PANDILLAJE
PANDILLAJE
PANDILLAJE
Zaceos, robos a mano armada, peleas entre propias pandillas para solucionar su desigualdad,
etc. Pero alguna vez nos hemos preguntado que los incentiva a estos grupos a hacer este tipo
de actos por que lo hacen, sabemos que las pandillas están formadas por personas que quizás
han sufrido en su niñez ya sea por maltratos en casa físico y psicológicos y se han unido a este
grupo buscando afecto o un lugar donde se sientes más que seguros, quizás otras se pudieron
unir por necesidad económica no tener lo necesario para vivir, comida, ropa, falta de atención
para su salud, etc. También puede está conformada por personas que están en contra del
sistema, están desconformes con las leyes exigidas, con las normas, no olvidemos también que
Hay un grupo por el cual esta conformadas están pandillas como las barras bravas que también
es un tipo de pandillaje surgido por la desconformidad del encuentro de un equipo de futbol,
etc.
Tomemos el caso emblemático de Brad de 14 años dado que su vida es atravesada por la violencia doméstica en su
familia. Tanto su padre como su hermano lo han golpeado física y psicológicamente llevándolo a la necesidad de
escapar de su hogar en múltiples ocasiones. A propósito de su hermano relata: « Me dijo que apague luz,
chesumare, me iba a pegar, mi hermano vino ¡po po po conchetumare! Golpeaba la puerta le eché llave, le puse
cerrojo, me metí por la ventanita de arriba de la puerta y con un pedazo de trapo me quité, estaba asustadazo (…)
pero me arrepentí e hice hora en el barrio con unos patas, y les pregunté “¿Oe causa qué hago?”, “Anda a tu casa
sanazo”, me dijeron. Cuando volví mi hermano me reventó (a golpes)».
Brad ante el miedo que le proporciona su propia familia, recurrirá a sus pares, la socialización horizontal aparece
aquí como una necesidad y no como una elección, ante la violencia del hermano. Por su parte el padre, un hombre
que había estado once años en la cárcel, trataba con crueldad a su menor hijo: «Una vez le hice comer una lata a mi
hermana, que parece que estaba vencida y yo no sabía. Mi viejo viene, y con la correa y con chicotazos me dice que
mi hermana se ha muerto, luego se rió, odio a ese huevón, (…) Mierda, mete cuento ese conchesumare».
La intensidad con que expresa el odio hacia su padre marcaría su accidentada socialización, debido a lo cual
escaparía de su casa para independizarse a su corta edad ganándose la vida tocando el cajón en las líneas de
transporte público de la avenida Abancay en el Centro de Lima: «Por la Av. Grau y Av. Abancay, alquilaba a 8 lucas el
cuarto, son caras y con pulgas (…). Tres veces me he escapado de mi casa, lloraba (…). Me pegaban y yo me iba. En
Abancay (la avenida), me gustaría estar allá, sí…pero son fumones». Son condiciones infrahumanas en las que ha
tenido que sumergirse dado que habría huido de su propio hogar debido a la violencia de la cual era víctima.
Nuevamente no se encuentra de cara a una elección sino a un ejercicio de sobrevivencia. Prueba de ello es su deseo
de movilidad social dado que deseaba ganar dinero y pagar sus propios estudios en un colegio particular en donde
reciba una mejor educación: “no tengo plata para irme a un particular (…) nadie me apoya en mi casa” dice con
cierto enojo. Brad acepta, con absoluta sinceridad, haberse “malogrado”, es decir ingresar a pandillas. Atribuye la
causa a la ausencia de sus padres “mi papá trabaja lejos, mi mamá también, por eso nadie me controla”. Con su
testimonio Brad refleja su deseo de evitar el comportamiento anómico que puede producir su desbocado camino.
Sin embargo el poderoso resentimiento de Brad hacia su propia familia no deja de crecer apoderándose de sus
propias emociones: «…Si pudiera, les saco la mierda a mi viejo y a mi hermano». El caso de Brad es un claro ejemplo
de la errónea generalización que se suele aplicar hacia jóvenes pandilleros dado que cada uno de ellos posee
motivaciones que deben ser contextualizada