Defensa Del Territorio
Defensa Del Territorio
Defensa Del Territorio
Hugo Pereira
Eraldo da Silva Ramos Filho
Angelina Herrera
[coords.]
CARTOGRAFÍAS
DEFENSA DEL TERRITORIO,
DE LA DISCAPACIDAD
LAUNA
CULTURA Y LA
APROXIMACIÓN VIDA ANTE
PLURIVERSAL
EL AVANCE EXTRACTIVISTA
Comité científico
Defensa del territorio, la cultura y la vida ante el avance extractivista: una per-
spectiva desde América Latina / Juan Wahren... [et al.]; coordinación general de
Hugo Pereira; Eraldo da Silva Ramos Filho ; Angelina Herrera.- 1a ed.- Ciudad
Autónoma de Buenos Aires: CLACSO ; Asunción: CERI, 2022.
©CERI
Libro digital,
Centro PDF - (Grupos
de Estudios de trabajo
Rurales de CLACSO )
Interdisciplinarios
Archivo
Calle Digital:
Cruz descarga y1816
del Defensor onlinec/ José Martí | Asunción | Paraguay
Tel.: +595-21-607580
ISBN 978-987-813-187-0 | e-mail: [email protected] | website: www.ceri.org.py
1. Paraguay.
Equipo 2. Agroindustria. 3. Mapuches. I. Wahren, Juan. II. Pereira, Hugo,
coordinador
coord.Pereira
Hugo III. Ramos(Paraguay)
Filho, Eraldo da Silva, coord. IV. Herrera, Angelina, coord.
Eraldo da Silva Ramos Filho (Brasil)
CDD 306.364
Angelina Herrera (Cuba)
Diseño y diagramacón
Nolberto Valdez (Paraguay)
Foto de la portada
Participantes de la XIX Reunión Anual del Grupo de Trabajo "Estudios Críticos
del Desarrollo Rural" de CLACSO en la comunidad campesina paraguaya Marina
Kue. Fuente: Proyecto de extensión universitaria XIX Reunión Anual del Grupo de
Trabajo Estudios Críticos del Desarrollo Rural (FACSO/UNA)
Colección Grupos de Trabajo
Hugo Pereira
Eraldo da Silva Ramos Filho
Angelina Herrera
[coords.]
Los libros de CLACSO pueden descargarse libremente en formato digital o adquirirse en versión impresa
desde cualquier lugar del mundo ingresando a www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana
Volveremos
Defensa dely territorio,
seremos millones (Buenos
la cultura Aires:
y la vida anteCLACSO,
el avancenoviembre de 2020).
extractivista: una perspectiva desde América Latina (Bue-
nos Aires: CLACSO,
ISBN 978-987-XXXXXXX mayo de 2022).
ISBN
© 978-987-813-187-0
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales | Queda hecho el depósito que establece la Ley 11723.
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Estados Unidos 1168 | C1023AAB Ciudad de Buenos Aires | Argentina
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CONTENIDO
Agradecimientos | 15
Presentación | 17
Eraldo da Silva Ramos Filho
PRIMERA PARTE.
EXTENSIÓN UNIVERSITARIA CRÍTICA,
LA CUESTIÓN AGRARIA Y LAS CIENCIAS SOCIALES EN PARAGUAY
SEGUNDA PARTE.
EXTRACTIVISMO EN PARAGUAY
TERCERA PARTE.
REALIDAD EXTRACTIVISTA
LATINOAMERICANA Y ALTERNATIVAS
El largo proceso de hechura de un libro está atravesado por los avatares de la vida
misma. En este caso en particular la partida de nuestro compañero, camarada y amigo
Miguel Teubal en enero de 2021 nos invita a recordar su importante legado político,
académico y humano.
Miguel tuvo una larga, prolífera y ecléctica trayectoria académica. Sus primeros tra-
bajos de finales de la década de 1950 y comienzos de la de 1960 son el resultado de
sus estudios de maestría en la Universidad de California en Berkeley y abordaron las
potencialidades y limitaciones de los proyectos de integración económica en América
Latina. En ellos la cuestión agraria era uno de los varios elementos a considerar y se
imbricaban con abordajes geopolíticos y macroeconómicos que hacían especial én-
fasis en el peso de los “factores no-económicos” a la hora explicar la integración entre
países entre el Norte y el Sur Global. Este primer conjunto temático fue retomado por
Miguel mucho tiempo después cuando entre finales de los 80’s y comienzos de los 90’s
se concretó la creación del Mercado Común del Sur integrado por Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay.
Tras este primer paso en su formación de posgrado, Miguel regresó a Argentina don-
de ingresó a trabajar en el Departamento de Investigaciones Económicas del Banco
Central de la República Argentina dirigido en ese entonces por el economista Julio H.
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GT Estudios Críticos del Desarrollo Rural – CLACSO
Grupo de Trabajo Estudios Críticos del Desarrollo Rural de CLACSO
G. Olivera, a quien Miguel siempre recordaba como uno de los pilares de su formación
académica y científica. En ese espacio fortaleció sus conocimientos sobre estructura-
lismo económico latinoamericano y aumentó su interés analítico sobre el fenómeno
de la inflación y los múltiples factores no monetarios que influyen en ella. Esta línea
teórico-analítica y las cosencuencias socio políticas que suponen para vastos sectores
de la población la constante suba de precios de los productos básicos se convirtió en un
tema recurrente de sus trabajos posteriores, especialmente al abordar la paradoja del
hambre en el “granero del mundo”.
El abordaje estructuralista influyó notablemente en la segunda parte de su forma-
ción de posgrado que tuvo lugar nuevamente en Berkeley a finales de 60’s a donde llegó
impulsado no sólo por su afán de seguir formándose sino también por el desfavora-
ble clima represivo que se vivía en Argentina por aquellos años 1. La coyuntura política
-marcada por las protestas contra la Guerra de Vietman- y académica –donde la or-
todoxia económica perdía terrenos frente a perspectivas heterodoxas y eclécticas- fue
central en este nueva etapa de formación de Miguel, ahora enfocado directamente en
la economía agraria. Su tesis doctoral abordó el rol del sector agropecuario en el des-
empeño económico general de Argentina y la forma en que los sectores agrarios más
concentrados captaban el excedente económico. A partir de este trabajo, la cuestión
agraria y alimentaria se convertiría en el centro de sus reflexiones e investigaciones.
Finalizado el doctorado, Miguel regresó a la Argentina para continuar con su carrera
de investigador científico y también con la docencia en la Universidad de Buenos Aires
y en la Universidad Nacional del Sur, en la ciudad de Bahía Blanca, donde fue uno de
los impulsores de la Carrera de Economía desde perspectivas críticas. En este período
conoció a quien sería su compañera de vida, trabajo y militancia, Norma Giarracca.
Con el aumento de la persecusión política 2 como forma de violencia de Estado, Miguel
y Norma –como muchos de su generación decidieron partir al exilio- luego de sufrir
amenazas por sus investigaciones y labores académicas, consideradas “subversivas” por
la cruenta dictadura cívico-militar que tomó el poder entre 1976 y 1983. Incluso llegó a
tener que escribir algunos de sus trabajos académicos con seudónimo para preservar
1 A mediados de 1966 tuvo lugar en Buenos Aires la “Noche de los Bastones Largos” un hecho repre-
sivo en el cual el estado reprimió y desalojó una serie de facultades de la Universidad de Buenos Aires
(UBA) que estaban tomadas por docentes y estudiantes como forma de protesta al regimen de facto
que gobernaba el país. Tras este hecho se produjo una amplia renuncia de profesores de la UBA entre
los cuales estaba la de Miguel que por entonces dictaba la asignatura “Economía” en la Carrera de
Sociología.
2 Uno de los hechos que lo llevaron a entrar en las “listas negras” de los servicios represivos fue su
participación en el armado de la carrera de Economía en la Universidad Nacional del Sur, la cual tenía
una perspectiva heterodoxa. Miguel guardaba en su oficina revistas y periódicos de la época en donde
se relataba el allanamiento a la institución y se mostraban las supuestas pruebas de la herejía: fotos de
diversos libros de pensamiento económico y social crítico. Sobre esta experiencia Miguel junto a Carlos
Fidel (quien fuera su estudiante en esa época y más tarde su colega como docente en México) compi-
laron un muy interesante libro editado en 2017 por la Universidad de Quilmes y cuyo título es Enfoques
heterodoxos en el pensamiento económico. La carrera de Economía de la Universidad Nacional del Sur
en los setenta.
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Homenaje a Miguel Teubal
Homenaje a Miguel Teubal
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GT Estudios Críticos del Desarrollo Rural – CLACSO
Fotografía 1
Miguel Teubal obsequiando un libro de su autoría a un poblador de la comunidad
campesina paraguaya “Marina Kue”
(Domingo, 15 de setiembre de 2019)
Fuente: Proyecto de extensión universitaria XIX Reunión Anual del Grupo de Trabajo
Estudios Críticos del Desarrollo Rural (FACSO/UNA)
El rol de Miguel en el GT
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Homenaje a Miguel Teubal
múltiples trabajos de campo por toda América Latina. Parte de esos viajes los hicimos
juntos en el marco del GT, allí lo vimos transitar, infatigablemente y pese a su avanza-
da edad, esos territorios rurales a veces alejados y de difícil acceso. Nunca se quedaba
atrás. Preguntaba, escuchaba y se indignaba con las historias de lucha de las comunida-
des que visitábamos, hacía sus aportes desde su mirada integral de la cuestión agraria
latinoamericana y hacía nuevas amistades con académicos y activistas de toda Nuestra
América con quienes hablaba de igual a igual sin poner en juego su vasta trayectoria y
reconocimiento. La humildad, buen humor y mejor apetito eran características propias
de ese Miguel Teubal que disfrutamos conocer a lo largo de décadas de intercambios,
debates y sueños compartidos en el GT.
Fotografía 2
Intervención de Miguel Teubal durante la XIX Reunión Anual del Grupo de Trabajo
“Estudios Críticos del Desarrollo Rural” en Parguay
(Viernes, 13 de setiembre de 2019)
Fuente: Proyecto de extensión universitaria XIX Reunión Anual del Grupo de Trabajo
Estudios Críticos del Desarrollo Rural (FACSO/UNA)
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GT Estudios Críticos del Desarrollo Rural – CLACSO
Su pensamiento crítico es un ejemplo a seguir por las futuras generaciones que nos
formamos junto a él y Norma Giarracca, su compañera de vida, en la política, la aca-
demia, el arte y la música. Siempre la música, pues como el hombre sensible que fue
compuso piezas para música de piano, cámara y orquesta, legado musical que conti-
núan sus hijos Julián y Emilio, y que el propio Miguel durante los últimos años cultivó
tocando el piano con gran dedicación como acariciando los recuerdos de Norma.
Miguel era el hombre de la afabilidad y de lo inesperado. Su contextura física le co-
locaba en la categoría engañosa de la fragilidad. Pero inesperadamente era un fuerte,
de un linaje de resistentes, de exiliados históricos y recientes, de quienes aguantan los
distintos embates de la vida y salen fortalecidos. La noticia de su fallecimiento nos dejó
perplejos y tristes, pero con la certeza de que nos queda profundizar y multiplicar su
legado.
Muchos de sus amigos y amigas más intímos, sobre todo aquellos que lo conocían
de los años sesenta y setenta, le decían, cariñosamente, Michel. Así queremos despe-
dirlo a Miguel, extrañando a nuestro Michel. Con sus invalorables aportes académico;
con la generosidad de su casa abierta a la curiosidad académica, al debate político, al
buen comer, a la música y el arte. Queremos despedir y recordar a Michel con su sonri-
sa franca, su aire distraido, su andar leve, su curiosidad infinita y su lucidez académica.
Abrazamos a su familia y nos abrazamos junto a ellxs en el dolor y la tristeza, pero
también en la alegría de que Miguel, y con Norma como siempre a lado, serán eter-
namente parte de nuestros corazones, de nuestras vidas, de nuestros pensamientos y
nuestras luchas por Territorio y Libertad.
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AGRADECIMIENTOS
AGRADECIMIENTOS
La Coordinación del Grupo de Trabajo Estudios Críticos del Desarrollo Rural del
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y la Coordinación de este
libro, expresan sus sinceros agradecimientos a los compañeros y compañeras de Para-
guay que hicieron posible la habilitación de un espacio académico horizontal y frater-
nal para analizar la realidad agraria latinoamericana. De manera especial agradecemos
a los y las docentes de la Facultad de Ciencias Sociales (FACSO), de la Universidad Na-
cional de Asunción (UNA), quienes han motorizado los diferentes equipos y activida-
des que se desarrollaron en el marco de la XIX Reunión Anual de nuestro Grupo de
Trabajo:
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GT Estudios Críticos del Desarrollo Rural – CLACSO
Agradecimientos
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PRESENTACIÓN
Eraldo
Eraldoda
da Silva RamosFilho
Silva Ramos Filho
En fines de la segunda década del siglo XXI los pueblos de América Latina sufrieron
el recrudecimiento de los procesos históricos de invasiones violentas, sometimientos,
despojos, usurpaciones. Asumieron destaques los sucesivos y variados dispositivos de
ataques imperialistas a las frágiles democracias de los estados-nacionales 1 del conti-
nente, entre los cuales se destacan:
a) el golpe militar perpetrado en Honduras el 28 de junio de 2009, cuándo el ejército
ejecutó el encarcelamiento seguido de exilio forzado del presidente Manuel Zelaya;
b) el golpe parlamentario en Paraguay el 21 de junio de 2012, en contra el presidente
Fernando Lugo, que en 24 horas sufrió impeachment por decisión de los diputados y
senadores;
c) semejante receta ha sido practicada en contra de la presidenta de Brasil Dilma
Roussef el 17 de abril de 2016, marcando el inicio de un período de execración misógi-
na que ha culminado en su impeachment el agosto de 2016.
Milton Santos en su libro “La naturaleza del espacio: técnica y tiempo, razón y emo-
ción” define evento como un acontecer histórico y relacional, ya que la actuación de los
actores y sujetos sociales altera los hechos y transforma a los objetos. Se trata de un pro-
1 El estado es comprendido en esta presentacion como el aparato institucional integrado por el poder
político, gobierno territorializado, administracción pública regida por el conjunto de reglas constitu-
cionales y con el soporte de los aparatos de coerción social. Ante la ausencia de de una exigencia en el
campo de la linguísitica sobre la grafía del estado con letra mayúscula inicial, opté por escribir estado,
estado-nación y estado nacional con iniciales minúsculas, a modo de evitar su supervalorización.
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Eraldo da Silva Ramos Filho
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Presentación
Presentación
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Eraldo da Silva Ramos Filho
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Presentación
Presentación
Ramón Bruno Fogel Pedroso y Sintya Valdez abren este bloque con el artículo Agro-
negocio sojero y ganadero en el Paraguay. Análisis de su expansión
y autodestrucción.
El trabajo con datos oficiales y corporativos de las dos décadas del siglo XXI posibilita
ubicar la producción ganadera y de soja transgénica bajo la égida del agronegocio como
parte del modelo de desarrollo paraguayo exportador de commodities y su régimen ali-
mentaro neoliberal. Su expansión implica la expropiación territorial campesina y las
estadísticas revelan un período de disminución de la productividad agrícola, aumento
de los costos de producción, el proceso de endeudamiento del sector y su dependencia
de contaminantes ambientales.
Estos hallazgos apoyan la tesis del autor y autora sobre el carácter autodestructivo
del agronegocio de la soja transgénica y la ganadería. Fogel y Valdez también nos ofre-
cen un análisis de posibles escenarios de movidas del gran capital en el territorio para-
guayo y/o entre ramas y sectores, con énfasis en la minería.
Por fin, reconoce el proceso de expansión y autodestrucción del agronegocio que
produce la expropiación territorial campesina y la atomización de la organización po-
lítica de los trabajadores, por otro lado, enfrenta las luchas de resistencia transescalar
producidas por la Federación Nacional Campesina (FNC), el Partido Paraguay Pyahurã,
la Vía Campesina y un conjunto de prácticas agroecológicas y ferias locales.
En el quinto artículo titulado Los sentidos de la extranjerización de tierras en Para-
guay: escalas y agentes, Lorena Izá Pereira y Bernardo Mançano Fernandes lanzan una
mirada desde la geografía agraria brasileña para mostrar que la extranjerización de la
tierra es constitutiva de la formación del espacio agrario paraguayo.
Por extranjerización de tierras comprenden el proceso histórico y multiescalar de
control del territorio por agentes extranjeros o agentes involucrados, que, indepen-
dientemente del período histórico, tiene por único objetivo garantizar la acumulación
de capital. Se trata de un proceso global que asume diferentes configuraciones en cada
país y en un tiempo histórico determinado.
En Paraguay, desde el siglo XIX, los extranjeros han guiado la exploración masiva
de la naturaleza a través de la extracción y cultivo de productos orientados a la expor-
tación. A mediados del siglo XX los cambios geopolíticos globales ascendieron los in-
tereses de los EE.UU. y Brasil por la apropiación de las tierras paraguayas a través de la
expansión del agronegocio y las corporaciones capitalistas.
En el siglo XXI, en un contexto de crisis de sobreacumulación, los agentes brasileños
amplían el dominio de la tierra. El resultado ha sido la expropiación territorial del cam-
pesinado, la producción de violencias, el agravamiento de la inseguridad alimentaria y
la producción desordenada del espacio urbano resultante de la creación de los “refu-
giados del modelo agroexportador”.
A continuación, Benjamín Valiente en un ensayo de carácter colectivo, porque su
autoría se atribuye a la Pastoral Social de la Diócesis de la Santísima Concepción del
Paraguay, denuncia Concepción y el Norte: territorios en disputa. A partir de la recu-
peración de extractos de otras publicaciones que utilizaron fuertes testimonios, revela
que los departamentos del norte de Paraguay están sometidos a una disputa territorial
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Eraldo da Silva Ramos Filho
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Presentación
Presentación
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Eraldo da Silva Ramos Filho
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PRIMERA PARTE.
EXTENSIÓN UNIVERSITARIA CRÍTICA,
PRIMERA
LA CUESTIÓN AGRARIAPARTE
Y LAS CIENCIAS
SOCIALES EN PARAGUAY
¿Por qué se esperó 30 años para su implementación como una de las ofertas académi-
cas de la UNA?
Uno de los factores decisivos fue el régimen autoritario vigente en esa época que
ejercía un férreo control sobre las instituciones, y especialmente en la UNA, con el ob-
jetivo de evitar la “prédica política subversiva contra la paz y el progreso” 1, que era la
justificación ideológica del régimen stronissta. El régimen dictatorial del General Al-
fredo Stroessner veía con desconfianza las Ciencias Sociales, en general, y la Sociolo-
gía en particular, porque la consideraba como una “carrera de comunistas” y como tal
constituía un peligro al buscar la “eliminación del Estado” (clasista), además de la des-
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Raúl Ricardi
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EXTENSIÓN UNIVERSITARIA A LA INVERSA. INVERSA
INCORPORACIÓN DE SABERES
Incorporación Y PRÁCTICAS DE
de saberes
ORGANIZACIONES SOCIALES
y prácticas de organizaciones A LAaUNIVERSIDAD
sociales la universidad
Introducción
Vinculada con la Reforma de Córdoba, Argentina, del año 1918, un movimiento ju-
venil que apuntó a la democratización de la universidad controlada hasta entonces
por la oligarquía y el clero, la extensión universitaria en América Latina apareció para
involucrarse con la sociedad y sus problemas (Ortíz y Morales, 2011). Existen sin em-
bargo actualmente modelos de extensión universitaria que ponen el acento en el asis-
tencialismo de la comunidad académica, la que se presenta a sí misma como la única
poseedora de un conocimiento científico válido frente a los grupos populares con los
que trabaja y a los que destina de manera unidireccional “lo que sabe” en el marco de
actividades externas desarrolladas en el territorio de organizaciones comunitarias. Di-
chos modelos asistencialistas van desde el altruista, el divulgativo hasta el orientado a
las necesidades de las empresas (Serna Alcántara, 2007).
Desde la perspectiva crítica de la extensión universitaria el debate va más allá de los
modelos porque la disputa se establece con una gestión institucional que profundiza
la carencia del pensamiento crítico y que produce conocimientos a espaldas de la rea-
lidad social (Medina y Tommasino, 2018). Tommasino et al. (2018) sostienen que la ex-
tensión universitaria de perspectiva crítica es tributaria de los procesos emancipatorios
de América Latina relacionados con movimientos obreros y campesinos, y con las con-
cepciones de educación popular e investigación-acción- participación que emanan los
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Hugo Pereira, Liliana Rocío Duarte y María Paz González
Extensión universitaria a la inversa. Incorporación de saberes y prácticas de organizaciones sociales a
la universidad
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Extensión universitaria a la inversa
Fotografía 1.
Reunión preparatoria del proyecto de extensión universitaria en la sala de reuniones
de la Dirección de Extensión Universitaria de la FACSO
Fuente: Proyecto de extensión universitaria XIX Reunión Anual del Grupo de Trabajo
Estudios Críticos del Desarrollo Rural (FACSO/UNA)
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Hugo Pereira, Liliana Rocío Duarte y María Paz González
Extensión universitaria a la inversa. Incorporación de saberes y prácticas de organizaciones sociales a
la universidad
Fotografía 2.
Reunión de planificación del proyecto de extensión universitaria con la participación
de docentes y estudiantes de la FACSO
Fuente: Proyecto de extensión universitaria XIX Reunión Anual del Grupo de Trabajo
Estudios Críticos del Desarrollo Rural (FACSO/UNA)
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Extensión universitaria a la inversa
SO), desarrollado del 12 al 16 de setiembre en el país.En una nota remitida por el In-
geniero Luis Alberto Lima Morra, Ministro-Presidente del CONACTY, al presidente del
Centro de Estudios Rurales Interdisciplinarios (CERI), Roni Paredes, y a la Secretaria
del Consejo Directivo del CERI, Lorena Recalde, explica que el organismo consideró el
objetivo de la reunión y decidió declarar de Interés Científico el encuentro. La resolu-
ción Nº 577 de fecha 10 de setiembre del año 2019, del CONACTY, señala en su artículo
primero:
DECLARAR DE INTERÉS CIENTÍFICO el “Encuentro Anual de Investigadores e In-
vestigadoras del Grupo de Trabajo “Estudios Críticos del Desarrollo Rural, del Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) organizado por el Centro de Estudios
Rurales Interdisciplinarios (CERI) del 12 al 16 de setiembre de 2019.
La declaración se produjo en un año en el que en el mismo seno del Consejo Direc-
tivo del CONACYT se produjeron importantes ataques a producción científica de las
Ciencias Sociales. En efecto desde la segunda quincena del mes de marzo del 2019, en
las redes sociales empezaron a ocupar un espacio importante los cuestionamientos a
la financiación de determinados proyectos de investigaciones por parte del Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología de Paraguay (CONACYT). Las denuncias apuntaron
a estudios científicos realizados por centros académicos cuyos trabajos ponen en dis-
cusión los impactos negativos del modelo de desarrollo paraguayo.
Mesa inaugural
La XIX Reunión del Grupo de Trabajo “Estudios críticos del desarrollo rural” de
CLACSO congregó a académicos de Paraguay y diversos países de la región, así como a
líderes de movimientos sociales campesinos e indígenas, organizaciones urbanas que
luchan por el derecho a la tierra y la ciudad, y a la comunidad académica de la FACSO.
La intensa agenda de trabajo incluyó la realización del Seminario de análisis de la rea-
lidad rural. El seminario tuvo por lema “La defensa del territorio, la cultura y la vida de
las comunidades campesinas e indígenas de América Latina y el Caribe ante el avance
del capital extractivista”.
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Hugo Pereira, Liliana Rocío Duarte y María Paz González
Extensión universitaria a la inversa. Incorporación de saberes y prácticas de organizaciones sociales a
la universidad
Fotografía 3
Seminario de análisis de la realidad agraria latinoamericana en la FACSO
Fuente: Proyecto de extensión universitaria XIX Reunión Anual del Grupo de Trabajo
Estudios Críticos del Desarrollo Rural (FACSO/UNA)
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Extensión universitaria a la inversa
Hugo Pereira, María Paz González y Liliana Duarte
Fotografía 4
Mesa inaugural del Seminario de análisis sobre la realidad agraria latinoamericana
Fuente: Proyecto de extensión universitaria XIX Reunión Anual del Grupo de Trabajo
Estudios Críticos del Desarrollo Rural (FACSO/UNA)
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Hugo Pereira, Liliana Rocío Duarte y María Paz González
Extensión universitaria a la inversa. Incorporación de saberes y prácticas de organizaciones sociales a
la universidad
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Extensión universitaria a la inversa
Fotografía 5
Mesa de movimientos sociales – Seminario de análisis sobre la realidad agraria lati-
noamericana en la FACSO
Fuente: Proyecto de extensión universitaria XIX Reunión Anual del Grupo de Trabajo
Estudios Críticos del Desarrollo Rural (FACSO/UNA)
Los bañados fueron poblados por campesinos que fueron saliendo de sus tierras y vi-
nieron a buscar mejoras en Asunción, ubicándose en la parte céntrica, no tuvieron es-
pacio y construyeron barrios populares. En estas zonas se encuentra aproximadamente
el 12% de la población de Asunción, 23 mil familias que en este momento se encuentran
amenazadas por un proyecto de desarrollo vial que solamente garantiza que los vehícu-
los puedan acceder, entrar y salir de Asunción.
En el territorio de los bañados persiste una cultura campesina urbana. La gente sigue
teniendo su plantación de tomates, sus chanchos, gallinas, para alimentación y consumo
familiar. Estas comunidades se organizan y pelean por la existencia de servicios básicos
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Hugo Pereira, Liliana Rocío Duarte y María Paz González
Extensión universitaria a la inversa. Incorporación de saberes y prácticas de organizaciones sociales a
la universidad
como puestos de salud, escuelas en condiciones (las que existen son muy precarias, los
niños/as solamente acceden hasta el 9no grado) y seguridad.
La lucha de las comunidades del bañado es por el territorio, por el derecho de vivir en
la ciudad. El derecho de vivir en la ciudad implica no solamente una vivienda, como lo
plantea el gobierno, sino la tierra que es sinónimo de vida. Vida es arraigo, por eso los ba-
ñadenses la defienden dentro de sus posibilidades, ya que el desarrollo no debe implicar
el desarraigo de la gente sino potenciar el arraigo, potenciar a las comunidades y mejorar
la calidad de vida de todos y todas.
COBAÑADOS viene peleando desde hace 16 años por el territorio. No solamente lu-
chan por el territorio, la tierra, sino también el Jardín Botánico, los árboles que corren
peligro de ser talados por la enorme obra de construcción. La lucha de los bañadenses
es una lucha de resistencia ante un proyecto que solo favorece a un sector económico.
Los bañadenses son personas honestas y trabajadoras, que luchan dignamente por hacer
valer sus derechos. El actual gobierno no representa a los bañadenses. La articulación
con los campesinos/as es importante porque el campo y la ciudad deben unirse contra el
gobierno, cuyas políticas no favorecen al desarrollo humano.
El libro “Relatos que parecen cuentos” relatamos los atropellos y asesinatos de perso-
nas a mano de sicarios, policías y militares. Entre las víctimas se encuentra una anciana
de casi ochenta años, indígenas, un adolescente minusválido, un líder campesino inte-
grante de la lucha por la tierra, ciudadanos comunes de asentamientos campesinos. De
estos últimos se extrae lo sucedido en el asentamiento de Arroyito, que constituye un caso
de terrorismo de Estado.
Se detalla lo ocurrido el domingo 19 de enero del 2014, eL acontecimiento más grave
protagonizado por la Fuerza de Tarea Conjunta, integrada por las Fuerzas Armadas y la
Policía Nacional. Dicha tarde se disputaba las semifinales de un torneo de fútbol, habían
cercado provisoriamente el campo de juego del asentamiento donde estaban unas mil
personas, cuando entraron siete individuos vestidos de civiles (pero eran policías y mili-
tares encubiertos) para preparar el ataque. Al culminar el encuentro deportivo, durante
los festejos de hinchas y atletas, llegaron camiones, ambulancias, tanques y helicópteros
con miembros de la Fuerza Conjunta, empleando su potencial bélico con el objetivo de
someter a los presentes.
Los acontecimientos pasaron desapercibidos para la prensa local y nacional. Recién
algunos días después cuando los afectados realizaron denuncias públicas, los coman-
dantes aparecieron en los medios de comunicación para dar su versión de los hechos
justificando el operativo realizado. Meses después el General Mario González, en una
reunión con dirigentes campesinos, en presencia del Obispo Miguel Ángel Cabello y
miembros de la pastoral social de Concepción, reconoció que se había equivocado en el
procedimiento, sosteniendo que la violencia con la cual actuaron las Fuerzas se debió a
los falsos testimonios de informantes civiles (pyragües). No se dieron los nombres de los
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Extensión universitaria a la inversa
informantes pero se mencionan que estos personajes resurgieron con la llegada de Hora-
cio Cartes al poder.
La violencia armada del norte es producto de una disputa territorial entre represen-
tantes de la macro agricultura extractiva-destructiva y otros grupos poderosos. El EPP es
una creación de grupos de poder que se encuentran en la sombra, que obran persiguien-
do y asesinando a dirigentes que luchan por sus derechos y reivindicaciones. Así, la gran
mayoría de las víctimas atribuidas al EPP son personas humildes, policías de bajo ran-
go y campesinos pobres. En definitiva, Concepción es un territorio que disputan sojeros,
ganaderos, narcotraficantes y abigeos. En ese escenario actúa la FTC (Fuerza de Tarea
Conjunta) en su “lucha contra el EPP”, siendo los agricultores campesinos los que sufren
las consecuencias de esa pugna.
La postura expuesta por la Pastoral Social de Concepción le valió acusaciones de par-
te del gobierno y de la FTC. A instancia de los pyragües se afirmó que la escuela “Fe y
alegría de la comunidad campesina Arroyito adoctrinaba a los niños y jóvenes para la
guerrilla, para su posterior ingreso al EPP.
Ante muchos acontecimientos similares, un grupo de dirigentes campesinos de Con-
cepción y San Pedro, con el acompañamiento de las pastorales sociales de ambos depar-
tamentos, conformaron la Coordinadora Interdepartamental de Organizaciones Cam-
pesinas de Concepción y San Pedro por la Vida y Seguridad Integral. La coordinadora
llegó a la conclusión de que uno de los mayores males del norte es la actuación de la FTC,
por lo que se propuso derogar la Ley referente a la FTC. En este contexto, se plantea la
preocupación vigente acerca de la propuesta del actual gobierno de utilizar las fuerzas
militares para la seguridad interna.
Fotografía 6
Intervención de Benjamín Valiente, Coordinador de la Pastoral Social de Concepción
Fuente: Proyecto de extensión universitaria XIX Reunión Anual del Grupo de Trabajo
Estudios Críticos del Desarrollo Rural (FACSO/UNA)
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Hugo Pereira, Liliana Rocío Duarte y María Paz González
Extensión universitaria a la inversa. Incorporación de saberes y prácticas de organizaciones sociales a
la universidad
La lucha por la tierra por parte del Movimiento “Recuperemos nuestras tierras” cuen-
ta con un año de organización con la confluencia de varios asentamientos alrededor
del departamento Central sobre todo en Luque, Limpio, Itauguá y Capiatá. En los dos
últimos años se realizaron oleadas de desalojos en los asentamientos que a la vez fueron
más violentos, más ilegales y más irracionales que en los tiempos anteriores. La policía,
protagonista de realizar los desalojos no solo realiza el despojo de los asentamientos sino
incendia las pertenencias de estas personas además de agredirles físicamente.
El movimiento nació con la lucha, para la culminación de las necesidades del pueblo
con un espíritu de patriotismo. Cuando decimos patriotismo no nos referimos al fanatis-
mo, sino “Patria” como una gran familia, como una sociedad que aprenda a cuidarse a
sí misma. Esa búsqueda de que un Estado pueda cuidarse a sí mismo y eso significa aten-
der, conocer y hacerse cargo de las necesidades de la mayoría y en este caso tenemos un
Estado que vela por los intereses de una minoría, no tenemos un Estado patriótico sino
un Estado antipatriótico, anti pueblo.
Son grandes las desproporcionalidades y desigualdades de la tenencia de la tierra en
Paraguay. El 2,5% de la población es propietaria del 85% de la tierra, 600 latifundistas
tienen más de 12.000.000 de hectáreas en un país que tiene unos 40.000.000 hectáreas; 15
propietarios tienen más de 1.500.000 has y más de 7.000.000 hectáreas siguen en manos
de stronistas.
El Presidente Mario Abdo Benítez hoy es dueño de más de 2.000 hectáreas mal habi-
das, heredadas de la dictadura, 26 plazas públicas de la ciudad de Asunción son seccio-
nales coloradas y nosotros desde el movimiento nos preguntamos ‘’¿cuándo esas seccio-
nales serán desalojadas si son tierras del pueblo?”.
Unas 300.000 familias sin tierra existen hoy en Paraguay. El índice de Gini que es una
forma de medir la desigualdad en la distribución de la tierra, en el 2008 arroja como
resultado 0.93 casi llegando casi al 1. Paraguay es el país más desigual del mundo en
cuanto a la distribución de la tierra. Existen 9.000 familias por año que salen del campo
para venir a la ciudad, es decir, son expulsadas realmente por el modelo del agronegocio,
los agrotóxicos. Hoy el 75% de la población vive en la ciudad mientras que en los años
50 era el 35%, o sea hoy el porcentaje que vive en la ciudad es el doble que en los años 50.
Desde el análisis jurídico podemos visualizar las leyes establecidas a favor de las per-
sonas sin tierra. Por ejemplo, el artículo 1 de la Constitución Nacional habla del Estado
social de derecho que resalta que el ser humano es lo más importante, por encima de
cualquier otra cosa. No hay una política pública para desalentar los latifundios ociosos,
para desalentar el alza artificial de precios de la tierra, para que por lo menos las tierras
fiscales puedan estar al servicio de una reforma agraria urbana y para que los precios de
la tierra puedan ser accesibles en términos económicos para quien los necesite.
Desde el trabajo del Movimiento “Recuperemos nuestras tierras” vemos que la gente
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Extensión universitaria a la inversa
quiere pagar por un pedazo de tierra, no quiere nada gratis, no son haraganes, solamen-
te que los precios a los que vende el mercado son imposibles de pagar. Es una cuestión
histórica la mercantilización de la tierra desde el siglo XVI. En el imaginario de las per-
sonas la tierra se puede comprar como cualquier cosa. Reivindicamos el poder popular
para hacer frente a tanta politiquería basura que tenemos dentro del Estado y apuntar
con la alianza de varias herramientas sociales que luchan por conquistar derechos y por
otro Paraguay, esta sería la línea central del Movimiento “Recuperemos nuestras tierras”.
No dejo de insistir a nuestra gente que conozca el derecho de tener un pedazo de tie-
rra, una vida digna. Miles de paraguayos viven en una situación de calle, hay muchas
invasiones y en ocasiones estuve en el penal por defender la causa, y en la última vez me
torturaron para no salir a las calles. Yo, formalmente me entrego a la patria y a mi fami-
lia, tengo 10 hijos que alimentar.
Es importante conocer la realidad de nuestra gente porque tal vez algunos nada más
leen, textualmente. Hay niños hambrientos sin abrigo que no tienen nada en su país.
Ojalá que los jóvenes que estudian hoy puedan conquistar nuestros propios derechos y
dejemos una herencia que nunca nosotros disfrutamos con educación, salud y trabajo.
Provengo de una familia muy pobre y conozco la necesidad, sé lo que significa no tener
zapato, abrigo ni que comer. Después de 18 años tuve para mi casa a través de la lucha.
Hemos conquistado muchas ocupaciones con el movimiento, con garra y mucho sufri-
miento.
El Paraguay y los países vecinos están sufriendo a raíz de la oligarquía del mundo y ni
el agua ya no nos pertenece, siendo la vida y la riqueza las que abundan en nuestro país.
El día de hoy ocurrió de nuevo un desalojo en Limpio, realizado de una manera brutal.
De esa forma no existe misericordia para los pobres. La injusticia que existe por parte de
los politiqueros de turno que se enriquecen y así el pueblo se queda hambriento. Ojalá el
Paraguay y los países hermanos conquisten de vuelta su derecho.
No hay duda de que nuestro territorio está en disputa. Como organización defende-
mos la agricultura campesina e indígena, defendemos la soberanía alimentaria. Defini-
mos soberanía alimentaria como un principio de nosotras las campesinas e indígenas al
comprometernos a alimentar al pueblo, de seguir cultivando lo que es nuestro.
Tenemos experiencia de rescate de semillas nativas y criollas, es una lucha contra el
extractivismo, contra las transnacionales que están patentando y privatizando nuestras
semillas a través de leyes. De aquí a dentro de poco vamos a desaparecer porque sin
semilla no hay agricultura, no hay campesino y no hay vida. Ser campesino es saber
cultivar en qué tiempo y relacionarse con la naturaleza, recibir de nuestras abuelas los
saberes sobre medicinas naturales además de la cocina. Acá en Paraguay en los grandes
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Hugo Pereira, Liliana Rocío Duarte y María Paz González
Extensión universitaria a la inversa. Incorporación de saberes y prácticas de organizaciones sociales a
la universidad
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Extensión universitaria a la inversa
Hugo Pereira, María Paz González y Liliana Duarte
Fotografía 7
Representantes de organizaciones campesinas, indígenas y urbanas
Fuente: Proyecto de extensión universitaria XIX Reunión Anual del Grupo de Trabajo
Estudios Críticos del Desarrollo Rural (FACSO/UNA)
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Hugo Pereira, Liliana Rocío Duarte y María Paz González
Extensión universitaria a la inversa. Incorporación de saberes y prácticas de organizaciones sociales a
la universidad
Marina Kue, el escenario de una masacre que justificó un golpe de estado parla-
mentario que destituyó un gobierno legítimo
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Extensión universitaria a la inversa
yó del poder a Fernando Lugo, uno de los primeros golpes de estado de América Latina
que acabó con gobiernos de tendencia progresista.
En la tierra bañada con la sangre de 11 campesinos que dieron sus vidas en la lucha
por un espacio para afincarse y labrar su futuro, más de 100 familias reconstruyen sus
vidas. Estudiantes, docentes y egresados de las carreras de Sociología y Trabajo Social
participaron junto a los integrantes del Grupo de Trabajo “Estudios Críticos del Desa-
rrollo Rural” del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) de un traba-
jo de campo en la comunidad campesina de Marina Kue.
Luego de caminar varios kilómetros desde la ruta principal hasta la comunidad, los
visitantes conocieron las circunstancias de la masacre de Curuguaty, la persistencia
de los pobladores y pobladoras en la lucha por un pedazo de tierra y, por sobre todo,
el resurgimiento de la vida comunitaria a pesar del nulo apoyo del Estado paraguayo.
Fotografía 8
Asamblea popular en Marina Kue con la participación de los y las visitantes
Fuente: Proyecto de extensión universitaria XIX Reunión Anual del Grupo de Traba-
jo Estudios Críticos del Desarrollo Rural (FACSO/UNA)
La jornada estuvo caracterizada por una alta carga emotiva. Las expresiones de las
víctimas de la masacre conmovieron a los visitantes, quienes retornaron con el com-
promiso de apoyar a la comunidad desde diferentes espacios de lucha. La visita a Ma-
rina Kue fue una experiencia emotiva, gratificante y renovadora del compromiso de
lucha por el derecho a la tierra.
Fotografía 9
Con la intermediación de estudiantes y docentes de la FACSO, niños/as y otros/as po-
bladores/as de Marina kue graficaron su realidad
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Hugo Pereira, Liliana Rocío Duarte y María Paz González
Extensión universitaria a la inversa. Incorporación de saberes y prácticas de organizaciones sociales a
la universidad
Fuente: Proyecto de extensión universitaria XIX Reunión Anual del Grupo de Trabajo
Estudios Críticos del Desarrollo Rural (FACSO/UNA)
Fotografía 10
Expresión de solidaridad a pobladores y pobladoras de Marina Kue
Fuente: Proyecto de extensión universitaria XIX Reunión Anual del Grupo de Trabajo
Estudios Críticos del Desarrollo Rural (FACSO/UNA)
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Extensión universitaria a la inversa
Fotografía 11
Integrantes del Grupo de Trabajo de CLACSO, estudiantes y docentes de la FACSO
conociendo el lugar y las circunstancias de la masacre
Fuente: Proyecto de extensión universitaria XIX Reunión Anual del Grupo de Traba-
jo Estudios Críticos del Desarrollo Rural (FACSO/UNA)
Fotografía 12
Mensaje de solidaridad del Observatorio de Conflictos Mineros de Zacatecas, México,
a la comunidad campesina de Marina kue
Fuente: Proyecto de extensión universitaria XIX Reunión Anual del Grupo de Trabajo
Estudios Críticos del Desarrollo Rural (FACSO/UNA)
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Hugo Pereira, Liliana Rocío Duarte y María Paz González
Fotografía 13
Integrantes del Grupo de Trabajo, estudiantes y docentes de la FACSO junto poblado-
res y pobladoras de Marina kue frente a la capilla de la comunidad.
Fuente: Proyecto de extensión universitaria XIX Reunión Anual del Grupo de Trabajo
Estudios Críticos del Desarrollo Rural (FACSO/UNA)
Principales conclusiones
La XIX Reunión Anual del Grupo de Trabajo “Estudios Críticos del Desarrollo Rural”
de CLACSO posibilitó un aprendizaje mutuo entre académicos, docentes, estudiantes
y referentes de organizaciones sociales. Los y las participantes enriquecieron su pers-
pectiva en los intercambios de saberes que produjo el diálogo entre universidad y co-
munidad de manera horizontal.
En términos generales las conclusiones del encuentro realizado giraron en torno al
reconocimiento de la preocupante profundización de la política neoliberal, extractivis-
ta y del agronegocio con graves consecuencias en la salud, en la expulsión de campe-
sinos e indígenas, así como en la reproducción de un patrón de violación de derechos
humanos expresada en la criminalización creciente, la persecución y el asesinato de
líderes en un contexto de impunidad.
En la región se enfrenta una fuerte tendencia de cooptación de los Estados naciona-
les por los intereses del gran capital. En este contexto se produce la profundización del
agronegocio, la concentración de la tierra en pocas manos y el acaparamiento de las
tierras, con una respuesta represiva del Estado con la militarización de los territorios y
la tendencia de militarización de las políticas de seguridad.
La disputa y resistencia que hoy plantean las organizaciones sindicales y movimien-
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Extensión universitaria a la inversa
Bibliografía
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ROL
ROLDE
DELA EXTENSIÓN
LA EXTENSIÓNUNIVERSITARIA EN
UNIVERSITARIA
EN UNIVERSIDADES
UNIVERSIDADES PÚBLICAS
PÚBLICAS Y DERECHO
Y DERECHO A LA
A LA TIERRA EN PARAGUAY
TIERRA EN PARAGUAY 1
1
Elba Núñez
Elba Núñez
Introducción
1 La correspondencia en relación a este artículo debe dirigirse a Elba Núñez, Dirección de Extensión
Universitaria, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Asunción, Dirección electrónica:
[email protected]
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Elba Núñez
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Rol de la extensión universitaria en universidades públicas y derecho a la tierra en Paraguay
Elba Núñez
Por otro lado, la desigualdad de la propiedad de la tierra tiene sesgos de género, los
procesos de distribución de tierras en Paraguay, además de no haber transformado la
estructura de tenencia, han excluido a las mujeres o las han incorporado demasiado
tarde.
Entre 1940 y 2008 las mujeres apenas recibieron el 13,6% de las tierras fiscales adju-
dicadas a familias campesinas. También fueron marginadas en el acceso a los insumos
y servicios, pues apenas recibieron el 14% de la asistencia técnica y menos del 23% del
crédito agrícola. (Guereña y Rojas, 2017, p. 7).
Como consecuencia de la desigualdad en la tenencia de la tierra, la respuesta del Es-
tado ha sido la estigmatización de la lucha campesina que ha costado la vida de más de
un centenar de dirigentes gremiales. La Coordinadora de Derechos Humanos del Para-
guay (2014), denunció la existencia de 115 personas asesinadas en el marco de la lucha
por la tierra, con posterioridad al derrocamiento de la dictadura de Alfredo Stroessner.
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Rol de la extensión universitaria en universidades públicas y derecho a la tierra en Paraguay
actores instituciones, personas, grupos, movimientos sociales, con los cuales se puede
intercambiar prácticas, conocimiento y saberes. (Plan Curricular de Trabajo Social, Re-
solución 0170-00- 2020, p. 5)
Desde diversos Proyectos de extensión universitaria de la Facultad de Ciencias So-
ciales se ha buscado acompañar procesos sociales vinculados a la problemática de la
tierra y el territorio.
En los Ñomonguetas 2 ¿Qué universidad para que sociedad?, impulsados en el año
2015, un dirigente campesino afirmaba: “le mandamos a la Universidad y le cambian
la cabeza y esto se reproduce en el campo, aceptando el uso de los agrotóxicos que antes
considerábamos veneno, la Universidad cambia la cabeza de nuestros hijos”.
Igualmente, en los “Foros por el derecho a la tierra y la ciudad”, acompañados por el
Proyecto de extensión junto la Facultad de Diseño y Arte (FADA) y las organizaciones
urbanas de los Bañados de Asunción, los pobladores plantearon su preocupación por
el riesgo de expulsión de sus comunidades a pesar de haber habitado esos territorios
por más de 50 años y haber construido sus barrios y conquistado el acceso a los servi-
cios.
Este Proyecto posibilitó que estudiantes y docentes pudieran aproximarse al análi-
sis de que la disputa por la tierra ya no es sólo en el campo, sino también en la ciudad
como resulta el caso de los Bañados de Asunción. La lucha de los pobladores por la
defensa del derecho a la tierra y a la ciudad, hoy están amenazados de ser expulsados
por un Proyecto bajo el manto de proyecto de mejoramiento de la urbanización que
expone al riesgo del desalojo a más de 20.000 familias que viven en los bañados.
Cuando egresan los estudiantes, el desafío en el ejercicio profesional sigue siendo a
qué intereses responden en el ejercicio profesional, en el año 2006, decía un dirigente
campesino, “nosotros ya sabemos escribir un amparo… el problema es que cuando tene-
mos un inminente desalojo, no tenemos un abogado/a que nos firme el amparo”, si ese
dirigente campesino ya tiene la técnica jurídica para elaborar un amparo, podría estar
indicando que aquel que tiene “el conocimiento y está habilitado”, no siempre respon-
de a los intereses del sector afectado.
Uno de los ejes de la actual política de extensión universitaria de la FACSO es “la
promoción de los derechos humanos, incluyendo la defensa y protección de la naturale-
za”. (FACSO, 2020). En este contexto es clave contribuir a través de los Proyectos y Pro-
gramas de Extensión, a develar que, en Paraguay, al igual que otros países de la región,
los sectores campesinos y pueblos indígenas que no tienen acceso y propiedad de la
tierra, se encuentran en una situación de gran desigualdad e inseguridad económica.
Igualmente, aportar en la formación en torno a que el acceso, la tenencia y la propiedad
de la tierra es un derecho humano y es la base para para el acceso a la alimentación, la
vivienda y al desarrollo.
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Rol de la extensión universitaria en universidades públicas y derecho a la tierra en Paraguay
productos del agronegocio. En ningún lugar pone en evidencia que esta producción no
paga impuestos, o cuáles son sus efectos sobre el medio ambiente, o las relaciones so-
ciales que genera en las comunidades campesinas, menos aún la expulsión que genera.
(FCA, 2019).
A modo de conclusiones
Bibliografía
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Elba Núñez
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Rol de la extensión universitaria en universidades públicas y derecho a la tierra en Paraguay
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Elba Núñez
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SEGUNDA PARTE.
EXTRACTIVISMO EN PARAGUAY
SEGUNDA PARTE
Extractivismo en Paraguay
AGRONEGOCIO SOJERO Y GANADERO
AGRONEGOCIO SOJERO EN EL
Y GANADERO
PARAGUAY. ENDE
ANÁLISIS EL SU
PARAGUAY
EXPANSIÓN Y
AUTODESTRUCCIÓN
Análisis de su expansión y autodestrucción
Ramón Bruno Fogel Pedroso y Sintya Carolina Valdez Ayala
Ramón Bruno Fogel Pedroso y Sintya Carolina Valdez Ayala
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Ramón Bruno Fogel Pedroso y Sintya Carolina Valdez Ayala
Método
Resultados
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Agronegocio sojero y ganadero en el Paraguay
Gráfico Nº 1.
Soja transgénica. Superficie cultivada (has.) y volumen de cosecha (toneladas). Pa-
raguay
En momentos del boom de la soja, entre los años agrícolas 1999/2000 y el 2014/2015,
la superficie cultivada se multiplicó por 2,7; este crecimiento insólito que casi se triplica
pierde intensidad (Tabla Nº 1). Los volúmenes de producción en los últimos tres años
también han bajado, llegando esta caída al 23% en el último año agrícola. Los rendi-
mientos también han disminuido en las tres últimas cosechas; los otros cultivos del
complejo soja también han caído en sus volúmenes de producción según se desprende
de datos de exportación. Ciertamente el estancamiento de la superficie cultivada pue-
de explicarse por el fin del crecimiento de la frontera de la soja en la Región Oriental,
así como la caída de los rendimientos por unidad de superficie puede deberse a la crisis
climática, pero como se verá el cultivo requiere uso creciente de fertilizantes y de pesti-
cidas debido a la proliferación de malezas resistentes.
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Ramón Bruno Fogel Pedroso y Sintya Carolina Valdez Ayala
Tabla 1.
Superficie cultivada y rendimiento de soja transgénica. Paraguay
Campaña Área de siembra (Has) Volumen cosechado Rendimiento (Kgs/Ha)
1999-2000 1.200.000 2.911.423 2.426
2001-2002 1.445.365 3.546.674 2.454
2003-2004 1.936.623 3.911.415 2.020
2005-2006 2.227.487 3.641.186 1.635
2007-2008 2.644.856 5.968.085 2.256
2009-2010 2.680.182 6.462.429 2.411
2011-2012 2.957.408 4.043.039 1.367
2013-2014 3.254.982 8.189.542 2.516
2014-2015 3.264.480 8.153.587 2.498
2015-2016 3.380.480 9.216.937 2.823
2016-2017 3.388.709 10.366.144 3.050
2017-2018 3.400.000 9.200.000 2,706
2018-2019* 3.500.000 7.854.600 2.216
Fuente: Elaboración propia en base a datos de CAPECO (2019); USDA (2018); La
Nación (11/02/2018).
La magnitud de los créditos negociados constituye sin duda otro indicador de la re-
tracción del agronegocio; la Unión de Gremios de la Producción, UGP, plantea la res-
tructuración de deudas de productores del agronegocio de modo a reorganizar sus
deudas alejando las fechas de vencimiento de las mismas. El 13 de mayo del 2019, el
Banco Central del Paraguay, BCP, otorgó una medida transitoria con la formalización
de la renovación, la refinanciación o restructuración del capital de sectores agrícola
y ganadero; en realidad del 30% de los productores de soja ya había refinanciado sus
deudas con anterioridad (Banco Central del Paraguay, 2019).
Si bien es cierto que la participación del capital financiero es un rasgo esencial del
agronegocio, los créditos se otorgan por plazos determinados y tomando como cau-
ción hipotecas. La refinanciación se da sobre créditos vencidos y la flexibilización de
medidas por parte del Banco Central del Paraguay implica postergar la ejecución de
hipotecas. Ya en el 2019 el monto refinanciado al agronegocio superaba la mitad de la
exportación anual de soja. Esta suerte de retracción del agronegocio estaría reflejando
más que pérdidas del sector, la caída de su rentabilidad.
Otra resolución del BCP establece la disponibilidad de parte del encaje legal para los
propósitos referidos, posteriormente permite que bienes (muebles e inmuebles) adju-
dicados o recibidos por entes financieros entre el 1 de enero del 2018 y el 31 de mayo
del 2020, como pagos de crédito destinados al sector productivo sean enajenados en un
plazo más extendido y prudencial. En relación a la fundamentación de estas resolucio-
nes, el superintendente de Bancos, Hernán Colmán destacó el hecho que:
Lastimosamente la recuperación del mercado no se dio, en base a las expectativas
que se tenían, para evitar que, a los bancos, todos al mismo tiempo, se les venzan los
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Agronegocio sojero y ganadero en el Paraguay
plazos para poder vender y poder realizar previsiones, lo que deprimirían aún más al
mercado; se les da un espacio mucho más largo para el inicio de sus previsiones (La
Nación, 13/06/2019).
Con estas resoluciones se busca evitar que los bancos se apresuren a hacer ventas y
deprimir el mercado inmobiliario, de modo a tranquilizar más al mercado “y las enti-
dades no reciban los bienes con mucho descuento, ya que no es el momento”, afirmó el
referido funcionario (La Nación, 14/05/2019 y 05/09/2019).
Los créditos refinanciados en cuestión, que a abril del 2019 superaban los 2 mil mi-
llones de U$S, además de constituir otro indicador de los límites del agronegocio en
sus expresiones actuales, muestra los grandes riesgos de una burbuja inmobiliaria. En
la Tabla Nº 2 puede observarse los bancos con mayor participación en la refinanciación
de créditos, a saber, Itaú, Regional y Continental.
Tabla Nº 2.
Montos en guaraníes de créditos renegociados (medidas transitorias) al sector pro-
ductivo - abril, 2019.
Banco Monto
BNF 573.341.000.000
Nación Argentina 170.914.000.000
GNB 1.081.104.000.000
Banco Do Brasil 6.478.000.000
Citi 81.057.000.000
BBVA 1.481.414.000.000
Sudameris 774.262.000.000
Itaú 2.343.741.000.000
Continental 2.105.902.000.000
Regional 2.164.166.000.000
Basa 693.522.000.000
Visión 606.827.000.000
Río 397.392.000.000
Familiar 688.812.000.000
Atlas 606.125.000.000
Bancop 132.273.000.000
Interfisa 131.979.000.000
Total 14.039.309.000.000
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Diario La Nación (13/06/2019).
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Ramón Bruno Fogel Pedroso y Sintya Carolina Valdez Ayala
cida en cuestión (Fogel, 2018); después de algunos años se desarrollan malezas resis-
tentes a este herbicida 1, lo que obliga a los sojeros al uso de otros productos de igual o
mayor toxicidad para complementar al glifosato y lograr el efecto esperado.
Tabla Nº 3.
Fertilizantes, productos fitosanitarios importados (toneladas) y área de siembra de
soja (hectáreas).
Años Fertilizantes Productos fitosanitarios Área de siembra
2012 653.907 22.341 3.157.600
2013 814.992 32.435 3.254.982
2014 941.247 43.477 3.264.480
2016 1.289.453 45.861 3.388.709
2017 1.519.154 52.067 3.400.000
2018 1.554.304 59.204 3.500.000
Fuente: Elaboración propia en base a datos de SENAVE; VUI (2019)
Tabla N° 4.
Tasa de crecimiento anual (%) de fertilizantes, productos fitosanitarios importados y
área de siembra de soja.
TCA Productos TCA área de
Años TCA Fertilizantes (%)
fitosanitarios (%) siembra (%)1
2013 24,6 45,2 3,1
2014 15,5 34,0 0,3
2016 37,0 5,5 3,8
2017 17,8 13,5 0,3
2018 2,3 13,7 2,9
Fuente: SENAVE, VUI (2019)
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Agronegocio sojero y ganadero en el Paraguay
Gráfico N°2.
Superficie cultivada de soja transgénica (Has.) e importación de fertilizantes (tonela-
das)
Fuente: Elaboración propia en base a datos de CAPECO (2019); SENAVE; VUI (2019).
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Ramón Bruno Fogel Pedroso y Sintya Carolina Valdez Ayala
Gráfico N° 3.
Superficie cultivada de soja transgénica (Has.) e importación de productos fitosanita-
rios (toneladas)
Fuente: Elaboración propia en base a datos de CAPECO (2019); SENAVE; VUI (2019).
Tabla N° 5.
Población de ganado bovino y proporción de ganado hembra faenado. Años seleccio-
nados.
Total Ganado Tasa de faena de Población de
Años faenado ganado hembra (%) Ganado
2004 769.722 29% 10.024.105
2007 1.041.850 32% 12.305.442
2010 1.499.179 34% 13.376.456
2013 1.621.850 36%
2014 1.996.959 42% 14.465.581
2015 1.889.134 41% 14.216.256
2017 2.066.100 43% 13.821.526
2018 1.896.750 40%
Fuente: Elaboración propia en base a datos de SENACSA (2019). La Nación
10/01/2019 y 07/05/2019.
Resultados y comentarios
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Ramón Bruno Fogel Pedroso y Sintya Carolina Valdez Ayala
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Agronegocio sojero y ganadero en el Paraguay
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Ramón Bruno Fogel Pedroso y Sintya Carolina Valdez Ayala
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LOS SENTIDOS DE LA EXTRANJERIZACIÓN
DE TIERRAS EN PARAGUAY
Escalas
LOS SENTIDOS DE y agentes
LA EXTRANJERIZACIÓN DE
TIERRAS EN PARAGUAY: ESCALAS Y AGENTES
Lorena Izá Pereira
Lorena Izá Pereira y Bernardo Mançano Fernandes
Introducción
1 También asumimos la responsabilidad de este enfoque, ya que la tesis en cuestión está dedicada a
analizar la extranjerización de tierras en Paraguay por parte de agentes brasileños, argentinos y urugua-
yos.
75
Lorena Izá Pereira
ciais, concernentes a ações e ao papel dos agentes/sujeitos” (Souza, 2013, p. 182). Así,
desde Paraguay, el objetivo de este artículo es debatir la magnitud de la extranjeriza-
ción de tierras a partir de la acción de los agentes (trans) nacionales que conforman el
proceso. Argumentamos que, los agentes regionales tienen una influencia primordial,
pero también avanzan de acuerdo con las demandas de capital hegemónico, primero
Inglaterra, después Estados Unidos y, recientemente, China 2.
La extranjerización de tierras es un proceso tan antiguo como el propio capitalismo
y, como el mencionado sistema, se basa en la acumulación primitiva. Con base en Marx
(2013), argumentamos que la acumulación primitiva es también el pecado original de
la extranjerización, porque es a partir de este proceso que es posible la apertura de
nuevas tierras para la expansión del capital, permitiendo la concentración y garantía
de acumulación. Este es el significado de la extranjerización: la apropiación de la tierra
a través de su control para garantizar la continuidad del proceso de acumulación capi-
talista.
La extranjerización consiste en que el proceso está impulsado por las necesidades
de determinados agentes capitalistas, especialmente los hegemónicos y vinculados al
extranjero. En diferentes momentos de la historia del sistema de producción capitalis-
ta, si bien existen otros elementos cada vez más complejos, la extranjerización aparece
como un proceso resultante de las demandas de los agentes capitalistas, mayoritaria-
mente del norte global. La colonización de América Latina, en el siglo XVI; la “Era de los
Imperios”, de 1875 a 1914 (Hobsbawm, 2018) y el renovado interés del capital extranjero
en tierras del sur global a principios del siglo XXI son ejemplos de ello. Todo cambia
para que nosotros nunca cambiemos.
Tomando como punto de partida la extranjerización como elemento estructural de
la acumulación, entendemos esta como un proceso de apropiación de la tierra a través
de un sistema que implica el control, que no solo de la superficie, sino de la tierra como
recurso que aporta otros recursos (Li, 2014), como susceptible de garantizar su explo-
tación basada en la especulación. Además, para que la extranjerización se materialice,
el control también es inmaterial, ejemplos son el control de las políticas públicas, de
los marcos regulatorios y de los medios de comunicación, que sitúa la extranjerización
como una posible alternativa para resolver las crisis del sistema productivo capitalista.
Las reflexiones resultantes de este debate nos permiten aclarar algunas conclusio-
nes. Primero, la extranjerización de tierras es un proceso de múltiples escalas, que
articula diferentes agentes, cada uno con su rol e intencionalidad. En segundo lugar,
aunque los agentes regionales son de hecho los que poseen la mayor cantidad de tie-
rra en Paraguay, los agentes del norte global juegan un papel único, controlando todo
2 En este punto podemos relacionarnos con los ciclos sistémicos de acumulación de capital, propuestos
por Giovanni Arrighi (2008 y 2013) para abordar la lógica territorial del capitalismo histórico, donde está
la lógica del poder territorial y la lógica del poder capitalista. Hay cuatro ciclos sistémicos de acumu-
lación de capital, a saber: el genovés, desde el siglo XV hasta principios del siglo XVII; los holandeses,
desde finales del siglo XVI hasta mediados del siglo XVIII; el británico, que comprende la segunda mitad
del siglo XVIII hasta principios del siglo XX y el norteamericano, que se inicia a fines del siglo XIX y que
se produce hasta el momento actual de expansión financiera (Arrighi, 2008 y 2013).
79
76
Los sentidos de la extranjerización de tierras en Paraguay
3 Periferia no en el sentido de ubicación geográfica, sino como condición de estar dominado por el
poder hegemónico.
80
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Lorena Izá Pereira
influencia en la cuenta platina (Pereira, 2019). Este aislamiento es una de las justifi-
caciones para el estallido de la Gran Guerra, no fue la Triple Alianza, sino la Quinta
Alianza 4 (Campos, 2012).
Con el fin de la guerra se estableció como inviolable la propiedad privada y la tierra
pública, que en 1870 era de 30.616.900 hectáreas (Kleinpenning, 2014). Se puso a la
venta a bajos precios a través de diferentes Leyes de Venta de Tierras Públicas, desde
la cual destacamos como la principal Ley de Tierras de 1883 y 1885 (Pastore, 1972).
Es cierto que se dio preferencia a los campesinos paraguayos para adquirir esas tie-
rras, pero estos no tenían condiciones financieras. En su mayoría se vendieron tierras
públicas y agentes extranjeros que, en muchos casos, ni siquiera conocían Paraguay
(Kleinpenning, 2014). Así comienzan las bases de la estructura agraria que tenemos
hoy: una clase de campesinos sin tierra y una concentración extrema de la tierra en
posesión de agentes externos.
En ese primer momento, la extranjerización de la tierra la llevaron a cabo agentes
argentinos y europeos, principalmente de Inglaterra y España (Pereira, 2019). Es inte-
resante notar que muchos de los argentinos que compraron tierras en Paraguay eran
de origen español y habían estado territorializados en el país vecino por algún tiempo.
Pero, ¿qué estaba pasando a escala global que justificaba el interés por tierras para-
guayas? Primero, hubo un tema geopolítico del control de Inglaterra sobre el mercado
internacional, recordando que antes de la Guerra de la Triple Alianza, Paraguay era un
país aislado (Villagra, 2014). En segundo lugar, había interés en la explotación de que-
brachos 5 para la extracción de taninos, sustancia utilizada para el curtido de cueros y
valorada en el mercado internacional. Si bien quienes compraron la tierra fueron sobre
todo los agentes argentinos, los verdaderos beneficiarios fueron los agentes del capital
hegemónico, ya que controlaban no solo parte de la tierra, sino las relaciones comer-
ciales.
Con la caída del precio del tanino en el mercado internacional (en la década de
1940), muchas empresas terminaron sus operaciones en Paraguay, por lo que en 1970
solo Compañía de Tierras Carlos Casado Ltda. (Argentina/España) trabajó en el sec-
tor. La industria paraguaya de quebracho “estuvo caracterizada por un inicio de rápi-
da expansión, un período de consolidación y otro en que el agotamiento de los recur-
sos y la creciente competencia de sus substitutos llevaron a su gradual disminución”
(Kleinpenning, 2014, p. 351), lo que es característico de las industrias extractivas. Los
latifundios de exploración de quebrachos se volvieron inútiles desde el punto de vista
productivo y Paraguay perdió valiosos recursos naturales y no obtuvo nada a cambio.
Desde la década de 1950, otras dinámicas han permeado Paraguay, que sufrió un
doble expansionismo: EE.UU. y Brasil. Los EE.UU. jugó un papel importante en la po-
lítica y la economía de toda América Latina, liderando, sobre todo, la Alianza por el
4 Además de Brasil, Argentina y Uruguay, Campos (2012) inserta el capital internacional inglés y la oli-
garquía paraguaya como impulsores de la Guerra.
5 El quebracho es un árbol endémico de Paraguay y Argentina. No era una plantación, sino una explo-
tación de árboles no contigua.
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Los sentidos de la extranjerización de tierras en Paraguay
6 En Brasil, los brasiguaios son brasileños que emigraron a Paraguay y regresaron a Brasil, formando una
clase de campesinos sin tierra (Wagner, 1990). En Paraguay, como hemos observado en el trabajo de campo,
los brasiguayos son esos migrantes brasileños que “trabajaron” y ahora controlan grandes extensiones de tierra.
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Lorena Izá Pereira
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Los sentidos de la extranjerización de tierras en Paraguay
la frontera Oriental comenzaron a moverse hacia el interior del país, llevándose con
ellos la soja y la lógica productiva de los commodities para la exportación. Los agentes
brasileños actúan directamente en el cultivo de la soja, según Wesz Jr. (2016), estos son
responsables del 90% de la soja producida en Paraguay. El acceso a la tierra se logra
mediante la compra, el arrendamiento y el saqueo, prácticas que a menudo se llevan
a cabo ilegalmente. Como necesitan más tierra para la expansión de la producción de
oleaginosas, los productores de soja brasileños invaden las tierras campesinas, cam-
biando la territorialidad, es decir, las tierras que antes se utilizaban para la producción
de alimentos ahora comienzan a producir soja para la exportación.
Son múltiples las acciones ilegales dirigidas al acceso a la tierra y los agentes brasi-
leños no actúan de forma aislada, sino en conjunto con el Estado y sus funcionarios. La
compra de tierras por extranjeros en las colonias de reforma agraria y en la franja fron-
teriza son actividades prohibidas por el Estatuto Agrario de 2002 y la Ley n. 2.352/2005,
respectivamente. Aun así, la extranjerización sigue avanzando a través de adquisicio-
nes ilegales, falta de fiscalización y desalojos forzosos, como el caso de Guahory, depar-
tamento de Caaguazú, que fue blanco de acciones violentas de desterritorialización de
la Policía Nacional a favor de la agroindustria brasileña (Vuyk, 2017).
El aumento de la extranjerización en otros países de América del Sur también re-
sultó en la inserción de nuevos agentes en la extranjerización de la tierra paraguaya.
Uruguay es el ejemplo más sólido. La expansión de capitales argentinos hacia el país,
especialmente para la producción de soja y el monocultivo de árboles (silvicultura),
provocó el incremento en el precio de la tierra uruguaya (Pereira, 2019). Según datos
del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) (2019), entre los años 2000 y
2018 el precio de una hectárea en Uruguay aumentó en un 700%. Los arrendamientos
aumentaron un 451% entre 2000 y 2011 (MGAP, 2019).
En este contexto, los agentes uruguayos comenzaron a apropiarse de tierras en Pa-
raguay mediante compra, especialmente en el Chaco. En 2013, los uruguayos contro-
laban directamente más de 1.000.000 de hectáreas en el Chaco (El País, 14 de enero de
2013) y en 2015 esta cantidad aumentó a 2.000.000 de hectáreas (Díario Cínco Días, 12
de enero de 2015). Según información obtenida en el trabajo de campo realizado en 2018,
la mayor parte de los terrenos comprados por los uruguayos aún no habían sido puestos en
producción, se utilizaban solo para la especulación. Son varias las motivaciones para la
compra de tierras en Chaco, en las que destacamos el bajo precio de la tierra, la cons-
trucción del corredor bioceánico de la Iniciativa para la Integración de Infraestructura
Regional en América del Sur (IIRSA) y la investigación realizada por CAPECO y el De-
partamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) para el desarrollo de semillas
de soja adaptadas al clima chaqueño (Pereira, 2019).
Destacamos que los procesos recurrentes a escala global, como la participación del
capital financiero en la especulación con tierras agrícolas y la presencia del capital chi-
no en la extranjerización, aún son poco frecuentes en Paraguay. Esto se debe a que
Paraguay no tiene relaciones diplomáticas con China y al incipiente conocimiento del
país por parte de los agentes del capital financiero, lo que genera temor a las inver-
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Lorena Izá Pereira
siones de estos en el país. Esta situación se está moviendo en la dirección del cambio,
especialmente desde que el capital chino ha encontrado estrategias para acceder a la
tierra y los mercados paraguayos.
Consideraciones finales
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Los sentidos de la extranjerización de tierras en Paraguay
Bibliografía
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Lorena Izá Pereira
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CONCEPCIÓN Y EL NORTE:
CONCEPCIÓN Y ELTERRITORIOS
NORTE: EN
DISPUTA
TERRITORIOS EN DISPUTA
Profesor
ProfesorBenjamín Valiente
Benjamín Valiente
Muy a gusto hemos aceptado la invitación, que implica un desafío para nosotros, de
parte del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), a través del com-
pañero y hermano de lucha del norte, Hugo Pereira, periodista e investigador, para bos-
quejar la vivencia de los campesinos del norte, inmersos en un territorio en disputa, en
el marco del modelo agroexportador. Hablo en plural porque represento, como Coor-
dinador Responsable, a la Pastoral Social de la Diócesis de la Santísima Concepción del
Paraguay que abarca los Departamentos de Concepción y Amambay, especialmente
a nuestro asesor, el Pbro. Pablo Cáceres Aquino, al compañero Vice coordinador, José
Arias, presente aquí conmigo y al compañero Secretario Ejecutivo, Marciano Jara Ro-
mero.
Con el padre Pablo Cáceres, más conocido como pa’i Pablito, hace cinco años he-
mos publicado un pequeño libro, titulado “Relatos que parecen cuentos”. El opúsculo
cuenta los atropellos y asesinatos de personas a manos de sicarios, policías y militares.
Entre las víctimas se encuentran una anciana de casi 80 años, indígenas, un adolescen-
te minusválido, un líder campesino, integrante de la lucha por la tierra, tres ciudadanos
comunes de asentamientos campesinos. De estos últimos extraemos lo sucedido en un
asentamiento de Arroyito y calificado por los autores del libro como “un verdadero acto de
terrorismo de Estado”. Por ser muy significativo el hecho, extraemos in extenso, el relato:
(…) el domingo 19 de enero de 2014, se produjo el acontecimiento más grave, protago-
nizado por la fuerza conjunta y liderada por sus respectivos comandantes, Gral. Mario
González y Comisario Antonio Gamarra. Esa tarde se disputaban los partidos semifina-
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Profesor Benjamín Valiente
les de un torneo de fútbol, entre equipos de los 7 núcleos que componen los Asentamien-
tos de Arroyito, que ese año cumplieron los 25 años de vida. Habían cercado provisoria-
mente el campo de juego del Asentamiento 3, sede de los encuentros y donde caben unas
mil personas. Ese día estaba repleto, con gente venida, incluso, de Asunción. Cuando
promediaban los encuentros, entraron en el recinto, latitas de cerveza en mano y ha-
blando todo el tiempo por celulares, ciertos individuos de civil, con atuendos deportivos.
Más tarde se supo que eran militares y policías, unos adelantados pesquisadores del
ambiente, preparando el ataque. Al culminar el último encuentro y cuando los hinchas
y atletas de los dos finalistas empezaban a festejar, mesclando alborozo con espumante
cerveza, se oyó el rugir de camiones, ambulancias, tanques que llegaban al lugar y de he-
licópteros que sobrevolaban el pintoresco estadio. Como si se tratara de un desembarco
en Normandía, en la Segunda Guerra Mundial, la fuerza conjunta había empleado todo
su potencial bélico. ¿Para qué? Para someter al terror a jóvenes, chicas, niños, ancianos
y ancianas que se divertían sanamente en el atardecer de un verano muy caliente. “Lo
que pasó fue inenarrable”, dijo Don Zacarías Díaz, designado por el coordinador de la
Asamblea del 07 de febrero, Marciano Jara, para relatar los pormenores del hecho “im-
posible creer que militares y policías, en sus cabales, actuaran así: entraron a dar pata-
das a la gente, a ponerla boca abajo en el césped, apuntando sus armas a las cabezas de
los cuerpos echados en el césped, tirando más de 200 tiros al aire y al suelo. Cuando le
pregunté al Gral. González por qué actuaban así, me respondió: ore ninigo ndorojumo’ái
mitäicha pende apytépe (nosotros no vamos a venir como niños entre ustedes)”. Lo insó-
lito del caso fue que hecho tan grave pasó desapercibido para la prensa local y nacional,
tan proclive a propalar cualquier mentira oficial en los territorios ocupados, como ya
hemos mencionado. Recién algunos días después, cuando la gente afectada por el proce-
dimiento de horror hicieron denuncias públicas, aparecieron en la tele los comandantes
queriendo explicar lo inexplicable, incluso, arguyendo que ellos eran profesionales en el
uso de las mortíferas armas y que la acción era como un ensayo. Los más de mil aficio-
nados deportivos se constituyeron en conejillos de india, en manos de unos brutos cuasi
sicópatas. ¿Y, si por ahí, hubieran muerto algunos? Más que seguro que justificarían bajo
el pretexto más descabellado, como siempre. Meses después, el General Mario González,
en una reunión con dirigentes campesinos, en presencia del Obispo Miguel Ángel Cabello
y de miembros de la Pastoral Social de Concepción, reconoció que se había equivocado
en el procedimiento. Y fue más allá: dijo que tamaño yerro en la manera de actuar fue
a causa de falsos informes acercados por los famosos informantes civiles, alias pyrague
(delatores). No dio nombres de quiénes eran los integrantes de esta especie, que parecía
en extinción, pero que resurgió con la llegada de Horacio Cartes al poder (Relatos que
parecen cuentos, pág. 44-45).
En nuestro libro habíamos sostenido la tesis que la violencia armada del norte era
producto de una disputa territorial entre los representantes de la macroagricultura ex-
tractiva y destructiva y otros grupos poderosos en la sombra, algo parecido a la obra de
investigación del compañero Hugo Pereira, presentada en el excelente libro “Extracti-
vismo armado en Concepción” (Pereira, 2016). Paso a citar una parte del texto mencio-
nado en Cáceres & Valiente (2014).
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Concepción y el norte: territorios en disputa
Benjamín Valiente
A esto el Gobierno llama presencia del Estado, tan reclamada por los campesinos
norteños en el foro social, en Horqueta, el 14 de setiembre de 2013. Allí se había urgido
a las autoridades tierra para cultivar y asistencia integral para los cultivos familiares,
detención de la frontera sojera, escuelas con programas relevantes y pertinentes, caminos
seguros y de todo tiempo, seguridad sanitaria, protección a los más vulnerables, etc. El
Ejecutivo responde con tanques, coches blindados, helicópteros, soldados y oficiales que
deambulan por las rutas y caminos sin saber para qué, pero con mucho flujo de dinero
del presupuesto oficial, es decir, del pueblo. Tanto es así que la vox pópuli afirma que
jamás detendrán a los miembros del EPP, porque si lo hicieran dejarían de percibir las
remuneraciones especiales por realizar sus servicios en “territorios peligrosos” y porque,
sobre todo, ¿a quién se culparía de los atracos, asesinatos, violaciones, accidentes, secues-
tros, incendios de estancias y todos los actos de violencias que comúnmente cometen los
mafiosos, abigeadores, asesinos a sueldo y delincuentes comunes? Nuestra tesis de cuatro
años atrás sigue latente: el EPP es una creación de grupos de poder en la sombra, o, en
último caso trabajan en forma coordinada para perseguir y asesinar a dirigentes y des-
mantelar las organizaciones populares que luchan por sus derechos y reivindicaciones.
El grupo, en sus actuaciones, no se enmarca dentro de la línea habitual de la guerrilla de
izquierda, que, generalmente arremete contra los poderosos. La gran mayoría de las víc-
timas atribuidas al EPP son gente humilde, policías de bajo rango y campesinos pobres.
Repetimos con algunos pocos periodistas: Concepción es un territorio en disputa entre
sojeros, ganaderos, narcotraficantes, abigeos y, en medio pugnan, por la supervivencia
la agricultura familiar campesina, ubicada en la franja de la Ruta V, desde Concepción
a Yvy Ja’u, entre los ríos Ypane y Aquidabán, quizá, en su último reducto en el Paraguay.
En este escenario actúa la fuerza conjunta en su “lucha” contra el EPP y, lastimosamente,
las consecuencias de esa pugna entre ambas fuerzas las sufren los agricultores y su fami-
lia”. (Cáceres & Valiente, 2014, pp.45-46).
Esta postura les valió a la Pastoral Social de Concepción y a sus miembros fuertes
y gratuitas acusaciones de parte de referentes del Gobierno y de la FTC. A instancias
de los pyrague (delatores), el Gobernador de Concepción, de entonces, Luis Urbieta
había afirmado que en las escuelas “Fe y Alegría”, de Arroyito, donde trabaja nuestro
compañero Marciano Jara, se entrenaba a los niños y jóvenes a la guerrilla, para su pos-
terior ingreso a las filas del EPP. Coincidentemente, Joel Cazal, fiscal integrante de la
Fuerza de Tarea Conjunta, amenazaba con investigar a los autores de “Relatos que pa-
recen Cuentos”, porque en la mochila de un supuesto miembro del A.C.A. (Agrupación
Campesina Armada) abatido, se encontró un ejemplar del libro. Los integrantes de la
Pastoral social fueron acusados por el Fiscal como adoctrinadores de los guerrilleros.
En un posterior encuentro, convocado por el Obispo de Concepción, con el Coman-
dante de la FTC, miembros de la Pastoral Social y líderes campesinos, Joel Cazal negó
la acusación, afirmando que los periodistas habían mal interpretado y tergiversado sus
expresiones. En la Presentación de “Relatos que parecen cuentos”, el Monseñor Oscar
Páez Garcete, de feliz memoria, nuestro maestro y compañero de ruta, había afirmado:
91
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Profesor Benjamín Valiente
Concepción y el norte: territorios en disputa
Amigos lectores, hay que aprender a leer y comprender estos hechos como obedeciendo
a una visión y desde una experiencia cristiana para no dejarse llevar y dominar por una
actitud dominante y dominadora que lleva a ver al campesino y o al pobre como actores
de los males humanos y sociales. Cada uno de los textos que son como unidades inde-
pendientes y sin relación alguna entre ellos, sinembargo entre líneas y entre todos tienen
una relación y una explicación común, que nos explica por qué suceden y, lo peor aún,
seguirán sucediendo (Cáceres & Valiente, 2014, p. 6).
Estas expresiones premonitorias del gran obispo se cumplieron rápidamente, dando
origen a la segunda edición ampliada de Relatos que parecen cuentos, donde aparecen
crónicas de dolorosos atropellos y asesinatos de personas inocentes en los asentamien-
tos de Kurusu de Hierro y Arroyito, de Concepción.
Uno de los casos más llamativos de la acción de la Fuerza de Tarea Conjunta fue el
secuestro y posterior encarcelamiento de los hermanos Víctor y Gregorio Morales, del
Asentamiento Agüerito, de San Pedro. Los hermanos son oriundos de Concepción pero
habían formado parte del numeroso grupo de campesinos sin tierra, que, en los inicios
de la década de los noventa, habían ocupado los terrenos de la estancia Agüerito, de
Concepción, perteneciente a la multinacional Mate Laranjeira. Fueron terriblemente
reprimidos, encarcelados y, más tarde, trasladados a una inhóspita selva de Santa Rosa
del Aguaray, San Pedro, a 80 km de la misma, camino a Capitán Bado. Sobrevivieron
y formaron una próspera colonia. A raíz del encarcelamiento, sin prueba fehaciente
alguna, de los hermanos Morales, vale acotar que ya están casi cuatro años presos, sin
juicio, un grupo de dirigentes campesinos de ambos departamentos, con el acompaña-
miento de la Pastorales Sociales de las Diócesis de Concepción y San Pedro, conforma-
ron la Coordinadora Interdepartamental de Organizaciones Campesinas de Concepción
y San Pedro por la Vida y la Seguridad Integral.
En sus encuentros de reflexión y análisis, la Coordinadora llegó a la conclusión que
uno de los mayores males del norte era la actuación inconstitucional de la FTC. Se pro-
puso como tarea, con la ayuda de organismos de Derechos Humanos, la derogación
de la Ley que permitió la creación de dicha Fuerza militar y policial. Se contó con la
participación y acompañamiento del Senador nacional Pedro Arturo Santa Cruz, quien
presentó el Proyecto de Ley “Que deroga la Ley Nº 5036/2015 que modifica y amplía los
artículos 2º, 3º y 56º de la Ley Nº 1337/99 de Defensa Nacional y Seguridad Pública”.
El Senador Santa Cruz convocó a una Audiencia Pública sobre el tema, llevándose a
cabo el acto el día 18 de octubre de 2016, en el recinto del salón bicameral del Congreso,
con la participación de, aproximadamente, 200 referentes sociales, políticos y religio-
sos, en especial de los Departamentos de San Pedro y Concepción. Más de 30 oradores
expusieron sus ideas, las víctimas narraron sus viacrucis y uno sólo habló a favor de las
acciones de la FTC. Uno de los relatos más tristes fue el caso de Julián Ojeda Espínola,
de Nueva Fortuna, Azote’y, contada por su viuda, doña Leónidas Villalba: Julián había
bajado a orillas de Ypane, al anochecer, para pescar. Llevaba pala y machete, pues pen-
saba cazar también armadillo. Se topó con un grupo de la FTC, que lo acribilló y, como
siempre, lo vistió de ropa camuflada y le puso armas encima del cadáver. Julián dejó 10
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Concepción y el norte: territorios en disputa
Benjamín Valiente
huérfanos, entre 22 y 2 años. La familia sufrió otra tragedia, hace un mes: Fabián, uno
de los huérfanos, de 10 años, cayó al Ypane, ahogándose, mientras su madre lavaba
ropa. 10 días después encontraron el cadáver debajo del puente cerca de Tacuati. La
prensa ni siquiera publicó el triste caso, porque los pobres no cuentan. El Senador re-
unió en un libro las ponencias del Audiencia Pública, pidiéndonos a la Pastoral Social
de San Pedro y Concepción, el Prólogo y la Presentación de la obra. El acto de lan-
zamiento del libro se realizó en la sala bicameral, el día 29 de agosto de 2017, siendo
presidido el evento por el Presidente del Congreso, Fernando Lugo. Cito una parte de la
presentación del libro:
En realidad, más que la presentación de la obra, quiero, brevemente, puntualizar al-
gunas ideas que hemos delineado en el prólogo de la misma. En nuestro permanente
acompañamiento a nuestro pueblo sufriente del Norte, hemos sentido en la piel el dolor
de nuestra gente. Unos de nuestros quebrantos actuales más terribles es el calvario de
las comunidades y organizaciones campesinas que conviven desde casi un lustro con la
increíble guerra sucia entre la FTC y el fantasmal EPP, sin que hayan vencedores ni ven-
cidos, pero los ramalazos siempre los sufre gente inocente que nada tiene que ver en esta
quimérica conflagración. En este marco sucedieron atropellos, muertes, apresamientos
y condenas asombrosos que superan la simple imaginación. Solo como muestras recor-
damos el atropello brutal a la cancha de fútbol del Núcleo 3 de los Asentamientos de
Arroyito, en una tarde de domingo, en que más de mil personas, varones, mujeres y niños
se divertían sanamente presenciando un torneo de fútbol, los asesinatos de los hermanos
Ovelar y de Julián Ojeda, de Kuruzu de Hierro, la misteriosa muerte del Capitán Enrique
Piñánez, en un atentado en Cuero Fresco y cuya autoría, el padre del joven militar, el
Gral. Retirado Herminio Piñánez atribuye a la propia FTC, publicado por los medios en
un doloroso reportaje, pero nunca investigado. Otros hechos bien llamativos fueron la
detención y condena a 17 años de cárcel del joven Pablo Valiente, de Arroyito, acusado de
pertenecer al EPP por una foto con Claudelino Silva, su ex compañero de escuela, colegio
y universidad y los de los hermanos Morales, de Agüerito, secuestrados violentamente
de sus domicilios en una madrugada y encarcelados por hace más de 18 meses con una
acusación fiscal más parecida a una novela de suspenso, sin prueba fehaciente alguna.
Un capítulo aparte merece el triste asesinato de ocho jóvenes militares en el Núcleo 6 de
los Asentamientos de Arroyito, hace un año, justo en vísperas de una publicitada Audien-
cia Pública que iba a tratar la derogación de la Ley de militarización del norte. A raíz de
todos estos acontecimientos y de otros muchísimos más que no incluimos acá, en honor
al tiempo, se formó la Coordinadora Interdepartamental de organizaciones campesinas
por Defensa de la Vida y de la Seguridad Integral, de Concepción y San Pedro, pidiendo
el acompañamiento de las Pastorales Sociales de ambas diócesis, para solicitar al Par-
lamento la derogación de la ley citada y aprobada por este mismo cuerpo legislativo a
inicios del presente periodo gubernamental, que posibilitó la creación de la FTC, que
nunca fue conjunta. Además, el EPP, para el Gobierno y sus voceros, no tiene el status de
guerrilleros sino de simples criminales y extorsionadores. A los asesinos no se les comba-
tes con fuerzas militares, bastaría una policía muy bien equipada y honesta. Mientras
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Profesor Benjamín Valiente
Concepción y el norte: territorios en disputa
tanto continuaban y continúan hasta hoy, como el último, de Tacuati, los secuestros y
extorsiones de parte de la gente del monte, a pesar de la presencia permanente de los mi-
litares y de los gastos multimillonarios en dólares de las Fuerzas Especiales” 1.
Antes de concluir, quiero contar el caso del joven Oscar Larrea, que, para mí, pinta
de cuerpo entero la ocupación militar del norte y donde se mezclan todos los compo-
nentes de una dictadura neoestronista en agresivo retorno: la fuerza bruta, la delación,
el miedo, la actuación caprichosa de fiscales mediocres que quieren escalar posiciones
echando a gente inocente, tal como hacían los funcionarios públicos en época del tira-
no Stroessner.
Comenzando, Oscar Larrea, un joven dirigente de la comunidad cristiana de Sagra-
da Familia, Naranjaty, tenía un apellido peligroso, pues toda la familia de Jara Larrea, de
Arroyito, pertenecía al ACA, grupo armado, supuestamente, del EPP, además, Naran-
jaty casi linda con Yvyraty, lugar de procedencia de Alejandro Ramos, uno de los prin-
cipales líderes del grupo armado. Oscar había recibido en su teléfono celular un audio,
como tantos de nosotros hemos recibido, de amenaza al Presidente Horacio Cartes.
Como era algo jocoso no lo eliminó enseguida. Alguien de su entorno le pidió que
le reenviara el mencionado audio. Él, sin pensar en las consecuencias lo reenvió. Era
diciembre de 2016, vacaciones de verano, época en los violentos, entre ellos la FTC,
suelen hacer de las suyas, aprovechando que la gente está más relajada y el flujo de
informaciones de los medios, menos intenso. A la madruga del día 2, el fiscal Cazal,
con efectivos de la FTC, fuertemente armada se presenta en el domicilio de la familia
Larrea, llevando detenido a Oscar a la jefatura de policía de Concepción, días después
lo trasladan a la cárcel regional de Concepción, donde permanece preso durante 90
días, saliendo con libertad ambulatoria, mientras su caso continuaba en los estrados
judiciales, a pesar de que el peritaje había señalado que la voz del famoso audio no era
la suya. Después de casi dos año fue a juicio oral, siendo liberado por dos a uno, en la
terna de magistrados, por lo que fiscal de la causa apeló la resolución, así es que Oscar
Larrea, hasta hoy no tiene el finiquito de su libertad.
Finalmente, mientras estaba preparando esta ponencia, escuché que la cumbre de
poderes, a instancia del Ejecutivo, está planeando la Enmienda Constitucional para
que los militares puedan inmiscuirse en seguridad interna, ya que una guerra interna-
cional, por hoy, no tiene sentido. Con esto, de hecho, reconocen la inconstitucionali-
dad de la Fuerza de Tarea Conjunta y está siendo acosado, incluso, por algunos estu-
dios de investigación semioficial. Me pregunto, ¿si el objetivo primordial de la Fuerzas
Armadas cual es el resguardo de las fronteras internacionales ya no tiene vigencia, no
sería mejor eliminarlas o reducirlas a su mínima expresión? Sería un enorme ahorro a
la Nación, es decir, al pueblo.
1 Presentación de Benjamín Valiente, realizada el 29 de agosto de 2017, del libro que recogió los testimo-
nios de la Audiencia Pública de derogación de la ley que militarizó el norte paraguayo.
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Concepción y el norte: territorios en disputa
Benjamín Valiente
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ELEL
SINDICALISMO Y SU
SINDICALISMO LUCHA
Y SU DENTRO
LUCHA DEL
DENTRO
DEL MODELO
MODELO EXTRACTIVISTA
EXTRACTIVISTA
Sara
Sara Raquel LópezC.,
RaquelLópez C.,Mirtha
Mirtha Maldonado, MiguelH.H.López
Maldonado,Miguel López
Introducción
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Sara Raquel López C., Mirtha Maldonado, Miguel H. López
Sara López, Mirtha Maldonado y Miguel H. López
El capital, el trabajo y la tierra son tres elementos fundamentales que tienen presen-
cia en este trabajo y que ayudan a entender la situación de la clase trabajadora en sus
circunstancias históricas y sus desafíos presentes.
Desarrollo
1 Asentamientos: Territorios informales donde se asientan las familias expulsadas del campo a la ciu-
dad. La mayoría de ellos se crearon a partir del año 2000.
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El sindicalismo y su lucha dentro del modelo extractivista
El sindicalismo y su lucha dentro del modelo extractivista
y a un sistema político autoritario que se mantuvieron hasta ahora, a excepción del pe-
riodo 1973-1981, pero, no fueron suficientes para generar condiciones de participación
industrial (Céspedes, 2009).
Lo señalado anteriormente contribuyó al crecimiento de la economía subterránea,
con un sinfín de actividades ilegales e ilícitas que encuentran respaldo en la debilidad
institucional de un Estado corrupto y prebendario heredado de la dictadura stronista.
A estos hechos se añade una presión tributaria de apenas el 10% en el año 2019, se-
gún el Ministerio de Hacienda (2019), una de las más bajas de la región, en un esquema
altamente regresivo, el excesivo endeudamiento público iniciado con el gobierno de
facto de Federico Franco tras el golpe parlamentario de 2012, que supera hoy los 11 mil
millones de dólares (ABC Color, 2020a). Todos estos elementos mencionados configu-
ran el escenario en el cual toma cuerpo la lucha de clases en nuestro país.
Paraguay en el año 2019 contaba con una población de 7.047.142 de los cuales,
1.657.131 (23,5%) se encuentra en situación de pobreza, y 284.028 (4%) es pobre extre-
mo; en el área rural afecta al 33,4% de pobres y al 7,8 de pobres extremos (EPHC, 2019)
En este contexto se van produciendo con mucha dificultad las luchas de re-
sistencia articuladas entre organizaciones sociales y populares en general, entre ellas
principalmente gremios campesinos y de trabajadores. Por lo general la unidad de ac-
ción se da en los puntos comunes que tienen que ver con la contestación al modelo ex-
tractivo del capitalismo contemporáneo que reduce las condiciones de vida a simples
mecanismos de transacción y los recursos y vidas en mercancía.
En los últimos años no fueron pocos los esfuerzos aunque sí más magros los
logros articulados, y allí radica uno de los desafíos principales en cuanto a la incorpo-
ración de fuerzas organizadas en la defensa de la soberanía alimentaria y la autonomía
sobre tierra y territorio contra el gran capital agroexportador.
2 La Fuerza de Trabajo, esa denominación era conocida como Población Económica Activa – PEA)
3 Ampliar información sobre indicadores en: https://www.dgeec.gov.py/Publicaciones/Biblioteca/
documento/da68_ANEXO%20EPHC%20I,%20II%20%202017-2020.pdf
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El sindicalismo y su lucha dentro del modelo extractivista
El sindicalismo y su lucha dentro del modelo extractivista
Figura 1
Fuerza de trabajo, población ocupada y población desocupada. Años 2017 - 2020
4 Son aquellas que no aportan al sistema de jubilación o pensión (trabajadores del sector público o
privado); trabajadores y trabajadoras por cuenta propia que no tienen Registro Único del Contribuyente
(RUC); trabajadoras y trabajadores familiares NO remunerados y empleados domésticos que no aportan
a la jubilación. No se incluye población agrícola (EPHC 2013-2018).
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Sara Raquel López C., Mirtha Maldonado, Miguel H. López
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5 Las centrales obreras son: Confederación Paraguaya de Trabajadores (CPT), Central Nacional de Tra-
bajadores (CNT), Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Central Sindical de Trabajadores del Paraguay
(CESITP), Central Unitaria de Trabajadores Auténtica (CUT-A), Confederación General de Trabajadores
(CGT), Central Obrera y Transporte del Paraguay (COTP), Confederación Nacional de Funcionarios y
Empleados Estatales (CONFEE), Confederación Nacional de Trabajadores (CONAT), Confederación de
la Clase Trabajadora (CCT), Central Nacional de Trabajadores Legítima (CNT-L) (González, 2020) y Ac-
ción Sindical Clasista (ASC).
6 CPT, CNT, CUT, CGT, COTP.
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El sindicalismo y su lucha dentro del modelo extractivista
El sindicalismo y su lucha dentro del modelo extractivista
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No obstante esta situación, cabe recordar que, con la implementación de las Refor-
mas Neoliberales 13, el movimiento sindical, conjuntamente con el movimiento cam-
pesino tuvieron una activa participación en contra de la implementación de la priva-
tización de las empresas del Estado. Esto pudo darse a pesar de que la mayoría de los
sindicatos del sector público forman parte de la clientela política del partido de go-
bierno, por tanto, si bien se impidió la privatización de las principales empresas, es
comprensible la afrenta de las organizaciones sindicales en contra de la estrategia del
capital para aumentar su tasa de lucro. No se registran otros hechos que muestren ac-
ciones en contra de los gobiernos de turno en años posteriores.
González (2020) explica que en la actualidad, según datos del Ministerio de Trabajo,
Empleo y Seguridad Social (MTESS), existen 715 Sindicatos de los cuales el 43% co-
rresponde al sector público, el 54% al sector privado y el 3% a entes binacionales. La
caracterización histórica y actual del sindicalismo paraguayo muestra un alto grado
de fragmentación y atomización, lo que puede demostrarse con la cantidad de centrales
obreras existentes. En el mismo trabajo se identifican, agrupados en 4 sectores: trans-
porte (37%), educación (25%), energía (25%) y salud (13%).
El mayor número de trabajadores sindicalizados se halla en el sector público, ligán-
dose principalmente al partido de Gobierno (Colorado) y en menor medida al opositor
(Partido Liberal radical Auténtico), ambos representantes de las oligarquías del país.
Cabe destacar, en este sentido, que aunque en el sector público exista una mayor can-
tidad de sindicalización, existe un menor número de sindicatos, tal como se refleja en
la Tabla 1.
13 La Ley 1615/2000 de Reforma y transformación de entidades públicas, fue derogada mediante la movili-
zación popular (Rojas, 2011).
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El sindicalismo y su lucha dentro del modelo extractivista
El sindicalismo y su lucha dentro del modelo extractivista
Tabla1.
Cantidad de sindicatos distribuidos por sector
Sector Institución Total de Sindicatos
Organismos del Estado 143
Público
Salud 08
Comercio y afines 06
Educación 04
Prensa 04
Servicio doméstico 03
Seguridad 03
Subtotal 388
Total 715
Fuente: Secretaria de la Función Pública (2020) y MTESS (2020), en González, I. (2020),
adaptación
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El contexto de COVID-19
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El sindicalismo y su lucha dentro del modelo extractivista
A modo de conclusión
16 La propuesta de Ley es impulsada por los diputados oficialistas colorados Miguel Ángel Del Puerto y Raúl
Latorre.
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Bibliografía
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El sindicalismo y su lucha dentro del modelo extractivista
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El sindicalismo y su lucha dentro del modelo extractivista
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TERCERA PARTE.
REALIDAD EXTRACTIVISTA
TERCERAYPARTE
LATINOAMERICANA ALTERNATIVAS
Realidad extractivista
latinoamericana y alternativas
BOOM MINERO Y CONFLICTIVIDAD
BOOM MINERO EN EL NORESTE
Y CONFLICTIVIDAD
DE ZACATECAS,
EN EL NORESTE MÉXICOMÉXICO
DE ZACATECAS,
Sergio
Sergio Elías
Elías Uribe
Uribe Sierra
Sierra yy Alejandra
Alejandra Toscana
Toscana Aparicio
Aparicio
Introducción
1 Leyes mineras de algunos países latinoamericanos: Perú (1991), Bolivia (1991), Ecuador (1991), México
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Sergio Elías Uribe Sierra y Alejandra Toscana Aparicio
Sergio Elías Uribe Sierra y Alejandra Toscana Aparicio
(1992), Brasil (1996), Guatemala (1997), Honduras (1998), Colombia (2003) y Argentina (1993) (Machado,
2014).
2 Es importante señalar que en los últimos años el imaginario social de la minería ha sido trastocado fuer-
temente en territorios de gran tradición debido a las presiones ambientales y sociales que el nuevo boom ha
generado, lo que ha detonado diversas respuestas sociales.
3 Después de la Revolución Mexicana de 1910, la Constitución de 1917 en el Artículo 27 plasmó el ejido
como una forma de propiedad colectiva de la tierra para los campesinos desposeídos. Los ejidos fueron ina-
lienables, inembargables e imprescriptibles hasta 1992 cuando se modificó el artículo para que pudieran ser
puestos en alquiler y en general pudieran incorporarse al mercado formal de tierras del que estaban excluidos.
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Boom minero y conflictividad en el noreste de Zacatecas, México
El boom minero en el noreste de Zacatecas, México
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Sergio Elías Uribe Sierra y Alejandra Toscana Aparicio
de las regalías que los campesinos obtienen de la renta de sus tierras a las mineras; o
bien, estos grupos extraen el mineral de manera ilegal y lo venden en el mercado negro
internacional (Escamilla, inédito).
Actualmente, los conflictos más comunes en torno a la minería se dan en el ámbito
laboral y en el ambiental, por lo que Tetreault (2016) propone diferenciarlos analítica-
mente en laborales y ecoterritoriales. En cuanto a los primeros, se ubican movimientos
que exigen mejores condiciones de trabajo y una negociación más justa de salarios,
pero también movimientos que se oponen a seguir siendo representados por sindica-
tos que no defienden sus derechos, detonando luchas intersindicales. Mientras que los
conflictos ecoterritoriales se refieren a las luchas que emprenden los actores locales en
respuesta a los fuertes impactos socioambientales que genera la minería extractiva en
sus territorios; en éstos se identifican tanto resistencias que buscan disminuir los im-
pactos y obtener mejores compensaciones económicas, como luchas que articulan un
contundente “no a la minería” y buscan parar las actividades mineras (Tetreault, 2016).
A partir de lo anterior, para el caso de los conflictos mineros en México, es importan-
te mencionar que por un lado, desde la privatización de las empresas mineras, la adop-
ción del modelo neoliberal y la alternancia política 4, los sindicatos han perdido fuerza
al dejar de ser mediadores entre los trabajadores mineros y el Estado, mientras estu-
vo en el poder el partido oficial, los líderes obtenían beneficios para sus agremiados
a cambio de lealtad al partido. Estos cambios trastocaron el “pacto” entre sindicatos y
Estado y han surgido diversos conflictos laborales. Por otra parte, la causa ambiental,
respaldada por el reconocimiento de la crisis ambiental a nivel internacional desde la
década de 1970 y en México desde la década de 1990, ha sido uno de los elementos que
ha logrado frenar algunos megaproyectos como los asociados a la minería.
Bajo esa perspectiva, tomando en cuenta los diversos aportes teóricos previos sobre
la temática, el objetivo de este artículo es analizar el nuevo boom minero acontecido
durante el siglo XXI en México y su conflictividad, desde la experiencia concreta de la
región noreste del estado de Zacatecas integrada por los municipios Mazapil, Concep-
ción del Oro y Melchor Ocampo. Se hace énfasis en seis casos de conflicto y los prin-
cipales impactos económicos, sociales y ambientales identificados. La investigación
es cualitativa y se nutre de fuentes académicas, institucionales y notas de prensa; así
como de datos recabados en campo, por medio de la observación participativa (Batth-
yány et al., 2011).
Algunas investigaciones en los ámbitos estatal (Burnes, 2010; Guzmán, 2016) y re-
gional, especialmente en el municipio de Mazapil han analizado los conflictos de Pe-
ñasquito (Panico y Garibay, 2011; Garibay et al., 2014; Santos y Martínez, 2015; Castro
et al., 2015; Panico, 2018; Valdivia, Valdivia y Ruíz, 2019) y Salaverna (Márquez, 2014;
Rodríguez, 2017; Uribe; 2017), si bien estos aportes han sido importantes para el aná-
lisis de cada caso específico, lo relevante de este artículo es que estudia los problemas
4 El llamado “partido oficial” PRI (Partido Revolucionario Institucional) estuvo en el poder 70 años a nivel
federal (1930-2000), en algunos espacios locales la alternancia se dio desde la década de los años ochenta y
en otros aún no ha habido alternancia.
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Boom minero y conflictividad en el noreste de Zacatecas, México
La singularidad geofísica del estado de Zacatecas ha sido objeto de estudio por ins-
tancias oficiales e investigaciones universitarias; entre ellas, para elaborar una tipolo-
gía de sus regiones que integren ámbitos geográficos, económicos y sociales (Burnes,
2010). De modo que Spagnolo y Foladori (1979) caracterizaron la región de Mazapil
como región norte integrada por los municipios de Mazapil, Melchor Ocampo y Con-
cepción del Oro; Ramírez Miranda (1995) la categoriza como región del semidesierto
por su baja intensidad y poca infraestructura, cuyas prácticas económicas locales son
la agricultura de temporal y la ganadería extensiva.
Para los fines de esta investigación se apeló al concepto de regiones de coyuntura
(Taracena, 2008) tomando en cuenta los comportamientos marcados por la coyuntura,
en particular, la importancia y el peso que tiene actualmente la actividad minera, mis-
ma que ha sido crucial en la dinámica histórica de este espacio. Así, se definió el lugar
de estudio como la región de Mazapil, tomando como principal elemento el repunte
que tuvo la minería a principios del siglo XXI, al iniciar las operaciones de la mina Pe-
ñasquito en el municipio de Mazapil, una de las más importantes a nivel nacional e
internacional, cuya influencia se extiende al resto de los municipios de la región: Con-
cepción del Oro y Melchor Ocampo.
En ese sentido, la región de Mazapil se entiende como un espacio con fuerte tradi-
ción y potencial minero, pues ahí se encuentran grandes yacimientos de oro, plata, co-
bre y zinc, que son muy importantes en la actividad extractiva del país. Cabe mencionar
que los conflictos que surgen en esta región tienen una cierta relevancia dado que la
misma no es particularmente conflictiva ni cuenta con una historia de lucha comunita-
ria (Panico y Garibay, 2011), sin embargo, la situación laboral y la devastación ambien-
tal han hecho que las comunidades respondan y se opongan. Se hace énfasis en que la
periodización de la investigación comprende del año 2006 a 2020, de la instalación y
consolidación de la megaminería en el área de estudio al presente año.
En el caso de las minas en Nuevo Mercurio 5 y Noche Buena 6 los conflictos surgieron
5 Este yacimiento para la extracción de mercurio fue descubierto en 1936 y comenzó operaciones en la
década de los años cuarenta. Estuvo a cargo de la compañía estadounidense Rosicler y las actividades
cerraron a finales de 1970 (OCMAL, 2021).
6 Esta mina fue descubierta en 1932 y de ella se extraía plata, plomo, cobre y zinc. En 1991 el sitio fue
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Sergio Elías Uribe Sierra y Alejandra Toscana Aparicio
abandonado por la compañía Noche Buena S.A. de C.V. dejando un alto nivel de contaminación sin re-
mediación alguna. Esto convirtió el espacio en un pueblo fantasma, ya que los habitantes tuvieron que
migrar por falta de trabajo (EjAtlas, 2021).
7 En 2019 la empresa estadounidense Newmont adquirió a la Goldcorp.
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Boom minero y conflictividad en el noreste de Zacatecas, México
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Cuadro 1. Conflictos mineros en la región de Mazapil 2006-2020
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Grado de Pobreza por Violencia
Población municipio Tipo de Respuestas
Proyecto Ubicación marginación Descripción contra las
2010 conflicto locales
en la localidad (porciento) comunidades
Nuevo
Mercurio Cerró operaciones
San Felipe
en 1979. En ella se Ecoterritorial
Nuevo Mercurio, Denuncia en Imperialismo
(mercurio) 305 Alto 59,9 almacenaron residuos y Pasivos
Municipio de medios. tóxico1.
industriales peligrosos. En ambientales
Minera Mazapil
2011 se inició la limpieza.
Rosincler
Los contratos de
ocupación de suelo se
llevaron a cabo bajo
Cerro Gordo, irregularidades y con
Peñasquito 2 Sin dato desiguales beneficios
Peñasquito, Cargos
Sergio Elías Uribe Sierra y Alejandra Toscana Aparicio
1 Imperialismo tóxico se refiere a la trasferencia de residuos tóxicos de países del Norte global hacia países del Sur global (Martínez Alier, 2015).
121
Cuadro 1. Conflictos mineros en la región de Mazapil 2006-2020
Grado de Pobreza por Violencia
Población municipio Tipo de Respuestas
Proyecto Ubicación marginación Descripción contra las
2010 conflicto locales
en la localidad (porciento) comunidades
Nuevo El cambio de dueño en
Mercurio Cerró operaciones
San Felipe la mina Tayahua generó
en 1979. En ella se Ecoterritorial
Nuevo Mercurio, una transformación Denuncia en Imperialismo
(mercurio) 305 Alto 59,9 almacenaron residuos y Pasivos
Municipio de técnico productiva, lo medios. tóxico1.
industriales peligrosos. En ambientales
Minera Mazapil que implicó el despido
2011 se inició la limpieza.
Rosincler de los trabajadores
pertenecientes a la
comunidad de Salaverna
y al Sindicato
Los contratos Nacional
de Amenazas,
Salaverna de Mineros
ocupación de que preside
suelo se Movilización, hostigamien-
Salaverna, Napoleón Gómez
llevaron a cabo bajo Urrutia. Laboral, denuncia to, desalojo,
(cobre, plata.
Municipio de 303 Medio irregularidades
Posteriormente,yse con intersindical y en medios, desplazamien-
plomo, zinc) Cerro Gordo,
Peñasquito Mazapil 2 Sin dato planteó la expansión
desiguales beneficiosde ecoterritorial acciones to forzado
Peñasquito, Cargos
Grupo Frisco la mina Tayahua,
económicos entrelolaque legales. y viviendas
(oro, plata, Cedros, 75 Alto Ecoterritorial, Plantón, criminales,
empresa
implica ely desplazamiento
la población demolidas.
zinc, plomo) 59,9 de la población local laboral e bloqueo, desaparicio-
El Vergel 1.013 Medio local. También se
y la destrucción de la intersindical movilización. nes, uso de la
Newmont- presentaron tensiones
Municipio de comunidad, ya que el fuerza pública.
Goldcorp 347 Alto por los daños ambientales
Mazapil yacimiento de cobre
y por los contratos deque
59,9 se pretende
trabajo para explotar
el acarreosede
ubica debajo de las
material entre gremios casas
de los habitantes
sindicales de
de la región.
Imperialismo Salaverna.
tóxico 1 Daños a los inmuebles
Aranzazu Concepción del por la barrenación en
(cobre) Aura Oro, Municipio localidades cercanas. Ecoterritorial y
7.210 Muy bajo 28,6
de Concepción laboral
1 Imperialismo
Minerales tóxico se refiere a la trasferencia de residuos tóxicos de países del Norte global hacia países del Sur global
Recorte de 25% de los (Martínez Alier, 2015).
Inc. del Oro
empleados
121
121
Boom minero y conflictividad en el noreste de Zacatecas, México
122
Cuadro 1. Conflictos mineros en la región de Mazapil 2006-2020
Pobreza por Violencia
122
Grado de
Población municipio Tipo de Respuestas
Proyecto Ubicación marginación Descripción contra las
2010 conflicto locales
en la localidad (porciento) comunidades
Nuevo
Noche
Mercurio Cerró operaciones
Buena San Felipe
Mineral de Noche en 1979. En ella se Ecoterritorial
Nuevo Mercurio, Cerró en 1991 dejando Ecoterritorial Denuncia en Imperialismo
(mercurio)
(plata, cobre, Buena, Municipio 305 Alto 59,9 almacenaron residuos y Pasivos 1
Municipio de 104 Medio 53,2 y Pasivos medios.
tóxico
.
plomo, zinc) de Melchor industriales
materialespeligrosos.
tóxicos sinEn ambientales
Minera Mazapil remediación ambientales
Ocampo 2011 se inició laambiental.
limpieza.
Rosincler
Minera
Noche Buena
Aún no inicia actividades.
San Tiburcio, Los contratos
Pero en 2014,de se llevaron
ocupación de suelo
los contratos se
previos
llevaron a cabo bajo
por la renta temporal de
548 Medio
El Berrendo,
Cerro Gordo, irregularidades con
suelo entre layempresa
Peñasquito
Camino Rojo 2 Sin dato desiguales beneficios
Peñasquito, que en ese momento era Cargos
Cedros, económicos
dueña del entre la
yacimiento, Uso de la
(oro,
(oro,plata,
plata) 75
149 Alto
Alto 59,9 Ecoterritorial,
Ecoterritorial Plantón,
Bloqueos criminales,
empresa y la población
Sergio Elías Uribe Sierra y Alejandra Toscana Aparicio
zinc, plomo) San Fco. de los 59,9 Goldcorp, y los ejidatarios laboral e bloqueo, fuerza pública.
desaparicio-
El Vergel 1.013 Medio local.
del También
ejido Sanse Tiburcio,
Orla Mining Quijanos, intersindical movilización. nes, uso de la
Newmont- presentaron
los cualestensiones
se hicieron
Municipio de fuerza pública.
Goldcorp 347
45 Alto
Alto los daños
porbajo ambientales
irregularidades.
Mazapil por los contratos
yPosteriormente, de
Godlcorp
Municipio de trabajo para el acarreo
le vendió el yacimiento dea
Mazapil material entre gremios
la empresa Orla Mining.
sindicales de la región.
Fuente: Elaboración
Imperialismo propia con información de Pérez (2014), Zaremberg et al., (2019), OCMAL, (2020), EjAtlas (2020), CONEVAL, (2016),
1
tóxico
SEDESOL (2015).
1 Imperialismo tóxico se refiere a la trasferencia de residuos tóxicos de países del Norte global hacia países del Sur global (Martínez Alier, 2015).
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Boom minero y conflictividad en el noreste de Zacatecas, México
Sergio Elías Uribe Sierra y Alejandra Toscana Aparicio
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123
Sergio Elías Uribe Sierra y Alejandra Toscana Aparicio
La trayectoria de las localidades, sobre todo las pequeñas, donde se instalan los pro-
yectos mineros, muchos de los cuales explotan yacimientos de baja ley y de corta du-
ración, inician con un periodo de cierto auge y derrama económica cuando la minera
125
124
Boom minero y conflictividad en el noreste de Zacatecas, México
empieza a pagar rentas por las tierras y sueldos, continúa con el agotamiento del mine-
ral y otros recursos como el hídrico, así como con la contaminación del agua y el suelo,
y con la agudización de la pobreza y migración. Incluso cuando se trata de proyectos
anunciados como motores del desarrollo, del empleo y la prosperidad económica, se
registra en torno a ellos un elevado número de conflictos. Y una vez que los minerales
se agotan, las localidades quedan en el desamparo y con un deterioro ambiental que les
impide desarrollar otras actividades económicas, por lo que estos proyectos promovi-
dos como generadores de empleo y desarrollo terminan por anular la vida rural. Todo
esto acompañado por conflictos laborales y/o ecoterritoriales, que, en algunos casos
se sobreponen unos con otros. Así es como se presenta el boom minero en la región
noreste de Zacatecas, una zona además muy árida, en donde el agua está siendo con-
cesionada a favor de las mineras por encima de otros usos.
Finalmente, resta mencionar que los conflictos que se presentan en esta región dan
cuenta de las tensiones globales-locales; los territorios revisitados de la región se están
reconfigurando a partir de los intereses de las corporaciones del orden global y de la ca-
pacidad de respuesta desde lo local, donde se observa la continuidad de aspectos his-
tóricamente ligados a la minería: auge económico e intercambio desigual, explotación
humana, despojo de tierra y agua, enfermedades, devastación ambiental y conflictos,
lo que ha caracterizado a la región como un espacio geográfico con un auténtico drama
minero.
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128
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128
LAS ALIANZAS PRODUCTIVAS
LAS ALIANZAS DE PALMA
PRODUCTIVAS DE ACEITE
DE PALMA
DECOLOMBIA
EN ACEITE ENYCOLOMBIA Y EL ACAPARAMIENTO
EL ACAPARAMIENTO DE TIERRAS 1
DE TIERRAS 1
Natalia Espinosa Rincón
Natalia Espinosa Rincón
Introducción
1 Este artículo fue elaborado en el marco del proyecto “Monitoreo de grandes transacciones de tie-
rra rurales en Colombia, coordinado por el profesor Juan Guillermo Ferro Medina, como parte de los
compromisos establecidos en el convenio firmado entre la Fundación para el desarrollo en justicia y
paz –FUNDAPAZ- y la Pontificia Universidad Javeriana para la iniciativa Land Matrix. El artículo inicial
fue publicado en el dossier: Grandes transacciones de tierra en América Latina: sus efectos sociales y
ambientales / Simón, Martín (et al.) - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fundapaz, 2019. Libro
digital, PDF.
130 |
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Las Alianzas Productivas de Palma de Aceite en Colombia y el acaparamiento de tierras
Las Alianzas Productivas de Palma de Aceite en Colombia. Del acaparamiento del uso al acaparamien-
to de tierras
la tierra, los recursos naturales, el espacio, el trabajo y el poder como parte de nuevas
formas de acumulación de capital, vinculadas con el reordenamiento de las estructuras
y relaciones de producción agroalimentaria y las cadenas de valor globalizadas.” (Ro-
dríguez et al. 2017, p. 34).
Para comprender como opera el esquema de las alianzas productivas de palma de
aceite en los procesos de acaparamiento y concentración de tierra, hemos propuesto
dos componentes de análisis. El primero, se refiere al funcionamiento interno de las
alianzas productivas de palma y las relaciones de poder por parte de los actores que
hacen parte de ella y, en segundo lugar, un componente externo en el que se relaciona
este esquema de organización productiva con los contextos territoriales de conflicto
armado en los que opera, así como con actores claves como el Estado y los inversores
nacionales y/o extranjeros.
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Natalia Espinosa Rincón
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Las Alianzas Productivas de Palma de Aceite en Colombia y el acaparamiento de tierras
Las Alianzas Productivas de Palma de Aceite en Colombia. Del acaparamiento del uso al acaparamien-
to de tierras
Sin embargo, como se observa en el gráfico 2 en estos esquemas existe una inequi-
tativa distribución de las responsabilidades y compromisos que asume cada uno de los
actores, evidenciando un desequilibrio de poderes entre el inversor privado y los pe-
queños productores asociados. Ejemplo de ello es el caso del grupo empresarial Oleo-
flores, encabezado por el empresario Carlos Murgas quien desarrolló e implementó el
modelo de las alianzas productivas de Palma de aceite en las regiones de los Montes de
María (sabanas del caribe colombiano) y en el Catatumbo (Nororiente de Colombia) a
inicios del siglo XXI, como se verá más adelante.
La información del gráfico 3 evidencia que, efectivamente, los pequeños producto-
res que participan de estas alianzas tienen una condición desfavorable en tanto tienen
poca capacidad en la toma de decisiones autónomas frente al proceso productivo. Ade-
más, como lo señalan Álvarez y Mow (2013)
“existen otros factores como la variación de los precios internacionales de la palma
de aceite que afecta los precios a nivel local que son determinados por la empresa an-
cla, mientras que los pequeños productores no tienen la posibilidad de sortear este tipo
de crisis económicas con la producción de otros cultivos, entre otras razones porque
las mejores tierras y los subsidios por parte del Estado están concentrados en el cultivo
de palma, dejando a los campesinos sin ningún tipo de incentivos para los sembradíos
transitorios o de pancoger, lo que tiene implicaciones sobre la seguridad alimentaria de
los campesinos y de la población de estas regiones.” (p. 18)
136
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Elaboración propia con base en: Rondón (2016), Álvarez (2013) y Gutiérrez (2016).
El papel del Estado en la acumulación de capital visto desde las alianzas produc-
tivas
Autores como Borras (2017) han señalado la importancia que tiene el Estado en los
procesos de acumulación de capital, como facilitador de los fenómenos de acapara-
miento y de concentración de la tierra, teniendo en cuenta que “la historia del desarro-
llo del capitalismo global es una historia de combinaciones variables de alianzas entre
Estado y capital, en las que la acumulación y el despojo han avanzado de la mano” (pp.
70-71) tal como ocurre en el caso colombiano.
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Las Alianzas Productivas de Palma de Aceite en Colombia y el acaparamiento de tierras
Las Alianzas Productivas de Palma de Aceite en Colombia. Del acaparamiento del uso al acaparamien-
to de tierras
Lo anterior en contraposición a los planteamientos que señalan que existe una de-
bilidad o ausencia del Estado en los procesos de concentración y acaparamiento, y por
el contrario, pone de manifiesto los mecanismos que este desarrolla para facilitar la
acumulación de capital, al tiempo que conserva unos mínimos de legitimidad política.
Así lo ha señalado Rodríguez et al. (2017) al afirmar que el Estado se ha enfocado en
“garantizar las condiciones de crecimiento económico y acumulación capitalista, así
como las condiciones de gobernabilidad y legitimidad. Es un actor fundamental en la
promoción y regulación de las compras masivas de tierras en el mundo en tanto es
quien justifica la necesidad de las inversiones.” (p. 38)
En términos generales el caso colombiano el Estado se ha enfocado en fomentar
políticas agrarias que estimulan el libre mercado de tierras y que impulsan la inversión
nacional y extranjera de quienes tienen el capital necesario para desarrollar proyectos
extractivistas y agroindustriales (Salinas, 2012). Este es el caso de la palma de aceite,
que ha tenido apoyo estatal desde los años sesenta del siglo pasado, con la estrategia
para atraer inversores privados para la siembra de esta oleaginosa por parte del Institu-
to de Fomento Algodonero, de carácter estatal, así como el aumento en las medidas de
apoyo a partir de la década de los noventa, señaladas en la tabla 2.
Este apoyo estatal ha incidido en procesos de “relocalización de la agricultura” como
los denomina Fajardo (2014), basados en la generación de sistemas de plantaciones
para la obtención de tierras a bajo costo, con apropiación de empresas de manera legal
e ilegal de terrenos pertenecientes a campesinos o comunidades étnicas, sumado al pa-
pel de los gobiernos que no protege a los legítimos propietarios mientras que han pro-
tegido las expropiaciones bajo el argumento de la utilidad pública, o cambiando leyes,
causando desplazamientos, destrucción de sus pertenencia, proletarización y pérdida
de su identidad cultural.
En el caso concreto del apoyo por parte del Estado a la agroindustria de palma de
aceite desde mediados de los años noventa del siglo pasado, este se ha enfocado en es-
timular y fortalecer esta agroindustria a través de la implementación de distintas leyes,
políticas y planes estatales, que de acuerdo con Rondón (2016) se han centrado princi-
palmente en tres aspectos: i) facilitar el acceso a capital financiero; ii) reducir los costos
de las operaciones y aportar al atractivo de los mercados y; iii) promover la autogestión
de este sector agroindustrial.
Una de las primeras medidas de apoyo del Estado colombiano a la agroindustria
de palma de aceite durante los años noventa fue la expedición de la Ley 138 de 1994
por medio de la cual se creó el Fondo de Fomento Palmero, administrado por Fede-
palma en temas de investigación y apoyo a la comercialización. Posterior a esta ley, el
Estado colombiano ha generado distintas medidas de carácter nacional para apoyar
la agroindustria de palma, que van desde los acuerdos bilaterales de cooperación con
otros países para la promoción del cultivo de esta oleaginosa, como el caso de Malasia,
así como lineamientos de política para el sector de los biocombustibles, como se señala
en la tabla 2.
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Natalia Espinosa Rincón
Natalia Espinosa Rincón
2 De acuerdo con la información del documento de trabajo No 52 del Observatorio Agrocadenas Co-
lombia del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, en la década de los noventa se importaron casi
1.3 millones de toneladas de arroz blanco, “las mayores importaciones se realizaron entre 1994 y 1998 las
cuales alcanzaron a representar entre el 16% y el 18% del consumo aparente del país. (…) Por su parte,
las exportaciones de la cadena han sido mínimas. Mientras en 1993 se exportaron 3.666 Tm de arroz en
términos de blanco, en el 2003 apenas se realizaron 337 Tm. Dichas exportaciones no alcanzan a repre-
sentar ni el 1% del consumo aparente de arroz en Colombia. (p. 15-16)
139
138
Las Alianzas Productivas de Palma de Aceite en Colombia y el acaparamiento de tierras
Las Alianzas Productivas de Palma de Aceite en Colombia. Del acaparamiento del uso al acaparamien-
to de tierras
dos, pero la gente empezó a no pagarle a los bancos […] Entonces en un momento nos
quedamos trabados, sin salida, sin crédito, sin maquinaria pa’ cortar y sin apoyo del
Estado […] eso fue en la década de los 90. Pequeño productor 1, entrevista, 2016. Como
se citó en (Rondón, 2016, p. 63)
Este caso evidencia la crisis de la agricultura que se vivió durante los años noventa
del siglo XX en el país, periodo en el que la política agraria dejó de lado las posibilida-
des de una reforma agraria y se orientó hacia el mercado de tierras, teniendo en cuenta
las nuevas directrices de organismos internacionales como el Banco Mundial y el Ban-
co Interamericano de Desarrollo, que se centraron en la apertura comercial, la dina-
mización de los mercados de tierras y la asignación de recursos fiscales para promover
la competitividad. Esto debía debilitar el monopolio de la tierra, reducir sus costos y
hacer más competitivas las exportaciones colombianas. (Fajardo, 2014, p. 67)
En este contexto de apertura económica tomaron fuerza las políticas agrarias en-
focadas en impulsar la agricultura comercial, fomentando los cultivos de tardío ren-
dimiento (como la palma de aceite) en detrimento de los cultivos transitorios, como
medida para solucionar la crisis agrícola, que a la postre dejaba intacta la inequitativa
distribución de la propiedad de la tierra.
En los primeros años del siglo XXI, en las regiones de Montes de María y el Cata-
tumbo se impulsaron de manera paralela las alianzas productivas de palma de aceite
por parte de distintos actores privados, entre ellos, el reconocido empresario palmero
Carlos Murgas, quien además de tener una larga trayectoria en el sector privado palmi-
cultor, ejerció como Gerente General de la Caja Agraria (1992), luego como Ministro
de Agricultura durante el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) y posteriormente
como el principal representante del grupo empresarial Oleoflores, negocio familiar con
una trayectoria de más de 30 años entorno a la palma de aceite, como se señala en el
gráfico 4.
Este fenómeno de rotación entre cargos en empresas privadas, luego en cargos pú-
blicos y nuevamente en empresas privadas por parte de inversionistas privados se ha
denominado “puerta giratoria” y evidencia el uso que hacen particulares de las en-
tidades estatales para favorecer sus intereses económicos, como es el caso de Carlos
Murgas, quien además de impulsar las alianzas estratégicas de palma en su paso por
el gobierno nacional, impulsó “subsidios a la agroindustria como el incentivo de capi-
talización rural y la cooperación internacional principalmente de Estados Unidos y de
países como Malasia, con el que se desarrolló uno de los primeros proyectos pilotos de
palma en el Catatumbo.” (Salinas, 2010, p. 35).
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141
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Las Alianzas Productivas de Palma de Aceite en Colombia y el acaparamiento de tierras
Las Alianzas Productivas de Palma de Aceite en Colombia. Del acaparamiento del uso al acaparamien-
to de tierras
Durante el periodo en el que Carlos Murgas ocupó cargos públicos, promovió el mo-
nocultivo de palma de aceite bajo dos argumentos centrales: por un lado, el de mejorar
la competitividad en el campo y, por otro lado, como alternativa de desarrollo para re-
giones con presencia de cultivos declarados de uso ilícito. Este último argumento sirvió
para adelantar los primeros esquemas de alianzas productivas en la región del Cata-
tumbo, de la mano de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional
-USAID- a través de programas como el Más Inversión para el Desarrollo Alternativo
Sostenible-MIDAS. (Gutiérrez, 2016, p.105)
El caso de Murgas y su grupo empresarial Oleoflores y el impulso que este empre-
sario dio a las alianzas estratégicas productivas de palma de aceite da cuenta de cómo
interactúan en la implementación de este esquema de producción tanto el Estado, a
través de sus entidades nacionales y locales y de la política pública para el sector agro-
pecuario, así como los inversores nacionales y extranjeros, sumado al apoyo de entida-
des internacionales como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Interna-
cional –USAID-, en un contexto de conflicto armado.
De acuerdo con la información del Observatorio global Land Matrix, las grandes
transacciones de tierra en las que está vinculado el grupo empresarial Oleoflores, en-
cabezado por Carlos Murgas, en las regiones de Catatumbo y Montes de María sobre
pasa las nueve mil hectáreas, gran parte de estas a través del esquema de Alianzas Pro-
ductivas de Palma de aceite, como se observa en la tabla 3.
Además de la crisis agrícola que se sintió en las dos regiones, en Montes de María
con el Arroz y en el Catatumbo con el café y otros productos como el plátano y el maíz,
un elemento en común que tuvieron en los primeros años del siglo XXI fue el recrude-
3 La información de los casos que se recogen en esta tabla hacen parte del monitoreo realizado por
la autora en el marco de las actividades del convenio señalado en la cita de pie de página No 1. de este
artículo.
142
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Natalia Espinosa Rincón
cimiento del conflicto armado con la violencia de grupos paramilitares, en los mismos
años en que se desarrollaron las primeras alianzas productivas en estas zonas, como se
señaló anteriormente.
En la región del Catatumbo, el Centro Nacional de Memoria Histórica (2015) regis-
tró en el periodo de 1997 a 2004 la expulsión de 34.263 personas de Tibú, municipio
ubicado en la parte plana de esta región, en donde se ha expandido la agroindustria
palmera. Al respecto, el informe de esta institución señala que la cantidad de personas
desplazadas en este municipio
“representan el 42 por ciento [de las victimas] del Catatumbo, y más de una tercera
parte que las víctimas de Norte de Santander. Del total de las personas desplazadas re-
gistradas en el RUV a agosto de 2013, el 13 por ciento huyó en episodios masivos a partir
de 1999, año en el que se cometieron seis de las catorce masacres con las que el Bloque
Catatumbo se impuso en el territorio tibuyano, forzando la huida masiva de más de tres
mil personas.” (p. 61-62)
En este periodo en que incrementó el conflicto armado en la región, que coincidió
con los años de mayor presencia del Bloque Catatumbo de las Autodefensas (1999-
2004), fue el lapso de tiempo en que se impulsó el esquema de las alianzas productivas
estratégicas de palma de aceite con apoyo de entidades como la USAID y con la partici-
pación del grupo empresarial Oleoflores, como lo muestra la información recolectada
por el observatorio Land Matrix y que se señala en la tabla 3. 4 El siguiente testimo-
nio de un líder campesino el Catatumbo da cuenta de la relación entre el impulso a la
agroindustria de palma por parte del Estado, la violencia paramilitar y el papel de los
inversionistas privados.
“ese es el modelo que está en Tibú, digamos, esa fue la relación de la presencia del
paramilitarismo con el modelo agroindustrial, o sea, lo que queda de eso es el modelo
agroindustrial, que ahí incluso está la familia Murgas, la familia Uribe, y todo lo que se
hizo en el área de Tibú fue presentado como un modelo de sustitución de coca, en reali-
dad ahí lo que hubo fue la legitimación de un proceso de despojo y de desplazamiento
que todavía está por aclararse, por establecer responsabilidades, pero ellos mismos lo
ponen como un ejemplo de sustitución de coca, cuando ahí lo que instalaron fue planta-
ciones enormes, ya no hay campesinos.” (Entrevista a dirigente campesino, en Espinosa,
N. 2018, p. 62)
Un caso parecido ocurrió en el municipio de Maria la Baja en Montes de María, en el
que coincidieron la conformación de la primera alianza productiva denominada Aso-
palma 1 entre el grupo empresarial Oleoflores y 126 pequeños y medianos productores
en el año 2001, y el aumento de la violencia paramilitar a manos del bloque Héroes de
los Montes de María de las Autodefensas que un año antes había realizado “dos de las
masacres más violentas ocurridas en la región. En El Salado, en Carmen de Bolívar, y en
Mampuján y Las Brisas, en María La Baja y San Juan Nepomuceno, [en las que] los pa-
4 Sobre la relación entre violencia, reconfiguración territorial y agroindustria de palma en la región del
Catatumbo ver: Espinosa, N (2018) Acción política campesina en la región del Catatumbo. 1996-2013.
Tesis de Maestría. Universidad Javeriana.
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5 Esta asociación está conformada por pequeños productores beneficiarios de la ley 1 de 1968 de re-
forma agraria a quienes el Incora les adjudicó entre 14 y 16 hectáreas por familia en la década de los
noventa, con una medida de restricción de venta durante 15 años, periodo en el que cada familia debía
pagar a la Caja Agraria el valor de la tierra adjudicada. Sin embargo, durante este periodo la violencia
paramilitar terminó desplazando y despojando de sus parcelas a estos productores, que actualmente se
encuentran en un proceso de restitución de tierras. La información sobre este caso se puede consultar
en: Rutas del Conflicto. 2018b. La restitución de tierras que aún no llega al Cucal. Recuperado de: http://
rutasdelconflicto.com/especiales/acuatenientes/cucal.html
6 Al respecto Borras (2010) ha planteado una tipología sobre los cambios de uso de la tierra, que pueden
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Bibliografía
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RESISTENCIAS Y ALTERNATIVAS DEL PUEBLO
MAPUCHE
MAPUCHE FRENTE AL FRACKING
FRENTE AL FRACKING EN
EN VACA
VACA MUERTA
MUERTA
(NEUQUÉN, ARGENTINA)
(NEUQUÉN, ARGENTINA)
Gisela Hadad
Gisela Hadad, Juan Wahren y Tomás Palmisano
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sus pobladores (Arias Bucciarelli y Favaro, 2008; Bonifacio, 2011). Allí se encuentra la
mayor reserva de gas y petróleo no convencional de las formaciones geológicas Vaca
Muerta y Los Molles (Bacchetta, 2013), por lo cual los métodos no convencionales de
explotación aparecen como una novedad productiva que avanza sobre algunas regio-
nes donde hasta entonces no había producción hidrocarburífera (Di Risio, Gavaldà,
Peréz Roig y Scandizzo, 2012; Svampa y Viale, 2014). Asimismo, existen otras regiones,
dentro de la provincia, donde la actividad petrolera ha provocado diversos conflictos
territoriales con los pobladores locales. Un ejemplo de ello son las acciones colectivas
de las comunidades mapuche en Loma de la Lata y Loma Campana contra la contami-
nación y los riesgos sanitarios de la actividad hidrocarburífera convencional de Rep-
sol-YPF en esos territorios, así como las comunidades del departamento de Rincón de
los Sauces (Bazalote Oliver, 2000 y Maragi, 2020).
El principal núcleo urbano dentro del territorio que comprende la formación Vaca
Muerta es la ciudad de Añelo, cabecera municipal del departamento homónimo que
tiene poco más de 3.000 habitantes. Tradicionalmente la producción de la zona fue
fundamentalmente agrícola (hortícola) y ganadera (caprina) de pequeña y mediana
escala, así como producción frutícola de pequeña, mediana y gran escala. Además, en
la última década avanzó el cultivo de vid con diferentes bodegas de alta gama que cul-
tivan uvas para vinos finos.
En esta zona también se encuentran las principales comunidades mapuche (Kaxipa-
yiñ, Paynemil y Campo Maripe) que vienen protagonizando procesos de resistencia a
las actividades hidrocarburíferas convencionales y no convencionales de los yacimien-
tos de Loma La Lata y Loma Campana, pertenecientes a la formación de Vaca Muerta.
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YPF (anteriormente Repsol YPF), Gas y Petróleo del Neuquén (GyP), Tecpetrol, Che-
vron, Total, Petrobras, Sinopec, Pan American Energy, Exxon, Petronas y EOG Resour-
ces (Svampa y Viale, 2014). La territorialización del sector petrolero opera básicamente
a través de dos formas: la producción directa y la intervención comunitaria.
En primer lugar, la territorialización de las empresas de hidrocarburos en Vaca
Muerta a partir del despliegue de la propia lógica productiva y tecnológica de la extrac-
ción de hidrocarburos convencionales y no convencionales genera fuertes impactos
en el medio ambiente, la salud de las poblaciones adyacentes y una reconfiguración
social inherente a la propia actividad extractiva. Específicamente, la principal empre-
sa que actúa en la formación de Vaca Muerta es YPF de capitales mayoritariamente
estatales en un joint venture con la empresa transnacional de hidrocarburos de origen
estadounidense Chevron, la cual además de capital aporta tecnología de última gene-
ración para el fracking. De esta manera las acciones que realiza YPF-Chevron marcan
de alguna manera las formas de acción del resto de las empresas de hidrocarburos que
operan en la zona, aunque algunas empresas muestran matices en sus procesos espe-
cíficos de territorialización en comparación con YPF-Chevron. Este escenario se en-
marca en un polémico acuerdo entre la empresa estatal y la petrolera estadounidense
Chevron firmado en el año 2013 para la explotación conjunta de los hidrocarburos no
convencionales del yacimiento de Vaca Muerta en Neuquén, el cual generó diferen-
tes debates políticos y mediáticos, así como diversas movilizaciones de distintos sectores
sociales (comunidades indígenas mapuche, sindicatos, movimientos territoriales) prin-
cipalmente de la provincia de Neuquén que se oponen al uso del “fracking” por con-
siderarlo contaminante y riesgoso para las poblaciones y las actividades productivas
adyacentes a los pozos de extracción (Svampa y Viale, 2014). En síntesis, la extensión
de estos métodos “no convencionales”, se presentan, por un lado, como una amplia-
ción de las reservas de hidrocarburos y el potencial desarrollo regional y nacional que
éstas permitirían, pero por otro lado, abren la disyuntiva acerca de los costos sociales y
ambientales que conllevan estas técnicas de explotación a través del “fracking” como
sobre napas de agua subterráneas para la extracción del gas y el petróleo.
En segundo lugar, las empresas despliegan mecanismo de intervención comunita-
ria principalmente dentro del paradigma de la “Responsabilidad Social Empresaria”
(RSE) (Correa, Flynn y Amit, 2004; Kirschner, 2006; Cafiero, 2010). De esta manera, las
mismas se plantean aminorar los impactos negativos de la actividad hidrocarburífera
en términos ambientales y sociales, generando lazos con las comunidades locales y
programas de remediación y/o prevención ambiental (Svampa y Sola Álvarez, 2010).
En este sentido, las políticas de RSE desplegadas por las empresas no se encuentran
ajenas al escenario de conflictividades que genera la actividad hidrocarburífera y por
ende, sus actividades aparecen como una esfera clave para comprender su rol en las
disputas territoriales de las regiones abordadas. Por ejemplo, la empresa Total, de ori-
gen francés y con mucha presencia de explotaciones no convencionales en la zona de
la reserva provincial Auca Mahuida, promueve a partir de sus políticas de RSE distin-
tos emprendimientos locales. Por su parte la Fundación YPF además de “colaborar”
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1 Estos datos fueron elaborados a partir de información de la Dirección Provincial de Estadística y Cen-
sos de la Provincia del Neuquén: https://www.estadisticaneuquen.gob.ar/#/petroleo_y_gas (Acceso 14
de enero de 2021).
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Por su parte el Lof Kaixipaiyin, está formado por 25 familias y practican el uso efec-
tivo de 4700 ha. que fueron reconocidas luego de largos conflictos territoriales con las
empresas de hidrocarburos y el Estado (Latorraca y Montero, 2003). En este sentido
Juan Gabriel Cherqui, el lonko de esta comunidad afirmaba que
"estamos con la soga al cuello. Con todo el envenenamiento que hay, estamos do-
blemente condenados: a morir por contaminación o a tener que salir a hacer changas
en las chacras porque nuestro suelo ya no sirve para la cría de animales (...) Nosotros
somos todos originarios de esta tierra, y no nos vamos a ir nunca. Y ellos deben seguir
muchos años con su explotación. Acá la única solución es sentarse a dialogar. Nuestro
deseo es que se vayan, pero como están las cosas, hoy eso es imposible. Si el Estado no
hace respetar mis derechos, menos los va a respetar una multinacional" (Latorraca y
Montero, 2003: 27).
En el caso del lof Campo Maripe ha quedado documentado que es una comunidad
con presencia en el territorio desde 1927 (Villarreal y Meza Huecho, 2015). Desde esos
años, la familia llevó adelante actividades ganaderas, a partir de las cuales fue registran-
do pagos al Estado en concepto de derechos de pastaje, demostrando su permanencia
ininterrumpida en el territorio que hoy reclaman. En la actualidad el lof está conforma-
do por unas 144 personas, integrantes de 35 familias, cuyos medios de vida se han ido
diversificando en las 900 ha. reconocidas como comunitarias por parte del Estado. Esta
superficie es una pequeña fracción de las más de 10.000 ha. que la comunidad reclama
como posesión ancestral, las cuales les permitirían apuntalar y ampliar sus prácticas
productivas agropecuarias autogestionadas (pastoreo extendido y agricultura). En la
actualidad, si bien se mantienen las actividades rurales, muchos miembros de la co-
munidad, sobre todo los más jóvenes, optan por empleos en las empresas que operan
en la región, tanto petroleras como de servicios (Hadad, Palmisano y Wahren, 2021).
En todas estas comunidades, la cantidad de tierra reclamada es mucho mayor a la
cantidad de tierra reconocida por el Estado y el uso efectivo del territorio se encuentra
en permanente tensión con las empresas petroleras de la zona. Lo que las unifica es
justamente este reclamo territorial y su identidad como mapuche. En palabras de Albi-
no Campo, lonko del Lof Campo Maripe,
"nosotros somos una comunidad y hay otras comunidades, pero somos un Pueblo
Mapuche. Nosotros como comunidad, como pueblo, lo único que le decimos al Estado
y a la provincia es que nos respeten, que cumplan la ley. Está escrita la ley está escrita,
nada más que las cumplan. Por lo menos acá saben que nosotros resistimos" (Entrevis-
ta propia, 2017).
Al no obtener respuestas frente a sus reclamos territoriales, el Lof decidió iniciar a
mediados del 2016 un bloqueo (Ver figura 2) permanente a los pozos de esa zona im-
pidiendo la producción a las empresas YPF-Chevron en esa parte del yacimiento Vaca
Muerta (Hadad, Palmisano y Wahren, 2021). Esta acción se dio en un contexto de fuerte
criminalización e invisibilización de las luchas mapuche en toda la región y en el mar-
co de un nuevo impulso por parte del gobierno nacional y provincial a las actividades
extractivas de hidrocarburos no convencionales en la zona.
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Figura 2 - Imagen del bloqueo efectuado por el lof Campo Maripe a YPF en 2016
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los ejidos municipales. Entre los años 2014 y 2017 se aprobaron ordenanzas que prohí-
ben esta actividad en diversas ciudades donde se estima que existen yacimientos de hi-
drocarburos no convencionales e, incluso en ciudades donde ya se han comprobado la
existencia de estos yacimientos y zonas aledañas ya han comenzado la exploración y/o
explotación de estos hidrocarburos. Por otro lado, las comunidades vienen reclamando
el reconocimiento ancestral de sus territorios en base a las leyes y normas nacionales e
internacionales, como por ejemplo el artículo 75 de la Constitución Nacional que reco-
noce la preexistencia de los pueblos indígenas y sus derechos territoriales ancestrales
y el artículo 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que además de los
derechos territoriales obliga al Estado a realizar consultas previas libres e informadas
sobre el uso de los territorios comunitarios indígenas. Gran parte de estas demandas
territoriales las canalizan a través del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) el
cual se encuentra realizando un relevamiento territorial de comunidades indígenas en
base a la ley 26.160 promulgada en el año 2006 y vigente hasta la actualidad.
Por último, las comunidades mapuche se encuentran reconstruyendo desde fines
de los años ochenta y noventa del Siglo XX sus propias formas productivas y de uso de
los territorios que configuran alternativas concretas al avance extractivo y al desarrollo
impuesto desde la lógica hegemónica de las empresas y del Estado en sus diferentes
niveles. Las comunidades Mapuche Lof Campo Maripe, Lof Paynemil y Lof Kaixipaiyin
vienen desarrollando y recreando la cría de ganado extensiva (principalmente cabras,
ovejas y cerdos) algunos con sistema de veranada/invernada que implica una exten-
sión territorial ligada a lógicas productivas propias de la región, arraigadas en prácticas
culturales. Asimismo, han recuperado distintas actividades de artesanías en tejidos y
alfarería que comercializan localmente en ferias locales y también en el ámbito pro-
vincial. En paralelo, algunas de las comunidades también han incorporado la siembra
de distintos cultivos como alfalfa, frutas (frambuesas, higos, membrillos y manzanas)
y hortalizas a través de sistemas de riego, algunos incluso con “apoyo” 2 de las empre-
sas de hidrocarburos a través de sus programas de Responsabilidad Social Empresaria
(RSE) (Díaz y González, 2019). Esta situación da cuenta de cómo se complejizan los
procesos de negociación y conflicto en la territorialización tanto de las comunidades
mapuche como de las empresas hidrocarburíferas. En este sentido, compartimos con
Maraggi (2020) quien propone que existen cuatro formas de relacionamiento y resis-
tencia de las comunidades mapuche en la zona frente a las empresas petroleras, a saber,
1) la resistencia colectiva vinculada a la articulación multiactoral o de redes sociales
más amplias orientadas a la configuración de alianzas políticas, 2) la reivindicación en
el plano del derecho con eventuales instancias de confrontación en el ámbito judicial,
3) las prácticas de acción directa relacionadas con el bloqueo de la actividad económi-
ca, y 4) la apertura de canales de diálogo entre partes para dar lugar a acuerdos institu-
cionalizados (Maraggi, 2020:52).
2 Es el caso de la petrolera de origen francés Total, que financió un vivero de plantas autóctonas y una
cooperativa de producción porcina, entre otras actividades, en el marco de su programa de RSE (Díaz y
González, 2019).
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Conclusiones
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Bibliografía
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Cafiero, Belén 2010 “La intervención social de las empresas: reflexiones en torno a la
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CENTRALIDADE
CENTRALIDADE DO TRABALHO
DO TRABALHO FEMININO NA
FEMININO
NA MULTIPLICAÇÃO
MULTIPLICAÇÃO DASDAS SEMENTES
SEMENTES CRIOULAS
CRIOULAS NO
NO ALTO
ALTO SERTÃO
SERTÃO SERGIPANO
SERGIPANO
Thais Moura dos Santos e Eraldo da Silva Ramos Filho
Thais Moura dos Santos e Eraldo da Silva Ramos Filho
Introdução
Pandolfo (et al, 2014) afirma que as sementes crioulas são variedades que passaram por pro-
cessos de melhoramento tradicional, sendo manejadas por camponeses e povos tradicionais
por meio de uma seleção dirigida e adaptada às condições ambientais locais, ou ainda, como
aquelas sementes herdadas dos antepassados que as mantiveram com formas tradicionais de
manejo e uso.
No entanto, presenciamos nas últimas décadas um intenso processo de privatização das
sementes pelas multinacionais do agronegócio. Processo que rebate diretamente na oligopoli-
zação do mercado de alimentos e padronização da cultura alimentar. Dessa forma, as pessoas
responsáveis por “cuidar” das sementes recebem a denominação de Guardião ou Guardiã de
Sementes, terminologia construída, a partir, da necessidade de orientar a população em geral
sobre a erosão, contaminação, perda e apropriação indevida das sementes, da cultura e do co-
nhecimento contidos nas mesmas.
Nas comunidades estudadas, o trabalho feminino é central na multiplicação das sementes
crioulas, corroborando com as afirmações de Grisa e Schneider (2008), que apontam que as
mulheres das comunidades rurais desempenham papel fundamental no resgate de sementes e
na produção agroecológica. Nesse contexto, o presente texto objetiva demostrar a importância
do trabalho feminino na produção das sementes crioulas em comunidades camponesas, bem
como, discutir os desafios e estratégias presentes no processo da guarda de sementes.
Nosso recorte de pesquisa são as comunidades rurais Lagoa da Volta, no município de Porto
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Centralidade do trabalho feminino na multiplicação das sementes crioulas no Alto Sertão Sergipano
Fonte: Center for Disease Control and Prevention (2019), Malhas Digitais IBGE, (2010).
Esse território surgiu em 2003, como uma estratégia de planejamento estatal, no contexto
da política de desenvolvimento territorial. Por situar-se em uma numa faixa que compreende o
semiárido, o Território do Alto Sertão Sergipano compartilha as características geofísicas desse
bioma, sendo atributo marcante os longos períodos de estiagem, fenômeno climático politi-
camente utilizado para justificar a situação de pobreza, sendo objeto de ações emergenciais e
assistencialistas das políticas públicas governamentais (AMORIM, 2016).
O presente estudo adotou como procedimentos metodológicos: a revisão bibliográfica, jor-
nadas de campo e a realização de entrevistas semiestruturadas com dez Guardiãs de Sementes,
sendo cinco em cada uma das comunidades. A faixa etária das entrevistadas circundou entre
32 e 75 anos, e, considerando que esta é uma atividade transmitida entre gerações, as entrevis-
tas evidenciaram notável conhecimento preservado.
O presente texto está estruturado, para além, dessa introdução em um primeiro tópico que
discute as características do fazer agricultura no modo camponês-familiar e capitalista-agro-
negócio. Em seguida, refletimos sobre a importância do trabalho feminino na conservação e
multiplicação das sementes crioulas. Por fim, versamos sobre a dinâmica e desafios da guarda
das sementes no Alto Sertão de Sergipe e são apontadas algumas considerações finais.
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O sociólogo Teodor Shanin (2005) concebe o campesinato como uma classe sui generis. Sua
singularidade se manifesta na experiência única de reprodução, o qual se baseia no controle
sobre o trabalho e sobre os meios de produção. Concordando com essa reflexão, Ramos Filho
(2015) afirma que o fundamento da existência campesina reside em uma economia, na qual o
trabalho da família é a principal referência, e os objetivos do seu trabalho não são guiados pela
realização da acumulação, mas sim pela reprodução da vida com dignidade.
Nessa direção Chayanov (1981) vai conceber a Unidade de Produção Familiar Camponesa
como aquela que se fundamenta em relações de produção não-capitalistas, pois seu horizonte
não se assenta na extração de mais-valia e sim na satisfação das necessidades da família. Dessa
forma, o trabalho familiar é central para cultura camponesa, e sua organização irá variar con-
forme a composição (número de integrantes da família) e estrutura da família (distribuição dos
integrantes por faixa etária).
Então, a Unidade de Produção Familiar Camponesa é ao mesmo tempo uma unidade de
trabalho e de consumo, ou seja, a vida é regulada pela satisfação e penosidade do trabalho, um
cálculo qualitativo que pesa variáveis de acordo com cada realidade.
Para o camponês a relação com a terra enquanto lugar de reprodução da vida é também
diferenciada. Ramos Filho (2015) aponta que a terra para o campesinato comporta a função de
moradia e de trabalho, é o bem comum elementar que permite sua realização material e ima-
terial. Família-terra-trabalho é o tripé dos valores camponeses, portanto, características que
permitem ao campesinato conservar a capacidade de produzir seus próprios meios de vida.
O campesinato não está fora do capitalismo, e por isso, mesmo sendo conformado por rela-
ções de trabalho não-capitalistas, em sua reprodução deve ser entendido, a partir, das contra-
dições do capital. Para Vergés (2015) a unidade camponesa de trabalho e consumo não é mais
do que o suporte de um processo produtivo imerso no capital e definido, sobretudo, por sua
condição de trabalho explorado.
Essa exploração, que se consuma por meio de diversos mecanismos de intercâmbio desi-
gual, é também um todo complexo constituído por diversas transferências organicamente en-
trelaçadas. No mundo da troca o camponês se subordina ao mercado de produtos, o de dinhei-
ro e o de trabalho.
Na incorporação dos produtos camponeses no mercado capitalista, este é reduzido à con-
dição homogênea de mercadoria e automaticamente torna-se um produto do sistema. O cam-
pesinato tem que vender seus produtos por um preço imposto pelo mercado, e nesse processo
sua a riqueza e drenada para o capital.
No mercado de trabalho, esse sujeito coletivo, principalmente em tempos de crise é impelido
a vender sua força de trabalho para atingir a reprodução familiar equilibrada. A existência des-
se mecanismo de subordinação possibilita que o capitalista satisfaça sua necessidade de maxi-
mizar os lucros, pagando a força de trabalho abaixo de seu valor, prolongando ou intensifican-
do a jornada.
Já a sujeição camponesa no mercado de dinheiro, se configura principalmente, a partir, da
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Centralidade do trabalho feminino na multiplicação das sementes crioulas no Alto Sertão Sergipano
aquisição de créditos agrícolas utilizado para dinamizar a produção. Processo que reverbera no
endividamento do camponês, e consequentemente no aumento do grau de penosidade do tra-
balho, na liberação de força de trabalho para se assalariar nos empreendimentos capitalistas. E
como consequência mais grave, a perda dos meios de produção, que são carreados para quitar
as dívidas com os agentes do capital.
Essas formas de sujeições, demostram como o capital consegue se expandir a partir da cria-
ção e recriação do campesinato, revelam também, a funcionalidade da existência de formas de
produção não-capitalista. É mister entender, que o modo de vida camponês apresenta contra-
ditoriamente uma relação de subordinação e estranhamento com o capital. Se, por um lado, o
mercado domina o campesinato, por outro, ele não o organiza.
Logo, é importante ressaltar que “a presença camponesa não decorre de uma licença capita-
lista”, mas sim “da capacidade própria de se articular, enquanto classe” (PAULINO; ALMEIDA,
2010, p. 65), o constante processo de enfrentamento e organização campesina reflete em arti-
culações que permite a reprodução desse sujeito coletivo.
O modelo de agricultura capitalista-agronegócio possui como principal relação social o
trabalho assalariado e o resultado da produção orientado para a fabricação de mercadorias e
trabalho excedente apropriado privadamente. Nesse modelo de produção a terra é compreen-
dida como terra de negócio, ou seja, é terra utilizada como instrumento de exploração da força de
trabalho alheia, com a finalidade de gerar a reprodução ampliada do capital (MARTINS, 1981).
Ramos Filho (2015) nos ajuda a compreender o agronegócio como um complexo de siste-
mas capitalistas (produção agropecuária, biotecnologia, indústria de insumos agrícolas e me-
dicamentos veterinários, circulação e logística, marketing e propaganda, finanças, sistemas de
informação geográfica e redes de comercialização varejistas e atacadista).
Por sua vez, a agricultura capitalista concretiza sua expansão, a partir, da territorialização
do capital no campo, que se expande incorporando terras, mecanização e automação, trabalho
assalariado e produção de mercadorias. Também se expande monopolizando o território cam-
ponês, explorando o trabalho familiar, controlando os sistemas de produção e o produto final
sobre as condições que ele impõe, ou seja, sujeitando a renda camponesa.
Esse último processo visa cravar a dependência do mercado nos territórios camponeses.
Nesse contexto, o processo de apropriação das sementes pelas empresas multinacionais, rever-
bera em um artifício de controle externo na propriedade camponesa, que retira desse sujeito
seu conhecimento ancestral (saber fazer) e autonomia nas práticas de cultivos (o quê plantar,
quando plantar, como plantar, para quê e para quem plantar).
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Centralidade do trabalho feminino na multiplicação das sementes crioulas no Alto Sertão Sergipano
oficiais, as mulheres agricultoras são maioria entre os “membros não remunerados” da família.
As atividades realizadas pela mulher são consideradas como “ajuda”, uma vez que se pon-
dera que tanto dentro, quanto fora dos limites domésticos a mulher não trabalha. Esta situação
transforma as mulheres em eternas ajudantes familiares. Não por acaso, há uma invisibilidade
sobre o trabalho realizado pelas mulheres, em especial na agricultura familiar camponesa, em
que os trabalhos produtivo e reprodutivo se confundem.
Dessa forma, se quisermos compreender a importância do trabalho feminino na agricultura
camponesa e seus rebatimentos no processo revolucionário de conservação e multiplicação
de sementes não podemos fazê-lo com base apenas na economia tradicional, que invisibiliza
o trabalho das mulheres e exclui a produção do autoconsumo (que sustenta e garante a se-
gurança alimentar e nutricional das famílias) dos elementos de renda que medem o valor da
produção.
Para jogarmos luz sobre a produção e a renda das mulheres camponesas, buscamos fun-
damentos da economia feminista que, além da renda, ressalta a contribuição econômica do
trabalho que não produz mercadoria, ou seja, uma perspectiva que coloca em evidência o tra-
balho de cuidados realizado pelas mulheres, apontando-o como fundamental para o desenvol-
vimento humano, considerando a riqueza não monetária.
Nessa direção, têm sido as mulheres responsáveis pelos cuidados com as sementes e con-
sequentemente construtoras de autonomia para o campesinato. O primeiro aspecto que deve-
mos levar em consideração é o extenso conhecimento feminino acerca das práticas que envol-
vem o ciclo da vida. Então, vão ser as mulheres as incumbidas pela observação e cuidado das
espécies. Também são as elas que fazem de suas roças, quintais e/ou arredores de casa o lócus
da produção e reprodução da diversidade.
Outro aspecto, este atrelado ao fato das matriarcas serem as principais responsáveis pelas
trocas de sementes (filhas, mudas, brotos) e de conhecimentos tradicionais. É nas conversas
entre comadres, na passada na casa da vizinha, na sociabilidade das feiras, que as mulheres
vão intercambiando entre si e esse processo contribui sobremaneira na diversificação genética
das espécies.
É importante salientar o caráter multifuncional da mulher camponesa, essa que exerce uma
múltipla jornada, e ao longo do dia não fica limitada a uma tarefa só, desenvolvendo diversos
trabalhos importantes para a manutenção da família e da produção. Assim, elas se dividem entre
os serviços domésticos, os cuidados com a família e o trabalho agrícola. Ao combinar diferentes
modalidades de trabalho, elas formam um mosaico complexo, tornando difícil identificar onde
começa ou termina uma atividade (CORDEIRO, 2007).
Cordeiro (2007) esclarece que diferentemente dos homens, que se dedicam inteiramente ao
trabalho agrícola, as mulheres se desdobram entre os roçados, os terreiros e a casa para conci-
liar as diferentes demandas do grupo familiar.
Outra especificidade do trabalho feminino desenvolvido na agricultura camponesa é a res-
ponsabilidade das mulheres pelo processamento dos alimentos (produção de queijos, mantei-
ga, remédios e doces, por exemplo) e a manufatura de diversos produtos (vassouras, cerâmica,
retalhos e utensílios domésticos), além dos cuidados com os pequenos animais (galinhas, pa-
tos, porcos e cabras). As mulheres elaboraram várias estratégias que permitiram a circulação,
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Centralidade do trabalho feminino na multiplicação das sementes crioulas no Alto Sertão Sergipano
em diferentes espaços e processos sociais, de uma ideia fluida e pouco demarcada sobre o tra-
balho feminino no espaço rural.
Não buscamos aqui romantizar as práticas femininas na agricultura, pois como já dissemos
anteriormente a esfera do cuidado fora delegada à mulher, a partir de processos sociais que
desvalorizam essa esfera e posteriormente o trabalho feminino. Sabemos ainda que coexiste um
contexto de desvalorização do trabalho feminino, as atividades masculinas e femininas cumprem
papeis importantes na manutenção e reprodução da vida, o problema não está na diferença, está
na inferiorização de um pelo outro, e isso por vezes refletem na família camponesa.
Outro adendo importante para a compreensão do que dissemos até agora, é apontar que
não atribuímos à mulher o papel de “salvadora do mundo”, nem tão pouco, pensamos ser ela a
única responsável pela construção da autonomia camponesa. Mas, afirmamos a importância
de reconhecer e valorizar o trabalho feminino na agricultura, esse que rebate diretamente: no
controle das sementes, na expansão da agrobiodiversidade, no combate a erosão genética, na
provisão de alimentos, no enfretamento ao modo capitalista de agricultura e seu aparato tec-
nológico e jurídico e, assim, na produção e reprodução da vida e esses são elementos fundantes
na construção da autonomia camponesa.
São nas práticas da vida cotidiana que as mulheres se constroem e se afirmam enquanto
Guardiã de Sementes, transmissoras de conhecimento e multiplicadoras da cultura que está
associada a essa prática, por conseguinte, na escala do lugar negam os pressupostos da agroin-
dústria sementeira. Diante disso, procuramos construir um entendimento sobre a significação
e o sentido que está imbricado nesse sujeito a partir, das definições encontradas nas falas das
mesmas.
Eu sei que guardar semente é guardar, é preservar e não só a semente né, é o conhecimento também,
é guardar para se plantar, para ter, para não andar atrás dos outros, isso é ser guardiã (DM, 72 anos, Co-
munidade Bom Jardim).
Então, guardiã de semente é a pessoa guardar semente e ficar tranquila porque não vai estar se preo-
cupando de comprar semente, sem saber se vai nascer ou não e a gente guardando a gente sabe que vai
nascer (SR, 50 anos, Povoado Lagoa da Volta).
Minha filha eu me sinto muito orgulhosa de ser guardiã de semente, porque é não deixar nossa cultu-
ra morrer, é guardar pra mim e para quem mais precisar (CS, 55 anos, Povoado Lagoa da Volta).
Nos relatos, percebe-se que o sujeito Guardiã de Semente se relaciona intimamente com o
cuidado da vida que atravessa desde a manutenção das tradições familiares; a cultura campo-
nesa ambientada nos processos de sociabilidade, mas, também é um aporte do processo de
construção de autonomia camponesa, pois os cuidados com a semente permitem a família o
controle sobre o embrião da produção de alimentos.
As Guardiãs produzem com vistas à preservação e manutenção dos recursos naturais e o
equilíbrio ambiental e ecológico nos seus espaços. Para isto, elas buscam manter a produção
dos policultivos (diversificação vegetal e animal); a utilização de sementes próprias (crioulas);
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Figura 2 - Croqui da unidade de produção familiar camponesa, focando os espaços onde se tem os
cultivos das mulheres, 2020
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Centralidade do trabalho feminino na multiplicação das sementes crioulas no Alto Sertão Sergipano
Brito e Carvalho (2000) afirmam que o quintal é definido, na maioria das vezes, como a por-
ção de terra próxima à residência, de acesso fácil e cômodo, na qual se cultivam ou se mantêm
múltiplas espécies que fornecem parte das necessidades nutricionais da família, bem como
outros produtos, como plantas medicinais. Nessa direção, Costa (2009) aponta o quintal como
um sistema policultural que produz grande diversidade de espécies, incluindo plantas orna-
mentais, frutíferas, medicinais, nativas e outras.
Em particular, o quintal, que historicamente foi relegado ao plano de invisibilidade, por ser
visto como um espaço de produção irrisória. No entanto, os processos formativos construídos
pelos movimentos socioterritoriais tem contribuído sobremaneira para superação dessa lógi-
ca, nos últimos dez anos, os quintais passaram a vigorar enquanto espaço de produção agroe-
cológica que não apenas gera renda, mas que, ao mesmo tempo, na medida em que aumenta
e diversifica a produção, contribui significativamente para mudanças nos padrões alimentares
das famílias.
Esse processo de ressignificação do quintal permite uma maior visibilização e reconheci-
mento das contribuições das mulheres, enquanto sujeitos portadoras de saberes e práticas li-
gados à preservação da biodiversidade, das tradições alimentares e reprodução digna da famí-
lia camponesa.
Outra fração da unidade de produção familiar camponesa são os arredores da casa. O que
diferencia esse espaço do quintal para as Guardiãs de Sementes que compõem esse estudo é
a disposição espacial. Os arredores são entendidos como as laterais e a frente da casa, e são
também chamados de “oitão” ou “terreiros”. Essa área é gerida por todos, mas a primazia é da
mulher.
A principal função dos arredores da casa é a criação de animais e a produção de espécies
frutíferas, importante atividade realizada pelas mulheres que garante a oferta de proteína e um
cardápio diversificado para a família. Também vai estar presente nesse espaço as plantas orna-
mentais, sempre coloridas e numerosas. Costa (2009) ressalta que para além do estigma que os
traduzem como “enfeitinhos” ou “coisinhas de mulher”, os arredores de casa são espaços que
possibilitam, de forma inevitável: o estímulo às sociabilidades locais e regionais, visto que, a di-
versidade de plantas existentes nessas áreas é garantida, em sua maioria, por meio de sistemas
de doação entre vizinhos, parentes, comadres e pessoas conhecidas.
Por sua vez, a roça eventualmente é cultivada em terras descontínuas e distante em relação
ao domicílio do grupo doméstico local que recebe o nome de “terreno”, sendo onde ocorre a
produção de alimentos e sementes destinada para três fins específicos a) alimentação da famí-
lia; b) alimentação animal e c) produção de excedentes agrícolas.
O trabalho na roça é apontado nas investigações de Costa (2009) “pesado”, “penoso” e, por-
tanto, como atribuição masculina. Quando a mulher labora nesse espaço, sua atuação é con-
vencionalmente como ajuda ao homem, nunca enquanto trabalho. As Guardiãs de Sementes
que compõem esse estudo revertem essa ótica. Durante as entrevistas em nenhum momento
associaram as atividades que desempenham na roça à ajuda. Pelo contrário, reconhecem em
seus discursos que as tarefas realizadas nesse espaço é trabalho, demonstrando certo grau de
reflexão e posicionamento crítico em relação à divisão das tarefas.
São também as mulheres às responsáveis pela diversidade de espécies nessa porção de es-
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paço “Ah, se dependesse do homem a roça só ia ter milho, olhe lá se teria feijão. É a mulher que
planta uma fava, uma abóbora, uma melancia, um quiabo, um girassol e as outras coisas” (MJ,
Coletivo de Produção MPA).
Tanto a Casa, o Quintal, Arredores e a Roça compõem a estrutura produtiva familiar campo-
nesa, espaços que se complementam, o que permite a combinação de natureza e trabalho, que
tem como principal objetivo a produção de alimento saudável e diversificado para reprodução
da família.
Durante as jornadas de campo, identificou-se nas unidades de produção familiar campone-
sa uma grande variedade de alimentos saudáveis produzidos pelas Guardiãs de Sementes, no
qual, práticas de consumo, venda, troca e doação cumprem a função de promover segurança
alimentar e nutricional para suas famílias, bem como processos autonômicos para o campesi-
nato.
[...] eu planto flores no meu quintal e fruta, planto verdura, hortaliça. Eu tenho muita coisa, tenho
mamão, pinha, graviola, limão, acerola siriguela, laranja, abacaxi, graviola, jenipapo, maracujá, pitomba,
couve, pimenta de vários tipos, biquinho, amarela de mesa, dedo de moça, malagueta, chapéu de frade,
pimentão, tomate, tomate cereja, cebolinha, cenoura, batata-doce, abóbora, chuchu e tem caju, as ervas
medicinais também, eu tenho capim-santo, erva cidreira, corpo de Cristo, malva Branca, mastruz, cigu-
leira, boldo, e se for calcular eu tenho muitas outras coisas, alface, coentro, goiaba, amora, feijão andu.
Eu sempre troco sementes com minha amiga sempre que ela tem uma semente nova, ela traz para mim
e sempre que eu tenho algo novo eu também levo para ela. Eu também troco com minha vizinha, a gente
sempre troca mudas, sementes, filhinhas de planta e outras coisas também. (SR, 55 anos, Comunidade
Lagoa da Volta).
A diversidade de espécies varia de acordo com o período do ano, uma vez que algumas
plantas são cultivadas apenas no período chuvoso, a exemplo da melancia, abóbora e caxixe. Já
outras, como as hortaliças, são cultivadas o ano inteiro graças à água armazenada nas cisternas,
entre outras tecnologias sociais de captação e armazenamento de água.
Quadro 1 – Comunidade Lagoa da Volta – Espécies vegetais citadas pelas Guardiãs de Sementes du-
rante as entrevistas que são cultivadas nos arredores de casa, 2019
Hortaliças Manjericão, Couve, Alface, Couve Manteiga, Cebolinha, Coentro, Salsinha, Rúcula.
Tomate Coração, Tomate Cereja, Pimenta Biquinho, Pimenta Malagueta, Pimenta
Legumes Chapéu De Frade, Pimenta de cheiro, Pimentão, Abóbora, Chuchu, Feijão andu,
Quiabo.
Raízes Batata-doce, Macaxeira, Cebola, Cenoura.
Abacaxi, Abacaxi Sem Espinho, Goiaba, Banana Pão, Banana Maçã, Banana Prata,
Frutas Manga Espada, Manga Rosa, Caju, Laranja, Abacate, Amora, Siriguela, Café, Gra-
viola, Limão, Acerola, Jenipapo, Pitomba, Maracujá, Graviola, Mamão, Carambola,
Coco.
Hortelã miúda, Hortelã grande, Boldo, Aroeira, Malva branca, Mastruz, Ciguleira,
Medicinais Corpo de cristo, Babosa, Capim santo, Cidreira, Erva canudo, Sete dores, Aranto,
Alfavaca.
Fonte: Trabalho de campo, 2019.
Org.: Thais Moura dos Santos, 2019.
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Quadro 2 – Comunidade Bom Jardim. Espécies vegetais citadas pelas Guardiãs de Sementes durante
as entrevistas que são cultivadas nos arredores de casa.
Hortaliças Coentro, Alface, Couve, Cebolinha, Salsa, Rúcula, Espinafre, Manjericão, Cúrcuma.
Pimenta, Tomate, Quiabo, Pimentão, Tomate cereja, Berinjela, Abóbora, Caxixe, Abó-
Legumes
bora, Melão coalhada.
Raízes Cebola, Batata-doce, Macaxeira, Beterraba.
Cana caiana, Goiaba, Graviola, Pinha, Jaca, Mamão, Maracujá, Caju, Pinha, Pitanga,
Frutas
Carambola, Graviola, Cajueiro, Coqueiro, Banana prata, Limão, Acerola, Laranja,
Melancia, Abacate.
Hortelã, Capim santo, Cidreira, Arnica, Miroró, Aroeira, Siguleira, Boldo, Hortelã
Medicinais miúdo, Alfazema, Insulina, Noro, Puejo, Menta, Alecrim, Babosa, Arruda, Camomila,
Anador, Nevalgina, Alfavaca, Reforcina.
Fonte: Trabalho de campo, 2019.
Org.: Thais Moura dos Santos, 2019.
É inegável a diversidade produtiva que essas mulheres conseguem administrar nos seus espaços
produtivos. É importante salientar que essa variedade de espécies que já é enorme, tende a ser
ainda maior, pois as Guardiãs de Sementes se reportaram apenas os vegetais que se recordaram
no momento das entrevistas.
O atributo da policultura baseada na produção dos itens necessários para a manutenção
da família, presente na agricultura camponesa é vista por Fabrini (2008) como uma alternativa
defensiva, frente à lógica da especialização da agricultura, pressuposto presente na agricultura
capitalista, essa condição faz com que o campesinato construa alternativas de diminuição das
dependências externas.
A heterogeneidade também se faz presente, quando nos debruçamos sobre os tipos de se-
mentes que são armazenadas pelas mulheres.
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Badajó, Carioca, Lista marrom, Lista preta, Riqueza, Corda, Andu, Moita, Ca-
Feijão chinho, Corujinha.
As variedades mais armazenadas de sementes são as que servem para alimentação humana,
como os feijões (base da dieta alimentar no semiárido brasileiro) e milhos (comumente utili-
zado na alimentação animal e humana). São variedades adaptadas ao clima semiárido, às pre-
ferências da cultura local e necessidades das famílias e são armazenadas nos domicílios das
Guardiãs ou em casas comunitárias de sementes.
A casa comunitária de sementes cumpre um papel estratégico que é garantir sementes de
qualidade para a época dos plantios, e de criar espaços coletivos de gestão comunitária. Nor-
malmente é uma estrutura física, implementada nas comunidades pelos movimentos socioter-
ritoriais e/ou mediadores sociais que são mantidas na comunidade pelo trabalho das Guardiãs,
se apresentam como uma conquista importante para o enfrentamento ao mercado de insumos
agrícolas.
A B
A figura 1 nos dá uma ideia sobre a diversidade de cores e tipos de sementes que são
cuidadas pelas Guardiãs do Alto Sertão de Sergipe. Como já discutimos anteriormente,
a agricultura capitalista é fundada sobre a base da monocultura, como a própria no-
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menclatura denota, são cultivos monótonos, sem características culturais, uma mer-
cadoria que pode ser plantada em qualquer lugar, desde que seja acompanhado do
pacote tecnológico.
Já as sementes crioulas são germoplasmas diversificados que assumem característi-
cas culturais e afetivas, assim, são adaptadas ao espaço geográfico e ao tempo histórico
onde são cultivadas pelos povos. Por isso, ainda na figura 1, é possível perceber o or-
gulho com que as Guardiãs mostram suas sementes e afirmavam as características que
mais as agradavam nos germoplasmas que escolheram guardar, multiplicar e passar
para as próximas gerações.
Dentre as entrevistadas 44% revelou que pra além do consumo interno, seus cultivos
são comercializados seja nas feiras ou na própria residência da Guardiã de Sementes. A
comercialização dos alimentos é realizada pelas mulheres, e a gestão do recurso oriun-
do das vendas também é administrada por elas.
A gente vende, mas só questão de hortaliça porque o resto é para comer. Teve período que a gente
vendeu muito [...] tinha feirinha que a gente fazia cento e poucos reais, isso contribui para renda familiar.
Limão, a minha irmã leva para feira para vender, algumas mudas de planta, de remédio, planta de flor
ela leva para rua para vender, o dinheiro a gente usa para fazer alguma coisa mais, para comprar outras
coisas (EF, 32 anos, Comunidade Bom Jardim).
Santos (1978) nos ajuda perceber como a produção realizada pelas Guardiãs de Se-
mentes do Alto Sertão Sergipano se realiza a partir do ciclo Mercadoria – Dinheiro –
Mercadoria (M-D-M), assim sendo, esses sujeitos vendem seus produtos nos mercados
locais, para em seguida comprar os produtos necessários para satisfazer as necessi-
dades individuais e/ou familiar, “culminando o ciclo na obtenção de valores de uso; a
mercadoria é retirada da esfera de circulação e introduzida na esfera de consumo do
camponês” (SANTOS, 1978, p. 70).
Das Guardiãs de Sementes entrevistadas 56% revelaram que plantam somente para
o consumo da família. No entanto, todas revelaram que doam aos amigos, vizinhos e/
ou familiares o que cultivam em suas casas.
Eu não vendo. É só para consumo. Mas, eu também dou. Eu dou para minhas amigas e para minha
família e o restante a gente consome aqui em casa. Mas se for pensar, economizo muito comendo as coi-
sas aqui do meu quintal. Por semana eu devo economizar uns cinquenta reais de hortaliças e frutas (SR,
50 anos, Comunidade Lagoa da Volta).
Quando olhamos para as práticas econômicas das Guardiãs de Sementes, fica evi-
dente que a economia é muito mais do que é vendido no mercado, ela envolve práticas
como doações, trocas e produção para o autoconsumo.
No que tange os desafios enfrentados para o processo de cultivar e multiplicar se-
mentes crioulas, a questão climática foi o entrave mais elencado pelas Guardiãs de Se-
mentes. Por integraram o semiárido brasileiro, os municípios onde estão localizadas as
comunidades estudadas apresentam baixo índice pluviométrico e chuvas irregulares
e/ ou escassas ao longo do ano.
A primeira questão é o clima, porque nós perdemos muita semente foram sete anos de seca, sete anos
sem chuva. Então, ano passado a gente ainda tiramos, mas nunca mais tivemos um ano bom para tirar
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A B
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As cisternas do tipo calçadão ou de segunda água (figura 2A) é uma tecnologia que capta a
água da chuva por meio de um calçadão de cimento de 200 m² construído sobre o solo. Com
essa área do calçadão, 300 mm de chuva são suficientes para encher a cisterna, que tem capaci-
dade para 52 mil litros. O calçadão também é usado para secagem de alguns grãos como feijão
e milho. A água captada é utilizada para produção de alimentos e para criação de animais.
A cisterna de beber ou de primeira água (figura 2B) é uma estrutura de reservatório cilín-
drico construída com placas de cimento, que normalmente são construídas ao lado da casa
e através de calhas e canos capta á água da chuva que escoa pelo telhado. Cada cisterna tem
capacidade para armazenar 16 mil litros de água, volume suficiente para abastecer uma família
de até seis pessoas, no período de estiagem.
As Guardiãs produzem para o autoconsumo e por isso o uso de agrotóxicos ou fertilizan-
tes industriais é uma prática impensável para elas, nessa direção elas desenvolvem estratégias
para atingir boas colheitas sem a utilização químicos industriais. Um exemplo é a construção
de minhocário, utilizado para a produção de húmus, uma substância muito rica em nutrientes,
um adubo natural e o chorume que diluído em água pode ser usado como defensivo contra
insetos.
Pode-se ver também a utilização de esterco e outras fontes de adubação orgânica para me-
lhoraria da fertilidade do solo, bem como, a produção de defensivos naturais que utilizam
como base urina de vaca, cinza, castanha de caju e ervas e outros. Cabe ainda, elencar os inter-
câmbios como outra estratégia potente para a conservação e multiplicação de sementes.
Os intercâmbios se constituem importantes instrumentos metodológicos/formativos na va-
lorização e no resgate de sementes crioulas. Amorim (2016) embasa a importância dessa prá-
tica afirmando que esse é um dos componentes principais do sistema informal de aquisição
de material genético, por meio do qual ocorre a troca entre os membros da comunidade de
agricultores, e comunidades distintas. Pois junto com o fluxo de materiais genéticos também
se dissemina o conhecimento, de camponês a camponês.
Figura 3 - Comunidade Lagoa da Volta – Intercâmbio realizado com Camponeses da Paraíba, 2018
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Considerações
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Referências
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DOCUMENTOS POLÍTICOS
Documentos políticos
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Sobre los autores y las autoras
SOBRE LOS
SOBRE LOS AUTORES
AUTORES Y
Y LAS
LAS AUTORAS
AUTORAS
Sobre los autores y las autoras
Argentina
Juan Wahren
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Sobre los autores y las autoras
Tomás Palmisano
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Sobre los autores y las autoras
Sobre los autores y las autoras
Brasil
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Sobre los autores y las autoras
Colombia
México
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Paraguay
Benjamín Valiente
Elba Núñez
Hugo Pereira
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Sobre los autores y las autoras
Mirtha M. Maldonado
Ramón Fogel
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Sobre los autores y las autoras
Raúl Ricardi
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Sobre los autores y las autoras
C O L E C C I Ó N G R U P O S D E T R A B A J O
De la Presentación
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