Inimputable

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TAREAS.

ESTADO MENTAL DEL


ACUSADO, EL ASEGURADO Y EL RECLUSO 79

no constituyen
'did alformas de. aseguramiento
· o ·internamiento
. penales pues no son
dec1 as pe~. mente, sino avaladas por un tribunal c1·v·1 b'' l éd'
l haya dec1d1d0 . . 1 • no ten e m ico
as con criterio Yobjetivos totalmente asistenciales.

11. BASES CLÍNICAS

A) Las categorfas psiqi1iárricas y stt correlación corz la inimpittabilidad

Una vez analizados los enfoques y categorizaciones de la enfermedad


me~tal en el derecho p~nal, pasaremos a continuación a exponer cómo los
clas1fi.ca, en su concepción más general, la psiquiatría, para después mostrar
la pos1b~e correlac~ón entre ambos campos (PÉREZ, 1986). Esto puede resultar
de gran unportanc1a, pues es la clave para conocer lo más general de un cam-
po des~e el.~tro y poder así interrelacionarse y hacer más fluida y eficiente la
comun1cac1on al operar con el caso penal en cualquiera de las acciones pro-
pias del proceso.
a) Lo nzás ger1eral de la c/{1si.ficc1ción psiq11iárrica. Etiol6gica1nente, los
trastornos mentales pueden dividirse didácticamente en dos grandes grupos
convencionales: orgánicos y funcionales.
-Orgánicos: dependen de una lesión estructural evidenciabJe en el siste-
ma nervioso central (SNC). Dicha lesión puede ser reversible (aguda), o irre-
parable e irreversible (crónica), pero de cualquier manera provocarán una al-
teración notable de la estructura del SNC, es decir, del encéfalo como víscera.
Las causas de estas alteraciones en el SNC son variadas y pueden citarse
infecciones, efecto de st1stancias neurotóxicas, falta de oxígeno, tumores y
traumatismos, entre otras.
Las alteraciones estructurales que provocarán y la traducción de estas a
la vida psíquica del enfermo dependerán de la intensidad y duración de su ac-
ción, del lugar o lugares que afecten y de la tolerancia o debilidad propia de
cada SNC. Por eso, un mismo agente puede provocar serios disturbios en un
sujeto y no en otros, o al contrario, lo que provoca disturbios en casi todas las
personas puede no ocasionarlos en alguien.
En los trastornos orgánicos las manifestaciones psiquiátricas no consti-
tuyen la enfermedad en sí, sino que son manifestación de la enfermedad sub-
yacente que afectó o está afectando al encéfalo.
-Funcionales: en ellos existe un trastorno psicopatológico; incluso este
sigue patrones clínicos característicos. Pero el SNC del enfermo no muestra
signos evidentes de cambios morfológicos anatómicamente detectables. Dentro
de estos se encuentran trastornos de distinto grado de gravedad, como la esqui-
zofrenia. Estos trastornos igualmente pueden ser de presencia clínica conti-
nua, aparecer por crisis o brotes o maní festarse durante un período par.i des-
aparecer después.


80 PSIOUIATRIA FORENSE

La división de lo orgánico y funcional es provisional y con ·


' · pues en la med.d
dact1ca. 1 a en que avance el conocimiento cientffi
venc1onaJ' di -
blecer·án las C(tusas de cada vez mas , trastornos mentales, con Jo qu 1coásse esta-
me.dades pasaradn
.. -"
ª.ser "éorgá111cas
· . '' '. p ero esta clas1ficación
. llevae m enfer-
implícitos
vanos aspectos e 111ter s, en espec1aJ para eJ no especialista:
l. La enfcr1nedad 1nental no siempre puede ser argumentada demo
d o camb1os. cereb raes 1 ostensibles
• y específicos: una persona enferma p s 1ran-

o·asto1110 ''110 orgánico" puede no tener cambios electroencefalográficos r u~ 0


. 16g1cos
d 10 . espec1' titcos. 0 ra

2. U11a enferm.edad puede estar presente en ciertos períodos y en otros no.


3. Un sujeto sa110 puede enfermar en determinado momento, incluso por
un período breve de tiempo, al recibir en el SNC el efecto de una de las causas
citadas y mientras dure eJ efecto de esta.
4. Si algo afecta de forma importante e irreversible el SNC, el paciente
puede pasar por ello de la sanidad mental a Ja demencia permanente.
5. La presencia de una noxa que pudiera causar trastorno del SNC y con
él una afectación del psiquismo, no significa que por necesidad estos se hayan
producido en una magnitud penalmente trascendente.
6. Los grados de afectación psíquica durante un trastorno pueden ser va-
riados, asunto al que nos dedicamos a continuación.
b) Niveles psicológicos clefiJ11cio11a11zie11to. El disturbio psicológico pue-
de tener distintos grados de afectación de la integración de la personalidad; es
decir, el hecho de que esté presente un trastorno -orgánico o funcional- no
significa que la personalidad esté desintegrada y el sujeto sea socialmente in-
competente.
En lo fundamental, además del normaJ, pueden producirse otros dos ni-
veles morbosos de funcionamiento psicológico: el neurótico y el psicótico 16•
-Nivel 11eztrótico: el trastorno no llega a representar cambios cualitati-
vos del psiquismo, de manera que el paciente no pierde totalmente el contacto
con la realidad, ni consigo mismo, por lo que sigue siendo, en general, com·
peten te para relacionarse socialmente según las normas históricas de su c~lt~­
ra. En consecuencia, es capaz de percatarse de que está enfermo y de las hrru-
tacíones que ello puede provocarle.
Los síntomas y signos que se le detectan son cuantitativos, porque estos
son fenómenos que en mayor o 1nenor grado pueden verse también en unn per-
•<> En la actualidad hay una tendencia u no clasificar las enfenncdndes n1entales solo c~n
en que determinen o no un nivel psicótico o neurótico de funcionn~iento. lo que 110 ~~
1
base
opone a que exiswn esos dis1incos p~s!blcs niveles d~ ufec1ación ps~cológa~a Y~ ~~e es~c~~­
cerlos en el tiempo resulte de gran u11 hdnd en el 1rnbaJO forense, si bien pudaeru :-;cr 1n1ru.
dente en tu práctica usis1cnoiul.
TAREAS. ESTADO MENTAL DEL A
CUSADO. EL ASEGURADO y El RECLUSO 81

so11a sancl en determinadas circunstaiicias tal 1 . .


la irritabilidad. ' es como a ansiedad, la tristeza
0
~l sujeto que funciona en el ni vel neurótico presenta esas manifestacio-
r1es. sin las causas que t1abitual1nente las deterrn·inan de manera d.1recta en un
sujeto no1111 al: 0 las presentan en una intensidad desproporcionada a las cau-
sas ~ue las dese11ca~enan . Esto representa un nivel de <tfectación de la calidad
de.vida, ~e. l?s relaciones sociales y hasta cierto grado de sufrimiento, pero no
la lt11postbilidad de razonar y actuar según las exioencias de su sociedad y de
sí n1isn10. º
-Nil1el psicótico: los síntomas y signos en este nivel son de tal magnitud
que .representan la desorganización de la personalidad y de la captación de la
realtdad, la cual es borrada o sustituida por percepciones e ideas que determi-
nan la conducta, en lugar de los habituales capacidades, juicios, afectos y moti-
vaciones propias de cualquier persona.
Como expresión de este extremo nivel de desajuste, la persona es inca-
paz de percibir o de admitir que está enferma, pues aquellos fenómenos mor-
bosos que presenta constituyen su realidad referencial, tan convincente para
ella como para el resto de las personas la objetiva que perciben. En consecuen-
cia, le resulta imposible responder a los requerimientos sociales y a sus pro-
pias históricas necesidades y motivaciones: como corolario no funcionan los
factores subjetivos del delito, no hay capacidad de culpabilidad.
Aun dentro de esa desorganización, el cuadro clínico del nivel psicótico
sigue determinadas reglas que le peaniten al experto psiquiatra establecer los
distintos diagnósticos y detectar la simulación; no se excluye que como pone
SHAKESPEARE en boca de uno de los personajes de su Macbet/1: ''Aunque esto
sea locura hay método en ella". Esto es lo que da pocas posibilidades de éxito
al simulador si enfrenta a un psiquiatra experimentado, cuidadoso)' conoce-
dor de su conducta durante el delito: la falta de tipicidad clínica dentro del caos
de la psicosis y la falta de correlación de esta con el delito concreto q11e cometió.
Cuadros ñincionaJes u orgánicos en su origen pueden ser indistintan1en-
te agudos 0 crónjcos en st1 evolución y determinar cualquiera de estos 11iveles
de funcionamiento psicológico. Distintas enfermedades pueden dar cuadros
evolutivos disímiles; el paciente afectado pudiera estar en ocasiones funcio-
nando en el plano psicótico, en tanto que en otras puede hacerlo en el neuró-
tico o hasta el normal. Este tránsito entre niveles puede ser a \reces muy ft1gaz.
Salvo que se trate de un cuadro psicótico de presencia continua. el resto de las
enfermedades pueden estar en el nivel psicótico en un n1omento dndo, aun en
las clásican1ente llarnadas "neurosis". De ahí que t1n diagnóstico, cunlquiera
que sea, no determina tuxativan1ente que el sujclo estuviera o 110 psicótico en
un mon1ento determinado de interésjuclicial: no 11ay "patentes de corso" n par-
tir de diagnósticos previos.
82 PSIOUIATRIA FORENSE

e) Coi·relac:ió11 psiq11iátrica-pe11al. Puede establecerse una correla .


· d I . . CI6n
general entre las categorías penales Y as prop1~s e ~ ps1qu1atría (PÉREZ, ¡986 ;
l
2006). al menos en este 11ivel general de c1as1ficac16n:
En priiner Lt1gar. es psiquiátricamente sustentable exigir que el que será
considerado inin1pl1table presente un trastorno en el momento del delito, pues
efectivtune11te. pudiera ocu1Tir que lo pre-sen te antes o después, pero no en es~
01001e11to. o 110 lo tuviera ni antes ni despt1és, sino en ese momento; en segun-
do lugar e.~ necesario también qt1e no baste con que el agente presente una
enfen11edad o trastorno simu ltáneo al delito, ya que este pudiera no ser de nivel
psicótico y no inhabilitar los procesos psicológicos, de forma que, a pesar de
la enfem1edad, ''funcionen'' los factores subjetivos del delito, exista capacidad
de culpabilidad y sea exigible la responsabilidad. Todavía más importante: si
el sujeto del inque durante el padecimiento de un trastorno psicótico, tiene que
haber una íntima relación entre delito y psicosis, de tal grado que el delito tiene
que poderse interpretar única y exclusivamente como expresión de la psicosis
(..correlación patología-delito").
Es igualmente factible, también desde el campo de Ja psiquiatría~ Ja po-
sibilidad de que el sujeto se provoque a sí mismo un disturbio al consumir al-
gún tóxico para presentar un cuadro ae desorganización que enmascare en pri-
mera apariencia su real voluntad o explique una omisión antijurídica. También
es admisible la exigencia culposa a quién, conocedor de que puede presentar
un cuadro psicótico, asuma tal riesgo y resulte en trasgresión culposa, impru-
dencia), de la norma jt1rídica.
Es también adrnisible que sin llegar a estar plenamente psicótica, los
procesos psicológicos de una persona sean influidos de forma importante por
trdStornos o déficit, habituales en él o transitorios, lo que repercute en sus cri-
terios valorativos y de control coridttctztal y favorece el paso al acto delictivo.
y así resulta semimputable para aquellos códigos ya analizados que prevén esta
condición si el sujeto delinquió con trastornos que lo afectaban "sustancial·
mente", ··notablemente" o ''considerablemente".
La evolución ~acia la curación, propia de una psicosis aguda, hac.e que aun
c.uando esta det~rmtnó en su momento inimputabilidad, sea después 1n~ecesa­
no decretar un intern.a~ento para un agente que ya está sano. Es lógico que
no se a~egure a ~odo .1n1mputable, sino solo a aquel que se mantenga afectado
Yproclive a del1nqu1r, no al transitorio.
Coino puede verse. muchas de las cuesciones preceptuadas en la le)' p~­
na.1para J~ en.ferr:nedad mental pueden considerarse sustentadas en el conoci¡
m1e~1to ps1qu1átr~co o solt1bles en él, al menos en lo general del estado mc!1.1~11
?el .agente: l~mb1én de la víctima. como veremos en st1n1on1cnto. ni ocu~11 n-
acc16n dchcltva. ~lur~ cuando otras puedan requerir de rüus1es que se c~rresp~e­
dun. con cJ conoc1m1cnto científicarnente establecido sobre la cv0Juc16n y
ce~1dadcs terapéuticas.
TAREAS. ESTADO MENTAL DEL ACUSADO. EL ASEGURADO Y EL RECLUSO 83

l En el aspec~o práctico, para poder establecer retrospectivamente el esta-



• do n1ental del SllJeto durante el hecho es imprescindible conocer cómo fue di-
cha conducta~ cuál~s.fueron sus antecedentes. AJ realizar este análisis a partir

i de la exploración cl1n1~a actual, el perito psiquiatra obtendrá la respuesta a ese
, interrogante. Pronunciarse sobre el estado mental de un agente o víctima re-
..
~
trospectivamente con respecto al momento del delito, sin contar con esa infor-
• n1aci6n, puede considerarse poco serio y nada confiable. Es de esperarse que,
l además, si el sujeto delinquió o fue victimizado durante un cuadro psicótico,
1 su conducta y participación durante ese evento reflejen ese nivel de desajuste
.... al correlacionarlos y no las motivaciones y conductas de quién está actuando
l en plena relación con la realidad.

1 Veamos gráficamente lo más general de todo lo anterior (PÉREZ. . . 1986,
.... 1987a y b), en lo que consideramos la Piedra de Rosetta entre ps1qwatrta y
,

.... derecho penal en este campo 17:


Cuadro 3. Correlación psiquiátrica penal
-
- PSI QUIATRÍA: DERECHO PENAL:
- NIVEL DE FUNCIONAMIENTO NIVELES DE CMPUTABILIDAD
J
r SANOS, IMPUTABLBS, CON
NORMAL CAPACIDAD DE OULPA
-
- -
s
r ENFERMOS, PERO IMPUTABLES
NEURÓTICO
pues cienen capacidad
1, de culpabilidad
a
- ---------- SEMIIMPUTABLES O ATENUADOS
factores subjetivos del delito: muy
afectados, pero funcionan en parte
- -- - "
·- - - - - l1
e 1 ·- ·-
D PSICÓTICO 1 INIMPUTABLES
(SI NO SE PUSIBRON NI PUDIERON
- : PREVERLO)
- sin capacidad de culpailidad
al -- ,_ -
a
11 o ·t . . ...cc: r·ag·anal del autor. apareció publicada por primero vez en
?- l ¡· d . e .,( Ln 1-1aba-
·- a compos1c1 6 n grw rea. o
i;;.S
un a.nfcul o de él en 1n desnpnrec1·dn Re vi·s:t"
•• del Bu'ete
"' Espec a iza o en asactvn,
na, 1986.
84 PSIOUIATRfA FORENSE

12. TAREA: DETERMINAR EL ESTADO MENTAL DEL ACUSADO

La necesidad de que el psiquiatra establezca en retrospectiva cuá]


estado mental del acusado en el momento de cometer la acción deJict· erae¡
voca uni\1ersalmente la duda sobre si es o no científico y confiable pron~~ª.Pro.
en ese sentido. ciarse
Parece que el psiqttiatra, psicólogo o médico legista, encargados de<far
respuesta a esa interrogante, fueran ''víctimas propiciatorias'' de unadudaq
lejos de serles específica, fuera común a todos los vinculados profesiona~e,
téc1tlcamente a una causa judicial, sea como peritos de cualquier campo
vestigadores, fiscales, defensores, jueces y otros, ya que todos ellos tendrán,que
¡:
conocer de referencia un fragmento o huella de la historia conductuaJ deuna
persona, sus motivaciones y aspectos similares y calificar retrospectivameTlll
si fue o no culpable, de que tipo delictivo lo fue o no, en qué grado y similares
apreciaciones, incluso algunas sobre aspectos de su subjetividad tales como
grado de intencionalidad, móviles y similares (recuérdense los factores sub-
jetivos del delito).
Para el juez, por ejemplo, puede no ser difícil, en determinados casos, es-
tablecer retrospectivamente la culpabilidad o la inocencia de alguien; en otros
no contará con los elementos necesarios parallegarconvincentementeaunjui·
cio de culpabilidad o inocencia. De cualquie1· modo, podrá o no l1acerloenla
meclida en que tenga deter1ninada información confiable, pero si lo hace, g~ne·
ralmente nadie cuestionará cómo se atrevió a pronunciarse en retrospecuva
Precisamente lo que es considerado en la peritación psicopatol~gicael
punto más difícil de trabajo puede no serlo tanto, si se dispone de ampl1ayde-
tallada información de cómo, dónde, por qué, cuándo, contra quién! el ac~:
do cometió el delito que se le imputa. A su vez, resultaría difícil o 1mpo51
-a más de poco profesional pronunciarse sobre el estado mental delª~
sado en el momento de cometer el delito, sin disponer de todas aquellas.e
cunstancias para su correlación con lo obtenido en el examen tot~, ac~~~
sado, de su psiquismo (mecliante el examen directo, estudios ps1comet11 f,ii
entrevistas a familiares, médicos de asistencia, amistades, vecinos Yorros;Íes·
carencia de ello, apenas si se podrá reflejar en el informe pericial ~uál es ueJ11.1
tado actual del evaluado, o aun repetir diagnósticos previos al del1to,.loq
resuelve el problema penal de cuál era su estado mental al delinqUJr. . 1 ~
Por tanto, resulta paradójico, cuando en el juicio oral algt1ien ha ~~ooit
de calibrar la credibilidad de la pericia psiqt1ián·ica mediante preguncaxpforJ·
tiempo empleado en las entrevistas o el uso de tal o cual nlétod~ de eJllPu!il'
ción complementario (te~;t, electroencefalograma, tomografía axial e~ ¡11fot·
rizada y otros medios paraclínicos), pero casi nunca se pregunta cu
mados estábamos los peritos sobre la conducta delictiva del agente..,,11r&'
. del la•u ·e-
En línea general también suele hipertrofiarse la in1portancia tidott
como recurso para la peritación. La utilización del ingreso en ese sen
TAREAS. ESTADO MENTAL DEL ACUSADO, EL ASEGURADO y EL RECLUSO 85

ne indicacion.e s muy esp.ecíficas, Y la más esencia) es que el estado de salud


mental del Sttjeto l.o requ1era o pueda reqt1erirlo o que la hipótesis diagnóstica
qu~ se ha de traba_Jar dem?11de aplicar varios recursos hospitalarios de explo-
rac16n.' po~ lo que al tener i~gresado al peritado se hace más rápida y operativa
su apl1cac1ón. Además, ex.1ste la exigencia ética de no internar en una sala de
psiqt1iatría a nadie que no lo requiera realmente y que si se hace con fines pe-
riciales, a la persona no declarada aún inimputable debe mantenérseJa separa-
da del resto de la población hospitalaria.
También pueden tener papel en la decisión de ingreso, factores de carác-
ter geográfico y la eventual aplicación de medida de prisión cautelar al acusado.
La peritación psiquiátrica forense extrahospitalaria no es una improvisa-
ción reciente. Y a en el siglo XIX, a pesar del predomino de un pensamiento de
manicomio, (l<RAFFr-EBING, 1887) circunscribía la hospitalización para peri-
taje a los ''casos difíciles''.
En nuestro criterio, la peritación ambulatoria tiene ventajas, pues da la
opción de realizarla de la manera más cercana qt1e se desee al medio social ha-
bitual del act1sado y al escenario del delito, con más fácil obtención de varias
fuentes de la información actual y pasada relativas al hecho, su estado de sa-
lud mental y su personalidad, pues no siempre hay t1n centro de observación
psiquiátrica cerca. Lógicamente [a peritación ambulatoria es elegible si el es-
tado de salud mental del acusado no hace necesario, por sí, el ingreso. Ade-
más, cumple el requisito ético de evitar ingresos y procedimientos innecesa-
rios a los sujetos explorados pericialmente.
De este planteamiento se evidencian dos problemas, de cuya solución de-
pende el que el dictamen pericial psiquiátrico sea o no científicamente útil para
establecer la responsabilidad penal del agente respecto al delito juzgado:
1. Es imprescindible para la. peritación psiquiátrica f?rense conocer en
plenitud las circunstancias del delito cuando estén esclarecidas. Deben apor-
tarse a los peritos, pues, todos los antecedentes al solicitar la peritación psiquiá-
U:ica al acusado, y aun se debe estar en condiciones de buscar nuevas informa-
ciones si el peritaje lo requiere.
Se trata entonces de la necesidad de una interrelación dialéctica, de una
integración intcrdisciplinaria entre peritos y solicitantes desde el sistema pe-
nal, en busca de mayor eficiencia. Si esto n~ f.unciona así -y c~n frecuencia
así es-, tal situación es tan achacable al sol1c1tante como al perito psiquiatra
q~e ~sí lo acepta, como tt todo aquel que controJa I~ ~a~e preparatori.a o inqui-
s1tor1al del proceso penal 0 prepara o desa~olla el JU1c10 ornl, manejando una
tare~ pericial poco seria, sin hacer la en.m1enda ~onsecuente de tal error. En
la rn1sma línea será de importancia tan1b1én esencial la clara elaboración de las
preguntas que se dirigen al perito al solicitarle la pericia.
2.. El dictamen pericial psiquiátrico puede ser extremadamente pobre en
conten1do y mecánicamente escueto, obviando tanto el reporte de Ja informa-
86 PSIOUIATRIA FORENSE

ción tomada en cuenta por los peritos como la argumentación de sus concl _
sion~s. De lo que re~,ulta qu<: esta~ ap~recen ante el jurista como ''sacadas ~e
la chistera del mago . Esta 1nefic1e~c1a es ~chaca~le al.o~ peritos en primer
grado, aunque en segundo lo es tamb1én a la mstanc1a solicitante, si esta acep-
ta pasivamente tal respuesta a pesar de tener sobrada potestad legal para re-
chazarla e imponer, en lo formal del dictamen, las rectificaciones y amplia-
ciones pertinentes.
Haremos notar que ya en este nivel de análisis de las tareas y de la eficien-
cia en su cumplimiento no estamos tropezando con cuestiones sustantivas 0
adjetivas de la ley, las cuales están allí claramente reflejadas, sino con cues-
tiones eminentemente operacionales y administrativas.
Otro aspecto que le resta eficiencia a la peritación psiquiátrica aJ acusa-
do se refiere al momento de su solicitud y al de la realización, ya que obvia-
mente resultará más fácil la solución de la incógnita cuanto más próximo aI
hecho delictivo se realice la peritación, especialmente si se está valorando un
posible trastorno mental transitorio. Las demoras suelen imputarse automáti-
camente al funcionario solicitante, pero no dependen solo de él las adecuacio-
nes de tiempo, pues pudiera ocurrir que el sistema pericial no esté organizado
de forma que sea capaz de asimilar el caso en el momento óptimo.
La solución del problema ''tiempo'', en el peritaje psiquiátrico, tampoco
requiere cambios legislativos, sino rectificaciones y rediseñas organizativos,
particularizando en ello, como se impone para el desarrollo, la promoción de
un nuevo estilo en el cual se puede hacer no una peritación completad~ urge~­
cia, pero si una evaluación inicial inmediata del hecho tan pronto la 1nvesn-
gación policial lo permita, sobre todo porque en ella quizá radique e.I aspe~co
criminalístico más importante del caso. Se trataría así de ''fijar'' con ~media­
tez aspectos clínicos psiquiátricos y otros de carácter complement~10, como
las pruebas toxicológicas, las cuales formarían parte de la inforll!a.c10? que v~
a incluirse en las fuentes del peritaje psiquiátrico, el cual se sol1c1rru:1 Yrel~­1
ª
lizaría posteriormente con todos los recursos y con toda la información po
cial acopiada 18• •

El méd .ico especializado


. . , . ·runediato habi-
en medicina legal, coparnc1pe l · 1
bo-
tual de la investigación criminalística de los delitos más graves, pued~ e~ ~aJ­
rar para el cumplimiento de esta tarea o pron1overla. Debe estar pro ~ 0 rro
510

.
mente preparado para realizarla, pero ade1nás domina . m ás q~e cualquier
' nUJl
11
la exploración toxicológica, tanto clínica como de Jaboratono. ~or ~ ~Íátri­
cuando en grandes centros urbanos pudiera instaurarse una gua~dia ps~te del
co~fo~ense, el ~édico legista seguirá siendo un complem.ent~ 1 ~E:f.rt
ps1qu1atra o psicólogo forenses para este tipo de evaluación intc
d'rnieo·
111 E .d0 estos proce • 01e
n el Instituto de Medicina Legal de La Habana hemos escablec• • arnpJiame
tos como la diligencia ••Examen Psiquiátrico Forense de Urgencia", que se crnta
más adelante.
TAREAS. ESTADO MENTAl DEL ACUSAD
O, EL ASEGURADO y EL RECLUSO 87

Los pasos imprescindibles de un buen . .


ser nombrado por la autoridad competente pei:taJe ªun acusado, después de
éticas, administrativas y procesales, son: Ysiempre observando las reglas
l. Antes que todo, info1marse en todo lo osible ..
fic.a el delito, des~e s~
preparación, si la hubo: hasta ¡~~~~~:~~~c;~1f~¡~ªd~i
sujeto, sus comun1cac1ones
d 1 con otros ' los actos que e·~ecu tó , l os datos persona-
les que pudo ar Y.0 que ~eclaró al ser detenido. En ocasiones la información
del~ escena del ~rimen, s1 esta fue objeto de trabajo policial, puede dar infor-
~aci~n muy valiosa sobre las ca~a~t~rísticas conductuales del peritado al de-
linqmr. Se debe mantener la posibilidad de intercambio con los investiaado-
res policiales P3:~ satisfacer necesidades en este sentido que aparezc~ más
adelante. Tamb1en hay que ser cuidadoso con informaciones provenientes de
las partes Yemplear solo las procesalmente oficiales contenidas y demostra-
das en el expediente judicial del caso.
2. Iniciarlo con la mayor inmediatez posible al delito. Aún si el trabajo
de los operarios penales no permite disponer del sujeto en tiempo suficiente
para agotar su exploración, cuando menos entrevistarlo tan pronto se esté in-
formado del delito, pero nunca antes.
3. Explor.ar e historiar clínicamente a1 acusado de forma detallada y em-
plew los recursos paraclínicos necesarios para demostrar o descantar cualquier
hipótesis diasmóstica que pueda surgir y ser ae interés al proceso penal. En-
trevistar fue~es familiares y otras, si es necesario, y si está permitido proce-
salmente. Solicitar la ocupación forrnal de documentos o la fijación procesal
de declaraciones que pueden tener importancia en la interpretación pericial
del caso.
. 4. Establecer las hipótesis diagnosticas clínicas e incluir siempr~ el aná-
lisis de posible simulación; también las referentes al es!ad~ men~~ habitual del
acusado, pero sobre todo las que lo caracterizan en cnter10 penc1al en el mo-
mento del hecho. .
S. Homologar las hipótesis a las formulacione~ penales y situarlas en re-
trospectiva al momento de interés penal: el del delito.
6. Arg t l ·rerios con base en el l1echo mismo, no a posibilida-
,.¡ umen ar os cr1 . · d d b b·1·
ues teóricas si hay evidencias de e] las, clist1ngu1en o ce11eza e pro a 11-
da.d Yde posibilidad 19 y lo influyente de lo cau~al.
00
.. .
7 s b d 1 oncretar co11clus1ones, el razonan11ento propio
el · eparar,
discu . so
. re to. o a e de la prevención, . las causas y las oportunida-·
d rso cr1m1no 16g1 co e 1 ··
d es-del d' al b,ietivo es establecer la responsab1l1dad penal
iscurso pen cuyo o J b'l'd d limi'
neta del acusado. No ll~gar a juicio de culpa o 1n1mpt1ta t 1 a ,
• •
tarse a
19 Lo . . . uede tomarse como hipótesis; algo puede ser po-
sible c1entíficamente imposible 00 P h0 d que algo sea posible y muy probable no
<tell\~ pero poco probable. Establecer el hec e
estra su ocurrencia.
88 PSIOUIATRIA FORENSE

argumen tar Ydescribir el estado . mental


. . .del acusado
. en función de la fónn u-
1 . oJógica. Solo al producirse e1JUtc10 ora11os Jueces podían hablar de in-
ªimputabilidad
ps1c . . .e • h 'd
y pueden surgu· 1n1ormac1ones que no an s1 o del dominio del
perito.
8. Si al estitblecer el estado mental del acusado al delinquir se hace evi-
dente que puede ser considerado, si se ~cepta nue~tra prueba pericial, que actuó
si 11 voluntad y juicio, se debe aL1tomátlcamente 1~formar, ~e forma argumen-
tada, sobre peligrosidad posdelictiva y la ~orma mas.conveniente.de rehabilita-
ción y co11trol para el caso concreto, segun las opciones que brinde para ello
el Código Penal del Estado en que se opera pericialmente.

13. TAREA: ESTABLECER LA CO?vlPETENCIA MENTAL


PARA C~lPLíR EN UNA ACCCÓN PENAL

La determinación de esta competencia se realiza también a solicitud de


instancias administrativas y tribunales de Ja jurisdicción civil, ya que, como
ampliaremos más adelante, ellas necesitan conocer en ocasiones la aptitud de
un sujeto para testar, casarse, ceder un bien o similares acciones. Sin embar-
go, en el campo penal la existencia de signos de enfermedad mental o de limi-
taciones en tal sentido en una persona que va a declarar ante un investigador
policial o en un juicio oral, por ejemplo, puede requerir, en caso de dudara-
zonable o justificada, un examen pe1icial psiquiátrico que establezca si ella está
o no en condiciones adecuadas de dominio de sí y comprensión de la situación
)' responsabilidad de asumir, tal acción. Si se trata de un acusado, la aclara-
ción pericial de ese aspecto pudo solicitarse al establecer su estado mental al
delinquir.
Debe entenderse que un inculpado pudiera estar en plena capacidad al
cometer un hecho delictivo, pero posteriormente, a consecuencia de trauma-
tismos, sustancias tóxicas, o enfermedad natural, pudiera presentar limitacio-
nes que le impidan
oral, por ejemplo. participar en acciones de instrucción judicial o en el juicio

También pudi~ra una persona encontrarse en un estado posdelictivo en


el que resu!te cuesnonable su competencia mental para participar en juicio o
en otr~ acc16n p~o.c~sal con el estado mental requerido por el debido proceso;
e:; decir•. en pos1b1ltdad de comprender cuándo y con qué se Ja acusa y parti·
c1par act1v~mente en su defensa. También puecJe ser convcnier te establecerla
1
P.ara garantizar Ja posterior confial)ilidad qt1e tengrtn sus declaraciones o deci-
siones. Tal es el caso, por ejemplo, de personas en estado de extren a aravednd
por t~aumas,
mon10
1
qu?maduras Ysimilares caL1sas, de las ct1ales se requie;t1n tesri-
o confes1611.
Estas situac.iones se presentan en la práctica. De esa forma hemos tenido
cas?s de alcohólicos -por cit?r un ejemplo- que argumenta~ como justifi·
cac1ón para haber dado determinado testimonio falso, incluso de autoi nculpa-
TAREAS. ESTADO MENTAL DEL ACUSADO
· EL ASEGURADO Y EL AECLlJSO 89

.60 haberlo hecho para salir de la unidad pol'1 ·aJ • •


ci · ·d· des d · ·, c1 1o antes posible y satisfa-
cer sus ne~~~ ~ d 7, inge~tiobn d.e alc~hoJ, alegando que al confesar se en-
contraban ° usca os por ªª sttnenc1a, lo que pudiera ser o no cierto.
Por estas razones, en lugares con mucha incidencia d d d' ·,
· 0 de oficio l . d e roga 1cc1on, se
solicita c?m ªpresencia el médico forense para certificar eJ esta-
do del su~el~ ~ue declara .ante el tribunal donde se práctica esa forma de ins-
uucción JUdtcial, par<l evitar uturas evasivas por la vía ya planteada.
~ste ~Íl)O de evalt1aci~nes requieren una operatividad pericial óptima que
penn1ta efectu~rla con rap1dez en el momento oportuno. Si se necesitara es-
tablece~· d~termina~a compete~cia. para comparecer en el juicio oral como acu-
sado. victima o testigo, la realización de la exploración con este objetivo pue-
de realizarse de forma más electiva.
No considerar en su momento todo lo anterior puede determinar la pos-
terior solicitud para que los peritos se pronuncien retrospectivamente sobre ello,
lo cual es más difícil.


14. TAREA:ESTABLECER LA POSIBLE INCOMPE'l"ENClA DEL RECLUSO
,
PARA PERMANECER EN REGIMEN PENITBNCLARJO

Es preocupación frecuentemente generadora de solicitudes de peritación


de parte de las autoridades judiciales, en especia] de los tr.ibunales como en-
cargados de ajustar la medida impuesta a cambios del sancionado, si determi-
nada enfermedad mental o de otro carácter, presente en el responsable de un
delito, puede determinar que este no se encuentre apto para extinguir su san-
ción en régimen de reclusión penitenciaria o para mantenerse en él si ya la está
cumpliendo.
La solicitud de esta pericia es expresión de la preocupación humanista
de! sistema judiciaJ para adaptar la sanción a las condicio?es particulares de
quien delinquió, y desde siglos pasados aparece ya sustant1vamente en forma
de definiciones excluyentes del trabajo forzado para reclusos con enfermedad
0
limitaciones similares. Aunqt1e para dar al recluso la atención médica que
él requiera y cuando la requiera, no tiene que esperarse un examen pericial.
En este caso la instancia judicial solicitante deberá entregar desde el pri-
~er momento a los peritos todos los documentos ~édi~os qt1e se l1~y~,n reci-
bido en argumentación de que sea dispuesta la realización de la penc1a. tales
com? hislorias clínicas, certificados, infor1nes de los servi.cios médicos peni-
tenciarios sobre las 01 anifestaciones de su e11fermedéld, Ja caracterización del
rec1uso
· por las autoridades de la prisi· '6 n Ysimt
· ')ares.
f Al realizar esta pericia, los especialistas estL1~iarán el ct1 ~dro clínico y los
~atores históricos y actuales que en lo psico-social caracterizan al paciente.
llos emitirán un dictamen especialmente descriptivo, que haga comprensivo
er10 conclusivo, cualquiera que sea e1sentt'do de este. ya que el hecho
SU Crit •
90 PSIQUIATRIA FORENSE

mismo de tratarse de análisis muy casuísticos pudiera determinar incompren-


siones cuando sujetos con un mismo diagnóstico puedan aparecer con distin-
tos grados de competencia para permanecer en prisión, dada la variabilidad
evolutiva, respuesta al trata1nienlo y otros aspectos. Aunque lo esencial es de-
tectar si el 1·ec/11so sufre de t111 trasto1110 t1iet1tal equiparable a la categor(a de
e11aje11ació11 }' q11e este se está 111a11ifestar1do en fez actualidad, pues solo en ese
caso la ley penal establece, cuando así lo hace, que él sea trasladado en asegu-
ramiento posdelictivo hacia un hospital, donde seguirá extinguiendo la sanción
mientras se mantenga en ese estado, ya que se trata del mismo principio ga-
rantista de que ninguna persona sufra acción penal si no está en condiciones
psicológicas de captarla.
La ley establece su reintegración al penal después que la enajenación deje
de ser manj fiesta.
Esto puede producirse porque el desajuste psíquico empeoró impredeci-
blemente mientras el sujeto estaba ya en prisión, o apareció allí, determinando
tal cambio de medida penal, para lo cual, y solo para ello, resulta necesaria la
peritación.
El punto de común comprensión y de decisión del criterio del jurista y el
perito, una vez más, no radicará en si el evaluado, en este caso un recluso, tuvo
o no un trastorno psiquiátrico, sino en si este trastorno se está manifestando en
la actualidad penitenciaria y en si alcanza la categoría prevista en la ley sus-
tantiva, para entonces poder ser objeto del tratamiento previsto en ella. Re-
clusos con otro tipo de trastorno recibirán tratamiento psiquiátrico dentro de
los establecimientos penitenciarios mediante sus servicios médjcos, para lo cual
no es necesaria una peritación. Penalmente no está previsto otro procedimiento
ni otro beneficio; pt1eden exjstir otros criterios e iniciativas, incluso acertados,
pero no son aplicables ni planteables en casos evaluados hasta que la ley los
recoja en un cambio.
Citamos algunos ejemplos de la forma en que aparece recogido en los Có-
digos Penales el tema de la incompatibilidad mental del recluso para perma-
necer en prisión. Aunque algunos no se refieren explícitamente a este conflicto,
pues en algunos países existen área<> para enfermos mentales dentro del pro-
pio establecimiento penal, de modo que el paso a estas no requiere el proce-
dimiento de ''salir de prisión'':
Brasil, artículo 98: •'[ ...] necesitando el condenado de especial tratamiento
curativo, la pena privativa de libertad puede ser sustituida por la internación.
o tratamiento ambulatorio, por un plazo mínimo de 1 a 3 años [... ]".
'' Art. 99.- El internado será recogido en establecimiento dotado de ca-
racterísticas l1ospitalarias y será sometido a tratarniento''.
Cuba: artículo 87: "1. Al qt1e, durante el ct1n1plin1iento de la sanci611 de
privación de libertad sufra repentin<1mente de enajenación mental, se le stis·
penderá la ejecución de dicha sanción, decretándose su internamiento en el
TAREAS. ESTADO MENTAL DEL ACUSADO. EL ASEGURADO V EL RECLUSO 91

hospital psiquiátrico que designe el tribunal encargado del cumplimiento de


la ejecución.
''2. Esta tnedida dura hasta que el sometido a ella recobre su salud''.
Clii/1i1alii1a, ''Art. 57 bis.-Quienes sufran psicosis, oligofrenia, o cual-
quier retraso, debilidad, enfermedad o anomalía mentales, que les impida te-
ner conciencia cabal de sus actos y ubicarse en la realidad que los rodea, y cuya
capacidad de discernimiento esté disminuida de manera tal, que no les permi-
ta querer, entender ni reconocer la trascendencia de sus actos, aunque tengan
intervalos lúcidos, cuando hayan ejecutado hechos definidos como delitos,
serán recluidos en cualesquiera de los centros a que se refieren las primeras
tres fracciones del artículo anterior, según correspond~ por todo el tiempo que
sea necesario para su cuidado y control [...]y de igual manera procederá la
autoridad ejecutora, en los casos en que un sentenciado haya presentado cua-
lesquiera de los padecimientos señalados, durante el cumplimiento de una pena
de prisión'' .

p
ERNESTOPÉREZGONZÁLEZ
Profesor Titular de la Universidad Médica de La Habana
Yde la Facultad de Derecho de Ja Universidad de La Habana.
Profesor invitado de la Universidad de San Carlos (GuatemaJa).

PSI UIATRIA
FO NSE

ED[TG>RI1\!L TEMIS S. A.
Bogotá - Colombia
201J
El psicólogo 1·urfdicofi
orenseyl
a evaluación d 1 .
e a capac1dad de obrar • 231
,
VALORACION DE CAPACIDAD EN El AM
'
BITO CIVIL
·~
(uacro son las demandas más frecu
'. 1
. . ., entes en esta á ..
camentana e impugnac1on de testamentos/do rea. incapacitación legal, capacidad -
Ydependencia. cumentos privados grado de dº .ces
. ' 1scapac1dad
Al igual que en el resto de nuestra . . .
. s intervenciones
claramente la terminología específica d es necesario conocer y dife .
.. . . e cara a delimitar renc1ar
penaal. Es necesario también ser muy p d Y responder a nuestro obJºec0
· ru entes y tener pr
un contencioso en el que, lamentablement h esente que formamos parce de
1
ar¡ l. en 1uego más allá de la preocupación por leb,.sue e aber muchos intereses patrimoniales
-

Sea cual fuere la den1anda debemos te
e renescar de la p
ersona .
·-.•
IJr.'
. . ' ner c1aros tres aspecto . . ..
reales a nivel técnico (lo que podernos y lo s. nuestras pos1b1hdades
· · · . que no podemos hacer en f · · d
capac1tac16n técnica a nivel de formación y . .) . unc1on e nuestra
't ••
•• . . experrenc1a s1 podemos o no
demanda de los Juristas desde la ciencia psicoló . 'b
d 1
respon er a a
· ··
enmarca 1a pet1c1on. gica, Y, so recodo, el contexto en el que se
El Instituto Nacional de Estadística (INE España) 1 - -
'
:[r¡,
., _ , . . · , en e ano 2008, senala que el 8,5%
de la poblac1on espanola sufr1a algun tipo de discapaciºdad 0 5%
~~.·
' . .
'ª. , , un , menos que en 1999.
res1dre~do mayorra de personas en domicilios familiares y un menor porcentaje en cen-
., ....• ..; rros res1denc1ales. Destaca en el estudio que el porcentaje de discapacidad aumenta con la
.-' •• edad siendo del 2,2% en la franja de edad de oa saños y del 75,1% a partir de los 90 años,
.., ,.

-• •.• presentando diferentes grados de severidad y afectando a problemas de movilidad, para la



vida doméstica y para actividades de autocuidado.
::-
~

,. Actualmente, debido al envejecimiento de la población, se estima que el 57,9% de la


discapacidad en España coresponde a personas mayores, principalmente mujeres.
¡r;. Esta nueva realidad ha planteado la necesidad de legislar, diseñar y poner en práctica
r:
r:r~ -
-
d
o
programas y protocolos de evaluación, así como medidas específicas para responder a las
necesidades, tanto de las personas afectadas, como de quienes se hacen cargo de ellas,
...• -
~
~

=· tratando de garantizar su bienestar y su autonomía (España - Código Civil y Ley 1/2000 de


-- "e
7 de enero sobre Enjuiciamiento Civil).

VALORACIÓN PSICOLÓGICA FORENSE DE LA INCAPACITACIÓN LEGAL

Según el Instituto Catalán de Asistencia y Servicios Sociales (ICASS & Pilar Hilarión, 2008)
en Catalunya se observa un incremento de hasta cuatro veces má~ ~e personas tuteladas
entre los años 2001 a 2oo6, así como un cambio en el perfil trad1c1onal de las. ~ersonas
. . d · c·tación Si anees eran bas1camen-
sobre quienes se instaba el proced1m1enco e 1ncapa 1 ·
. . 1 1 fermedad mental, accualmence se
ce personas mayores con discapacidad 1nte eccua Y en
' ., · 1 n trastornos mentales graves en
trata de individuos en situación de exclus1on socia· co .
ductas de aleo nesgo. canco para
comorbilidad con otras patologías y que presentan con
ellos, como para los demás.
232 • Ps1copatología forense. Co111porto1niento hun1ano y tribunales de 1ustic1a

--
Según la Qfv\S (2001) cinco de cada diez causas de incapacidad se deben a e f
dades rnentales y su valoración debe ir dirigida a discernir si existen o no défici~erme_.
funcionamiento personal. limitaciones en la actividad y restricción a nivel de parcicipaen.a
de la pe~ona en su contexto habitual y en qué grado. Esto implica tener presc'flce:
pilares ft1ndan1entales: la persona y el contexto en que la persona se encuentra. debiendo
concretar las exploraciones en ambos y en su interrelación.
Para nuestra práctica pericial es fundamental conocer la diferencia entre dos con-
ceptos: capacidad de obrar, esto es, "aptitud para ejercer personalmente un derecho yEf
cumplimiento de una obligación"; y capacidad jurídica, la ·aptitud legal para ser sujeco~
derechos y obligaciones". La primera de ellas implica que las personas pueden acruar con
plena eficacia jurídica y se establece en función de un criterio principalmente de car.kra
cronológico (obtener la mayoría de edad, a los 18 años en varios países), mienrrasque b
segunda se adquiere por el hecho de nacer con figura humana y vivir 24 horas fuera da
seno materno, y se relaciona con la capacidad de la persona para su aurogob1erno, esroes.
para comportarse de manera normal de acuerdo con su vida, sus relaciones personalfs t\

-- y sociales, y sus intereses profesionales. Como señalan Enrique Esbec y Gregario G6mez· legal,

l.-.,,- Ja rabo en Psicología Forense y tratamiento jurídico-legal de la discapacidad: 'Capacidad de


obrar es la aptitud para realizar eficazmente actos o negocios jurídicos y admite gradua·
ciones. Es incapaz el menor de edad y la persona incapacitada por el juez en senrenál
deficit
que S{
Ypacr
......
firme" (Esbec, 2000, p. 220), añadiendo que: "La salud menral que hace a la persona capll su resJ
de obrar, se presume siempre mientras no se destruya por una prueba concluyente~ (SlS fidos é
10-2-86; 28-6-90)". elevad


La
A nivel legal se diferencian cuatro grados de capacidad: SI lllisn

• Capacidad plena. Adquirida con la mayoría de edad, en varios países a los 18_años: b YSOcial
• Capacidad restringida. En el caso de España, adquirida a parcir de los 17 a~ con •• Por orr,
~. requerj
emancipación y que permite al sujeto, a modo de ejemplo, contraer macri~~10.~ •
.• 1
f requ1er;
le limita para realizar transacciones patrimoniales, requiriendo del consenamienco •
~
•; njyel CQ
padre o tutor; ~

• Incapacidad de los menores de edad; e dcfll" i• ~(
• Incapacidad legal. regulada por el Código Civil y por la Ley 1/2000. de 7 de ene~
juicramiento Civil. Se establece medianre sentencia revisable y puede ser coral ·
' 1
l
~
1
~
de inca¡
~lhlld1
< 'll'JP1da11
y patrimonial) o parcial (únicamence parrimoníal).
la ir
.
S b.1en 1a norma es 1a p1ena capacidad
1 · · · ·
y las hm1cac1ones n Sl'tW.:1
• restringidas.
escan \ !l.l
1 e.D~lfCipc • 1 .

ºll)o ar¡
situaciones en las que el comporramienco normal de la persona de acuerdo ~~ciJl!J~ J Deb·
~
sus relaciones personales y sociales y sus incereses personales se ve alcerado. c¡IJI! 511(J' \ tr-
11ren¡
l
así su desempeño en el marco social en que se encuentra. y valorando por canro,0 5ubr3'J
pacidad de autogob1erno escaria con1promerída Esca capacidad de aucogobiert · • ~ 1
. Cr1te
Os

Ramos ( 199S. cicado por Esbec, 2000, p.220):


' cap,

<le


El psicólogo Jurídico forense y la evaluación de lo capacidad de obrar • 233

( ... J consti(uye como mínimo un concepco psico-legal


. Es ·
carse con ninguna facultad psíquica c · cierto que no puede idencifi-
oncreca. pero no po
específicamente Jurídico, sino porque 1 d • rque se trate de un concepto
social) global de la persona lo que im 1.
ª u e a 1a valoración ps· · ( · .
. iquica me¡or aun psico-
, P ica e1 escud10 de todos 1 b· .
sus interacciones. los sistemas superiores d 1 os su sistemas básicos.
e ª personalidad (por ejemplo creencias
.
·•
va1ores) . 1a ·inceraccion de la persona con su med.io (vision
. . . del mundo y estilos de vida)Y
y en esencia, la personalidad
. integradora· (···} IS]e trata de una cuestión. cransdiscipli-
nar, o 1o. que es
. 1o .mismo' siendo del iuez
· 1a u• 1ama . palabra. es necesaria una valoracrón
de equipo (b10-ps1co-sociológico-juridica).
[... J El estu?io de la Ncapacidad de autogobierno·: elemento nuclear de coda valoración
Ygraduac10~ de la capacidad de obrar, abre la puerca a la valoración psicológica, que
se centra mas en la madurez psíquica. los procesos mentales, las potencialidades, los

f• • • .
.. rasgos psicosoc1ales y la adaptación de la persona a su medio. Es decir, la personalidad
.. -•
"

...•••. .
No es objero del presente capírulo ahondar en el procedimiento de incapacitación
legal, ni en las instituciones turelares contempladas en la legislación para complementar las
deficiencias de la persona en su capacidad de autogobierno, pero sí es necesario insistir en
que se trata de un instrumento de protección del incapaz en cuanto a su futuro personal
Ypatrimonial, tratando de protegerlo contra manipulaciones o engaños. condicionando
su responsabilidad a nivel, tanto civil como penal, así como para la consecución de bene-
ficios administrativos contemplados por la ley, debiendo ser muy prudentes debido a los
elevados intereses que muchas veces se encuentran en las demandas que se nos realizan.
La valoración de incapacidad no debe basarse en la enfermedad o la discapacidad en
sí misma sino en cómo afecta a la persona, cuáles son sus consecuencias, a nivel personal
Ysocial, teniendo por canto siempre presente el enromo en que se encuentra el individuo.
Por otra parre, la valoración debe ir encaminada a determinar cuáles son las necesidades o
~ requerimientos de la persona a peritar, qué situaciones puede encontrarse a nivel vital que
2
.....
~ requieran de su participación re5ponsable, y en qué forma puede o no responder a ellas a
~

• ••
.· •


..!. l~nivel cognitivo y emocional.
Debemos resaltar que, según el Código Civil Español (Artículo 200), son eres las causas
~ de incapacitación: enfermedad menc:al, deficiencias orgánicas y funcionales (ceguera. sor-
! domudez. agnosias. afasias, ... ) 0 estados persiscences de alcoholismo y coxicomanias que
~ impidan a la persona gobernarse por sí misma. . .
.."·I •. ~ ~a intervención pericial debe ser de carácter multidisciplinar, por lo que l?s ~s1cologos
! Part1c1paríamos de la valoración de codas las causas relacionadas con antenondad sobre
' cómo afecta al desempeño y relación del sujeto a nivel personal, familiar. social y laboral.
~ Debido a la mayor especificidad de la primera de ellas, la enfermedad mental. nos cen-
~ traremos en los criterios a valorar para la emisión de nuestro dictamen. Escas son:
J: •
·'

-
l 1 Criterio psrcopatológico. Que se rrate de una enfermedad o deficiencia que afecr~ a las

.. . 0 capacidades cognitivas y volitivas del evaluado de forma persistente, comprometiendo


• •
• •
234 • Psicopatología forense. Comportamiento humanoY tribunales dejusticia

su capacidad de autogobierno o su peligrosidad, es decir, hasta qué punto la


puede ser un peligro para sí misma o para los demás; i:>ersol\:
¡
2. Criterio cronológico. Debe rra~~~se de algo per':1anente, no tem~oral, concemp1ando
(
también los periodos de rem1s1on. En este sentido, además, habra que estar ate
las nuevas clasificaciones que contendrá el DSM-V, en particular en lo que resp;ros.~ e
grupo de trastornos del control de los impu.lsos y al 'brote ps;cótico breve; entre orr~~, Ir

3. Criterio psicojurídico. Capacidad de autogob1erno de la persona evaluada. j y


p
C<
Reiteramos que al hablar de autogobierno debemos tener presente la edad de Ja Ptí· di
sana, su estado de salud, la cultura de procedencia, su nivel económico y sus responsa. N
bilidades familiares y laborales. Así mismo, se diferencian dos dimensiones: una excerna,
relativa a su relación con terceros, y una dimensión interna, relativa a su autocuidado. en
El autogobierno se nutre de la capacidad jurídica, la capacidad de decidir, la volunrad ~
para realizar lo decidido y la posibilidad de hacerlo (Boada & Robles - Documento Sitges. se1
2009).
La autonomía del sujeto garantiza su supervivencia, y hemos de evaluar por lo canro.
tres áreas concretas: personal, doméstica y social. Por lo que la peritación psicológica debe
evaluar hasta qué punto el sujeto conserva intactas las aptitudes o habilidades básicas Y
personales (nutrición, higiene, seguridad, etc.), cuál es su capacidad para reconocer Yro·
frentar situaciones para las que ha sido adiestrado previamente, y hasta qué punto puede
adaptarse y aprender de experiencias nuevas en distintos ámbitos sociales.
Dos grandes grupos de patologías implicarían déficits importantes en el ejercido del.?
autonomía (ICASS & Pilar Hilarión, 2008): en le
1. Afectación permanente de algunas funciones cognitivas, como puede ser el deterioro ímpl
mental grave y la demencia. esrar
2 Trastornos mentales fluctuantes que pueden alterar las funciones durante las rasesd_e o
~ )

descompensación o de una manera más sostenida como la esquizofrenia, la ps~


~

--
i

~
tecc11
bipolar, el trastorno delirante, trastornos de personalidad graves (límite, esquizoopral • rnenc
ere.) y, en ocasiones, casos muy graves de dependencia de sustancias.
-j
~

respe
'•'
. ca1 dE
~
~

Uno de los diagnósticos más frecuentes en el ámbito civil, el de demencia. p19n~ i" rnuyt
~

dificultades ya en cuanto a su detección precoz, dependiendo mucho del conrexco eo i en da


que se encuentre la persona y si, en dicho ámbito, realmente se percibe o no el P~ 1. RE
degenerac1 ·vo que esca· pre~encando. Además, plan cea dificultades en cuanto a que se rra'.!'
el~ei' irivesr;
de un proceso que evoluciona de manera diferencial según la persona, y que pued d 13
desd e apenas una a1eccac1on
' · ' de 1a capacidad de aucogobierno, a una limicac1on
· • coral e
1
l ~ riec
de,n"'-
~
?e
capacidad de dec1~ir, ligada a la pér~ída ~as funciones cognitiva~.. CL) la pe;
' t

Crc
A modo de e¡e1nplo, con un d1agnosr1co de Deterioro Cogn1t1vo Leve (D ¿¡ra SQI)
s~na sue1e ser comperenre y responsable a nivel. ele autogobierne, pero puede cenet o
d1ficulrad respecto a algunas actividades avanzadas de la vida diaria. '
Q
Pue
fre111
~
•' El psicélo · ·d·
go JUrr ''ºforense y lo evaluoc1ón de lo capacidad de obrar • 235

Por ello. para una óptima evaluación se req . , . r


. . uenran 1n1ormado fi bl
frecuente y conoc1m1ento de la persona pac· . res 'ª es, con contacto
. • 1enc1a para escuchar b 1 .
que requerimos, y experiencia para determinar los cambio Yo , tener a información
cómo es en el momento de fa valoracio' n co'mo . b s entre como era la persona y
, funciona a y cómofi ·
lidad. Nótese que, en el aspecto referido a 'inform d fi bl unc1ona en 1a actua-
y conocimiento de la persona: hemos de tomar coª ores i~ 1 es•.dcon contacto frecuente
. . n especia cur ado los datos que nos
proporcionen, pues como bren señala Monguió· "[ ) 1 • d ·
. . e n os sin romes degeneranvos tales
como las demencias, las personas más allegadas al en' d 1 • ·
. 1ermo a menu o son as ultimas en
darse cuenca del deterioro" (lriarte, Castela y Torrecillas 2001· l k Is 2004· ·
Mongu10,. • 201 O. p. 468). ' , eza y co .. •citados por
Adem_ás, ~ebemos tomar como imprescindibles los avances que brindan los estudios
en .neurocrencras y en neuropsicología, y muy particularmente nutrir nuestra práctica pro-
fesional con el desarrollo de campos específicos como la neuropsicología forense. En este
sentido, vale la pena resaltar lo planteado por Monguió (2010):
h~dr~'2: Los neuropsicólogos sabemos medir el producto de los procesos cognitivos y diag-
ela~.;,..
nosticar con la mayor certeza posible el tipo de enfermedad o condición que afecta al
r-·=· .'lj
paciente examinado. Además de ello. como neuropsicólogos forenses también pode-
~Jtudeso~ . mos prevenir abusos y corregir potenciales errores que pudieran afectar al bienestar y
apacidad f.~'?I. a la supervivencia de personas con condiciones de deterioro cognitivo/mental crónico
:nce. yhmt?J ~· y progresivo. (p. 467)
.
J~·ros ~'g.ó
En efecto, no olvidemos que el fin del estudio científico del comportamiento humano
en los ámbitos jurídicos, no es otro que el de contribuir al desarrollo de la justicia, y ello
implica desde luego, "prevenir abusos y corregir potenciales errores" que afectarían el bien-
··!C."
r(Jl1Xl fi.:U . estar de las personas que presencan deterioros "cognitivo/mental, crónicos y progresivos".

Así, este capítulo, como la estructura global del libro, busca también promover la pro-
.... ~-
ó
<=
4 '• ..
tección y respeto a los derechos humanos en codas sus vertientes, pero muy particular-
r.'f.
L
ó~··s
..
. •
.. .·-'· • • o mente en lo que corresponde a la evaluación psicopatológica con fines forenses. A este
1• ... .. ' . i..
'~ :~.,.·
...
... ~
.,. respecto, conviene recordar que es fundamental tomar en consideración la legislación lo-
..
~~~ . .:.>
·~(.·
• -"l
:)

.!;
cal del país en el que habrá de desarrollarse la evaluación con fines periciales (esto lo saben
muy bien los profesionales de la psicología forense transcultural), lo anterior, para tener muy
." en claro los alcances y limitaciones de nuestro ejercicio profesional.
..
C'
J; ••
··' : •
".
..;••.
i
~
Retomando el hilo de la evaluación de la capacidad, veremos ahora que, entre orros
.¡. ••· investigadores, el doctor Orrega Monasterio (1991) determina que son cuatro los grados
,,• .,.. •. . .••
. IX .
pr'• .... ,. ,·.• J
. ..
1
}
de incapacidad en función de la pérdida de autonomía. pérdida de habilidades personales
Y necesidad de terceras personas:
(f t"J .:··
.\ .... ~
¡¡¡
• Grado 4. Es el más grave por cuanto la persona no posee autonomia 11ª
· ni· h bºl'dades per-
.••..t
.•,•
• ... .
Sona1es requiriendo • .
de la as1stenc1a .
de terceros para 1as careas más elementales
. como .

•• !
•!: puede ser el aseo. la hígiene personal y la nutrición. Sería el caso de demencias Yolrgo-
r•J .• ~
o frenias profundas;

.
1· • •
. .• -
1:·
236 • Psicopato/oaíafi
o
e .
orense. omportam1ento humano Y tribunales de justicia

• Grado 3. Se conserva cierta autonomía para llevar a cabo careas el


puede ser la higiene, la nutrición, la orientación y deambulación por 1ementales c0rrio
Aparecer1an
· d.fi 11cu1ta des para la realización de operaciones comerc·ugares conOeídos_
.
·
desempeno - . 1a1es srmpl
en nuevos contextos o ambientes desconocidos; es Yt{
• Grado 2. La autonomía para la vida doméstica se conserva, tanto a n·
. . . ive1dorn. .
como social, no presentando dificultades para orientarse en sus despl . esoeo
. ·, d azam1errcos
para 1a rea 11zac1on e operaciones comerciales simples; o
• Grado 1. la persona puede llevar a cabo actividades manuales consideradas no
1
para los adultos de su edad así como realizar ciertas actividades básicas de r~
. . ( d . . ., 1 caraaa
econom1co a m1n1strac1on para e propio sostenimiento). La autonomía do · .
· 1:e encontrana
y socia ' lgb
o l rnéstica
a mente adquirida y conservada. Es el caso de Ja debifidaó
mental ligera o el discreto deterioro senil.

A pesar de la importancia de esta situación, apenas encontramos guías de evaluación


actualizadas en español que concreten cómo valorar e informar de los resultados obc.e-
nidos, pudiendo inferir unos mínimos de cara a nuestra exploración pericial, raJ como
concretaremos más adelante en el presente capítulo.
En su propuesta de protocolo, el ICASS y Pilar Hilarión (2008) plantean que se debei
seguir una serie de criterios básicos: el diagnósrico psicológico y psiquiátrico de enÍ'ef111e-
dad mental o déficit grave, la gravedad clínica, la dependencia y/o vulnerabilidad de la µer·
sana y la situación de riesgo social. Todo ello durante un periodo de tiempo esrablecido.
siendo en el caso de los trastornos mentales un mínimo de seis meses de traramrento o
estabilización sin crisis o episodios agudos.
Así mismo propone una serie de seis criterios organizados en los siguientes apar-
tados:
1. Criterio diagnóstico. Implica la existencia de un diagnóstico psicopacológico con~-
rácter estable, grave y con más de dos años de evolución; retraso mental o inreligal<E
l
límite; u otros. diagnósti~os relaci.onad~s con défi~ts .cogniti~~s no re~ersibles; re~
l1
2. Criterios clínicos. Implica la ex1stenc1a de un defic1t cogn1t1vo pers1Scendce: rnanotr.·
afectación del juicio de la realidad (fuera de las situaciones agudas); falca eco &~ li
cia de la enfermedad y/o de adscripción al tratamiento; impulsividad Yconducra5
riesgo; . . . ) necesid~
3. Dependencia física y/o mental. Implica falta de auconom1a (obJeC1vada Y
de supervisión y/o soporte; . . falca efe red
4. Factores relacionados con la falta de autogobierno. Soledad, aisl~~ie~;~d yse1,¡Qlf.
social de apoyo y/o de familia de referencia, desvinculación de la re ~ 1parrinlOO·a
sociales (precariedad social) y/o; uso inadecuado del dinero arriesgan do eerceioS: ¡tt
. . 1 d · 1 ·6 por parce e e ,.u¿
0 el propio futuro; ev1denc1a o sospec ia e man1pu ac1 n . nscanCJJ ..
1 . otra c1rcu
sencia de un guarda de hecho de forma prolongada Ycua quier
haga sospechar de un riesgo de marginación social:
El psicólogo jurídico forense y lo evc1/uac1ón de la capacidad de obrar • 237

s. Utilización de servicios. Frecuentes hospitalizaciones (normalmente involuntarias) en


et últin10 año Y falta de aceptación del tratamiento ambulatorio y/o de rehabilitación;
6. Criterios evolutivos. Falta de seguimiento de las prescripciones que como la presencia
de pror1óstico de un mayor deterioro y consumo de tóxicos

A parnr de dicha exploración el informe debe contener -como mínimo- los siguientes
aparrados: diagnósticos psiquiátricos, psicológicos y somáticos; síntomas relevantes; impacto
de la enfermedad en la vida cotidiana; situación asistencial; y evolución y pronóstico (psicopa-
:ologia. psicopatoplastia, evaluación global de la personalidad) (ICASS & Pilar Hilarión, 2008).
Está claro, pero conviene reiterar que quien desee dedicar su ejercicio profesional a
:a psicología forense debe contar con una formación amplia, profunda y actualizada en
Ps copatología y Psicofarmacología, comando de forma insustituible los estudios basados
en la evidencia científica, los protocolos internacionales y, en la medida de lo posible, adap-
tados al contexto donde se desarrolla la práctica profesional. Es decir, asumir el reto que se
plantea -especialme.nte en los países latinoamericanos- con el advenimiento de las refor·
mas legales actuales (procedimiento acusatorio adversaria!, justicia restaurativa, mediación.
derechos humanos, etc.) a los profesionales de la Psicología, donde habrán de exponer
la fortaleza (o debilidad) de sus argumentos ante el foro, ante los tribunales de justicia
(García-López, Lacalle, & Pérez-Marqués, 2006),
Al principio, es posible que viejos y superados discursos efectistas sobre el compor-
tamiento humano, pueblen los foros de los tribunales, pero es tarea (y obligación) de los
profe~ionaJes (y de las universidades. fiscalías, tribunales de justicia, colegios y asociaciones,
canto de profesionales del derecho, como de profesionales de la psicología). estrucrurar
una psico(pato)logía forense acreditada y de referencia, contribución ineludible para el
desarrollo de la sociedad y sus formas de procurar e impartir justicia.

CAPACIDAD TESTAMENTARIA E IMPUGNACIÓN DE TESTAMENTOS


y OTROS DOCUMENTOS PRIVADOS

Dentro del contexto que nos ocupa, otra de las demandas frectter1ces es la qt1e tiene que
ver con la valoración de capacidad 0 ¡11 capacrdad de la persona a la hora de otorgar trn tes-
lamenco o un documento privado, nom1 almente co11 relación a t1a;1srr1is1ót1 patrimonial.
Se nos solicita en estos casos evaluar capacidades cognirívas y volitivas con relación
ª Patologías físicas 0 psicológicas. normalmenre demer1c1as, con la díficL1lcad añadida de
que. en ocasiones, desde que se realizara la transacción (compra-venta, arrendan1iento,
conr_ratos en general), hasca que podemos realizar la peritación de la persona, ha pasado
· · d e1 tipo
· · y er1· f L1ncron
llri riem po en que -de existir un deterioro cogn1c1vo · que sea- h ay
un empeoramiento de las funciones cognitivas que hay que tener en cuenca de cara a
nuestras conclusiones.
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Psicopatología Forense. Comportamiento l1u1nano
y tribunales de justicia
D. R. ©2014 por
Editorial El Manual Moderno (Colombia) Ltda.

ISBN: 978-958-9446-79-9 libro impreso


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Corcia-López, Eric

Psicopatolog.ia forense. Cornponamiento hum:mo )' tribunales de justicin/


Eric Carcia-López. - Bogoci : Manuol Moderno, 2014
p.826

ln el uye indice anan- ' 'tico. - Referendo.s bibliográfic:i.s al final de 01do Cllpitulo
ISBN: 78-958-9446-79-9 Camilo Baquero
ISBN: 978-958-9446-80·5 versión electtónica
1. Psicología forense l. Titulo Diseño y n1a
CDD: 6 14. 1 ed. 20 CO·BoBN- a880661 Aristól

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