La Victoria Sobre La Tentación 1

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La Victoria Sobre La Tentación

Trasfondo Bíblico: 1 Corintios 9:24-10:13

Introducción

La tentación es un hecho de la vida; ningún cristiano debe jamás pensar que ha avanzado
tanto espiritualmente que ya nunca más será tentado. Una actitud así hace al individuo
vulnerable a los ataques de Satanás; cuando Dios permite que seamos tentados no es que
trate de destruirnos. Él permite la tentación para que podamos madurar espiritualmente. Las
tentaciones son las pruebas de la profundidad de nuestra dedicación a Cristo; de manera que
no es pecado ser tentado. El pecado es entregarse al tentador; nunca debemos suponer que
la entrega sea inevitable, junto con la prueba, Dios siempre provee un medio para la
victoria. Después de vencer la tentación hay más fuerza para resistir la prueba siguiente.

En la Biblia Dios nos advierte, mostrándonos las faltas de los que cayeron en tentaciones;
También ha documentado las victorias de sus hijos que se enfrentaron a la tentación y
vencieron.

I. Se necesita la autodisciplina (1 Corintios 9:24-27)

A. Correr para triunfar


Son muchos los corredores que participan en una carrera, pero al terminar sólo hay uno que
triunfa. Puede ser que la habilidad del ganador sea mayor que la de sus competidores. Sin
embargo, su victoria puede ser el resultado de más autodisciplina, suficiente para aventajar
a los demás. Todo cristiano debe ser como un corredor en una carrera muchísimo más
importante. Cuando el atleta ístmico llegaba a la pista, sólo pensaba en ganar. Esto es lo
que Pablo les decía a los cristianos de la iglesia de Corinto: "Corran para ganar."

Si el atleta corintio sólo se esforzaba a medias, no podía ganar. Tenía que luchar con todas
sus fuerzas. "Esforzándose para ser experto" sencillamente significa "competir en los
juegos". Los competidores en los juegos ístmicos entrenaban por muchos meses. Durante
ese tiempo, tenían que ejercer un estricto control de la dieta, el sueño y todos los aspectos
de la vida diaria. Pasaban cada minuto que estaban despiertos preparándose para el día de la
competencia. El atleta se controlaba en todo. El permitirse cualquier placer le podía costar
la carrera.

B. Mantenga el control

Dios le da a su pueblo el poder de vencer la tentación, pero debe ejercerlo y hacer el


esfuerzo por mantener la vida de acuerdo a la voluntad de Dios. Tiene que ser firme al
tratar con su naturaleza carnal. Nadie puede hacer esto solo. Los cristianos tienen la
responsabilidad de permitir que el Espíritu Santo les ayude a controlar su naturaleza caída.
Si la autodisciplina exige medidas severas, como el lenguaje de Pablo lo sugiere, deben
estar dispuestos a aplicar esas medidas. La carrera no se ha terminado. Los cristianos no
pueden permitir que los impulsos pecadores les haga faltar y perder su premio eterno.

II. Aprenda del pasado (1 Corintios 10:1-10)

A. Un pueblo privilegiado

Pablo les escribía a los gentiles, pero en la historia de Israel hay poderosas lecciones
espirituales para todo el pueblo de Dios. Dios estaba comprometido con los israelitas por su
pacto con Abraham. Él les había confiado sus leyes. Sin embargo, eso no les daba
privilegios especiales para pecar con impunidad. Cuando el pueblo escogido se apartaba.
Dios lo disciplinaba, a veces severamente. Las verdades que podemos aprender del ejemplo
de Israel son eternas.

Este pueblo gozaba de increíbles privilegios. Estuvieron bajo "la nube"—símbolo de la


constante dirección y protección de Dios. Pasaron por el mar milagrosamente—una
experiencia que dejó atrás su cautiverio, libertándolos de la esclavitud. Pablo vio un
paralelo entre su sumisión a Moisés, el líder ordenado por Dios, y el bautismo por el
Espíritu Santo en el cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:13). El cruce del mar Rojo por los
israelitas y la guía por la nube, los unió a Moisés por medio del cual Dios ejerció su
gobierno del pueblo. La provisión sobrenatural del maná y el agua que brotaba de la roca
son símbolos, dijo Pablo, del sostén espiritual que Dios le da a su pueblo. En la roca de la
que brotaba agua, el apóstol vio una imagen de Cristo, la Roca de donde brota el agua de
vida.

B. El abuso de la libertad

A pesar de esas terribles experiencias, esa generación entera (excepto Josué y Caleb) murió
en el desierto después de 40 años de andar errantes. Los israelitas dieron por sentados sus
privilegios y abusaron de su libertad, y por eso "no se agradó Dios".

Insatisfechos con todo lo que Dios les había provisto, el pueblo del pacto codició lo que
estaba prohibido (versículo 6). Eso los llevó a la idolatría, que tenía que ver con la
inmoralidad sexual (versículo 7). La expresión "se levantó a jugar" se refería a la
inmoralidad que sin duda incluía los pecados sexuales que se cometieron después que se
adoró al becerro de oro (Éxodo 32:1-6). La fornicación de los israelitas y la posterior
muerte de miles que se menciona en el versículo 8, se refiere a los pecados incitados por los
madianitas más tarde en la peregrinación de Israel (Números 25:1-9).

Tentar al Señor significaba ponerlo a prueba para ver hasta dónde podían llegar sin ser
castigados. Eso sucedió en más de una ocasión (Éxodo 17:2,7; Números 14:22). En
Números 21:5,6, la tentación al Señor causó la muerte de mucha gente por medio de las
serpientes.

Dios consideró la murmuración contra el liderazgo de Moisés como queja contra Dios
mismo. Dios les había dado ese líder (Números 14:1-9). En otra ocasión, la rebelión de
Coré, Datan y Abiram les trajo la destrucción a ellos y sus familias (Números 16:28-33).

Pablo aclaró que el pueblo de Dios ha tenido suficiente advertencia en lo tocante a las
consecuencias del pecado. El registro de las faltas espirituales de Israel enseña que tenemos
que caminar con Cristo. Al señalar la relación especial de los israelitas con Dios como su
pueblo escogido en un mundo rebelde. Pablo recuerda a los cristianos de Corinto su puesto
entre los paganos de su época. El pueblo escogido hoy en día está constituido por los que
aceptamos a Cristo. Hay que vivir de tal manera que otros vean que tenemos esa posición
privilegiada.

Las experiencias espirituales mayores no garantizan que un cristiano no pueda caer. Cuanto
más luz espiritual recibe una persona, mayor es su responsabilidad y más severas son las
consecuencias si peca contra el Señor. Como cristianos, estamos bajo la gracia y por lo
tanto gozamos de la libertad de venir a Dios por medio de Jesucristo para poder recibir
inmediatamente el perdón de los pecados. Pecar creyendo que "Dios me va a perdonar
cuando todo esto haya pasado" es burlarse de esa bendición. Los privilegios del creyente en
Cristo tienen el propósito de contribuir a su madurez espiritual. El ser adormecidos por un
falso orgullo que da por sentado que uno está en un pedestal muy alto como para recibir la
disciplina de Dios, traerá la ruina espiritual.

III. La provisión para la victoria (1 Corintios 10:12,13)

A. Una advertencia
El versículo 12 contiene la advertencia. "Así que" se relaciona con lo que Pablo decía sobre
las faltas de Israel. En el versículo 11 Pablo dijo que todas esas cosas se escribían para la
amonestación de los corintios. Eso también se aplica a los cristianos hoy. Todos debemos
recibir esa admonición. Nada hará al individuo más vulnerable a la tentación que el creer
que no puede caer.

B. La fidelidad de Dios

"Sobrevenido" (versículo 13) significa "afianzado", "asegurado". Satanás no es compasivo


en sus ataques. Algunas veces sus tentaciones vienen con tanta ferocidad que la persona
puede creer que la han asido manos invisibles. Cuando eso sucede, es fácil imaginarse que
nadie más ha pasado por una experiencia parecida. Sin embargo, Pablo dijo que eso no es
verdad. Los cristianos sólo experimentan lo que es humano. El pensar de otra manera forma
la base de una excusa para rendirse a la tentación ("simplemente no lo pude evitar. Era más
de lo que un humano podría soportar").
La clave para la victoria está en las tres palabras "fiel es Dios". Se puede confiar en Dios.
Él sabe la carga que una persona puede llevar y no permitirá una más pesada. Ha declarado
que cualquier tentación que Él le permita a la persona se puede vencer en su poder. Dios
siempre provee una salida, dijo Pablo. Aunque distintas tentaciones pueden tener distintos
medios de escape. Dios le ayuda a su pueblo a encontrar la salida. Fíjese que Dios hace esta
provisión "juntamente" con la tentación. Cuando llega el ataque, la salida lo acompaña.
Dios no permitirá la tentación sin dar los medios de escape.

El propósito final de Dios al permitir la tentación no es destruir a su pueblo sino que su


pueblo siga fuerte en su camino espiritual. El proporciona los medios para la victoria a los
que pueden soportar la tentación sin caer. Su ayuda está garantizada en su Palabra.

El peligro mayor del cristiano en la tentación puede venir después de caminar con el Señor
por mucho tiempo y de recibir el bautismo en el Espíritu Santo. El cristiano puede
descuidarse y pensar que los días del peligro de caer han pasado. Puede pensar que es
perfectamente capaz de permanecer de pie cuando en realidad está para caer. No importa
cuánto tiempo el creyente haya conocido al Señor, debe poner su fe constantemente en el
Señor, no en sí mismo. Debe recordar que otros cristianos también han tenido las mismas
tentaciones y Dios les dio la victoria. ¡El la dará también al que confía en El! La fuerza
humana puede fallar pronto. Los cristianos deben fijar su atención en la fidelidad, la
fortaleza, la sabiduría y el poder de Dios.

Aplicación

En cuanto a la victoria en la tentación, se deben tener en perspectiva dos verdades, a saber,


la responsabilidad personal y la fidelidad de Dios. Los cristianos no deben disculparse con
el dicho: "El diablo me obligó a hacerlo." Es cierto que Satanás es el tentador, pero no
puede obligar a nadie a entregarse a la tentación. Él ha de tener la cooperación del
individuo.

Todo cristiano tiene la responsabilidad de establecer una sólida relación con Dios que le dé
la victoria en los tiempos de prueba.
El cristiano también se debe cuidar de la indiferencia y detener demasiada confianza en sí
mismo. El pecado no es un asunto sin importancia. A menudo, las consecuencias del
pecado continúan mucho después de haberse cometido el acto.

El creyente también puede depender de la fidelidad de Dios cuando se enfrenta a la


tentación. Ninguna tentación es imposible de soportar dice Dios en su Palabra. El siempre
indica la "salida" llamando la atención a un pasaje bíblico o por las palabras de ánimo de
otro cristiano. Quizá durante la oración el Espíritu Santo venga de una forma especial a dar
consuelo y seguridad. Cualquiera que sea el medio que Dios use, ha dado la seguridad de
que se puede tener la victoria y no ser víctimas. La tentación no es sino otra fase de la
preparación espiritual.

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