Crianza Positiva

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CRIANZA POSITIVA

En este artículo, encontraran información sobre un estilo parental educativo el cual


está en tendencia y a su vez ayudara a sus hijos a criarlos de manera afectiva.

QUÉ ES LA CRIANZA POSITIVA?

La crianza positiva es un estilo educativo basado en el apego seguro. Donde los padres
se esfuerzan por crear un vínculo fuerte con sus hijos, fomentando una relación de
respeto mutuo y comprensión.

El objetivo es educar a los hijos para que se desarrollen de forma adecuada, para que
sepan relacionarse con los demás de forma constructiva y no violenta.

De las estrategias que se utilizan dentro de la crianza en positivo, se pueden destacar


tres como las más representativas e importantes:

1. La comunicación y la escucha activa, entre padres e hijos. Un niño educado en un hogar


con diálogo abierto, se sentirá importante y valioso. Aprenderá a expresar sus opiniones
y a negociar las normas de casa, desde el respeto y la responsabilidad.
2. La regulación emocional por parte de los padres. Educar a tu hijo
siendo capaz de controlar tus enfados, te permitirá poder entenderle mejor y enseñarle
a regular sus impulsos. Recuerda que eres su modelo a seguir y que él aprende sólo con
mirarte.
3. La disciplina positiva alejada de los castigos, pero centrada en límites y consecuencias.
Se pretende que los niños aprendan a ser auto-disciplinados, por ejemplo que sean
capaces de regular por ellos mismos los caramelos que se pueden comer cada día. Para
ello se dejan de aplicar castigos (que sólo generan sumisión y miedo) y se comienzan
a marcar límites y consecuencias educativas (que aportan seguridad, estabilidad y
responsabilidad).

Este tipo de crianza tiene muchos beneficios en el desarrollo del niño, algunos de ellos
son:

 Aprende a respetar y tolerar a otras personas. Lo que mejorará su forma de relacionarse


con sus compañeros del colegio o con los otros niños del parque.
 Adquiere valores como la responsabilidad, la cooperación y la pro-actividad.
 Regula sus emociones de una forma adecuada, aumentando su tolerancia a la
frustración cuando las cosas no salen como él quiere. Aplicando la crianza positiva, tu
hijo apenas tendrá rabietas y tendrá más habilidades para poder ponerse en el lugar del
otro.
 Mejora su autoestima y la seguridad en sí mismo.
 Aumenta sus logros académicos.
 Resuelve adecuadamente sus conflictos, utilizando el diálogo y la empatía.

Criar en positivo genera, por un lado, niños emocionalmente sanos que se convertirán
en adultos de éxito y, por otro lado, padres sin culpa porque saben que lo están
haciendo bien.
CÓMO APLICARLO EN CASA?

Para que resulte más sencillo convertirse en padres que eduquen en positivo, existe
una pequeña lista con algunos consejos para que poco a poco se aplique este estilo de
crianza.

 Piensa en las necesidades de tu hijo. Detrás de cada llanto, alegría o tristeza se


esconde algo que te quiere transmitir.
 Sé empática/o. Ponte en su lugar, intenta comprender su comportamiento sin
juzgarlo, plantéate esta pregunta “¿para qué reacciona así?”.
 Practica la escucha activa. Deja que te cuente sus cosas y cuéntale tú las tuyas.
Fomenta los momentos de diálogo sincero entre los dos, porque así crearás un vínculo
lleno de confianza.
 Marca límites y aplica consecuencias educativas. Hazlo de forma clara y sencilla para
que el niño las conozca y las pueda cumplir. Recuerda que tienes dos artículos en este
blog, uno dedicado a los límites y otro a las consecuencias que seguro te darán ideas
de cómo abandonar los castigos por un estilo educativo más positivo.
 Enséñale a regular y gestionar sus emociones. Ayúdale a poner nombre a las
emociones que siente, enséñale cómo puede identificarlas para después mostrarle
cómo las puede expresar sin hacerse daño él ni hacer daño a otras personas.
 Háblale en positivo. Cambia tus “Noes” por un lenguaje más cercano, cariñoso y firme.
Reformula expresiones del tipo “No grites” por otras más positivas como “Cariño,
tenemos que hablar bajito para poder entender lo que nos decimos”.

Por último, es importante recordar que los niños son esponjas que todo lo absorben y
la mejor forma de que aprendan es viendo cómo lo hacen sus padres. Así que,
conviértete en su modelo a seguir, en el espejo donde poder mirarse.

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