76 Rev Jur UPR
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LA NUTRICION E HIDRATACION EN LOS TESTAMENTOS VITALES
EN PUERTO RICO: IMPOSICION DE VALORES POR EL ESTADO
COMENTARIO
Introducci6n 1271
I. El derecho a morir y el documento de voluntades anticipadas 1272
II. Desarrollo de la doctrina de la autonomia de la voluntad, el
consentimiento informado y su incidencia sobre las directrices
anticipadas en el tratamiento m~dico 1274
A. In re Quinlan 1275
B. Bouvia v. Superior Court 1275
C. In re Conroy 1277
D. Cruzan v. Director,Missouri Department of Health 1277
E. Federal Patient Self-Determination Act 1278
F. Uniform Health-Care Decisions Act 1278
III. La legislaci6n vigente en Puerto Rico 128o
IV. Criterio personal del legislador vs. la igual protecci6n de las leyes
y el debido proceso de ley 1284
V. Imposici6n de valores 6tico-morales por parte del Estado 1288
Conclusiones 1289
L
INTRODUCCION
2 24 LPRA §§ 3651-63.
3 BARRY R. FuRROW ET AL. HEALTH LAW: CASES, MATERIALS AND PROBLEMS 1345 (2004).
A pesar que un gran nmero de estados han adoptado este tipo de disposi-
ciones que validan la figura del testamento vital, en lo que respecta a los requisi-
tos de forma, puede haber variaciones de un estado a otro. No obstante, en
t~rminos generales se requerird que 6ste sea un documento otorgado ante nota-
rio pfiblico en presencia de testigos que no pueden ser los familiares, acreedores
o herederos
6
del sujeto, ni su m~dico de cabecera o personal de la oficina del
mismo.
A. In re Quinlan
Who shall say what the minimum amount of available life must be? Does it
matter if it be 15 to 2o years, 15 to 20 months, or 15 to 2o days, if such life has
been physically destroyed and its quality, dignity and purpose gone? As in all
matters lines must be drawn at some point, somewhere, but that decision must
ultimately belong to the one whose life is in issue.
mientras no exista conflicto vdlido entre su decisi6n y los intereses del Estado,
no debe haber impedimento alguno con respecto a la decisi6n que tome un pa-
ciente, sea cual sea el posible resultado.
C. In re Conroy
17 Conroy, 486 A.2d en la pig. 1225. Wase adernds,Cruzan, 497 U.S. en las pigs. 272-273.
18 Conroy, 486 A.2d en laphg. 1229.
19 Cruzan, 497 U.S. en las pAgs. 284-85.
20 Id. pAg. 279. VWase ademds, Medina Monteserin, supra nota 5, en las pAgs. 319-322.
REVISTA JURIDICA UPR VOL. 76
E.FederalPatientSelf-DeterminationAct
F. Uniform Health-CareDecisionsAct
El alcance prictico de esta ley no se limita a esto, sino que cubre bdsicamen-
te todos los aspectos referentes a la suscripci6n de directrices avanzadas en el
tratamiento medico. A tales efectos, el texto de dicha ley aborda ampliamente en
torno a situaciones que puedan implicar la prdida de capacidad del declarante,
quien tomaria las decisiones m~dicas de esto ocurrir y bajo que circunstancias.
Con respecto al "power of attorney", se recomienda su uso pero a su vez se limi-
proveer a los gobiernos de los estados legislaci6n con respecto a Areas criticas del derecho con el fin
de fomentar claridad y uniformidad con determinados procesos segfin aplican de estado a estado.
z6 Unif. Health-Care Decisions Act § 1, (enmendado zoo6), 9 Pt. 1B U.LA. 84 (2oo6).
27 Id.
z8 Id.
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tan algunos de los requisitos tradicionales de dicha figura, tales como la necesi-
dad de testigos al momento del otorgamiento.' 9 Con respecto a las directrices
m6dicas especificamente, la ley las reconoce incluso en casos en que estas hayan
3 °
sido emitidas 6inicamente de forma oral.
Esta ley busca garantizar que las decisiones m6dicas del individuo est6n go-
bernadas por los deseos de 6ste. Por eso, se requiere que en casos de agentes o
subrogados, 6stos deben actuar tomando como base las instrucciones escritas
por el declarante y los deseos de 6ste segin conocidos. De no poder cumplirse a
base de estos criterios por la raz6n que sea, las decisiones serdn hechas a base del
mejor inter6s del declarante a la luz de sus valores personales, seglin le consten
al subrogado. La ley establece ademds como parte de las pautas a seguir por par-
te de los proveedores, los criterios bajo los cuales serd admisible por parte de una
instituci6n negarse a cumplir con las directrices anticipadas de un paciente 3
Actualmente, esta legislaci6n propuesta por la NCCUSL ha sido adoptada
oficialmente y enmendada en los siguientes estados: Alabama, Alaska, California,
Delaware, Hawaii, Maine, Mississippi, Nuevo M6xico y Wyoming.3 ' Los casos
resefiados en esta secci6n del trabajo son una muestra infima del quehacer juri-
dico estadounidense por los pasados treinta afhos. Sin embargo, es precisamente
por motivo desarrollo jurisprudencial en los Estados Unidos que posteriormente
se destaca la importancia de legislar con respecto a las directrices avanzadas. En
Puerto Rico, ambos aspectos del desarrollo legal de esta doctrina en los Estados
Unidos fueron incorporados en el andlisis para la creaci6n de una ley aut6ctona.
El resultado, segfin veremos, se distancia considerablemente del modelo unifor-
me propuesto por la NCCUSL en aspectos fundamentalmente afectados por el
andlisis 6tico-moral.
34 La definici6n articulada en el inciso (7)del articulo 2 del referido proyecto lee asi: "Condici6n
terminal- condici6n incurable causada por lesi6n, enfermedad o mal que, segiin el mejor juicio del
m6dico, resultard en lamuerte y que laaplicaci6n de tratamiento de sost~n de vida s6lo serviri para
posponer el momento de lamuerte del paciente."
35 Articulo 2, inciso 4, P. de laC. 992, 7 de mayo de 199o.
36 El Secretario de Justicia de Puerto Rico en ese momento, Lcdo. Hector Rivera Cruz, levant6
dicho planteamiento en carta discutiendo dicha medida dirigida a la Comisi6n de Salud y Bienestar y
a laComisi6n de lo Juridico Penal, a cuyos efectos sugiri6 limitar el alcance de lo que se defini6 como
condici6n terminal "a una que cause un estado vegetativo persistente", lo cual hubiese limitado a6n
mAs el alcance de aplicabilidad de lamedida.
37 Articulo 2, inciso 4, P. de laC. 992, 7 de mayo de 199o.
39 Carta del Secretario de Justicia, Lcdo. H6ctor Rivera Cruz, sobre el P. de la C. 992. 24 de octu-
bre de 1991, pdg. 4.
40 Posteriormente, tanto la Comisi6n de lo Juridico Penal como la Comisi6n de Salud y Bienestar
de la Crmara de Representantes recomendaron enmendar la definici6n de "Condici6n Terminal" para
incluir "condici6n en la que un paciente se encuentra en un estado vegetativo irreversible causado
por lesi6n, enfermedad o... Wase, Samuel Ramirez y Mabel V61ez de Acevedo, Informe Conjunto
sometido a la CAmara de Representantes, nma Asamblea Legislativa, 7ma Sesi6n Ordinaria (sin fe-
cha), prg. 1.
41 Luis A. Pdrez Gonzdlez, Movimiento para dignidad de vida, MEMORIAL ExPLICATIVO, 30 de junio
de 199o.
42 P. de la C 386, 2001. EXPOSICION DE MOTIVOS.
43 24 LPRA § 3651. Condici6n de salud terminal fue definida como "una enfermedad o condici6n
de salud incurable e irreversible que haya sido m6dicamente diagnosticada y que, segn el juicio del
NWIM. 4 (:2007) DERECHO Y BIOETICA
medico ilustrado, provocarS la muerte del paciente dentro de un trmino no mayor de seis (6) me-
ses." Por su parte, Estado vegetativo persistente se define como
una condici6n de salud que impida cualquier tipo de expresi6n de voluntad de parte del
paciente, por encontrarse en un estado de inconsciencia en el cual no exista ninguna fun-
ci6n cortical o cognoscitiva del cerebro, para el cual no existe una posibilidad realista de
recuperaci6n, de acuerdo a los estindares medicos establecidos.
44 2 4 LPRA § 3 6 5 2.
45 Jos6 Rafael Echevarria, Federaci6n Puertorriquefia de Bio~tica, Comentariosal P. de 1a C. 386 a
la Comisi6n de loJuridicodel Senado, 21 de agosto de 2001, en ]aspigs. 5-6.
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A pesar que la investigaci6n realizada para este proyecto por parte del sena-
dor Eudaldo BAez Galib abord6 tanto las controversias legales como las de indole
6tico y(o) moral que eran obvias con respecto a la figura del testamento vital en
su aplicaci6n prdctica, el debate que se propici6 en el Senado previo a su aproba-
ci6n estuvo monopolizado por las opiniones, creencias y sentimientos personales
de los legisladores. Puerto Rico se ha caracterizado hist6ricamente por su tradi-
ci6n cristiana en sus diversos matices. No obstante, uno de los principios funda-
mentales de nuestro estado de derecho actual es a los efectos de mantener una
separaci6n clara entre Iglesia y Estado. 4s Cabe entonces preguntarse, si en casos
en los cuales se est~n examinando medidas legislativas que puedan ser suscepti-
bles a cuestionamientos 6tico-morales y(o) religiosos, y en la medida que el legis-
lador permita que su ejecutoria con respecto a dichas medidas est6 indebida-
mente influenciada por sus creencias personales, o ya sea por presiones politicas
externas por parte de sectores religiosos, no se le estaria privando de la igual
protecci6n de las leyes a aquella persona que no comparta el mismo punto de
vista? ZAcaso no se estaria imponiendo arbitrariamente el c6digo moral de algu-
nos a todos por igual? ZNo se supone que nuestro sistema promueva la creaci6n
e implementaci6n de leyes que aseguren los derechos de todo ciudadano, sin
distinci6n alguna a base de creencias religiosas? Las respuestas a estas preguntas
no son simples y no pretendo analizar esta problemAtica a fondo debido a lo
extenso del planteamiento. No obstante, basdndome en este mismo andlisis,
argumentar6 que con respecto a nuestra legislaci6n actual sobre testamentos
vitales, 6ste ha sido precisamente el caso.
En el caso particular del senador Lafontaine Rodriguez, quien vot6 en contra
de esta medida, su anilisis parte de su experiencia personal con la muerte de su
46 Id. pig. 3.
47 Id. pAgs. 3-4.
48 CONST. ELA, art. 1I,Sec. 3.
NCIM. 4 (2007) DERECHO Y BIOtTICA
49 Vol. LI1, Diario de Sesiones del Senado de Puerto Rico, 2ool, pig. 10071.
50 Id.
51 Id. pig. 10072.
52 Id. pAgs. 10072-10073.
53 Id. pigs. 10076-1oo77.
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Y en t~rminos finales, tengo que decirle, sefior Presidente, que Dios que es
para mi lo mAs grande del mundo, al igual que para la compafiera Yasmin Mej-
ias, yo creo que cuando Dios quiere que viva a El no le va a importar si hay ley o
no hay ley, si hay politica piblica o no hay politica ptiblica, si se discuti6 en este
milenio o no se discuti6, si se aprob6 o no se aprob6 esta Ley aqui. Cuando Dios
quiera que viva, la persona vivird. Asi es que en ese sentido, yo me siento bien
complacida en el dia de hoy57con mi conciencia, con mi Cristo, con mi Dios, de
votar a favor de esta medida.
58 Eudaldo Biez Galib, Estado Libre Asociado de Puerto Rico, Comisi6n de lo Juridico, Informe
sobre el P. de la C 3 86, Sen.
14, 2da. Sesi6n, pig. 18 (P.R. 2ooi).
59 Id.
6o Id. en la pig. 19, citando al Papa Juan Pablo II, Carta enciclica, El Evangelio de la Vida, 25 de
marzo de 1995, Nm. 65.
61 Javier Gutibrrez Jaramillo, OrtotanasiaVersus Eutanasia, en http://www.cardiolili.org/esp/
conferen/pdf/eutanasia_26ju12oo4.pdf (6ltima visita, 3 de mayo de 2007). La ortotanasia puede ser
considerada como la actuaci6n correcta ante la muerte en cuanto considera el derecho a morir dig-
namente. Este concepto implica que su manejo conlleva el ofrecimiento de tratamientos paliativos al
miximo para asi evitar el sufrimiento y la supresi6n de mbtodos extraordinarios.
62 Jorge J. Ferrer, Federaci6n Puertorriquefia de Biobtica, Deposici6n presentada ante la Comisi6n
de lo Juridico del Senado de Puerto Rico el 21 de agosto de 2oo1 en relaci6n con el P. de la C. 1386,
aprobado por la Cimara el 25 de junio de 20o1, 21 de agosto de 2ooi, en la pig. 4.
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Es importante resefiar este punto ya que existe una linea muy tenue entre los
conceptos de moral, 6tica y religi6n. Lo que puede suceder es que si estos con-
ceptos personales del legislador entran en juego al momento de legislar para el
pueblo, se podria estar privando a sectores particulares de la poblaci6n de la
igual protecci6n de las leyes y del debido proceso de ley. Incluso podriamos Ile-
gar a argumentar que se estd discriminando a base de religi6n, 64 ello en la medi-
da que los afectados no comparten la filosofia moral o creencias religiosas impul-
sadas por una mayoria.
El problema que supone la imposici6n de valores por parte del Estado en sus
procesos legislativos responde a diversos factores. Las creencias personales, asi
como las presiones politicas inherentes a su propia existencia son algunos de
63 Id.
64 CONST. ELA., art. II, Sec. i.
N(Jm. 4 (2007) DERECHO Y BIOETICA
6stos. No obstante, esta prdctica responde a otros motivos, sobre todo en mate-
rias relacionadas al campo de la bio6tica. En cuanto a la prActica de la medicina,
todo cuestionamiento 6tico estd de ordinario asociado al juicio valorativo de los
profesionales en el campo de la medicina y sus organizaciones. Esta postura ha
sido sustentada hist6ricamente por los gremios m6dicos al palio del Juramento
HipocrAtico y de la Declaraci6n de Ginebra. 61 El problema de esto es que el crite-
rio del enfermo no se tome en consideraci6n en la formulaci6n de estos precep-
tos, lo cual anula cualquier posibilidad de plantear un estdndar universal.
A riesgo de adoptar una postura relativista en la bisqueda de un estindar
universal en lo que respecta un criterio 6tico-moral, el gobierno de Puerto Rico
ha asumido en esta problemdtica una soluci6n que entiende correcta. No obstan-
te, al entrar en juego derechos constitucionales esenciales previamente identifi-
cados, parece ser ain mds correcto la aceptaci6n de la autonomia individual
como fuente 6iltima y absoluta de creencias 6tico-morales, asi como su traduc-
ci6n con respecto a la convivencia social, siempre y cuando no se derroten o
interfiera con aquellos intereses vdlidos que el Estado pueda tener.
CONCLUSIONES
La figura del testamento vital es, sin duda, una herramienta 6til de planifica-
ci6n que ha sido cuestionada en cuanto a su aplicaci6n prActica por el sinnfimero
de planteamientos legales, morales y 6ticos que levanta. No obstante, la amplia
gama de casos que surgen dia a dia implicando la suscripci6n de directrices
avanzadas en el cuidado medico al final de la vida es sefial de que esta controver-
sia estS lejos de desaparecer. Por ello, es necesario una discusi6n abierta y regu-
laci6n. La experiencia en las tiltimas dos d~cadas apunta hacia un respeto prdcti-
camente absoluto de las directrices emitidas por personas competentes y legal-
mente capacitas para suscribirlas, y en casos de incapaces, se han abierto cami-
nos para salvaguardar lo que serian los deseos del individuo. El "Uniform Health-
Care Decisions Act" recogi6 este sentir pero con el triste saldo que dicha legisla-
ci6n ha sido 6nicamente adoptada por un pufiado de estados a partir de su crea-
ci6n en 1993. En Puerto Rico dicha legislaci6n modelo fue estudiada y analizada,
pero mayormente soslayada al momento de disefiar el estatuto local.
Resulta peligroso cuando el Estado, por conducto de su legislatura, adopta
criterios particulares basados en creencias religiosas, mdxime cuando el estado
de derecho garantiza a todo ciudadano la igual protecci6n de las leyes y el debi-
do proceso de ley. Ademds, este curso de acci6n violenta la separaci6n entre Igle-
sia y Estado en la medida que el argumento religioso se adentra en el proceso
legislativo, discriminando directamente contra sectores de la poblaci6n por mo-
tivo de religi6n y negdndole a 6stos la igual protecci6n de las leyes.
En cuanto a la legislaci6n vigente en Puerto Rico sobre testamentos vitales,
el proceso estuvo elegantemente viciado a base de posturas de indole moral, que
65 Robert M. Veatch, The FoundationsofBioethics, BIOETHICS, VOL. 13, pig. 209-210, 1999.
1290 REVISTA JURiDICA UPR Vol. 76