1 Teoria de La Accion (Villavicencio)
1 Teoria de La Accion (Villavicencio)
1 Teoria de La Accion (Villavicencio)
PARTE GENERAI.
OR A JURIDICA
Felipe A. Villavicencio Terreros
ue
DERECHO PENAL
'— PARTE GENERAL
A
Capítulo VI
LA ACCIÓN
BIBLIOGRAFÍA
259
CapíruLo VII: La ACCIÓN
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260
$33. Concepto
$ 33. Concepto
A partir de la acción se estructura la imputación de un delito. No cree- 563,
. Acción e
mos que se debe renunciar al estudio de la acción, “pues, aunque hay que
conceder que 'los dados de la dogmática jurídico-penal' sólo caen en penal
261
CapfTULO VII: La ACCIÓN
262
$33. Concepto
263
CariTULO VII: La ACCIÓN
264
$34. La acción como límite al poder penal
El concepto de acción cumple una función de límite frente al poder pe- 568.
Acción
nal. Esta delimitación rige tanto en relación a la determinación de con- como
ductas prohibidas (función política), como a la misma estructuración de ¡írmite al
poder
la imputación (autonomía, base, enlace, filuro) 9, penal
(0% En la doctrina se han idenuficado otras funciones que no son tan esenciales
como las anteriores, pero que son útiles para el concepto de acción, dentro de la
estructura del delito. Así, se atribuye la función de exposición o didáctica y la función
de transformación (vid. MauracH/Zirr, 1994, pp. 249-250). La primera función indi-
ca que el concepto de acción es el más adecuado para demostrar la estructura del
delito y la utilización de cada uno de los elementos de dicha estructura. La segunda
función establece la posible comunicación del concepto penal de acción con otros
conceptos de acción que pueden provenir de un orden psicológico, pragmático, so-
ciológico, antropológico y normativo. “El concepto de acción se presenta como una
puerta de entrada a conocimientos de otras disciplinas en la dogmática jurídico-pe-
nal” (Ibidem).
(IM Muñoz Coxne, 2004, p. 7.
(IM Una primera exigencia está relacionada a que la acción humana debe expre-
sarse a través de actos externos (Cfr. QUINTERO OLIVARES, 2000, p. 309) que constituyen
lesión o puesta en peligro de los bienes jurídicos, previstos en los diferentes tipos
penales. Por eso, el supuesto de hecho del dispositivo penal sólo puede cumplirlo
aquella conducta que puede traducirse en actos externos susceptibles de verificación
empírica, con los medios de prueba utilizados en el proceso penal (Muñoz ConDE/
García Arán, 2002, p. 210). Esta exigencia se basa en el principio de responsabilidad
por el hecho, donde el derecho penal moderno es un derecho de acto antes que un
derecho de autor (vid. ViLLA Srelx, 1998, p. 192).
9 Mr Purc, 2004, p. 193, num. 39. Vid. VeLísquez Verásquez, 2002, p. 231.
265
CabíruLo VII: La ACCIÓN
266
$36. Capacidad de conducta
$36. Capacidad de
conducta
En el estado actual del Derecho Penal peruano, solo la persona humana 574,
Capacidad
es capaz de actuar. Por ello, no cualquier actividad organizada que vincu-
deactuar
la al individuo a su medio 4%, es susceptible de ser calificada como con- dela
persona.
ducta si es que no deviene de la práctica socialy la racionalidad 4”. humana
Carccen de esta capacidad los animales y las cosas, pero pueden ser obje-
to de conductas %, Por ello, es distinto hablar de que los animales o las
cosas scan utilizados como instrumentos, por parte del hombre, donde el 573,
verdadero actuante es cl hombre y no los animales o las cosas. Ejemplo: Animales,
cosas y
El sujeto que utiliza a perros salvajes para generar lesiones a un menor de fenómenos
edad. También están excluidos los hechos de los fenómenos de la natura- dela
naturaleza
leza. Todos los actos originados por éstos, no se incluyen en el análisis de
la acción, aunque pueden concretizar el mismo resultado lesivo que ge-
nera la conducta humana.
267
CarfruLo VII: La ACCIÓN
268
$37. Problemática de las personas jurídicas
269
CarfruLo VIT: La ACCIÓN
en los tipos delictivos donde más se den estos casos a las personas físicas que actúan
en nombre de las jurídicas (gerentes, administradores, etc.) o crear un precepto ge-
neral que permita esta sanción en todos los casos donde ocurran problemas de este
tipo” (2002, p. 222).
4D Garcia Cavero se refiere a la innecesariedad de esta última denominación, sólo
explicable en el derecho alemán pero no en el derecho nacional (2003a, pp. 93-94).
(42% Merxt MÉNDEZ, 2004d, p. 995.
9 Gómez Benítez, 1987, pp. 569-570,
1 Jurisprudencia discrepante: “El artículo 27 del Código Penal resulta aplicable al
caso, dado que el procesado, quien givura un cheque sin fondos tiene la condición de primer
Gerente General y representante de la empresa involucrada, teniendo entre sus facultades la de
girar cheques a nombre de la entidad empresarial” (Ejecutoria Superior de la Sala de Ape-
laciones para procesos sumarios con reos libres de la Corte Superior de Justicia de
Lima del 30 de marzo de 1998, Exp. N* 7012-97, Baca CABRERA
/ Rojas VARGAS/ NEIRA
Huamán, 1999, p. 393).
4% QUINTERO OLIVARES, 2000, p. 645. Cfr. Garcia Cavero, 20034, pp. 117 y ss. Vid.
otras críticas.
(09 Este error ha sido superado en la nueva fórmula del artículo 31 del Código
Penal español de 1995 que sirvió de fuente para nuestro artículo 27: Artículo 31. “El
que artúe como administrador de hecho o de derecho de una persona jurídica, o en nombre o
representación legal o voluntaria de otro, responderá personalmente, anque no concurran en él
las condiciones, cualidades o relaciones que la correspondiente figura de delito o falia requiera
para poder ser sujeto activo del mismo, si tales cireunstancias se dan en la entidad o persona en
cuyo nombre o representación obre”,
270
$37. Problemática de las personas jurídicas
271
CaríruLo VI: La ACCIÓN
por parte de las instancias jurisdiccionales (%*, Estas medidas son: clausura
de establecimientos de manera temporal o definitiva 5 (la clausura temporal no
excederá de cinco años), disolución de la persona jurídica, suspensión de activi-
dades (cuyo plazo será ho mayor de dos años) y prohibición de realizar delermi-
nadas actividades de la clase de aquellas en cuyo ejercicio se haya cometido, favoreci-
do o encubierto el delito. Dichas medidas se aplicarán, si el delito se ejecuta
durante el ejercicio de la actividad de la persona jurídica o se cometa el
delito utilizando a la persona jurídica para favorecerlo o encubrirlo.
Para aplicar las consecuencias accesorias se tomarán en cuenta las garan-
Garanllas tías contenidas en el Título Preliminar del Código Penal, como también
y regias
aplicables las reglas de prescripción de las penas %%, Por otro lado, el mismo código
alas
les otorga excepcionalmente naturaleza cautelar (artículo 314, Código
cuencias penal) 67, El Anteproyecto de la Parte General del Código Penal del
accesorias
2004 mantiene en gran medida la fórmula del actual artículo 105 68),
272
$38. Ausencia de acción
Jurisprudencia:
“Debe lenerse en cuenta que no existe acción penalmente relevante cuando falta la vo-
tuntad, de modo que un resultado queda fuera del ámbito de protección del Derecho
Penal cuando ha sido causado fortuitamente” “,
(6 CerezO Mir, 1988, p. 295; mem, 2003, II, p. 66, cit. 4. “Pero es importante en los
delitos de omisión” (Muñoz Conner, 2004, p. 14).
273
CarfruLo VII: La ACCIÓN
de la toma de decisión del agente 6%, por eso no afecta a la acción, sino,
más bien, a la antijuridicidad (legítima defensa, estado de necesidad) o a
la culpabilidad (miedo insuperable) 6, Ejemplo: el administrador de
una agencia bancaria que se apodera de una cantidad de dinero para
pagar un rescate.
En relación a la intensidad de la fuerza se exige que esta sea irresistible,
es decir, que no haya ningún tipo de posibilidad para que el individuo
pueda manifestar su voluntad, por ello, la fuerza debe ser absoluta (vis
590. absoluta) donde se le impide al sujeto dirjgir sus movimientos, y se con-
Vis
absoluta vierte en un simple instrumento (%, Ejemplo: El sujeto que, al ser empu-
jado por otro, cae y causa lesiones a un tercero. Creemos que si la fuerza
era resistible, debe rechazarse la eximente, pero puede tenerse en consi-
591.
deración la regla del artículo 21 del Código Penal.
Actio
diberae in
Es penalmente responsable el sujeto que se coloca voluntariamente al
causa por alcance de los efectos de una fuerza física irresistible proveniente de la
luerza
lísica
naturaleza o de la fuerza de un tercero (actio liberae in causa) 67,
irresistible
b. Movimientos reflejos
Los movimientos reflejos no están controlados por la voluntad. “El estímu-
lo del mundo exterior es percibido por los centros sensores que lo trans-
miten, sin intervención de la voluntad, directamente a los centros moto-
592, res” (68), Ejemplos: movimientos instintivos de defensa, paralizaciones mo-
Movimien-
tos reflejos mentáneas por impresión física o psíquica (deslumbramiento). El Código
Penal no tiene previsión expresa sobre los movimientos reflejos. Tampoco
la creemos necesaria pues los movimientos reflejos no constituyen delito
porque no son acciones ni omisiones sancionadas por la ley.
Por el contrario, tienen calidad de acción las llamadas acciones pasionales
593.
y de corto circuito; “si bien en ellas se produce la intervención del ele-
pasionales mento voluntad, ello ocurre a una velocidad tal, que para el sujeto ac-
y de corto
circuito
tuante no existe la posibilidad de poner en movimiento una reacción
que impida incurrir en aquella acción” (9%, Se trata de un supuesto de
274
$38. Ausencia de acción
c. Estado de inconsciencia
(0% Mauracn, 1962, p. 216. Zarraron1, 1981, IL, p. 156: el supuesto de la sugestión
post-hipnótica plantea un problema de culpabilidad. Cury, 1982, p. 225,
(%) Muñoz ConpE/García ARÁN, 2002, p. 219.
(5 La Ley 27753 del 9 de julio del 2002 en la tabla de alcoholemia considera a la
ebriedad absoluta como el tercer período (1.5 a 2.5 g/1) con las características de
275
CapíruLo VII: La ACCIÓN
276
$39. Polémica sobre la acción
El debate que los penalistas han sostenido sobre el concepto de acción ha sido inten- 600.
so y contradictorio. De esta discusión, se identifican a los conceptos causal, social, Polémica
final, negativo, funcional y personal, los mismos que son consecuencia de asumir que sobre el
la acción tiene un carácter ontológico o normativo. concepto
Acción
a. Antecedentes
La concepción de la acción tuvo sus raíces constructivas en la antigua filosofía griega,
apareciendo con mayor énfasis en la obra de von PUFENDORF en el siglo XVI, aun- 601.
que, quien introduce este elemento al Derecho Penal fue von BOHMER. La concep- Orígenes
ción moderna de la acción se origina con HEGEL en el siglo XIX, que incluye a la
imprudencia dentro del concepto de acción, sin lograr alcanzar la diferenciación con
el concepto de imputación.
Para HEGEL, la acción no sólo estaba determinada por sus aspectos externos, sino por 602.
su relación con la moral. Se estructuraba una concepción compleja de la acción com- Concepto
prendida tanto por la realización del acto como por su motivación (8%, aunque dando de Acción
en Hegel
más importancia a la última. Por ello, HEGEL señala que “es acción la exteriorización
(12 Racués I VaLLés, 1999, p. 398: “A una doctrina que está dispuesta a aceptar que
la embriaguez letárgica o la inconsciencia total excluyen la acción, sólo le falta dar un
pequeño paso para llegar a la misma conclusión en los casos de trastornos psíquicos
especialmente intensos”.
(4% Siuya SÁNCHEZ, 2003, p. 997. Si bien este autor resalta el atractivo de ubicar la
inimputabilidad en el primer nivel analítico de la teoría del delito de modo que des-
de el inicio quede claro que los hechos lesivos cometidos por inimputables deben ser
analizados con criterios distintos de los utilizados para la imputación del derecho
penal de la pena, sin embargo señala que este problema no es sólo propio de las
alteraciones y anomalías psíquicas que dan lugar a inimputabilidad, sino también a
aquellas que originan una situación de semiimputabilidad y que provocan un error
de tipo invencible (oligofrenias) (Jbidem).
(8) Hurrapo Pozo entiende que “en realidad, mediante esta fórmula se hace refe-
rencia a un 'hecho punible*, es decir, un acto que no constituye un delito y, por consi-
guiente, no puede ser la ocasión para imponer una pena” (2005, p. 397, num. 1049).
62 DONNA, 1995, p. 4.
277
Caríruo VIT: La ACCIÓN
9 Loc, cit.
60 Ibidem, p. 302.
(91) Ibidem, p. 307.
(62 BeLixG, 1944, p. 19.
278
$39. Polémica sobre la acción
acción sentó las bases a la estructura del delito conocida como sistema LiszT-BELING.
Así, para ambos autores la conducta humana es voluntaria, pero se prescinde de la
voluntad que lo consideraban como simples impulsos. El contenido de la voluntad no
605.
era tenido en cuenta y su análisis se remitía a la categoría de la culpabilidad (dolo y Concepto
culpa). Para estos autores la acción es pretipica %%. Por ende, con esta concepción se de Acción
toma sólo en cuenta al resultado y a la forma en que se produjo (%”, Esta versión enel
sistema
naturalista del concepto causal de acción era extremadamente amplia e incluso, po-
Ligzt-
día comprender el comportamiento de los animales, pues el acto voluntario requeri- Beling
do es un simple suceso psico-físico, de tal manera que para su limitación a la valora-
ción jurídico-penal de comportamientos humanos, se requerirán criterios adiciona-
les ajenos al concepto de acción (9%,
Para MEZGER, “la acción como hacer activo exige, además del querer, un hacer corpo-
ral (movimiento corporal) del agente” %, “El querer (I) y el movimiento corporal
(Il) precisan hallarse en la acción en relación de causalidad. A la acción pertenece
todo lo que ha sido causado por el querer y por el movimiento corporal determinado
por el querer”0?, “La teoría jurídico-penal de la acción se limita a preguntar qué es
lo que ha sido causado por el querer del agente, cuál es el efecto producido por
dicho querer. Todos los efectos del querer del sujeto que actúa son parte integrante 606.
de la acción. Para la teoría jurídico-penal de la acción es irrelevante, si estos efectos Concepto
causal
han sido también contenido de la consciencia y del querer del agente, y hasta qué valorativo
extremo lo han sido”'", “Solo la teoría de la culpabilidad suscita la cuestión respecto de Acción
a si los efectos del querer han sido contenidos del querer, contenido de la conscien- en Mezger
cia y del acto anímico y hasta que extremo lo han sido. Este problema escapa, por
tanto, a la teoría del concepto de la acción e interesa solo más adelante cuando se trate
de determinar hasta qué punto la acción es “imputable” al agente” %, Así se advierten
los acentos valorativos de la influencia neokantiana. La acción dejó de ser naturalista
pero no dejó de ser causal. La acción sigue constituyéndose en pretípica (1%, Con esta
teoría se habla ya no de acción, sino de comportamiento humano, buscando abarcar
los conceptos de acción y omisión, considerados como manifestación externa de la
voluntad causal (0D,
279
Carfruo VIT: La ACCIÓN
280
$39, Polémica sobre la acción
(10) WerzEL, 1964, p. 25. Sobre los orígenes del finalismo, supra. núms. margs. 527y ss.
UD ZAFFARON1/ ÁLAGIA/SLOKAR, 2005, p. 327. :
(01D WeLzEL, 1964, pp. 25-26.
01m Cfr. VeLÁsquez VELÁSQUEZ, 2002, pp. 231-232.
01% WezeL, 1964, pp. 26-27,
(115 STRATENWERTH, 1982, p. 53. Cfr. Inem, 2005, p. 116, num. 7. Para JESCHECK estos
procesos solo dan la apariencia de no adecuarse al concepto final de acción. “No
obstante, cabe incluirlas en el concepto de finalidad porque, aunque pueda no ocu-
rrir de forma consciente, puede intervenir en cualquier momento la conducción £-
nal. Ello es válido, en primer lugar, para las acciones automatizadas (por ejemplo,
andar, escribir, conducir), pues en ellas el proceso aparentemente mecánico obedece
a una conducción (originariamente aprendida) del inconsciente, la cual puede vol-
verse de nuevo consciente en todo tiempo mediante un acto de voluntad. Lo mismo
281
CarfrTuLo VII: La ACCIÓN
también precisó que “la dirección final de una acción no se ve, por otra parte, menos-
cabada sino al contrario favorecida por el hecho de que muchos de nuestros movi-
mientos corporales se hayan hecho automáticos por su constante ejercicio; pasear es
también una actividad dirigida finalmente, aunque no necesitemos ya dirigir cada
paso como el niño pequeño”0!%.
La finalidad no debe ser confundida con la voluntariedad a que se referían los
causalistas. La voluntariedad significa que un movimiento corporal y sus consecuen-
cias pueden ser reconducidos a algún acto voluntario, siendo indiferente qué conse-
613,
Finalidad y cuencias quería originar el autor. Para el finalismo, no es suficiente la mera volunta-
voluntare- riedad, sino que es necesario determinar su contenido, y ello es posible sólo en rela-
dad ción a un determinado resultado querido. “A la finalidad le es esencial la referencia a
determinadas consecuencias queridas; sin ella queda solo la voluntariedad, que es
incapaz de caracterizar una acción de un contenido determinado”!??,
Finalidad y dolo son conceptos diferentes. “La finalidad se encuentra en todas y cada
una de las conductas humanas, el dolo no es otra cosa que la captación que eventual-
mente hace la ley de esa finalidad para individualizar una conducta que prohíbe”0!%,
“La finalidad no se confunde con el dolo. (...) Finalidad es básicamente sinónimo de
sentido, en tanto que el dolo es un concepto jurídico, relacionado con el tipo le-
614. gal”139, En los delitos dolosos, el dolo es la finalidad tipificada, en ellos, la voluntad
Finalidad y de la acción es valorada típicamente denominándosele dolo. Esto no significa que
dolo pueda identificarse al dolo con la voluntad de acción. Así, el dolo no debe estudiarse
en la acción porque dolo es un concepto jurídico en tanto que finalidad es un con-
cepto prejurídico. “La circunstancia de que el primero respete la estructura óntica de
la segunda no puede llevar a identificar ambos conceptos: “dolo” es un concepto
jurídico (general y abstracto —como típico que es- que sirve a la individualización de
una acción), en tanto que la conducta es un hacer voluntario (tautológicamente fi-
nal) particular y concreto” (1%),
615. Finalidad y dolo eventual, Si de acuerdo a la representación del autor, existe la posibi-
Finalidad y lidad de producción de consecuencias concomitantes, que cuenta con que se pro-
dolo duzcan al realizar su acción, “tiene que haberlas querido realizar eventualmente si
eventual
emprende la acción”(121), Este es el dolo eventual.
282
$39. Polémica sobre la acción
283
CarfruLo VII: La ACCIÓN
(12% A esto, WELZEL respondió que “el sentido social de una acción se determina
no solo según el resultado, sino también según la dirección de la voluntad que el
autor ha impreso en la acción. Ninguna doctrina de la acción puede ignorar este
hecho” (WELzEL, 1964, p. 39). llustra con ejemplo de la disputa entre A y B. A coge un
cuchillo y da un corte a B. El corte da, casualmente, en un absceso oculto de B; el pus
sale y B que se encontraba hasta entonces en un peligro grave, es salvado, El sentido
social de la acción de A es completamente diferente del de una intervención quirúr-
gica, externamente igual, aun cuando objetivamente se produzca el mismo resultado
(restablecimiento de la salud de B), es una tentativa de lesiones. También afirmó que
“parece haberse olvidado hoy, cuando se contrapone a la doctrina de la acción finalis-
ta un concepto “social”, que uno de los propósitos fundamentales del finalismo, des-
de sus comienzos, fue la comprensión de la acción como un fenómeno social. La
acción como fenómeno social, no puede ser comprendida sino sobre la base de la
doctrina de la acción finalista” (Jbidem, p. 34). WEL2EL recomendaba ver su obra Studien
zum System des Strafrechi. ZAFFARONI considera que “el concepto finalista es necesaria-
mente social y cualquier concepto social de conducta es necesariamente final” (1981,
HL, p. 121). :
(1% Luzón PEÑA, 1999, p. 257.
284
$39. Polémica sobre la acción
do social previsible”152 (15%, Estos autores consideran que “en los cursos causales
¡nadecuados, es decir, objetivamente imprevisibles hay que excluir la imputación ob-
jetiva como requisito típico (...), pero al mismo tiempo sostiene que hay que negar ya
la propia acción, que se vincula, por tanto a la imputación objetiva y al tipo"0%,
En la teoría social de la acción, se identifican variantes bien definidas: las que se
621.
fundan en la causalidad objetiva (ENGISCH, MAIHOFER, SCHMIDT), en la finalidad de la Variantes
conducta (JESCHECK, WESSELS), o en la estructura personal del actuar (KAUFMANN). Sin
embargo, todas las variantes conservan el elemento común: incluir en la acción el concepto
social de
componente de la relevancia social (15%, y dependiendo de los diferentes autores, acción
puede ser o no pretípica (36,
Para JESCHECK acción es “comportamiento socialmente relevante” 1%, Considera que
“un comportamiento es socialmente relevante, si atañe a la relación del individuo con
el mundo que le rodea y le afecta por sus consecuencias” (1%, WEssELS considera pre- 622,
ferible a esta teoría y define a la acción como la “conducta socialmente relevante domi-
nada por la voluntad humana o que esta pueda dominar”. Luego indica que “toda social de
conducta es socialmente relevante cuando concierne a las relaciones del individuo frente Jescheck y
a su medio ambiente, y, con arreglo a sus consecuencias deseadas o no, es objeto, en el Wessels
ámbito social, de una apreciación relativa al valor” 59, Este concepto de acción busca
reunir las realidades ontológicas y las expectativas normativas de la conducta (11D,
(04) TavarEs, 1983, p. 90. “Los adeptos de la concepción social intentan, sin em-
bargo, rebatir la primera objeción, explicando lo que se considera como una conduc-
ta socialmente relevante, Con relación a la segunda crítica, afirman que se trata de un
método de trabajo, con el cual se economiza una serie de tareas, al descartarse de
entrada del derecho penal, conductas integramente irrelevantes aun en el plano so-
cial” (Ibidem, p. 91).
(442: Cfr. RoxIx, 1999, p. 245, num. 28.
(0) Ibidem, pp. 244-246, num. 29.
(0140 ZAFFARONI/ ALAGIA/SLOKAR, 2000, p. 391.
(014 ZAFFARONI/ALAGIA/SLORAR, 2005, p. 327.
(14 Citado por RoxIx, 1999, p. 247, num. 32.
(0) HerzaERG, en Jakons, 1995, p. 177, num. 33. Vid. HerzBERG, 1999, p. 37: “Todos
los delitos se cometen mediante una omisión con infracción del deber de cuidado y
penalmente desvalorada”,
(14 Cfr. Luzón Peña, 1999, p. 261.
286
$39. Polémica sobre la acción
autor, que sólo se le requiere a determinadas personas, Dicha exigencia recae tanto
en delitos comisivos como en delitos omisivos (9,
En el mismo sentido, BEHRENDT, caracteriza a la acción desde una perspectiva 627.
psicoanalítica, como una “contraconducción omitida”. Define a la acción y a la omi- Concepto
nagálivo
sión como el “no evitar evitable de la situación típica” o “no emprendimiento de una de acción
acción evitadora del peligro” (050, en
Behrendt
(15) “De los dos elementos, la antijuridicidad y la culpabilidad, que Jakobs incluye
en su concepto de acción, a mi juicio debe quedar fuera el primero: hay acciones que
lo son —que son capaces de sentido, también para el Derecho penal- y que no niegan
la vigencia de la norma; si no, no se sabe qué sería el comportamiento de quien se
defiende legítimamente o, más en general, todos los actos de obediencia al Derecho
penal. En realidad, debe admitirse que el Derecho penal reconoce como "acciones"
Otros procesos distintos de aquellos que expresan la objetivación del reconocimiento
de la norma” (Sitva SÁNCHEZ, 2003a, p. 387).
287
CaríTULO VIT: La ACCIÓN
El concepto de acción de JAKO8S engloba tanto el actuar doloso como el imprudente (55,
También la omisión presupone la evitabilidad, aunque de manera inversa a la que
presenta la acción. “En la comisión se presenta una concurrencia de impulsos cons-
ciente o inconsciente [que] conduce a la formación de un motivo para el movimiento
corporal y éste causa un resultado; en la omisión se produce un suceso que no se
Supracon- habría producido si el autor se hubiera motivado a impedirlo y hubiese realizado
cepto de movimientos corporales necesarios” (157, Tomando en cuenta los conceptos de ac-
ción y omisión a los que se arriba, es decir a la acción como causación evitable del
resultado y a la omisión como no evitación evitable de un resultado, JAKOBS forma un
supraconcepto de comportamiento que en la respectiva diferencia del resultado evi-
table, abarque la comunidad entre actuar y omisión (0%, “Por expresarlo en una
fórmula: Conducta es la evitabilidad de una diferencia de resultado” (159,
(15) Jaxobs, 1995, num. 28. “Así como en la comisión la evitabilidad es el dolo o la
imprudencia de la propia conducta, del mismo modo también en la omisión la
evitabilidad está vinculada a la propia conducta. Por eso, no sólo contiene el conoci-
miento o la cognoscibilidad de las condiciones de la producción de un resultado,
sino además que esas condiciones dependen de la propia conducta, es decir, la posibi-
lidad propia de influir en el suceso” (Jbidem). Se encuentra que “en la acción hay un
motivo de más, y como consecuencias de éste un movimiento corporal de más: el moti-
vo delictivo (el autor ha causado algo prohibido, que habría debido omitir), en la omi-
sión hay un motivo (etc.) de menos: el motivo de evitar el resultado delictivo (el autor
no ha causado algo prohibido, pero habría debido actuar)” (Zbidem, p. 176, num. 30).
(58% Jaxons, 1995, p. 177, num. 32.
15% Lor. cil.
(160 Vid, RoxiN, 1999, p. 253, num. 43; VELÁSQUEZ VELASQUEZ, 1995, p, 308.
288
$39. Polémica sobre la acción
Para ROXtN, la acción implica una serie de aspectos fácticos y normativos que son expre:
siones de la personalidad (parte anímica-espiritual del ser humano). A la vez requiere
de determinadas valoraciones para darle sentido a la acción. Por ello, se plantea una
definición pretípica (1%, Dichas valoraciones deben de provenir del contexto social
donde se ejecuta la acción, “Es evidente que los pensamientos y los impulsos de la volun-
tad pertenecen a la esfera espiritual-anímica de la persona, pero en tanto permanecen
631,
encerrados en lo interno y no se ponen en relación con los sucesos del mundo exterior, Acción
no son manifestaciones de la personalidad y por tanto no son acciones”(162, RoxiN con- como
sidera que este planteamiento no es algo reciente, va que supone una caracterización manifesla-
de aquello que resulta como acción, en sentido general, excluyendo todo lo que, por ción de la
personali-
consenso, no aparece como acción para el análisis jurídico-penal, Así, las concepcio- daden
nes anteriores han deformado este planteamiento de la manifestación de la personali- Roxin
dad limitándolo a detalles naturalísticos (como voluntariedad o corporalidad), a formas
de aparición especialmente marcadas (finalidad) o sobrecargándolo con valoraciones
anticipadas (como “social o “no evitable”) 06%, En relación a las funciones de la concep-
ción de acción, ROXIN señala que ésta debe entender a la acción como un elemento
básico '*0, sistemático 1%, de enlace o unión (1% y como un elemento de límite 047,
No en todos los casos el concepto de manifestación de la personalidad es completa-
mente neutral frente al elemento valorativo que supone el tipo. Así, en la omisión no
se puede prescindir sin excepciones de la valoración jurídica, Una omisión sólo pue-
de ser entendida como una manifestación de la personalidad a través de una expecta-
tiva de acción, “pues teóricamente se podrían hacer diariamente las cosas más pecu-
liares, p. ej., trepar por los postes de las farolas, abofetear a inofensivos peatones, etc.,
pero no haberlo hecho no es una manifestación de la personalidad ni por tanto una 632.
Manifesta-
acción mientras nadie espere algo semejante”(1%. Por regla general, las expectativas ción de la
están socialmente fundadas, siendo, por ende, separables de la esfera de la valoración personali-
jurídica, es decir, del tipo. Pero suele darse casos en los que las expectativas sólo se dad y
fundamentan a través de un precepto jurídico, ya que el legislador puede a través del omisión
tipo convertir por primera vez el no hacer en una omisión. En estos casos “no hay
acción antes del tipo, sino que el tipo es el presupuesto de aquella” (1%, Para compro-
bar si concurre una manifestación de la personalidad en las acciones comisivas, no es
necesario recurrir ni a la categoría de lo social ni a lo jurídico; y en la mayoría de las
omisiones ello se desprende de la inclusión en la esfera social, pero en otras es preci-
so incluso el mandato jurídico como condición necesaria para que estemos ante una
posibilidad de manifestación de la personalidad (0,
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