Apuntes Diapasones © Natalia Larramendi
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Absolutamente todo lo que existe en el universo está en constante movimiento, y tiene una
vibración que le pertenece. Aún esas cosas que nuestra vista ve como estáticas, aún allí hay
movimiento en sus átomos aunque no lo percibamos. De hecho nuestro planeta se está
moviendo, girando y rotando todo el tiempo aunque pareciera que el suelo está quieto. Este
movimiento genera un sonido o varios, por lo que podría decirse que todo lo que existe en
nuestro universo hace sonido. Nuestro oído podrá percibirlo o no, según en el rango de
frecuencias en que se encuentre. Nuestro oído puede escuchar todas aquellas frecuencias que se
encuentren entre 20 y 20.000 hertz por segundo, si bien nuestros ojos no pueden captar y ver el
sonido, éste es algo bien físico y medible. Las ondas sonoras son vibración física pura que
viajan en el aire o en el agua o en el elemento en que se encuentren.
El sonido entonces es vibración pura, y todo lo que está en el universo está vibrando, en
diferentes frecuencias pero vibrando al fin. Si la vibración es más veloz, (tiene más ondas por
segundo, mayor frecuencia) llegará un momento en que ya no se perciba a través del oído sino a
través de la vista y aquello que en un estado podíamos percibirlo como sonido en este otro lo
comenzamos a percibir como colores. Así como también si la frecuencia es menor, llegará un
momento en que ya no se perciba a través del oído sino del tacto. De acuerdo a la frecuencia
vibratoria de cada cosa que hay en el universo nosotros podemos percibirla a través de distintos
sentidos.
También podríamos decir que no todo lo que hace sonido es siempre percibido por el oído,
no todos los colores son siempre percibidos por la vista, no todas las energías son siempre
percibidas por la mente. Sabiendo esto, nos podemos permitir pensar que puede haber
realidades más allá de lo que vemos y tocamos, más allá de nuestro mundo tangible. Podemos
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Fragmentos del libro Portales del Sonido. Autora Natalia Larramendi. © Derechos Registrados
expandir esos campos de percepción un poco más de lo que estamos acostumbrados solo
prestando atención. O quizás simplemente comenzando a hacernos la idea y abriendo nuestra
mente a cosas que puede haber en nuestro mundo coexistiendo con nosotros pero que aún no las
hemos registrado. Les propongo que permanezcamos abiertos a lo largo de este libro a nuevas
ideas y veamos hacia donde nos pueden llevar y que es lo que sentimos muy dentro nuestro al
leerlas.
Entonces, todo en nuestro universo es energía vibrando de diferente manera. Cuando una
vibración pierde su armonía natural se produce un desequilibrio, como si un instrumento se
desafinara dentro de una gran orquesta, pero cuando vibra de una forma ordenada y armoniosa
es allí donde nos sentimos realmente bien.
Otro ejercicio:
No pienses… solo haz de cuenta que estás de observador de tu mente por un instante… Haz
el intento a ver que pasa ¿cuanto tiempo puedes quedarte así? Solo observando… empezarás a
escuchar el sonido de tu propia respiración y del mismo ambiente
…………………
Si aparece algún pensamiento, ¿podrías decir que ese pensamiento es silencio o está
haciendo algún sonido aunque el resto de las personas no lo escuche aparentemente?
Piensa en algo cómo un ¨ Hola cómo estás ¨ ¿puedes pensarlo sin decirlo con la mente
parecido a como si lo estuvieras diciendo al hablar? ¿Sin mover la lengua?
¿Puedes leer este libro sin hacer ningún sonido con la mente, sin pronunciar con el
pensamiento cada palabra que vas leyendo?
Difícil ¿no? Hasta podría decirse que estás haciendo un sonido cada vez que lees una
palabra.
Entonces… Nuestros pensamientos ¿son algo físico? ¿Nuestros pensamientos son
vibración que hacen sonido y que entran en contacto con todo el mundo de las vibraciones? O
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están solamente guardados en la cajita de nuestra cabeza y no salen de allí ni viajan a ningún
lado más... ¿qué es lo que más te resuena interiormente?
Es posible pensar un sonido... por ejemplo imaginar una voz finita o a alguien cantar o
recordar una risa o un estornudo gracioso, etc. Si podemos hacer eso, porque entonces no
pensar que nuestros propios pensamientos pueden hacer sonido también.
Entonces, tú haces sonido constantemente con el pensamiento, con la respiración, con los
latidos de tu corazón, el pulso en tu cuerpo, con el funcionamiento de tu estómago, tu cerebro,
el sonar de los huesos, hasta el parpadeo de los ojos, al tragar saliva, ¿puedes levantar y bajar
tus hombros sin hacer algún sonido? ¡ ja ! Todo hace sonido en este maravilloso universo,
nuestro cuerpo es una orquesta entera que suena y resuena con las demás orquestas de la vida
todo el tiempo en una gran sinfonía.
Esto no es para que te sientas perseguido por el Señor sonido, no, jaja, sino para que
puedas conectarte con tu esencia y aprender que todo nuestro mundo ES vibración moviéndose
en distintas frecuentas, audibles o no. Y en este libro vamos a hablar de cómo esto nos influye.
Como podemos lograr que a través del sonido y de la música nuestro cuerpo vibratorio entre en
resonancia con un estado de bienestar y armonía, paz, alegría, amor y conciencia. Como poder
utilizar la música como una herramienta de sanación y de alineación de nuestros cuerpos
físicos, mentales, energéticos y espirituales, así como también como una herramienta de
activación para recordar quienes somos y cual es nuestra esencia. A partir de aquí me gustaría
que comenzáramos a identificar cuales son aquellas vibraciones que resuenan con nuestra
verdadera naturaleza, se convierten en música que llena nuestra alma y nos hace sentirnos
plenos y en nuestro hogar.
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La terapia vibracional
Existe lo que se llama Terapia del Sonido o Terapia Vibracional. Esta basa su trabajo
partiendo desde el conocimiento de que absolutamente todo en el universo está en constante
movimiento y vibración como ya dijimos anteriormente. Esta vibración puede darse de forma
natural y ordenada o no. Por lo tanto existen sonidos que nos ayudan a armonizarnos y otros
que son perjudiciales para nosotros. Por ejemplo: sonidos armonizadores serían los de la
naturaleza cómo el canto de los pájaros, el agua, el viento, el fuego, nuestro propio canto, la
música armónica, los instrumentos armónicos. Y los sonidos que nos desarmonizan: el tráfico y
ruido de la calle, bocinas intensas, ruidos de electrodomésticos como el aire acondicionado, la
heladera, la computadora, gritos, etc.
Hoy en día hay varios instrumentos musicales con los que se trabaja de forma terapéutica.
Al hacerlos sonar, todo nuestro cuerpo a través del principio de resonancia comienza a vibrar en
las mismas frecuencias que está recibiendo, reordenándose la energía de una forma armónica y
saludable. Podemos decir que volvemos a nuestro propio estado natural y de equilibrio al
recibir vibraciones con información ordenada, esa misma información original de nuestras
propias células que a veces por diversas situaciones o por los ritmos de la vida cotidiana de la
ciudad vamos perdiendo. Algunos de estos instrumentos, afinados de una forma muy especial,
son los cuencos sonoros fabricados con metales o con cuarzo, los diapasones, los gongs, los
tingshas o pins, las campanas tubulares, etc. Estos instrumentos contienen esas frecuencias
perdidas que hacen que volvamos a encontrarnos con nuestra esencia, nos las vuelven a mostrar
para que volvamos a vibrar en ellas.
Supongamos que un determinado órgano de nuestro cuerpo está debilitado y su frecuencia
de vibración original se ha perdido y se ha modificado. Este principio nos dice que podemos
restituir el órgano a su estado original de salud, aplicándole la frecuencia adecuada durante un
determinado período de tiempo.
Es muy importante destacar que las terapias vibracionales trabajan de una forma holística e
integral sobre cada ser humano. Esto quiere decir que por ejemplo nos puede doler una rodilla
pero es muy probable que el origen de ese dolor no este ubicado en la rodilla y de que este
síntoma haya sido originado en otro lado que quizás ni siquiera perteneciera al cuerpo físico.
Entonces al hacer sonar estos instrumentos no solo irán sus sonidos al lugar del dolor sino que
al ser la persona un todo integrado por varios cuerpos (físico, mental, emocional, energético,
espiritual) la energía del sonido viajará de forma inteligente hacia el origen del desequilibrio.
También es fundamental siempre tener en cuenta el entorno al cual la persona pertenece, donde
y con quien vive, en que condiciones trabaja, etc. A donde vuelve una vez finalizada la sesión y
con que circunstancias tendrá que lidiar en su hogar o en su vida diaria. Por eso se dice que el
enfoque y la forma de trabajar de estas terapias es holístico e integral. También es
complementario, porque los tratamientos de medicina tradicional no deben abandonarse sino
que se realizan a la par.
¨El sonido es la materia prima. El instrumento es el que puede moldear con esta materia
prima, y la mente es quien creará a través del molde lo que ella quiera crear. El espíritu será el
portador de esta mente. Sí la creación pasa por nuestro centro, que es el corazón, será un reflejo
de los planos superiores, se creará en conexión directa con nuestro espíritu y un paso más para
la evolución de la humanidad habrá sido manifiesto. Es por ello que es muy importante la
intención de quien estará creando con el sonido, y también será muy importante la preparación
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espiritual que esta persona halla hecho durante su vida. No siempre una preparación espiritual
consiste en adquirir conocimientos a través de cursos, estudios, libros. De ser así pocos serían
los resultados evolutivos del alma. La preparación espiritual consta de la práctica día a día y de
los aprendizajes a modo de experiencias. El Ser poco a poco irá preparándose y adquiriendo
mayor potencial en sus Dones según cuanto amor haya dado en este plano y cuanto tiempo haya
dedicado al servicio del planeta y de la humanidad.
Hay un modo de guardar la información en este planeta. El modo de guardar la
información es a través de los cristales del mundo, y en el ser humano a través de los huesos.
Podría decirse que en nuestros huesos y en la formación geológica de este planeta se encuentran
archivados los códigos cuánticos de toda nuestra historia. Sabiendo que podemos transportar
información con el sonido y también podemos despertarla y activarla, imagina lo que ocurre
cuando éste entra en nuestro cuerpo al tocar un cuenco o diapasón y penetra todos nuestros
huesos, nuestras células y adn. A través del uso del sonido podemos encontrar muchas
respuestas guardadas y custodiadas por nuestro Ser.
Haz la preparación adecuada, y pronto si tu llamado interno es el uso y aplicación de las
frecuencias del sonido al servicio del planeta y de los seres humanos, se te abrirán las puertas
para poder manejar con profundo respeto y amor estas herramientas de poder sagradas que
podrán moldear una nueva humanidad portadora de luz.¨
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Los Diapasones
Este instrumento llegó a mi vida varios años más tarde luego de haberme introducido en el
mundo de los cuencos. He logrado resultados muy pero muy profundos e inmediatos usándolos
tanto para mí como también sobre otras personas. Podría decirse que cuando los descubrí y
comencé a utilizarlos quedé fascinada con ellos hasta el día de hoy.
Si alguna vez has visto los diapasones que se utilizan para afinar los instrumentos de
música clásicos, debo decir que éstos son muy parecidos y su tamaño y peso varía según la
frecuencia en la que estén afinados. No solo son parecidos en su aspecto sino que su función es
exactamente la misma pero en lugar de utilizarlos para afinar un instrumento, los utilizamos
para afinarnos a nosotros mismos en cualquiera de los cuerpos que queramos trabajar (físico-
energético-mental-etc.). Imagina que cada parte de nuestro cuerpo como ya dijimos tiene una
frecuencia de vibración natural que corresponde a nuestro estado de salud y equilibrio, como si
fuéramos una gran orquesta con todos nuestros órganos afinados armoniosamente entre sí.
Muchas veces alguna parte de ella comienza a vibrar fuera de su estado natural producto del
mal uso de nuestros pensamientos, emociones, hábitos, etc. Allí es donde podemos utilizar los
diapasones para volver a hacer vibrar nuestro cuerpo de una forma saludable. Exactamente
como si estuviéramos afinando los instrumentos de esta gran orquesta.
Cuando hacemos sonar el diapasón, oiremos una sola frecuencia que será aquella en la que
esté afinado el mismo (ésta no varía ni cambia). Pero en nuestro cuerpo no solo estará
resonando y activándose aquellas partes cuya frecuencia armónica sea la misma que el
diapasón, sino que también entrará en resonancia todo aquello que vibre dentro de las
frecuencias que pertenecen a las octavas de ese sonido. La octava es el doble de frecuencia de
un sonido: si por ejemplo tocamos una nota cuya frecuencia es 128 hertz, también comenzará a
vibrar por efecto de resonancia todo aquello cuyas frecuencias naturales sean 256 hz, 512 hz,
1024hz, etc, o también las más bajas como 64hz, 32hz, 16hz, 8hz, etc. No solo resonará en
nosotros una sola frecuencia al recibir el sonido del diapasón sino que se activarán entonces
muchas más frecuencias que correspondan con las octavas y armónicos de la frecuencia
original.
Existen diferentes diapasones afinados en muchas frecuencias distintas y hechos con
metales o con cuarzo. Yo suelo trabajar especialmente con dos que son los que llegaron a mí y
en los que pude profundizar. El diapasón de 128 hertz que se utiliza para trabajar especialmente
sobre el cuerpo físico, resonando de maravillas con todo nuestro sistema óseo y haciéndose
extensible su sonido a través del mismo. Y el diapasón de 136,1 hertz o llamado OM. Ésta
frecuencia fue relacionada con la frecuencia de rotación anual de la Tierra alrededor del Sol. Se
utiliza para trabajar más específicamente con nuestro cuerpo emocional, con nuestro corazón y
también para reestablecer los ciclos internos de nuestro cuerpo (ciclos hormonales, ciclos de
sueño, etc.)
Los diapasones especialmente a mi me han ayudado mucho a evitar fuertes dolores de
cabeza o de contracturas. Así como también usándolos en otras personas he visto resultados
increíbles y de manera inmediata ante cualquier dolencia o trastorno físico. Por eso te invito a
que descubras este hermoso camino junto a ellos por tu propia cuenta y por tu propia
experiencia. Se puede trabajar con ellos por ejemplo sobre la columna vertebral, sobre un
órgano en particular, sobre los chakras, sobre la planta de los pies o manos en puntos de
acupuntura o reflexología específicos para armonizar puntualmente la zona que necesitemos,
etc. No hace falta a que esperes a tener una dolencia física para utilizarlos, disfruta de ellos aún
sintiéndote bien y actuarán de manera preventiva sobre tu cuerpo etérico y energético.
Los diapasones propagan su sonido en todo su alrededor y también a través de la punta base
que tienen, es allí donde los tomamos con la mano y podemos apoyarla en los diferentes lugares
del cuerpo sintiendo plenamente su vibración. Se activan con dándoles un golpecito sobre la
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palma de la mano o sobre una goma o superficie que los ayude a comenzar a vibrar. Debemos
tener cuidado de no golpear la parte de arriba donde tiene las pesas que ayudan a que el sonido
dure más, sea más intenso y con más volumen, sino golpearlo en la parte del medio.
Los sonidos de los cuencos y las frecuencias de los diapasones pueden hacer que nuestro
cerebro cambie de estado bajando las frecuencias y llevándonos hacia un sentimiento de plena
paz y relajación interior. Nos trasladan también de forma directa hacia estados de meditación y
calma profunda, de conexión, creatividad, inspiración. Mucha gente que no está acostumbrada a
meditar o le cuesta aquietar el pensamiento y llegar a una estado mental de calma, cuando viene
a las armonizaciones grupales o sesiones enseguida logra conectarse, relajarse, bajar el cambio
al que se está acostumbrado por los ritmos de la gran ciudad que hacen que vivamos casi
siempre acelerados y muchas veces en un estado de estrés permanente. No solo produce esto en
el momento sino que también muchas personas me han dicho que una vez que salen de la
armonización o del curso, este estado de paz interior les dura varios días. Y por supuesto
aquellos que tienen un cuenco o diapasón en su casa también llegan de trabajar y se ponen a
tocar cinco minutos y ya les produce el cambio de frecuencia y desaceleración. Esto no quiere
decir que al oír el sonido uno quede tan relajado que se duerma y ya no le permita seguir
haciendo cosas, no, al contrario, se puede seguir haciendo todas las cosas que tenemos que
hacer pero desde un lugar mucho más centrado. Con más inspiración, más serenidad, y con una
toma de decisiones mucho más eficaz y acertada porque las haremos desde un lugar de mayor
conexión con nuestro Ser.
Los diapasones pueden emitir un modelo de onda alfa similar a la que emite el cerebro en
sus estados de quietud y meditación, favoreciendo la producción de linfocitos T, los cuales a la
vez aumentan nuestro sistema inmunológico. Por otro lado nos permiten establecer y estimular
nuevas conexiones neuronales ayudando en problemas neurológicos. Se han conseguido
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A nivel físico, las frecuencias de sonido de los diapasones alivia contracturas musculares,
artrosis, problemas circulatorios, regula la presión arterial, trastornos digestivos, estimula los
sistemas endocrino e inmunitario siendo así un buen complemento para cualquier tratamiento
médico. El sonido viaja a través del agua y de toda nuestra columna vertebral haciendo
extensible su vibración a todos los órganos, el sistema nervioso, el sistema óseo y la circulación
de la sangre.
A nivel energético re-equilibra cada uno de nuestro chakras, limpia y purifica todo nuestro
campo áurico. Pone en funcionamiento y regula nuestro sistema energético. Recibir una sesión
nos re-energiza y revitaliza. He dado sesiones a personas que estaban recibiendo intensivos
tratamientos médicos, y las cuales hacia tiempo no tenían fuerzas ni ganas de hacer cosas
sintiéndose muy agotadas. Hay un caso en particular que me quedó muy grabado, y fue que ese
mismo día la persona me comentó que comenzó a retomar actividades que hacía mucho tiempo
no hacía y quedó con pilas para moverse todo el día sin cansarse.
A nivel espiritual, estás frecuencias sonoras nos acompañan a conectarnos con lo más
elevado de nuestro espíritu, nos recuerdan quienes somos, nuestra misión en este mundo, cual
es nuestra esencia y nos invitan a percibir cada vez más el mundo espiritual que nos rodea. Nos
abren la puerta a nuestro propio mundo interior porque estás frecuencias son parte de nuestra
naturaleza, están allí esperando a que podamos sintonizarlas y ponerlas en actividad y
funcionamiento. Se encuentran dentro de nuestros potenciales. Es como si fuéramos una gran
radio con varios canales y cuando una determinada frecuencia muy armónica nos es transmitida
nos permitiera sintonizarnos con ella y quedarnos en el mismo dial.
NOTA: Me gustaría destacar algo de suma importancia que es la predisposición y las ganas
de cada persona de querer estar bien, curarse y sentirse plena. Sin esta apertura, predisposición
y Fe en querer y poder hacerlo, sin la confianza y la elección propia e interna para que esto
pueda suceder, cualquier avance y progreso se hace mucho más difícil porque entran en juego
las fuerzas involutivas dentro del Ser. Esas fuerzas que nos hacen retroceder ante el vislumbre
de la luz iluminando. Aquello que no nos permite continuar con ese proceso que vimos que nos
hacía bien y sin embargo nos da pereza o nos desenfocamos del verdadero camino o pensamos
que hay prioridades más importantes y nos dejamos para más tarde y ese más tarde puede durar
días o meses o años, ¿realmente hay prioridades más importantes?
En resumen, la primera y la última palabra la da el que está recibiendo los sonidos, quien
será el que elegirá internamente desde un principio si permite que el tratamiento pueda ayudarlo
y hacer efecto en él. Debe haber una apertura consciente por parte de quien recibe para que
todos estos resultados que pueden darse y que nombramos más arriba puedan manifestarse y
hacerse posibles. Por otro lado, un querer sanarse a veces no es suficiente si no va acompañado
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de voluntad y constancia. Voluntad para buscar los caminos que nos lleven a eso, y constancia
para no salirnos a mitad del mismo. Voluntad para salirnos de los hábitos que nos dañan y nos
llevaron a estar así, y constancia para poder mantener aquellos que ayudan a nuestro bienestar y
a mantener la salud reestablecida.
Estamos en épocas donde los tonos medios y grises ya no nos sirven. Es tiempo de elegir
de que lado queremos estar y de poder mantenernos de ese lado en todos los aspectos de nuestra
vida. A los que queremos sanar y estar mejor no nos sirve ni da resultados tocar el cuenco un
día y luego dejarlo de lado un mes entero, o asistir a una sesión y ni bien salimos de ella
continuar haciendo las mismas cosas que nos llevaron a estresarnos o a perder nuestra salud. Y
para los que tenemos el rol de ayudar en los procesos de sanación y ser trabajadores de la luz,
tampoco podemos de ninguna manera hacerlo a medias. Un ejemplo de eso sería salir de ofrecer
una sesión, llegar a casa y maltratar a quien se nos cruce en el camino o fumarnos dos atados
de cigarrillo bajando nuestra frecuencia vibratoria y la de nuestro entorno o estar enredados en
tres mil pensamientos a la vez que nos dañan a nosotros y al ambiente. Elegimos a cada instante
de que lado queremos estar. Considerando el proceso por el que está atravesando la humanidad
y nuestro planeta ya no sirven las medias tintas, porque si miramos a nuestro alrededor hay un
fuerte potencial de caos constante, contaminación y destrucción. Pero también permanece
dentro del potencial la frecuencia de la luz y del amor, de una humanidad más espiritual y
consciente. Es por ello que necesitamos de la voluntad, de la constancia y de la apertura y
convicción a consciencia para elegir de que lado queremos estar no solo durante el momento
que dure la sesión sino en cada momento de nuestro día, en nuestros hábitos, en nuestros
pensamientos y acciones.
Sabemos que no es nada fácil a veces poder lograr esto de forma constante y que por
momentos puede costarnos y nos olvidamos y recordamos una y otra vez lo que realmente
queremos para nosotros. Es un camino que se recorre con paciencia, con compasión, con mucho
amor hacia nosotros mismos y hacia los demás para poder comprender e irradiar también lo que
mejor nos hace que es parte de nuestra esencia. El tema del poco tiempo y el tener que decidir y
elegir, es para nosotros pero sobre todo es para nuestros hijos y para las generaciones futuras,
ellos son lo que van a recibir el fruto de todas nuestras acciones. Si tu eliges hoy por hoy un “yo
se que debería hacer tal cosa... pero bueno, me dejo estar” , alguien en otra parte del mundo al
mismo tiempo puede estar eligiendo un “ yo hago esto que daña, y no me dejo estar nada” . Es
por eso la importancia de no quedarnos a mitad camino y actuar en correspondencia con lo que
queremos para nuestro mundo, nuestro querido planeta, y nuestra querida humanidad, siendo la
primera prioridad sanar para poder sentirnos bien pero a la vez para poder irradiar lo mejor de
nosotros. Solo hace falta darnos cuenta de que realmente ¡está en nuestra manos y podemos
hacerlo!
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el ambiente. También puedes utilizar los sonidos armónicos sobre la botella de agua que vas a
tomar o sobre la comida y así armonizar lo que vas a ingerir.
Como ya hemos dicho, la voz es una herramienta natural que llevamos todos dentro y que
también podemos utilizarla para lograr sonidos que nos armonicen y nos lleven a la frecuencia
que necesitamos. Cada vocal tiende a resonar en una parte del cuerpo más que en otra según su
frecuencia. Te propongo que hagas todas las vocales una por una, con una previa respiración
larga cómo para poder hacer la vocal de una forma más duradera y pienses en llevarla a estos
lugares:
También te propongo empezar a probar de tocar y hacer vocales distintas, en un tono que te
salga cómodo, y así unir el sonido con tu propia voz y experimentar esta maravillosa sensación,
potenciando aún más el efecto armonizador que pueda surgir para tu cuerpo
Somos el ancla de luz de la energía superior, esa energía que es parte de nosotros mismos y
que habita en otra dimensión. Sabemos que a través de cada ser humano se puede expandir la
luz divina y dejar que fluya y que se vierta sobre la Tierra. Sabemos que no todo lo que existe
lo vemos pero que surge efecto de igual forma y que nosotros podemos crear y hacer cosas
desde nuestro interior hacia afuera. Somos creación y la creación que somos crea a la vez con el
poder del Creador, está en nuestros dones ese poder. El resultado de lo creado dependerá de tu
nivel de consciencia a la hora de hacerlo. Según donde se encuentre tu consciencia y tu nivel
evolutivo, aquello materializado por tu creación será o no luminoso y ayudará a la evolución de
la humanidad y de nuestro querido planeta o a su destrucción. Cada sonido que realizas estará
creando algo nuevo. No por ello debes hacer sonidos con temor o limitación sino que es
importante que revises desde que lugar los estás haciendo. Si tu conciencia está puesta en el
amor incondicional y en la intención superior de tu alma y la de todos los involucrados
¡adelante! Este planeta necesita de seres que materialicen a través del amor. Todo lo que hagas
enfocado a través de la llama del amor de tu corazón será bendecido, siempre.
Si visualizamos mientras tocamos el cuenco o diapasón o cantamos, una luz que se activa
en nosotros, una vibración de luz superior, de amor puro, que entra en nuestro ser, así será. Al
hacerlo consciente podremos ser canales que ayudan a anclar esa energía en este plano a través
del sonido. Una forma de hacerlo es entonces, sentir como entra la energía en nosotros a través
del cielo o a través de nuestra Madre Tierra, bajando o subiendo como a través de un tubo que
nos envuelve. Ser fuente donde la luz se vierte. Y luego pedir a lo superior que sea direccionada
donde sea necesario junto con el sonido y la vibración que estés generando. Que sea un fluir
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constante donde recibes y das, recibes y das, y que ese dar sea sin intervención de tu parte
racional, sino solo siendo y confiando en la inteligencia superior y en que se destinará la
energía a donde realmente tenga que ser destinada. Es muy importante que al hacer este
ejercicio se esté en el presente, que seamos conscientes en cada toque, que estemos presentes en
nuestro cuerpo.
Sabemos que esto es necesario para que el amor sea el pilar de nuestros actos y de nuestra
vida en el planeta y podamos todos juntos estar mucho mejor y vivir en armonía y bienestar.
Hagámoslo. Toquemos y cantemos expandiendo estas frecuencias superiores de luz que llegan
a nosotros desde el amor de la fuente.
La intención
El mentor de los sonidos puede facilitar una intención que crea necesaria para la ocasión.
Las intenciones son las que van guiar al sonido por un camino con meta y harán que no se
pierdan y se disuelvan en el viento. La esencia del ser humano puede crear, puede intervenir,
puede cambiar, puede iluminar senderos oscuros y vacíos. Tu propia esencia, esa que no sabes
donde encontrarla o como activarla de manera constante, es la que te llevará por el camino que
debes transitar. Tener una intención es muy importante, si no estás seguro de lo que necesitas o
si estás trabajando con otra persona o con un grupo aún así debes intencionar que los sonidos y
vibraciones que expandas sean guiados por la conciencia espiritual superior, por la fuente de luz
y amor, por las almas y guías de cada uno de los presentes. Tu serás la herramienta de servicio
y la fuente por la cual entra la energía superior y sale direccionada de una forma inteligente a
donde tenga que ser direccionada. A veces uno no puede intervenir con intenciones personales
sobre otra persona y es allí donde la intención sigue estando pero va a ser la de que todo lo que
se mueva sea guiado por lo superior dentro de un marco amoroso de luz pura y sea para el bien
del involucrado y todo su entorno.
Los sonidos facilitan estos procesos. Los sonidos pueden trasladar al hombre hacia un
espacio de plenitud y confianza. Fortaleciendo de esta forma su autoestima y actitud frente al
mundo. El sonido acompaña y envuelve. El sonido despierta interiores dormidos y transita
caminos que no sabíamos que existían pero que están allí.
El hombre sabio despierta su alma con la vibración de su mismo canto. Le da palabra
cuando siente el lenguaje de su corazón, y le da intención cuando siente el poder de sus dones.
La vibración del canto alimenta el despertar espiritual y disuelve bloqueos y miedos
acumulados en patrones de existencia física.
Intenciona desde tu corazón y no esperes a que nadie te diga que hacer. Porque solo tu alma
conoce el propósito de tu venida al mundo. Solo tus pies podrán pisar el camino construido para
ti. Entiende que las cosas son más sencillas de lo que parecen si puedes mirarlas con los ojos de
tu alma. Un mundo nuevo de posibilidades quedará abierto cuando mires con estos ojos sin
intervención y sin cuestionamientos por parte de tu razón inquieta. Siempre hay cosas que haz
querido hacer y aún no hiciste. Cosas donde sientes el verdadero llamado interno y que sabes
muy profundamente que serías feliz si las realizaras y pudieras llevarlas a cabo. ¿Qué es lo que
te detiene? ¿Cuales son las excusas o que acontecimientos estás esperando que surjan antes para
poder luego dedicarte a aquel llamado interno? ¿Es realmente necesaria la espera? O cuando
llegue el momento agregaras más acontecimientos para seguir retrasando lo que sabes que
debes hacer...
Una vez más te digo que el sonido te empuja a que te pongas en acción. El sonido te
recuerda una y otra vez a que viniste a este mundo, quien eres. Las vibraciones más sutiles y
elevadas te recuerdan una y otra vez desde un lugar pacífico y amoroso cuales son aquellas
acciones que te hacen bien y cuales no. Y el contraste del sonido, que es el silencio mismo, te
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dará espacio y lugar a que puedas identificar todo aquello que se movió en vos por la vibración
recibida. Te dará espacio a que mires y descubras a que quedaste sintonizado dentro de tu
mundo interior.
Cuento
Un día un amigo me mando un mail que decía entre otras cosas ¨ al tronar los dedos la
comida puede no aparecer ¨, me dejo pensando y le conteste que si se hace con toda la
intensidad del alma la vida te regala lo que pediste, que no hay forma de querer algo
profundamente y no recibirlo.
Al rato, me fui a los parques de Palermo a meditar un poco sobre tierra firme en vez de
sobre 10 pisos de cemento. En un momento vino una ráfaga que trajo varias hojas secas, elegí
una hoja y quise hacer la prueba de tronar los dedos. Me concentré solo en ella, no había nada
mas, quería que fuera a mi mano. El viento cambio varias veces, todas las demás se volaron,
pero la que elegí permaneció en su lugar, quizás dio un par de giros hacia donde estaba. Habré
estado 15 minutos tratando de atraerla, quería que fuese a mí solo con llamarla. Hasta que me di
cuenta de lo cerca que estaba, el tiempo perdido y la energía gastada. ¿Soberbia? moví los
dedos para alcanzarla , y fue tan pero tan fácil, ni siquiera me tuve que estirar porque el viento
la había dejado al lado mío. Solo tuve que moverme y tomarla. Allí estaba al alcance. Simple
simple simple, no se trataba de tronar los dedos y que caiga el plato, sino de tronarlos e ir a
buscar lo que la fuerza de la intención te dejo al alcance.
El silencio
Así como los sonidos conscientes de luz son fundamentales en esta etapa del ser humano y
su evolución, también lo es el silencio consciente. La preparación y ejercitación del hacer
espacio, del escuchar, del comenzar a percibir lo que se mueve adentro nuestro desde un lugar
distinto. Desde una observación profunda y directa. Desde una observación consciente de
nuestro Ser. Solo en el silencio podremos lograr este lugar de espectador que busca no
distraerse con pensamientos hilados uno detrás de otro y sin sentido. Incógnita esta la respuesta
pero no por ello deja de vibrar en el espacio, sumérgete en los territorios más profundos del ser
y en el agua calma que te permitirá descansar y tener paz. El silencio representa calmar estas
aguas para obtener las respuestas que necesites.
Seremos buscadores de la verdad de una forma eterna hasta que nos demos cuenta que
nuestro Ser representa la verdad. Nuestro destino es aprender y cambiar aquellas verdades que
son parte del mundo material por realidades más luminosas para nuestra vida y nuestro planeta
Tierra. Podemos realizar con valentía este hecho.
En los templos y en los lugares sagrados se utilizan los cantos y también se utiliza el
silencio. Nuestro cuerpo tiende a hablar en voz baja cuando entramos en un recinto sagrado.
¿Porque será? Porque a través del silencio se puede purificar también los ambientes. Cuando
hay mucho ruido mezclado, el ambiente queda cargado de vibraciones mezcladas también,
cómo una mente con mucho murmullo de pensamientos. Cuando hacemos silencio, dejamos
que la energía natural del lugar comience a exteriorizarse y a plasmarse su vibración sin ser
borrada por el ruido externo.
Una vez realizamos con mi marido un ejercicio que nos propusieron para hacer en nuestro
hogar. Fue raro y no tan fácil pero los resultados fueron muy lindos y asombrosos. La propuesta
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era no hablar ni hacer ruido en la casa por tres días. La meta era específica, purificar el
ambiente de ruido y anclar y establecer la energía de otros planos más elevados de luz. Que se
estabilice esta energía sin ser borrada ni mezclada con el ruido de la televisión, teléfonos u otros
aparatos eléctricos. Incluso el dejar de hablar nos hizo conectarnos con lo que estaba
sucediendo dentro nuestro y también conectarnos con el otro ya que los pensamientos y
sentimientos se perciben mucho más sin el murmullo exterior. Las meditaciones fueron más
intensas, de hecho al no tener distracciones como la televisión por ejemplo, el tiempo fue
mucho más productivo y nos dedicamos a hacer cosas distintas y a la conexión con nuestro
verdadero ser interno. El descanso nocturno fue más profundo, ya que nos acostábamos sin
ruido en la cabeza como el que puede generar ver un programa o una película en la tele justo
antes de dormir. Y también nos acostábamos más temprano y nos levantábamos más
descansados. La entrada a nuestro hogar parecía la entrada a un templo Sagrado y el saludo
entre nosotros sin hablar, se sentía como un saludo de corazón a corazón sin intermediarios. Se
logró la energía que queríamos, fue una experiencia distinta y enriquecedora.
No quiero terminar este capítulo sin antes decirte que siempre que trabajes con sonido,
toques un cuenco o te pongas a cantar, debes dejar un espacio de silencio en tu mente antes de
salir corriendo con la rutina diaria. Solo en el silencio podrás leer todo aquello que los sonidos
movilizaron, reequilibraron, ordenaron e hicieron la información consciente en tu Ser.
Es muy importante desarrollar la intuición ya que esto nos permite andar por el mundo un
poco menos a ciegas. En todos los aspectos de la vida es bueno usarla, es un sentido que nos
guía en cada paso que damos.
Todas las personas tienen intuición, solo que algunas no se dan cuenta de que están
percibiendo algo a través de ese sentido y lo entienden como un pensamiento personal al azar o
una imaginación o fantasía. Todas las personas pueden conectarse con este sentido de una
forma consciente y hacer un trabajo de desarrollo y fortalecimiento para incorporarlo de manera
natural a su vida diaria. La intuición se puede activar a voluntad si dedicamos un tiempo a
prestarle atención en las simples situaciones de cada día. Por ejemplo gracias a ella no solo
podemos usarla en decisiones importantes y complejas sino hasta podemos saber que asiento se
va a desocupar primero al entrar a un colectivo, o que calle está congestionada para evitarla y
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no trabarse en el tráfico, en donde nos conviene estar, que cosas nos conviene evitar, que nos
conviene elegir. Por ejemplo una intuición desarrollada no deja que nadie nos mienta sin darnos
cuenta, o no deja que vayamos caminando por una calle donde puede haber peligro, nos hace
instantáneamente desviarnos o cruzar de vereda. Así como también nos ayuda a tomar
decisiones acertadas para nuestra vida.
Cuando intuimos sentimos vibraciones que no podemos captar por el resto de los sentidos
(y es por eso que nos cuesta creer que existen). Activamos nuestra intuición cuando estamos
presentes sea donde sea que estemos. Presentes en el momento, presentes en lo que estamos
haciendo y en lo que está sucediendo. Toda nuestra atención puesta en el ahora, hace que
percibamos de una forma profunda los movimientos del cosmos, los potenciales, la energía
puesta en juego. Los caudales de luz que nos envuelven y nos ayudan a conectarnos con la
esencia de nuestra Tierra y con la esencia de nuestro cielo, pueden ser vistos viviendo en el
momento presente. Parece fácil decirlo pero casi nunca estamos en este estado, ya que nos
mantenemos pensando en cosas que ya han pasado o que van a suceder, y muy pocas veces
nuestra mente se encuentra en el mismo instante donde nos encontramos nosotros. Imagina que
tu espíritu es el custodio de tu cuerpo, cuando te encuentras en el presente tu eres el guardián y
creador de tu vida, tu estás frente a esa puerta custodiando con tu presencia. En el momento en
que te pones a pensar en algo que ya sucedió o a preocuparte por posibles potenciales a ocurrir
sin que aún hayan ocurrido, ese guardián que eres se retira de la puerta y se va a donde la mente
se fue. Entonces tu entrada al templo sagrado de tu interior queda desprotegida. Tu cuerpo se
haya en un lugar mientras que tu mente en otro (¡no solo en otro espacio sino que también como
si fuera poco en otro tiempo!). ¿Y adivina que ocurre entonces? Se produce una fractura en tu
campo de vibración, un tira y afloje entre todos tus cuerpos hacen que algo en ti se dañe y que
quede vulnerable porque tus cuerpos no se encuentran alineados. Ten en cuenta esto, y es muy
importante de aquí en más, si tú no estás en el presente, dejarás de ser el custodio de tu cuerpo.
Habrá energías que sí lo están y podrán entrar muy cómodamente porque tú les has dejado el
espacio. Les estarás diciendo, mira yo estoy pensando en algo que ya ocurrió y no existe más, o
me estoy preocupando por algo que puede llegar a ocurrir pero la mayoría de las veces no
ocurre, por lo que no estoy en casa pero dejo la puerta abierta por si tu quieres pasar. Voy
caminando por la calle con mi mente en varios lugares a la vez, menos en mi presente y luego
me pregunto porque me siento cansado o debilitado o enfermo, medita sobre esto.
Te propongo entonces que cada vez que te descubras viajando al pasado o al futuro, vuelvas
inmediatamente al ahora. Porque en el ahora es donde vamos a poder activar el sentido de la
intuición. No solo eso sino que tus cuerpos se encontraran alineados y será mucho más difícil
para cualquier otra energía ajena a ti o pensamiento o vibración flotando en el ambiente poder
llegar a afectarte.
Entonces retomando, recuerda que la intuición es la conexión con el mundo más allá de
nuestros sentidos físicos. Uno puede intuir que un amigo lo va a llamar en un rato porque está
conectado con ese amigo desde otro lugar y sabe que está pensando en uno. Nos puede costar
explicarlo o lo tomamos como pura casualidad, pero no lo es.
También cuando cantamos un sonido al azar la intuición se pone en juego. Todas las
personas cuando cantan un sonido sin pensarlo hacen aquel que su cuerpo necesita. Por eso es
también tan terapéutico hacer sonidos con la voz y muy importante no dejar que la razón tome
lugar al hacerlo, solo dejarnos llevar, dejarnos fluir sin pensarlo. Los bebés por ejemplo, lloran
en la nota que su cuerpo está necesitando y si tú te pones a cantarle en ese momento en la
misma nota en que están llorando pronto se calmarán y dejarán de llorar o se sentirán mejor.
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El silencio es otro camino por el cual vamos a poder escuchar nuestra intuición. Si
bien el silencio externo ayuda, no estamos hablando de eso, sino de silencio y calma en nuestros
pensamientos. Cuando logramos calmar nuestros pensamientos, es donde podemos escuchar y
sentir a través de la intuición la información plasmada en nuestro campo vibratorio y en otros
planos.
Ahora bien, hay una línea muy fina entre poder intuir algo y luego hacerle caso. Ojo, el ser
humano es por naturaleza intuitivo, pero cuando no le hacemos caso a lo que estamos sintiendo
ese sentido poco a poco se va bloqueando o se va mezclando en el común del resto de los
pensamientos, y se nos dificulta cada vez más saber cual es el que corresponde a la intuición y
cual es pura imaginación.
Un camino entonces para activar este sentido y volver a utilizarlo cada vez más es
simplemente comenzar a prestar atención. Atención es la clave. De hecho nos pasa con el resto
de los sentidos físicos lo mismo. A veces puede por ejemplo sonar en el ambiente un ruido de
un motor de la computadora o de un ventilador o aire acondicionado, pero como estamos
inmersos en alguna actividad que nos demanda toda la atención ni lo escuchamos. Nos damos
cuenta recién cuando este ruido deja de existir, se apaga y sentimos la tranquilidad y el alivio de
eso que nos estaba perturbando sin habernos percatado. Puede pasar lo mismo con un aroma o
con el clima. Siempre vamos a sentir más aquello donde nuestra atención se esté enfocando y lo
demás que está rodeando puede pasar desapercibido. La intuición no queda fuera de esta ley, y
cuando comprendemos que verdaderamente existe y le prestamos atención allí estará siempre
para darnos una mano y guiarnos en el camino de nuestra vida.
Calma, silencio y atención para poder escuchar, abren las puertas a la conexión con todo el
mundo de las vibraciones y la información que está a nuestra disposición.
Vamos a agregarle dos cosas que deberemos trabajar para que una vez que la intuición se
active podamos hacer algo con ella. Seguridad y confianza interior. Si no confiamos en
nuestra percepción, inmediatamente aparecerá la duda y tras ella lo que hayamos podido intuir
se nubla y se hace borroso, bloqueándose con todo tipo de interrogantes.
Deberemos entonces comenzar a confiar en nosotros mismos para que la energía fluya y la
conexión con las respuestas se mantenga. Es un gran desafío para cada uno de nosotros. La
prueba de la confianza, la fe en nuestra propia naturaleza humana, la seguridad interior, la
firmeza en nuestros pasos.
Para todos los profesionales de la salud, y para aquellos terapeutas que trabajan en terapias
complementarias activar el sentido de la intuición es fundamental. La mayoría de las veces, en
la sesiones con cuencos tibetanos y sonido que he realizado, la intuición me ha permitido ir
directamente a donde la persona realmente lo necesitaba. Apoyar un cuenco o un diapasón sin
saberlo de antemano en aquel lugar específico donde la persona tenía dolores o en el origen que
causó el síntoma. Cantar una melodía desconocida para mí y muy familiar para quien la
escuchaba o cantar las notas justas que abrirían y activarían determinada zona del cuerpo. La
intuición es una guía, a cada instante de la terapia, que nos lleva a recorrer los caminos que el
paciente está necesitando. Es la percepción de la conexión con su campo vibratorio. En estos
momentos es donde la confianza y el dejar fluir entran en juego, ya que a la mínima duda la
mano no apoyará el cuenco donde el corazón le dicta y se irá para otro lado o bloqueará la
energía predispuesta para la sanación.
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En una ocasión le estaba haciendo una sesión a una señora que era terapeuta profesional en
acupuntura (disciplina de la cual no sé absolutamente nada). Comenzamos sin que ella me
dijera nada acerca de sus dolores y problemas físicos. Luego de la sesión me dijo que yo había
ido directamente desde un principio con el diapasón (instrumento del cual hablaremos más
adelante) hacia aquellos puntos que se trabajan en la acupuntura que eran necesarios para
trabajar sobre los dolores específicos que ella tenía en el cuerpo. Es por ello que es tan
importante contar con el sentido de la intuición ya que te llevará a estar donde tienes que estar,
acompañada siempre obviamente de un conocimiento y preparación sobre lo que se está
haciendo y más al trabajar sobre otra persona.
No solo cuando se trabaja con un paciente, sino también cuando trabajamos con nosotros
mismos debemos prestarle atención a la intuición. Para aquellos que tienen un cuenco a su
disposición, o se hacen reiki, o tienen gemas y cristales para su propio uso, o cualquier otra
disciplina que utilicen para alcanzar la armonía y bienestar, confíen en que sus manos los
llevará a donde su cuerpo realmente lo necesite, y en que a través de la intuición pueden elegir
también el método y el camino más adecuado para lograr la sanación que piden.
Este sentido es el más apropiado también para la elección de las herramientas con las que
vamos a trabajar. Si tienes que elegir un cuenco o un instrumento nunca te guíes por su estética
ni por lo que ves a simple vista. Agarra uno por uno y toca su sonido. Cuando toques uno en el
que sientas que todo tu cuerpo entra en resonancia con el mismo y digas ahhh que lindo sonido,
que bien que me hace, ¡ese es el adecuado para ti! Y cuando tengas muy desarrollada tu
intuición empezarás a notar que ni siquiera necesitarás probar el instrumento, irás a tocar
directamente aquel que te sea correspondido.
El sonido y el agua
El agua es uno de los elementos que más rápido conduce el sonido y a la vez puede
recibirlo y albergarlo con facilidad. A través de ella, el sonido puede viajar kilómetros y
kilómetros de distancia como cuando lo hace con el canto de las ballenas y de los delfines. Se
dice que este canto da vueltas enteras alrededor del mundo a través de los océanos,
transmitiendo y generando una bella armonía y reequilibrio del sistema energético de nuestro
planeta. Al ser portadora de sonido y nuestro cuerpo tener un porcentaje de agua muy grande,
ella recibe en nuestro interior los sonidos y la música que nos llegan desde afuera y los traslada
y expande hacia todo nuestro físico, hacia todas nuestras células en muy poco tiempo.
El agua es un elemento muy preciado en nuestro mundo, casi el tesoro más valioso de
todos. Por eso es muy pero muy importante que la cuidemos. Ya no nos podemos dar el lujo de
no pensar lo que estamos haciendo con ella o de tenerla en un 2do plano. El agua asimila todas
las energías dando vueltas, todas las vibraciones van a parar a ella. Tanto los sonidos, como los
pensamientos, las emociones, las acciones y la materia concreta física, como lamentablemente
la basura, los descartes tóxicos, todas las fumigaciones con que se riegan las plantas, etc.
Hay experimentos científicos que se han realizado con el agua, como los de el Dr. Masaru
Emoto, los invito a que busquen en internet o en sus libros acerca de él para informarse mejor.
Lo que hizo fue exponer agua a diferentes sonidos, diferentes estilos de música o conferencias
habladas, y luego analizándolas con un microscopio descubrió que cada una de sus moléculas
formaban figuras geométricas distintas según la vibración a la que habían sido expuestas. Si el
sonido o las palabras eran bellas, las figuras eran hermosas, si las palabras o la música eran
violentas, las moléculas quedaban totalmente destruidas sin formar ninguna figura. Imaginen
todo ese efecto pero adentro de nuestro cuerpo, en nuestras células, en nuestra sangre. Por eso
es muy importante estar conscientes no solo a la hora de hacer sonido, sino a la hora de decir
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nuestras palabras. Cada sonido que generemos estará haciendo un efecto directo en nuestro
entorno, en el cuerpo del otro y en nuestro propio cuerpo también. Y así como los efectos
pueden ser dañinos y muy negativos, también pueden ser todo lo contrario. Podemos cuidar el
agua dándole mucho amor o tocando para ella siempre a través de la intención, con un cuenco o
una canción. Darle sonidos armónicos a nuestras botellas, nuestros ríos, creando en la estructura
molecular de cada gota una esencia luminosa, pacífica, saludable, etc. Utilizar botellas
expuestas a las frecuencias de los cuencos, del diapasón OM o de nuestros pensamientos
positivos para nuestros alimentos y nuestra vida diaria, así como también si estamos cerca de un
lago o río o mar derramar esta agua bendecida por nuestro corazón. Te aseguro que esa agua
tocará al entorno contagiándolo con la misma información y frecuencia con la que fue
programada. Algunos experimentos de los que hizo Emoto, fue medir el agua de riachuelos
totalmente contaminados en donde no se generaba ninguna figura geométrica en las moléculas.
Un grupo se puso a cantar mantras con oraciones de amor a la orilla, y después de eso se volvió
a analizar el agua. Sus moléculas se habían purificado de tal forma que contenían hermosas y
sagradas figuras geométricas que emocionarían hasta al más escéptico.
Masaru Emoto también experimentó con aparatos eléctricos como televisores,
computadoras, microondas, celulares. El agua expuesta a estos electrodomésticos quedaba con
todas sus moléculas destruidas. Pero para una gran sorpresa si ésta se exponía por ejemplo a
una televisión donde estaban pasando una música armónica o un programa con mensajes y
vibraciones amorosas, las moléculas bellas se formaban igual. Por lo que afortunadamente
aquellas vibraciones con frecuencias amorosas y positivas que nos hacen bien pueden
contrarestar y anular el efecto de cualquier frecuencia dañina como lo puede ser las ondas
electromagnéticas de los aparatos eléctricos. Esto creo que puede ser llevado a cualquier otra
situación de nuestras vidas. Siempre que generemos una vibración armónica podemos
transformar y anular los efectos negativos de aquellas que son dañinas. Y transmitirlas además
hacia nuestro entorno generando una onda expansiva. Recuerda siempre que aunque estamos
acostumbrados a ver un exterior y un interior, en realidad somos un todo, un nosotros, y todo
aquello que generemos hacia lo que creemos el afuera, vuelve hacia nosotros como la ley
universal que es. Todo vuelve. Ley que rige en nuestro cuerpo, en nuestro mundo, en nuestra
vía láctea y en todo el universo.
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Estamos en casa
Estamos en casa, camina por la vida como si todo el sendero se expandiera dentro de tu
casa. La calle es nuestra casa, el campo, la ciudad, y todo lo que sobre la tierra pisa y cubre, el
cielo incluido. Todo nos pertenece porque somos parte de ello.
El mundo da vueltas y tú con el, eres la luz pura que nace para iluminar los caminos que
no han sido transitados. Recuerda de donde vienes, allí solo hay sonrisas y el despertar hará que
tengas presente que la vida es lo más sagrado que tienes.
Si a veces te preguntas si solo existe lo que puedes ver… Siente, y la respuesta vendrá sola.
¿Tu ves los sentimientos? ¿Tu ves el amor que irradias a la persona que amas? Sin embargo allí
está y ella lo siente. Ya no hay margen para dormir sus conciencias. Sean conscientes, sean
amor en su máxima expresión.
El contacto con el alma entra despacio y lentamente acaricia la condición humana. Silencio,
sin conceptos, sin palabras, solo siente, una vez que sientes tu cuerpo, tu lugar, tu ser comienza
a fluir. El tiempo de espera se ha terminado. El corazón palpita constantemente, no hay nada
que lo retenga. No hay condiciones, ni preconceptos, ni momentos en donde el semáforo está
en rojo. Las cosas existen, la existencia existe y no para, fluye como un río que limpia la roca.
Limpia el cristal y lo hace más claro. Cuando la angustia sobresalte, mira un árbol, mira un
animal, mira una flor y la tristeza pasará. No hagas otra cosa que observar la vida y comenzarás
a fluir de vuelta en ella.
¿En que utilizas y empleas tu fuerza? ya la tienes, direcciónala y haz consciente hacia
donde va. Intenciónala, intenciona la fuerza que tienes . Si pides y no se te concreta en el acto
es porque la semilla ya está plantada pero el árbol necesita un proceso de crecimiento y más
años para echar raíces fuertes para que luego no pueda caer en cualquier sudestada. Raíces para
conocer el centro de la Tierra y sus profundidades, raíces para conocer tu esencia.
Siempre recuerda que la costumbre mata las células, mata la creación, la rutina se vuelve
ciega ante el arte. Ese arte que trae la primavera cuando la naturaleza vuelve a renovarse. La
rutina es otoño constante. El hombre necesita ciclos que roten sino se marchita. Mira como si
fuera la primera vez, siempre se es la primera vez pero se nos olvida, y embolsamos en un
conjunto las formas que parecen ser iguales, y nada es igual. Ningún árbol es igual, ¿sabías que
cada uno tiene un ángel que lo cuida? Cada árbol tiene un ángel a su lado. La naturaleza está
llena de estos seres. Todo tiene vida, el agua tiene vida, el aire tiene vida, la tierra tiene vida,
aprovéchenla. Algún día se descubrirá, es vida tetradimensional que aún el ojo del hombre no
puede ver pero si beneficiarse de ella.
No hay segunda vez, ni tercera, ni cuarta... cuando cada paso sea el primero y el único,
lograrás divisar el gran secreto de la eternidad. Yo Soy.
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Oído escucha las frecuencias que estén entre 20.000hz y 20hz x segundo
Infrasonido (varios animales grandes pueden oírlo y emitirlo Ejemplo: ballenas, elefantes)
Táctil (Ejemplo subte, recitales en estadios donde los muebles y vidrios de casas cercanas
vibran)
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