Extinción de Las Obligaciones

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UNIVERSIDAD MARIANO GLAVEZ DE GUATEMALA

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES


CURSO DERECHO CIVIL IV

Estudiante: MAYNOR EMMANUEL PARADA ARENAS Carné: 1750-14-14318

EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES

1. Compensación

LA COMPENSACIÓN Se reglamenta en los arts. 1655 a 1664, Título XVII del


Libro IV. 1.- Concepto Es un modo de extinción de obligaciones recíprocas
existentes entre dos personas, hasta concurrencia de la de menor valor.

La compensación es en el fondo un pago ficticio, doble y recíproco. Tiene gran


importancia práctica, ya que no se justifica el doble pago en la práctica,
simplificándose el cumplimiento de las obligaciones que recíprocamente ligan a las
partes, evitándoles las molestias y los riesgos de un doble pago. Por otra parte, no
es equitativo que una parte pueda compeler a la otra a cumplir, sin cumplir ella
misma. En el negocio bancario, diariamente la institución tiene gran aplicación en
las llamadas cámaras de compensación, a través del “canje de cheques”.

2.- Clases de compensación


a) Legal: opera de pleno derecho, desde que las obligaciones recíprocas reúnen
las condiciones previstas por la ley, aún sin conocimiento de las partes.

b) Voluntaria o facultativa: opera por voluntad de las partes en cuyo interés la ley
pone un obstáculo para que se produzca la compensación legal. c) Judicial: opera
por el juez, como consecuencia de la demanda reconvencional del demandado,
cuyo crédito no reúne las condiciones para que tenga lugar la compensación legal.
La compensación voluntaria y judicial sólo tiene cabida cuando no puede
producirse la compensación legal, única que norma la ley. 3.- Compensación legal
a) Requisitos.

a.1) Que las partes sean personal y recíprocamente deudoras. La compensación


consiste en la extinción de obligaciones mutuas: artículos 1655 y 1657. Sin
embargo, no basta que las partes sean recíprocamente deudoras, sino que
además deben serlo “personalmente”, por obligaciones propias. a.1.1.
Aplicaciones del principio: i.- El deudor principal no puede oponer a su acreedor
por vía de compensación, lo que el acreedor le deba a su fiador: art. 1657, inc. 2º.
Mientras el acreedor no justifique la imposibilidad de obtener el pago en los bienes
del deudor, la obligación del fiador no es exigible, y la exigibilidad es indispensable
para que tenga lugar la compensación legal. El fiador forzado a pagar por la vía de
la compensación quedaría por ello privado del beneficio de excusión, lo que es
inadmisible. ii.- El deudor de un pupilo requerido por el guardador, no puede
oponer por vía de compensación lo que el tutor o curador le deba a él: art. 1657,
inc. 3º. A contrario sensu, el guardador perseguido por un acreedor suyo, no
puede oponer en compensación los créditos que el pupilo tenga en contra del
acreedor. iii.- El codeudor solidario no puede compensar su deuda con los créditos
de sus codeudores contra el mismo acreedor: arts. 1657, inc. 4º; 1520, inc. 2º.
Sólo podría hacerlo si sus codeudores le ceden su derecho.
a.1.2. Excepciones al principio en el caso del mandato: art. 1658. El mandatario
puede oponer en compensación a los acreedores del mandante los créditos de
éste y los suyos propios; a la inversa, el mandatario no puede oponer a sus
propios acreedores los créditos del mandante, salvo autorización de éste. La
compensación de los créditos propios del mandatario es posible siempre que rinda
caución, quedando subordinada la compensación a la condición de que el
mandante la ratifique. En último término queda en claro que el mandatario no está
facultado para compensar los créditos del mandante invocando sus propios
créditos.

a.2) Que las obligaciones sean de dinero o de cosas fungibles o indeterminadas


de igual género y calidad. Cada acreedor no puede ser obligado a recibir en
compensación una cosa que no estará obligado a recibir en pago. Sólo tiene lugar
la compensación, entonces, en las obligaciones de género que además han de ser
de la misma clase y en el caso que no se hubiere expresado la calidad, debe ser
idéntica. No cabe la compensación en las obligaciones de especie o cuerpo cierto
ni en las de hacer y no hacer.

a.3) Que ambas obligaciones sean líquidas. Una obligación es líquida cuando es
cierta en cuanto a su existencia y a su cuantía. Es también líquida la obligación
“liquidable”, es decir, la que puede liquidarse fácilmente mediante simples
operaciones aritméticas.

a.4) Que ambas obligaciones sean actualmente exigibles: art. 1656. No son
compensables por ende: i.- Las obligaciones naturales; ii.- Las obligaciones a
plazo; iii.- Las obligaciones sujetas a una condición suspensiva (ars. 1470, 1496,
inc. 1º y 1485

Impide la compensación la concesión de “esperas”: son una convención mediante


la cual las partes fijan un plazo para cumplir la obligación vencida o prorrogan el
estipulado. Sin embargo, no impide la compensación el plazo de gracia, puesto
que este es un beneficio que unilateralmente otorga el acreedor a su deudor,
consistente en la simple abstención de cobrar la deuda.

a.5) Que ambos créditos sean embargables. Cada acreedor debe estar en
situación de embargar lo que se le debe. Es lógico que no pueda operar la
compensación respecto de los créditos inembargables, porque no están
comprendidos en el derecho de prenda general de los acreedores.

a.6) Que ambas obligaciones sean pagaderas en el mismo lugar: art. 1664 . La
regla tiene una excepción: pueden compensarse las obligaciones de dinero,
pagaderas en lugares diferentes, cuando concurran los siguientes requisitos: i.-
Que se trate de deudas de dinero ii.- Que aquel que opone la compensación tome
a su cargo los gastos del pago en el lugar convenido.

a.7) Que la compensación no se verifique en perjuicio de los derechos de


terceros:. Dispone el art. 1661: “La compensación no puede tener lugar en
perjuicio de los derechos de tercero. / Así, embargado un crédito, no podrá el
deudor compensarlo, en perjuicio del embargante, por ningún crédito suyo
adquirido después del embargo”. Es una aplicación del art. 1578. Así como no es
válido el pago cuando se ha embargado la deuda o mandado retener el pago o se
verifica al deudor insolvente en fraude de los acreedores, ya que en todos estos
casos se lesiona gravemente los derechos de terceros, por la misma razón no es
admisible la compensación legal. Consecuencia de lo anterior es el art. 1661.

a.8) La compensación debe ser alegada: ello, no obstante que se produzca de


pleno derecho y aún sin conocimiento de los deudores (como acontece, por
ejemplo, con el legado de un crédito, que el acreedor deja al propio deudor)

c) Efectos de la compensación legal.

La compensación legal opera de pleno derecho: art. 1656. No es necesario en


consecuencia que sea judicialmente declarada. Sin embargo, debe ser alegada.
Aquel a quien se demanda una obligación extinguida por la compensación, debe
invocarla en el juicio, demostrándose la existencia de su crédito contra el actor.
Como consecuencia del principio anterior:
i.- La compensación tiene lugar sin necesidad de una manifestación de voluntad
de las partes.

ii.- La extinción de las obligaciones se produce en el momento en que reúnen las


calidades que las hacen compensables. Por ende, los efectos de la compensación
constatada judicialmente se retrotraen al momento en que concurrieron los
requisitos legales. La compensación extingue las obligaciones recíprocas “hasta
concurrencia de sus valores”. Si ambas obligaciones son del mismo valor, se
extinguirán íntegramente; si son de diferente valor, se extinguirá la menor y
subsistirá la otra, deduciendo el valor de la menor. La extinción de las obligaciones
extingue igualmente sus accesorios. Sin embargo, si una de las obligaciones sólo
se ha extinguido parcialmente, las prendas e hipotecas subsisten íntegramente en
virtud del principio de la indivisibilidad, que caracteriza a tales derecho reales. A su
vez, los intereses de los créditos extinguidos dejarán inmediatamente de correr.
En el caso que las deudas mutuas sean numerosas, el art. 1663 dispone que se
siguen las mismas reglas que para la imputación del pago.

d) Renuncia de la compensación legal. Desde el momento que es un beneficio


para los acreedores recíprocos, éstos lo pueden renunciar. La renuncia puede
verificarse antes o después que la compensación se haya cumplido, vale decir,
puede ser anticipada o posterior. Si se efectúa después de cumplidas las
condiciones de la compensación legal, las obligaciones recíprocas revivirán. La
renuncia puede ser expresa o tácita. Esta última a su vez puede operar en dos
hipótesis: i.- Renuncia tácita por la aceptación sin reservas de la cesión de un
crédito. ¿Puede el deudor cedido oponer al cesionario la compensación que
habría podido oponer al cedente? La ley distingue si la cesión se ha perfeccionado
por la aceptación o notificación del deudor. Si medió aceptación, no es posible
oponer compensación; si medió notificación puede oponerla, arts. 1659 y 1902. La
aceptación de la cesión pura y simplemente sin ninguna reserva, importa una
renuncia tácita del deudor a la compensación. Los créditos oponibles al cesionario
deben ser anteriores a la notificación de la cesión. ii.- Renuncia tácita por no
alegarse la compensación.

2. Novación
Dispone el precepto que “La novación es la substitución de una nueva obligación a
otra anterior, la cual queda por tanto extinguida”. Una nueva obligación sustituye a
la antigua, la que se extingue, y por ello la novación es un modo de extinguir las
obligaciones. Pero al mismo tiempo, se crea una nueva obligación, y por ello el art.
1630 alude al “contrato de novación”. La novación entonces, es una operación con
una doble finalidad, extintiva y creadora de obligaciones (lo mismo podemos decir
acerca de la transacción, aunque en este caso, el Código la trata como contrato,
sin perjuicio

Requisitos de la novación
a.- Existencia de una obligación destinada a extinguirse
b.- Una nueva obligación que reemplaza a la anterior
c.- Diferencia sustancial entre ambas obligaciones
d.- Capacidad para novar
e.- Intención de novar o “animus novandi”

3. Remisión:

Se encuentra regulada en los artículos 1652 a 1654, Título XVI del Libro IV. El
Código Civil la denomina indistintamente como “… remisión o condonación de una
deuda” (art. 1652).
1.- Concepto El Código Civil no la define. Nuestra doctrina la ha definido en los
siguientes términos: “La remisión o condonación es la renuncia gratuita que hace
el acreedor en favor del deudor del derecho de exigir el pago de su crédito”.18 O
también: “En sentido estricto, se entiende por remisión de la deuda, el perdón o
abandono gratuito del crédito hecho por el acreedor”.19 La gratuidad es esencial,
porque en caso contrario podremos estar ante una dación en pago, una
transacción o una novación, por ejemplo. Díez-Picazo se refiere a ella en los
siguientes términos: “Bajo el nombre de condonación conoce nuestro Código
Civil20 aquellos casos en los cuales el acreedor manifiesta su voluntad de
extinguir en todo o en parte su derecho de crédito, sin recibir nada en pago, ni a
cambio. En la condonación aparece claramente una liberación del deudor sin
satisfacción del acreedor

Clases de remisión
a) Voluntaria o forzada. i.- Voluntaria: es lo normal, porque de ordinario no puede
obligarse al acreedor a renunciar a su crédito. ii.- Forzada: excepcionalmente en
los procedimientos concursales regulados en la Ley N° 20.720, que conlleven la
remisión parcial de los créditos. Así, el art. 255, referido al Procedimiento
Concursal de Liquidación, establece: “Efectos de la Resolución de Término. Una
vez que se encuentre firme o ejecutoriada la resolución que declara el término del
Procedimiento Concursal de Liquidación, se entenderán extinguidos por el solo
ministerio de la ley y para todos los efectos legales los saldos insolutos de las
obligaciones contraídas por el Deudor con anterioridad al inicio del Procedimiento
Concursal de Liquidación. / Extinguidas las obligaciones conforme al inciso
anterior, el Deudor se entenderá rehabilitado para todos los efectos legales, salvo
que la resolución señalada en el artículo precedente establezca algo distinto

La remisión por acto entre vivos es una donación Se desprende lo anterior de los
arts. 1397 (“… hace donación el que remite una deuda…”); 1653 (“La remisión que
procede de mera liberalidad, está en todo sujeta a las reglas de la donación entre
vivos; y necesita de insinuación en los casos en que la donación entre vivos la
necesita”); y 403 (“La remisión gratuita de un derecho se sujeta a las reglas de la
donación”). Consecuencias: a) Quien remite ha de tener capacidad de enajenación
del crédito que condona: art. 1652 (art. 1388 en el mismo sentido). Lo anterior se
explica, porque la remisión es un acto de renuncia a un derecho, y la renuncia es
una de las clases de disposición (junto con el abandono y con la enajenación). b)
El padre o la madre del menor sujeto a patria potestad y el guardador no pueden
remitir créditos inmuebles de sus representados y para condonar créditos muebles
requieren autorización judicial: arts. 255 y 402. c) No puede condonarse una
deuda en favor de personas incapaces de recibir donaciones (arts. 1391 y 1392).

Naturaleza jurídica de la remisión. Al efecto, debemos distinguir según si nos


encontramos ante la remisión por acto entre vivos o por causa de muerte. a)
Remisión por acto entre vivos. Según indicamos, la remisión por acto entre vivos
es un tipo de donación, aunque no propiamente un contrato de donación. Ahora
bien, ¿estamos ante un acto jurídico bilateral o unilateral? La mayoría de nuestra
doctrina ha entendido que se trata de una convención. Así lo plantea Luis Claro
Solar: “La remisión hecha por el acreedor solo es una simple oferta que el deudor
debe aceptar: el acreedor puede revocarla o retirarla, mientras no se produzca la
aceptación del deudor”.24 La misma opinión formula Louis Josserand: “La
remisión de la deuda es un acto convencional; supone, además del
consentimiento del acreedor renunciante, el del deudor beneficiario de la
operación (…) un abandono unilateral sería platónico mientras no fuera aceptado
por el deudor; es necesaria la concurrencia de dos para extinguir una obligación,
lo mismo que, en principio al menos, se exige la concurrencia de dos para
crearla”.25 Misma opinión que sustenta René Ramos Pazos: “La remisión no es
un simple acto de renuncia, pues en todo caso requiere de la aceptación del
deudor. En efecto, si la remisión opera por un acto entre vivos, la ley la asimila a la
donación al establecer el artículo 1653 que ‘está en todo sujeta a las reglas de la
donación entre vivos…’ Recordemos además que el artículo 1397 nos dice que
‘hace donación el que remite una deuda’. Luego el deudor tiene que aceptar la
remisión y mientras ello no ocurra, y no se notifique al acreedor la aceptación,
podrá éste revocarla a su arbitrio (art. 1412)

b) Remisión por causa de muerte.


La remisión de un crédito hecha en un testamento, constituye un legado de
condonación (arts. 1129 y 1130). Estamos por ende ante un acto jurídico
unilateral. Pero de cualquier forma, es necesaria la aceptación del legado por el
legatario. Es decir, estamos ante un acto jurídico unilateral pero recepticio. Para
que produzca efectos, se requiere de la voluntad del sujeto a quien el acto va
dirigido

Efectos de la remisión Dependerán de si la remisión es total o parcial. La remisión


total extingue íntegramente la obligación y todos sus accesorios. La remisión
parcial extingue la obligación en parte. A su vez, si el acreedor remite parcialmente
la deuda de uno de los codeudores solidarios para accionar contra los demás
debe deducir la parte condonada: artículo 1518.

4. Confusión

Causas de la confusión Puede operar por acto entre vivos o por causa de muerte.
2.1. Por causa de muerte: a) Cuando el deudor hereda al acreedor o a la inversa.
b) Cuando un tercero hereda al acreedor y al deudor. c) Si el acreedor lega el
crédito a su deudor. 2.2. Por acto entre vivos: a) Por la cesión del crédito hecha
por el acreedor al deudor. b) Por la cesión del derecho de herencia en que se
comprende el crédito. 3.- Confusión total y parcial La concurrencia de las
calidades de acreedor y deudor puede referirse a la totalidad de la deuda o a una
parte de ella. Dispone el art. 1667: “Si el concurso de las dos calidades se verifica
solamente en una parte de la deuda, no hay lugar a la confusión, ni se extingue la
deuda, sino en esa parte”. 4.- Efectos de la confusión Art. 1665: “Produce iguales
efectos que el pago”. Se extinguirán también los accesorios de la obligación. El
Código Civil, en los efectos de la confusión, se ocupa especialmente: a) De la
fianza; dispone el art. 1666: “La confusión que extingue la obligación principal
extingue la fianza; pero la confusión que extingue la fianza no extingue la
obligación principal”. Lo anterior es una consecuencia del principio de que lo
accesorio sigue la suerte de lo principal, pero no a la inversa. En el segundo caso,
el fiador se transforma en acreedor del deudor principal.

b) De las obligaciones solidarias; conforme al art. 1668, “Si hay confusión entre
uno de varios deudores solidarios y el acreedor, podrá el primero repetir contra
cada uno de sus codeudores por la parte o cuota que respectivamente les
corresponda en la deuda. / Si por el contrario, hay confusión entre uno de varios
acreedores solidarios y el deudor, será obligado el primero a cada uno de sus
coacreedores por la parte o cuota que respectivamente les corresponda en el
crédito”.

o”. En el inciso primero, referido a la solidaridad pasiva, el precepto se pone en el


caso de que uno de los codeudores solidarios se transforme en acreedor de los
restantes codeudores solidarios. En este caso, el primero podrá demandar a cada
uno de los segundos, por su parte o cuota en la deuda. En el inciso segundo, que
alude a la solidaridad activa, la norma se plantea la hipótesis de que uno de los
acreedores solidarios se transforme en codeudor de los demás, caso en el cual el
primero deberá a cada uno de los segundos la parte o cuota que les corresponda
en el crédito. c) De la aceptación de la herencia con beneficio de inventario: nos
referimos a esta materia en el numeral siguiente.

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