Origen Del Derecho Administrativo Hondureño Informe

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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE HONDURAS

CARRERA: DERECHO

ASIGNATURA: HISTORIA DE DERECHO HONDUREÑO

TAREA: O R I G E N D E L D E R E C H O A D M I N I S T R A T I V O H O N D U R E Ñ O

CATEDRÁTICO: ABOGADO. HÉCTOR JAVIER RUIZ

ALUMNOS:

RAMÓN ALEXIS SANTOS OSORIO – CUENTA: 226083097

LULVIN GEORGINA RODRÍGUEZ REYES – CUENTA: 200910620021

KELIN LORENA VELÁSQUEZ HERNÁNDEZ –CUENTA: 202110060270

CRISTIAN ANAIN MUNGUÍA HERNÁNDEZ – CUENTA: 202010060175

JESÚS ALBERTO COREA MÉLENDEZ – CUENTA 201910110171

El Progreso, Yoro julio 4 del 2021


ÍNDICE

I N T R O D U C C I Ó N .....................................................................................................................................3
O B E J T I V O S ...............................................................................................................................................5
D E S A R R O L L O ...........................................................................................................................................6
C A P I T U L O I D E R E C H O A D M I N I S T R A T I V O Y L A A D M I N I S T R A C I O N P U B L I C A .................6
1. OBJETO DE ESTUDIO.........................................................................................................................6
2. EVOLUCIÓN NORMATIVA.................................................................................................................6
A) Antecedentes...................................................................................................................................6
B) Regulación en la Constitución Vigente...........................................................................................10
 Poder Ejecutivo...........................................................................................................................10
 Instituciones Autónomas y Municipalidades..............................................................................10
3.- Características de la Administración Publica Hondureña..............................................................10
CAPITULO II LA ADMINISTRACION PUBLICA...............................................................................................12
1.- ORGANIZACIÓN.............................................................................................................................12
2.- LA ADMINISTRACION PUBLICA CENTRAL.......................................................................................12
A) Presidente de la Republica.............................................................................................................12
B) Consejo de ministros......................................................................................................................13
C) Secretarías de Estado.....................................................................................................................14
3.- ADMINISTRACION PUBLICA DESCENTRALIZADA............................................................................16
A) Instituciones Autónomas...............................................................................................................16
B) Municipalidades y Corporaciones Municipales..............................................................................18
CAPITULO III JERARQUIA NORMATIVA Y DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS.............................................20
1.- Jerarquía Normativa......................................................................................................................20
2.- Jerarquía de los Actos Administrativos..........................................................................................22
CAPITULO IV RESPONSABILIDAD DEL ESTADO............................................................................................24
1.- LA RESPONSABILIDAD....................................................................................................................24
A) Introducción...................................................................................................................................24
B) Responsabilidad en el código civil..................................................................................................24
C) La Responsabilidad de la Constitución Vigente..............................................................................26
 Introducción...............................................................................................................................26
 Responsabilidad Solidaria...........................................................................................................26
 Responsabilidad Objetiva...............................................................................................................27
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C O N C L U S I O N E S ....................................................................................................................................29
BIBLIOGRAFÍA.............................................................................................................................................30

2
INTRODUCCIÓN

El nacimiento y evolución del Derecho Administrativo se dio en la


Revolución Francesa de 1789, ya como concepto jurídico de Estado
de Derecho impuso en el ordenamiento jurídico francés con
influencia en todo el mundo, lo que dio inicio a la primera etapa del
Derecho Administrativo.

Antes de adentrarnos en los hechos históricos que han dado lugar al


desarrollo de esta parte especial del Derecho, es necesario que
expongamos brevemente el concepto de Derecho Administrativo:

El Derecho Administrativo: es el conjunto de reglas relativas a la


organización y al funcionamiento de los servicios públicos y a las
relaciones de éstos con los particulares.

El Derecho Administrativo es la rama del derecho público interno,


constituido por el conjunto de estructuras y principios doctrinales, y
por las normas que regulan las actividades directas o indirectas, de
la administración pública como órgano del poder ejecutivo federal, la
organización, funcionamiento y control de la cosa pública; sus
relaciones con los particulares, los servicios públicos y demás
actividades estatales.

El derecho administrativo regula a la función administrativa.


Analizando este concepto decimos que el Derecho Administrativo es
la rama del derecho público interno que determina la organización y
funcionamiento de la administración pública, tanto centralizada como
paraestatal.

Rama del Derecho Público que regula la Actividad del Estado que se
realiza en forma de función administrativa.

3
Estas definiciones son similares, y todas en síntesis explican que el
derecho administrativo se refiere a normas de orden público que
rigen a la administración pública y su relación con los ciudadanos.
Existe especial hincapié en todas estas conceptualizaciones en la
palabra “administración” o “función administrativa”, y es que este
derecho está limitado a reglar las actuaciones del Estado sólo en su
esfera administrativa, la cual en principio está a cargo del Poder
Ejecutivo.

4
OBEJTIVOS

 Describir el origen y evolución del derecho administrativo en


Honduras.

 Describir la estructura del derecho administrativo y la


administración pública en Honduras.

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DESARROLLO

CAPITULO I DERECHO ADMINISTRATIVO Y LA ADMINISTRACION


PUBLICA

1. OBJETO DE ESTUDIO
El derecho administrativo estudia la normativa que regula la administración pública en
todas sus manifestaciones; en su organización, en sus funciones, en sus
procedimientos, en sus relaciones con los sujetos de derecho y en la revisión de sus
actos en sede judicial.

2. EVOLUCIÓN NORMATIVA

A) Antecedentes

Durante la dominación española la administración pública hondureña estuvo regulada


por las normas que dictaban la Corona, el Virreinato de México y la Capitanía General
de Guatemala. La Constitución de Bayona y la Constitución de Cádiz también
estuvieron vigentes en Honduras, aunque no incidieron notablemente en la
organización y el funcionamiento de su administración pública. Luego de la
independencia, su primera regulación republicana se encontró en la primera
Constitución de 1825, emitida bajo la vigencia de la Constitución Federal del Estado
Centroamericano de 1821.

Inicialmente el Poder Ejecutivo, según la primera Constitución, estaba integrado por el


jefe supremo del Estado, y el vicejefe, electos por cuatro años. Para el despacho de los
asuntos públicos había un ministro general, de libre nombramiento por el jefe supremo,
pero para removerlo se necesitaban dos terceras partes del Consejo Representativo,
presidido por el vicejefe e integrado por representantes de todos los departamentos. La
hacienda pública estaba a cargo de un intendente general, y el ejército, del comandante
general. En cada departamento había un jefe político intendente nombrado por el jefe

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supremo del Estado de una terna propuesta por el Consejo Representativo y duraba en
su cargo cuatro años, y el Ramo Gubernativo estaba a cargo del alcalde designado por
aquél. Había una municipalidad en cada pueblo cuya comarca tuviere más de 500
personas; en los que tuvieren menos había un alcalde auxiliar.

En la Constitución de 1839 el Poder Ejecutivo estaba a cargo del presidente, electo


directamente por el pueblo. La duración de su cargo era de dos años. En caso de
impedimento de éste, eran elegidos tres suplentes por la Cámara de Representantes, la
cual, vía sorteo, seleccionaba al que lo sustituiría. Los ministros eran tres, propuestos
por
el presidente y nombrados por la Cámara de Representantes, en los ramos de
Relaciones, Guerra y Hacienda. El jefe político del departamento e intendente de
Hacienda era nombrado por el presidente. Había municipalidades cuando en la
comarca las personas eran más de 500 o tenía 100 casas, cuyas autoridades eran
electas. Se reconoce la responsabilidad de los empleados públicos en todos los niveles
y se establecen las formas de hacerla efectiva.

En la Constitución de 1848 el periodo presidencial era de cuatro años y señalaba el 1°


de febrero como día de inicio y finalización del mismo, indicando que por ninguna
circunstancia podía durar un día más. Había un vicepresidente electo por la Asamblea
General. No podía nombrar más de dos ministros. Se creó un Consejo de Estado para
determinar si había lugar a la formación de causa en caso de los altos funcionarios del
Estado, integrado por un senador, un magistrado de la Corte, el ministro o los ministros,
el director de Hacienda Pública y hasta dos funcionarios electos por la Asamblea
General, en atención a su ilustración y a sus servicios. En lo demás, se seguía el
esquema de la Constitución anterior.

En la de 1865 se incluyó como requisito para ser presidente “no haber hecho la guerra
a ésta [a la República] en calidad de caudillo simplemente, o en la de jefe militar, desde
la emisión de esta Carta en adelante” (lo que revela el espíritu levantisco de los
políticos de la época), y se prohibió la reelección. El número de los ministros lo
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determinaba el presidente, pero no podía ser menos de dos. En cada departamento
había un gobernador nombrado por el presidente para un lapso de dos años. En
materia de responsabilidad se disponía que el presidente no podía ser acusado ni
sometido a juicio sino hasta después de terminado su periodo. Se establecía que la
policía de seguridad sólo podía ser confiada a autoridades civiles. En lo demás, seguía
igual que las anteriores.

En la de 1873 se sigue el modelo de la anterior, con la única diferencia de que en


materia de responsabilidad no se permitía la aprobación de la conducta oficial del
presidente mientras estuviere en el ejercicio del cargo. En la de 1880 la denominación
de ministros fue sustituida por la de secretarios de Estado, en número de uno o más,
nombrados por el presidente.

En la de 1894, además de al vicepresidente, los designados electos anualmente por el


Congreso podían sustituir al presidente. Había de tres a seis secretarios de Estado, que
podían asistir, sin voto, a las deliberaciones del Congreso. Para la fiscalización de la
administración del tesoro nacional se creó el Tribunal Superior de Cuentas, y para
representar los intereses de la hacienda pública, un fiscal general, nombrados por el
Congreso. El presidente podía ser acusado durante su ejercicio.

La de 1906, que sólo estuvo vigente un año, pues en 1908 se decretó que estaba
vigente nuevamente la de 1894, el sustituto del presidente era el Consejo de
Secretarios de Estado. Los secretarios de Estado no podían exceder de seis ni ser
menos de tres. El fiscal general pasó a ser nombrado por el presidente.

La de 1924 prevé que, a falta del vicepresidente, sustituya al presidente quien


desempeñe la presidencia de la Corte Suprema de Justicia, y, en defecto de éste, el
ciudadano que ejerza la presidencia del Congreso o que haya desempeñado este cargo
en la última legislatura. El fiscal general pasa nuevamente a ser nombrado por el
Congreso. Había de cuatro a siete secretarios de Estado que podían ser objeto de un

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voto de censura por el Congreso, en cuyo caso el secretario de Estado objeto de la
misma cesaba en su cargo inmediatamente.

La de 1936 ordenaba la sustitución del presidente; a falta del vicepresidente, comienza


con el presidente del Congreso y sigue con el presidente de la Corte Suprema. El
periodo presidencial era de seis años y comenzaba el 1° de enero. No estaba previsto
voto de censura para los secretarios de Estado. Esta Constitución se reformó para
eliminar la prohibición de reelección, asegurando un total de 16 años en el poder al
presidente Tiburcio Carías Andino.

La Constitución de 1957 previó tres designados para sustituir al presidente de la


República, electos con éste directamente por el pueblo. El periodo presidencial era de
seis años y comenzaba el 21 de diciembre. Se requería permiso del Congreso para las
ausencias del territorio nacional por más de 30 días. La sustitución del presidente, a
falta de los designados, recaía en el Consejo de Ministros, pero éste debía convocar a
elecciones de manera inmediata. Estaban previstos no menos de nueve secretarios de
Estado. Entonces surgió la figura de jefe de las Fuerzas Armadas, que garantizaba la
autonomía a éstas, al grado de disponer que las diferencias entre el presidente y el jefe
de las Fuerzas Armadas correspondía resolverlas al Congreso Nacional. Y se le
otorgaba el privilegio de prestar un juramento cuya fórmula era especial para él,
diferente del que debían prestar los demás, incluido el propio presidente. Se creó la
Contraloría General de la República para fiscalizar a posteriori la hacienda pública y
para representar los intereses del Estado. Se creó también la Procuraduría General de
la República, a la que se atribuyó la función de ejercer las acciones penales y civiles
derivadas de las intervenciones de la Contraloría. Se regularon las “instituciones
autónomas”, entre las que ya existían el Banco Central y el Banco Nacional de
Fomento. Se instituyó el Servicio Civil para regular la relación de servicio entre los
servidores públicos y el Estado. Se estableció la presunción de enriquecimiento ilícito
de los servidores públicos cuando el aumento de su capital, desde la toma de posesión
hasta el cese de sus funciones, fuere notablemente superior al que normalmente podía

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tener por sueldos o ingresos legales de cualquier tipo, incluyendo los de su cónyuge e
hijos.

La Constitución de 1965 establecía que no podía haber menos de 10 secretarías de


Estado y reconocía que la capital de la República la constituían las ciudades de
Tegucigalpa y Comayagüela, conjuntamente. En lo demás seguía a la anterior.

B) Regulación en la Constitución Vigente

La Constitución actual está vigente desde 1982. En ella se contienen las bases
fundamentales de la administración pública.
Reconoce la función de gobierno como la más alta función del Estado, a la cual se
subordinan las demás funciones. Su ejercicio corresponde a los tres poderes —
Legislativo, Ejecutivo y Judicial—, los cuales son “complementarios e independientes y
sin relaciones de subordinación”. El gobierno es republicano, democrático y
representativo,
fundamentado en el principio de la democracia participativa. Distribuye las funciones del
Estado entre los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

 Poder Ejecutivo

El capítulo relativo al Poder Ejecutivo regula tres órganos; a saber: Presidencia de la


República, Consejo de Ministros o Consejo de Secretarios de Estado, y secretarías de
Estado. Éstos constituyen la administración centralizada.

 Instituciones Autónomas y Municipalidades

Las instituciones autónomas y las municipalidades están reguladas por la Constitución


de la República. Las primeras están reglamentadas especialmente por la Ley General
de la Administración Pública, y las segundas por la Ley de Municipalidades.

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3.- Características de la Administración Publica Hondureña

La administración pública tendrá por objeto promover las condiciones que sean más
favorables para el desarrollo nacional sobre una base de justicia social, procurando el
equilibrio entre su actuación y los derechos e intereses legítimos de los particulares.

Esta disposición ilustra el tipo de administración pública que crea el legislador


hondureño. Por ello, establece la planificación como principio rector de la administración
pública para fijar sus objetivos y sus metas, racionalizar sus decisiones, hacer un
aprovechamiento óptimo de los recursos disponibles, asegurar la acción coordinada de
sus órganos o entidades, la evaluación periódica de lo realizado y el control de sus
actividades; en consecuencia, se postula la sujeción de la administración pública a los
planes nacionales de desarrollo aprobados por el gobierno.

Manda, además, que la creación, modificación o supresión de cualquier órgano o


entidad administrativa procederá únicamente previa definición del fin público a
satisfacer cuando se acredite su factibilidad económico- administrativa, considerando el
costo de su funcionamiento, el rendimiento especializado o, en su caso, el ahorro
previsto; y prohíbe que se creen nuevos órganos o entidades que supongan duplicación
de otros ya existentes, si al propio tiempo no se suprime o restringe debidamente la
competencia de éstos.

La desconcentración se reconoce6 como un medio para hacer más eficiente y eficaz la


administración pública y tiene por objeto descongestionar los órganos centrales del
Poder Ejecutivo y de las instituciones descentralizadas. Los órganos desconcentrados
dependen jerárquicamente de los órganos centrales a los que están vinculados. Sólo
mediante ley se pueden crear órganos desconcentrados y operar mediante
transferencia de funciones.

Se clasifica en desconcentración funcional o geográfica, según que la transferencia de


funciones esté determinada por la materia o por el territorio en el que se ejercerán

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aquéllas. En la primera prevalece la exclusividad en el ejercicio de la competencia y,
por ende, la especialidad; en la segunda, las competencias son compartidas con otros
órganos, pero son los únicos que la ejercen en la porción geográfica en la que opera.
Entre los primeros está la Dirección General de Servicio Civil, cuya competencia es
exclusiva en esta materia; entre los segundos se encuentran todos los órganos de las
secretarías de Estado o instituciones autónomas, que ejercen funciones en una
determinada región o departamento (gobernación departamental, direcciones
departamentales de educación o centros regionales universitarios de la Universidad
Nacional Autónoma de Honduras [unah], por ejemplo).

CAPITULO II LA ADMINISTRACION PUBLICA

1.- ORGANIZACIÓN
La administración pública hondureña es centralizada y descentralizada. La primera está
integrada por los órganos del Poder Ejecutivo y la segunda por las instituciones
autónomas y las municipalidades.

La regulación de la administración pública se encuentra en la Ley General de la


Administración Pública, elaborada como consecuencia de un diagnóstico que de la
década de los setenta a la década de los ochenta, en el siglo pasado, dirigió la
Secretaría Técnica del Consejo Superior de Planificación Económica (Consuplane). De
este estudio resultaron los proyectos que luego se transformaron en ley: Ley General de
la Administración Pública, Ley de Planificación (derogada en la década de los noventa),
Ley de Procedimiento Administrativo y Ley de la Jurisdicción de lo Contencioso-
Administrativo. También sirvió, posteriormente, para elaborar la Ley de Contratación del
Estado y la Ley de Municipalidades.

2.- LA ADMINISTRACION PUBLICA CENTRAL

Los órganos del Poder Ejecutivo son los siguientes: presidente de la República,
Consejo
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de Ministros y secretarías de Estado.

A) Presidente de la Republica

El órgano superior de la administración pública es el presidente de la República, electo


directamente por el pueblo, por mayoría simple para un periodo de cuatro años que
empieza el día 27 de enero siguiente a la fecha en que se realiza la elección.

Los requisitos para ser presidente de la República son los siguientes: ser hondureño de
nacimiento, mayor de 30 años, estar en el goce de sus derechos políticos y ser del
Estado seglar.

Al presidente de la República se le reconocen las siguientes calidades: jefe de la


nación, en virtud de la cual representa al Estado, celebra tratados y, previa aprobación
del Legislativo, los ratifica; recibe cartas credenciales de los embajadores y recibe a los
representantes de los organismo internacionales; jefe del gobierno, por lo que tiene
atribuida la función de “dirigir la política general del Estado”; jefe del Poder Ejecutivo,
que “ejerce en representación y para beneficio del pueblo”, y jefe de la administración
pública, por lo que a él corresponde “la administración general del Estado”, lo que se
traduce, según la Ley General de la Administración Pública (lgap), en la “suprema
dirección y coordinación de la administración pública centralizada y descentralizada”.

Los sustitutos del presidente son los tres designados a la Presidencia electos
conjuntamente con aquél. Lo pueden sustituir en caso de ausencias temporales y
definitivas. En caso de que falten absolutamente los designados, lo sustituirá el
presidente del Congreso Nacional y, a falta de éste, el presidente de la Corte Suprema
de Justicia. Sólo en un caso, que la Constitución califica de excepcional, la sustitución
corresponderá al Consejo de Ministros, presidido por el secretario de Estado del
Interior; a saber: cuando la elección de presidente y designados no estuviere declarada
un día antes del 27 de enero.

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B) Consejo de ministros

El Consejo de Ministros, o Consejo de Secretarios de Estado, está integrado por los


“secretarios de Estado, convocados y reunidos en la forma prevista por la ley”. Su
presidencia corresponde al presidente de la República y, en su defecto, con
instrucciones de éste, al secretario de Estado del Interior, y actuará como secretario del
mismo, el secretario de Estado en el despacho de la Presidencia.

Sus decisiones se adoptan por simple mayoría. En caso de empate el presidente tiene
voto de calidad. Cuando se reúna sin la conducción del secretario del Interior y en
ausencia del presidente, las decisiones adoptadas serán confirmadas por éste para
adquirir validez.

Los secretarios de Estado serán solidariamente responsables por las decisiones


adoptadas en Consejo de Ministros, en las sesiones en que hubiesen participado, salvo
que en las actas respectivas hubiere dejado constancia de su voto negativo.

Son funciones del Consejo de Ministros las siguientes: autorizar la negociación de


operaciones crediticias a largo plazo de la administración pública centralizada o
descentralizada; aprobar el proyecto de plan nacional de desarrollo antes de enviarlo al
Congreso Nacional; avalar el plan operativo anual; formular y aprobar el proyecto de
presupuesto general de ingresos y egresos; aprobar los proyectos de tratados o
convenios internacionales que la administración pública se proponga someter a la
aprobación del Congreso Nacional; resolver las cuestiones de competencia que se
susciten entre dos o más secretarías de Estado; dirimir, en forma definitiva, las
cuestiones de competencia que se susciten entre dos o más entidades de la
administración pública descentralizada o entre cualquiera de éstas y la administración
públi-ca centralizada; modificar el presupuesto general de ingresos y egresos de la
Republica, en los casos señalados en la Constitución de la República.

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Las deliberaciones del Consejo de Ministros son secretas y el presidente podrá declarar
reservadas algunas de las decisiones tomadas.

C) Secretarías de Estado

Las secretarías de Estado son los órganos entre los que se distribuyen las
competencias que corresponden al Poder Ejecutivo.

Están a cargo de secretarios de Estado nombrados y removidos libremente por el


presidente de la República; sin embargo, se reconocen secretarios de Estado sin
despacho determinado.

Entre las secretarías de Estado no existe rango jerárquico ni preeminencia alguna; sin
embargo, se establece una precedencia para indicar el orden en que deben ser
consignadas en los documentos oficiales.

Los suplentes legales de los secretarios de Estado son los subsecretarios, que en
algunas secretarías son los titulares de subsecretarías creadas por ley. Los sustituyen
en casos de ausencia o impedimento legal. En caso de ausencia o impedimento legal
de los sustitutos, el presidente podrá asumir temporalmente la titularidad de la
secretaría de Estado o confiársela a otro secretario de Estado.

Bajo la dependencia jerárquica inmediata de los secretarios de Estado se encuentran


los secretarios generales, la gerencia administrativa y las direcciones generales.

Entre las funciones de los secretarios de Estado destacan las siguientes: presentar
anualmente al Congreso Nacional un informe de los trabajos realizados en sus
respectivos despachos; acudir al llamado del Congreso Nacional y contestar las
interpelaciones que se formulen; asistir a las reuniones del Consejo de Ministros; remitir
al Congreso Nacional los proyectos de leyes aprobados por el Consejo de Ministros que
versen sobre asuntos de su competencia; emitir los reglamentos de su competencia;

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decidir sobre asuntos que le confiere la ley o sobre aquellos que le delegue el
presidente; ejercer las funciones de dirección, coordinación y control sobre las
instituciones descentralizadas que le asigne el presidente de la República; resolver los
asuntos de que conozca en única instancia y los recursos administrativos por los que se
impugnen decisiones de sus subordinados; refrendar los actos del presidente de la
República; resolver los conflictos de competencia que se susciten entre las
dependencias de su secretaría de Estado, y delegar atribuciones en los subsecretarios,
secretarios generales y directores generales.
3.- ADMINISTRACION PUBLICA DESCENTRALIZADA

A) Instituciones Autónomas

Las instituciones autónomas tienen las siguientes características: son creadas por ley,
tienen patrimonio y personalidad jurídica propia, son titulares de competencias
exclusivas, gozan de autonomía y autarquía, se rigen por sus propias leyes y participan
en la formación de la política del Estado a la que quedan sometidas en su actuación.

15 Artículos 28-37, lgap. (ley general de la administración pública).


16 Artículos 260-271 constitucionales, y 47-102, lgap. (ley general de la administración
pública).

Solamente podrán crearse si garantizan lo siguiente: la mayor eficiencia en la


administración de los intereses nacionales; la satisfacción de necesidades colectivas de
servicio público sin fines de lucro; la mayor efectividad en el cumplimiento de los fines
de la administración pública, y para la gestión de aquellas actividades necesarias para
promover el desarrollo económico y social.

Se clasifican en institutos públicos y empresas públicas. Los primeros “son los que se
establecen para atender funciones administrativas y prestación de servicios públicos de
orden social, tales como la educación y la seguridad social”. Las segundas se crean

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para desarrollar actividades económicas de financiero, industrial o comercial, al servicio
de diversos fines y que no adoptan la forma de sociedad mercantil.

Su modificación o extinción requiere una ley aprobada por los dos tercios de votos de
los miembros del Congreso Nacional, y antes de su emisión debe contarse con la
opinión del Poder Ejecutivo, la cual no es vinculante.

Su organización la componen dos órganos; a saber: el que asume la dirección y el que


ejecuta lo que decide éste. El primero es la junta directiva; el segundo puede ser el
presidente, el gerente o el director, según la denominación que adopte en la ley
respectiva.

Con excepción de la unah, todas las demás entidades autónomas tienen en sus juntas
directivas a secretarios de Estado. En la mayoría también están representados los
sectores involucrados en el sector en que se inserta la institución autónoma. Así
pueden encontrarse empresarios, obreros, dirigentes gremiales, etcétera.

Los presidentes, los gerentes o los directores son nombrados, por regla general, por el
presidente de la República, para un periodo que no podrá exceder de cuatro años.

Los presupuestos de las instituciones autónomas son aprobados por el Congreso


Nacional y a este efecto deben remitir a éste los respectivos proyectos de presupuesto
desglosados. Al final del periodo fiscal deben presentar al gobierno central un informe
detallado de los resultados líquidos de las actividades financieras de ese ejercicio
económico; asimismo, presentarán un informe sobre el progreso físico y financiero de
todos los programas y proyectos en ejecución. Ambos informes serán evaluados y las
observaciones y las recomendaciones pertinentes serán remitidas a las instituciones
respectivas para su implementación.

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El Poder Ejecutivo podrá disponer de las utilidades netas de las instituciones
autónomas que realicen actividades económicas, cuando no afecte el desarrollo de las
mismas.

La finalidad a la que están destinadas las instituciones autónomas determina la


disponibilidad de sus bienes y sus recursos. Ningún gasto, compra o venta se podrá
autorizar si no está vinculado con la formulación o ejecución de los programas y
proyectos a su cargo.

Los fondos de partidas adicionales justificadas para proyectos o programas específicos


no podrán transferirse mientras la institución beneficiada no presente al órgano
competente pruebas que garanticen que dichos recursos se destinarán efectivamente a
aquellos programas y proyectos.

B) Municipalidades y Corporaciones Municipales

Los departamentos, dispone la Constitución, se dividirán en municipios autónomos


administrados por corporaciones electas por el pueblo, de conformidad con la ley.
Las municipalidades se rigen por la Ley de Municipalidades y por la Ley de Policía y de
Convivencia Social.

Los municipios son creados por ley, independientes de los poderes del Estado; gozan
de autonomía política, porque sus autoridades son electas y pueden formular su política
de conformidad con la visión que proclame el partido político que se imponga en las
elecciones.

El municipio consta de tres elementos; a saber: territorio, población y organización.

El territorio se denomina término municipal, definido como “el espacio geográfico hasta
donde se extiende la jurisdicción y competencia de un municipio”. No podrá ser inferior
de 40 kilómetros cuadrados y debe ser continuo. Siempre estará ubicado dentro de un

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departamento y sometido a una sola jurisdicción departamental, por lo que ninguna
modificación o cambio en el término municipal tendrá el efecto de modificar la extensión
del departamento al que pertenece.

La población está integrada por los habitantes, que pueden ser nacionales o
extranjeros. Éstos pueden ser vecinos o transeúntes.

El vecino, a su vez, puede ser residente habitual, residente temporal o con residencia
alterna. El residente habitual es el que está domiciliado en el municipio. El residente
temporal es el que permanece por un tiempo mayor de seis meses. Cuando sea de
residencia alterna, en dos o más municipios, se considerará vecino de aquel en que
resida
la mayor parte del año, aunque estuviese inscrito también en otro municipio.

El transeúnte es el que temporalmente se encuentra en el municipio y no exceda su


temporalidad de seis meses.

La organización la constituye la municipalidad, es decir, el órgano de gobierno y de


administración del municipio, de carácter deliberativo y legislativo, electo por el pueblo y
máxima autoridad dentro del término municipal.

La municipalidad es una persona jurídica cuyo órgano supremo está integrado por las
siguientes autoridades electas: un alcalde, a quien corresponde la representación legal,
un vicealcalde y regidores. Son electos para un periodo de cuatro años, por mayoría
simple y en aplicación al sistema de proporcionalidad que se determina por cocientes y
residuos electorales, de modo que en la integración resultan representados todos los
que alcancen el mínimo de votos para considerarlos dentro de los cocientes o los
residuos electorales municipales.

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Para ser munícipe se requiere lo siguiente: ser mayor de 18 años, hondureño de
nacimiento, nacido en el municipio o residir consecutivamente por más de cinco años,
estar en el pleno ejercicio de sus derechos civiles y políticos, y saber leer y escribir.

Artículos 294-302 constitucionales, y Ley de Municipalidades.

Las municipalidades también pueden emitir sus propias normas y son autárquicas,
administran independientemente sus recursos y recaudan sus propios ingresos y los
impuestos decretados por ley.

Los municipios pueden organizarse en mancomunidades para desarrollar proyectos


comunes y están adscritos a la Asociación de Municipios de Honduras. La división
interna de los municipios se basa en ciudades, aldeas y caseríos. La municipalidad es
la persona jurídica responsable de un municipio, que opera bajo la dirección de un
órgano
colegiado integrado por el alcalde, el vicealcalde y los regidores.

CAPITULO III JERARQUIA NORMATIVA Y DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS

1.- Jerarquía Normativa

El ordenamiento jurídico administrativo está sometido a una jerarquía reconocida en


la ley general de la administración publica.
En su artículo 7 dispone que los actos de la administración pública se ajustan a la
siguiente jerarquía normativa:
 la Constitución de la República,
 los tratados internacionales ratificados por Honduras,
 la presente ley,
 las leyes administrativas especiales,
 las leyes especiales y generales vigentes en la República,
 los reglamentos que se emitan para la aplicación de las leyes,
20
 los demás reglamentos generales o especiales,
 la jurisprudencia administrativa
 los principios generales del derecho público.

La Constitución de la República se coloca al vértice de esta jerarquía y provee


legitimidad al ordenamiento jurídico secundario. La “supremacía constitucional” rige en
relación con la legislación secundaria. Ninguna ley puede contradecir a la Constitución.
Por consiguiente, si una ley contradice la organización, las competencias o los
procedimientos que ésta reconoce, o reduce, tergiversa o niega los derechos que en la
misma se contienen, puede ser impugnada mediante la “garantía de
inconstitucionalidad” ante la Sala de lo Constitucional, por razones de forma o de
contenido, y declarada inconstitucional e inaplicable, y la sentencia que profieran estas
declaraciones tiene efectos derogatorios. En estos casos, quien presente la
inconstitucionalidad debe acreditar que la ley le afecta en su interés personal, directo y
legítimo, salvo en el caso de que la presente el juez o el tribunal que conozca de la
causa.

Los tratados internacionales pueden ser aprobados aun cuando afecten disposiciones
constitucionales, siempre que su aprobación siga el procedimiento de reforma a la
Constitución. Sin embargo, no podrán aprobarse tratados que lesionen la integridad
territorial, la soberanía e independencia de la República.

En caso de conflicto entre un tratado y una ley secundaria, prevalece el tratado.

Las leyes administrativas secundarias siguen la jerarquía que les impone su carácter. Si
es una ley especial, prevalece sobre la ley general; salvo en el caso de la Ley General
de la Administración Pública, cuyo estatus es el de una ley marco. Luego siguen las
demás leyes generales y especiales vigentes.

Entre los reglamentos, ocupan el primer lugar de la jerarquía los que se emiten para
aplicar leyes. Luego siguen los generales o especiales. Vía reglamento la
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administración pública, sujetándose a la jerarquía superior de la ley, no podrá: alterar el
espíritu de la ley, variando el sentido y el alcance de ésta; regular materias que sean de
la exclusiva competencia del Poder Legislativo, salvo que una ley expresamente
autorice dicha regulación; establecer penas, ni prestaciones personales obligatorias,
salvo en aquellos casos en que expresamente lo autorice una ley, y vulnerar los
preceptos de otro acto de carácter general dictado por un órgano de grado superior.

La jurisprudencia administrativa y los principios generales del derecho ocupan los dos
últimos lugares. La primera surge en ocasión del recurso de casación; los segundos,
son aquellas ideas esenciales en las que se sustenta el ordenamiento jurídico.

Aquí es oportuno señalar que hasta 2010 rigió la norma que disponía que la Corte
Suprema de Justicia declararía sin lugar la admisión del recurso de casación, entre
otros casos, cuando se citen como doctrina legal principios que no merezcan tal
concepto, según la jurisprudencia de la Corte Suprema, declarada en tres sentencias
conformes
(artículo 920, relacionado con el 919, Código de Procedimientos); es decir, se generaba
jurisprudencia mediante la aplicación idéntica de un mismo principio en tres sentencias
conformes dictadas en casación. No era necesario que los juicios fueran idénticos o
análogos, pues bastaba que lo fuese el principio aplicado en las consideraciones
del fallo, para que se diera la uniformidad exigida por la ley, elevando el principio a la
categoría de doctrina legal.

En la jurisdicción de lo contencioso-administrativo nunca se logró esa uniformidad


requerida por la ley, por lo que no hay jurisprudencia administrativa. En general, los
fallos de la Corte Suprema de Justicia, antes, y los de las salas, ahora, exhiben muy
poca calidad científica y una notoria incongruencia entre sí, lo que hace difícil encontrar
en
los mismos un orden lógico que permita extraer principios o ideas fundamentales que
impriman orden y certeza para la producción de doctrina legal vía la casación. Por esta
razón hay muy poca doctrina legal en materia civil, laboral, penal, etcétera.
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2.- Jerarquía de los Actos Administrativos

Los actos de la administración pública son los siguientes:


 decretos,
 acuerdos,
 resoluciones
 providencias.

Todos estos actos deben ser firmados por el titular del órgano emisor y, con funciones
de validación, por el funcionario que la norma indique.

Los decretos ocupan el primer lugar de la jerarquía. Son emitidos en Consejo de


Ministros e, individualmente, por el presidente de la República, sobre materias que sean
competencia exclusiva de éste.

Los acuerdos ocupan el segundo lugar. Son emitidos por el presidente o por los
secretarios de Estado en los siguientes supuestos: cuando se decidiere fuera de los
procedimientos en que los particulares intervengan como parte interesada y cuando se
tratare de actos de carácter general dictados en el ejercicio de la potestad
reglamentaria. Las resoluciones ocupan el tercer lugar y son los actos por los cuales se
concluye un procedimiento
en el que es parte un interesado.

Las providencias ocupan el último lugar de la jerarquía y son las que se emiten para
darle curso al procedimiento administrativo.

Los que emita el presidente serán refrendados por el secretario de Estado respectivo.
Los que emita el secretario de Estado los autorizará el secretario general. Los demás
serán autorizados por el funcionario que indique las normas aplicables.

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En virtud de lo anterior, se prohíbe a los órganos y a las entidades de la administración
pública lo siguiente:

 vulnerar, mediante actos de carácter general o particular, las disposiciones,


dictadas por un órgano de grado superior;
 desconocer, mediante la emisión de actos de carácter particular, lo que el mismo
órgano o entidad haya dispuesto mediante actos de carácter general;
 reconocer, declarar o limitar derechos de los particulares, si no tienen atribuidas
por ley tales potestades;
 ejecutar actos que disminuyan, restrinjan o tergiversen derechos y garantías
reconocidos por la Constitución de la República.

CAPITULO IV RESPONSABILIDAD DEL ESTADO

1.- LA RESPONSABILIDAD

A) Introducción

La responsabilidad contractual del Estado está regulada por las reglas generales
contenidas
en el Código Civil, en el Código de Comercio, en la Ley de Contratación del Estado y en
las demás leyes aplicables.
La responsabilidad extracontractual, en cambio, está regulada en la Constitución de la
República, en el Código Civil y en la Ley de la Jurisdicción de lo Contencioso
Administrativo.

B) Responsabilidad en el código civil

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Las reglas sobre responsabilidad extracontractual contenidas en el Código Civil
regularon el tema para todas las personas, naturales o jurídicas, hasta la aprobación de
la actual Constitución de la República, en la que se incluyeron disposiciones para
normar la materia en relación con el Estado.

En la regulación sobre la responsabilidad por hechos de tercero, cuando interviene


culpa o negligencia, aquel texto normativo dispone lo siguiente: “El Estado es
responsable en este concepto cuando obra por mediación de un agente especial; pero
no cuando el daño hubiese sido causado por el funcionario a quien propiamente
corresponda la gestión practicada, en cuyo caso será aplicable lo dispuesto en el
artículo anterior”.

Con esta referencia al artículo anterior, alude a la responsabilidad por hechos propios:
“El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está
obligado a reparar el daño causado”.

Cuando se elaboró el Código Civil hondureño, sus redactores decidieron tomar estos
artículos del Código Civil español, y fueron aplicados siguiendo la interpretación
negativa que el Tribunal Supremo español fijó en su oportunidad.

Se entendió por nuestros tribunales y por nuestros juristas que el Estado no es


responsable por los daños inferidos en la esfera jurídica de los particulares como
consecuencia de la gestión de los servidores públicos, porque no cabe suponer en el
Estado culpa ni aun negligencia en la organización de los servicios públicos y en la
designación de sus
agentes, sino, por el contrario, la previsión humanamente posible para que cada
servicio responda al bien general.

Nunca se planteó el caso del “agente especial” que en España, posteriormente, permitió
aceptar la responsabilidad del Estado cuando el daño fuera resultado de la actuación de

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un “agente especial”, porque en éste cabe imputarle una culpa in eligendo. De modo
que no se puede concluir cuál hubiese sido la posición de los tribunales.

206 Artículo 2237, quinto párrafo, Código Civil.


207 Artículo 2236, Código Civil.

Mucho influyó en la actitud de los tribunales el hecho de que hasta hace muy poco era
opinión común, incluso en la universidad, que la gestión estatal, casi en su totalidad,
estaba fuera del alcance de los tribunales. No se concebía que se pudiese demandar al
Estado ante los tribunales, lo que fue evidente cuando entró en vigencia la Ley de la
Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo, aprobada en contra de la opinión de
muchos reconocidos juristas hondureños y cuestionada en su aplicación, al extremo de
que hubo, en sus primeros años de vigencia, más de un intento de derogarla por
considerarla un atentado contra el Estado. Lo que se repitió con la vigente Ley de
Justicia Constitucional, cuya aplicación generó, recién aprobada, un conflicto entre los
poderes Judicial y Legislativo en el que el Congreso Nacional amenazó con la
destitución a todos los magistrados de la Corte Suprema de Justicia.

C) La Responsabilidad de la Constitución Vigente

 Introducción
En la Constitución se reconoce la responsabilidad patrimonial del Estado, solidaria y
directa, en el capítulo xiii titulado “De la responsabilidad del Estado y de sus
servidores”.

 Responsabilidad Solidaria

En el supuesto de que se haya contraído por muchas personas o para con muchas la
obligación de una cosa divisible, el Código Civil manda lo siguiente: “Por virtud de la
convención, del testamento o de la ley, puede exigirse a cada uno de los deudores o
por cada uno de los acreedores el total de la deuda, y entonces la obligación es

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solidaria o insolidum. La solidaridad debe ser expresamente declarada en todos los
casos en que no la establece la ley”.

La Constitución reconoce la responsabilidad solidaria cuando dispone lo siguiente: “Si el


servidor público, en el ejercicio de su cargo, infringe la ley en perjuicio de particulares,
será civil y solidariamente responsable junto con el Estado o con la institución estatal a
cuyo servicio se encuentre, sin perjuicio de la acción de repetición que éstos
pueden ejercitar contra el servidor responsable, en los casos de culpa o dolo”.

El particular que resulte perjudicado por la actuación, dolosa o culpable, de un servidor


público, en el ejercicio de su cargo y en infracción de la ley, puede demandarlo de
manera directa en los tribunales respectivos. Esta situación es la que siempre ha
existido en el país, según lo descrito antes.

Lo novedoso es que puede demandar al Estado de manera directa porque lo hace


solidariamente responsable por los actos de los servidores públicos. Siempre que el
daño sea resultado de una infracción a la ley, el particular puede demandar
directamente al Estado. Y no sólo al Estado. También puede demandar a cualquier
institución estatal a cuyo servicio se encuentre el servidor público responsable del daño.

El Estado, las instituciones autónomas y las municipalidades son, pues, solidariamente


responsables por los daños que produzcan los servidores públicos cuando infrinjan la
ley en el ejercicio de sus cargos.

208 Artículo 1400, segundo párrafo, Código Civil.


209 Artículo 324 constitucional.

Lo dispuesto en la Constitución, sin embargo, no fue posible hacerlo efectivo hasta que
funcionaron los tribunales de lo contencioso administrativo. Antes era imposible porque
la jurisdicción civil estaba sumisamente sometida al criterio que se deja anotado en la
letra B de este acápite.
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Desde las primeras sentencias, los tribunales contencioso-administrativos ratificaron lo
dispuesto en la Constitución en todos los casos que ha conocido sobre esta materia.

 Responsabilidad Objetiva

La evolución de la teoría de la responsabilidad permite que en la actualidad coexista la


concepción subjetiva de la responsabilidad con la concepción objetiva de la misma. Al
lado de la responsabilidad por culpa de un sujeto determinado, se acepta la
responsabilidad por el daño causado por un comportamiento lícito; es decir, por un
comportamiento que no está en contra de leyes, reglamentos, etcétera, sino conforme a
ellos.

Los servicios públicos que son responsabilidad del Estado deben prestarse con apego a
las reglas estrictas de una buena y diligente gestión. La interrupción de los mismos,
cuando no provenga de un estado de emergencia, debe imputarse directamente al
Estado, no necesariamente a sus servidores. Una falla técnica, producida por el
desperfecto de la pieza de una maquinaria, puede ocurrir, a pesar del diligente
mantenimiento de los encargados del mismo, y esa falla convertirse en la causa de la
interrupción del servicio de la energía eléctrica o de cualquier otro de los que presta el
Estado, las instituciones autónomas o las municipalidades.

Cualquiera que sea el criterio aplicable para justificar la responsabilidad objetiva del
Estado, el riesgo o cualquier otro, habrá que admitir que la ocurrencia de los hechos
impone la necesidad de que la justicia decida sobre las cuestiones que inevitablemente
se plantean en relación con este tema. (Medal Navarro, 2018).

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CONCLUSIONES

1. El Derecho Administrativo dio sus primeros pasos desde que el


hombre se organizó en sociedad y como ciencia se ha
reconocido y desarrollado profundamente desde el
acontecimiento político social de la Revolución Francesa. Fruto
de la positivización de normas y limitaciones de los poderes del
Rey para pasar a un “Estado de Derecho”, este Derecho vino al
mundo a proteger a los ciudadanos ante el enorme poder del
Estado, mediante normas del nuevo gobierno revolucionario y
principios que fueron creados de la Jurisprudencia del Consejo
de Estado francés.

2. La administración pública hondureña esta estructurada bajo el


esquema centralizado y descentralizado. La primera está
integrada por los órganos del Poder Ejecutivo como ser:
presidente de la República, Consejo de Ministros y secretarías
de Estado y la segunda por las instituciones autónomas y las
municipalidades.

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BIBLIOGRAFÍA

1. Medal Navarro, C. -M. (2018). Derecho Administrativo - México, Centroamerica y


República Dominicana. En C. -M. Medal Navarro. Nicaragua.

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