en la primera vía
explica que los seres del mundo que pasan de la potencia al acto no pueden hacerlo por sí mismos,
ya que en cuanto están en potencia todavía no son; necesitan de un ser anterior que les haga pasar
de la potencia al acto; y como no todos los entes pueden estar a la vez en acto y en potencia, es
preciso llegar a un ser que sea únicamente acto sin mezcla alguna de potencialidad, al cual se llama
Acto Puro o Dios.
Sin embargo, hay que decir que todo cuerpo está en potencia puesto que el continuo es
potencialmente divisible hasta el infinito. Pero Dios es Acto Puro sin mezcla alguna de
potencialidad, luego no puede ser cuerpo.
b) Lo corpóreo no puede ser la más perfecta entidad, ya que «el cuerpo o es vivo o no lo es. Es
manifiesto que el cuerpo vivo es más noble que el cuerpo no vivo; pero el cuerpo vivo no vive en
cuanto que es cuerpo, sino que es preciso que viva por alguna otra cosa, como nuestro cuerpo vive
por el alma; aquello, pues, por lo que el cuerpo vive es más noble que el cuerpo. En consecuencia,
es imposible que Dios sea cuerpo».
En Dios no hay composición de materia y forma : Dios es espíritu: La materia es potencia pasiva y
Dios es Acto Puro, y todo compuesto de materia y forma es bueno por la forma.
Sería suficiente con decir que Dios no es cuerpo para mostrar que no puede haber en Él composición
de materia y forma, ya que todo lo que tiene composición de materia y forma es corpóreo. Sin
embargo, Santo Tomás aduce una serie de razones para hacer patente la exclusión de este tipo de
composición en Dios.
179
¡VENGA TU REINO!
En Dios no hay composición de sustancia y accidentes : es sustancia sin accidentes: si tuviera algo
accidental, estaría de algún modo en potencia respecto a los accidentes.
En Dios no hay composición entre essentia y esse : Dios es Ipsum Esse subsistens, si el esse divino no
fuese la misma esencia divina, esta sería potencia respecto a él.
En Dios no hay distinción entre supuesto y naturaleza: es decir no hay diferencia entre sujeto o
supuesto (Dios) y naturaleza (divinidad, como consecuencia inmediata de que no hay en él
composición de sustancia y accidentes ni de esencia y acto de ser.
Dios, máximamente perfecto: se llama perfecto lo que fuera de él no se puede encontrar nada que le
pertenezca, aquello a lo que no le falta nada de lo que le pertenece.
Dios no solamente es perfectísimo, sino que también todas las perfecciones de las cosas existen en Dios: toda
perfección de los entes (efectos) se encuentra de modo indiviso y en grado eminente en el Ser (causa).
Jenófanes concibió a Dios como suprema perfección. Utilizaron el término Aristóteles, Santo Tomás y
especialmente Descartes, Spinoza y Leibniz, para quienes precisamente la noción de ser perfectísimo es el
atributo más adecuado con el que concebimos a Dios.
Aristóteles señala en el libro V de la Metafísica varios significados de lo perfecto; quizá el más adecuado
sea: «se llama perfecto lo que fuera de él no es posible encontrar nada que le pertenezca».
Concepto de perfección: algo –un efecto– cumplido en la realidad; es perfecto lo que está totalmente hecho,
es decir, el resultado de la complección y acabamiento; por extensión del nombre se denomina perfecto a lo
que está en acto sin haber sido hecho, y ya no únicamente a lo que llega al acto. Por ello es perfecto aquello a
lo que no le falta nada de lo que le pertenece.
La perfección, por otra parte, es sinónimo de forma, porque es ésta la que coloca a los entes en un
determinado grado ontológico, constituyéndoles adecuadamente según su naturaleza. Santo Tomás,
siguiendo a Aristóteles, considerará idénticas las formas y las perfecciones, porque las formas son acto; pero
en una profundización metafísica ulterior (que no se halla en Aristóteles), esas formas –dirá Tomás de
Aquino– que son acto en su orden, deben ser consideradas como potencia respecto al ser, que por ser acto de
los actos (las formas), se constituye en perfección de las perfecciones.
El término perfecto no se puede aplicar a Dios en su sentido etimológico, pero sí puede emplearse con
propiedad y por extensión, a lo que está en acto completo sin haber sido hecho.
Perfecto, pues, es lo que no tiene ninguna deficiencia en su ser actual. De ahí que se diga que el acto de suyo
dice perfección, y la potencia imperfección; y el Acto Puro sin ninguna potencialidad será máximamente
perfecto: «Todo ser es perfecto en cuanto está en acto; en cambio es imperfecto en cuanto está en potencia
con privación de acto. El que no tiene, pues, potencialidad alguna, sino que es puro acto, es preciso que sea
perfectísimo. Tal es Dios. En consecuencia es perfectísimo».
Dios no solamente es perfectísimo, sino que también todas las perfecciones de las cosas existen en Dios: toda
perfección de los entes (efectos) se encuentra de modo indiviso y en grado eminente en el Ser (causa); esto
puede probarse desde diversos puntos de vista. Tomás de Aquino utiliza dos en la S.Th.: a partir de la
causalidad eficiente y porque Dios es Ipsum Esse Subsistens.
En Dios existen todas las perfecciones de las cosas porque es la primera causa efectiva de las cosas.
Ciertamente, cuanto hay de perfección en el efecto debe existir en la causa efectiva (además de que siempre
hay en la causa algo más perfecto que en el efecto).
Siendo Dios Esse per essentiam, y ya que la perfección de cualquier ente es proporcionada a su ser, no puede
carecer de ninguna perfección que exista en los entes: «Porque Dios es el mismo ser subsistente, ha de tener
en sí toda la perfección del ser.
Las perfecciones de todas las cosas pertenecen a la perfección del ser. Si el acto de suyo dice perfección, el
acto de ser significa perfección máxima. «El ser (ipsum esse) es lo más perfecto de todo, pues se compara a
180
¡VENGA TU REINO!
todo como su acto. Nada tiene actualidad sino en cuanto es; de ahí que el ser ( ipsum esse) es la actualidad de
todas las cosas, incluso de las mismas formas». En consecuencia, como Dios es Ser Subsistente, es
omniperfecto y posee de modo eminente las perfecciones existentes en las criaturas; y a tenor de lo dicho se
debe afirmar que es Perfección suprema, la misma Perfección Subsistente.
Dios, Bondad Suprema: El bien no se distingue realmente del ser. Bien y ser en la realidad son una misma
cosa y únicamente son distintos en nuestro entendimiento. Las cosas son apetecibles en la medida en que son
perfectas y son más perfectas cuanto están más en acto; de ahí que algo es bueno en la medida que es ente,
pues el ser es la actualidad de todo. Por consiguiente, el bien y el ente son realmente una sola cosa, aunque el
bien significa la razón de apetecible, que no la significa el ente. El bien sólo añade al ser la razón de
apetecibilidad. Por el contrario, el mal propiamente es un no-ser, una privación, pues «no se llama malo a
ningún ser por lo que tiene de ser, sino por lo que le falta, y así se dice de un hombre que es malo porque le
falta la virtud.
Dios es bueno por esencia, es la suprema bondad subsistente. Los seres son buenos en cuanto participan de la
bondad: todo ser que no sea su misma bondad es bueno por participación. La perfección se cumple en una
triple linealidad: en el ser, en el obrar y en el fin. «Ahora bien, a ningún ente creado le compete tener por
esencia esta triple perfección, porque sólo en Él se identifican la esencia y el ser, y porque no le sobreviene
accidente alguno. Dios no está subordinado a ninguna otra cosa como fin, sino que Él es el fin último de
todas las cosas. Por consiguiente, es manifiesto que sólo Dios posee por esencia una omnímoda perfección, y
por tanto que únicamente Dios es bueno por esencia.
Dios es la bondad misma por ser Acto Puro, ya que el bien propio de todo ente es ser en acto. Dios no es solo
un ente en acto, sino que es su propio ser. Dios, que es Perfección máxima en sí mismo, es bueno por
esencia, no como algo añadido a su ser, sino en plena identificación. No es sólo bueno, y sumo bien, sino que
es bueno por esencia, la Bondad misma subsistente.
Dios es Suma Bondad y Sumo Bien, en cuanto que comprende y supera infinitamente toda la bondad de las
criaturas. Por ello no es bueno sólo en algún género u orden de cosas, sino absolutamente. Es el bien de todo
bien, porque es absolutamente perfecto, porque con su perfección abarca todas las perfecciones, porque es
bueno por esencia y todo lo demás es por participación –y lo que se dice por esencia es más verdadero que lo
que se dice por participación–.
Sólo el Bien Supremo (Dios) puede ser el fin último de todo el universo. Nada creado puede ser el fin último,
ni tampoco el universo entero o todo el conjunto de las criaturas, que seguirían siendo todos por
participación.
Sólo la Causa Primera (Dios) puede ser el fin último, porque si todo agente obra por un fin, a Dios, por ser
Causa Primera no le compete obrar para adquirir algún fin, sino que tiende únicamente a comunicar su
perfección, que es su bondad, mientras que toda criatura se dirige o tiende a conseguir su perfección, que es
una semejanza de la perfección y bondad divinas. (168?)
Dios es el Bien común máximo de todas las criaturas, es el Bien Sumo. Por eso es el bien común de todo el
universo y de todas sus partes; por ende, toda criatura, a su modo y naturalmente, ama más a Dios que a sí
misma. Todas las criaturas, por tanto, tienen su último fin en Dios, bien por esencia. ¿Qué es lo que todos los
hombres apetecen? Todos los hombres quieren ser felices, apetecen la felicidad de modo natural, entonces la
felicidad es un cierto bien común (C.G. III, 39). La razón común de felicidad está en que sea un bien común
perfecto..., que es el estado perfecto de agregación de todos los bienes (S.Th I-II, q. 19, a. 10). La
identificación entre fin y bien, conduce a la identificación de fin último y bien común. El bien común
máximo –trascendente– de las criaturas es Dios.
a) Inmutabilidad: Todo cambio presupone de algún modo potencia pasiva, porque el movimiento es
el paso de la potencia al acto. Pero Dios es acto Puro sin mezcla de potencialidad; luego es
inmutable absolutamente. Dios no puede sufrir ninguna de las mutaciones que podemos observar
en el mundo (sustancial, generación, corrupción, aumento o disminución, alteración, movimiento
local) porque todo sujeto de mutación es compuesto, al menos de potencia y acto; pero siendo Dios
simplicidad pura, le compete la máxima inmutabilidad; ésta es necesaria y absoluta y sólo le
corresponde al Ser Subsistente. Solamente Dios es absolutamente inmutable. Por una parte, sólo
Dios puede dar el ser, «pero si el dar el ser a las cosas depende de la voluntad de Dios, de la misma
voluntad depende también su conservación en el ser, pues conservarlas no es más que estar
dándoles constantemente el ser; de ahí que si Dios retirase su acción, todas volverían a la nada. Por
consiguiente, así como dependió del poder del Creador que las cosas, antes de que tuvieran el ser
en sí mismas, vinieran a tener el ser, del mismo modo depende también del poder del Creador que
dejen de ser ahora que ya son. Por tanto, todas las cosas son mudables en virtud del poder de otro,
esto es, de Dios, por cuanto Él pudo producirlas en el ser de la nada, y puede reducirlas del ser a la
182
¡VENGA TU REINO!
nada. La inmutabilidad divina es negada por aquellos autores que niegan la trascendencia divina;
parte de la filosofía moderna y contemporánea no puede concebir la inmutabilidad divina, porque
considera que las relaciones entre Dios y el mundo no podrían ser explicadas con la «estaticidad»
de un Dios inmutable. En este sentido, Dios no es, sino que deviene; el Dios dialéctico hegeliano es
un Dios deviniente, «sufriente».
a) Dios es unidad suprema: La unidad solo añade al ente razón de indivisión, y puede ser unidad de
simplicidad (la del ente que carece de partes o elementos), y unidad de composición (la del ente
compuesto o estructurado en una de las posibles formas de composición o estructura). Todo ente,
en efecto, o es simple o es compuesto. Si es simple, es de hecho indiviso y además indivisible. Si es
compuesto, no tiene ser mientras sus componentes estén separados, sino cuando, unidos,
constituyen el compuesto. Por donde se ve que el ser de cada cosa consiste en la indivisión y por
eso las cosas ponen el mismo empeño en conservar su ser que su unidad».
A Dios le corresponde la unidad de simplicidad, porque es indiviso en acto y en potencia; su
unidad es máxima. Al igual que existen grados de entidad por virtud de la mayor o menor
participación del acto de ser, del mismo modo hay grados diversos de unidad. Todo ente creado
participa según diversos grados de la Unidad de Dios, por lo mismo que participa del Esse. Sin
embargo, esa participación se realiza con composición: lo que en Dios es simple e idéntico, en las
criaturas está en modo compuesto y múltiple; la participación trascendental produce efectivamente
una semejanza, pero ésta es una semejanza degradada; precisamente esa degradación consiste en
que lo que se participa se encuentra en el participante limitado o coartado por una potencia con la
que entra en composición: el paso de lo simple a lo compuesto. Por ello, la composición es
condición radical de la criatura en cuanto criatura, de todo lo creado, de todo lo que no es el propio
Dios (también las sustancias puramente espirituales); toda criatura tiene, al menos, la composición
de esencia y acto de ser (esse), que expresa la composición –y distinción– real entre quien participa
y lo que es participado.
b) La unidad de Dios: Dios es uno y es único por su total simplicidad, por su infinita perfección no
recibida de otros. Si hubiera varios dioses, tendría algo que otro no tuviera, ya sea como privación
o perfección, con lo cual no sería absolutamente perfecto.
Por su infinita perfección no recibida de otros. Este razonamiento, dice Santo Tomás, llevó a
algunos filósofos antiguos a admitir por fuerza (quasi ab ipsa coacti veritate) la existencia
de un único Dios. Efectivamente, Dios encierra en sí totam perfectionem essendi, toda la
perfección del ser. Si hubiera varios, tendría algo que otro no tuviera, ya sea como privación
o perfección, con lo cual no sería absolutamente perfecto. Es imposible, pues, que haya
muchos dioses.
Por la unidad del mundo. «Vemos que todas las cosas existentes están ordenadas entre sí, ya
que unas sirven a otras. Pero cosas tan diversas no se coordinarían en un solo plano si algo
que sea uno no las ordenase, pues en toda multitud, mejor impone el orden uno que muchos.
183
¡VENGA TU REINO!
Sólo puede haber un Ser necesario per se. Efectivamente, si hubiese dos habría que admitir
que se distinguen por algo que se añade a uno de ellos (o a los dos), y entonces uno de ellos,
o los dos, serían compuestos. Pero ningún ser compuesto es necesario por sí mismo (per se)
–tercera vía–; la esencia de un ser necesario por sí mismo es su propio ser. Si no fuera así, el
ser necesario recibiría el ser de algún otro, lo cual es imposible. No se puede, por tanto,
admitir más que un ser necesario por sí mismo.
c) El Ser y la Belleza: La belleza (pulchrum) se funda en lo mismo que la bondad. Sin embargo, la
belleza se refiere a la facultad cognoscitiva, algo es bello en la medida en que agrada su
contemplación.El pulchrum es el trascendental derivado del bonum y del verum y Gilson le llama
el trascendental olvidado. La belleza se funda en el ser, pero a través de la forma, y son bellas las
cosas que vistas agradan, la belleza consiste, pues, en la debida proporción, ya que los sentidos se
deleitan en las cosas debidamente proporcionadas. Dios es la suprema belleza y la suprema
armonía, y siendo así, en conocerle y amarle está la máxima felicidad posible para la criatura
espiritual. La belleza, pues, es una variante de la bondad.
También se entiende la belleza como armonía: unidad en la variedad. En Dios hay una infinita
riqueza de perfecciones: toda la variedad de perfecciones del mundo están en Él en plenitud. Pero
si existen en Dios todas las perfecciones de las cosas (las reales y las posibles), están en Él en la
máxima unidad, identificándose con su esencia, que es Ser. En consecuencia, Dios es la suprema
belleza y la suprema armonía.
5. La trascendencia de Dios
Trascendencia significa aquello que es o está fuera de otro o sobre otro, aquello que excede o rebasa a otro.
El término correlativo y opuesto es inmanencia, que es la característica por la que algo permanece en sí
mismo, clausurado en sí sin salir fuera. La trascendencia es superación de la inmanencia. La trascendencia
metafísica significa supramundanidad.
La trascendencia de Dios respecto al mundo es absoluta, pues está desligado radicalmente de las cosas. El
panteísmo niega la trascendencia de Dios, rechaza la distinción absoluta entre Dios y el mundo. El panteísmo
acaba en ateísmo.
La trascendencia de Dios respecto al mundo es absoluta; Dios es el Absoluto en el sentido literal de esta
palabra, el que está absuelto o desligado radicalmente de las cosas.
VIII
EL ACTUAR U OBRAR DIVINO: PENSAMIENTO Y AMOR
La ciencia divina
Dios es inteligencia infinita. Un ente es inteligente por el hecho de ser inmaterial, pues el conocimiento
consiste en la posesión intencional, no física, de la forma de lo conocido. La inteligencia es una perfección
propia de la inmaterialidad, por lo que Dios es inteligente, pues es máximamente inmaterial (S. Th. q. 14,
a.1). Se puede demostrar también que hay inteligencia en Dios, porque todas las cosas están finalizadas: Dios
es ese ser inteligente que dirige todas las cosas a su fin (quinta vía).
La inteligencia de Dios es infinita, conoce todo y totalmente, mientras que el conocimiento del
hombre es selectivo y parcial.
Dios se conoce primaria y comprehensivamente a sí mismo. El Ser se identifica con el conocer; su
entendimiento no es una capacidad de conocer, sino un Acto único de conocimiento, que se
identifica con el esse. Podemos decir que Dios no tiene inteligencia, sino que es inteligencia. Se
da la identidad total entre Ser y conocer; y también entre conocer y ser conocido, por lo cual
Dios se conoce a sí mismo de modo inmediato.
Se llama ciencia de visión al conocimiento que Dios posee de todos los existentes en el pasado,
en el presente y en el futuro. Y el conocimiento que tiene de lo posible en cuanto sólo posible, es
decir, aquellas cosas que ni han existido, ni existen ni existirán, se denomina ciencia de simple
inteligencia. El entendimiento humano conoce las cosas en sí mismas y es medido por las cosas,
mientras Dios las conoce en sí mismo y su ciencia es medida de las cosas. Mientras las cosas
causan la verdad en la inteligencia humana, la inteligencia divina es causa de las cosas . El
conocimiento de Dios no es habitual sino actual, no es discursivo, sino intuitivo. La ciencia de Dios
184
¡VENGA TU REINO!
es causa de todas las cosas en cuanto lleva adjunta la voluntad, pues solo existe lo que él quiere o
permite que exista.
Parte de la omnisciencia divina es conocer los futuros, sean necesarios, contingentes, o libres. La
razón por la que Dios conoce los futuros contingentes y libres es por la eternidad divina: todas
las cosas que son en el tiempo, están presentes a Dios desde la eternidad. Dios es puro presente
siempre actual, ya que en el no hay sucesión. Tampoco hay tensión entre el conocimiento divino y
la libertad humana: Dios conoce y con libertad adjunta quiere que haya cosas libremente realizadas
por el hombre, ya las conoce de ese modo.
Dios conoce el mal al igual que cualquier otra cosa, pero el mal no es propiamente una cosa,
sino que tiene su razón de ser en el bien, al que se opone como privación; entonces,
conociendo el bien, Dios conoce el mal. El mal necesita un sujeto para existir, y no es cognoscible
en sí. Como lo primero que se conoce es lo positivo, el bien es lo primero conocido, y el mal es
conocido con posterioridad. La ciencia de Dios, causa de todas las cosas, no es causa del mal,
sino del bien por el que el mal se conoce.
La voluntad divina
a. En todo ser inteligente hay voluntad, por lo tanto en Dios hay voluntad. También podemos ver
que en Dios hay voluntad, a través de la cuarta vía (grados de perfección) Y como el amor es el
primer acto de la voluntad, habrá que decir que Dios es Amor, pues el acto de ser, en Dios, es el
mismo que el de querer, y no es una tendencia hacia el bien, sino la posesión amorosa del bien.
b. Dios se quiere a sí mismo de modo perfecto y absoluto, el objeto principal de la voluntad de Dios
es Dios mismo, ya que el objeto principal querido por el entendimiento divino es la misma
Bondad subsistente, que se identifica plenamente con su esencia. Si la voluntad divina tuviera
por objeto principal algo distinto de su misma esencia, eso que mueve a la voluntad divina, sería
superior a ella. Dios queriéndose a sí mismo, quiere a todas las criaturas.
c. La voluntad divina es causa no necesaria, sino libre de las cosas. Dios no quiere a las criaturas
necesariamente, es decir no las quiere porque sean buenas, sino que son buenas porque él las
quiere, y las quiere libremente y no por necesidad de naturaleza, porque la bondad de las
criaturas nada añaden a la bondad Infinita de Dios.
d. La voluntad divina es absolutamente inmutable y eterna, pues no hay en ella potencialidad alguna,
y cuando parece que Dios “cambia de opinión”, su querer no cambia, el cambio se da en las cosas
(y Dios quiere ese cambio) y no en el acto de divino por el cual las quiere.
e. La voluntad de Dios es siempre eficaz, pero no impone necesidad en las cosas. Dios produce lo
que quiere y del modo que quiere. Con el objeto de que haya orden en los seres para la perfección
del universo, quiere que unas cosas se produzcan necesaria y otras contingentemente, y para
ello vinculó unos efectos a causas necesarias y otros a causas contingentes y defectibles.
f. La voluntad divina de ningún modo puede inclinarse al mal. El mal no puede ser apetecido por
nadie.
El obrar divino(Teología Natural - Ángel Luis González EUNSA 4ta edición 2000. Pag. 194 – 203)
Hay que estudiar el obrar divino, las operaciones divinas; este orden es consecuencia de que el obrar sigue al
ser, y el modo de obrar al modo de ser. Ahora bien, «como unas operaciones permanecen en el que las
ejecuta y otras pasan a los efectos externos, trataremos primero de la ciencia y de la voluntad (ya que el acto
de entender permanece en quien entiende, y el de querer en quien quiere).
La ciencia divina
a) Dios, inteligencia infinita
Un ente es inteligente por el hecho de ser inmaterial, pues el conocimiento consiste en la posesión
intencional –no física– de la forma de lo conocido. Lo que se conoce está presente al cognoscente
de un modo inmaterial, espiritual. La inteligencia es una perfección propia de la inmaterialidad,
pues las formas de las cosas son entendidas por abstracción de la materia; luego si las formas son
entendidas por ser inmateriales, un ser será inteligente por ser inmaterial. La razón de la
cognoscibilidad está, pues, en la inmaterialidad. En consecuencia, la inteligencia ha de afirmarse de
Dios, que es máximamente inmaterial.
185
¡VENGA TU REINO!
Cuanto más inmateriales sean las formas, tanto más se aproximan a una cierta infinidad. Por tanto,
es evidente que la inmaterialidad de un ser es la razón de que tenga conocimiento, y a la manera
como sea inmaterial, es inteligente; y por esto dice también el Filósofo que las plantas no conocen
debido a su materialidad; pero el sentido es ya apto para conocer, porque recibe especies sin
materia, y el entendimiento lo es mucho más, porque está más separado de la materia y menos
mezclado con ella, como se dice en III De Anima. Por tanto, puesto que Dios, como hemos visto,
está en la cúspide de la inmaterialidad, tiene también el grado supremo de conocimiento».
Que hay inteligencia en Dios puede probarse también porque todas las cosas están finalizadas, y
siendo el fin lo primero en la intención, el fin debe estar presente intencionalmente, es decir, en
alguna inteligencia: Dios es ese ser inteligente que dirige todas las cosas a su fin (véase la quinta
vía). La infinita inteligencia divina es absoluta, completamente absuelta o desligada de cualquier
objeto conocido; no necesita de ningún objeto fuera de sí para conocer; por ello el objeto primario
de la ciencia divina es Él mismo.
b) Dios se conoce primaria y comprehensivamente así mismo. Identidad del Ser y el saber
absolutos.
En cambio, en Dios, por la simplicidad divina (Dios es Acto Puro), se identifica el Ser con el
conocer; su entendimiento no es una capacidad de conocer, sino un Acto único de conocimiento,
que se identifica con el Esse.
c) La ciencia de visión
Parece, en efecto, ser el más divino de los fenómenos. Pero explicar cómo puede ser tal presenta
algunas dificultades. Pues si nada entiende ¿cuál será su dignidad? Más bien será entonces como si
durmiera. Y si entiende, pero depende en esto de otra cosa, pues su sustancia no es esto, es decir,
intelección, sino potencia, entonces no será la sustancia más digna; su nobleza, en efecto, la debe a
la intelección.
La ciencia que tiene Dios de los seres meramente posibles suele ser denominada ciencia de simple
inteligencia. Se llama así porque Dios conoce todos los posibles con su inteligencia exenta de
voluntad adjunta, ya que si se produjese la unión de la voluntad a la inteligencia, llegarían a existir,
dejando de ser posibles.
186
¡VENGA TU REINO!
Por así decirlo, tiene «previsto» todo lo que sucede del modo como sucede. Por ello se acostumbra
a denominar presciencia divina al conocimiento que Dios tiene de los seres futuros, si bien es claro
que se trata de una denominación nuestra para explicar algo que en Dios es ciencia infalible y
eterna.
La Voluntad (Teología Natural - Ángel Luis González EUNSA 4ta edición 2000. Pag. 203 – 211)
187
¡VENGA TU REINO!
lo mismo que otra potencia cualquiera dice relación necesaria a su objeto propio y principal ». Dios
se quiere a sí mismo por necesidad absoluta.
A lo que no es Él, sin embargo, a las criaturas, no las quiere necesariamente. Es decir, no quiere a
las criaturas porque éstas sean buenas, sino que éstas son buenas porque Dios las quiere. Dios es
causa de la bondad de las cosas, y por lo tanto de su ser.
El amor en Dios (Teología Natural – M. GRISON – HERDER 4ta edición 1980. Pag. 181)
Puesto que el amor es el primer acto de la voluntad, la misma razón filosófica puede y debe reconocerlo en
Dios, como acabamos de decir. Dios se ama necesariamente y ama a todo ser que crea, puesto que al
infundirle la existencia quiere todo el bien que este ser implica.
IX
DIOS Y EL MUNDO: CREACIÓN, CONSERVACIÓN, PROVIDENCIA, Y GOBIERNO DIVINO
La Creación: Es la acción productora por antonomasia, mediante la cual Dios hace las cosas de la nada, no
es educción, ni emanación, ni procesión, ni generación ni transformación ni cualquier tipo de producción
humana. Definiciones clásicas: productio ex nihilo, transitus de nos ente simpliciter ad ente simpliciter.
a. La potencia creadora: la capacidad que Dios tiene para crear, se sigue de que es omnipotente. Dios
para obrar no necesita de nada, de nada que no sea su poder infinito.
b. Dios, causa del ser de las cosas: todo ser participado es causado inmediatamente por el Esse por
esencia (participación y causalidad)
c. Dios es causa primera; las causas segundas producen el ‘fieri’ del efecto y no el ‘esse’.
d. Naturaleza de la creación: Dios da el ser a la criatura, su creación es de la nada, pues exterior al ser
no hay propiamente ningún término que lo reciba, ni anterior a él, porque no hay un término a
partir del cual pueda ser fabricado. No solo el ser, sino también la esencia es creada en el mismo
acto divino, pues esta no preexiste al ser, pues sin esta, aquella no es.
188
¡VENGA TU REINO!
La creación puede entenderse como la acción de crear realizada por Dios (creación activa), y el efecto
consiguiente a esa acción (creación pasiva), es decir lo creado. La creación activa es el mismo Ser
Subsistente. La creación pasiva es la misma dependencia del ser creado al principio por el que es constituido.
Dios crea el mundo libremente, no por necesidad, pues la bondad de las criaturas nada añade a la bondad
infinita de Dios. El mundo pudo haber existido creado ab aeterno. El comienzo temporal del mundo es
conocido solo por la revelación.
La conservación: es la continua dependencia que tienen las cosas creadas respecto al creador. La presencia
del Ser en el ser no es transeúnte sino permanente. Si cesara esta presencia creadora, el ente decaería en la
nada: aquello que sería la criatura antes y fuera del acto creador de Dios. La acción de conservación es la
misma, o la continuación y prolongación de la misma que produce el ser.
La Providencia y el Gobierno Divino del mundo: la providencia es el cuidado que Dios tiene para que las
criaturas vayan a su fin, pues las criaturas están finalizadas. La causalidad divina en la creación,
conservación y el mismo obrar de los entes es acción eficiente; la providencia es la misma acción divina
respecto a la finalidad. Santo Tomás la define como la ordenación divina de las cosas a su fin.
Respecto al gobierno efectivo, Dios se sirve de causas segundas, dándoles a participar en su poder de
gobierno. Que Dios, en el gobierno de las cosas, se sirva de intermediarios, no es por insuficiencia de poder,
sino “porque es tanta su bondad, que comunica a las mismas criaturas la prerrogativa de la causalidad” (S.
Th. I, q. 22, a. 3.)
La providencia divina dirige a las criaturas según la naturaleza de estas, es decir se aplica a ellas según el
modo de ser necesario, contingente o libre que las criaturas poseen, es decir, que la providencia de Dios es
congruente con la naturaleza propia de las cosas, y no impone necesidad a todas las criaturas. La perfección
del universo no sería posible sin la existencia de todos los grados de ser, ya que todo agente tiende a plasmar
su semejanza en el efecto, y Dios es el agente perfectísimo por lo que le corresponde plasmar su semejanza
perfectísimamente en las cosas creadas y, puesto que las cosas creadas no pueden alcanzar una perfecta
semejanza a Dios dentro de una sola especie de criaturas, fue oportuna la diversidad y desigualad en los
grados del ser, que es producto del querer de Dios, que quiso dar a cada criatura una naturaleza determinada.
Esto no procede del azar, ni de la intervención de algún tipo de causas.
X
EL PROBLEMA DEL MAL
(Teología Natural - Ángel Luis González EUNSA 4ta edición 2000. Pag. 248 – 250)
Una dificultad especial es la que plantea, dentro del tema de la potencia divina, la existencia del mal. Si la
potencia divina interviene en toda entidad creada, ¿no será preciso sostener de una manera absoluta que Dios
produce el mal? Y en el caso contrario, ¿no habría que concluir que hay entidades que se sustraen
absolutamente a dicha potencia y, por lo mismo, Dios no es omnipotente? La posición primera es la
representada por los "calvinistas", al menos en lo que toca al mal moral o pecado. La segunda posición es la
que mantienen los "dualistas".
Cuando desconociendo la verdadera realidad metafísica del mal se la considera como algo positivo y
absoluto no se admite la providencia divina ni la misma existencia de Dios. Representante de la
absolutización positiva del mal es Epicuro, quien plantea el conocido argumento en favor del ateísmo: si el
mal existiese, Dios no puede existir; por ello Epicuro afirmó resolutoriamente la ausencia de una providencia
(apronoesía). También en el voluntarismo pesimista de Schopenhauer se da una radical absolutización del
mal; este mundo es el peor de los posibles; «en esencia, toda vida es dolor»; «por su origen y por su esencia,
la voluntad está condenada al dolor»; el mayor mal del mundo es haber nacido.
En el extremo opuesto, se encuentran las doctrinas que niegan absolutamente el mal; el panteísmo de
Spinoza y Hegel representan esta postura. Para Spinoza, lo finito es autodesenvolvimiento de la única
Sustancia, la sustancia infinita, o Dios; el mal no tiene sentido alguno: las cosas son como son
necesariamente. Para el saber absoluto que Hegel pretende, el mal es irreal; no es un verdadero ser, tiene el
sentido de un momento en el decurso del Absoluto, que debe superarse; por ello el mal, cuando se pone, se
anula. También el inmoralismo teórico de Nietzsche afirmará la no existencia del mal; éste es un invento de
189
¡VENGA TU REINO!
los débiles para combatir la voluntad de dominio del superhombre; el mal sólo se da en una moral de
esclavos
Entre ambos extremos, se sitúan las posturas mediadoras; como el dualismo de platón, Plotino, el
gnosticismo, Boehme y Schelling, que señalan, de un modo u otro, la existencia de dos principios, uno del
bien y otro del mal.
La respuesta a estas doctrinas es la consideración metafísica del mal. El mal es una privación. San Agustín
afirmó que el mal no es una sustancia, sino la privación de un bien. Santo Tomás señaló que es la privación
de un bien debido; por lo tanto donde no haya bien, no puede haber mal. Santo Tomás dirá si el mal es,
entonces Dios es. Sin el conocimiento de Dios no tendríamos siquiera la noción propia de mal.
La metafísica del mal presupone, pues, siempre el sujeto –un bien– en el que el mal está inserto. Pero no se
trata de que lo creado como tal, por ser creado, participado y por tanto limitado, sea malo; todo ente es
bueno, y el mal es «la privación de algún bien particular, en algo bueno»; por eso no tiene razón Leibniz
cuando considera el mal metafísico como la imperfección original en la criatura, es decir que la criatura es
limitada, en una palabra, que la finitud sería el mal. Lo creado es bueno en cuanto es: el ente y el bien se
convierten.
Muchas razones aporta Santo Tomás para mostrar que la divina providencia no excluye totalmente el mal de
las cosas. «El hecho de que aparezca algún defecto o algún mal en los seres actuados o gobernados por Dios
obedece a que esos agentes secundarios son defectuosos, aunque en Él no se dé ningún defecto.
Lo creado es bueno en cuanto es: el ente y el bien se convierten. El mal, en tanto que mal, no puede ser
querido; la voluntad tiene por objeto el bien, mientras que el mal es una privación de este. Por consiguiente,
el mal no puede ser querido sino per accidens, en tanto que va unido a un bien, y en la medida en que se
quiera a este bien más que a aquel otro del que el mal es privación. No hay ningún inconveniente en que
Dios quiera un determinado bien más que otro también determinado. El único bien que Dios mismo no puede
relegar es el Bien absoluto, y, por tanto, ni siquiera de un modo accidental puede querer Dios el bien que
prive de la ordenación a la Bondad infinita. Dios quiere per accidens solamente el mal físico; respecto del
mal moral, sólo puede decirse que lo "permite", al querer la voluntad de la libertad creada.
El único mal verdadero es el moral, el pecado, precisamente como desordenación respecto del Fin último,
libremente puesta por una criatura; de ahí que el mal propiamente sea la culpa, en cuanto que es la única
consecuencia de una acción voluntaria y libre; en cambio, la pena que sigue al pecado no es propiamente
mal, ya que tiende más bien a restablecer el orden: la pena reordena violentamente (desde fuera: la pena no
es voluntaria) a la criatura desordenada, que pasa a dar gloria a Dios, aceptando o sufriendo la pena. «En el
verdadero mal, el pecado, la culpa consiste formalmente en la privación de modo, especie y orden en el acto
mismo de la voluntad (De Malo, I, 4 ad 7) que es la facultad por la que la criatura libre puede alcanzar el fin
por el que ha sido creada».
El mal, definición y división.(Teología Natural – M. Grison HERDER 4ta edición 1980. Pag. 220 – 223)
Además, muchos bienes no existirían si no se dieran los males: «Por ejemplo, no existiría la paciencia de los
justos sin la malignidad de los perseguidores; ni habría lugar para la justicia vindicativa de no existir los
delitos: e incluso en las cosas naturales no habría generación de uno si no existiera la corrupción de otro.
Dios no puede querer ni causar el pecado, solo lo permite. La criatura si lo quiere, pero indirectamente, pero
voluntariamente, por lo cual es imputable. De los males Dios saca bienes (S. Th. I, 48, a. 2, ad. 3)
El mal es la privación de un bien “privatio boni”. El mal es, pues, privación, y no simple negación de un
bien que no sería debido a un sujeto. No es un mal para el hombre no tener alas, ni para la piedra no poder
ver (De Malo 1,3). Definir el mal como negación sería suponer mala toda criatura, puesto que no es
absolutamente perfecta.
El mal privación de ser, no es, pues, ser; es no ser. Si se contesta a la pregunta quid est, hay que decir que el
mal no es un ser, no es una entidad, sustancia, accidente. Pero si se hace la pregunta an est, hay que
responder, el mal existe, el mal es, hay mal: y hay que dar cuenta de su existencia.
190
¡VENGA TU REINO!
El mal que es privación, reside siempre en un sujeto bueno. Por tanto, no podemos imaginar un mal absoluto:
el ser que no poseyera ninguna partícula de bondad, no podría poseer ninguna partícula de ser. Las cosas
buenas no podrían corromperse hasta el punto de perder todo el bien que hay en ellas, afirmaba san Agustín
(Conf., VII, XII, 18).
Dios es el bien por esencia y principio primero de todo bien, pero no puede existir un ser que sea el mal por
esencia y causa primera de todo mal.
Santo Tomás clasifica las especies de mal del modo siguiente: el pecado, la pena, los males de la naturaleza.
Los dos primeros, solo afectan a los seres, dotados de inteligencia y voluntad, ángeles y hombres; no se
puede tratar de el sin recurrir a la revelación. La tercera forma de mal, afecta a la naturaleza material en
cuanto tal, inanimada o viviente; la filosofía puede estudiarlo más ampliamente.
191
¡VENGA TU REINO!
Filosofía Moral
1 Naturaleza y método de la filosofía moral
La Ética o filosofía moral, es la disciplina filosófica que estudia la vida moral del hombre, es decir, su
comportamiento libre respecto del fin último del hombre. La ética estudia la moralidad de los actos humanos,
considera los actos humanos en cuanto son buenos o malos 78. Es distinta de la experiencia moral común que
tienen todos los hombres, de las ciencias experimentales que versan sobre el comportamiento humano como
la sociología y psicología moral, y también es distinta de la Teología moral que estudia la moralidad de los
actos humanos a la luz de la razón y de la fe revelada.
Ética etimológicamente proviene del griego “êthos” (Carácter, modo de ser, hábito o costumbre), según
Aristóteles es un tratado no teórico, sino práctico, porque a diferencia de lo que pensaba Sócrates, el objetivo
principal de la filosofía moral no es conocer qué es la virtud, sino hacer al hombre virtuoso, no obstante tiene
como primer paso la etapa teórica que se encarga de estudiar la acción humana y el modo de realizar la
virtud en el sujeto moral. La Ética considera las acciones humanas en su relación con el modo de ser que la
persona humana adquiere a través de ellas.
Moral viene de la raíz “mos-moris” que significa principio de costumbre o hábito, que viene del término
modus “modo” o “moderatio” “moderación”, de este modo se alude a la reducción de las costumbres a un
modo o medida debidos.
Toda ciencia se especifica por su objeto, por esto para entender cuál es la naturaleza de esta ciencia y qué es
lo que la diferencia de las demás es necesario estudiar sus objetos que son dos:
Objeto material o lo que se estudia: Son los actos humanos. El hombre, unidad substancial de cuerpo y
alma, en el orden de la operación posee cierta complejidad, en él interactúan lo físico y lo espiritual, lo libre
y lo necesario, por esto existen dos tipos de actos: los “actos humanos” son aquellos que gozan de
voluntariedad, es decir, son deliberados racionalmente y libres, por estos actos el hombre es responsable; el
otro tipo de actos se denomina “actos del hombre” porque carecen de conocimiento y voluntariedad y, por
tanto, escapan al dominio del hombre que en este caso es solo sujeto de cambios, estos actos son biológicos o
fisiológicos, sometidos al determinismo de la naturaleza. (v.gr: la respiración, latido del corazón)
Los actos son voluntarios porque proceden del apetito racional, que es la voluntad, esta potencia tiene como
objeto lo que le presenta el intelecto, a saber, el bien inteligible. Son libres porque la voluntad tiene dominio
sobre estos actos como para elegir algo o abstenerse de hacerlo.
Los actos humanos se dividen en dos: los elícitos o interiores, que son aquellos donde solo la voluntad
participa (odio, deseo, amor) y los imperados o exteriores que son actos en los que participan otras potencias
(leer, correr, etc). Como la moralidad depende íntimamente de la libertad, solo los actos humanos, en sentido
estricto, son objeto de esta ciencia.
Objeto formal, aspecto o modo como se estudian los actos humanos: Es la moralidad, que es una propiedad
real y esencial del acto humano y no solo un modo de ver del observador, es la rectitud del acto respecto a
una norma ética, es también la bondad o malicia, lo honesto y lo inhonesto, lo vicioso y lo virtuoso, lo justo
e injusto respecto de la conformidad con la perfección de la naturaleza humana, porque el obrar sigue al ser,
un acto es bueno si está conforme y además realiza o perfecciona la naturaleza del que actúa, y malo si no lo
hace ninguna de las dos. Este es el objetivo formal de la Ética, definir el bien y el mal morales mediante la
determinación de los principios y leyes éticas.
La moralidad en sentido estricto está en los actos humanos, proviene de tres fuentes:
El objeto:Es un bien hacia el cual tiende deliberadamente la voluntad. Es la materia de un acto humano. El
objeto elegido especifica moralmente el acto del querer, según que la razón lo reconozca y lo juzgue
conforme o no conforme al bien verdadero. Las reglas objetivas de la moralidad enuncian el orden racional
del bien y del mal, atestiguado por la conciencia.
78 Ética Ángel Rodríguez Luño pág. 17
192
¡VENGA TU REINO!
La intención o fin se sitúa del lado del sujeto que actúa. La intención, por estar ligada a la fuente voluntaria
de la acción y por determinarla con un fin, es un elemento esencial en la calificación moral de la acción. El
fin es el término primero de la intención y designa el objetivo buscado en la acción. La intención es un
movimiento de la voluntad hacia un fin; mira al término del obrar. Apunta al bien esperado de la acción
emprendida.
Las circunstancias: son los elementos no esenciales de un acto moral, es decir que no causan que un acto
sea moral y de determinada especie, pueden ser de dos tipos, referidas al sujeto y al objeto, del sujeto es la
condición de la persona (ser sacerdote, médico, obrero, etc) del objeto son: la cantidad, la cualidad, el modo:
aquello que puede disminuir la moralidad(pasiones, miedo, ignorancia, violencia) el lugar, los medios
utilizados, el fin secundario.
Las especies de lo moral son dos, lo bueno y lo malo, las circunstancias agravan o atenúan dichas especies,
hacen que un acto sea más o menos grave, pero no pueden hacer que un acto malo sea bueno ni viceversa.
El Método de la Ética
Santo Tomás utiliza el método de la “composición” que es la aplicación de principios generales a los actos
particulares y difiere de las ciencias especulativas que tienen como método la “resolución” que es la
reducción de los efectos a la causa. El método obedece a la naturaleza de la ciencia, la Ética es una ciencia
eminentemente práctica por esto consta de los siguientes pasos: 1) Iluminar las realidades y situaciones
particulares y complejas, 2) la aplicación de principios simples y universales, 3) y el uso del bagaje de
conocimientos experimentales. Los primeros principios prácticos son un conocimiento habitual que lo da la
Sindéresis (ejemplo: haz el bien y evita el mal), los principios restringidos se obtienen por inducción
filosófica. Este conocimiento del bien y del “deber ser” lo realiza el intelecto práctico por su misma
naturaleza, por esto el conocimiento del bien es obtenido por inducción una vez que el entendimiento capta
el significado constitutivo de las cosas. En nuestra experiencia con las cosas, existen dos modos de relación,
la aprehensiva y la apetitiva, según la primera gracias al intelecto especulativo captamos la esencia de las
cosas y según el práctico captamos lo que deben de ser, nos fijamos es su perfección.
El método responde a la estructura del orden moral, esta se puede expresar a través de un silogismo:
Acto humano que va a ser juzgado. Se obtiene por inducción empírica. “Joseph no obedece al profesor”.
Especie moral del acto. “La desobediencia de Joseph es mala”
Por ejemplo si ponemos como premisa mayor “No matarás” que es un principio general que viene por
deducción de un principio anterior que es “haz el bien y evita el mal”, y en este caso hazlo al otro, por otro
lado, en la premisa menor ponemos “quiero asesinar a mi padre” el conocimiento de este acto concreto lo
tenemos por experiencia y por inducción si lo formulamos de modo general “matar al padre”, según el
proceso de deducción la conclusión sería: “es malo matar a mi padre”, y según la inteligencia práctica, que es
esencialmente y por naturaleza prescriptiva o normativa, la conclusión sería: “no debo matar a mi padre”.
La inducción sirve para conocer el hecho mismo, la realidad y este conocimiento puede obtenerse a través de
ciencias como la psicología, la sociología, etc., aunque también por la observación; en cambio, para conocer
los criterios necesarios para hacer un juicio moral se necesita de la deducción racional que nos ayuda a
determinar las leyes universales que conocemos gracias a la sindéresis y al conocimiento filosófico moral.
La intuición del bien por parte del intelecto práctico explica el paso del ser al deber ser, pero el hombre por
estar encarnado no solo conoce por este modo, sino que su principal modo de conocimiento es el discursivo,
la inducción filosófica es un paso de la sensibilidad al intelecto por el que se capta los principios morales por
simple aprehensión.
Otro aspecto del proceder de la Ética es que el razonamiento no debe ser solo objetivamente válido, sino que
también debe parecerlo, es decir, debe ser persuasivo. Para esto se necesita de una sensibilidad para con los
oyentes, pero se debe recordar que una norma ética verdadera vale no por un acuerdo de personas o porque
agrade a los oyentes sino porque expresa el verdadero bien de la persona.
Además es importante resaltar que solo el hombre virtuoso es capaz de elegir lo bueno en cada momento, en
efecto, el método sin una rectitud de los apetitos es inútil, puesto que el apetito inclinado al mal vera como
bueno lo malo y así oscurecerá a la razón y por tanto el razonamiento será incorrecto, por esto Aristóteles y
193
¡VENGA TU REINO!
luego Tomás insistirán en que sin una vida virtuosa no se puede llegar al fin del método que es conocer lo
bueno y lo malo en cada caso particular.
Existen métodos alternativos en Ética, en especial en aquellos que rechazan que la metafísica es el
fundamento último de todas las ciencias, y de este modo fundamento de la filosofía moral, los veremos
brevemente:
A) Análisis semántico: consiste en la aclaración de conceptos específicamente morales basados en el
lenguaje común, este método ya se encontraba en autores como Platón y Aristóteles, puesto que es
peligroso tomar una decisión sin conocer antes los conceptos a los que se alude. Por ejemplo hay un
debate sobre si el bien es lo placentero o como afirma Moore que el bien es indefinible.
B) Método fenomenológico: Empieza por el análisis descriptivo de la conciencia porque sus objetos se
presentan como datos completos. Realiza una epoché o paréntesis de toda tesis existencial para
garantizar un juicio evidente en los objetos, sirve, en primer lugar, para hallar leyes universales
esenciales que son captadas por la conciencia, y de este modo puede servir para determinar
leyes prácticas universales en virtud de la intencionalidad de la conciencia, por ejemplo si
hablamos de justicia este método puede servir para describir lo que constituye la esencia de la
justicia según lo captado por la conciencia.
C) Método intuicionista: Se funda en la afirmación de que el acceso a los datos morales normativos se
da por una captación inmediata, porque cuando se analiza el ser de los actos espontáneamente se
capta su fuerza vinculante u obligatoria. Se puede plantear por la siguiente pregunta: ¿Tú desearías
ese género de vida o aquella cosa? O como lo que contribuye a la perfección mayor del universo. El
peligro de absolutizar este método es su posible caída en el subjetivismo por la cual cada uno
captaría lo malo o bueno según su parecer.
2 Fenomenología de la moralidad.
La filosofía moral tiene como principio la experiencia moral de la que participa todo hombre por el hecho de
ser hombre, en efecto, al contacto con la realidad, con las cosas, el hombre, en virtud de su intelecto práctico,
no solo conoce lo que las cosas son, sino que constantemente se plantea lo que deben ser, y mejor, lo que él
debe hacer, guiado por el primer principio moral que es “haz el bien y evita el mal”, que está en el hombre
por connaturalidad. Este contacto con la realidad se da gracias a la colaboración existente en el hombre de
los sentidos con la inteligencia. El punto de partida de la ética es la experiencia moral, puesto que uno es
antes un sujeto moral que un estudioso de la moral, la experiencia moral es el conocimiento de las realidades
morales alcanzado por observación externa, es una actividad espontánea por la que nuestra razón dirige las
operaciones voluntarias, es la experiencia de la deliberación moral en la que participan conocimientos pre
científicos, es la experiencia del sentido del deber, de la satisfacción, de la culpa, del arrepentimiento y de
otros. La Ética es una reflexión y fundamentación filosófica, además de ser la purificación, precisión y
ordenación de este momento experimental.
De este modo la fenomenología, que tiene como función principal describir la realidad desde los fenómenos
(Phainomenon= “lo que aparece”), en este caso la experiencia moral, es un útil instrumento para la Ética,
puesto que solo podemos valorar los actos humanos correctamente si se conoce con exactitud la realidad, ya
que el deber ser (objeto de la Ética) se funda en el ser (Objeto de la Metafísica). La Filosofía moral consiste
en un ir y venir de la experiencia moral al juicio científico puesto que cada vez que se plantea un problema
particular se debe conocer a fondo lo real y luego aplicar un principio general.
Existen dos modos de concebir el término de “fenomenología moral”: 1) Como el que indicamos
anteriormente, así la fenomenología sería solo un método necesario para la valoración filosófica moral y el
primer paso para llegar al conocimiento moral, es necesario conocer, describir y analizar la realidad del
objeto y del sujeto que obra para luego hablar de la bondad o maldad del acto de acuerdo al objeto, intención
y circunstancias, de este modo estaría abierto a la fundamentación última de la metafísica. 2) En segundo
lugar, se comprende la Fenomenología como una fundamentación alternativa e independiente de la filosofía
del ser, en este sentido encontramos muchos errores como la separación entre el valor y el ser, exponentes de
esta corriente son Max Scheler, Von Hildebrand y muchos del círculo de munich con la ética de los valores o
axiología. Según Max Scheler existen dos tipos de valores, los objetivos que se presentan con un contenido
propio en orden jerárquico (Valores sensibles, vitales, religiosos), en cambio los valores morales no tienen
objetivo propio, se nos dan en la experiencia de preferir algún valor objetivo por otro, así el valor de mal se
realiza cuando alguien prefiere un valor sensible a uno espiritual. El valor tiene tres características: a) se
presenta como un llamado o solicitación, b) se presenta con su contrario (anti-valor, c) se presenta en un
194
¡VENGA TU REINO!
orden jerárquico, además no puede ser deducido del ser, puesto que lo concibe como lo fáctico o lo existente,
de estos no pueden nacer preceptos prácticos o alguna exigencia. Estos inconvenientes se pueden resolver
comprendiendo que el ser no es lo fáctico solamente, sino en cuanto que se convierte con el bien es la
naturaleza perfecta, la plenitud del ser en el que se encierran exigencias y en el que se halla realizado el
deber ser, de este modo el ser es el fundamento de la esencia (valor a priori) y equivale al bien, el valor es
una determinación del bien, es el bien en cuanto conocido y querido por el sujeto humano para la
consecución de su propio ser perfecto, y su realidad reside en ser parte de una relación trascendental, del
hombre frente a bienes convenientes a él.
Solo el primer sentido es el adecuado y correcto, la fenomenología fue pensada por su inventor Edmund
Husserl como un método para conocer la realidad y no como un fundamento de ciencia alguna. Además ya
hemos dicho que la filosofía moral se ocupa del “bien” que se identifica con el “deber ser” que es el bien no
en cuanto que es, sino aún más, como perfección, plenitud o realización del ser, de este modo una ciencia así
debe tener como único fundamento último a la filosofía del ente. Por tanto, la fenomenología de la moral
rectamente entendida es una ciencia descriptiva de la experiencia moral con la que podemos comprender la
realidad y luego con la reflexión racional práctica emitir juicios sobre actos y la deducción de leyes que
lleven al hombre a su fin último.
195
¡VENGA TU REINO!
voluntariedad de los actos externos mas no los internos, y los vicios o pasiones como el miedo pueden
disminuir dicha voluntariedad.
Como hemos visto el acto voluntario es complejo, reviste una concatenación de actos del intelecto y de la
voluntad, veremos de modo sucinto el proceso de dicho acto:
Actos de la inteligencia Actos de la voluntad
1 Simple aprehensión (primer conocimiento del objeto) 2Simple volición (Primer querer del fin)
3 Juicio de posibilidad (indagación de medios adecuados) 4Intención (querer el fin como término de los medios)
5El consejo (indagación de medios más convenientes) 6El consentimiento (aceptación de estos)
7 El juicio (determinación del medio más útil) 8La elección (Querer del fin útil determinado)
9El imperio (orden del acto) 10 El uso (imperio de la voluntad sobre las potencias)
11La fruición o delectación del fin poseído
Etimológicamente y según el latín virtud, viene de “vir” que quiere decir: superioridad del hombre, fortaleza
varonil, vigor, fuerza; según el griego viene de areté que expresa perfección, excelencia en el cuerpo o alma,
en la Sagrada Escritura la palabra para designar al virtuoso es “justo”, todo esto quiere decir que virtud en
sentido amplio no se refiere solo al ámbito moral, sino a la habilidad o perfección de cualquier facultad sea
de un hombre o de un viviente cualquiera capaz de obrar.
Las virtudes humanas son actitudes firmes, disposiciones estables, perfecciones habituales del entendimiento
y de la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta según la
razón. Proporcionan facilidad, dominio y gozo para llevar una vida moralmente buena. El hombre virtuoso es
el que practica libremente el bien.84
En el sentido estricto virtud designa al hábito que inclina a la voluntad a realizar un bien honesto, este
produce dos efectos: hace bueno al que lo posee y hace buenas sus obras (Ética a Nicómaco 1106 a, 20), se
distinguen porque inhieren en distintas potencias operativas. La virtud es un tema que ha sido ampliamente
estudiado por la filosofía clásica, por esto puede ser considerado desde muchas perspectivas: 1) en el aspecto
objetivo, virtud es lo que perfecciona la naturaleza, la virtud moral perfecciona al hombre en cuanto hombre
porque dispone del mejor modo cada una de las potencias del sujeto de modo que todo su ser y obrar se
adecuan al fin último, 2) otro criterio objetivo es el de ser medio entre dos extremos viciosos, uno por exceso
y otro por defecto, por ejemplo el valiente es virtuoso porque su ímpetu frente a los peligros no es excesivo e
irracional como lo es en el temerario, ni carece del suficiente arrojo o fuerza como en el cobarde, pero la
virtud es medio solo si la consideramos respecto de los vicios, porque respecto del bien es la cima o cumbre,
porque no puede haber nada más bueno que la virtud, 3) en el orden subjetivo o considerado desde el sujeto,
la virtud es una ordenación de la razón, porque solo puede ser bueno aquel que conoce plenamente lo bueno
en cada caso, pero esto no quiere decir que con saber lo bueno uno es virtuoso como lo pensaba Sócrates
para quien la virtud es la sabiduría y lo malo es la ignorancia, este intelectualismo moral carece de
fundamento en la realidad porque en la experiencia encontramos que un hombre puede conocer lo bueno
perfectamente y no poder ejecutarlo e incluso puede ejecutar un acto moralmente malo o tener multitud de
vicios, la cultura no basta para hacer bueno al hombre. Esto lo tuvo en cuenta Aristóteles y por esto afirma
que la virtud es “un hábito de elegir, consistente en un término medio en relación con nosotros, determinado
por la razón tal como lo fijaría el hombre prudente.” 85, es un hábito que requiere la dirección de la razón para
discernir lo bueno de lo malo, pero por estar referido a la elección requiere de la “energía de la voluntad”
para dominar las pasiones y movimientos desordenados. San Agustín la definió como “una buena cualidad
del alma por la que se vive rectamente y que no puede usarse para el mal”.
¿Qué efectos tienen en el sujeto moral, qué aportan? Hacen que el virtuoso realice los actos buenos con
facilidad, prontitud, agrado y naturalidad, además hacen más buena la acción realizada. La virtudes en
general son necesarias por tres razones: 1) por la indeterminación de las potencias racionales y las sensibles
bajo el dominio de las antedichas, como estas potencias no solo son capaces de realizar un acto sino muchos
tipos de actos, se necesita de una cualidad accidental que disponga las potencias a realizar los actos
moralmente buenos o elegir lo objetos mejores y convenientes en cada circunstancia .2) Por la posible
rebelión de los apetitos sensibles frente a los racionales, es necesario que sean perfeccionados por virtudes
morales: justicia, fortaleza y templanza. 3) Para perfeccionar la libertad porque en el estado de pecado y
vicio la libertad disminuye, no puede alcanzar el bien moral.
Existen dos tipos de virtudes, la intelectuales y morales, las primeras son “aquellas que inhieren y
perfeccionan a la inteligencia ya sea especulativa o práctica” 86, en la especulativa se encuentran la
inteligencia (hábito de los primeros principios teóricos) la sindéresis (de los primeros principios morales),
83 C.I.C. Nº 1803.
84 C.I.C Nº 1804
El modo de adquirir los hábitos y de aumentarlos es a través de la repetición de actos según la definición del
Aquinate: “Es una disposición (la virtud) o forma grabada e impresa en la potencia apetitiva por la razón” 87,
se pueden perder las virtudes con actos contrarios a estas, la naturaleza humana tiene algo que se llama
“semilla de la virtudes” que son principios por los que podemos obtener hábitos buenos.
Las propiedades de las virtudes son dos: consisten en un medio como se dijo anteriormente y tienen una
íntima interrelación o conexión sobre todo en la prudencia, puesto que el templado, fuerte o justo necesita
saber lo bueno para elegirlo, cosa que la da la prudencia, y no se puede elegir lo bueno si los apetitos no
están ordenados al fin.
Por último, hablaremos de la virtudes cardinales, su raíz “Cardo” significa quicio o gozne que las describe
como el fundamento de las demás virtudes, existen dos tipos de considerarlas, de modo general como se verá
aquí y en particular como se verá después, en sentido general son condiciones necesarias para realizar
cualquier acto virtuoso, el acto virtuoso requiere de conocimiento certero del bien concreto (prudencia),
voluntad recta que armonice el bien ajeno y el propio (justicia), vigor de alma para superar las dificultades
(fortaleza) y moderación de impulsos sensibles que pueden corromper el seguimiento de la recta razón
(templanza).
Tomás fundamenta la división clásica de virtudes cardinales de dos modos:
-Según el objeto de las virtudes: la prudencia determina el bien, la justicia realiza el bien en el ámbito
interpersonal o social, la fortaleza mantiene la adhesión a esos bienes y la templanza modera las pasiones
bajas para que el sujeto no se aparte de esos bienes.
-Según el sujeto al que perfeccionan: La prudencia “habita” en el entendimiento práctico, la justicia en la
voluntad, la fortaleza en el apetito irascible y la templanza en el apetito concupiscible. 88
5 Sabiduría o prudencia
“La prudencia es la virtud que dispone a la razón práctica a discernir en toda circunstancia nuestro verdadero
bien y a elegir los medios rectos para realizarlo” 89, es en palabras del Doctor Angélico la “regla recta de
acción”90, es la auriga o directora de las virtudes a quienes les indica una medida y orden, otro modo de
definirla es “recta ratio agibilium” o recta medida de lo que se ha de obrar, tiene dos operaciones: a) juzga la
moralidad de los fines y medios y b) dirige la voluntad, requiere conocer los principios generales o primeros
principios morales y el conocimiento de las cosas concretas, tiene como misión descubrir los fines rectos y
los medios honestos.
En general, «domina» a toda virtud moral porque la realización de cualquier bien exige un conocimiento de
la verdad. «Lo primero que se exige de quien obra es que conozca», dice Santo Tomás. El prudente
contempla, por una parte, la realidad objetiva de las cosas y, por otra, el «querer» y el «hacer»; pero, en
primer lugar, la realidad, y en virtud y a causa de este conocimiento de la realidad determina lo que debe y
no debe hacer. Todo pecado se opone a la prudencia. La acción justa y fuerte y toda acción buena, en
89 C.I.C 1860
90 S.Th., I-II,q47,a.2, sed contra
198
¡VENGA TU REINO!
general, solo es tal en cuanto responde a la verdad, creada por Dios, de las cosas reales y esta verdad se
manifiesta de forma fecunda y decisiva en la virtud de la prudencia.
El moralismo dice: el bien es el deber, porque es el deber. La doctrina de la prudencia, por el contrario, dice:
el bien es aquello que está conforme con la realidad. De allí se sigue un dicho muy famoso de la Edad
Media: «Sabio es el hombre a quien las cosas le parecen tal como realmente son». El prudente no es un
angustiado de su propia conservación y de un cuidado de sí mismo queno deja de ser egoísta en alguna
manera, toda virtudes, por necesidad, prudente.
Esta virtud es la causa de que las restantes virtudes, en general, sean virtudes puesto que solo la prudencia
perfecciona la rectitud impulsiva e instintiva del obrar, las disposiciones naturalmente buenas, para elevarse
al grado de auténtica virtud, esto es, a la categoría racional de «facultad perfectiva».
La prudencia informa las restantes virtudes; les proporciona su forma esencial intrínseca.
En su condición de medida, la prudencia representa la «forma esencial extrínseca», el ejemplar y la prefigura
del bien. Pero la «forma esencial intrínseca» del bien imita con esencial fidelidad ese ejemplar, guarda
esencial conformidad con esa prefigura original. De esta suerte la prudencia estampa en toda libre acción del
hombre el sello interno de la bondad. La virtud moral es la impronta que acuña la prudencia en el querer y el
obrar.
La prudencia es, por tanto, causa, raíz, «madre», medida, ejemplo, guía y razón formal de las virtudes
morales; en todas esas virtudes influye, sin excepción, suministrando a cada una el complemento que le
permite el logro de su propia esencia; y todas participan de ella, alcanzando, merced a tal participación, el
rango de virtud. El bien propio y esencial del hombre consiste en que «la razón, perfeccionada por el
conocimiento de la verdad», informe y plasme internamente el querer y el obrar, de este modo la prudencia
es la medida del querer y del obrar;
pero, a su vez, la medida de la prudencia es la cosa misma, la realidad objetiva del ser.
Por ser una virtud cardinal es la principal y cabeza de otras muchas, estas se pueden clasificar de distintos
modos: como partes subjetivas o clases de la virtud, como partes integrantes o funciones indispensables para
la subsistencia de la virtud y como partes potenciales que son virtudes anejas o subordinadas a una virtud
principal. (Las virtudes Fundamentales, Josef Pieper Pág, 32-38.)
Partes integrales según el conocimiento: la memoria es la experiencia del pasado y del presente respecto
de lo real, la inteligencia es la virtud que facilita la penetración de la realidad, de los pros y contras, de los
fines y medios, la docilidad es la capacidad de recibir enseñanza de otros, la solertia o sagacidades un
hábito por el que de pronto se sabe hallar lo que conviene, es la viveza de ingenio o rapidez de intuición para
conocer por sí mismo la realidad y la razón que es la capacidad de razonar rectamente. Las partes
integrantes según que es preceptiva son: La providencia que es la capacidad de adaptar los medios a los
fines y requiere de la previsión de las consecuencias o cambios futuros para obrar de modo recto, la
circunspección es el hábito por el que nos damos cuenta de lo que sucede alrededor de uno o de algún
problema, la precaución o cautela por el que aceptamos el bien y evitamos el mal y la apariencia de bien de
nuestras acciones.
Las partes subjetivas son: La prudencia política que produce un plan adecuado para lograr el bien común,
tiene como enemigos la megalomanía y el partidismo, la prudencia familiar se encarga de la administración
buena del hogar, la militar del ejercicio recto de los problemas bélicos y la personal de la recta orientación
de la propia vida.
Las partes potenciales o virtudes subordinadas son: La Eubulia o buen consejo, que carece de elección de
medios y el imperio para ejecutar el plan, la Synesis (syneti es sensato) o juicio recto sobre operaciones
199
¡VENGA TU REINO!
particulares, y la Gnome que es el sentido de las excepciones, que permite encontrar caminos en
situaciones inesperadas e inéditas, juzga acciones no según las reglas de acción comunes, sino de otras
superiores.
Toda virtud tiene vicios opuestos y estos son: por defecto tenemos la precipitación o temeridad que no hace
deliberación y el consejo atropellando al entendimiento con la pasión o voluntad, la inconstancia que es cese
del esfuerzo para conseguir un fin o contentarse con un bien menor, la negligencia (nec-eligo) o descuido
para escoger medios adecuados a un fin. Los vicios por exceso son: prudencia de la carne o exaltación del
valor de las cosas terrestres como bienes supremos, la astucia o apariencia de prudencia que carece de
honestidad del fin o de los medios puesto que se fija solo en la utilidad y no en la bondad de lo que se va a
elegir, dolo o engaño del prójimo que es el medio de ejecución de la astucia, la solicitud de las cosas
temporales que es una idolatría de las cosas terrestres que cultiva pasiones y egoísmos.
6 La justicia
La raíz de este término es griega “díke” que tiene varios sentidos, en un primer sentido denota el orden
natural, el ajustamiento de las partes del cosmos o la normalidad de la actividad de los seres, en sentido lato
expresa la rectitud humana o conjunto de todas las virtudes humanas (santidad), la justicia sería el fruto
del orden, del ajuste de las partes, en sentido estricto está referida a la virtud específica o cardinal que se
define como “el hábito moral que inclina la voluntad a dar a cada uno lo suyo” que se funda en un título
jurídico del otro, de aquí proviene la diferencia con la caridad que es dar lo que es mío y se funda en el amor
o deseo del bien a otro. Esta virtud perfecciona la voluntad y su materia propia no son las pasiones humanas,
sino las acciones exteriores por las que nos relacionamos con los demás 91.
Tiene tres características: alteridad o relación entre dos distintas personas particulares o públicas, como
fundamento de la justicia y a la vez como ideal, puesto que hay igual dignidad de naturaleza y diferencias
individuales, y la deuda pagable que una vez pagada se disuelve, según esta última no hay justicia con los
padres puesto que la deuda no es soluble se llama piedad, y no hay justicia con Dios puesto que entre el
hombre y Dios no hay igualdad y no podemos pagar la deuda con Él, esta virtud se llama religión y es
análoga a la justicia.
La división de la justicia según Aristóteles es de este modo: Justicia general, denota lo que hace al hombre
bueno para con los demás, está referida a la virtud en general y no a una específica, la justicia particular trata
de lograr la igualdad, cuando es respecto a la relación de Estado ciudadano se llama distributiva y si es entre
individuos se llama conmutativa, que regula contratos y corrige los fraudes o actos injustos.
Otra división dice así: La virtud de la justicia se divide en dos, orgánica e inorgánica, la justicia orgánica se
divide en dos, la general o legal y la distributiva, la primera o justicia legal tiene como objeto el bien común,
y se la define como “la virtud que inclina a la voluntad del gobernante a la organización de la sociedad y a la
formulación de la ley de acuerdo al bien común, e inclina la voluntad de los súbditos a cumplir la ley y a
cooperar con la consecución de ese bien común”. El sujeto de derechos en este caso es la sociedad, los que
tienen deberes son las partes, el objeto propio es la organización, los objetivos es fundar la sociedad sobre la
ley (constitucional, dictar esta ley de acuerdo al bien común y orientar la política al bienestar de la sociedad
no al poder.
Seguidamente tenemos la justicia distributiva que se define como “la virtud que inclina la voluntad de
gobernante a repartir los empleos, cargos y beneficios en proporción a los méritos y las cargas comunes en
proporción a las posibilidades de cada uno.” El sujeto de derecho son las partes o lo ciudadanos, el sujeto de
deberes lo es el todo o el estado, el fin de esta justicia es defender los derechos de la partes y respetar la
dignidad de la persona humana, el objetivo es el de distribuir y aplicar la justicia vindicativa o punitiva en los
tribunales de justicia. La igualdad que se busca en estas dos justicia es proporciona o geométrica, porque
atiende a la situación concreta de una sociedad, la condición de las personas, la posibilidades y los méritos,
es decir la ley de pagar los impuestos no puede aplicarse igual modo a un rico y aun pobre o el Estado no
La justicia inorgánica o conmutativa cumple la esencia de lo justo con mayor rigor, “es la virtud que inclina
la voluntad de la persona particular a dar a otra persona particular lo que es suyo o lo que se le debe”, su
nombre viene de conmutatum que quiere decir: cambio , mercado o contrato. Sus características son: tiene
una alteridad completa, puesto que dos persona son realmente distintas y de la misma naturaleza, la igualdad
es rigurosa o aritmética, no atiende a la situación o condiciones subjetivas de las personas, la deuda es
definible matemáticamente, se refiere a servicios u objetos con precio fijo, el objeto son las relaciones
privadas, y el fin inmediato es salvaguardar el bien privado de los individuos o de una sociedad privada, que
a su vez incumbe al fin mediato que es el bien común.
Las partes integrales de la justicia son: si hablamos de justicia especial hacer el bien bajo su aspecto de
debido al prójimo y evitar el mal opuesto, esto es, aquello que para el prójimo sea nocivo. En cambio, a la
justicia general corresponde hacer el bien debido a la comunidad o a Dios y evitar el mal contrario.
Las partes potenciales o anejas a la justicia son: la religión es dar culto de latría a Dios que es lo que le
debemos, piedad con los padres y la patria es tributar benévolos servicios y diligente respeto a los
consanguíneos y a los bienhechores de la patria, observancia es la virtud por la cual se respeta y honra a las
personas constituidas en dignidad, la veracidad que manifiesta el propio pensamiento a los demás sin
deformación, la fidelidad por la que conformamos los actos a una promesa hecha a otro, la obediencia es
virtud que tiene como objeto especial el mandato
tácito o expreso de un superior, la amistad es el orden conveniente entre el hombre y sus semejantes en la
vida ordinaria, tanto en sus palabras como en sus obras, es decir, que uno se comporte con los otros del modo
debido, la venganza o defensa contra injurias y castigo o imposición de un mal a otro para su corrección, la
liberalidad es la virtud moral por la que se modera el amor a las riquezas y se regula razonablemente la
distribución de las mismas, la epiqueya o la aplicación del espíritu de la ley y no solo de su letra.
7 La Fortaleza.
Existen dos sentido o significados de esta palabra, el amplio es sinónimo de virtud, porque esta es firmeza y
vigor para vencer obstáculos, en el sentido estricto se refiere a la moderación de la parte irascible cuyo
objetos son lo difícil y lo arduo, Aristóteles lo definía como el medio entre la cobardía y la audacia o
temeridad.
Esta virtud se define como “la virtud que cohíbe los temores y modera las audacias” (S.Th. q 123 a. 3 sol.) o
como la virtud moral que asegura en las dificultades la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien
reafirmando la resolución de resistir a las tentaciones y de superar los obstáculos en la vida moral. La virtud
de la fortaleza hace capaz de vencer el temor, incluso a la muerte, y de hacer frente a las pruebas y a las
persecuciones. Capacita para ir hasta la renuncia y el sacrificio de la propia vida por defender una causa
justa.92
Como hemos visto su objeto es doble, por un lado es el temor y los males graves aptos para engendrarlo, en
especial el peligro de la vida, y por otro lado la audacia y sus causa como la excesiva confianza en uno
mismo o en sus recursos, el fin de esta virtud es cumplir el deber y lo honesto. Tiene dos actos, el soportar
las dificultades, amenazas y peligros y agredir o emprender actos heroicos u obras grandes por otros, santo
Tomás da la primacía al primer acto, por tres razones: porque el que soporta sufre el ataque de algo que, en
principio y puesto que le ataca, puede reputarse más fuerte que él, en tanto que quien emprende algo, lo hace
porque se siente con fuerzas para ello; porque quien soporta siente inminente peligro, en tanto que el
emprendedor se limita, por el momento, a preverlo como futuro; y, en fin, porque el soportar supone
continuidad en el esfuerzo, en tanto que puede emprenderse algo por un movimiento súbito.
Los vicios contrarios a esta virtud son de dos tipos: por defecto tenemos la cobardía que es una falta de
fuerza de la voluntad o ser dominado por el temor de lo que no se debe temer y como no se debe, la
insensibilidad que es no sentir miedo por no ver el mal y, por tanto, no sobreponerse a este; por exceso
92 C.I.C 1108
201
¡VENGA TU REINO!
tenemos como vicio a la audacia, que la carencia de temor frente a todo y el acto de enfrentarse a cualquier
peligro, sus causas son: error de la inteligencia en la consideración de las propias fuerzas o de los peligros, la
precipitación al decidir y la ambición o insensibilidad moral.
No tiene partes subjetivas o especies porque su objeto es muy específico: el peligro grave. Las partes
integrales son las mismas que las potenciales, cuando estas son indispensables para la fortaleza son
integrales, respecto del acto de agredir es necesaria para preparar al alma la magnanimidad (virtud por la
cual el ánimo carga sobre sí cosas grandes y honestas con esperanza) y para ejecutarlo se necesita la
magnificencia (reflexión y administración de
cosas grandes y excelsas con una amplia y espléndida disposición de ánimo); para el acto de resistir son
necesarios la paciencia (tolerancia voluntaria y prolongada de cosas difíciles por amor de la honradez o
utilidad) y perseverancia para que no desfallezca por el continuo acto de resistir (permanencia estable y
perpetua en lo que se ha decidido después de madura reflexión), si estas virtudes convergen para hacer
frente a la muerte son partes integrales, pero si se ocupan de otros objetos arduos que no sea el peligro
de la muerte son potenciales.
Las virtudes potenciales son: La magnanimidad o la inclinación del alma hacia las grandes obras o actos
virtuosos. Sus vicios contrarios son: la presunción o la excesiva confianza en la propia fuerza, la ambición o
el apetito desordenado de honores, la vanagloria o la excesiva apetencia de estimación de la propia
apariencia, la pusilanimidad o la pequeñez de alma carente de disposición para proyectar y ejecutar grandes
actos. La magnificencia es la inclinación a la realización de grandes obras exteriores y a administrar
sabiamente recursos económicos y materiales para hacer el bien., tiene como vicios la mezquindad o el
espíritu ruin que no da recursos para hacer grandes obras y la suntuosidad que es el superfluo o innecesario
gasto que cae en la megalomanía. La paciencia es la virtud por la cual toleramos males con ánimo tranquilo,
tiene como objeto el sobreponerse a la tristeza o aflicción y como fin permanecer en el bien honesto , vicios
contrarios a esta son: la impaciencia que cede a la aflicción dejando el ben por evitar el dolor, y la dureza de
alma que la insensibilidad ante el mal propio o ajeno. La perseverancia es la mantención en la prosecución de
una buena obra o en la resistencia de un mal por largo tiempo, en cambio, la constancia se refiere a la
firmeza que vence lo demás obstáculos exteriores. 93
Por último, la fortaleza tiene una gran importancia en la vida moral, para uno mismo y para los otros ,
puesto que es indispensable para cumplir en todo momento la ley moral, pues el bien siempre encuentra
resistencia, dentro y fuera del individuo, y requiere esfuerzo hasta el final, ya que lo incompleto nunca es
bueno en sentido propio y porque el hombre fuerte es sereno, da seguridad y estabilidad a los demás y a
sus obras, sabe eliminar los temores procedentes de la imaginación, dominar el nerviosismo. 94
8 La Templanza.
La templanza“es la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de
los bienes creados”. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los
límites de la honestidad. La persona moderada orienta hacia el bien sus apetitos sensibles, guarda una sana
discreción y no se deja arrastrar para seguir la pasión de su corazón. 95
Es la virtud que domina la sensualidad y controla las concupiscencias del tacto, tiene como objeto principal
el comer, el beber y la libido, Cicerón la define como “el dominio de la razón respecto de la libido y otros
ímpetus no rectos del alma firme y moderada”. Esta disposición habitual tiene dos aspectos, el negativo en
cuanto que es represiva, contiene la sensualidad exaltada, no la elimina, el positivo como el encauce o
educación de la sensibilidad a objetos honestos y tender a ellas de modo recto.
Otro modo de ver esta virtud es como un medio entre dos vicios, el vicio por exceso es la intemperancia que
es el desbordamiento de la sensualidad por falta de dominio de la voluntad, el vicio por defecto es la
95 C.I.C. 1809.
202
¡VENGA TU REINO!
insensibilidad, que es rechazo del placer hasta desechar lo necesario para la conservación de la naturaleza. Es
importante resaltar que esta virtud no tiene como objetivo reprimir la inclinación legítima de la naturaleza
humana, sino de la naturaleza bestial que no se sujeta a la razón, también es importante aclarar que la
templanza no es la virtud suprema como muchos creen, sino que es una condición para elevarse a la
perfección humana que se encuentra en la perfección de las facultades superiores o espirituales, la templanza
es la perfección del apetito concupiscible que tiene como objeto lo deleitable.
Las partes integrales de la templanza son dos: la vergüenza que es el temor a un acto torpe que nos hace
rehuir realizarlo y la honestidad o belleza espiritual que tiene una fuerza moral de atracción y por tanto hace
aborrecible todo lo malo y apetecible todo lo decoroso.
Las especies de la abstinencia son 3 puesto que los placeres del tacto pueden ser de tres tipos. La
abstinencia es el dominio de la razón sobre el comer referente a la cantidad, calidad, modo y tiempo de
consumo, la sobriedad es la moderación del beber y la castidad es el orden del apetito sexual o tendencias
libidinosas, su objeto es el placer del coito mismo y así se distingue del pudor que es la moderación de otros
placeres que vienen de los besos, tocamientos y abrazos.
Las partes potenciales de la templanza se ordenan según un triple modo: En primer lugar, en los
movimientos y actos internos del alma, si modera las pasiones humanas que se oponen a la recta razón se
llama continencia, gracias a la cual, aunque el hombre sufra deseos inmoderados, la voluntad no resulta
vencida, si el movimiento tiene como objeto la esperanza y la audacia, que la acompaña la virtud que lo
modera se llama humildad, si es el movimiento de la ira, que busca venganza dicho movimiento es frenado
por lamansedumbre, si se mueve solo para imponer castigos se llama clemencia; en segundo lugar, los
movimientos y actos corpóreos son moderados y frenados por lamodestia que tiene tres partes: el “recto
orden” que se ocupa de decidir que debehacerse y que debe omitirse, que debe llevarsea cabo y en que
orden, y perseverarfirmemente en ello, el ornato que observa la decencia y la austeridad que modera las
relaciones con los amigos y los demás; en tercer lugar respecto de las cosas externas tenemos dos virtudes: la
parquedad o suficiencia que hace que no se apetezca lo superfluo y la moderación o simplicidad que hace
que no se apetezcan excesivamente los majares exquisitos.
También se consideran dentro de las virtudes potenciales la humildad que nos lleva a que nuestras
pretensiones no excedan los límites de la posibilidad a nuestro alcance, la estudiosidad que es la
moderación del excesivo deseo de saber y la eutrapelia o alegría que es la recta moderación en los juegos
que tienen como fin procurar el descanso del alma.
En sentido originario o en el sentido que le dieron los griegos physis es proceso y está emparentado con el
verbo phyé que es crecimiento, la naturaleza también se entiende como el término final de este proceso o
realización-perfección (entelequia), la naturaleza del hombre no está en perfección, sino en potencia de ser
actualizada por el obrar, el obrar del hombre es el que la perfecciona o la hace buena si se ajusta a las
exigencias de la naturaleza, sino es así a esos actos los consideramos malos, el bien es perfección, por esto en
sentido propio se llama bueno al hombre cuyos actos son conformes a su naturaleza, y malo si no, aunque
todo hombre tiene alguna forma de bondad por el hecho de ser un ente.
Por esto se debe considerar a la naturaleza como ley y norma de la actividad humana, en el hombre hay
inclinaciones naturales según sus dimensiones, por la corporal apetece los bienes vitales, por su sociabilidad
La razón que conoce sin error los fines que el hombre debe buscar con sus actos, se denomina recta razón,
esta analiza los fines de la naturaleza y formula la ley natural que es el criterio de operación auténtica,
único camino para la realización del ser humano. Esto se puede fundamentar con un principio metafísico
“el operar sigue al ser”, todo lo que hago lo puedo hacer siempre y cuando esté en la capacidad de la
naturaleza, y desde el aspecto moral todo lo que hago lo debo hacer siempre y cuando sea conforme a mi
naturaleza.
La naturaleza es el fundamento del bien moral, puesto que el bien moral es la bondad propia de las acciones
libres, la rectitud de la voluntad libre del hombre. La naturaleza del hombre es racional, y, por tanto, tiene
como cualidad la libertad, por este motivo el hombre puede o no elegir lo que perfecciona su naturaleza, si lo
hace su acto es bueno, si no el acto es malo, porque el bien es el ente perfecto y perfectivo del apetito a modo
de fin, la naturaleza está esencialmente finalizada y por eso tiende a su bien.
Para comprender cómo la naturaleza es fundamento del derecho es necesario ver qué significa dicha palabra.
Derecho tiene tres acepciones, la preceptiva por la que “es un conjunto de leyes”, la objetiva por la que “es lo
debido a una persona”, y la subjetiva por la que “es una facultad moral que asiste a un sujeto para exigir o
reclamar algo, otra definición es la relación entre la persona y la obra u omisión de otra por la que la primera
persona tiene lo debido para sí.” El tercer sentido es el que seguiremos.
El derecho es parte de la moral, puesto que este se ocupa de las relaciones sociales o interpersonales, de los
actos externos y la moral se fija más en la conciencia y actos particulares del hombre. Ya hemos visto cómo
de la naturaleza racional del hombre nacen exigencias ineludibles o deberes que lo llamamos ley natural,
pero toda ley supone que el sujeto que está llamado a cumplirla tenga los medios necesarios, de esto se
encarga el derecho que se puede dividir en derecho natural, la “facultad por la que el hombre exige para sí lo
esencial para realizarse” y el derecho positivo que depende del legislador y que exige lo necesario para la
práctica de la vida en sociedad. Por esto el hombre por el hecho de ser hombre tiene derechos que deben ser
respetados como es el derecho a la vida, a la educación, al respeto de los otros, a formar sociedad, etc.
11 La ley moral.
Todo orden requiere de una ley o norma para establecerlo, el orden moral no es una excepción, puesto que la
naturaleza humana y el fin último no son suficientes para determinar la bondad o maldad de un objeto y de
su acción correspondiente.
La ley moral es la norma que regula y mide los actos humanos en orden a un fin último. Se trata de un
concepto análogo que puede definirse como “la ordenación de la razón, dirigida al bien común, promulgada
por quien tiene a su cargo la comunidad”. La ley tiene un elemento intelectivo u otro práctico, por el primero
se reconoce una capacidad para conocer el bien, juzga la acción y conocer el orden de esta, por el segundo
emite un juicio práctico, manda y manda acción ordenándola.
Especies de ley. La ley eterna es “la razón de la gobernación del universo preexistente en la mente de Dios”,
se identifica con la providencia, posee tres propiedades: cognoscibilidad, puede ser conocida de algún modo
por las criaturas, primacía, es la fuente de todas las demás leyes, extensión universal, porque la providencia
divina abarca a todas la creaturas.
La ley natural es aquel ordenamiento que brota y se funda en esa naturaleza humana, en cuanto creada y
finalizada por Dios, es el camino auténtico y pleno para el desarrollo del hombre, es participación en el
hombre de la ley eterna esta ley tiene como contenidos básicos buscar el bien y evitar el mal, y de aquí se
sigue el buscar, conocer y amar a Dios como el objeto excelente de las potencias espirituales, amar a los
demás como a uno mismo y a uno mismo de modo recto, que es conservar la vida, la subsistencia, el
desarrollo de la vida espiritual así como de la familia, la fecundidad, el trabajo, la vida social, etc. Otro modo
de ver su contenido es siguiendo la deducción según las relaciones, estas son tres: por la relación de
inferioridad, el hombre tiene deberes con dios de culto y veneración, con sus padres de amor y asistencia,
con la patria el deber de piedad y servicio; según una relación de igualdad, el hombre tiene el deber de se
204
¡VENGA TU REINO!
justo con los demás hombres, ya sea de modo individual o colectivo, ayudando a sociedades; según la
relación de superioridad el hombre tiene el deber de supeditar el sentimiento propio al juicio de la razón, y a
poner por encima al hombre por encima de las cosas.
El modo como se la conoce es por connaturalidad, puesto que la conocemos por un hábito que se llama
sindéresis que contiene los primeros principios de la inteligencia práctica, pero esto no quita que la
experiencia facilite su evidencia.
Sus propiedades son: unidad porque todos sus preceptos se ordenan a un mismo fin último, universalidad
porque es válida para todo hombre, inmutabilidad porque los preceptos se fundan en la esencia humana, y en
la ley eterna.
La ley positiva o humana es una ordenación al bien común promulgada por la voluntad del legislador, esta
ley es mudable, porque es una concretización de las exigencias de la ley natural en una circunstancia
cambiante., la ley humana es necesaria puesto que la ley natural es universal y el hombre vive en una vida en
concreto, en una determinado tiempo y cultura, además es necesaria para que la sanción u obligación de la
ley sea suficiente para garantizar el orden de la sociedad. Toda ley humana que contraría a la natural no es
ley o es corrupción de la ley y por tanto pierde su carácter preceptivo.
12 La conciencia moral.
Conciencia viene etimológicamente del latín cum-scire, conocer junto con otro, o según el griego “saber
común. En sentido estricto existen dos tipos de conciencia, la primera es la psicológica por la que uno se
tiene presente a sí mismo, con esta conciencia observa lo que se hace y se reconoce a una acción como
propia, en cambio la conciencia moral es un acto de la razón, es un juicio de la razón práctica sobre la
bondad o malicia de los actos morales, en conformidad con las normas del orden moral, es la concretización
de las leyes universales en acciones particulares, esta conciencia expresa un juicio de valor por la que
aprueba o censura, obliga o prohíbe una acción de terminada.
La importancia de la conciencia reside en que es la regla próxima subjetiva de la moralidad y la obligación, y
por tanto, es aquella que permite la interiorización y personalización de la moral, porque de nada sirve no
hacer el mal cuando uno está obligado a ello, cuando por el contrario la perfección de la moralidad en el
hombre se encuentra cuando por un impulso propio que nace de su interior desea ser virtuoso y rechazar el
mal.
La conciencia tiene una relación íntima con la obligatoriedad moral y la autonomía o heteronomía del orden
moral. Puesto que el sujeto moral no debe conformarse con una simple adhesión externa a la exigencia de la
ley, sino que debe obrar el bien considerando por sí mismo como bueno u honesto lo que hace. Por otro lado,
la recta concepción de la conciencia la aleja de un autonomismo propio de Kant por el que la conciencia es
creadora de los valores morales con el fin de sobre exaltar la libertad del hombre como esencia y fin último
de este, la libertad humana no es absoluta puesto que está condicionada o por la naturaleza o por las
condiciones socio históricas, de este modo vemos que la conciencia en algún sentido es condicionada por la
cultura y sociedad, lo que antes considerábamos malo ahora lo podemos considerar bueno o menos
repugnante aunque respetando siempre la universalidad de la ley natural. Otro extremo es la concepción
heterónoma que ve a la conciencia como la expresión de la voz de Dios vaciando totalmente de la
participación del sujeto, en este modo los actos morales son efecto de una coacción o adhesión formal, la
conciencia es la voz de uno mismo y de la sociedad, es la interiorización de las leyes sea la natural o la
humana.
El hombre tiene el derecho de actuar en conciencia y en libertad a fin de tomar personalmente las decisiones
morales. "No debe ser obligado a actuar contra su conciencia. Ni se le debe impedir que actúe según su
conciencia, sobre todo en materia religiosa" (DH 3). 97
La conciencia moral puede distinguirse siguiendo los siguientes criterios:
a) Por su relación al acto: la conciencia puede ser antecedente, o la que juzga sobre un acto que no se
ha realizado permitiéndolo, aconsejándolo o prohibiéndolo, concomitante o la que acompaña al acto
97 C.I.C. 1783
205
¡VENGA TU REINO!
durante la realización, consecuente la que aprueba o desaprueba un acto realizado, causando
satisfacción por un acto bueno o remordimiento por un acto malo.
b) Por su conformidad con la ley moral puede ser: recta-verdadera, la que juzga la bondad o malicia de
un acto conforme a la ley moral, o conciencia errónea o falsa la que dictamina sin conformidad a la
ley moral.
La causa de este error es la ignorancia que puede ser sobre la ley o sobre el hecho mismo, a su vez
estas dos pueden se de dos tipos, vencible o invencible, es invencible si la ignorancia domina la
conciencia de tal forma que o la persona no sospecha de su error o cuando tras haber investigado y
aconsejado concluye algo erróneo sin conciencia de ello. Por otro lado, es vencible cuando se tienen
dudas sobre la verdad de un juicio y se tienen medios para salir de esa duda pero por pereza o
malicia se omite dicho trabajo, "cuando el hombre no se preocupa de buscar la verdad y el bien y,
poco a poco, por el hábito del pecado, la conciencia se queda casi ciega" (GS 16), dicho de otro
modo la ignorancia es vencible en la medida que dependa de la voluntad e invencible cuando no, por
este motivo la vencible es culpable y la invencible no.
c) Por la modalidad de consentimiento: conciencia cierta la que juzga con firmeza que un acto es bueno
o malo, conciencia probable la que juzga admitiendo la posibilidad opuesta, la conciencia dudosa o
suspensión del juicio cuando no se decide por la maldad o bondad de un acto.
d) Según la actitud habitual se distinguen: la conciencia ansiosa, la escrupulosa que sin fundamento
teme haber cometido pecado llevando a una conciencia ansiosa en demasía, la perpleja, la lata y la
relajada que quita sin fundamento la razón de pecado o pecado grave y puede ser cauterizada si lo es
por la repetición de un pecado o farisaica si es sensible a lo externo sin serlo a materia morales
graves.
Ahora veremos algunos principios para seguir la conciencia, es decir, veremos cuando un juicio de
conciencia es regla de moralidad y cuando no. Solo la conciencia cierta es regla moral no importando si es
verdadera o errónea, porque el que quiere un objeto malo según su conocimiento, aunque sea bueno peca
formalmente. Pero no es suficiente que la conciencia sea cierta, se necesita que sea verdadera o
invenciblemente errónea para que sea regla de moralidad, aunque la invenciblemente errónea lo es solo de
modo secundario, es decir, mientras dure el error, y de modo accidental porque no obliga en cuanto errónea,
sino en la medida en la que el hombre la considera verdadera. Otro principio es que la conciencia
venciblemente errónea no es regla moral legítima, aunque no se puede orar en contra de ella, porque se haría
lo que se considera malo, sin embargo se tiene una obligación de salir del error antes de obrar, no es lícito
actuar con conciencia dudosa, puesto que el sujeto que lo hace así se expone a pecar.
Es importante el papel de la prudencia puesto que la persona se encuentra muchas veces ante situaciones
difíciles, en las cuales debe buscar siempre la justicia y lo recto, para esto es necesario que el hombre haga
uso de la prudencia con la cual interpreta con verdad la experiencia de la realidad.
Para esto es necesario educar o formar en la verdad la conciencia, y esto significa esclarecer el juicio moral.
Una conciencia bien formada es recta y veraz. Formula sus juicios según la razón, conforme al bien
verdadero fundado en la naturaleza humana. La educación de la conciencia es indispensable a seres humanos
sometidos a influencias negativas y tentados por el pecado de preferir su juicio propio y de rechazar las
enseñanzas autorizadas.
Seguidamente hablaremos de la formación de la conciencia. La educación de la conciencia es una tarea de
toda la vida. Desde los primeros años despierta al niño al conocimiento y la práctica de la ley interior
reconocida por la conciencia moral. Una educación prudente enseña la virtud; preserva o cura del miedo, del
egoísmo y del orgullo, de los insanos sentimientos de culpabilidad y de los movimientos de complacencia,
nacidos de la debilidad y de las faltas humanas. La educación de la conciencia garantiza la libertad y
engendra la paz del corazón.98
Educar la conciencia es necesaria porque la acción humana mala aunque obedezca a una conciencia
inculpable tiene efectos negativos en otros y en la sociedad, además de que la finalidad de la vida moral no
98 C.I.C. Nº 1785
206
¡VENGA TU REINO!
reside en tener la conciencia tranquila por no haber actuado con mala voluntad, los actos malos inculpables
pueden malograr la personalidad moral e impedir la vida feliz con una excesiva inmadurez y desequilibrio.
Poner en juego la obtención del fin último por estos motivos es inaceptable, lo recomendable es procurar una
educación moral desde temprana edad a fin de evitar tan grandes males.
Esta solicitud en la práctica se expresa con el afán por formar la conciencia de acuerdo a la ley natural. Pasos
para este cometido son:
El hombre virtuoso es aquel que conoce la verdad de todas las cosas, es como su regla o medida, y esto es así
porque para tener el conocimiento del bien y del mal no solo es necesaria la agudeza intelectual, sino
también una rectitud afectiva. En conclusión, el hombre prudente es aquel que tiene una conciencia recta de
modo completo, porque para tenerla hace falta tener una seguridad en apreciar las situaciones y la habilidad
para aplicar las reglas universales a unos actos concretos.
207
¡VENGA TU REINO!
ÉTICA ESPECIAL
FENOMENOLOGÍA DE LA SOCIABILIDAD
Para Hobbes el hombre es por naturaleza egoísta y antisocial (homo homini lupus). Los
hombres viven en una constante guerra por saciar cada uno sus propias necesidades. Pero
llega un punto en que el egoísmo le muestra al hombre que no se puede vivir así. De esta
forma se renuncia al interés personal haciendo un pacto, el cual da origen al estado social
del hombre. Y para que la renuncia al interés personal no sea en vano, la ley del egoísmo
hizo que los individuos cedieran su voluntad y fuerzas a una institución o persona que los
gobernase, la cual sería considerada como la voluntad de todos los hombres en virtud del
pacto realizado por ellos; surge así el poder, al que Hobbes llamó Leviathan o dios mortal.
3. Teoría Contractualista
Teoría base del liberalismo clásico. Niega que la sociedad tenga un fundamento, una
estructura y una finalidad natural, concediendo así a los ciudadanos la facultad de
configurarla según su libre arbitrio. Por tanto la sociedad es el producto de la libre
convención, sin leyes que la rijan.
4. Teoría Naturalista
Contraria a la teoría anterior. Ésta sostiene que la sociedad es la última fase conocida de un
proceso evolutivo de la realidad (materia o espíritu), regida por las leyes del determinismo
universal. Hegel, por ejemplo, considera al Estado como la última fase de la evolución
dialéctica del Espíritu Absoluto.
208
¡VENGA TU REINO!
Además la teoría naturalista concede a la sociedad, una supremacía absoluta sobre la
persona individual. Hegel afirma: “Siendo el Estado espíritu objetivo, el individuo sólo
posee objetividad, verdad y moralidad en cuanto miembro del mismo.”
5. La Teoría del Derecho Natural: Naturaleza Social del Hombre
Aristóteles y Santo Tomás sostienen que la sociedad tiene su fundamento inmediato en la
naturaleza humana, y su fundamento mediato en Dios, autor de esta naturaleza. Estos
autores afirman que el hombre es social por naturaleza; es decir, que la sociabilidad es una
exigencia esencial, para el perfeccionamiento moral de la persona humana.
El hecho de que sea social por naturaleza se prueba, primero porque en todo hombre existe
una fuerte tendencia a la unión con el otro, y segundo porque entre los mismos existe una
dependencia natural en cuanto a la búsqueda de sus propios fines.
La Sociedad Civil
1. Concepto de Sociedad Civil
La sociedad civil es la agrupación de personas y familias que pueden alcanzar
suficientemente los bienes que el hombre necesita, y cuyas autoridades supremas no
dependen de otras.
Es la comunidad más perfecta en el orden natural, porque está ordenada al bien común
natural del hombre, y porque cuenta con todos los medios para alcanzarlo, a diferencia de
las familias.
2. Naturaleza de la Sociedad
Las teorías contractualista y liberalista, afirman que el ser de la sociedad depende de sus
miembros, los cuales podrían modificarla a su gusto. Las teorías naturalistas y marxista que
sostienen, que el ser de la sociedad es autónomo y que por tanto los ciudadanos sólo son en
cuanto están unidos a ella.
3. Autoridad y Sociedad
La autoridad es un elemento indispensable en toda sociedad, porque es la que determina y
organiza la actividad de los miembros hacia el bien común. La unidad del fin exige la
209
¡VENGA TU REINO!
autoridad que aúne los esfuerzos de todos. Por eso toda agrupación humana necesita de una
autoridad que los dirija hacia ese fin común.
La autoridad ha de ser unitaria, para que las diferentes actividades humanas busquen un
mismo fin. Pero esto no quiere decir que el sujeto de la autoridad tenga que ser una sola
persona, pueden ser varias e incluso distintos organismos siempre y cuando cumplan su
labor directriz.
Por último, esta misma naturaleza social del hombre, determina la función general de los
gobernantes: encaminar toda la vida social hacia el bien común; regla de base del ejercicio
de toda autoridad. Por otra parte, son los ciudadanos los que deberán concretar el modo de
designar a los que detentan el poder, y la estructura y competencias de los diferentes órganos
de gobierno.
Aristóteles mostró una cierta noción del bien común en su Política al afirmar que “Todo Estado es,
evidentemente, una asociación, y toda asociación no se forma sino en vista de algún bien, puesto
que los hombres, cualesquiera que ellos sean, nunca hacen nada sino en vista de lo que les parece
ser bueno” (I, 1).
El bien común es el fin de la sociedad, es el objetivo que aúna a todos sus miembros y determina el
modo en que han de organizarse.
Las exigencias del bien común derivan de las condiciones sociales de cada época, exigencias como:
el compromiso por la paz, la correcta organización de los poderes del Estado, un sólido
ordenamiento jurídico, la salvaguardia del ambiente, la prestación de servicios esenciales para las
personas. Algunas de estas exigencias son, al mismo tiempo derechos del hombre: alimentación,
habitación, trabajo, educación y acceso a la cultura, transporte, salud, libre circulación de las
informaciones y tutela de la libertad religiosa.
Por otro lado, sabemos que la misión natural de la sociedad, es facilitar a los
hombres la obtención de su bien pleno y definitivo, su felicidad. Y ya que la persona
humana sólo halla en Dios la felicidad, también podemos decir que, el fin último de
la sociedad es la gloria de Dios y la felicidad perfecta de los hombres.
210
¡VENGA TU REINO!
crea las condiciones necesarias para que el hombre logre su plena realización –
llegar a Dios-, pero es el individuo, en singular, quien debe realmente alcanzarla.
Y ya que las condiciones para conseguir el fin último son de carácter sobrenatural, ha
de procurarlas la iglesia.
Por último, sabiendo que el fin es la causa del orden, es necesario conocer con
exactitud en qué consiste la felicidad humana, para saber así organizar las normas de
la vida en sociedad, ya que ésta tiene por misión llevar al individuo al logro de su fin.
Siempre que los objetivos cambien, cambiará la ordenación de la sociedad.
Esos bienes son tanto materiales como espirituales: si bien por una parte, el bien
común exige un cierto bienestar material como: alimentación, vivienda, descanso,
también exige los bienes espirituales, en especial los de orden moral, como: el culto a
Dios, la dignidad de la familia, la moralidad pública, los bienes de la cultura, etc.
No hay que olvidar que, una organización social será buena, no sólo cuando
proporciona a sus miembros los bienes necesarios para su perfección temporal, sino
cuando se los procura según su justa jerarquía. Así como el cuerpo se ordena al
alma, los bienes materiales han de poseerse en función de la vida espiritual de las
personas. Aunque a menudo sucede lo contrario a causa del olvido del verdadero fin
del hombre.
C. El Bien Particular:
Por último, se llama bien particular o propio a aquel que corresponde a cada uno de
los individuos que compone la sociedad; es el que aprovecha a un solo hombre en
particular. De los ejemplos anteriores, el bien de cada soldado en particular.
Por tanto, el bien espiritual está por encima del bien material, así el eterno del
temporal. No obstante, en la práctica hay que valorar las diversas circunstancias, y lo
que aconseje la prudencia, al momento de elegir entre uno u otro bien.
El bien común corresponde a las inclinaciones más elevadas del hombre, pero es un bien
arduo de alcanzar, ya que exige la capacidad y búsqueda constante del bien de los demás
como si fuese el bien propio.
Pero esta responsabilidad hacia el bien común, no sólo le compete a las personas
particulares, sino también al Estado ya que el bien común es la razón de ser de la autoridad
política. La persona concreta, la familia y los cuerpos intermedios, no pueden alcanzar por sí
mismo su pleno desarrollo; por ello es necesario la intervención del Estado, cuya finalidad
es hacer accesibles a las personas los bienes necesarios -materiales, culturales, morales y
espirituales- para gozar de una vida auténticamente humana.
Por último, para asegurar el bien común, el gobierno de cada país debe armonizar con
justicia los intereses de los diversos sectores sociales. Esta es una de las funciones más
delicadas del poder público, ya que en la búsqueda del bien común, no debe seguir la
orientación de las mayorías, sino también de las minorías.
Dentro de las virtudes que han de practicarse, para que en la sociedad subsista la paz y el orden,
está la justicia; cuya importancia es de máxima consideración.
La justicia es la virtud que inclina a dar a cada uno lo suyo, lo que le es debido, su derecho; por
ejemplo, la vida, el honor, la fama, el bien material, la educación, etc. Desde el punto de vista
subjetivo, la justicia es la actitud determinada por la voluntad de reconocer al otro como persona;
desde el punto de vista objetivo, la justicia es el criterio determinante de la moralidad en el
ámbito intersubjetivo y social.
Esta virtud radica en la voluntad, y su materia no son las pasiones –como la templanza y la
fortaleza_ si no que son las acciones exteriores por las que nos relacionamos con los demás. De
esta manera su medio será una determinación exterior, por ejemplo el salario debido, pagado a
un trabajador.
El ámbito de la justicia queda delimitado por las notas de alteridad, débito e igualdad. Sólo es
objeto de esta virtud la actividad exterior que reúne estas condiciones:
1. la alteridad: Las acciones externas son materia de la justicia en cuanto están ordenadas a otro.
Ej. La técnica artística de un escultor en cuanto que existe un contrato por el que se ha
comprometido a hacer una escultura de un tipo determinado y por un precio determinado.
2. el débito: La justicia contempla las acciones por las que se otorga a cada uno lo que se le debe.
Ej. Si la obra del escultor es reclamada por otro. La amistad, la gratitud, la benevolencia, etc., no
le competen a la justicia.
212
¡VENGA TU REINO!
Lo dicho no niega que la acción externamente justa provenga de una acción interna, la que
también debe ser justa; naturalmente debe haber virtud interior. Es por ello que las pasiones y
afectos deben tener un orden, ya que la raíz de toda injusticia está en las pasiones desordenadas
(ambición, avaricia, odio, etc.).
a) Justicia Legal o General: Se llama legal, porque su efecto más propio es cumplir las
leyes. Y se le llama también general, porque informa a las demás virtudes hacia el
bien común. La viven los ciudadanos que respetan las leyes, pagan los impuestos y
servicios públicos, etc.
b) Justicia Conmutativa: Se aplica especialmente en el comercio y todo tipo de
contratos. Se guía por un criterio de igualdad aritmética: el que compre debe pagar
exactamente el valor de la cosa adquirida. Es la justicia en sentido más estricto.
c) Justicia Distributiva: Inclina a los gobernantes a distribuir las cargas y bienes
comunes entre las personas privadas, según sus méritos, dignidad y necesidades. Se
guía por un criterio de igualdad proporcional: el Estado debe determinar los
impuestos de modo equitativo teniendo en cuenta la condición de cada
contribuyente.
2. El Derecho
El derecho es el objeto de la justicia. Es lo justo, lo debido a otro, que se funda en su bien
propio. Esto quiere decir, que es derecho de cada persona todo aquello que le pertenece a su
propio bien; por ejemplo, su vida, su propiedad, su educación; todo lo necesario para que
cada hombre alcance sus fines esenciales.
b) Derecho Subjetivo o de la Persona: es una potestad o facultad moral ante los demás
sobre algo que se tiene como propio (cosa, acción, etc.), y que es determinado por la
ley (ordenación de la razón que manda algo). Para entenderlo mejor:
213
¡VENGA TU REINO!
Ante los demás: todo derecho implica una relación ente las otras personas, a
las cuales le corresponde respetarlos. La lesión del derecho ajeno es
precisamente la violación de la justicia.
Sobre algo que se tiene como propio: es el objeto del derecho, o sea la cosa
o actividad que pertenece al titular del derecho, como una casa, un auto, etc.
Determinado por la ley: el derecho está fundado en el bien propio de las
personas, pero es la ley –natural o positiva– la que regula el orden del
hombre al bien, y a los medios para obtenerlo.
Agrego que, los derechos que proceden de la ley natural son los derechos humanos
naturales (por ej., derecho a la vida, a la libertad, etc.). Los que vienen determinados
por el ordenamiento civil son los derechos civiles, y pueden ser de orden público, si
nacen de las leyes dictadas por la autoridad de una nación, o de orden privado, si
toman origen de un convenio entre particulares (esta división se puede referir
también al Derecho objetivo, que es Público y Privado). Los derechos civiles, como
es lógico, tienen valor en materias que no repugnan al Derecho Natural.
Veamos ahora algunas características que resultan de la definición que hemos analizado:
a. Los derechos subjetivos no son el fin último, sino un medio para llegar al fin: el
derecho es capacidad, y se ha de ordenar al bien. Los derechos son medios en el
mismo sentido en que lo son la libertad y el dominio sobre las cosas: son
posibilidades de actuar que nos da el Creador para que nos encaminemos al bien.
b. No son ilimitados ni absolutos, pues reciben su limitación de la Ley Divina y de las
leyes humanas. Así, hay derechos que se adquieren y que antes no se tenían (por ej.,
al ingresar en una sociedad, se adquieren una serie de derechos), otros se pierden
libremente (por una cesión voluntaria, como en el caso de una donación), o contra la
propia voluntad (por una sanción penal), y otros no se pueden ejercer (por la edad,
enfermedad, etc.).
c. Su fundamento próximo es la libertad humana y el dominio sobre las cosas, en su
orden al bien: sólo caben derechos en el ámbito de un dominio libre sobre alguna
cosa, pero no arbitrariamente, sino en función de la recta conducta humana.
d. Su fundamento último es Dios, supremo Legislador, que al crear al hombre le ha
dado una naturaleza libre y unos derechos para conseguir su fin. El hombre tiene
derecho a utilizar todo lo necesario, próxima o remotamente, para llegar a su fin
último; la regla de sus derechos es, pues, la ley de Dios.
3. Derechos y Deberes
Los derechos normalmente son posibilidades morales de obrar (poder estudiar, caminar,
etc.). Por otro lado, los deberes u obligaciones, son acciones moralmente necesarias, en
virtud de la ley: por ejemplo, el deber de pagar el salario justo, o de cumplir con un contrato,
no son acciones efecto de una fuerza física (coacción), sino obligaciones de orden moral,
que afectan sólo a un ser libre que se ordena a un fin por su propia libertad. Su fundamento
es la ley de Dios o la ley humana.
214
¡VENGA TU REINO!
Ahora veremos la virtud del amor o caridad. En ella se fundamentan todas las demás virtudes
sociales. Sin tener presente el amor en cada uno de los ámbitos sociales, seríamos como una especie
de "robots" que se defienden, se ayudan o se prestan servicios.
Repasemos a grandes rasgos qué dijeron, a lo largo de la historia, los siguientes autores, acerca del
amor:
I. PLATÓN.- En su forma paradigmática, en filosofía, el eros de Platón hace del amor un
deseo amoroso o pasión, expresión de la tendencia fundamental y constante del hombre
hacia el bien. Como este anhelo de fusión con el bien no es posible más que por vía del
conocimiento, el eros es, a la vez, vehículo de paideia o educación del hombre. Platón
dedica al tema del amor dos de sus diálogos: Banquete y Fedro. En el Banquete lo identifica
inicialmente con el sentimiento de atracción física en que se basa el modelo de educación
griega, en el amor del maestro por el discípulo, lo compara a la misma filosofía y lo
personifica en la figura de Sócrates: el amor nace del deseo humano de lo bello y lo bueno,
del ansia de felicidad e inmortalidad, y en el trato con los hombres; sólo los hombres aman
(no los dioses) porque Eros es hijo de Poros (recurso) y Penia (pobreza). Es, pues, carencia y
deseo. Pero, porque se realiza por hombres y entre los hombres, es creador; sólo por la
creación/generación, en la belleza, se alcanza la inmortalidad. Es el camino de la dialéctica
en el que el conocimiento es amor, porque uno y otro nacen de la carencia y el deseo. En el
Fedro, Platón describe el amor como locura o delirio del hombre por el conocimiento, como
recuerdo o reminiscencia de un saber ya adquirido por el alma, que el hombre recupera
yendo, a través de la multiplicidad de lo percibido por los sentidos, hacia la unidad de la
idea o del concepto.
II. ARISTÓTELES.- Se refiere al amor entre los hombres más como philia, amistad (de la que
habla en los libros VIII y IX de Ética a Nicómaco), que como eros. Dirá que “el amor de las
cosas que carecen de alma no se dice bien de la amistad, porque no hay en ellas
correspondiente amor...” no podrán ser amigos “no conociéndose el uno al otro ni
entendiéndose las aficiones” (Ética a Nicómaco VIII, 2).
III. AGUSTÍN DE HIPONA.- Para la Ciudad de Dios, de san Agustín, el sentido de la vida
humana individual y el de toda la humanidad no es otro que la lucha o antagonismo entre
dos amores: el amor a Dios y el amor a sí mismo. De esta doble dirección del amor surge la
distinción medieval, entre los escolásticos, de amor de benevolencia, desinteresado, y amor
de concupiscencia, egoísta, que combina la concepción ontológica del amor con un
comienzo de planteamiento psicológico, predominando todavía en esta época la
comprensión del amor explicado desde la causa última.
IV. DESCARTES Y HOBBES.- La época moderna entiende que el amor es un fenómeno de la
conciencia que se explica desde sus causas psicológicas. Así, para Descartes, el amor es
«una emoción del alma» y, para Hobbes, un movimiento voluntario de la misma naturaleza
del deseo.
V. SPINOZA.- Acentúa el componente racional del amor con su teoría del amor Dei
intellectualis, que también puede entenderse como el amor intelectual a la naturaleza, esto
es, el deseo apasionado de conocer la naturaleza: la culminación de la vida ética es la
racionalidad. Unos y otros, no obstante, a diferencia de lo que sucede durante el
Renacimiento que ve en el amor, por fuerza de las ideas neoplatónicas, una fuerza cósmica,
y acentúan el planteamiento psicológico: «el amor es una emoción, una acción unitiva de la
voluntad», que se lee en Las pasiones del alma (1649), de Descartes.
VI. FREUD.- Junto a un instinto de vida, el eros, hay un instinto de muerte, que luego se llamó
thánatos. Aunque estos nombres sean, una vez más, simbólicos, metáforas de la vida que es
mezcla de amor y muerte, con mayor precisión puede decirse que el amor es, a un tiempo,
215
¡VENGA TU REINO!
deseo y sufrimiento –como lo ilustran, tantas obras de la literatura universal, especialmente
las románticas -, y que las pulsiones amorosas aspiran a una eternidad y término absoluto
que constantemente les es negado.
VII. SARTRE.- El amor es una empresa contradictoria condenada de antemano al fracaso. El
hombre, que en el sistema de Sartre es el «ser para sí» es también «ser para otro». El otro
aparece en el ámbito de la conciencia como alguien que contempla desde fuera nuestra
propia subjetividad. La fuerza de su mirada desconcierta y tendemos a hacer del otro un
objeto de conciencia, hundiéndolo en la subjetividad, para evitar sentirnos sometidos a su
mirada. Como la libertad del otro es irreductible, debemos asumir, como proyecto la idea de
hacernos amar por el otro: si deseamos poseer a los demás, no basta poseer el cuerpo, hay
que adueñarse de la subjetividad, es decir, del otro sujeto en cuanto ama. «Amar es, en
esencia, el proyecto de hacerse amar». La empresa es imposible y siempre condenada al
fracaso, porque hacerse con la subjetividad del otro es hacerse con su libertad, y ofrecerse a
la libertad del otro es constituirse en objeto, alienar la propia libertad. Es una empresa de
dioses, imposible para el hombre, y por eso «el hombre es una pasión inútil».
Es para poner de relieve que la persona, para poder vivir el «nosotros» del que hablamos y no
quedarse por el contrario sola, debe, de algún modo, tener noticia del amor que el amado siente
hacia ella. Esta noticia, a un «espíritu encarnado» como el hombre, únicamente puede llegarle a
través de los sentidos. Por este motivo el amor recíproco, para ser realmente compartido y poder
subsistir, debe revestir una forma física: debe comunicarse mediante ciertos comportamientos
externos, que serán esencialmente gestos o palabras.
¿Cuáles habrán de ser concretamente estos comportamientos, gestos o palabras?
Ante todo resultará que el deber-ser de esos comportamientos (gestos o palabras) manifestativos del
amor, su conformación concreta (como un abrazo, ayuda económica, o prestación profesional, etc.)
dependerá fundamentalmente del sistema de relaciones en el que los sujetos se mueven y, más
precisamente del tipo de «nosotros» que el amor ha constituido o debería constituir entre ellos (el
«nosotros» de la unión conyugal, o de la normal amistad, el que existe entre el comprador y el
vendedor, etc.).
Hablando de las relaciones interpersonales en general, lo único que cabe afirmar es que el sujeto
ético, al relacionarse con cualquier persona, deberá siempre reconocer su humanidad, lo cual
significará no sólo respetar sus derechos fundamentales, sino además comportarse con afabilidad:
educadamente, con corrección y amabilidad. Este elemento positivo del reconocimiento entre los
hombres tiene mucha más importancia de lo que pudiera parecer: además de condicionar la
216
¡VENGA TU REINO!
adquisición de una identidad plenamente humana por parte de los individuos es una condición
indispensable para la creación y el mantenimiento de ese «nosotros» que constituye el entramado
conectivo, por ejemplo, de la empresa, de la comunidad de vecinos, de la ciudad o de la sociedad
política.
No obstante, en el ejercicio de la afabilidad existe también un error por exceso: los diferentes
comportamientos, gestos o palabras mediante los cuales parecería ponerse en práctica esta virtud no
son siempre expresiones de auténtica afabilidad, es decir, manifestaciones idóneas para promover o
conservar la existencia del «nosotros vivimos bien». Lo serán únicamente en la medida en que sean
interiormente causados por la comprensión y el amor hacia los otros en su valor de personas.
Así las cosas, será necesario vigilar con el fin de que las hipotéticas manifestaciones de la afabilidad
no asuman en algunos contextos (para el sujeto activo o para el sujeto pasivo) un significado que es
en realidad opuesto. La sonrisa, por ejemplo, deberá ser considerada muchas veces como una
manifestación de auténtica afabilidad; pero en otras ocasiones, como cuando se sonríe ante ciertos
comportamientos éticamente irracionales de los demás, mostrando de este modo la propia
aprobación y evitando el desagradable «deber de corregir», podría tratarse de un gesto egoísta, que
no tiene en cuenta las necesidades objetivas del bien propio y del prójimo (del bien común).
b) La «perfección» del amor: la amistad
Nos aproximamos a la conclusión a la que nos conducen todas estas consideraciones respecto al
amor interpersonal con el que se realiza de modo pleno el ideal de la vida buena y que el
pensamiento clásico ha denominado amor de amistad o simplemente amistad (aunque, en ocasiones,
añaden el adjetivo «auténtica», para distinguir las amistades buenas de las malas, que —como la
existente entre hombres viciosos— son contrarias a la vida buena). Pues bien las condiciones de
posibilidad de un amor de este tipo serán las siguientes:
1. El amor de amistad dependerá fundamentalmente, para cada individuo, no sólo del
comportamiento personal, de la seriedad de su propio empeño por respetar y promover el
valor de persona de los otros, sino —además— de su efectivo vivir dentro de un «nosotros»
intencional puesto en acto por un grupo de personas que se empeñen con igual seriedad en
su favor. Todavía más sintéticamente, la amistad (auténtica) implica el esfuerzo de una
comunidad de personas por comportarse recíprocamente según el principio personalista en
su formulación más exigente, maximalista.
2. La comunicación, la afirmación recíproca de la existencia de este particular tipo de
«nosotros», deberá llevarse a la práctica mediante toda una serie de comportamientos, gestos
o palabras que manifiesten adecuadamente la extensión y la intensidad de esta peculiar
comunión entre los sujetos. Son actos idóneos para comunicar este mensaje, por ejemplo, la
compañía, los pequeños actos de servicio, el abrazo, el beso, etc.; y, en general, todos
aquellas acciones que hacen surgir entre las personas una relación de afecto, que va mucho
más allá de la simple afabilidad debida a todo hombre. Privado de estas manifestaciones de
afecto, el «yo te quiero» característico de la amistad se quedaría en el vacío.
Sin embargo, así como hay una afabilidad auténtica y una afabilidad que es sólo aparente, del
mismo modo los comportamientos, las palabras y los gestos de afecto pueden ser auténticos, es
decir éticamente racionales, o no. Serán auténticos en la medida en que sean causados por la
comprensión y el amor hacia el otro en su valor de persona, y siempre que lo ayuden objetivamente
en la realización de este valor.
217
¡VENGA TU REINO!
La justicia, no puede ser la única virtud que regule las relaciones humanas. “La experiencia, forjada
en la historia, nos ha mostrado que esto no puede ser así... Esta experiencia es la que nos ha llevado
a formular la siguiente afirmación: summum ius, summa iniuria; suprema justicia, suprema
injusticia” (Cf. Dives in Misericordia, 12).
------
La sociedad de hoy, necesita de una virtud que le ayude a transcender, a superar aquellas leyes que
la circunscriben a simples dictámenes normativos, una virtud que le lleve hacia el olvido de sí por
su prójimo. Esta virtud es el amor.
La Doctrina Social de la Iglesia afirma, que el amor es el criterio supremo y universal de toda la
ética social. Si la justicia de por sí sirve de árbitro entre los hombres, se necesita del amor que no
sólo da a cada uno lo que le corresponde, si no que procura al hombre su misma humanidad; es
decir lo que realmente es el hombre, para lo que en realidad existe, para amar. Somos seres en
donación.
Entonces no basta dar al hombre: una vivienda, una buena educación, el justo salario, etc. Falta
hacerle ver que él es importante, que sus necesidades son también las mías, que si no produce no lo
vamos a eliminar. Por eso Josef Pieper afirma que: “Amar algo o a alguna persona significa dar por
´bueno´, llamar ´bueno´ a ese algo o a ese alguien. Ponerse de cara a él y decirle: ´Es bueno que
existas, es bueno que estés en el mundo´”. El amor para Josef Pieper es un acto de la voluntad, el
acto por excelencia.
Así la caridad social, nos apremia a buscar el bien común, el bien de las demás personas, y a
considerarlas no sólo individualmente sino también en la dimensión social que las une. Amar al
otro, en el plano social es, servirse de las mediaciones sociales para mejorar su vida, o bien eliminar
los factores sociales que causan su indigencia.
Organizar y estructurar la sociedad de tal manera que el prójimo no padezca de miseria, es un
verdadero acto de caridad. La lucha contra la miseria es hoy en día una verdadera cuestión social,
ya que muchos pueblos la sufren.
Por último, preciso que todo lo dicho no hace vana la justicia, si no que hace ver que, el amor
presupone y perfecciona la justicia. Ella encuentra su fundamento y origen en el amor, sin el amor
la justicia queda en un simple cumplimiento superficial de las normas, y puede hacer del hombre un
ser rígido y frío.
La Subsidiaridad
Toda persona humana va en busca de su fin último, la felicidad. Pero ésta por sí sola, no puede
procurarse los bienes necesarios para llegar a ella. Por tanto el bien común, fruto de la cooperación
social, tendrá necesariamente un carácter subsidiario, de ayuda o servicio a la persona.
I. Origen y Significado
Este principio propugna que, todas las sociedades de orden superior deben ponerse en
actitud de ayuda (“subsidium”), respecto a las menores. Este principio se aplica sobre
todo y en especial en la relación del Estado con los ciudadanos.
218
¡VENGA TU REINO!
II. Indicaciones Concretas
El principio de subsidiaridad protege a las personas de los abusos de las instancias
sociales superiores, e insta a estas últimas a ayudar a los particulares, y a los cuerpos
intermedios a desarrollar sus tareas. Toda persona, familia y cuerpo intermedio tienen
algo de original que ofrecer a la comunidad.
Concretando:
La Solidaridad
1) Significado y Valor
Este principio pone de relieve la intrínseca sociabilidad de la persona humana, la igualdad
de todos en dignidad y derechos, y el camino común de los hombres y de los pueblos hacia
una unidad cada vez más convencida.
La solidaridad es el principio social por el cual, todos los hombres debemos disponer de
nuestra ayuda, ya sea material o espiritual, a todos los demás, sin importar la condición
social, la religión o la raza.
219
¡VENGA TU REINO!
Hoy somos testigos del increíble avance tecnológico al que ha llegado el hombre; gracias a
los logros de la ciencia y de los medios de comunicación, es posible que dos personas
lejanas o desconocidas se comuniquen en “tiempo real”. A pesar de ello, junto con este
proceso agigantado de interdependencia entre los hombres y los pueblos, existen aún en el
mundo fortísimas desigualdades entre países desarrollados y países en vías de desarrollo.
a) Como principio social: la solidaridad debe captarse como principio ordenador de las
instituciones, según el cual las “estructuras de pecado” (Juan Pablo II, Carta enc.
Sollicitudo rei socialis), que dominan las relaciones entre las personas y los pueblos,
deben ser superadas y transformadas en estructuras de solidaridad, mediante la
creación o la oportuna modificación de leyes, reglas de mercado, ordenamiento, etc.
b) Como virtud moral: no es un sentimiento superficial ante los males de las personas,
sino que es la determinación firme y permanente de empeñarse por el bien común.
De esta manera la solidaridad, se eleva al rango de virtud social fundamental, ya que
se coloca en la dimensión de la justicia.
La Familia
El hombre por sí solo, no puede alcanzar ciertos fines que le son naturales, es la familia la
que le ayudará a alcanzarlos. Fines como: la procreación, la educación de los hijos, y la
realización y felicidad de los cónyuges.
220
¡VENGA TU REINO!
Es por esto que la familia es una sociedad natural, ya que responde a una inclinación natural
en el hombre: la perpetuación de la especie. Pero nos damos, cuenta que también los
animales se unen a causa de la procreación. Pasa que en el hombre esa unión generativa
conlleva una mayor dignidad, a causa de la mayor dignidad de su naturaleza. Esa dignidad
es mayor porque su fin también lo es: la unión conyugal no solo persigue la prolongación de
la especie, sino que además busca la educación de los hijos. Adicionémosle a esto, el mutuo
amor y ayuda entre los cónyuges que existe en las uniones entre los seres humanos. He aquí
la muestra de que la sociedad familiar, es una exigencia de la propia naturaleza humana.
Además de alimentarlo, abrigarlo y cuidar su salud, los padres, sobre todo durante los
primeros años, formarán a los hijos. Ellos le darán la columna vertebral de su vida
psicológica, afectiva y espiritual. Aprenderán los valores, recibirá las primeras nociones
sobre el bien y la verdad, aprenderá a amar, a ser persona. Y todo esto de la mano, con el
amor libre e irrevocable entre los padres, el cual representa el ambiente más adecuado para
el desarrollo del niño.
Los hijos son la causa primaria de la unión de amor entre el marido y la mujer, sin esta
constante esta unión se desvirtúa. Sabiendo que la finalidad de la familia, es la generación y
educación de los hijos, por tanto todo acto generativo realizado fuera del matrimonio –o
dentro, pero impidiendo voluntariamente su finalidad, es decir la procreación–, es
intrínsecamente malo, ya que en estos actos siempre se buscará el propio placer sin miras al
bien común.
Por último, de lo dicho anteriormente afirmaremos que, la familia también posee un fin
secundario, y que es: la mutua ayuda entre sus miembros, y especialmente –durante toda la
vida– el mutuo complemento y perfección de los cónyuges entre sí. Sin este elemento la
familia se convertiría en una mera fábrica de hombres bien educados.
4. El carácter de la Familia como célula primera de la vida social lleva consigo dos
consecuencias importantes.
La primera es que a la sociedad civil le va su misma vida en el mantenimiento y fomento de los
valores familiares. De ahí que una política familiar adecuada sea uno de los aspectos más
importantes de todo programa social y político, así como de todo intento de reforma social.
La segunda consecuencia es que, a la hora de determinar la naturaleza de los vínculos y deberes
familiares, no se puede atender únicamente a las exigencias o vicisitudes accidentales de tal o cual
unidad familiar (los llamados «casos límite»), sino al papel originante y configurador de la vida
social que pertenece a la familia. La defensa de la familia no hunde sus raíces únicamente en los
derechos que ella posee por naturaleza; es también un deber derivado del derecho irrenunciable de
toda sociedad a la conservación y defensa de su propia vida.
Aquella sociedad que se amolde al sistema de la familia, tiene las garantías contra toda
tendencia individualista o colectivista, ya que en ella la persona es tomada siempre como un
fin y nunca como medio.
Toda sociedad que busque el bien común, debe tener en cuenta la centralidad y
responsabilidad que tiene la familia dentro de la sociedad, su participación, sus derechos y
deberes, su dignidad y fin último.
Las autoridades tienen el deber de ayudar a la familia, de prever sus necesidades básicas, de
velar por su educación, etc., pero sin quitarle la propia iniciativa, y la libre asociación con
otras familias para lograr objetivos comunes (principio de subsidiaridad).
San Juan Pablo II, en su exhortación apostólica Familiaris Consortio, afirma que: “El
servicio de la sociedad a la familia se concreta en el reconocimiento, el respeto y la
promoción de los derechos de la familia”. Para esto es necesario crear políticas adecuadas,
que respeten la preeminencia de la persona humana, y que rechacen todo intento de
individualismo o colectivismo.
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¡VENGA TU REINO!
línea límite entre la familia, en su correcta acepción, y las otras formas de convivencia, que
–por su naturaleza– no se merecen ni el nombre ni la condición de familia.
Por último, sabiendo el papel originante y configurador que tiene la familia dentro de la
sociedad, diremos que, la defensa de la familia no se funda sólo en los derechos que tiene
por naturaleza, es un deber de toda sociedad que busca la defensa y conservación de su
propia vida.
El Matrimonio
Ha quedado claro que la familia responde a una inclinación natural de todo hombre: la perpetuación
de la especie, no sólo como un mero fin reproductivo, sino también con la intención de educar a
más hombres, a los nuevos hombres.
Ahora veremos cuál es el cimiento de la familia, y que también este cimiento responde a la
naturaleza que nos ha dado nuestro Creador.
Además a este mutuo consentimiento no se le puede suplir con nada, basta que falte en uno
de los cónyuges para que el matrimonio sea inválido. Pero también, si el consentimiento es
condicionado por la violencia, el error sustancial (en la esencia del matrimonio), o por
miedo grave producido por una causa externa y libre, tampoco se realizaría el vínculo
matrimonial.
223
¡VENGA TU REINO!
San Juan Pablo II, en su exhortación apostólica Familiaris Consortio, afirma que existen
otras dos propiedades más: la totalidad, en razón de la cual los cónyuges se entregan
recíprocamente en todos los aspectos de la persona, físicos y espirituales; y la fecundidad a
la que naturalmente el matrimonio está abierto.
La unidad consiste en que el matrimonio, es un vínculo entre un solo hombre y una sola
mujer. Esta propiedad es exigida por el fin primario y el fin secundario del matrimonio.
Por otro lado, la poligamia que es la unión entre un varón con varias mujeres, sólo
impide parcialmente el fin primario, pero sí que lo dificulta notablemente en cuanto
la educación de los hijos, y lesiona gravemente el fin secundario del matrimonio. Es
por esto que la poligamia es contraria al Derecho Natural.
Así mismo la Poliandria, ya que una mujer "comparte" su cuerpo con varios
hombres, no existe en ella un vínculo único de amor, ni mucho menos un
perfeccionamiento mutuo, sino un mero "compartir" las necesidades biológicas de
ciertos individuos.
La unidad propia del matrimonio implica el deber de la fidelidad. Por ella, los
cónyuges se pertenecen el uno al otro, y por consiguiente cumplen con los deberes
matrimoniales. Esta fidelidad es parte de la virtud de la justicia, y reforzada por el
amor lleva a los esposos, como dice San Juan Pablo II, a la entrega total de sí como
don para el otro.
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¡VENGA TU REINO!
El cuidado y la educación de los hijos exigen que los esposos permanezcan siempre
unidos. Los hijos son un bien común del marido y de la mujer, de manera que
necesitan de la continua solicitud tanto del padre como de la madre.
Ahora, tratando el caso excepcional de que una familia no pueda concebir hijos, eso
no significa una objeción en contra de la indisolubilidad del matrimonio. Y es que la
ética natural no se funda en casos particulares, sino en lo que sucede normalmente
según la naturaleza de las cosas. Además, en estos casos sigue vigente el fin
secundario, de la naturaleza misma del amor humano y del papel de la familia como
célula de la sociedad. Por otro lado, el CEC propone en estos casos, que la familia
puede adoptar un hijo, o dedicarse a hacer obras de bien social.
Sin la propiedad de la indisolubilidad, el instinto sexual, en vez de ser parte del amor
humano, se convertiría en egoísmo pasional que pretende desplazar a la recta razón
en el gobierno de la vida familiar y social. La unión familiar dependería del placer, y
degeneraría el verdadero sentido de nuestros cuerpos sexuados.
Por otro lado, la disolución del vínculo matrimonial, además de las profundas heridas
morales y afectivas que causa en los hijos, deja en una situación injusta a uno de los
cónyuges. Éstos han de permanecer unidos tanto en la prosperidad como en la
adversidad.
225
¡VENGA TU REINO!
La indisolubilidad del matrimonio, en estos últimos tiempos, ha sido objeto de muchas
impugnaciones. Muchos son los países que han modificado sus leyes para permitir el
divorcio vincular, el cual permite a los esposos contraer nuevas nupcias.
Las objeciones presentadas a continuación, responden a una crisis generalizada de los
valores éticos y a la difusión de una mentalidad materialista y hedonista.
Este argumento contiene medias verdades. La clave para descubrir la falacia en este
argumento es el hedonismo.
En primer lugar, para saber si una institución o ley moral es válida universalmente,
no esperemos que ésta puede dar en todos y cada uno de los casos una felicidad mal
entendida, como placer continuo y ausencia de toda dificultad.
Es más, desde este falso concepto de felicidad -el hedonismo-, la idea de norma
universal o institución estable resulta insostenible, debido a que no existe realidad
humana que no esté sujeta a las adversidades de la vida como la enfermedad, la
vejez, etc. Entonces, si el matrimonio es una realidad moral -aquella que está
regulada por normas morales universales-, se ha de atener a las exigencias esenciales
del bien de la especie, lo cual conllevará de hecho momentos de dificultad.
226
¡VENGA TU REINO!
iv. Finalmente, otros sostienen que el matrimonio es un contrato que nace del libre
consentimiento, por ende puede disolverse también por mutuo acuerdo.
Aquí se ha olvidado que el matrimonio es en realidad un contrato natural; es decir,
una institución cuya finalidad y leyes esenciales están determinadas por la misma
naturaleza humana.
Lo que en realidad depende de la libre voluntad, es el contraer o no contraer
matrimonio, y hacerlo con esta persona o aquella, mas no realizarlo bajo condiciones
distintas a su fin y naturaleza esencial.
5. Autoridad Familiar
Como la familia es una sociedad, compuesta por los padres y los hijos, necesita también de
un gobierno y de una autoridad que dirija a sus miembros hacia los fines de la institución
familiar. La autoridad familiar se realiza de un modo peculiar, distinto al del gobierno civil y
al de otras sociedades, y corresponde naturalmente a los padres sobre los hijos, y al varón
sobre la mujer; su ejercicio se acomoda a las características propias de los vínculos
familiares. Se ejerce bien la autoridad paterna cuando los hijos ven en sus padres a sus
mejores amigos, más que a dos gobernantes.
La educación de los hijos corresponde primariamente a los padres, y no a otras partes de la
sociedad, porque éste es el bien propio de la familia, y en un todo ordenado (la sociedad) el
bien de una parte no puede ser sustituido y realizado por otra.
El Estado, finalmente, aunque debe regular algunos aspectos de la educación en orden al
bien común de la sociedad, no puede monopolizar la enseñanza, y ha de reconocer a las
instituciones educativas privadas la legítima autonomía en la elección del profesorado y de
los planes de estudio, la posibilidad de formar un patrimonio y de administrarlo, el derecho a
recibir ayuda económica, etc.
COMUNIDADES FUNDAMENTALES
El Estado
1. Concepto de Estado
La palabra “Estado” aparece a inicios del siglo XVI para llamar así a las comunidades
políticas. Luego con el tiempo, se hizo la forma más común de llamar así a la agrupación
política suprema.
Primeramente el Estado es una sociedad civil que posee una unidad y organización política
independiente y soberana. Como afirma Messner, el Estado es la comunidad de un pueblo
asentada sobre un determinado territorio, dotada del más alto poder de dominio, para la
fundamentación completa de su bienestar general. En este sentido, el Estado comprende en
su totalidad a la sociedad civil, es decir tanto autoridades como ciudadanos. Es en estos
términos cuando se entiende que, si es preciso, el individuo debe sacrificarse por el bien del
Estado.
227
¡VENGA TU REINO!
Esta tesis no está unida con ninguna forma de designar a las autoridades, ni excluye que
éstas deban o puedan ser controladas por las leyes para asegurar su recta actuación, ni
mucho menos quita la posibilidad de ser destituidas incluso de un modo no sancionado por
las leyes civiles. Por el contrario, es enemiga de la teoría del Pacto Social de Hobbes y
Rousseau, la cual pone como último fundamento de la autoridad, a la libre voluntad humana
individual o colectiva. Además va en contra de la doctrina que defiende la directa
designación divina de las autoridades, sostenida por Bossuet y De Maistre; este hecho sólo
se ha verificado en ciertos momentos de la historia del pueblo hebreo.
No confundamos nunca esta teoría con la del Pacto Social defendida por Hobbes y
Rousseau. Suárez no sostiene que dicho pacto sea el origen de la sociedad, sino más
bien es el medio necesario que actualiza las exigencias sociales de la naturaleza
humana, las cuales necesitan de la designación de una o varias personas que ejerzan
la autoridad en nombre de Dios.
228
¡VENGA TU REINO!
b) Teoría Orgánica
Defendida por autores como Taparelli, Cathrein, etc. Ellos sostienen que las
organizaciones políticas no derivan de un pacto o consentimiento popular, sino de
hechos y situaciones históricas que escapan a la voluntad del hombre (Cfr. Taparelli,
Saggio teorético di Diritto Naturale, vol. I, dissert. 2; Cathrein, Filosofia Morale,
vol. II, pp. 500 ss.)
En este caso, las autoridades reciben el poder de Dios sin que pase a través del
cuerpo social, mas no lo reciben de modo inmediato, sino mediato, a través de
determinados sucesos o circunstancias históricas. Esta teoría difiere de aquella que
propone la intervención directa de Dios (derecho divino de los reyes), y tampoco el
sistema democrático. Las elecciones populares podría ser uno de esos hechos o
situaciones históricas; de cualquier manera la autoridad se ejercería en nombre de
Dios.
En síntesis las dos teorías son aceptables, ya que conservan el fundamento natural y
mediatamente divino de la autoridad y de su obligatoriedad moral, y también ofrecen
ventajas y desventajas en la aplicación de casos concretos. Además las diferencias
entre ellas, son en realidad de carácter teórico; en la praxis llegan casi a la misma
solución.
Adiciono: no confundamos nunca la cuestión del origen del gobierno, con las formas
en que se gobierna; eso lo veremos a continuación. Lo tratado anteriormente, se
refiere únicamente al modo en que Dios inviste de poder a la autoridad legítima.
I. La Monarquía
Forma de gobierno en que el poder supremo reside en una sola persona, el rey. Tipos
de monarquía:
II. La Aristocracia
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¡VENGA TU REINO!
Forma de gobierno en que sólo ejercen el poder un grupo de personas, las más
notables del Estado.
III. La Democracia
Forma de gobierno basada en el reconocimiento del principio de que toda autoridad
emana del pueblo, y que se caracteriza por la participación de éste en la
administración del Estado. También garantiza las libertades básicas del individuo
(expresión, reunión y asociación), así como la libre elección para los cargos de
gobierno y el control popular de la gestión gubernativa.
Acoto que los tres regímenes políticos son conformes al Derecho Natural, sí y solo sí
promuevan eficazmente el bien común y respeten los derechos de la persona, de las familias
y de las sociedades de rango intermedio. Además pueden combinarse entre ellos.
Hoy en día predominan los sistemas mixtos. El principio monárquico para designar la
jefatura del Estado (rey, presidente de la república, etc.), para los órganos legislativos y
ejecutivos se aplica el sistema democrático y el principio aristocrático para formar el
carácter y el espíritu que pueda desarrollar con competencia y solvencia moral las tareas
relacionadas con el bien común.
Por último, la función de promover el bien común la realiza el Estado a través de tres poderes:
legislativo, ejecutivo y judicial.
1. P. Legislativo: tiene la capacidad de promulgar leyes que regulen la actividad de los
ciudadanos en orden al bien común.
2. P. Ejecutivo: lleva a la práctica lo prescrito por las leyes, por medio de la administración
pública. Asume la representación del Estado en las relaciones internacionales. Recauda
impuestos, nombra funciones públicas, etc.
3. P. Judicial: resuelve los conflictos entre los ciudadanos (justicia civil) y pronuncia las
sentencias penales contra los infractores de las leyes (justicia penal).
La finalidad general del Estado consiste en procurar el bien común de la sociedad y tiene una
función jurídica (fundar una constitución, la legislación y la administración de justicia además de
procurar la admiración de la economía), la función administrativa (comprende la política impositiva
y presupuestaria y la gestión de servicios públicos) y la función cultural (educación y moralidad
pública).
El bien común podrá ser una realidad si el Estado facilita, coordina, impulsa y completa; pero no si
el Estado anula o inhibe la actividad de las personas y los grupos sociales.
COMUNIDAD INTERNACIONAL
Los elementos fundamentales para construir una verdadera Comunidad Internacional, cuya
organización debe orientarse al efectivo bien común universal que, al mismo tiempo se funda en los
mismos valores que deben orientar la de los seres humanos entre sí: la verdad, la justicia, la
solidaridad y la libertad son: La centralidad de la persona humana y la natural tendencia de las
personas y de los pueblos a estrechar relaciones entre sí.
El derecho se presenta como instrumento de garantía del orden internacional, es decir, de la
convivencia entre comunidades políticas que individualmente buscan el bien común de sus
ciudadanos y que colectivamente deben tender al de todos los pueblos, con la convicción de que el
bien común de una Nación es inseparable del bien de toda la familia humana.
230
¡VENGA TU REINO!
La Comunidad Internacional es una comunidad jurídica fundada en la soberanía de cada uno de los
Estados miembros, porque la soberanía representa la subjetividad de una Nación en su perfil
político, económico, social y cultural. O sea, es una sociedad políticamente completa y perfecta. Sin
embargo no es un absoluto porque las Naciones pueden renunciar libremente al ejercicio de algunos
de sus derechos, en orden a lograr un objetivo común, con la conciencia de formar una «familia»,
donde deben reinar la confianza recíproca, el apoyo y respeto mutuos. En esta perspectiva, merece
una atenta consideración los acuerdos internacionales u organizaciones internacionales que velan
adecuadamente por «los derechos de las Naciones», porque puede resolver de manera oportuna las
cuestiones relacionadas con la justicia y la libertad en el mundo contemporáneo.
También no es un absoluto porque equivaldría a decir a suprimir el derecho internacional, y también
supondría la igualdad “aritmética” de todos los estados, cosa que reduciría cualquier intento por
hacer una organización internacional. La igualdad aritmética sería sinónimo de anarquía.
Para realizar y consolidar un orden internacional que garantice eficazmente la pacífica convivencia
entre los pueblos, la misma ley moral que rige la vida de los hombres debe regular también las
relaciones entre los Estados. Y el respeto universal de los principios que inspiran una «ordenación
jurídica del Estado, la cual responde a las normas de la moral» es condición necesaria para la
estabilidad de la vida internacional.
Para resolver los conflictos que surgen entre las diversas comunidades políticas y que comprometen
la estabilidad de las Naciones y la seguridad internacional, es indispensable pactar reglas comunes
derivadas del diálogo, renunciando definitivamente a la idea de buscar la justicia mediante el
recurso a la guerra. La Carta de las Naciones Unidas repudia no sólo el recurso a la fuerza, sino
también la misma amenaza de emplearla: esta disposición nació de la experiencia de la Segunda
Guerra Mundial.
Para consolidar el primado del derecho, es importante ante todo consolidar el principio de la
confianza recíproca. En esta perspectiva, es necesario remozar los instrumentos normativos para la
solución pacífica de las controversias de modo que se refuercen su alcance y su obligatoriedad. Las
instituciones de la negociación, la mediación, la conciliación y el arbitraje, que son expresión de la
legalidad internacional, deben apoyarse en la creación de «una autoridad judicial totalmente
efectiva en un mundo en paz».
La solución al problema del desarrollo requiere la cooperación entre las comunidades políticas
particulares: «Las Naciones, al hallarse necesitadas las unas de ayudas complementarias y las otras
de ulteriores perfeccionamientos, sólo podrán atender a su propia utilidad mirando simultáneamente
al provecho de los demás. Por lo cual es de todo punto preciso que los Estados se entiendan bien y
se presten ayuda mutua ».
El espíritu de cooperación internacional requiere que, por encima de la estrecha lógica del mercado,
se desarrolle la conciencia del deber de solidaridad, de justicia social y de caridad universal, porque
existe «algo que es debido al hombre porque es hombre, en virtud de su eminente dignidad». La
cooperación es la vía en la que la Comunidad Internacional en su conjunto debe comprometerse y
recorrer «según una concepción adecuada del bien común con referencia a toda la familia humana».
De ella derivarán efectos muy positivos, por ejemplo, un aumento de confianza en las
potencialidades de las personas pobres y, por tanto, de los países pobres y una equitativa
distribución de los bienes.
Ejemplo de cooperación internacional: En las relaciones culturales, uniendo esfuerzos para crear
entre sí lazos de recíproca comprensión, mediante las relaciones culturales y por su cooperación en
trabajos científicos, que podrían ser una obra común. Otro ejemplo en los acuerdos económicos,
deseando que se instituya un verdadero orden económico entre grupos de naciones, según los
recursos y necesidades de cada una, de modo que permita a los Estados regular lo que concierne a la
producción de las riquezas económicas y al trabajo. Otro ejemplo sería con los regímenes de
concordancia, que sería entre las respectivas leyes de los diferentes países, de manera que
garantizasen más eficaz el respeto por los derechos humanos.
b) Lucha contra la pobreza
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¡VENGA TU REINO!
Al comienzo del nuevo milenio, la pobreza de miles de millones de hombres y mujeres es «la
cuestión que, más que cualquier otra, interpela nuestra conciencia humana y cristiana». La pobreza
manifiesta un dramático problema de justicia: la pobreza, en sus diversas formas y consecuencias,
se caracteriza por un crecimiento desigual y no reconoce a cada pueblo el «igual derecho a “sentarse
a la mesa del banquete común”». Esta pobreza hace imposible la realización de aquel humanismo
pleno que la Iglesia auspicia y propone, a fin de que las personas y los pueblos puedan «ser más» y
vivir en «condiciones más humanas», como lo afirma León XIII.
Con la constante reafirmación del principio de la solidaridad, se requiere pasar a la acción para
promover «el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de
todos». El principio de solidaridad, también en la lucha contra la pobreza, debe ir siempre
acompañado oportunamente por el de subsidiaridad, gracias al cual es posible estimular el espíritu
de iniciativa, base fundamental de todo desarrollo socioeconómico, en los mismos países pobres: a
los pobres se les debe mirar «no como un problema, sino como los que pueden llegar a ser sujetos y
protagonistas de un futuro nuevo y más humano para todo el mundo».
c) La deuda externa
El derecho al desarrollo debe tenerse en cuenta en las cuestiones vinculadas a la crisis deudora de
muchos países pobres. Esta crisis tiene en su origen causas complejas de naturaleza diversa, tanto
de carácter internacional —fluctuación de los cambios, especulación financiera, neocolonialismo
económico— como internas a los países endeudados —corrupción, mala gestión del dinero público,
utilización distorsionada de los préstamos recibidos—. Los mayores sufrimientos, atribuibles a
cuestiones estructurales pero también a comportamientos personales, recaen sobre la población de
los países endeudados y pobres, que no tienen culpa alguna. La comunidad internacional no puede
desentenderse de semejante situación: incluso reafirmando el principio de que la deuda adquirida
debe ser saldada, es necesario encontrar los caminos para no comprometer el, «derecho fundamental
de los pueblos a la subsistencia y al progreso».
TEMAS ESPECIALES
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¡VENGA TU REINO!
provocado por la ignorancia del código de la circulación. Un efecto puede ser tolerado sin ser
querido por el que obra, por ejemplo, el agotamiento de una madre a la cabecera de su hijo enfermo.
El efecto malo no es imputable si no ha sido querido ni como fin ni como medio de la acción, como
la muerte acontecida al auxiliar a una persona en peligro. Para que el efecto malo sea imputable, es
preciso que sea previsible y que el que actúa tenga la posibilidad de evitarlo, por ejemplo, en el caso
de un homicidio cometido por un conductor en estado de embriaguez.
En el uso de todas las libertades hay que salvaguardar el principio moral de la responsabilidad
personal y social. En el ejercicio de sus derechos, cada uno de los hombres, y grupos sociales están
obligados por la ley moral a tener en cuenta los derechos de los otros, los propios deberes para con
los demás, y el bien común de todos. Con todos hay que obrar conforme a la justicia y al respeto
debido al hombre.
La libertad se ejerce en las relaciones entre los seres humanos. Toda persona humana, creada a
imagen de Dios, y en virtud de su naturaleza racional, tiene el derecho natural de ser reconocida
como un ser libre y responsable. Todos están obligados a no transgredir el derecho que cada uno
tiene a ser perfecto. El derecho al ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad
de la persona humana, especialmente en materia moral y religiosa (Dignitatis Humanae 2). Este
derecho debe ser reconocido y protegido civilmente dentro de los límites del bien común y del
orden público (Dignitatis Humanae 7).
Todos los hombres, así como las asociaciones, tienen derecho a la libertad de actuación, que ha de
ser respetada por los privados y por la autoridad pública. La única libertad que físicamente es
posible violentar en los demás es la libertad externa, pues el libre albedrío es una propiedad interna
de la voluntad, que no puede recibir coacción alguna. Se trata, pues, del respeto a la independencia
que corresponde al hombre en el ejercicio de sus actividades propias: libertad de movimiento y
residencia, de trabajar y descansar, de elegir sus ocupaciones y su estado de vida, de expresar su
pensamiento, etc.
La libertad ajena se lesiona no sólo por el encarcelamiento injusto, sino por la intromisión ilegítima
en ámbitos sobre los que no se tiene potestad (por ej., intervenciones tiránicas del Estado en las
familias, prohibiciones o imposiciones irrazonables, etc.). El fanatismo, la defensa de las propias
ideas sin respetar la libertad que tienen otros de pensar de modo distinto, lleva con frecuencia a
injusticias; el afán de monopolio, en actividades que otros pueden realizar libremente, también
produce graves atentados contra la libertad.
En materia religiosa, es legítima la libertad de las conciencias, que significa que nadie puede ser
coaccionado a abrazar una determinada religión y a cumplir los deberes religiosos. Pero no es lícita
la llamada libertad de conciencia, expresión con la que se quiere indicar que a cada uno le sería
lícito obrar al margen del dictado de su conciencia.
La libertad personal necesariamente tiene límites, que vienen dados por las obligaciones personales
y por el respecto de los derechos ajenos, así como por las leyes que regulan la conducta del hombre.
La ley civil tiene la potestad coactiva, que se ejerce dentro de la ley natural contra los delincuentes
y defiende los derechos de los demás ciudadanos.
Además, dado que la sociedad civil tiene derecho a protegerse contra los abusos que puedan darse
so pretexto de libertad religiosa, corresponde principalmente a la autoridad civil prestar esta
protección. Sin embargo, esto no debe hacerse de forma arbitraria, o favoreciendo injustamente a
una parte, sino según normas jurídicas conformes con el orden moral objetivo; normas que son
requeridas por la eficaz tutela, en favor de todos los ciudadanos, por la pacífica composición de
tales derechos, por la adecuada promoción de la paz pública, que es la ordenada convivencia en la
verdadera justicia; y por la debida custodia de la moralidad pública. Todo esto constituye una parte
fundamental del bien común y está comprendido en la noción de orden público. Por lo demás, se
debe observar en la sociedad la norma de la íntegra libertad, según la cual, la libertad debe
reconocerse en grado sumo al hombre, y no debe restringirse sino cuando es necesario y en la media
en que lo sea.
233
¡VENGA TU REINO!
Por lo cual, el Concilio Vaticano II exhorta a todos, pero principalmente a aquellos que cuidan de la
educación, a que se esmeren en formar hombres que, actuando el orden moral, obedezcan a la
autoridad legítima y sean amantes de la genuina libertad; hombres que juzguen las cosas con
criterio propio a la luz de la verdad, que ordenen sus actividades con sentido de responsabilidad, y
que se esfuercen en secundar todo lo verdadero y lo justo, asociando gustosamente su acción con
los demás. Por tanto, la libertad religiosa debe también servir y ordenarse a que los hombres actúen
con mayor responsabilidad en el cumplimiento de sus propios deberes en la vida social.
Ética de la Comunicación.
Dentro de la sociedad moderna, los medios de comunicación social desempeñan un papel
importante en la información, la promoción cultural y la formación. Su acción aumenta en
importancia por razón de los progresos técnicos, de la amplitud y la diversidad de las noticias
transmitidas, y la influencia ejercida sobre la opinión pública.
La información de estos medios es un servicio al bien común “Muy principal deber moral incumbe,
en cuanto al recto uso de los medios de comunicación social, a los periodistas, escritores, actores,
productores, realizadores, exhibidores, distribuidores, directores y vendedores, críticos y demás que
de algún modo intervienen en la realización y difusión de las comunicaciones; pues es de toda
evidencia la trascendencia y gravedad de su cometido en las actuales circunstancias humanas,
pudiendo encauzar a la humanidad al bien o al mal con sus informaciones y excitaciones. Misión
suya es, por tanto, tratar las cuestiones económicas, políticas o artísticas de modo que no produzcan
daño al bien común; para lograr esto más fácilmente, bueno será que se asocien profesionalmente en
aquellos entidades que impongan a sus miembros el respeto a las leyes morales en las empresas y
deberes profesionales. Inter mirifica 11”.
La sociedad tiene derecho a una información fundada en la verdad, la libertad, la justicia y la
solidaridad: “El recto ejercicio de este derecho exige que, en cuanto a su contenido, la
comunicación sea siempre verdadera e íntegra, salvadas la justicia y la caridad; además, en cuanto
al modo, ha de ser honesta y conveniente, es decir, debe respetar escrupulosamente las leyes
morales, los derechos legítimos y la dignidad del hombre, tanto en la búsqueda de la noticia como
en su divulgación (IM 5, 2).” Por razón de su profesión en la prensa, sus responsables tienen la
obligación, en la difusión de la información, de servir a la verdad y de no ofender a la caridad. Han
de forzarse por respetar con una delicadeza igual, la naturaleza de los hechos y los límites y el juicio
crítico respecto a las personas. Deben evitar ceder a la difamación.
"Es necesario que todos los miembros de la sociedad cumplan sus deberes de caridad y justicia
también en este campo, y, así, con ayuda de estos medios, se esfuercen por formar y difundir una
recta opinión pública" (IM 8). La solidaridad aparece como una consecuencia de una información
verdadera y justa, y de la libre circulación de las ideas, que favorecen el conocimiento y el respeto
del prójimo.
Los medios de comunicación social (en particular, los mass-media) pueden engendrar cierta
pasividad en los usuarios, haciendo de estos consumidores poco vigilantes de mensajes o de
espectáculos. Los usuarios deben imponerse moderación y disciplina respecto a los mass-media.
Han de formarse una conciencia clara y recta para resistir más fácilmente las influencias menos
honestas.
"La autoridad civil tiene en esta materia deberes peculiares en razón del bien común, al que se
ordenan estos medios. Corresponde, pues, a dicha autoridad defender y asegurar la verdadera y justa
libertad" (IM 12). Promulgando leyes y velando por su aplicación, los poderes públicos, se
asegurarán de que el mal uso de los medios no lleguen a causar "graves peligros para las costumbres
públicas y el progreso de la sociedad" (IM 12). Por tanto, deberán sancionar la violación de los
derechos de cada uno a la reputación y al secreto de la vida privada. Tienen obligación de dar a
tiempo y honestamente las informaciones que se refieren al bien general y responden a las
inquietudes fundadas de la población. Nada puede justificar el recurso a falsas informaciones para
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¡VENGA TU REINO!
manipular la opinión pública mediante los mass-media. Estas intervenciones no deberán atentar
contra la libertad de los individuos y de los grupos.
La moral denuncia la plaga de los estados totalitarios que falsifican sistemáticamente la verdad,
ejercen mediante los mass-media un dominio político de la opinión, manipulan a los acusados y a
los testigos en los procesos públicos y tratan de asegurar su tiranía yugulando y reprimiendo todo lo
que consideran "delitos de opinión".
Cultura y educación
La vida del hombre no puede reducirse a una dimensión materialista, aun cuando los bienes
materiales sean muy necesarios tanto para los fines de la supervivencia, cuanto para mejorar del
tenor de vida. Por eso nos dice la Gaudium et Spes. 53 – 61
“Es propio de la persona humana el no llegar a un nivel verdadero y plenamente humano si no es
mediante la cultura, es decir, cultivando los bienes y los valores naturales. Siempre, pues, que se
trata de la vida humana, naturaleza y cultura se hallen unidas estrechísimamente.”
“Con la palabra cultura se indica, en sentido general, todo aquello con lo que el hombre afina y
desarrolla sus innumerables cualidades espirituales y corporales; procura someter el mismo orbe
terrestre con su conocimiento y trabajo; hace más humana la vida social, tanto en la familia como en
toda la sociedad civil, mediante el progreso de las costumbres e instituciones; finalmente, a través
del tiempo expresa, comunica y conserva en sus obras grandes experiencias espirituales y
aspiraciones para que sirvan de provecho a muchos, e incluso a todo el género humano.” Por eso no
hay mejor instrumento que la educación para afinarlo y desarrollarlo, es pues necesario afirmar que
existe, también un ligazón entre cultura y educación. “Por lo cual es preciso cultivar el espíritu de
tal manera que se promueva la capacidad de admiración, de intuición, de contemplación y de
formarse un juicio personal, así como el poder cultivar el sentido religioso, moral y social. Pues no
hay mejor que la educación para esta labor.”
Hoy día es posible liberar a muchísimos hombres de la miseria de la ignorancia. Por ello, uno de los
deberes más propios de nuestra época es el de trabajar con ahínco para que tanto en la economía
como en la política, así en el campo nacional como en el internacional, y también porque no de la
educación, se den las normas fundamentales paraque se reconozca en todas partes y se haga efectivo
el derecho a todos a la cultura, exigido por la dignidad de la persona, sin distinción de raza, sexo,
nacionalidad, religión o condición social.
Es preciso, por lo mismo, procurar a todos una cantidad suficiente de bienes culturales,
principalmente de los que constituyen la llamada cultura "básica", a fin de evitar que un gran
número de hombres se vea impedido, por su ignorancia y por su falta de iniciativa, de prestar su
cooperación auténticamente humana al bien común.
Se debe tender a que quienes están bien dotados intelectualmente tengan la posibilidad de llegar a
los estudios superiores; y ello de tal forma que, en la medida de lo posible, puedan desempeñar en la
sociedad las funciones, tareas y servicios que correspondan a su aptitud natural y a la competencia
adquirida.
Así podrán todos los hombres y todos los grupos sociales de cada pueblo alcanzar el pleno
desarrollo de su vida cultural de acuerdo con sus cualidades y sus propias tradiciones.
Cada día es mayor el número de los hombres y mujeres, de todo grupo o nación, que tienen
conciencia de que son ellos los autores y promotores de la cultura de su comunidad.
Por las razones expuestas, la Iglesia y la moral recuerdan a todos que la cultura debe estar
subordinada a la perfección integral de la persona humana, al bien de la comunidad y de la sociedad
humana entera. Por eso, también los estados tienen ciertas responsabilidades en el terreno
educativo; por eso tiene derecho a poner escuelas, universidades, etc.
Porque la cultura, emana inmediatamente de la naturaleza racional y social del hombre, tiene
siempre necesidad de una justa libertad para desarrollarse y de una legítima autonomía en el obrar
según sus propios principios
A la autoridad pública compete no el determinar el carácter propio de cada cultura, sino el fomentar
las condiciones y los medios para promover la vida cultural entre todos aun dentro de las minorías
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¡VENGA TU REINO!
de alguna nación. Por ello hay que insistir sobre todo en que la cultura, apartada de su propio fin, no
sea forzada a servir al poder político o económico.
La educación para la cultura íntegra del hombre
Hoy día es más difícil que antes sintetizar las varias disciplinas y ramas del saber. Porque, al crecer
el acervo y la diversidad de elementos que constituyen la cultura, disminuye al mismo tiempo la
capacidad de cada hombre para captarlos y armonizarlos orgánicamente, de forma que cada vez se
va desdibujando más la imagen del hombre universal.
Sin embargo, queda en pie para cada hombre el deber de conservar la estructura de toda la persona
humana, en la que destacan los valores de la inteligencia, voluntad, conciencia y fraternidad.
Para la educación se tendrá presente el principio de subsidiariedad. La madre que nutre esta
educación es ante todo la familia: en ella los hijos, en un clima de amor, aprenden juntos con mayor
facilidad la recta jerarquía de las cosas, al mismo tiempo que se imprimen de modo como natural en
el alma de las adolescentes formas probadas de cultura a medida que van creciendo. La pretensión
estatal de monopolizar la educación constituiría una grave lesión del Derecho natural
Para esta misma educación las sociedades contemporáneas disponen de recursos que pueden
favorecer la cultura universal, sobre todo dada la creciente difusión del libro y los nuevos medios de
comunicación cultural y social.
Todas estas posibilidades no pueden llevar la educación del hombre al pleno desarrollo cultural de
sí mismo, si al mismo tiempo se descuida el preguntarse a fondo por el sentido de la cultura y de la
ciencia para la persona humana.
Responsabilidad en el campo Económico – Social
Se insiste en la connotación moral de la economía, desde el puro raciocinio. Ya Pío XI, en un texto
de la encíclica Quadragesimo anno, recuerda la relación entre la economía y la moral: « Aun
cuando la economía y la disciplina moral, cada cual en su ámbito, tienen principios propios, a pesar
de ello es erróneo que el orden económico y el moral estén tan distanciados y ajenos entre sí, que
bajo ningún aspecto dependa aquél de éste. Las leyes llamadas económicas, fundadas sobre la
naturaleza de las cosas y en la índole del cuerpo y del alma humana, o sea de la moral; establecen,
desde luego, con toda certeza qué fines no y cuáles sí, y con qué medios, puede alcanzar la
actividadhumana dentro del orden económico; pero la razón también, apoyándose igualmente en la
naturaleza de las cosas y del hombre, individual y socialmente considerado, demuestra claramente
que a ese orden económico en su totalidad le ha sido prescrito un fin por Dios Creador. Una y la
misma es, efectivamente, la ley moral que nos manda buscar, así como directamente en la totalidad
de nuestras acciones nuestro fin supremo y último, así también en cada uno de los órdenes
particulares esos fines que entendemos que la naturaleza o, mejor dicho, el autor de la naturaleza,
Dios, ha fijado a cada orden de cosas factibles, y someterlos subordinadamente a aquél».
La relación entre moral y economía es necesaria e intrínseca: actividad económica y
comportamiento moral se compenetran íntimamente. La necesaria distinción entre moral y
economía no comporta una separación entre los dos ámbitos, sino al contrario, una reciprocidad
importante. Así como en el ámbito moral se deben tener en cuenta las razones y las exigencias de la
economía, la actuación en el campo económico debe estar abierta a las instancias morales: «
También en la vida económico-social deben respetarse y promoverse la dignidad de la persona
humana, su entera vocación y el bien de toda la sociedad. Porque el hombre es el autor, el centro y
el fin de toda la vida económico-social ». Dar el justo y debido peso a las razones propias de la
economía no significa rechazar como irracional toda consideración de orden metaeconómico,
precisamente porque el fin de la economía no está en la economía misma, sino en su destinación
humana y social. A la economía, en efecto, tanto en el ámbito científico, como en el nivel práctico,
no se le confía el fin de la realización del hombre y de la buena convivencia humana, sino una tarea
parcial: la producción, la distribución y el consumo de bienes materiales y de servicios.
La dimensión moral de la economía hace entender que la eficiencia económica y la promoción de
un desarrollo solidario de la humanidad son finalidades estrechamente vinculadas, más que
separadas o alternativas. La moral, constitutiva de la vida económica, no es ni contraria ni neutral:
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¡VENGA TU REINO!
cuando se inspira en la justicia y la solidaridad, constituye un factor de eficiencia social para la
misma economía. La expansión de la riqueza, visible en la disponibilidad de bienes y servicios, y la
exigencia moral de una justa difusión de estos últimos deben estimular al hombre y a la sociedad en
su conjunto a practicar la virtud esencial de la solidaridad, para combatir con espíritu de justicia y
de caridad, donde quiera que existan, las « estructuras del mal », que sería la injusticia, denigración
de la persona; que generan y mantienen la pobreza, el subdesarrollo y la degradación. Estas
estructuras están edificadas y consolidadas por muchos actos concretos de egoísmo humano.
Para asumir un perfil moral, la actividad económica debe tener como sujetos a todos los hombres y
a todos los pueblos. Todos tienen el derecho de participar en la vida económica y el deber de
contribuir, según sus capacidades, al progreso del propio país y de la entera familia humana.
Cuando se vive con sentido moral, la economía se realiza como prestación de un servicio recíproco,
mediante la producción de bienes y servicios útiles al crecimiento de cada uno, y se convierte para
cada hombre en una oportunidad de vivir la solidaridad. El esfuerzo de concebir y realizar proyectos
económico-sociales capaces de favorecer una sociedad más justa y un mundo más humano
representa un desafío difícil, pero también un deber estimulante, para todos los agentes económicos
y para quienes se dedican a las ciencias económicas.
Objeto de la economía es la formación de la riqueza y su incremento progresivo, en términos no
sólo cuantitativos, sino cualitativos: todo lo cual es moralmente correcto si está orientado al
desarrollo global y solidario del hombre y de la sociedad en la que vive y trabaja. El desarrollo, en
efecto, no puede reducirse a un mero proceso de acumulación de bienes y servicios. Al contrario, la
pura acumulación, aun cuando fuese en pro del bien común, no es una condición suficiente para la
realización de la auténtica felicidad humana. En este sentido, se pone en guardia contra la insidia
que esconde un tipo de desarrollo sólo cuantitativo, ya que la « excesiva disponibilidad de toda
clase de bienes materiales para algunas categorías sociales, fácilmente hace a los hombres esclavos
de la “posesión” y del goce inmediato... Es la llamada civilización del “consumo” o consumismo...
».
En la perspectiva del desarrollo integral y solidario, se puede apreciar justamente la valoración
moral que la doctrina social, y no solo esta sino también por la razón en pro del bien común, hace
sobre la economía de mercado, o simplemente economía libre: « Si por “capitalismo” se entiende un
sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la
propiedad privada y de la consiguiente responsabilidad para con los medios productivos, de la libre
creatividad humana en el sector de la economía, la respuesta es ciertamente positiva, aunque quizá
sería más apropiado hablar de “economía de empresa”, “economía de mercado” o simplemente de
“economía libre”. Pero si por “capitalismo” se entiende un sistema en el cual la libertad, en el
ámbito económico, no está encuadrada en un sólido contexto jurídico que la ponga al servicio de la
libertad humana integral y la considere como una particular dimensión de la misma, cuyo centro es
ético y religioso, entonces la respuesta es absolutamente negativa ». De este modo queda definida la
perspectiva cristiana acerca de las condiciones sociales y políticas de la actividad económica: no
sólo sus reglas, sino también su calidad moral y su significado.
Responsabilidad Ambiental
La tutela del medio ambiente constituye un desafío para la entera humanidad: se trata del deber,
común y universal, de respetar un bien colectivo, destinado a todos, impidiendo que se puedan
«utilizar impunemente las diversas categorías de seres, vivos o inanimados —animales, plantas,
elementos naturales—, como mejor apetezca, según las propias exigencias». Es una responsabilidad
que debe crecer, teniendo en cuenta la globalidad de la actual crisis ecológica y la consiguiente
necesidad de afrontarla globalmente, ya que todos los seres dependen unos de otros en el orden
universal establecido por el Creador: « Conviene tener en cuenta la naturaleza de cada ser y su
mutua conexión en un sistema ordenado, que es precisamente el cosmos ».
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¡VENGA TU REINO!
Esta perspectiva adquiere una importancia particular cuando se considera, en el contexto de los
estrechos vínculos que unen entre sí a los diversos ecosistemas, el valor ambiental de la
biodiversidad, que se ha de tratar con sentido de responsabilidad y proteger adecuadamente, porque
constituye una riqueza extraordinaria para toda la humanidad. Al respecto, cada uno puede advertir
con facilidad, por ejemplo, la importancia de la región amazónica, « uno de los espacios naturales
más apreciados en el mundo por su diversidad biológica, siendo vital para el equilibrio ambiental de
todo el planeta ».Los bosques contribuyen a mantener los esenciales equilibrios naturales,
indispensables para la vida. Su destrucción, incluida la causada por los irrazonables incendios
dolosos, acelera los procesos de desertificación con peligrosas consecuencias para las reservas de
agua y pone en peligro la vida de muchos pueblos indígenas y el bienestar de las futuras
generaciones. Todos, personas y sujetos institucionales, deben sentirse comprometidos en la
protección del patrimonio forestal y, donde sea necesario, promover programas adecuados de
reforestación.
La responsabilidad de salvaguardar el medio ambiente, patrimonio común del género humano, se
extiende no sólo a las exigencias del presente, sino también a las del futuro.
La responsabilidad respecto al medio ambiente debe encontrar una traducción adecuada en ámbito
jurídico. Es importante que la Comunidad Internacional elabore reglas uniformes, de manera que
esta reglamentación permita a los Estados controlar más eficazmente las diversas actividades. «
Corresponde a cada Estado, en el ámbito del propio territorio, la función de prevenir el deterioro de
la atmósfera y de la biosfera, controlando atentamente, entre otras cosas, los efectos de los nuevos
descubrimientos tecnológicos o científicos, y ofreciendo a los propios ciudadanos la garantía de no
verse expuestos a agentes contaminantes o a residuos tóxicos ». Nos dice juan Pablo II.
Las autoridades llamadas a tomar decisiones para hacer frente a los riesgos contra la salud y el
medio ambiente, a menudo se encuentran ante situaciones en las que los datos científicos
disponibles son contradictorios o cuantitativamente escasos: puede ser oportuno entonces hacer una
valoración según el « principio de precaución », que no comporta la aplicación de una regla, sino
una orientación para gestionar situaciones de incertidumbre. Este principio evidencia la necesidad
de tomar una decisión provisional, que podrá ser modificada en base a nuevos conocimientos que
eventualmente se logren. La decisión debe ser proporcionada a las medidas ya en acto para otros
riesgos. Las políticas preventivas, basadas sobre el principio de precaución, exigen que las
decisiones se basen en una comparación entre los riesgos y los beneficios hipotéticos que comporta
cada decisión alternativa posible, incluida la decisión de no intervenir. A este planteamiento
precaucional está vinculada la exigencia de promover seriamente la adquisición de conocimientos
más profundos, aun sabiendo que la ciencia puede no llegar rápidamente a la conclusión de una
ausencia de riesgos. Las circunstancias de incertidumbre y provisionalidad hacen especialmente
importante la transparencia en el proceso de toma de decisiones.
La programación del desarrollo económico debe considerar atentamente la necesidad de respetar la
integridad y los ritmos de la naturaleza porque los recursos naturales son limitados y algunos no son
renovables.
Una particular atención deberá atribuirse a la compleja problemática de los recursos energéticos.
Los recursos no renovables, a los que recurren los países altamente industrializados y los de reciente
industrialización, deben ser puestos al servicio de toda la humanidad. En una perspectiva moral
caracterizada por la equidad y la solidaridad intergeneracional, también se deberá continuar, con la
contribución de la comunidad científica, a identificar nuevas fuentes energéticas, a desarrollar las
alternativas y a elevar los niveles de seguridad de la energía nuclear. El uso de la energía, por su
vinculación con las cuestiones del desarrollo y el ambiente, exige la responsabilidad política de los
Estados, de la Comunidad Internacional y de los agentes económicos; estas responsabilidades
deberán ser iluminadas y guiadas por la búsqueda continua del bien común universal.
La relación que los pueblos indígenas tienen con su tierra y sus recursos merece una consideración
especial: se trata de una expresión fundamental de su identidad. Muchos pueblos han perdido o
corren el riesgo de perder las tierras en que viven, a las que está vinculado el sentido de su
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¡VENGA TU REINO!
existencia, a causa de poderosos intereses agrícolas e industriales, o condicionados por procesos de
asimilación y de urbanización.
El principio del destino universal de los bienes ofrece una orientación fundamental, moral y
cultural, para deshacer el complejo y dramático nexo que une la crisis ambiental con la pobreza. La
actual crisis ambiental afecta particularmente a los más pobres, bien porque viven en tierras sujetas
a la erosión y a la desertización, están implicados en conflictos armados o son obligados a
migraciones forzadas, bien porque no disponen de los medios económicos y tecnológicos para
protegerse de las calamidades.
El principio del destino universal de los bienes y como es primordial para que se de vida en la
naturaleza, naturalmente, se aplica también al agua. La utilización de esta y de los servicios a ella
vinculados debe estar orientada a satisfacer las necesidades de todos y sobre todo de las personas
que viven en la pobreza.
El agua, por su misma naturaleza, no puede ser tratada como una simple mercancía más entre las
otras, y su uso debe ser racional y solidario. Su distribución forma parte, tradicionalmente, de las
responsabilidades de los entes públicos, porque el agua ha sido considerada siempre como un bien
público, una característica que debe mantenerse, aun cuando la gestión fuese confiada al sector
privado. El derecho al agua, como todos los derechos del hombre, se basa en la dignidad humana y
no en valoraciones de tipo meramente cuantitativo, que consideran el agua sólo como un bien
económico. Sin agua, la vida está amenazada. Por tanto, el derecho al agua es un derecho universal
e inalienable.
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