El Diseño Urbano Desde La Perspectiva

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EL DISEÑO URBANO DESDE LA PERSPECTIVA

DEL URBANISMO ECOLOGICO

BARRIO VILLA CUBAS EN SAN FERNANDO


DEL VALLE DE CATAMARCA

Autores:
Adriana Medina; Gustavo Báez, Norma Rodríguez,
Fernando Ogas, Eduardo Sosa Medina.

RESUMEN

El urbanismo, luego de la crítica y la crisis del paisaje urbano resultante del ideario constituido
a partir de los CIAM, ha provocado la aparición y desarrollo de la nueva disciplina que hoy se
denomina “diseño Urbano” y de nuevas actitudes que se expresan en el denominado
Urbanismo Ecológico. Abordar los nuevos retos conlleva cambiar el enfoque y los parámetros
de referencia, adoptando un modelo urbano que recoja una mirada sistémica de la relación
ciudad-medio y los elementos que lo componen. Para dar posición al “diseño urbano”, desde
la perspectiva del urbanismo ecológico, se ha seleccionado como caso de estudio el barrio
denominado “Villa Cubas”, ubicado en la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, en
el que se ha evaluado la calidad del espacio urbano y su respuesta a las necesidades de la
sociedad, con ajustes atribuibles al encaje en el contexto y a las características particulares del
lugar. El comportamiento de los indicadores ha permitido proponer estrategias de
aproximación hacia un modelo urbano más sustentable por su eficiencia y habitabilidad en
función de cuatro ejes principales: compacidad, complejidad, eficiencia y cohesión social en
función de cuatro ejes principales: compacidad, complejidad, eficiencia y cohesión social. Los
indicadores utilizados llenan de contenido los ejes del modelo de ciudad, pudiéndose objetivar
los aspectos claves del planeamiento tanto de nuevos desarrollos como en la transformación
de la ciudad consolidada. Su comportamiento ha permitido proponer estrategias de
aproximación hacia un modelo urbano más sustentable por su eficiencia y habitabilidad, bajo
conceptos y principios de sustentabilidad que definen el rumbo de la ciudad contemporánea
hacia una concepción holística, fortaleciendo al diseño urbano como disciplina.

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EL DISEÑO URBANO DESDE LA PERSPECTIVA
DEL URBANISMO ECOLOGICO
BARRIO VILLA CUBAS EN SAN FERNANDO
DEL VALLE DE CATAMARCA

Autores:
Adriana Medina; Gustavo Báez, Norma Rodríguez,
Fernando Ogas, Eduardo Sosa Medina.

1. Introducción

El urbanismo, luego de la crítica y la crisis del paisaje urbano resultante del ideario
constituido a partir de los CIAM, ha provocado la aparición y desarrollo de la nueva
disciplina que hoy se denomina “diseño Urbano” y de nuevas actitudes que se
expresan en el denominado Urbanismo Ecológico (Raposo, 2006). El diseño urbano
puede ser definido desde varios ángulos dada la naturaleza compleja del término, así
Robledo Lara & Eichmann Diaz (2000) plantean que el diseño urbano “crea espacios
colectivos y edificios ajustados a un programa urbanístico de necesidades y que tiene
como objetivo final, la expresión morfológica”. En similar sentido, (Peterson, 1983)
define el diseño urbano como “…el planteamiento sintético e inventivo de las
condiciones físicas que establece y explota áreas totales de ciudad, es una arquitectura
que contiene más escala, intención y técnica”. Otros autores fundan sus definiciones en
criterios de naturaleza política, por entender que el diseño urbano actúa como marco
conceptual y técnico que permite dirigir las políticas e inversiones públicas,
relacionadas con la consolidación y desarrollo de la forma urbana (Aymonino, 1981)
para lo cual se requiere un plan de desarrollo urbano que evidencie una visión
compartida de la imagen de la forma urbana de la ciudad. Estos consensos resultan
necesarios por cuanto “en el proceso del diseño urbano intervienen múltiples
decisiones, producidas por múltiples actores, y al gobierno local le corresponde mediar,
ordenar y controlar este proceso, garantizándole así al ciudadano una calidad de vida y
promoviendo las oportunidades para su desarrollo económico, social y cultural.”
(Colmenares j., 1998). Para (Raposo, 2006) el diseño urbano es una disciplina distinta
de la arquitectura y diferente del urbanismo aunque genealógicamente está
profundamente ligada a ambas y convive con ellas y viene a expresar la solución a una
crisis latente que existió permanentemente en el cruce de la arquitectura con el
planeamiento. En este espectro de preocupaciones sobre el “diseño urbano” se ha
esbozado respuestas que se desarrollan principalmente en el: a) ámbito académico. b)
el ámbito de la institucionalidad profesional y c) el ámbito de acción del dominio
público. Son las siguientes concepciones un ejemplo de esfuerzo delimitador del
quehacer del Diseño Urbano:

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a) Ámbito académico
Hoy día, la mayor parte de los profesionales del diseño urbano dirían
que una ciudad bien diseñada tiene tres componentes: a) conserva el
ambiente natural y es sensible con él; b) crea un dominio público
deseable, el que incluye: transporte, calles, espacios cívicos,
comercio, entretenimiento, parques y recreación y c) da soporte a la
interacción social en los barrios residenciales, lugares de trabajo y
centros de usos mixtos. Las ciudades hoy en día son diseñadas por
una intricado juego de inversiones privadas, subsidios públicos,
incentivos al desarrollo, regulaciones gubernamentales,
participaciones públicas y protesta pública. El profesional del diseño
urbano necesita saber cómo trabajar con todo esto y guiar todas
estas fuerzas. Arquitectos del Paisaje, Arquitectos y Planificadores
urbanos, cada uno ligado más directamente a uno de estos actores
representativos. (Barnett, 1956).

b) Ámbito de la institucionalidad profesional


El Diseño Urbano es un proceso colaborativo multidisciplinario para
modelar las bases físicas de la vida de las ciudades; es el arte de
hacer lugar; diseño en un contexto urbano. Implica el diseño de los
edificios, grupos de edificios, espacios y paisaje y el establecimiento
de encuadramientos y procesamientos que faciliten su desarrollo
exitoso. (Urban Design Group)

c) Ámbito de acción del dominio público


Concierne al diseño urbano el diseño de los edificios, lugares,
espacios, redes, que hacen las ciudades y el modo como la gente los
usa. Opera desde la escala de la región metropolitana, de la ciudad,
de las áreas centrales, de una calle, del espacio público o aún un
simple edificio. Al diseño urbano concierne no sólo la apariencia y
forma construida sino también las consecuencias económicas,
sociales y culturales del diseño. Es una forma de aproximación que
convoca de un modo conjunto muchos sectores y profesiones
diferentes, e incluye, tanto al proceso de toma de decisiones como los
resultados del diseño. (New Zealand Urban Design Protocolo, 2005)

En síntesis, en la ciudad contemporánea lo público y lo exterior se hacen cada vez más


ostensibles, es allí en el espacio público donde se dan las convergencias, simetrías y
asimetrías características de las formas de sociabilidad presentes en la ciudad, espacios
propios de la vida cotidiana. El Diseño Urbano se reconoce en tal sentido como
instrumento de localización, modelación y regularización de los espacios de expresión
y representación asociados a la actividad simbólica y mítica propias de la ciudad. Actúa
sobre la apariencia y transforma la imagen del mundo cotidiano (Forero La Rotta,
2005). La concentración de la atención en el Diseño Urbano, lejos de considerarse una
idea que contradice la racionalidad técnica instrumental del planeamiento territorial y
ambiental, aparece como la posibilidad que permite a la cultura del planeamiento
someter a prueba sus visiones y ajustar la coherencia de sus propuestas (Raposo,
2006)

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En las notas que antecede, basadas en literatura reciente, se ha pretendido dar
posición al Diseño Urbano, como cuestión teórica y práctica, en la actual esfera de
preocupaciones y acciones disciplinarias sobre la ciudad. Tal propósito, que aquí tiene
un alcance de orden muy general, remite de inmediato a otro territorio de indagación:
el urbanismo, donde se constituyen las primeras matrices de filiación de lo que hoy se
designa como Diseño Urbano.

Dado que el urbanismo presenta cierta indeterminación en sus límites, es dable


entenderlo, en un sentido amplio, como la sumatoria de discursos y formas de
intervención sobre la ciudad y el territorio, incluyendo al planeamiento, al diseño
urbano y al proyecto urbano, aunque será la ciudad más que el territorio el centro de
atención (Monclús, s/f). En este sentido es oportuno citar a (Jarvis, 1992) quien dice:
“sin diseño el planeamiento es pura charla, sin planeamiento el diseño es arrogancia,
ambos dan forma a una misma realidad singular”, es decir, Planeamiento y diseño
urbano juntos deben responder a la necesidad social de dar forma al espacio de la
comunidad, deben asumir y desarrollar un proyecto de ciudad.

Sin embargo, desde la perspectiva del Urbanismo Ecológico, se cuestiona la capacidad


del urbanismo para responder a los retos actuales y a las disfunciones relacionadas con
estos. Aceptando que el urbanismo actual, anclado en el funcionalismo, no es capaz de
abordar las variables que, a distintas escalas es urgente tener en cuenta, se impone la
necesidad de un nuevo urbanismo que se acomode a una ciudad más sustentable que,
a su vez, dé salida a la estrategia para competir basada en la información. Es decir, que
atienda a las premisas de la sociedad del conocimiento de un modo más eficiente.
(Rueda). Esto requiere otra manera de pensar, que tenga en cuenta las relaciones, los
contextos y los patrones, lo que se denomina pensamiento sistémico, y que se sintetiza
de la siguiente manera en palabras de (Capra, 1996): “El gran shock para la ciencia del
siglo XX ha sido la constatación de que los sistemas no pueden ser comprendidos por
medio del análisis…El pensamiento sistémico no se concentra en los componentes
básicos, sino en los principios esenciales de la organización. El pensamiento sistémico
es contextual en contrapartida al analítico.”. Por lo tanto, para abordar los nuevos
retos es necesario cambiar el enfoque y los parámetros de referencia, adoptando un
modelo urbano que recoja un enfoque sistémico de la relación ciudad-medio y los
elementos que lo componen. Esta estructura se inserta dentro de objetivos básicos del
urbanismo sustentable: compacidad, complejidad, eficiencia y estabilidad social. Tras
el análisis de diversos sistemas urbanos el modelo que mejor se ajusta a estas
premisas, por su eficiencia y habitabilidad, es el de ciudad compacta en su morfología,
compleja en su organización, eficiente metabólicamente y cohesionada socialmente
(Rueda, 1997)

El urbanismo ecológico adopta este modelo tanto en la transformación de tejidos


existentes como en el diseño de nuevos desarrollos urbanos. Los instrumentos de

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validación se circunscriben a un sistema de indicadores que se articulan en ocho
grandes grupos o ámbitos que valoran los aspectos que atañen al consumo de
recursos; los parámetros que se relacionan con la información organizada o los
derivados de la habitabilidad: 1. Ocupación del suelo, 2. Espacio público, 3. Movilidad,
4. Diversidad de usos y funciones urbanas, 5. Biodiversidad, 6. Metabolismo, y 7.
Cohesión social; que a su vez se agrupan en cuatro ejes que son los definidores del
modelo de ciudad: compacidad (1, 2 y 3); complejidad (4 y 5); eficiencia (6), cohesión
social (7).

Con la aplicación de los indicadores se busca saber el grado de acomodación de éstos


al modelo intencional y puede aplicarse no sólo a los nuevos desarrollos sino, también,
a los tejidos consolidados. Para ello es necesario evaluar el encaje de la propuesta al
contexto ya que las características particulares de cada lugar hacen imposible abordar
de manera sistemática las soluciones a aplicar.

2. Caso de estudio

Para dar posición al “diseño urbano”, desde la perspectiva del urbanismo ecológico, se
ha seleccionado como caso de estudio el barrio denominado “Villa Cubas”, ubicado
en la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, en el que es posible evaluar la
calidad del espacio urbano y su respuesta a las necesidades de la sociedad. El ámbito
de trabajo comprende el sector delimitado al norte Avda. Dr. Enrique Ocampo, al sur
Avda. Sánchez Oviedo, al este calle Colón y al oeste Avda. Ahumada y Barros.

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2.1. Contexto de la actuación urbanística

Para el análisis de la situación actual del Barrio Villa Cubas se ha utilizado la


metodología propuesta por el Urbanismo Ecológico (Rueda, 2012) con ajustes
atribuibles al encaje en el contexto y a las características particulares del lugar. El
comportamiento de los indicadores ha permitido proponer estrategias de
aproximación hacia un modelo urbano más sustentable por su eficiencia y
habitabilidad en función de cuatro ejes principales: compacidad, complejidad,
eficiencia y cohesión social.

Delimitación del Barrio Villa Cubas en el momento de su creación (arriba) y en la


actualidad (abajo). En rojo el núcleo central en la actualidad.

2.2. El contexto territorial, social y urbanístico

El Valle de Catamarca, inserto entre cordones montañosos de sierras pampeanas y en


condiciones climáticas de semiaridez, integra el sistema de valles longitudinales del
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noroeste argentino. Se reconoce en su evolución histórica un conjunto de situaciones
diferentes, de apropiación, conformación, modelación del espacio de uso urbano, rural
y territorial. En la etapa hispana (1550-1860) se fijaron los elementos estructurantes
del paisaje urbano, vigentes y resistentes a toda posibilidad de cambio, ellos son:
cuadricula regular, calles, visuales prolongadas, centralidad de la plaza, localización de
edificios religiosos y públicos principales alrededor de ella con clara lectura de
concentración volumétrica. En la segunda mitad del siglo XlX (1860-1920), en la ciudad
se manifestó un profundo proceso de cambio combinado en su estructura urbano,
arquitectónica y en su conformación paisajística, como consecuencia de la aplicación
de los nuevos conceptos urbanísticos impulsados por el pensamiento republicano-
liberal. En este periodo se funda la actual Villa Cubas, con el concepto de lo que hoy
llamaríamos una ciudad satélite, teniendo en cuenta que la población prevista para la
villa era un séptimo de la población existente entonces en la ciudad. La Villa posee
características singulares: se destina a “familias pobres” y se la traza como una unidad
física independiente, a una cuadra del bulevar oeste y con una estructura interna
irregular: cuatro manzanas cuadradas de 100 por 100 m., doce manzanas
rectangulares de 100 por 50 m., y cuatro manzanas cuadradas de 50 por 50 m.; todas
las manzanas estaban fraccionadas en lotes de 10 por 50 m., el total de lotes es de
220, pero varios de ellos frente a la plaza, está destinados a los edificios públicos,
escuela, consejo de educación, iglesia, comisaría, juzgado.

Patrones ambientales y posición relativa del Barrio Villa Cubas dentro de la estructura
urbana en los diferentes periodos de evolución de la ciudad
Fte: Palacios, R.; Medina, A. Planificación ambiental y paisajística del ecosistema dique el Jumeal.
Catamarca, 2005.
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Villa cubas marcó una nueva manera de hacer ciudad respecto al modelo histórico de
cuadrícula hispánica. Esto fue consecuencia de los avances sociales generados por la
revolución industrial, traducidos en medidas higienistas, interesadas en mejorar la
calidad de vida de los sectores sociales más desprotegidos. Fue uno de los argumentos
claves del periodo republicano liberal para resolver los desafíos de la nueva urbanidad.
En el presente constituye una unidad ambiental perfectamente identificable, con
similares patrones urbanos y arquitectónicos definidos para la ciudad. El crecimiento
del barrio, respecto a la traza original, se realizó por simple repetición de la cuadrícula
con amanzanamientos rectangulares y trapezoidales. Surgieron nuevos límites
administrativos aunque para el imaginario social estos se definen por las sendas
urbanas más significativas. La creación del barrio y su consolidación marcan la
temporalidad del ideario republicano que consolidó un modo particular de hacer
ciudad a partir de la interpretación del Sistema de Espacios Abiertos Urbanos como
estructurante y cualificante de la Imagen Pública. Contribuyó a generar una red de
significados que permite al ciudadano identificarse con su medio, su producción y su
cultura.

El último censo de Población y Vivienda (2010) cifro en 159.703 los habitantes de la


ciudad de Catamarca y una densidad de 400,26, correspondiendo xx habitantes al
Barrio de Villa Cubas, distribuidos en xxx viviendas, con predominio de las
unipersonales. La actividad económica y comercial del barrio es reducida, sin embargo
existe oferta comercial de proximidad y otros servicios específicos. Los flujos de
movilidad hacia el centro de la ciudad son elevados por cuanto gran parte de la
población está ocupada en el área central próxima. En cuanto al planeamiento vigente
en el sector, rige el Plan Urbano Ambiental (Foglia, 2002) para la ciudad de San
Fernando del Valle de Catamarca y la Ordenanza de Uso y Ocupación del Suelo, que lo
identifica como zona residencial consolidada con infraestructura completa, cuya
renovación y ampliación se realiza mediante proceso de reposición o sustitución,
admitiendo vivienda colectica, y usos complementarios de tipo institucional, comercial
minorista y de servicios (Ordenanza Nº 4360, 2007)

2.3. Indicadores en el tejido existente y propuestas de


intervención

Los indicadores y criterios para los tejidos existentes hacen referencia a las
características que debe reunir una ciudad actual para acreditarse como sustentable
en cuanto a la consecución de la habitabilidad y de la eficiencia del sistema urbano. A
tal efecto, se analizaron los diferentes condicionantes y restrictores en cada ámbito:
ocupación del suelo, espacio público y habitabilidad, movilidad y servicios, complejidad
urbana, espacios verdes y biodiversidad, metabolismo urbano, cohesión social y
gestión y gobernanza. De esta manera se trasladan a objetivos concretos y medibles

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los criterios del urbanismo ecológico, basados en los ejes del modelo de ciudad
sustentable.

2.3.1. Respecto de la ocupación del suelo


Desde el punto de vista del Urbanismo ecológico se pretende ordenar los territorios
para fomentar las estructuras urbanas compactas y complejas, reutilizando los tejidos
urbanos existentes, la recuperación del suelo en desuso y los crecimientos marginales
y dispersos en desconexión con los núcleos urbanos. La densidad de viviendas es una
variable derivada del modelo de ocupación del territorio que determina la proximidad
de las personas a las funciones propias de la vida urbana: transporte público, servicios
básicos, salud, administración, seguridad, actividad económica, espacios públicos, etc.

Para que un tejido urbano tenga una adecuada tensión es necesario que haya una
cantidad suficiente de población que le proporcione vida. Los valores óptimos de
densificación se ubican entre 60 – 120 viv/ha (Rueda, 2008); es decir valores
aproximados de 240-480 hab/ha. Catamarca no requeriría valores tan altos para
acoger a la población proyectada, según el PUA, para el 20xx ( xxx hab/ha) en la misma
área urbana, por lo que se recomienda para el sector del barrio Villa Cubas 60 viv/ha,
es decir valores aproximados de 240 hab/ha, teniendo en cuenta que la densidad
actual promedio es de 19 viv/ha y tomando como referencia estudios de densidad
urbana de ciudades latinoamericanas (Herminda, A. , Herminda, C., Calle, C,, 2015).

Entre las medidas para lograr este objetivo se propone la ocupación de los lotes vacíos
a través de modelos específicos de densidad acordes con las distintas tipologías
morfológicas de la ciudad y a través de políticas de densificación, desde una
perspectiva de sustentabilidad que priorice el uso del espacio público para la población
y no solo para el automóvil. Sin embargo, estas buenas intenciones no son solo un acto
de voluntad académica, sino que en su construcción aparecen desafíos económicos,
fiscales, ambientales, institucionales y de gobernabilidad, articulando el sector público,
el sector privado y la sociedad civil que requieren coordinarse entre si.

2.3.2. Respecto al espacio público y habitabilidad


Los espacios de estancia en las ciudades son de gran importancia ya que afecta
directamente la calidad de vida de sus ciudadanos. Los paseos, los parques y las plazas,
entre otros, juegan un papel fundamental como espacio de relación, de esparcimiento
o relax. Estos espacios forman parte de la morfología de la ciudad, de su estructura, y
actúan como descompresores del volumen edificado. El urbanismo ecológico busca el
equilibrio entre los espacios dedicados a la funcionalidad y la organización urbana y los
espacios de estancia. Una dotación mínima de espacio de estancia por habitante
(>10m2/habitante) garantiza la presencia de espacio público atenuante para equilibrar
la presión del espacio construido (BCN Ecologia, 2011)

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En el caso del barrio objeto de estudio se observa predominio del espacio destinado al
funcionamiento y solo el espacio destinado a la plaza como lugar de estancia. Se
considera necesario equilibrar el espacio público generando paseos y calles exclusivos
para el peatón por lo que se propone conectar el centro histórico del Barrio con la
“manzana del turismo” mediante un recorrido peatonal amplio, seguro y sin fricciones
con el tránsito de vehículos motorizados y, al mismo tiempo favorecer un espacio
público de calidad que pueda acoger múltiples usos para la convivencia y para la
interacción entre las personas. Esto contribuirá, demás, a reducir los efectos nocivos
de las emisiones en el aire y los niveles de ruido.

Para un adecuado funcionamiento del verde urbano, los distintos elementos que
componen la red deben estar convenientemente conectados y contar con la presencia
de vegetación en distintos niveles de ordenación (cubiertas verdes, arbolado viario y
sus copas, vegetación en superficie) y la interrelación entre estos. Una red urbana bien
establecida es, a su vez, permeable con los espacios periurbanos. La presencia de
corredores verdes en el interior de la ciudad permite la conexión de las distintas áreas
verdes, tanto dentro como fuera de la ciudad. Un 10% de volumen verde permite
moderar los valores extremos de confort térmico, así como contribuye a convertir las
calles en espacios visualmente más atractivos.

Para mejorar los indicadores observados en el Barrio Villa Cubas se propone el


completamiento del arbolado existente de gran porte (jacarandás) sobre las avenidas
principales que delimitan el barrio y lo vinculan a su vez con otros sectores de la
ciudad. La delimitación de la planta fundacional del barrio se logrará con ejemplares de
mediano porte (lapachos rosados) y la dotación de ejemplares de menor porte
(naranjo amargo) en las calles internas del barrio (con poco y heterogéneo arbolado en
la actualidad) permitirá aumentar el confort urbano.

La proporción de la calle con respecto al volumen edificado resulta muy baja en el caso
de Villa Cubas (0,5), posibilitando implementar medidas que propicien el incremento
de la altura de las edificaciones hacia un valor óptimo de 1, garantizando la llegada de
luz natural, ventilación y vista al cielo.

2.3.3. Respecto a la movilidad y servicios


La apuesta por una movilidad sustentable basada en el uso de medios de transporte
alternativos al vehículo privado se refleja en este indicador de reparto del modo de
desplazamiento de la población. Apostar por una disminución del uso del vehículo
privado implica fomentar la democratización de la movilidad aumentando la eficacia
de los modos de transporte más económicos y al alcance de todos los grupos de edad:
transporte público, bicicleta y a pie. Este último modo se potencia a la vez que se
restringe la ocupación del espacio público por parte del coche, y los tres modos en
conjunto suponen fomentar patrones de desplazamiento más sostenibles y la
disminución de las emisiones contaminantes.
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Para mejorar el sistema de movilidad en el Villa Cubas se propone una red de
circulación del transporte público de 400 x400 metros, con un radio de influencia para
acceder a las paradas de transporte público que no supere los 300 m. De esta manera
se reduce el porcentaje de calzada y se aumenta el de acera. Si bien en la actualidad no
existen ciclo vías en la ciudad, el municipio se encuentra trabajando en una propuesta
integral. Se deberá prever, también, espacios para el estacionamiento del vehículo
privado fuera de la calzada, aun cuando se dispone en el barrio de estacionamiento en
cada unidad de vivienda.

2.3.4. Respecto a la complejidad urbana


El marco conceptual del urbanismo ecológico propicia la diversidad a partir de la
integración de usos y funciones en las diferentes escalas de intervención. Esta cualidad
se traduce en contacto e intercambio, al igual que sucede en los sistemas naturales. El
equilibrio entre el espacio residencial y la actividad influye en la autocontención de la
movilidad. La habitabilidad urbana está relacionada con la existencia de servicios
básicos para los residentes a distancias que puedan cubrirse andando. La disposición
de usos no residenciales en planta baja favorece la ocupación de la calle, estructura la
calle como conector de actividades y como espacio de estancia y de convivencia,
fomentando los vínculos sociales y comerciales.

El índice de diversidad urbana para el caso de Villa Cubas ( entre 0 y 6-7 bit de
información 4 bits -10 actividades por hectárea) indica un tejido con una buena mezcla
de usos y funciones urbanas y presencia de actividades diversas (económicas,
asociaciones, equipamientos sanitarios, educativos, recreativos, etc.) en un área de
influencia de 300 m (5 min andando)

La reserva de espacio para poder acoger una determinada densidad de actividad y,


por tanto, de aumentar la probabilidad de intercambio y contacto entre personas
jurídicas, es verificable en el Barrio. Se observa en el tejido urbano suficientes
vacancias que pueden ser utilizadas para aumentar la probabilidad de establecer
intercambios y relaciones entre los componentes portadores de información dentro de
la ciudad. Para ello se propone la incorporación de actividades densas en
conocimiento, utilizando las instalaciones del depósito de colectivos actualmente
abandonadas, reconvirtiéndolo en centro cultural y de creación artística e integrándolo
al sistema de espacios abiertos del barrio y de la ciudad. Estas actividades favorecerán
las estrategias basadas en la información y el conocimiento, contribuyendo a la
generación de puestos de trabajos nuevos, o en su caso, proporcionan una alta
densidad ocupacional (número de trabajadores o usuarios/superficie), generando un
alto valor añadido.

Se propone, también, crear espacios urbanos con ejes interactivos que garanticen la
continuidad de la intensidad de información y la continuidad con la estructura urbana
existente. Esto se logrará mediante la conformación de trayectorias que sean
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atractivas y seguras para los peatones, disponiendo de locales comerciales en planta
baja, con un reparto del viario adecuado. Estos ejes permiten crear lazos con los
tejidos consolidados para el mantenimiento de los vínculos sociales y comerciales. Se
prevé una interacción media 5-10 actividades /100 m lineales

2.3.5. Respecto a los espacios verdes y biodiversidad


La interconexión entre parques, jardines y espacios intersticiales conforma un mosaico
de verde integral, una red verde que supone un aumento de la biodiversidad y una
mejora de la calidad del espacio público. Las aportaciones de la red de espacios verdes
son múltiples: la creación de una ciudad atractiva, la mejora de las variables de
entorno en el espacio público, la mejora del confort acústico, la reducción de
contaminación, etc. . Los espacios verdes propician la relación, la socialización y la
participación. La Organización Mundial de la Salud establece como parámetro optimo
entre 9 y 14 m2 de superficie verde por habitante que garantice la accesibilidad para
aquellos ciudadanos con movilidad reducida al prever un espacio verde a una distancia
de (≤ 200 m).

En función de estos parámetros se propone para el caso Villa Cubas incorporar al


sistema los espacios vacantes, integrándolo mediante corredores verdes (calles) con
una adecuada densidad de plantación de arbolado viario según tipo de porte en
relación al ancho y longitud de la calle. Estos elementos verdes permitirán evitar la
excesiva insolación, atenuar la contaminación acústica, al amortiguar el efecto del
ruido en las calles y avenidas, crear hábitats para organismos vivos y la creación de
nuevos paisajes sonoros y de color.

2.3.6. Respecto al metabolismo urbano


Para lograr un modelo de ciudad más sustentable es importante reducir el consumo
energético y potenciar la producción energética local y de origen renovable. Las
energías renovables son fuentes limpias en emisiones de gases de efecto invernadero y
permiten reducir la dependencia energética de los combustibles fósiles. Además, si
esta producción es de origen local, se evitan de forma sustancial las pérdidas
energéticas relacionadas con el transporte de la energía (electricidad y calor).

La demanda de agua mantiene una estrecha relación con la tipología de vivienda y a su


vez con el modelo edificatorio y socioeconómico de la ciudad. Una ciudad compacta,
de manera general, vera mejorado dicho indicador; mientras que una ciudad dispersa
vera empeorado este debido a mayores demandas relacionadas con las tipologías
edificatorias presentes y otros requerimientos destacables.

El sistema de recogida de residuos es un servicio a los ciudadanos y forma parte de los


equipamientos o servicios básicos del municipio. La proximidad de los ciudadanos al
punto de recogida de las diferentes fracciones es un factor clave para el correcto
funcionamiento del sistema.. Los datos proporcionados por el Municipio de la ciudad

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de Catamarca muestran un incremento constante y acelerado de la generación de
residuos durante las últimas décadas y, por lo tanto, del consumo de materiales. El
barrio Villa Cubas cuenta con recolección diaria de RSU, puntos de recogida situados a
una distancia no superior a los 150 metros para todos los vecinos y disposición final en
Planta de Tratamiento de RSU. Sería conveniente, en el corto plazo, implementar un
Plan Integral de Residuos que incluya la organización para reciclar y la incorporación de
puntos de acopio selectivos.

En el caso de la ciudad de Catamarca la cobertura de Agua Potable es del 90 % con un


consumo de alrededor de 500 l/hab.día (ECSAPEM, 2012) por lo que resulta
imprescindible aproximar este valor a lo recomendando por la OMS, aproximadamente
250 500 l/hab.día . Esta disminución comportara, a su vez, un menor consumo
económico y energético asociado a las infraestructuras del agua: potabilización,
sistemas de bombeo y distribución. La reutilización de las aguas grises y pluviales en el
espacio privado serán aplicables en las nuevas edificaciones, con ahorro potencial en
las viviendas plurifamiliares del 20% y del 13% en las viviendas unifamiliares (Rueda,
2008).

2.3.7. Respecto a la cohesión social


La habitabilidad debe exceder el estricto ámbito de las condiciones físicas de la
vivienda, para extenderse hacia la consideración de que la calidad de vida urbana
depende del acceso próximo a servicios básicos y equipamientos. Una distribución
equitativa de las dotaciones en el territorio reduce la movilidad motorizada e incentiva
la justicia social en la distribución.

Equilibrio de la población de diferentes edades aumenta la cohesión de grupos de


edades diversas a partir del contacto en un mismo espacio físico. El índice de
envejecimiento de la población es un indicador que informa la estructura de edades y
pone de manifiesto los cambios en las demandas sociales en materia de salud y
asistencia social y también aporta información sobre las posibles transferencias
intergeneracionales en la ciudad. Diversidad y mixticidad son condiciones de base para
generar cohesión social en una ciudad, sin embargo otros factores tienen una
influencia decisiva sobre esta cuestión: las dinámicas socio económicas, la política
fiscal y laboral, el desarrollo de políticas sociales y culturales y la solución formal
adoptada para el diseño del espacio público.

La tendencia deseable es el equilibrio demográfico entre personas mayores y niños, lo


que asegura además un recambio poblacional sostenible, es decir, el mantenimiento
del tamaño de la población. Con índices de envejecimiento elevados la tendencia de la
población será la baja, y por el contrario, un índice de envejecimiento muy reducido
significaría un crecimiento futuro muy elevado. El óptimo sería pues un índice de 100 y
se define como mínimo deseable el criterio de que las personas mayores no lleguen a
doblar la cantidad de niños, es decir, un índice menor de 200.
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Se considera que existe segregación cuando el índice es mayor de 25, es decir cuando
más de un 25% del grupo poblacional analizado debe cambiar de ubicación para que
exista un reparto igualitario. El objetivo deseable tiende a esa equidad en el reparto, lo
que se considera cuando menos del 10% del grupo debería cambiar de ubicación para
conseguirlo. La configuración histórica del urbanismo de la ciudad, a menudo poco
atento a las dotaciones públicas necesarias, hace que se establezca un mínimo de
tolerancia fijado en un 75% de la dotación. El objetivo deseable es que las necesidades
de los ciudadanos estén cubiertas al 100% con equipamientos a los que todos puedan
acceder. Conseguir que toda la población, independientemente de sus características
sociodemográficas, tenga a su disposición una dotación óptima de equipamientos,
mediante un diagnóstico cuantitativo de la adecuación de la oferta dotacional a las
necesidades de la población. En un análisis de cohesión social desde el punto de vista
urbanístico es de especial importancia la oferta de equipamientos que utiliza la
población, ya que éstos son, desde un punto de vista genérico, satisfactores de
necesidades. Conseguir que la población disponga, en un radio de proximidad
determinado, del mayor número de equipamientos diferentes, de manera que pueda
cubrir a pie diferentes necesidades culturales, educativas y sanitarias, sin necesidad de
recurrir a otros medios de transporte.

2.4. Función Guía de sustentabilidad para el barrio


Villa Cubas

El barrio en estudio, si bien tiene una muy baja densidad, presenta morfológicamente
continuidad edificatoria, siendo la manzana la organizadora del espacio urbano con un
tejido compacto consolidado, con predominio de viviendas unifamiliares. También
existe continuidad física con el entorno y se ha resuelto la sutura con la ciudad por
medio de avenidas que articulan la relación de las calles que provienen del centro de
la ciudad con las que penetran en el barrio. El nivel de relación e intercambio de
información entre las personas, dentro del principio de diversidad de usos, actividades
y mixtura social es aceptable aunque sería deseable incrementar las actividades densas
en conocimiento, es decir con información como valor añadido. Esto es posible por
cuanto se dispone de suelo vacante y de estructuras obsoletas de generosas
dimensiones.

La presencia de elementos arbóreos en las calles es escasa y heterogénea, siendo


imprescindible su densificación para mejorar las condiciones de confort urbano
teniendo en cuenta que las estaciones cálidas se caracterizan por las altas
temperaturas. El arbolado urbano permitirá, además conformar corredores verdes que
propicien la interacción social y el desaliento del uso del automóvil. Es necesario,
también, disminuir el consumo de agua por persona y avanzar hacia un programa de

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recolección de residuos integral que involucre a los vecinos en las ventajas de la
reutilización y la recogida selectiva.

2.5. Conclusiones

Durante las últimas décadas se viene manifestando en la disciplina del diseño urbano
un fenómeno en construcción que apunta hacia una concepción integral y sustentable
del crecimiento de las ciudades. Estos enfoques, con proyecciones de poder
constituirse en alternativa real y viable respecto a la expansión urbana descontrolada,
se expresan a partir de la emergencia de corrientes urbanísticas que tienden a coincidir
en una actitud proactiva respecto al logro de mejores ciudades. Las diversas
aproximaciones hacia el diseño urbano alternativo son parte de la evolución del
discurso crítico frente a las transformaciones urbanas orientadas por el urbanismo
racionalista-funcionalista y la creciente in-sustentabilidad ambiental del modelo de
desarrollo vigente, el consecuente deterioro de las condiciones de habitabilidad y el
agotamiento de los recursos naturales. Es claro el rumbo evolutivo que han tomado en
líneas generales las corrientes alternativas, adscribiendo crecientemente a conceptos y
principios de sustentabilidad, convocando a diversos actores que definen el rumbo de
la ciudad contemporánea hacia una concepción holística del diseño urbano,
fortaleciéndolo en definitiva como disciplina. Los indicadores utilizados llenan de
contenido los ejes del modelo de ciudad, pudiéndose objetivar los aspectos claves de
la compacidad, la complejidad, la eficiencia metabólica y la cohesión social.

Los indicadores utilizados llenan de contenido los ejes del modelo de ciudad,
pudiéndose objetivar los aspectos claves del planeamiento tanto de nuevos desarrollos
como en la transformación de la ciudad consolidada. Su comportamiento ha permitido
proponer estrategias de aproximación hacia un modelo urbano más sustentable por su
eficiencia y habitabilidad, bajo conceptos y principios de sustentabilidad que definen el
rumbo de la ciudad contemporánea hacia una concepción holística, fortaleciendo al
diseño urbano como disciplina.

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