MISIÓN CULTURA

Misión Cultura
Colección Temas de Hoy

© Ministerio de Comunicación e Información

Av. Universidad, Esq. El Chorro, Torre Ministerial, Pisos 9 y 10.
Caracas. Venezuela.

www.mci.gob.ve
[email protected]

Primera edición, Septiembre de 2005

Diseño Gráfico
José Luis Díaz Jiménez
Juan Carlos Pérez Escaño

Depósito legal: lf87120058002948

Tiraje: 15.000 Ejemplares

Impreso en la República Bolivariana de Venezuela
 Entre la Independencia y la Libertad
hay un espacio inmenso que sólo con arte se puede recorrer…
La Libertad no se consigue sino pensando.
Simón Rodríguez

Revolución que no venga acompañada de un impulso cultural

destinado a repotenciar nuestras raíces,
a impulsar las ideas y rescatar las costumbres
y a todo lo que lleva implícito la carga cultural…
¡no es revolución!, es como lanzar un cohete sin combustible.
Hugo Chávez Frías

Ella está en el horizonte, / me acerco dos pasos /

y ella se aleja dos pasos. / Cuando camino diez pasos /
ella corre diez pasos más allá. / Por mucho que yo camine /
nunca la alcanzaré / ¿Para qué sirve la utopía? /
Para eso sirve: ¡para caminar!
Eduardo Galeano
 AL RESCATE DE LA VENEZOLANIDAD

Durante años se pretendió negar nuestra identidad cultural para

alejarnos de un destino común con el resto de América Latina. Ahora,
vamos tras la recuperación de nuestra memoria, tras la recuperación
del ser nacional y esto significa afirmarnos en la voluntad de querer
ser un país con su propio destino. Necesitamos librar una consciente
lucha cultural que rescate y revitalice las tradiciones colectivas, cos-
tumbres y creencias que vienen del pasado y se anudan al presente
como herencia. Tenemos que encarar la escritura de nuestra propia
historia y recuperar de esa memoria, que está allí, casi sola y esperan-
do que nos miremos en ella para avanzar hacia el futuro.
Eso tratamos de hacer en Venezuela. La Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela señala que la cultura es uno de
los elementos más importantes para el desarrollo del país y se con-
vierte en mandato para poner en marcha los cambios necesarios en la
patria que buscamos construir. Al igual que la salud, la educación, el
trabajo y la vivienda, el quehacer cultural es uno de los pilares funda-
mentales sobre los cuales se sostiene una sociedad y se consolidan los
valores de la libertad, la paz, la soberanía, el bien común y la integri-
dad territorial.
Sobre la búsqueda y el rescate de los principios culturales que for-
man parte de la memoria colectiva de los venezolanos y que han sido
desdibujados por décadas de transculturización, nos habla el artículo
99 de la Constitución Bolivariana: "Los valores de la cultura consti-
tuyen un bien irrenunciable del pueblo venezolano y un derecho fun-
damental que el Estado fomentará y garantizará, procurando las con-
diciones, instrumentos legales, medios y presupuestos necesarios. Se
reconoce la autonomía de la administración cultural pública en los
términos que establezca la ley. El Estado garantizará la protección y
preservación, enriquecimiento, conservación y restauración del patri-
monio cultural, tangible e intangible y la memoria histórica de la
Nación. Los bienes que constituyen el patrimonio cultural de la
Nación son inalienables, imprescriptibles e inembargables".
El enunciado del artículo citado, que se complementa con lo esta-
blecido en los artículos 98, 100 y 101(*), es de importancia vital en
estos momentos trascendentales para la historia de nuestro país, pues

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está en proceso la refundación de la República de Venezuela dentro

de los principios de justicia del Socialismo del Siglo XXI. Recobrar
nuestra identidad y nuestra esencia se convertirán en la fuerza que
otorga el poder liberador del pueblo para enfrentar los embates colo-
nialistas del imperio norteamericano, que sigue pretendiendo tener
dominio sobre la mente y acciones de los venezolanos.

MISIÓN CULTURA

En este escenario la cultura se convierte en uno de los ejes de des-

arrollo de la nación y en un arma defensiva que debe utilizarse para
alcanzar los objetivos propuestos que, en el caso venezolano, apuntan
a la construcción de una democracia socialista. En definitiva, una
república como la que soñaron nuestros libertadores. En este contex-
to debemos concebir la actividad cultural como la manifestación
social esencial para el reconocimiento y la transformación de la rea-
lidad.
Tenemos claro que más allá de las realizaciones materiales, el
hombre debe servir al progreso humano, lo que supone valorar "la
cultura del ser más, por encima del tener más". Sobre estos valores,
el 10 de julio de 2005, el presidente Hugo Chávez Frías pone en mar-
cha a nivel nacional la Misión Cultura, estrategia político-educativa
que nace para rescatar y consolidar la identidad nacional, un proceso
que persigue la descentralización, democratización y masificación de
la cultura venezolana.
La misión es otro brazo ejecutor del Gobierno Revolucionario
para devolver a la Patria y a sus ciudadanos, su identidad, sus costum-
bres y sus tradiciones. En una palabra su soberanía, pero en esta oca-
sión a través de las propias personas y de sus cultores y creadores más
sencillos, esos que mantienen dentro de sí y expresan en sus acciones
un cúmulo de querencias ancestrales que conforman nuestra identi-
dad.
Los alcances de ésta misión, diseñada en completa concordancia
con los diez objetivos estratégicos de la nueva etapa de la Revolución
Bolivariana, trazados en noviembre de 2004, se hacen sentir hasta en
los más apartados rincones del país. Se trata de "reconstruir" nuestra
memoria buscando en la realidad de la gente que habita en los pue-

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blos, caseríos y ciudades venezolanas. Cada uno podrá contar sobre

las cosas que los identifican y los diferencian como integrantes de
una misma nación.
Lo que ocurre actualmente en las 1.137 parroquias de la República
Bolivariana de Venezuela es una verdadera transformación. Un ejér-
cito integrado por 28.000 venezolanos se dispersa por todo el país,
convirtiéndose en activadores culturales. Ellos tienen en sus manos la
misión de fomentar en sus compatriotas el desarrollo del entendi-
miento, la tolerancia ante las diferencias, el conocimiento de su ámbi-
to, así como la historia de nuestra patria y cultura. Una tarea que
requiere contar con el apoyo de todos los venezolanos, pues está en
juego la creación de la conciencia del país y para esto tenemos que
llevar la revolución a la cultura y a la educación. Es vital en este
momento de nuestra historia, por que la cultura de un país constituye
su identidad social, lo que se manifiesta en su diversidad territorial y
humana produciendo diversos sistemas expresivos.
Este macro proyecto, impulsado a través del Ministerio de la
Cultura, es un programa que involucra a la educación superior, el
desarrollo sociopolítico y el desarrollo sociocomunitario y cultural.
Surgió en conjunto con la Universidad Simón Rodríguez con la que
se firmó un convenio a través del Consejo Nacional de la Cultura
(Conac), en octubre del 2004, ésto con el fin de desarrollar un eje
curricular que se enmarcara dentro del proceso de municipalización
de la cultura. Dicho plan tiene como objetivo general la creación de
una estructura cultural desde el seno mismo del pueblo, con la finali-
dad de potenciar la identidad nacional para contrarrestar las manipu-
laciones del imperio.
La Misión contempla un programa universitario con un eje curri-
cular innovador que en estos momentos está formando licenciados en
Educación, mención Desarrollo Cultural. Bajo este sistema de ense-
ñanza abierta y supervisados por 70 tutores y 300 facilitadores, que
tendrán la responsabilidad de formar a los activadores culturales,
estos estudiantes, dentro de cuatro años, recibirán el título de
Educador en la Mención Desarrollo Cultural.

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PROYECTO INNOVADOR

Quienes han trabajado a fondo en la elaboración de este programa

no dudan en calificarlo como el "Proyecto Bandera" del Ministerio de
la Cultura, pues representa una propuesta de cambios profundos en la
valoración de lo cultural, lo que le dará trascendencia a las expresio-
nes populares a partir del juicio que la propia gente realice sobre
ellas. El resultado debe ser la creación de una sólida estructura cultu-
ral que avance desde el seno mismo del pueblo con la finalidad de
potenciar la identidad nacional. La idea es que crezca desde el inte-
rior del país hacia la zona central y el Distrito Capital, a diferencia de
las otras misiones adelantadas por el gobierno revolucionario que se
desplegaron desde Caracas hacia las demás regiones del país.
Para sellar el éxito de esta misión, cuyo norte es la educación de
la comunidad para que se libere de la pobreza y de la exclusión, se
dividió el territorio nacional por zonas que han sido abordadas por
etapas. La primera comenzó por el occidente venezolano. En Mérida,
Trujillo, Táchira, Lara y Portuguesa, se conformaron desde principios
de año los grupos de activadores, que bajo la supervisión de los tuto-
res y los facilitadores, trabajan en sus autobiografías e historias loca-
les.
De occidente avanzó hasta oriente. En la segunda etapa se exten-
dió a los estados Sucre, Nueva Esparta, Anzoátegui, Bolívar y
Monagas. Siguió luego hasta el centro tocando Guárico, Barinas,
Cojedes, Yaracuy y Falcón, y el presente mes culmina la cuarta etapa
con el inicio de la Misión Cultura en Carabobo, Miranda, Distrito
Capital, Zulia, Amazonas y Delta Amacuro.
Quienes están al frente de esta estructura, que crece como una
inmensa red por todo el territorio nacional, tienen la responsabilidad
de desmontar el entramado ideológico-político levantado en el país
por el sistema neoliberal con la finalidad de borrar nuestra historia
colectiva e imponernos su dominio. La intención de dominarnos no
es nueva, lleva más de 500 años, durante los cuales ha variado la
metodología pero se han conservado, en el fondo, los mismos objeti-
vos de subordinación, catequización y dominación.
Recordemos que desde la llegada de Cristóbal Colón en 1498,
todas las acciones del imperio español fueron dirigidas a borrar las

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tradiciones, costumbres y creencias indígenas. La inquisición castiga-

ba severamente a los aborígenes por expresar sus ideas, bailes y dan-
zas. No lo hacían por capricho, pues los españoles aspiraban destruir
la memoria histórica de los pobladores de nuestro territorio para
imponer su modelo cultural.
Trasladándonos al presente, especialmente en las últimas décadas,
los venezolanos hemos sufrido un proceso de transculturización que
busca desvalorizar la historia propia, sustituyéndola por el modelo
cultural que conviene a los Estados Unidos. Desde que, en 1914, se
descubrió el primer pozo petrolero (Zumaque I), el Departamento de
Estado Norteamericano comenzó su tarea de penetración con el obje-
tivo de hacernos serviles y obedientes súbditos. En los años 60, 70 y
80, el sistema educativo y los medios de comunicación contribuyeron
a formar ciudadanos conectados 100% con la cultura e ideología esta-
dounidense.
El profesor Jesús Soto, viceministro de Desarrollo Humano y uno
de los motores de esta misión, asegura que "no es exageración afir-
mar que el imperio norteamericano y sus seguidores impusieron
desde hace décadas un modelo educativo tendente a convertirnos en
seres individualistas y acríticos, perseguidores del éxito y consumi-
dores del mercado neo-liberal". Con este fin, en los años 40, se dise-
ñó lo que se denominó el "modelo Atcon", en honor a su creador
Rudolph Atcon, funcionario del Departamento de Estado, OEA y
ONU, y asesor del gobierno norteamericano para América Latina.
"Después de la II Guerra Mundial -explica Soto- quien fue rector
de la Universidad Simón Rodríguez, Atcon diseñó la educación supe-
rior para toda Latinoamérica, en función del capital imperialista y sus
necesidades. Bajo esta premisa se estableció un conocimiento frag-
mentado, destinado a la formación de profesionales individualistas,
que quieren el título para patentarlo y ascender en la escala social".
Este plan que incluyó reformas que incluían la privatización, el
alza de matrículas, reducción de los aportes del Estado, el diseño de
carreras cortas, la eliminación de las facultades, el diseño de estruc-
turas curriculares individualizantes y la represión de estudiantes y
profesores, se estableció en Venezuela a partir de 1980.

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EN DEFENSA DE LO NUESTRO

De acuerdo a la experiencia de Soto, es fundamental transformar

el sistema ideológico que ha dominado en el país en el último siglo y
llevar adelante los cambios que conducirán a la cultura y a la educa-
ción a la construcción del Socialismo del Siglo XXI. De allí la crea-
ción de un proyecto educativo alternativo y liberador que rescate la
identidad nacional, inscrita dentro de una concepción geopolítica de
integración latinoamericana, que nos permita enfrentar desde una
posición de poder el proyecto globalizador colonialista impuesto
desde el imperio norteamericano.
Dentro de esta visión, a la Misión Cultura, propuesta desde el
Ministerio de la Cultura con el apoyo de la Universidad Simón
Rodríguez, el Instituto de Patrimonio Cultural y la Biblioteca
Nacional, le corresponde liberar nuestras tradiciones, hacer un inven-
tario de nuestras expresiones culturales (tarea que está haciendo el
Instituto de Patrimonio Cultural desde el año 2004). Soto expresa que
ese es un trabajo que debe hacerse en cada región, porque en la medi-
da que "la gente conozca su lugar aprenderá a amarlo y en la medida
que esto suceda, nacerá un sentimiento de arraigo; la gente se decidi-
rá a defender su lugar, la soberanía de su espacio."
Allí radica la importancia de la Misión Cultura, enfatiza Soto, es
nada más y nada menos que crear la conciencia, el arraigo, la identi-
dad, la defensa desde el punto de vista cultural. Por eso nace la
misión, porque entendemos que la dominación es por la educación y
por la cultura.
Y en esta labor que comienza se alinean 1.400 grupos de sistema-
tización, supervisados por tutores y facilitadores, conformados cada
uno por 20 bachilleres, que ejercerán el rol de activadores sociales:
luego de una preparación de 4 años recibirán el título de Educador,
mención "Desarrollo Cultural". Estos grupos, junto con sus guías, tie-
nen como primordial tarea el rescate de la sabiduría popular o histo-
rias locales, y para comenzar en la misma deben primero realizar su
historia personal o autobiografía, labor que ocupa el tiempo actual-
mente de los activadores culturales.
Estamos ante un proceso de formación diferente que contrasta con
el sistema de educación formal al que nos hemos acostumbrado.

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Alejandrina Reyes, coordinadora de secretaría por la Universidad

Simón Rodríguez, explica que el nuevo eje curricular posee elemen-
tos que son fundamentales para su desarrollo.
Resalta, en primer lugar, la Andragogía que no es otra cosa que la
educación del adulto, lo que permitirá que éste se autodiscipline y
genere su propia planificación de estudio. En esta tarea lo acompaña
el facilitador y lo asesora, pero es él quien desarrolla sus estrategias
de autodisciplina según lo que quiera de estas orientaciones curricu-
lares.
En segundo lugar, la profesora Reyes, ubica el elemento de la
Educación Popular, que se enmarca dentro de la educación con inten-
cionalidad política, entendiéndose esto como una visión general de la
puesta en marcha de acciones para el beneficio de todos y no vincu-
lado a partidos políticos. La idea es fortalecer el liderazgo de los líde-
res vecinales.
Por último, el sistema puesto en marcha en la mayoría de los esta-
dos venezolanos guarda estrecha relación con la educación perma-
nente. Es un aprendizaje que se desarrolla en sus trabajos, en sus
espacios cotidianos, en el lecho cultural, los activadores siempre
están teniendo un aprendizaje permanente.
Por todas estas innovaciones, aclara Alejandrina Reyes, la Misión
Cultura es un proyecto educativo que rompe paradigmas, pues en pri-
mer lugar, el proceso de ingreso a esta futura licenciatura entra den-
tro de un concepto de crecimiento individual, de capacidad vocacio-
nal, pues las personas deben identificarse de verdad con este tipo de
carreras.
Igualmente, rompe con el concepto de salón de clases, pues se
establece una municipalización in situ. En este método tenemos que
el nivel de participación activa de la población es total. Es decir, se
convierte en participativa y protagónica. Por último, no porque sea
popular, cultural, con el pueblo, con las bases, estará ajeno al proce-
so tecnológico pues ya se está creando una red en sistema para poder
acercar y permitir que la información corra y llegue a donde tiene que
llegar.
Sólo de esta forma se podrá diseñar el país que queremos y se
empoderará al pueblo y a las comunidades para que se liberen de la
exclusión y la pobreza, y recobren los patrones culturales cónsonos

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con la equidad, la justicia, la solidaridad, la autenticidad y el boliva-

rianismo, es decir, esquemas de vida alejados del modelo capitalista
que nos han inculcado en las últimas décadas.

LOS PROTAGONISTAS

Cifras manejadas por la Sala Situacional de la Misión Cultura y

suministradas por Alejandrina Reyes contabilizan 11.270 activadores
culturales inscritos hasta el 22 de julio en todo el país. Faltan cerca de
16.000 para completar el número estipulado por los organizadores
para todo el país.
Referencias sobre este quehacer aporta la profesora María
Colmenares, tutora de varios de los grupos conformados en la parro-
quia Caricuao del Distrito Capital, comunidad para la cual se requie-
ren 170 activadores, es decir, uno por cada 1.250 personas o 250
familias. La cifra no es caprichosa, es tomada de la logística diseña-
da por Barrio Adentro.
En este método, aclara María Colmenares, "primero se acredita la
experiencia formal y no formal de los participantes, así como los
talleres, proyectos elaborados, pues los bachilleres que optan por esta
mención son activadores culturales desde hace tiempo en su parro-
quia, barrio o urbanización. Los activadores, son personas con expe-
riencia de vida, con conocimientos que quieren compartir".
La primera actividad que se realiza -explica- en este aprendizaje
es la autobiografía o historia de vida. Cada participante utiliza los
recursos que considere necesarios; mediante la misma podrá conocer-
se y descubrir fortalezas y debilidades. Asimismo, reconocerá los
valores que tiene y los sueños que le falta realizar.
"La historia de vida no es para escribirla y disfrutarla en solitario.
Semanalmente es compartida en una reunión con los compañeros del
grupo de sistematización, experiencia que crea lazos de solidaridad,
amor, respeto y comprensión entre los participantes. En este encuen-
tro que se desarrolla en cualquier espacio de la comunidad los parti-
cipantes tienen la oportunidad de discutir temas como ALBA,
ALCA, Socialismo del Siglo XXI, Neoliberalismo e Importancia de
lo Colectivo".

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Con la práctica de la historia de vida se realiza un diagnóstico del

aprendizaje de los participantes, pues para elaborarla hay que recurrir
a métodos como la entrevista, la investigación, el seguimiento de
determinados factores y en algunas ocasiones hasta dibujar mapas y
croquis de diferentes aspectos de la vida de los participantes. El resul-
tado de esta experiencia forma parte de los créditos para alcanzar la
licenciatura en la mención "Desarrollo Cultural".
A la autobiografía le sigue la historia local: en esta fase los activa-
dores, con la participación de la comunidad, trabajarán en la elabo-
ración de las historias locales. Con paciencia y haciendo uso de las
herramientas que utilizó para la elaboración de la autobiografía inves-
tigará todo lo relacionado con su lugar de origen. Por ejemplo, fun-
dación, personajes, gastronomía, si en la zona ocurrió algún hecho
histórico, artistas, artesanos, tradiciones y formas de vida.
Al tiempo que ahonda en esas circunstancias averiguará cuales son
las carencias del barrio, cuales son los principales problemas y cua-
les los anhelos de los pobladores. Al concluir esta fase del aprendi-
zaje el activador, conjuntamente con los habitantes del lugar, deberá
elaborar un proyecto sociocomunitario destinado al desarrollo de la
comunidad. De acuerdo con las necesidades comunes los proyectos
pueden ser agrícolas, de vivienda y hábitat, de salud, de desarrollo
endógeno cultural, así como planes de cine comunitario, librerías
comunitarias, escuelas de danza, teatro y actividades culturales.

TESTIMONIOS

Quienes ya son activadores culturales y siguen la carrera diseñada

por la Universidad Simón Rodríguez expresan de diferentes maneras
la forma en que se sienten parte de la Misión Cultura. Los testimo-
nios fueron ofrecidos por activadores de Caricuao que se reúnen
todas las semanas en la biblioteca "Aquiles Nazoa", situada en la
UD2.
Johanna Rivas (UD2): La misión es importante porque las comu-
nidades necesitan empuje, alguien que las incentive y esté allí ayu-
dándolos, que ellos conozcan y sepan que trabajan porque quieren a
la comunidad y porque les duele lo que sucede allí. Es importante
también, para que nazca una unión fuerte y para que los proyectos

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sean desarrollados y no pase como en otras oportunidades que elabo-

ran el proyecto, lo llevan, dan el dinero y el dinero no lo usan con ese
fin.
Tengo muchos proyectos en mente: incentivar la lectura en los
niños, recuperar las canchas deportivas, promover los juegos tradicio-
nales, en fin, recuperar en cada comunidad sus actividades deportivas
y culturales.
Antonio Casanovas (UD4): Soy maestro, me gusta enseñar y
aportar mi experiencia. He dedicado parte de mi vida a la actividad
sociocultural. He vivido treinta años en Caricuao, y a pesar de mi tra-
bajo siempre estuve conectado con la comunidad. Me inscribí en la
Universidad Bolivariana de Venezuela en Turismo, pero dejé esa
opción para dedicarme a la Misión Cultura. En Caricuao me siento
como pez en el agua, porque uno está unido al entorno, a la comuni-
dad, uno sabe como piensa la gente. Nosotros tenemos nuestro acer-
vo histórico. Caricuao es una de las parroquias más jóvenes de
Caracas. En Caricuao todo es nuevo. Todo se está haciendo y hay
mucho por hacer y mucho que corregir. En el hacer y en el corregir
es donde hace hincapié la Misión Cultura. MI proyectos son educati-
vos, educación para la salud a través de las escuelas y del módulo de
Barrio Adentro.
Gaspar Blanco (UD2): La misión es una propuesta de cambio que
se manifiesta en el convivir con las comunidades, que siempre tienen
algo por hacer pero les falta el empuje. Nosotros como activadores
vamos a llevarles esa herramienta. Siempre he sido y quise ser acti-
vador. Tengo una experiencia sociocultural de más de 20 años.
Empecé con el grupo de Danzas Negras de Barlovento. Manejé un
proyecto de cine club en Caricuao, el cual pienso activar con la
Misión Cultura, se llama "Cine Club en el Barrio" y vamos a tratar de
que llegue a todos los sectores. Mi intención es cubrir el ámbito de
toda la parroquia. La intención del cine club, no es que la gente asis-
ta al anfiteatro a ver una película, sino llevar la película al barrio para
que las personas no tengan que bajar.
Tibisay Planchart (Barrio El Onoto): La Misión Cultura es una
política de estado para el rescate de la identidad nacional, que se ha
perdido no sólo en nuestra parroquia sino en todo el país. Se ha per-
dido el folklore y todo lo que nos conlleva a ser y a sentirnos como

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 Misión Cultura

venezolanos. La misión es muy importante. Hay muchas comunida-

des que están organizadas pero no tienen el empuje para realzar la
identidad. En mi comunidad trabajo como coordinadora de uno de los
comités de salud y observo la necesidad de crear actividades para los
niños para que no estén ociosos en la parte cultural. La misión cultu-
ra va a fortalecer el proceso y los activadores estamos para eso.
Luz Mary Guzmán (UD5): La Misión Cultura representa un
cambio. En la Misión Cultura encuentro las herramientas, el apoyo de
un equipo y detrás de todo veo a una gran institución que es el gobier-
no. De esta forma tengo más facilidades para ayudar a las personas.
Participando en esta misión mi autoestima se ha elevado. Ahora me
preocupo de hacer talleres, de nutrirme, de elevar mi nivel cultural y
lo que he logrado en mi lo hago llegar a mucha gente que necesita ese
ánimo. Eso es lo uno quiere, educar al pueblo para que tengan las
herramientas para salir adelante. Si una persona quiere salir del cerro,
lo que le puede ofrecer el gobierno es educación para que se anime y
se prepare a estudiar y así eleve su nivel de vida. No se trata de darle
las cosas sino las herramientas para que ellos se esfuercen y se edu-
quen.
Jesús Cordero (UD4): Tengo 45 años viviendo en Caricuao.
Desde que me conozco he estado ligado a la actividad cultural de la
comunidad. Siempre me llamó la atención la música, el espectáculo,
los actos culturales. De hecho soy músico, pertenecí a los Guaraguao.
Cuando tengo una actividad musical se me olvida todo, me convier-
to en una sola nota. Rasguño la guitarra, el cuatro, el bajo. Hice un
grupo musical en Caricuao, precisamente cuando la oposición planeó
la retoma del oeste. Siempre he querido participar, siempre soñába-
mos con algo así. Estaba sediento de participar en las actividades de
la revolución y la Misión Cultura me ha abierto esa oportunidad. Es
bueno compartir con gente que piensa como uno. La misión es
importante. No hay revolución sin cultura. Forma parte del
Socialismo del Siglo XXI, no es una columna, es el piso. He descu-
bierto a través de mi vida, que la gente tiene el gen de la venezolani-
dad, a pesar de la transculturización a la que hemos estado sometidos.
Javier Guerra (UD7): Estoy en la misión porque creo que es fun-
damental para construir una sociedad más equitativa, más incluyente,
más justa. Creo que los activadores somos fundamentales para el pro-

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ceso. Siempre he estado trabajando en el área cultural. Soy nuevo en

la comunidad, pero siento que la misión es el motor fundamental de
la gran revolución cultural que está en marcha. Dentro de la comuni-
dad trabajo en la biblioteca en la parte de promoción de lectura, en la
parte recreativa, con actividades musicales. Desde joven he estado
ligado a esta actividad recreativa y deportiva, de hecho eso fue lo que
estudié, Administración de la Recreación.

REDES DE APOYO

En conjunto, este grupo de activadores de Caricuao, aspira formar

una red sociocultural en esa parroquia. Una idea latente desde hace
muchos años. Por esta razón están en la búsqueda de información
sobre cómo se conforma una red, y al tener la información la trans-
miten a la comunidad. "La idea es que nos formemos y al mismo
tiempo formar a los demás", expresan al unísono.
Para ellos cultura no sólo encierra a las manifestaciones artísticas,
sino todo el conocimiento que se pueda adquirir. En la opinión de
estos compatriotas "a medida que tengamos mayores conocimientos
tendremos mayor conciencia y la posibilidad de tomar decisiones
acertadas, porque lo que quiere el presidente es elevar el nivel de con-
ciencia del pueblo".
Parte de la experiencia que vamos a tener ahora no será individua-
lista, cada activador tendrá que trabajar con 250 familias, no le vamos
a imponer más que el trabajar con la comunidad, y tratar de llevar a
la mesa de discusión lo que la comunidad quiere, hacer un banco de
necesidades y priorizar las mismas, las más urgentes. Y de acuerdo a
las mismas presentar los proyectos de acuerdo con el sentir de la
comunidad. Es un cambio de paradigma de la Misión Cultura.
De los activadores inscritos, hasta ahora, van a salir los primeros
licenciados en Educación mención "Desarrollo Cultural", un proceso
que tardará al menos cuatro años. De acuerdo a las explicaciones reci-
bidas en la elaboración de este trabajo cada uno de los activadores va
a tener un proceso individual. Es un proceso formativo contínuo, sin
ningún tipo de prelación.
Este novísimo método de aprendizaje no contempla evaluación.
La evaluación la hace el colectivo y el grupo de sistematización. El

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trabajo va a ser en la calle. Es una educación liberadora porque se van

descubrir muchas verdades, vamos a conformar una nueva verdad,
porque Misión Cultura va a rescatar lo nuestro, nuestra identidad.
Dentro del escenario de cambios de paradigmas planteados por los
programadores de la Misión Cultura se han fijado metas a corto,
mediano y largo plazo. A corto plazo, este año 2005, la meta es ter-
minar de incorporar a los 20 activadores que faltan para llegar a los
28.000, según las cifras aportadas faltan aproximadamente 15.000
activadores.
A mediano plazo, entre el 2006 y el 2007, es la presentación por
parte de los activadores y el comienzo de la ejecución de miles de
proyectos sociocomunitarios. Los proyectos son los que elaboran los
activadores para su formación académica. Por esta razón, en los tres
primeros años de la misión, hay que conformar bien el ejército de
activadores culturales y fortalecerlos para que sus proyectos sean
debidamente evaluados por la Universidad Simón Rodríguez desde el
punto de vista académico y por las instancias desde el punto de vista
económico.
A largo plazo, es decir, dentro de cinco o seis años, la meta es que
todas las comunidades del país estén retomando la venezolanidad y
reencontrándose con sus raíces, su historia, conociendo todo acerca
de su ámbito y sus gentes. Esa es una tarea que no termina nunca, es
infinita, pero debemos abordarla ahora por el bien de nuestro país.

(*) Artículo 98. La creación cultural es libre. Esta libertad comprende el

derecho a la inversión, producción y divulgación de la obra creativa, cientí-
fica, tecnológica y humanística, incluyendo la protección legal de los dere-
chos del autor o de la autora sobre sus obras. El Estado reconocerá y pro-
tegerá la propiedad intelectual sobre las obras científicas, literarias y artís-
ticas, invenciones, innovaciones, denominaciones, patentes, marcas y lemas
de acuerdo con las condiciones y excepciones que establezcan la ley y los
tratados internacionales suscritos y ratificados por la República en esta
materia.
Artículo 99. Los valores de la cultura constituyen un bien irrenunciable
del pueblo venezolano y un derecho fundamental que el Estado fomentará y
garantizará, procurando las condiciones, instrumentos legales, medios y
presupuestos necesarios. Se reconoce la autonomía de la administración
cultural pública en los términos que establezca la ley. El Estado garantiza-
rá la protección y preservación, enriquecimiento, conservación y restaura-

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ción del patrimonio cultural, tangible e intangible, y la memoria histórica de
la Nación. Los bienes que constituyen el patrimonio cultural de la Nación
son inalienables, imprescriptibles e inembargables. La Ley establecerá las
penas y sanciones para los daños causados a estos bienes.
Artículo 100. Las culturas populares constitutivas de la venezolanidad
gozan de atención especial, reconociéndose y respetándose la intercultura-
lidad bajo el principio de igualdad de las culturas. La ley establecerá incen-
tivos y estímulos para las personas, instituciones y comunidades que pro-
muevan, apoyen, desarrollen o financien planes, programas y actividades
culturales en el país, así como la cultura venezolana en el exterior. El Estado
garantizará a los trabajadores y trabajadoras culturales su incorporación al
sistema de seguridad social que les permita una vida digna, reconociendo
las particularidades del quehacer cultural, de conformidad con la ley.
Artículo 101. El Estado garantizará la emisión, recepción y circulación
de la información cultural. Los medios de comunicación tienen el deber de
coadyuvar a la difusión de los valores de la tradición popular y la obra de
los artistas, escritores, escritoras, compositores, compositoras, cineastas,
científicos, científicas y demás creadores y creadoras culturales del país.
Los medios televisivos deberán incorporar subtítulos y traducción a la len-
gua de señas, para las personas con problemas auditivos. La ley establece-
rá los términos y modalidades de estas obligaciones.

Distribución gratuita
 Fuentes:
Entrevista al viceministro de cultura Henry Soto.
Entrevista a la profesora Alejandrina Reyes, Coordinadora de
Secretaría por la Universidad Simón Rodríguez.
Entrevista al profesor Freddy Sánchez, Universidad Simón
Rodríguez.
Entrevista a la profesora María Colmenares, Tutora de Grupo de
Sistematización de Caricuao.
Entrevistas a los activadores culturales: Johanna Rivas, Antonio
Casasnovas, Gaspar Blanco, Luz Mary Guzmán, Tibisay Planchart,
Jesús Cordero y Javier Guerra.

Distribución gratuita
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Distribución gratuita
Tomado de www.misioncultura.com.ve
 Directorio

Ministro de Comunicación e Información

Yuri Pimentel

Viceministro de Estrategia Comunicacional

Mauricio Rodríguez

Viceministro de Gestión Comunicacional

William Castillo