Mi abuelo Melquiades Castillo nació en un pueblo llamado Los Nevados y tuvo una infancia difícil pero llena de amor familiar. Aprendió valores como el trabajo duro y el respeto gracias a sus padres y tía Jesusana. Ahora, en su vejez, es un mecánico exitoso con su propio taller y sigue contando historias para entretener a su familia.
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Mi abuelo Melquiades Castillo nació en un pueblo llamado Los Nevados y tuvo una infancia difícil pero llena de amor familiar. Aprendió valores como el trabajo duro y el respeto gracias a sus padres y tía Jesusana. Ahora, en su vejez, es un mecánico exitoso con su propio taller y sigue contando historias para entretener a su familia.
Mi abuelo Melquiades Castillo nació en un pueblo llamado Los Nevados y tuvo una infancia difícil pero llena de amor familiar. Aprendió valores como el trabajo duro y el respeto gracias a sus padres y tía Jesusana. Ahora, en su vejez, es un mecánico exitoso con su propio taller y sigue contando historias para entretener a su familia.
Mi abuelo Melquiades Castillo nació en un pueblo llamado Los Nevados y tuvo una infancia difícil pero llena de amor familiar. Aprendió valores como el trabajo duro y el respeto gracias a sus padres y tía Jesusana. Ahora, en su vejez, es un mecánico exitoso con su propio taller y sigue contando historias para entretener a su familia.
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LA HISTORIA DE MI ABUELO
(MELQUIADES CASTILLO)
Mi nombre es Diego Castillo así me llamo porque me gusta llevar el apellido
de mi abuelo Melquiades Castillo, al que le celebramos su cumpleaños todos los 10 de Diciembre, él me dijo que nació en un bello pueblito llamado Los Nevados hace muchos años tantos, que él ni siquiera sabía que existía la televisión, ni los carritos de juguete, ni mucho menos los de verdad, yo lo amo mucho; mi abuelo me ha enseñado muchas cosas, como ser bueno, honesto, amigo, él nos dice a mi hermano Gabriel y a mí; muchachos cuiden las cosas que su mamá, su tía y yo les damos, porque cuando yo tenía sus edades solo podía jugar con los juguetes que improvisaba, nos dice con los ojos aguados recordando su niñez, Papá y Mamá eran muy pobrecitos, pero muy trabajadores! Mamá nos daba severendas pelas por descuidar los animales que nos mandaban a pastorear a mi hermano Chon y a mí y que infinidad de veces descuidamos por andar jugando o por quedarse dormido él y yo inventado hacer animales de barro hojas y palos que se quedaban en el campo cuando Mamá sutilmente nos llamaba y nos esperaba con rejos de cuero, mi hermano Chon era muy pícaro porque él sabía ya que nos iban a dar una paliza y se acercaba poco a poco para poder salir corriendo para el monte y no dejarse atrapar de Mamá; eso nos hizo ser grandes hombres de trabajo, cuando mi hermana Marina menor que yo empezó a crecer fue mi gran compañera de juegos y de inventos, un día la monte sobre una burra para pasearla y la burra no había dado ni dos pasos cuando mi hermanita cayó al piso y se rompió la cara y yo asustado salí a cobijarme en el regazo de mi amada tía Jesusana la que me cuidó desde que nací pues ella era la tía que nos ayudó a criar y que en especial cuidó de mí y la que yo más celé en mis celos de niño porque hasta la acompañaba a las fiestas y no la dejaba ni bailar; y tanto que a ella le gustaba bailar , y tenía que esperar que yo me quedara bien dormido para ella disfrutar de la fiesta, una noche en una fiesta me desperté y vi que no estaba mi tía y salí corriendo a la sala y la vi bailando de rincón a rincón y le he caído a mordiscos a su compañero de baile; mi tía Jesusana me agarró y me dio una tremenda pela, con su pañuelo y cómo me dolió, solo por el hecho de que ella me haya reprendido, otro día como tantos Mamá nos estaba esperando para darnos una pela y yo queriendo hacer como mi hermano mayor Chon intente salir corriendo para no dejarme agarrar y mi tía Jesusana me paró y me dijo hijito; no corra, porque si usted le corre a su Mamá, se abre la tierra y se lo traga, yo en mi inocencia y respeto a las palabras de mi tía me quede paralizado asustado de que no se me abriera la tierra y juapata mi Mamá no me peló y me dejo como berenjena, jamás olvidare cuando ya vivíamos en el pueblo y nos vinimos del otro lado a la casa que hoy día es una posada, al subir del rio mi hermano Chon y yo pasábamos por la casa de Resure Castillo y nos quedamos impactados al ver por primera vez un triciclo que montaba un niño del que no recuerdo su nombre y vaya que impresión al ver ese juguete inalcanzable para nosotros que lo que hacíamos era cuidar a los animales, recuerdo que mi padre Desiderio Castillo estaba arando la tierra con sus yuntas de bueyes y yo lo miraba, tan grande y fuerte, mi padre era invencible, era grande era fuerte, fuerte de carácter y de todo y en nuestros juegos jugando a que yo era el guardia y ellos los contrabandista de miche clandestino, con mi hermana Marina y el primo Nelson y me caí por un barbecho en unos morales y quede privado y mi Papá que estaba pastoreando una mula corrió a ver que me pasaba gritando hijito! Que me le pasó! Y yo le respondí Papá me maté! Yo era tan flaquito que mi Papá me alzo como un muñeco y me reviso para ver que me había pasado esa fue una de las pocas veces que sentí de él una demostración de amor hacia mí, otra fue cuando una Maestra de la Escuelita del pueblo me pego un reglazo y me rompió la cabeza y yo salí corriendo a mi casa y mi Mamá al verme todo ensangrentado se asustó mucho, pero más se asustó mi Papá quien lleno de indignación quiso traerme a Mérida para poner la denuncia por maltrato y me dijo que no me quitara la ropa llena de sangre porque eso era la muestra, y recuerdo que acomodamos unos huevos en un pote cubiertos con ramas de helechos para que no se partieran para traer para la gente en Mérida yo casi no dormí recuerdo por la emoción de saber que venía para Mérida, al amanecer Mamá ya nos tenía preparado el desayuno y el avío pero cuando acordamos llego la maestra a pedir disculpas por lo sucedido y a mi Papá le dio pesar y decidió no venir y yo me quede aburrido con las ganas de conocer la ciudad. Cuando llegó una Compañía a buscar gente para trabajar en el Teleférico mi Papá fue uno de los primeros que se ofreció, y de ese trabajo fue que él y mi Mamá nos trajeron a Mérida, aunque cuenta el abuelo que a él lo dejaron en el pueblo acompañando y ayudando en los quehaceres del campo a la tía Jesusana y a la señora Matea, mi abuelo Melquiades hizo una pausa y con voz entrecortada creo que recordó todo ese amor que siente por mi bisabuelo Desiderio Castillo que aún vive y tiene más de 90 años, y todavía está sano y fuerte, mi abuelo Melquiades es muy sentimental y le gusta contar chistes, y bailar, y su gran pasión de diversión es jugar bolas criollas y eso lo aprendió aquí en la ciudad, tanta pasión sentía por jugar bolas criollas y montar bicicleta que trabajo muy duro, vendiendo pastelitos que hacía mi bisabuela Teófila, por los negocios del centro de Mérida a un real, para juntar dinero y comprar una bicicleta y cuenta que le tocó decir que era de su primo Pascasio Peña de quien nos ha contado muchísimas historias como la que su primo fue ciclista profesional de Mérida y era un gran ejemplo para el abuelo en sus años mozos, donde vivió grandes experiencias con su hermanito menor Jesús Manuel Castillo (cachete) su hijo mayor dice mi abuelo que tío cachete era tan soñador y lo admiraba mucho siempre lo quería imitar, como aprender a pastorear a un chivo que ya casi lo mataba de un cabezazo por andar con los juegos con él, a montar bicicleta y que fiebre de aprender, y también de aprender a manejar carro y chocarlos y tener yo que arreglarlos después y trasnocharme cuando se llevaba mi carro por ahí a salir; a que tiempos , dice mi abuelo, aunque mi abuelo no esta tan viejo; siempre se le ve de buen humor y atendiendo muy bien a sus clientes, porque, no les había contado que mi abuelo es mecánico quien iba a pensar que aquel niño que bajo de los Nevados a los 10 años que le asustaba montarse en un carro y miraba con curiosidad desde cómo se abría la puerta para no pasar pena y hasta como se agarraba el volante y el que recibió muchos regaños del su Maestro Noé Jiménez y fuerza de todo ese empeño y ganas de aprender hoy tenemos el más bonito ejemplo de querer aprender cada día más y ser cada día mejor así nos dice el abuelo tiene su taller propio donde arregla puros carros Mercedes Benz y siempre se le oye cantando rancheras y música bailable y contándole chistes a sus clientes y a todo el que llega, recuerdo que cuando yo era más chiquito mi abuelo me llevaba a probar los carros y cantábamos la Mochila Azul, y una canciones que le gustaban a mi bisabuela y yo le decía a mi abuelo cuando se me olvidaban yo le decía esa no la tengo abuelo...o él decía: le quito la pija: yo respondía al gato o él decía los dos estamos :yo le respondía idos de la mente… Son tantas las historias que cuenta mi abuelo que pondría viejiiito contándoles pero eso solo lo puede hacer Coro que es la escribe todo lo que les estoy contando, ya para terminar de contarles parte de la Historia de mi abuelo les puedo decir que es el mejor abuelo del mundo, que él se casó por primera vez con mi abuela Carmencita y fueron muy felices y tuvieron a mi Mamá Blanca Rosa del Carmen y a mi tía Ysabel Cristina a las que quiero mucho; y saben Mi abuelita se fue para el cielo, me dice mi Mamá que ella era muy buena y que Dios la llamó y dejó a mi abuelo Melquiades aquí para que nos cuide por muchos años, me hubiera gustado conocerla, el día de hoy mi abuelo Melquiades se está casando con Coro y yo me siento contento de verlo feliz junto con nosotros y la familia que hoy empezamos a conformar con Coro y su familia a partir de hoy seremos una misma familia en las buena y en las malas, respetándonos, apoyándonos y sabiendo que podemos contar el uno con el otro, … mi nombre es Diego Castillo! Cierro la historia que hoy les vine a contar con este pensamiento.
“Recordar es fácil para el que tiene memoria. Olvidar es difícil para el que tiene corazón”