Filosofia Evau Todo
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PLATÓN
1.- TEORÍA DEL CONOCIMIENTO / REALIDAD
Platón distingue dos formas generales de conocimiento, la opinión y la ciencia. Esto no es una novedad puesto que
tal distinción se encontraba ya en Parménides.
- La opinión (doxa) es el conocimiento sensible de las cosas de este mundo y está sujeto a error. Dentro de la
opinión distingue a su vez la imaginación y la creencia.
• La imaginación es el grado más bajo de conocimiento, su objeto son las imágenes y se alcanza
mediante el estudio de los mitos.
• La creencia es una opinión que no se justifica por un razonamiento riguroso y que se refiere a los
objetos del mundo sensible.
- La ciencia (episteme) se ocupa del mundo de las ideas y sus enunciados nos conducen a la verdad. La ciencia
se divide en dos grados de conocimiento: el pensamiento y la filosofía.
• Pensamiento - razón discursiva propia del matemático
• Filosofía - fruto de la contemplación directa de las Ideas.
El problema es aclarar como conocemos las Ideas. En el diálogo Menón inicia una curiosa teoría que culmina en el
Fedón: conocer es recordar, reminiscencia (anamnesis.
Para Platón, conocer no consiste en adquirir aprendizajes del exterior a través de la experiencia, sino que el saber
proviene de nosotros mismos, del interior de nuestra alma, que ya tiene en ella todo el conocimiento de las Ideas,
pero de una manera latente.
El dialogo puede conducir a que el alma descubra en sí misma la verdad que encierra. La razón que da Platón para
esto se funda en una teoría del alma inmortal y habitante del mundo de las Ideas antes de entrar en el cuerpo. La
teoría de la inmortalidad del alma y sus reencarnaciones sucesivas parece que procede de la tradición
órfico - pitagórica del conocimiento cierto. Esto no consiste en aprender desde fuera, sino solo desde el esfuerzo
intelectual de nuestro propio interior. La posibilidad de la anamnesis se justifica en la preexistencia de un alma
inmortal.
Platón considera que la primera necesidad que tiene que satisfacer la filosofía es la de ayudar a los hombres a ser
buenos. La reforma moral del individuo solo puede producirse en el cuerpo social, en la polis. Para poder ser dueños
de nuestra propia vida y dirigir nuestras acciones es necesario reflexionar sobre la esencia de la virtud.
La virtud es la capacidad que permite a cada cosa o persona cumplir su función propia. El ser humano se define por
su alma, y el alma realiza distintas funciones ya que está compuesta de distintas fuerzas. La parte racional se ha de
guiar por la sabiduría, la voluntad tiene que ser fuerte y los deseos moderados. Para que estas tres partes funcionen
armónicamente, para conducir al hombre a una buena vida moral, tienen que estar dirigidas por la justicia, porque
solo una vida orientada a la búsqueda de la justicia puede hacer al hombre plenamente humano, y es el único
camino a la felicidad.
Platón pone de manifiesto el estrecho lazo entre la vida individual y la social. La justicia está completamente ausente
de la polis, de ahí su empeño y práctica para establecer las condiciones de posibilidad de una sociedad justa.
3.- PROBLEMA DEL SER HUMANO / ANTROPOLOGÍA
Platón afirma un dualismo antropológico: el cuerpo y el alma. La parte corporal es la que nos pone en contacto con
el mundo visible, con lo sensible. El alma (la psiqué) tiene una naturaleza espiritual y actúa como el aliento que da
vida al cuerpo, el principio de vida, en este caso de vida humana. Por ello dice que el psiquismo humano (el alma) es
de una naturaleza distinta al cuerpo, y para ello, la sitúa originariamente en un mundo también diferente al de las
cosas visible y materiales: en el mundo de las Ideas, siendo además inmortal. Esta preexistencia es la que le permite
conocer las ideas en esa existencia anterior, solo que al entrar en el cuerpo y contaminarse de la materia, los olvida.
El alma es lo que define lo que somos y como somos. Cuando Platón habla de la naturaleza del alma, echa mano del
mito del “carro alado”.
El alma es como un carro tirado por dos caballos con alas que se dirigen a direcciones contrarias, y conducido por un
auriga. El caballo negro nos empuja a dejarnos llevar por nuestros impulsos, nuestros deseos más incontrolados,
nuestras pasiones. El caballo blanco simboliza la voluntad, el ánimo o el esfuerzo. El auriga hace referencia a nuestra
capacidad de entender y ordenar racionalmente el mundo y nuestra propia vida. No está claro en Platón si habla de
varias almas o de una sola que tiene tres partes.
1. El alma racional – se refiere al puro pensar y a la contemplación de la verdad, es de naturaleza divina. Esta
situada en el cerebro. En el mito viene representada por el auriga.
2. Alma irascible – fuente de pasiones nobles como el valor, la ambición... Está situada en el tórax, es
inseparable del cuerpo y por lo tanto mortal. En el mito viene representada por el caballo blanco.
3. Alma concupiscible – fuente de pasiones innobles como por ejemplo la sexualidad. Está situada en el
abdomen y es mortal. En el mito viene representada por el caballo negro.
Si el alma es el elemento vital para entender nuestro ser, también lo es para entender lo que consideramos una vida
buena. La teoría del alma es el fundamento de su ética.
4.- POLÍTICA / SOCIEDAD
Las experiencias políticas le llevaron a proponer una solución radical a los males de la polis. Sugiere un modelo de
comunidad política nuevo, la primera utopía de la historia.
Esta idea de sociedad perfecta está expuesta principalmente en el diálogo de la República, que trata esencialmente
de la justicia como excelencia del alma y de la ciudad. Lo que le interesa a Platón es saber si la justicia es inherente al
alma humanas. La social ideal platónica debe basarse en la justicia en sí. Se establece así el fundamento metafísico
de su teoría política.
Platón ofrece un modelo de sociedad jerarquizado por un lado y unificado por el ideal ético político de justicia por
otro. La jerarquización se establece a tres niveles.
1. El nivel de los gobernantes es el nivel superior. Lo integran los filósofos, que han accedió al conocimiento de
la verdad y lo pueden mostrar a sus conciudadanos dirigiendo la ciudad y haciendo leyes. Para Platón, la
posición de los filósofos - gobernantes no es un privilegio social ni les mueve en sus acciones el interés
egoísta, sino la idea de justicia.
2. El nivel de los guardianes encargados de defender a la ciudad de los extranjeros. La importancia de su
función hace que se les exija una entrega total al bien común por lo que están privados de los bienes
materiales. En los guardianes domina la función voluntariosa del alma irascible por lo que su excelencia es la
valentía o fortaleza.
3. El resto de la población constituye el grupo de los trabajadores y comerciantes que tienen la misión de
proveer de bienes materiales a toda la población, y son el sustento económico de la sociedad. La fuerza del
alma que los caracteriza es el deseo presente en la búsqueda de satisfacción de las necesidades corporales,
por lo que la virtud que debe guiar su actuación es la templanza.
Por estar el alma unida sustancialmente a un cuerpo, el conocimiento tiene que empezar por los sentidos: no hay
nada en el entendimiento que no haya pasado antes por ellos, dijo Santo Tomás parafraseando a Aristóteles. Pero
los sentidos solo captan individuos. ¿Cómo se pasa de los datos individuales de los sentidos a la universalidad de los
conceptos del entendimiento?
La función que permite obtener lo universal de lo individual es la abstracción, que consiste en que el entendimiento
prescinda de los datos individuales de los sentidos y extraiga de ellos su componente universal o propio de la
especie. Con ello, en el entendimiento, quedan separadas la especie (o esencia) de la materia individual. Hasta este
punto, el proceso analizado por Santo Tomás es paralelo al de Aristóteles.
De esta manera, Santo Tomás dispuso de los medios para resolver el problema de los universales. Estos en la
realidad siempre están unidos a los individuos. Pero el entendimiento logra separar lo individual de lo universal.
Según Santo Tomás, viene determinada por su constitutivo fundamental, que es el entendimiento. A este, en cuanto
ejerce la función de abstracción, le llama entendimiento activo (o agente) y, en cuanto la forma o esencia extraída
que queda impresa en el entendimiento, lo llama entendimiento pasivo. Y en esto se aleja Santo Tomás de lo que
defendía Aristóteles. Para Aristóteles, el entendimiento activo era inmaterial. Santo Tomás, cuando comprendió que
el entendimiento agente es inmaterial pero también individual, afirmó la inmortalidad del alma, porque el
entendimiento es una función del alma.
SAN AGUSTÍN
2.- ETICA / MORAL
El ser humano no es solo conocimiento, también es voluntad. La voluntad humana es libre de eleghir entre el bien y
el mal. El hombre es libre de salvarse o condenarse, aunque su voluntad tiende hacia la felicidad y esta solo puede
encontrarla en Dios. Su naturaleza caída le hace inclinarse hacia los bienes perecederos.
<< La experiencia cristiana de la libertad es una experiencia dramática, ya que la libertad se halla doblemente
amenazada: por la corrupción de la naturaleza que nos inclina hacia el mal y por la fuerza de la gracia que nos
empuja hacia el bien >>.
Ambos impulsos hacen peligrar la libertad humana. San Agustín en contra de los pelagianos, defendió la necesidad
de la gracia sin negar la libertad humana. Es la realidad natural del ser humano, la que da sentido a la encarnación
del Verbo y a su sacrificio en la cruz como elementos necesarios para la redención humana.
3.- CONOCER AL HOMBRE / ANTROPOLOGÍA
La pregunta por el hombre es clave en el pensamiento de S. Agustín y ante ella adoptó una postura de auténtica
introspección. Adentrándonos en la interioridad del alma, alcanzaremos no solo el autoconocimiento, también el
conocimiento de Dios. Hay dos corrientes:
1. La corriente bíblica y paulina del hombre como imago Dei y ser caído en culpa.
2. La corriente griega del homo rationalis, movido por un logos interior en que se cifra toda su dignidad.
Para hacernos ver como se expresa en el hombre la imagen de Dios, San Agustín acudió a dos frases del Génesis.
El mal moral, el pecado, es el que priva al hombre de la imagen de Dios, que, es un ser orientado a Dios que tiene
claramente un lugar privilegiado en la misma en función de su mayor dignidad, la cual se expresa en su racionalidad.
Aunque el hombre es una simbiosis de animalidad y racionalidad, su esencia es el alma, que es lo que San Agustín
quiso conocer y para ello se preguntó por su origen y analizó el conocimiento.
El problema del origen del alma es bastante difícil y conflictivo, pues de su posible respuesta dependerá la solución a
cómo se transmite el pecado original. San Agustín tuvo plena conciencia de la dificultad de la cuestión
• Creacionismo traducianista: fue la solución que adoptó San Agustín. Esta respuesta admite el creacionismo,
pero no puro, porque, aunque Dios crea el alma de cada hombre de manera individual, no lo hace ex nihilo,
sino a partir del alma de Adán, con lo que se nos trasmitió el pecado de este. También admitió el
traducianismo, porque son nuestros padres los que engendran un cuerpo un cuerpo, pero es en ese cuerpo
en el que Dios crea, a partir del alma de Adán, el alma individual de cada hombre.
En La Ciudad de Dios, San Agustín expuso su visión de la historia y su propia teoría política. La concepción del tiempo
histórico, desde la creación del mundo hasta el juicio final, se expone de forma lineal.
En esta gran obra, se nos dice que la vida moral del ser humano no es separable de su vida comunitaria, porque el
principio constitutivo de los social es el sentimiento íntimo y personal del amor.
Un pueblo se legitima como sociedad por aquello que ama, es decir, por el sistema de valores que lo unifica en torno
a unos objetivos comunes. De ahí se deduce la célebre distinción entre las dos ciudades: la ciudad terrenal y la
ciudad de Dios:
- La ciudad terrenal es la de hombres que quieren vivir según la carne, que anteponen el amor propio al amor
de Dios (simbolizada por Babilonia).
- La ciudad de Dios es la de los que quieren vivir según el espíritu, busca la gloria de Dios y establece unos
vínculos con sus ciudadanos, basándose en la caridad. Es el modelo de toda sociedad, porque sólo en ella
puede reinar la justicia, el orden y la paz verdadera (simbolizada por Jerusalén)
Los ciudadanos de ambas ciudades viven en el seno de las mismas sociedades históricas. A la ciudad de Dios
pertenecen todos los justos, los que viven actualmente, los que vivieron y los que vivirán. San Agustín considera que
para que el Estado cumpla con su verdadero papel, la justicia debe guiarse por los valores espirituales del amor a
Dios. Esta tarea compete a la Iglesia. El Estado y la Iglesia poseen dos modos distintos de lesgilar, el Estado sigue la
ley positiva, y la Iglesia, la ley natural. Para San Agustín, la ley natural debe ser también la inspiradora de la ley
positiva establecida por el Estado.
5.- PROBLEMA DE DIOS
Conocer al hombre para conocer a Dios: No salgas hacia fuera, mira en tu interior. En el interior del hombre habita la
verdad. Esta invitación de San Agustín al ser humano para que se vuelva sobre sí mismo, ya que la verdad está en su
interior, no es más que la versión cristiana del “Conócete a ti mismo” a fin de conocer no solo su origen, también su
destino: Dios. El autoconocimiento tenía un sentido más alto que el que tuvo el oráculo délfico, porque entrar en sí
mismo, para San Agustín, era buscar el rastro de Dios y la hermosura de su rostro en el mismo ser del alma.
El hombre exterior es el que se caracteriza por su apartamiento de Dios. El hombre interior es consciente de su
limitación ontológica, se trasciende a sí mismo para llegar al conocimiento de la existencia y la esencia divina.
La existencia de Dios es una realidad clara porque su concepto pertenece a las ideas fundamentales del espíritu,
como admitieron tanto los estoicos como San Pablo. Por eso San Agustín no estaba preocupado en demostrar su
existencia desde argumentaciones a posteriori. San Agustín, expuso sus propias pruebas, una de las cuales era la
prueba noética (a partir del conocimiento de las verdades eternas): el ser humano descubre en los actos de su vida
espiritual, en el pensar, en el sentir y en el querer, verdades eternas, inmutables y necesarias. Estas verdades
permanecen invulnerables porque no están en el espacio ni en el tiempo, sino que a través de ellas se revela dentro
de él otro ser sobrehumano y supratemporal. Detrás de todo lo imperfecto, tocamos lo perfecto. Sencillamente por
esta vía tocamos a Dios. Es a través de las verdades eternas como San Agustín llegó a Dios. El Dios de San Agustín se
ofrece como una realidad íntima y trascendente al pensamiento. Él es inefable. Entre todos los nombres que se le
pueden dar, hay uno que lo designa mejor que los demás, aquel najo el cual Él mismo quiso darse a conocer a los
hombres cuando dijo a Moisés: Soy el que soy. Es el ser mismo, la realidad plena y total.
- La creación y el tiempo
Este Dios del que hablaba San Agustín, el creador de cuanto existe. La idea de creación es una fuente básica en el
pensamiento cristiano. San Agustín es creacionista: Dios crea ex nihilo por un acto de su libre voluntad. Dios
contiene eternamente en sí los modelos arquetipos de todos los seres posibles. Estos modelos eternos son ideas,
increadas y consustanciales a Dios. Para crear el mundo Dios no tuvo más que decirlo; al decirlo lo deseó y lo hizo. La
narración de la obra de los seis días debe entenderse en sentido alegórico, porque Dios lo creó todo de una sola vez.
Todos los seres han sido producidos desde el origen, pero en forma de gérmenes, que debían o deben aún
desarrollarse en el decurso de los tiempos, según el orden y las leyes que Dios mismo había previsto.
La máxima expresión del creacionismo es el orden del Universo: “El mundo es un cosmos ordenado que tiene en
Dios su principio y finalidad. Este orden no se da únicamente en un plano físico, sino también en el personal y social.
ÉPOCA MODERNA
DESCARTES
1.- TEORÍA DEL CONOCIMIENTO / REALIDAD
Descartes es el fundador de la Filosofía Moderna y principal pensador de la corriente filosófica del Racionalismo. El
Racionalismo es una escuela filosófica que considera a la Razón, frente a los sentidos, como única fuente de
conocimiento verdadero. Para Descartes lo fundamental es buscar un conocimiento cierto y seguro sin ningún tipo
de duda. Por ello, su prioridad será buscar un método que nos ayude a modo de guía a razonar. Este método debe
ser compatible con la forma de pensar de la Razón humana, pues sino sería inútil. Por ello, lo primero que hace es
analizar la forma de actuar de la propia Razón.
En la Razón, se distinguen dos modos de conocimiento seguros: la intuición, conocimiento de las ideas simples que
surgen de la propia razón de forma clara y distinta y cuya verdad es evidente e indudable; y la deducción, que es el
conocimiento de una sucesión de intuiciones de las ideas simples y de las conexiones que la razón descubre entre
ellas para llegar a verdades complejas, juicios o leyes. Por ello, el método deberá cumplir cuatro reglas. La primera
regla es la evidencia que consiste en aceptar como verdadero solo aquello que se muestra de forma clara y evidente.
La segunda es el análisis, por el que se dividen las ideas complejas hasta llegar a las ideas simples y evidentes para
que puedan ser intuidas. La tercera es la síntesis que busca desde lo ya intuido construir las verdades complejas. Y,
por último, la cuarta es la enumeración, por la que al final se deben revisar los pasos anteriores para estar seguros
de su correcta aplicación.
Descartes aplicará este método para buscar una verdad indudable. Para encontrar esta verdad evidente aplicará la
duda metódica: a través de un proceso de duda se buscará llegar hasta aquello que resulte evidente e indudable. En
la primera duda, dudará del conocimiento que proviene de los sentidos pues pueden engañarnos. En la segunda
duda, dudará de la existencia de la realidad extramental ya que resulta imposible distinguir la vigilia del sueño. En la
tercera duda, dudará del conocimiento que proviene de la razón, de las ideas de razón o de los razonamientos, pues
se puede suponer la existencia de un genio maligno que nos lleva hacia el error cuando creemos estar en lo cierto.
Descartes afirma que no podemos dudar que dudamos, mientras pensamos no podemos dudar que estamos
pensando y por lo tanto que existimos. La primera intuición de una verdad indudable es pienso, luego existo. Y si
existo lo hago con un yo pensante, un cogito, afirmando la existencia de la sustancia pensante (el cogito) como
primera verdad indudable.
El cogito piensa ideas que pueden dividirse hipotéticamente en tres tipos: adventicias, que parecen provenir del
exterior; facticias, que construye la mente a partir de otras ideas; e innatas, aquellas que la razón tiene en sí misma y
no son ni adventicias ni facticias.
Tras la demostración de la existencia de la sustancia infinita o Dios Descartes afirmará la existencia de tres
sustancias:
Descartes definirá “sustancia” como todo aquello que existe independientemente de cualquier otro ser, y por ello,
en sentido estricto, solo Dios sería sustancia pues es el único que no necesita una causa ajena a sí mismo para existir.
Sin embargo, como la sustancia extensa y la sustancia pensante son independientes entre sí estima que también
pueden ser consideradas sustancias.
2.- EL PROBLEMA DE DIOS
Entre las ideas innatas se encuentra la idea de Infinito, que Descartes identifica con la idea de Dios, idea que tiene la
mayor realidad objetiva pues influye las máximas perfecciones. La idea de Infinito (Dios) que existe en nuestra mente
no es de manera accidental, pues no puede proceder del exterior, ni ficticia, pues no puede ser producida por la
mente, así pues tiene que ser innata. Descartes aplicará el principio de causalidad sobre la idea de Dios para
demostrar la existencia de Dios. Descartes afirma que toda idea tiene una realidad objetiva dada, y su causa debe
tener una realidad formal, igual o mayor y por lo tanto proporcional a la realidad objetiva de la idea causada. La idea
de infinito (Dios) no puede haber tenido como causa a un ser finito, pues no habría proporción entre la realidad
formal de la causa y la realidad objetiva del efecto. Esa idea de infinito ha tenido que ser causada por un ser real que
es infinito y por ello, Descartes afirmará que Dios existe como sustancia infinita pues es la causa necesaria de nuestra
idea de Dios – infinito.
Descartes defenderá también una variante del Argumento Ontológico según la cual el propio concepto de Dios al
implicar todas las perfecciones necesariamente conlleva la afirmación de su existencia pues si no supondría una
imperfección. Considerará que Dios debe existir por la necesidad de una primera causa para la sustancia pensante
que sea, a su vez, incausada. El Dios afirmado por Descartes, la sustancia infinita, es infinito, omnisciente, perfecto y
bueno.
Dios existe sin duda alguna y es la garantía, el fundamento, de que a mis ideas sobre el mundo exterior les
corresponde una realidad fuera del pensamiento, pues Dios es bueno y no me engaña. Por tanto, no podremos
dudar de la existencia de la realidad extramental. Esta sustancia extensa es concebida como si fuera una máquina y
será explicada a través del Mecanismo.
HUME
3.- ÉTICA / MORAL
Hume realizará una crítica de todas las teorías éticas presentadas por los filósofos anteriores a él que basan la moral
en la razón. Afirma que nuestros juicios morales no son producto de la razón, pues no proceden de ninguno de los
tipos de conocimiento racional. Las afirmaciones de la moral no son el resultado del conocimiento de relaciones
entre ideas, pues los juicios morales no son analíticos a priori. Pero, tampoco son el resultado del conocimiento de
cuestiones de hecho ya que no describen una realidad sino que la juzgan como buena o mala produciendo así un
juicio de valor del que es imposible tener impresión. Añade Hume que si bien la razón puede ayudarnos a clarificar la
utilidad de las acciones humanas no puede impulsarnos o motivarnos a realizarlas. Según Hume, la moral no se
fundamenta en nuestra razón.
Hume defenderá el emotivismo moral según el cual el fundamento de la moral está en el sentimiento moral que
surge del interior del individuo. Este sentimiento moral se presenta como una emoción o “gusto” interior que brota
del sujeto y que expresa agrado o desagrado ante las acciones. Esta emoción moral es universal y común a todas las
personas debido a la universalidad de la naturaleza humana. Este sentimiento moral se basa en dos principios: la
utilidad y la simpatía.
La utilidad depende de la expectativa del placer que una acción puede ocasionar. Así, aquellas acciones que más
placer podamos prever que nos van a dar las tendremos a calificar como buenas. En segundo lugar, está la simpatía,
que Hume define como la inclinación que todos los seres humanos poseen a participar de los sentimientos y de las
inclinaciones de los otros seres humanos y que nos lleva a obrar moralmente buscando la felicidad de otro.
La moral humana no es ni resultado de un frío cálculo racional ni tampoco de un puro sentimiento, sino que ambos
factores se interrelacionan. Esto hace que el sentimiento moral no sea individual ni egoísta y que la moral no sea
meramente convencional, por tanto, universal.
ROUSSEAU
4.- PROBLEMA DEL SER HUMANO / ANTROPOLOGÍA
Según Rousseau hay una diferencia fundamental entre el hombre natural y el hombre social. El hombre natural es
aquel que vive en el estado de naturaleza, una época histórica hipotética que permite a Rousseau desarrollar la idea
del mito del buen salvaje. El hombre en estado de naturaleza, antes de convivir en sociedad, era bueno y feliz,
independiente en relación a los otros hombres y con un egoísmo no negativo. El buen salvaje, tenía, un sano amor
hacia sí que no implicaba buscar el mal de los otros hacia los que sentía compasión. En este estado natural, el
hombre mantenía sentimientos puros, no envenenados por el prejuicio social, y una relación directa con la
naturaleza.
Este estado natural se enfrenta al hombre social, aquel que vive en un estado de sociedad o estado cultural. En este
estado social, que si que es real frente al natural, el hombre no es un ser feliz y bueno, sino que llevado por un
egoísmo malsano por el cual busca su propio interés. La cultura y el progreso no han hecho al ser humano más feliz y
más bueno, sino que lo han hecho más desigual, injusto y profundamente infeliz. Cultura y progreso no actúan pues
como elementos de progreso, sino que dentro de la sociedad son elementos que han corrompido a los hombres.
Rousseau es consciente de que no se trata de volver a un estado primitivo, sino que hay que analizar esta sociedad,
que produce esa infelicidad y egoísmo para ver cuál es su causa y reformarla. Para realizar esta tarea seguirá dos
pasos: en primer lugar, situar el origen del mal social; y segundo, proponer una serie de reformas para transformar
esta sociedad.
El origen del mal en la sociedad es la desigualdad. Esta es fruto de la propiedad privada que al surgir produjo que los
hombres acabaran siendo socialmente desiguales pues unos empezaron a atesorar privilegios frente a otros. Esto
produjo un permanente enfrentamiento social donde lo que primaba era el egoísmo y no la cooperación, pues el
deseo era poseer más y por tanto se fomentaba la codicia y el enfrentamiento entre todos. La sociedad actual es
injusta, y además impide la realización plena de los seres humanos pues no los lleva a la felicidad.
Para reformarla, Rousseau propone un Contrato Social. Se debe reformar la sociedad, pero no se puede volver al
estado de naturaleza. Se trata de establecer las bases para un pacto social justo, donde se pueda armonizar libertad,
igualdad y poder político. En este pacto social, que es un contrato social, el pueblo es soberano.
Esta soberanía popular se expresa en la voluntad general que es el interés social común. La voluntad general es la del
sujeto colectivo que siempre pretende el bien común. Con el Contrato Social el individuo renuncia a sus egoísmos
personales para someterse a las leyes que establecen derechos y deberes. Cada individuo renuncia así, no a la
libertad como ciudadano sino a la libertad de obrar de acuerdo al egoísmo propio y en contra de la comunidad,
asegurándose así la igualdad y libertad de todos los ciudadanos.
Para la creación de esta nueva sociedad será fundamental la educación ya que la educación interesa a los padres,
pero también interesa al Estado porque hay que formar al hombre y al ciudadano. En su obra Emilio, considera que a
los niños se les debe instruir desde la libertad. Para esta educaciñon se debe tener en cuenta que los niños tienen
una mentalidad diferente a los adultos, buscando abrir su mente a la curiosidad y deseo de saber a través del
contacto con la naturaleza. Esta educación tiene como finalidad formar buenos ciudadanos y contribuir a la mejora
social.
Según Rousseau, los seres humanos pueden entrar en un nuevo estado que no es ni el social anterior ni tampoco el
natural. Este nuevo estado consiste en una sociedad racional y libre donde se erradicará el mal moral y la injusticia y
permitirá que cada uno de los seres humanos pueda alcanzar su felicidad y plena realización.
ÉPOCA CONTEMPORÁNEA
NIETZSCHE
1.- TEORÍA DEL CONOCIMIENTO / REALIDAD
Nietzsche en el Nacimiento de la tragedia, señala la vida como algo originario y profundo de lo que surge lo
concreto, lo individual y cambiante y el arte como el mejor instrumento para entenderla. En este proceso Nietzsche
emplea una serie de metáforas: el mundo como juego trágico y la contraposición de lo apolíneo y lo dionisiaco.
Nietzsche elige las obras de los autores clásicos griegos porque entiende que la vida en Grecia fue bella y trágica. La
tragedia consiste en la “lucha del héroe contra el destino”, sabiendo que no vencerá nunca. Esto es lo positivo: la
capacidad de esfuerzo que significa la vida contra todas las adversidades, para hacer de la vida misma una obra de
arte.
Nietzsche considera que Occidente siempre ha estado dominado por un afán racional, y es el momento de que
afloren la creación, el arte, lo lúdico, es decir, lo dionisiaco frente a lo apolíneo.
- Apolíneo: Perteneciente al dios Apolo, se aplica a las tendencias en las que predomina la razón, el dominio
de sí mismo y la serenidad.
- Dionisiaco: Relativo a Dionisios, se aplica a la pasión, a la embriaguez vital, a todo lo que significa la
presencia de fuerzas tanto en la vida como en las diversas expresiones del arte.
Para Nietzsche, el espíritu dionisiaco representa al mito y al arte y el apolíneo representa la ciencia y la razón, y no
hay ningún problema mientras estos coincidan porque se complementan. El problema surge cuando lo apolíneo
suplantó a los dionisiaco con la filosofía de Sócrates y Platón (que los considera enemigos de la vida).
Frente a la metafísica tradicional, Nietzsche afirma la realidad como devenir. Esta realidad cambiante y múltiple se
presenta al ser humano a través de perspectivas. No existe una perspectiva verdadera y la Voluntad de Verdad que
pretendía una verdad absoluta, única, universal e inmutable es falsa.
Nietzsche defenderá la Voluntad de Poder, que supone asumir y enfrentarse a la realidad cambiante afirmando una
perspectiva individual de forma temporal para vivir más plenamente. Con Voluntad de Poder se reconoce la realidad
como cambiante y la inexistencia de la verdad, admitiendo la elección de una perspectiva entre las múltiples
posibles. En la Voluntad de Poder se comprende que los conceptos son metáforas, estas metáforas se generan a
través de un proceso que nos aleja cada vez más del original.
La primera metáfora es la imagen mental conformada por nuestra percepción, esta imagen la convertimos en
palabra que muestra nuestra forma individual y original de captarla. Luego esa palabra se establece como única para
una multiplicidad de realidades cambiantes. Estas metáforas se convirtieron en conceptos por la necesidad y el
deseo del ser humano de vivir en sociedad. Para ello se hizo un pacto llegando a una convención en el lenguaje. Se
establecieron así los nombres y significados de las cosas imponiendo ciertas convenciones como las correctas por
mera utilidad. Con el tiempo se olvidó el origen metafórico, afirmándose erróneamente el concepto universal.
La filosofía, llama “verdad” a lo más alejado de la realidad: lo creado al final del proceso por el pensamiento, el
producto más imaginativo. También las ciencias positivas que matematizan lo real son criticadas por Nietzsche, pues
sólo expresan la realidad cuantitativamente sin atender a las diferencias reales y cualitativas.
Para Nietzsche no hay verdad absoluta y sólo podrá considerarse “verdad” aquello que favorezca a la vida. El criterio
de verdad es la “Voluntad de Poder” que asume y justifica el error necesario para vivir como válido. Por ello, exaltará
el poder de la metáfora como una perspectiva que se reconoce como tal. La metáfora se sabe que es una
perspectiva que nos ayuda a vivir plenamente.
2.- ÉTICA O MORAL
Nietzsche dice que los valores cristianos empobrecen la vida y son contrarios a la vida misma. Los cristianos
defienden la renuncia y la humildad, frente al egoísmo y la fuerza que son necesarios para vivir. El cristianismo sólo
fomenta valores mezquino – propios del rebaño. La moral cristiana surge de la rebelión de los inferiores contra los
superiores. Los débiles tienen su posición en el último escalón social y los fuertes e inteligentes llegan a la cúspide,
por ello los más débiles se quedan al final generándose un resentimiento y con este resentimiento, que es su
verdadero valor, la moral cristiana se basa en los fundamentos del desinterés y la abnegación, que son fruto del
resentimiento del hombre débil ante la vida.
Al final la moral cristiana desprecia el mundo real porque aspira a un mundo ideal donde se colocan todos estos
valores anti vitales, contrarios a la vida. Nietzsche propone una transmutación de los valores (lo que estaba antes
abajo, ahora arriba y viceversa) de la cultura occidental decadente, que está dominada por la moral cristiana
contraria a la vida. Lo que hay que hacer es restaurar una moral de los señores frente a la moral de los esclavos, para
que la fuerza ocupe el puesto que le corresponde frente a la debilidad y a la humildad.
CRISTIANISMO SUPERHOMBRE
MORAL DE ESCLAVOS MORAL DE LOS SEÑORES
- Debilidad y humildad - Fuerza
- Desinterés - Egoísmo
- Mojigatería - Brillantez
- Valores contrarios a la vida - Valores que afirman la vida terrenal y única
Es decir, la transmutación de los valores quiere decir que hay que pasar de la moral de los esclavos a la moral de los
señores, representada por el superhombre. Pasar del desinterés al egoísmo...
Nietzsche se convierte en un inmoralista, porque niega el tipo de hombre considerado hasta ahora como “bueno” y
rechaza que el mundo esté construido por los valores cristianos. Nietzsche afirma que en la realidad se enfrentan el
bien y el mal que están en continua oposición y por ello hay que aceptar la vida sin idealismos ni renuncias ascéticas.
Nietzsche utiliza a Zaratustra para enfrentarse a el cristianismo.
Hay que aclarar que con la muerte de Dios supone la muerte de Platón y todo lo que ello conlleva, que es la muerte
de lo apolíneo y el fin de la moral cristiana.
Nietzsche se definió como si mismo a dinamita y ahora dicha dinamita va dirigida contra toda la cultura y moral
occidental, que culmina con el anuncio por parte de Zaratustra de la muerte de Dios, con este anuncio: como Dios
muerte, también muere con él la cultura y la moral occidental, ya que está basada en la filosofía platónica que
potencia la razón frente a los sentidos y por qué la moral occidental está basada en el cristianismo que potencia el
cielo frente a lo terrenal.
Para Nietzsche el concepto de Dios se inventó como un concepto “antitético de la vida en el que se encierra, en una
espantosa unidad, toda la enemistad mortal contra la vida”. Para Nietzsche los que creen en Dios, encierran en esa
palabra todo el odio contra la vida terrenal.
El Dios que ha muerto es el dios de los metafísicos (un dios monoteísta que afirma la existencia de una única verdad,
como dice Santo Tomás, afirmando que la verdad moral es eterna y verdadera porque refleja un orden natural
querido por Dios) y el Dios de los cristianos (que fomenta la moral de los esclavos y el desprecio a todo lo terrenal).
4.- EL PROBLEMA DEL SER HUMANO O ANTROPOLOGÍA
Nietzsche afirma la necesidad de construir sobre las ruinas los fundamentos de una nueva civilización, pero antes de
crear los nuevos valores hay que destruir los existentes. Esta tarea la lleva a cabo en la obra “Así habló Zaratustra”, a
través del desarrollo de los temas “la muerte de Dios”, “el superhombre”, “la voluntad de poder” y “el eterno
retorno” plantea la superación del nihilismo.
El término nihilismo procede del latín y significa anda. En Nietzsche, significa en primer lugar no atribuir a la vida
ningún valor, desvalorizar la vida. Esto se hace cuando en lugar de la vida se coloca algún valor ficticio, como por
ejemplo hacen Platón o el Cristianismo cuando atribuyen a un mundo suprasensible un valor por encima de la vida,
el mundo de las Ideas en el caso de Platón, o la propia idea de Dios en el Cristianismo. En segundo lugar, nihilismo
significa también la reacción frente a los valores con los que se sustituye el valor de la vida. Así, en el nihilismo se
niega a Dios, al bien. Éste es el sentido de la expresión “muerte de Dios”.
La muerte de Dios
Es el tema central de la primera parte de “Así habló Zaratustra”. La expresión “muerte de Dios” hace alusión al
creciente abandono de la visión religiosa cristiana del mundo en la cultura europea a partir del Renacimiento.
Supone la sustitución progresiva de la idea de Dios como “sentido” del mundo, por otras ideas como la razón, el
progreso, la humanidad.
Nietzsche de forma radical, afirma que la “muerte de Dios” supone la muerte de los valores absolutos. La “muerte de
Dios” abre dos posibilidades al ser humano:
En “Así habló Zaratustra”, con la metáfora de las tres transformaciones explica de qué manera el espíritu, en su lucha
contra los valores establecidos llega a crear su propia libertad y a proyectar otros nuevos:
1. Primero se transforma en camello, que, junto con el asno, es el animal de carga que mayor peso soporta. Es
el símbolo de quien se inclina ante Dios y soporta la ley moral.
2. Después, el camello se convierte en león, animal fiero que simboliza la lucha humana contra los valores
establecidos. De esta manera, el ser humano va creando su propia libertad.
3. Finalmente, el león se transforma en niño, símbolo de nuevo hombre, capaz de crear nuevos valores con lo
que representa la manifestación de la esencia de su libertad.
Superhombre
El “superhombre” es el héroe del futuro, el filósofo venidero, el que comprenderá las grandes verdades de la
“muerte de Dios” y de la “voluntad de poder”, la esencia de la vida. Hay que preparar al mundo para la llegada del
superhombre. Para ello habrá que crear valores y formas de vivir que lo hagan posible. El “superhombre” es una
meta del hombre y se presenta como una decisión de los más fuertes, los más lúcidos, que son los que tienen que
preparar su llegada.
Conviene advertir que Nietzsche nunca concibió el “superhombre” en un sentido racial, como erróneamente ha
pretendido una determinada interpretación de su pensamiento, sino como un individuo libre y creador.
La voluntad de poder
Nietzsche entiende por “voluntad de poder” la lucha de la vida que tiene que superarse a sí misma continuamente,
que determina todo lo existente. Es la tendencia básica de movilidad de todo lo existente finitio. Es la lucha
constante de todo lo existente individual contra todo lo demás. La manera de afirmarse la “voluntad de poder” es
con la transmutación de todos los valores. Este término se inspira en “la voluntad de vivir” de Schopenhauer. Donde
se expresa mejor es en la actividad creadora del genio artístico.
El eterno retorno
El tema de la “voluntad de poder” conduce a la afirmación de la vida, y con ella, al tema del tiempo. El eterno
retorno es un intento de criticar la concepción teleológica del universo de los griegos y lineal de los judíos y
cristianos. Para Nietzsche no hay más mundo que éste y Zaratustra es su profeta. Nietzsche pretende recobrar la
eternidad para este mundo, anulando la dicotomía de los dos mundos y recuperar así el sentido de lo terrenal. Lo
que realmente es, es el “instante que se desvanece”, y esto es lo que hay que amar.
Nietzsche en el eterno retorno, es fiel a su sentido de la vida, de la tierra. Es el sí a la vida y al mundo, y el deseo de
que todo sea eterno. Así, concibe el “eterno retorno” como “una repetición de lo mismo”. El tiempo mismo es
repetición. El eterno retorno afecta a la totalidad de las cosas. Se trata de una concepción cíclica del tiempo, es un
intento de recuperar la visión trágica de la realidad del pensamiento presocrático.
ORTEGA Y GASSET
5.- SOCIEDAD / POLÍTICA
Para Ortega, la historia se puede analizar de acuerdo a las generaciones. En su Teoría de las generaciones, Ortega
asume que en toda sociedad humana conviven distintas generaciones. Estas generaciones se cumplen en periodos
de quince años y hay dos tipos fundamentales: las establecidas, las mayores que ya poseen el control social, y las
emergentes, las nuevas. Cuando los presupuestos teóricos de ambas son compatibles, la sociedad se desarrolla sin
sobresaltos; cuando, hay una contraposición y ruptura entre las concepciones de la generación establecida y la
emergente surge la crisis social.
Según Ortega, en nuestra época y sociedad se da una crisis, pues ha ocurrido un fenómeno especial: la rebelión de
las masas. Para Ortega los hombres pueden dividirse en hombre masa y en minoría selecta. No se trata de una
división de acuerdo al puesto social que se ocupa sino de acuerda a una forma de ser y actuar en la vida. El hombre
masa es aquel que se encuentra satisfecho de sí mismo creyéndose completo moral e intelectualmente y que actúa
como el niño mimado que pretende que todo este para el sin exigirse nada, pidiendo todos los derechos sin
reconocer sus obligaciones. Frente a esto, la minoría selecta es aquel tipo de persona que se exige a si mismo más
que a los demás y vive su vida buscando alcanzar ese desarrollo máximo ateniéndose a deberes y al trabajo vital. El
problema actual, es que el hombre masa gobierna la sociedad sin atender a la minoría selecta, imponiendo su
capricho uniformador y poco respetuoso con la auténtica libertad individual y creando una crisis social.